Período Ptolemaico (332-30
a.C.)
Prólogo
El Egipto Ptolemaico es la historia de dos culturas. Aunque difieran en su etos, o carácter distintivo, su enfoque y sus aspiraciones, ambas culturas en un principio mantuvieron una cautelosa coexistencia en la que el interés y el equilibrio del poder generaron un grado de cooperación viable y, en general, suficientemente efectiva, que enmascaraba un desagrado mutuo. Desde finales del siglo tercero a.C., incluso esta colaboración se fue poco a poco erosionando a causa de las divisivas presiones a las que se veía sometida por parte del cisma dinástico, la administración, la crisis económica, y los resentimientos egipcios. Y un aspecto no menos fascinante de esta compleja relación es el hecho de que, a pesar de todas sus tensiones internas, el Egipto de los Ptolomeos tuvo en muchos aspectos éxitos espectaculares; tanto si nos centramos en los logros de la élite greco-macedonia, como en los del medio cultural egipcio.
El Egipto Ptolemaico es la historia de dos culturas. Aunque difieran en su etos, o carácter distintivo, su enfoque y sus aspiraciones, ambas culturas en un principio mantuvieron una cautelosa coexistencia en la que el interés y el equilibrio del poder generaron un grado de cooperación viable y, en general, suficientemente efectiva, que enmascaraba un desagrado mutuo. Desde finales del siglo tercero a.C., incluso esta colaboración se fue poco a poco erosionando a causa de las divisivas presiones a las que se veía sometida por parte del cisma dinástico, la administración, la crisis económica, y los resentimientos egipcios. Y un aspecto no menos fascinante de esta compleja relación es el hecho de que, a pesar de todas sus tensiones internas, el Egipto de los Ptolomeos tuvo en muchos aspectos éxitos espectaculares; tanto si nos centramos en los logros de la élite greco-macedonia, como en los del medio cultural egipcio.
Preludio
Parece lo más apropiado comenzar el estudio del Egipto Ptolemaico con la llegada de Alejandro Magno en 332 a.C. que nos llevaría al final del Segundo Período Persa cuyo paso nadie lamentó. Antes de que Alejandro reanudase sus conquistas en 331 a.C., se vio obligado a tratar el problema de cómo administrar su nueva provincia.
La fundación de la ciudad de Alejandría
fue, claramente, una innovación encaminada a establecer una nueva base para
gobernar el país, si bien en otros aspectos aún prevalecían los viejos métodos
egipcios. Si nos fiamos del "Romance de Alejandro", (una
biografía semi-mitificante escrita de forma anónima bajo el seudónimo de
Calisthenes hacia el siglo segundo d.C., e incluso antes), Alejandro se habría
coronado a sí mismo en el templo a Ptah, en Menfis, haciendo valer con esta
acción que asumía la responsabilidad de un faraón egipcio, pero no hay duda
alguna de que ya estaba conceptuado como tal por los propios egipcios quienes
le concedieron la estándar titulatura real y que mostraría gran respeto por las
susceptibilidades religiosas egipcias.
Perspicazmente consciente de los
estratégicos peligros intrínsecos en la riqueza y posición geográfica de
Egipto, eludió la concentración de poder: la administración del país se
encomendó a un egipcio llamado Doloaspis; la recaudación de impuestos se confió
a Kleomenes, de Naukratis; el ejército se puso bajo el mando de dos oficiales,
Peukestas y Bañakros; y a la armada se le asignó un comandante independiente
como Polemon. Kleomenes sería más adelante nombrado gobernador de toda la provincia
que administraría con un alto grado de corrupción.
A la muerte de Alejandro en Babilonia
en junio de 323 a. C., su mentalmente imprevisible medio hermano Arrhidaeus
(323-317 a.C.) fue nombrado rey, con Perdiccas como regente, con el
acuerdo de que si el hijo aún por nacer de la bactriana esposa de Alejandro,
Roxana, fuese varón, ese niño sería rey mancomunadamente. Perdiccas asignó a
los mariscales de Alejandro importantes secciones del Imperio, y en esta
división, Ptolomeo, hijo de Lagos, adquirió Egipto, Libia, y “aquellos
territorios de Arabia que lindan con Egipto” con Kleomenes como su segundo en
el mando.
El arreglo de Perdiccas no podía
funcionar. Meramente sirvió para situar el escenario de las “Guerras de los Sucesores”, que
inevitablemente estallaron, y servirían para comprobar si el imperio de
Alejandro sobreviviría intacto. En esta compleja serie de operaciones se
aprecian dos fases: en la primera, que se extendió desde 321 a 301 a.C., la
lucha fue entre “unitaristas”,
entre los que se encontraba el propio Perdiccas, Antígono (el Tuerto), y
su hijo Demetrio (el Sitiador), quien intentó preservar la unidad del
imperio, y "separatistas“
(encabezados por Ptolomeo, Seleucos, y Lysimachos), quienes estaban dispuestos
a forjarse sus propios reinos.
La ambición de Ptolomeo le hizo salir a la
palestra como el mayor quebradero de cabeza de los “unitaristas” quienes lo
cumplimentaron con dos invasiones de Egipto; la primera llevada a cabo por
Perdiccas, en 321 a.C., y la segunda por Antígono, en 306 a.C.; ambos serían
derrotados por la geografía de Egipto más que por el propio Ptolomeo. El
problema de la unidad se vio resulto con la derrota y muerte de Antígono, en
Ipsus, en 301 a.C., que decidió esta fase del conflicto a favor de los
“separatistas”. Para entonces, todos los principales protagonistas, incluyendo
a Ptolomeo, se habrían ya anticipado a este desenlace nombrándose reyes.
El Alto Verano de un Reino
Esta segunda fase de las Guerras de los
Sucesores se extiende desde 301 a 380 a.C., y se caracteriza por los forcejeos
entre separatistas por establecer, mantener, o incrementar sus reinos. Y
acabaría con la muerte de Lysimachos, en Corupedium, en 281 a.C., y el
correspondiente asesinato de su conquistador, Seleuco, a finales del mismo año.
La consecuencia de estos eventos sería crítica para la correspondiente historia
del mundo helenístico en cuanto que originó tres grandes reinos: Macedonia, con
pretensiones de regir estados colindantes, cosa que en ocasiones consiguieron,
y en otras no; el Imperio seléucida, basado en Siria y Mesopotamia; y el
imperio de los Ptolomeos, cuyo núcleo eran Egipto y Cirenaica. En estos reinos,
nos confrontamos con los protagonistas de un juego de poder que dominaría el
Mediterráneo Oriental y el Levante hasta que Egipto cayó bajo el control romano
en 30 a.C.
Es importante entender que la rivalidad
entre estos reinos no se limitaba a asuntos de control político o militar, por
importante que estos fueran. La motivación psicológica subyacente radicaba
donde deberíamos sospechar que estaría en cualquier contexto greco-macedonio;
es decir, en un invencible impulso de actividad que, a su vez, generaría
prestigio. Tallar una bella estatúa en el anfiteatro de la actividad
greco-macedonia – e incluso más lejos – y colocar con firmeza a la oposición en
la sombra, eran finalmente los asuntos más importantes. De hecho, la conquista
militar fue un medio importante de conseguirlo, pero la creación de un reino
con un esplendor sin parangón era igualmente importante y absorbería un
enorme esfuerzo y recursos. En esta batalla por el poder y el prestigio,
los Ptolomeos fueron, sin lugar a duda, los verdaderos vencedores,
al menos en el siglo tercero.
Para los tres reinos, el asunto clave
de la alta política y de la gran estrategia consistía en extender sus imperios
a expensas de sus rivales con los medios que pudiesen, pero la historia de sus
conflictos está lejos de ser sencilla. Está claro que las ambiciones de los
primeros Ptolomeos eran tales que planteaban una seria amenaza para las
aspiraciones de los otros destacados jugadores, quienes consideraron
conveniente aunar sus recursos contra el enemigo común. No sorprende, pues, que
a principios de 270 a.C. encontremos que se alcanzase una paz entre macedonios
y seléucidas que se convertiría en una de las pocas constantes de la historia
del siglo tercero.
Para los Ptolomeos había dos importantes
zonas propicias para la actividad expansionista: (1) los antiguos centros
culturales griegos del Mediterráneo Oriental, y (2) Siria-Palestina. En cuanto
a la primera, es importante captar que los gobernantes de todos estos reinos
helenísticos se sentían macedonios, con tradiciones macedonias, y con una
estrecha y profunda afinidad cultural griega. Siendo así, el centro donde ellos
deseaban dejar su huella era la Grecia peninsular, el Egeo, y las ciudades
costeras del Asia Menor. Para los Ptolomeos del siglo tercero a.C., esto
significaba, en términos políticos y militares, una larga lucha por la
hegemonía de Grecia sobre Macedonia que habría conseguido el control de una
gran parte de la zona en tiempos de Philip II y la consideraba de forma
inequívoca macedonia, por derecho de conquista.
Esta lucha, a su vez, enredó a los
Ptolomeos a ayudar a las destacadas fuerzas políticas del mundo griego,
sobre todo la región de Epiro, las ligas etolias y aqueas, Atenas, y Esparta que
inevitablemente pidieron ayuda a Egipto contra el enemigo común, pero a la vez
supuso grandes esfuerzos para mantener bases en el Egeo y a lo largo de la
costa sur de Asia Menor, el control de Chipre, y el requisito para
mantener una alianza con la estratégica y económicamente importante isla
de Rodas. Inevitablemente, las ambiciones ptolemaicas en Asia Menor les
llevaría a un serio conflicto con los intereses seléucidas de la zona.
A pesar del reto que dos grandes
reinos suponían, los tres primeros Ptolomeos tendrían, en un principio, un
enorme éxito en satisfacer sus ambiciones en el Egeo. Revisando sus logros en
aquel trimestre, el historiador Polibio escribe como sigue:
"…su esfera de control incluía las
dinastías en Asia y también en las islas, ya que eran dueños de las ciudades
más importantes, los baluartes y los puertos a lo largo de toda la costa, desde
Panfilia (antigua región geográfica, convertida en provincia romana en el año
133 a.C., ubicada en la costa sur de la península de Anatolia o Asia Menor),
hasta el Helesponto, y la región de Lysimachia”.
(N.B. La ciudad que lleva su nombre fue
construida en 309 a.C. por Lisimaco de Tracia (360-281 a.C.), oficial macedonio
y diádoco, esto es “sucesor” de Alejandro Magno - tratamiento dado a sus
antiguos generales que a su muerte se repartirían su imperio - quien se
convertiría en Basileo (rey) en 306 a.C., gobernando Asia Menor, Tracia y
Macedonia durante 20 años).
“Solían seguir de cerca los
acontecimientos en Tracia y Macedonia a través de su control de Aenus y
Maronea, e incluso de otras ciudades más lejanas, y, habiendo extendido su
brazo a tales distancias, y viéndose protegidos así mismos por la lejanía de
estos reyes clientes, nunca se preocuparon de la seguridad de Egipto. Es por
eso por lo que, con toda lógica, dedicaron mucha parte del tiempo a asuntos
externo…”. (Polibio,
5.34).
No obstante,
deberíamos leer estas palabras con cuidado. Polibio no dice que estos reyes
estuvieran en posesión de un imperio con fronteras claramente definidas y una
administración imperial coherente. El pasaje revela, eso sí – y esto lo
confirma otra evidencia – que este llamado “imperio” es en verdad una cuestión
de matices; se trata de una amalgama de bases, alianzas, protectorados, y
facciones amistosas o individuos, con frecuencia comprados con dinero egipcio,
que formaban una red de nudos a través de los cuales los Ptolomeos podían
ejercer sus poderes políticos y militares. Ni, por supuesto, la esfera era
estática, incluso en estos primeros años.
En las luchas generadas por dichas
ambiciones, los primeros Ptolomeos gozaron de una suerte mixta, pero finalmente
los macedonios y los seléucidas prevalecieron. Para finales del siglo tercero
a.C., la influencia ptolemaica en Grecia desapareció como fuerza importante,
aunque se mantuvo una guarnición en There y al sur del Egeo hasta 145 a.C. En
cuanto a Asia Menor, los triunfos de Antíoco III el Grande en aquella zona
durante la 5ª Guerra Siria, precipitó el final de la hegemonía Ptolemaica en la
costa oeste y sur hacia 195 a.C.
El patrón de una expansión inicial que da
paso a una severa recesión a principios del siglo segundo a.C., se repetiría en
Siria-Palestina. La determinación de integrar Coele-Siria y las ciudades
fenicias en el reino Ptolemaico, surgió pronto. La zona había sido, por
supuesto, un foco tradicional de preocupación en tiempos faraónicos, pero había
mejores razones que precedentes para que los Ptolomeos deseasen conseguirla;
estratégicamente, su ocupación facilitaba la defensa de Egipto, así como la de
la provincia Ptolemaica de Chipre; el control de Fenicia daba a los Ptolomeos
acceso a los recursos navales fenicios; y finalmente, la ocupación también
deparaba mayores beneficios económicos en términos fiscales, tanto en relación
con el acceso a rutas de comercio importantes (incluyendo el gran centro
comercial de Petra), como, en particular, la posibilidad de explotar los
recursos madereros del Líbano, sustanciosa fuente de madera para la
construcción de navíos para la armada Ptolemaica.
No sorprende, pues, que Ptolomeo I
(305-285 a.C.) hiciera repetidos esfuerzos para conseguir el control de la
zona: y lo hizo en el período 320-315 a.C., poco después de la Batalla de Gaza
en 312, pero en 301 a.C. ocuparía Siria-Palestina, probablemente hasta el rio
Eleutherus, a pesar del hecho de que este territorio había sido asignado a
Seleuco después de Ipso. La determinación de los seléucidas de mantener sus
pretensiones dio lugar a no menos de seis Guerras Sirias que comenzaron en el
reinado de Ptolomeo II (285-246 a.C.) y terminaron con la de Ptolomeo VI, si
bien el tema se decidió a todos los efectos y propósitos con la derrota egipcia
en Panion en 200 a.C., como resultado de la cual Ptolomeo V (205-180 a.C.
concedió las reivindicaciones de los seléucidas en Siria y Fenicia hacia 195
a.C.
Estos éxitos militares ptolemaicos y el
fracaso final, estaban ligados a un número de condicionantes previos: un
ejército y una armada efectivos, un sistema administrativo en casa que
proporcionaba la base y, sobre todo, una infraestructura con que financiar la
expansión; condiciones dentro del reino que hacían posible la concentración de
tales esfuerzos en campañas exteriores; y gobernantes con visión y capacidad
para llevarlas adelante.
Fragmento de una estatúa de basalto,
de estilo egipcio, de Ptolomeo I, Fundador de la Dinastía Ptolemaica,
305-283 a.C.
El Poderío Militar
El ejército Ptolemaico, como toda su
contrapartida helénica, era el ejército de Alejandro, modificado a la vista de
la experiencia y la necesidad. Las fuerzas de Alejandro consistían en una
diversidad de unidades complementarias que reflejaban un concepto táctico
basado en inmovilizar al enemigo mediante presión de la infantería a lo largo
de la mayor parte de la línea y lanzando el asalto crucial en un punto determinado
mediante la caballería pesada. Esto significaba que los elementos tácticos
principales consistían en una falange de infantería pesada armada con picas de
una longitud considerable (5’5m que más adelante se alargarían) y una fuerza de
choque de caballería pesada formada por escuadrones de macedonios, tesalónicos
y aliados. Las diferencias que inevitablemente surgían durante la acción eran
subsanadas por la infantería ligera de élite conocida como hypaspists,
de 3000 hombres. Estas fuerzas del campo de batalla de las la victoria dependía
en acciones generales, se suplementaban con un amplio abanico de tropas
ligeras, de a pié y a caballo, en su mayoría mercenarios, y se complementaban
con un altamente sofisticado siege-train.
(N.B. Un “siege-engine” o “ingenio de asedio” es un artefacto diseñado para derribar o salvar los muros de una ciudad u otras fortificaciones en guerras de asedio. Algunos operan cerca de las fortificaciones mientras que otros lo hacen para atacar desde la distancia. Desde la Antigüedad, estos ingenios de asedio se construían en su mayoría de madera y tendían a aprovechar la ventaja mecánica para lanzar piedras u otros misiles similares. Con el desarrollo de la pólvora y el avance de las técnicas metalúrgicas, los ingenios de asedio se convertirían en lo que hoy conocemos por "artillería". Colectivamente, estos ingenios de asedio o artillería, junto con las tropas y los vehículos de transporte necesarios para llevar a cabo un asedio, se conocen como un “siege-train” o “tren de asedio”).
Cuando volvemos a los ejércitos de los Ptolomeos, nos encontramos con que muchas de sus cosas las habría inmediatamente reconocido Alejandro como suyas. En Gaza, en 312 a.C., el asalto Ptolemaico fue llevado a cabo por una fuerza de caballería de 3.000 hombres armados con sables y la tradicional pica de la caballería macedonia, o xiston. Esto hizo girar el flanco a la fuerza de caballería enemiga que se quebró y huyeron del campo de batalla, exponiendo así a la falange enemiga a un asalto por su flanco izquierdo. Frente a esta amenaza, rápidamente salieron por piernas en total confusión. Casi un siglo después, el razonamiento táctico en Raphia (217 d.C.) fue muy parecido: el ala izquierda de la caballería de Ptolomeo IV fue barrida del campo de batalla por sus homólogos seléucidas mientras que la caballería Ptolemaica en el ala derecha reciprocó derrotando a los jinetes seléucidas que tenían en frente.
En esta batalla, no obstante, la victoria
la decidió la falange de Ptolomeo que, con el aliento personal de su rey,
niveló picas y cargó contra la falange oponente que, inmediatamente, se
desplomó. En 2000 a.C., Panion nos ofrece otro ejemplo de caballería como ala
percutora, en este caso para desventaja del ejército Ptolemaico, ya que la
caballería seléucida pudo demoler su ala izquierda, barrerla del campo de
batalla, y luego regresar para amenazar la retaguardia de la falange
Ptolemaica, que no tuvo otra alternativa que retirarse.
A pesar de la reseñada similitud táctica
con los ejércitos de Philip II y Alejandro, hubo una innovación crucial que
aparece en estas tres acciones: el uso de elefantes de guerra, que fue una
táctica copiada de los indios. Los elefantes se empleaban como antiguo
equivalente al tanque con la función de asaltar y reventar la línea enemiga.
Una solución para el asalto consistía en prevenir que alcanzasen la línea, en
primer lugar, y esto lo consiguió brillantemente Ptolomeo I en Gaza colocando
al frente de su ejército un enjambre de hombres armados con estacas recubiertas
de hierro que se fijaban en el terreno para bloquear así el avance de los
elefantes de Demetrio.
Otro remedio, que resulta claro que
generalmente adoptaron, consistía en atacar a los elefantes y a sus conductores
con tropas ligeras altamente móviles armadas con jabalinas o arcos. Esto
quería decir que, a su vez, cualquier ejército que utilizase elefantes no
podría avanzar sin sus ligeras tropas armadas con objeto de neutralizar las del
enemigo. El mayor problema que suponía para los Ptolomeos utilizar elefantes
era el suministro adecuado de animales de buena calidad; es decir, elefantes
indios. No sabemos de ninguno en el ejército de Ptolomeo I en Gaza, pero
después de la derrota de la fuerza de elefantes de Demetrio, capturó a los
supervivientes. El intento Ptolemaico de resolver el problema finalmente sería
la utilización de elefantes africanos, y la caza de estos animales se mencionan
en varias ocasiones en nuestras fuentes.
Desgraciadamente, la única variedad de
elefante africano que puede amaestrarse proviene de la selva y es más pequeño
que el indio, así que no sorprende el saber que los elefantes de Ptolomeo
IV en Raphia saliesen por patas, se replegasen a sus líneas, con las
consiguientes consecuencias para el ejército en su conjunto, no serias pero sí
desastrosas. No sabemos de elefantes Ptolemaicos en Panion, si bien nuestra
única evidencia de esta acción que ha sobrevivido es altamente defectuosa pero
interesa señalar que a los elefantes seléucidas se les atribuye el haber
provocado el pánico entre la caballería etoliana en la crucial ala izquierda
egipcia, y también se mencionan elefantes como participantes en el movimiento
de cerco final a la falange Ptolemaica que selló la derrota completa del
ejército.
Uno de los cambios más notables en el
ejército Ptolemaico en los siglos cuarto y tercero (a.C.) es la progresiva
dilución de sus elementos macedonios, al principio a favor de mercenarios pero
al final tendiendo a la incorporación del machimoi egipcio, o clase
guerrera. Ya en Gaza, en 312 a.C., el historiador griego Diodoro describe el
ejército compuesto de una infantería y una caballería de 18.000 y 4.000 hombres
respectivamente, parte macedonios, parte mercenarios, pero también tenemos
noticias de que había además un gran número de egipcios, algunos empleados como
portadores, presumiblemente auxiliares. Para cuando llegamos a Raphia, estas
tendencias han ido aún más lejos. Aquí Ptolomeo IV dispone de una fuerza de
caballería de élite de 3.000 hombres de los que más de 2.000 eran libios o
egipcios. De forma similar en una falange de probablemente 45.000 hombres, no
menos de 20.000 eran egipcios. Ptolomeo puso en el campo, además, una
caballería de 2.000 mercenarios, griegos y no griegos, 3.000 cretenses, 3.000
libios, y 4.000 tracianos y gálatas (N.B. Los gálatas eran los
habitantes de origen galo que, provenientes de la Galia, se asentaron en
una región del Asia Menor). Por supuesto que es altamente improbable que los
macedonios y sus descendientes representasen más de una pequeña proporción del
total de este ejército.
El coste de la financiación de una fuerza mercenaria de tales dimensiones suponía ciertamente un continuo y pesado drenaje de las reservas de la Corona que sólo se podía soportar si la economía del país funcionase de forma adecuada pero la desorganización interna que creció de forma profunda y rápida después de la muerte de Ptolomeo IV bastó para debilitar la capacidad de los gobernantes de Egipto de mantener esas tropas. El problema de garantizar el suministro adecuado de soldados procedentes de grupos étnicos tradicionalmente explotados por Macedonia fue tratado en una etapa anterior por los Ptolomeos mediante la creación de una amplia reserva militar destacadas en asentamientos por todo el país. En estos lugares se les proporcionaba parcelas de tierra cuyas dimensiones dependían del rango y tipo de cada unidad.
El coste de la financiación de una fuerza mercenaria de tales dimensiones suponía ciertamente un continuo y pesado drenaje de las reservas de la Corona que sólo se podía soportar si la economía del país funcionase de forma adecuada pero la desorganización interna que creció de forma profunda y rápida después de la muerte de Ptolomeo IV bastó para debilitar la capacidad de los gobernantes de Egipto de mantener esas tropas. El problema de garantizar el suministro adecuado de soldados procedentes de grupos étnicos tradicionalmente explotados por Macedonia fue tratado en una etapa anterior por los Ptolomeos mediante la creación de una amplia reserva militar destacadas en asentamientos por todo el país. En estos lugares se les proporcionaba parcelas de tierra cuyas dimensiones dependían del rango y tipo de cada unidad.
Era
frecuente que no fueran ellos mismo quienes cultivaran las tierras
sino que simplemente las utilizaran como fuente de ingresos, pero las recibían
con el compromiso de que, si en ocasiones se les necesitaba, se
requerirían sus servicios, como fue el mencionado caso de 4.000 tracianos y
gálatas en la concentración previa a la campaña de Raphia. De
cualquier forma, es curioso que sea éste el único contingente de esta categoría
que menciona Polibio en esta coyuntura. Y el hecho de que constituyese sólo una
parte relativamente pequeña del ejército dispuesto para esta operación, parece
indicar que a los cleruchs (militares asentados a los que el faraón les
concedía parcelas de tierra llamadas kleroi) no se les consideraba como la
fuente ideal para abastecer parte del grueso del ejército.
Otra solución obvia al problema de la mano de
obra militar era la milicia egipcia o machimoi, un remedio aparentemente
puesto a prueba anteriormente según parece en Gaza que calló en desuso durante
años, probablemente producto de un perspicaz conocimiento de sus posibles
desventajas políticas. Y finalmente, la necesidad a corto plazo barrió a las
consideraciones a largo plazo imperiosamente lejanas, y encontramos que este
grupo estaba siendo explotado con espectacular éxito en Raphia donde el grueso
de la falange que dio la victoria Ptolomeo estaba formado por soldados
egipcios. La creciente dependencia de esta clase creada ante la creciente
dificultad en adquirir tropas de fuentes tradicionalmente Ptolemaicas
llevó a un desplazamiento crítico del equilibrio de poder en el país que
Polibio destaca de forma mordaz:
“En cuanto a Ptolomeo, su guerra contra los
egipcios continuó en estos términos. Ya que el mencionado rey, al armar a los
egipcios para su guerra contra Antíoco, decidió seguir una línea de acción que
si bien era apropiada para las circunstancias inmediatas, ignoró las
consecuencias futuras. Ya que los soldados, exaltados por su victoria en Raphia,
dejaron de sentirse obligados a obedecer y andaban buscando un líder y figura
decorativa creyéndose capaces de cuidar de sí mismos. Y poco después,
finalmente lo consiguieron”. (Polibio 5.107).
El ejército no era el único requisito. La satisfacción de las ambiciones Ptolemaicas en el Egeo y el Mediterráneo Oriental también dependía del mantenimiento d una poderosa armada de guerra. Esta fuerza no sólo era un medio de establecer y mantener una presencia Ptolemaica en la zona, sino también servía como arma en la batalla propagandística por prestigio y estatus. Como en tiempos más modernos, las grandes y poderosas unidades navales podían usarse para generar una sensación de poder, incluso cuando no existiese una confrontación armada directa. La importancia crítica de una armada se entendió desde el mismo inicio del Período Ptolemaico, y su auge y caída son el indefectible barómetro de las andanzas imperiales y políticas Lagidas en el mundo griego.
Tácticamente, la guerra naval se
convirtió en un grado marcado en el pasado siglo cuarto a.C. Las tendencias
emergen claramente en los mejores reseñados enfrentamientos marítimos
Ptolemaicos, la Batalla de Salamis, que se libró frente a la costa este de Chipre
en 306 a.C., y llegó a su fin con la catastrófica derrota de la armada egipcia.
La acción surgió por un intento de Ptolomeo de socorrer a su hermano Menelaos
que se veía asediado en Salamis por tierra y mar por Demetrio, hijo de
Antígono. Ptolomeo tenía unas 140 buques de guerra, frente quizás a 180 de su
enemigo.
Diodoro, nuestra fuente más completa,
desgraciadamente para nuestras miras, da más información sobre la armada de
Demetrio que la de Ptolomeo, pero puede haber pocas dudas de que estos detalles
son igualmente aplicables a la oposición. Surge un número de puntos: en primer
lugar, sabemos de soldados que fueron embarcados y de mucha acción
relacionada con ellos; en segundo, Demetrio equipaba sus naves de ballestas y
catapultas capaces de disparar piezas de tres vanos de largo (unos 0’5
m), que se utilizaban con buenos resultados; en tercer lugar, participaban
barcos de diferentes proporciones. Por ejemplo, la poderosa ala izquierda de
Demetrio comprendía 30 “cuatros”, 10 (cincos), 10 (seises), y 7 (sietes),
mientras que el grueso de su armada se componía de “cincos”, aunque el grueso
de su armada consistía en “cincos”.
La armada Ptolemaica, por otra parte, estaba
formada por totalmente por “cincos” y “cuatros”; más aún, ambas armadas parece
que se prepararon para la batalla como tres bloques de barcos – un centro con
un ala en cada lado – pero Demetrio hizo su ala del lado del mar especialmente
poderosa mientras Ptolomeo hizo lo mismo en su lado de tierra; finalmente,
debemos considerar que las armadas empleaban un sistema de señalización
primitivo.
Este resumen revela algunos aspectos
importantes. En primer lugar, la guerra marítima ha estado siempre influenciada
por la guerra terrestre de forma clara y contundente. Mientras las maniobras de
choque aún se practicaban, ahora el énfasis se desplaza de las batallas de
maniobras a las batallas en el mar, lo que prima el desarrollo de unidades cada
vez mayores capaces de transportar grande contingentes de marines que obliga a
una decisión de luchar hasta el final a la altura de tu enemigo. La
descripción de Athenaeus de la armada de Philadelphus demuestra este punto
perfectamente: no sólo manifiesta que constaba de 2 “treintas”, 1 “veinte”, 4 “treces”,
2 “doces”, 14 “onces”, 30 “nueves”, 37 “sietes”, 5 “seises”, 17 “cincos”
(además de una flota de barcos catalogada como “cuatros” a “uno-y-medios”
que era numéricamente el doble del resto), pero también describe un monstruoso
“cuarenta” de Ptolomeo IV que él destaca diciendo que tenía capacidad para transportar
no menos de 2.850 marines.
La estructura de estos pesados buques ha sido
muy mal entendida al interpretar la antigua literatura los términos utilizados
para designarlos como si se tratasen de unidades de remos. Esto es totalmente
imposible. Estas embarcaciones eran propulsadas en su mayoría, si no
totalmente, a golpe de remeros múltiples y nunca han tenido más de tres
unidades de remos, y en cuanto a su clasificación deben referirse al número de
remeros en una unidad de remo. Las naves de mayor tamaño, se sabe ahora
que tenían una estructura tipo catamarán que obviamente aumentaba en gran
medida el espacio disponible en cubierta para los marines, lo que haría de
estas embarcaciones un proyecto particularmente colosal para una
batalla-terrestre-en-el-mar.
La militarización de la guerra naval se ve
también ilustrada por la incorporación de artillería a bordo del buque, una
práctica que obviamente refleja la extremadamente realzada importancia de la
artillería, tanto para la guerra de acoso como para la abierta llevada a cabo
por Filipo II y Alejandro. El uso de un ala pesada como fuerza de ataque por
ambos protagonistas es otro caso de adaptación de la guerra terrestre al mar,
ya que el empleo de ese principio fue un recurso táctico fundamental en el ejército
macedonio. El uso de señales también emanará de esta misma fuente.
Si bien la armada Ptolemaica fue poderosa y
efectiva en la primera mitad del siglo de la monarquía, sus esfuerzos en la
construcción de buque por sí solos no podían garantizar un éxito consistente, y
a mediados del tercer siglo a.C. sus flotas sufrieron tres duros golpes que
presagiaban el gradual desenredo del poderío marítimo Ptolemaico en la
zona: en Éfeso (probablemente hacia 258 a.C.) una armada Ptolemaica sufriría un
revés a manos del almirante rodio Agathostratus, en este caso siendo superado
en la táctica por una marinería superior, más que derrotado por una contienda
entre marines; al parecer, por la misma época, los Ptolomeos sufrieron un
segundo e importante revés frente a Cosa, a manos de Antígono Gonatas, rey de
Macedonia, en el que un barco de tres unidades tuvo un importante rol en que
Macedonia alcanzase la victoria; con posterioridad, al parecer hacia 245 a.C.,
Antígono, aunque superado numéricamente, infligió otra derrota a la armada
Ptolemaica en Andros, esta vez, probablemente, derrotando a los marines
Ptolemaicos.
El Período Ptolemaico (332-30 a.C.) La Tierra de
Egipto. Una Penosa Decadencia
La Tierra de Egipto
El intenso espíritu competitivo de
asertividad de los Ptolomeos no se limitaba al conflicto militar. Había otras
armas en la lucha del mundo helenístico, que incluía a su capital Alejandría.
Fundada por Alejandro en 331 a.C., esta ciudad se convirtió en la capital
Ptolemaica y fue vigorosamente explotada desde el inicio del período como el
mejor escaparate de la riqueza y esplendor y, del mismo modo como el medio más
significativo no militar mediante el cual los Ptolomeos podían competir y
superar a sus rivales. Rápidamente se convertiría en la ciudad más espectacular
del mundo helenístico. Estrabón, que visitó la ciudad justo después de la caída
de la dinastía Ptolemaica, no pone en duda la importancia de la impresionante
exhibición en el edificio Ptolemaico del lugar: él describe las
instalaciones del palacio en la zona norte de la ciudad como sigue:
“La ciudad dispone de los recintos
públicos más bellos, y palacios que cubren un cuarto e incluso un tercio de su
superficie total. Y al igual que cada rey por amor al esplendor añadía algún
nuevo ornamento a los monumentos públicos, también invertía, a título personal,
en una nueva residencia que se sumaba a las ya existentes, de forma que, en la
actualidad, citando a El Poeta (Homero), ‘se ve edificio tras edificio’.
Además, todos están conectados entre sí, y con el puerto; incluso los ubicados
fuera de él.” (Estrabón,
Geografía 17.1.8).
Pero hubo mucho más que todo esto. Muy
cercanamente asociado con estas instalaciones estaba asociado el Sema,
el lugar de enterramiento de los reyes Ptolemaicos, que contenía también el
cuerpo de propio Alejandro Magno, que originalmente habrías sido depositado en
un sarcófago de oro, si bien sería eventualmente sustituido por uno de cristal.
La posesión de este cuerpo era uno de los activos más preciados objeto de
propaganda del que los Ptolomeos disfrutaban, y fue el resultado de una astuta
operación de pura piratería llevada a cabo por Ptolomeo, hijo de Lagus, en el
momento en que estaba siendo transferido a Macedonia para su entierro en la
necrópolis real en el Egeo.
El edificio más espectacular de Alejandría
era, por descontado, el faro en el extremo este de la Isla de Faros. Aunque
otro renombrado elemento de la ciudad era el Mouseion, del que formaba parte la
mundialmente famosa biblioteca. Esta instalación fundada por Ptolomeo I como
parte de su política de hacer de Alejandría el centro de la cultura griega. El
Mouseion siguió los modelos de las escuelas de Platón y Aristóteles en Atenas
y, como ellas, constituía un centro de investigación y de instrucción. Se
hicieron tremendos esfuerzos para conseguir volúmenes para esta biblioteca, y l
agente de Ptolomeo I, Demetrio de Phalerum envió buscadores especializados a
todos los rincones del mundo griego con la misión específica de obtener los
textos que se requerían.
Tal fue el éxito de tales esfuerzos de los
Ptolomeos al respecto para finales del período la biblioteca contaba con no
menos de 700.000 volúmenes y la totalidad de la instalación ofrecía un soberbio
contexto para obtención de becas y la investigación científica, de forma que
Alejandría rápidamente se convirtió en el más destacado centro para tales
actividades, alardeado de personajes tales como Eratóstenes de Cirene
(c.285-194 a.C.), en Ciencias, Herophilus de Chalcedon (c.130-260 a.C.), en
Medicina, Zenodotus de Éfeso (nacido en c.325 a.C.) y Aristarchus de Samothrace
(c.257-145 a.C.) en erudición literarias, y Apolonio de Rodas y Callimachus de
Cirene (ambos del siglo tercero a.C.) en escritos creativos.
Alejandría también ofrecía un gran
potencial como lugar de encuentro para grandes eventos panhelénicos que atraía
a participantes desde todo el mundo griego, que quedarían maravillados de la
ciudad que se había convertido en la obra maestra de los Ptolomeos. Ptolomeo II
hasta llegó a establecer un festival cada cuatro años llamado el Ptolomaieia
(probablemente en 279/8 a.C.), en honor a su padre y, a la vez, a la dinastía
que él había fundado. Nuestras fuentes son bien claras que la idea del festival
fue igualar en estatus los propios Juegos Olímpicos. En particular, estamos
bien informados de una espectacular pieza de gran teatro organizada en honor a
Ptolomeo II que ilustra hasta qué límites y desembolsos llegaban estos
gobernantes para impresionar a su audiencia greco-macedonia.
Callixeinus de Rodas, escritor del siglo
tercero a.C., describe en gran detalle una prompe, ‘procesión’, que tuvo
lugar en el estadio de la ciudad y, a modo de preámbulo, habla de un
impresionante pabellón construido en la zona de palacio para que albergase un
gran symposion, ‘fiesta de bebidas’, para los invitados más
distinguidos. Su estructura era notable por su tamaño y esplendor, y estaba
dotada de características muy singulares: equipamiento y accesorios
extremadamente caros y lujosos; una impresionante variedad de pieles de
animales de inusual tamaño; rico embellecimiento floral que no habría sido
posible en ninguna otra parte del mundo; y esculturas y pinturas de la más alta
calidad y valor.
Y se puede añadir que esta estructura fue
diseñada para propagar la realeza Ptolemaica: combinaba una serie de
motivos griegos con egipcios; daba prominencia al águila heráldica Ptolemaica
vinculando la familia con Zeus; insistía en los aspectos militares de la
realeza Ptolemaica; y hacía valer sus lazos con Dionisio y Apolo. La procesión
de Dionisio para la que esta impresionante estructura había sido concebida,
seguía la misma línea propagandística: el programa dinámico se inicia asociando
a Ptolomeo I, Berenice, con el propio Alejandro Magno; la desproporcionada
dimensión de la procesión dionisíaca reafirma las afinidades con el dios; la riqueza
del reino se ve continuamente enfatizada por las copiosas referencias a los
valiosos productos a los que podía tener acceso, tales como incienso, mirra,
azafrán, y oro, así como a la producción agrícola egipcia.
El acceso a animales exóticos en gran
número representaba también un factor importante; disponemos de una referencia
a su política exterior en el símbolo representativo de la estratégicamente
crítica ciudad de Corinto en la procesión; y en cuanto al poderío militar de
Egipto se impresiona contundentemente al espectador con la participación en el
acto de no menos de 57.600 soldados de infantería y 23.200 de caballería. En
toda esta actividad de Alejandría, tanto cultural como de cualquier otro tipo,
el abrumador énfasis cultural está puesto en cosas greco-macedonias, pero los
Ptolomeos eran totalmente conscientes de la fascinación que la civilización
faraónica había siempre albergado por el mundo griego y estaban lejos de
oponerse a añadir una pizca de especia exótica procedente de aquella región. No
sorprende, pues, encontrar evidencias del traslado de monumentos egipcios a
Alejandría, o identificar ejemplos en la ciudad de estatúas colosales de los
reyes y reinas Ptolemaicos representados en el estilo tradicional egipcio.
El coste de mantener estas operaciones
militares y de las pretensiones dinásticas era enorme y presuponía una
estructura altamente efectiva capaz de maximizar el potencial de la economía
egipcia tanto en el interior como en el exterior. Los métodos más eficaces para
gestionar la tierra de Egipto habían sido ideados por los propios antiguos
egipcios. Esto lo sabían muy bien los Ptolomeos y se contentaban con
esencialmente con refinar este antiguo sistema en interés de la máxima
rentabilidad económica.
El principio clave de gobierno era la
realeza, pero una realeza algo más compleja que la de los predecesores egipcios
de los Ptolomeos: los Ptolomeos no eran simplemente faraones, sino también
reyes macedonios que regían una élite greco-macedonia dentro del país además de
una serie de pueblos vasallos población de súbditos fuera del mismo. A los ojos
de los macedonios, la reivindicación del rey sobre Egipto y sus provincias
dependientes se basaba en el hecho de que se trataba de un territorio “ganado a
fuerza de lanza”: esto es, su derecho a gobernar era el derecho de conquista, y
como tal derecho, el reino se convertía en su estado para administrarlo de la
forma que considerase adecuado. En un principio, la realeza la ejerció
Alejandro Magno, después Arrhidaeus, su hermano, y Alejandro IV (317-310 a.C.),
hijo de Alejandro, mientras que Ptolomeo, hijo de Lagus, técnicamente sólo era
gobernador de provincia, pero en 305 a.C., el propio Ptolomeo usurpó la corona,
una corona que habría de permanecer por completo dentro de la tradición macedonia.
En Macedonia, para que una pretensión a la
Corona prosperase, eran necesarias tradicionalmente dos condiciones: que sangre
Argead (N.B. dinastía reinante en Macedonia desde 700 a 310 a.C.)
corriese por las venas del aspirante, y que el ejército formalmente
aprobase la ascensión. El problema de satisfacer la primera condición fue
pulcramente resuelto mediante el argumento de que Ptolomeo I no era en absoluto
hijo del histórico Lagus sino del propio Filipo II, quien habría dejado preñada
a la madre de Ptolomeo antes de ser entregada a Lagus. En cuanto a la
aclamación del ejército en Alejandría no es evidente en nuestras fuentes pero
era un principio durante mucho tiempo claramente reconocido.
El proceso de validación de la realeza
Ptolemaica en contextos no egipcios no acabó con dichos principios macedonios
tradicionales - como ciertamente no podía ser - ya que muy rápidamente los
macedonios perderían su importancia en el reino para los muy numerosos griegos
que ofrecían sus servicios a Egipto, o sencillamente figuraban como súbditos en
remotos dominios extranjeros que inicialmente cayeron bajo la autoridad
Ptolemaica. Desde los tiempos de Ptolomeo II nos encontramos con la pretensión
de que el rey y la reina eran ellos mismos dioses, una noción que rápidamente
se convirtió en el concepto de que el rey pertenecía a una hiera o
‘sagrada familia’ compuesta por el rey y todos los soberanos fallecidos de la
dinastía, incluyendo a Alejandro, a través del que los Ptolomeos podían derivar
su ascendencia a partir del propio Zeus (si la alegación de ascendencia directa
de Filipo no se aceptase).
Estos conceptos trajeron también consigo
una pretensión de descendencia de Heracles y Dionisio que tenían un lugar
prominente en la propaganda Ptolemaica de la realeza.
(N.B. Heracles o Héracles, en griego
antiguo Hēraklēs, del nombre de la
diosa Hēra y kleos: ‘gloria’, es decir ‘gloria de Hēra’, es un héroe de la mitología griega.
En Roma, así como en Europa Occidental, es conocido como Hércules y algunos emperadores
romanos – entre ellos Cómodo y Maximiano - se identificaron con él).
Este cuerpo de conceptos estaba asociado
con un culto de ofrendas en honor del rey y su consorte que era, en esencia, un
culto al gobernante que ofrecía la oportunidad a los súbditos egipcios de
reconocer y reafirmar la posición política de los Ptolomeos; es decir, nos
encontramos ante un caso claro de la utilización de la actividad cultual como
soporte de un sistema político, mecanismo cuyas virtudes no se perderían con
los emperadores romanos.
Este desarrollo ha sido con frecuencia
considerado como inspirado en conceptos egipcios, pero cualquiera que esté
familiarizado con la evolución del pensamiento en el siglo cuarto griego sobre
la relación entre lo humano y lo divino, y la claramente difuminada línea que
divide al Hombre y al Dios, no tendrá dificultad en identificar los
antecedentes helénicos de esta noción.
Un desarrollo muy notable dentro de la
Casa Real fue el establecimiento como práctica recurrente, si bien no consistente,
del matrimonio entre hermanos por parte de los mismos padres. Esta tradición,
iniciada por Ptolomeo II al casarse con su hermana Arsínoe II (316 a270 a.C.),
reina de Tracia primero y corregente de Egipto después, ha sido con frecuencia
considerada como una evolución de un precedente histórico egipcio, noción que
ha persistido en la literatura reciente, a pesar de la total falta de evidencia
faraónica fiable de que este tipo de unión matrimonial se hubiese practicado
alguna vez entre los faraones egipcios. Es posible que el casamiento mitológico
hermano-hermana entre Isis y Osiris tuviese alguna influencia en que los
Ptolomeos se moviesen en esta dirección, y ciertamente se estableció un
paralelismo, pero el matrimonio hermano-hermana tiene un prototipo obvio en la
mitología griega en el casamiento de Zeus con Hera, fácil de evocar por una
familia que reclamaba a Zeus como su ancestro.
Fuese como fuese, la razón fundamental
subyacente para introducir esta práctica es probable que hubiese tenido una dimensión
rigurosamente práctica. Arsinoe II era una mujer de una formidable habilidad y
fortaleza de carácter, como tantas otras mujeres greco-macedonias de rango – no
es coincidencia que el más popular Ptolomeo sea Cleopatra VII (51-30 a.C. – y
su matrimonio garantizaba, o ayudaba a garantizar, que ella trabajaría para, y
no en contra de él. Además, aseguraba que ella no se casaría con un posible
rival cuya posición por ello se habría engrandecido. Más que nada, la unión
aseguraba el control Ptolemaico de los mayores activos a disposición de ella de
su anterior matrimonio.
El precedente, una vez establecido, lo
seguirían muchos gobernantes Ptolemaicos y distaba mucho de ser una baza pura.
Muy obviamente, al establecer una base institucional para que mujeres de la
realeza del más alto nivel ejerciesen el poder real, los Ptolomeos debilitaban
la posición de la propia monarquía y contribuían de forma significativa a la
larga e histórica inestabilidad dinástica que habrían convertido a su familia
en una institución lisiada. Los peligros inherentes de esta práctica se
agravaban aún más por el gusto Ptolemaico por la poligamia, que no podía sino
crear rivalidades desastrosas para la sucesión.
En cuanto a los egipcios, asignaban a los
Ptolomeos el role de faraón, la única forma de legitimación del poder político
supremo que conocían. El primer Ptolomeo conocido que había sido
coronado faraón de la forma tradicional fue Ptolomeo V, si bien hay una
tradición de que Alejandro se sometió a esta ceremonia, y el balance de
probabilidades tiene que inclinarse pesadamente a favor de la presunción de que
se trataba de una práctica rutinaria. Es cierto que todos fueron tratados
como faraones en los monumentos egipcios desde la propia conquista macedonia.
Por
debajo del faraón, encontramos una estructura administrativa que posee todos
los distintivos del sistema Ptolemaico hecho más severo. La predominante
preocupación del sistema Ptolemaico a todos los niveles era fiscal, un hecho
que se refleja en las actividades del dioketes, ‘mánager’, el
funcionario mayor del Estado cuyo principal cometido era la administración
financiera del reino. Estaba asistido por un verdadero ejército de subordinados
que incluían a ecologistas, ‘contable’, y, en una época posterior, a ideos
logos, ‘erario privado’, que era responsable de los recursos privados del
faraón. Este foco económico queda también en evidencia cuando nos volvemos al
gobierno local que estaba basado en el sistema tradicional de ‘nonio’
(término griego para el antiguo sepa tu egipcio), que comprendía
cuarenta distritos administrativos comparable con los modernos condados
británicos.
Dentro de estas provincias la producción
agrícola era el foco clave. La tierra, toda ella, pertenecía técnicamente a la
Corona, pero por razones prácticas estaba dividida en dos categorías: basilike
ge, ‘tierra real’, trabajada por ‘agricultores reales’ que trabajaban la
tierra bajo contrato de arrendamiento de renta anual, y ge en aphesei,
‘tierras condonadas’, que caían dentro de varias categorías: hiera ge,
‘tierra del templo’, asignada a los templos como base económica; klerouchike
ge, ‘tierra de cleruches’ parcelas que podían encontrarse por todo el país
y consistía en kleroi, ‘lotes’, asignados a soldados en compensación por
su servicio militar, si se le requiriese; ge en dorrai ‘tierra en
posesión como obsequio’, asignada a sirvientes de la Corona como estipendio por
ocupar un cargo público y dedicación al mismo; idiokletos ge, ‘tierra
privada’; esto es, tierra que de facto, si no de iure, perteneciente
a individuos privados; y finalmente, politike ge’, ‘suelo urbano’,
asignado a un número muy restringido de ciudades de estilo griego en Egipto. No
obstante, cualquiera que fuese el tipo de terreno, la actividad agrícola estaba
meticulosamente controlada por el gobierno central hasta el mínimo detalle con
el mero propósito de maximizar los ingresos del tesoro real. El extracto que
sigue es de un papiro de un texto administrativo típico del inflexible y
dominante rigor de este sistema:
"Auditar las cuentas de pérdidas y
ganancias, si es posible, pueblo por pueblo, y pensamos que esto no es
imposible si se consagra celosamente a la tarea. Si esto no es posible,
[hágalo] por toparquías, aprobando en la auditoría nada que no sean pagos al
banco en el caso de dinero procedente de impuestos, y en el caso de cuotas de
maíz o productos oleíferos sólo entregas al recolector de maíz. Si hay algún
déficit en estos, forzar al toparca y a los servicios fiscales de los granjeros
a depositar en los bancos los atrasos del maíz, los valores asignados en las
ordenanzas para productos oleíferos, productos líquidos, según el tipo.” Papyri Tebtunis 703-117-34).
(N.B. Toparca, señor de una
“toparquía”, pequeño estado compuesto de uno o pocos lugares).
El mismo nivel de control estatal es
igualmente visible en cualquier otra forma de actividad económica: la
explotación de minas y canteras, la producción papiros, la operación del novel
sistema bancario, control monetario, y también el comercio exterior, en el que
Filadelfo estuvo visiblemente activo, no sólo abriendo o manteniendo lucrativas
conexiones comerciales extranjeras sino facilitándolo con iniciativas de
ingeniería a gran escala tales como la terminación del faro de Faros, las
mejoras de la carretera Koptos que uní el Valle del Nilo con el Mar Rojo,
y la reapertura del viejo canal persa que unía el ramal pelusíaco del Nilo con
el Golfo de Suez.
La relación entre la élite greco-macedonia
y sus súbditos egipcios en una primera fase del gobierno Ptolemaico no es
siempre clara y, cuando lo es, muestra cierta inconsistencia. Una inscripción
en Akhmim parece referirse a una princesa Ptolemaica que se habría casado con
un príncipe de la Dinastía XXX, y la vieja aristocracia egipcia no fue relegada
a la inoperancia: parece que miembros de la línea real de la Dinastía XXX
retuvieron altos cargos militares dentro del Período Macedonio; en el reinado
de Ptolomeo II encontramos a un sujeto llamado Sennushepes como supervisor del
harem y con un alto cargo en el nome koptita (de Koptos); evidencia del mismo
reinado también sitúa a los egipcios en puestos administrativos y militares en
el nome mendesiano (de Mendes). Estos y otros casos justifican la fuerte
sospecha de que el Dionysius Petosarapis egipcio, que aparece con rango de
miembro de un Alto Tribunal en Alejandría en los años 160 a.C., tendría más
precedentes en el temprano Período Ptolemaico de lo que actualmente solemos
estar inclinados a admitir.
La evidencia es mucho más completa de la
amplia clase de sacerdotes y escribas del templo, aunque no debemos caer en la
trampa de considerarlos como un grupo cerrado. El cargo sacerdotal era
compatible con el cargo secular, de forma que no podemos mantener una
distinción firme entre una aristocracia secular de rango y cargo, por un lado,
y un estatus eclesiástico, por otro. Los sacerdotes tenían su base en numerosos
templos que se reconstruían o embellecían frecuentemente en tiempos
Ptolemaicos y aún constituyen algunos de los restos más espectaculares y completos
de la cultura faraónica.
Uno de los mejores ejemplos es el templo a
Horus el Behdedite, en Edfu, que es virtualmente Ptolemaico y constituye un
foco de actividad de edificación desde 237 hasta 57 a.C., aunque es altamente
significativo que los Ptolomeos decidiesen retener para el santo de los santos
la capilla de Nectanebo II, de esta forma afirmando su continuidad con el
pasado egipcio. Otro importante foco de construcción de actividad Ptolemaica en
la construcción de templos era Philae, donde, de nuevo, se aprecian estrechos
lazos ratificados con la última dinastía egipcia autóctona.
Éstos, y todos los otros templos del país
continuaron ejerciendo su antigua función como recintos de poder de Egipto, la
interface entre lo humano y lo divino en la que su faraón, si bien por poderes,
el Sumo Sacerdote local, conducía los rituales críticos de mantenimiento para
los dioses, y los dioses, a cambio, canalizaban su poder de dar la vida a
través del faraón hacia Egipto.
Una de las distintivas características de los
templos estatales mayores en los períodos Ptolemaico y Romano, era la
provisión de un pequeño ‘templo períptero’, invariablemente colocado en
ángulo recto con el templo principal, al que Champollion acuñó el término mammisi (palabra inventada por el mundo copto que
significa ‘casa de nacimiento’).
(N.B. Templo períptero (del griego περίπτερος)
es el edificio que está rodeado de columnas alineadas en cada uno de sus lados,
conformando un peristilo exterior. Esta composición arquitectónica fue muy
usual en la arquitectura griega clásica, al menos desde la época de la
arquitectura en madera del siglo VIII a. C.)
Los mammisis Ptolemaicos estaban normalmente rodeados
por columnatas con muros de pantallas intercolumnios, y se usaban para celebrar
los rituales del enlace matrimonial de la diosa (Isis o Hathor), y el
nacimiento del Niño-Dios.
Parece que en un principio habría habido
contrapartidas de los mammisi en forma de relieves de la Dinastía XVIII
describiendo el nacimiento divino del rey en Deir el-Bahri y Luxor. El templo
de Hathor en Dendera incluye dos mammisis, uno datado en el Período
Romano y el otro en los tiempos de Nectanebo (380-362 a.C.), éste último
evidentemente usado para la representación de “obras de misterios” de trece actos relacionados con el nacimiento
del dios Ihy y del faraón.
Por otra parte, los templos estaban lejos
de ser simples centros de culto. También eran importantes focos de actividad
económica cuyos recursos procedían del producto de la tierra cedida a ellos por
la Corona, si bien esta tierra nunca llegaba a ser de su absoluta propiedad, y
además se beneficiaban de cuotas tales como diezmos y subvenciones
estatales.
Ellos producían mercancía manufacturada
para fines seculares, en particular ropa, y eran importantes patrocinadores de
obras de arte tales como esculturas, que se creaban en sus hut-nebu o
‘casa de oro’, o mediante sus programas de construcción, que generaban un
enorme mercado para las habilidades creativas de escultores y pintores. El
trabajo de estos artistas es de un gran interés ya que proporciona la evidencia
Ptolemaica más clara de un intento de acomodo cultural entre el griego y el
egipcio en cuanto que su trabajo les estaba llevando de forma patente en dos
direcciones diferentes.
En primer lugar, su determinación de
continuar con las tradiciones del Egipto del Período Tardío es evidente en la
escultura de relieve que sobrevive en gran número en los templos Ptolemaicos,
pero también lo es a través de los numerosos ejemplos de esculturas en redondo;
algunas de ellas sin par en todo el canon de escultura egipcia. Hay, sin
embargo, una tendencia in crescendo para que la escultura clásica
provocase un impacto, de forma que las obras, en un estilo mixto más bien
incongruente, van siendo más y más corrientes, una tendencia que finalmente
estaba destinada a tener serias consecuencias para el arte tradicional egipcio.
Los sacerdotes gozaban de un poder
político considerable, en particular porque su buena disposición la veían los
Ptolomeos como la llave de la aquiescencia de la población egipcia, y algunos
de ellos, como Maneto de Sebennytus, jugaron un papel importante en la política
cultural Ptolemaica. Los sumos sacerdotes de Menfis eran particularmente
importantes desde este punto de vista; primero, porque eran las figuras más
significativas de la segunda ciudad del reino, y segundo, porque eran los
pontífices supremos de Egipto del momento, con amplios contactos e influencia
en el conjunto del país.
Los Ptolomeos hicieron todo lo que
pudieron para asegurarse este apoyo, pero extendieron sus lisonjas aún más
allá, como se deja ver en expresiones tan conocidas de gratitud sacerdotal como
los decretos Canopus y Rosetta. En efecto, una lectura sensible de dichos
textos revela un cuidado mayor que nunca por parte de los Ptolomeos de mantener
a los sacerdotes en el lado del gobierno, mientras el poder político y militar
se enfrentaba a su ocaso.
Los sacerdotes y los escribas eran los
preeminentes depositarios y exponentes de la cultura tradicional egipcia, un
role en el que solían tener éxitos espectaculares en tiempos Ptolemaicos. Si
consideramos el material textual producido para su uso en el culto del templo,
tales como ‘La Leyenda de Horus de Bejdet y el disco alado’ tallado en
la parte interior del muro de cerramiento oeste en Edfu, descubrimos un
conocimiento profundo de la vieja tradición, combinada con una impresionante
capacidad para la narrativa, y una habilidad para escribir Egipto clásico de
sorprendente calidad, aparte de alguna que otra contaminación del Tardío
Egipto, y niveles demóticos de la lengua, y el exuberante desarrollo del
potencial de la escritura jeroglífica, que habrían hecho el texto con
frecuencia ininteligible para cualquier lector del tardío Imperio Medio, o del
Imperio Nuevo. En otros contextos, encontramos que los viejos géneros
continuaban floreciendo; por ejemplo, biógrafos de tumbas y textos mortuorios
afines, seudo-epígrafes, textos rituales, narrativas, y textos de sabiduría.
Los viejos principios de composición mantenían su vigencia, y el mundo
conceptual era, inequívocamente, el de la última cultura faraónica.
En el concepto Ptolemaico de Vida Futura,
el juicio del fallecido aún era central, como lo era la convicción de que el
veredicto del tribunal (antes del cual todos tenían que bajar al submundo)
dependía de una vida virtuosa. Las actitudes negativas ante la muerte de hecho
podían surgir en cuanto que había una tendencia a quejarse de la injusticia del
atemporal final de una vida, y la indefensión del Hombre de cara a la Muerte, y
esto podría llevar, a su vez, a la convicción de que el Hombre, mientras fuese
posible, debería disfrutar lo máximo posible de la vida.
No obstante, en relación con la Muerte y
la Vida, había la predominante convicción de que los dioses mantenían un orden
moral, y determinar su voluntad y acatarla tenía una importancia crítica. Esta
orden se veía claramente como un marco definitivo de larga data que no podía
cambiarse, cuya estructura y obras se podrían determinar mirando al pasado, y,
en particular, en un pasaje descrito en los antiguos textos como ‘Las Almas de
Re’.
Había un fuerte sentido de dependencia en
la voluntad de los dioses y una convicción de que impondrían un justo castigo
de tener una conducta inaceptable. Se hablaba mucho de algo que traducimos como
‘El Destino’, pero resulta evidente que esto podría equipararse con esa
voluntad de los dioses de que hablamos. Sin embargo, a los egipcios no se les
dejaba en la completa oscuridad en cuanto a lo que aquella voluntad podría
representar, ya que estaban convencidos que los dioses con frecuencia se
comunicaban con el Hombre, en particular median los sueños.
También hubo en tiempos Ptolemaicos un
incremento del interés por la literatura apocalíptica que se creía que ofrecía
una directa revelación interna del funcionamiento del orden divino. Seguía
existiendo una fuerte convicción de que había expertos capaces de alterar el
alcance normal de la capacidad humana a través del conocimiento de palabras y
actos de poder (heka) que podían crear cambios, a veces espectaculares,
en el mundo físico. En cuanto al concepto del carácter del ser humano, éste no
habría cambiado, y la visión de sus relaciones sociales no contiene nada
sorprendente.
De esta forma, los egipcios continuaron
viéndose a sí mismos dentro de un contexto social que trascendía el presente
para abrazar tanto a ancestros como a descendientes cuyo bondadoso recuerdo era
una parte significativa de la inmortalidad que los egipcios ansiaban. También
existía un claro sentido de jerarquía social y un reconocimiento de que la
posición de una persona dentro de esa estructura determinaba su autoridad. En
el día a día de la vida, la solidaridad familiar y los intereses de la
localidad se enfatizaban, como lo era el siempre honrado principio paternalista
y preocupación activa por los económicamente menos favorecidos que uno. Por
otra parte, la literatura del saber podía expresar un obstinado sentido
práctico y una circunspección tales, que dejaba poco espacio para confiar en
nuestro prójimo; también podría traicionar una misoginia que tendría mucho que
ver con el reconocimiento del poder sexual de la Mujer.
Desde siempre, se hacía mucho hincapié en
el auto control y en la moderación como virtudes cardinales, y en las
relaciones políticas, aún se podía ver al faraón como un benefactor divino cuyo
soporte era esencial para tener éxito, aunque había una mayor complacencia en
admitir incluso su dependencia de los dioses y en la posibilidad de que se
pudiese actuar de una manera inaceptable para ellos, lo que redundaría en un
justo castigo para él y para el reino. Finalmente, no deberíamos olvidar un
factor importante, parte de esta cultura vital, que causó una profunda y
duradera impresión en los maestros helénicos de Egipto: la Religión, donde el
éxito, en particular, de Isis y el culto egiptizante de Serapis constituye un
sorprendente ejemplo de sincretismo cultural.
Por debajo del gran colectivo de escribas
egipcios ocupados en las tareas del templo había un significativo grupo de
escribas que funcionaban como funcionarios públicos y secretarios. Por su
puesto, había amplias oportunidades en los gobiernos locales y provinciales si
estaban dispuestos a aprender suficiente griego para actuar como intermediarios
entre egipcios y la élite greco-macedonios. Por debajo de ellos de nuevo nos
encontramos con los machimoi o milicia que eran en su mayoría egipcios y
funcionaban como soldados o policías (Ver Capítulo 13). Teniendo sus orígenes
en los tiempos faraónicos, los machimoi continuaron dentro del Período
Ptolemaico, y, después de su éxito e Raphia en 217 a.C., su importancia en la
institución militar aumentó. Su estatus económico y social no era, sin embargo,
alto, ya que la asignación de tierras habrían recibido era significativamente
menor que las de sus homólogos no egipcios, típicamente 5 o 7 arourai (1
aroura = 0’7 acre) contra a los 20, 30, 70, e incluso más asignados a los cleruchs
griegos. La productividad de estas parcelas era tal que no había
margen para contratar mano de obra auxiliar, así que, si a los machimoi
se les enviaba para realizar un servicio militar, podrían tener serias
dificultades económicas.
No muy por debajo de los machimoi
había una gran masa de campesinado egipcio dedicado a la producción agrícola
que formaba la base de la economía. Esto implicaba la agotadora tarea de crear
y mantener el sistema de irrigación además de las actividades agrícolas
normales para la producción de cereal y forraje, arboricultura, cría de ganado.
El campesinado podía llevar a cabo estas tareas como obreros o inquilinos en
las tierras de la Corona y de los templos o en grandes fincas, y los más
lanzados y afortunados podían arrendar acres adicionales de terratenientes
tales como cleruchs que ellos mismos carecían de interés por la vida
agrícola.
Algunos de ellos eran también
perfectamente capaces de conseguir lo mejor de cualquier oportunidad de
suplementar sus ingresos; por ejemplo, actuando como agentes de transporte
según lo requiriesen los centros de producción gubernamentales o locales.
Ciertamente, está claro que algunos arrendatarios de la las tierras de la
Corona estaban en una buena línea de negocio, pero en la mayoría de los casos
el campesinado estaba operando obviamente a un nivel de subsistencia marginal,
y su lote podría fácilmente llegar a ser insostenible, particularmente en
tiempos de perturbación política interna, lo que era ya un hecho ocurrente que
iba en aumento a finales del tercer siglo a.C.
Una Penosa
Decadencia
La erosión de las posesiones Ptolemaicas
en el Egeo y Siria a finales del tercer siglo y principios del segundo a.C. iba
a dejarles con sólo dos provincias fuera del reino: Cirenaica y Chipre. Polibio
culpa directamente la decadencia a las deficiencias de carácter del propio
Ptolomeo IV, pero el declive del poder Ptolemaico es algo más complejo que las
iniquidades de un solo gobernante. En primer lugar, el cisma dinástico, que
tenía sus raíces en el mismo carácter constitucional de la propia monarquía,
llegó a ser una característica recurrente de la historia
Ptolemaica, que generaba sangrientas contiendas de
conflictos mutuamente destructivos que en el mejor de los casos enervaban, y en
el peor causaban inestabilidad en el reino a un desastroso nivel.
Estos problemas solían agravarse por la
furia de la muchedumbre alejandrina que primero surgió a la muerte de
Ptolomeo IV, en el linchamiento de su ministro Agathocles;
ciertamente, nada ofrece mejor imagen de su desenfrenado y perverso
temperamento que la descripción de Polibio del asesinato de los familiares y
compañeros de Agathocles:
"Todos ellos juntos fueron entregados
a las masas, y algunos empezaron a apalearlos, otros a acuchillarlos, otros les
sacaban los ojos con los propios dedos o con instrumentos improvisados. En
cuanto uno caía, el cuerpo era descuartizado miembro a miembro hasta que todos
quedaban mutilados; pues el salvajismo de los egipcios es ciertamente aterrador
cuando sus pasiones se desatan”. (Polibio, 15-33).
Sus predilecciones como artífices de reyes
lo demuestran más adelante en numerosos episodios. Así, el largo conflicto
entre Ptolomeo VI y VIII frecuentemente procedía de acciones de la multitud, y
en 80 a.C. se excedieron asesinando al propio Ptolomeo X. Finalmente en 48/47
a.C., sus inclinaciones anárquicas alcanzaron un crescendo que culminará con la
destrucción sumaria de su poder por no otro que Julio César. Los efectos de
estas inherentes debilidades en el corazón del reino estaban, a veces,
combinadas con una ambición egotista de griegos de alto rango, militares y
civiles, que estaba dispuestos a hacer lo que fuese para fomentar sus intereses
personales.
En Egipto, fuera de Alejandría la
situación política rápidamente se deterioró desde finales del siglo tercero
a.C., en adelante, conforme el país bullía de discordia interna. Estas
circunstancias ciertamente facilitaba la ascensión de algunos de los egipcios
más capaces y con más iniciativa, y existe evidencia clara que estaban teniendo
éxito en cerrar o incluso eliminar ese espacio que había y separaba a griegos y
egipcios, ganando estados de considerable tamaño e incluso alcanzando el rango
de gobernador provincial (strategos) o gobernador general (epistrategos).
El constante malestar civil se había visto
a veces como una reacción nacionalista motivada étnicamente por los egipcios
contra el odiado griego, pero la situación era claramente mucho más compleja
que eso, y es probablemente mejor hacer una lectura como la consecuencia
natural del debilitamiento de la autoridad real que creó un contexto donde las
antiguas rivalidades y aspiraciones de varios tipos no podían ser controladas
por más tiempo por la autoridad central. Estas podían ser hostilidades entre
ciudades egipcias, como cuando Hermonthis (Armant) y la Crocodilopolis tebana
entraron en guerra en tiempos de Ptolomeo VIII (170-116 a.C.).
De nuevo, cuando, entre 205 y 186 a.C. un
estado independiente se estableció en el Thebald, gobernado en sucesión por dos
reyes nativos llamados Haronnophris y Chaonnophris, muy bien podríamos estar
viendo un resurgir de las antiguas ambiciones políticas del sacerdocio de Amón,
y vale la pena constatar que, en la batalla final en 186 a.C., las tropas
nubias lucharon en el ejército de Chaonnophris; así que, puede que también
tengamos evidencia de un resurgimiento del viejo interés en Tebas de los
devotos nubios del dios. Sin embargo, puesto que la determinada xenofobia
religiosa constituye un fenómeno sólidamente documentado en el Período Tardío,
resultaría en extremo sorprendente que no se encontrase entre los motivos
egipcios para este paso hacia la independencia.
Hay muchos otros signos, a gran escala o
de otra forma, de descontento entre la población egipcia: huelgas, luchas (a
veces hasta el punto de que se abandonasen asentamientos enteros), bandidaje,
ataques de forajidos a pueblos, expoliación de templos, y frecuentes recursos
al derecho de asilo de los templos. Estas son, indisputablemente, las
reacciones de un pueblo empujado más allá de los límites del sufrimiento por la
hambruna, la desenfrenada inflación, y por un opresor y viciado sistema operado
por funcionarios, en su mayoría corruptos, y muy lejos del control efectivo del
gobierno central.
Frente a estos hombres, el estrato más
bajo de la sociedad - que en su mayoría eran egipcios - se sentía realmente
indefenso, por lo que era un objetivo fácil. Las insurrecciones de estos
pueblos podrían muy fácilmente interpretarse como nacionalistas, dada la cercana
congruencia entre un estatus económico y un origen étnico, y tenemos la certeza
de que adquirían tal dimensión de forma explícita y puntual, pero en su nivel
más fundamental, la insurrección era la del oprimido contra el sistema,
considerado éste como el responsable de aquella opresión; y el sistema, por su
parte, igualmente podría percibirse como el sacerdocio egipcio, y sus templos
como la burocracia greco-macedonia. Sea cual fuere su motivación, no obstante,
los efectos corrosivos económicos de esta desorganización supuso un golpe
mortal a la infraestructura económica justo cuando los recursos de riqueza
alternativos se habían agotado casi en su totalidad.
Todos estos eventos internos se
desarrollaban con el creciente intervencionismo de Roma en el Mediterráneo
Oriental como telón de fondo. Algunas veces solicitado, otras no, este proceso
de intervención llevaría, de forma progresiva, a la eliminación del reino de
Macedonia (167 a.C.); la obtención del reino de Pergamon, en 133 a.C.; la
gradual erosión del poder seléucida, que culminaría con la anexión de la parte
que quedaba del reino en 64 a.C.; y, eventualmente, a la caída del propio reino
de los Ptolomeos.
Este último acontecimiento tardaría aún en
llegar y fue el último episodio en las relaciones con Roma que se remontaba a
los primeros años de la dinastía y fue evolucionando a través de diversas
fases. Empezando sobre una base de igualdad en el reinado de Ptolomeo II, con
cortesías diplomáticas entre pares, expresadas mediante la apertura de una embajada
en Roma en 273 a.C., nos vamos a principios del siglo segundo a.C., a una
situación donde Roma se convertiría en el garante de la independencia egipcia.
La descripción que hace Polibio de la
expulsión del territorio egipcio del rey Antíoco IV por el cónsul romano C.
Popilio Laenas, en 168 a.C., ilustra perfectamente el consiguiente cambio de
poder:
“Popilio hizo algo que resultó insolente y
arrogante en grado sumo. Con una vara de parra que tenía en su mano, dibujó un
círculo alrededor de Antíoco y le dijo que diese una respuesta al mensaje antes
de salir del círculo. El rey se quedó asombrado de la arrogancia de este gesto
y, después de titubear por un instante, dijo que haría todo lo que Roma le
pidiese”. (Polibio,
29.27).
A partir de esto, convertirse en
mediador de disputas dinásticas sería una proceso natural: durante el
interminable conflicto entre los hermanos Ptolomeo VI y VIII, Roma se
convirtió en el árbitro; Ptolomeo XI (80 a.C.), debía su reino a Roma, y
se alegó que lo dejó a su benefactor en testamento; en la disputa entre
alejandrinos y Ptolomeo XII (80-51 a.C.) Roma asumió un rol decisivo; y la
implicación de Roma en los asesinos conflictos entre Cleopatra VII y sus
hermanos Ptolomeo XIII y XIV, tuvo lugar en la última fase de la monarquía
Ptolemaica.
Dentro de este maelstrom, esta “corriente trituradora”, Cleopatra, hacia
36 a.C., de forma inverosímil, fue capaz, si bien brevemente, de resucitar
glorias pasadas cuando, gracias a la esplendidez de Marco Antonio, presenciamos
el fugaz resurgir del control Ptolemaico en el sur de Asia Menor y en
Siria-Palestina. Pero esto acaecía en contra de la corriente general cuya
tendencia identificaba a Roma como el único beneficiario del largo declive de
la dinastía: Cirenaica fue tomada en 96 a.C., Chipre en 58. Finalmente, le tocó
el turno a Egipto. En 30 a.C., y tras una lucha tan espectacular y dramática
como cualquier página de la antigüedad nos pueda deparar, este brillante y
antiguo reino cayó ante Roma, iniciándose de este modo el último e interminable
capítulo de la historia de la cultura faraónica.
Dinastía ptolemaica
El Ptolemaico
Unido era un reino helenístico basado en el antiguo
Egipto. Fue gobernado por la dinastía Ptolemaica, que comenzó
con la adhesión de Ptolomeo I Soter después de
la muerte de Alejandro Magno en el 323 a. C. y que terminó
con la muerte de Cleopatra y la conquista romana en el
30 a. C.
El
Ptolemaico fue fundado en 305 a.C por Ptolomeo I Soter,
un diadoco originario de Macedonia en el norte de
Grecia que se declaró faraón de Egipto y creó una
poderosa dinastía griega macedonia que gobernó un área que se
extiende desde el sur de Siria hasta Cirene y hacia el sur
hasta Nubia. Los eruditos también sostienen que el reino fue fundado
en 304 a. C. debido al uso diferente de calendarios: Ptolomeo se coronó a sí
mismo en 304 a. C. en el antiguo calendario egipcio, pero en 305 a. C. en
el antiguo calendario macedonio. Para resolver el problema, el año
305/4 se contó como el primer año del Reino Ptolemaico
en papiros demóticos.
Alejandría,
una polis griega fundada por Alejandro Magno, se convirtió en la
capital y un importante centro de la cultura y el
comercio griego. Para obtener el reconocimiento de la población
nativa egipcia, los Ptolomeos se llamaron a sí mismos faraones. Los
últimos Tolomeos asumieron las tradiciones egipcias al casarse con sus
hermanos según el mito de Osiris, se retrataron en monumentos
públicos con estilo y vestimenta egipcios, y participaron en la vida
religiosa egipcia. Los Ptolomeos estuvieron involucrados en guerras extranjeras
y civiles que llevaron a la decadencia del reino y su conquista final por
parte de Roma. Su rivalidad con el vecino Imperio seléucida de Asia occidental
condujo a una serie de guerras sirias en las que ambas potencias
competían por el control del Levante. La cultura helenística continuó
prosperando en Egipto durante los períodos romano y bizantino hasta
la conquista musulmana.
La era del
reinado ptolemaico en Egipto es uno de los períodos de tiempo mejor
documentados del período helenístico. Una gran cantidad de papiros escritos
en koine griego y egipcio han sido descubiertos en
Egipto.
Establecimiento
Después de
la muerte de Alejandro en Babilonia en el 323 a.C, estalló una crisis
de sucesión entre sus generales. Inicialmente, Perdiccas gobernó
el imperio como regente para el medio hermano de Alejandro Arrhidaeus, quien se
convirtió en Filipo III de Macedonia, y luego como regente tanto para
Felipe III como para el pequeño hijo de Alejandro, Alejandro IV de
Macedonia, que no había nacido en el momento de la muerte de su padre. Perdiccas
nombró a Ptolomeo, uno de los compañeros más cercanos de Alejandro, para
ser sátrapa de Egipto Ptolomeo gobernó Egipto desde el 323 a. C.,
nominalmente en nombre de los reyes conjuntos Felipe III y Alejandro
IV. Sin embargo, cuando el imperio de Alejandro Magno se desintegró,
Ptolomeo pronto se estableció como gobernante por derecho propio. Ptolomeo
defendió con éxito Egipto contra una invasión de Perdiccas en el año 321 a. C.,
y consolidó su posición en Egipto y las áreas circundantes durante las Guerras
de Diadochi (322–301 a. C.). En 305 a. C., Ptolomeo tomó el título de
Rey. Como Ptolomeo I Soter ("Salvador"), fundó la dinastía ptolemaica que
gobernaría Egipto durante casi 300 años.
Todos los
gobernantes masculinos de la dinastía tomaron el nombre de Ptolomeo, mientras
que las princesas y reinas preferían los nombres de Cleopatra, Arsinoë y
Berenice. Debido a que los reyes ptolemaicos adoptaron la costumbre
egipcia de casarse con sus hermanas, muchos de los reyes gobernaron
conjuntamente con sus cónyuges, que también eran de la casa real. Esta
costumbre de la política ptolemaica era confusamente incestuosa, y los últimos
Ptolomeos eran cada vez más débiles. Las únicas reinas ptolemaicas que
gobernaron oficialmente por su cuenta fueron Berenice III y Berenice
IV. Cleopatra V co-gobernó, pero fue con otra mujer, Berenice
IV. Cleopatra VII co-gobernó oficialmente con Ptolomeo XIII
Theos Philopator, Ptolomeo XIV y Ptolomeo XV, pero efectivamente,
ella gobernó Egipto sola.
Los
primeros Ptolomeos no perturbaron la religión o las costumbres de los egipcios. Construyeron
magníficos templos nuevos para los dioses egipcios y pronto adoptaron la
exhibición externa de los faraones de antaño. Durante el reinado de
Ptolomeos II y III, miles de veteranos macedonios fueron recompensados con
subvenciones de tierras agrícolas, y los macedonios se plantaron en colonias y
guarniciones o se establecieron en aldeas en todo el país. El Alto Egipto,
más alejado del centro de gobierno, se vio menos afectado de inmediato, aunque
Ptolomeo I estableció la colonia griega de Ptolomeo Hermiou como su
capital. La influencia se había extendido por todo el país y los
matrimonios mixtos habían producido una gran clase educada
greco-egipcia. Sin embargo, los griegos siempre fueron una minoría
privilegiada en el Egipto ptolemaico. Vivieron bajo la ley griega,
recibieron educación griega, fueron juzgados en tribunales griegos y eran
ciudadanos de ciudades griegas.
Ptolomeo I Soter
Ptolomeo I ("Tolomeo el Salvador"; C 367 a.C
- Enero 282 a.C) fue un compañero e historiador de Alejandro el
Grande del Reino de Macedonia en norte de Grecia que
se convirtió en gobernante de Egipto, parte del antiguo imperio de Alejandro. Ptolomeo
fue el primer faraón del Egipto ptolemaico desde 305/304 a. C.
hasta su muerte. Fue el fundador de la Dinastía ptolemaica que
gobernó Egipto hasta la muerte de Cleopatra en 30 a. C., convirtiendo
el país en un reino helenístico y Alejandría en un
centro de la cultura griega.
Ptolomeo I
era hijo de Arsinoe de Macedonia por su esposo Lagus o Felipe
II de Macedonia, el padre de Alejandro. Ptolomeo fue uno de los compañeros
y oficiales militares más confiables de Alejandro. Después de la muerte
de Alejandro en el 323 a. C., Ptolomeo recuperó su cuerpo cuando estaba en
camino para ser enterrado en Macedonia, colocándolo en Memphis, donde
luego fue trasladado a Alejandría en una nueva tumba. Luego se unió a
una coalición contra Perdiccas, el regente real sobre Filipo III de
Macedonia. Este último invadió Egipto, pero fue asesinado por sus propios
oficiales en 320 a. C., lo que permitió a Ptolomeo I consolidar su control
sobre el país. Después de una serie de guerras entre los sucesores de
Alejandro, Ptolomeo ganó un reclamo sobre Judea en el sur de Siria, que
fue disputado con el rey sirio Seleuco I Nicator, su antiguo
aliado. También tomó el control de Chipre y Cirenaica, el último
de los cuales fue puesto bajo el control del hijastro de Ptolomeo Magas.
Busto de Ptolomeo I en el Louvre
Ptolomeo
Puede que me haya casado con Thaïs, su amante durante la vida de
Alejandro; Se sabe que se casó con la noble persa Artakama por orden de
Alejandro. Más tarde se casó con Eurídice, hija del regente
macedonio Antipater; sus hijos Ptolomeo Keraunos y Meleagro gobernaron
a su vez como reyes de Macedonia. El último matrimonio de Ptolomeo fue
con Berenice I, la prima y dama de Eurídice. Ptolomeo I murió en 282
a. C. y fue sucedido por su hijo con Berenice, Ptolomeo II.
Vida temprana
Un macedonio,
Ptolomeo nació en 367 a. C. La madre de Ptolomeo era Arsinoe. Según Sátiro
el peripatético, Arsinoe era un descendiente de Alejandro I de Macedonia y,
por lo tanto, un miembro de la dinastía Argead, que afirmaba descender
definitivamente de Heracles. Aparentemente, el padre de Ptolomeo
era Lagus, un noble macedonio de Eordaea, pero muchas fuentes
antiguas afirman que en realidad era un hijo ilegítimo de Filipo II de
Macedonia. De ser cierto, esto habría convertido a Ptolomeo en el medio
hermano de Alejandro. Es probable que este sea un mito posterior
fabricado para glorificar la dinastía ptolemaica.
Ptolomeo
sirvió con Alexander desde sus primeras campañas, y estuvo entre los
siete somatophylakes (guardaespaldas) de Alexander. Jugó un
papel principal en las campañas posteriores en Afganistán e India.
Participó en la Batalla de Issus, al mando de las tropas en el ala
izquierda bajo la autoridad de Parmenion. Más tarde, acompañó a Alejandro
durante su viaje al Oráculo en el Oasis de Siwa, donde fue
proclamado hijo de Zeus. Ptolomeo tuvo su primer comando
independiente durante la campaña contra el rebelde Bessus, a quien
Ptolomeo capturó y entregó a Alejandro para su ejecución.
Sucesor de Alejandro
Cuando
Alejandro murió en 323 a. C., se dice que Ptolomeo instigó el asentamiento del
imperio hecho en Babilonia. A través de la Partición de
Babilonia, fue nombrado sátrapa de Egipto, bajo los reyes
nominales Filipo III Arrhidaeus y el infante Alejandro IV; el
antiguo sátrapa, el griego Cleomenes, se quedó como su
adjunto. Ptolomeo rápidamente se movió, sin autorización, para subyugar
a Cirenaica.
Por
costumbre, los reyes en Macedonia afirmaron su derecho al trono enterrando a su
predecesor. Probablemente porque quería adelantarse a Perdiccas, el
regente imperial, de hacer su reclamo de esta manera, Ptolomeo hizo grandes
esfuerzos para adquirir el cuerpo de Alejandro Magno. En su lecho de
muerte, Alejandro Magno deseaba ser enterrado en el Templo de Zeus Ammon en
el Oasis de Siwa de la antigua Libia en lugar de
las tumbas reales de Aigai en Macedonia. Sin embargo, sus
sucesores, incluido Perdiccas, intentaron enterrar su cuerpo en
Macedonia. A finales del 322 o principios del 321 a. C., el cuerpo de
Alejandro Magno estaba en Siria, camino a Macedonia, cuando fue capturado por
Ptolomeo I Soter. Trajo los restos de Alejandro a Egipto, enterrándolos
en Memphis, pero luego fueron trasladados a Alejandría, donde se
construyó una tumba de Alejandro Magno. Poco después de este
evento, Ptolomeo se unió abiertamente a la coalición contra
Perdiccas. Perdiccas parece haber sospechado que Ptolomeo apuntaba al
trono él mismo, y puede haber decidido que Ptolomeo era su rival más
peligroso. Ptolomeo ejecutó a Cleomenes por espiar en nombre de
Perdiccas; Esto eliminó el control principal sobre su autoridad y permitió
a Ptolomeo obtener la enorme suma que Cleomenes había acumulado.
Ptolomeo I como Faraón de
Egipto, Museo Británico, Londres
Rivalidad y guerras
En 321 a.
C., Perdiccas intentó invadir Egipto, solo para caer en manos de sus propios
hombres. La decisión de Ptolomeo de defender el Nilo contra
Perdiccas terminó en un fiasco para Perdiccas, con la pérdida de 2.000
hombres. Este fracaso fue un golpe fatal para la reputación de Perdiccas,
y dos de sus subordinados lo asesinaron en su tienda. Ptolomeo cruzó
inmediatamente el Nilo, para proporcionar suministros a lo que el día anterior
había sido un ejército enemigo. Ptolomeo se le ofreció la regencia en
lugar de Perdiccas; pero él lo rechazó. Ptolomeo fue consistente en
su política de asegurar una base de poder, mientras que nunca sucumbió a la
tentación de arriesgar todo para suceder a Alejandro.
Reino de
Ptolomeo I Soter Reino de Casandro Reino
de Lisímaco Reino
de Seleuco
I Nicator Epirus Otro: Cartago Roma Colonias
griegas
En las
largas guerras que siguieron entre los diferentes Diadochi, el primer
objetivo de Ptolomeo era mantener a Egipto de manera segura, y su segundo
objetivo era asegurar el control en las áreas periféricas: Cirenaica y Chipre,
así como Siria, incluida la provincia de Judea. Su primera
ocupación de Siria fue en 318, y estableció al mismo tiempo un protectorado sobre
los pequeños reyes de Chipre. Cuando Antigonus One-Eye, maestro de
Asia en 315, mostró ambiciones expansionistas, Ptolomeo se unió a la coalición
contra él y, al estallar la guerra, evacuó Siria. En Chipre, luchó contra
los partidarios de Antígono y volvió a conquistar la isla (313). Una
revuelta en Cirene fue aplastada el mismo año.
En 312,
Ptolomeo y Seleuco, el sátrapa fugitivo de Babilonia, ambos invadieron
Siria y derrotaron a Demetrio Poliorcetes ("sitiador de
ciudades"), el hijo de Antígono, en la Batalla de Gaza. Una vez
más ocupó Siria, y nuevamente, después de solo unos pocos meses, cuando
Demetrius había ganado una batalla sobre su general y Antígono
entró en Siria con fuerza, lo evacuó. En 311, se concluyó
una paz entre los combatientes. Poco después de esto, el rey sobreviviente
de 13 años, Alejandro IV, fue asesinado en Macedonia por orden de Casandro,
dejando al sátrapa de Egipto absolutamente su propio maestro.
La paz no
duró mucho, y en 309 Ptolomeo comandó personalmente una flota que separó las
ciudades costeras de Licia y Caria de Antígono, luego cruzó
a Grecia, donde tomó posesión de Corinto, Sicyon y Megara (308
a. C.). En 306, una gran flota bajo Demetrio atacó Chipre, y el hermano de
Ptolomeo, Menelao, fue derrotado y capturado en otra batalla decisiva de
Salamina. La pérdida completa de Ptolomeo de Chipre siguió.
Los
sátrapas Antígono y Demetrio ahora asumían el título de rey; Ptolomeo, así
como Casandro, Lisímaco y Seleuco I Nicator, respondieron
haciendo lo mismo. En el invierno de 306 a. C., Antígono intentó seguir su
victoria en Chipre invadiendo Egipto; pero Ptolomeo era más fuerte allí y
con éxito mantuvo la frontera contra él. Ptolomeo no dirigió más
expediciones al extranjero contra Antígono. Sin embargo, envió una gran
ayuda a Rodas cuando fue asediada por Demetrio (305/304). Los
rodios otorgaron honores divinos a Ptolomeo como resultado del levantamiento
del asedio.
Cuando la
coalición contra Antígono se renovó en 302, Ptolomeo se unió a ella e invadió
Siria por tercera vez, mientras que Antígono se comprometió con Lisímaco
en Asia Menor. Al escuchar un informe de que Antígono había obtenido
una victoria decisiva allí, una vez más evacuó Siria. Pero cuando llegó la
noticia de que Antígono había sido derrotado y asesinado por Lisímaco y Seleuco
en la Batalla de Ipsus en 301, ocupó Siria por cuarta vez.
Los otros
miembros de la coalición habían asignado toda Siria a Seleuco, después de lo
que consideraban la deserción de Ptolomeo, y durante los siguientes cien años,
la cuestión de la propiedad del sur de Siria (es decir, Judea) produjo una
guerra recurrente entre las dinastías seléucida y ptolemaica.
. En adelante, Ptolomeo parece haberse involucrado lo menos posible en las
rivalidades entre Asia Menor y Grecia; perdió lo que tenía
en Grecia, pero reconquistó Chipre en 295/294. Cirenaica, después de una
serie de rebeliones, fue finalmente subyugada en unos 300 y colocada bajo su
hijastro Magas.
Matrimonios, hijos y sucesión
Mientras
Alejandro estaba vivo, Ptolomeo tuvo tres hijos con su amante Thaïs, que
también pudo haber sido su esposa: Lagus; Leontisco; y Eirene, quien
fue dada en matrimonio con Eunostos de Soloi en Chipre. Durante las bodas
de Susa, Ptolomeo se casó con la noble persa Artakama, según lo ordenado
por Alejandro Magno. Alrededor del 322 a. C., se casó con Eurídice,
hija de Antipater, regente de Macedonia. Tuvieron cinco hijos antes
de que la repudiaran: tres hijos: Ptolomeo Keraunos, rey de Macedonia desde
el 281 a. C. hasta el 279 a. su hermano y sucesor Meleager, quien
gobernó durante dos meses en 279 a. y un 'rebelde en Chipre' que fue
asesinado por su medio hermano Ptolomeo II Filadelfo, así como las hijas
Ptolomeo, que se casó con Demetrio I de Macedonia, y Lisandra,
primero casada con Alejandro V de Macedonia y luego con Lisimaco'
hijo Agathocles. Ptolomeo se casó una vez más con Berenice, la
prima de Eurídice, que había venido a Egipto como la dama de compañía de
Eurídice con los hijos de su primer matrimonio con Filipo. Sus hijos
fueron Arsinoe II, Philotera y Ptolomeo II. Su hijo mayor,
Arsinoe, se casó con Lisímaco, luego con su medio hermano Ptolomeo Keraunos, y
finalmente con su hermano completo Ptolomeo II.
En 285,
Ptolomeo hizo a su hijo con Berenice, Ptolomeo II Filadelfo, su corregente. Su
hijo mayor legítimo, Ptolomeo Keraunos, huyó a la corte de
Lisímaco. Ptolomeo I murió en enero de 282 a los 84 u 85 años. Astuto
y cauteloso, tenía un reino compacto y bien ordenado para mostrar al final de
los cuarenta años de guerra. Su reputación de buena naturaleza y
liberalidad unía a la clase de soldados flotantes de macedonios y otros griegos
a su servicio, y no era insignificante; ni descuidó por completo la
conciliación de los nativos. Fue un mecenas listo de las letras y fundó la
Gran Biblioteca de Alejandría. La dinastía ptolemaica que
fundó gobernó Egipto durante casi trescientos años. Fue un helenístico
reino conocido por su capital Alejandría, que se convirtió en un centro
de la cultura griega. El dominio ptolemaico terminó con la muerte de Cleopatra
VII en el 30 a. C.
Historia perdida de las campañas de Alejandro
Ptolomeo
mismo escribió una historia de testigos oculares de las campañas de Alejandro
(ahora perdidas). En el siglo II d.C, la historia de Ptolomeo fue
utilizada por Arrian de Nicomedia como una de sus dos fuentes
principales (junto con la historia de Aristóbulo de Cassandreia)
para su propia Anabasis de Alejandro, y por lo tanto, gran parte de
la historia de Ptolomeo puede se supone que sobrevive en paráfrasis o precisión
en el trabajo de Arrian. Arrian cita a Ptolomeo por su nombre solo en
unas pocas ocasiones, pero es probable que grandes extensiones
de Anabasis de Arrian reflejen la versión de los acontecimientos
de Ptolomeo. Arrian una vez nombra a Ptolomeo como el autor "a quien principalmente sigo", y
en su Prefacio escribe que Ptolomeo le parecía una fuente particularmente
confiable, "no solo porque estaba
presente con Alejandro en campaña, sino también porque él mismo era un rey, y
por lo tanto mentir sería más deshonroso para él que para cualquiera más".
La historia
perdida de Ptolomeo se consideró durante mucho tiempo un trabajo objetivo,
distinguido por su honestidad y sobriedad directas, pero el trabajo más
reciente ha cuestionado esta evaluación. RM Errington argumentó que la
historia de Ptolomeo se caracterizó por prejuicios persistentes y
autograndecimiento, y por el ennegrecimiento sistemático de la reputación
de Perdiccas, uno de los principales rivales dinásticos de Ptolomeo
después de la muerte de Alejandro. Por ejemplo, el relato de Arrian de la
caída de Tebas en 335 a. C. (Anabasis 1.8.1–1.8.8, una rara
sección de narrativa atribuida explícitamente a Ptolomeo por Arrian) muestra
varias variaciones significativas del relato paralelo preservado
en Diodorus Siculus (17.11–12), más notablemente en atribuir a
Perdiccas un papel claramente no heroico. Más recientemente, J. Roisman ha
argumentado que el caso del ennegrecimiento de Perdiccas y otros por parte de
Ptolomeo ha sido muy exagerado.
Euclides
Ptolomeo
patrocinó personalmente al gran matemático Euclides. Encontró el
trabajo seminal de Euclides, los Elementos, demasiado difícil de estudiar,
por lo que preguntó si había una manera más fácil de
dominarlo. Según Proclusamente, Euclides bromeó: "Señor, no hay camino real a
la geometría".
Ptolomeo II Filadelfo
Ptolomeo II
Filadelfo (Ptolomeo Filadelfos "Ptolomeo, amante de su hermana"; 308/9 - 28 de enero de 246 a.
C.) fue el segundo faraón del Egipto ptolemaico del 283 al
246 a. C. Era hijo de Ptolomeo I Soter, el general griego
macedonio de Alejandro Magno que fundó el Reino Ptolemaico
después de la muerte de Alejandro, y la reina Berenice I, originaria
de Macedonia en el norte de Grecia.
Durante el
reinado de Ptolomeo II, el esplendor material y literario de
la corte alejandrina estaba en su apogeo. Promovió el Museo
y la Biblioteca de Alejandría. La magnífica y disoluta atmósfera
intelectual y artificial de la corte ha sido comparada con el Palacio
de Versalles de Luis XIV de Francia.
Además de
Egipto, el imperio de Ptolomeo abarcaba gran parte del Egeo y
el Levante. Persiguió una política exterior agresiva y expansionista
con éxito mixto. Desde 275-271 a.C, dirigió el Reino Ptolemaico contra
el Imperio seléucida rival en la Primera Guerra Siria y
extendió el poder ptolemaico a Cilicia y Caria, pero perdió el
control de Cirenaica después de la deserción de su medio
hermano Magas. En la guerra de Chremonidean (c. 267-261 a.
C.), Ptolomeo se enfrentó a Macedonia antigonida por el control
del Egeo y sufrió graves contratiempos. Esto fue seguido por una Segunda
Guerra Siria (260-253 a. C.) contra el imperio seléucida, en el que se
perdieron muchas de las ganancias de la primera guerra.
Busto de Ptolomeo II, Museo
Arqueológico Nacional, Nápoles
Vida temprana
Ptolomeo II
fue el hijo de Ptolomeo I y su tercera esposa Berenice
I. Nació en la isla de Kos en 309/308 a. C., durante la invasión
de su padre al Egeo en la Cuarta Guerra de Diadoch. Tenía dos
hermanas completas, Arsinoe II y Philotera. Ptolomeo fue
educado por varios de los intelectuales más distinguidos de la época,
incluidos Philitas de Cos y Strato de Lampsacus.
Ptolomeo II
tenía numerosos medios hermanos. Dos de los hijos de su padre por su
matrimonio anterior con Eurídice, Ptolomeo
Keraunos y Meleagro, se convirtieron en reyes
de Macedonia. Los hijos del primer matrimonio de su madre Berenice
con Filipo incluyeron a Magas de Cirene y Antígona, la
esposa de Pirro de Epiro.
En el
nacimiento de Ptolomeo II, su medio hermano mayor Ptolomeo Keraunos era el
presunto heredero. A medida que Ptolomeo II creció, se desarrolló una
lucha por la sucesión entre ellos, que culminó con la salida de Ptolomeo
Keraunos de Egipto alrededor del 287 a. C. El 28 de marzo de 284 a. C.,
Ptolomeo I hizo que Ptolomeo II fuera declarado rey, elevándolo formalmente al
estado de corregente. En los documentos contemporáneos, a Ptolomeo se le
conoce generalmente como 'Rey Ptolomeo hijo de Ptolomeo' para distinguirlo de
su padre. La corregencia entre Ptolomeo II y su padre continuó hasta la
muerte de este último en abril-junio de 282 a. C. Una cuenta antigua
afirma que Ptolomeo II asesinó a su padre, pero otras fuentes dicen que murió
de vejez, lo que es más probable dado que tenía alrededor de ochenta años.
Reinado
Arsinoe I y Arsinoe II
Las
consecuencias del conflicto de sucesión entre Ptolomeo II y Ptolomeo Keraunos
continuó incluso después de la adhesión de Ptolomeo II. El conflicto fue
probablemente la razón por la cual Ptolomeo ejecutó a dos de sus hermanos,
probablemente hermanos completos de Keraunos, en el 281 a. C. Keraunos
mismo había acudido a la corte de Lisímaco, quien
gobernó Tracia y el oeste de Asia Menor tras su expulsión
de Egipto. La corte de Lisímaco estaba dividida sobre la cuestión de apoyar
a Keraunos. Por un lado, Lisímaco se había casado con la hermana de
Ptolomeo II, Arsinoe II, desde el 300 a. C. Por otro lado, el heredero de
Lisímaco, Agathocles, estaba casado con la hermana completa de
Keraunos, Lysandra. Lisímaco eligió apoyar a Ptolomeo II y selló esa
decisión en algún momento entre 284 y 281 a.C. al casar a su hija Arsinoe
I con Ptolomeo II.
El
conflicto continuo sobre el tema dentro de su reino condujo a la ejecución de
Agathocles y al colapso del reino de Lisímaco en el 281 a. C. Alrededor
del 279 a. C., Arsinoe II regresó a Egipto, donde se enfrentó con su cuñada
Arsinoe I. Algún tiempo después del 275 a. C., Arsinoe I fue acusada de
conspiración y exiliada a Coptos. Probablemente en 273/2 a.C,
Ptolomeo se casó con su hermana mayor, Arsinoe II. Si bien el matrimonio
entre hermanos confirmó la práctica tradicional de
los faraones egipcios, fue impactante para los griegos que lo
consideraron incestuoso. Un poeta, Sotades, que se burló del matrimonio
fue exiliado y asesinado. El matrimonio puede no haberse consumado, ya
que no produjo hijos. Otro poeta, Teócrito, defendió el matrimonio
comparándolo con el matrimonio de los dioses Zeus y su hermana
mayor, Hera. El matrimonio proporcionó un modelo que fue seguido por
la mayoría de los monarcas ptolemaicos posteriores.
Los tres
hijos de Arsinoe I, que incluyeron al futuro Ptolomeo III, parecen haber
sido retirados de la sucesión después de la caída de su madre. Ptolomeo
II parece haber adoptado al hijo de Arsinoe II por Lisímaco, también
nombrado Ptolomeo, como su heredero, y finalmente lo promovió como
corregente en 267 a. C., un año después de la muerte de Arsinoe
II. Conservó esa posición hasta su rebelión en el 259 a. C. Alrededor de la época de la rebelión, Ptolomeo II
legitimó a los hijos de Arsinoe I al hacer que Arsinoe II los adoptara
póstumamente.
Ptolomeo II y Arsinoe II representados en
el Gonzaga Cameo en el Museo del Hermitage, San
Petersburgo.
Moneda de Antioco I
Ptolomeo I
había apoyado originalmente el establecimiento de su amigo Seleuco
I como gobernante de Mesopotamia, pero las relaciones se habían
enfriado después de la Batalla de Ipsos en 301 a. C., cuando ambos
reyes reclamaron Siria. En ese momento, Ptolomeo I había ocupado la
parte sur de la región, Coele Siria, hasta el río Eleutherus,
mientras que Seleuco estableció el control sobre el territorio al norte de ese
punto. Mientras vivieron los dos reyes, esta disputa no condujo a la
guerra, pero con la muerte de Ptolomeo I en 282 y de Seleuco I en 281 a. C.,
eso cambió.
El hijo de
Seleuco, Antíoco I, pasó varios años luchando para restablecer el control
sobre el imperio de su padre. Ptolomeo II aprovechó esto para expandir su
reino a expensas de Seleucid. Las adquisiciones del reino ptolemaico en
este momento pueden rastrearse en fuentes epigráficas y parecen
incluir a Samos, Mileto, Caria, Licia, Panfilia y
tal vez Cilicia. Antíoco I aceptó estas pérdidas en el 279 a. C.,
pero comenzó a aumentar sus fuerzas para una revancha.
Antíoco
hizo esto al buscar lazos con el medio hermano materno de Ptolomeo II, Magas,
quien había sido gobernador de Cirenaica desde alrededor del 300 a.
C., se había declarado rey de Cirene en algún momento después de la
muerte de Ptolomeo I. Alrededor del año 275 a. C., Antíoco se alió con
Magas casándose con su hija Apama. Poco después, Magas invadió
Egipto, marchando hacia Alejandría, pero se vio obligado a retroceder cuando
los nómadas libios lanzaron un ataque contra Cirene. En
este mismo momento, las propias fuerzas de Ptolomeo se vieron
perjudicadas. Había contratado a 4.000 mercenarios gales, pero
poco después de su llegada, los galos se amotinaron y Ptolomeo los abandonó en
una isla desierta en el Nilo donde "perecieron a manos del otro o por hambre". Esta victoria
se celebró a gran escala. Varios de los reyes contemporáneos de Ptolomeo
habían librado serias guerras contra las invasiones galas en Grecia y Asia
Menor, y Ptolomeo presentó su propia victoria como equivalente a la de
ellos.
Invasión de Nubia (c. 275 a.C)
Ptolomeo se
enfrentó con el reino de Nubia, ubicado al sur de Egipto, sobre el
territorio conocido como Triakontaschoinos ('tierra de treinta millas'). Este fue el tramo del río Nilo
entre la Primera Catarata en Syene y la Segunda
Catarata en Wadi Halfa (toda el área ahora está sumergida bajo
el lago Nasser). La región pudo haber sido utilizada por los nubios
como base para incursiones en el sur de Egipto. Alrededor del 275 a. C.,
las fuerzas ptolemaicas invadieron Nubia y anexionaron las doce millas al norte
de este territorio, posteriormente conocidas como
los Dodekaschoinos ("tierra
de doce millas"). La conquista se celebró públicamente en
la poesía panegírica de la corte de Teócrito y
mediante la construcción de una larga lista de distritos nubios en
el Templo de Isis en Philae, cerca de Syene. El territorio
conquistado incluía las ricas minas de oro en Wadi Allaqi donde
Ptolomeo fundó una ciudad llamada Berenice Panchrysus e instituyó un programa
de minería a gran escala. La producción de oro de la región fue un
contribuyente clave para la prosperidad y el poder del imperio ptolemaico en el
siglo III a. C.
Primera guerra siria (274-271 a.C)
Probablemente
en respuesta a la alianza con Magas, Ptolomeo declaró la guerra a Antíoco I en
274 a. C. al invadir Siria seléucida. Después de un éxito inicial, las
fuerzas de Ptolomeo fueron derrotadas en la batalla por Antíoco y obligadas a
retirarse a Egipto. La invasión era inminente y Ptolomeo y Arsinoe pasaron
el invierno de 274/3 a. C. reforzando las defensas en el este del Delta
del Nilo. Sin embargo, la esperada invasión seléucida nunca tuvo
lugar. Las fuerzas seléucidas se vieron afectadas por problemas económicos
y un brote de peste. En 271 a. C., Antíoco abandonó la guerra y aceptó la
paz, con un retorno al status quo ante bellum. Esto se celebró en
Egipto como una gran victoria, tanto en la poesía griega, como en
el Idilio 17 de Teócrito como por el sacerdocio egipcio en
la Estela de médula.
Colonización del Mar Rojo
Ptolomeo
revivió programas egipcios anteriores para acceder al Mar Rojo. Darío
I había excavado un canal desde el Nilo cerca
de Bubastis hasta el Golfo de Suez, a través de Pithom,
el lago Timsah y los lagos amargos, en el siglo VI a.
C. Sin embargo, para el tiempo de Ptolomeo se había bloqueado. Lo
hizo despejar y restaurar a la operación en 270/269 a.C, un acto que se
conmemora en la Estela de Pithom. La ciudad de Arsinoe se
estableció en la desembocadura del canal en el Golfo de Suez. Desde allí,
se enviaron dos misiones exploratorias por las costas este y oeste del Mar Rojo
hasta Bab-el-Mandeb. Los líderes de estas misiones establecieron una
cadena de 270 bases portuarias a lo largo de las costas, algunas de las cuales
se convirtieron en importantes centros comerciales.
A lo largo
de la costa egipcia, Philotera, Myos Hormos y Berenice
Troglodytica se convertirían en importantes terminales de rutas de
caravanas que atraviesan el desierto egipcio y puertos clave para
el comercio del Océano Índico que comenzó a desarrollarse
durante los próximos tres siglos. Incluso más al sur estaba Ptolemais
Theron (posiblemente ubicado cerca del moderno Puerto Sudán), que se
utilizó como base para capturar elefantes. Los adultos fueron
asesinados por su marfil, los niños fueron capturados para ser entrenados
como elefantes de guerra.
En la costa
este del mar, los asentamientos clave fueron Berenice
(moderna Aqaba/Eilat) y Ampelone (cerca de la
moderna Jeddah). Estos asentamientos permitieron a los Ptolomeos
acceder al extremo occidental de las rutas de caravanas del comercio
de incienso, dirigido por los nabateos, que se convirtieron en
aliados cercanos del imperio ptolemaico.
Guerra de Chremonidean (267-261 a.C)
A lo largo
del período temprano del reinado de Ptolomeo II, Egipto fue el poder naval
preeminente en el Mediterráneo oriental. La esfera de poder ptolemaica se
extendió sobre las Cícladas hasta Samotracia en el norte
del Egeo. Las fuerzas navales ptolemaicas incluso entraron en el Mar
Negro, emprendiendo una campaña en apoyo de la ciudad libre de Bizancio.
Ptolomeo pudo seguir esta política intervencionista sin ningún desafío porque
una guerra civil de larga duración en Macedonia había dejado un vacío
de poder en el norte del Egeo. Este vacío fue amenazado después de Antigonus
II Gonatas se estableció firmemente como rey de Macedonia en el 272 a.
C. Cuando Antígono expandió su poder a través de Grecia continental,
Ptolomeo II y Arsinoe II se posicionaron como defensores de la "libertad
griega" de la agresión macedonia. Ptolomeo forjó alianzas con las dos
ciudades griegas más poderosas, Atenas y Esparta.
El político
ateniense Chremonides forjó una nueva alianza con Esparta en 269 a.
C. A finales del 268 a. C., Chremonides declaró la guerra a Antígono
II. El almirante ptolemaico Patroclus navegó hacia el Egeo en
267 a. C. y estableció una base en la isla de Keos. Desde allí,
navegó a Ática en 266 a. El plan parece haber sido que él se
reuniera con el ejército espartano y luego usara sus fuerzas combinadas para
aislar y expulsar a las guarniciones antigónidas de Sounion y Pireo que
mantenían a raya a los atenienses. Sin embargo, el ejército espartano no
pudo abrirse paso hasta Ática y el plan falló. En 265/4 a. C., Areus una
vez más trató de cruzar el istmo de Corinto y ayudar a los atenienses
asediados, pero Antígono II concentró sus fuerzas contra él y derrotó a los
espartanos, con el propio Areus entre los muertos. Después de un asedio
prolongado, los atenienses se vieron obligados a rendirse a Antígono a
principios del 261 a. C. Chremonides y su hermano Glaucón, responsables de
la participación ateniense en la guerra, huyeron a Alejandría, donde Ptolomeo
los recibió en su corte.
A pesar de
la presencia de Patroclus y su flota, parece que Ptolomeo II dudó en
comprometerse completamente con el conflicto en Grecia continental. Las
razones de esta reticencia no están claras, pero parece que, especialmente en
los últimos años de la guerra, la participación ptolemaica se limitó al apoyo
financiero para las ciudades-estado griegas y la asistencia naval. Gunther
Hölb sostiene que el foco ptolemaico estaba en el Egeo oriental, donde las
fuerzas navales bajo el mando del corregente Ptolomeo el Hijo, tomaron el
control de Éfeso y quizás de Lesbos en 262 a. C. El
final de la participación ptolemaica puede estar relacionado con la Batalla
de Kos, cuya cronología es muy discutida por los estudiosos modernos. Casi
nada se sabe sobre los eventos de la batalla, excepto que Antigonus II Gonatas,
aunque superado en número, llevó a su flota a derrotar a los comandantes no
nombrados de Ptolomeo. Algunos eruditos, como Hans Hauben, argumentan que
Kos pertenece a la Guerra de Chremonidean y se peleó alrededor del 262/1 a. C.,
con Patroclus al mando de la flota ptolemaica. Otros, sin embargo, ubican
la batalla alrededor del 255 a. C., en el momento de la Segunda Guerra
Siria.
La guerra
de Chremonidean y la batalla de Kos marcaron el final de la talasocracia ptolemaica
absoluta en el Egeo. La Liga de los isleños, que había sido
controlada por los Ptolomeos y utilizada por ellos para gestionar las islas
Cícladas, parece haberse disuelto tras la guerra. Sin embargo, el
conflicto no significó el final completo de la presencia ptolemaica en el
Egeo. Por el contrario, las bases navales establecidas durante la guerra
en Keos y Methana perduraron hasta el final del siglo III a. C.,
mientras que las de Thera e Itanos en Creta siguieron
siendo baluartes del poder marítimo ptolemaico hasta el 145 a. C.
Segunda guerra siria (260-253 a. C.)
Alrededor
del 260 a. C., la guerra estalló una vez más entre Ptolomeo II y el reino
seléucida, ahora gobernado por Antíoco II Theos. La causa de esta
guerra parece haber sido los reclamos competitivos de los dos reyes sobre las ciudades
de Asia occidental Menor, particularmente Mileto y Éfeso. Su estallido
parece estar relacionado con la revuelta del corregente Ptolomeo 'el hijo' que
había dirigido las fuerzas navales ptolemaicas contra Antígono
II. Ptolomeo "el hijo" y un asociado tomaron el control de los
territorios ptolemaicos en el oeste de Asia Menor y el Egeo. Antíoco II
aprovechó este malestar para declarar la guerra a Ptolomeo II y los rodios se
unieron a él.
El curso de
esta guerra es muy poco claro, con la relación cronológica y causal de eventos
atestiguados en diferentes momentos y en diferentes teatros abiertos al
debate.
·
Entre 259 y 255 a. C., la
armada ptolemaica, comandada por Chremonides, fue derrotada en una batalla
naval en Éfeso. Antíoco II tomó el control de las ciudades ptolemaicas
en Jonia: Éfeso, Mileto y Samos. La evidencia epigráfica muestra
que esto se completó en 254/3 a. C.
·
Ptolomeo II mismo invadió
Siria en el 257 a. C. No sabemos cuál fue el resultado de esta
invasión. Al final de la guerra, Ptolomeo había perdido secciones de
Panfilia y Cilicia, pero ninguno del territorio sirio al sur del río
Eleutheros.
·
Es posible, pero no seguro,
que Antígono todavía estuviera en guerra con Ptolomeo II durante este período y
que su gran victoria naval sobre Ptolomeo en la Batalla de Kos (mencionada
anteriormente) tuvo lugar en 255 a. C. en el contexto de la Segunda Guerra
Siria.
En 253 a.
C., Ptolomeo negoció un tratado de paz, en el que concedió grandes cantidades
de territorio en Asia Menor a Antíoco. La paz fue sellada por el
matrimonio de Antíoco con la hija de Ptolomeo, Berenice Phernopherus, que
tuvo lugar en el 252 a. C. Ptolomeo II presentó grandes pagos de
indemnización a los seléucidas como la dote relacionada con esta
boda.
Después de
que terminó la guerra, en julio de 253 a. C. Ptolomeo viajó a Memphis. Allí
recompensó a sus soldados distribuyendo grandes extensiones de tierra que
habían sido reclamadas del lago Moeris en el Fayyum como
fincas (kleroi). El área se estableció como un nuevo nomo, llamado el nomo
Arsinoita, en honor del fallecido Arsinoe II.
Reinado posterior y muerte (252-246 a. C.)
Después de
la Segunda Guerra Siria, Ptolomeo volvió a centrar su atención en el Egeo y
Grecia continental. En algún momento alrededor del año 250 aC, sus fuerzas
derrotaron a Antígono en una batalla naval en un lugar incierto. En Delos,
Ptolomeo estableció un festival, llamado Ptolemaia en 249 a. C., que
anunciaba una inversión y una participación ptolemaicas continuas en
las Cícladas, a pesar de que el control político parece haberse perdido en
este momento. Al mismo tiempo, Ptolomeo estaba convencido de pagar grandes
subsidios a la Liga de los aqueos por su
enviado Aratus de Sicyon. La Liga Achaean era una colección
relativamente pequeña de ciudades-estado menores en el noroeste
del Peloponeso. En esta fecha, pero con la ayuda del dinero de Ptolomeo,
durante los siguientes cuarenta años, Aratus expandiría la Liga para abarcar
casi todo el Peloponeso y la transformaría en una seria amenaza para el poder
antigonida en Grecia continental.
También a
finales de los años 250 a. C., Ptolomeo renovó sus esfuerzos para llegar a un
acuerdo con Magas de Cirene. Se acordó que el heredero de Ptolomeo
Ptolomeo III se casaría con Berenice, la única hija de Magas. Sin
embargo, a la muerte de Magas en el año 250 a. C., la madre de Berenice, Apame,
se negó a cumplir el acuerdo e invitó a un príncipe antigonida, Demetrius de
Fair, a Cirene para casarse con Berenice. Con la ayuda de Apame,
Demetrius tomó el control de la ciudad, pero fue asesinado por Berenice. Un
gobierno republicano, liderado por dos cirenaicos llamados Ecdelus y Demophanes
controlaron Cirene hasta la boda real de Berenice con Ptolomeo III en 246 a. C.
después de su acceso al trono. Ptolomeo murió el 28 de enero de 246 a. C.
y fue sucedido por Ptolomeo III sin incidentes.
Culto a Alejandro
Ptolomeo II
fue responsable de la transformación del culto a Alejandro Magno, que
Ptolomeo I había establecido en un culto estatal de la dinastía ptolemaica. Al
comienzo de su único reinado, Ptolomeo II deificó a su padre y también a su
madre Berenice I después de su muerte en los 270. La pareja fue adorada
como una pareja, Theoi Soteres (Dioses salvadores). Alrededor
del 272 a. C., Ptolomeo II se promovió a sí mismo y a su hermana-esposa Arsinoe
II al estatus divino como Theoi Adelphoi (Dioses
Hermanos). El sacerdote epónimo del deificado Alejandro, que sirvió
anualmente y cuyo nombre se usó para fechar todos los documentos oficiales, se
convirtió en el 'Sacerdote de Alexander y Theoi Adelphoi'. Cada pareja
real posterior se agregaría al título del sacerdote hasta finales del siglo II
a. C. En las representaciones artísticas, Ptolomeo II a menudo se
representaba con atributos divinos, a saber, el club de Heracles y el
tocado de cuero cabelludo de elefante asociado con Alejandro Magno, mientras
que Arsinoe se mostraba llevando un par de cuernos de
la abundancia con un cuerno de carnero pequeño detrás de la
oreja. Ptolomeo también instituyó cultos para varios parientes. Después
de su muerte alrededor del 269 a. C., Arsinoe II fue honrada con un culto por
derecho propio, y cada templo en Egipto debía incluir una estatua de ella como
una 'deidad para compartir el templo' junto al dios principal del santuario. Su
culto demostraría ser extremadamente popular en Egipto durante todo el período
ptolemaico. La otra hermana de Ptolomeo, Philotera, también
recibió un culto. Incluso la amante de
Ptolomeo Bilistiche recibió santuarios en los que fue identificada
con la diosa Afrodita.
Un
festival, llamado Ptolemaia, se celebró en honor de Ptolomeo I en
Alejandría cada cuatro años desde el 279/278 a. C. El festival proporcionó
una oportunidad para Ptolomeo II de mostrar el esplendor, la riqueza y el
alcance del imperio ptolemaico. El historiador Callixenus de
Rodas describió uno de los festivales de Ptolemaia de los años 270
a.C. y parte de su relato sobrevive, dando una idea de la enorme escala
del evento. El festival incluyó una fiesta para 130 personas en un vasto
pabellón real y competencias deportivas. Lo más destacado fue una Gran
Procesión, compuesta por una serie de procesiones individuales en honor de cada
uno de los dioses, comenzando con la Estrella de la Mañana,
seguida por Theoi Soteres. La procesión por Dioniso solo
contenía docenas de carrozas festivas, cada una de las cuales fue
arrastrada por cientos de personas, incluida una estatua del mismo Dioniso de
cuatro metros de altura, varios enormes sacos de vino y crateras
de vino, una gama de cuadros de escenas mitológicas o
alegóricas, muchas con autómatas, y cientos de personas vestidas con
disfraces de sátiros, sileni y ménades. A veinticuatro
carros tirados por elefantes les siguió una procesión de leones, leopardos,
panteras, camellos, antílopes, asnos salvajes, avestruces, un oso, una jirafa y
un rinoceronte. La mayoría de los animales estaban en pares, hasta ocho
pares de avestruces, y aunque los carros ordinarios probablemente estaban
dirigidos por un solo elefante, otros que llevaban una estatua de oro de 7 pies
de altura (2.1 m) pueden haber sido liderados por cuatro. Al final de
toda la procesión marcharon una fuerza militar de 57.600 infantería y 23.200
caballería. Más de 2.000 talentos fueron distribuidos a los
asistentes como generosidad.
Aunque este
culto a los gobernantes se centró en Alejandría, se propagó por todo el imperio
ptolemaico. La Liga Nesiótica, que contenía las islas del Egeo bajo
control ptolemaico, celebró su propio festival de Ptolemaia
en Delos desde principios de los años 270 a.C. Los sacerdotes y
festivales también están atestiguados en Chipre en Lapethos,
en Methymna en Lesbos, en Thera y posiblemente
en Limyra en Lycia.
Ptolomeo II
siguió el ejemplo de su padre al hacer un esfuerzo por presentarse bajo el
disfraz de un faraón egipcio tradicional y apoyar a la élite
sacerdotal egipcia. Dos estelas jeroglíficas conmemoran las
actividades de Ptolomeo en este contexto. La estela de
Mendes celebra la realización de los rituales de Ptolomeo en honor del
dios carnero Banebdjedet en Mendes, poco después de su
adhesión. La estela de Pithom registra la inauguración de un
templo en Pithom por Ptolomeo, en 279 a. C. en su jubileo real. Ambas
estelas registran sus logros en términos de virtudes faraónicas tradicionales. Particularmente
destacó es la recuperación de la estatuaria religiosa de los seléucidas a
través de la acción militar en el año 274 antes de Cristo - una afirmación
retórica que arrojan los seléucidas en el papel de los anteriores enemigos nacionales
como los hicsos, asirios y persas.
Esta estatua de granito representa a
Ptolomeo II en el canon tradicional del arte egipcio antiguo. Museo
de Arte Walters, Baltimore.
Como parte
de su patrocinio de la religión egipcia y la élite sacerdotal, Ptolomeo II
financió obras de construcción a gran escala en templos de todo
Egipto. Ptolomeo ordenó que se erigiera la construcción del núcleo del
Templo de Isis en Filae durante su reinado y asignó al
templo los ingresos fiscales de la recién conquistada región
de Dodekaschoinos. Aunque el templo había existido desde el siglo VI
a.C, fue el patrocinio de Ptolomeo lo que lo convirtió en uno de los más
importantes de Egipto.
Además,
Ptolomeo inició el trabajo en varios otros sitios, incluidos (de norte a sur):
·
Obras decorativas en el
Templo de Anhur - Shu en Sebennytos y el cercano
Templo de Isis en Behbeit El Hagar;
·
Templo de Horus
en Tanis;
·
Templo de Arsinoe
en Pithom;
·
Anubeion en
el Serapeum en Saqqara;
·
Restauración del Templo de
Min en Akhmin;
·
Templo de Min e Isis en
Koptos;
·
Ampliación de la casa
natal del complejo del Templo de Dendera;
·
Trabajo decorativo en el
Templo de Opet en Karnak y el pilón norte del Recinto de
Mut en Karnak, Tebas.
Bajorrelieve en el templo de File,
mostrando a Ptolomeo II oferente ante Isis.
El templo septentrional no decorado
de Min e Isis data del período ptolemaico. Las
estructuras anteriores en el sitio se remontan al Reino Medio, con un trabajo
significativo durante el reinado del Nuevo Reino de Tutmosis III. El
templo fue reconstruido durante el período ptolemaico. El trabajo
posterior se ha atribuido a un funcionario llamado Sennuu-shepsi en nombre
de Ptolomeo II Filadelfo (fallo desde 281 a. C. hasta 246 a.
C.). Este templo del norte tiene algunas adiciones posteriores
por Ptolomeo IV Filopator gobernando desde 221 hasta 205 a. C. Era
el hijo de Ptolomeo III y Berenice II de Egipto y el cuarto faraón del Egipto
ptolemaico, cuando comenzó la decadencia del reino ptolemaico. Se
agregaron más adiciones por parte de los emperadores Julio-Claudianos de
Roma, Calígula y Nerón. El segundo pilón todavía lleva el
texto de dedicación de Nerón, y el cartucho de Calígula aparece en el extremo
norte de esta estructura. En la corte del templo se
encontró un tocado de una estatua de Arsinoe II, la esposa de
Ptolomeo II Filadelfo. Una capilla del período Saite
se encuentra en la corte. Los restos de esta capilla de Osiris,
erigida por Amasis II de la 26a dinastía, también se
encontraron cerca del templo del norte. Fue construido por
Ahmose-si-Neith. Las escenas en la fachada del templo muestran al
rey deificado Ptolomeo I Soter saliendo de un palacio, mientras que
otros elementos, como una tríada y una estela, datan de la época de Ramsés
II.
Este templo
se encuentra en el sitio de las estructuras anteriores
del antiguo templo egipcio. Los depósitos de la
fundación apuntan a un templo de Thutmosis III de la XVIII
Dinastía. Otro templo pertenecía a Amenemhat I y su
hijo, Senusret I, ambos de la XII Dinastía. Se muestra a
Senusret I recibiendo vida de Bubastis y Nekhbet. Dentro de este
templo se encontró un decreto del gobernante de la dinastía
17 Nubkheperre Intef por la puerta este. El decreto describe
cómo Nubkheperre Intef depuso a un hombre llamado Teti.
Administración
El Egipto
ptolemaico fue administrado por una complicada estructura burocrática. Es
posible que gran parte de la estructura ya se haya desarrollado en el reinado
de Ptolomeo I, pero la evidencia de ello, principalmente en forma
de papiros documentales, solo existe a partir del reinado de Ptolomeo
II. En la cima de la jerarquía, en Alejandría, había un pequeño grupo de
funcionarios, extraídos de los filoi (amigos) del rey. Estos incluían
el epistolographos ('redactor
de cartas', responsable de la diplomacia),
el hypomnematographos ('escritor
de memorandos' o el secretario jefe), el prostagmaton epi ton ('a cargo de los comandos', que produjo los
borradores de los edictos reales), los generales clave y los dioiketes
('administrador del hogar', que estaba a
cargo de los impuestos y la administración provincial). Los dioiketes durante
la mayor parte del reinado de Ptolomeo II fueron Apolonio (262-245 a.
C.). El enorme archivo de su secretario personal, Zenón de Kaunos, ha
sobrevivido. Como resultado, es la administración del campo la más
conocida por la erudición moderna.
Todo Egipto
estaba dividido en treinta y nueve distritos,
llamados nomes (porciones), cuyos nombres y fronteras habían
permanecido prácticamente iguales desde los primeros tiempos faraónicos. Dentro
de cada nombre, había tres funcionarios: el nomarca (líder del nombre) que estaba a cargo de
la producción agrícola, los oikonomos (administrador del hogar) que estaban a cargo de las finanzas y
el basilikos grammateus (secretario real), quien estaba a cargo de
agrimensura y mantenimiento de registros. Los tres funcionarios
respondieron a los dioiketes y tuvieron el mismo rango, la idea es
que cada uno actuaría como un control sobre los demás y evitaría que los
funcionarios desarrollaran bases de poder regionales que pudieran amenazar el
poder del rey. Cada pueblo tenía un komarch (líder del pueblo) y un komogrammateus (secretario del
pueblo), que informaron al nomarch y al basilikos
grammateus respectivamente. A través de este sistema, se creó una
cadena de mando que iba desde el rey hasta cada una de las tres mil aldeas de
Egipto. Cada nomo también tenía sus
propios estrategas (general), que estaba a cargo de las tropas
asentadas en el nome y respondía directamente al rey.
Un objetivo
clave de este sistema administrativo era extraer la mayor cantidad de riqueza
posible de la tierra, para que pudiera desplegarse con fines reales,
particularmente la guerra. Logró este objetivo con la mayor eficiencia
bajo Ptolomeo II. Las medidas particulares para aumentar la eficiencia y
los ingresos están atestiguadas desde el comienzo de la Segunda Guerra
Siria. Un decreto, conocido como el Papiro de las leyes de
ingresos se emitió en 259 a. C. para aumentar los rendimientos fiscales. Es
una de nuestras pruebas clave para la operación prevista del sistema tributario
ptolemaico. El papiro establece un régimen de agricultura fiscal (telonia) para el vino, la fruta
y el aceite de ricino.. Los particulares le pagaron al rey una suma
global por adelantado por el derecho de supervisar la recaudación de los
impuestos (aunque la recaudación real fue realizada por funcionarios
reales). Los agricultores tributarios recibieron cualquier exceso de los
impuestos recaudados como ganancia. Este decreto fue seguido en el 258 a.
C. por un 'Inventario general' en el que se encuestó a todo Egipto para
determinar la cantidad de diferentes tipos de tierra, riego, canales y bosques
dentro del reino y la cantidad de ingresos eso podría ser recaudado de
ella. Se hicieron esfuerzos para aumentar la cantidad de tierra
cultivable en Egipto, particularmente mediante la recuperación de grandes
cantidades de tierra del lago Moeris en el Fayyum. Ptolomeo
distribuyó esta tierra a los soldados ptolemaicos como fincas agrícolas en el
253 a. C. Los papiros Zenon también registran experimentos de
los dioiketes Apollonius para establecer regímenes de cultivos
comerciales, particularmente el cultivo de aceite de ricino, con éxito
mixto. Además de estas medidas centradas en la agricultura, Ptolomeo II
también estableció amplias operaciones de extracción de oro, en Nubia en Wadi
Allaqi y en el desierto oriental de Abu Zawal.
Becas y cultura
Ptolomeo II
fue un entusiasta patrocinador de la beca, financió la expansión de
la Biblioteca de Alejandría y patrocinó la investigación
científica. Poetas como Calímaco, Teócrito, Apolonio de
Rodas, Posidipo recibieron estipendios y produjeron obras maestras de
poesía helenística, incluidos panegíricos en honor de la familia
ptolemaica. Otros eruditos que operan bajo los auspicios de Ptolomeo
incluyen al matemático Euclides y al
astrónomo Aristarco. Se cree que Ptolomeo encargó a Manetón que
compusiera su Aegyptiaca, un relato de la historia egipcia, quizás con la
intención de hacer que la cultura egipcia sea inteligible para sus nuevos
gobernantes. Una tradición preservada en
la Carta pseudoepigráfica de Aristeas presenta a Ptolomeo
como la fuerza impulsora detrás de la traducción de la Biblia
hebrea al griego como la Septuaginta. Esta cuenta contiene
varios anacronismos y es poco probable que sea cierta. Es probable que la
traducción griega de la Biblia hebrea haya tenido lugar entre los judíos de
Alejandría, pero probablemente fue un proceso prolongado en lugar de un solo
momento de traducción.
Relaciones con el Mediterráneo occidental
Ptolomeo II
y el Rey Hiero II de Siracusa se conocen regularmente como haber
disfrutado de relaciones particularmente estrechas. Existe evidencia
sustancial para el intercambio de bienes e ideas entre Siracusa y
Alejandría. Hiero parece haber modelado varios aspectos de su autor
representación real y quizás su sistema tributario, el Lex
Hieronica en modelos ptolemaicos. Dos de las luminarias de la corte
de Ptolomeo II, el poeta Theocritus y el matemático e
ingeniero Arquímedes, vinieron y finalmente regresaron a Siracusa. La
evidencia numismática parece indicar que Ptolomeo II financió el ascenso
original de Hiero II al poder: se ha demostrado que una serie de monedas de
bronce ptolemaicas conocidas como el 'Escudo de Galacia sin Sigma' acuñadas
entre el 271 y el 265 a. C. se acuñaron en la propia Sicilia, en La base de su
estilo, forma de flan, ejes de matriz, peso y puntos de búsqueda. El
primer grupo parece haber sido acuñado por una menta ptolemaica, quizás
abandonada allí en 276 a. C. después de la retirada de Pirro de
Epiro de Sicilia. Les sucede una serie que parece haber sido acuñada
por la menta Syracusana regular, tal vez en el estallido de la Primera
Guerra Púnica en 265 a. C.
Ptolomeo II
cultivó buenas relaciones con Cartago, en contraste con su padre, que
parece haber ido a la guerra con ellos al menos una vez. Una razón para
esto puede haber sido el deseo de flanquear a Magas de Cirene, que compartió
una frontera con el imperio cartaginés en los Altares de Philaeni. Ptolomeo
también fue el primer gobernante egipcio en entablar relaciones formales con
la República romana. Una embajada de Ptolomeo visitó la ciudad de
Roma en el 273 a. C. y estableció una relación de amistad (latín: amicitia).
Estas dos amistades se pusieron a prueba en 264 a. C., cuando la Primera
Guerra Púnica estalló entre Cartago y Roma, pero Ptolomeo II permaneció
estudiosamente neutral en el conflicto, rechazando una solicitud cartaginesa
directa de asistencia financiera.
Relaciones con la India
Ptolomeo es
registrado por Plinio el Viejo como haber enviado un embajador
llamado Dionisio a la corte
de Mauryan en Pataliputra en India, probablemente
al Emperador Ashoka:
"Pero [la India] ha sido tratada por varios
otros escritores griegos que residían en los tribunales de los reyes indios,
como, por ejemplo, Megasthenes, y por Dionisio, que fue enviado allí
por Filadelfo, expresamente con el propósito: todos los cuales han ampliado el
poder y los vastos recursos de estas naciones ". Plinio el Viejo,
"La historia natural", cap. 21
También se
lo menciona en los Edictos de Ashoka como receptor
del proselitismo budista de Ashoka:
Ahora es la
conquista por Dhamma que el Amado Siervo de los Dioses considera la
mejor conquista. Y su [conquista por Dhamma] se ha ganado aquí, en las
fronteras, incluso a seiscientas yojanas de distancia, donde el rey griego
Antiochos gobierna, más allá de allí donde los cuatro reyes llamados Ptolomeo,
Antigonos, Magas y Alejandro gobiernan, igualmente en el sur entre los Cholas,
los Pandyas y hasta Tamraparni. Rock Edicto Nb13 (S. Dhammika).
Familia
Ptolomeo se
casó con su primera esposa, Arsinoe I, hija de Lisímaco, entre 284 y
281 a. C. Ella era la madre de sus hijos legítimos:
Nombre | Nacimiento | Muerte | Notas | |
Ptolomeo III Euergetes | C. 285-275 a.C | Octubre / diciembre 222 a.C | Sucedió a su padre como rey en 246 a. C. | |
Lisimaco | 221 a.C | |||
Berenice Phernopherus | C. 275 a.C? | Septiembre / octubre de 246 a. C. | Se casó con el rey seléucida Antíoco II Theos. |
Después de
que Ptolomeo II repudió a Arsinoe en el año 270 a. C., se casó con su hermana
mayor, Arsinoe II, de pura sangre, viuda de Lisímaco, probablemente en el 273
a. C. No tenían descendencia, pero en los años 260 a. C., los hijos de
Arsinoe I fueron declarados legalmente como sus hijos.
Ptolomeo II
también tenía varias concubinas. Se dice que con una mujer
llamada Bilistiche tuvo un hijo (ilegítimo) llamado Ptolomeo
Andromachou. Tenía muchas amantes, incluidas Agathoclea (?), Aglais
(?) Hija de Megacles, el copero Cleino, Didyme,
el arpista Chian Glauce, el flautista Mnesis, la actriz Myrtion,
la flautista Pothine y Stratonice.
Arsínoe II Filadelfo
(316-270 a. C.) fue reina de Tracia, primero, y corregente de Egipto,
después. Era hija del rey Ptolomeo I Sóter de Egipto y de Berenice.
En
300 a. C. se casó con Lisímaco, rey de Tracia, mucho mayor que ella.
Para casarse con ella Lisímaco repudió a Amastris, su primera mujer, y cuando
ésta murió concedió a Arsínoe las ciudades de Heraclea Síntica, Amastris y Díon
como regalo.
Deseando
asegurar la sucesión en sus propios hijos, intrigó contra su hijastro
Agatocles, que era hijo del primer matrimonio de Lisímaco y que además estaba
casado con Lisandra, hermanastra de la propia Arsínoe. Y no cesó en su empeño
hasta que, en 284 a. C., Agatocles fue condenado a muerte gracias a
los ardides de Arsínoe. Pero esta muerte sería fatal para sus planes, pues
Lisandra buscó protección en la corte de Seleuco, que estaba encantado de tener
un pretexto para marchar contra Lisímaco.
En la
guerra que siguió, Seleuco logró vencer y matar a Lisímaco, por lo que Arsínoe
tuvo que huir con sus hijos a Éfeso (que entonces se llamaba Arsínoe en su
honor) y de ahí a Casandreia (Macedonia). Seleuco sólo reinó en Macedonia unos
pocos meses, pues fue asesinado por Ptolomeo Cerauno, el hermanastro de Arsínoe
que se acababa de proclamar rey del país.
Deseando
librarse de los hijos de Arsínoe, que podrían convertirse en pretendientes al
trono, Ptolomeo Cerauno propuso matrimonio a Arsínoe, disimulando sus
verdaderas intenciones con promesas solemnes y juramentos de lealtad. Una vez
que la ingenua aceptó y le abrió las puertas de Casandreia, Ptolomeo asesinó a
los dos hijos menores de Arsínoe en presencia de su propia madre, que huyó de
nuevo, esta vez a Samotracia y, poco después, a Alejandría de Egipto, donde se
casó con su propio hermano, Ptolomeo II Filadelfo, después de intrigar
para que se expulsara a la primera mujer de su hermano, Arsínoe I.
Aunque no
tuvieron descendencia, Ptolomeo demostró una gran pasión por su hermana y
esposa, dándole su nombre a numerosas ciudades y distritos del país, entre
otros honores, y parece ser que su amor fue correspondido. Arsínoe colaboró con
su marido en el gobierno del país, influyendo favorablemente en el éxito de la
Primera Guerra Siria, entre Egipto y el Imperio seléucida.
Cuando
Arsínoe murió, el ingenioso arquitecto Dinócrates proyectó por orden de
Ptolomeo un fastuoso templo en su honor, cuya cúpula iba a construirse con
piedra imán. De esta forma colocarían una estatua metálica de la homenajeada
que quedaría suspendida en el aire por efecto del magnetismo. Pero la muerte
del arquitecto y del mismo Ptolomeo dio al traste con la construcción.
El epíteto
de Filadelfo (que ama a su hermano), que compartió con su marido, le fue dado
por sus paisanos macedonios, escandalizados por el incesto, que era una antigua
costumbre practicada por los reyes de la monarquía egipcia.
Ptolomeo
III Euergetes ("Ptolomeo el Benefactor"; c. 280 -
noviembre/diciembre de 222 a. C.) fue el tercer rey de la dinastía
ptolemaica en Egipto del 246 al 222 a. C. El Reino
Ptolemaico alcanzó el apogeo de su poder durante su reinado.
Busto de Ptolomeo III
Ptolomeo
III era el hijo mayor de Ptolomeo II y su primera esposa Arsínoe
I. Cuando Ptolomeo III era joven, su madre fue deshonrada y lo sacaron de
la sucesión. Fue restaurado como heredero al trono a finales de los años
250 a. C. y sucedió a su padre como rey sin problemas en el 246 a. C. En
su sucesión, Ptolomeo se casó con Berenice II, reina reinante
de Cirenaica, trayendo así su territorio al reino ptolemaico. En
la Tercera Guerra Siria (246-241 a. C.), Ptolomeo III invadió
el imperio seléucida y ganó una victoria casi total, pero se vio obligado
a abandonar la campaña como resultado de un levantamiento en
Egipto. Después de esta rebelión, Ptolomeo forjó un vínculo más estrecho
con la élite sacerdotal egipcia, que se codificó en el decreto
Canopus de 238 a. C. y estableció una tendencia para el poder ptolemaico
en Egipto para el resto de la dinastía. En el Egeo, Ptolomeo sufrió
un gran revés cuando su flota fue derrotada por los Antígonos en la
Batalla de Andros alrededor del 245 a. C., pero continuó ofreciendo apoyo
financiero a sus oponentes en Grecia continental durante el resto de su
reinado. A su muerte, Ptolomeo fue sucedido por su hijo
mayor, Ptolomeo IV Filopator.
Antecedentes y vida temprana
Ptolomeo
III nació alrededor del año 280 a. C., como el hijo mayor de Ptolomeo II de
Egipto y su primera esposa, Arsinoe I, hija del
rey Lisímaco de Tracia. Su padre se había convertido en
corregente de Egipto en 284 a. C. y único gobernante en 282 a.
C. Alrededor del año 279 a. C., el colapso del reino de Lisímaco llevó al
regreso a Egipto de la hermana de Ptolomeo II, Arsinoe II, que se había
casado con Lisímaco. Un conflicto estalló rápidamente entre Arsinoe I y
Arsinoe II. Algún tiempo después del 275 a. C., Arsinoe I fue acusado de
conspiración y exiliado a Coptos. Cuando Tolomeo se casó con Arsinoe
II (probablemente en 273/2 a. C.), su victoria en este conflicto fue
completa. Como hijos de Arsinoe I, Ptolomeo III y sus dos hermanos parecen
haber sido retirados de la sucesión después de la caída de su madre. Este
trasfondo político puede explicar por qué Ptolomeo III parece haberse criado
en Thera en el Egeo, en lugar de en Egipto. Los tutores de
Ptolomeo incluyeron al poeta y polímato Apolonio de Rodas, más tarde jefe
de la Biblioteca de Alejandría.
Desde 267
a. C., una figura conocida como Ptolomeo "el Hijo" fue corregente con Ptolomeo II. Dirigió las
fuerzas navales en la guerra de Chremonidean (267-261 a. C.), pero se
rebeló en el 259 a. C. al comienzo de la Segunda Guerra Siria y fue
retirado de la corregencia. Algunos estudiosos han identificado a este
individuo con Ptolomeo III. Esto parece poco probable, ya que Ptolomeo III
probablemente era demasiado joven para liderar fuerzas en la década de 260 y no
parece haber sufrido ninguna de las consecuencias negativas que se esperarían
si se hubiera rebelado de su padre en el 259 a. C. Chris Bennett ha
argumentado que Ptolomeo "el Hijo"
era un hijo de Arsinoe II de Lisímaco. Alrededor de la época de
la rebelión, Ptolomeo II legitimó a los hijos de Arsinoe I al hacer que Arsinoe
II los adoptara póstumamente.
A finales
de los años 250 a. C., Ptolomeo II arregló el compromiso de Ptolomeo III
con Berenice, la única hija del rey Magas de Cirene. La
decisión de soltar a Ptolomeo III para este matrimonio indica que, en este
momento, él era el presunto heredero. A la muerte de su padre,
Ptolomeo III lo sucedió sin problemas, tomando el trono el 28 de enero de 246
a. C.
Moneda
de oro octodrachm que representa a Berenice II.
Cirene
había sido el primer territorio ptolemaico fuera de Egipto, pero Magas se había
rebelado contra Ptolomeo II y se declaró rey de Cirenaica en el 276
a. C. El compromiso antes mencionado de Ptolomeo III con Berenice tenía la
intención de conducir a la reunificación de Egipto y Cirene después de la muerte
de Magas. Sin embargo, cuando Magas murió en el año 250 a. C., la madre de
Berenice, Apame, se negó a cumplir el acuerdo e invitó a un príncipe
antigonida, Demetrius de Fair, a Cirene para casarse con
Berenice. Con la ayuda de Apame, Demetrius tomó el control de la ciudad,
pero fue asesinado por Berenice. Un gobierno republicano, liderado por
dos cirenaicos llamados Ecdelus y Demophanes controlaron Cirene durante cuatro
años.
Fue solo
con la adhesión de Ptolomeo III en 246 a. C., que la boda de Ptolomeo III y
Berenice parece haber tenido lugar. La autoridad ptolemaica sobre Cirene
fue reafirmada con fuerza. Se establecieron dos nuevas ciudades
portuarias, llamadas Ptolemais y Berenice
(modernos Tolmeita y Benghazi) en honor a la pareja dinástica. Las
ciudades de Cirenaica se unificaron en una Liga supervisada por el rey, como
una forma de equilibrar el deseo de autonomía política de las ciudades con el
deseo de control de los ptolemaicos.
Tercera guerra siria (246-241 a.C)
En julio de
246 a. C., Antíoco II Theos, rey del imperio seléucida murió
repentinamente. Con su primera esposa, Laodice I, Antíoco tuvo un
hijo, Seleuco II, que tenía unos 19 años en 246 a. C. Sin embargo, en
253 a. C., acordó repudiar a Laodice y casarse con la hermana mayor de Ptolomeo
III, Berenice Phernophorus. Por ella, tuvo otro hijo, llamado
Antíoco, que todavía era un bebé en 246 a. C. Una disputa de sucesión
estalló inmediatamente después de la muerte de Antíoco II. Ptolomeo III
invadió rápidamente Siria en apoyo de su hermana y su hijo, marcando el
comienzo de la Tercera Guerra Siria (también conocida como la Guerra de
Laodicea).
Un relato
de la fase inicial de esta guerra, escrito por el propio Ptolomeo III, se
conserva en el papiro de Gurob. Al estallar la guerra, Laodice y
Seleuco tenían su base en el oeste de Asia Menor, mientras que Berenice
Phernophorus estaba en Antioquía. Este último rápidamente tomó el
control de Cilicia para evitar que Laodice ingrese a
Siria. Mientras tanto, Ptolomeo III marchó a lo largo de la costa
levantina encontrando resistencia mínima. Las ciudades
de Seleucia y Antioch se rindieron a él sin luchar a finales de
otoño. En Antioquía, Ptolomeo III fue al palacio real para planificar sus
próximos movimientos con Berenice en persona, solo para descubrir que ella y su
pequeño hijo habían sido asesinados.
En lugar de
aceptar la derrota frente a este revés, Ptolomeo III continuó su campaña a
través de Siria y hacia Mesopotamia, donde conquistó Babilonia a
fines del 246 o principios del 245 a. C. A la luz de este éxito, Ptolomeo
III pudo haber sido coronado como "Gran
Rey" de Asia. A principios de 245 a. C., Ptolomeo
estableció un gobernador de la tierra "al otro lado"
del Éufrates, lo que indica la intención de incorporar permanentemente la
región en el reino ptolemaico.
En este
punto, sin embargo, Ptolomeo recibió un aviso de que había estallado una
revuelta en Egipto y se vio obligado a regresar a su hogar para
reprimirla. En julio de 245 a. C., los seléucidas habían recapturado
Mesopotamia. La revuelta egipcia es significativa como la primera de una
serie de levantamientos egipcios nativos que afectarían a Egipto durante el
próximo siglo. Una de las razones de esta revuelta fueron las pesadas
cargas impositivas impuestas al pueblo de Egipto por la guerra de Ptolomeo III
en Siria. Además, los registros de papiros indican que
la inundación del río Nilo falló en 245 a. C., lo que
provocó una hambruna. Los estudios de cambio
climático sugieren que esto resultó de los cambios del monzón patrón
en ese momento, resultante de una erupción volcánica que tuvo lugar en 247 a.
C.
Después de
su regreso a Egipto y la supresión de la revuelta, Ptolomeo III hizo un
esfuerzo por presentarse como un rey victorioso en contextos culturales
egipcios y griegos. La propaganda oficial, como OGIS 54, una
inscripción establecida en Adulis, exageró enormemente las conquistas de
Ptolomeo, reclamando incluso a Bactria entre sus conquistas. En
el año nuevo en 243 a. C., Ptolomeo se incorporó a sí mismo y a su esposa en el
culto estatal ptolemaico, para ser adorado como Theoi
Euergetai (Dioses benefactores), en honor a su restauración en Egipto de
estatuas encontradas en los territorios seléucidas, que habían sido capturado
por los persas.
Una estatua que puede representar
Ptolomeo III Euergetes en forma faraónica
Fin de la guerra
También
puede haber habido un segundo teatro para esta guerra en el Egeo. Un
general Ptolomeo hijo de Andromachus (posiblemente un hijo ilegítimo
de Ptolomeo II) capturó a Éfeso de los seléucidas en 246 a.
C. En una fecha incierta alrededor del 245 a. C., libró una batalla
naval en Andros contra Antigonus II Gonatas, rey de Macedonia,
en el que las fuerzas ptolemaicas fueron derrotadas. Parece que luego dirigió
una invasión de Tracia, donde Maroneia y Aenus estaban bajo
control ptolemaico a partir del 243 a. C. Posteriormente fue asesinado en
Éfeso por soldados tracios bajo su control.
La única
acción adicional conocida de la guerra son algunos combates cerca
de Damasco en 242 a. C. Poco después de esto, en 241 a. C.,
Ptolomeo hizo las paces con los seléucidas, reteniendo todo el territorio
conquistado en Asia Menor y el norte de Siria. Casi toda la costa
mediterránea desde Maroneia en Tracia hasta Syrtis en Libia estaba
ahora bajo control ptolemaico. Una de las adquisiciones más significativas
fue Seleucia Pieria, el puerto de Antioquía, cuya pérdida fue un importante
revés económico y logístico para los seléucidas.
Reinado posterior (241-222 a. C.)
Asia menor y los seléucidas
La
conclusión de la Tercera Guerra Siria marcó el final de la intervención militar
en los territorios seléucidas, pero Ptolomeo III continuó ofreciendo asistencia
financiera encubierta a los opositores de Seleuco II. Desde 241 a. C.,
esto incluía a Antíoco Hierax, el hermano menor de Seleuco II, quien se
rebeló contra su hermano y estableció su propio reino separado en Asia
Menor. Ptolomeo III envió fuerzas militares para apoyarlo solo cuando un
grupo de mercenarios de Galacia se rebeló contra él, pero
es probable que lo haya apoyado más tácitamente durante su conflicto con
Seleuco. Ofreció un apoyo similar a Atalo I, la dinastía
de Pérgamo, que aprovechó este conflicto civil para expandir sus
territorios en el noroeste de Asia Menor. Cuando el general
seléucida Aqueo fue enviado en 223 a. C. para reconquistar los
territorios de Asia Menor que habían perdido ante Atalo, Ptolomeo III envió a
su hijo Magas con una fuerza militar para ayudar a Atalo, pero no
pudo evitar la derrota de Atalo.
Ptolomeo
III mantuvo la política hostil de su padre hacia Macedonia. Esto
probablemente involucró un conflicto directo con Antigonus II durante la
Tercera Guerra Siria, pero después de la derrota en Andros en c. 245 a.
C., Ptolomeo III parece haber regresado a la política de oposición indirecta,
financiando a los enemigos de los Antígonos en Grecia continental. El más
destacado de ellos fue la Liga Acaya, una federación de ciudades-estado
griegas en el Peloponeso que se unieron por su oposición a
Macedonia. Desde 243 a. C., Ptolomeo III era el líder nominal (hegemón) y
el comandante militar de la Liga y les proporcionaba un pago anual.
Después de 240 AC, Ptolomeo también forjó una alianza con la Liga etolia en
el noroeste de Grecia. Del 238 al 234 a. C., las dos ligas emprendieron
la Guerra Demetria contra Macedonia con el apoyo financiero
ptolemaico.
Sin
embargo, en 229 a. C., estalló la Guerra de
Cleomenean (229-222 a. C.) entre la Liga Acaya y Cleomenes
III de Esparta. Como resultado, en 226 a. C., Aratos de
Sicyon, el líder de la Liga de Achaian, forjó una alianza con el rey
macedonio Antigonus III Doson. Ptolomeo III respondió rompiendo
inmediatamente las relaciones con la Liga Acaya y redirigiendo su apoyo
financiero a Esparta. La mayoría del resto de los estados griegos fueron
puestos bajo el paraguas de Macedonia en 224 a.C. cuando Antígono estableció la
"Liga Helénica". Sin embargo, Etolia y Atenas permanecieron
hostiles a Macedonia y redoblaron su lealtad a Ptolomeo III. En Atenas, en
224 a. C., se otorgaron grandes honores a Ptolomeo III para afianzar su alianza
con él, incluida la creación de una
nueva tribu llamada Ptolemais en su honor y un
nuevo deme llamado Berenicidae en honor de la reina.
Los atenienses instituyeron un culto religioso estatal en el que Ptolomeo III y
Berenice fueron adorados como dioses, incluido un festival, el
Ptolemaia. El centro del culto fue el Ptolemaion, que también sirvió como
el gimnasio donde se educó a la juventud ateniense.
Grecia en la época de la guerra de
Cleomenes
Cleomenes
sufrió serias derrotas en 223 a. C. y Ptolomeo III abandonó su apoyo para él en
el próximo año, probablemente como resultado de un acuerdo con
Antigonus. Ptolomeo III parece no haber estado dispuesto a enviar tropas
reales a Grecia, particularmente cuando se avecinaba la amenaza de una guerra
renovada con los seléucidas. Cleomenes fue derrotado y obligado a huir a
Alejandría, donde Ptolomeo III le ofreció hospitalidad y prometió ayudarlo a
recuperarlo al poder. Sin embargo, estas promesas no se cumplieron, y la
Guerra de Cleomenia sería, de hecho, la última vez que los Ptolomeos
intervinieron en Grecia continental.
Muerte
En
noviembre o diciembre de 222 a. C., poco después de la llegada de Cleomenes a
Egipto y el fracaso de Magas en Asia Menor, Ptolomeo III murió por causas
naturales. Fue sucedido por su hijo Ptolomeo IV Filopator sin
incidentes.
Patio delantero del Templo de Horus
en Edfu, construido bajo Ptolomeo III.
Ptolomeo
III se basó en los esfuerzos de sus predecesores para ajustarse al modelo
tradicional del faraón egipcio. Fue responsable del primer
ejemplo conocido de una serie de decretos publicados
como inscripciones trilingües en bloques de piedra masivos
en griego antiguo, jeroglíficos
egipcios y demóticos. Decretos anteriores, como la estela
Satrap y la estela Mendes, habían estado en jeroglíficos solos y
habían sido dirigidos a santuarios individuales. Por el contrario,
el decreto Canopus de Ptolomeo III fue producto de
un sínodo especial de todos los sacerdotes de Egipto, que se celebró
en 238 a. El decreto instituyó una serie de reformas y representa el
establecimiento de una asociación plena entre Ptolomeo III como Faraón y la
élite sacerdotal egipcia. Esta asociación perduraría hasta el final de la
dinastía ptolemaica. En el decreto, el sacerdocio egipcio alaba a Ptolomeo
como un faraón perfecto. Destacan el apoyo de Ptolomeo al sacerdocio, su éxito
militar en la defensa de Egipto y en la restauración de los artefactos
religiosos supuestamente en poder de los seléucidas, y su buen gobierno,
especialmente un incidente cuando Ptolomeo importó, a su costa, una gran
cantidad de grano para compensar Una inundación débil. El resto
del decreto consiste en reformas a las órdenes sacerdotales (phylai). El
decreto también agregó un día bisiesto al calendario egipcio de
365 días, e instituyó cambios relacionados en los festivales. La hija
pequeña de Ptolomeo, Berenice, murió durante el sínodo y la estela organiza su
deificación y adoración continua. Los sínodos sacerdotales emitirían más
decretos bajo los sucesores de Ptolomeo. Los ejemplos más conocidos son
el Decreto de Memphis, alrededor del 218 a. C., aprobado por su hijo, Ptolomeo
IV, así como la famosa Piedra de Rosetta erigida por Ptolomeo
Epifanés, su nieto, en 196 a. C.
Los
primeros Ptolomeos habían seguido el ejemplo de Alejandro Magno al
priorizar el culto de Amón, adorado
en Karnak en Tebas entre las deidades egipcias. Con
Ptolomeo III, el enfoque cambió fuertemente a Ptah, adorado
en Memphis. Avatar terrenal de Ptah, el toro Apis llegó a
desempeñar un papel crucial en los festivales reales de año nuevo y los
festivales de coronación. Este nuevo enfoque está referenciado por dos
elementos del título faraónico de Ptolomeo III:
su nomen que incluía la frase Mery-Ptah (amada de Ptah), y
su nombre dorado de Horus, Nab khab usó mi ptah-tatenen (festivales
del Señor del Jubileo y Ptah Tatjenen).
Ptolomeo
III financió proyectos de construcción en templos en todo Egipto. El más
significativo de estos fue el Templo de Horus en Edfu, una de las obras
maestras de la arquitectura del antiguo templo egipcio y ahora el mejor
conservado de todos los templos egipcios. Ptolomeo III inició su
construcción el 23 de agosto de 237 a. C. El trabajo continuó
durante la mayor parte de la dinastía ptolemaica; el templo principal se
terminó en el reinado de su hijo, Ptolomeo IV, en 231 a. C., y el complejo
completo solo se completó en 142 a. C., durante el reinado de Ptolomeo
VIII, mientras que los relieves en el gran pilón se terminaron en el reinado
de Ptolomeo XII. Otros trabajos de construcción se llevaron a cabo en
una variedad de sitios, incluidos (de norte a sur):
·
Serapeum en Alejandría
·
Templo de Osiris
en Canopus;
·
Obras decorativas en el
Templo de Isis en Behbeit El Hagar, cerca de Sebennytos;
·
Un lago sagrado en
el Templo de Montu en Medamud;
·
La puerta de entrada de
Ptolomeo III en el Templo de Khonsu y trabajos decorativos en el
Templo de Opet en Karnak Tebas.
·
Templo
de Khnum en Esna
·
Una casa natal en el Templo
de Isis en Filae.
Bajorrelieve de la puerta de acceso al
templo de Mut, en Karnak representando a Ptolomeo III acompañado de músicos,
ante las diosas Mut y Sejmet.
Becas y cultura
Ptolomeo
III continuó el patrocinio de su predecesor de erudición y
literatura. La Gran Biblioteca en el Musaeum se
complementó con una segunda biblioteca construida en el Serapeum. Se
decía que había incautado y copiado todos los libros descargados en los muelles
de Alejandría, devolviendo las copias a sus propietarios y conservando los
originales para la Biblioteca. Se dice que tomó prestados los manuscritos
oficiales
de Esquilo, Sófocles y Eurípides de Atenas y
perdió el depósito considerable que pagó por ellos para conservarlos en la
Biblioteca en lugar de devolverlos. El erudito más distinguido en la corte
de Ptolomeo III fue el polímato y geógrafo Eratóstenes, más conocido por
su cálculo notablemente preciso de la circunferencia del mundo. Otros
eruditos destacados incluyen a los matemáticos Conon de
Samos y Apolonio de Perge.
Comercio del Mar Rojo
El reinado
de Ptolomeo III también estuvo marcado por el comercio con otras políticas
contemporáneas. En la década de 1930, las excavaciones de Mattingly en una
fortaleza cercana a Port Dunford (la probable Nikon de la
antigüedad) en el actual sur de Somalia arrojaron varias monedas
ptolemaicas. Entre estas piezas había 17 monedas de cobre de los reinados
de Ptolomeo III a Ptolomeo V, así como las monedas de
la última Roma imperial y el sultanato mameluco.
Ptolomeo III
se casó con su prima Berenice de Cirene en 244/243 a. C. Sus
hijos fueron:
Ptolomeo
III Evergetes, a diferencia de su padre, fue un buen general, que guió
personalmente sus ejércitos en la gran campaña que le proporcionó gloria y el
apodo de Evergetes, Benefactor. En breve veremos por qué, lo que nos dará una
idea de qué era importante para los pueblos antiguos.
Ya vimos al
analizar la vida de su padre, Ptolomeo II, que éste el año 253 a.C. Casó a su
hija Berenice Sira con Antíoco II, como medio de terminar la Segunda Guerra
Siria, que no le estaba yendo nada favorablemente. También hemos sabido que la
condición para recuperar Siria la dote de Berenice, media Celesiria, era que el
heredero del Imperio Seléúcida fuese el varón que naciera de este matrimonio,
debiendo repudiar previamente Antíoco II a su primera esposa, Laódice, madre de
dos hijos, Seleúco y Antíoco. Repudiola Antíoco, de modo que madre e hijos se
fueron a vivir a Éfeso, suficientemente lejos de la corte. Y engendró
Antíoco II un precioso varón de su joven y nueva esposa Berenice.
Pero poco
antes de la muerte de Ptolomeo II, el año 246, Antíoco II cometió el tremendo
error de volver a llamar a su repudiada esposa, Laódice, para que retornara de
Éfeso y volver a convivir con ella. Laódice podía pasar porque el rey la
repudiara a ella. Pero no consentía, ni al monarca reinante ni a nadie en el
mundo, que desheredara a sus hijos, con más derecho al trono Seleúcida que el
pequeño infante de la advenediza egipcia. Fingió aceptar sumisamente la
voluntad del rey, pero conspiró con algunos nobles leales, quienes se ganaron
al maestresala real y, con su complicidad, el mismo año 246 consiguió Laódice
envenenar a Antíoco II. Éste moría el mismo año que su suegro, Ptolomeo II.
Pero Ptolomeo lo hacía cargado a años y Antíoco, por imprudencia.
Al ver
morir a su esposo y padre de su pequeño hijo, de nombre Antíoco B, Berenice
Sira, apodada Fernófero por otros historiadores, como el autor del cuadro, no
vio claro su futuro y llamó en su auxilio a su hermano, Ptolomeo III, recién
ascendido al trono de Egipto. Éste reclutó un amplio ejército, envió una flota
hacia el Norte, camino del corazón de Siria, e invadió las tierras Seleúcidas
por vía terrestre en apoyo de su hermana. Pero llegó tarde. Para cuando
Ptolomeo III llegó a Antioquía sobre el Orontes, la capital occidental del
Imperio Seleúcida, la intrigante Laódice también había hecho asesinar a su rival,
Berenice Sira, a su pequeño y a todo el personal egipcio que había en la corte
como acompañantes de Berenice Sira. Realmente, Berenice era su enemiga y el
objeto de su odio. Hecho esto, se retiró al Norte, hacia la capital de Asia
Menor, ya que en Sardes tenía un punto de apoyo en la figura del gobernador
general Alejandro, que apoyó a su sobrino Seleuco II y a su madre. En cambio
Éfeso se decantó por el difunto hijo de Berenice Sira, respetando la voluntad
del finado Antíoco II, al que su mujer había liquidado de mala manera.
Si algunos
nobles de la corte apoyaron a Laódice y a su hijo Seleúco II, numerosas
ciudades de Siria, además de Éfeso, acogieron a los egipcios y les abrieron sus
puertas. De modo que a Ptolomeo III le fue fácil hacerse con el control de la
costa de Asia Menor, y prosiguió su marcha militar hacia el Este. Antes ordenó
incendiar la capital, Antioquía sobre el Orontes, como muestra de su ira por el
asesinato de su hermana y sobrino. Pasó el Eúfrates y tomó también Seleucia
sobre el Tigris, la otra capital, Babilonia, toda Mesopotamia, la Susiana, la
Media y se llegó hasta la Bactriana, imitando al lejano Alejandro. Con la
autoridad real lejos, en el Norte de Asia Menor, el Imperio no ofreció una
resistencia apreciable.
Anteriormente
vimos cómo Ptolomeo III partió para auxiliar a su hermana, Berenice Sira,
casada con Antíoco II, recién fallecido, y se adentró con sus ejércitos
en tierras seleúcidas, pero llegó tarde y su hermana, junto con su hijo, habían
caído ya víctimas de la inquina y del amor maternal combinados de la primera
esposa de Antíoco II, Laódice. Puestos ya a conquistar, Ptolomeo III se dedicó
a emular al que fuera jefe de su abuelo, Ptolomeo I, Alejandro el Grande, y se
llegó hasta la Bactria. Reproducimos el mapa del día pasado para que el lector
normal recuerde dónde andaba la Bactria, satrapía persa un poco a trasmano. Hay
que decir que Ptolomeo III, recién subido al trono, inició su periplo como
Ptolomeo III, pero en cuanto volvió pasó a ser apodado Evergetes, que significa
en griego Benefactor.
Y no sólo
la Bactria y cuantas al paso están, más hubiera conquistado el enfurecido
Ptolomeo de no haberle llegado noticias de que en Egipto algo pasaba, y no
bueno. Se lee en unas fuentes que se trataba de una mala cosecha, consecuencia
de una crecida irregular del Nilo, y la hambruna originada. Según otras, era un
complot palaciego, y no tenía nada que ver con el Nilo y la agricultura. En
cualquier caso, era algo que podía causarle problemas domésticos. Decidido a
volver sobre sus pasos, dio orden de saquear el Imperio Seleúcida, del que se
llevó la enorme cifra de 40.000 talentos de plata y 2.500 estandartes,
insignias y efigies de los dioses egipcios, que habían sido fruto del botín que
un rey persa anterior, Cambises, hijo de Ciro el Grande, en el 525 a.C., es
decir casi 300 años antes, se había llevado de Egipto. Este botín, las imágenes
de los dioses egipcios, rescatados de la pérfida Persia, fue lo que le valió el
apodo de Evergetes, [de eu = buen y ergon = acto], o Benefactor.
Aunque dejó
guarniciones en las regiones conquistadas, estas conquistas no fueron
duraderas, ya que Seleúco II, al que apodarían Calínico sus súbditos, reaccionó
prontamente y, cuando Ptolomeo volvió grupas hacia su reino, fue tomando poco a
poco las partes más alejadas, conquistadas por el egipcio. Esto es lo que se
llama la "Tercera Guerra Siria", que volvió a enfrentar a los dos
reinos principales en que quedó dividido el Imperio de Alejandro. De modo que
puede decirse que la disposición de Ptolomeo II con Berenice Sira, que iba a
asegurar la paz entre los dos reinos vecinos fue de hecho el comienzo de una
nueva guerra.
Una lápida
descubierta en Adulis dice así:
El rey Ptolomeo III el Grande, hijo del rey Ptolomeo
y de la reina Arsínoe, dioses hermano y hermana, hijos del rey Ptolomeo y de la
reina Berenice, dioses Salvadores, descendientes por parte de padre de
Hércules, hijo de Zeus, y por parte de madre de Diónisos, hijo de Zeus, tras
recibir de su padre el reino de Egipto, Libia, Siria, Fenicia, Chipre, Licia,
Caria y las islas Cícladas, marchó contra Asia con tropa de infantería y
caballería, una flota, elefantes de la tierra de los trogloditas y de Etiopía,
a los que su padre y él mismo fueron los primeros en cazar en esos lugares y en
equiparlos para la guerra.
Tras asegurarse el dominio de los territorios más
occidentales del Eúfrates y Cilicia, Panfilia, Jonia, el Helesponto, Tracia y
de todas las fuerzas de esos lugares y de los elefantes indios y tras reducir a
la obediencia a todos los gobernantes de esas provincias, cruzó el río Eúfrates
y tras haber subyugado a Mesopotamia, Babilonia, Susiana, Pérside, Media y todo
el resto de territorio hasta Bactria y, tras haber buscado todos los objetos
sagrados que habían siso sacados de Egipto por los persas y haberlos devuelto
al país junto con el resto del tesoro de la provincia, envió sus fuerzas con la
misión de construir canales ... * (el
resto de la inscripción se ha perdido.)
Y ya que
hablamos del Nilo, veamos una ilustración moderna que puede darnos una idea de
cómo era la vida en el Egipto profundo en tiempo de los Ptolomeos.
Parte Izquierda
Parte Derecha
Dominios egipcios bajo Ptolomeo II.
La política
de Ptolomeo III, igual que su padre y su abuelo, fue mantener el equilibrio de
poder entre el Imperio Seleúcida y los reinos que habían surgido en la parte
Norte del mismo, Pérgamo, Bitinia, Capadocia y el Ponto, como medio de
favorecer la seguridad de Egipto. Si pasó a la Historia como un gran rey que
llevó a Egipto a la cima de su poder puede deberse en parte a que su vecino
Seleúcida tuvo problemas por todas partes, ya que fue a Antíoco II a quien se
le rebelaron los reinos del Norte ya citados y las satrapías del Este, tales
como Batria, Partia, Gedrosia, Sogdiana y Aracosia. Eso quiere decir que no
podía ocuparse de su vecino del Oeste, ya que tenía problemas en todos los
demás frentes. De modo que una vez más se cumple la regla de que el éxito de un
monarca depende de que su contrincante principal tenga problemas serios.
Ptolomeo
III ayudó, si bien muy suavemente, a la Liga Aquea, extensa confederación de
ciudades-estado que abarcaba casi todo el Peloponeso, y a los espartanos en su
lucha contra el dominio macedonio, aunque procuró evitar mezclarse en las
continuas guerras entre seleúcidas y macedonios, siguiendo los consejos de su
padre. Dio asilo político al rey espartano Cleómenes III en el 222 cuando fue
vencido por Antígono Dosón de Macedonia. Poco después moriría, a los 60 ó 61
años de edad, se dice que envenenado, aunque es un extremo en el que no hay
acuerdo entre los historiadores.
Ptolomeo
III prosiguió la política de buenas relaciones con el clero egipcio, dando lo
menos posible a cambio del apoyo de los sacerdotes al culto a las difuntas
reinas, Arsinoe II, la segunda esposa y hermana de su padre, y Berenice II, su
propia esposa, que le precedió en unos meses como candidata a la deidad,
muriéndose.
Inició la
construcción de una gran Templo, el de Edfu, del que ya hemos tratado con
amplitud aquí. No tenía la grandiosidad de Luxor o Karnak, pero era todo un
señor Templo. Veamos su pilono de entrada.
Ptolomeo
III Evergetes comenzó la construcción del Templo de Edfu a mitad de su reinado,
el año 237 a.C. El Templo se terminó de construir 180 años más tarde, el año 56
a.C.
Además de
la construcción del Templo ya citado, añadió capillas, altares y estatuas a
otros Templos a lo largo de Egipto.
Prosiguió
las obras de desecación de la zona pantanos de Al Fayyum, que su abuelo había
comenzado, a fin de aumentar la superficie cultivable del país, de donde le
llegarían nuevos impuestos. En época ptolemaica, que duraría casi hasta el
cambio de era, se formaron diversos cementerios en Al Fayyum y modernamente se
han recuperado tumbas con féretros de gentes del pueblo, con unos retratos de
los difuntos ciertamente notables. Veremos un ejemplo acto seguido.
Igual que
ahora, en la Antigüedad se daban terremotos. Hubo uno en Rodas, antiguo aliado
de egipcio. Los efectos eran superiores a los actuales, ya que las estructuras
de las construcciones eran mucho más precarias. Ptolomeo III envió auxilio
material a Rodas, para ayudar a los habitantes de la isla a superar los efectos
del terremoto.
En la línea
de proteger la Cultura y de cualificar la población de su capital, concedió la
ciudadanía alejandrina a muchos judíos que habían venido a vivir la Ciudad y
permitió el culto de la religión judía, financiando en parte la construcción de
la sinagoga. Se inició la creación de un barrio judío en la misma.
Potenció la
construcción naval, de modo que Egipto volvió a ser una potencia de primer
orden en el Egeo. Todo lo anterior contribuyó a elevar la economía del reino,
que alcanzó el cénit en su época. Tras él llegó al decadencia, como hemos de
ver pronto.
Al final de
su reinado, la escasez de plata del Tesoro egipcio le obligó a rebajar la
proporción de plata de la acuñación de moneda. Ello era un preludio de lo que
iba a pasar en breve.
Después de
25 años de reinado, cuando contaba 61- los mismos que reinara su padre -
falleció. Se cree que fue envenenado, aun cuando no se sabe con certeza. Lo que
ocurrió al principio del reinado siguiente, que conoceremos en detalle el día
próximo, da pie tal vez a esta presunción por parte de algunos
historiadores.
Ya lo hemos
dicho, pero Ptolomeo III tuvo de Berenice II de Cirene 7 hijos, tres hembras y
cuatro varones. Éstos últimos fueron Ptolomeo IV, que le sucedió, Lisímaco D,
Alejandro A y Magas C. Hemos de ver que su sucesor no estuvo a la altura de la
dinastía. Cabe preguntarse en la razón por la que su padre, Ptolomeo III, le
nombró sucesor, como dice la Historia, conociéndole como debía conocerle y
sabiendo de su carácter, débil para ser un monarca absoluto como en aquellos
tiempos. Su abuelo, Ptolomeo I, había postergado a su primogénito, Ptolomeo
Keraunios, en favor de su segundo hijo, que le sucedió, el padre de Ptolomeo
III. Este hecho tenía que ser conocido por Ptolomeo III. A la vista de los
hechos que van a suceder a la muerte de Ptolomeo III Evergetes, nos
plantearemos algunas dudas sobre su sucesor.
Y como
estamos en Egipto, veamos una ilustración moderna que puede darnos una idea de
cómo era la vida en el Egipto profundo en tiempo de los Ptolomeos. Hemos
hablado del comercio, que los Ptolomeos promovieron, viendo en ello un sumando
más de sus necesarias recaudaciones para mantener sus gastos como potencia de
primer rango. La agricultura era otra de sus fuentes de ingresos, posiblemente
la principal. El Nilo era el canal principal de distribución de productos
comerciales. Y al Sur del Nilo la isla de Elefantina era el punto navegable más
cercano a las regiones africanas, con las que se comerciaba intensamente. Como
de costumbre, ofrecemos la imagen partida en dos, dado el tamaño de la misma
Berenice II Euergetis (267
o 266 a. C. - 221 a. C.) fue reina gobernante de Cirenaica desde
aproximadamente 250 a. C. y reina y corregente del Egipto
ptolemaico desde 246 a. C. hasta 222 a. C. como esposa de Ptolomeo
III Euergetes.
Ella heredó
el gobierno de Cirene de su padre, Magas, en 249 a. C. Después
de una breve lucha de poder con su madre, Berenice se casó con su primo
Ptolomeo III, el tercer gobernante del reino ptolemaico. Este
matrimonio condujo a la reincorporación de Cirenaica al imperio
ptolemaico. Como reina de Egipto, Berenice participó activamente en el
gobierno, se incorporó al culto estatal ptolemaico junto a su esposo y fue
adorada como una diosa por derecho propio. Ella es mejor conocida por un
episodio de propaganda judicial, que llevó a la constelación de Coma
Berenices a su nombre. Berenice fue asesinada por el
regente Sosibius poco después de la adhesión de su hijo Ptolomeo
IV Filopator en 221 a. C.
La vida
Cirenaica
había sido incorporada al reino ptolemaico en 323 a. C., por Ptolomeo I
Soter, poco después de la muerte de Alejandro Magno. La región
resultó difícil de controlar y alrededor de 300 a. C., Ptolomeo confié la
región a Magas, hijo de su esposa Berenice I por un matrimonio
anterior. Después de la muerte de Ptolomeo I, Magas afirmó su
independencia y participó en la guerra con su sucesor Ptolomeo II
Filadelfio. Alrededor del 275 a. C., Magas se casó con Apama, que
provenía de la dinastía seléucida, que se había convertido en enemiga de
los Ptolomeos. Berenice II fue su única hija. Cuando Ptolomeo II
renovó sus esfuerzos para llegar a un acuerdo con Magas de Cirene a finales de
los años 250 a. C., se acordó que Berenice se casaría con su primo, el
futuro Ptolomeo III, quien era el heredero de Ptolomeo II.
El
astrónomo Gaius Julius Hyginus afirma que cuando el padre de
Berenice, Magas, y sus tropas fueron derrotados en la batalla, Berenice montó
un caballo, reunió a las fuerzas restantes, mató a muchos enemigos y llevó al
resto a retirarse. La veracidad de esta historia no está clara y la
batalla en cuestión no está atestiguada de otra manera, pero "no es imposible".
Busto de Berenice II en
la Glyptothek de Munich
Reina de Cirene
Alrededor
del 250 a. C., Magas murió, convirtiendo a Berenice en la reina de
Cirene. En este punto, la madre de Berenice, Apame, se negó a honrar el
acuerdo de matrimonio con los Ptolomeos e invitó a
un príncipe antigonida, Demetrius de Fair a Cyrene, para
casarse con Berenice. Con la ayuda de Apame, Demetrius tomó el control de
la ciudad. Supuestamente, Demetrius y Apame se convirtieron en
amantes. Se dice que Berenice los descubrió juntos en la cama y lo
asesinó. Apame se salvó. El control de Cirene fue confiado a un
gobierno republicano, liderado por dos cirenaicos llamados Ecdelus y
Demophanes, hasta la boda real de Berenice con Ptolomeo III en 246 a. C.
después de su acceso al trono.
Reina de Egipto
Berenice se
casó con Ptolomeo III en 246 a. C. después de su ascenso al trono. Esto
trajo a Cirenaica de vuelta al reino ptolemaico, donde permanecería hasta que
su tataranieto Ptolomeo Apión lo dejó a la República
romana en su testamento en el 96 a. C.
Culto
En 244 o
243 a. C., Berenice y su esposo fueron incorporados a los cultos del estado
ptolemaico y fueron adorados como Theoi Euergetai (Dioses
benefactores), junto a Alejandro Magno y los primeros
Ptolomeos. Berenice también fue adorada como una diosa por su
cuenta, Thea Euergetis (Diosa Benefactora). A menudo se la
equiparó con Afrodita e Isis y se la asoció particularmente
con la protección contra los naufragios. La mayor parte de la evidencia de
este culto deriva del reinado de Ptolomeo IV o posterior, pero un culto en su
honor está atestiguado en el Fayyum en el reinado de Ptolomeo
III. Este culto es muy similar al que ofreció a su suegra, Arsinoe
II, quien también fue equiparada con Afrodita e Isis, y asociada con la
protección contra los naufragios. El paralelismo también se presenta en la
moneda de oro acuñada póstumamente en honor de las dos reinas. La moneda
de Arsinoe II tiene un par de cuernos de la abundancia en
el reverso, mientras que la de Berenice tiene una sola cornucopia.
La
divinidad de Berenice está estrechamente relacionada con la historia de "Berenice's Lock". Según esta
historia, Berenice prometió sacrificar su cabello largo como una ofrenda
votiva si Ptolomeo III regresaba sano y salvo de la batalla durante
la Tercera Guerra Siria. Dedicó sus trenzas y las colocó en el templo
en Cabo Zephyrium en Alejandría, donde Arsinoe II fue
adorado como Afrodita, pero a la mañana siguiente las trenzas habían
desaparecido. Conon de Samos, el astrónomo de la corte identificó una
constelación como el cabello perdido, alegando que Afrodita lo había colocado
en el cielo como un reconocimiento del sacrificio de Berenice. La
constelación se conoce hoy en día como Coma Berenices. (Latín para
'Berenice's Lock'). No está claro si este evento tuvo lugar antes o
después del regreso de Ptolomeo; Branko Van Oppen de Ruiter sugiere que
sucedió después del regreso de Ptolomeo (alrededor de marzo-junio o mayo de 245
a. C.). Este episodio sirvió para vincular a Berenice con la diosa Isis
en su papel de diosa del renacimiento, ya que estaba destinada a dedicar un
mechón de su propio cabello a Koptos en luto por su
esposo Osiris.
La historia
fue ampliamente propagada por la corte ptolemaica. Se
produjeron sellos que representaban a Berenice con la cabeza afeitada
y los atributos de Isis/Demeter. El poeta Callimachus, que vivía en
la corte ptolemaica, celebró el evento en un poema, El bloqueo de
Berenice, del cual solo quedan unas pocas líneas. El poeta romano del
siglo I a. C. Catulo produjo una traducción o adaptación del poema
en latín, y un resumen en prosa aparece
en Hyginus ' De Astronómica. La historia fue popular en el
período moderno temprano, cuando fue ilustrada por
muchos pintores neoclásicos.
Juegos Panhelénicos
Berenice
ingresó a un equipo de carro en los Juegos Nemean de 243 o 241 a. C.
y salió victorioso. El éxito se celebra en otro poema de la Victoria
de Berenice de Callimachus. Este poema conecta a Berenice
con Io, un amante de Zeus en la mitología griega, que también estuvo
relacionado con Isis por los griegos contemporáneos. Según Hyginus, ella
también ingresó a un equipo en los Juegos Olímpicos en una fecha
desconocida.
Una mujer sentada en un fresco de
la Villa romana Boscoreale, fechada a mediados del siglo I a.
C., que probablemente representa a Berenice II del Egipto ptolemaico con
un stephane (es decir, diadema real) en la cabeza
Muerte
Ptolomeo
III murió a fines del 222 a. C. y fue sucedido por su hijo por
Berenice, Filopator Ptolomeo IV. Berenice murió poco después, a
principios del 221 a. C. Polibio afirma que fue envenenada, como
parte de una purga general de la familia real por el
regente Sosibio del nuevo rey. Ella continuó siendo venerada en
el culto del gobernante estatal. Para el año 211 a. C., tenía su propia
sacerdotisa, el athlophorus ('portador del premio'), que marchaba en
procesiones en Alejandría detrás del sacerdote de Alejandro Magno y
los Ptolomeos, y el canephorus del deificado Arsinoe II.
Legado
La ciudad
de Euesperides (ahora la ciudad libia de Benghazi) pasó a
llamarse Berenice en su honor, un nombre que conservó hasta la Edad Media.
El
asteroide 653 Berenike, descubierto en 1907, también lleva el nombre de la
Reina Berenice.
Ptolomeo IV Philopator
Ptolomeo IV
Filopator ("Ptolomeo, amante de su Padre"; mayo/junio 244 -
julio/agosto 204 a. C.), hijo de Ptolomeo III y Berenice II, fue
el cuarto faraón dinastía ptolemaica en Egipto del
221 al 204 a. C.
La sucesión
de Ptolomeo al trono fue acompañada por una amplia purga de la familia
real ptolemaica, que dejó el control del gobierno del reino en gran parte en
manos de sus cortesanos Sosibius y Agathocles. Su reinado
estuvo marcado por la Cuarta Guerra Siria (219-217 a. C.) con
el imperio seléucida, que culminó en una decisiva victoria ptolemaica en
la Batalla de Raphia, una de las batallas más grandes de toda la era
helenística. En los últimos años de su gobierno, el control sobre la parte
sur del país se perdió para el rebelde faraón Hugronaphor. Ptolomeo
IV murió en circunstancias misteriosas en 204 a. C. y fue sucedido por su joven
hijo Ptolomeo V Epífanes bajo la regencia de Sosibio y Agatocles.
En fuentes
antiguas, Ptolomeo fue criticado por estar más interesado en el lujo y la
ceremonia judicial que el gobierno, la política y las relaciones
exteriores. El declive de la dinastía ptolemaica generalmente se remonta a
su reinado.
Antecedentes y vida temprana
Ptolomeo IV
fue el segundo hijo e hijo mayor de Ptolomeo III y su esposa Berenice II,
nacido unos dos años después de la ascensión de su padre al trono de
Egipto. Ptolomeo IV tenía una hermana mayor, Arsinoe III, y tres hermanos
menores, Lysimachus (nombre incierto), Alexander y Magas, todos nacidos en
los años 240 antes de Cristo. Toda la familia es conmemorada por un grupo
estatuario establecido en Thermos y Delphi por la Liga
Etolia. Bajo Ptolomeo III, el reino ptolemaico había alcanzado su apogeo,
derrotando decisivamente al reino seléucida rival en
la Tercera Guerra Siria (246-241 a. C.), financiando la oposición
griega continental a Macedonia Antigónida y manteniendo el control de casi
toda la costa este del Mediterráneo. Sin embargo, el reinado también
estuvo marcado por la primera revuelta nativa egipcia contra el dominio
ptolemaico, en 245 a. C. En los últimos años del reinado de Ptolomeo III,
la Guerra de Cleomenean (229-222 a. C.) estalló en Grecia y, a pesar
de recibir un apoyo ptolemaico sustancial, Cleomenes
III de Esparta fue completamente derrotado por una coalición
liderada por Antigonid y obligado a huir a Egipto.
Octadrachm de oro emitido por
Ptolemy IV Philopator, Museo Británico
Reinado
En algún
momento entre octubre y diciembre de 222 a. C., Ptolomeo III murió y Ptolomeo
IV fue coronado rey. El nuevo rey tenía unos veinte años y estaba bajo la
fuerte influencia de dos aristócratas
prominentes: Sosibius y Agathocles, el hermano de la amante de
Ptolomeo, Agathoclea. Al acceder Ptolomeo, Sosibius diseñó una purga
a gran escala de la familia real para eliminar a cualquiera que pudiera oponerse
a él. El tío de Ptolomeo IV, Lisimaco, probablemente fue asesinado en
este momento. Se creía que la madre de Ptolomeo, Berenice II, apoyaba a
su hermano menor Magas, que había tenido importantes comandos militares y era
popular entre el ejército, por lo que Magas murió escaldado en el baño. Berenice
murió poco después y se dice que fue envenenada. Por el contrario, la
hermana de Ptolomeo, Arsinoe III, se asoció estrechamente con el
rey. A finales de 220 a. C., Ptolomeo se había casado con ella, reviviendo
la tradición del matrimonio entre hermanos que había comenzado el abuelo
de Ptolomeo Ptolomeo II Filadelfo y que seguiría siendo la norma para
el resto de la dinastía.
En 222 a.
C., Antíoco III había asumido el trono seléucida e inmediatamente
demostró ser un líder dinámico, decidido a restaurar el poder seléucida y
revertir las pérdidas que los seléucidas habían sufrido en la Tercera Guerra
Siria. En 221 a. C., un año después de su adhesión, Antíoco III invadió
los territorios ptolemaicos en Coele-Siria. Fue rechazado por el
gobernador ptolemaico de la región, Theodotus, y obligado a girar hacia el
este como resultado de la revuelta de su sátrapa
de Media, Molon.
En la
primavera de 219 a. C., Antíoco III intentó de nuevo, atacando y capturando la
ciudad portuaria clave y el "hogar
de la dinastía seléucida" Seleucia Pieria, que había estado bajo
el control ptolemaico desde 246 a. Inmediatamente después de esto,
Teodoto, que se había vuelto impopular en la corte ptolemaica, cambió al lado
seléucida, trayendo a Coele Siria y una gran parte de la flota ptolemaica con
él. Antíoco recibió la rendición de Tiro y Ptolomeo Ake,
pero se atascó en asedios prolongados de Sidón y Dora.
En medio de
esto, hubo una revuelta en Alejandría, dirigida por Cleomenes III de Esparta,
que Polibio presenta como una seria amenaza para el régimen de
Ptolomeo IV. Ptolomeo III había prometido restaurar Cleomenes, que ahora
vive en Alejandría con una fuerza de 3.000 mercenarios, al trono espartano,
pero su muerte había puesto fin a estos planes. Inicialmente, Ptolomeo IV
y Sosibius habían consentido a Cleomenes, viéndolo como un contador para
Magas. Pero después de la muerte de Magas, el interés de Ptolomeo
disminuyó y Sosibius hizo que el espartano fuera puesto bajo arresto
domiciliario. En 219 a. C., mientras Ptolomeo IV estaba en Canopus,
Cleomenes se liberó e intentó liderar un levantamiento armado contra
Sosibius. Él y sus seguidores lanzaron un ataque contra la ciudadela
principal de Alejandría, con la esperanza de liberar a los hombres
encarcelados, pero este ataque no tuvo éxito y la gente de Alejandría no
respondió a su llamado a levantarse. Cleomenes y sus seguidores se
suicidaron.
Los
esfuerzos de Antíoco para consolidar su control sobre Coele Siria duraron el
resto del 219 a. C. Al comienzo del invierno, tuvo que negociar un alto el
fuego con Ptolomeo IV. Las negociaciones formales de paz siguieron en
Seleucia Pieria, pero no parecen haberse llevado a cabo de buena fe por ninguna
de las partes. Antíoco se negó a considerar regresar a Seleucia Pieria a
los Ptolomeos, mientras que Ptolomeo exigió que Antíoco reconociera a Aqueo,
el gobernante de facto de Asia Menor, considerado como rebelde
por la corte seléucida, como parte de la pieza.
Louvre busto de Antioco III
Sosibius y
Agathocles utilizaron el cese del fuego para poner en forma al ejército
ptolemaico, mientras que Antíoco III lo utilizó para prepararse para una nueva
ofensiva. A principios de 218 a. C., Antíoco destruyó a las fuerzas
ptolemaicas en Berytus en tierra y mar, abriendo el camino para la
invasión de Coele Siria. Allí capturó Filadelfia, pero no pudo ganar
el sur del valle de Beqa'a, Damasco o Sidón.
Mediterráneo en 218 a. C.
En 217 a.
C., Ptolomeo IV y Arsinoe III llevaron al ejército egipcio al Levante, donde se
encontró con el ejército de Antíoco en la batalla de Rafia el 22 de
junio de 217 a. C. Esta fue una de las batallas más grandes de la era
helenística con más de 150,000 soldados participando en el combate cuerpo
a cuerpo. Al comienzo de la batalla, las fuerzas del elefante ptolemaico
fueron enrutadas y Antioco lo siguió cargando a caballo y rompiendo el ala
izquierda ptolemaica. Polibio (generalmente hostil a Ptolomeo) representa
la repentina aparición de Ptolomeo en el frente como el punto decisivo en la
batalla, inspirando a sus tropas a luchar y derrotar al resto del ejército
seléucida que se giró y huyó mientras Antíoco aún perseguía a los soldados
ptolemaicos que huían en el ala izquierda Cuando descubrió lo que había sucedido,
Antíoco no tuvo más remedio que retirarse a Antioquía.
Después de
la batalla, Ptolomeo se puso a trabajar reorganizando la situación en Coele
Siria y envió a Sosibio a negociar con Antíoco. A finales del verano,
invadió a Siria seléucida, obligando a Antíoco a aceptar un tratado de
paz. Ptolomeo IV retuvo los territorios que habían tenido al comienzo de
la guerra, excepto, aparentemente, Seleucia Pieria, y recibió una enorme suma
de oro. El 12 de octubre, Ptolomeo había regresado a Egipto, donde la
victoria fue celebrada por un sínodo sacerdotal en Memphis que emitió
el decreto de Rafia. Los términos relativamente suaves de la paz y el
fracaso de Ptolomeo para capitalizar su victoria al ir a la ofensiva han
causado cierta sorpresa entre los eruditos modernos; el decreto de Raphia
se refiere de manera bastante clara a "la
traición que perpetraron los comandantes de las tropas", que puede ser
relevante para la decisión de Ptolomeo de hacer las paces.
Asuntos exteriores en el reinado posterior (217-205
a.C)
Después de
la Tercera Guerra Siria, Antíoco III recuperó rápidamente su fuerza y dirigió
expediciones exitosas contra otros enemigos. Probablemente como resultado,
las interacciones de Ptolomeo con otros estados se centraron en mantener relaciones
pacíficas y prevenir la guerra.
En Grecia
continental, Ptolomeo IV intentó reconstruir la influencia ptolemaica que había
sufrido un serio revés bajo Ptolomeo III como resultado de la Guerra de
Cleomenean. En 217 a. C., los diplomáticos de Ptolomeo ayudaron a negociar
la Paz de Naupactus, que puso fin a la Guerra
Social entre Macedonia Antigonida y la Liga Etolia. Tuvo
mucho menos éxito en sus intentos de negociar una paz entre Macedonia y
la República Romana en la Primera Guerra de Macedonia (215-205
a. C.). Ptolomeo hizo grandes contribuciones financieras a varias
ciudades griegas para ganar su favor. Fue responsable de las murallas de
la ciudad en Gortyn en Creta. Ptolomeo fue honrado por sus
benefacciones con monumentos y cultos en su honor en varias ciudades,
incluidas Rodas y Oropus.
En el
oeste, Ptolomeo mantuvo una neutralidad amistosa con la República romana
y Cartago, que luchaban entre sí en la Segunda Guerra
Púnica (218-201 a. C.). Recibió una embajada amistosa de los romanos
en 210 a. C., solicitando un regalo de grano para ayudar a alimentar al populus
hambriento. Se desconoce cómo Ptolomeo respondió a esta solicitud. Al
igual que sus predecesores, Ptolomeo mantuvo relaciones particularmente
estrechas con el reino de Siracusa bajo el rey Hiero II, pero la adhesión
de su nieto Jerónimo en el año 215 a. C. amenazó con alterar el
cuidadoso equilibrio que había mantenido Ptolomeo, ya que trató repetidamente
de Ptolomeos en la Segunda Guerra Púnica en el lado cartaginés. La
situación se resolvió con su asesinato en 214 a. C.
Revuelta egipcia y muerte (206-204 a. C.)
Algún
tiempo después del final de la Cuarta Guerra Siria, estallaron revueltas en el
propio Egipto. Los combates tuvieron lugar en el norte del país en
el Delta y por separado en el Alto Egipto, donde los combates
llevaron a la interrupción de los trabajos de construcción en el Templo de
Horus en Edfu en 207/206 a. C. Las razones de estas revueltas
no están claras. El historiador helenístico Polibio argumentó
que eran un resultado natural de la decisión de Ptolomeo de armar a los
egipcios durante la Cuarta Guerra Siria. Günther Hölbl sostiene que el
hecho de que los rebeldes atacaron los templos egipcios sugiere que fue "una rebelión de las clases bajas inspirada
por la injusticia social", lo que se vio exacerbado por los fuertes
impuestos necesarios para financiar esa guerra. En octubre o noviembre de
205 a. C., el líder de la revuelta del sur capturó la ciudad
de Tebas y coronó a Faraón, tomando el nombre de Horwennefer, traducido
en fuentes griegas como Hugronaphor. A pesar de los esfuerzos
ptolemaicos para suprimir su régimen, Horwennefer conservaría su independencia
durante casi veinte años, hasta que finalmente fue capturado en agosto de 186
a. C.
La revuelta
significó que las fuerzas ptolemaicas no pudieron defender el sur de Egipto de
las incursiones nubias. Probablemente en 207/06 a. C., el
rey Arqamani de Meroe tomó el control
del Dodecaschoenus. Arqameni o su sucesor Adikhalamani completaron
varios de los proyectos de construcción de templos que se habían llevado a cabo
en esta región. En muchos casos, el trabajo de Ptolomeo IV simplemente se
apropió borrando su nombre de las inscripciones y reemplazándolo por el de
Arqameni.
En medio de
este conflicto, en julio o agosto de 204 a. C., Ptolomeo IV murió en
circunstancias poco claras. Una fuente tardía, Juan de
Antioquía menciona un incendio en el palacio. Arsinoe III también
murió en este momento. Según Justin, Ptolomeo IV se había divorciado
y asesinado bajo la influencia de su amante Agathoclea, poco antes de su propia
muerte. Según Polibio, fue asesinada por Sosibio. Después de
unos días durante los cuales la muerte de Ptolomeo IV se mantuvo en secreto, su
hijo de seis años, Ptolomeo V Epífanes, quien había sido corregente desde
el 210 a.C, fue proclamado formalmente rey, con Sosibio y el hermano de
Agathoclea, Agathocles como sus regentes.
Régimen
Culto dinástico ptolemaico
Al igual
que los primeros monarcas ptolemaicos, Ptolomeo IV fue proclamado como una deidad
en su ascenso al trono, como Theos Philopator (Dios amante del
padre). Particularmente después de la Cuarta Guerra de Siria, Ptolomeo IV
sistematizó el culto dinástico, reforzando los vínculos entre la adoración del
rey reinante y los cultos de Alejandro Magno y Dioniso.
En 216/215
a. C., después de las celebraciones de la victoria de la Cuarta Guerra Siria,
Ptolomeo IV y su esposa como Theoi Philopatores (dioses amantes del
padre) se incorporaron formalmente al culto dinástico. Esto significaba que
se agregaron al título del Sacerdote de Alejandro Magno en Alejandría,
quien dirigió el festival de Ptolemaia y cuyo nombre y título se usó para
nombrar el año en todos los documentos oficiales y privados. Esto siguió
el patrón establecido por los predecesores de Ptolomeo, particularmente
Ptolomeo III, cuya incorporación al culto dinástico parece haber formado parte
de las celebraciones de la victoria de la Tercera Guerra Siria.
Para
afirmar la unidad de este culto dinástico,
Ptolomeo derribó la tumba existente de Alejandro
Magno y las tumbas de los reyes ptolemaicos individuales en
Alejandría. Se construyó una nueva estructura piramidal dentro del
distrito del palacio de Alejandría para albergar juntos los cuerpos de
Alejandro y los Ptolomeos. Esta estructura parece haber sido consagrada en
el festival de Ptolemaia del 215/14 a. C. Al mismo tiempo, Ptolomeo IV
incorporó el culto de los fundadores dinásticos Ptolomeo
I y Berenice I como Theoi Soteres (dioses salvadores)
en el culto dinástico principal supervisado por el sacerdote de
Alejandría. Probablemente también en 215/4 a. C., Ptolomeo IV instituyó un
nuevo culto en la ciudad griega de Ptolomeo está en el sur de Egipto,
dedicado a Ptolomeo I y el monarca reinante.
En 211 a.
C., Ptolomeo IV parece haber comenzado a propagar otro culto para su difunta
madre Berenice II, sobre el modelo del culto anterior para la abuela de
Ptolomeo, Arsinoe II. Un templo para
Berenice sozousa (Berenice que salva) se estableció en Alejandría, en
la orilla, y parece haber estado asociado con la protección de los marineros,
muy similar al culto de Arsinoe II. Berenice también recibió una
sacerdotisa especial, el athlophorus (portador del premio), que
marchó en la procesión de Ptolemaia y apareció en los registros oficiales de la
fecha anterior al canephorus (portador de la canasta) de Arsinoe
II. Sacerdotisas similares se establecerían para reinas posteriores en los
siguientes reinados.
Ptolomeo
también enfatizó fuertemente el culto a Dioniso y lo vinculó
estrechamente al culto dinástico. Dioniso era el dios griego del vino y
estaba estrechamente asociado con el ideal real de opulencia y lujo, conocido
en griego como tryphe, que Ptolomeo deseaba cultivar. Se inauguraron
varios festivales nuevos de Dionisio, en los cuales el propio Ptolomeo dirigió
las procesiones, golpeando un tímpano. Cambió el nombre de varias
áreas de Alejandría en honor del dios y sus atributos. Algún tiempo antes
de 217 a. C., Ptolomeo ordenó a todos los sacerdotes de Dioniso que vinieran a
Alejandría para registrarse y presentar sus libros sagrados y sus ritos
misteriosos para inspección del gobierno. Esto demuestra un deseo de
afirmar su control total de la adoración de Dioniso dentro de su
reino. Ptolomeo mismo fue referido como el Neos Dionysos (Nuevo
Dioniso) y representado con atributos del dios en imágenes.
Las ecuaciones con otras deidades también se hicieron en imágenes reales:
un notable conjunto de dracmas de oro octo lo representa con la
corona rayada de Apolo o Helios, el tridente de Poseidón y
la égida de Atenea, Zeus y Alejandro Magno.
Muchas
ciudades griegas que estaban bajo el control de Ptolomeo o alineadas con él
también establecieron cultos oficiales en su honor durante su reinado. Las
ciudades griegas en este período regularmente otorgaron tales cultos a los
monarcas y otros individuos poderosos, generalmente en agradecimiento por una
benefacción específica. Ejemplos notables se encuentran
en Jaffa y otras ciudades del Levante después de la victoria en
Raphia.
Ideología faraónica y religión egipcia
Al igual
que sus predecesores, Ptolomeo IV se presentó como un faraón egipcio
típico y apoyó activamente a la élite sacerdotal egipcia a través de
donaciones y la construcción de templos. Ptolomeo III había introducido
una innovación importante en 238 a. C. al celebrar un sínodo de todos los
sacerdotes de Egipto en Canopus. Ptolomeo IV continuó esta tradición
al celebrar su propio sínodo en Memphis en 217 a. C., después de las
celebraciones de la victoria de la Cuarta Guerra Siria. El resultado de
este sínodo fue el Decreto Raphia, emitido el 15 de noviembre de 217 a. C.
y conservado en tres copias. Al igual que otros decretos ptolemaicos,
el decreto estaba inscrito
en jeroglíficos, demótico y griego koiné. El decreto
registra el éxito militar de Ptolomeo IV y Arsinoe III y sus beneficios para la
élite sacerdotal egipcia. En todo momento, Ptolomeo IV se presenta como el
papel de Horus que venga a su padre al derrotar a las fuerzas del
desorden lideradas por el dios Set. A cambio, los sacerdotes se
comprometieron a erigir un grupo de estatuas en cada uno de sus templos,
representando al dios del templo presentando una espada de victoria a Ptolomeo
IV y Arsinoe III. Se inauguró un festival de cinco días en honor
de Theoi Philopatores y su victoria. Así, el decreto parece
representar un matrimonio exitoso de la ideología y religión faraónicas
egipcias con la ideología griega helenística del rey victorioso y su culto a
los gobernantes.
Ptolomeo IV
también mantuvo una relación cercana y amistosa con la élite sacerdotal al
apoyar y financiar trabajos de construcción en santuarios en todo Egipto, en su
mayoría proyectos continuos que se iniciaron antes en la dinastía. El
ejemplo más notable de esto es el Templo de Horus en Edfu, donde
la construcción comenzó en 237 a. C. bajo Ptolomeo III, pero continuó durante
la mayor parte del reinado de Ptolomeo IV hasta que la revuelta de Hugronaphor
obligó al final de las obras en 207/06 a. C. Para entonces, la mayor parte
de la estructura ya había sido construida y la mayor parte de la decoración
interior había sido tallada. Estas inscripciones presentan a Ptolomeo IV
como un faraón ideal, enfatizando sus victorias militares en Siria y su actitud
piadosa hacia los dioses. Los rituales anuales de coronación tenían lugar
en el santuario, en el que el dios Horus recibió simbólicamente la realeza
de Ra y Osiris y el faraón reinante recibió su realeza de
Ra y Horus. Ptolomeo nunca participó en este ritual personalmente; Su
papel fue interpretado por un sacerdote. El apoyo al santuario
representaba así el compromiso ptolemaico con una teología egipcia tradicional
de la realeza.
Relieve que representa a Ptolomeo IV
haciendo una ofrenda a Montu en Deir el-Medina.
Otros
trabajos de construcción realizados bajo los auspicios de Ptolomeo IV
incluyeron (de norte a sur):
·
Un santuario de Harpócrates en
el Serapeum de Alejandría;
·
Reconstrucción de los Naos del
Templo
·
de Mut, Khonsu y Astarte en Tanis;
·
La puerta este del Templo de
Ptah en Memphis;
·
Un nuevo templo para Hathor en Cusae;
·
Un nuevo templo de Nemty en Tjebu;
·
Extensiones al Templo de
Min e Isis en Koptos;
·
Obras decorativas en la
gran puerta de entrada del Recinto de Montu y una
capilla de Khonsu-Neferhotep en Karnak, Tebas;
·
Santuario para Hathor y Maat en Deir
el-Medina, al oeste de Tebas;
·
Obra decorativa en el templo
de la tríada tebana del Kharga Oasis;
·
Terminación del Templo
de Montu en Medamud;
·
Obra decorativa y un
santuario de Arensnuphis en Filae;
·
Terminación del templo de
Isis en la isla de Sehel, Aswan;
·
Reconstrucción del templo de Thoth en Dakka.
Bajorrelieve de Uadyet y Horus
(hieracoesfinge) flanqueando la titulatura de Ptolomeo IV en una capilla del
templo de Edfu, Egipto.
El Templo de Montu (también Templo de Monthu, Montju o Menthu) es
un templo egipcio dedicado a la adoración de Monthu. El
sitio está ubicado a 5 kilómetros (3.1 millas) al noreste de Karnak, que
se encuentra dentro de Luxor. Medamud fue excavado por el arqueólogo
francés Fernand Bisson de la Roque desde 1925 hasta la posguerra, y
reveló muchos edificios, incluido un templo dedicado a Montu. Este templo
reemplazó un antiguo santuario y consiste en un foro abierto con una torre y
encerrando dos montículos que albergaban las capillas de adoración. Se
cree que el santuario original data del Antiguo Reino. Las ruinas de
la última estructura datan de Ptolomeo VIII período del siglo II a. C.,
aunque los romanos continuaron agregando decoraciones y adiciones siglos
después. Debido a la fuerte asociación de Montu con los toros furiosos, el
templo era un importante centro de culto para los toros, que contenía muchas
estatuas de toros para el culto y los relieves. La mayoría de estas
estatuas ahora se encuentran en varios museos de todo el mundo.
Montu era
un dios halcón con cabeza de halcón. Era
la deidad tutelar de Tebas. Sus consorte fueron Tjenenyet
(o Tanen-t) y rˁỉ.t-tꜣ.wỉ ("Ra femenina de
las dos tierras"); Su hijo era Harpora. También está
asociado con un toro sagrado llamado Buchis.
Además del
templo en Medamud, se construyeron templos dedicados a Montu en Karnak, Armant
y Tod. De 1925 a 1932, el templo de Montu Medamud fue excavado por el
arqueólogo francés, Fernand Bisson de la Roque, del Instituto Francés de
Arqueología Oriental, junto con el Louvre.
Medamud (o
Madu) era un puesto avanzado de Tebas, ubicado a 3 millas (4,8 km) de
distancia. Poco se sabe sobre la ciudad de Medamud o sus otras
estructuras. Antes de la construcción del templo del Reino Medio, el sitio
había sido quemado y los montículos anteriores fueron
arrasados. El templo del Reino Medio está situado en un
montículo circular. Su orientación lleva este-oeste.
Muy cerca
se encuentran los complejos de templos
egipcios en Luxor y Karnak. El complejo del templo de
Karnak contiene tres recintos, incluido el recinto de Montu, que contiene otro
templo de Montu.
Sitio del Reino Antiguo
El sitio
del templo del Reino Antiguo, dedicado a Montu, estaba amurallado y tenía un
bosque sagrado. Tenía un sistema de túneles, montículos y cámaras.
Templo del Reino Medio
El edificio
de la XII dinastía del Reino Medio es un raro ejemplo de la
fundación de la religión en la era del Reino Medio de Egipto. Otros
de este período son el templo de Sesostris III en Abydos, el
Templo de Medinet Madi y Qasr el-Sagha en Fayoum que data
aproximadamente de la misma época, y el templo funerario de Mentuhotep
II de la undécima dinastía en Deir el-Bahari. El
santuario fue remodelado en períodos posteriores.
Las
características del templo incluían una plataforma de tribuna, un canal,
un dromos, puerta principal, pórtico, sala y santuario. También había
un patio para el toro sagrado vivo. Consistía en una primera cámara, 200
por 180 metros. El acceso principal era por el este y el norte. Un
lago sagrado probablemente estaba en el lado oeste del templo. El templo constaba
de dos secciones contiguas distintas que se han interpretado como un templo al
norte y uno al sur, donde los sacerdotes habrían tenido sus
habitaciones. Típico de la época, el templo fue construido de
ladrillo; incluía elementos en bruto para las puertas y marcos, y columnas
o piedra tallada, cuyas bases estaban decoradas. La piedra tallada habría
estado presente en las partes más íntimas del santuario, pero no se ha
descubierto ningún rastro de ella. Sin duda, estas partes fueron consideradas
sagradas y reutilizadas en edificios posteriores. El plan del santuario
del Reino Medio todavía está sujeto a discusión. Pero era tener al menos
una antecámara hipóstila, que da acceso a capillas de adoración o
santuario. Un gran patio rodeado de columnas de pórtico donde habría
vivido un toro sagrado habría sido venerado como la hipóstasis de los
Montu vivos.
Este templo
ha proporcionado muchos ejemplos de estatuas reales y elementos líticos de la
arquitectura del antiguo Egipto. Una de las puertas extravagantes,
fechada en Sesostris III, está en el Louvre. El templo continuó
siendo decorado en la 13a dinastía de Egipto, incluido Sobekhotep II,
e incluyó algunos relieves de sus predecesores y de su antepasado Sesostris
III, vestidos a la moda de los Sed Festival.
Templo del nuevo reino
El templo
fue revisado más tarde por los reyes de la XVIII dinastía de Egipto y
fue reconstruido por Thutmosis III, quien reconstruyó el santuario
de piedra y lo adornó con estatuas a su semejanza.
El sitio
está actualmente cerrado al público ya que un equipo de arqueólogos y
restauradores trabajan para proteger contra la invasión de la ciudad moderna
sobre los restos antiguos de la antigua ciudad.
Compuesto
por doce columnas, la estructura fue construida bajo Ptolomeo VIII, quien
entonces era uno de los grandes reconstructores de Medamud. Cuatro de las
seis columnas de la fachada todavía están conectadas por paredes. Los
elementos del templo interior están fechados desde el comienzo del período
ptolemaico. El recinto del templo incluía un lago sagrado y un pozo
profundo, pero estaba bloqueado porque representaba un peligro para los niños
que jugaban en el área. El templo continuó siendo ampliado y decorado
durante siglos bajo los emperadores romanos, incluido Tiberio (14-37),
hasta el reinado de Antonino Pío. Un muelle, al que se llegaba por un
canal, conectaba el templo con una línea de esfinges; Está en un estado de
ruina. Aunque la hierba crece en todo el sitio, todavía se encuentran
evidencias de antiguos peregrinos en forma de graffiti o huellas
grabadas. Siguiendo el pasillo procesional, fue posible acceder a una gran
puerta cuya decoración data del reinado de Tiberio. Esta entrada
monumental era una gran abertura dentro de las paredes del eje del
templo. Fue Ptolomeo VIII, sin embargo, quien construyó el pórtico
con torres alrededor de la puerta, su decoración no se completó hasta el
reinado de Ptolomeo XII. Otra puerta data de Ptolomeo II.
Plano del Templo de Montu en Medamud
Algunos de
los artefactos encontrados en el templo datan de Ptolomeo
III y Ptolomeo IV. Muchos de estos artefactos son estatuas de
toros que se utilizaron para el culto y los relieves. El interior de este
monumento es interesante porque él y sus puertas describen las escenas
tradicionales del festival Sed cuando el rey en traje tradicional
recibe ofrendas o durante un paso importante en la ceremonia de inauguración
del poder real. El Templo de Montu también es una visión importante
de cuán populares eran los cultos de toros en el antiguo Egipto, ya que Montu
estaba fuertemente asociado con los toros furiosos. Un largo corredor
conservaba las escenas del culto al toro Bukhis, que datan
principalmente del emperador Domiciano (81-96). También hay un
relieve en la pared de una procesión de músicos que vinieron a
visitar Trajano.
Nada queda
de los templos anteriores o posteriores, y los restos datan principalmente del
período grecorromano. El templo en Medamud probablemente se fundó como el
lugar de culto para el dios viviente Montu, mientras que el templo Bouchéum (o
Bucheum) en Ermant incluía una necrópolis de toros sagrados, y
probablemente se dedicó a su muerte. Hay restos coptos en
el sitio del templo.
Montu representado con una cabeza de
toro, del período ptolemaico (332-30 a. C.). En exhibición en el Louvre,
la estatua fue encontrada en Medamud en la celda de la diosa Rattaui.
Templo grecorromano de Dakka, dedicado a Thoth, el dios de la sabiduría en el antiguo
panteón egipcio. Inicialmente, el templo era un pequeño santuario o
capilla de una habitación, iniciado por primera vez en el siglo III a. C. por
un rey meroítico llamado Arqamani (o Ergamenes II) en colaboración
con Ptolomeo IV, quien agregó una antecámara y una estructura de
puerta. Ptolomeo IX "posteriormente
amplió el templo al agregar un pronaos con dos filas de probablemente tres
columnas". Durante el período romano, los emperadores Augusto y
Tiberio ampliaron aún más la estructura con
la adición, en la parte trasera, de un segundo santuario, así como
paredes interiores y exteriores con un gran muro pilón. El santuario
contenía un naos de granito. El templo de Dakka fue transformado en una
fortaleza del templo por los romanos y rodeado por un muro de piedra, 270 por
444 metros de largo, con una entrada a lo largo del Nilo.
Un gran
dromos conduce al pilón, que formó la entrada al templo. Cada una de
las torres del pilón está decorada en alto relieve y tiene numerosos grafitis
de los visitantes, principalmente en griego, pero algunos en escritura
demótica y meroítica. Hay relieves de vacas que se ofrecen como
obsequios al dios Thoth tallado en la naos del Templo de Dakka.
Mientras que el templo de Dakka era similar arquitectónicamente al templo
de Wadi es-Sebua, carecía de un patio delantero de esfinges; Sin
embargo, su pilón de 12 metros de altura está en perfecto estado. Un
enfoque procesional de 55 metros de largo corrió desde el pilón del templo
hasta una terraza de culto en el Nilo. Durante el período cristiano de
Egipto, la fachada de los pronaos se convirtió para su uso en una iglesia, y
las pinturas cristianas todavía eran visibles aquí en el siglo XX antes de que
el templo fuera envuelto por las inundaciones del Nilo.
El templo
de Dakka se derrumbó en 1908-1909 y posteriormente fue reconstruido por Alessandro
Barsanti.
Reubicación del Templo
Durante la
construcción de la presa de Asuán en la década de 1960, el templo fue
desmantelado y trasladado al sitio de Wadi es-Sebua. En el momento
de su eliminación, se descubrieron algunos bloques de piedra
reutilizados de Thutmosis III, Seti I y Merneptah que
se originaron en una estructura anterior del Nuevo Reino en
o cerca de Kubban. El pilón del templo ahora está separado del resto
del templo debido a las paredes del recinto faltante del patio abierto.
El Templo
de Maharraqa también fue trasladado y reconstruido en el área del
complejo del templo de New Wadi es-Sebua.
El templo de Dakka en Nubia
Relieve que representa al rey kushita
Arkamani presentando una ofrenda a los dioses
Literatura
Philopator
se dedicó a las formas orgiásticas de religión y al diletantismo
literario. Él construyó un templo a Homero en Alejandría y
financió festivales para las Musas, tanto en Alejandría como en el valle
de las Musas en Thespiae en Beocia. También compuso una
tragedia en Adonis, sobre la cual su cortesano Agathocles escribió un
comentario.
Ilustración especulativa de los
Tessarakonteres con cascos de catamarán, según lo propuesto
por Lionel Casson.
Se dice que
Ptolomeo construyó un barco gigante conocido como
los tessarakonteres ("cuarenta"),
una enorme galera y posiblemente el mayor buque de propulsión humana
jamás construido. Callixenus de Rodas describió esta obra maestra de
galera, que escribió en el siglo III a. C., y fue citada
por Ateneo en el siglo II d. C. Plutarco también menciona que
Ptolomeo Filopator poseía este inmenso recipiente en su Vida de
Demetrios. Según estas fuentes, el barco tenía 128 m de largo y requería
4.000 remeros. La apariencia y la estructura de este barco han sido muy
discutidas en los estudios modernos. Lionel Casson propone que era un
catamarán. En general, se acepta que los tessarakonteres sirvieron como un
barco de recreo, no como un buque militar.
Legado y recepción
El
principal relato sobreviviente de la vida y el carácter de Ptolomeo IV lo
proporciona el historiador Polibio. Él presenta a Ptolomeo como el
arquetipo del mal rey, completamente enfocado en el lujo y la ceremonia de la
corte y descuidando completamente la política, los asuntos exteriores y las
actividades militares, que dejó completamente a Sosibius. Según Polibio,
esta negligencia fue la causa de los desastres de su reinado, incluida su
muerte. Polibio no era contemporáneo de Ptolomeo; Probablemente sacó
su cuenta de dos trabajos anteriores que ahora están perdidos:
las Historias de Filarco y Las Historias sobre
Filopator de Ptolomeo de Megalópolis. Ambos también parecen
haber criticado a Ptolomeo por su lujo. Sin embargo, para los
contemporáneos, el lujo (tryphe) a
menudo se presentaba como una virtud, lo que demostraba la capacidad y la
disposición de un rey para hacer benefacciones. Es posible que la
tradición fuente sobreviviente se haya esforzado por anunciar esta virtud y la
haya torcido en una cuenta negativa.
Ptolomeo IV
es un personaje principal en el libro bíblico deuterocanónico 3
Macabeos, que probablemente fue escrito en el siglo I d. C. En este
trabajo, ambientado después de la Batalla de Rafia, Ptolomeo se presenta como
un tirano opresivo que transgrede la ley divina al intentar ingresar
al templo en Jerusalén y luego lanza un intento de acabar con los
judíos reuniéndolos a todos en el hipódromo de Alejandría y tenerlos pisoteados
por elefantes borrachos. Estos planes son frustrados repetidamente por la
intervención divina de Yahweh. Al final, Tolomeo se retracta y otorga
amplios privilegios a los Judíos. No está claro que este trabajo indique
la existencia de una tradición judía negativa sobre Ptolomeo. Simplemente
puede estar usándolo para hacer un punto moral general sobre la fuerza relativa
de las autoridades seculares y divinas. Algunos estudiosos sostienen que
el carácter de Ptolomeo en este trabajo se basó en realidad en el emperador
romano Calígula y sus violaciones de la sensibilidad judía.
Familia y Matrimonio
Ptolomeo IV
Filopator se casó con su hermana Arsinoe III de Egipto. Su único hijo
fue Ptolomeo V Epífanes. Ptolomeo IV también pudo haber tenido un
hijo de su amante Agathoclea a fines de c. 210 a. Este niño puede
haber muerto poco después de su nacimiento. Sin embargo, se ha sugerido
que este niño en realidad podría haber sido Ptolomeo V, sobre la base de un
pasaje en el geógrafo Strabo.
Arsinoe III Philopator ("Arsinoe el padre amoroso", 246
o 245 a. C. - 204 a. C.) fue reina de Egipto en 220 - 204 a.
C. Ella era una hija de Ptolomeo III y Berenice II. Ella
fue la primera reina ptolemaica en tener un hijo de su hermano. Arsinoe y
su esposa Ptolomeo IV fueron amados y respetados por el público
egipcio.
Entre
finales de octubre y principios de noviembre de 220 a. C. estuvo casada con su
hermano, Ptolomeo IV. Ella tomó parte activa en el gobierno del país,
al menos en la medida en que fue tolerado por el todopoderoso
ministro Sosibius.
En 217 a.
C., acompañó a Ptolomeo IV junto con 55.000 tropas en la Batalla
de Rafia en Palestina contra Antíoco el Grande con 68.000
tropas. Arsinoe pudo haber comandado una sección de la falange de
infantería. Ambas partes emplearon caballería, elefantes y tropas
especializadas como arqueros, así como la falange macedonia tradicional. Cuando
la batalla fue pobre, ella apareció ante las tropas y las exhortó a luchar para
defender a sus familias. También les prometió dos minas de oro a
cada uno de ellos si ganaban la batalla, lo cual hicieron.
En verano,
204 a. C., Ptolomeo IV murió. Sus dos principales
favoritos, Agathocles y Sosibius, temiendo que Arsinoe asegurara
la regencia, la asesinaron en un golpe de palacio antes de enterarse de la
muerte de su esposo, asegurando así la regencia para ellos.
Ptolomeo V Epífanes
Ptolomeo
V ("Ptolomeo el
manifiesto, el Compasivo"; 9 de octubre de 210-septiembre 180 a.C),
hijo de los hermanos Ptolomeo IV y Arsinoe III de Egipto, fue el
quinto gobernante de la dinastía ptolemaica desde julio/agosto de 204
hasta septiembre de 180 a.C.
Ptolomeo
heredó el trono a la edad de cinco años, cuando sus padres murieron en
circunstancias sospechosas. El nuevo regente, Agathocles fue
ampliamente vilipendiado y fue derrocado por una revolución en 202 a. C., pero
la serie de regentes que siguieron resultó incompetente y el reino quedó
paralizado. El rey seléucida Antíoco III y
el rey antigonida Filipo V aprovecharon la debilidad del
reino para comenzar la Quinta Guerra Siria (202-196 a. C.), en la que
los Ptolomeos perdieron todos sus territorios en Asia Menor y el Levante, así
como la mayor parte de su influencia en el mar Egeo. Simultáneamente,
Ptolomeo V enfrentó una revuelta egipcia generalizada (206-185 a. C.) dirigida
por autoproclamados faraones, que resultó en la pérdida de la mayor parte del
Alto Egipto y partes del Bajo Egipto también.
Ptolomeo V
alcanzó la mayoría de edad en 196 a. C. y fue coronado como Faraón en Memphis,
una ocasión conmemorada por la creación de la Piedra Rosetta. Después
de esto, hizo las paces con Antíoco III y se casó con su hija Cleopatra I en
194/3 a. Esto disgustó a los romanos que habían entrado en hostilidades
con Antíoco parcialmente en nombre de Ptolomeo: después de su victoria,
distribuyeron los antiguos territorios ptolemaicos en Asia Menor a Pérgamo y Rodas
en lugar de devolverlos a Egipto. Sin embargo, las fuerzas ptolemaicas
reconquistaron constantemente el sur del país, trayendo todo el Alto Egipto
nuevamente bajo control ptolemaico en 186 a. C. En sus últimos años,
Ptolomeo comenzó a maniobrar para una guerra renovada con el imperio seléucida,
pero estos planes se vieron truncados por su repentina muerte en septiembre de
180 a. C., presuntamente envenenada por cortesanos preocupados por el costo de
la guerra.
El reinado
de Ptolomeo vio un gran aumento de la importancia de los cortesanos y la élite
sacerdotal egipcia en la vida política ptolemaica, un patrón que continuaría
durante la mayor parte del resto de la existencia del reino. También marcó
el colapso del poder ptolemaico en la región mediterránea más
amplia. Arthur Eckstein ha argumentado que este colapso provocó la
"crisis de transición de poder"
que condujo a la conquista romana del Mediterráneo oriental.
Antecedentes y vida temprana
Ptolomeo V
era el único hijo de Ptolomeo IV y su hermana-esposa Arsinoe III. La
pareja había llegado al poder relativamente joven y la historiografía antigua
recordaba a Ptolomeo IV como entregado al lujo y la ceremonia, mientras dejaba
el gobierno de Egipto en gran parte a dos cortesanos, Sosibius y Agathocles (este
último era el hermano de su concubina Agathocleia). En su reinado
temprano, Ptolomeo IV derrotó con éxito al imperio
seléucida rival en la Cuarta Guerra Siria (219-217 a. C.),
evitando con éxito que el rey seléucida Antíoco III tomara Coele
Siria para el mismo. Su reinado posterior, sin embargo, estuvo preocupado
por las revueltas egipcias nativas. Entre 206 y 205 a. C., Ptolomeo perdió
el control del Alto Egipto por completo, ante el autodenominado
faraón Hugronaphor.
Ptolomeo V
nació en el año 210 a. C., posiblemente el 9 de octubre y se convirtió en
corregente con su padre poco después, probablemente el 30 de noviembre. En
julio o agosto de 204 a. C., cuando Ptolomeo V tenía cinco años, su padre y su
madre murieron en circunstancias misteriosas. Parece que hubo un incendio
en el palacio que mató a Ptolomeo IV, pero no está claro si Arsinoe III también
pereció en este incendio o fue asesinada después para evitar que se convirtiera
en regente.
Regencias
Regencia de Agathocles (204-203 a. C.)
Transcurrió
un tiempo incierto después de la muerte de Ptolomeo IV y Arsinoe III (quizás
una semana), durante el cual Sosibius y Agathocles mantuvieron en secreto sus
muertes. Algún tiempo antes de septiembre de 204 a. C., el
guardaespaldas real y los oficiales del ejército se reunieron en el palacio
real y Sosibius anunció la muerte de la pareja gobernante y presentó al joven
Ptolomeo V para ser aclamado como rey, envolviendo
la diadema alrededor de su cabeza. Sosibius leyó el testamento de
Ptolomeo IV, que convirtió a Sosibius y Agathocles en regentes y puso a
Ptolomeo V al cuidado personal de su amante Agathoclea y su madre
Oenanthe. Polibio pensó que esta voluntad era una falsificación producida
por Sosibius y Agathocles y los eruditos modernos tienden a estar de acuerdo
con él. No se vuelve a saber de Sosibius después de este evento y, por lo
general, se supone que murió. Hölbl sugiere que la pérdida de su
perspicacia fue fatal para la regencia.
Agathocles
tomó una serie de medidas para solidificar el nuevo régimen. Se otorgaron
dos meses de pago a los soldados en Alejandría. Se enviaron a aristócratas
prominentes al extranjero para asegurar el reconocimiento de la sucesión de
potencias extranjeras y evitar que los aristócratas desafíen la supremacía de
Agathocles en casa. Philammon, que se dice que llevó a cabo el asesinato
de Arsinoe III, fue enviado a Cirene como gobernador, con el fin de hacer valer
el régimen ptolemaico allí. Pelops, gobernador de Chipre, fue enviado a
Antíoco III para pedirle que continuara respetando el tratado de paz hecho con
Ptolomeo IV al final de la Cuarta Guerra Siria. Ptolomeo, el hijo de
Sosibio, fue enviado a Filipo V de Macedonia para tratar de organizar una
alianza contra Antíoco III y un matrimonio entre Ptolomeo V y una de sus
hijas. Ptolomeo de Megalópolis fue enviado a Roma, probablemente
buscando apoyo contra Anioco III. Estas misiones fueron
fracasos. Durante el año siguiente, Antíoco se apoderó del territorio
ptolemaico en Caria, incluida la ciudad de Amyzon y, a fines del
203 a. C., él y Felipe V habían llegado a un acuerdo secreto para dividir los
territorios ptolemaicos entre ellos. Se esperaba la guerra con Antíoco
III: Agathocles también había enviado una embajada bajo Scopas, el etolio, para
contratar mercenarios en Grecia en preparación para un conflicto, aunque
Polibio afirma que su verdadero propósito era reemplazar a las tropas
ptolemaicas con mercenarios leales a él.
Revolución alejandrina (203-202 a. C.)
Agathocles
y Agathoclea ya habían sido impopulares antes de la muerte de Ptolomeo
IV. Esta impopularidad se vio exacerbada por la creencia generalizada de
que habían sido responsables de la muerte de Arsinoe III y una serie de
asesinatos extrajudiciales de cortesanos prominentes. La oposición cristalizó
en torno a la figura de Tlepolemus, el general a cargo de Pelusium,
cuya suegra había sido arrestada y avergonzada públicamente por
Agathocles. En octubre de 203 a. C., cuando Agathocles reunió a la
guardia del palacio y al ejército para escuchar una proclamación antes de la
coronación real, las tropas reunidas comenzaron a insultarlo y apenas escapó
con vida. Poco después de esto, Agathocles hizo arrestar a Moeragenes,
uno de los guardaespaldas reales, bajo sospecha de tener vínculos con
Tlepolemus y lo despojó y torturó. Escapó y convenció al ejército para que
entrara en una revuelta activa. Después de un altercado con Oenanthe en el
templo de Deméter, las mujeres alejandrinas también se unieron a la
revuelta. Durante la noche, el populus asedió el palacio pidiendo que
trajeran al rey. El ejército entró al amanecer y Agathocles se ofreció a
rendirse. Ptolomeo V, que ahora tiene unos siete años, fue tomado de él y
presentado a la gente a caballo en el estadio. En respuesta a las demandas
de la multitud, Sosibio, hijo de Sosibio, convenció a Tolomeo para
que aceptara la ejecución de los asesinos de su madre. Agathocles y su
familia fueron arrastrados al estadio y asesinados por la mafia.
Tlepolemus
llegó a Alejandría inmediatamente después de estos eventos y fue nombrado
regente. Él y Sosibio, hijo de Sosibio, también se convirtieron en
guardianes legales de Ptolomeo V. La opinión popular pronto se volvió
contra Tlepolemus, que se consideraba que pasaba demasiado tiempo entrenando y
bebiendo con los soldados y que había dado demasiado dinero a las embajadas de
las ciudades de Grecia continental. Ptolomeo, hijo de Sosibius, intentó
establecer a su hermano Sosibius en oposición a Tlepolemus, pero el plan fue
descubierto y Sosibius fue despedido como guardián.
Quinta Guerra Siria (202-196 a. C.)
Desde su
derrota por Ptolomeo IV en la Cuarta Guerra Siria en 217 a. C., Antíoco III
había estado esperando la oportunidad de vengarse. Como se mencionó
anteriormente, había comenzado a apoderarse del territorio ptolemaico en el
oeste de Asia Menor en 203 a. C. e hizo un pacto con Felipe V de Macedonia para
dividir las posesiones ptolemaicas entre ellos a fines de ese año. En 202
a. C., Antíoco invadió Coele-Siria y se apoderó de Damasco. Tlepolemus
respondió enviando una embajada a Roma pidiendo ayuda. En algún momento
durante el invierno, Tlepolemus fue reemplazado como regente
por Aristomenes, un miembro del guardaespaldas que había sido instrumental
en la captura del joven Ptolomeo V de Agathocles.
En 201 a.
C., Antíoco invadió Palestina y finalmente capturó Gaza. El
gobernador ptolemaico de Coele-Siria, Ptolomeo, hijo de
Thraseas, desertó a Antioco, trayendo su territorio con él y siendo su
gobernador. Mientras tanto, Philip agarró a Samos e invadió
a Caria. Esto llevó a un conflicto con Rodas y
los atálidos que también enviaron embajadas a Roma. En el verano
de 200 a. C., Felipe V conquistó las posesiones ptolemaicas y ciudades
independientes en Tracia y Helesponto y los romanos
intervinieron, comenzando la Segunda Guerra de Macedonia (200-197 a.
C.).
El general
ptolemaico, Scopas dirigió una exitosa reconquista de Palestina
durante el invierno de 201/200, pero Antíoco invadió nuevamente en
el 200 a. C. y lo derrotó decisivamente en la Batalla de Panium. Una
embajada romana hizo un intento ineficaz de negociar una paz entre Ptolomeo V y
Antíoco III, pero abandonó en gran medida a los egipcios a su suerte. Scopas
fue asediado en Sidón durante el invierno, pero tuvo que rendirse a
principios del verano de 199 a. C. Fue enviado a su tierra
natal, Etolia, para reclutar tropas en caso de que Antíoco siguiera
atacando el propio Egipto. En cambio, Antíoco pasó 198 a. C.
solidificando su conquista de Coele-Siria y Judea, que nunca más volvería al
control ptolemaico. En 197 a. C., Antíoco se volvió contra los territorios
ptolemaicos que quedaban en Asia Menor, conquistando sus ciudades
en Cilicia, así como varias de sus ciudades
en Licia e Ionia,
especialmente Xanthos, Telmessus y Éfeso.
Moneda de Antíoco III.
La revuelta egipcia (204-196 a. C.)
Una
revuelta había estallado en el Alto Egipto bajo el faraón
nativo Hugronaphor (Horwennefer) en los últimos años del reinado de
Ptolomeo IV y Tebas se había perdido en noviembre de 205 a. C., poco
antes de su muerte. El conflicto continuó durante las luchas internas del
reinado temprano de Ptolomeo V y durante la Quinta Guerra
Siria. Hugronaphor fue sucedido o cambió su nombre
a Ankhmakis (Ankhwennefer) a fines de 199 a. C.
Poco
después de esto, Ptolomeo V lanzó una campaña masiva en el sur,
asediando Abydos en agosto de 199 a. C. y recuperando Tebas desde
fines de 199 a. C. hasta principios de 198 a. C. Al año siguiente, sin
embargo, un segundo grupo de rebeldes en el Delta del Nilo, que estaban
vinculados a Ankhmakis de una manera que no está del todo clara, capturaron la
ciudad de Lycopolis cerca de Busiris e invirtieron
allí. Después de un asedio, las fuerzas de Ptolomeo recuperaron el control
de la ciudad. Los líderes rebeldes fueron llevados a Memphis y ejecutados
públicamente el 26 de marzo de 196 a. C., durante la fiesta que celebraba la
coronación de Ptolomeo V como faraón.
Hugronaphor (también
conocido como Hurganophor, Haronnophris, Harmachis
Hyrgonaphor, Herwennefer u Horwennefer)
fue un egipcio superior
de origen
aparentemente nubio que
lideró el Alto Egipto en la secesión del gobierno de Ptolomeo IV
Filopator en el año 205 a. C. No se atestigua ningún monumento a este
rey, pero junto con su sucesor Ankhmakis (también conocido
como Chaonnophris o Ankhwennefer) mantuvo una gran parte de
Egipto hasta el 186 a. C. Un graffito data de aproximadamente 201 a.C
en una pared del templo mortuorio de Seti I en Abydos, en el que
se le llama con el nombre griego Hyrgonaphor, es un testimonio
de su influencia. Parece haber muerto antes de 197 a. C.
El graffito
de Abydene, uno de los pocos documentos que quedan de su reinado, está escrito
en egipcio usando letras griegas, el testimonio más antiguo de
un desarrollo que terminaría en la escritura copta que reemplaza
al demótico egipcio nativo.
Anjunnefer (también
conocido como Chaonnophris o Ankhwennefer) fue el sucesor
de Horunnefer, una regla rebelde que controla gran parte de Egipto
superior durante los reinos de Ptolomeos IV y V. Su
gobierno duró aproximadamente de 199 a 185 a. C.
Ankhmakis
sucedió a Hugronaphor como rey del Alto Egipto en 199, o alrededor, y recuperó
hasta el 80% del país. Ocupó Lykopolis (Asyut moderno) en 197 a. C.,
pero luego se vio obligado a retirarse a Tebas. La guerra entre el
Norte y el Sur continuó hasta el 185 a. C., cuando Ankhmakis fue arrestado por
el general ptolemaico Conanus. La piedra de Rosetta fue tallada
en un gesto de agradecimiento a los sacerdotes por ayudar a
derrotarlo. Poco se sabe sobre los detalles de su reinado ya que la
mayoría de los registros del mismo fueron destruidos.
Coronación
En 197 a.
C., el ptolemaico pésimo desempeño en la guerra contra Antíoco había erosionado
completamente la autoridad de Aristómenes como regente. Alrededor de
octubre o noviembre de 197 a. C., el gobernador ptolemaico de
Chipre, Polícrates de Argos, llegó a Alejandría y organizó que
Ptolomeo V fuera declarado adulto, con una ceremonia conocida
como anacleteria, a pesar de que solo tenía trece
años. Polibio escribe que los cortesanos de Ptolomeo "pensaron que el reino ganaría un cierto
grado de firmeza y un nuevo impulso hacia la prosperidad, si se supiera que el
rey había asumido la dirección independiente del gobierno". Fue
coronado como faraón en Memphis por el Sumo Sacerdote de Ptah el
26 de marzo de 196. Polícrates se convirtió en el primer ministro en Alejandría
y Aristomenes se vio obligado a suicidarse en los años siguientes.
El decreto de Memphis, inscrito en
la piedra de Rosetta
El día
después de la coronación de Ptolomeo como Faraón, un sínodo de sacerdotes de
todo Egipto que se habían reunido para el evento aprobó el decreto de
Memphis. Estelas inscritas con el decreto. Sobreviven dos de
estas estelas: la Estela de Nubayrah y la famosa Piedra de
Rosetta. Este decreto elogia los beneficios de Ptolomeo V para el pueblo
de Egipto, relata su victoria sobre los rebeldes en Lycopolis y remite una
serie de impuestos sobre los templos de Egipto. El decreto ha sido
interpretado como una recompensa por el apoyo de los sacerdotes a Ptolomeo
contra los rebeldes. Günther Hölbl, en cambio, interpreta el decreto como
una señal del aumento del poder de los sacerdotes. En su opinión, los
sacerdotes afirmaron su derecho a la remisión de los impuestos, conscientes de
que Ptolomeo confiaba más en su apoyo que sus predecesores, y no tuvo más
remedio que ceder.
Imagen desfigurada de Cleopatra
I como reina, de El Kab.
Después de
que los romanos derrotaron decisivamente a Felipe V en la batalla de
Cynoscephalae en 197 a. C., volvieron su atención a Antíoco III, cuyas
tropas habían cruzado el Helesponto y habían entrado en
Tracia. A fines de 196 o principios de 195 a. C., Lucius Cornelius
Lentulus se reunió con el rey y, entre otras cosas, exigió que Antíoco le
devolviera todo lo que había conquistado a Ptolomeo V. Sin embargo, Antíoco
anunció que ya había comenzado las negociaciones de paz con Egipto y los
romanos partieron sin logrando cualquier cosa. Antíoco luego concluyó la
paz con Ptolomeo, comprometiéndolo con su propia hija Cleopatra I. En
el invierno de 194/193 a. C., Ptolomeo V, de dieciséis años, se casó con
Cleopatra, que tenía entre 14 y 23 años. Simbólicamente, Antíoco celebró
la boda que selló su conquista de Coele-Siria en Raphia, el lugar de su gran
derrota a manos de Ptolomeo IV.
Fin de la revuelta egipcia (196-185 a. C.)
A mediados
de la década de 190 a. C., Ankhmakis hizo algún tipo de acuerdo con el
rey Adikhalamani de Meroe. A cambio de la ciudad
de Syene, en el sur de Egipto, Adikhalamani proporcionó algún tipo de
ayuda que permitió a Ankhmakis recuperar Tebas para el otoño de 195 a.
C. Violentas batallas entre las fuerzas de Ptolomeo V y Ankhmakis tuvieron
lugar alrededor de Asyut. A fines de 191 o principios de 190 a. C.,
los registros de papiro indican que Tebas estaba nuevamente bajo el control de
Ptolomeo V. El general ptolemaico, Comanus lideró esta
reconquista. En 187 a. C., Adikhalamani de Meroe se retiró de Syene y
abandonó su apoyo a Ankhmakis. Los sacerdotes que habían apoyado a
Ankhmakis acompañaron a sus tropas de regreso a Meroe. El 27 de agosto de
186 a. C., Ankhmakis y su hijo lideraron un último ataque contra Tebas, pero
fueron derrotados por Comanus. Esta victoria restableció el dominio
ptolemaico en el Alto Egipto, así como los triakontaschoinos. En los
templos de la región, se borraron las inscripciones con los nombres de los
reyes meroíticos que habían gobernado la región desde el 206 a. C.
Ankhmakis
fue llevado a Alejandría y ejecutado el 6 de septiembre de 186 a. C. Poco
después, un sínodo oficial de sacerdotes se reunió en la ciudad y aprobó
un decreto, conocido hoy como el decreto Philensis II, en el que
Ankhmakis fue denunciado por rebelión y otros crímenes contra la humanidad y
los dioses. Un mes después, el 9 de octubre de 186 a. C., Ptolomeo V
emitió el "Decreto de Amnistía",
que exigía que todos los fugitivos y refugiados regresaran a sus hogares y los
perdonó por cualquier delito cometido antes de septiembre de 186 a. C. (excepto
el robo en el templo). Esto tenía la intención de restaurar la tierra al
cultivo que había sido abandonado durante el prolongado período de
guerra. Para evitar nuevas revueltas en el sur, una nueva gobernación
militar del Alto Egipto, los epistrategos, fue creado, con Comanus sirviendo
en el papel desde 187 a.C. Los soldados griegos se establecieron en
pueblos y ciudades del sur, para actuar como una fuerza de guarnición en caso
de nuevos disturbios.
Los
rebeldes en el Bajo Egipto seguían luchando. En 185 a. C., el general
Polícrates de Argos logró suprimir la rebelión. Prometió a los líderes de
la rebelión que serían tratados generosamente si se rendían. Confiando en
esto, fueron voluntariamente a Sais en octubre de 185 a. C., donde
los desnudaron, los obligaron a arrastrar carros por la ciudad y luego los
torturaron hasta la muerte. Se discute si Polícrates o Ptolomeo fueron
los responsables de esta crueldad duplicada.
Política exterior después de la Quinta Guerra Siria
(194 / 3-180 a.C)
Después del
final de la Quinta Guerra Siria, Ptolomeo V hizo un esfuerzo por reafirmar el
poder ptolemaico en el escenario mundial y recuperar algunos de los territorios
perdidos por los seléucidas, con muy poco éxito. Cuando estalló
la guerra romano-seléucida en 192 a. C., Ptolomeo V envió una
embajada a Roma ofreciendo apoyo financiero y militar, pero el Senado lo
rechazó, aparentemente molesto por la paz separada que Ptolomeo había hecho con
Antíoco en 194/3 a. C. Otra embajada en Roma en 191 a. C., felicitando al
Senado por la victoria romana en la Batalla de las Termópilas, fue
completamente ignorada. Al final de la guerra en 188 a. C., cuando los
romanos impusieron el Tratado de Apamea a Antíoco, que lo obligó a
renunciar a todo su territorio en Asia Menor, no devolvieron las antiguas
propiedades ptolemaicas de la región a Ptolomeo V, sino que se las otorgaron
a Pérgamo y Rodas.
Cuando
Antíoco III murió en 187 a. C. y fue sucedido por su hermano Seleuco IV,
Ptolomeo V comenzó los preparativos para una guerra renovada para recuperar
Coele-Siria. El eunuco Aristonicus, amigo de la infancia de
Ptolomeo, fue enviado a Grecia para reclutar mercenarios en 185 a.
C. Al mismo tiempo, Ptolomeo revivió las alianzas que su abuelo había
mantenido con la Liga aquea, presentando regalos monetarios a la Liga y
prometiéndoles también barcos. Para elevar su perfil en Grecia, Ptolomeo
también ingresó a un equipo de carro en los Juegos Panatenaicos de
182 a. C. En el mismo año, Aristonicus dirigió una incursión naval en
Siria, atacando la isla de Aradus.
Ptolomeo V
murió repentinamente en septiembre de 180 a. C., aún no tenía treinta
años. Los historiadores antiguos alegan que fue envenenado por sus
cortesanos, que creían que tenía la intención de confiscar sus propiedades para
financiar su nueva guerra siria.
Culto dinástico ptolemaico
Octodrachm de Ptolomeo V, con
la diadema y los clamidias de un rey helenístico, así como
una corona de trigo.
El Egipto
ptolemaico tenía un culto dinástico, que se centraba en el festival de
Ptolemaia y el Sacerdote anual de Alejandro Magno, cuyo título
completo incluía los nombres de todos los monarcas ptolemaicos y aparecía en
documentos oficiales como parte de la fórmula de la fecha. Probablemente
en el festival de Ptolemaia en 199 a. C., Ptolomeo V fue proclamado
como Theos Epiphanes Eucharistos (Manifiesto, Dios Benefactor) y su
nombre fue agregado al título del Sacerdote de Alejandro. Cuando se casó
con Cleopatra I en 194/3 a. C., la pareja real fue deificada como Theoi
Epiphaneis y el título completo del Sacerdote de Alejandro se modificó en
consecuencia.
Desde la
muerte de Arsinoe II, las reinas ptolemaicas fallecidas habían sido
honradas con un culto dinástico propio, incluida una sacerdotisa separada que
marchaba en procesiones religiosas en Alejandría detrás del sacerdote de
Alejandro Magno y cuyos nombres también aparecían en las fórmulas de
citas. Esa tendencia continuó bajo Ptolomeo V con el establecimiento de un
culto para su madre, Arsinoe III en 199 a. C. A diferencia de la canephore
de Arsinoe II y la athlophore de Berenice II, la sacerdotisa de Arsinoe no
tenía título especial y sirvió de por vida en lugar de un solo año.
Con la
pérdida de la mayoría de las posesiones ptolemaicas fuera de Egipto en la
Quinta Guerra Siria, Chipre asumió un papel mucho más importante
dentro del imperio ptolemaico y esto fue afirmado por el establecimiento de una
estructura religiosa centralizada en la isla. El gobernador (Strategos) de
Chipre fue en adelante también el sumo sacerdote (archiereus) de la isla,
responsable de mantener una versión del culto dinástico en la isla.
Ideología faraónica y religión egipcia
Al igual
que sus predecesores, Ptolomeo V asumió el papel tradicional egipcio
del faraón y el apoyo concomitante para la élite sacerdotal
egipcia. Al igual que en Ptolomeo III y IV, la relación simbiótica entre
el rey y la élite sacerdotal fue afirmada y articulada por los decretos de
los sínodos sacerdotales. Bajo Ptolomeo V había tres de estos, todos los
cuales se publicaron en estelas
en jeroglíficos, demótico y griego se publicaron en
todo Egipto.
El primero
de estos decretos fue el decreto de Memphis, aprobado el 27 de marzo de 196 a.
C., el día después de la coronación de Ptolomeo como Faraón, en el que Ptolomeo
V se presenta como la "imagen de Horus, hijo de Isis y
Osiris". La descripción del decreto de la victoria de Ptolomeo sobre
los rebeldes de Lycopolis y de su coronación se basa en gran medida en las
imágenes tradicionales que presentaban al Faraón como un nuevo Horus,
recibiendo la realeza de su padre muerto, a quien vengó golpeando a los
enemigos de Egipto y restaurando el orden. En honor a sus benefacciones, los
sacerdotes le otorgaron honores religiosos basados en los otorgados por los
sínodos sacerdotales a su padre y su abuelo: acordaron erigir una estatua de
Ptolomeo V en el santuario de cada templo en Egipto y celebrar un festival
anual en el cumpleaños de Ptolomeo.
Estos
honores se incrementaron en el decreto Philensis II, aprobado en septiembre de
186 a. C. sobre la represión de la revuelta de Ankhmakis. Los sacerdotes
se comprometieron a erigir otra estatua de Ptolomeo V disfrazado de 'Señor de
la Victoria' en el santuario de cada templo en Egipto junto a una estatua de la
deidad principal del templo, y celebrar un festival en honor de Ptolomeo V y
Cleopatra. Yo todos los años el día de la derrota de Ankhmakis. Este
decreto fue revisado en el decreto Philensis I, aprobado en otoño de 185
a. C. sobre la entronización de un Toro Apis . Este decreto
restableció los honores para Arsinoe Philadelphus y Theoi Philopatores
(Ptolomeo IV y Arsinoe III) en los templos del Alto Egipto, que habían sido
abolidos durante la revuelta de Ankhmakis. También le otorgó a Cleopatra I
todos los diversos honores que se le habían otorgado a Ptolomeo V en los
decretos anteriores.
Los
predecesores de Ptolomeo, desde la época de Alejandro Magno, habían
seguido una política amplia de construcción de templos, diseñada para
garantizar el apoyo de la élite sacerdotal. Ptolomeo no pudo hacer esto en
la misma escala que sus predecesores. Una razón para esto fueron las
circunstancias financieras más difíciles de Egipto durante el reinado de Ptolomeo. Otra
fue la pérdida de grandes secciones del país a los rebeldes: en el templo
de Horus en Edfu, por ejemplo, se había planeado que se
instalaran un gran conjunto de puertas en el 206 a.C, pero la rebelión
significaba que esto no en realidad tienen lugar hasta finales de los años
180. La construcción que se llevó a cabo bajo Ptolomeo V se centró en la
parte norte del país, particularmente el santuario del toro Apis y el templo
de Anubis en Memphis. Hölbl interpreta este trabajo como
parte de un esfuerzo por construir Memphis como el centro de la autoridad
religiosa egipcia, a expensas de Tebas, que había sido un bastión de la
revuelta egipcia.
Familia y Matrimonio
Ptolomeo V
se casó con Cleopatra, la siria, hija del rey seléucida Antíoco
III en 194 a. C. y tuvieron tres hijos, que gobernarían Egipto en varias
combinaciones y con una gran cantidad de conflictos durante la mayor parte del
resto del siglo II a. C.
Cleopatra I Syra
Cleopatra I
Syra (204-176 a. C.) fue una princesa del Imperio seléucida, reina del ptolemaico
de Egipto por matrimonio con Ptolomeo V de Egipto, y regente de
Egipto durante la minoría de su hijo, Ptolomeo VI, desde la muerte de su
esposo en 180 a. C. hasta su propia muerte en 176 a.C.
Cleopatra I
era hija de Antíoco III el Grande, rey del imperio seléucida y
reina Laodice III.
Reina
En 197 a.
C., Antíoco III había capturado una serie de ciudades de Asia
Menor que anteriormente estaban bajo el control del reino
ptolemaico de Egipto. Los romanos apoyaron los intereses egipcios, cuando
negociaron con el rey seléucida en Lisimaquia en 196 a. C. En respuesta,
Antíoco III indicó su voluntad de hacer las paces con Ptolomeo V y que su hija
Cleopatra I se casara con Ptolomeo V. Se comprometieron en el 195 a. C. y su matrimonio
tuvo lugar en el 193 a. C. en Raphia. En ese momento, Ptolomeo
V tenía unos 16 años y Cleopatra I unos 10 años. Más tarde, los reyes
ptolemaicos de Egipto debían argumentar que Cleopatra había
recibido Coele-Siria como su dote y, por lo tanto, este territorio
nuevamente perteneció a Egipto. No está claro si este fue el
caso. Sin embargo, en la práctica, Coele-Siria siguió siendo una posesión
seléucida después de la Batalla de Panium en 198 a.C.
En Alejandría,
Cleopatra, me llamaron sirio. Como parte del culto ptolemaico, fue
honrada con su esposo como Theoi Epiphaneis. En línea con la antigua
tradición egipcia, también fue nombrada adelphe (= hermana) de
Ptolomeo V. Un sínodo de sacerdotes celebrado en Memphis en 185 a. C.
transfirió todos los honores que Ptolomeo V había recibido en 196 a. C.
(escrito en la piedra de Rosetta) a su esposa. En 187 a. C.,
Cleopatra I fue nombrada visir.
Reina regente
Tras la
muerte de su esposo en 180 a. C., ella gobernó en nombre de su pequeño hijo,
Ptolomeo VI. Ella fue la primera reina ptolemaica en gobernar sin su
esposo. Esto se puede concluir de las fórmulas de fechas en los papiros
escritos en los años 179 a. C. a 176 a. C., donde Cleopatra I se
llama Thea Epiphanes y su nombre se escribe antes que el de su hijo. También
acuñó sus propias monedas, que también llevan su nombre antes que el de su
hijo.
Justo antes
de su muerte, Ptolomeo V había planeado llevar a cabo una guerra contra el
reino seléucida, pero cuando Cleopatra I se convirtió en la única gobernante, inmediatamente
terminó los preparativos de guerra dirigidos contra su hermano Seleucus IV
Philopator.
Cleopatra
morí alrededor del año 176 a. C. El año después de su muerte, su hijo
Ptolomeo VI y su hija Cleopatra II se casaron.
Egipto
perdió la batalla de Panion y, a consecuencia de ello, se quedó sin todas sus
posesiones en la Fenicia, la Cele-Siria, en Asia Menor y en las islas del Egeo.
Lo que no
se quedó Antíoco III, del Imperio Seleúcida, se lo quedó Filipo V, de
Macedonia. Si Egipto seguía como nación independiente era porque Roma velaba
para que nadie le pusiera dificultades al suministro de grano desde Egipto, tan
importante para los políticos en la Antigüedad, pues podían perder batallas en
el exterior, pero no podían mantenerse si el pueblo pasaba hambre. Y muchos
reinos eran deficitarios en cereal, como Grecia o Italia. De ahí que
defendieran su recurso a la importación desde países suministradores, como
Sicilia, los reinos del Mar Negro o, por antonomasia, Egipto. Los tributos en
especie que los Ptolomeos obtenían de los campesinos egipcios era una de las
fuentes de riqueza del faraón ptolemaico.
Ya hemos
visto que la batalla de Panion fue el único gesto de Egipto para evitar el
expolio de que estaba siendo objeto por parte de sus vecinos, el Imperio
Seleúcida y Macedonia, las dos potencias importantes de la zona. Pero, así como
su padre, Ptolomeo IV, parrandero y jugador, dirigió a sus tropas y ,
sorprendentemente, ganó la batalla de Rafia a Antíoco III Megas, su hijo no
lideró nada y Scopas, su general griego, perdió la batalla que le cupo en
suerte. Y no porque fuera un mal estratega, sino porque no tenía ninguna
posibilidad enfrentado a los catafractos de su contrario.
Pero como
estamos tratando de resumir el reinado de Ptolomeo V Epífanes, la Manifestación
- no sabemos de qué - veamos lo poco que ha pasado a la Historia de este Faraón
anodino, que se pasó la vida cobijado bajo las faldas de su camarilla de
cortesanos. Nacido el año 210, ascendió al trono a los cinco años., el 205 a.C.,
por envenenamiento de su padre, Ptolomeo IV Filopator, al que posiblemente
envenenaron sus ministros principales. Lo que sí se sabe con certeza es que su
madre, Arsínoe III, hermana de su padre, pereció envenenada por dichos
ministros, a los que resultaba más cómodo manejar a un niño que a una mujer
hecha y derecha.
Así pues,
los hechos que sucedan hasta la mayoría de edad del Faraón hay que
adjudicárselos no a éste, como hemos de ver, sino a la camarilla palaciega.
Camarilla que ya ha demostrado que opera en beneficio propio y no de Egipto.
La
debilidad que supone que un niño de 5 años rija los destinos de Egipto fue
percibida por sus vecinos, el Imperio Seleúcida y Macedonia, que se aliaron
para despojar a Egipto de todas las posesiones de ultramar que los primeros
Ptolomeos habían logrado incorporar a su reino.
Antes de
Ptolomeo V tuviera 8 años, Filipo V de Macedonia ya había conquistado a Egipto
Cirene, Jonia y las Cícladas. Contaba con la resistencia que le ofrecían los
gobernadores egipcios de las ciudades conquistadas, respaldados sólo por una
reducida guarnición, suficiente para mantener la paz en la pequeña región que
dominaban, pero insuficiente para enfrentarse ni siquiera al sitio por una
potencia militar como eran Macedonia o el Imperio Seleúcida.
Mientras
tanto, Antíoco III hacía sus campañas por la Cele-Siria y se apoderaba de las
zonas más cercanas a sus posesiones.
Con
Ptolomeo V de 8 años, el año 202, Filipo V decidió hacerse con las posesiones
que en la Tracia tenía Egipto. Para ello mandó construir una flota y con ella
se lanzó en dirección Este el año 202. Tomó Lisimaqueia, Calcedonia
y Ciu. En esta última ciudad Filipo V desató su forma de entender la guerra,
tal vez copiando lo que sabía qué hacía Roma, no tener piedad de los vencidos.
Mandó quemar la ciudad y vender a sus habitantes como esclavos. Ello le supuso
la desaprobación de muchos helenos, que habían visto en él una esperanza para
no caer en las manos de Roma.
Con
Ptolomeo V de 8 años, el año 202, y en el otro frente, tuvo lugar la batalla de
Panion, que hemos visto recientemente.
A partir
del año 200, con Ptolomeo V de 10 años, los emisarios de Roma, empiezan a
interesarse por lo que sucede en Oriente, en concreto en Egipto, su proveedor
cada vez más importante de trigo. Ya hemos dicho que Roma advirtió a Antíoco
III de que Egipto era un reino amigo e intocable. Por eso Antíoco se dedicó a
quitar a Egipto todas sus posesiones, pero sin entrar en el país del Nilo.
Su hijo no hará caso de las advertencias romanas y sufrirá un desplante
antológico.
Descendencia de Ptolomeo IV.
Antíoco III
no podía conquistar Egipto, pero se despachó con todas las plazas fuertes que
Egipto tenía mirando al mar. El año 198 AEC., con Ptolomeo V de 12 años,
Antíoco III se había apoderado de todo cuanto antes fuera de Egipto, incluida
Fenicia.
El año 197,
cuando Ptolomeo V contaba 13 años, la camarilla palaciega se vio con fuerza
suficiente como para atajar las veleidades independentistas de algunas ciudades
del Delta del Nilo, a las que vencieron. Dicen los historiadores que el Faraón
se mostró muy severo con los vencidos. Diríamos más bien que fue la camarilla
en el poder. Era lógico, se trataba de advertir a las demás ciudades de lo que
les sucedería si desafiaban su autoridad. Acto seguido y para levantar la
moral del pueblo egipcio ante los desastres militares sufridos, los ministros
de Ptolomeo V mantuvieron un antiguo rito, la Anacleteria, (del griego
anaklesis = invocación al llegar a la edad) y el mismo año 197, cuando el Faraón
tenía 13 años y para contentar al clero, se le coronó en Menfis, la antigua
capital, cercana a El Cairo.
Al año
siguiente, con el Faraón de 14 años, le dieron a firmar el edicto contenido en
la piedra Rossetta. La piedra en la que se grabó este decreto se encontró el
año 1.799, en la expedición que Napoleón realizó a Egipto. Con ella se pudo
descifrar la escritura jeroglífica del antiguo Egipto. El decreto refleja una
influencia creciente de los nativos egipcios, perdonaba deudas e impuestos,
liberaba prisioneros, perdonaba a los rebeldes que se habían rendido y concedía
beneficios crecientes a los Templos.
El año 193
cuando Ptolomeo V cuenta 17 años, Roma, liberada y vencedora ya de
su larga disputa con Cartago, interviene y pone fin a la guerra que mantenía el
Imperio Seleúcida con Egipto. Obligaron a Antíoco III a firmar un tratado de
paz por el que, como árbitros tácitos de la zona, aceptaban las conquistas
realizadas por el sirio. Una manera de formalizar la paz fue casar a la hija de
Antíoco III, de nombre Cleopatra I, con el Faraón Ptolomeo V. En los 13 años
siguientes, Cleopatra I dará a luz dos niños; Ptolomeo VI y Ptolomeo VIII, y
una niña, Cleopatra II.
Descendencia de Ptolomeo V. La hermana, Cleopatra
II, será esposa de sus dos hermanos.
Liberados
de presiones por parte del vecino oriental, los esfuerzos de palacio se pueden
centrar en la larga disidencia tebana. Tres años más tarde, el 190, se
conquista Tebas, capital de la rebelión en el Alto Egipto. No obstante, otros
nomos vecinos siguen sin reconocer la autoridad del Faraón, que sólo impondrá
la suya en todo Egipto cuatro años más tarde, el año 186, cuando Ptolomeo V
cuenta 24 años.
Hemos visto
cómo transcurrieron los primeros 24 años de la vida de Ptolomeo V Epífanes,
siempre sometido a la tutela de sus ministros palaciegos. Algo heredado de
tiempos de su padre.
Desde hace
ya varios años el Faraón es un adulto, pero no logra liberarse del sometimiento
a sus asesores y ministros, que deciden por él, aun manteniendo las formas
respecto a la autoridad del Faraón. Pasan los años y los indicios apuntan a que
Ptolomeo se cansó de ser una figura decorativa. A un cortesano que sabía fiel
le encargó la misión de partir para Grecia y reclutar un grupo de mercenarios.
Posiblemente un reducido grupo, una guardia personal, con la que podría imponer
su autoridad en palacio y, por extensión en su reino.
Pero la
camarilla tuvo conocimiento de que el Faraón planeaba rebelarse y prescindir de
su apoyo y tutela. Y eso no iba a consentirlo... Recurrieron al método
tradicional, el veneno. Hacia el mes de Mayo del año 180, cuando Ptolomeo V
tenía 30 años de edad, falleció. De repente. La recluta de mercenarios no tenía
ya sentido. Y quedaron una reina viuda, Cleopatra I, y dos niños de corta edad
para regir nominalmente Egipto. Hemos de ver qué hizo la camarilla con ellos.
Una vez
más, se comprueba que los ministros corruptos sólo trabajan en su favor. Lo que
convenga al país queda muy por detrás de lo que les convenga a ellos mismos.
Ellos son el país, según su caletre. Y como están en el poder, ordenan y
mandan, procurando guardar las apariencias. De modo que, estimado lector, esto
viene de muuuuyyy... atrás.
No es que
sea una característica de la Humanidad. Es una característica de algunos de sus
miembros. Lo suicida es dejarles gobernar precisamente a los que adolecen de
esa característica, como hizo Ptolomeo IV Filopátor. Porque, una vez que los no
honrados se han hecho con los resortes del poder, la marcha atrás es mucho más
laboriosa.
Y, como
epitafio gráfico de cada monarca Ptolomeo, veamos una reproducción moderna de
cómo debía ser el Egipto Antiguo.
Cleopatra II (185
a. C. - 116/115 a. C.) fue una reina del Egipto ptolemaico que
gobernó del 175 al 116 a. C. con dos hermanos y maridos sucesivos, a menudo en
rivalidad con su hermano Ptolomeo VIII.
Busto de una reina ptolemaica
egipcia probablemente representan a Cleopatra II o su hija Cleopatra III.
Museo del Louvre, París)
Ella
gobernó durante su primer reinado, hasta 164 a. C., con Ptolomeo VI
Philometor, su primer esposo y el mayor de sus hermanos, y Ptolomeo VIII
Euergetes II, su hermano menor. Durante su segundo reinado, volvió a
gobernar con Ptolomeo VI desde 163 a. C. hasta su muerte en 145 a.
C. Luego gobernó con su hermano menor, Ptolomeo VIII, con quien se casó, y
su hija Cleopatra III. Ella fue la única gobernante de Egipto desde
el 131 a. C. hasta el 127 a. C. Su reinado final del 124 a. C. al 116 a.
C. también se gastó en la corregencia con Ptolomeo VIII y Cleopatra
III.
Cleopatra
II era la hija de Ptolomeo V y es probable que Cleopatra
I. Si ella era la hija de Cleopatra I, ella era una hermana completa
de Ptolomeo VI Philometor y Ptolomeo VIII Euergetes II
Trifón; de lo contrario ella era su media hermana. Eventualmente se
casaría con sus dos hermanos.
Primera corregencia (175–131 a. C.)
Tras la
muerte de su presunta madre, Cleopatra I, en 176 a. C., Cleopatra II se casó
con su hermano Ptolomeo VI Philometor en c. 175 a. Cleopatra II,
Ptolomeo VI y su hermano, Ptolomeo VIII, fueron co-gobernantes de Egipto desde
c. 170 a. C. a 164 a. C.
Cía. 169
a. C., Antíoco IV de Siria invadió Egipto. Ptolomeo VI
Philometor se unió a Antíoco IV fuera de Alejandría. Ptolomeo VI fue
coronado en Memphis y gobernó con Cleopatra II. En 164 a. C.
Cleopatra II y su esposo fueron depuestos temporalmente por Ptolomeo VIII, pero
fueron restaurados al poder en 163 a. C.
Ptolomeo VI
murió en 145 a. C. Cleopatra II acordó casarse con su hermano menor,
Ptolomeo VIII Euergetes II. Ptolomeo VIII asesinó a Ptolomeo VII Neos
Philopator, el hijo de Ptolomeo VI y Cleopatra II, y tomó el trono él
mismo.
Entre 142
a. C. y 139 a. C. Ptolomeo VIII se casó con la hija menor de Cleopatra, su
sobrina Cleopatra III.
Única regencia (131–127 a. C.)
Cleopatra
II lideró una rebelión contra Ptolomeo VIII en 131 a. C., y lo expulsó a él y a
Cleopatra III de Egipto. En este momento, se dice que Ptolomeo VIII tuvo
miembros de Ptolomeo Menfitas, su hijo de su hermana mayor, Cleopatra II,
desmembrado y su cabeza, manos y pies enviados a Cleopatra II en Alejandría
como regalo de cumpleaños.
Cleopatra
II gobernó Egipto como único gobernante hasta 127 a. C. Se vio obligada a
huir a Siria, donde se unió a su hija Cleopatra Thea y su yerno Demetrio II
Nicator.
Tercer reinado (124–116 a. C.)
Una reconciliación
pública de Cleopatra II y Ptolomeo VIII fue declarada en el 124 a.
C. Después de esto, gobernó conjuntamente con su hermano y su hija hasta
junio 116 a. C., cuando murió Ptolomeo.
Ptolomeo
VIII dejó el reino para ser gobernado por Cleopatra III y uno de sus
hijos. A voluntad de los alejandrinos, Cleopatra III eligió
a Ptolomeo Lathyros, su hijo mayor, como su co-gobernante.
Cleopatra
II desapareció de los registros históricos en algún momento alrededor de
octubre 116 a. C. Se cree que murió alrededor del 116 o 115 a. C.
Relieve
de la pared de Cleopatra III,
Cleopatra II y Ptolomeo VIII antes de Horus
Con
Ptolomeo VI tuvo al menos cuatro hijos, y posiblemente una hija
adicional, Berenice:
·
Ptolomeo Eupator, nacido en
166 a. C. Se convirtió en corregente con su padre por un corto tiempo,
pero murió a una edad temprana en c. 152 a.C.
·
Cleopatra Thea, nacida en
c. 164 a. Se casó con Alejandro Balas, Demetrio II
Nicator y Antíoco VII Sidetes. Asesinado por su hijo en
c. 120 a. C.
·
Quizás Berenice, nacida entre
163 y 160 a. C. Murió joven en c. 150 a.
·
Cleopatra III, nacida entre
160 y 155 a. C. Casado con su tío Ptolomeo VIII.
·
Ptolomeo VII Neos Philopator,
nacido c. 152 a. Asesinado en 145 a. C. por Ptolomeo VIII.
Se cree que
Ptolomeo VIII y su hermana mayor, Cleopatra II, tuvieron al menos un
hijo, Ptolomeo Menfitas, nacido entre 144 y 142 a. C. Ptolemy
Memphites puede ser idéntico a Ptolomeo VII Neos Philopator, pero esta
identificación no se acepta universalmente.
Ptolomeo VI Philometor
Ptolomeo VI
Philometor ("Ptolomeo, amante
de su Madre"; mayo/junio 186–145 a.C) fue el sexto faraón en el período
ptolemaico de Egipto. Reinó del 180 al 164 a. C. y del 163 al 145 a.
C. El hijo mayor de Ptolomeo V Epífanes y Cleopatra I de
Egipto, llegó al trono cuando era un niño muy pequeño en 180 a. C. y el reino
estuvo gobernado por regentes: su madre hasta su muerte en 178 o 177 a. C. y
luego dos de sus asociados, Eulaeus y Lenaeus hasta el 169 a. C. Desde 170
a.C, su hermana-esposa Cleopatra II y su hermano menor Ptolomeo
VIII Euergetes eran co-gobernantes junto a él.
El reinado
de Ptolomeo VI se caracterizó por un conflicto externo con el imperio
seléucida sobre Siria y por un conflicto interno con su hermano menor por
el control de la monarquía ptolemaica. En la Sexta Guerra Siria (170-168
a. C.), las fuerzas ptolemaicas fueron completamente derrotadas y Egipto fue
invadido dos veces por los ejércitos seléucidas. Sus intentos de negociar
el fin de este conflicto lo exacerbaron con su hermano. Aunque logró colaborar
con su hermano durante el tiempo suficiente para asegurar la paz y restablecer
el orden dentro de Egipto, Ptolomeo VIII logró expulsar a Ptolomeo VI de Egipto
en 164 a. C.
La gente
de Alejandría se volvió contra Ptolomeo VIII e invitó a Ptolomeo VI a
regresar al trono en 163 a. C. En este segundo reinado tuvo mucho más
éxito en ambos conflictos. Desterró a su hermano a Cirenaica y
le impidió en repetidas ocasiones usarlo como trampolín para tomar Chipre,
a pesar de una intervención romana sustancial a favor de su hermano. Al
apoyar a una serie de reclamantes rivales para el trono seléucida, Ptolomeo VI
ayudó a instigar una guerra civil en el reino seléucida, que continuaría por
generaciones y eventualmente consumiría la dinastía seléucida. En 145 a. C.,
Ptolomeo invadió Seleucid Siria y obtuvo una victoria total en la Batalla
del Oenoparus, lo que lo dejó a cargo de los reinos seléucida y
ptolemaico. Sin embargo, las heridas que sufrió en la batalla lo llevaron
a la muerte tres días después. Las ganancias de la guerra se perdieron
casi de inmediato y su hermano Ptolomeo VIII volvió al poder.
Antecedentes y vida temprana
Ptolomeo
era el hijo mayor de Ptolomeo V Epífanes, que reinó entre 204 y 180 a.
C. El reinado de Ptolomeo V había estado dominado por la Quinta
Guerra Siria (204-198 a. C.), en la que el reino ptolemaico luchó contra
el rey seléucida Antíoco III, que gobernó el Cercano
Oriente y Asia Menor. En esa guerra, Antíoco III había derrotado
por completo a las fuerzas ptolemaicas, anexó Coele-Siria y Judea a
su imperio, y redujo a Egipto a una posición subordinada.
La nueva
situación se solidificó con un tratado de paz, en virtud del cual Tolomeo V se
casó con la hija de Antíoco, Cleopatra I, en 194 a. C. Ptolomeo VI era el
hijo mayor de la pareja, nacido en 186 a. C., probablemente en mayo o
junio. Ptolomeo VI tenía dos hermanos: una hermana, Cleopatra II, que
probablemente nació entre 186 y 184 a. C., y un hermano menor, el
futuro Ptolomeo VIII. Su padre anunció su posición como heredero dentro
de Egipto y en todo el mundo, por ejemplo al ingresar a un equipo de carros
bajo su nombre en los Juegos Panatenaicos de 182 a. C.
La derrota
en la Quinta Guerra siria arrojó una sombra sobre el resto del reinado de
Ptolomeo V. Una facción prominente dentro de la corte ptolemaica agitó por
un regreso a la guerra para restaurar el prestigio egipcio, mientras que otra
facción resistió los gastos involucrados en la reconstrucción y
remilitarización del reino. Ptolomeo V murió inesperadamente en septiembre
de 180 a. C., a la edad de solo 30 años. Es posible que fue asesinado como
resultado de esta lucha interna entre facciones, una fuente tardía afirma que
había sido envenenado.
Primer reinado (180-164 a.C)
Regencias
Ptolomeo
VI, que solo tenía seis años, fue coronado inmediatamente rey, con su madre
Cleopatra I como corregente. En documentos de este período, Cleopatra
lleva el nombre de Ptolomeo y las monedas fueron acuñadas bajo la autoridad
conjunta de ella y su hijo. Ante la continua agitación de la guerra con
los seléucidas, Cleopatra siguió una política pacífica, debido a sus propias
raíces seléucidas y porque una guerra habría amenazado su control del
poder. Cleopatra probablemente murió a fines de 178 o principios de 177
a. C., aunque algunos estudiosos ubican su muerte a fines de 176 a. C.
Ptolomeo
todavía era demasiado joven para gobernar solo. En su lecho de muerte,
Cleopatra nombró a Eulaeus y Lenaeus, dos de sus asociados cercanos como
regentes. Eulaeus, un eunuco, que había sido tutor de Ptolomeo, era el
mayor de los dos, e incluso acuñaba monedas en su propio nombre. Lenaeus
era un esclavo sirio que probablemente había venido a Egipto como parte del
séquito de Cleopatra cuando se casó. Parece haber estado específicamente a
cargo de administrar las finanzas del reino.
Eulaeus y
Lenaeus buscaron reforzar su autoridad aumentando la dignidad de
Ptolomeo. A principios del 175 a. C., organizaron la boda de Ptolomeo VI
con su hermana Cleopatra II. El matrimonio hermano-hermana era
tradicional en la dinastía ptolemaica y probablemente fue adoptado en imitación
de los faraones egipcios anteriores. Ptolomeo y Cleopatra
todavía eran niños pequeños, por lo que el matrimonio no se consuma durante
muchos años; eventualmente tendrían al menos cuatro hijos juntos. En
este momento, la pareja se incorporó al culto dinástico ptolemaico
como Theoi Philometores ('los
dioses amantes de la madre'), nombrados en honor de la difunta Cleopatra
I. En contextos religiosos egipcios, el título recordaba la relación del
faraón como Horus con su madre Isis.
El rey
seléucida Seleuco IV, que había seguido una política generalmente
pacífica, fue asesinado en 175 a. C. y después de dos meses de conflicto, su
hermano Antíoco IV Epífanes aseguró el trono. La situación
inestable empoderó a los halcones de guerra en la corte ptolemaica, y Eulaeus y
Lenaeus no pudieron o no quisieron resistirlos, con Cleopatra I ya no estaba
viva. En 172 a. C., los preparativos para la guerra estaban en
marcha. Desde 171 a. C., tanto Roma como Macedonia se
ocuparon de la Tercera Guerra de Macedonia y el gobierno egipcio
consideró que había llegado el momento de la guerra.
En octubre
de 170 a. C., Ptolomeo VIII fue ascendido al estado de corregente
junto a su hermano y hermana. El año actual fue declarado el primer año de
una nueva era. John Grainger argumenta que los dos hermanos se habían
convertido en figuras de facciones separadas en la corte y que estas ceremonias
estaban destinadas a promover la unidad dentro de la corte en el período previo
a la guerra. Poco después, Ptolomeo VI, que ahora tenía alrededor de
dieciséis años, fue declarado adulto y celebró su ceremonia de mayoría de edad
(la anakleteria). Aunque Ptolomeo VI ahora gobernaba
ostensiblemente por derecho propio, en la práctica, Eulaeus y Lenaeus permanecieron
a cargo del gobierno.
La Sexta
Guerra de Siria estalló poco después de esto, probablemente a principios
del 169 a. C. El ejército ptolemaico partió del fuerte fronterizo
de Pelusium para invadir Palestina, pero fue interceptado por el
ejército de Antíoco IV en el Sinaí. El ejército derrotado se retiró
al Delta del Nilo. Antíoco se apoderó de Pelusium y luego se trasladó
al Delta.
Esta
derrota condujo al colapso del gobierno ptolemaico en Alejandría. Eulaeus
intentó enviar a Ptolomeo VI a la isla egea de Samotracia con
el tesoro ptolemaico. Sin embargo, antes de que esto pudiera suceder, dos
prominentes generales ptolemaicos, Comanus y Cineas, lanzaron un golpe militar
y tomaron el control del gobierno de Ptolomeo.
Antíoco IV Epífanes
Cuando
Antíoco avanzó hacia Alejandría, Ptolomeo VI salió a su
encuentro. Negociaron un acuerdo de amistad, que en efecto redujo a
Ptolomeo a un cliente seléucida. Cuando las noticias del acuerdo llegaron
a Alejandría, la gente de la ciudad se amotinó. Comanus y Cineas
rechazaron el acuerdo, rechazaron la autoridad de Ptolomeo VI y declararon a
Ptolomeo VIII como el único rey (la posición de Cleopatra II permaneció sin
cambios). Antíoco respondió colocando a Alejandría bajo asedio, pero no
pudo tomar la ciudad y se retiró de Egipto en septiembre de 169 a. C., cuando
se acercaba el invierno, dejando a Ptolomeo VI como su rey títere
en Memphis y reteniendo una guarnición en Pelusium.
En dos
meses, Ptolomeo VI se reconcilió con Ptolomeo VIII y Cleopatra II y regresó a
Alejandría. El gobierno restaurado repudió el acuerdo que Ptolomeo VI
había hecho con Antíoco y comenzó a reclutar nuevas tropas de Grecia. En
respuesta, en la primavera de 168 a. C., Antíoco invadió Egipto por segunda
vez. Oficialmente, esta invasión se presentó como un esfuerzo por
restaurar la posición de Ptolomeo VI contra su hermano
menor. Antíoco rápidamente ocupó Memphis donde fue coronado rey de
Egipto y avanzó hacia Alejandría. Sin embargo, los Ptolomeos habían pedido
ayuda a Roma durante el invierno y una embajada romana dirigida por Cayo
Popilio Laenas se enfrentó a Antíoco en la ciudad de Eleusis y lo obligó a
aceptar un acuerdo, poniendo fin a la guerra.
Rebeliones y expulsión (168-164 a. C.)
Inicialmente,
la regla conjunta de los dos hermanos y Cleopatra II, que se había establecido
durante la guerra, continuó. Sin embargo, el completo fracaso de las
fuerzas egipcias en la Sexta Guerra de Siria dejó el prestigio de la monarquía
ptolemaica disminuido seriamente y causó una ruptura permanente entre Ptolomeo
VI y Ptolomeo VIII.
En 165 a.
C., Dionisio Petosarapis, un destacado cortesano que parece haber sido de
origen egipcio nativo, intentó aprovechar su conflicto para tomar el control
del gobierno. Anunció a la gente de Alejandría que Ptolomeo VI había
intentado lograr que asesinara a su hermano menor y trató de azotar a una
multitud para expulsarlo. Ptolomeo VI logró convencer a Ptolomeo VIII de
que los cargos eran falsos y los dos hermanos aparecieron públicamente juntos
en el estadio, desactivando la crisis. Dionisio huyó de la ciudad y
convenció a algunos contingentes militares para que se amotinaran. Se
produjeron intensos combates en Fayyum durante el año
siguiente. Aparentemente completamente por separado, otra rebelión estalló
simultáneamente en Thebaid, la última de una serie de rebeliones que
habían tentado a derrocar a los Ptolomeos y restablecer el dominio egipcio
nativo. Ptolomeo VI reprimió con éxito la rebelión después de un asedio
amargo en Panópolis.
Debido a los
años anteriores de conflicto, muchas granjas habían sido abandonadas,
amenazando los ingresos agrícolas del gobierno. En el otoño de 165 a. C.,
los Ptolomeos emitieron un real decreto sobre agricultura para hacer
frente a este problema. Este decreto intentó obligar a la tierra a volver
al cultivo, pero fue muy impopular y provocó protestas generalizadas. Una
nueva rama del gobierno, el Idios Logos (Cuenta Especial) se estableció para administrar propiedades que se
habían convertido en propiedad real como resultado de la confiscación o el
abandono.
A fines del
164 a.C, probablemente no mucho después de que Ptolomeo VI había
regresado del sur, Ptolomeo VIII, que ahora tenía unos veinte años, expulsó de
alguna manera a Ptolomeo VI y Cleopatra II del poder: se desconoce el curso
exacto de los acontecimientos. Ptolomeo VI huyó a Roma en busca de ayuda,
viajando con solo un eunuco y tres sirvientes. En Roma, parece no haber
recibido nada. Desde allí se trasladó a Chipre, que permaneció bajo
su control.
Segundo reinado (163-145 a. C.)
En el
verano de 163 a. C., la gente de Alejandría se amotinó contra Ptolomeo VIII,
expulsándolo a su vez y recordando a Ptolomeo VI. Ptolomeo VI decidió
llegar a un acuerdo con su hermano menor y le otorgó el control de Cirenaica. Esto
puede haberse hecho a instancias de un par de agentes romanos presentes en
Alejandría en ese momento. Egipto cayó bajo el gobierno conjunto de
Ptolomeo VI y Cleopatra II, quienes gobernaron como un par igual y fueron
mencionados juntos en todos los documentos oficiales. Este sistema de
co-regla sería la norma para la mayoría del resto de la dinastía
ptolemaica. La co-regla fue inaugurada por un decreto de amnistía y una
visita real a Memphis para celebrar el festival del año nuevo egipcio.
Conflictos con Ptolomeo VIII y los seléucidas
Ptolomeo
VIII no estaba satisfecho con Cirenaica y fue a Roma a fines del 163 o
principios del 162 a. C. para pedir ayuda. El Senado acordó que la
división era injusta, declarando que Ptolomeo VIII también debería recibir a
Chipre. Titus Manlius Torquatus y Gnaeus Cornelius Merula fueron
enviados como enviados para obligar a Ptolomeo VI a conceder esto, pero lo
postergó y lo ofuscó. A su regreso a Roma a fines del 162 a. C.,
convencieron al Senado romano de abandonar su alianza con Ptolomeo VI y de
otorgarle a Ptolomeo VIII permiso para usar la fuerza para tomar el control de
Chipre. El Senado no le ofreció ningún apoyo real en este esfuerzo y
Chipre permaneció en manos de Ptolomeo VI.
En 162 a.
C., Ptolomeo VI también participó en un plan para desestabilizar el reino
seléucida. Sus agentes en Roma ayudaron al príncipe seléucida, Demetrio
I Soter, a escapar del cautiverio y regresar a Siria para tomar el control del
imperio seléucida del rey menor Antíoco V Eupator. Una vez que
Demetrius estuvo en el poder, sin embargo, sus intereses comenzaron a divergir
y la perspectiva de la guerra entre los dos reinos regresó. En 158 o
154 a. C., el gobernador de Ptolomeo VI de Chipre, Archias, intentó vender la
isla a Demetrio por 500 talentos, pero fue atrapado y ahorcado antes de
que este complot se hiciera realidad.
En 154 a.
C., después de sobrevivir a un intento de asesinato que culpó a su hermano,
Ptolomeo VIII volvió a pedir ayuda contra su hermano ante el Senado romano, que
acordó enviar una segunda embajada, dirigida por Cneo Cornelio Mérula y Lucio
Minucio Termo, equipado con tropas. , para hacer cumplir la transferencia de
Chipre a su control. En respuesta, Ptolomeo VI asedió a su hermano menor
en Lapethus y lo capturó, con la ayuda de la Liga de Creta.
Persuadió a Ptolomeo VIII para que se retirara de Chipre, a cambio de la
posesión continua de Cirenaica, un pago anual de grano y una promesa de
matrimonio con una de sus hijas (probablemente Cleopatra Thea) una vez que
llegó a la mayoría de edad.
Como
resultado del conflicto con su hermano, Ptolomeo VI hizo esfuerzos particulares
para avanzar a su hijo mayor Ptolomeo Eupator como heredero. El
joven príncipe fue hecho sacerdote de Alejandro y del culto real en 158 a. C.,
cuando tenía solo ocho años. A los catorce años, en la primavera de 152 a.
C., Ptolomeo Eupator fue ascendido a corregente junto a sus padres, pero murió
en otoño del mismo año. Esto dejó la sucesión muy incierta, ya que el hijo
restante de Ptolomeo era muy joven. Comenzó a avanzar a su hija, Cleopatra
III, que antes la deificaba en 146 a. C.
Anillo de Ptolomeo VI Philometer
como faraón egipcio (Louvre)
Intervención en Siria (152-145 a. C.)
Un nuevo
reclamante al trono seléucida, Alejandro I Balas, apareció en 153 a.
C. John Grainger propone que Ptolomeo VI proporcionó a Alejandro respaldo
financiero, transporte naval y aseguró a Ptolomeo Akko como base de
aterrizaje para él. Argumenta que el canciller de Alejandro, Amonio, debe
ser visto como un agente ptolemaico. Sin embargo, no hay evidencia
explícita de esto, y Boris Chrubasik presenta los éxitos iniciales de Alexander
como logrados sin ninguna participación ptolemaica, y desafía la identificación
de Ammonius como egipcio en particular. En cualquier caso, un acuerdo
entre los reyes se selló en 150 a. C., cuando Ptolomeo VI se casó con su hija
adolescente Cleopatra Thea con Alejandro en una ceremonia en Ptolemais
Akko.
Sin
embargo, en mayo de 146 a. C., Ptolomeo estaba reuniendo tropas y en 145 a. C.,
Ptolomeo VI invadió Siria, mientras Alejandro aplastaba una rebelión en Cilicia. Ptolomeo
pasó por Judea desde el vasallo de Alejandro, Jonathan Maccabee. Ostensiblemente,
Ptolomeo actuó en apoyo de Alejandro contra el último reclamante del trono
seléucida, Demetrio II. En la práctica, la intervención de Ptolomeo
tuvo un alto costo; tomó el control de todas las ciudades seléucidas a lo
largo de la costa, incluida Seleucia Pieria. También puede haber
comenzado a acuñar su propia moneda en las ciudades sirias.
Mientras
estaba en Ptolemais Akko, sin embargo, Ptolomeo cambió de
bando. Según Josephus, Ptolomeo descubrió que el canciller de
Alexander, Ammonius, había estado planeando asesinarlo, pero cuando exigió que
Ammonius fuera castigado, Alexander se negó. Tolomeo volvió a casar a su
hija con Demetrio II y continuó su marcha hacia el norte. Los comandantes
de Antioquía, Diodoto y Hierax, entregó la ciudad a Ptolomeo y lo
coronó rey de Asia. Por un corto período, los documentos se referían a él
como el Rey de Egipto y Asia. Sin embargo, temiendo que una unificación de
los reinos ptolemaico y seléucida condujera a la intervención romana, Ptolomeo
decidió abandonar el título. En cambio, se limitó a anexionarse a Coele
Siria y se comprometió a servir como "tutor de bondad y guía" de
Demetrio II.
Alejandro
regresó de Cilicia con su ejército, pero Ptolomeo VI y Demetrio II derrotaron a
sus fuerzas en el río Oenoparas. Alejandro huyó a Arabia, donde fue
asesinado. Su cabeza decapitada fue llevada a Ptolomeo. Por primera
vez desde la muerte de Alejandro Magno, Egipto y Siria se
unieron. Sin embargo, Ptolomeo había resultado herido en la batalla y
murió tres días después. A fines de 145, Demetrio II había expulsado a
todas las tropas ptolemaicas de Siria y reafirmó el control seléucida al
dirigir sus propias fuerzas hasta la frontera egipcia. Ptolomeo VI parece
haber tenido la intención de que su hijo de siete años, también llamado
Ptolomeo, lo sucediera, pero los alejandrinos decidieron invitar a Ptolomeo
VIII a asumir el trono.
Régimen
Ideología faraónica y religión egipcia
Al igual
que sus predecesores, Ptolomeo VI adoptó plenamente su papel de faraón egipcio
y mantuvo una relación mutuamente beneficiosa con el sacerdocio egipcio
tradicional. En particular, mantuvo estrechos vínculos con el culto
a Ptah y Apis en Memphis. Ptolomeo y Cleopatra
parecen haber visitado Memphis y se quedaron en el Serapeum allí para
el festival del Año Nuevo egipcio todos los años. Durante estas visitas,
Ptolomeo personalmente hizo las ofrendas rituales del templo que se esperaban
del faraón.
En el
verano de 161 a. C., Ptolomeo VI y Cleopatra II reunieron un sínodo de todos
los sacerdotes de Egipto para aprobar un decreto que otorga desgravaciones
fiscales y otras ventajas a los sacerdotes a cambio de honores de culto en los
templos egipcios, parte de una serie de decretos que había sido
emitido bajo cada uno de sus predecesores, volviendo a Ptolomeo III. El
decreto sobrevive solo en una estela fragmentaria conocida como CG
22184. Otras inscripciones registran beneficios específicos hechos en
varios puntos durante el reinado. En septiembre de 157 a. C., Ptolomeo
confirmó la concesión de todos los ingresos fiscales de la región de Dodecaschoenus al
Templo de Isis en Filae, realizada por primera vez por su
predecesor. La subvención se registra en el Decreto de Dodecaschoenus. Alrededor
del 145 a. C., otorgó el homenaje de un líder nubio a los sacerdotes de Mandulis en
Filae.
Relaciones con los judíos
El
historiador judío Josefo enfatiza el interés personal de Ptolomeo VI
en los judíos y su bienestar. Había habido una comunidad judía en Egipto
desde al menos el siglo V a. C. y había crecido significativamente desde el
establecimiento del control ptolemaico sobre Jerusalén en el 311
a. Durante el reinado de Ptolomeo VI, los judíos habían sido incorporados
durante mucho tiempo al ejército ptolemaico, y disfrutaban de varios
privilegios comparables a los que poseían los griegos y macedonios en Egipto. Un
gran grupo de nuevos inmigrantes judíos llegó a Egipto en la década de 160 a.
C., huyendo del conflicto civil con los macabeos. Este grupo fue
dirigido por Onias IV, hijo de un ex sumo sacerdote quien había sido
depuesto por los seléucidas. Ptolomeo VI les permitió establecerse
en Leontopolis, conocida como la Tierra de Onias, y establecer un
templo con Onias como Sumo Sacerdote. El lugar todavía se conoce hoy como
Tell al-Jahudija (Cerro de los judíos). A Onias también se le otorgó una
importante posición militar y su familia se convirtió en miembros prominentes
de la corte real. En Alejandría, los judíos tenían su propio barrio de la
ciudad con su propio politeuma, una especie de comunidad autónoma dentro
de la ciudad, dirigida por su propio etnarca. Es probable que este politeuma se
haya establecido bajo Ptolomeo VI.
Hasta el
reinado de Ptolomeo IV, los Ptolomeos habían controlado la región al sur
de Asuán hasta la segunda catarata, conocida
como Triacontaschoenus o Baja Nubia e incluía ricas minas
de oro. A lo largo de los años 160 y 150 antes de Cristo, Ptolomeo VI
reafirmó el control ptolemaico sobre la parte norte de Nubia. Este
logro es muy publicitado en el Templo de Isis en Filae, que
recibió los ingresos fiscales del Dodecaschoenus región en 157 a. Las
decoraciones en el primer pilón del Templo de Isis en Philae enfatizan la
afirmación ptolemaica de gobernar toda Nubia. La inscripción mencionada
con respecto a los sacerdotes de Mandulis muestra que algunos líderes nubios al
menos estaban rindiendo homenaje al tesoro ptolemaico en este
período. Para asegurar la región, el Strategos del Alto
Egipto, Boethus, fundó dos nuevas ciudades, llamadas Philometris y
Cleopatra en honor de la pareja real.
Estela de Ptolomeo VI en Filae,
registrando la concesión de ingresos fiscales al Templo de Isis
Ptolomeo VI
Philometor se casó con su hermana Cleopatra II en 173 a. C. y tuvieron el
siguiente problema:
Testimonios de su época
Puerta del templo de Mut, en Karnak, con
el nombre grabado de Ptolomeo VI.
·
Templo doble en Kom Ombo
(Arnold 1999:187 - 189)
·
Templo para Horus de Mesen en
Tanis (Arnold 1999:183)
·
Templo Israelita en Tell
el-Yahudiya (Arnold 1999:183)
·
Pronaos para el templo de
Nemty en Qau El-Kebir (Antaeópolis) (Arnold 1999:184)
·
Capilla pequeña en Dióspolis
Parva (Hu) (Arnold 1999:184)
·
Casa del nacimiento, mammisi,
del Isis en Dendera (Arnold 1999:187)
·
Trabajos de restauración en
la puerta del segundo pilono (Arnold 1999:187)
·
Bloques de Armant (Arnold
1999:187)
·
Templo de Jnum y Satet en Elefantina
(Arnold 1999:189)
·
Trabajos constructivos en File
(Arnold 1999:190)
·
Trabajos en el templo de
Debod (Arnold 1999:193)
·
Templo doble en Kom Ombo
(Arnold 1999:187 - 189)
·
Templo para Horus de Mesen en
Tanis (Arnold 1999:183)
·
Templo Israelita en Tell
el-Yahudiya (Arnold 1999:183)
·
Pronaos para el templo de
Nemty en Qau El-Kebir (Antaeópolis) (Arnold 1999:184)
·
Capilla pequeña en Dióspolis
Parva (Hu) (Arnold 1999:184)
·
Casa del nacimiento, mammisi,
del Isis en Dendera (Arnold 1999:187)
·
Trabajos de restauración en
la puerta del segundo pilono (Arnold 1999:187)
·
Bloques de Armant (Arnold
1999:187)
·
Templo de Jnum y Satet en Elefantina
(Arnold 1999:189)
·
Trabajos constructivos en File
(Arnold 1999:190)
·
Trabajos en el templo de
Debod (Arnold 1999:193)
Anteriormente
hemos visto cómo fueron los años finales de la vida de Ptolomeo V Epífanes,
posiblemente liquidado por sus ministros cuando sospecharon que el Faraón se
empezaba a rebelar, a sus 30 años. Dejaba dos hijos, el mayor de 7 años, una
niña y una viuda, Cleopatra I. Pero Cleopatra I era mucha Cleopatra. No en vano
era hija de Antíoco III Megas, el Grande, (222-186). Y no se dejó dominar por
nadie, llevando la corregencia de Egipto junto con su hijo primogénito,
Ptolomeo VI Filométor. "El que ama a su madre". No obstante,
Cleopatra I tenía una debilidad, su hijo segundo, Ptolomeo el Gordito, en
griego., (pronunciar Fiscón, panza). Ya sabemos, por lo sucedido en el
Imperio Seleúcida, que estas duplicidades con vistas a un trono suelen traer
malas consecuencias para el país. Y así va a ser, también en Egipto.
No obstante
lo que dicen los historiadores, que Cleopatra I llevó la regencia hasta su
muerte, sucedida en septiembre/octubre del año 177, es decir, tres años después
de quedar viuda, resulta curioso que la madre muriera a una edad en torno a los
30 años y con el hijo mayor de 10 años. Máxime si nada más morir la madre, dos
ambiciosos servidores de palacio - el eunuco Euleo, y un sirio ya mayor, Leneo
- empezaron a ejercer una influencia total sobre el pequeño Faraón, de sólo 10
años. Sea como fuere - con la madre felizmente difunta, por méritos propios o
ajenos - la pareja de nuevos ministros llevaron, mientras se lo permitieron, la
política del reino.
Cuatro años
más tarde, el año 173, al cumplir los 15 años, la mayoría de edad legal, el Faraón
fue coronado en Menfis con toda solemnidad. Y el mismo año, la pareja de
ministros lo casaron con su hermana, Cleopatra II (185-115), hija de Ptolomeo V
y Cleopatra I, que a la sazón tenía 12 años. Y, aprovechando que el monarca
Seleúcida tenía problemas en su reino, los dos ministros prepararon la invasión
de la Cele Siria, la región fronteriza que Egipto había perdido por obra y
gracia del padre del actual rey Seleúcida, según vimos recientemente.
Pero a
Antíoco III Megas le había sucedido ya en el trono su segundo hijo, Antíoco IV
Epífanes, (174-164) que, educado en Roma y ganado por el Helenismo, iba a
mostrar sus buenas cualidades militares desde un principio.
El año 170
los dos ministros asociaron al trono al hermano gordito, a Ptolomeo VIII
Evergetes, junto con el Faraón Ptolomeo VI Filométor y su esposa-hermana
Cleopatra II.
Antíoco IV
Epífanes, además de un hombre de Estado, era tío de Ptolomeo. La madre de
Ptolomeo, la difunta Cleopatra I, había sido su hermana, hija de Antíoco III Megas.
De modo que Antíoco le dijo a su sobrino que le perdonaba la vida y le
reconocía como Faraón de Egipto, pero quedaba bajo su tutela y nunca se
opondría a los intereses de Antíoco. Ptolomeo VI aceptó.
Los dos
ministros alejandrinos vieron que su puesto había sido ocupado por el tío del
Faraón y decidieron no aceptar el acuerdo entre su Faraón principal y el
extranjero. De modo que proclamaron Faraón de Egipto al hermano del
Faraón, a Ptolomeo, alias Fiscón, Gordito. Pero, para su desgracia, la
conquista de la zona Norte de Egipto, el delta del Nilo, por las tropas sirias
no fue un paseo de recreo y algunos Templos egipcios sufrieron el saqueo de los
soldados de Antíoco III. Llegada la noticia a oídos de la población de
Alejandría, se organizó una rebelión contra Euleus y Leneus, los promotores de
la guerra contra Siria, que pasaron a mejor vida de manera violenta, con esa
justicia expeditiva y dura que era la propia del pueblo en aquel entonces. De
modo que, una vez más, fue el pueblo el que terminó con la dictadura de las
camarillas en Egipto.
Ptolomeo VI Filométor (187-180-145)
Anteriormente
hemos visto cómo la camarilla palaciega ha empujado al joven Ptolomeo VI
Filométor a hacer la guerra al Imperio Seleúcida, con nulo éxito, pues Antíoco
III Megas es ahora quien amenaza la independencia de Egipto. La campaña siria
se dio con el buen tiempo, y en invierno Antíoco y su hueste se habían vuelto a
su Siria natal. En ausencia del sirio, los dos hermanos se pusieron de acuerdo
para reconocerse mutuamente y gobernar conjuntamente, como antes. A Antíoco,
que se enteró de esto, no le gustó el acuerdo fraterno y decidió que volvería a
Egipto, a ajustarle las cuentas al sobrino. Pero debía esperar a la primavera,
al buen tiempo.
Así pues,
al año siguiente, el 168, Antíoco volvió con sus tropas. Los dos hermanos se
habían refugiado en Alejandría. Y Antíoco IV, sin resistencia, se presentó ante
las murallas que rodeaban Alejandría., poniendo sitio a la ciudad con sus
torres de asalto, arietes, catapultas y onagros dispuestos. Una vez más
tuvo que ser Roma, aliada de Egipto, la que les sacara las castañas del fuego a
los dos hermanos. Y el encargado por Roma de ordenar la retirada del sirio fue
un emisario, Popilio Lenas. Popilio llevaba escrito un rescripto del Senado de
Roma por el que se ordenaba a Antíoco IV, antiguo huésped de los romanos,
retirarse de inmediato de Egipto.
Murallas de Alejandría.
Aquí viene
esa escena tan conocida por todo amante de la Historia, la escena de la playa.
El emisario romano, con dos ayudantes, se va a hablar con el poderoso monarca
Seleúcida, rodeado de sus generales y de sus tropas, y le entrega el escrito
del Senado de Roma. El rey pide tiempo para consultarlo con sus generales y el
embajador romano traza un círculo en la arena a su alrededor, según unos con su
espada, según otros con una ramita de olivo; tanto da. Y le dice que piense
todo lo que quiera, pero sin salirse del círculo.
Para
entender la clave de la escena hay que recordar que Antíoco había pasado 14
años de su juventud en Roma. Sabía del poder de Roma. Y el emisario
Popilio sabía que Antíoco sabía. Eso le permitió ser, no ya osado, sino incluso
impertinente. El órdago a pares le salió bien al Popilio. Antíoco se quedó
pensando unos minutos y decidió, con buen criterio, que más le valía
conformarse con la herencia de su padre. Egipto no compensaba un enfrentamiento
con Roma. Así que tendió la mano al Popilio de los oeufs, aceptando el mandato
romano.
Hacia
Octubre del 163 Ptolomeo VI Filométor, el Faraón original, fue expulsado de
Alejandría por su hermano, que manipuló a los principales de la ciudad en
contra de su hermano. Éste se fue a Roma, con su mujer, Cleopatra. Y pidió al
Senado justicia. Los senadores romanos no podían desear otra cosa mejor, que
todo un monarca sometiera a su arbitrio sus trifulcas domésticas. Decidieron
hacer dos partes con Egipto: La mayor para el hermano mayor, y la otra, para el
segundo, el Fiscón. Éste gobernaría la Cirenaica, mientras que Ptolomeo
VI Filométor reinaría en Egipto y en Chipre.
Ahora le
tocaba el turno a Ptolomeo Fiscón acudir a Roma para pedir más pedazo de la
tarta, por ejemplo, la isla de Chipre. La razón es que Chipre tenía abundantes
bosques, de los que el continente carecía, y la madera era vital en la época,
para hacer naves de guerra y comerciales. Tuvo que repetir el viaje en otra
ocasión, pero finalmente el Senado decidió que estaría bien que Chipre la
gobernara el segundón. Con ello, como harán más tarde con otro monarca aliado,
Eumenes II de Pérgamo, Roma trataba de ver hasta dónde llegaba su autoridad.
Filométor, diplomático él, dejó pasar el tiempo sin negarse a devolver Chipre a
su hermano, pero sin devolvérsela tampoco.
Ptolomeo
Fiscón se cansó de esperar que su hermano cumpliera lo acordado por Roma y
organizó la invasión de Chipre por su cuenta. Pero su hermano se opuso y lo
derrotó. Corría el año 154. Sin embargo, Ptolomeo Filométor imitó a su ya
difunto tío, Antíoco IV Epífanes, le perdonó la vida a su hermano y lo instauró
de nuevo en la Cirenaica, encareciéndole que no volviera a desmandarse. Pare
asegurarse de ello, le garantizó suministro de cereal egipcio a cambio de su
compostura. Con estas medidas, de todo un estadista, Ptolomeo VI se ganó el
prestigio de sus contemporáneos.
Próximo Capítulo: Capítulo 29 - Período Ptolemaico (332-30 a.C.) Continuación
Próximo Capítulo: Capítulo 29 - Período Ptolemaico (332-30 a.C.) Continuación
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