lunes, 27 de enero de 2020

Capítulo 4 - Dinastías 0, I, II

EL ORIGEN DEL ESTADO FARAÓNICO
Y LA LLAMADA DINASTIA 0.

LA ICONOGRAFÍA DE LA UNIFICACIÓN.
EDAD TINITA Y COMIENZOS DEL REINO ANTIGUO
(DINASTIAS I-III).    

PROTODINASTICO Y LA DINASTÍA 0 
La fase Naqada III, c.3.200-3.000 a.C., constituye la última fase del Período Predinástico de acuerdo con la revisión que hizo Kaiser de las fechas por secuencias obtenidas por Petrie, y se conoce como Período Protodinástico de Egipto.
Y fue durante este período, que Egipto se ve por vez primera unificado en un gran estado territorial, y la consolidación política que sentó las bases del primitivo estado dinástico de las Dinastías I y II tuvo que haber tenido lugar entonces.
Existen evidencias de que en la fase final de este período hubo reyes que precedieron a los de la Dinastía I, en lo que ahora se conoce como Dinastía 0, que fueron enterrados en Abydos, cerca del cementerio real de la Dinastía I.
La Piedra de Palermo nos muestra una lista real de finales de la Dinastía V en cuya parte superior aparecen nombres y figuras sentadas de reyes, en compartimentos, que sugiere que los egipcios creían en la existencia de otros gobernantes que habían precedido a los de la Dinastía I.
Sin embargo, existe un importante debate relacionado con factores tales como la naturaleza exacta del proceso de unificación, la fecha en que tuvo lugar, y la cuestión de los orígenes de la Dinastía 0.
Y volviendo a la mencionada Piedra de Palermo, me ha parecido oportuno tratar de un extracto de la Piedra que registra eventos acaecidos durante seis años de reinado del rey Nynetjer de la Dinastía II, y comienza en su año decimoquinto.
El nombre del monarca aparece escrito en la línea “a”. Los compartimentos de las líneas “b” y “c” están divididos mediante líneas verticales que terminan en una curva y que tienen una pequeña proyección hacia la derecha a media altura. Cada una de estas líneas representa, en realidad, el jeroglífico utilizado para escribir la palabra “año”.
La fila “b” contiene, en las columnas 1 a 6, un resumen en jeroglíficos de los acontecimientos más destacados del año, a saber:
1. Aparición del rey, segunda consecutiva del Apis-Bull.
2. Paseo procesional de Horus (el rey), octava del Recuento.
3. Aparición del rey, tercera del Festival de Seker.
4. Paseo Procesional de Horus, novena del Recuento.
5. Aparición del rey con ofrendas (?) a la diosa Nekhbet, Festival-Djet.
6. Paseo Procesional de Horus, décima del Recuento.

(Cada dos años se realizaba un “Recuento” de la riqueza del país)
La última fila de compartimentos “c” contiene la medida exacta de la altura alcanzada por la inundación de El Nilo tomada desde un punto fijo.
1. 3 codos, 4 manos, 3 dedos (1’92 m)
2. 3 codos, 5 manos, 2 dedos (1’98 m)
3. 2 codos, dos dedos (1’20 m)
4. 2 codos, dos dedos (1’20 m)
5. 3 codos (1’57 m)
6. Ilegible
La diferencia de altura en este espacio de cinco años de 0’78 m afectaría a los productos de la cosecha en los campo más altos.

FORMACIÓN DEL ESTADO Y UNIFICACIÓN
De la fase Naqada II en adelante, en los cementerios del Alto Egipto no en el Bajo Egipto aparecen enterramientos muy diversos. Los enterramientos elitistas de estos cementerios contienen grandes cantidades de elementos funerarios a veces fabricados con materiales exóticos, como oro o lapislázuli. Estos cementerios simbolizan a una sociedad cada vez más jerarquizada; probablemente, incluso representativos de un insipiente proceso de rivalidad y de una apertura de las políticas locales en el Alto Egipto, a la vez que se llevaba a cabo una interacción económica y se desarrollaba un comercio de larga distancia.
El control de la distribución de la materia prima y de la producción de una artesanía de prestigio habría reforzado el poder de los jefes de los centros predinásticos, por lo que constituían verdaderos símbolos de un estatus.
A pesar de la ausencia de evidencias arqueológicas, parece probable que las grandes ciudades predinásticas del Alto Egipto se convirtiesen en verdaderos centros de producción artesanal. Algunos de estos centros se constituyeron en asentamientos amurallados, como es el caso de la Ciudad del Sur, Naqada, ya documentada por Petrie.
La zona núcleo de la cultura Naqada se encontraba en el Alto Egipto, pero durante la fase Naqada II empezaron a aparecer por vez primera en el norte de Egipto yacimientos de la cultura Naqada. Petrie excavó un cementerio de Naqada II en el-Gerza, región de Faiyum, de ahí el término acuñado por él de Gerzeense (Naqada II).
Más adelante, se encuentran yacimientos de la cultura Naqada mucho más al norte, en el yacimiento del Delta de Mibshat Abu Omar. Esta evidencia sugiere el movimiento gradual de pueblos del Alto Egipto hacia el norte en tiempos de Naqada II.
Puesto que la mayoría de los yacimientos del Alto Egipto estaban ubicados cerca del Desierto Oriental de donde provenían el oro y los diversos tipos de piedra usados para fabricar cuentas, además de recipientes tallados y productos artesanales en general, su riqueza en recursos naturales era superior a la de los yacimientos del Bajo Egipto; de ahí que el antiguo nombre de Naqada fuese Nubt (ciudad del oro), y no es coincidencia que el mayor cementerio predinástico estuviese localizado allí.
Como la agricultura del cereal se practicaba cada vez con más éxito en las llanuras del Alto Egipto, el excedente se acumulaba y podía intercambiarse por productos artesanales cuya producción se fue haciendo cada vez más especializada.
Es muy posible que la mayoría de los primeros sureños que emigrasen hacia el norte la formasen mercaderes y comerciantes, y que con el aumento de la interacción económica les siguiesen los colonos. No existe evidencia arqueológica que confirme este movimiento migratorio de gente - no así de artefactos - hacia el norte, pero si tal hecho tuvo lugar es más que probable que se tratase de una expansión pacífica más que de una invasión militar; al menos en las etapas iniciales.

El factor motivador de la expansión de la cultura Naqada hacia el norte de Egipto pudo haber sido el deseo de conseguir el control directo de tan lucrativo negocio con otras regiones del Mediterráneo Oriental que había venido desarrollándose desde principios del cuarto milenio A.C. Pero fue también el avance tecnológico en la construcción de grandes barcos, llave del control y de la comunicación en El Nilo y del intercambio comercial a gran escala. La madera - el cedro en particular - para la construcción de tales embarcaciones no se daba en Egipto sino que provenía de la zona del Levante Oriental que hoy constituye el Líbano.
El Bajo Egipto no supuso un vacío cultural en el cuarto milenio A.C., pero es muy probable que la expansión de Naqada eventualmente hubiese encontrado alguna resistencia. No obstante, la evidencia arqueológica en el norte sólo demuestra la eventual sustitución de la cultura Maadiense.
En la propia Maadi, la ocupación finalizó a finales de la fase Naqada II, mientras que los testimonios arqueológicos al norte del Delta, como es el caso de Buto, Tell Ibrahim Awad, Tell el-Ruba y Tell el-Farkha, demuestran que existían estratos anteriores que contenían solamente cerámica Maadiense y local, pero sobre éstos aparecían otras capas sólo con cerámica de la cultura Naqada III y formas posteriores de la Dinastía I.
En Tell el-Farkha, la aparición de una capa transicional de arena eólica entre tales estratos, sugiere el abandono del asentamiento por la población local por razones que se desconocen (¿intimidación?), y la posterior reocupación del yacimiento en la Dinastía 0 por gente de la cultura Naqada que para entonces se habría extendido por todo Egipto.
Para finales de Naqada II (c.3200 a.C.), o principios de Naqada III, la cultura autóctona del material del Bajo Egipto había desaparecido y había sido sustituida por artefactos derivados de la cultura Naqada y el Alto Egipto, especialmente alfarería. Esta evidencia arqueológica ha sido a veces interpretada como indicativa de la unificación política de Egipto por esa época, pero la evidencia material no implica necesariamente una organización política unificada, y se podrían sugerir diversos factores socio-económicos que explicasen este cambio.
Dado que la evidencia de los enterramientos de élite en tres grandes centros predinásticos del Alto Egipto Naqada, Abydos y Hierakonpolis  nos hace pensar en centros separados (incluso en clara competencia), o en políticas independientes durante la fase Naqada II, es probable que la primera unificación de las políticas del Alto Egipto tuviese lugar en los comienzos de Naqada III; ya fuese como resultado de una serie de alianzas, o de la guerra  o quizás de una combinación de ambas seguida de la unificación política del norte y del sur, y el surgir de la Dinastía 0 hacia finales de Naqada III.
Los enterramientos de Naqada III en el cementerio más grande de Naqada y en el Cementerio "T" de élite desmerecen en comparación con los anteriores enterramientos de Naqada II en este lugar. Más de 6 km al sur, Jacques de Morgan excavó hacia finales del siglo diecinueve dos tumbas de hornacina hechas de adobe, y un cementerio con sepulturas de principios del Período Dinástico. La ubicación de este cementerio y la brusca aparición de un nuevo estilo de "enterramiento real" a finales de Naqada III, unido a los enterramientos más empobrecidos anteriores de cementerios mucho más al norte, hacen pensar en una forma de ruptura con la sociedad política centralizada en la Ciudad del Sur (situada a sólo 150m al nordeste del gran cementerio predinástico), probablemente coincidiendo con la absorción por la de Naqada en una sociedad más amplia.

Como contraste, en el área de Umm el-Qa’ab, de Abydos, las sepulturas de cierta zona (cementerios "U" y "B", y el “cementerio real") habrían evolucionado a partir de enterramientos sin caracteres diferenciados de comienzos de Naqada, hacia el cementerio de élite del tardío Naqada II y, finalmente, hacia el lugar de enterramiento de los reyes de la Dinastía 0 y la Dinastía I.
Una de las tumbas de Naqada III, la U-j, datada hacia 3.150 a.C., consistía en doce habitáculos que cubrían una superficie total de 66’4 m². Aunque saqueada, conservaba aún muchos objetos de hueso y marfil, gran cantidad de cerámica egipcia y unas 400 jarras importadas de Palestina.
Digna de esencial mención están las 150 pequeñas etiquetas encontradas en esta tumba que han sido relacionadas con los que parecen ser los jeroglíficos más antiguos hasta ahora conocidos. Según su descubridor, el egiptólogo alemán Günter Dreyer, del Instituto Alemán de Arqueología (DAI), los restos de una capilla de madera encontrados en la cámara mortuoria y un modelo de cetro de marfil, demuestran que ésta fue la tumba de un soberano, posiblemente del Rey Escorpión, cuyas propiedades habrían sido reseñadas en un cierto número de etiquetas. Este rey posiblemente reinó en el siglo trigésimo tercero a.C.
Las excavaciones realizadas en la “Localidad 6” de Hierakonpolis, a 2’5 km del Gran Wadi, han puesto al descubierto varias tumbas de considerable tamaño, de hasta 22’75 m² de superficie de suelo, que contenían cerámica de Naqada III. La Tumba II, aunque saqueada, aún contenía cuentas de cornalina, granate, turquesa, fayenza, oro y plata, trozos de objetos de lapislázuli y marfil, obsidiana y láminas de cristal, así como una cama de madera con patas de toro talladas. La suntuosidad de estos enterramientos sugiere que en Hierakonpolis se enterraban a personas de élite, de medios económicos substanciosos pero que, aun así, todavía no gozaban del mismo estatus que los gobernantes de Abydos.
Mientras que Naqada era insignificante políticamente hablando, Abydos era el centro de culto más importante del rey muerto, y Hierakonpolis seguía siendo un importante centro de culto asociado con el dios Horus, símbolo del rey vivo.
Es posible que en una posterior lucha predinástica por el poder en el Alto Egipto, aquella sociedad políticamente organizada de Naqada de la que ya hemos hablado, perdiese la batalla, mientras que los gobernantes cuyo poder originalmente radicaba en Abydos proseguían con el control de la totalidad del país, quizás en alianza con otros grupos de élite menos poderosos de Hieraconpolis (como podría ser el caso de los llamados “Seguidores de Horus”) que gozaban de una envidiable posición estratégica debida a la valiosa materia prima procedente del sur.
La unificación final del Alto y el Bajo Egipto puede haberse conseguido mediante una o más conquistas militares en el norte de las que hay escasa constancia que no sean meras escenas de contenido militar simbólico, talladas en un número de paletas ceremoniales, que han sido estilísticamente datadas hacia finales del Predinástico (Naqada III/Dinastía 0), tales como la fragmentada Paleta de Tjehenu, en Libia, la de Battlefield y la de Bull.
La interpretación de dichas escenas es de alguna forma problemática, ya que se desconoce la procedencia de estos objetos, y las dañadas escenas simbolizan conflictos que no especifican ningún acontecimiento histórico real.
Afortunadamente, estos importantes objetos con escenas talladas relativas al período han sido el producto de excavaciones en Hierakonpolis. Se trata de la Maza del Rey Escorpión, la Paleta del Rey Narmer y la Maza de este mismo rey. Los tres son objetos ceremoniales encontrados dentro o cerca de la zona descrita por J.E.Quibell y F.W. Green como el “Depósito Principal” cuando excavaban el templo de Horus en Hierakonpolis. Posiblemente se trataban de donaciones reales al templo, lo que sugiere que Hierakonpolis era aún un importante centro en la fase Naqada III.
Aunque pensar en la unificación del Alto y el Bajo Egipto sea una interpretación excesivamente específica de las escenas de la Paleta de Narmer, estas escenas muestran enemigos muertos y pueblos vencidos, y/o asentamientos. Por otra parte, las escenas y lo signos de la Maza de Narmer representan cautivos de guerra y botines, y en la Maza de Escorpión también se encuentran representados pueblos conquistados. Tales escenas sugieren que, en un momento dado, la guerra jugó un importante papel en la forja del primer estado en Egipto.
Aunque no se tenga evidencia alguna de capas de destrucción de la época de Naqada III en los lugares de asentamiento del Delta, la guerra podría muy bien haber implementado la consolidación de este temprano estado y su expansión hasta la Baja Nubia y sur de Palestina que tuvo lugar a principios de la Dinastía I.
De Petrie en adelante se solía pensar, a pesar de la evidencia de culturas predinásticas, que la civilización egipcia de la Dinastía I apareció de forma brusca, por lo que habría sido introducida por una “raza” invasora extranjera. Sin embargo, fue a partir de los años 70 que las excavaciones de Abydos y Hierakonpolis demostraron de forma clara las raíces autóctonas del Alto Egipto de la primitiva civilización en Egipto. Si bien hay evidencias de “contactos” foráneos durante el cuarto milenio A.C., éstos no tuvieron la forma de una invasión militar.
La cerámica procedente de estratos excavados en yacimientos al norte de Egipto y el sur de Palestina, hace ahora posible coordinar los períodos culturales específicos en dos regiones y demostrar un contacto continuado al ser reemplazada la cultura Maadiense en el norte por la cultura Naqada del sur.
Mientras que la fase de la cultura Naqada IIb corresponde a la fase Ia de la Edad del Bronce Antigua (EBA) en Palestina, Naqada IIc/d y Naqada III/Dinastía 0, evidentemente, eran coetáneas de la cultura EBA Ib.
Los contactos entre el norte de Egipto y Palestina en esta época fueron terrestres, como demuestran las evidencias en el norte del Sinaí. La North Sinai Expedition, de la Universidad de Ben Gurión, ha localizado, entre Qantar y Raphia, unos 250 asentamientos primitivos con un 80% de cerámica egipcia que data de Naqada II y III, y de la Dinastía 0. El patrón de asentamiento consiste en unos cuantos yacimientos de grandes núcleos, entremezclados con campamentos estacionales y apeaderos.
Egiptólogos israelíes sugieren que esta evidencia es representativa de una red comercial creada y controlada por los egipcios ya desde EBA Ia, y que dicha red constituyó un factor importante en el desarrollo de los asentamientos urbanos encontrados más adelante en Palestina en la EBA II.
El estudio tecnológico llevado a cabo por la geóloga Naomi Porat de la cerámica procedente de yacimientos de la EBA al sur de Palestina, demuestra, de forma contundente, que en los estratos de la EBA Ib, una gran parte de los recipientes de cerámica utilizados para la preparación de alimentos habrían sido fabricados por ceramistas egipcios utilizando tecnología egipcia pero con barro local palestino. En estos estratos de la EBA Ib también se han encontrado numerosas jarras para conserva de alimentos fabricadas con limo de El Nilo y marga (roca sedimentaria compuesta principalmente de caliza) que habrían sido importados de Egipto.
Los egipcios no sólo establecieron campamentos y apeaderos en el norte del Sinaí, sino que la cerámica evidencia que crearon y mantuvieron una red de asentamientos altamente organizada en el sur de Palestina donde vivía en residencia una apreciable población egipcia.

La importancia del Delta para los contactos de Egipto con el suroeste de Asia también se desprende de la enigmática evidencia encontrada en Buto. En los estratos de la cultura predinástica del Bajo Egipto, en dicho yacimiento, a finales de los años 80, el Profesor alemán Thomas von der Way, encontró dos inesperados tipos de cerámica: Unos “clavos” de arcilla, y los conocidos como Grubenkopfnagel (especie de cono ahusado con un extremo cóncavo bruñido) que se asemejan a los elementos utilizados en la cultura mesopotámica de Uruk para decorar la fachada de los templos.
El Profesor Von der Way sugiere que los contactos con la red cultural de Uruk pudo haber tenido lugar vía el norte de Siria ya que el estrato más antiguo encontrado en Buto se vio que contenía fragmentos de cerámica decorados con rayas blanquecinas características de la cerámica Amuq “F” siria.
Los clavos de arcilla y los Grubenkopfnagel no están asociados a ninguna arquitectura de adobe en los niveles predinásticos, como podría esperarse si la interpretación de Von der Way fuese correcta, pero la excavaciones que se están realizando actualmente en Buto aún pueden reportarnos más datos sobre las conexiones entre el Delta y el suroeste asiático durante el cuarto milenio a.C.
En unas cuantas sepulturas de élite de las fases Naqada II y III, se han encontrado sellos cilíndricos, tanto importados como hechos en Egipto, objetos típicos inventados en Mesopotamia sin ningún género de dudas.
Cuentas y pequeños objetos de lapislázuli que sólo pueden proceder de Afganistán, se han encontrado primero en tumbas predinásticas del Alto Egipto.
Motivos mesopotámicos también aparecen en el Alto Egipto y Baja Nubia; incluyendo el conocido motivo de los héroes dompteur (victoriosa figura humana entre dos leones o bestias) pintado en la pared de la Tumba 100, en Hierakonpolis, que data de Naqada II.
Otros motivos típicamente mesopotámicos, tales como la fachada de hornacina de los palacios y las embarcaciones de proa alta, también aparecen en artefactos de Naqada II y III, y en el arte rupestre. Los estilos de estos motivos son más característicos del arte glíptico (arte de grabar en piedra) de Susa en el suroeste de Irán que de la cultura de Uruk, y el hecho de que tales artefactos no se hayan encontrado en el Bajo Egipto plantea la posibilidad de alguna ruta de contacto más al sur entre Susa y el Alto Egipto, cuya naturaleza actualmente se desconoce.
En la Baja Nubia, existen numerosos enterramientos de la cultura A-Group (más o menos contemporánea con la cultura Naqada) que contienen muchos objetos artesanales de la cultura Naqada. La cerámica de A-Group es muy distinta de la de Naqada, y los productos egipcios se obtenían probablemente del comercio y del intercambio.
Bruce Williams ha sugerido que el Cementerio “L” de élite de A-Group de Qustul, en la Baja Nubia, representa a los gobernantes nubios que conquistaron y unificaron Egipto fundando el primer estado faraónico; pero son muchos los eruditos que discrepan con esta hipótesis.
El modelo que quizás pueda mejor explicar la evidencia arqueológica es el de un contacto acelerado entre las culturas del Alto Egipto y Baja Nubia a finales del Período Predinástico.
La materia prima de lujo, como el marfil, el ébano, el incienso, y la piel de animales exóticos, tan extremadamente deseada y cotizada en Egipto en los tiempos dinásticos, en su mayoría procedía de más al sur de África, atravesando Nubia.
Muchos jefes de A-Group se tuvieron que beneficiar económicamente con el comercio de materia prima, como es evidente en los ricos enterramientos excavados en Qustul y Sayala, si bien el tipo de complejidad político-social testimoniada en el Alto Egipto en esas fechas es improbable que hubiese tenido lugar en Nubia.
Las llanuras sujetas a inundaciones de El Nilo son más estrechas en la Baja Nubia que en el Alto Egipto, y aquella no gozaba del potencial agrícola necesario para soportar grandes concentraciones de población y especialistas de plena dedicación, como artesanos y administradores gubernamentales.
El hecho de que la cultura del material que se practicaba dentro de la cultura Naqada se encontrase más adelante en el norte de Egipto sin ningún elemento nubio, también parece argumentar en contra de la teoría de la existencia de orígenes nubios en el estado unificado egipcio.
Un aspecto decisivo de la evolución social es la formación de un modelo de población diferenciado. Además de regiones agrícolas con asentamientos en aldeas, se formaron poblaciones centrales, las incipientes ciudades. Uno de los primeros lugares que nos permite ilustrar esta evolución es Hieracómpolis, una ciudad situada al sur de Luxor en la orilla occidental del río, que es consideraba como uno de los lugares de origen de la monarquía en el Período Faraónico; esta ciudad ya existía como asentamiento desde el Período de Nagada I. En el período comprendido entre Nagada II y el Período Protodinástico se va produciendo una concentración progresiva de la población, asentada en una zona más elevada de sedimentos en forma de abanico delante de la desembocadura del wadi en la tierra fértil. Allí se encuentra desde el Período Protodinástico el recinto del templo y una fortaleza. En los alrededores se encuentran huellas de actividades artesanales especializadas: hornos para la cocción de cerámica, talleres donde se pulía el sílex y se perforaban cuentas para collares o talleres donde se trabajaban objetos de piedra. También se encontraron instalaciones donde secaban el grano. 
Toda esta actividad artesanal y agrícola constituyó un motivo de desarrollo y un intercambio de productos con otras regiones, dando motivo a que la ciudad fuese el eje central como forma de asentamiento y de vida. Si bien en este período la ciudad –estado no había evolucionado lo suficiente, las ciudades desempeñaron un papel decisivo en su camino hacia la formación del Estado. 
Aquí cristalizó la formación de una élite social y se estableció el poder institucional. 
El despliegue de medios en el mundo funerario adquiere un incremento cada vez más acelerado. Sus tumbas adquieren mayor tamaño, sus paredes se refuerzan con muros o planchas de madera, la superficie se hace rectangular, el número de cámaras para almacenar ofrendas y ricos ajuares funerarios se incrementa y las diferencias sociales cada vez son mayores. El hallazgo de una tumba en Hieracómpolis, conocida como “la tumba pintada de Hieracómpolis” perteneciente al período Nagada II, alrededor del 3.300 a.C., muestra no solamente la evolución de la tumba, sino que aparecen representados barcos y escenas de caza, en una de las representaciones aparece un héroe enfrentándose a dos leones con una maza; en otra escena aparece el mismo héroe venciendo a dos leones y, finalmente, otra escena de hombres peleando y la imagen del vencedor a punto de romper con la maza la cabeza de sus tres enemigos. Esta imagen de la “muerte del enemigo” es el gran emblema del poder del rey egipcio que se repetirá por todos los reyes a lo largo de toda la cultura faraónica. 
El hallazgo de la tumba U de Abydos, perteneciente a un hombre que vivió hacia el 3.200 a.C., descubrió no solo un rico ajuar funerario entre el que se encontraron unas 190 tablillas en forma de pequeños rectángulos de madera o marfil grabados con signos de dibujos jeroglíficos, que ofrecen una gran variedad de información. 
Las más sencillas contienen números: un palo vertical significa uno, una figura en forma de herradura invertida significa una decena y una espiral representa el 100. Cada placa tiene un agujero para poder atarla al objeto al que correspondiera. Estos signos numéricos representan la forma reconocible de escritura más antigua de Egipto. En total hay unos cincuenta signos, entre los que se incluyen, tanto los que solo tienen un valor fonético, como los que tienen un valor fonográfico.
Hacia el 3.100 a.C. los signos que aparecen en las vasijas de las tumbas de Abydos son los nombres de los primeros monarcas del país. Presentan la forma de una casilla rectangular llamada serekh; una de sus mitades está cubierta por una serie de trazos verticales, la otra contiene el dibujo de un signo, y todo el conjunto está coronado por un halcón en lo alto de la casilla. El halcón representa al monarca, la casilla la residencia real y el signo del interior es la forma utilizada para escribir en dibujos el nombre del monarca. 
Cerca de Hieracómpolis se han encontrado las instalaciones de un palacio con su recinto ritual. Los excavadores han logrado reconstruir un gran patio ovalado rodeado por edificios representativos construidos con postes y esteras. Esta distribución refleja los antecedentes de lo que serán los recintos ceremoniales reales del Período Predinástico, especialmente el complejo funerario del rey Dyeser en Saqqara. 
El intento de reconstrucción del Predinástico es uno de los temas más actuales de la Egiptología. En el período de Nagada II aparecen las raíces de la monarquía egipcia y también los comienzos del desarrollo del estado. 
La documentación arqueológica y los textos encontrados permiten pensar en la existencia de agrupaciones territoriales de fuerte autoridad jerarquizada, a las que denominamos nomos, que poco a poco fueron desembocando en entidades superiores. B.J. Kemp ha planteado la existencia de varios protoestados a lo largo del Valle, y fue precisamente en el Alto Egipto, donde algunas de estas “unidades protoestatales” iniciaron la fase de conquista de los territorios colindantes, debido a lo cual, entraron en una fase de conflicto que aceleró la fase de formación de un reino más fuerte. 
En el momento de la unificación de las Dos Tierras, en el Alto Egipto existían veintidós nomos, y veinte en el Bajo Egipto, pero se ignora el número que había antes de que Menes unificara el país. Menes permitió que los nomos continuaran siendo unidades separadas, pero puso a cargo de cada uno de ellos a un gobernador que era el responsable de sus asuntos sociales y religiosos. Al principio, estos gobernadores o nomarcas, únicamente ostentaban la representación por un tiempo limitado, pero poco a poco, éste pasó a ser derecho hereditario de ciertas familias, desarrollándose así una clase dirigente provincial que gradualmente amenazó a la autoridad real hasta que, al final de la Dinastía VI, jugó un papel muy importante en la caída de la monarquía. 
Sabemos poco sobre la constitución política de los nomos o de sus relaciones con la capital, pero parece evidente que se les permitía tener un alto grado de independencia religiosa. Cada nomo tenía su propia divinidad o divinidades locales, generalmente representadas bajo el aspecto animal o con forma humana y cabeza de animal. Dentro de un mismo nomo podía adorarse a varias divinidades, así, en el nomo de Menfis, además del dios principal Ptah estaban: Sekhmet, representada como una leona; Nefertem, un dios antropomórfico con tocado de flores y Sokar , un dios con cabeza de halcón que habitaba en el desierto occidental de Menfis. Pasado un tiempo, Ptah, Sekhmet y Nefertem formaron una triada por considerar que formaban una familia al igual que Isis, Osiris y Horus. 
Al permitir una independencia religiosa a los distintos nomos, no puede acusarse a los primeros reyes de que la dirección de sus asuntos estuviera dictada por razones de conveniencia política; en una época en la que el politeísmo era la filosofía universalmente aceptada, no les parecía oportuno una alteración del orden religioso establecido. Salvo unas cuantas deidades que se convirtieron en nacionales y adoradas en todo el reino, el resto siguió teniendo una autoridad en sus límites geográficos. Esta permisividad fue quizás el factor más importante del éxito obtenido por los primeros reyes que gobernaron el país unificado. 
Como resultado de estas luchas en el Alto Egipto surgió el estado de Nekhen, que inició un proceso de conquista de los territorios más al norte del Valle. Una vez estabilizado el Sur, los reyes de este nuevo estado adoptaron los emblemas de los protoestados conquistados. Las coronas de la realeza egipcia, tanto la Roja (del Norte) como la Blanca (del Sur) procedían de los territorios de Thinis, Nube (Nagada) o Nekhen (Hieracómpolis). 
Tanto Horus como Seth eran dioses originarios del Alto Egipto y solo con posterioridad se trasladó Horus al Bajo Egipto, al lugar que convenía cuando se manipuló la leyenda de Osiris. Pero antes de la difusión del mito osiríaco existía un “Horus el Antiguo” en el Alto Egipto con el cual se identificó al nuevo Horus, hijo de Isis y Osiris. 
En honor al dios halcón, pájaro majestuoso en su vuelo y por ello digno de ser divinizado, los reyes se identificaron con el dios, y las estela, carteles o letreros en donde se empezó a escribir su nombre representaban la fachada de un palacio encerrado en un rectángulo sobre el que se inscribía el “nombre de Horus” del rey, coronado por la figura del halcón. Este diseño se denominaba serekh y encerrados en él se representaron los nombres de los reyes más antiguos. 
Este periodo corresponde con el denominado de la “unificación”, o de la “Dinastía 0”, que nos recuerdan “Manetón”, el “Canon de Turín” y la “Piedra de Palermo”. Sus gobernantes eran jefes de territorios diferentes y es imposible saber cuánto tiempo gobernaron y en qué lugares exactamente lo hicieron; posiblemente sus nombres están perdidos. Es posible que el territorio de Nekhen fuera el primero en tener un gobierno fuerte, no en vano el santuario de Horus gozaba de enorme prestigio, o tal vez fuera el de Nagada, pero ambos quedaron comprendidos, seguidamente, en el reino de Thinis más al norte. Y fueron los reyes de Thinis los que se hicieron sepultar en una de las necrópolis de Abydos. Su expansión territorial les llevó a conquistar los territorios arriba y abajo del Valle, y los nombres de algunos de ellos encerrados en el serekh han aparecido en diversos lugares de Egipto grabados o pintados sobre vasijas. Tras el estudio de estas vasijas se ha establecido una pauta cronológica de estos reyes de la dinastía 0. 

REYES DE LA DINASTIA 0
Es probable que estos monarcas sólo sean una parte muy pequeña de los que pudieron considerarse como tales. Las opiniones de los especialistas dan a esta dinastía cero una duración en el tiempo entre cien y cincuenta años, para terminar aproximadamente en los albores del 3100 a.C. fecha posible de la unificación definitiva por el legendario Narmer (o Nemes), pero que debe ser orientativa.
Aunque es muy probable que la unificación fuera por enfrentamientos bélicos, no se debe descartar que hubiese alianzas de diversas índoles que produjeron uniones coyunturales que pasaron a ser definitivas.
El proceso de unificación aparece, desde la óptica de los documentos arqueológicos, como una larga transformación política, económica y social, en la que todo parece indicar que los actores más importantes fueron los dos últimos reyes de la dinastía 0.

Ny-Hor Hor o Nu 3130 a. C.

En algunas inscripciones de su serekh no tiene halcón, a diferencia de serejs antes que él. Su nombre de Horus era una interpretación que sigue siendo muy controvertida. El rey también se conoce con el nombre de Hor (Horus), es decir, "Halcon". De serejs con este nombre se encuentran en vasijas de barro en Tura, Nagada (Ombos) y Tarkhan. Algunos estudiosos sugieren que esta es una forma de inscripción del nombre de Narmer.

Hat-Hor Hor o Hatj  (Primer Horus)

Su serekh no tiene halcón, su existencia y su nombre, y la interpretación es incierta, es altamente controvertida. Hat-Hor se conoce como un artefacto encontrado en Tura.



Iry-Hor Hor-Ra o-Ro 3100 a. C. 

Los egiptólogos, incluyendo a John Gardner Wilkinson no lo reconocen como rey en ausencia de serekh delante de su nombre. Asimismo, considera que su lectura es controversia, Hr rA (rA Hr) o iri Hr (Hr iri) "La pertenencia a Horus". La lectura se interpreta utilizando la palabra para Dios Horus (Hor) que se sienta en otra señal (Iry). El egiptólogo Flinders Petrie William Matthews interpreta la señal como "Ro. Ningún otro gobernante antes que él usó el nombre de Horus como parte de su nombre.
Su lugar en la cronología de la dinastía es muy incierto, se da después de que el rey Horus Ka por Petrie, a pesar del hecho de que él tenía su nombre en un serekh. Él era el rey, podía gobernar desde Hieracómpolis y Abydos y podría reinar sobre Egipto. Es de acuerdo con algunos egiptólogos el más antiguo rey enterrado en el cementerio B (Tumba B1-B2) de Umm el-Qaab en Abydos, periodo final Naqada III.
Toby Alexander Howard Wilkinson rechaza la tumba atribuida, él dice que es un pozo de almacenamiento y no una tumba real. 
Se trata de una tumba doble tan grande como la de Horus Ka o Narmer, situada en un orden secuencial entre el cementerio viejo "U". 
Sólo la subestructura permanece con ladrillos secos y es posible que no existiera ninguna superestructura. El sitio fue excavado en 1902 por William Matthews Flinders Petrie en 1980 y una copia del Instituto Arqueológico Alemán de El Cairo (DAIK) practicó una nueva excavación con métodos más modernos. La excavación reveló nuevas ruinas, incluyendo los sellos y la cerámica con el nombre de Iry-Hor. 
El frasco grande con halcón esculpido  fue excavado en 1902 de la cámara de 1 B, el supuesto lugar donde el cuerpo del Rey. Luego, en la década de 1980, los fragmentos de la jarra y la impresión del sello el nombre de Narmer y Horus Ka (JEA 1993) fueron encontrados. El. La única grabación de otro Iry-Hor fuera de Abydos se encuentra en el Bajo Egipto.


Horus Horus Ka

Según Toby Alexander Howard Wilkinson (Early Dynastic Egipto), Horus Ka reina en Hieracómpolis y Horus Cocodrilo reinó al mismo tiempo en NagadaIII-B2 más al norte. Este rey se considera que ha sido muy probablemente el antecesor inmediato de Narmer. 
Esta conclusión se basa en el análisis de la cerámica y otros artefactos encontrados en su tumba, así como el edificio de estilo de este último y su posición en el cementerio. Una minoría de estudiosos contradicen su identidad.
Horus Ka está enterrado en la tumba doble B7-B9, Cementerio B, de Umm el-Qaab en Abydos. Sus características son muy similares a la tumba de uno de sus predecesores, Iry-Hor, tanto en diseño como en su forma, con dos habitaciones contiguas. Ambas Cámaras, que se supone que han sido enterrados en el Sur (B7) y el otro (B9) han servido para ofrendas y suministros. Cuando fue excavada en 1902, con el nombre del rey, por lo que la identificación es muy clara, lo que está lejos de ser el caso para todos los reyes de esta dinastía. Los objetos con su nombre también se encontraron en el norte de Delta, el Bajo Egipto, Menfis y Tarkhan, en la cuenca de Fayoum. 
Entre los hallazgos de la tumba fue desenterrada cerámica mucha con su nombre, el cartel de "brazos en alto", una muestra que se utilizará más adelante para decir "alma" y se pronuncia "ka". Está escrito en un serekh considera una representación de la fachada del palacio real. Fue el primer rey de tomar la muestra y el halcón en su parte superior, con el signo del anillo que simbolizaba el Alto Egipto (derecha ilustración imagen). 
Según muchos expertos, sería el padre de Narmer, cuya tumba fue construida en un estilo similar y tamaño y se colocó a 30 metros de la suya. 

Horus Escorpión 

El mejor documento de que disponemos para conocer a este rey es la cabeza de maza periforme, posiblemente formaba parte de un depósito de objetos votivos del Protodinástico, procedente de las excavaciones de Hieracómpolis. Está tallada en piedra caliza y presenta tres registros en la parte conservada. En el registro superior están representados los emblemas de los nomos del sur y de ellos cuelgan, un avefrías rejita (gente del pueblo), las cuales están muertas, posiblemente simbolice a las poblaciones vencidas del Delta. 
En el siguiente registro el rey Escorpión, con ropas rituales y una cola de toro colgando de la parte posterior del cinto, lleva la corona blanca; es solo rey del Alto Egipto. Tiene un instrumento agrícola en la mano, también de manera simbólica parece querer abrir un canal o marcar un surco para la edificación de un templo o una ciudad, mientras unos personajes que le acompañan parecen celebrarlo. En otro de los registros se representa una escena de trabajo agrícola en uno de los brazos del Nilo o quizás un canal. El hecho de que el rey solo lleve la corona del Alto Egipto indica que posiblemente se represente una victoria sobre las gentes del Norte, pero no una asimilación de territorio.
La unificación fue muy importante para los egipcios, aunque siempre estará presente la dualidad Alto Egipto y Bajo Egipto, este hecho se conmemora permanentemente en épocas posteriores.


Imag.: Símbolo Sema-Tawy (recipiente de alabastro de Tut-ankh-Amón)
Este es un poderoso símbolo de unión de los Dos Países. Las plantas heráldicas, el loto del Alto Kemet (izquierda), y el papiro del Bajo Kemet (derecha) se anudan fuertemente para mantener la unión de ambas regiones.
En ocasiones las plantas se atan al jeroglífico "sema" que representa dos pulmones unidos por una tráquea. De ahí su nombre "sema" la respiración, "tawy" de las Dos Tierras.
El río era el conector natural de Kemet, por eso se puede encontrar a dos genios Hapi (netjeri del río) atando el Sema-Tawy, para representar que el río es la unión de las Dos Tierras.
Hallado en 1922 por  Carter en la tumba de Tutankhamon.


El SEMA TAUY tiene su expresión en las representaciones de dos dioses, generalmente Horus y Seth, o las representaciones del Alto Nilo y Bajo Nilo. Los dioses aparecen atando o enlazando las plantas heráldicas del doble-país, el loto del Alto Egipto y el papiro del Bajo Egipto, como en la imagen en que se puede ver una representación del Sema Tauy en uno de los laterales de uno de los Colosos de Memnón.

La unificación política de Egipto parece que se logró de forma progresiva, aunque algunos autores piensan que fue un acontecimiento puntual, un acontecimiento dramático que estaría representado en la Paleta de Narmer, en forma de enfrentamiento bélico. Aunque esta interpretación podría ser correcta, parece que la unificación fue un proceso largo, durará unos 200 años, y no debió estar exento de conflictos bélicos, algunos de ellos entre jefes rivales por territorios, como se desprende de la decoración de la Paleta de Narmer, así como de otras paletas de carácter votivo o ceremonial, y otros objetos decorados con bajorrelieves.
Algunas de las batallas narradas en las paletas podrían aludir a enfrentamientos con tribus procedentes del desierto, situadas fuera de Egipto. La existencia de este tipo de conflictos se recoge en la Paleta de las Ciudades o Paleta Líbia, que se encuentra en el Museo de El Cairo.
En este documento fragmentado se documenta la existencia de centros urbanos fortificados, estos parecen sitiados por fuerzas de combate representadas por animales, que podrían ser distintas manifestaciones del mismo rey atacando ciudades o pueblos, o bien representar a una misma ciudad que podría tener distintas denominaciones. Las murallas de estas poblaciones serían de adobe, el material de construcción a gran escala, y están representadas de forma semejante en la Paleta del Toro del Museo de Louvre. 
En el recto de la Paleta Líbia la decoración está diseñada en registros horizontales. En esta paleta tenemos la primera referencia al territorio ocupado por los líbios, en la zona occidental.
En la parte inferior derecha hay unos signos que podrían evocar a la zona árida occidental representada por un bastón curvo, arma que se asociaba a los extranjeros. Estos símbolos aparecen junto a la representación de árboles, que se han interpretado como olivos silvestres típicos de las zonas áridas.
En otros registros se representan animales ordenados, orientados hacia la derecha, con la excepción de uno en el 2º registro que se vuelve hacia la izquierda rompiendo la monotonía del diseño. Se representan en tres registros bóvidos, cérvidos y asnos.
La decoración de animales y plantas podría aludir a producciones propias de las tierras de occidente que como botín de guerra pudieron ser llevadas a Egipto en esa época. Es posible que los enfrentamientos con los libios fueran frecuentes, lo que provocaría que el nómada occidental asumiera el “papel de enemigo” de Egipto por antonomasia, y que su imagen masacrada por el faraón quedara fijada como uno de los motivos comunes de la iconografía egipcia, esta imagen se utilizaría con posterioridad a pesar de que se representaran enfrentamientos con pueblos distintos al libio.

De estos momentos de la unificación de Egipto procede también el Puñal de Gebel el Arak que se conserva en el Museo del Louvre, París. Es un cuchillo de hoja de sílex y mango de marfil con bajorrelieves que representan enfrentamientos, se narra en varios registros la rivalidad entre dos grupos, distinguiéndose un grupo con cabezas rapadas y el otro con coleta lateral. En la parte inferior se representan barcos de forma de media luna en un grupo y de forma de “u” en el otro, esto significaría un enfrentamiento entre distintos pueblos. En este caso no hay figuras destacadas por su tamaño, no se hace uso de la “perspectiva jerárquica”, recurso para destacar a los personajes importantes, para destacar al líder. 
Estas luchas van a ser característica común en las decoraciones de las paletas de esquisto, como ejemplo tenemos la Paleta del León, que en el centro presenta un motivo circular que sería una reminiscencia de aquella superficie en la que se trituraban los cosméticos, aunque la rica decoración de estas piezas sugiere que su uso sería más suntuario, ceremonial, que funcional.  
La Paleta del León pertenece a la colección del British Museum.
En el lado izquierdo del relieve podemos ver hombre hechos prisioneros, más abajo un hombre atacado por un león, y por debajo de esta imagen unos hombres tirados en el suelo atacados por aves. 
Hay dos animales que en la iconografía egipcia se relacionan con el faraón, el león, que en ocasiones incluso sustituye al monarca representado por la fuerza, y el otro animal es el toro, incluso en la titulatura real aparece la fórmula “Toro Poderoso”.
Las figuras que aparecen como vencidos presentan los mismos rasgos físicos, son negroides con el cabello rizado y labios gruesos, van desnudos, alguno presenta estuche fálico. A pesar de adoptar diferentes posturas, todos están de perfil con el ojo de frente. Los personajes representados en esta paleta ya aparecen con los convencionalismos típicos del arte egipcio.
Estos hombres portan las manos atadas a su espalda, junto a ellos aparecen unos estandartes que suponemos que identificarían a determinadas poblaciones.
Podemos ver también una figura con una indumentaria distinta, porta una túnica, pero no aparece destacado por perspectiva jerárquica.


Otra paleta interesante es la de la Caza del León, cuyos restos están divididos entre el Museo de Louvre y el British Museum.
Está decorada con un disco central, que como hemos dicho sería una reminiscencia de su uso original.
En el grabado aparecen dos leones, con flechas clavadas en sus cabezas. Los hombres aparecen en actitud de caza, y van ataviados con el típico faldellín egipcio.
La obra muestra al rey seguido de sus guerreros mientras que asaeta un león, si bien no se emplea la perspectiva jerárquica para diferenciarle de sus súbditos. En la escena las figuras humanas son jóvenes varones, siete de ellos (los protagonistas principales) con arcos. Los cazadores están divididos en dos secciones y cada una de estas realiza una función distinta en la caza. Los cazadores portan mazas de cabeza de pera, arcos, hachas, lanzas, estandartes y palos arrojadizos. 

Esta paleta simboliza el éxito del Alto Egipto sobre el Bajo Egipto, y en general, el orden universal (La Maat, representada por los egipcios) imponiéndose sobre el desorden (las bestias). El león que tira de su cachorro ensartado en flechas probablemente representa un líder extranjero o el caos. 




Un documento muy interesante es la Paleta del Toro, del Museo del Louvre. Presenta motivos iconográficos que trascendieron a época dinástica y que estarán presentes a lo largo de la historia de Egipto.
Simboliza el triunfo del faraón, representado como toro, sobre un enemigo al que somete entre sus cuernos, iniciándose en ella un motivo iconográfico que trascenderá a la época faraónica al utilizar los monarcas el título de “Toro del Gran Poder” que derrota a los enemigos. El vigoroso modelado resulta particularmente evidente donde la pezuña del toro oprime la carne del hombre postrado entre sus patas delanteras. Este pequeño monumento representa un paso histórico en la guerra entre el Alto y el Bajo Egipto. El león y el toro son manifestaciones diferentes del poder real según lo expresan sus títulos en tiempos históricos. En este caso hace referencia al sur, los estandartes con los emblemas de los dioses de la confederación de los estados del sur tienen brazos y manos humanas con las que tiran de una cuerda que rodea al enemigo.




El “toro poderoso” fue uno de los epítetos de la titulatura real de los faraones.
En el recto la paleta (imagen izquierda) se representa un toro atacando, pisoteando a un hombre que está en el suelo. Se representa también una ciudad amurallada que podría representar un pueblo conquistado.
En el verso, aparece también un toro pisoteando a un hombre, que podemos identificar como el enemigo. En la parte inferior se representa una gran cuerda o cordel que sostiene una serie de estandartes, en cuyos astiles hay una figura sobre un soporte. Los estandartes acompañan al monarca a lo largo de toda la historia de Egipto a partir de la unificación del Alto y Bajo Egipto.

La Maza del Rey Escorpión pertenece a la colección del Ashmolean Museum de Oxford.
El rey Escorpión está presidiendo la apertura de un nuevo canal, empuñando una azada, mientras que un funcionario inclinado sostiene una cesta para la tierra. Portadores de abanicos y otros funcionarios asisten al rey. El recurso que después se utiliza para sugerir el paisaje aparece aquí en el modo en que la banda irregular de agua deja al descubierto pequeñas zonas en las que se representan hombres trabajando, chozas de juncos trenzadas, una palma en un cercado y la proa de una barca. Los portadores de estandartes están colocados en un pequeño subregistro sobre las figuras principales. El rey aparece tocado con la corona del Alto Egipto y su tamaño es notablemente mayor. En el registro superior, ingeniosamente adaptada a la superficie de la maza, hay una serie de estandartes con imágenes de dioses. De los postes cuelgan los cuerpos fallecidos de pájaros con cresta que simbolizan los nomos o al pueblo llano en sentido de rebeldes. Varias plantas de papiro indican que el acontecimiento transcurría en el Bajo Egipto.





Las paletas más antiguas aparecían decoradas con figuras desordenadas, significarían el “caos”. En la Paleta Lírica podemos ver como se avanza en la decoración por registros, una ordenación artificial que obedece a criterios estilísticos. 
En la Paleta Líbica veíamos recintos amurallados, y sobre ellos representados animales como el león, el toro, el escorpión, el halcón,…todos ellos curiosamente portan un instrumento similar al que porta la figura principal de la Maza del Rey Escorpión, podría ser un arado por su forma.

La paleta más famosa es la llamada PALETA de NARMER, encontrada por Quibell en 1898 en el Templo de Horus, en Hieracómpolis, por lo que se piensa que fue una ofrenda de este monarca tras su triunfo sobre el Norte. En la actualidad se encuentra en el Museo de El Cairo. 
La paleta está confeccionada en esquisto verde, según otros investigadores el material es pizarra, tiene unas proporciones de 45 cm. de ancho, 64 cm. de alto y en su parte más gruesa de 6.5 cm.
A la derecha se puede ver el recto de la paleta votiva, en el registro superior se ve el nombre de Narmer dentro de un serej entre dos cabezas de vaca, símbolo del poder real. 



El serej contiene el nombre del monarca, es un rectángulo en el que se representa el palacio o residencia real. Se divide horizontalmente en dos partes, la inferior dividida con líneas que representan la fachada del palacio y donde se representa la “maza blanca” símbolo asociado a la realeza. El rectángulo superior representa el patio del palacio y dentro de él se escribe en jeroglífico el nombre del rey, generalmente representado con ideograma, generalmente una figura de animal, que como vemos en la imagen, en el caso de Narmer su nombre se representa como un calamar. 
En la parte superior del serej se representa un Horus, un halcón, que en el caso de dos reyes de la Dinastía II, se acompaña con la representación de Set. El cartucho como forma de escribir el nombre del faraón no aparecerá hasta la Dinastía III, pero el serej seguirá utilizándose.
Como hemos dicho a ambos lados del serej hay representados dos rostros con forma de vaca y cara de mujer que podrían representar a la diosa Hator.
En el registro inmediatamente inferior podemos observar a Narmer con la barba ceremonial, (una barba postiza recta que simboliza un faraón vivo, pues cuando la barba está trenzada y con su final curvo simboliza el faraón muerto, el faraón-dios, también algunos dioses portan esta barba trenzada) y la cola de toro, golpeando a un enemigo arrodillado con la “maza blanca” mientras lo sujeta por el cabello. El rey está representado en mayor tamaño, se ha usado el recurso de perspectiva jerárquica. Esta imagen del rey de la Dinastía I cargada de importantes símbolos iconográficos, va a utilizarse a lo largo de toda la historia de Egipto hasta los Ptolomeos.
El rey está tocado con la Corona Blanca típica del Alto Egipto. Sobre la cabeza del prisionero, que parece libio, está escrito un nombre en jeroglífico, que bien podría ser su nombre o el de su pueblo. Frente a la cara de Narmer se representa un halcón, símbolo de la ciudad de Hieracómpolis, sobre unas plantas de papiro, símbolo del Bajo Egipto, este Horus tiene un brazo humano que sostiene una cuerda atada a la nariz de la cabeza de un enemigo. Probablemente se está representando una figura híbrida del halcón y el hombre, reflejo de la imagen del rey sometiendo al enemigo.
Detrás del rey se halla un personaje de menor tamaño que lleva las sandalias de Narmer, un cargo típico de la monarquía egipcia que recibe el nombre de “Portador de Sandalias”. El rey se encuentra descalzo y ello quizá sea porque dedica a los dioses ese sacrificio. Por último, en la parte inferior se representan dos enemigos caídos en la tierra, lo que confirmaría el triunfo de Narmer sobre el Bajo Egipto. 
En el tercer registro podemos ver dos figuras que parecen huir, además hay dos indicaciones que se han explicado como un recinto amurallado y un recinto para ganado típico del mundo cananeo. Esta explicación  de Yigael Yadín, sugiere que Narmer pudo realizar durante su reinado incursiones en zonas del Próximo Oriente.
A la izquierda podemos ver el verso de la paleta de Narmer, donde se vuelve a repetir la misma representación del nombre del rey en el serej entre las cabezas de toro. El nombre de Narmer se traduce como calamar. 
Bajo el serej, en el segundo registro, nos encontramos una escena en la que Narmer está tocado con la  Corona Roja del Bajo Egipto, no tiene actitud combativa como en el recto, detrás de él se representa al portador de sandalias y le precede una procesión de portaestandartes que se dirigen hacia un grupo de prisioneros decapitados, cuya cabeza tienen entre sus piernas.
Debajo, en el tercer registro, se localiza la zona funcional de la paleta, representado por la zona circular que forman los cuellos de dos animales fantásticos, aunque parece que nunca se utilizó para triturar cosméticos sino que más bien su carácter era ceremonial o votivo. 
Dos personas sujetan los cuellos enlazados de los dos animales, lo que podría interpretarse como la Unión entre el Alto y el Bajo Egipto o la dominación de la Naturaleza. 
En la escena inferior se ve a un toro pisoteando al enemigo que está en el suelo. El toro es uno de los símbolos de los reyes, y más adelante se usará el epíteto de Toro Victorioso para designar al Faraón.  Otro detalle es el recinto amurallado que el toro estaría destruyendo con sus cuernos.
Resulta sumamente importante esta paleta de Narmer pues es la primera representación de un rey de los “Dos Tierras”, en el recto Narmer se representa como rey del Alto Egipto con la Corona Blanca, en el verso con la Corona Roja del Bajo Egipto.
Todos los elementos iconográficos que aparecen en esta paleta tienen continuidad a lo largo de la Historia de Egipto.
El estado unificado tiene una base ideológica perfectamente definida desde la Dinastía I. La capital de este estado unificado se establece en Memphis, cuidad con el epíteto de “la Balanza del Doble País”, punto de unión entre el Alto y el Bajo Egipto.
A pesar de la unificación, la dualidad permanecerá siempre, el faraón será rey de las Dos Tierras, representadas por la Corona Blanca del Alto Egipto y la Corona Roja del Bajo Egipto, o también el “Rey de las Dos Damas”, la diosa Nejbet del Alto Egipto representada por un buitre, y la diosa Wadjet del Bajo Egipto representada por una serpiente.
Otras titulaturas que también demuestran la dualidad serán “la abeja y la caña”, o “el loto y el papiro”.
El rey de Egipto es la personificación del Estado Faraónico.
Papiros del Bajo Egipto.

Lotos del Alto Egipto.

Las Dos Tierras geográficamente son muy distintas, el delta es húmedo, en el abundan los papiros una importante materia prima, el principal soporte para la escritura en la antigüedad, y sobre todo en Egipto, que además se utilizaba para construir pequeñas embarcaciones. El paisaje del Alto Egipto es diferente, árido, su planta representativa es la flor de loto.
Loto y Papiro representan iconográficamente al Alto y Bajo Egipto respectivamente.
Representación del SEMA TAUY, o sea, unificación de Egipto, en el relieve aparecen  Horus y Set, dioses antagónicos, atando las plantas heráldicas del Alto y Bajo Egipto,  el Loto y el Papiro.

Set es el dios del “caos”, pero siempre está asociado a la realeza, si el faraón mantiene contento a Set esta será su protector. 
Hay otro ejemplo en el que  las diosas Wadjet, la serpiente asociada a la Corona Roja del Bajo Egipto, y Nejbet, el buitre asociado a la Corona Blanca del Alto Egipto, aparecen atando el loto y el papiro, representando el Sema Tauy.

MEMPHIS, se considera la “Balanza del Doble País”, durante el Reino Antiguo será la capital de Egipto, pero aunque en otras etapas la capital cambie su localización, Memphis nunca perderá su importancia.

Dinastía I

EL PRIMITIVO ESTADO DE LA DINASTÍA I

Hacia 3.000 A.C., el primitivo estado dinástico que había surgido en Egipto controlaba ya la mayor parte del Valle de El Nilo desde el Delta hasta la primera catarata en Aswan; una distancia de más de 1.000 kilómetros a lo largo del río.
Mientras que la presencia de la cultura Naqada es más que evidente en el Delta durante los tiempos de Naqada II y Naqada III, la extensión del control político hacia el sur durante la Dinastía I se conoce por los restos de una fortaleza situada en el punto más alto de la costa de la isla de Elefantina, región que había estado ocupada por pueblos del A-Group en tiempos predinásticos.
Con la Dinastía I, el foco de desarrollo se desplazó de sur a norte, el primitivo estado egipcio estaba centralizado, y su control y gobierno estaban en manos de un rey-dios procedente de la región de Menfis.
Lo que resulta único en este primitivo estado es el dominio integral sobre tan extensa región geográfica, en comparación con otros estados contemporáneos en Nubia, Mesopotamia y Siria-Palestina.
Aunque, sin duda, no falta evidencia de contactos foráneos durante el cuarto milenio a.C., el primitivo estado dinástico que emerge en Egipto fue único y autóctono en carácter. Es probable que una lengua común, o dialecto derivado de ella, facilitase la unificación, pero la realidad es que nada se sabe sobre el idioma hablado, y la primitiva escritura abriga una información especializada y de naturaleza muy superficial sobre este momento de desarrollo cultural.
Uno de los resultados de la expansión de la cultura Naqada por todo el norte de Egipto habría sido el de la existencia de una avanzada Administración estatal que para principios de la Dinastía I estaría, en parte, gestionada por la escritura primitiva utilizada en sellos y etiquetas de control adosadas a las mercancías estatales.
Encontramos pruebas arqueológicas del control estatal en los nombres de reyes de la Dinastía I (serekhs) que aparecen estampados en vasijas, sellos, etiquetas  originalmente atadas a los recipientes y otros artefactos, encontrados en la gran mayoría de los yacimientos de Egipto. Tales evidencias también permiten sugerir la existencia, en las primeras dinastías, de un sistema tributario estatal.
En Menfis, los estratos más antiguos hasta ahora excavados datan del Primer Período Intermedio, mientras que los correspondientes a la ciudad dinástica primitiva deben yacer enterrados bajo tanto aluvión.
Más al oeste, el Doctor David Jeffreys, del "Institute of Archaeology", UCL, ha obtenido catas de perforación que han revelado la existencia de restos de alfarería procedentes del Imperio Antiguo y de las primeras dinastías.
Por otra parte, en esta región se han encontrado sepulturas y tumbas de la Dinastía I en adelante, por lo que es probable que la ciudad se fundase por esta época.
Se han descubierto tumbas de altos cargos en las proximidades del norte de Saqqara, mientras que en otros yacimientos de la región de Menfis aparecieron enterramientos de funcionarios de diverso rango. Esta evidencia funeraria sugiere que la región de Menfis constituía el centro administrativo del estado, y también que el primitivo estado egipcio estaba altamente estratificado en su organización social.
En el sur, Abydos continuaba siendo el centro de culto más importante, e incluso se ha llegado a sugerir que en la Dinastía I, los asentamientos predinásticos más pequeños con evidencia arqueológica más efímera, habrían sido reemplazados por una única ciudad construida de adobe en Abydos.
Los reyes de la Dinastía I se enterraban en Abydos, otra indicación del Alto Egipto como origen del incipiente estado.
Desde el mismo comienzo del Período Dinástico, la institución real fue fuerte y poderosa, y así permanecería a lo largo de los principales períodos históricos de Egipto. En ningún otro lugar del antiguo Oriente Próximo hubo en tan tempranas fechas una realeza tan importante y tan centralizada, capaz de ejercer tan amplio control de tan temprano estado.
A lo largo y ancho de Egipto tienen que haberse creado y desarrollado centros administrativos estatales, pero la organización espacial de comunidades no era como la de la contemporánea Mesopotamia del sur, donde ciudades enormes se organizaban alrededor de grandes centros de culto.
Pero, por otra parte, tampoco el Antiguo Egipto fue una “civilización sin ciudades”, como ha llegado a sugerirse. Puede que los pueblos y ciudades egipcios hubiesen estado espacialmente organizados más libremente que los de Mesopotamia; y también sabemos que la residencia real cambiaba de ubicación. Así que, debido a una serie de factores, los pueblos y las ciudades del Antiguo Egipto no se han conservado bien, o se encuentran enterradas bajo el aluvión, o bajo modernos asentamientos que no pueden excavarse.
Sin embargo, algunas pruebas arqueológicas de las primitivas ciudades han perdurado. En Hieraconpolis, una elaborada fachada de hornacina hecha de adobe, dentro de la propia ciudad (Kom el-Ahmar), ha sido interpretada como el pórtico de un “palacio”; posiblemente se trataba de un centro administrativo del temprano estado.
En Buto, en el Delta, una construcción rectangular de adobe datada a principios de la Dinastía I, levantada sobre edificios de adobe más tempranos de Naqada II, Naqada III y Dinastía 0, podrían ser restos de un templo construido dentro de la ciudad.
La mayoría de los antiguos egipcios de principios del Período Dinástico y períodos posteriores, la formaban agricultores que vivían en pequeñas aldeas. La base económica del antiguo estado egipcio era la agricultura del cereal. Durante todo el cuarto milenio A.C., los pueblos dependían cada vez más del cultivo de la espelta o trigo Emmer (Triticum diccocum), y de la cebada, lo que redundaba en un impresionante beneficio para el entorno de las llanuras susceptibles de inundación de El Nilo en Egipto.
Para principios del Período Dinástico, ya se habría puesto en práctica algún tipo sencillo de riego por superficie, extendiendo así la superficie de tierra de cultivo e incrementando la cosecha. Contrariamente a lo que ocurre con prácticamente cualquier otro sistema de riego en el mundo, la salinización nunca fue un problema para Egipto, ya que las anuales crecidas de El Nilo limpiaban la tierra de sales.
Dado que las precipitaciones en esta época eran insignificantes, las inundaciones anuales se encargaban de proporcionar la humedad necesaria en el momento adecuado del año – julio y agosto – de forma que el trigo se podía sembrar en septiembre una vez que las inundaciones hubiesen remitido.
Las distintas especies de trigo traídos a Egipto maduraban durante los meses de invierno y podían ser recolectadas antes de la primavera, cuando la llegada de las altas temperaturas y de la sequía habrían aniquilado la cosecha. El entorno favorecía así una enorme acumulación de excedentes que controlados por el estado servían de sostén de la floreciente civilización egipcia que se aprecia en el Dinastía I.

PERIODO TINITA
La llamada unificación, fue un proceso largo, con retrocesos, al igual que ocurrió en procesos futuros. La ciudad de Thinis fue elegida como capital de este Período Dinástico, y a las dos primeras dinastías se las conoce con el nombre de “Thinitas” por tener la capital en la mencionada ciudad. Es posible que en este Período no fuese un reino totalmente centralizado y es posible que tampoco se alcanzara un poder absoluto del Valle, pero marcó históricamente a los egipcios, ya que muchos siglos después seguían considerando a Narmer o Nemes como fundador del Estado Egipcio Unificado, así lo reconocen, Manetón, las Listas del Reino Nuevo y el libro II de Herodoto. Significó la estabilidad, para la fundamentación de una realeza institucional garante del proceso económico, en el que era cuestión previa, la previsión de la inundación, como indica la Piedra de Palermo, puesto que anota la medida de la inundación como un acontecimiento anual, y de carácter nacional, digno de figurar en el reinado de cada rey. 
Pero el nacimiento de un estado no es cosa fácil, por un lado las reivindicaciones regionales, tanto económicas como políticas, toman un carácter bélico que no pueden ser ajenas al estado conquistador y por otro los elementos simbólicos o religiosos tampoco debieron facilitar las cosas. Así la monarquía naciente supo resolver esas discrepancias creando títulos protocolarios como “Las Dos Tierras”, “Señor del Alto y Bajo Egipto” “El Doble País”. Pero este simbolismo no fue suficiente y la separación estuvo rondando sin cesar. Se ha especulado que los reyes de estas dos primeras dinastías no tuvieran una residencia fija, y que su carácter itinerante se debía a una situación de inestabilidad.
Uno de los logros de este Período es la aparición de la escritura jeroglífica, las marcas hechas con tinta sobre vasijas etiquetando el producto. Pero el campo de aplicación más importante de la escritura y sus formas fue la administración. Los nombres de las mercancías, los datos sobre calidades, los nombres de los dirigentes, los títulos de los dignatarios, las denominaciones de las instituciones etc., se podían reflejar por escrito y ello bastó para documentar tanto relaciones económicas como estructuras institucionales.
El rollo de papiro más antiguo procede de la Dinastía I, lo que indica que en aquel período nada impedía la redacción de actas de mayor extensión. En el etiquetado de alimentos, aparte de indicar el tipo y origen de la mercancía, debía indicarse el año de producción. De ahí que encontremos las primeras referencias de los nombres dados a los años: al principio los años no se numeraban, sino que recibían los nombres de acontecimientos específicos, sobre todo de carácter ritual y festivo.
Entre estos acontecimientos se halla la llamada “procesión de Horus”, que solía celebrarse cada dos años, que pronto se la vincularía con un recuento. En ocasiones se especifica más hablando del “recuento del oro”, o el “recuento de los campos de cultivo”, o del “recuento del ganado vacuno y menor”. Esto nos indica que eran censos con el fin de recaudar impuestos. Estos censos se vuelven a repetir para el reinado de cada monarca, empezando desde el uno. De ello se derivaría en el Reino Antiguo la datación por años de reinado de cada rey, costumbre que adoptaron todos los monarcas de la historia de Egipto.
En cuanto a las relaciones exteriores en este período sabemos que Egipto ya venía manteniendo contactos comerciales con lugares tan alejados como Nubia y Palestina, pero durante la I Dinastía, se produce un cambio fundamental. En los monumentos del período de unificación del reino se documentan conflictos guerreros con los pueblos vecinos. También en los hechos importantes de los reyes de la I Dinastía se refieren en repetidas ocasiones a tales conflictos. Uno de los resultados más evidentes de estas fuerzas centrífugas es la aparición de un protocolo o conjunto de epítetos y nombres que se van gestando para uso de los reyes. En primer lugar aparece el nombre de “Horus”, seguidamente “el Nebti” o de las “Dos Damas”, (hace referencia a las diosas Buitre del Sur y Cobra del Norte) como protectoras del territorio. Más tarde surgirá el nombre de “Horus de Oro” como posible victoria de Horus sobre Seth. Y posteriormente el nombre de “Hijo de Ra” (nombre de coronación o del trono).
En la primera Dinastía el protocolo real estaba formado solamente por el nombre de Horus, por el título nsw-bit y el apelativo nebti.
Durante las dos primeras Dinastías no se utilizaron los cartuchos. Los nombres reales se colocaban dentro del anillo shenu que viene a significar “encerrado en un círculo”.
El título nsw-bit, precederá al nombre personal que el rey recibía en su nacimiento, y que en algunos casos se utilizará con el nombre nebti, pero en las listas del Reino Nuevo aparecerá encerrado dentro del shenu, o cartucho real. El nombre como Hijo de Ra se otorgaba al rey en el momento de su coronación, junto con el resto de su protocolo.
En cuanto a la administración del estado, el rey es la máxima autoridad, empieza a aparecer distintos cargos que van especializándose en distintas funciones: censo, organización de la irrigación, recaudación de impuestos, redistribución de bienes, etc. y el número de escribas va incrementándose de manera importante. Aparece el visir aunque todavía no tenga todas las funciones propias de su cargo. Existía un “Consejo de los diez del Alto Egipto” o el “Encargado de Nejen” que podría equiparársele al cargo de virrey del Sur. 
Las reinas, además de esposas del rey, son consideradas las transmisoras del poder, denominándolas: “Aquella que une a los dos señores”, “Aquella que ve a Horus y a Seth” y además, “La madre de los niños reales”. La arquitectura civil, está representada por el palacio, construido en ladrillo y que contiene además de los apartamentos privados del rey y su familia, los edificios de la administración. 
En cuanto a la arquitectura funeraria, en lugar del simple hoyo de los tiempos prehistóricos, aparece una cámara rectangular mucho más grande revestida de ladrillos y, en algunos casos un segundo revestimiento de madera. Las ofrendas se reparten en varias cámaras construidas alrededor de la cámara funeraria. La tumba está cubierta por un techo hecho con vigas y tapas de madera, sobre el cual se elevaba una construcción, hacia finales de la II Dinastía se encuentra una fosa cubierta totalmente de piedra caliza. Las tumbas de estos reyes tenía su entrada por el este y dos estelas de piedra señalaban la entrada. Las tumbas de los reyes fueron ubicadas todas en Abydos, pero, como no ha sido hallado el cuerpo de ninguno de ellos, salvo un brazo en la tumba de Djer, podría existir la posibilidad de que estas tumbas solo fueran simples cenotafios, además, esta hipótesis está avalada al menos con el descubrimiento que Emery hizo en Saqqara de una tumba perteneciente al rey Aha, pero al ser la única que ha aparecido, no se puede asegurar que los demás reyes hicieran lo mismo. Por lo que parece lógico pensar que sea Abydos el lugar del descanso eterno de los reyes de la I Dinastía.
En cuanto a las estelas y las plaquetas de marfil es donde los artistas del Período Tinita mejor se manifiestan. La obra maestra de este género es la estela del rey Serpiente, siguiéndole de cerca las estelas de la reina Meryetneith y la del rey Peribsen. Las innumerables estelas de enanos, parecen demostrar la importancia que los egipcios tenían por estas personas. 
Las paletas del Período Predinástico dejan paso a las tablillas de marfil utilizadas, principalmente, como inventario de los objetos que formaban el ajuar funerario, vasijas con aceites, alimentos, sales de baño etc. 

Las artes menores alcanzaron gran perfección durante este período: joyería, restos de muebles, amuletos, armas, vasijas de piedra, etc. Denotan notable sentido de la decoración; las joyas halladas en la tumba de Djer forman un conjunto de joyas donde se alternan las perlas, amuletos de diferentes colores, turquesas y sobre todo el uso del oro. Es especialmente interesante un brazalete con un friso de fachadas de palacios coronadas por dioses halcones Horus. 

               REYES DE LA PRIMERA DINASTIA (3.100-2.686 a.C.)


NARMER 3.100 a.C.

nˁr mr (Narmer)
Narmer: El magnífico siluro


mn ỉ (Meni)
Menes
(L R Abidos nº 1)
http://www.narmer.pl/dyn/tyt/01-01-07.gif


NOMBRE DE HORUS: 

Se han encontrado diversas variantes de su nombre de Horus: Horus Nar ("Horus, el siluro"), Horus Nar-mer ("Horus, el magnífico siluro"), Horus Mer(i)-Nar, ("Horus, amado del siluro"). Horus Nar-meru ("Horus, el siluro magnifico") Tsha de Horus Nar-mer (?) Tshaw de Horus Nar-mer (?), que podrían representar diversas etapas de su reinado. En algunos casos, este nombre fue escrito sin el Serej. 
Las Transcripciones y el significado de cada uno de los nombre atribuidos a este rey son inciertos. Esta aceptado actualmente que se lea como Narmer aunque esto no es más que una mera convención. 
  

Listas Reales 
La versión griega de Meni es Menes. El nombre Meni adjuntado en un cartucho, corresponde al Menes de Maneton, pero se ha dado igualmente como Menoete, Mnesis, Men y Mena(s); hoy día no tiene ningún sentido para hablar de Menes porque este nombre es una denominación moderna. Además el cartucho no existía en esa época (aparece en la mitad de la II dinastía Senedj, Neferkaseker, Peribsen y en la III dinastía Nebka, Huni, aunque sólo fue habitual después de IV dinastía.). La identificación de Narmer con Meni de las listas reales, y con Menes de Maneton es especulativa.  

NOMBRE de NEBTY:  Menes? Menoete, Mnesis, Men y Mena(s) Meni.   

OTROS NOMBRES: Narmertjay, Meri Nari, Narbatjay, ¿Ny?, Mer-nar, Mena, Ména. 
Aun siendo  tema de debate se puede considerar a Narmer como el primer rey del Egipto unificado. Manetón nombró a Menes como el primer Faraón. Se han hecho muchas especulaciones e hipótesis sobre el posible significado de "Menes", probablemente no perteneciera a ningún nombre real, era quizás un epíteto de un antepasado legendario a quien, siglos más tarde se le reconoció la unificación de Egipto. 'Menes', incluso se ha especulado que podría ser el resultado de una mal interpretación de antiguos documentos. 
Escorpión, Narmer y Aha pueden ser nombres de Horus de tres monarcas diferentes, uno de los cuales sería el propio Menes. En tal caso, Menes correspondería al nombre Nebty. Algunos autores han apuntado incluso que Narmer-Menes habría tomado el nombre de Aha tras la unificación de los dos reinos. El Canon de Turín repite el nombre dos veces "Meni" una como humano y después con un determinativo divino 
Por otro lado algunos sellos reales de Aha, como el de la Mastaba de Neithotep en Naqada, parece asociar el nombre de Nebty  Menes” al nombre de Horus “Aha”. 
Menes es mencionado también por el geógrafo Eratostenes (300-200 a.C.) y Herodoto.  En los fragmentos de la Piedra de Palermo no consta el nombre de Narmer, sólo da información desde el tiempo del Aha en Menfis (y en la necrópolis de Saqqara), ignorando el reino tinita de Narmer. Dicha información probablemente estaba en alguno de los extremos fragmentados que no se han encontrado.

SUCESOR DEL REY KA?, ESCORPION?: El rey Ka pudo ser padre de Narmer y se considera que le pudo preceder como rey de Tinis. Esta conclusión se basa en los análisis de las cerámicas y otras ofrendas de su tumba y del tipo y posición de su tumba en el cementerio de Abidos, cercana a la tumba atribuida a Narmer. En cualquier caso, la opinión más generalizada es que el Rey Escorpión sería uno de los últimos representantes de la lucha por la unidad del Egipto predinástico, que Narmer-Menes sería el fundador del Imperio unificado y que Aha sería su primer sucesor.   

ANTECESOR DE AHA.- Los sellos de las listas, de mitad y final de la Primera dinastía, encontradas en Abidos en Umm el Qa'ab en las tumbas de Den y Qa'a  alternaba los nombres de los primeros faraones con el epíteto Jentiamentyu, (designación primitiva de Osiris),  indicando a Osiris el nombre de los reyes muertos. En ella no aparece ningún Menes, y determina de una manera absoluta que la sucesión dinástica Narmer, Aha, Djer, Djet, Merneith, Den, Adjib, Semerhet, Qa’a es exacta. Hay que destacar, que Merneith madre del Rey Den está ausente lista de Qa'a.   

CASADO CON.- Neithotep que le sobrevivió. Tiene una mastaba en Nagada con sello del Faraón Aha que muestra que este ya era faraón de Egipto. Nithotep se liga así a dos reyes como esposa de Narmer y probable madre de Aha. Su nombre Neith sugiere que  probablemente era nativa del Bajo Egipto.   

AÑOS DE REINADO.- Por cita de Maneton, Menes "fue atacado por un hipopótamo y  murió" tras 60-62 años de reinado. En virtud de los hallazgos históricos, Narmer pudo probablemente haber reinado más de 35 años.     

ACTUACIONES POLÍTICAS Y RELIGIOSAS   
1.- Política.- La unificación de Egipto en el final del período de Predinástico ocurrió en dos etapas: la difusión  de la cultura de Naqada, centrada alrededor de la ciudad de Naqada, también llamada Nubt, y el establecimiento del control político unificado. La tradición egipcia contiene referencias a la existencia de reinos separados, norte y sur, cuyas capitales eran quizás respectivamente Buto en el delta y Hierakómpolis en el Egipto superior. Hierakómpolis era el centro urbanizado más importante de la cultura de Naqada y la residencia de los reyes egipcios del Alto Egipto. No puede establecerse con seguridad si Narmer  y sus antecesores realmente lucharon contra los gobernantes del Delta, ni tampoco pueden conocerse las circunstancias en que finalmente la unificación se llevó a cabo (guerras o por relaciones pacíficas consolidadas por matrimonios).   

2.- Administración.- Narmer no aparece representado nunca con la doble corona, sino alternativamente con una u otra. Esto podría significar que la unificación territorial se produciría después de la existencia de un solo monarca sobre dos reinos independientes, hasta que un rey, Aha, lograra ceñir la doble corona de la definitiva unión.   

3.- Concepciones religiosas.- Abidos era la capital religiosa del predinástico y la necrópolis real. El dios reverenciado era Jenti-amentiu “el que precede a los occidentales”. Un dios con apariencia de cánido,  que se asimiló a Osiris cuando este pasó a ser el dios principal del octavo nomo del alto Egipto.     

CONSTRUCCIONES 
Herodoto se refiere a Meni como el rey que desecó mediante la construcción de diques las áreas pantanosas de El Fayum y de Menfis, fundando en ésta la nueva capital tras desviar el lecho de Nilo. 
Algunos autores se  inclinan a pensar que el primer fundador de Menfis debe haber sido Narmer, y que Aha que parece haber sido un soberano más pacífico consolidó las conquistas de Narmer, dedicando sus mayores esfuerzos en la construcción, organización y crecimiento de la capital. El tamaño mayor de las mastabas construidas bajo su reinado atestigua una evidencia clara de prosperidad cultural y económica.     

PRUEBAS ARQUEOLÓGICAS
La cabeza de maza de Narmer, descubierta en Hierakómpolis, ha tenido tres interpretaciones. La teoría de Petrie, también secundada por otros eruditos, era que representaba la unión política de Nithotep, princesa del norte, con Narmer. Otra teoría apunta a que sea la conmemoración de un festival Sed del rey. Los últimos estudios creen ver una conmemoración del final de la conquista del bajo Egipto, en la que se representa a Narmer como el nuevo rey victorioso del bajo Egipto. La figura sentada frente a Narmer puede ser el jefe de Buto más que princesa del delta. Debajo de estas figuras están los símbolos de números. Los números se ha interpretado recientemente que indica a 400.000 cabezas de ganado,  1.422.000 animales pequeños, y a 120.000 hombres (solo adultos varones.) Esto daría un censo aproximado en población humana del delta de unas 600.000 personas.   

La paleta votiva conocida como paleta de Narmer, de unos 63 cm de altura, hallada en 1898 en Templo de Horus de Nejen (Hierakómpolis) por Quibell y Green (hoy en el Museo Egipcio de El Cairo), donde se representa la victoria de Narmer sobre los habitantes del delta, súbditos de un rey llamado Uash y apareciendo alternativamente en el anverso y reverso con la corona roja y la blanca, probando así la unificación.
Al igual que la Maza del rey Escorpión procede de las excavaciones de Hierakómpolis, aunque no se encontraron juntas; ambas pertenecen a la época Protodinástica. La Paleta de Narmer es una pieza de extraordinaria importancia. Aunque los datos que nos proporciona son importantísimos, su función era muy sencilla: la concavidad servía para machacar polvo cosmético posiblemente para los ojos. En sus dos caras aparecen escenas que se repetirán en toda la iconografía faraónica posterior. En la parte superior del anverso de la paleta aparecen representadas dos cabezas de la diosa Bat; entre las dos cabezas aparece inscrito el nombre del rey, el pez nar y el cincel meri (amado de Nar) en el motivo con forma de fachada de palacio.
En el siguiente registro, el rey descalzo, representado a mayor estatura que el resto de los personajes representados, aparece con la “corona roja” (la desheret del Bajo Egipto), aparentemente participando de una procesión o desfile de portaestandartes y precedido de otro personaje, posiblemente un sacerdote, y seguido de su portasandalias, que además lleva su sello de forma cilíndrica colgado del cuello, y avanzan hacia unas cuantas hileras de prisioneros decapitados. En el registro intermedio unos animales (posiblemente panteras) de largos cuellos podrían significar la “Unificación de las dos Tierras”; en épocas posteriores se unirían las dos plantas (el loto y el papiro) representativas del Alto y Bajo Egipto de una manera similar. En el registro inferior un toro simboliza al rey en el acto de destruir una fortaleza. El reverso de la paleta también está dividido en varios registros. En el registro superior se repite la escena de las dos cabezas de la diosa Bat y la inscripción del nombre del rey. En el siguiente registro el rey porta la “corona blanca” (la hedyet del Alto Egipto), mientras el Halcón Horus le presenta a un enemigo atado con una cuerda cuya cabeza emerge de la planta del papiro, símbolo del Bajo Egipto. El rey descarga un golpe sobre la cabeza de un prisionero del nomo del Arpón. La fecha de esta extraordinaria fuente de información está alrededor del 3050 a.C. y la interpretación hace de él un hito fundamental de la Unificación de las Dos Tierras. 
Otro documento del mismo rey y también procedente de Hieracompolis, es una cabeza de maza, en la cual se representa al rey Narmer bajo un baldaquino llevando la Corona Roja del Bajo Egipto. Lleva el mismo acompañamiento que aparece en la paleta, pero delante del rey está representada una figura sentada en una silla de manos, que posiblemente sea una princesa del norte. Le siguen prisioneros y cabezas de ganado que posiblemente representen un botín de guerra. La presencia de una garza real, símbolo de la ciudad de Buto, en el Delta, no deja claro el significado de esta escena, ya que para unos parece indicar una victoria del rey sobre esa ciudad, y para otros es una representación de la fiesta del heb-sed.
Tanto la paleta, como la maza de Narmer presentan una información pictográfica y jeroglífica al mismo tiempo: narran mientras representan. Los elementos de escritura están ya formados, su desarrollo quedará completo durante las Dinastías I a III .Se establece la iconografía del poder. Los altos cargos, con funciones sacerdotales y administrativas que en un principio lleva el mismo individuo, empiezan a separarse.
El nombre de Narmer, aparece en otros documentos, sobre todo en el cementerio real de Abydos, y en la pared rocosa de Wadi El-Kash, en el valle comercial que unía Koptos en el Valle, con Kuseir, lo que demuestra que el rey no solo guerreaba, también tenía relaciones comerciales. El hecho de que Narmer reinase sobre todo el territorio no quiere decir que gobernase y controlase todo el territorio y a sus habitantes. 
Parece ser que estuvo casado con una dama de nombre Neithhotep. Encontramos su nombre en la tumba real de Nagada, junto a sellos y etiquetas de Hor- Aha, el hijo y sucesor de Narmer, aunque no hay unanimidad en ello pues un sello con el nombre de esta reina se encontró en la tumba del rey Djer, por lo que pudiera ser la esposa de Hor-Aha o que Aha y Narmer fueran la misma persona.
Paleta

Cabeza de maza de Narmer. Draw. Dibujo. Ashmolean Museum Oxford. Ashmolean Museum de Oxford. 

Un cilindro de marfil, muestra una victoria de Narmer sobre los libios. El nombre de Narmer también aparece en algunos cilindros del área de Nagada y en diversas vasijas halladas tanto en el delta oriental del Nilo, como en el sur de Palestina. También su nombre fue grabado en las rocas del Uadi el-Gash, entre Coptos y el Mar Rojo.   

La estatua del mandril del Museo de Berlín con inscripciones en la parte anterior de la base que se corresponden con el nombre de Narmer y  de 'Jnumhotep'.

Los tres colosos encontrados por Petrie en Coptos; parte de una inscripción del coloso (casi totalmente borrado) podría ser la cola de un halcón sobre el pez siluro “Nar”.   

Serej y Sellos. En las excavaciones de "Nhal Tillah" en 1994, se descubrieron en un trozo de cerámica signos gravados que podría corresponder al Serej de Narmer. La vasija pertenece a un fragmento de una jarra de vino exportado por el valle del Nilo a Israel hará 5000 años. Los sellos de madera son unos de los rastros más importantes encontrados en tumbas reales y privadas de la Dinastía I. Estos sellos daban información sobre el contenido y año de envasado de los recipientes. Los signos estaban gravados o pintados con tinta negra o roja.
El tamaño de los sellos era de 1 a 9 centímetros en anchura y 1.5 a 3 milímetros en grueso.
Es muy probable que la práctica de asociar acontecimientos a los sellos, como indicación del año en el cual el objeto fue realizado, comenzara en el reinado de Narmer. 
Sellos de Narmer, se ha encontrado también en lugares del Alto y Bajo Egipto, el valle de Nilo, así como en el Delta, en los desiertos occidentales y orientales y en Palestina del sur (Rafiah, En Besor, Arad, Tel Erani). 

LOCALIZACIÓN DE SU TUMBA  
No se sabe si el origen de Narmer puede ser considerado Tinita o de Hierakómpolis; las pruebas contemporáneas van a  favor del origen Tinita, dado que su tumba se construyó a Abidos. Sin embargo, las pruebas arqueológicas más importantes de su reinado vienen de Nejen (Hierakómpolis). Abidos está considerado el cementerio real tinita, y persistió como necrópolis real a través de toda la primera dinastía. Es decir que los reyes que ya residían en Menfis se continuaron enterrando en los cementerios U y B cercanos a la necrópolis de Umm Qa’ab, lo que acredita su valor religioso y la legitimación del origen tinita de la dinastía gobernante. Se ha atribuido como perteneciente a Narmer la tumba B17-18 situada al norte de Abidos, cerca del complejo funerario de Aha. Tiene doble cámara, se construyó en tres fases, y tiene entierros subsidiarios al nordeste. Sin embargo no parece haber pruebas concluyentes sobre si fue una tumba o un cenotafio. Además esta tumba parece demasiado insignificante para haber pertenecido a este gran rey. Se cree también posible que fuera enterrado en Saqqara, o posiblemente en la necrópolis de Tarkhan.

AHA hacia 3.100 a.C.

ˁḥȝ (Aha)
El luchador


t t ỉ (Teti)
Teti
(L R Abidos nº 2)
http://www.narmer.pl/dyn/tyt/01-02-02.gif


Aha, sucesor y posiblemente hijo de Narmer, y de la reina Nithotep. Heredó un reino unificado. Adoptó el nombre Nebti (de las dos damas) de men, que significa establecido. Podemos considerar a Aha como el primer rey de la I Dinastía. El nombre del rey, significa “Halcón Luchador”, y pone de manifiesto el origen y dominio del Alto Egipto.
Según algunas tablillas aparecidas, todo indica que no fue un período fácil. Se realizaron campañas militares y hubo que someter a rebeldes nubios; otra tablilla hace alusión a la fundación de un templo a la diosa Neit en Sais, y en otra recibiendo tributo de los libios. Celebró las fiestas de los dioses Anubis y Sokaris, el halcón momificado y su jubileo heb-sed.
La fundación de un templo sólo puede entenderse como un gesto amistoso por la consecución de una convivencia pacífica. Es en este sentido que se ha considerado que la mujer de “Aha” adopta el nombre de Neithotep (Neith está satisfecha) al ser coronada. La presencia de la diosa Neith formando parte de su nombre, podría interpretarse como un acercamiento a las tradiciones religiosas del norte. Pueden conjugarse todos estos factores para entender que el Horus Aha fue un luchador por la Unificación y un hábil diplomático por la paz.



En Nagada, localidad situada al sur de Abydos, se encontró una tumba atribuida en un principio a Menes y más tarde a la reina Neithotep, esposa real de Aha, donde se encontraron varias tablillas con el nombre de la reina y del propio rey. El esqueleto que se encontró en la tumba estaba totalmente carbonizado lo que hizo imposible su estudio y determinar el sexo del mismo y por consiguiente saber si pertenecía o no a la reina. En aquella época era costumbre enterrar juntos a los esposos, lo que indicaría que la tumba de Nagada no parece ser el lugar donde estuviera enterrada la reina Niethotep, más bien parece ser el enterramiento de alguien muy afín a la reina y que debió de ocupar cargos importantes en la administración del soberano. 
La tumba de Hor-Aha está situada en la necrópolis de los reyes de la primera dinastía en Abidos, conocida como Umm el-Qa'ab. Se compone de tres grandes cámaras B10 B15 y B19 que están justo al lado de la tumba de Narmer. Las cámaras son rectangulares, excavadas directamente en el suelo del desierto, sus paredes revestidas con ladrillos de barro. Las tumbas de Narmer y Ka sólo tenían dos cámaras adyacentes, mientras que la tumba de Hor-Aha comprende tres cámaras sustancialmente más grandes todavía separadas. La razón de esta arquitectura es que era difícil en ese momento construir grandes techos por encima de las cámaras. La Madera para estas estructuras a menudo tenía que ser importadas desde Palestina. 
A striking innovation of Hor-Aha's tomb is that members of the royal household were buried with the Pharaoh.Una innovación notable de la tumba de Hor-Aha es que los miembros de la casa real fueron enterrados con el Faraón. It is unclear if they were killed or committed suicide. No está claro si fueron asesinados o se suicidaron. Among those buried, were servants, dwarfs, women and even dogs. Entre los enterrados, eran siervos, enanos, mujeres e incluso perros. A total of 36 subsidiary burials were laid out in three parallel rows east of Hor-Aha's main chambers. Un total de 36 entierros subsidiarios que se presenta en tres filas paralelas al este de las principales cámaras de Hor-Aha. As a symbol of royalty Hor-Aha was even given a group of young lions. Como un símbolo de la imagen de Hor-Aha fue incluso teniendo en cuenta un grupo de cachorros de leones.
Los monumentos del rey Aha fueron numerosos y estaban relacionados con acontecimientos históricos: derrota de enemigos, fundación del templo a la diosa Neith en Sais, presentación de ofrendas y tributos al rey. Muchas de las tablillas encontradas sobre este rey representan las festividades de los dioses Anubis y Sokaris, la fiesta de la unificación del país y la llamada “recibir al Sur y al Norte”.


La tableta de Naqada. Top row to the right: Horus Name and Nebti Name of king Aha with a sign interpreted as Men in a booth like structure Fila superior a la derecha: Horus Nombre y Nebti Nombre del rey Aha con un signo interpretado como hombres en una cabina como la estructura


FUNDACIÓN DE MENFIS 
El mayor logro de Aha fue la fundación de la capital en Menfis, la ciudad sobrevivió durante toda la historia egipcia y se convertiría en una de las mayores ciudades del mundo antiguo. Es evidente que su ubicación fue elegida en función de su importancia estratégica geográfica y política, en un país recién unificado. Herodoto afirma que Menes construyó una presa en el Nilo al sur del futuro emplazamiento de la ciudad con lo que desvió la corriente y pudo construir en el terreno ganado a las aguas. Sobre la presa se ejercía una vigilancia constante, los persas la reforzaban cada año, porque, de romperse habría anegado Menfis.
La elección de Menfis como nueva capital del Egipto Unificado se debió al lugar estratégico que ocupaba. Situada en la frontera entre el Alto y el Bajo Egipto, era el lugar idóneo para tener controlados a los habitantes del Bajo Egipto cuya capital Buto estaba situada en la zona del Delta. 
Según Manetón, Aha reinó 62 años y murió al ser arrollado por un hipopótamo. La piedra de Palermo registra una caza de hipopótamos en el reinado de Den, un rey posterior de la misma Dinastía. 
Tras la fundación de Menfis, los primeros reyes egipcios empezaron a construir sus tumbas en el sagrado lugar de Abydos, en el Egipto Medio, y los nobles en la meseta desértica en Saqqara, sobre Menfis.
En el cementerio primitivo de Saqqara, Emery localizó una gran tumba rectangular (3357), tenía 27 depósitos a nivel del suelo para el equipo funerario y cinco salas subterráneas. Todo el exterior de ladrillos de barro está realizado en un estilo denominado “fachada de palacio”, estilo que más tarde sería copiado como elemento decorativo en joyería. Más tarde durante la III Dinastía el rey Dyeser construiría el muro de su complejo funerario en este estilo de fachada de palacio. 

Neithhotep o Neith-hotep era una antigua consorte del faraón Aha que vivía y gobernaba durante la Primera Dinastía temprana. Una vez se pensó que era un gobernante masculino: su mastaba extraordinariamente grande y el serekh real que rodeaba su nombre en varias impresiones de sellos llevaron a los egiptólogos e historiadores a la creencia errónea de que ella podría haber sido un rey desconocido.  
A medida que se desarrollaba la comprensión de los primeros escritos egipcios, los eruditos descubrieron que Neithhotep era en realidad una mujer de rango extraordinario. Posteriormente se consideró que era la esposa del primer faraón del Egipto unificado, Narmer, y la madre de Hor-Aha.  Los descubrimientos más recientes sugieren que Neithhotep podría haber sido, en cambio, un cónyuge de Hor-Aha, y la madre y corregente del sucesor gobernante Djer.  La evidencia arqueológica también indica que ella pudo haber gobernado como faraón por derecho propio, y como tal habría sido la primera monarca femenina conocida en la historia.  
El nombre de Neithhotep está relacionado con Neith, la diosa de la guerra y la caza. Esto siguió una tradición notablemente practicada durante la primera dinastía: muchas reinas (como Merneith / Meritneith, otra posible faraona y descendiente de Neithhotep) y princesas (como Aha-Neith, Her-Neith, Nakht-Neith y Qa'-Neith) también tenían nombres que hacen referencia a la deidad.  
Como reina, Neithhotep tuvo varios títulos de élite y piadosos:  
·         La más importante de las mujeres (Egipto. Khenty wat)
·         Consorte de las dos damas (Egipto. Semat Nebty)

Es posible que Neithhotep tenga más títulos reales, pero aún no se han descubierto. En el momento en que Neithhotep gobernaba, todavía no se habían introducido muchos títulos reales para reyes y reinas. En este primer estado de desarrollo jeroglífico, es posible que los primeros egipcios aún no hayan sabido cómo expresar ciertos títulos. Alternativamente, la creencia en los roles dinásticos de las reinas era diferente de lo que era en la época de Meritneith.
El nombre de Neithhotep fue encontrado en Helwan, Abydos y Naqada. Aparece en impresiones de sellos de arcilla, en etiquetas de marfil y como inscripciones en cuencos de piedra. La mayoría de los objetos fueron encontrados en su complejo funerario y en las tumbas de Aha y Djer. En varios sellos de arcilla, el nombre de Neithhotep estaba escrito dentro de un doble serekh, y entre los serekhs unidos se alza la norma divina de Neith.  Una impresión de sello inusual da el nombre Hetepjw. 
Un nuevo sitio de descubrimiento del nombre de Neithhotep se encuentra en el Wadi Ameyra en la Península del Sinaí. En el sitio, varias tallas de rock datan de los reyes Iry-Hor, Narmer, Djer y Nebra. La inscripción del rey Djer representa a su izquierda una procesión de barcos festivos reales, a la derecha un serekh real con el nombre de Djer dentro. El Horus-halcón en lo alto del serekh sostiene una maza de guerra, golpeando a un enemigo arrodillado. El nombre de Neith-hotep aparece en el lado izquierdo en diagonal sobre el serekh.  
Después del descubrimiento de su mastaba, se pensaba que Neithhotep era un gobernante masculino: su tumba excepcionalmente grande y el serekh real que llevaba su nombre en varias impresiones de sellos llevaron a los egiptólogos e historiadores a la creencia errónea de que podría haber sido un rey aún desconocido. Sin embargo, a medida que se desarrollaba la comprensión de los primeros escritos egipcios, los estudiosos descubrieron que Neithhotep era en realidad una mujer noble de rango extraordinario. Junto con esta realización, los eruditos la vieron ahora como la esposa del rey Narmer y madre de Hor-Aha.  Este punto de vista fue promovido por las impresiones de los sellos de arcilla encontradas en su tumba, que muestran los serekhs de Narmer y Aha.  
Fragmento de alabastro con el nombre de la reina Neith-hotep.

El nombre de Neithhotep aparece en varias impresiones de sellos de arcilla dentro de un serekh, una moda que comúnmente se reservaba solo para los gobernantes masculinos. En segundo lugar, su tumba es de un tamaño extraordinario y tiene su propio recinto de culto. Tal caso es de otro modo conocido solo por la reina Meritneith.  En tercer lugar, son las propias inscripciones de Wadi Ameyra: estas revelan que Neithhotep organizó y ordenó una expedición a través del Wadi para intentar extraer minerales y cosechar materias primas. Pero tal acto comúnmente requería poderes reales que una mera consorte de la reina no tenía, no a menos que fuera una gobernante independiente y totalmente autorizada. El caso de la reina Neithhotep muestra asombrosas similitudes con el de la reina Meritneith, quien había dirigido el cargo real para su hijo aún menor, el rey Hor Den. Este descubrimiento llevó a los egiptólogos a la teoría de que la reina Neithhotep también podría haber ocupado el cargo real de un rey infantil aún como un rey sustituto. Ahora se sabe que tal acto fue bastante común en los primeros tiempos de Egipto. Las dinastías reales fueron fundadas en los primeros tiempos por las madres reales, no por herencia de padre a hijo. 
Algunos eruditos incluso creen que Neithhotep puede ser idéntico a un ominoso rey Teti que figura en las listas de reyes de Ramesside e mencionado indirectamente en la famosa Piedra de Palermo. La Piedra de Palermo proporciona un interregno entre el rey Aha y Djer al mencionar una "doble fecha de muerte" en la columna I de los años del evento. La discrepancia entre la fecha de la muerte de Hor-Aha y la segunda nota de muerte abarca alrededor de 1 año, 1 mes y 15 días. Tal lapso de tiempo parece demasiado corto para un gobernante "real" como Hor-Aha, Djer o Wadj. Preferiría que alguien que gobernara como sustituto del faraón original. Y esto, a su vez, ahora está probado para la reina Neithhotep. Por lo tanto, la entrada siniestra en la Piedra de Palermo puede ser una referencia al interregno de la Reina Neithhotep. Esto también explicaría por qué ningún artefacto contemporáneo de la 1ª Dinastía menciona el nombre real de Teti, sino los otros (Itetj e Ita).  
La equiparación de la reina Neithhotep con Teti I no es comúnmente aceptada. Egiptólogos como Werner Kaiser y Walter B. Emery señalan varios fragmentos de foca de arcilla con los nombres Horus de todos los reyes, desde Narmer hasta Den. Tales sellos se descubrieron en las tumbas de Den y la reina Meritneith y, en consecuencia, todos comienzan su lista con Narmer, quien era el esposo de Neithhotep. Kaiser y Emery ven esto como evidencia de que fue Narmer, no Hor-Aha, quien comenzó la Primera Dinastía. Además, Kaiser apunta a sellar fragmentos que mencionan el nombre Menj junto al serekh de Narmer. Por lo tanto, es al menos igualmente posible que Narmer sea idéntico al rey Menes. Esto, a su vez, significaría que el nombre del cartucho "Teti" pertenece a Hor-Aha, no a la Reina Neithhotep.  

La tumba de Neithhotep fue descubierta en 1897 por el arqueólogo francés Jacques de Morgan en el sitio de Naqada. Más tarde, fue investigado nuevamente por el arqueólogo alemán Ludwig Borchardt en 1898. La superestructura consistía en una enorme mastaba hecha de ladrillos de adobe endurecidos, de los cuales las paredes exteriores estaban nicheadas. Ahora está completamente destruido debido a la erosión condicional del tiempo. Debido a su enorme tamaño, se creía que la tumba era la del rey Menes. La elección del lugar para la tumba puede indicar que la reina Neithhotep se originó en el norte del Bajo Egipto. También se creyó una vez que Neithhotep se casó con Narmer en un intento por facilitar la unificación de Egipto por parte de Narmer.  

DJER hacia 3.000 a.C.

ḏr (Dyer)
El que socorre


ỉ t tỉ (Ateti)
Ateti
(L R Abidos nº 3)


Su nombre fue encontrado en una inscripción en el Wadi Halfa, al sur de la primera catarata, la prueba de los límites de su reinado. Jeroglíficos de Marfil y etiquetas de madera de Abidos y Saqqara dicen que reinó durante 57 años. La investigación moderna por Toby Wilkinson en Anales Reales del Antiguo Egipto subraya que para ser más preciso la Piedra de Palermo le  atribuye a Djer un reinado de "41 años completos y parciales. Wilkinson señala que 10 años del reinado de Djer se conservan en el registro II de la Piedra de Palermo, mientras que los años centrales del reinado de este faraón se registran en el registro II de El Cairo Fragmento Uno. 

Familia: Djer era un hijo del faraón Hor-Aha y su esposa Khenthap. Su abuelo fue probablemente Narmer, y su abuela era Neithhotep. Las mujeres que llevan títulos más tarde asociados con reinas fueron enterradas en tumbas subsidiarias cerca de la tumba de Djer en Abydos o atestiguadas en Saqqara.  Estas mujeres se cree que son las esposas de Djer e incluyen: 
·         Nakhtneith (o Nekhetneith), enterrada en Abydos y conocido de una estela. 
·         Herneith, posiblemente, una esposa de Dyer. Enterrada en Saqqara. 
·      Seshemetka, enterrada en Abidos junto al rey. Ella se dijo que era una esposa de Den en Dodson y Hilton. 
·        Penebui, su nombre y el título se encuentra en una etiqueta de marfil de Saqqara. 
·       bsu, conocido a partir de una etiqueta en Saqqara y varias vasijas de piedra (lectura de nombre incierto; nombre se compone de tres jeroglíficos de peces). 

De este rey, posible hijo de una concubina del harén, se conocen diversas piezas arqueológicas que llevan su nombre. Las listas reales lo mencionan como “Iti”, su nombre nebti, lo que Manetón traduce como Athothis. Una paleta encontrada en Saqqara lo muestra machacando a un enemigo libio, su nombre aparece también en el Wadi Halfa en Nubia y posiblemente en el Sinaí ya que entre las múltiples joyas encontradas en su tumba había algunas de turquesa, piedra importada del Sinaí.
Estela de Dyer

Su tumba, descubierta por Amelineau en Abydos, es más grande que la de Aha y en ella se encontraron joyas, objetos de orfebrería, mobiliario y tablillas de madera y de marfil. Alrededor de su tumba se encontraron trescientas treinta y ocho tumbas de sirvientes, la mayoría mujeres que acompañaron a su señor a su última morada y todo parece indicar que fue un sacrificio colectivo, lo que no quiere decir que lo hicieran de una manera violenta. Esta tumba fue considerada un santuario del dios Osiris desde la Dinastía XVIII a la XXVI.


Jarrón de piedra con el serekh de Djer, Museo Arqueológico Nacional (Francia).

Entierro: Al igual que su predecesor, Hor-Aha, fue enterrado en el lugar de Abydos. Cerca de su tumba es otra, que probablemente pertenece a su esposa Herneith, madre del rey Den más tarde, y, posiblemente, su regente durante su juventud. 
La evidencia de la vida y el reinado de Dyer: 
·         Tumba en Umm el-Qa'ab, Abydos 
·         Seal grabados de las tumbas 2185 y 3471 en Saqqara 
·         Las inscripciones en las tumbas 3503, 3506 y 3035 en Saqqara 
·         Impresión del sello y las inscripciones de Helwan (Saad 1947: 165; Saad 1969:. 82, pl 94) 
·        Tarro de Turah con el nombre de Dyer (Kaiser, 1964: 103, figura 3) 
·        UC 16182 marfil tableta de Abydos, tumba subsidiaria 612 de la caja de Djer (Petrie 1925: Pl II.8; XII.1) 
     UC azuela 16172 de cobre con el nombre de Dyer (tumba 461 en Abydos, Petrie 1925: Pl III.1, IV.8) La inscripción de su nombre (de autenticidad en duda, sin embargo) en Wadi Halfa, Sudán 
Las inscripciones, sobre marfil y madera, son de forma jeroglífica muy temprana, lo que dificulta la traducción completa, una etiqueta en Saqqara puede representar la temprana práctica en el Antiguo Reino de los sacrificios humanos. Una tableta de marfil de Abidos menciona que Dyer visitó Buto y Sais en el Delta del Nilo. Uno de sus años de reinado en la Piedra del Cairo fue nombrado "Año de golpeando la tierra de Setjet", que a menudo se especula que es el Sinaí. 

Tumba: Al igual que su padre Hor-Aha, Dyer fue enterrado en Abydos. La tumba de Djer es estudiada por  Petrie. Su tumba contiene los restos de 300 retenes que fueron enterrados con él. Se encontraron varios objetos dentro y alrededor de la tumba de Djer. 
·         Una estela de Djer, ahora en el Museo de El Cairo, probablemente proviene de Abydos. 
·         Los sellamientos de un rey llamado Khent. 
·         Las etiquetas que mencionan el nombre de un palacio y el nombre de Meritneith. 
·         Fragmentos de dos jarrones inscritos con el nombre de la reina Neithhotep. 
·     Pulseras de una reina se encontraron en la pared de la tumba. In the subsidiary tombs excavators found:

En las tumbas subsidiarias excavadores encontraron: 
·         Estela de varias personas 
·         Objetos de marfil con el nombre de Neithhotep. 
·         Tablillas de marfil.

A partir de la 18 ª dinastía en adelante, la tumba de Hor-Aha fue venerada como la tumba de Osiris, y el complejo de la tumba de la Primera Dinastía, que incluye tanto este como la tumba de Djer, fue muy importante en la tradición religiosa egipcia. 
Manetón indica que la primera dinastía gobernó desde Memphis  y de hecho Herneith, una de las esposas de Djer, fue enterrada cerca de Saqqara. Manetón también afirmó que Athothes, que se identifica a veces como Dyer, había escrito un tratado sobre anatomía que aún existía en su época, más de dos milenios después. 
La piedra de Palermo recoge una campaña contra los asiáticos y parece desprenderse por otros documentos que dominaba el valle del Nilo hasta Elefantina. 
Una plaqueta de marfil del reinado de Djer posiblemente representa la estrella Sirio, bajo la forma de una vaca tumbada que lleva entre los cuernos el brote de una planta que sirva para designar el año, lo que indica la posibilidad de que ya desde la primera Dinastía los egipcios conocieran el calendario solar.

Cuchillo ceremonial con el nombre del faraón Dyer inscrito en la empuñadura. Royal Ontario Museum, Toronto, Canadá.

UADJI o Deyer hacia 2.980 a.C.

ḏt (Dyet) (Uadye)
Serpiente[


ỉ t ȝ (Ita)
Ita
(L R Abidos nº 4)


Djet, también conocido como Wadj, Zet y Uadji (en griego posiblemente el faraón conocido como Uenephes o posiblemente Atothis), fue el cuarto faraón de la Primera Dinastía. El nombre Horus de Djet significa "Horus Cobra" o "Serpiente de Horus".
La reina de Djet fue su hermana Merneith, quien pudo haber gobernado como un faraón por su cuenta justo después de su muerte. Existe la posibilidad de que una dama llamada Ahaneith también fuera una de sus esposas. El hijo de Djet y Merneith era Den, y su nieto era Anedjib.
Se desconoce por cuánto tiempo gobernó Djet. Sólo un festival de Sekar está atestiguado por las etiquetas de marfil que datan de su reinado, cuya duración se estima entre seis y diez años. Según Wolfgang Helck reinó 10 años. De una entrada del calendario, se sabe que Djer murió en un 7 Peret III mientras que Djet comenzó su reinado en el 22 Peret IV. La razón de los 45 días de interregno es desconocida.
Los detalles del reinado de Djet se pierden en las lagunas de la Piedra de Palermo. Sin embargo, los hallazgos de fragmentos de barcos y las impresiones de sellos demuestran que en ese momento había intensas actividades comerciales con Siria y Palestina. Graves en Tarkhan y Saqqara que datan de su reinado produjeron cerámica de Palestina.  Se pueden inferir otras actividades a partir de las dos únicas tabletas de años conocidas de la regla, una de las cuales se conserva en dos copias. La lectura de los eventos descritos en las tabletas es altamente problemática. Helck tradujo: "Año de la planificación del subsuelo / sótano (?) De la planta dual, nacimiento de capullos de loto, de pie en el santuario de la corona de las dos Damas". La tableta del otro año menciona una victoria, la producción (nacimiento) de una estatua y quizás la creación de una fortaleza.  Finalmente, en Masra Alam en Nubia, se descubrió la pequeña inscripción "Hemka" debajo de "Djet". 
Los sellos de arcilla demuestran que el oficial Amka comenzó su carrera bajo el rey Djer, como gerente de la finca "Hor-sekhenti-dju". Bajo Djet, Amka se convirtió en mayordomo real. En los primeros años del sucesor del rey, Amka murió después de ser nombrado para responsabilidades regionales en el Delta occidental del Nilo.  Otros oficiales superiores bajo el Djet fueron Sekhemkasedj y Setka.
La tumba de Djet se encuentra en Abydos, en la tumba Z de Petrie. Se encuentra al oeste de su padre, la tumba del rey Djer. Alrededor de la tumba de Djet se encuentran 174 entierros subsidiarios, la mayoría de los cuales son retenedores que se sacrificaron a la muerte de Djet para servirle en el más allá. Encontrado dentro de la tumba de Djet era una estela. Esta estela era una serpiente coronada por un halcón (Horus) y podría interpretarse como "Horus la serpiente". También se encontró dentro de la tumba un peine de marfil con el nombre de Djetón, junto con una imagen de la estela. Herramientas de cobre y cerámica también se encontraron en la tumba, un hallazgo común en las tumbas egipcias. Hay evidencia de que la tumba de Djet fue quemada intencionalmente, junto con otras tumbas en Abydos de este período de tiempo. Las tumbas fueron renovadas más tarde debido a la asociación con el culto de Osiris.
Djet debe su fama a la supervivencia, en forma bien conservada, de una de sus estelas de tumba artísticamente refinadas. Está tallado en relieve con el nombre Horus de Djet, y muestra que el estilo egipcio distintivo ya se había desarrollado completamente en ese momento. Esta estela fue descubierta en 1904 por Émile Amélineau y hoy está expuesta en el museo del Louvre. Otro hito artístico que data del reinado de Djet es su peine de marfil que ahora se encuentra en el Museo Egipcio. Es la primera representación sobreviviente de los cielos simbolizada por las alas extendidas de un halcón. Las alas llevan la corteza de Seker, debajo de la corteza celeste. El serekh de Djet está rodeado por dos Was. Cetros y un signo de Ankh.
Estela de Dyet

Tableta de Djet (Wadji)


 MERYTNEITH hacia 2.950 a.C.

mrt-nit
Meryt-Neith
Meryt-Neith


mr-nit
Mer-Neith
Mer-Neith

Merneith (también escrito Meritneith y Meryt-Neith) fue un consorte y regente del antiguo Egipto durante la Primera Dinastía. Ella puede haber sido gobernante de Egipto por derecho propio, basándose en varios registros oficiales. Si este fue el caso, ella pudo haber sido la primera mujer faraona y la primera reina en la historia registrada. Su reinado se produjo alrededor de 2950 a.C por un período indeterminado. El nombre de Merneith significa "Amada por Neith" y su estela contiene símbolos de esa antigua deidad egipcia. Ella pudo haber sido la hija de Djer y probablemente fue la esposa real de Djet. Lo primero significaba que ella habría sido la bisnieta del primer faraón del Egipto unificado, Narmer. Ella también fue la madre de Den,  su sucesora.
Merneith está vinculada en una variedad de impresiones de sellos y tazones inscritos con los reyes Djer, Djet y Den. Merneith puede haber sido la hija de Djer, pero no hay evidencia concluyente. Como madre de Den, es probable que Merneith fuera la esposa de Djet. No se ha encontrado información sobre la identidad de su madre.  
Un sello de arcilla encontrado en la tumba de su hijo, Den, fue grabado con "La madre del rey, Merneith". También se sabe que el padre de Den era Djet, por lo que es probable que Merneith fuera la esposa real de Djet.
Se cree que Merneith se convirtió en gobernante tras la muerte de Djet. El título que ella tenía, sin embargo, se debate. Es posible que su hijo Den fuera demasiado joven para gobernar cuando Djet murió, por lo que puede haber gobernado como regente hasta que Den fuera lo suficientemente mayor como para ser el rey por derecho propio. Antes de ella, se cree que Neithhotep gobernó de la misma manera después de la muerte de su esposo, el rey Narmer, ya que el hijo de Narmer era demasiado joven para gobernar. Su nombre estaba escrito en un sello de Naqada dentro de un serekh, que era la forma en que se escribían los nombres de los reyes. Esto significaría que Merneith pudo haber sido la segunda mujer en la primera dinastía de Egipto que gobernó como faraón.
Estela tumba de Merneith de Umm el-Qa'ab.

La evidencia más fuerte de que Merneith era un gobernante de Egipto es su tumba. Esta tumba en Abydos (Tumba Y) es única entre las tumbas de lo contrario exclusivamente masculinas. Merneith fue enterrado cerca de Djet y Den. Su tumba es de la misma escala que las tumbas de los reyes de ese período. Cerca de su tumba se descubrieron dos estelas graves que llevan su nombre. El nombre de Merneith no está incluido en las listas de reyes del Nuevo Reino. Se encontró un sello que contenía una lista de faraones de la primera dinastía en la tumba de Qa'a, el tercer faraón conocido después de Den, su hijo. Sin embargo, esta lista no menciona el reinado de Merneith. 

Algunas otras piezas de evidencia existen en otro lugar sobre Merneith:
·      El nombre de Merneith aparece en un sello encontrado en la tumba de su hijo, Den. El sello incluye a Merneith en una lista de los primeros reyes de la dinastía. El nombre de Merneith era el único nombre de una mujer incluida en la lista. Todos los nombres en la lista son los nombres de Horus de los reyes. Sin embargo, el nombre de Merneith está acompañado por el título "La madre del rey".
·         El nombre de Merneith puede haber sido incluido en la Piedra de Palermo. 
·        Artículos de la gran mastaba (Nr. 3503, 16 x 42 m) en Saqqara, donde se ha encontrado su nombre en inscripciones en vasijas de piedra, frascos, así como en impresiones de sellos. En particular, hay un sello de Saqqara, que muestra el nombre de Merneith en un serekh.  
·     El llamado Recinto de Merneith es un grupo de tumbas del cementerio de Shunet el-Zebib. Estas tumbas están fechadas en la época de Merneith.  
·       El nombre de Merneith fue encontrado en objetos en la tumba del rey Djer en Umm el-Qa'ab.

El descubrimiento de Merytneit
La identidad de la propietaria de la tumba de Abidos se reveló con prontitud mediante dos magníficas estelas en granito rojo, que superaban el metro y medio de altura, y tenían el cuerpo rectangular y el tope redondeado (figura 1). Ambas lucían los logosílabos m(e)r(y)t y el emblema de la diosa Neit de Sais del nomo VI del Bajo Egipto. Al principio, Sir Petrie pensó que el nombre Meryt + Neit debía leerse, en realidad, como Mery + Neit, i.e., “Amado de Neit”, y lo consideró, por mucho tiempo, como uno de los muchos reyes sin identificar, hasta que, luego, el error de lectura fue subsanado por Emery, lo que planteó un grave dilema; porque, si era una mujer, como se confirmaba entonces, ¿qué hacía enterrada en un camposanto real en el cual su presencia era totalmente excepcional, ya que, como ocupantes de las tumbas principales, sólo figuraban reyes y ninguna otra reina?.
A esta desconcertante situación hubo de sumarse otra evidencia insólita, pues las dimensiones, superficie cubierta y cantidad de sepulturas subsidiarias de servidores de ultratumba que tenían los monumentos hasta entonces atribuíbles a ella, tanto en Abidos como en Saqqara Norte, eran apenas menores a la de sus inmediatos antecesores. ¿Quién era esta misteriosa reina, que desplegaba semejante muestras de poder político? Con prontitud, los investigadores concibieron, cada quien por su lado, varias teorías para explicar el nuevo cuadro que presentaba la historia de la Primera Dinastía.
Estas hipótesis alcanzaron su cenit cuando Emery, a mediados de 1950, exhumó la tumba S 3504 de Saqqara Norte, que, sin duda alguna, perteneció a Merytneit, o, al menos, a sus tiempos. Tal como ocurría en Abidos, su mastaba igualaba tranquilamente a los de sus antepasados, tanto en tamaño como en riqueza. Numerosas teorías tomaron forma, sin lograrse un consenso común entre los egiptólogos. En el interior entre ambos hallazgos, la identificación de uno de los llamados “recintos funerarios” en Abidos  antiguamente conocidos con el nombre de “tumbas de los cortesanos” como propiedad de Merytneit, terminaba por confirmar irrebatiblemente la gran importancia que había tenido esta mujer en el alba de la historia faraónica.
Los trabajos llevados a cabo por las misiones alemanas a cargo de los Dres. W. Kaiser y G. Dreyer en Umm el Gaab, durante la década de 1980, arrojaron datos insospechados, que cambiaron totalmente el panorama reconstruído sobre Merytneit y su gobierno, desatando nuevamente la polémica sobre su fantasmal figura. Sin embargo, la cuestión no ha sido enteramente resuelta hasta la fecha, y, por lo tanto, una revisión del asunto no estará de más, sino que, por el contrario, se impone ante la generalizada circulación de afirmaciones taxativas que se dan por sentado sin mayor sustento argumental.
La primera noticia de su existencia vino a presentarse cuando, en 1900, en el cementerio de Abidos del Período Tinita, Sir Petrie excavó una fosa (“Y”, según su notación), que tenía casi 45 metros cuadrados y cuya superestructura debió cubrir unos 320 metros cuadrados, la cual estaba rodeada por 41 enterramientos subsidiarios, y cuya locación estaba marcada por dos estelas de granito rojo, originalmente emplazadas a la entrada de dicha estructura. Era uno de los sepulcros más grandes que había exhumado en Umm el Gaab, y, ochenta años después, el Dr. Kaiser diría que es la mejor diseñada y construida de todo el camposanto.
La primera impresión de Sir Petrie de que se trataba de un monarca se vio refutada recién cincuenta años después, cuando Emery desenterró la tumba de Saqqara Norte, en el que halló vasos de piedra y cilindro-sellos que ostentaban su nombre encerrado dentro de un diseño parecido al serej de los reyes, pero que, en lugar del halcón de Horus encima, llevaba el emblema de la diosa Neit. Ese era el modo arcaico de escribir los nombres de las reinas consortes, tal como quedaba claro a partir de los descubrimientos efectuados por Jacques De Morgan en la Tumba Real de Nagada, que era atribuible a la reina Neithotep, esposa de Narmer, y que se conocían hacía tiempo. La presencia de numerosas improntas de sello a nombre de Hor-Dyer en la mastaba S 3504, por otra parte, condujo a Emery a concluir que Merytneit había sido una sucesora inmediata de este monarca y, por ende, a desmentir a Sir Petrie y las anteriores presunciones.

La tumba está construida por un simple foso sin entrada; las paredes del pozo están revestidas con un doble muro de ladrillos, el cual, a su vez, está separado del revestimiento de madera de la cámara funeraria por un pasadizo estrecho de un y medio metros de ancho, en el cual, a intervalos regulares, hay contrafuertes destinados a sostener las paredes ligneas del recinto mortuorio. Entre el doble muro de ladrillos se distribuyen ocho recintos elongados, que fungen de almacenes, dispuestos en pares; en ellos se encontraron vasijas de cerámica taponadas con barro y selladas a nombre de Merytneit y Hor-Udimu, lo que llevó a algunos a creer que ambos eran esposos. El suelo de la cámara sepulcral está ligeramente sobre elevado con respecto al piso del resto de los cuartos. Una de las estelas conmemorativas fue hallada en este lugar, apoyada contra la pared este. Tanto el piso como el techo de este recinto estaban hechos con planchas de madera, de las que sólo subsisten restos ínfimos. 
Por el contrario, cuando en 1954 Emery exhumó el mastaba S 3504 de Saqqara Norte, sin dudas contemporáneo de la reina y atribuible a ella misma, el mismo conservaba un buen tanto de su superestructura por sobre el nivel del piso, cubriendo aproximadamente 675 metros cuadrados y superando ampliamente su construcción abidiense. La fosa sepulcral, solamente, tiene 42,50 x 16 metros. Al igual que el resto de los mastabas que lo rodean, presenta el diseño exterior de “fachada de palacio” constituido por batientes entrantes y salientes, que se piensa representan el acceso al palacio real o la tumba soberana misma. El mismo utilizado en la sepultura de la reina Neithotep en Nagada y en la tumba Giza V, también excavada por Sir Petrie y atribuida por él a la época de la Primera Dinastía.
Como otros sepulcros del mismo cementerio, empezando con Hor-Aha, cuenta sobre el lado norte con una “fosa de barca”, embarcación ceremonial que debió haber tenido, por lo menos, 17,70 metros de eslora (largo). Sin embargo, cuenta con sólo 20 entierros subsidiarios, contra más del doble en Abidos; y eso, a pesar de que todo aquí está magnificado en comparación con la Tumba “Y”; e.g., duplica la cantidad de cuartos destinados al almacenaje del ajuar funerario. Eso sí, las tumbas subsidiarias son las primeras en aparecer compartimentadas, iniciando una costumbre continuada por sus sucesores.
Al sumarle la existencia de un “recinto funerario” en Kom ez-Sultan (Abidos), que con toda probabilidad también le perteneció, Emery no dudó que se encontraba ante una verdadera reina reinante, y no meramente una consorte de rey, y, a causa de las improntas de cilindro-sellos a nombre de Hor-Dyer, la hizo su sucesora y la ubicó como cuarto soberano de la Primera Dinastía, aunque hizo la salvedad de que pudiera también haber sido anterior a él y haya sucedido directamente a Hor-Aha. Ya volveremos oportunamente sobre la posición dinástica probable de la reina en la sucesión de monarcas. El “recinto funerario” era un edificio originado en la realización de la apoteosis del soberano difunto; una especie de “escenario” de los Misterios de la Muerte y Renacimiento del rey, consustanciado con Jentyamentiu, “Quien Preside sobre los Occidentales”, el dios cánido originario del lugar, quien posteriormente se asimilaría con Osiris, el juez de los muertos. Esta idea, emitida por vez primera por Sir Petrie, en 1925, y seguida a pies juntillas por G. A. Reisner, fue desechada por Emery, en 1939, y, luego, terminada de rematar por H. Ricke. Estos últimos pensaban que se trataba de cenotafios, i.e., monumentos conmemorativos construidos para la residencia de las “almas” regias durante sus visitas al lugar en determinadas ocasiones festivas. Sea como fuera, el carácter áulico y funerario de las mismas están fuera de discusión.
Un detalle importante sobre el que J.-Ph. Lauer llamó la atención, en 1969, es que el edificio atribuible a Merytneit no presenta el diseño en “fachada de palacio”, que sí existió en sus vecinos regios (Hor-Dyer, Hor-Dyet y Hor-Udimu), más adopta una silueta similar al vasto espacio llamado “el Mastaba Oeste”, perteneciente a Peribsen, un rey de la Segunda Dinastía. Por si fuera poco, las tumbas subsidiarias que lo rodean alcanzan al enorme número de ochenta, el doble que en Abidos y el cuádruple que en Saqqara Norte.
El nombre de la reina está consignado sobre una treintena de objetos y más de sesenta improntas de cilindro-sellos, entre los testimonios recogidos en Abidos y Saqqara. La ahora solitaria estela abidiense cuyo pendant se ha perdido para siempre, se encuentra en el Museo Egipcio de El Cairo, y es el monumento de mayor tamaño que se le adscribe. En la misma institución se encuentran guardadas las pocas muestras artísticas de su época, que son genuinas exquisiteces, la vajilla de piedra y los elementos de tocador, en donde se nota una preferencia por el esquisto sobre otras piedras.  Entre la cerámica destacan dos vasijas de “estilo sirio”, que bien pudieran haber sido importadas de esa región o confeccionadas por artesanos egipcios en dicho estilo. Volveremos sobre estas vasijas, aparentemente anodinas.
Entre las piezas destacables notamos una estatua en granito de Asuán, conservada en la Colección Michailidis, que tiene 19 centímetros de altura y representa a un babuino en actitud de vigilia. Sobre su pecho, ostenta esculpido el nombre de Merytneit. La pieza es interesante, ya que la otra única escultura similar pertenece al rey Narmer, fundador de la Primera Dinastía, confeccionada en alabastro y actualmente en el Museo Estatal de Berlín. Esta excepcional muestra de arte sacro habla favorablemente de la posición de la reina en una época tan compleja, como parece haber sido la que le habría tocado vivir, tal como veremos inmediatamente.

DEN hacia 2.950 a.C.

d n (Den)
El que ataca (Clayton)
(P. Kaplony)


ḫȝst i (Jasti)
Los países extranjeros (Schneider)
El de los dos países del desierto (von Beckerath)


ḳn ty (Qenty)
Los países extranjeros
(Canon de Turín 2.15)


spȝty (Sepaty)
Los países extranjeros
(L R Abidos nº 5)




Den, también conocido como Hor-Den, Dewen y Udimu, es el nombre de Horus de un rey egipcio que gobernó durante la primera dinastía. Él es el mejor gobernante arqueológicamente estudiado de este período. Den se dice que ha traído prosperidad a su reino y numerosas innovaciones se atribuyen a su reinado. 

Él fue el primero en utilizar el título de Rey del Bajo y el Alto Egipto, y el primero que se  muestra con el uso de la doble corona (rojo y blanco). El suelo de su tumba en Umm el-Qa'ab cerca de Abydos es de granito rojo y negro, la primera vez en Egipto que esta piedra dura se utiliza como material de construcción. Durante su largo reinado, estableció muchos de los patrones de ritual de la corte y de imagen utilizados por los gobernantes posteriores y se le tenía en alta estima por sus sucesores inmediatos.
El historiador griego (sacerdote) Manetón lo llamó "Ousaphaidos" y le atribuye un reinado de 20 años, mientras que el Canon Real de Turín está dañado y por lo tanto no puede proporcionar información sobre la duración del reinado de Den. Egiptólogos e historiadores generalmente consideran que Den tuvo un reinado de 42 años. Su conclusión se basa en las inscripciones en la Piedra de Palermo.
El nombre serekh de Den está bien atestiguado en impresiones de sellos de barro, en las etiquetas de marfil y en inscripciones sobre vasijas hechas de esquisto, diorita y mármol. Los artefactos fueron encontrados en Abydos, Sakkara y Abu Rawash. El nombre de Den también está atestiguado en los documentos posteriores. Por ejemplo, el Papiro Médico de Berlín discute varios métodos de tratamiento y terapias para un número de diferentes enfermedades. Algunos de estos métodos se dice que se originan a partir del reinado de Den. Del mismo modo, Den se menciona en el "libro de Ani de la muerte" (también con fecha de Ramessida) en el capítulo 64.


La familia de Den ha sido objeto de importantes investigaciones. Su madre era la reina Meritneith esta conclusión se basa en impresiones de sellos contemporáneos y por la inscripción en la Piedra de Palermo. Esposas de Den eran las reinas Semat, Nakht-Neith y eventualmente Qua-Neith. También tuvo numerosos hijos e hijas, sus posibles sucesores sus herederos podrían haber sido rey Anedjib y rey ​​Semerkhet. 
La corte real de Den también está bien investigada. Tumbas Subsidiarias y mastabas palaciegas en Sakkara pertenecían a altos funcionarios como IPKA, Ankh-ka, Hemaka, Nebitka, Amka, Iny-ka y Ka-Za.  En una tumba subsidiaria en la necrópolis de Den, se encontró la rara estela de un enano llamado Ser-Inpu. 
El nombre de nacimiento de Den se leyó mal a veces en época ramésida. La Tabla Real de Abydos tiene 'Sepatju' escrito con dos símbolos de "distrito". Esto se deriva de los dos símbolos del desierto que Den originalmente había utilizado. El Canon Real de Turín se refiere a Qenentj, que es bastante difícil de traducir. El origen de los jeroglíficos utilizado en el Canon Real de Turín sigue siendo desconocido.  La lista Real de The Royal Saqqara Tablet mysteriously omits Den completely. Saqqara  omite misteriosamente a Den completamente. 
De acuerdo a los registros arqueológicos, en el comienzo de su reinado, Den tuvo que compartir el trono con su madre Meritneith durante varios años. Parece que él era demasiado joven para gobernar. Por lo tanto Meritneith reinó como regente o faraón de facto desde hace algún tiempo. Tal curso de acción no era inusual en la antigua historia egipcia. La reina Neithhotep puede haber asumido un papel similar antes que Meritneith, mientras que las reinas como Sobekneferu y Hatshepsut eran gobernantes egipcios femeninos.  La madre de Den fue recompensada con su propia tumba de dimensiones reales con su propio culto funerario. 
Una innovación importante durante el reinado de Den fue la introducción de la numeración que utilizan los jeroglíficos.  Antes de esto, los eventos importantes del año sólo representan en los signos y las miniaturas, a veces guiados por el signo jeroglífico de una panícula palma calva (Renpet), que significa 'año'. Desde el reinado de Den en adelante, los egipcios utilizaban jeroglíficos de numeración para una variedad de propósitos, incluyendo el cálculo de la recaudación de impuestos y para anotar sus eventos anuales. 
La mayoría de acontecimientos religiosos y políticos del reinado de Den se registran en las numerosas etiquetas de marfil y de la inscripción en la Piedra de Palermo. Las etiquetas muestran avances importantes en Tipografía y artes. La superficie se separó artísticamente en secciones, cada una de ellas mostrando los eventos individuales. Por ejemplo, una de estas etiquetas informa sobre una epidemia que afecta a, Egipto. La inscripción muestra la figura de un chamán con un vaso indefinido o la urna a sus pies. Una inscripción cercana comienza con Henu... pero no está claro, si eso significa disposición o si es la primera sílaba del nombre Henu-Ka (un alto funcionario). 
Museo Británico.Tablilla de marfil h.3000 a.C.

Otra etiqueta, conocida como el Sello de Mac Gregor, muestra la primera representación completa de un rey egipcio con el llamado tocado Nemes. La imagen muestra a Den en un gesto conocido como golpeando al enemigo. En una mano Den sostiene un cetro, en la otra mano agarra un enemigo por su cabello. Gracias a los rastas y barba cónica del enemigo ha sido identificado como de origen asiático. Los jeroglíficos en la parte derecha dicen primera acción de golpear el este. En el lado izquierdo se inscribe el nombre del alto funcionario Iny-Ka. Parece que Den envió tropas al Sinaí y el desierto del este en varias ocasiones. Los nómadas, conocidos por los antiguos egipcios como Iuntju ('pueblos con arcos de caza'), eran enemigos regulares de Egipto, que a menudo causaban problemas. Ellos son mencionados de nuevo en una inscripción de roca en el Sinaí bajo el rey Semerkhet, uno de los sucesores de Den. 

Den fue enterrado en una tumba ("Tumba T") en la zona de Umm el-Qa'ab de Abydos, que se asocia con otros reyes de la primera dinastía. La Tumba T es una de las más grandes y finamente integrada de las tumbas en esta área, y es la primera en incorporar una escalera y un piso de granito. 
La suya fue la primera tumba de un tramo de escaleras que conducen a ella, las de los reyes anteriores. Es posible que la tumba pudo haber sido utilizada como almacén para los excedentes de producción durante la vida del rey, mientras que también hace más fácil añadir ajuar para su uso posterior en la otra vida por Den. 
La Tumba T es también la primera tumba en incluir elementos arquitectónicos de piedra en lugar de ladrillos de barro. En el diseño original de la tumba, una puerta de madera se encuentra a mitad de camino por la escalera, y un rastrillo colocado delante de la cámara funeraria, diseñado para mantener alejados a los ladrones de tumbas. El suelo de la tumba fue pavimentado en granito rojo y negro de Asuán, el primer uso arquitectónico de piedra dura a gran escala. 
En la entrada de su tumba en Abydos, construida con bloques de piedra se encontraron dos estelas monolíticas en las que únicamente aparecía el nombre del rey escrito en un serej, los dos signos jeroglíficos que componían el nombre eran una mano d (de) y un signo en zig-zag n (n) que representa el agua. 
En su tumba de Abydos se encontraron múltiples tablillas, unas de madera y otras de marfil, que nos han permitido conocer no solo acontecimientos del reinado de este rey, sino otros como lo avanzado de la escritura jeroglífica. En una tablilla de madera de 8 x 5,4 cm. que se encuentra en el British Museum, el texto se lee de derecha a izquierda y trata del año de un “Festival Sed” y posiblemente de la construcción de un palacio real. En la parte derecha de la misma se representa al rey sentado, llevando la “Corona Blanca” del Alto Egipto en el interior de una capilla y a continuación el mismo rey llevando la doble corona, un mayal y una vara entre las manos celebrando un jubileo Hed-Sed alrededor de dos conjuntos de signos hemisféricos peher (correr). En la parte izquierda superior del serej del rey aparecen los dos signos jeroglíficos con su nombre y a continuación el nombre y título de Hemaka, “Portador del sello real y canciller” el cual debió de ser uno de los funcionarios de más relevancia de este reinado. En el extremo superior izquierdo un rectángulo con signos en su interior, el último de ellos hace alusión a la palabra “construir”, y debajo una palabra que significa “Residencia del Rey”. En la parte inferior hay una serie de caracteres jeroglíficos que hacen alusión al “Trono de Horus”. 
Otra tablilla, realizada en marfil, encontrada en su tumba, registra el primer ataque a Oriente, mostrando al rey Den con una maza alzada en la clásica postura de los reyes golpeando a un enemigo extranjero posiblemente asiático, lo que indica que posiblemente el rey hizo una expedición al Sinaí, encima del vencido el serej con el nombre del rey.
El total de tablillas conocidas es de treinta y una, que podríamos considerar anales del rey ya que hacen referencia a hechos importantes de su vida: “Captura del Toro Salvaje cerca de la ciudad de Buto”, el “Viaje del Reput por el lago”, el “alanceamiento de un hipopótamo por parte del rey” etc. 
Un objeto personal del rey fue también encontrado en la tumba de Den, se trata de la tapa de una caja de marfil que lleva una inscripción que refleja que en ella se guardaba el sello utilizado por el monarca durante su reinado y del que Hemaka sería su portador. 
Durante este reinado se documenta el culto del Buey Apis. 
La Tumba está rodeada de los lugares de enterramiento de 136 hombres y mujeres que fueron enterrados al mismo tiempo que el rey. Se le considera criados del rey, un examen de algunos de los esqueletos sugiere que se estrangularon, haciendo de este un ejemplo de sacrificio humano que se considera que es común con los faraones de esta dinastía.  Esta práctica, parece haberse dejado en las posteriores dinastías y sustituidos los criados o servidores por shabtis tomando el lugar de los cuerpos de las personas reales para ayudar a los faraones con el trabajo que se espera de ellos en el más allá.
Hay muchas tablillas e inscripciones en tablillas de piedra con el nombre de este rey y los acontecimientos más importantes de su reinado. Según Manetón pudo reinar 20 años. 
Aparece por primera vez el título nsw-bit (literalmente: “El que pertenece a la caña y a la abeja”) aunque sin nombre; su nombre nebti fue Jasety o quizás Semty. 

ADJIB hacia 2.925 a.C.

ˁḏ ib (Adyib)
De corazón audaz
 
mr biȝ p (Merbiap)
El deseado maravilloso
 
mr biȝ p n (Merbiapen)
El deseado maravilloso
(L R Saqqara nº 1)


r grg p n (Mergeregpen)
El fundador deseado
(Canon de Turín 2.16)
mr biȝ p (Merbiap)
El deseado maravilloso
(L R Abidos nº 6)


Anedjib, más correctamente Adjib y también conocido como Hor-Anedjib, Hor-Adjib y Enezib, es el nombre de Horus de un rey egipcio que gobernó durante la primera dinastía. The ancient Greek historian Manetho named him "Miebidos" and credited him with a reign of 26 years, while the Royal Canon of Turin credited him with an implausible reign of 74 years. El antiguo historiador griego Manetón lo nombró "Miebidos" y le atribuye un reinado de 26 años, mientras que el Canon Real de Turín le atribuye un reinado inverosímil de 74 años. Egyptologists and historians now consider both records to be exaggerations and generally credit Adjib with a reign of 8-10 years. Egiptólogos e historiadores ahora consideran ambos registros exageraciones y, en general se acredita a Adjib con un reinado de 8-10 años. 
Adjib is well attested in archaeological records.Adjib está bien documentado en los registros arqueológicos. His name appears in inscriptions on vessels made of schist, alabaster, breccia and marble. Su nombre aparece en inscripciones de embarcaciones hechas de esquisto, alabastro, brechas y mármol. His name is also preserved on ivory tags and earthen jar seals. Su nombre también se conserva en las etiquetas de marfil y sellos en vasija de barro. Objects bearing Adjib's name and titles come from Abydos and Sakkara. Objetos que llevan el nombre y los títulos del Adjib provienen de Abidos y Saqqara. 
Adjib's family has only partially been investigated.La familia de Adjib sigue siendo parciamente  investigada. His parents are unknown, but it is thought that his predecessor, king Den, may have been his father. Sus padres son desconocidos, pero se cree que su predecesor, el rey Den, puede haber sido su padre. Adjib was possibly married to a woman named Betrest. Adjib estaba posiblemente casado con una mujer llamada Betrest. On the Palermo Stone she is described as the mother of Adjib's successor, king Semerkhet. En la Piedra de Palermo se la describe como la madre del sucesor de Adjib, el rey Semerkhet. Definite evidence for that view has not yet been found. Aún no se ha encontrado una  evidencia definitiva.  It would be expected that Adjib had sons and daughters, but their names have not been preserved in the historical record.Sería de esperar que Adjib tuviera hijos e hijas, pero sus nombres no se han conservado en el registro histórico. A candidate for being a possible member of his family line is Semerkhet. Un candidato para ser un posible miembro de su línea familiar es Semerkhet. 
According to archaeological records, Adjib introduced a new royal title which he thought to use as some kind of complement to the Nisut-Bity-title: the Nebuy-title, written with the doubled sign of a falcon on a short standard.De acuerdo a los registros arqueológicos, Adjib introdujo un nuevo título real que pensaba utilizar, escrito con el signo del doble halcón. It means "The two lords" and refers to the divine state patrons Horus and Seth. Significa "Los dos señores" y se refiere a los patrones estatales divinos Horus y Seth. It also symbolically points to Lower- and Upper Egypt. También señala simbólicamente al Bajo y el Alto Egipto. Adjib is thought to have legitimatised his role as Egyptian king with the use of this title. Adjib se cree que han legitimado su papel de rey egipcio con el uso de este título. 
Sello de impresión del rey Anedjib.
Anedjib, more correctly Adjib and also known as Hor-Anedjib, Hor-Adjib and Enezib, is the Horus name of an early Egyptian king who ruled during the 1st dynasty.

Clay seal impressions record the foundation of the new royal fortress Hor nebw-khet ("Horus, the gold of the divine community") and the royal residence Hor seba-khet ("Horus, the star of the divine community").Impresiones de sellos de arcilla registran la fundación de la nueva fortaleza real Hor nebw-khet ("Horus, el oro de la comunidad divina") y el real Hor residencia seba-khet ("Horus, la estrella de la comunidad divina"). Stone vessel inscriptions show that during Adjib's reign an unusually large number of cult statues were made for the king. Inscripciones en los vasos muestran que durante el reinado de Adjib se hicieron un número inusualmente grande de estatuas de culto para el rey. At least six objects show the depicting of standing statues representing the king with his royal insignia. Al menos seis objetos muestran la Representación de estatuas que representan al rey con su insignia real de pie. 
Stone vessel inscriptions record that Adjib commemorated a first and even a second Hebsed (a throne jubilee), a feast that was celebrated the first time after 30 years of a king's reign, after that it was repeated every 10th year.Las inscripciones en roca muestran y  registran que Adjib conmemoró un primer e incluso una segundo Hebsed (un jubileo trono), una fiesta que se celebraba la primera vez después de 30 años de reinado de un rey, después se repite cada 10 años. But recent investigations suggest that every object showing the Hebsed and Adjib's name together were removed from king Den's tomb. Pero investigaciones recientes sugieren que todo objeto que muestra la Hebsed y el nombre de Adjib juntos fueron retirados de la tumba del rey Den. 
It would seem that Adjib had simply erased and replaced Den's name with his own.Parecería que Adjib simplemente había borrado y sustituido el nombre de Den con el suyo. This is seen by egyptologists and historians as evidence that Adjib never celebrated a Hebsed and thus his reign was relatively short. Esto es visto por los egiptólogos e historiadores como prueba de que Adjib nunca celebró un Hebsed y por lo tanto su reinado fue relativamente corto. Egyptologists such as Nicolas-Christophe Grimal and Wolfgang Helck assume that Adjib, as Den's son and rightful heir to the throne, may have been quite old when he ascended the Egyptian throne. Egiptólogos como Nicolás Grimal-Christophe y Wolfgang Helck asumen que Adjib, como el hijo de Den y heredero legítimo al trono, puede haber sido bastante viejo cuando ascendió al trono de Egipto. Helck additionally points to an unusual feature; Helck, además, apunta una característica inusual; All Hebsed pictures of Adjib show the notation Qesen ("calamity") written on the stairways of the Hebsed pavilion. Todas las imágenes Hebsed de Adjib muestran la notación Qesen ("calamidad") escrito en las escaleras del pabellón Hebsed. Possibly the end of Adjib's reign was a violent one. Posiblemente el final del reinado de Adjib era violento. 
Adjib's burial site was excavated at Abydos and is known as "Tomb X". El lugar de enterramiento de Adjib fue excavado en Abydos y es conocido como "Tumba X". It measures 16.4 x 9.0 metres and is the smallest of all royal tombs in this area. Mide 16,4 x 9,0 metros y es la más pequeña de todas las tumbas reales en esta área. Adjib's tomb has its entrance at the eastern side and a staircase leads down inside. La tumba de Adjib tiene su entrada en el lado este y una escalera conduce dentro. The burial chamber is surrounded by 64 subsidiary tombs and simply divided by a cut-off wall into two rooms. La cámara funeraria está rodeada por 64 tumbas subsidiarias y simplemente divididas por un muro de corte en dos salas. Until the end of the first dynasty, it would seem to have been a tradition that the family and court of the king committed suicide (or were killed) and were then buried along side the ruler in his necropolis. Hasta el final de la primera dinastía, parece haber sido una tradición que la familia y la corte del rey se suicidaba (o murieron) y luego fueron enterrados junto a su necrópolis. 
Mapa de la tumba de Anedjib.

La más pequeña de las dos cámaras contenía varios sellos de cilindro y probablemente era una cámara de almacenamiento. La cámara funeraria estaba hecha de tablones de madera colocados en la arena del desierto sin ninguna otra base. Algunos de estos tablones estaban bien conservados. El techo de la cámara estaba sostenido por postes de madera, uno de los cuales fue encontrado intacto por los excavadores. 

SEMERKHET hacia 2.900 a.C.

s mr ẖt (Semerjet)
El amigo atento
g
iri nbti (Iri nebti)

(British Museum)
smsw (Semsu)
Semsu, El mayor
(L R Abidos nº 7)
s m s m (Semsem)
Semsem
(Canon de Turín 2.17)
Etiqueta de marfil de Semerkhet, en exhibición en el Museo Británico. La sección de la derecha, introducida por el signo "año" de Renpet (un tallo de palma calva), informa, de arriba abajo, una fiesta de la corteza de Sokar, una visita al templo de la deidad ancestral, Wer-Wadyt, y el viaje en un barco real. La parte izquierda de la etiqueta muestra el nombre del trono Iry-Nebty de Semerkhet con un deseo de bendición a continuación. En la esquina superior izquierda se describe el contenido del frasco, al que una vez se ajustó la etiqueta. También se conserva el nombre del alto oficial Henuka, que obviamente fue el responsable de la entrega del frasco mencionado. 

Semerkhet es el nombre de Horus de un rey egipcio que gobernó durante la primera dinastía.Esta regla se hizo conocida a través de una leyenda trágica dictada por el antiguo historiador griego Manetón, que informó de que una calamidad de algún tipo se produjo durante el reinado de Semerkhet. Los registros arqueológicos parecen apoyar la opinión de que Semerkhet tuvo un momento difícil como rey y algunos arqueólogos tempranos incluso pusieron en duda la legitimidad de la sucesión de Semerkhet al trono egipcio. 
Manetón le atribuye un reinado de 18 años, mientras que el Canon Real de Turín le atribuye un inverosímil largo reinado de 72 años. Egiptólogos e historiadores consideran ahora ambas declaraciones como exageraciones y acreditan a Semerkhet con un reinado de 8 1/2 años.Esta evaluación se basa en la inscripción de Estela del Cairo, donde se ha registrado el reinado completo de Semerkhet. Además, señalan los registros arqueológicos, que refuerzan la opinión de que Semerkhet tenía un relativamente corto reinado. 
Jarrón de alabastro de Semerkhet, la inscripción dice: El rey Iry-Nebty visita la casa del rey complacido, con sus botes de aceite, Museo Arqueológico Nacional (Francia)

Semerkhet está bien documentado en los registros arqueológicos. Su nombre aparece en inscripciones de embarcaciones hechas de esquisto, alabastro, brechas y mármol. Su nombre también se conserva en las etiquetas de marfil y sellos vasija de barro. Objetos que llevan el nombre y los títulos del Semerkhet provienen de Abidos y Saqqara. 
El nombre serekh de Semerkhet se traduce comúnmente como "compañero de la comunidad divina" o "amigo reflexivo". La última traducción es cuestionada por muchos estudiosos, ya que el jeroglífico khet (Gardiner-signo F32) normalmente era el símbolo de "cuerpo" o "comunidad divina". 
El nombre de nacimiento de Semerkhet es más problemático.  Cualquier objeto que muestra el nombre de nacimiento carece curiosamente de ningún detalle artístico del signo jeroglífico utilizado: un hombre que camina con la capa ondeando o falda, un tocado Nemes y un palo largo, liso en sus manos. La lectura y el significado de este signo especial es muy discutida. 
Egiptólogos como Toby Wilkinson, Bernhard Grdseloff y Jochem Kahl leen Iry-Netjer, que significa "Él pertenece a los dioses". Esta palabra se escribe a menudo con las vocales individuales cercanas el ideograma del hombre. Algunas etiquetas de marfil muestran el nombre Nebty escrito con el inicio de sesión único de una boca (Gardiner-signo D21). Por lo tanto, leer el nombre del trono de Semerkhet como Iry (que significa "uno de ellos / él que pertenece a...") y el nombre Nebty como Iry-Nebty (que significa "El que es de las dos señoras"). 
Esta reconstrucción se ve reforzada por la observación de que Semerkhet fue el primer rey con el título Nebty en su forma final. Por razones desconocidas Semerkhet no utilizó el Nebuytitle de su predecesor. Parece que se sentía conectado con los 'Dos señoras, un título que se refiere a las diosas Nekhbet y Wadjet, ambas son el equivalente femenino de Horus y Seth. El título Nebty fue pensado para funcionar como una adición al título Nisut-Bity. 
Escribas y sacerdotes de la era Ramessida también estaban confundidos, porque el ideograma arcaico que se utilizó durante la vida de Semerkhet era muy similar a la señal de un anciano con un bastón (Gardiner signo A19). Esto había sido leído como Semsu o Sem y significa "el mayor". Fue utilizado como un título identificar a alguien como el jefe de la casa. 
Debido a esta incertidumbre, parece que el compilador de la lista de reyes de Abidos simplemente trataba de imitar la figura original, mientras que el autor del Canon Real de Turín parece haber sido convencido acerca de la lectura como el signo A19 Gardiner y escribió Semsem con vocales individuales. La Lista Real de Sakkara omite el nombre del trono de Semerkhet. La razón de esto es desconocida, pero todos los reyes desde Narmer hasta el rey Den también perdieron sus nombres de trono. 
Prácticamente nada se sabe acerca de la familia de Semerkhet. Sus padres son desconocidos, pero se cree que uno de sus predecesores, el rey Den, podría haber sido su padre. Semerkhet posiblemente nació de la reina Betrest. En la Piedra del  Cairo se la describe como su madre. Aún no se ha encontrado evidencia definitiva para esto. Sería de esperar que Semerkhet tuviera hijos e hijas, pero sus nombres no se han conservado en el registro histórico. Un candidato para un posible miembro de su línea familiar es su inmediato sucesor, el rey Qa'a. 
Una vieja teoría, apoyada por los egiptólogos e historiadores como Jean-Philippe Lauer, Walter Bryan Emery, Wolfgang Helck y Michael Rice, una vez sostuvo que Semerkhet era un usurpador y no el heredero legítimo al trono. Su hipótesis se basa en la observación de que una serie de vasijas de piedra con el nombre del Semerkhet en ellas fueron inscritas originalmente con el nombre del rey Adjib. Semerkhet simplemente borró el nombre de Adjib y la sustituyó por el suyo propio.  Además, señalan que ningún alto funcionario y sacerdote asociado con Semerkhet se encontró en Sakkara.  Todos los otros reyes, como Den y Adjib, son atestiguados en mastabas locales. 
Hoy en día esta teoría tiene poco apoyo. Egiptólogos como Toby Wilkinson, IES Edwards y Winifred Needler niegan la "teoría de  usurpador ', porque el nombre de Semerkhet es mencionado en las inscripciones de los vasos de piedra junto con los de Den, Adjib y Qa'a. Se encontraron con los objetos en las galerías subterráneas debajo de la pirámide escalonada del rey Zoser en Sakkara. 
Las inscripciones muestran que el rey Qa'a, sucesor inmediato de Semerkhet, aceptó a Semerkhet como ancestro legítimo y heredero al trono. FPor otra parte, los egiptólogos señalan que casi todos los reyes de la primera dinastía tenían el hábito de tomar vasos especiales (los llamados «barcos aniversario ') de la tumba de su predecesor y luego volvían a colocar el nombre de su predecesor con los suyos. 
Semerkhet no sólo confiscó los barcos de Adjib, en su tumba se encontraron también varios artefactos de la necrópolis de la reina Meritneith y el rey ​​Den. La falta de tumba de cualquier alto funcionario de Sakkara se podría explicar bien por el corto reinado de Semerkhet. Parece que el único funcionario conocido de Semerkhet, Henu-Ka, había sobrevivido a su rey: Su nombre aparece en las etiquetas de marfil de Semerkhet y la tumba de Qaa. 
Las impresiones del sello de enterramiento de Semerkhet muestran el nuevo dominio real Hor wep-khet (que significa "Horus, el juez de la comunidad divina") y el nuevo hogar privado Hut-Ipty (que significa "casa del harén"), que fue encabezada por el esposas de Semerkhet.  Dos etiquetas de marfil muestran la anual “Acompañante de Horus', una fiesta conectada a las recaudaciones de impuestos regulares. Otras etiquetas informan de la celebración del culto de la deidad de los antepasados, Wer-Wadyt ("el gran blanco").  Y más etiquetas muestran la celebración de un primer (y única) fiesta Sokar. 
Mientras que la Piedra del  Cairo informa la totalidad del reinado de Semerkhet, por desgracia, la superficie de la losa de piedra está muy desgastada y la mayoría de los eventos ahora son ilegibles. 
Egiptólogos e historiadores prestan especial atención a la entrada "Destrucción de Egipto" en la segunda ventana de registros de años de Semerkhet. La inscripción no da más información sobre el evento.  Pero tiene un parecido con el informe de la de Manetón. La versión de Eusebio dice: Su hijo, Sememspes, que reinó durante 18 años en su reinado una gran calamidad cayó sobre Egipto. La versión armenia suena similar: Mempsis, annis XVIII.  Debajo de él muchos portentos pasaron y se produjo una gran pestilencia."). Misteriosamente ninguno de los documentos a partir de después del reinado de Semerkhet es capaz de informar qué tipo de "calamidad" tuvo lugar bajo Semerkhet. 

La Tumba
El lugar de enterramiento de Semerkhet fue excavado en 1899 por el arqueólogo y egiptólogo Sir William Matthew Flinders Petrie en Abydos y es conocido como "la tumba U". Mientras excavaban, Petrie encontró escaleras como lo hizo en la necrópolis de Den y Adjib.  Encontró una rampa de cuatro metros de ancho y que conduce directamente a la cámara principal.  La rampa se inicia alrededor de diez metros al este fuera de la tumba y tiene una inclinación de bajada de 12°. 
Los eruditos ahora creen que la tumba de Semerkhet fue reabierta y restaurada cuando sacerdotes y reyes ramésidas vieron el sepulcro del rey Djer como el entierro ritual de la cabeza de Osiris. Los hallazgos en el interior de la cámara principal incluyen objetos preciosos, como los embutidos y fragmentos de muebles (especialmente los pedestales), armaduras de cobre a medida y las joyas hechas de ébano, amatista y turquesa. También se encontraron algunos barcos procedentes de Levante. Ellos una vez contuvieron hidrocarburos Bescha, lo cual fue de gran valor para los egipcios. Fuera de la tumba, cerca de la entrada, se excavó una estela dañada hecha de granito negro que muestra el nombre de serekh Semerkhet. 
Fragmento de cerámica que muestra el nombre de serekh Semerkhet 

La cámara funeraria mide 29,2 x 20,8 metros y es de construcción simple. Petrie encontró que la mastaba del rey una vez cubrió la totalidad de las tumbas subsidiarias. Ahora el entierro real forma una unidad con las 67 tumbas subsidiarias. Egiptólogos como Walter Bryan Emery y Toby Wilkinson ven este desarrollo arquitectónico como prueba de que la familia real y los servidores fueron asesinados cuando había muerto su jefe de la familia real. Wilkinson va más allá y considera que Semerkhet, como el rey divino, trató de demostrar su poder sobre la muerte y la vida de sus siervos y miembros de la familia, incluso en su vida futura. La tradición de enterrar a la familia y la corte del rey cuando moría fue abandonada por su sucesor el rey Qaa, uno de los últimos gobernantes de la primera dinastía. 


Mapa de la tumba de Semerkhet en Umm el-Qa'ab

QAA hacia 2,890 a.C.

ḳȝ ˁ (Qaa)
Su brazo está alzado
(P. Kaplony)
http://www.narmer.pl/dyn/tyt/01-08-01.gif
nb.ti qA-a
Nebti Qa`a
Nebti Qa`a
http://www.narmer.pl/dyn/tyt/01-08-02.gif
http://www.narmer.pl/dyn/tyt/01-08-04.gif

ḳȝ ˁ (Qaa). s n (Sen). s n (Sen)
Su brazo está alzado. Hermano.
ḳ b ḥ (Qebeh)
Qebeh
(L R Abidos nº 8)
http://www.narmer.pl/dyn/tyt/01-08-05.gif
ḳ b ḥ w (Qebehu)
Qebehu
(L R Saqqara nº 2)
http://www.narmer.pl/dyn/tyt/01-08-06.gif



Su nombre nbty Kebehu, fue el último rey de la I Dinastía y su reinado se fija en treinta y tres años según las listas del Reino Nuevo y de la Piedra de Palermo, según Manetón reinó veintiséis años, celebró una fiesta Sed. 
Los padres de Qa'a son desconocidos, pero se cree que su predecesor, Anedjib o Semerkhet, era su padre, ya que era tradición dejar el trono al hijo mayor. Si Manetón sugirió correctamente (recordando la tradición), Semerkhet era el padre. 



No se sabe mucho sobre el reinado de Qa'a, pero parece que reinó durante mucho tiempo (alrededor de 33 años). Varias inscripciones de vasijas de piedra mencionan un segundo festival de Sed para Qa'a, que apunta a al menos 33 años de reinado. El primer festival generalmente no se celebraba antes de los 30 años de reinado, y los festivales posteriores se podían repetir cada tercer año. La piedra de Palermo solo menciona el año de la coronación y algunos de los eventos culticos habituales que se celebraban bajo cada rey. Las numerosas etiquetas de marfil que datan de su reinado también mencionan solo los arreglos típicos, como representar y contar las ofrendas funerarias y las posesiones personales del rey. Varias tumbas de altos funcionarios mastaba datan del reinado de Qa'a: 
Merka (S3505), Henuka (entierro desconocido), Neferef (entierro también desconocido) y Sabef (enterrado en la necrópolis real de Qa'a).  
A pesar del largo y próspero reinado de Qa'a, la evidencia muestra que después de su muerte, una guerra dinástica entre diferentes casas reales comenzó sobre el nuevo trono vacío. En la tumba del alto oficial Merka, se encontró un recipiente de piedra con el nombre de un rey Sneferka. No está claro si "Sneferka" era un nombre alternativo de Qa'a o si era un gobernante separado y efímero. Egiptólogos como Wolfgang Helck y Toby Wilkinson señalan a otro misterioso gobernante llamado "Horus Pájaro", cuyo nombre se encontró en fragmentos de buques que datan del final de la primera dinastía. Se postula que Sneferka y Horus Bird lucharon por el poder y que Hotepsekhemwy terminó la lucha y finalmente ascendió al trono de Egipto, iniciando así la Segunda dinastía. Claves fuertes de esa teoría son rastros de graves robos e incendios que se encuentran en las tumbas reales de Abydos. Los sellos de arcilla de Hotepsekhemwy encontrados en la tumba de Qa'a sugieren que restauró la tumba o enterró a Qa'a, tal vez en un intento de legitimar su gobierno.   
Bajo Qa'a los funcionarios Merka y Sabef tenían altos cargos en la administración del palacio. 

Qa'a tenía una tumba bastante grande en Abydos, que mide 98.5 X 75.5 pies o 30 X 23 metros.  El gran tamaño del sitio de entierro de este gobernante en Abydos admite un reinado prolongado. Esta tumba fue excavada por arqueólogos alemanes en 1993 y demostró contener 26 entierros satélites (es decir, sacrificios). Una impresión del sello que llevaba el nombre de Hotepsekhemwy fue encontrada cerca de la entrada de la tumba de Qa'a (Tumba Q) por el Instituto Arqueológico Alemán a mediados de los años noventa.  El descubrimiento de la impresión del sello ha sido interpretado como evidencia de que Qa'a fue enterrada, y por lo tanto tuvo éxito, por Hotepsekhemwy, el fundador de la segunda dinastía de Egipto, como afirma Manetón. La hermosa tumba de la estela de Qa'. Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de Pensilvania.
La tumba de uno de los funcionarios estatales de Qa'a en Saqqara, un cierto noble llamado Merka, contenía una estela con muchos títulos. Hay un segundo festival de sed certificado. Este hecho, más la alta calidad de varias estelas reales que representan al rey, implica que el reinado de Qa'a fue un período de tiempo bastante estable y próspero.
También se han descubierto varios sellos que datan de su reinado en el sitio de entierro de la Primera Dinastía de Umm el-Qa'ab en Abydos. Se cree que Qa'a gobernó Egipto alrededor de 2916 a.C. Un plato inscrito con el nombre y los títulos de Qa'a fue descubierto en la tumba de Seth-Peribsen (Tumba P de Petrie). 

Mapa de la tumba de Qa'a. Tenga en cuenta el entierro subsidiario alrededor de la cámara principal.

Sneferka es el nombre de un antiguo rey egipcio que pudo haber gobernado al final de la primera dinastía. La duración exacta de su reinado es desconocida, pero se cree que fue muy corta y su posición cronológica no está clara.
El nombre serekh de Sneferka es el objeto de las investigaciones actuales, debido al inusual orden tipográfico de los signos jeroglíficos dentro del serekh. Esto llevó a varias lecturas diferentes: su nombre se lee como Seneferka, Sneferka, Neferseka y Sekanefer.  El nombre de serekh "Sneferka" aparece en varios barcos de esquisto y alabastro. Uno fue encontrado en la mastaba del alto oficial Merka que sirvió bajo el rey Qa'a; una segunda en las galerías subterráneas de la pirámide escalonada del rey Djoser (tercera dinastía) y el tercero fue encontrado en una mastaba anónima, también en Sakkara. Un cuarto artefacto con el nombre de Sneferka se encuentra en la colección privada de Georges-Michailidis, pero su autenticidad es cuestionada por arqueólogos y egiptólogos, ya que su origen es desconocido. Además, la inscripción en el objeto Michailidis es un serekh sin Horus-halcón, que es altamente inusual para cualquier artefacto egipcio de ese período de tiempo.  
Junto al serekh de Sneferka, las inscripciones mencionan varias instituciones y lugares ya conocidos gracias a los hallazgos que datan del reinado de Qa'a. Se llaman Qau-Netjeru ("Elevaciones de los dioses") y Ah-Netjer ("Palacio divino") y aparecen en varias inscripciones de vasijas de piedra de la tumba de Qa'a en Abydos. Egiptólogos como Peter Kaplony concluyen que las inscripciones demuestran una adyacencia cronológica al rey Qa'a o que el nombre "Sneferka" era un nombre alternativo que Qa'a llevaba por un corto tiempo.
Dos artefactos de diferentes orígenes muestran el serekh de un rey, cuyo nombre está muy disputado, porque el signo jeroglífico que se usa para escribir el nombre del rey es casi ilegible. Como al menos se reconoció la representación de un ave, el rey en cuestión se llama "Horus Pájaro". Egiptólogos como Wolfgang Helck y Peter Kaplony creen que Sneferka y "Horus Pájaro" lucharon entre sí para ganar el trono de Egipto. Las luchas alcanzaron su punto máximo en el saqueo del cementerio real de Abydos, que por lo tanto fue abandonado. La lucha por el trono posiblemente fue terminada por el fundador de la segunda dinastía, el rey Hotepsekhemwy. Una evidencia que apoya esta teoría es el nombre Horus de Hotepsekhemwy que significa "Las dos potencias están reconciliadas", y podría estar relacionada con una reunificación del reino egipcio después de un período de discordia.   


Fragmento de pizarra con el serekh de Sneferka de Saqqara 

En contraste, el egiptólogo Kim Ryholt cree que Sneferka gobernó durante la segunda dinastía y se identificó con Neferkara I, como lo demuestran las fuentes de Ramesside. Señala la circunstancia de que los escribas de Ramesside a menudo agregaron el símbolo del sol a los nombres de los primeros reyes dinásticos, ignorando el hecho de que el sol aún no era un objeto de adoración divina en ese momento temprano. Para apoyar su punto de vista, Ryholt apunta a nombres de cartela como Neferkara II y Nebkara I, que representan a los primeros reyes y contradictoriamente tienen un símbolo solar en sus nombres. Egiptólogo Aidan Dodson piensa por igual y señala el hecho, que casi todos los serekhs de Sneferka están hechos "en borrados", lo que lleva a la conclusión de que Sneferka usurpó los vasos de Qa'a. Este comportamiento fue típico de los reyes que gobernaron un poco más tarde que el propietario original de los artefactos reutilizados y que gobernaron solo por un tiempo muy breve.  

Horus Pájaro, también conocido como Horus-Ba, es el nombre de un faraón que pudo haber tenido un reinado muy corto entre la primera dinastía y la segunda dinastía de Egipto.
Hay muy pocas fuentes de nombres confiables para Horus-Bird. La primera declaración conocida de este rey puede ser un serekh con un ave sin detalles encontrada por F. Petrie en la tumba de Qa'a en Abydos. Otra inscripción más legible que muestra un serekh con un ave se encontró más tarde en un fragmento de la embarcación PD IV n.108 en el complejo piramidal de Djoser en Saqqara. Una inscripción en el jarrón shist PD IV n97 del complejo piramidal de Djoser también podría referirse a Horus-Bird. 
Dado que el signo jeroglífico está escrito de manera tan errática, la lectura posiblemente correcta sigue siendo incierta. Mientras egiptólogos como Wolfgang Helck y Peter Kaplony ven una representación de un ganso, leen el nombre como Sa (que lo convertiría en un "Hijo de Horus") o como Geb (eb) (que lo convertiría en un "Heredero de Horus"). ”).  El egiptólogo Nabil Swelim en cambio ve una representación de una cigüeña de pico sastre y lee a Ba (convirtiéndola en un "Alma de Horus"). 
Se sabe muy poco sobre el rey Horus-Bird. Las pocas evidencias arqueológicas apuntan a la existencia de uno o más gobernantes efímeros después de la muerte de Qa'a y antes de Hotepsekhemwy, de los cuales Horus-Bird pudo haber sido uno.
Egiptólogos como Černý y Peter Kaplony piensan que Horus-Bird podría ser idéntico al igualmente atestiguado Rey Horus-Ba. De hecho, este gobernante escribió su nombre con el signo de la pierna o los signos de la pierna y el carnero, que decían "Ba". Černý y Kaplony piensan que el pájaro en el serekh de Horus-Bird es el signo del ganso con la misma transcripción, "Ba". En este caso, Horus-Ba y Horus "Pájaro" podrían ser la misma figura histórica. La teoría de Černý y Kaplony no es comúnmente aceptada, la presencia de Serekh de Horus-Bird en la tumba de Qa'a apuntando más bien a un interregno con Horus-Bird entre la primera y la segunda dinastía.
El sitio de entierro de Horus-Bird es desconocido.

El nombre de Horus de "Horus-Bird" inscrito en el fragmento PDIV n.108 encontrado en el complejo piramidal de Djoser en Saqqara.



EL CEMENTERIO REAL DE ABYDOS
La naturaleza de la primitiva civilización egipcia se ve expresada, principalmente, a través de la arquitectura monumental; en especial, en las tumbas reales y en los recintos funerarios de Abydos, así como en las grandes tumbas de altos cargos en el norte de Saqqara.
Los estilos formales característicos del arte egipcio ya surgieron en los períodos Naqada III/Dinastía 0 y a principios del Período Dinástico. Lo que es auténticamente egipcio de la arquitectura monumental y del arte conmemorativo - como es el caso de la Paleta de Narmer – es su reflejo del incondicional apoyo de la Corona a artífices y artesanos de plena dedicación.
Los objetos encontrados en tumbas reales y en las de élite nos hacen pensar en una artesanía de altísima calidad. Como ejemplos, podemos citar un disco de esteatita con una escena incrustada de alabastro, que representa a dos perros sabuesos cazando gacelas, procedente de la tumba 3035, en Saqqara, y brazaletes hechos con cuentas de oro, turquesa, amatista y lapislázuli, procedentes de la tumba del Rey Djer en Abydos.
De forma similar se observa un alto nivel de artesanía en los objetos de marfil y ébano, así como en los útiles de cobre y recipientes encontrados en tumbas de élite, reflejo todo ello del mecenazgo de la Corte. La presencia de artefactos de cobre en tumbas quizás pudo haber sido el resultado de incursiones reales a minas de cobre en el Desierto Oriental, junto a un incremento del comercio con regiones mineras de ese mineral en el Negev/Sinaí, aparte de la expansión del trabajo en cobre por todo Egipto.
Aunque en un principio se pensó que los gobernantes de la Dinastía I habían sido enterrados en Saqqara Norte, donde el antropólogo británico Bryan Emery había excavado grandes superestructuras de ladrillos de barro crudo con elaboradas fachadas de hornacina, ahora la mayoría de eruditos cree que dichas tumbas pertenecían a altos funcionarios de la Dinastía I y Dinastía II, y que el cementerio real de la zona de Umm el-Qa’ab es el verdadero lugar de enterramiento de sus reyes.
Solamente en Abydos existe un reducido grupo de tumbas grandes que corresponden a reyes y a una reina de esta dinastía, y sólo en Abydos se encuentran restos de recintos funerarios de todos los gobernantes de esta dinastía, menos uno, lo que quedó demostrado por el Egiptólogo australiano Doctor David O’Connor, Profesor en la Universidad de Nueva York homenajeado en 2007 por el Consejo Superior de Antigüedades de Egipto con sus excavaciones durante los años 80 y 90.
Lo que es de una evidencia cristalina en el Cementerio Real de Abydos es cómo se encuentra simbolizada la ideología de la realeza en el culto funerario. El desarrollo de la arquitectura monumental simboliza un ordenamiento político de otras dimensiones, con una religión estatal encabezada por un dios-rey que legitima el nuevo orden político.
A través de la ideología, y su material forma simbólica presente en las tumbas, las creencias relacionadas con la Muerte nos reflejan una organización social jerarquizada de las personas, y un estado controlado por el rey; una transformación  motivada políticamente de un sistema basado en la creencia de consecuencias directas en el sistema socio-económico.
Al rey se le dispensaba el enterramiento más ostentoso y refinado, como correspondía a su rol simbólico de mediador entre los poderes del Más Allá y sus súbditos fallecidos que, junto a la creencia en un orden terrenal y cósmico, habrían dotado al primitivo estado dinástico de una cierta cohesión social.
Durante los años 90, Émile Amélineau excavó siete complejos de tumbas que más adelante serían re-excavadas por Petrie  que correspondían a otros tantos monarcas: Djer, Djet, Den, Anedjib, Semerkhet, Qa’a, y a la reina Merneith que podría haber sido madre de Den, e incluso ejercer como regente a principios del reinado. Estas tumbas no sólo fueron saqueadas sino también destruidas por el fuego de forma intencionada. Durante el Imperio Medio, las tumbas se re-excavaron y reconstruyeron para el culto de Osiris, y la tumba de Djer fue reconvertida en un cenotafio del dios.
Con esta historia como marco, impresiona que sólo el trabajo de Petrie de 1899-1901, y las posteriores excavaciones llevadas a cabo por el Instituto Arqueológico Alemán a partir de 1970, hayan hecho posible la reconstrucción de estas primitivas tumbas.
Aunque de estas tumbas sólo quedan cámaras subterráneas hechas de ladrillo de barro crudo, las tumbas estuvieron originalmente techadas, y probablemente cubiertas con un montículo de arena frente al que habrían sido colocadas estelas de piedra con el nombre real esculpido, de las que quedan algunas muestras. Cada tumba real estaba rodeada de filas de tumbas subsidiarias.
En la zona nordeste del Cementerio Real, conocida como Cementerio B, se encuentra el complejo del rey Aha, convencionalmente considerado en la actualidad como el primer rey de esta Dinastía I.
En el Cementerio B, también hay tumbas que han sido identificadas por Werner Kaiser como las de los tres últimos reyes de la Dinastía 0: Iri-Hor, Ka y Narmer. Estas tumbas están formadas por cámaras dobles, mientras que las del complejo de Aha están formadas por varias cámaras separadas, construidas en tres fases, con un cierto número de enterramientos subsidiarios al nordeste.
Aunque saqueada, en la tumba de Aha se puede apreciar una nueva dimensión en los enterramientos. Hay restos de grandes capillas de madera en tres cámaras, y treinta y tres enterramientos subsidiarios, con restos de varones jóvenes de entre 20 y 25 años que, muy probablemente, habrían sido sacrificados cuando su rey fue enterrado. Cerca de estas tumbas subsidiarias, se han encontrado restos de enterramientos de, al menos, siete leones de corta edad.
Todos los demás enterramientos reales de la Dinastía I de Abydos tienen tumbas subsidiarias con ataúdes de madera, si bien este período es el único del Antiguo Egipto en que se sacrificaron seres humanos para los enterramientos reales.
La afirmación de la autora de este ensayo, la Profesora Kathryn A.Bard, de que el período que nos concierne, es decir la Dinastía I, “es el único del Antiguo Egipto en que se sacrificaron seres humanos para los enterramientos reales” parece implicar que estos hechos sólo ocurrieron durante la Dinastía I, y nunca antes.
Esto, dicho así, no parece encajar con lo que la Profesora Béatrix Midant-Reynes,  nos comenta:
Ya Petrie apuntó la posibilidad de la existencia de sacrificios humanos, y tenemos dos casos identificados en Adaïma con clara evidencia de gargantas seccionadas y decapitación. Aunque escasa y dispersa, esta posible evidencia de sacrificio auto-infringido podría representar el preludio de los sacrificios humanos masivos alrededor de las tumbas reales de principios del Período Dinástico, en Abydos, que marcaron el punto de inflexión en el nacimiento de la realeza egipcia en el Período Dinástico”.

A menos que, en efecto, los sacrificios humanos masivos alrededor de las tumbas reales sólo se practicasen en la Dinastía I. Este es el punto que, en mi humilde opinión, queda algo impreciso.
Y, terminado el inciso, la Doctora Nancy Lovell, antropóloga biológica norteamericana, Catedrática de Antropología de la Universidad de Alberta, que ha examinado los esqueletos de algunas de estas tumbas subsidiarias, sugiere que sus dientes muestran señales de muerte por estrangulamiento. Es posible que altos cargos, sacerdotes, criados y domésticas fuesen todos sacrificados para servir al rey en la otra vida.
Toscas estelas grabadas con los nombres de los difuntos, acompañaban a muchos de estos enterramientos en los que se encuentran cacharros, vasijas de piedra, útiles de cobre y objetos de marfil.
También se han encontrado en estas tumbas, enanos probablemente contratados para divertir al rey y perros de caza o animales de compañía.
La tumba de Djer es la que contiene el mayor número de tumbas subsidiarias (unas 338) mientras que, en general, en las tumbas posteriores, sólo aparecen unas cuantas, por lo que al parecer, por razones que se desconocen, esta práctica se extinguió después de la Dinastía I. Más adelante se aceptaron como substitutos válidos a pequeñas estatuas de sirvientes a las que siguieron los shabtis, figurillas funerarias que acompañaban al difunto en su viaje.
Todas las tumbas de la Dinastía I tenían una capilla de madera en el lugar del enterramiento. La mayor es la de Djer, con una superficie de unos 70 x 40 metros, incluyendo los enterramientos subsidiarios dispuestos en filas.
La sepultura real estaba colocada en el centro de una cámara revestida de ladrillo de barro crudo de 18 x 17 metros (306 m² de superficie de suelo) y 2’6 m de profundidad, con muretes bajos perpendiculares a sus tres lados, formando cámaras de almacenamiento separadas.
Aunque esta tumba acabó convirtiéndose en una capilla para el dios Osiris, Petrie aún pudo encontrar un brazo envuelto en lino con brazaletes que, aparentemente, procedían del entierro original. El brazo acabó desapareciendo, pero los brazaletes se conservan en el Museo de El Cairo.
Para el reinado del rey Den, a mediados de la Dinastía I, ya se observa una innovación importante en el diseño de tumbas reales: El acoplamiento de una escalera de acceso, lo que hacía posible su construcción, incluyendo el techado, mientras el monarca permanecía vivo, facilitando, además, su ejecución dentro de hoyos de gran profundidad.
A mitad de camino de la escalera, había una puerta de madera y, tras ella, justo a la entrada de la cámara sepulcral, una compuerta bloqueaba la entrada a los posibles saqueadores de tumbas.
La tumba y los 136 enterramientos subsidiarios ocupaban una superficie de 53 x 40 m, y la propia cámara sepulcral cubría unos 15 x 9 metros de superficie de suelo y tenía una profundidad de 6 m.
El diseño y la decoración de la tumba son los más exquisitos de Abydos; los suelos estaban pavimentados con planchas de granito rojo y negro de Aswan, siendo éste el primer caso conocido del uso de esta durísima piedra a gran escala.
Un pequeño habitáculo al sureste, con su propia escalera de acceso, pudo haber sido un antiguo serdab; cámara donde se colocaban estatuas del finado.
Las excavaciones llevadas a cabo por el Instituto Arqueológico Alemán en zonas de escombros de anteriores excavaciones, indican que entre los objetos funerarios encontrados se halla una multitud de recipientes con impresiones de sellos, vasijas de piedra, etiquetas con inscripciones y otros artefactos tallados de marfil y ébano, así como incrustaciones procedentes de cajas o muebles.
Al sur de la cámara funeraria, las cámaras subsidiarias, inusualmente largas, contenían jarras que, probablemente, en su día, habrían contenido vino.
En un enterramiento posterior, perteneciente al rey Semerkhet, Petrie descubrió la rampa de acceso no una escalera como en el caso de la tumba de Den  completamente saturada de un aceite aromático hasta una altura de tres pies. Casi 5.000 años después del enterramiento, el perfume era tan intenso que impregnaba toda la tumba.
En la tumba perteneciente al último rey de la Dinastía I, Qa’a, y durante la re-excavación realizada por el mencionado Instituto alemán, se encontraron treinta etiquetas cuyas inscripciones describían la entrega del aceite. Lo más probable es que este aceite fuese importado de Siria o Palestina, y que hubiese sido obtenido de frutos o resinas de árboles locales.
La presencia de tan enorme cantidad de aceite en la tumba de Semerkhet quizás durante la ceremonia funeraria ciertamente parece sugerir la existencia de un comercio exterior a gran escala, totalmente controlado por la Corona, así como la enorme importancia que tan lujosa mercancía tenía en los entierros reales.
Las tumbas reales de Abydos están ubicadas en el bajo desierto (Umm el-Qa’ab). Al nordeste, junto al borde del cultivo, se encuentran unos recintos funerarios, llamados “fortalezas” por los antiguos excavadores, donde el culto de cada rey podría haber sido perpetuado por sacerdotes u otro personal después de su enterramiento en la tumba real, como se acostumbraba a hacer en posteriores complejos mortuorios reales.
El recinto funerario mejor conservado, conocido actualmente como Shunet el-Zebib, perteneció al rey Khasekhemwy, de la Dinastía II. Sus muros de hornacina interiores se siguen conservando hasta una altura de entre 10 y 11 metros, cubriendo una superficie de alrededor de 124 m x 56 m.
En 1988, O’Connor descubrió un gran túmulo de arena y grava cubierto con adobe, de planta más o menos cuadrada, dentro del recinto. Este túmulo se encontraba situado cerca de la misma zona donde se alzaba la Pirámide Escalonada del complejo funerario del Rey Djoser, en Saqqara, de la Dinastía III, que empezó como una mastaba de estructura baja y no fue hasta la cuarta etapa cuando se convirtió en una estructura escalonada. Los dos complejos de Khasekhemwy y Djoser estaban rodeados de enormes muros de cerramiento de hornacina con sólo una entrada en el sureste.
El complejo del Rey Djoser se construyó unos 40 o 50 años después del de Khasekhemwy, y el túmulo de Shunet el-Zebib podría evidenciar una estructura o túmulo “proto-pirámide”.
No se sabe si los túmulos de Abydos se construyeron en los recintos funerarios de principios de la Dinastía I, pero es muy posible que ocurriese así. En consecuencia, la evolución del culto mortuorio real y su aspecto monumental se pueden claramente apreciar en Abydos.
Para la Dinastía III, el culto funerario real ya daba muestras de la existencia de un nuevo ordenamiento del poder real, con un despliegue de recursos y mano de obra para su utilización en la construcción de los primeros monumentos del mundo construidos con piedra.
A principio de los años 90, el Profesor O’Connor descubrió, al sureste del recinto funerario de Djer y justo fuera del muro exterior nordeste del de Khasekhemwy, doce enterramientos de barcos que consistían en profundas zanjas que contenían cascos de barco de madera de entre 18 y 21 metros de largo pero sólo unos 50 cm de alto.
Dentro y alrededor de los cascos, se habían colocado ladrillos formando una estructura de hasta 27’4 metros de longitud. La cerámica asociada con las embarcaciones toda ella data de principios del Período Dinástico, pero al día de hoy no se sabe si los barcos son de la Dinastía I, o de la II. Todos parecen ser de la misma época, y es posible que vayan apareciendo más conforme se amplía la excavación en la zona.
Se han encontrado enterramientos de embarcaciones más pequeños asociados con las tumbas de altos cargos, en Saqqara y Helwan, de principios del Período Dinástico. Los ejemplos más conocidos del Imperio Antiguo los tenemos en dos barcos, en condiciones de conservación óptimas, relacionados con la pirámide Khufu en Giza.
El significado de estos enterramientos de barcos se desconoce; es posible que estas embarcaciones se utilizasen en ceremonias funerarias, o que fuesen enterradas simbólicamente para el viaje final al Más Allá. Los de Abydos constituyen la evidencia más temprana de una asociación entre los barcos y el culto mortuorio real.
La evidencia de Abydos nos descubre el enorme gasto del Estado en los complejos mortuorios de los reyes de la Dinastía I, tanto en tumbas como en recintos funerarios.
Estos gobernantes ejercían un control absoluto sobre enormes activos que incluían la producción artesanal desde tiendas reales, productos exóticos y materias primas importadas de forma masiva del extranjero; e incluso sobre el reclutamiento de mano de obra, así como el de los individuos que podían ser sacrificados para los entierros reales.
El rol supremo del rey ciertamente se ve expresado en estos monumentos, y los símbolos del culto mortuorio real - tan evidentes en Abydos - acabarían evolucionando hacia los exquisitos complejos piramidales de los imperios Antiguo y Medio.

LAS TUMBAS DE LOS ALTOS CARGOS EN SAQQARA NORTE Y EN OTROS LUGARES
En Saqqara Norte existen unas impresionantes tumbas de altos cargos de la Administración de la Dinastía I, aunque no a una escala comparable con los monumentos combinados tumba y recinto funerario que los reyes de la Dinastía I edificaron en Abydos.
Algunas de estas tumbas eran importantes, pero lo que realmente impresiona son las superestructuras de hornacina hechas de adobe de las que carecen los enterramientos reales de Abydos.
Las tumbas de Saqqara Norte están en mucho mejor estado de conservación que las tumbas reales de Abydos. Cuando se excavaron, algunas de las fachadas de hornacina todavía conservaban restos de diseños geométricos pintados, y las cámaras funerarias todavía conservaban su suelo tarimado.
Algunas de ellas también iban acompañadas de hileras de enterramientos subsidiarios; pero de éstos hay menos que en el Cementerio Real de Abydos.
Es posible que las tumbas del Saqqara Norte combinasen, en una única estructura, los dos símbolos monumentales de estatus en Abydos: Una tumba subterránea, y un recinto de hornacina en la superficie. Por ejemplo, la Tumba 3357, que data del reinado de Aha, a principios de la Dinastía I, consiste en una muy elaborada superestructura de hornacina, rodeada de dos muros de adobe de 48’2 x 22’00 metros de superficie de suelo.
La subestructura se encuentra dividida por muros en cinco grandes cámaras, con techo de madera, mientras que la superestructura dispone de veintisiete cámaras adicionales para más objetos funerarios. En su lado norte, hay lo que se conoce como “estado modelo” con habitáculos de menor tamaño, tres estructuras de tipo granero, un enterramiento de barco en adobe, y restos de un jardín.
Los cientos de recipientes encontrados en esta tumba vienen inscritos con el nombre del rey e información sobre su contenido. Aunque se desconoce el nombre del propietario de la tumba, tiene que haberse tratado de uno de los personajes más destacados del reino, como se puede apreciar no sólo por el tamaño de la superestructura y su contenido, sino también por las estructuras adicionales y el enterramiento del barco.
Con el paso del tiempo, el diseño de estas tumbas en Saqqara fue cada vez más elaborado, con una distribución de las cámaras más compleja, tanto en la subestructura como en la superestructura, o en los muros de cerramiento. Al igual que en Abydos, se incorporaron escaleras de acceso a la tumba en Saqqara Norte.
Más adelante, a finales de las Dinastía I, se construyeron dos tumbas diseñadas con superestructuras escalonadas rectangulares bajas, hechas de adobe, que posteriormente serían rodeadas por muros de hornacina.
Emery creyó que la Pirámide Escalonada de Djoser habría evolucionado a partir de estas dos estructuras escalonadas, pero es más probable que los elementos del primer complejo piramidal derivasen de los recintos funerarios y las tumbas reales de Abydos.
Aunque se han registrado grandes tumbas con fachadas de hornacina en otros yacimientos, tales como Tarkhan, Giza y Naqada, el mayor número, y también las de mayor tamaño, se concentran en Saqqara Norte.
Lo que se ha encontrado en Saqqara Norte de la Dinastía I prueba la existencia de una clase oficial dentro un estado grande. Estas tumbas habrían sido también los monumentos más importantes del estado en el norte y, por lo tanto, serían el símbolo de un estado centralizado, gobernado muy eficazmente por el rey y sus administradores.
Esas enormes cantidades de mercancía artesanal que se desviaban de la economía hacia las tumbas, es indicativo de la enorme riqueza de este primitivo estado que se repartían un puñado de altos cargos.
Evidentemente, el culto mortuorio era también de gran importancia para los plebeyos, por lo que se tendía a emular la parafernalia que rodeaba los enterramientos reales, con matices de modestia, en el exclusivo cementerio de Saqqara Norte.
Quitando los enterramientos subsidiarios de quienes podrían ser criados, sirvientes o simples seguidores del rey, no hay evidencia de la existencia de enterramientos más pequeños de funcionarios de rango medio o bajo de la Dinastía I en Saqqara Norte; a éstos se les enterraba en otros lugares, como es el caso del cementerio cercano al pueblo de Abusir.
El cementerio de Saqqara Norte está situado en una prominente cresta de caliza que domina el valle, y la presencia de unas superestructuras de hornacina tan elaboradas, deberían de haber sido vistas por otra clase de funcionarios como impresionantes símbolos de un estatus.
Por todo Egipto se han encontrado tumbas más pequeñas y sencillas sepulturas en fosas que apuntan, no sólo a una estratificación social, sino a la importancia que tenía el culto mortuorio para cualquier clase social.
Los enterramientos más sencillos de este período se reducen a simples hoyos excavados en la arena del bajo desierto, como el de “Fort Cemetery”, en Hieraconpolis. Estas sepulturas carecían de ataúdes y el ajuar funerario consistía mayoritariamente en unas cuantas vasijas.
Los de un estatus superior eran más amplios e iban provistos de una gran cantidad y variedad de objetos funerarios. A veces, estaban guarnecidos de madera o ladrillo de barro, y provistos de techo, como es el caso de las tumbas excavadas por Petrie en Tarkhan.
En Abu Omar, en el Delta, se descubrió un enterramiento de este tipo, muy elaborado, en el que la fosa estaba dividida en dos o tres habitáculos que contenían un conjunto funerario de hasta 125 elementos, y en el que la sepultura mayor medía 4’9 x 3’25 metros.
Tumbas con superestructuras de adobe, como las que el arqueólogo norteamericano George Andrew Reisner (1867-1942) excavó en el Cementerio 1500 en Nag el-Deir, se han encontrado en el Alto y el Bajo Egipto.
Este tipo de superestructuras, a veces de hornacina, solían cubrir una sencilla fosa o subestructuras más elaboradas de entre uno y cinco habitáculos. En estas tumbas, el cuerpo contraído se encontraba dentro de un ataúd de madera, o de cerámica, acompañado de un respetable ajuar compuesto de una gran variedad de objetos funerarios.
Dado que la mayoría de la evidencia arqueológica de que disponemos es mortuoria, las conclusiones sobre la organización socio-política y económica provienen, en su gran mayoría, de los datos aquí aportados. Puesto que en el Delta se continúan excavando montañas de escombros, es posible que, eventualmente, se pueda disponer de más datos sobre asentamientos de este período.
Con las pruebas de que se dispone, se puede discernir un patrón que apunta al establecimiento de muchos asentamientos nuevos, con sus cementerios asociados, en ambas orillas de El Nilo, en la región de Menfis, como centro socio-económico desplazado hacia el norte por la Dinastía I. Nuevos yacimientos vieron la luz en el Delta oriental, sin duda relacionados con el incremento del comercio y otras incursiones de ultramar.

EXPANSIÓN DEL PRIMITIVO ESTADO EN EL SUR DE PALESTINA Y EN NUBIA
Existen pruebas de la expansión egipcia en la Baja Nubia durante la Dinastía 0 y principios de la Dinastía II, así como de una presencia continuada en el norte del Sinaí y el sur de Palestina. Su presencia en este último país no se alargó hasta el final del Período Protodinástico, pero con la penetración de Egipto en Nubia, la cultura autóctona Grupo-A acabó desapareciendo en tiempos de la Dinastía I. Con la unificación de Egipto y su constitución en un gran estado territorial, la Corona estaría deseosa de hacerse con el control directo de este mercado, lo que dio lugar a incursiones militares en la Baja Nubia.
Una escena, esculpida en la roca, en Gebel Sheikh Suliman, cerca de Wadi Halfa, sugiere algún tipo de victoria militar egipcia y, posiblemente, también represente una campaña Nubia lo que aparece en una etiqueta de ébano encontrada en Abydos.
Es más que posible que, ante el despliegue de fuerza de los egipcios, pueblos del A-Group simplemente abandonasen la Baja Nubia y marchasen a cualquier otra parte  al sur o a las regiones más desérticas ya que no se tiene evidencia de pueblos autóctonos que viviesen en la Baja Nubia hasta la cultura C-Group que comenzó hacia finales del Imperio Antiguo.
Cómo pudo Egipto materializar su control sobre la Baja Nubia, es una incógnita. Se ha encontrado evidencia de asentamientos egipcios en Buhen Norte, con estratos tan antiguos como de la Dinastía II. Sin embargo, dataciones más fiables en Buhen, procedentes de sellos reales de la Dinastía IV y de la V, nos hacen dudar si se trataban de fortalezas egipcias permanentes, o de centros administrativo-comerciales en Nubia durante el Período Protodinástico.
Las ciudades fortificadas encontradas en el norte y sur de Palestina han sido datadas en el período EBA II (Era del Bronce Antigua II) que corresponde a la Dinastía 0, conexión basada en evidencias excavadas por Petrie en dos tumbas reales de Abydos; las de Den y Semerkhet.
Petrie encontró trozos de vasijas importadas con diseños pintados que interpretó como egeos. Esta cerámica ha recibido el nombre de “Cerámica de Abydos” y ahora se sabe que procede de la cultura EBA II, del sur de Palestina.
En el estrato III del yacimiento de Ain Besor, también al sur de Palestina, se han encontrado noventa fragmentos con impresiones de sellos reales egipcios asociados a un pequeño edificio de adobe, y cerámicas en su mayoría egipcias, incluyendo innumerables fragmentos de moldes de pan. Las impresiones de sellos están hechas de arcilla local y evidentemente pertenecen a altos cargos reales de la Dinastía I.
Aparecen testificados los nombres de cuatro reyes Djer, Den, Anedjib y, probablemente, Semerhet, y la cerámica y las impresiones de sello sugieren la existencia de un comercio de organización estatal, dirigido y controlado por funcionarios egipcios residentes en este asentamiento durante la mayor parte de la Dinastía I.
El Profesor Alan Shulman, Catedrático de Historia Antigua en el Queen’s College de Nueva York, ya fallecido, que identificó las impresiones de sellos, era de la opinión de que el lugar funcionaba como un puesto de control fronterizo, precedente o prototipo de los descritos en dos papiros datados en el Período Ramésida.
Evidencias de este tipo no han aparecido en el sur de Palestina durante la Dinastía I y II, por lo que podría ser que para entonces se hubiese roto el contacto terrestre activo mientras se intensificaba el comercio por mar con el Líbano.
Puesto que las materias primas de esta región, tales como madera, aceites, resinas y coníferas se importaban desde allí en grandes cantidades que probablemente sólo se podrían transportar por mar es posible que la ruta terrestre a Palestina se fue evitando de forma gradual.
Parece significativo que la prueba inscrita más antigua de un rey en el yacimiento libanés de Biblos pertenezca al reino de Khasekhemwy, el último rey egipcio de la Dinastía II.
De su propia escritura se deduce que no había en Egipto mejor trabajo ni más importante que el de escriba.
Esto no debería sorprendernos de una cultura cuya estructura administrativa parece haber sido más bien compleja. Ya en los comienzos de su historia, Egipto disponía de una serie de departamentos gubernamentales cuyo cometido consistía en gestionar y proporcionar alimento, mano de obra, crear y ejecutar proyectos de construcción, finanzas, asuntos legales, así como un departamento separado, exclusivamente dedicado a la administración del trabajo generado por el escriba.
Cualquier ciudadano con capacidad económica suficiente se construía su propio monumento funerario amplio y lujoso. Y de la documentación recuperada en el pueblo ocupado por los trabajadores responsables de las tumbas del Valle de los Reyes, se puede apreciar la enorme importancia que se daba al escriba en estos proyectos.
Por otra parte, hacen justicia los arqueólogos en estar agradecidos a los escribas. En muchos casos, y gracias a su trabajo, se ha podido disponer de una visión de la vida del pueblo con la que sólo habríamos podido especular con lo que se desprende de algunos informes arqueológicos.
Es por ello por lo que a la hora de interpretar el contenido de un escrito hay que actuar con una exquisita prudencia, ya que podríamos estar intentado utilizar algo para lo que quizás no habría sido creado.
Por ejemplo, las inscripciones de los templos y monumentos no tenían como objetivo proporcionar información, sino lograr un objetivo, como pudo haber sido asegurarse de que los rituales funerarios continuarían; incluso si no había nadie presente para realizarlos; o bien para dejar constancia del responsable del proyecto de construcción de una parte específica de un templo.
Prácticamente, desde el momento en que empezaron a descifrar los jeroglíficos, el hierático y el demótico, la Egiptología se convirtió en una continua lucha por reconciliar la evidencia socio-económica procedente de los informes arqueológicos, con la información histórica más específica contenida en los antiguos textos.
Mientras que el nuevo conocimiento proporcionado por los textos aportaba el potencial para revivir los propios pensamientos y emociones de los antiguos egipcios, también abría una puerta a la tentación de dar por hecho que las respuestas a las incógnitas de la civilización egipcia deberían encontrarse en la palabra escrita, más que en el propio terreno del arqueólogo.
La visión puramente arqueológica de la cultura egipcia, al haber permanecido conservada en forma de muros soterrados, artefactos y material orgánico, siempre había sido considerada en el contexto de un corpus de textos escritos, ricamente realizados sobre piedra o papiro.
La ausencia de textos escritos de la Prehistoria puede ser bastante frustrante pero, sin duda alguna, ha proporcionado a los prehistoriadores una mayor libertad para plantear nuevas teorías e hipótesis basadas puramente en la cultura del material que ha sobrevivido.
En la arqueología egipcia, como en otras disciplinas históricas, la palabra escrita, con todo su potencial de subjetividad y persuasión, está dotada de una paradójica tendencia a oscurecer, y a veces eclipsar, la evidencia arqueológica.
La exposición hecha por Barry Kemp sobre la administración de Nubia durante el Imperio Medio, indica que las fuentes textuales, normalmente sólo pueden revelar fragmentos de sistemas, mientras que la Arqueología pude sugerir, de forma amplia, las líneas estructurales de una sociedad.
La evidencia textual, por otra parte, con frecuencia nos puede proporcionar los detalles individuales que ayudan a transformar los procesos socio-económicos abstractos en algo más cercano a la Historia convencional.
El presente análisis esclarece de forma contundente la actual situación de la Egiptología en cuanto al papel que desempeñan en ella los pilares profesionales sobre los que se sustenta.
Es en base a este enfoque que la Egiptología ha avanzado de forma vertiginosa durante las últimas décadas, de lo que son responsables, de forma meritoria y por igual, egiptólogos, arqueólogos, antropólogos y filólogos.
Estas reflexiones, ya expresadas por el Profesor Shaw en una de sus referencias bibliográficas que se reseñan al pie de esta “Hoja Suelta”, me hacen, de nuevo, retrotraerme en el tiempo ante la constante y reiterada mención del "personaje" en todos estos ensayos.
Se trata, claro está del omnipresente Petrie, cuyo corto nombre no consigue ocultar la grandeza de su figura.
Me refiero, entre otras importantísimas ya mencionadas, a su extraordinaria aportación, en su mayoría aún vigente, al conocimiento o aproximación a la vida cotidiana del pueblo llano egipcio, producto de sus, a veces consideradas, “minucias arqueológicas”. Y muy en especial, a su merecido apelativo, entre otros, de “Padre de la Prehistoria Egipcia”.

INVENCIÓN Y UTILIZACIÓN DE LA ESCRITURA
Dependiendo de cuándo emerge el primitivo estado egipcio, la primera utilización conocida de la escritura que sugieren los hallazgos de la Tumba U-j de Abydos podría adelantar la fecha de la unificación política del norte y sur de Egipto.
Es un hecho, que durante la Dinastía 0 la escritura la practicaban los escribas y artesanos del estado egipcio, y aunque muchos especialistas consideran que el sistema de escritura se inventó en el cuarto milenio A.C., quizás estimulado por Mesopotamia, donde aparece la escritura más antigua conocida, los sistemas son tan dispares que es más que probable que ambos fuesen el resultado de invenciones independientes.
Es probable que la codificación de signos más temprana tuviese lugar en Naqada II/Dinastía 0. Estos primitivos jeroglíficos, como ocurre con la escritura egipcia del Período Dinástico, representan ideogramas y fonogramas, aunque hay aún muchas primitivas inscripciones dinásticas cuyo correcto desciframiento es incierto.
El uso de la escritura por el primitivo estado egipcio tiene un contexto real, y una innovación trascendental para el estado. Al igual que la unificación fue seguida del desarrolló de un estilo real de arte como institución centrada en la Corte, lo mismo ocurrió con la escritura.
El primitivo estado utilizó la escritura en dos contextos: Para fines económicos y administrativos, y para el arte real.
La función económica de la escritura se iría desarrollando conforme aumentaban los recursos estatales bajo control real. Los jeroglíficos aparecen en impresiones de sellos reales, etiquetas y marcas que identificaban la mercancía para su almacenamiento por y para el estado, así como en los sellos de los funcionarios. 
También servían para identificar al propietario de los productos y, a veces, su procedencia.
A principios de la Dinastía 0 aparecen por vez primera los sereks. El serek representa el formato más antiguo del nombre del rey en jeroglífico, y está compuesto de signos fonéticos que aparecen dentro de una “fachada de palacio”, diseño que va coronado de la imagen de un halcón. Los sereks aparecen grabados o pintados en jarras y etiquetas, e impresos en los sellos de las vasijas.
Tales recipientes eran tinajas u orzas de almacenamiento para productos agrícolas recolectados por el estado, quizás en concepto de impuesto, y algunas para su eventual comercialización o exportación al sur de Palestina a través del Sinaí.
De la utilización de la escritura para fines económicos se puede inferir que ya existía un sistema administrativo en funcionamiento durante la Dinastía 0.
A principios de la Dinastía I surge un nuevo método de identificación más complejo mediante una combinación de jeroglífico y arte gráfico que aparece en las etiquetas. Ante la inexistencia de textos compuestos de signos ordenados en formato gramatical, que no aparecerían hasta más adelante, la información reflejada en las etiquetas, especialmente las dispuestas en registros, probablemente podría leerse como un texto con el nombre del año que contiene información histórica.
El Profesor y egiptólogo canadiense Donald Redford sugiere que el contexto de la información de estas etiquetas reales supone un registro anual. La aparición del signo del año para mediados de la Dinastía I representa un sistema más específico para registrar los años de reinado que el de las etiquetas más tempranas.
Y el segundo uso de la primitiva escritura era en el arte conmemorativo real, como es el caso de la Paleta de Narmer. Los jeroglíficos reflejan personas específicas y posiblemente lugares mediante escenas representativas que simbolizan la legitimidad del rey para gobernar. En estas escenas, al rey se le representa en un doble rol, real y simbólico, basado en una nueva ideología: El establecimiento de la realeza egipcia.
Los signos numéricos, como los que aparecen en la maza de Narmer, representan el botín y los prisioneros capturados; con toda probabilidad, sensiblemente exagerados, como suele ocurrir con los textos egipcios posteriores.
La iconografía del poder se puede apreciar dentro del contexto de dicho arte real, que incluye el uso de varias convenciones importantes. Al rey y a sus gobernantes se les muestra con su atuendo oficial, mientras que el enemigo apenas lleva ropa.
Se hace obvia la existencia de una jerarquía social a partir de la figura engrandecida del rey, seguido de un cortejo de seguidores calzados con sandalias, de sus cargos oficiales aún más pequeños, y de las aún más pequeñas figuras de enemigos capturados, campesinos y sirvientes. Al rey se le suele representar abatiendo a golpes a su enemigo.
Los primitivos signos no reproducían exactamente la información que trasmitían las escenas, pero en cambio servían como etiquetas nominativas de lugares y personas.
Parte del problema de saber cómo se desarrolló la escritura a principios del período dinástico en Egipto radica, por una parte en los tipos de artefactos en los que la primitiva escritura aparece, y por otra, en sus contextos arqueológicos.
La mayoría de los ejemplos de escritura primitiva van asociados al culto funerario, y no a registros de actividades económicas procedentes de asentamientos. Es así que aquellas primitivas etiquetas inscritas con jeroglíficos se han encontrado en tumbas reales y de élite.
En el Cementerio Real de Abydos hay estelas con nombres de reyes en sereks junto a otras más pequeñas, también inscritas, asociadas con enterramientos subsidiarios.
La estela funeraria con el texto más largo, procedente de la tumba de Merka, Dinastía I, en Saqqara, es sólo una lista de sus títulos.
Es probable que el primitivo estado guardase algún tipo de registro para facilitar el control económico y administrativo, pero de ello sólo existe evidencia indirecta en forma de etiquetas inscritas.
La Profesora Katryn A. Bard manifesta que: “El primitivo estado utilizó la escritura en dos contextos: Para fines económicos y administrativos, y para el arte real”.
Sin ánimo de crítica, que no procede, yo diría que se debería haber incluido un tercer contexto que es el funerario, por su enorme importancia y el extenso campo que abarca. Sólo se hace una somera mención, muy a mediados del último párrafo de su versión original en inglés.
Esta omisión me hace recordar “Los Textos de las Pirámides”, “Los Textos de los Sarcófagos”, “El Libro de los Muertos”, “La Letanía de Re”, “El Libro de las Puertas”, “El Libro de las Cavernas”, y todo un largo etcétera de Libros, Himnos, Poemas y Cantos funerarios en escritura egipcia, sobre muros, piedras, papiros y madera.
Y con ellos, a Sethe, Lepsius, Budge, Breasted, Gardiner, Mariette, Erman y tantos otros tan directamente relacionados con la escritura egipcia, en cualquiera de sus facetas, incluida, como no podría ser de otra forma, la funeraria.
Capítulo aparte merecería la inclusión de un cuarto contexto, como sería el de la utilización de la escritura egipcia para la propaganda real, tan evidente en sus monumentos, y tan raras veces considerada.
Sólo ya casi finalizando el tema, y de forma escueta pero, hay que admitir, rotunda, afirma: “La mayoría de los ejemplos de escritura primitiva van asociados al culto funerario, y no a registros de actividades económicas procedentes de asentamientos”.
La falta de énfasis en la utilización de la primitiva escritura egipcia en el culto funerario puede estar perfectamente justificada por el enfoque preferentemente socio-económico de los ensayos que componen el corpus de la obra base de Ian Shaw, ya referenciada, objeto de lo que he dado en llamar "Mi Proyecto".

II DINASTÍA (2.890- 2.686 a.C.

Una nueva familia posiblemente originaria de Menfis toma el poder en Egipto, rompiendo con algunas costumbres de sus antecesores. El cementerio de Abydos deja de ser el lugar elegido como última morada, lo cual constituye un indicio importante del grado en que los reyes están integrados en la aristocracia, y de cómo fueron perdiendo importancia las referencias a los orígenes de la monarquía en el Alto Egipto, que se iba sumiendo cada vez más en el provincianismo. Los tres primeros reyes de la Dinastía eligen la necrópolis de Saqqara como nuevo cementerio real, en cambio los dos últimos monarcas vuelven a elegir Abydos. 
La duración de esta Dinastía está alrededor de los 175 años; en este período se produjo la profunda transformación del estado, desde su forma más arcaica hasta alcanzar las estructuras que trajeron consigo el primer período de florecimiento del reino faraónico. 
Algunos de los reyes de este período solo son conocidos por las inscripciones con sus nombres grabados sobre recipientes de piedra o bien gracias a las posteriores listas de reyes. Esto conlleva al penoso problema de asignar correctamente a cada monarca, las diferentes formas de los nombres que componían la titulatura real del antiguo Egipto. 
Se dispone de menos información de los reyes de la Dinastía II hasta los dos últimos reinados  el de Peribsen y el de Khasekhemwy  que de los de la Dinastía I. Conociendo lo que se conoce del Imperio Antiguo, se podría decir que la Dinastía II tiene que haber sido un período en el que se consolidan los cimientos de un estado altamente centralizado, edificado sobre enormes recursos. Sin embargo, tan trascendental transición no puede demostrarse en base a la evidencia arqueológica de que se dispone.
Durante el período 1991-1992, se procedió a re-excavar la tumba del último rey de la Dinastía I, Qa’a, en Abydos tarea que estuvo a cargo del Instituto Arqueológico Alemán donde aparecieron impresiones del sello real de Hetepsekemwy, primer rey de la Dinastía II. Los arqueólogos alemanes interpretaron este hallazgo como prueba de que Hetepsekemwy habría acabado la tumba de su predecesor y que, por lo tanto, no habría habido ruptura dinástica alguna en su sucesión.
Existen dudas sobre el lugar en el que fueron enterrados los reyes de la Dinastía II, y no hay evidencia de su enterramiento en Abydos. Los únicos monumentos de la Dinastía II en Abydos son las dos tumbas y los dos recintos funerarios que pertenecieron a Peribsen y a Khasekhemwy.
Hay también, en Hieraconpolis, un amplio recinto de hornacina conocido como “El Fuerte”, a la entrada del Gran Wadi, que se le sitúa en el reinado de Khasekhemwy por la inscripción que aparece en una jamba de piedra. La existencia de esta única estructura en Hieraconpolis no parece tener una explicación, y no está claro si se trata de un segundo recinto funerario de Khasekhemwy.
En Saqqara, al sur del complejo de la Pirámide Escalonada de Djoser, se han encontrado dos enormes grupos de galerías subterráneas de más de 100 metros cada una. Asociadas a ellas, aparece una serie de impresiones de sellos de los tres primeros reyes de la Dinastía II, Hetepsekhemwy, Raneb y Nynetjer, cuyos nombres también aparecen reseñados en el hombro de una estatua de granito de un sacerdote de la Dinastía II llamado Hetepdief, encontrada cerca de Mitrahina y actualmente en el Museo de El Cairo.
Las superestructuras de estas dos tumbas de Saqqara han desaparecido por completo, pero es posible que dos reyes de esta dinastía fuesen enterrados en ellas.
También han aparecido dos grupos de galerías subterráneas bajo el patio norte del complejo de la Pirámide Escalonada que podrían haberse construido para dos enterramientos reales de la Dinastía II. Es posible que durante la construcción del monumento de Djoser de la Dinastía III, hubiesen tenido que prescindir de las dos primitivas superestructuras.
No es tan difícil reconstruir los hechos dada la enorme cantidad de vasijas de piedra procedentes de las Dinastías I y II que se encontraron bajo el complejo de Djoser sustraídas de complejos mortuorios anteriores y/o de otros centros de culto.
La tumba de Peribsen, quizás también conocida como Horus-Sekhemib, en el Cementerio Real de Abydos, es bastante pequeña (16’1m x 12’8m). La cámara funeraria central está hecha de adobe; diferente a las cámaras funerarias reales de la Dinastía I que iban forradas de madera.
El nombre de Peribsen que aparece en el serekh, no va coronado con el usual halcón de Horus como ocurre cuando su nombre aparece como Sekhemib sino con el animal que representa a Seth, una criatura entre perro de presa y chacal, con un rabo ancho y tieso. Este dramático cambio en el formato del nombre real ha sido interpretado como representativo de algún tipo de rebelión que sería aplastada, o reconciliada, por el último rey de la dinastía, Khasekhemwy, cuyo nombre aparece en un serekh coronado con el halcón de Horus, y el animal de Seth.
Este conflicto puede estar simbolizado en la mitología egipcia, como ocurre con el cuento literario titulado “Las Contiendas de Horus y Seth”. No es seguro, pues, que los mitos, que se conocen por textos muy posteriores, y los símbolos de los serekhs de los dos últimos reyes de la Dinastía II, representen una auténtica realidad histórica.
Sin embargo, un epíteto de Khasekhemwy, procedente de inscripciones de sellos que dice: “Los Dos Señores están en paz dentro de Él”, parece apoyar la teoría de que cualquier conflicto habría sido resuelto por él mismo; siempre que “Los Dos Señores” se tome como una referencia a Horus y Seth, y a sus seguidores.
El último enterramiento construido en el Cementerio Real de Abydos es el de Khasekhemwy, al que se le conocía como Khasekhem a principios de su reinado. Es mayor que el de Peribsen y su diseño es diferente, con una larga galería de 68m de largo, y 39’4m en su parte más ancha, y va dividido en cincuenta y cinco habitáculos con una cámara funeraria central hecha de caliza.
La cámara, que mide 8’6m x 3m, y se conserva hasta una altura de 1’8m, constituye la más antigua construcción de piedra a gran escala que se conoce. Aunque la mayor parte de su contenido fue retirado por Amélineau, se elaboró un buen registro, y Petrie lo analiza en su publicación de 1901.
El ajuar funerario incluye enormes cantidades de útiles y vasijas de cobre, vasijas de piedra algunas con tapas de oro y vasijas de cerámica, con grano y fruta. Petrie también nos describe unos objetos pequeños vidriados, cuentas de cornalina, herramientas, cestería y gran cantidad de productos para sellado. Dado el gran número de cámaras de almacenamiento en la tumba, bien podría haber contenido más objetos funerarios que todas las tumbas juntas de la Dinastía I de este cementerio.
Durante la Dinastía II, se continuaron enterrando a los altos cargos en el norte de Saqqara. Cerca de la pirámide del Rey Unas, de la Dinastía V, Quibell excavó cinco grandes galerías subterráneas cavadas en un lecho de roca caliza, de las que sugirió que representaban algún tipo de morada para la Otra Vida, con alojamiento para hombres y mujeres, un “dormitorio principal”, e incluso cuartos de aseo con letrinas incluidas. La mayor de las cinco, la Tumba 2302, estaba formada por veintisiete habitaciones bajo una superestructura de adobe, y cubría una superficie de 58’0m x 32’6m.
Las superestructuras de estas cinco tumbas de la Dinastía II no eran ya de hornacina cuidadosamente elaborada, como en la Dinastía I, sino que habían sido diseñadas con dos nichos en el lado este - quizás para indicar el lugar donde se podían depositar las ofrendas de los sacerdote y familiares después del entierro -diseño que más adelante aparecería en las tumbas privadas durante todo el Imperio Antiguo.
Está claro que los planos de las tumbas de élite de la Dinastía II eran el resultado de la evolución de las de los altos cargos de Saqqara Norte. Debido a que la planicie de Saqqara estaba formada por caliza de buena calidad, estas tumbas de la Dinastía II se diseñaron con habitáculos para ajuares funerarios profundamente excavados en un lecho de roca, done las salas de almacenaje estarían mejor protegidas de los saqueadores de tumba que cuando se situaban en la superestructura.
Las posteriores tumbas de la Dinastía II de Saqqara, que posiblemente pertenecían a cargos de nivel medio, eran similares en diseño a las tumbas-mastaba corrientes del Imperio Antiguo, que consistían en un pozo de acceso vertical, excavado en el lecho de roca, que conducía a una cámara funeraria. Encima de este conducto vertical y de la cámara, había una superestructura pequeña de adobe con dos hornacinas en el flanco este.
En Helwan, en la orilla este de El Nilo, las excavaciones han sacado a la luz más de 10.000 sepulturas datadas desde Naqada III a las Dinastías I y II, y probablemente incluso de principios del Imperio Antiguo. Estas tumbas son más bien modestas de tamaño y pertenecen a cargos de nivel medio. Un distintivo característico de algunas tumbas de la Dinastía II en Helwan resultó ser la presencia de un grupo de estelas esculpidas en el techo de la tumba que representaban a su propietario sentado, junto a su nombre, títulos y la llamada “Fórmula de Ofrenda”.
Los sarcófagos cortos para enterramientos reducidos, ya encontrados en las tumbas de élite de la Dinastía I, llegaron a ser más utilizados en las tumbas de la Dinastía II, como ocurre con las de Helwan.
En Saqqara, Emery y Quibell encontraron cadáveres envueltos en vendas de lino impregnadas de resina, evidencia de primitivos intentos de conservación de un cuerpo antes de llegar a adquirir las técnicas de momificación. Estas medidas eran necesarias en los enterramientos en ataudes, contrariamente a lo que se hacía en los predinásticos, en los que el cuerpo, depositado dentro un hoyo en el desierto, se deshidrataba de forma natural al contacto con la arena caliente.
El aumento del uso de la madera y de la resina en los enterramientos de estatus medio, también parece apuntar a un incremento del contacto y del comercio con la región libanesa en esta época.
Hacia mediados de la Dinastía se desprende una posible división del reino en las dos partes conocidas: es decir en el Alto y Bajo Egipto, los motivos de esta supuesta ruptura no se conocen. Los tres primeros reyes construyeron sus tumbas en Saqqara y los dos últimos, Peribsen y Khasekhemui, construyeron de nuevo sus instalaciones funerarias en Abydos, reconociendo la vieja tradición del lugar, pero con una influencia, en cuanto al estilo de construcción, de la de sus antecesores en Saqqara. En cuanto a Peribsen tuvo una tumba en Saqqara y Khasekhemui es posible que también la tuviera. Esto evidencia que estos dos reyes procedían de la clase alta de Menfis y que nunca representaron una interrupción en la tradición local Tinita. 

Las Artes
La arquitectura, el arte y las ideas asociadas de principios del Imperio Antiguo habían sido el resultado evidente de la evolución de sus homólogos de principios del Período Dinástico. Lo que vemos en el complejo de la Pirámide Escalonada de Djoser es la transformación de las tumbas del Temprano Período Dinástico, en el primer monumento del mundo hecho totalmente de piedra, a escala gigantesca. Mientras que el monumento simboliza también el enorme control ejercido por la Corona, éste tiene que haber ido en aumento durante las Dinastías I y II a raíz de la unificación del gran estado territorial en Naqada III/Dinastía 0.
El emergente Período Dinástico supuso un tiempo de consolidación de las enormes ganancias obtenidas de la unificación que bien podría haber fracasado cuando se organizó, con éxito, una burocracia estatal que puso a todo un país bajo control real. Y esto se consiguió a través de la aparición de los impuestos, que afianzaron la Corona y sus proyectos a gran escala, sin olvidar las expediciones al Sinaí, Palestina, Líbano, la Baja Nubia y el Desierto Oriental, orientadas a la obtención de productos y materiales locales.
Es de suponer que se practicaba el reclutamiento, encaminado a la construcción de monumentos funerarios reales de grandes dimensiones, así como para proporcionar soldados que engrosarían las expediciones militares. El uso de una escritura primitiva sin duda facilitó la correspondiente organización estatal.
Las recompensas para los burócratas estatales eran bien obvias, de las que dan fe los primitivos cementerios a ambas orillas del río en la región de Menfis.
La creencia en los beneficios del culto mortuorio donde constantemente se ponían en circulación en la economía del país enormes cantidades de productos, supuso un factor aglutinante para la integración de esta sociedad, tanto en el norte como en el sur.
Durante las primeras dinastías, cuando la Corona comenzó a ejercer tan enorme control sobre la tierra, los recursos y la mano de obra, la ideología de un dios-rey legitimó tal control, y gozó de un poder cada vez mayor como factor unificador del sistema de creencias existente.
El florecimiento de una temprana civilización en Egipto fue el resultado de importantes transformaciones, tanto en la organización socio-política y económica, como en la propia ideología.
Que dichas transformaciones tuvieran éxito en los albores del Período Dinástico, es francamente sorprendente, dado que las sociedades políticamente organizadas contemporáneas de cualquier otra parte de Oriente Próximo eran mucho más pequeñas, tanto en territorio como en población.
Que tan primitivo estado hubiese tenido éxito durante tantísimo tiempo 800 años hasta el final del Imperio Antiguo se debe, en parte, al enorme potencial económico procedente de la agricultura del cereal practicada en las regularmente inundadas llanuras de El Nilo, pero también fue el resultado de la especial habilidad de organización del pueblo egipcio, y de una institución real tan sólidamente desarrollada.

  

REYES DE LA II DINASTÍA

NOMBRE
ESPOSA
HECHOS IMPORTANTES
NECROPOLIS
Hetepsejemuy

Culto solar
Saqqara
Nebra o
Ra-Neb

Culto al carnero de Mendes, del toro de Mnevis y del toro Apis
Saqqara ( Sin encontrar)
Nynecher

Comienzo del censo
Saqqara
Uneg


Saqqara
Seth-Peribsen


Abydos
Jasejemuy
Hepenmaat
Nimaatapis
Reunificación de Las Dos Tierras
Abydos



Hetepsejemuy  o HOTEPSEKHEMWI hacia 2.890 a.C.

ḥtp sḫm.wy (Hetepsejemuy)
Los dos poderes están en paz
 
ḥtp nbty (Hetep Nebty)
Las dos Señoras están en paz
 
b ḏ ȝ w (Bedyau)
Bedyau
(L R Abidos nº 9)


bȝ.w nṯr (Baunecher)
Las energías del dios
(L R Saqqara nº 3)
 
bȝ.w ... (Bau ...)
(Canon de Turín 2.20)


Hotepsekhemwy es el nombre de Horus de un rey egipcio primitivo que fue el fundador de la segunda dinastía. 
Su nombre significa "Los dos poderes está en paz", lo que parece aludir a la terminación de las luchas entre el Bajo Egipto y el Alto Egipto.
La duración exacta de su reinado no se conoce; El canon de Turín sugiere unos improbables 95 años, mientras que el historiador egipcio antiguo Manetón informa que el reinado de "Boëthôs" duró 38 años. Los egiptólogos consideran que ambas afirmaciones son malas interpretaciones o exageraciones. Acreditan a Hotepsekhemwy con una regla de 25 o 29 años. 
Su tumba estaba en Saqqara pero poco se sabe de ella. No hay evidencias de una tumba suya en Abydos. Diversos objetos del rey han aparecido en zonas próximas a Saqqara, uno de ellos es una copa de granito con la representación de la diosa Bastet. Debió de tener buena relación con la ciudad de Bubastis en el Delta ya que hay constancia de su devoción por la diosa Bastet y el dios Soled. 
Es posible que durante su reinado comenzara el culto solar, pues el nombre de su sucesor lleva el término Ra en su nombre. Su nombre de Horus es “Agradable en Poderes”.
El nombre de Hetepsejemuy ha sido identificado por los arqueólogos en Sakkara, Giza, Badari y Abydos de impresiones de sellos de arcilla, vasijas de piedra y cilindros de hueso. Several stone vessel inscriptions mention Hotepsekhemwy along with the name of his successor Raneb. Varias inscripciones en los vasos de piedra mencionan a Hetepsejemuy junto con el nombre de su sucesor Raneb. 
The Horus name of Hotepsekhemwy is the subject of particular interest to Egyptologists and historians, as it may hint at the turbulent politics of the time.El nombre de Horus de Hetepsejemuy es objeto de especial interés para los egiptólogos e historiadores, ya que puede hacer alusión a la turbulenta política de la época. The Egyptian word "Hotep" means "peaceful" and "to be pleased" though it can also mean "conciliation" or "to be reconciled", too. La palabra egipcia "Hotep" significa "paz" y "estar satisfecho", aunque también puede significar "conciliación" o "reconciliarse", también. So Hotepsekhemwy's full name may be read as "the two powers are reconciled" or "pleasing in powers", which suggests a significant political meaning. Así que el nombre completo de Hetepsejemuy puede leerse como "los dos poderes se reconcilian" o "agradable a los poderes", lo que sugiere un significado político importante. In this sense, "the two powers" could be a reference to Upper Egypt and Lower Egypt as well as to the major deities Horus and Seth. En este sentido, "los dos poderes" podría ser una referencia al Alto Egipto y el Bajo Egipto, así como a las principales deidades Horus y Seth. 
From the reign of Hotepsekhemwy onward it becomes tradition to write horusname and nebtyname in the same way.Desde el reinado de Hetepsejemuy en adelante se convierte en la tradición de escribir el nombre de Horus y nebtynombre (Nombre de coronación) de la misma manera. It is thought that some kind of philosophic background effected that choice, since the horusname reveals a clearly defined, symbolic meaning in its translation (see above). Se cree que algún tipo de fondo filosófico efectúa esa elección, ya que el nombre de Horus revela un significado simbólico claramente definido en su traducción (véase más arriba). To write horus- and nebtyname in same ways might also point out, that the horusname was adopted after the throne ascending. Para escribir horus y nebtyname de la misma manera también podría señalar, que se adoptó el nombre de Horus después de la ascensión del trono. 
Hotepsekhemwy is commonly identified with the Ramesside cartouche names Bedjau from the Abydos king list, Bedjatau from Giza, Netjer-Bau from the Sakkara king list and the name Bau-hetepju from the royal canon of Turin.Hetepsejemuy se identifica comúnmente con los nombres en la cartela ramésidas Bedjau de la lista de reyes de Abidos, Bedjatau de Giza, Netjer-Bau de la lista rey Sakkara y el nombre de Bau-hetepju del canon real de Turín. Egyptologist Wolfgang Helck points to the similar name Bedjatau, which appears in a short king list found on a writing board from the mastaba tomb G1001 of the high official Mesdjeru. El egiptólogo Wolfgang Helck apunta un nombre similar Bedjatau, que aparece en una lista de reyes corta encontrada en un tablero de escritura de la mastaba G1001 del alto funcionario Mesdjeru. "Bedjatau" means "the foundryman" and is thought to be a misreading of the name "Hotepsekhemwy", since the hieroglyphic signs used to write "Hotep" in its full form are very similar to the signs of a pottery kiln and a chick in hieratic writings. "Bedjatau" significa "el fundidor" y se piensa que es una mala interpretación del nombre "Hetepsejemuy", ya que los signos jeroglíficos utilizados para escribir "Hotep" en su forma completa son muy similares a los signos de un horno de cerámica y un polluelo en escritos hieráticos. The signs of two Sekhem-sceptres were misread as a leg and a drill. Los signos de dos cetros-Sekhem se malinterpretan como una pierna y un taladro. A similar phenomenon might have occurred in the case of King Khasekhemwy, where the two sceptres in the horusname were misread as two leg-symbols or two drill-signs. Un fenómeno similar podría haber ocurrido en el caso del rey Khasekhemwy, donde los dos cetros en el nombre de Horus se malinterpretan como dos piernas símbolos o dos signos de perforación. The Abydos king list imitates this Old Kingdom name form of "Bedjatau". La lista de reyes de Abidos imita esta forma de nombre Antiguo Reino de "Bedjatau". The names "Netjerbau" and "Bau-hetepju" are problematic, since Egyptologists can't find any name source from Hotepsekhemwy's time that could have been used to form them. Los nombres "Netjerbau" y "Bau-hetepju" son problemáticos, ya que los egiptólogos no pueden encontrar ninguna fuente de nombre desde la época de Hetepsejemuy que podría haber sido utilizado para formarlos. 

Jarrón de piedra con el serekh de Hotepsekhemwy, Museo Arqueológico Nacional (Francia).

Little is known about Hotepsekhemwy's reign.Poco se sabe sobre el reinado de Hetepsejemuy. Contemporary sources show that he may have gained the throne after a period of political strife, including ephemeral rulers such as Horus "Bird" and Sneferka (the latter is also thought to be an alternate name used by king Qaa for a short time). Las fuentes contemporáneas indican que pudo haber ganado el trono después de un período de luchas políticas, incluyendo gobernantes efímeros como Horus "Pájaro" y Sneferka (este último también se piensa que es un nombre alternativo utilizado por el rey Qaa por un corto tiempo). As evidence of this, Egyptologists Wolfgang Helck, Dietrich Wildung and George Reisner point to the tomb of king Qaa, which was plundered at the end of 1st dynasty and was restored during the reign of Hotepsekhemwy. Como prueba de ello, los egiptólogos Wolfgang Helck, Dietrich Wildung y George Reisner apuntan a la tumba del rey Qaa, que fue saqueada al final de la primera dinastía y fue restaurada durante el reinado de Hetepsejemuy. The plundering of the cemetery and the unusually conciliatory meaning of the name Hotepsekhemwy may be clues of a dynastic struggle. El saqueo del cementerio y el significado inusualmente coincidiría con el nombre de Hetepsejemuy que puede ser pistas de una lucha dinástica. Additionally, Helck assumes that the kings Sneferka and Horus "Bird" were omitted from later king lists because their struggles for the Egyptian throne were factors in the collapse of the first dynasty. Además, Helck supone que los reyes Sneferka y Horus "Pájaro" se omitieron en las listas posteriores de reyes porque sus luchas por el trono de Egipto fueron factores en el colapso de la primera dinastía. 
Cilindro de hueso inscrito con el serekh de Hotepsekhemwy.

Seal impressions provide evidence of a new royal residence called "Horus the shining star" that was constructed by Hotepsekhemwy.Impresiones de sellos proporcionan una evidencia de una nueva residencia real llamada "Horus la estrella brillante" que fue construida por Hetepsejemuy. He also built a temple near Buto for the little-known deity Netjer-Achty and founded the "Chapel of the White Crown". También construyó un templo cerca de Buto para la poca conocida deidad Netjer-Achty y fundó la "Capilla de la Corona Blanca". The white crown is a symbol of Upper Egypt. La corona blanca es un símbolo del Alto Egipto. 
This is thought to be another clue to the origin of Hotepsekhemwy's dynasty, indicating a likely source of political power.Este se piensa que es otra pista sobre el origen de la dinastía de Hetepsejemuy, lo que indica una probable fuente de poder político. Egyptologists such as Nabil Swelim point out that there is no inscription from Hotepsekhemwy's reign mentioning a Sed festival, indicating the ruler cannot have ruled longer than 30 years (the Sed festival was celebrated as the anniversary marking a reign of 30 years). Egiptólogos como Nabil Swelim señalan que no hay inscripción de reinado de Hetepsejemuy que mencionen un festival Sed, indicando el gobernante no puede haber gobernado durante más de 30 años (el festival Sed se celebraba como el aniversario de un reinado de 30 años). 
The ancient Greek Manetho called Hotepsekhemwy Boethos (apparently altered from the name Bedjau) and reported that during this ruler's reign "a chasm opened near Bubastis and many perished".El antiguo griego Manetón llamó Hetepsejemuy Boethos (aparentemente alterado por el nombre Bedjau) e informó que durante el reinado de este gobernante "un abismo se abrió cerca de Bubastis y muchos perecieron". Although Manetho wrote in the 3rd century BC - over two millennia after the king's actual reign - some Egyptologists think it possible that this anecdote may have been based on fact, since the region near Bubastis is known to be seismically active. Aunque Manetón escribió en el siglo tercero antes de Cristo más de dos milenios después del reinado real del rey  algunos egiptólogos creen que es posible que esta anécdota puede haberse basado en hechos reales, ya que la región cerca de Bubastis se sabe que es sísmicamente activa. 
The location of Hotepsekhemwy's tomb is unknown.La ubicación de la tumba de Hetepsejemuy es desconocida. Egyptologists such as Flinders Petrie, Alessandre Barsanti and Toby Wilkinson believe it could be the giant underground Gallery Tomb B beneath the funeral passage of the Unas-necropolis at Sakkara. Egiptólogos como Flinders Petrie, Alessandre Barsanti y Toby Wilkinson creen que podría ser el la gigante Galería de la Tumba B debajo del pasaje funeral de la necrópolis de Unas de Saqqara. Many seal impressions of king Hotepsekhemwy have been found in these galleries. Muchas impresiones de sellos de rey Hetepsejemuy se han encontrado en estas galerías. Egyptologists such as Wolfgang Helck and Peter Munro are not convinced and think that Gallery Tomb B is instead the burial site of king Raneb, as several seal impressions of this ruler were also found there.Egiptólogos como Wolfgang Helck y Peter Munro no están convencidos y creen que Galería de la Tumba B es el lugar de enterramiento del rey Raneb, como también se encontraron varias impresiones de sellos de este gobernante allí. 
Se cree que Hetepsejemuy fue apartado del trono mediante un complot organizado por su propio hermano.

Nebra o RA-NEB hacia 2.865 a.C.

nb rˁ (Nebra)
Ra es mi señor
 
kȝw (... kau)
(Canon de Turín 2.21)
 
kȝ kȝ w (Kakau)
(L R Abidos nº 10) (L R Saqqara nº 4)


Nebra o Raneb es el nombre de Horus del segundo rey egipcio de la segunda dinastía. La duración exacta de su reinado es desconocida ya que el canon de Turín está dañado y las cuentas del año se pierden.  El historiador griego antiguo Manetón sugiere que el reinado de Nebra duró 39 años,  pero los egiptólogos cuestionan la opinión de Manetón como una interpretación errónea o una exageración de la información que estaba disponible para él. Acreditan a Nebra con una regla de 10 o 14 años.  Según diferentes autores, Nebra gobernó Egipto c. 2850 a.C,  desde 2820 a.C a 2790 a.C (Donald B. Redford), 2800 a.C a 2785 a.C (Jürgen von Beckerath) o 2765 a.C a 2750 a.C (J. Málek).

Estela de la tumba de Nebra, Museo Metropolitano de Arte, Nueva York

Casi todos los egiptólogos creen firmemente que un rey con el nombre de Raneb (o Nebra) logró ser rey después de Hotepsekhemwy de la segunda dinastía de Egipto. Hay poca información sobre Raneb, su reinado es importante para nosotros debido a su posición cronológica durante los años de formación del imperio egipcio. Presumiblemente, Raneb era hijo de Hotepsekhemwy, o tal vez su hermano, pero hay poca evidencia para probar tal cosa. Raneb, que era probablemente el nombre de nacimiento de este rey, significa "Re es el Señor", pero muchos creen, porque no parece haber habido ninguna mención específica del dios Ra antes de este tiempo, que más apropiadamente se debe leer como Nebra, que significa "Señor del Sol". Hay pruebas de que más tarde el rey enumera su nombre de nacimiento era probablemente Kakaw (o Kakau). 
El nombre serekh de Nebra es de gran interés para los egiptólogos, ya que está escrito con el signo jeroglífico del sol, que aún no se había convertido en el objeto de la adoración divina durante su vida. En la época del rey Nebra, los cultos religiosos más importantes se concentraban en la preservación del estatus dual dualista de los patrones estatales Horus y Seth. Nada era más importante que mantener ese equilibrio divino. Los reyes mismos fueron vistos como la representación viva de esa pareja divina. El sol era visto como un objeto celeste controlado por Horus o, como en el caso del rey Seth-Peribsen., por Seth. Por lo tanto, el sol no era una deidad independiente todavía. La primera prueba definitiva de la existencia de la deidad solar Ra se produce al comienzo de la tercera dinastía durante el reinado del rey Djoser en nombre de altos funcionarios como Hesyre. Y la primera prueba detectable definitiva de un culto al sol real plenamente establecido se produce bajo el rey Radjedef, el tercer gobernante de la 4ta dinastía. Fue el primer rey que conectó su nombre de nacimiento con el nombre de Ra, comenzando la gran creencia religiosa de que los reyes egipcios eran la representación viva del sol junto a Horus y Seth. 
Por lo tanto, el nombre Horus de Nebra es problemático en cuanto a su traducción y significado. La traducción típica del nombre de Nebra como "Ra es mi señor", que se leería "Raneb", es cuestionable, ya que esto supondría que el Sol ya estaba siendo adorado como una deidad independiente. En consecuencia, los egiptólogos han propuesto la traducción "Señor del sol (de Horus)" que se lee "Nebra" e implica el gobierno del faraón sobre el Sol (como un cuerpo celeste), que de hecho también estaba bajo el control de Horus o Seth. Cualquier religión solar o simbolismo solar aún no se establecieron de ninguna forma útil y ahora se piensa que el rey Nebra podría haber sido el primer rey que adoptó el pensamiento religioso extendido sobre el sol y el cielo. 
La esposa de Nebra es desconocida. Un "hijo del rey" y un "sacerdote de Sopdu" llamado Perneb podrían haber sido su hijo, pero dado que los sellos de arcilla que proporcionan su nombre y títulos se encontraron en una tumba de la galería que se atribuye a dos reyes por igual (Nebra y su predecesor, Hotepsekhemwy), no está claro de quién era realmente el hijo de Perneb.
El rey Nebra se identifica comúnmente con el nombre de Ramesside -a cartouche Kakau, que puede traducirse como "El toro de Apis". Esto enlaza con la anécdota escrita por Manetón, quien dijo que bajo el rey Kêchoós (la versión griega del nombre Kakau) las deidades Apies, la cabra de Mendes y Menevus fueron "presentadas y adoradas como dioses". Esta visión es cuestionada por los egiptólogos modernos, ya que ya existía un culto a los apis durante la 1ª dinastía., si no antes. El nombre "Kakau" en sí mismo es problemático para este faraón temprano, ya que no hubo una fuente de nombre de la época de Nebra que pudiera haberse utilizado para formar la palabra. 
El nombre de nacimiento de Nebra tampoco está claro. Una teoría del egiptólogo Jochem Kahl dice que Nebra era la misma persona que el misterioso rey Weneg-Nebti. Señala un fragmento de un recipiente hecho de ceniza volcánica, que se encontró en la tumba del rey Peribsen (un gobernante posterior durante la segunda dinastía) en Abydos. En la maceta, él cree que hay rastros de la flor weneg debajo del nombre inciso del rey Ninetjer. A la derecha del nombre de Ninetjer, la representación del Ka.-La casa del rey Nebra está parcialmente conservada. Este acuerdo llevó a Kahl a concluir que la flor weneg y el nombre de Nebra estaban conectados entre sí y el rey Ninetjer reemplazó la inscripción. Kahl también señala que el rey Ninetjer escribió su nombre reflejado, de modo que su nombre corre deliberadamente en dirección opuesta al nombre de Nebra.  La teoría de Kahl es el tema de una discusión continua ya que la inscripción del recipiente está dañada, lo que deja mucho espacio para diferentes interpretaciones.
Egiptólogos como Jürgen von Beckerath y Battiscombe Gunn identifican a Nebra con otro misterioso faraón: Nubnefer. Este enlace es cuestionado por otros eruditos, ya que los gobernantes de la Segunda Dinastía a menudo escribían sus nombres de nacimiento y Horus de la misma manera (por ejemplo: Hor-Nebra → Nisut-Bity-Nebty-Nebra). Por lo tanto, el nombre "Nubnefer" puede ser el nombre de nacimiento de un rey diferente.  
Poco se sabe sobre el reinado de Nebra. El descubrimiento de los sellos que llevan el nombre de Nebra junto con los sellos de Hotepsekhemwy en Saqqara sugiere que Nebra llevó a cabo el entierro de Hotepsekhemwy y fue su sucesor directo.  La confirmación adicional de esta sucesión es proporcionada por una estatua y un cuenco de piedra con Hotepsekhemwy y serekhs de Nebra en yuxtaposición. Otras inscripciones de vasijas y las impresiones de sellos que sobrevivieron de su época solo nombran eventos administrativos y relacionados con el culto, como el "Levantamiento de los pilares de Horus". Bajo Nebra, ocurre la primera representación de la diosa Bastet. La duración exacta del reinado de Nebra es el tema de investigaciones. Reconstrucciones de la famosa piedra de Palermo, una mesa de basalto negro que presenta los eventos anuales de los reyes desde el comienzo de la 1ª dinastía hasta el rey Neferirkare en forma de tablas claramente divididas, llega a la conclusión de que Nebra y su predecesor, el rey Hotepsekhemwy, gobernó en conjunto durante 39 años. Dado que Nebra tiene menos registros de su regla que Hotepsekhemwy, se piensa que Nebra ha gobernado por un tiempo más corto. Los cálculos difieren de 29 y 10 años a 25 y 14 años.
Estatua de Hotepdief, sacerdote de los cultos mortuorios de los 3 primeros gobernantes de la dinastía, Hotepsekhemwy, Nebra y Nynetjer. El serekh de Nebra es el del medio en el hombro del sacerdote. 

Hay referencias a Nebra en una estela de Menfis ahora se encuentra en el Museo Metropolitano, una estatuilla y un graffiti roca cerca de Armant en el desierto occidental (y, posiblemente, otra en el lugar 40 en el desierto del este), cerca de una antigua ruta comercial que unía el Nilo con el oasis occidental. 
Manetón también nos dice que Raneb introdujo el culto no sólo de la cabra sagrada de Mendes, sino también de que el toro sagrado de Mnevis en el antiguo centro de culto solar de Heliópolis, y el toro Apis en Menfis. Sin embargo, los estudiosos ahora parecen creer que el culto del toro Apis fue fundada por un antiguo rey, que está atestiguada en una estela que data del imperio de Den (Udimu). Independientemente, parece que su nombre, ya sea declarado como Raneb o Nebra, indica un cambio significativo de la adoración al dios del sol, lo que tendría un impacto muy importante en gran parte de la historia que queda de Egipto. 
Al parecer, a finales de la dinastía primera, hubo una considerable rebelión, presumiblemente problemas aplazados en los imperios de unificación inicial. Se nos dice que Hotepsekhemwy reunió las dos tierras del norte (Bajo) y del Sur (Alto) Egipto, por lo que si se deduce que Raneb tal vez gobernó durante un período de una tentativa de paz.  No estamos seguros de su lugar de entierro. Los Reyes de la primera dinastía parecen en su mayoría que hayan sido enterrados en Abidos, pero sus impresiones de sellos en Saqqara sugieren que podría haber sido enterrado allí, aunque no hay absolutamente ninguna certeza al respecto. 
Raneb fue sucedido por Ninetjer (Nynetjer), aunque una vez más, no tenemos ninguna información real sobre la relación de este último rey de Raneb. 
Reinó aproximadamente treinta y nueve años según Manetón. Su estela funeraria con el nombre de Horus se encuentra en el Museo Metropolitano de Nueva York. Según Manetón, Raneb introdujo el culto del carnero sagrado de Mendes y la del toro sagrado de Mnevis en Heliópolis y del toro Apis en Menfis. Es el primer rey en usar un nombre compuesto con el del dios Ra. Su nombre de Horus es “Ra es el señor”.

Nynecher o NINETER

n nṯr (Nynecher)
Divino
(Piedra de Palermo)
nb.ti n (i)-ntr
Nebti Ninetjer
(The One Of The God [Godlike]) Nebti Ninetjer (la del Dios [divina]) 
bȝ n nṯr (Banecheren)
El divino Ba
(Lista Real de Abidos nº 11)
bȝ nṯr w (Banecheru)
El divino Ba
(Lista Real de Saqqara nº 5)


... n nṯr (... n necher)
... n necher
(Canon Real de Turín 2.22)


Ninetjer fue el tercer rey de la segunda dinastía. Memphis era su capital.  Ninetjer en realidad es, con mucho, el mejor rey compulsado de la temprana segunda dinastía. Dada la posición de su título en la Piedra de Palermo, él debe haber gobernado Egipto durante al menos treinta y cinco años, aunque Manetón le da cuarenta y siete. De hecho, la mayor parte de lo que sabemos de este rey se deriva de los anales grabados en la Piedra de Palermo. Sin embargo, el rey también se evidencia en tres tumbas en el cementerio de elite en Saqqara Norte junto a la de Ninetjer, así como otra en la necrópolis protodinástica en Helwan. Hubo, además, cinco diferentes tumbas juntas de este rey en una gran mastaba cerca de Giza. Sin embargo, la tumba más cerca de Ninetjer finalmente condujo a la identificación de la propia tumba del rey en Saqqara (aunque algunos estudiosos dudan de que se trata claramente de su tumba). 
Jarrón de Diorita de Nynetjer que lleva el nombre del rey y que menciona un "palacio de la Corona Blanca". Descubierto en la galería B debajo de la Pirámide de Djoser.

De la Piedra de Palermo, nos enteramos de la fundación de una capilla o finca denominada Hr-rn durante el séptimo año del rey en el trono. Por otra parte, la mayoría de los eventos evidenciados en ese disco son apariencias rituales regulares del rey y varios festivales religiosos. Un festival de Sokar al parecer se llevó a cabo cada seis años, durante su reinado, y el funcionamiento del toro Apis se registró dos veces durante los años nueve y quince de su reinado. 
La mayoría de los festivales registrados durante su reinado se llevaron a cabo en la región de Memphis, con la excepción de una ceremonia asociada con la diosa Nekhbet de Elkab durante el año mil.  El hecho de que la mayor actividad asociada a este rey se produjo en la región de Memphis puede ser importante. Hay poca evidencia de que el rey se encontrara fuera de esta región y puede ser que sus actividades eran en gran parte, si no completamente confinada al Bajo Egipto. Hacia el final de su reinado, había una buena cantidad de tensión interna en Egipto, tal vez incluso la guerra civil. 
La Piedra de Palermo nos seduce con la posibilidad de este principio en el año decimotercero de Ninetjer. Se registra el ataque de varios pueblos entre ellos uno cuyo nombre significa "tierra del norte" (la otra ciudad era Shem-Re). Algunos han interpretado esta entrada en la Piedra de Palermo en el sentido de que Ninetjer tuvo que reprimir una rebelión en la Bajo, o el norte de Egipto. 
Por desgracia, la Piedra de Palermo termina con el año decimonoveno de su reinado.  Sin embargo, las inscripciones en los vasos de piedra, que probablemente datan de la última parte de su reinado, parecen registrar varios otros eventos, como el Festival Sokar, que probablemente tuvo lugar en el año veinticuatro de su reinado, y el censo [bienal]", lo que puede haber ocurrido en su trigésimo cuarto año en el trono. 
Aparte de los diversos vasos de piedra con inscripciones, sólo otros dos objetos han sido desenterrados los que dan el nombre del rey. Uno de ellos es un pequeño recipiente de marfil de la zona de Saqqara, pero el otro es una pequeña estatua de considerable importancia, tanto para la historia del rey y el arte, especialmente de Egipto. La estatuilla está hecha de alabastro, representa al rey en su trono y vistiendo la túnica ajustada al cuerpo asociado con el festival Sed. Sobre su cabeza descansa la corona blanca del Bajo Egipto. Esta estatuilla de piedra de procedencia desconocida, ahora en la Colección Georges Michailides, representa el ejemplo más antiguo y completo de identificación de tres dimensiones estatuaria real de Egipto. 
También proporciona evidencia de que el rey celebra al menos un Festival-Sed, que habría sido probable dado el largo reinado aparente de Ninetjer.  Si bien no hay inscripciones contemporáneas que evidencien esta celebración, también hubo un almacenamiento de vasijas de piedra descubiertas en las galerías de la pirámide escalonada que pueden haber sido preparadas para este evento.  Algunos eruditos teorizan que esto evidencia de las dificultades a finales del reinado del rey, lo que sugiere que estas nunca fueron distribuidas debido a disturbios internos que interrumpió las comunicaciones y debilitó la autoridad de la administración central. Por lo tanto, las vasijas de piedra fueron posteriormente aprovechadas por los reyes posteriores de finales de los años segundo y tercero de las primeras dinastías. 
El nombre del sucesor de Ninetjer al trono, Peribsen (Seth-Peribsen), inusualmente referencia al dios Seth, es otra pieza de evidencia que indica disturbios.Sin embargo, es probable que Peribsen no reemplazó directamente a Ninetjer. Es probable que por lo menos dos o más gobernantes oscuros (Weneg, Sened y Nubnefer) tomaron el trono de un Egipto dividido tal vez en este intervalo de tiempo. Sin embargo, la mayoría de las listas de reyes "no hacen referencia a todos ellos, y algunas listas sólo uno o dos. 
Reinó unos cuarenta y siete años, sin que haya conocimiento de que ocurrieran acontecimientos importantes en su reinado salvo festivales a los dioses Horus y Sokar, un festival del Toro Apis y el saqueo de la ciudad de Shem-Re en el año trece de reinado. En su reinado comienza el censo, acontecimiento que ocurriría cada dos años. 
La estatua de un sacerdote Hotep-dip “Grande de incienso en la Casa Roja”, lleva el nombre de los tres reyes en su hombro derecho. Posiblemente fuera sacerdote del culto mortuorio de los tres reyes en Saqqara. Según Manetón, en este reinado se decidió que las mujeres podían ocupar el trono, aunque ese hecho ya se había producido con la reina Meryetneith. Su nombre de Horus significa “El que procede del dios”. Es posible que a la muerte de Nineter se produjera una escisión entre el norte y el sur y que en cada región gobernase un rey. El conflicto de naturaleza político- religiosa, pudiera estar legitimado por las luchas entre Horus y Set. “El festival del Buey Apis”, aparece registrada por primera vez, aunque ya había aparecido en una tablilla encontrada en la tumba de Hemaka. 
La tumba mastaba inusualmente grande del alto oficial Ruaben (o Ni-Ruab), mastaba S2302, una vez se pensó que era la tumba de Nynetjer, hasta que se encontró el verdadero sitio de entierro del rey. Las malas interpretaciones anteriores fueron causadas por la gran cantidad de sellos de arcilla con el nombre del serekh de Nynetjer que se encontraron en la mastaba de Ruaben. Por lo tanto, Mastaba S2302 pertenece a Ruaben y Ruaben ocupó su cargo durante el reinado de Nynetjer.
La tumba de la galería de Nynetjer se encuentra debajo del pasaje de corte de la Unas: necrópolis en Sakkara y mide 94x106 metros. La rampa de entrada conduce a 25 metros de profundidad en tres galerías en dirección este-oeste, que se extienden en un sistema de puertas, vestíbulos y pasillos a modo de laberinto. El Deutsches Archäologisches Institut (DAI) realizó cinco excavaciones y descubrió que la tumba de Nynetjer muestra grandes similitudes arquitectónicas con la Galería Tumba B, que se cree que es el sitio de entierro de Raneb o Hotepsekhemwy. Esto llevó al DAI a la conclusión de que Nynetjer se inspiró en las tumbas de su antecesor. Se encontraron cuchillos, 44 maquinillas de afeitar, 44 cuchillas más y jarras de vino y cerveza. Sorprendentemente, la galería del sur estaba casi intacta y contenía muchos objetos reales que sobrevivieron a la vida de Nynetjer, como más de 50 frascos de vino sellados, redes de transporte, cajas de almacenamiento de madera y botellas de alabastro decoradas. Algunos de los tarros de vino se originaron en las tumbas de la última dinastía. En otra galería se encontraron las máscaras de momia y el ataúd de una mujer de la era Ramesside. La tumba de Nynetjer fue, por lo tanto, reutilizada parcialmente en tiempos posteriores. La cámara funeraria principal estaba ubicada en el extremo sur-oeste de la tumba, pero todo el sitio de enterramiento es altamente inestable y está en peligro de colapsar.  

La Piedra de Palermo

Piedra de Palermo. Fragmento correspondiente al reinado de Nynecher.



Uneg  o Uadynas  WENEG

Wng Hr
Hor Weneg Hor Weneg 
xt nb.ti
Nebti Khet
(Nebti Tree) Nebti Khet (Nebti Árbol) 
wȝḏ ns (Uadynes)
Uadynas
(Lista Real de Abidos nº 12)
 
wȝḏ ns (Uadynes)
Uadynes
(Lista Real de Saqqara nº 6)


Weneg (o UNEG), también escrito como Weneg-Nebti, es el nombre Nebti de un rey egipcio temprano, que gobernó durante la segunda dinastía. Although his chronological position is clear to Egyptologists, it is unclear for how long King Weneg ruled. Aunque su posición cronológica está muy clara para los egiptólogos, no está claro por cuánto tiempo el rey Weneg gobernó. It is also unclear as to which of the archaeologically identified Horus-kings corresponds to Weneg. Tampoco está claro cuál de los Horus-reyes arqueológicamente identificados corresponde a Weneg. 
The name Weneg is generally accepted to be a nebti-name, introduced by the crest of the "Two Ladies", the goddesses Nekhbet and Wadjet.El nombre Weneg general se acepta que es un nombre-nebti, introducido por la cresta de las "Dos Damas", las diosas Nekhbet y Wadjet. Weneg's name appears in black ink inscriptions on alabaster fragments and in inscriptions on schist-vessels. El nombre de Weneg aparece en las inscripciones de tinta negra sobre fragmentos de alabastro y en inscripciones en vasos de esquisto. Seventeen vessels bearing his name have been preserved; Diecisiete buques que llevan su nombre se han conservado; eleven of them were found in the underground galleries beneath the step pyramid of king Djoser at Sakkara. once de ellos fueron encontrados en las galerías subterráneas debajo de la pirámide escalonada del rey Zoser en Sakkara. Egyptologists such as Wolfgang Helck and Francesco Raffaele point out that all the inscriptions are made in the place of existing inscriptions, which means that the names that were originally placed on the vessels were completely different. Egiptólogos como Wolfgang Helck y Francesco Raffaele señalan que todas las inscripciones se realizan en el lugar de las inscripciones existentes, lo que significa que los nombres que se colocaron originalmente en los vasos eran completamente diferentes. 
The symbol that was used to write Weneg's name is the object of significant dispute between egyptologists to this day. El símbolo que se utiliza para escribir el nombre de Weneg es el objeto de la controversia significativa entre egiptólogos hasta nuestros días. The so-called "weneg flower" is rarely used in Egyptian writing. La llamada "flor Weneg" rara vez se utiliza en la escritura egipcia. Mysteriously, the weneg flower is often guided by six vertical "strokes", three of them on each side of the flower bud. Misteriosamente, la flor Weneg suele responder a seis "golpes" verticales, tres de ellos a cada lado de la yema floral. The meaning of these strokes is unknown. El significado de estos trazos se desconoce. After Weneg's death, his heraldic flower was not used again until king Teti (6th dynasty), when it was used in his pyramid texts to name a deity which was described as "beloved of Ra" and as the "deputy of the deceased king". Tras la muerte de Weneg, su flor heráldica no se utilizó de nuevo hasta que el rey Teti (sexta dinastía), cuando fue utilizado en sus textos de las pirámides para nombrar una deidad que fue descrito como "amado de Ra" y como el "diputado del rey difunto". So it seems that the weneg flower was somehow connected with the Egyptian sun cult. Así que parece que la flor Weneg estaba conectado de alguna manera con el sol culto egipcio. But the true meaning of the flower as a king's name remains unknown. Pero el verdadero significado de la flor como el nombre de un rey sigue siendo desconocido. 
Desde que el nombre de Weneg se hizo conocido para los egiptólogos, los estudiosos han estado tratando de coincidir con el nombre de nebti Weneg a Horus-reyes contemporáneos. 
El Egyptologist Jochem Kahl argues that Weneg was the same person as king Raneb, the second ruler of the 2nd dynasty. Egiptólogo Jochem Kahl sostiene que Weneg era la misma persona que el rey Raneb, el segundo gobernante de la segunda dinastía. He points to a vessel fragment made from an igneous material, which was found in the tomb of king Peribsen (a later ruler of 2nd dynasty) at Abydos. Él señala a un fragmento de vasija hecha de un material ígneo, que fue encontrado en la tumba del rey Peribsen (un gobernante posterior de segunda dinastía) en Abydos. He believed he had found on the pot sherd weak, but clear, traces of the weneg-flower beneath the inscribed name of king Ninetjer. Él creía que había encontrado en el tiesto de olla rastros débiles, pero claras, de la Weneg-flor bajo el nombre inscrito de rey Ninetjer. 
Egiptólogos como Nicolas Grimal[1], Wolfgang Helck[2] y Walter Bryan Emery[3] identifican a Weneg con el rey Sekhemib-Perenmaat y con el cartucho real-nombre Ramesside Wadjenes. Su teoría se basa en la suposición de que Sekhemib y Seth-Peribsen eran diferentes gobernantes y que ambos eran los sucesores inmediatos del rey Ninetjer. Pero esta teoría no es comúnmente aceptada, porque se encontraron sellos de arcilla de Sekhemib en la tumba del rey Khasekhemwy, el último gobernante de la segunda dinastía. Los sellos de arcilla establecen el reinado de Sekhemib cerca de Khasekhemwy, mientras que el nombre Ramesside "Wadjenes" se coloca cerca del comienzo de la segunda dinastía. 
Egiptólogos como Peter Kaplony[4] y Richard Weill sostienen que Weneg era un rey independiente de otros reyes de la época. Sugieren que el nombre de Weneg se conserva en las listas de reyes ramésidas bajo el nombre de "Wadjenes". Su hipótesis se basa en primer lugar en la teoría ampliamente aceptada de que escribas ramésidas intercambiasen la Weneg-flor con las matas de papiro, transformándola en el nombre "Wadjenes". 
En segundo lugar, la teoría Kaplony y de Weill se basa en la inscripción en la piedra del Cairo. Ellos creen que el nombre "Wenegsekhemwy" se conserva en la tercera línea de los acontecimientos del año. Esta teoría tampoco está ampliamente aceptada, como la piedra de El Cairo está muy dañada y los rastros son muy débiles de los jeroglíficos dejan demasiado margen para diferentes interpretaciones. 
Poco se sabe sobre el reinado de Weneg. Las inscripciones de los buques que mencionan su nombre sólo muestran los informes sobre los eventos ceremoniales, como el "aumento de los pilares de Horus". Esta fiesta se encuentra con frecuencia en los buques de reinado de Ninetjer, que trae posición cronológica de Weneg muy cercana a la de Ninetjer. 
La duración del  gobierno de Weneg es desconocida. Si era la misma persona que el rey Wadjenes, gobernó (de acuerdo con el Canon Real de Turín) por 54 años. Si Weneg era una misma persona como rey "Tlas", mencionado por el historiador Manetón, gobernó durante 17 años. Pero los egiptólogos modernos tienen dudas acerca de ambas declaraciones y los evalúan como malas interpretaciones o exageraciones. Si Weneg era en realidad un gobernante independiente, como Richard y Peter Weill Kaplony creen, él pudo haber gobernado durante 12 años, en función de sus reconstrucciones de las inscripciones en piedra Cairo. 
Una teoría sugiere que el reino una vez unificado de Egipto se dividió después de la muerte de Ninetjer en dos partes. En consecuencia, por un período después de la muerte del rey Weneg, dos reyes gobernaron al mismo tiempo sobre Egipto lo que sugiere que Weneg fue un gobernante independiente. Esta suposición se basa en la observación de que tanto en las listas  de reyes Tinitas y menfitas de la época Ramesside mencionan los nombres "Wadjenes" y "Sened" como los sucesores inmediatos del rey Ninetjer. Las listas de los reyes de Abidos, por ejemplo, mencionan sólo seis reyes de la segunda dinastía, mientras que todas las otras listas de reyes mencionan nueve reyes. Así Weneg puede haber sido el último rey que había gobernado sobre todo Egipto, antes de compartir su trono (y el control de Egipto) con otro rey. Aún no está claro quién es el otro rey pudo haber sido. 
Su tumba no se ha encontrado pero se supone que pudiera estar a Saqqara. A la mastaba S3014 se ha encontrado su nombre pero no se ha establecido que fuera su tumba puesto que el nombre del propietario a las inscripciones de la mastaba no se ha conservado. 

Sethenes - Sened - Senedj

s n d ỉ (Senedi)
Senedi
(L R Abidos nº 13)
 
snḏ (Senedy)
Senedy
(L R Saqqara nº 7) (Canon de Turín 2.24)
 
snd (Sened)
Sened
(Auguste Mariette, Les mastabas de l'Ancien Empire)
 

Nsw snd (Nesu Sened)
Nesu Sened
(Papiro de Berlín nº 8433)
 


Senedi, Senedy o Sened, fue el quinto faraón de la dinastía II de Egipto. Reinó ca. 2735-2724 a. C. 
La Lista Real de Abidos le denomina Senedi. En la Lista Real de Saqqara figura como Senedy.
El Canon de Turín asigna a Senedy 54 años de reinado. Si es el Setenes que cita Manetón, indicaba que su gobierno fue de 41 años.
El Papiro Médico de Berlín cita a Sened como sucesor de Den.

Senedj es el nombre de un temprano rey egipcio (faraón) que pueden haber gobernado durante la segunda dinastía. Su posición histórica sigue siendo incierto, ya que no existen registros contemporáneos sobre Senedj. La primera mención de su nombre aparece durante la cuarta dinastía. The exact duration of Senedj's reign is unknown. La duración exacta del reinado de Senedj es desconocido. El Canon de Turín le acredita con un reinado de 70 años, el historiador griego Manetón sugiere un reinado de 41 años. Los Egiptólogos cuestionan ambas declaraciones y las consideran malas interpretaciones o exageraciones. 
La fuente más antigua que hace  referencia al rey Senedj se remonta a principios o mediados de la cuarta dinastía. El nombre, escrito en un cartucho, aparece en la inscripción de una puerta falsa perteneciente a la tumba mastaba del sumo sacerdote Shery en Sakkara.  Shery celebra el supervisor título de todos WAB-sacerdotes del rey Peribsen en la necrópolis del rey Senedj, " uno de los diez del Alto Egipto" y "siervo de dios de Senedj". El nombre de Senedj está escrito en forma arcaica y situado en un cartucho, que es un anacronismo, ya que el propio cartucho no se utilizó hasta el final de tercera dinastía bajo el rey Huni. 
El ataúd real de una mujer desconocida, que data del comienzo de la 18 ª dinastía, es una fuente del nombre aún. La inscripción del ataúd enumera los nombres de varios reyes, comenzando por el rey Senedj, seguido de un nombre destruido.  A continuación la lista continúa con Antef, Mentuhotep II, Senusret II, Senusret III, Sekhaenre y Ahmose I. El ataúd fue encontrado por Luigi Vassalli en T100.2 tumba en Dra Abu el-Naga'. 
El nombre de Senedj está incluido en las listas de reyes de la época ramesside, aunque está escrito en diferentes maneras. Mientras que la lista de reyes de Abidos imita la forma arcaica, el canon real de Turín y la lista de reyes de Sakkara forman el nombre con el signo jeroglífico de un ganso desplumado. 
La última mención del nombre de Senedj aparece en una pequeña estatuilla de bronce en forma de un rey arrodillado lleva la corona blanca del Alto Egipto y la celebración de quemadores de incienso en sus manos. Additionally the figurine wears a belt which has Senedj's name carved at the back. Además la estatuilla lleva un cinturón que tiene el nombre de Senedj tallada en la parte posterior. 
El Egiptólogo Peter Munro[5] ha escrito un informe sobre la existencia de una inscripción sello de barro que muestra el nombre cartela Nefer-senedj-Ra, que él cree ser una versión de Senedj, pero ni el sello ni su inscripción se publicó nunca. Therefore the authenticity of this finding is questionable. Por lo tanto la autenticidad de este hallazgo es cuestionable. 


El nombre de Horus de Senedj sigue siendo desconocido. La inscripción de la puerta falsa de Shery podría indicar que Senedj es idéntico con el rey Seth-Peribsen y que el nombre "Senedj" fue llevado a las listas de reyes, porque un seth-nombre no fue permitido ser mencionado. Otros egiptólogos, como Wolfgang Helck y Dietrich Wildung[6], no están tan seguros y creen que Senedj y Peribsen eran diferentes gobernantes. Señalan que la inscripción de la puerta falsa tiene los nombres de ambos estrictamente separados entre sí. Además Wildung piensa que Senedj donó una capilla de ofrenda a Peribsen en su necrópolis. Esta teoría es cuestionada por otros especialistas como Helck y Hermann A. Schlogl, que señalan a los sellos de arcilla del rey Sekhemib que se encuentran en la zona de entrada de la tumba de Peribsen, lo que podría demostrar que Sekhemib enterrado Peribsen, no Senedj. 
Egiptólogos como Wolfgang Helck, Nicolas Grimal, Hermann Alexander Schlogl[7] y Francesco Tiradritti[8] creen que el rey Ninetjer, el tercer gobernante de la segunda dinastía, dejó un reino que sufría de una administración estatal excesivamente compleja y que Ninetjer decidió dividir Egipto en manos de sus dos hijos (o, al menos, dos sucesores elegidos) que gobernaría dos reinos separados, con la esperanza de que los dos gobernantes podrían administrar mejor los estados. 
En contraste, otros egiptólogos creen que una catástrofe económica, como una hambruna o una sequía prolongada afectó a Egipto. Por lo tanto, para abordar mejor el problema de alimentar a la población egipcia, Ninetjer dividió el reino en dos y sus sucesores fundaron dos reinos independientes, hasta que el hambre llegó a su fin. Campana apunta a las inscripciones de la piedra de Palermo, donde, en su opinión, los registros de las inundaciones anuales del Nilo muestran niveles constantemente bajos durante este periodo. 
La teoría de Bell es refutada hoy por los egiptólogos como Stephan Seidlmayer[9], quien corrigió los cálculos de Bell. Seidlmayer ha demostrado que las inundaciones anuales del Nilo se encontraban en niveles habituales a la hora de Ninetjer hasta el período del Imperio Antiguo. Bell había pasado por alto que las alturas de las inundaciones del Nilo en la inscripción de piedra Palermo sólo tiene en cuenta las medidas de los nilómetros alrededor de Memphis, pero no en otros lugares a lo largo del río. Por tanto, cualquier sequía de larga duración se puede excluir. 
Tampoco está claro, si Senedj ya compartió su trono con otro gobernante, o si el Estado egipcio se dividió en el momento de su muerte. Todas las listas de reyes conocidos, tales como la lista de Sakkara, el Canon de Turín y la lista de tabla Abydos un rey Wadjenes como predecesor de Senedj. 
Después de Senedj, las listas de reyes difieren entre sí respecto de los sucesores. Mientras que la lista de Sakkara y el Canon de Turín mencionan a los reyes Neferka (ra), Neferkasokar y Hudjefa I sucesores inmediatos, la lista de Abydos los salta y enumera un rey Djadjay (idéntico rey Khasekhemwy). Si Egipto ya se dividió cuando Senedj ganó el trono, reyes como Sekhemib y Peribsen habrían gobernado el Alto Egipto, mientras Senedj y sus sucesores, Neferka (ra) y Hudjefa I, habría gobernado el Bajo Egipto. La división de Egipto fue llevado a su fin por el rey Khasekhemwy. 
Se desconoce dónde fue enterrado Senedj. Toby A. Wilkinson asume que el rey podría haber sido enterrado en Sakkara. Para apoyar este punto de vista, Wilkinson hace la observación de que las tumbas de los sacerdotes en épocas anteriores nunca fueron enterrados demasiado lejos del rey de los que habían practicado el culto funerario.  Wilkinson cree que una de las grandes galerías del Sur dentro de la necrópolis del rey Zoser (tercera dinastía) fue originalmente la tumba de Senedj. 

Neferkara

nfr kȝ rˁ (Neferkara)
Hermoso es el espíritu (Ka) de Ra
(Lista Real de Saqqara nº 8)
 
nfr kȝ (Neferka)
Hermoso es el espíritu (Ka)
(Canon de Turín 2.25)


Neferkara, o Seneferka (?), fue un faraón de la dinastía II de Egipto, c. 2724-2719 a. C. 
Su nombre de Horus pudiera ser Seneferka. Sólo se conoce por sus referencias en las Listas Reales de Egipto y las inscripciones, con el nombre Seneferka, encontradas en recipientes de la tumba 3505, en Saqqara, perteneciente al alto oficial Merka, fechado en el reinado de rey Qaa, que gobernó al final de la primera dinastía (Emery)
En la Lista Real de Saqqara Neferkara es el octavo nombre y está situado entre Sened y Neferkaseker, en la segunda dinastía. En el Canon Real de Turín Neferkara, o Aaka, está en el registro 2.25, entre Sened y Neferkasocar.
Durante el periodo tardío de Egipto, este faraón, gozó de gran popularidad.

Neferkasocar

nfr kȝ skr (Neferkasocar)
Maravilloso es el espíritu (Ka) de Socar
(Lista Real de Saqqara nº 9)
 
nfr kȝ skr (Neferkasocar)
Maravilloso es el espíritu (Ka) de Socar
(Canon Real de Turín 3.1)


Neferkasocar soberano de la dinastía II de Egipto. Gobernó ca. 2719-2711 a. C. 
Su nombre figura entre Neferkara y Hudyefa en la Lista Real de Saqqara y el Canon Real de Turín donde le asignan un mandato de 8 años. Aunque no está en la Lista Real de Abidos.
Puede tratarse del Sesocris de Manetón, según Sexto Julio Africano y Eusebio de Cesarea.
Posiblemente se tratara de un mandatario que solo gobernaba en la región del delta del Nilo.
Von Beckerath asigna como sucesor de Neferkasocar a Hudyefa.

Testimonios arqueológicos de su época

  • Un fragmento de papiro (del siglo II a. C.) que parece mostrar su nombre, y describe el edificio de un templo en la zona de El-Fayum.Una inscripción, con el nombre Neferkasocar en la pirámide inacabada de Zawyet el-Aryan.Un sello cilíndrico con el nombre del monarca, que podría no ser contemporáneo.

Seth-Peribsen  o SET-PERIBSEN  Sejemib hacia 2.700 a.C.

stḥ - pr ỉb s n (Seth Peribsen)
Seth, esperanza de los todos los corazones
 
sḫm ỉb (Sejemib)
De corazón poderoso
 
sḫm ỉb pr n mȝˁt (Sejemib perenmaat)
De corazón poderoso, Quién vino delante de Maat
 
sḫm ỉb pr n mȝˁt (Sejemib perenmaat)
De corazón poderoso, Quién vino delante de Maat


Peribsen (también conocido como Seth-Peribsen y Ash-Peribsen) es el nombre serekh de un rey egipcio temprano que gobernó durante la segunda dinastía. A diferencia de muchos otros faraones de esta dinastía, Peribsen está bien atestiguado en los registros arqueológicos. El  nombre real de Peribsen es un tema de interés para los egiptólogos e historiadores por igual, ya que se diferencia de la práctica tradicional con su conexión con la deidad Seth en lugar de Horus. Esto es aún objeto de debate y las investigaciones sobre por qué Peribsen eligió este nombre. Los detalles de la vida de Peribsen siguen siendo oscuros y la duración de su reinado es desconocida. 
illustrates this change in loyalties.Peribsen's serekh name was found pressed on earthen jar seals made of clay and mud and in inscriptions on vessels made of alabaster, sandstone, porphyry and black schist.El nombre serekh de Peribsen se encontró presionado en los sellos tinaja de barro y lodo y en las inscripciones en los vasos de alabastro, piedra arenisca, pórfido y esquisto negro. The seals and vessels were found in Peribsen's tomb and at Elephantine. Los sellos y los barcos fueron encontrados en la tumba de Peribsen y en Elefantina. 
Also two large tomb stelae made of dark grey granite were found at his burial site.También en dos grandes estelas de granito gris oscuro se encuentra en su lugar de enterramiento. Their shape is unusual, because it makes them look unfinished and rough. Su forma es inusual, ya que hace que se vean sin terminar y ásperas. Egyptologists suspect that this was done deliberately, but the meaning behind this is unknown. Los egiptólogos sospechan que esto fue hecho deliberadamente, pero el significado detrás de esto es desconocido. A cylinder seal of unknown provenance shows Peribsen's name inside a cartouche and gives the epithet Merj-netjeru (beloved of the gods). Un sello cilíndrico de procedencia desconocida muestra el nombre de Peribsen dentro de un cartucho y le da el epíteto Merj-Netjeru (amado de los dioses). This arrangement leads Egyptologists and archaeologists to the conclusion that the seal must be of a much later date, because the royal cartouche was not yet in use during Peribsen's lifetime. Esta disposición conduce a egiptólogos y arqueólogos a la conclusión de que el sello debe ser de una fecha muy posterior, debido a que el cartucho real aún no estaba en uso durante la vida de Peribsen. Another seal of the same material shows Peribsen's name without a cartouche and with the royal title Nisut-Bity ("king of Lower- and Upper Egypt"). Otro sello del mismo material muestra el nombre de Peribsen sin un cartucho y con el título real Nisut-Bity ("rey de bajos y el Alto Egipto"). 
Peribsen's name is unusual because it was an Egyptian tradition that a king had to choose the falcon-shaped deity Horus as his royal patron.El nombre de Peribsen es inusual porque era una tradición egipcia que un rey tenía que elegir la forma de halcón-deidad Horus como su patrón real. This is clearly expressed in one of the king's names, the Horus name. Esto se expresa claramente en uno de los nombres del rey, el nombre de Horus. The falcon of the god Horus was placed at the top of the image of the royal palace facade (serekh) to show the king's religious allegiance. El halcón del dios Horus se colocó en la parte superior de la imagen de la fachada del Palacio Real (serekh) para mostrar lealtad religiosa del rey. The actual name of the king was written within the upper part of the palace facade. El nombre real del rey fue escrito en la parte superior de la fachada del palacio. 
However, Peribsen did not choose the traditional royal protector Horus, but instead chose the deity Seth, who was also popular in early dynasties, but became unpopular during the First Intermediate Period.Sin embargo, Peribsen no eligió el protector real tradicional Horus, pero en su lugar optó por la deidad Seth, quien también era popular en las primeras dinastías, pero se convirtió en impopular durante el Primer Período Intermedio. Many later rulers, especially during the New Kingdom and Late Period, condemned Seth and any royal ancestor who had connected his name with that deity. Muchos gobernantes posteriores, especialmente durante el Imperio Nuevo y Baja Época, condenaron Seth y cualquier antepasado real que había conectado su nombre con esa deidad. Instead, some pharaohs did the same as Peribsen and connected their birth names to Seth. En cambio, algunos faraones hicieron lo mismo que Peribsen y conectan sus nombres de nacimiento de Seth. Examples include the (13th dynasty) pharaoh Sutekh, the (19th dynasty) ruler Seti I and the (20th dynasty) king Setnakhte. Los ejemplos incluyen el (13 de dinastía) faraón Sutekh, el (19a dinastía) gobernante Seti I y el (20a dinastía) rey Setnakhte. 
Estela con el nombre del Peribsen encontrado en Abydos

Since Peribsen is known for his unusual name, Egyptologists and historians have sought to understand the possible motivations that made Peribsen change his name.Peribsen es conocido por su nombre poco común, los egiptólogos e historiadores han tratado de entender las posibles motivaciones que hicieron a Peribsen cambiar su nombre. The following sections discuss some of these theories. Las siguientes secciones tratan algunas de estas teorías. 
An old theory, supported by Egyptologists such as Percy Newberry and Jaroslav Cerny once held that Peribsen was a heretic who sought to introduce a new form of state religion to Egypt, similar to the actions of a much later (18th dynasty) pharaoh, Akhenaten, who had required Egyptians to serve only one god (in his case the sun-god Aten).Una vieja teoría, apoyada por los egiptólogos como Percy Newberry[10] y Jaroslav Cerny[11] sostenían que Peribsen era un hereje que trató de introducir una nueva forma de religión de Estado en Egipto, similar a las acciones del faraón Akenatón  de la (18ª dinastía).
The theory of a "heretic Peribsen" was based on the observation that the name Peribsen was excluded from later king lists and that the king's tomb was destroyed and plundered.La teoría de un "hereje Peribsen" se basó en la observación de que el nombre Peribsen fue excluido de las listas posteriores rey y que la tumba del rey fue destruida y saqueada. Furthermore the tomb stelae of Peribsen, which once clearly showed the Seth animal, were badly scratched with the aim of removing any trace of the animal. Además las estelas de la tumba de Peribsen, muestran con claridad el animal Seth, que fue muy rayado con el fin de eliminar cualquier rastro del animal. This was seen as the actions of religious opponents to the sethian priest-caste. Esto fue visto como las acciones de los opositores religiosos al sacerdote de casta Sethian. 
Today this theory has little support.Hoy en día esta teoría tiene poco apoyo. Archaeological evidence of Peribsen has only been found in Upper Egypt. La evidencia arqueológica de Peribsen sólo se ha encontrado en el Alto Egipto. His name does not appear in Lower Egyptian records surviving from that time. Su nombre no aparece en los registros del Bajo Egipto que sobreviven de esa época. Therefore, it is argued that Peribsen cannot have ruled over all of Egypt, thus he was not in a position to require all Egyptians to support a new form of state religion. Por lo tanto, se argumenta que Peribsen no puede haber gobernado sobre todo de Egipto, por lo que no estaba en condiciones de exigir a todos los egipcios apoyar una nueva forma de religión de Estado. 
Another piece of evidence that argues against the theory of heresy is the false door of the priest Shery at Sakkara, who held office during the early 4th dynasty.Otra pieza de evidencia que va en contra de la teoría de la herejía es la puerta falsa del sacerdote Shery en Sakkara, quien ocupó el cargo durante la cuarta dinastía temprana. The inscription on the false door connects the name of Peribsen in one sentence with another king, Senedj. La inscripción en la puerta falsa conecta el nombre de Peribsen en una frase con otro rey, Senedj. Shery held the title "overseer of all wab-priests of king Peribsen in the necropolis of king Senedj". Shery celebra el título de "supervisor de todas WAB-sacerdotes del rey Peribsen en la necrópolis del rey Senedj". This implies that a mortuary cult based around king Peribsen was in place at least until the 4th dynasty, which is inconsistent with the idea that Peribsen was considered a heretic. Esto implica que un culto funerario en torno rey Peribsen estaba en su lugar por lo menos hasta la cuarta dinastía, que es incompatible con la idea de que Peribsen fue considerado un hereje. Seal impressions found in the tomb of Peribsen at Abydos, show several deities such as Ash, Min and Bastet, which were venerated during Peribsen's time as king.Sellos e  impresiones encontradas en la tumba de Peribsen en Abydos, muestran varias deidades como Ash, Min y Bastet, que se veneraban en la época de Peribsen como rey. This is further evidence against the theory that Peribsen tried to introduce a completely new state religion. Esta es una prueba más en contra de la teoría de que Peribsen trató de introducir una nueva religión de Estado. 
En contraste, las teorías más modernas ahora sostienen que el reino egipcio se dividió pacíficamente. Egiptólogos como Michael Rice, Francesco Tiradritti y Wolfgang Helck así lo sostienen. No está claro cuándo exactamente se produjo la división del estado egipcio. Podría haber sucedido al comienzo del reinado de Peribsen o poco antes. Debido a que Peribsen eligió la deidad Seth como su nuevo patrón trono, los egiptólogos son de la opinión de que Peribsen era un cacique de Thinis o un príncipe de la casa real Tinita. Esta teoría se basa en que Seth siendo una deidad de origen Tinita, lo que explicaría la elección de Peribsen: su cambio de nombre puede haber sido nada más que propaganda política (y religiosa) inteligente. 
Sello de impresión de Peribsen.
La identidad de Peribsen es también objeto de debate por los egiptólogos e historiadores. Creen que Peribsen era idéntico al rey Sekhemib-Perenmaat, un gobernante que había conectado su nombre con el dios halcón Horus y que definitivamente descartado durante la segunda dinastía. 
Algunos egiptólogos como Hermann Alexander Schlogl, Wolfgang Helck, Peter Kaplony y Jochem Kahl lugar creen que Peribsen fue un gobernante diferente a Sekhemib. Señalan que los sellos de arcilla sólo se encontraron en la zona de entrada de la tumba de Peribsen y que ninguno de ellos muestra los nombres Peribsen y de Sekhemib juntos en una inscripción. Ellos comparan los resultados con las tablillas de marfil del rey Hotepsekhemwy que se encontraron en la entrada de la tumba del rey Qaa.
Otros egiptólogos como Toby Wilkinson y Helck creen que Peribsen y Sekhemib podrían haber estado relacionados. Su teoría se basa en las inscripciones de los vasos de piedra e impresiones de sellos que muestran fuertes similitudes en sus estilos de escritura tipográficos y gramaticales. 
No está claro si las listas de los reyes ramésidas verdaderamente omiten Peribsen. La inscripción de la puerta falsa de Shery podría indicar que Peribsen es idéntico con el rey Senedj ("Senedj" significa "la aterradora") y que este nombre fue utilizado en las listas de reyes, para que no se le permitió el nombre seth ser mencionado.
Dado que los registros arqueológicos parecen apoyar la opinión de que el Estado egipcio se dividió durante el reinado del rey Peribsen, es objeto de debate por los egiptólogos e historiadores de por qué su predecesor Nynetjer decidió dividir el estado. 
Egiptólogos como Wolfgang Helck, Nicolas Grimal, Hermann Alexander Schlogl y Francesco Tiradritti creen que el rey Ninetjer, el tercer gobernante de segunda dinastía y un predecesor de Peribsen, dejó un reino que sufría de una administración estatal excesivamente complejo y que Ninetjer decidió dividir Egipto a dejar a sus dos hijos (o, al menos, dos sucesores elegidos) que gobernaría dos reinos separados, con la esperanza de que los dos gobernantes podrían administrar mejor los estados. 
En contraste, los egiptólogos como Barbara Campana creen que una catástrofe económica, como una hambruna o una sequía prolongada afectó a Egipto. Por lo tanto, para abordar mejor el problema de alimentar a la población egipcia, Ninetjer dividió el reino en dos y sus sucesores fundaron dos reinos independientes, hasta que el hambre llegó a su fin. Campana apunta a las inscripciones de la piedra de Palermo, donde, en su opinión, los registros de las inundaciones anuales del Nilo muestran niveles constantemente bajos durante este periodo.
Teoría de Bell es refutada hoy por los egiptólogos como Stephan Seidlmayer, quien corrigió los cálculos de Bell. Seidlmayer ha demostrado que las inundaciones anuales del Nilo se encontraban en niveles habituales a la hora de Ninetjer hasta el período del Imperio Antiguo. Bell había pasado por alto que las alturas de las inundaciones del Nilo en la inscripción de piedra Palermo sólo tiene en cuenta las medidas de los nilómetros alrededor de Memphis, pero no en otros lugares a lo largo del río. Por tanto, cualquier sequía de larga duración se puede excluir.
Los eruditos como Herman TeVelde,  IES Edwards  y Toby Wilkinson creen que la inscripción de la famosa piedra de Annal de la quinta dinastía, una losa de olivino-basalto negro que muestra una lista de reyes muy detallada, discute la división del Reino. En la piedra, los reyes de la 1ª a la 7ª dinastía están listados por su nombre de Horus, su nombre de oro y su nombre de cartucho, su nombre de banderolas termina con el nombre de su madre real. Las listas también contienen ventanas rectangulares que presentan eventos anuales desde el día de la coronación del rey hasta su muerte. Los fragmentos más famosos de la piedra de Annal se llaman piedra de Palermo y piedra de El Cairo. En la piedra de El Cairo, en la línea IV, se conservan los últimos nueve años del rey Nynetjer (pero la mayoría de las ventanas del año ahora son ilegibles).  La fecha de la muerte de Nynetjer es seguida por un nuevo rey. Investigaciones recientes revelan que el serekh de ese nuevo rey está coronado por un animal de cuatro patas, no por el halcón de Horus. Desde el único heráldico de cuatro patas, serekh animal a principios de Egipto era la quimera del dios Seth, a pesar de un desacuerdo apasionado, el gobernante indicado es probable que sea Peribsen. Egiptólogos como TeVelde, Barta y Edwards no están de acuerdo; Peribsen podría no haber sido el único rey con un nombre Seth. Los eventos del año bajo Nynetjer muestran referencias crecientes a Seth, lo que sugiere que la tradición de un nombre de Horus como el único nombre de reyes ya podría haber evolucionado. El ascenso de un rey aliado con Seth fue, por lo tanto, sorprendente. TeVelde, Barta y Edwards piensan que, además de Peribsen, los gobernantes Wadjenes, Nubnefer o Sened. Podrían haber sido también reyes Seth; Uno de ellos seguramente fue el verdadero sucesor directo de Nynetjer. La cantidad comparativamente grande de hallazgos arqueológicos del reinado de Peribsen contradice la breve duración estimada del gobierno, solo de 10 a 12 años, como se presenta en la piedra de Annal.  
La piedra de Annal no da absolutamente ninguna indicación de una división del reino egipcio. Barta, TeVelde, Wilkinson y Edwards argumentan que la teoría de la división de estado es insostenible. Una reorganización administrativa o división en las sectas del sacerdocio es más probable.
Cualquiera que sea la razón exacta de la división de Egipto puede haber sido, existe una fuerte evidencia arqueológica que Peribsen gobernó sólo en el Alto Egipto. Su reino se extendió a la isla de Elefantina, donde fundó un nuevo centro administrativo llamado "La casa blanca de tesorería". Su nueva residencia real, llamada la "protección de Nubty", fue fundada cerca de Kom Ombo ("nubty" era el nombre del antiguo Egipto de Naqada).

Logros políticos 
Durante su tiempo en el trono, Peribsen fundó un centro administrativo llamado "La casa blanca de la tesorería" y una nueva residencia real, llamada "Protección de Nubt", ubicada cerca de Ombos ("Nubt" es el antiguo nombre egipcio de Naqada).   Los títulos administrativos de los escribas, portadores de focas y supervisores se ajustaron para corresponder a la administración estatal burocrática dividida. Por ejemplo, títulos como "sellador del rey" se cambiaron a "sellador del rey del Alto Egipto". Esta reforma burocrática puede indicar un intento por parte de Peribsen de limitar el poder de estos funcionarios, evidencia adicional de una administración estatal inflada y poco manejable bajo Nynetjer. 
El sistema de administración bajo Peribsen y Sekhemib tenía una jerarquía clara y bien definida; como ejemplo, del rango más alto al más bajo: Casa del Tesoro (real y por lo tanto más alto en el ranking) → oficina de pensiones → propiedad → viñedos → viñedo privado (propiedad de los ciudadanos y, por lo tanto, más bajo en el ranking). El rey Khasekhemwy, el último gobernante de la segunda dinastía, pudo reunificar a la administración estatal de Egipto y, por lo tanto, unir a todo el Antiguo Egipto. Puso a las dos casas del tesoro de Egipto bajo el control de la "Casa del Rey", llevándolos a un nuevo centro de administración único.  
Peribsen también fundó edificios reales como Per-nubt ("casa de Ombos") y Per-Medjed ("casa de reuniones") y creó varias ciudades de importancia económica. Sus nombres, Afnut ("ciudad de los fabricantes de tocados"), Nebj ("ciudad del protector"), Abet-desheret ("ciudad de los tarros de granito rojo") y Huj-setjet ("ciudad de los asiáticos") son mencionado en numerosos sellos de arcilla junto al serekh de Peribsen, a menudo precedido por la frase "visita del rey a...".  Las inscripciones en vasijas de piedra también mencionan un "ini-setjet" ("tributo de la gente Sethroë"), Delta del Nilo. Esto puede sugerir que Peribsen gobernó todo Egipto, o, al menos, que fue aceptado como rey en todo Egipto.  
Un funcionario del reinado de Peribsen, Nefer-Setekh ("Seth es bella"), el "wab-sacerdote del rey", es conocido por los egiptólogos por su estela. Su nombre puede resaltar la apariencia y popularidad de Seth como una deidad real.  
En la tumba de Peribsen en Abydos, se encontraron sellos de arcilla que demuestran la primera oración completa escrita en la historia egipcia registrada. La inscripción dice:  
"El de oro / El de Ombos ha unificado / entregado los dos reinos para / a su hijo, el rey del Bajo y Alto Egipto, Peribsen".

El título "El de oro", también leído como "El de Ombos", es considerado por los egiptólogos como una forma religiosa de dirección a la deidad Seth.  

Cambios religiosos 
A pesar de su alineación con Seth, numerosas deidades fueron adoradas por la población bajo Peribsen. Numerosas impresiones de sellos de arcilla e inscripciones en frascos mencionan a los dioses Ash, Horus, Nekhbet, Min, Bastet y Kherty. Las representaciones de las deidades son seguidas por el nombre del lugar o pueblo donde tenían su centro de culto principal. En la piedra de El Cairo, una estatua de Ash y un fetiche de Seth se acreditan a Peribsen, complementando las impresiones del sello de arcilla. Curiosamente, varias impresiones de sellos muestran un disco solar sobre la quimera Seth sobre el serekh real: el antiguo símbolo del dios Ra. No hay pruebas arqueológicas de que el dios sol Ra fuera parte del panteón egipcio en esta fecha tan temprana; La aparición del disco puede ser la primera evidencia de la evolución del culto al sol y del cambio teísta. El disco solar aparece en conexión con uno de los patrocinadores del estado (por ejemplo, bajo el predecesor de Peribsen, Raneb, el sol estaba conectado a Horus); bajo Peribsen estaba conectado a Seth. Bajo el rey Khasekhemwy, el sol finalmente recibió su propio nombre (ra) y, en el momento del cambio de trono entre Khasekhemwy y su seguidor Djoser, varios sacerdotes y funcionarios también conectaron su nombre con Ra.  

Gobernantes del Bajo y Alto Egipto
Los historiadores egipcios como Helck, Tiradritti, Schlögl, Emery y Grimal están convencidos de que Peribsen era un co-gobernante. La investigación sobre los gobernantes del Bajo Egipto está en curso. Las listas de reyes de Rammesside difieren en su orden de nombres reales del rey Senedj en adelante. La mesa real de Sakkara y el canon real de Turín reflejan las tradiciones menfitas, que solo permitían mencionar a los gobernantes menfitas. La lista del rey Abydos refleja en cambio las tradiciones Thinitas y, por lo tanto, solo los gobernantes Thinitas aparecen en esa lista. Hasta el rey Senedj, todas las listas del rey están de acuerdo. Después de él, la lista de Sakkara y la lista de Turín mencionan a tres reyes como sucesores: Neferkara I, Neferkasokar y Hudjefa I. La lista del rey Abydos salta a Khasekhemwy, llamándolo "Djadjay". Los egiptólogos consideran que las discrepancias son el resultado de la división de Egipto durante la segunda dinastía.  
Otros hallazgos contradictorios son los nombres de los reyes de Horus y Nebty descubiertos en la Gran Galería del Sur en la necrópolis del rey Djoser (tercera dinastía) en Sakkara. Las inscripciones de los vasos de piedra mencionan a los reyes Nubnefer, Weneg-Nebty, Horus Ba, Horus "Pájaro" y Za; Cada uno de estos se menciona solo unas pocas veces, lo que sugiere que sus reinados fueron cortos. El rey Sneferka podría ser idéntico al rey Qa'a o un sucesor efímero suyo. El rey Weneg-Nebty podría ser idéntico al nombre del cartucho de Ramesside Wadjenes. Pero los reyes como "Nubnefer", "Bird" y "Za" siguen siendo un misterio. Nunca aparecen en ningún otro lugar y el número de objetos que sobreviven de sus vidas es muy limitado. Schlögl, Helck y Peter Kaplony postularon que Nubnefer, Za y Bird eran contemporáneos de Peribsen y Sekhemib y gobernaron sobre el Bajo Egipto, mientras que los dos últimos gobernaron el Alto Egipto. 

La tumba de Peribsen 
Peribsen fue enterrado en la tumba P del cementerio real en Umm el-Qa'ab cerca de Abydos. La primera excavación de la tumba comenzó en 1898 bajo la supervisión del arqueólogo y egiptólogo francés Émile Amélineau.  Esta primera incursión fue seguida por excavaciones en 1901 y 1902 bajo la supervisión del arqueólogo británico Sir William Matthew Flinders Petrie.  El egiptólogo suizo Edouard Naville realizó una exploración adicional de la tumba en 1928.  
La construcción de la tumba es sencilla y, comparada con el tamaño de otras tumbas reales en la misma área, es sorprendentemente pequeña. El modelo de diseño fue la tumba del rey Djer (tercer faraón de la Primera dinastía), que se cree que es la "tumba de Osiris" del Reino Medio. La arquitectura de la tumba de Peribsen es similar al palacio residencial. La tumba mide 16 metros (52 pies) x 13 metros (43 pies) y comprende tres estructuras independientes anidadas una en la otra: en el centro se encuentra la cámara funeraria principal, que mide 7,3 metros (24 pies) x 2,9 metros (9,5 pies), y que está hecho de ladrillos de barro, cañas y madera. En los lados norte, este y oeste, la cámara funeraria está rodeada por nueve pequeñas salas de almacenamiento que llevan una a la otra; En la cara sur hay una larga antecámara. Un pasaje corre entre las estructuras internas y la pared exterior.  
Las excavaciones bajo la supervisión del Deutsches Archäologisches Institut Kairo (DAIK) en 2001 y 2004 revelaron que la tumba se había erigido y completado con mucha prisa. Los trabajos de construcción se realizaron en una sola fase; las paredes estaban enlucidas a grandes rasgos; y el monumento se había derrumbado varias veces a lo largo de los siglos. Durante el Reino Medio, la tumba de Peribsen fue restaurada al menos dos veces junto con la tumba de Djer, que se creía que era la de Osiris. 

Hallazgos 
La tumba había sido ampliamente saqueada por ladrones de tumbas durante la antigüedad, pero aún quedaban numerosos recipientes de piedra y tarros de barro. Algunas de las vasijas de piedra tenían bordes recubiertos de cobre y son similares a los hallazgos más conocidos de la tumba de Khasekhemwy. También se encontraron naves de los gobernantes anteriores, como Nynetjer y Raneb. Se excavaron cuentas y brazaletes de madera y cornalina y herramientas de cobre. Los hallazgos especiales incluyen una aguja de plata grabada con el nombre del rey Hor Aha y fragmentos de sello de arcilla con el nombre del rey Sekhemib. Las dos estelas de piedra de la entrada, comunes a las cámaras funerarias de la Primera y Segunda dinastías, ahora se exhiben en dos museos diferentes. 

Recinto funerario real 
Cerca de la tumba de Peribsen se encontró un recinto funerario real hecho de ladrillos de barro. Sellos de arcilla con el nombre del serekh de Peribsen en ellos estaban ubicados cerca de la entrada este y dentro de un santuario de ofrendas destruido. Los hallazgos respaldan la opinión de que el edificio era parte del sitio de entierro de Peribsen. El recinto funerario se conoce comúnmente como "Fortaleza media". Esto fue descubierto por primera vez en 1904 bajo la supervisión del arqueólogo canadiense Charles Trick Currelly y el egiptólogo británico Edward Russell Ayrton. El muro del recinto estaba ubicado en el lado noroeste del recinto funerario de Khasekhemwy "Shunet ez Zebib" ("granero de pasas"). Peribsen mide 108 metros (354 pies) x 55 metros (180 pies) y alberga solo algunos edificios de culto. El recinto tiene tres entradas: una al este, una al sur y otra al norte. Se ubicó un pequeño santuario, que mide 12,3 metros (40 pies) x 9,75 metros (32,0 pies) en la esquina sureste del recinto funerario. En un tiempo comprendió tres capillas pequeñas. No se encontraron tumbas secundarias.  
La tradición de enterrar a la familia y la corte del rey cuando murió fue abandonada en el momento de Qa'a, uno de los últimos gobernantes de la Primera Dinastía.  

Tablero de juego Mehen de la tumba de Peribsen en Abydos, en exhibición en el Louvre.

En la tumba de Peribsen en sellos de arcilla Abydos fueron encontrados que muestran la primera oración completa en la historia de Egipto. La inscripción dice: "El oro / He de Ombos tiene unificado / entregado los dos reinos de / a su hijo, el rey del Bajo y el Alto Egipto, Peribsen". El título de "El dorado", también leer como "El de Ombos", es considerado por los egiptólogos como una forma religiosa de la dirección a la deidad Seth.
Egiptólogos e historiadores como Helck, Tiradritti, Schlogl, Emery y Grimal están convencidos de que Peribsen tuvo que compartir su trono con otros reyes. Desde los artefactos que sobreviven de su vida muestran que él y su sucesor Sekhemib-Perenmaat gobernó sólo en el Alto Egipto, que es objeto de investigación en cuanto a quien gobernó en el Bajo Egipto como los reyes correspondientes.
Las listas de reyes Rammesside difieren en su orden de los nombres reales de rey Senedj adelante. Una razón puede ser que la mesa real de Saqqara y el canon real de Turín reflejan las tradiciones de Menfis, que sólo permitían gobernantes menfitas a ser mencionados. La lista de reyes de Abidos en vez refleja las tradiciones Tinitas y por lo tanto sólo Tinitas gobernantes aparecen en esa lista. Hasta el rey Senedj, todas las listas de reyes conceden entre sí. Después de él, la lista de Saqqara y el Canon de Turín mencionan tres reyes como sucesores: Neferkara I, Neferkasokar y Hudjefa I. La lista de reyes de Abidos se salta estos reyes y salta hacia adelante para Khasekhemwy, llamándolo "Djadjay". Las discrepancias son considerados por los egiptólogos como el resultado de la división de Egipto durante la segunda dinastía.
Otro problema son los nombres de Horus y los nombres de los reyes Nebty utilizadas en las inscripciones que se encuentran en la Gran Galería del Sur en la necrópolis de la (tercera dinastía) rey Zoser en Sakkara. Stone inscripciones de buques mencionan reyes como Nubnefer, Weneg-Nebty, Horus Ba, Horus "Bird" y Za, pero cada uno de estos reyes se menciona sólo un par de veces, lo que hace que los egiptólogos piensan que no reinó por mucho tiempo.
King Sneferka podría ser idéntica a rey Qa'a o un sucesor efímero de su. King Weneg-Nebty podría ser idéntica al nombre del cartucho Ramesside Wadjenes. Pero los reyes como Nubnefer, Bird y Za siguen siendo un misterio. Ellos nunca aparecen en ningún otro lugar pero en Sakkara y el número de objetos que sobrevive de su vida es muy limitada. Schlogl, Helck y Peter Kaplony postulan, que Nubnefer, Za y Bird eran los gobernantes correspondientes de Peribsen y Sekhemib y gobernaron en el Bajo Egipto, mientras que los dos últimos dictaminado el Alto Egipto.

Jasejemuy  o KHASEKHEMUY hacia 2.686 a.C.

ḥr ḫˁ sḫm (Horus Jasejem)
El poderoso aparece
 
ḫˁ sḫmwy (Jasejemuy)
Los dos poderosos resplandecen
 
ḫˁ sḫm w nwb ẖt s n (Jasejemuy Nubjetsen)
Los dos poderosos resplandecen, sus cuerpos son de oro
 
ḏȝ ḏȝ y (Dyadyay)
(L R de Abidos nº 14)
 
ḥr stḥ sḫmwy nbwy ḥtp ỉm.f (Hor Seth Jasejemuy Nebuyhotepimef)
Hor y Seth, Los Dos Poderosos resplandecen y los Dos Señores están satisfechos con él


nb.ty ḫˁ sḫmwy nbwy ḥtp ỉm f (Nebty Jasejemuy Nebuyhotepimef)
Las Dos Poderosas aparecen y los Dos Señoras están satisfechas con él
 

b b y (Beby)
(L R de Saqqara nº 11) Khasekhemwy 


... b t y (... bty)
(Canon de Turín 3.3)

Khasekhemwy es quizás el mejor atestiguados gobernante de la dinastía segundo, un periodo que sabemos muy poco acerca de en general. 
Khasekhemwy (d 2686 a.C. Veces escrito Jasejemuy) fue el quinto y último faraón de la segunda dinastía de Egipto, en el poder desde hace 30 años. Poco se sabe de Khasekhemwy, aparte de eso dirigió varias campañas militares significativas y construyó varios monumentos, todavía existentes, mencionando la guerra contra los norteños.
Egiptólogos normalmente lo han colocado como el sucesor de Seth-Peribsen, aunque Manetón enumera tres reyes entre ellos, que consiste en Sethenes (Sendji), Chaires (Neterka) y Nebhercheres (Neferkara). Sin embargo, no hay evidencia arqueológica de estos reyes y casi ninguna otra información para verificar su existencia.
Sin embargo, algunos egiptólogos creen que él tenía otro antecedente inmediato llamado Jasejem, con un nombre, obviamente, similar, aunque otros estudiosos creen Jasejem y Khasekhemwy eran en realidad la misma persona. Argumentan que Jasejem cambió su nombre por el de Khasekhemwy después de que aplastó una rebelión, reuniendo así el Alto y el Bajo Egipto. Su nuevo nombre Horus significa "aparecen los dos más potentes". Posteriormente, la prestación de su nombre en su serekh fue coronada por tanto el halcón Horus y Seth jackel, marcándolo como único en la historia de Egipto.
"Los dos más potentes aparecen"

Tal vez el uso de Khasekhemwy tanto de Horus y representaciones del dios Seth en su nombre era un acto de reconciliación. Incluso podríamos suponer una unificación de inspiración política del país, si no fuera por la evidencia de lo contrario. Él, de hecho, se cree que se casó con una princesa del norte, pero al parecer sólo para cimentar el control que él ganó con la batalla.
En un jarrón de piedra, encontramos grabada, "El año de la lucha contra el enemigo del norte dentro de la ciudad de Nekhet." Nekhet, ahora conocido como el-Kab, se encuentra en la orilla oriental del Nilo a través de la antigua capital, Nekhen, conocido por los griegos como Hieracómpolis. Por lo tanto, se trataba de una batalla importante y dramático entre el Alto y el Bajo Egipto. Sobre la base de dos estatuas sedentes de Khasekhemwy, se nos dice que algunos 47,209 norteños fueron asesinados, un número enorme teniendo en cuenta la relativamente pequeña población de Egipto durante el período dinástico temprano.
La princesa del Norte que Khasekhemwy casada, una mujer llamada Nemathap (Nimaatapis), que juntas revelan como "La Madre del Rey". Probablemente ella crió a los primeros gobernantes de tercera dinastía de Egipto, incluyendo Zoser.
También es importante señalar que la evidencia más temprana de inscripciones de un rey egipcio en el lugar libanesa de Biblos perteneció al reinado de Khasekhemwy. 
Khasekhemwy parecer emprendió proyectos importantes de construcción de la reunificación de Egipto. Él construyó en piedra en el-Kab, Hieracómpolis y Abydos. Al parecer, construyó un único, así como enorme tumba en Abydos, la última tal tumba real construida en esa necrópolis (Tumba V). Las medidas de tumbas trapezoidal de unos 70 metros (230 pies) de largo y es de 17 metros (56 pies) de ancho en su extremo norte, y 10 metros (33 pies) de ancho en su extremo sur. Esta área fue dividida en 58 habitaciones.
Antes de algunos descubrimientos recientes de la Primera Dinastía, su cámara funeraria central fue considerada la estructura de mampostería más antigua del mundo, está construida de piedra caliza de cantera. Aquí, los excavadores descubrieron el cetro del rey de oro y sard, así como varias pequeñas macetas de piedra bellamente hechas con hojas de oro cubiertas de tapa, aparentemente perdidas por los ladrones de tumbas anteriores. De hecho, Petrie se detalla una serie de artículos retirados durante las excavaciones de Amelineau. Otros elementos que se incluyen herramientas de sílex, así como una variedad de herramientas de cobre y vasos, vasijas de piedra y vasijas de cerámica llenas de granos y frutas. Había también, pequeños objetos esmaltados, cuentas de cornalina, herramientas modelo, cestería y una gran cantidad de focas.
Sin embargo, probablemente más impresionante es una estructura situada en el desierto, a unos 1.000 metros de la tumba. Conocido como el Shunet el-Zebib (almacén de las fechas), que era una enorme estructura rectangular de 123 x 64 metros (404 x 210 pies). Las paredes de adobe de la estructura, con su articulado fachada del palacio, fueron hasta 5 metros (16 pies) de espesor y de hasta 20 metros (66 pies). Increíblemente, los fragmentos de estas paredes de adobe han sobrevivido durante casi 5.000 años.
Algunos egiptólogos creen que el complejo de edificios dentro de este recinto puede haber funcionado en una capacidad similar a un templo funerario. De hecho, tenía mucho en común con el recinto de la pirámide escalonada de Zoser en Saqqara. Además de las paredes internas nichos del parámetro, un gran montículo de arena y grava cubierto con ladrillos de barro, aproximadamente de planta cuadrada, fue descubierto dentro del recinto. Situado en una posición similar dentro del recinto como la pirámide escalonada en el complejo de Zoser, este montículo puede haber sido un precursor de las pirámides escalonadas.
Estructuras de Khasekhemwy son vistas como una importante etapa evolutiva del antiguo complejo funerario egipcio. Khasekhemwy murió aproximadamente en 2686 a.C.

Originario de Hieracómpolis, Khasekhemui fue el último rey de la II Dinastía, su reinado se estima que duró treinta años. Su nombre indica “Aparecen los dos Poderosos” lo que indica que debió unir las Dos Tierras nuevamente ya que en su serej aparecen Horus y Set. Antes de esta unión parece ser que los soldados del norte atacaron el sur. Debió de ser una lucha encarnizada pues el avance de los norteños hasta la misma capital del Alto Egipto así lo atestigua. En una vasija de piedra de la época aparece una inscripción: “el año de la lucha contra el enemigo del norte en la ciudad de Nekhbet” mostrando la diosa buitre Nekhbet patrona de la ciudad del mismo nombre (El Kab) antigua capital de los reyes del sur y el símbolo que representa la unión de las Dos Tierras. Los frisos de los pedestales de las estatuas de este rey documentan la victoria del Alto Egipto. 
Dos estatuas sedentes de este rey una de esquisto y otra de caliza, procedentes del templo de Hieracómpolis, muestran al rey con la corona blanca del Alto Egipto y la túnica del Heb Sed, una se encuentra en el museo de El Cairo y la otra en el Ahsmolean Museum de Oxford; alrededor de las bases llevan la inscripción jeroglífica registrando los éxitos del rey del Alto Egipto y una escena de enemigos, y en la estela de este mismo rey aparece una cabeza de rasgos similares a los encontrados en la Paleta de Narmer. 


En el mismo templo de Hierakómpolis se encontraron exvotos valiosos que revelaron la importancia que este templo tuvo para este rey. Su tumba de Abydos es de grandes dimensiones y como la mayoría de las tumbas reales fue saqueada, pero los ladrones olvidaron algunos objetos de suma importancia: el cetro real de oro y varios recipientes de piedra. A pocos metros de su tumba se encuentra Shunet el Zebib, una vasta estructura hecha de ladrillos de forma rectangular y grandes dimensiones, rodeado de una gran muralla de cinco metros de grosor y veinte metros de altura con forma de fachada de palacio y decorada con relieves en forma de nichos, al que se accedía atravesando una gran puerta. En su interior había edificios que no han sido excavados del todo. El estilo del edificio es claramente el estilo de Abydos, pudiera ser que el edificio hubiera sido construido para el Ka del rey. Otras construcciones de este rey se han encontrado en Guebelein, en el templo dedicado a la diosa Hathor de Guebelein. 

Todos los monumentos mandados construir por Khasekhemui, sentaron las líneas directrices en las que se basó el arte del Reino Antiguo. Khasekhemui casó con una princesa del norte llamada Hepenmaat y el sello encontrado en una vasija le otorga el título de “Madre engendradora de Reyes”. Las épocas posteriores la consideran como la figura ancestral de la III Dinastía, de forma parecida a como la reina Ahotep fue considerada antepasada del Reino Nuevo.

Enterramientos
A finales del siglo XIX, Petrie  encontró unas tumbas en una zona llamada la “Madre de los tiestos” en Abidos, un lugar donde se apilaban montones de restos de cerámica que se mezclaban con arena. 
Petrie encontró  tumbas con forma de MÁSTABA, la palabra deriva de una voz árabe que significa “banco de adobe”.
Una mástaba es una superestructura construida en adobe para albergar tumbas, pero estas se localizaban en el subsuelo y no en su interior. El SERDAB era la capilla principal, donde se localizaba una estatua del difunto.
Muchas veces en las paredes interiores de la Capilla de culto las paredes estaban decoradas, del periodo Arcaico se conservan pocas, son más abundantes las del Reino Antiguo.

Petrie encontró pocos objetos en estas tumbas de Abidos porque habían sido saqueadas, pero entre los restos halló un brazo momificado de las primeras dinastías que portaba unos brazaletes interesantes por su valor iconográfico, que hoy en día se exhiben en el Museo de El Cairo.     
Uno de estos brazaletes está realizado con cuentas con forma de serej, (aparece en la fotografía de abajo en cuarto lugar).

Otro documento muy interesante es la Estela del Rey Serpiente (Djet) que pertenece a la colección del Museo de Louvre.
Este relieve es considerado como la mejor obra escultórica del periodo Tinita. En ella se muestra a Djet como representante de Horus, el dios del cielo, bajo la forma de halcón posado sobre un rectángulo. En su interior se alberga una serpiente y la fachada de un palacio fortificado, constituyendo el conjunto el serej o manera de representar el nombre del monarca a escala monumental en época Tinita. La visión conceptual del escultor, el magistral dominio del espacio a través del dibujo, la precisión de los detalles y la suavidad plástica del acabado, logrado mediante el refinado pulido, constituyen caracteres que transmiten a la perfección el poder de estos monarcas que unificaron Egipto en los primeros momentos de su historia.
Walter Emery excavó en Saqqara, al oeste de Memphis, allí encontró una serie de tumbas con una configuración semejante a las que Petrie había hallado en Abidos. 
¿Qué sentido podía tener esto?, ¿dos necrópolis reales de la misma época? Parece que en Memphis construyeron Cenotafios, tumbas que no contenían ningún cadáver. 
Esto podría explicarse por la dualidad existente en la monarquía egipcia, los reyes serían enterrados en el Alto Egipto en Abidos, pero también de forma ritual se les enterraría en Memphis en el Bajo Egipto.
Un documento interesante es esta impronta de cilindro-sello encontrada por Gunter DREYER en la necrópolis de Abidos. Contiene los nombres de los cinco reyes de la Dinastía I. 


Sello hallado en Umm el-Qaab (Abidos)
En el aparecen (en color): Narmer, Aha, Dyer, Uadye, Den y Merneith
khasekhemwy



En este gráfico se puede ver el serej de Jasejemuy, último rey de la Dinastía II. Este serej está coronado por las imágenes de los animales de Horus y Set, ambas tocadas con la Doble corona. 
Como ya hemos dicho habitualmente solo aparece Horus, pero en reyes de la Dinastía II de modo excepcional encontramos serejs con los dos dioses antagónicos.
Autores, como H. Müller, se basan en tabletas de madera y marfil encontradas en Abidos, lugar donde se enterraron los soberanos de la I Dinastía, que contenían el nombre de Menes junto al del Horus Aha para conjeturar que se trataba de la misma personas. Pero hay quién defiende que estos objetos se datarían en época del rey Djer, tercer rey de la I Dinastía, por lo que éste y Aha habrían tenido el mismo título Nesut Biti.
Neville dice que el nombre de “Men” que aparece en la tableta de marfil no hablaría de Menes, sino que haría alusión al nombre de un pabellón real, es decir, el lugar donde se desarrollaban las ceremonias de la fiesta Sed, describiendo al doble trono de la fiesta.
Basándose también en los títulos, Driotón y Vandier opinan que no es descabellado pensar que bien pudo existir una sucesión Narmer-Menes-Aha-Djer, mientras que Hall especula con la idea de que Menes fuera una figura compuesta y legendaria del primer y tercer monarca.
Otros autores defienden la hipótesis de que se trataría de una misma persona que tras haberse impuesto sobre el Norte, tomó el título de Horus Aha (El Combatiente), aunque esta teoría tiene algunos inconvenientes, pues Aha tuvo que enfrentarse en diversas ocasiones con nubios, libios y pueblos del Norte, lo que hace suponer que Egipto no se habría unificado totalmente.
Sea como fuere, la idea más extendida defiende que la figura unificadora del país no fue otro que Menes, pudiéndose identificar con Narmer. 
Con los reyes de las primeras se aprecia ya un Estado asentado con su administración, en esta placa aparece el rey con actitud de sometimiento enarbolando la maza blanca y con la otra mano sostiene por los cabellos al enemigo, el rey viste un faldellín y está tocado con el nemes y el ureus, cobra protectora que fulmina a quien osa mirarlo, se observa el serej del rey Den delante del rey se aprecia un estandarte.
Particular mención en ésta cuestión merecen dos importantes sellos encontrados por Dreyer entre 1985 y 1995 en el cementerio real de Umm el-Qaab y en dónde se leen las secuencias cronológicas de ésta primera dinastía. Así aparecen mencionados y en éste orden, Narmer, Aha, Dyer, Uadye y Den en el primero y Narmer, Aha, Dyer, Uadye, Den, Adyib, Semerjet y Qaa en el segundo. Así pues y dado que Narmer aparece en ambos ejemplos en un primer lugar, ¿ pudo ser el legendario rey “Menes” ?. Es posible. Sea como fuere, lo que sí parece acertado pensar es que la unidad del Doble País sólo se consiguió a partir del reinado del Horus Aha, ya que es a partir de él cuando las pruebas documentales se suceden en ésa dirección.
Del Horus Aha, “El Luchador”, nos han llegado diversas inscripciones y de entre ellas caben destacar las tablillas de marfil en dónde se le observa celebrando fiestas conmemorativas por la unificación del país. Así mismo y según señala la Piedra de Palermo, durante su mandato se mantuvieron contactos comerciales con pueblos tales como Fenicia, así como también una campaña en Nubia, además de recibir tributos libios. 
A su muerte le sucede su hijo el Horus Dyer, un rey que gobernó durante unos 50 años. Este es especialmente conocido por su tumba en Abidos. Una gran tumba con una única sala que se halla rodeada de otras pequeñas en número de 382 en dónde fueron colocados los restos de sus cortesanos quienes posiblemente fueron previamente sacrificados.
Del Horus Uadye nos ha llegado una conocida estela funeraria en la que es representado con el símbolo totémico que le representa, la serpiente. Realizó diversas expediciones al Mar Rojo y Desierto Oriental, y a su muerte actuó de corregente al lado de su hijo el Horus Den, la reina Meritneith, una mujer de la que nos ha llegado al igual que los reyes de ése periodo histórico una importante tumba funeraria en Umm el-Qaab (Abidos).

De su sucesor el Horus Den se conocen diversas tablillas en dónde se le representa, bien en actitudes guerreras, bien ceremoniales en honor a diversos dioses (Anubis, Ptah, Uadyet, etc.). Se le conocen varias campañas militares en el Desierto Oriental, así como alguna reforma en la administración, y según nos narra la Piedra de Palermo, parece mostró especial interés por la Anatomía, de hecho a él se le atribuye un primer tratado sobre ésta ciencia. Su tumba de Abidos adquiere algunas innovaciones sobre las de sus antecesores al construirse en ella y por primera vez, una rampa de acceso en piedra que luego era cerrada por una trampilla. A su vez, una escalera daba paso a una sala en dónde era colocada una estatua hacia la cual dirigían las plegarias sus fieles y en lo que resultaría ser el primer ejemplo de una práctica egipcia luego habitual: el "serdab".
Tras el reinado del Horus Adyib le sucede Semerjet (quizás hijo o familiar) tras una disputa dinástica no aclarada. Un personaje que bien pudo ocupar algún cargo de tipo religioso y que tras su victoria, se dedicó a destruir todo vestigio de su antecesor. Sin embargo, el nombre de Adyib figura en inscripciones posteriores así como en las “Listas Reales”.
Le sucede en el trono el Horus Qaa, quien continuando con las mismas prácticas que utilizara su antecesor, se dedicó a borrar su memoria y con ella, lo que parecen circunstancias relacionadas con conflictos por el control del gobierno y que ya se sucederían durante toda la II dinastía. Qaa fue el último rey egipcio en seguir la habitual práctica funeraria hasta entonces utilizada y según la cual, posiblemente eran sacrificados y enterrados junto él, algunos de sus cortesanos más próximos para acompañarle en su destino. Esta exclusión hace pensar en los importantes cambios religiosos e ideológicos que durante su gobierno (o inmediatamente después) debieron acontecer y quizás ellos sean el motivo por el cual Manetón tras su reinado pone fin a la dinastía.

Las Dinastías I y II.
Nomos del Alto Egipto. En el número 8 se puede identificar claramente Abidos. El otro punto que aparece sin rotular en dicho nomo se corresponde con la ciudad de Thinis
(actual Girga). Imagen obtenida de
Wikipedia.

Estas dos dinastías ocuparon el poder desde el 3050 a.C. al 2686 a.C. durante el periodo Protodinástico o Arcaico según otros autores.

La organización social.
La Dinastía I tuvo su capital en Thinis próxima a la actual Girga. Se corresponde con el Nomo número 8 del alto Egipto, en el que también se encuentra el cementerio real de Abidos.
Los faraones correspondientes a esta dinastía se enterraron en el cementerio de Abidos. Sus tumbas eran cámaras subterráneas de ladrillo, cubiertas por un túmulo de gravilla y arena, rodeado por un muro de contención.
Alrededor de la cámara central se situaban cámaras de almacenamiento, conteniendo elementos que se estimaban de utilidad en la otra vida. En otro al conjunto, se ubicaban una serie de tumbas menores que contenían los cuerpos de personas del círculo del faraón. Muchos de ellos son mujeres, probablemente miembros del harem real.
El acompañamiento funerario presenta interesantes paralelos con los cuerpos encontrados en el dolmen de Montelírio.
Mientras se publican los datos, recomendamos consultar la página "Los Dólmenes de Valencina" donde se efectúa un seguimiento muy detallado y puntual a la excavación que se está realizando.
Los faraones erigieron un palacio funerario próximo a la zona de cultivo, consistente en un edificio rectangular de ladrillo.
Cerca del conjunto, se encontraban los enterramientos de otras figuras próximas a la corte, como funcionarios secundarios, artesanos, enanos de la corte, perros favoritos...
Parece que algunos de ellos murieron justo antes de cerrar la tumba. Posiblemente eran sacrificados (¿asesinato ritual?) para que acompañasen y sirvieran al faraón en su otra vida. El punto culminante de esta práctica se alcanzó en las exequias del faraón Dyer, a quién acompañaron 580 servidores.
Sin embargo, los altos funcionarios y el resto de los miembros de la familia real tenían sus propios enterramientos en otros cementerios provinciales que no formaban parte de este complejo. Hacia finales de la Dinastía I se abandona la costumbre del sacrificio de cortesanos.
Queremos dedicar unas líneas a la figura de Merneit. Parece ser una reina que gobernó como un faraón. Esta figura se repite varias veces en la historia del antiguo Egipto, donde algunas mujeres acceden a la máxima dignidad y ejercicio del poder, siendo representadas con elementos indicadores dicha autoridad, incluyendo a veces atributos masculinos (barba). Para ubicarlas en el contexto de la historia antigua, ninguna otra organización social de la antigüedad, incluidas Roma y Grecia permitió el acceso de la mujer a la más alta jerarquía del poder. Esto es una singularidad de la cultura egipcia.
Tumba de Qa'a, faraón de la Dinastía I. Obtenida de la WEB de la Dra. Ana María Vázquez Hoyos, en su artículo "Abidos: el santuario de Osiris". Dicha fotografía está rotulada como "Tumba del Cementerio U de Abidos", sin embargo, entrando en al "Tumba de Qa'a" (Qa'a Tomb) de esta misma página, podemos encontrar otra foto, tomada desde atrás, que aparece rotulada como "Tumba de Qa'a (tumba Q)".

Los primeros faraones de la Dinastía I tomaron conciencia de la importancia de fundar un centro administrativo cerca del Delta. Probablemente el motivo fue doble: una ciudad en el nacimiento del Delta controla las rutas comerciales que remontan el Nilo, pero también está próxima a las zonas que se conquistaron más recientemente. Es posible que su fundación tuviera que ver con las batallas representadas en la Paleta de Narmer. Este lugar fue la ciudad de Menfis, donde se adoraba al dios Ptah, cuyo templo alcanzó gran importancia.
Al norte de Memfis, en la meseta de Saqqara se creó un cementerio. Durante la Dinastía I albergó las tumbas de altos funcionarios. Estas tumbas tenían sobre ellas estructuras de ladrillo rellenas de gravilla. Son las llamadas Mastabas. En otros cementerios como Nagada, Tarjan, Guiza y Abú Roas se han encontrado también tumbas de gran tamaño, correspondientes a altos funcionarios.
Sin embargo, durante la Dinastía II la importancia de Menfis y del cementerio de Saqqara crecieron hasta el punto de que los faraones de esta dinastía se enterraron allí, postergando a Thinis, su ciudad de origen. El proceso debió presentar algunas complicaciones, pues dos de los faraones volvieron a ser enterrados en Abidos. 

Las tumbas de los faraones de la Dinastía II estaban con frecuencia  excavadas en roca y cubiertas por una superestructura de ladrillo relleno de grava.
En el caso de la tumba de Hotepsejemuy estaba excavada a una profundidad de 7 m. a la que se accedía por medio de una escalera de más de 25 m.
La planta era un auténtico laberinto excavado en la roca madre.
Los espacios de la tumba se organizan como si se tratase de la residencia real, contando con diversas zonas de amplias cámaras de almacenamiento y despensas.
El pasillo principal presenta numerosas ramificaciones. Entre otras habitaciones a las que se accedía había una letrina y un depósito de jarras.
Desgraciadamente no conocemos demasiado sobre la estructura política de Egipto en esta época. La escritura corresponde a una versión muy arcaica del idioma y no se ha podido descifrar todavía. Sin embargo podemos sacar las siguientes conclusiones sobre la organización social egipcia:
·         La pirámide social estaba coronada por el Faraón, que acumulaba poder progresivamente. Bajo él estaban los aristócratas y altos funcionarios, incluidos los miembros de la familia real. A continuación estaban los funcionarios menores, luego los artesanos y sirvientes y finalmente los campesinos.
·         Las diferencias entre las tumbas del faraón y las de los altos dignatarios no eran tan grandes como en el Imperio Antiguo, lo que hace pensar que mantenían cuotas de poder e independencia elevadas.
·         El Faraón empieza a utilizar nombres de Horus lo que se interpreta como los primeros pasos para reclamar el estatus divino (excepto Peribsen que utilizaba su nombre de Set). A través de su estatus divino el faraón comenzaba a presentarse como la fuente del Orden (que en Egipto constituyó un pilar ideológico y de organización) y única fuente capaz de mantener unido el país.
·         Si bien la residencia del faraón debía ser la capital, el poder de esta ciudad no era monolítico y éste se veía obligado a cuidar su relación con otras ciudades. Por ejemplo, utiliza un nombre de Nebty que une a Nejbet la Diosa Buitre del Alto Egipto cuyo templo estaba en El-Kab y Uto, la Diosa Cobra con templo en Buto. También hemos mencionado las tensiones entre Thinis y Menfis. Todo ello sugiere que la unidad no se había alcanzado todavía.
·         Se empieza a utilizar profusamente la simbología del Alto y Bajo Egipto, que se mantiene hasta la invasión por Roma, aunque hacía ya varios miles de años de la unificación.
·         No se conoce con certeza el método de sucesión, pero las duraciones de los reinados parecen indicar que el título pasaba de padres a hijos, como ocurriría en periodos posteriores.
·         Aunque nominalmente el faraón era el propietario de toda la tierra, parece que la aparición de esta figura no modificó realmente las estructuras de propiedad anteriores a la Dinastía I. Sin embargo es evidente la centralización de muchas decisiones económicas importantes. Hay una progresiva centralización en el faraón de las decisiones. Esto hace pensar que la clase funcionarial tendría pocos derechos hereditarios y su carrera dependería en gran medida de las decisiones reales.
·         Existía una numerosa clase funcionarial que se ocupaba de recaudar los impuestos. Estos se calculaban en función de la crecida del Nilo, que se registraba metódicamente. Había unos viajes periódicos para censar a la población y sus bienes que emprendía el faraón con un numeroso séquito.
·         La escritura cobra fuerza y, a finales de la Dinastía II, aparecen escritos con frases completas, ya que con anterioridad sólo se han recogido sellos de faraones y funcionarios.
·         La capacidad de almacenar excedentes y el control de la redistribución de los mismos en manos del faraón devino una importante fuente de poder. Especialmente importante debió ser el control y la redistribución por parte de la corte del comercio a larga distancia y la entrada de productos de prestigio. Particularmente con Siria, Líbano y Palestina. Este comercio se desarrolló tanto en tierra como por mar.
·         La corte egipcia tenía numerosos artesanos. Estos debieron vivir en las proximidades de Menfis.
·         Conocían la metalurgia del cobre y mantenían contactos con el Bronce Antiguo II Palestino.
Hoja de azada de cobre de la Dinastía I. Fuente: "British Museum".

Cuchillo ceremonial con el nombre del faraón Dyer inscrito en la empuñadura. Royal Ontario Museum, Toronto, Canadá. Imagen obtenida de Wikipedia.

Las relaciones exteriores.
La guerra debió ser un instrumento usado frecuentemente por los faraones de las Dinastías I y II en sus relaciones exteriores. Hay referencia a la eliminación de los "Enemigos del Norte" aunque no está aclarado si se trata de sofocar una rebelión de Señores del bajo Egipto o bien de guerras contra los libios. Los faraones Dyer y Udimu dicen haber combatido contra "Enemigos del Este" aunque tampoco está clara su identidad.
Conocemos mejor las relaciones con Nubia. Durante el reinado de Aha se consolida la frontera del sur en la primera catarata (Dyebel Silsila). En los primeros momentos de la Dinastía I continúa el florecimiento de las comunidades nubias del Grupo A. Algunas tumbas monumentales de esta zona nos han legado objetos muy valiosos de procedencia egipcia (grandes hachas de cobre, cinceles, un mirlo de pizarra, vasos de piedra, dos grandes paletas con forma de ave y dos mazas con mango de oro). Los autores lo interpretan como donaciones de faraones egipcios por servicios prestados.
Sin embargo, conforme transcurre la Dinastía I, la cultura del Grupo A comienza a eclipsarse, aunque el comercio con el interior de áfrica no experimenta ningún menoscabo, al contrario, parece que el estado egipcio tomó militarmente el control de las rutas comerciales. Las repetidas invasiones del territorio nubio provocaron que una población que estaba intensificando su proceso de sedentarización, abandonase el territorio a finales de la Dinastía I.
A comienzos de la Dinastía II el Estado Egipcio avanza hacia el sur, construyendo el asentamiento de Buhen, cerca de la segunda Catarata. Los autores estiman que su creación es debida, probablemente, a la necesidad de disponer de un lugar seguro que permitiese rodear la Segunda Catarata y fuese cabecera de la ruta comercial que avanzaba hacia el sur, hasta Dóngola.

Foto de las ruinas de las fortificaciones de Buhen, antes de desaparecer bajo las aguas de la presa de Aswan. La estructura de la fortaleza de Buhen era rectangular. Tenía una muralla exterior que medía 700 metros y su grosos era de 4 metros. Alrededor de esta muralla había una zanja. En la parte de la muralla occidental construyeron una torre de 47 metros de altura. Se fortificaron también con otras torres de menor altura en diferentes partes, sobre todo en las esquinas, y con bastiones que estaban separados 5 metros. En la entrada tenía un doble portón construido en madera y poseía un puente levadizo. El antiguo establecimiento se remontaba a la época tinita (dinastías I y II) pero incrementa su importancia a partir del Imperio Antiguo, en particular con Jafra (Khefren) durante la dinastía IV. Alcanzó su apogeo en la dinastía XII con Sesostris I y Sesostris III. Imagen obtenida de la WEB: "Egiptomaníacos". 

Artes y oficios.
La pujanza de una clase social alta, interesada en destacar las diferencias de estatus y una religión creyente en una vida material después de la muerte, similar a esta, se reflejan en los hallazgos encontrados en las tumbas de este periodo.
Aparece una artesanía productora de bienes de lujo a gran escala que incrementó la demanda de materias primas.
La cerámica se produce masivamente, fabricada en pocos talleres que daban servicio a todo el país. Sin embargo su papel queda reducido a objeto utilitario, como envases de almacenamiento. Las piezas de borde ennegrecido no perduraron.
Aunque los artesanos de la corte disponían ya de objetos de cobre, el sílex era ampliamente utilizado, destacando los cuchillos en forma de cimitarra que continuaron fabricándose durante la Dinastía I.
http://lacomunidad.elpais.com/blogfiles/bronceatlantico/Cuchillodesilex.jpg

Cuchillo de Silex. Imagen obtenida de la WEB: "Museo egipcio global" 

La carpintería alcanza un gran desarrollo, favorecida por la proliferación de herramientas de cobre. Aparecen nuevas técnicas, como el ensamblaje, el tallado y la incrustación, fabricándose numerosos muebles (taburetes, camas, sillas, mesas, arcones...) con incrustaciones de marfil y cobre y bellamente tallados. Los artistas egipcios tallan estatuas de tamaño casi natural.
Utilizan las técnicas del batido y el vaciado en el trabajo del cobre. Fabricaron palanganas, cuencos, platos y espejos, entre otros. Sabían añadir pitorros por la técnica del remachado. Aunque no se ha conservado, hay referencias de una estatua de cobre de Jasejemuy.
Fabricaban joyas con oro, lapislázuli y turquesa. También utilizaban láminas de oro talladas y estampadas para adornar las empuñaduras y otros objetos.
Emplearon las incrustaciones de marfil para adornar diversos tipos de elementos, trabajándolas con gran perfección. Fabricaron cuentas de collar, colgantes y amuletos utilizando la fayenza. 
http://lacomunidad.elpais.com/blogfiles/bronceatlantico/VAsodepiedradeDiorita.jpgVaso de diorita. Dinastía I. Imagen obtenida
de la WEB: "Museo egipcio global" 

Continuaron la tradición del Alto Egipto de fabricación de vasos de piedra, alcanzando unos niveles técnicos y estéticos muy elevados. Aunque las mazas votivas y las paletas Guerzeenses dejaron de fabricarse, sí continuó la tradición de esculturas en bajorrelieve, un ejemplo son las estelas funerarias. La escultura nos ofrece representaciones de animales y seres humanos, adelantando los rasgos generales del arte del Imperio Antiguo.
Respecto a la escritura, podrían datarse en este periodo la Teología Menfita, que describe la creación del mundo por el dios Ptah y un tratado de medicina. La existencia de la Piedra de Palermo hace suponer que existían ya archivos reales de donde se obtuvo la información.
A final del periodo Potodinástico habían quedado ya establecidos los fundamentos de la cultura cortesana del Imperio Antiguo.
Algunos han explicado esta proliferación de artes y oficios como pruebas de una incursión desde Mesopotamia. Los autores encuentran que la influencia mesopotámica no fue tan profunda y que hay más elementos de continuidad con la cultura anterior que de ruptura. En cambio ven más lógica una evolución interna. A diferencia de las ciudades-estado mesopotámicas, Egipto concentró un gran poder de movilización de mano de obra, en un estado unificado. Los artesanos trabajaban para una clase alta mucho más numerosa con una gran demanda de calidad en los bienes de estatus. Esto hizo que alcanzasen un altísimo nivel artístico. Sin embargo, las innovaciones tecnológicas tardaron bastante en ser incorporadas. Como ejemplo está la tardía introducción del bronce.
Objetos de cobre del Protodinástico. Imagen obtenida de la WEB: "Museo egipcio Global"


CONCLUSIONES
Vamos a tratar de explicar, a continuación, el porqué de haber dedicado este post al Egipto Protodinástico (o Arcaico como lo denominan algunos autores). Las razones son varias:
·         La primera y más importante es el proceso de formación de un Estado con unos condicionantes geográficos muy similares a los que encontramos en la vega del Guadalquivir: el territorio estaba organizado en torno a un río y restringido a ambas riberas de este, en Egipto por desiertos, en el Guadalquivir por montañas.
·         La segunda es la vertebración de este estado de una forma unitaria, a lo largo de todo el río. Esto viene inducido sobre todo por dos razones: las limitaciones geográficas mencionadas en el punto anterior y un comercio a larga distancia cuyo control actúa como catalizador de esta unidad. Se trata de un modelo muy diferente del que nos encontramos en Mesopotamia o en el área Sirio-Palestina, basado en un territorio abierto, que produjo la aparición de ciudades estado que no llegaron a unificarse hasta una época mucho más avanzada. Algo así sucedió posteriormente en el mundo fenicio y griego que con frecuencia se han tratado de utilizar para interpretar la evolución cultural y social de la Península.
·         Esta unificación política (autoridad central) trajo consigo la pervivencia de un modelo de ocupación disperso, basado en aldeas, pues la autoridad que gobernaba garantizaba el orden, a diferencia del modelo de ciudades-estado que provocó que la población se concentrase en ciudades amuralladas.
·         El control de las rutas comerciales lleva al Faraón a construir su capital en el delta del Nilo, encrucijada vital para el control del comercio.
·         No hay en el Egipto de esta época abundancia de hallazgos de construcciones de funcionalidad civil (palacios, murallas, templos...) y lo que conocemos principalmente se debe a tumbas monumentales, que nos dan una clara idea de las jerarquías sociales. en estas tumbas se enterraban junto al Faraón sus sirvientes y funcionarios de bajo nivel. Esto presenta claras similitudes con los hallazgos encontrados en el Dolmen de Montelirio, excavación que acaba de finalizar, de la que algunos resultados han sido anticipada por el Profesor Escacena en una conferencia cuyo resumen se puede encontrar en la WEB "Asociación Los dólmenes de Valencina" que ha efectuado una fantástica labor de seguimiento de estos hallazgos.
·         La necesidad de controlar las rutas comerciales lleva a las autoridades egipcias a continuar su expansión, fundando construcciones amuralladas que permitían el control y entrando en guerra con sus vecinos.
Estatua del Faraón Jasejemuy Dinastía II. Imagen obtenida de la WEB: "Cuadernos digitales.net"

¿Quiere esto decir que defendemos una relación o dependencia entre ambas culturas?
¡No! no hemos investigado la existencia de pruebas que las pongan en relación. 
Queremos decir que, a la hora de interpretar el modelo social de la cuenca del Guadalquivir es más acertado utilizar lo sucedido en Egipto durante el periodo Protodinástico que buscar otro tipo de modelos.
¿Quiere decir que hay que despreciar la influencia exterior?
¡No! también en Egipto se produce una influencia exterior, cultural y comercial, desde Mesopotamia. De hecho, la vamos a buscar en próximos post.
¿Sirve lel modelo egipcio para analizar la evolución posterior del estado del Guadalquivir?
Otra vez la respuesta es no. Egipto sigue a partir de ese momento una evolución singular que no tiene reflejo en lo sucedido en el sur de la Península Ibérica. De hecho nosotros no defendemos que ambos modelos sean idénticos. La complejidad social del mundo egipcio, su producción artística, su monumentalidad, la escritura no tuvieron un paralelo en las riveras del Guadalquivir. Sin embargo, Valencina de la Concepción y su barrio metalurgico tampoco tienen su equivalente exacto en la Menfis del Protodinástico.
Parte de mueble de la Dinastía II. Imagen obtenida de la WEB: "Cuadernos digitales.net"

De momento vamos a dejar aquí el análisis del Antiguo Egipto, justo a las puertas de la III dinastía, los primeros constructores de pirámides. Las semillas de la cultura egipcia están sembradas y han empezado a germinar. A partir de ahora el proceso es muy conocido y hay buena documentación sobre él. En los próximos post vamos a tratar de analizar cómo estaba evolucionando la cultura en el Egeo, con especial atención al mundo Minoico.

Figurillas de marfil periodo Protodinástico.


BIBLIOGRAFÍA
ASSMANN, J. (2005): Egipto, historia de un sentido. Madrid 2005.
BESTOCK, L. (2008): “The Early Dynastic Funerary: Enclosures of Abydos”. Archeo-Nil 18 dec. 2008:43-58.
BESTOCK, L. (2009): The Development of Royal Funerary Cult at Abydos: Two Funerary Enclosures from the Reign of Aha. Harrassowitz Verlag, Wiesbaden, Germany.
CERVELLÓ AUTUORI, J. (1996): Egipto y África. Origen de la civilización y la monarquía faraónica en su contexto africano. Sabadell, Barcelona.
DODSON, A. and IKRAM, S. (2008): The tomb in Ancient Egypt: royal and private sepulchres from the early dynastic period to the Romans. London.
Drioton, É.-J. Vandier, Historia de Egipto³. Buenos Aires, reed. 1977.
Emery, W. B. Great Tombs of the First Dynasty, II. Londres, 1954.
EMERY, W. B. (1961): Archaic Egypt: culture and civilization in Egypt five thousand years ago. London.
ENGEL, E.-Mª. (2008): “The royal tombs at Umm el-Qa’ab”. Archeo-Nil 18 dec.2008: 31-42.
Gardiner, A. H. El Egipto de los faraones. Barcelona, 1994.
Goedicke, H. Zm3-t3wy en Mélanges Gamal Eddin Moukhtar, I, 307-24. El Cairo, 1985.
Gordon Childe, V. Nacimiento de las civilizaciones orientales. Barcelona, reed. 1986.
Grimal, N. Historia del antiguo Egipto. Madrid, 1996.
Id., Archaic Egypt². Harmondsworth, 1963.
Id., Excavations at Saqqara (1937-38), Hor-Aha. El Cairo, 1939.
Id., The Origin of the Royal Administration in Egypt en L’égyptologie en 1979. Axes prioritaires de recherches, II, 123ss. París, 1982.
JIMÉNEZ SERRANO, A. (2001): “The Origin of the Palace-façade as representation of Lower Egyptian Elites”. Göttinger Miszellen 183.
Jochem Kahl: El sistema de los jeroglíficos egipcios en la 3ª Dynastie , Harrassowitz, Wiesbaden, 1994 Dinastía, Harrassowitz, Wiesbaden, 1994


[1] Histoire de l'Égypte ancienne. Historia del antiguo Egipto, AKAL, 1997
[2] Wolfgang Helck: Estudios sobre Manetón y las listas de reyes egipcios (= estudios sobre la historia y la arqueología de Egipto. Vol. 18). Berlin 1956. Berlín 1956
[3] Walter Bryan Emery: 1954 Grandes Tumbas de la Dinastía II, Londres
[4] Peter Kaplony: Los sellos cilíndricos del Imperio Antiguo. La Fundación Reina Élisabeth Égyptologique, Bruselas 1981
[5] Los fines de estelas muertos egipcios Munro, Peter. Munro, Peter. - Glückstadt : Augustin
[6] Egipto antes de las pirámides. Münchner Ausgrabungen in Ägypten. von Zabern, Mainz 1981, ISBN 3-8053-0523-0 . Excavaciones Múnich en Egipto. Zabern, Mainz 1981,
[7] Hermann Alexander Schlogl: Das Alte Ägypten
[8] Francesco Tiradritti: El Antiguo Egipto
[9] Histórico y Nilstände moderna. Untersuchungen zu den Pegelablesungen des Nils von der Frühzeit bis zur Gegenwart. Berlin 2001. Los estudios sobre las lecturas del nivel del Nilo desde los primeros tiempos hasta la actualidad. Berlín 2001.
[10] Percy Newberry: Escarabajos: una introducción al estudio de los sellos egipcios y anillos de sello. London: Archibald Constable. Londres: Archibald Constable. 1906. 1906.
[11] Estelas de Egipto en la Colección Bankes, Oxford 1958.



No hay comentarios:

Publicar un comentario