EL ORIGEN DEL ESTADO FARAÓNICO
Y LA LLAMADA DINASTIA 0.
LA
ICONOGRAFÍA DE LA UNIFICACIÓN.
EDAD
TINITA Y COMIENZOS DEL REINO ANTIGUO
(DINASTIAS
I-III).
PROTODINASTICO Y LA DINASTÍA 0
La fase Naqada III,
c.3.200-3.000 a.C., constituye la última fase del Período Predinástico de
acuerdo con la revisión que hizo Kaiser de las fechas por secuencias obtenidas
por Petrie, y se conoce como Período Protodinástico de Egipto.
Y fue durante este período, que Egipto se ve por vez primera unificado en un gran estado territorial, y la consolidación política que sentó las bases del primitivo estado dinástico de las Dinastías I y II tuvo que haber tenido lugar entonces.
Y fue durante este período, que Egipto se ve por vez primera unificado en un gran estado territorial, y la consolidación política que sentó las bases del primitivo estado dinástico de las Dinastías I y II tuvo que haber tenido lugar entonces.
Existen evidencias de que
en la fase final de este período hubo reyes que precedieron a los de la Dinastía
I, en lo que ahora se conoce como Dinastía 0, que fueron enterrados en Abydos,
cerca del cementerio real de la Dinastía I.
La Piedra de Palermo nos muestra una lista real de finales de la Dinastía V en cuya parte superior aparecen nombres y figuras sentadas de reyes, en compartimentos, que sugiere que los egipcios creían en la existencia de otros gobernantes que habían precedido a los de la Dinastía I.
La Piedra de Palermo nos muestra una lista real de finales de la Dinastía V en cuya parte superior aparecen nombres y figuras sentadas de reyes, en compartimentos, que sugiere que los egipcios creían en la existencia de otros gobernantes que habían precedido a los de la Dinastía I.
Sin embargo, existe un
importante debate relacionado con factores tales como la naturaleza exacta del
proceso de unificación, la fecha en que tuvo lugar, y la cuestión de los
orígenes de la Dinastía 0.
Y volviendo a la
mencionada Piedra de Palermo, me ha parecido oportuno tratar de un extracto de
la Piedra que registra eventos acaecidos durante seis años de reinado del rey
Nynetjer de la Dinastía II, y comienza en su año decimoquinto.
El nombre del monarca
aparece escrito en la línea “a”. Los compartimentos de las líneas “b” y “c”
están divididos mediante líneas verticales que terminan en una curva y que tienen
una pequeña proyección hacia la derecha a media altura. Cada una de estas
líneas representa, en realidad, el jeroglífico utilizado para escribir la
palabra “año”.
La fila “b” contiene, en
las columnas 1 a 6, un resumen en jeroglíficos de los acontecimientos más
destacados del año, a saber:
1. Aparición del rey, segunda consecutiva del Apis-Bull.
2. Paseo procesional de
Horus (el rey), octava del Recuento.
3. Aparición del rey,
tercera del Festival de Seker.
4. Paseo Procesional de
Horus, novena del Recuento.
5. Aparición del rey con
ofrendas (?) a la diosa Nekhbet, Festival-Djet.
6. Paseo Procesional de
Horus, décima del Recuento.
(Cada dos años se realizaba un “Recuento” de la riqueza del país)
La última fila de
compartimentos “c” contiene la medida exacta de la altura alcanzada por la
inundación de El Nilo tomada desde un punto fijo.
1. 3 codos, 4 manos, 3 dedos (1’92 m)
2. 3 codos, 5 manos, 2
dedos (1’98 m)
3. 2 codos, dos dedos
(1’20 m)
4. 2 codos, dos dedos
(1’20 m)
5. 3 codos (1’57 m)
6. Ilegible
La diferencia de altura en este espacio de cinco años de 0’78 m afectaría a los
productos de la cosecha en los campo más altos.
FORMACIÓN DEL ESTADO Y UNIFICACIÓN
De la fase Naqada II en
adelante, en los cementerios del Alto Egipto no en el Bajo Egipto aparecen
enterramientos muy diversos. Los enterramientos elitistas de estos cementerios
contienen grandes cantidades de elementos funerarios a veces fabricados con
materiales exóticos, como oro o lapislázuli. Estos cementerios simbolizan a una
sociedad cada vez más jerarquizada; probablemente, incluso representativos de
un insipiente proceso de rivalidad y de una apertura de las políticas locales
en el Alto Egipto, a la vez que se llevaba a cabo una interacción económica y
se desarrollaba un comercio de larga distancia.
El control de la
distribución de la materia prima y de la producción de una artesanía de
prestigio habría reforzado el poder de los jefes de los centros predinásticos,
por lo que constituían verdaderos símbolos de un estatus.
A pesar de la ausencia de
evidencias arqueológicas, parece probable que las grandes ciudades
predinásticas del Alto Egipto se convirtiesen en verdaderos centros de
producción artesanal. Algunos de estos centros se constituyeron en
asentamientos amurallados, como es el caso de la Ciudad del Sur, Naqada, ya
documentada por Petrie.
La zona núcleo de la
cultura Naqada se encontraba en el Alto Egipto, pero durante la fase Naqada II
empezaron a aparecer por vez primera en el norte de Egipto yacimientos de la
cultura Naqada. Petrie excavó un cementerio de Naqada II en el-Gerza, región de Faiyum, de ahí el término acuñado por
él de Gerzeense (Naqada II).
Más adelante, se
encuentran yacimientos de la cultura Naqada mucho más al norte, en el
yacimiento del Delta de Mibshat Abu Omar.
Esta evidencia sugiere el movimiento gradual de pueblos del Alto Egipto hacia
el norte en tiempos de Naqada II.
Puesto que la mayoría de
los yacimientos del Alto Egipto estaban ubicados cerca del Desierto Oriental de
donde provenían el oro y los diversos tipos de piedra usados para fabricar
cuentas, además de recipientes tallados y productos artesanales en general, su
riqueza en recursos naturales era superior a la de los yacimientos del Bajo
Egipto; de ahí que el antiguo nombre de Naqada fuese Nubt (ciudad del oro), y no es coincidencia que el mayor cementerio
predinástico estuviese localizado allí.
Como la agricultura del
cereal se practicaba cada vez con más éxito en las llanuras del Alto Egipto, el
excedente se acumulaba y podía intercambiarse por productos artesanales cuya
producción se fue haciendo cada vez más especializada.
Es muy posible que la
mayoría de los primeros sureños que emigrasen hacia el norte la formasen
mercaderes y comerciantes, y que con el aumento de la interacción económica les
siguiesen los colonos. No existe evidencia arqueológica que confirme este
movimiento migratorio de gente - no así de artefactos - hacia el norte, pero si
tal hecho tuvo lugar es más que probable que se tratase de una expansión
pacífica más que de una invasión militar; al menos en las etapas iniciales.
El factor motivador de la expansión de la cultura Naqada hacia el norte de Egipto pudo haber sido el deseo de conseguir el control directo de tan lucrativo negocio con otras regiones del Mediterráneo Oriental que había venido desarrollándose desde principios del cuarto milenio A.C. Pero fue también el avance tecnológico en la construcción de grandes barcos, llave del control y de la comunicación en El Nilo y del intercambio comercial a gran escala. La madera - el cedro en particular - para la construcción de tales embarcaciones no se daba en Egipto sino que provenía de la zona del Levante Oriental que hoy constituye el Líbano.
El Bajo Egipto no supuso
un vacío cultural en el cuarto milenio A.C., pero es muy probable que la
expansión de Naqada eventualmente hubiese encontrado alguna resistencia. No
obstante, la evidencia arqueológica en el norte sólo demuestra la eventual
sustitución de la cultura Maadiense.
En la propia Maadi, la
ocupación finalizó a finales de la fase Naqada II, mientras que los testimonios
arqueológicos al norte del Delta, como es el caso de Buto, Tell Ibrahim Awad,
Tell el-Ruba y Tell el-Farkha, demuestran que existían estratos anteriores que
contenían solamente cerámica Maadiense y local, pero sobre éstos aparecían
otras capas sólo con cerámica de la cultura Naqada III y formas posteriores de
la Dinastía I.
En Tell el-Farkha, la
aparición de una capa transicional de arena eólica entre tales estratos,
sugiere el abandono del asentamiento por la población local por razones que se
desconocen (¿intimidación?), y la posterior reocupación del yacimiento en la
Dinastía 0 por gente de la cultura Naqada que para entonces se habría extendido
por todo Egipto.
Para finales de Naqada II
(c.3200 a.C.), o principios de Naqada III, la cultura autóctona del material
del Bajo Egipto había desaparecido y había sido sustituida por artefactos
derivados de la cultura Naqada y el Alto Egipto, especialmente alfarería. Esta
evidencia arqueológica ha sido a veces interpretada como indicativa de la
unificación política de Egipto por esa época, pero la evidencia material no
implica necesariamente una organización política unificada, y se podrían
sugerir diversos factores socio-económicos que explicasen este cambio.
Dado que la evidencia de
los enterramientos de élite en tres grandes centros predinásticos del Alto
Egipto Naqada, Abydos y Hierakonpolis nos hace pensar en centros separados (incluso
en clara competencia), o en políticas independientes durante la fase Naqada II,
es probable que la primera unificación de las políticas del Alto Egipto tuviese
lugar en los comienzos de Naqada III; ya fuese como resultado de una serie de
alianzas, o de la guerra o quizás de una
combinación de ambas seguida de la unificación política del norte y del sur, y
el surgir de la Dinastía 0 hacia finales de Naqada III.
Los enterramientos de
Naqada III en el cementerio más grande de Naqada y en el Cementerio
"T" de élite desmerecen en comparación con los anteriores
enterramientos de Naqada II en este lugar. Más de 6 km al sur, Jacques de
Morgan excavó hacia finales del siglo diecinueve dos tumbas de hornacina hechas
de adobe, y un cementerio con sepulturas de principios del Período Dinástico.
La ubicación de este cementerio y la brusca aparición de un nuevo estilo de
"enterramiento real" a finales de Naqada III, unido a los
enterramientos más empobrecidos anteriores de cementerios mucho más al norte,
hacen pensar en una forma de ruptura con la sociedad política centralizada en
la Ciudad del Sur (situada a sólo 150m al nordeste del gran cementerio
predinástico), probablemente coincidiendo con la absorción por la de Naqada en
una sociedad más amplia.
Como contraste, en el área de Umm el-Qa’ab, de Abydos, las sepulturas de cierta zona (cementerios "U" y "B", y el “cementerio real") habrían evolucionado a partir de enterramientos sin caracteres diferenciados de comienzos de Naqada, hacia el cementerio de élite del tardío Naqada II y, finalmente, hacia el lugar de enterramiento de los reyes de la Dinastía 0 y la Dinastía I.
Una de las tumbas de
Naqada III, la U-j, datada hacia 3.150 a.C., consistía en doce habitáculos que
cubrían una superficie total de 66’4 m². Aunque saqueada, conservaba aún muchos
objetos de hueso y marfil, gran cantidad de cerámica egipcia y unas 400 jarras
importadas de Palestina.
Digna de esencial mención
están las 150 pequeñas etiquetas encontradas en esta tumba que han sido
relacionadas con los que parecen ser los jeroglíficos más antiguos hasta ahora
conocidos. Según su descubridor, el egiptólogo alemán Günter Dreyer, del
Instituto Alemán de Arqueología (DAI), los restos de una capilla de madera
encontrados en la cámara mortuoria y un modelo de cetro de marfil, demuestran
que ésta fue la tumba de un soberano, posiblemente del Rey Escorpión, cuyas
propiedades habrían sido reseñadas en un cierto número de etiquetas. Este rey
posiblemente reinó en el siglo trigésimo tercero a.C.
Las excavaciones
realizadas en la “Localidad 6” de Hierakonpolis, a 2’5 km del Gran Wadi, han
puesto al descubierto varias tumbas de considerable tamaño, de hasta 22’75 m²
de superficie de suelo, que contenían cerámica de Naqada III. La Tumba II,
aunque saqueada, aún contenía cuentas de cornalina, granate, turquesa, fayenza,
oro y plata, trozos de objetos de lapislázuli y marfil, obsidiana y láminas de
cristal, así como una cama de madera con patas de toro talladas. La suntuosidad
de estos enterramientos sugiere que en Hierakonpolis se enterraban a personas
de élite, de medios económicos substanciosos pero que, aun así, todavía no
gozaban del mismo estatus que los gobernantes de Abydos.
Mientras que Naqada era
insignificante políticamente hablando, Abydos era el centro de culto más
importante del rey muerto, y Hierakonpolis seguía siendo un importante centro
de culto asociado con el dios Horus, símbolo del rey vivo.
Es posible que en una
posterior lucha predinástica por el poder en el Alto Egipto, aquella sociedad
políticamente organizada de Naqada de la que ya hemos hablado, perdiese la
batalla, mientras que los gobernantes cuyo poder originalmente radicaba en
Abydos proseguían con el control de la totalidad del país, quizás en alianza
con otros grupos de élite menos poderosos de Hieraconpolis (como podría ser el
caso de los llamados “Seguidores de Horus”) que gozaban de una envidiable
posición estratégica debida a la valiosa materia prima procedente del sur.
La unificación final del
Alto y el Bajo Egipto puede haberse conseguido mediante una o más conquistas
militares en el norte de las que hay escasa constancia que no sean meras
escenas de contenido militar simbólico, talladas en un número de paletas
ceremoniales, que han sido estilísticamente datadas hacia finales del
Predinástico (Naqada III/Dinastía 0), tales como la fragmentada Paleta de
Tjehenu, en Libia, la de Battlefield y la de Bull.
La interpretación de
dichas escenas es de alguna forma problemática, ya que se desconoce la
procedencia de estos objetos, y las dañadas escenas simbolizan conflictos que
no especifican ningún acontecimiento histórico real.
Afortunadamente, estos
importantes objetos con escenas talladas relativas al período han sido el
producto de excavaciones en Hierakonpolis. Se trata de la Maza del Rey
Escorpión, la Paleta del Rey Narmer y la Maza de este mismo rey. Los tres son
objetos ceremoniales encontrados dentro o cerca de la zona descrita por
J.E.Quibell y F.W. Green como el “Depósito Principal” cuando excavaban el
templo de Horus en Hierakonpolis. Posiblemente se trataban de donaciones reales
al templo, lo que sugiere que Hierakonpolis era aún un importante centro en la
fase Naqada III.
Aunque pensar en la
unificación del Alto y el Bajo Egipto sea una interpretación excesivamente
específica de las escenas de la Paleta de Narmer, estas escenas muestran
enemigos muertos y pueblos vencidos, y/o asentamientos. Por otra parte, las
escenas y lo signos de la Maza de Narmer representan cautivos de guerra y
botines, y en la Maza de Escorpión también se encuentran representados pueblos
conquistados. Tales escenas sugieren que, en un momento dado, la guerra jugó un
importante papel en la forja del primer estado en Egipto.
Aunque no se tenga
evidencia alguna de capas de destrucción de la época de Naqada III en los
lugares de asentamiento del Delta, la guerra podría muy bien haber implementado
la consolidación de este temprano estado y su expansión hasta la Baja Nubia y
sur de Palestina que tuvo lugar a principios de la Dinastía I.
De Petrie en adelante se
solía pensar, a pesar de la evidencia de culturas predinásticas, que la
civilización egipcia de la Dinastía I apareció de forma brusca, por lo que
habría sido introducida por una “raza” invasora extranjera. Sin embargo, fue a
partir de los años 70 que las excavaciones de Abydos y Hierakonpolis
demostraron de forma clara las raíces autóctonas del Alto Egipto de la
primitiva civilización en Egipto. Si bien hay evidencias de “contactos”
foráneos durante el cuarto milenio A.C., éstos no tuvieron la forma de una
invasión militar.
La cerámica procedente de
estratos excavados en yacimientos al norte de Egipto y el sur de Palestina,
hace ahora posible coordinar los períodos culturales específicos en dos
regiones y demostrar un contacto continuado al ser reemplazada la cultura
Maadiense en el norte por la cultura Naqada del sur.
Mientras que la fase de la
cultura Naqada IIb corresponde a la fase Ia de la Edad del Bronce Antigua (EBA)
en Palestina, Naqada IIc/d y Naqada III/Dinastía 0, evidentemente, eran
coetáneas de la cultura EBA Ib.
Los contactos entre el
norte de Egipto y Palestina en esta época fueron terrestres, como demuestran
las evidencias en el norte del Sinaí. La North Sinai Expedition, de la
Universidad de Ben Gurión, ha localizado, entre Qantar y Raphia, unos 250
asentamientos primitivos con un 80% de cerámica egipcia que data de Naqada II y
III, y de la Dinastía 0. El patrón de asentamiento consiste en unos cuantos
yacimientos de grandes núcleos, entremezclados con campamentos estacionales y
apeaderos.
Egiptólogos israelíes
sugieren que esta evidencia es representativa de una red comercial creada y
controlada por los egipcios ya desde EBA Ia, y que dicha red constituyó un
factor importante en el desarrollo de los asentamientos urbanos encontrados más
adelante en Palestina en la EBA II.
El estudio tecnológico
llevado a cabo por la geóloga Naomi Porat de la cerámica procedente de
yacimientos de la EBA al sur de Palestina, demuestra, de forma contundente, que
en los estratos de la EBA Ib, una gran parte de los recipientes de cerámica
utilizados para la preparación de alimentos habrían sido fabricados por ceramistas
egipcios utilizando tecnología egipcia pero con barro local palestino. En estos
estratos de la EBA Ib también se han encontrado numerosas jarras para conserva
de alimentos fabricadas con limo de El Nilo y marga (roca sedimentaria
compuesta principalmente de caliza) que habrían sido importados de Egipto.
Los egipcios no sólo
establecieron campamentos y apeaderos en el norte del Sinaí, sino que la
cerámica evidencia que crearon y mantuvieron una red de asentamientos altamente
organizada en el sur de Palestina donde vivía en residencia una apreciable
población egipcia.
La importancia del Delta para los contactos de Egipto con el suroeste de Asia también se desprende de la enigmática evidencia encontrada en Buto. En los estratos de la cultura predinástica del Bajo Egipto, en dicho yacimiento, a finales de los años 80, el Profesor alemán Thomas von der Way, encontró dos inesperados tipos de cerámica: Unos “clavos” de arcilla, y los conocidos como Grubenkopfnagel (especie de cono ahusado con un extremo cóncavo bruñido) que se asemejan a los elementos utilizados en la cultura mesopotámica de Uruk para decorar la fachada de los templos.
El Profesor Von der Way
sugiere que los contactos con la red cultural de Uruk pudo haber tenido lugar
vía el norte de Siria ya que el estrato más antiguo encontrado en Buto se vio
que contenía fragmentos de cerámica decorados con rayas blanquecinas
características de la cerámica Amuq “F” siria.
Los clavos de arcilla y
los Grubenkopfnagel no están asociados a ninguna arquitectura de adobe en los
niveles predinásticos, como podría esperarse si la interpretación de Von der
Way fuese correcta, pero la excavaciones que se están realizando actualmente en
Buto aún pueden reportarnos más datos sobre las conexiones entre el Delta y el suroeste
asiático durante el cuarto milenio a.C.
En unas cuantas sepulturas
de élite de las fases Naqada II y III, se han encontrado sellos cilíndricos,
tanto importados como hechos en Egipto, objetos típicos inventados en
Mesopotamia sin ningún género de dudas.
Cuentas y pequeños objetos
de lapislázuli que sólo pueden proceder de Afganistán, se han encontrado
primero en tumbas predinásticas del Alto Egipto.
Motivos mesopotámicos
también aparecen en el Alto Egipto y Baja Nubia; incluyendo el conocido motivo
de los héroes dompteur (victoriosa figura humana entre dos leones o bestias)
pintado en la pared de la Tumba 100, en Hierakonpolis, que data de Naqada II.
Otros motivos típicamente
mesopotámicos, tales como la fachada de hornacina de los palacios y las embarcaciones
de proa alta, también aparecen en artefactos de Naqada II y III, y en el arte
rupestre. Los estilos de estos motivos son más característicos del arte
glíptico (arte de grabar en piedra) de Susa en el suroeste de Irán que de la
cultura de Uruk, y el hecho de que tales artefactos no se hayan encontrado en
el Bajo Egipto plantea la posibilidad de alguna ruta de contacto más al sur
entre Susa y el Alto Egipto, cuya naturaleza actualmente se desconoce.
En la Baja Nubia, existen
numerosos enterramientos de la cultura A-Group (más o menos contemporánea con
la cultura Naqada) que contienen muchos objetos artesanales de la cultura
Naqada. La cerámica de A-Group es muy distinta de la de Naqada, y los productos
egipcios se obtenían probablemente del comercio y del intercambio.
Bruce Williams ha sugerido
que el Cementerio “L” de élite de A-Group de Qustul, en la Baja Nubia,
representa a los gobernantes nubios que conquistaron y unificaron Egipto
fundando el primer estado faraónico; pero son muchos los eruditos que discrepan
con esta hipótesis.
El modelo que quizás pueda
mejor explicar la evidencia arqueológica es el de un contacto acelerado entre
las culturas del Alto Egipto y Baja Nubia a finales del Período Predinástico.
La materia prima de lujo,
como el marfil, el ébano, el incienso, y la piel de animales exóticos, tan
extremadamente deseada y cotizada en Egipto en los tiempos dinásticos, en su
mayoría procedía de más al sur de África, atravesando Nubia.
Muchos jefes de A-Group se
tuvieron que beneficiar económicamente con el comercio de materia prima, como
es evidente en los ricos enterramientos excavados en Qustul y Sayala, si bien
el tipo de complejidad político-social testimoniada en el Alto Egipto en esas
fechas es improbable que hubiese tenido lugar en Nubia.
Las llanuras sujetas a
inundaciones de El Nilo son más estrechas en la Baja Nubia que en el Alto
Egipto, y aquella no gozaba del potencial agrícola necesario para soportar
grandes concentraciones de población y especialistas de plena dedicación, como artesanos
y administradores gubernamentales.
El hecho de que la cultura
del material que se practicaba dentro de la cultura Naqada se encontrase más
adelante en el norte de Egipto sin ningún elemento nubio, también parece
argumentar en contra de la teoría de la existencia de orígenes nubios en el
estado unificado egipcio.
Un aspecto decisivo de la evolución social es la formación de un
modelo de población diferenciado. Además de regiones agrícolas con
asentamientos en aldeas, se formaron poblaciones centrales, las incipientes
ciudades. Uno de los primeros lugares que nos permite ilustrar esta evolución
es Hieracómpolis, una ciudad situada al sur de Luxor en la orilla occidental
del río, que es consideraba como uno de los lugares de origen de la monarquía en
el Período Faraónico; esta ciudad ya existía como asentamiento desde el Período
de Nagada I. En el período comprendido entre Nagada II y el Período
Protodinástico se va produciendo una concentración progresiva de la población,
asentada en una zona más elevada de sedimentos en forma de abanico delante de
la desembocadura del wadi en la tierra fértil. Allí se encuentra desde el
Período Protodinástico el recinto del templo y una fortaleza. En los
alrededores se encuentran huellas de actividades artesanales especializadas:
hornos para la cocción de cerámica, talleres donde se pulía el sílex y se
perforaban cuentas para collares o talleres donde se trabajaban objetos de
piedra. También se encontraron instalaciones donde secaban el grano.
Toda esta actividad artesanal y agrícola constituyó un motivo de
desarrollo y un intercambio de productos con otras regiones, dando motivo a que
la ciudad fuese el eje central como forma de asentamiento y de vida. Si bien en
este período la ciudad –estado no había evolucionado lo suficiente, las
ciudades desempeñaron un papel decisivo en su camino hacia la formación del
Estado.
Aquí cristalizó la formación de una élite social y se estableció
el poder institucional.
El despliegue de medios en el mundo funerario adquiere un incremento
cada vez más acelerado. Sus tumbas adquieren mayor tamaño, sus paredes se
refuerzan con muros o planchas de madera, la superficie se hace rectangular, el
número de cámaras para almacenar ofrendas y ricos ajuares funerarios se
incrementa y las diferencias sociales cada vez son mayores. El hallazgo de una
tumba en Hieracómpolis, conocida como “la tumba pintada de Hieracómpolis”
perteneciente al período Nagada II, alrededor del 3.300 a.C., muestra no
solamente la evolución de la tumba, sino que aparecen representados barcos y
escenas de caza, en una de las representaciones aparece un héroe enfrentándose
a dos leones con una maza; en otra escena aparece el mismo héroe venciendo a
dos leones y, finalmente, otra escena de hombres peleando y la imagen del vencedor
a punto de romper con la maza la cabeza de sus tres enemigos. Esta imagen de la
“muerte del enemigo” es el gran emblema del poder del rey egipcio que se
repetirá por todos los reyes a lo largo de toda la cultura faraónica.
El hallazgo de la tumba U de Abydos, perteneciente a un hombre que
vivió hacia el 3.200 a.C., descubrió no solo un rico ajuar funerario entre el
que se encontraron unas 190 tablillas en forma de pequeños rectángulos de
madera o marfil grabados con signos de dibujos jeroglíficos, que ofrecen una
gran variedad de información.
Las más sencillas contienen números: un palo vertical significa
uno, una figura en forma de herradura invertida significa una decena y una
espiral representa el 100. Cada placa tiene un agujero para poder atarla al
objeto al que correspondiera. Estos signos numéricos representan la forma
reconocible de escritura más antigua de Egipto. En total hay unos cincuenta
signos, entre los que se incluyen, tanto los que solo tienen un valor fonético,
como los que tienen un valor fonográfico.
Hacia el 3.100 a.C. los signos que aparecen en las vasijas de las
tumbas de Abydos son los nombres de los primeros monarcas del país. Presentan
la forma de una casilla rectangular llamada serekh; una de sus mitades está cubierta por una serie de trazos
verticales, la otra contiene el dibujo de un signo, y todo el conjunto está
coronado por un halcón en lo alto de la casilla. El halcón representa al
monarca, la casilla la residencia real y el signo del interior es la forma
utilizada para escribir en dibujos el nombre del monarca.
Cerca de Hieracómpolis se han encontrado las instalaciones de un
palacio con su recinto ritual. Los excavadores han logrado reconstruir un gran
patio ovalado rodeado por edificios representativos construidos con postes y
esteras. Esta distribución refleja los antecedentes de lo que serán los
recintos ceremoniales reales del Período Predinástico, especialmente el
complejo funerario del rey Dyeser en
Saqqara.
El intento de reconstrucción del Predinástico es uno de los temas
más actuales de la Egiptología. En el período de Nagada II aparecen las raíces
de la monarquía egipcia y también los comienzos del desarrollo del estado.
La documentación arqueológica y los textos encontrados permiten
pensar en la existencia de agrupaciones territoriales de fuerte autoridad
jerarquizada, a las que denominamos nomos, que poco a poco fueron desembocando
en entidades superiores. B.J. Kemp ha planteado la existencia de varios
protoestados a lo largo del Valle, y fue precisamente en el Alto Egipto, donde
algunas de estas “unidades protoestatales” iniciaron la fase de conquista de
los territorios colindantes, debido a lo cual, entraron en una fase de
conflicto que aceleró la fase de formación de un reino más fuerte.
En el momento de la unificación de las Dos Tierras, en el Alto
Egipto existían veintidós nomos, y veinte en el Bajo Egipto, pero se ignora el
número que había antes de que Menes unificara el país. Menes permitió que los
nomos continuaran siendo unidades separadas, pero puso a cargo de cada uno de
ellos a un gobernador que era el responsable de sus asuntos sociales y
religiosos. Al principio, estos gobernadores o nomarcas, únicamente ostentaban
la representación por un tiempo limitado, pero poco a poco, éste pasó a ser
derecho hereditario de ciertas familias, desarrollándose así una clase
dirigente provincial que gradualmente amenazó a la autoridad real hasta que, al
final de la Dinastía VI, jugó un papel muy importante en la caída de la
monarquía.
Sabemos poco sobre la constitución política de los nomos o de sus
relaciones con la capital, pero parece evidente que se les permitía tener un
alto grado de independencia religiosa. Cada nomo tenía su propia divinidad o
divinidades locales, generalmente representadas bajo el aspecto animal o con
forma humana y cabeza de animal. Dentro de un mismo nomo podía adorarse a
varias divinidades, así, en el nomo de Menfis, además del dios principal Ptah
estaban: Sekhmet, representada como una leona; Nefertem, un dios antropomórfico
con tocado de flores y Sokar , un dios con cabeza de halcón que habitaba en el
desierto occidental de Menfis. Pasado un tiempo, Ptah, Sekhmet y Nefertem
formaron una triada por considerar que formaban una familia al igual que Isis,
Osiris y Horus.
Al permitir una independencia religiosa a los distintos nomos, no
puede acusarse a los primeros reyes de que la dirección de sus asuntos
estuviera dictada por razones de conveniencia política; en una época en la que
el politeísmo era la filosofía universalmente aceptada, no les parecía oportuno
una alteración del orden religioso establecido. Salvo unas cuantas deidades que
se convirtieron en nacionales y adoradas en todo el reino, el resto siguió
teniendo una autoridad en sus límites geográficos. Esta permisividad fue quizás
el factor más importante del éxito obtenido por los primeros reyes que
gobernaron el país unificado.
Como resultado de estas luchas en el Alto Egipto surgió el estado
de Nekhen, que inició un proceso de
conquista de los territorios más al norte del Valle. Una vez estabilizado el
Sur, los reyes de este nuevo estado adoptaron los emblemas de los protoestados
conquistados. Las coronas de la realeza egipcia, tanto la Roja (del Norte) como
la Blanca (del Sur) procedían de los territorios de Thinis, Nube (Nagada) o Nekhen
(Hieracómpolis).
Tanto Horus como Seth eran dioses originarios del Alto Egipto y
solo con posterioridad se trasladó Horus al Bajo Egipto, al lugar que convenía
cuando se manipuló la leyenda de Osiris. Pero antes de la difusión del mito
osiríaco existía un “Horus el Antiguo” en el Alto Egipto con el cual se
identificó al nuevo Horus, hijo de Isis y Osiris.
En honor al dios halcón, pájaro majestuoso en su vuelo y por ello
digno de ser divinizado, los reyes se identificaron con el dios, y las estela,
carteles o letreros en donde se empezó a escribir su nombre representaban la
fachada de un palacio encerrado en un rectángulo sobre el que se inscribía el
“nombre de Horus” del rey, coronado por la figura del halcón. Este diseño se
denominaba serekh y encerrados en él se representaron los nombres de los reyes
más antiguos.
Este periodo corresponde con el denominado de la “unificación”, o
de la “Dinastía 0”, que nos recuerdan “Manetón”, el “Canon de Turín” y la
“Piedra de Palermo”. Sus gobernantes eran jefes de territorios diferentes y es
imposible saber cuánto tiempo gobernaron y en qué lugares exactamente lo
hicieron; posiblemente sus nombres están perdidos. Es posible que el territorio
de Nekhen fuera el primero en tener un gobierno fuerte, no en vano el santuario
de Horus gozaba de enorme prestigio, o tal vez fuera el de Nagada, pero ambos
quedaron comprendidos, seguidamente, en el reino de Thinis más al norte. Y
fueron los reyes de Thinis los que se hicieron sepultar en una de las
necrópolis de Abydos. Su expansión territorial les llevó a conquistar los
territorios arriba y abajo del Valle, y los nombres de algunos de ellos
encerrados en el serekh han aparecido en diversos lugares de Egipto grabados o
pintados sobre vasijas. Tras el estudio de estas vasijas se ha establecido una
pauta cronológica de estos reyes de la dinastía 0.
REYES DE LA DINASTIA 0
Es probable que estos monarcas sólo sean una parte muy pequeña de
los que pudieron considerarse como tales. Las opiniones de los especialistas
dan a esta dinastía cero una duración en el tiempo entre cien y cincuenta años,
para terminar aproximadamente en los albores del 3100 a.C. fecha posible de la
unificación definitiva por el legendario Narmer (o Nemes), pero que debe ser
orientativa.
Aunque es muy probable que la unificación fuera por
enfrentamientos bélicos, no se debe descartar que hubiese alianzas de diversas
índoles que produjeron uniones coyunturales que pasaron a ser definitivas.
El proceso de unificación aparece, desde la óptica de los
documentos arqueológicos, como una larga transformación política, económica y
social, en la que todo parece indicar que los actores más importantes fueron
los dos últimos reyes de la dinastía 0.
Ny-Hor
Hor o Nu 3130 a. C.
En algunas inscripciones de su serekh no tiene halcón, a
diferencia de serejs antes que él. Su nombre de Horus era una interpretación
que sigue siendo muy controvertida. El rey también se conoce con el nombre de
Hor (Horus), es decir, "Halcon". De serejs con este nombre se
encuentran en vasijas de barro en Tura, Nagada (Ombos) y Tarkhan. Algunos
estudiosos sugieren que esta es una forma de inscripción del nombre de Narmer.
Hat-Hor
Hor o Hatj
(Primer
Horus)
Su serekh
no tiene halcón, su existencia y su nombre, y la interpretación es incierta, es
altamente controvertida. Hat-Hor se conoce como un artefacto
encontrado en Tura.
Iry-Hor
Hor-Ra o-Ro 3100 a. C.
Los egiptólogos, incluyendo a John Gardner Wilkinson no lo reconocen como rey en ausencia de serekh delante de su nombre. Asimismo, considera que su lectura es
controversia, Hr rA (rA Hr) o iri Hr (Hr iri) "La pertenencia a
Horus". La lectura se interpreta utilizando la palabra para Dios Horus (Hor) que se sienta en otra señal (Iry). El egiptólogo Flinders Petrie William Matthews interpreta la señal como "Ro. Ningún otro gobernante antes
que él usó el nombre de Horus como parte de su nombre.
Su lugar en la cronología de la dinastía es muy incierto, se da
después de que el rey Horus Ka por
Petrie, a pesar del hecho de que él tenía su nombre en un serekh. Él era el rey, podía gobernar desde Hieracómpolis y Abydos y podría reinar sobre Egipto. Es de acuerdo con algunos
egiptólogos el más antiguo rey enterrado en el cementerio B (Tumba B1-B2) de Umm el-Qaab en Abydos, periodo final Naqada III.
Toby Alexander Howard Wilkinson rechaza la tumba atribuida, él dice que es un pozo de
almacenamiento y no una tumba real.
Se trata de una tumba doble tan grande como la de Horus Ka o Narmer, situada en un orden secuencial entre el cementerio viejo
"U".
Sólo la subestructura permanece con ladrillos secos y es posible
que no existiera ninguna superestructura. El sitio fue excavado en 1902 por William Matthews Flinders Petrie en 1980 y una copia del Instituto Arqueológico Alemán de El Cairo
(DAIK) practicó una nueva excavación con métodos más modernos. La
excavación reveló nuevas ruinas, incluyendo los sellos y la cerámica con el
nombre de Iry-Hor.
El frasco grande con halcón esculpido fue excavado en 1902 de la cámara de 1 B, el
supuesto lugar donde el cuerpo del Rey. Luego, en la década de 1980, los
fragmentos de la jarra y la impresión del sello el nombre de Narmer
y Horus Ka (JEA 1993) fueron encontrados. El. La única grabación de otro
Iry-Hor fuera de Abydos se encuentra en el Bajo Egipto.
Horus
Horus Ka
Según Toby
Alexander Howard Wilkinson (Early Dynastic Egipto), Horus Ka reina en Hieracómpolis
y Horus Cocodrilo reinó al mismo tiempo en NagadaIII-B2 más al norte. Este
rey se considera que ha sido muy probablemente el antecesor inmediato de Narmer.
Esta conclusión se basa en el
análisis de la cerámica y otros artefactos encontrados en su tumba, así como el
edificio de estilo de este último y su posición en el cementerio. Una
minoría de estudiosos contradicen su identidad.
Horus Ka está enterrado en la
tumba doble B7-B9, Cementerio B, de Umm el-Qaab en Abydos. Sus
características son muy similares a la tumba de uno de sus predecesores, Iry-Hor,
tanto en diseño como en su forma, con dos habitaciones contiguas. Ambas
Cámaras, que se supone que han sido enterrados en el Sur (B7) y el otro (B9)
han servido para ofrendas y suministros. Cuando fue excavada en 1902, con
el nombre del rey, por lo que la identificación es muy clara, lo que está lejos
de ser el caso para todos los reyes de esta dinastía.
Los objetos con su
nombre también se encontraron en el norte de Delta, el Bajo Egipto, Menfis
y Tarkhan, en la cuenca de Fayoum.
Entre los hallazgos de la tumba
fue desenterrada cerámica mucha con su nombre, el cartel de "brazos en
alto", una muestra que se utilizará más adelante para decir
"alma" y se pronuncia "ka". Está escrito en un serekh
considera una representación de la fachada del palacio real. Fue
el primer rey de tomar la muestra y el halcón en su parte superior, con el
signo del anillo que simbolizaba el Alto Egipto (derecha ilustración imagen).
Según muchos expertos, sería el
padre de Narmer, cuya tumba fue construida en un estilo similar y tamaño y se
colocó a 30 metros de la suya.
Horus
Escorpión
El mejor documento de
que disponemos para conocer a este rey es la cabeza de maza periforme,
posiblemente formaba parte de un depósito de objetos votivos del
Protodinástico, procedente de las excavaciones de Hieracómpolis. Está tallada
en piedra caliza y presenta tres registros en la parte conservada. En el
registro superior están representados los emblemas de los nomos del sur y de
ellos cuelgan, un avefrías rejita (gente del pueblo), las cuales están muertas,
posiblemente simbolice a las poblaciones vencidas del Delta.
En el siguiente registro el rey Escorpión, con ropas rituales y
una cola de toro colgando de la parte posterior del cinto, lleva la corona
blanca; es solo rey del Alto Egipto. Tiene un instrumento agrícola en la mano,
también de manera simbólica parece querer abrir un canal o marcar un surco para
la edificación de un templo o una ciudad, mientras unos personajes que le
acompañan parecen celebrarlo. En otro de los registros se representa una escena
de trabajo agrícola en uno de los brazos del Nilo o quizás un canal. El hecho
de que el rey solo lleve la corona del Alto Egipto indica que posiblemente se
represente una victoria sobre las gentes del Norte, pero no una asimilación de
territorio.
La unificación fue muy importante para los
egipcios, aunque siempre estará presente la dualidad Alto Egipto y Bajo Egipto,
este hecho se conmemora permanentemente en épocas posteriores.
Imag.: Símbolo
Sema-Tawy (recipiente de alabastro de Tut-ankh-Amón)
Este es un
poderoso símbolo de unión de los Dos Países. Las plantas heráldicas, el loto
del Alto Kemet (izquierda), y el papiro del Bajo Kemet (derecha) se anudan
fuertemente para mantener la unión de ambas regiones.
En ocasiones las
plantas se atan al jeroglífico "sema" que representa dos pulmones
unidos por una tráquea. De ahí su nombre "sema" la respiración,
"tawy" de las Dos Tierras.
El río era el conector natural de Kemet, por eso se puede encontrar a dos genios Hapi (netjeri del río) atando el Sema-Tawy, para representar que el río es la unión de las Dos Tierras. Hallado en 1922 por Carter en la tumba de Tutankhamon.
El río era el conector natural de Kemet, por eso se puede encontrar a dos genios Hapi (netjeri del río) atando el Sema-Tawy, para representar que el río es la unión de las Dos Tierras. Hallado en 1922 por Carter en la tumba de Tutankhamon.
El SEMA
TAUY tiene su expresión en las representaciones de dos dioses, generalmente
Horus y Seth, o las representaciones del Alto Nilo y Bajo Nilo. Los dioses
aparecen atando o enlazando las plantas heráldicas del doble-país, el loto del
Alto Egipto y el papiro del Bajo Egipto, como en la imagen en que se puede ver
una representación del Sema Tauy en uno de los laterales de uno de los Colosos
de Memnón.
La unificación política de Egipto parece que se
logró de forma progresiva, aunque algunos autores piensan que fue un
acontecimiento puntual, un acontecimiento dramático que estaría representado en
la Paleta de Narmer, en forma de enfrentamiento bélico. Aunque esta
interpretación podría ser correcta, parece que la unificación fue un proceso
largo, durará unos 200 años, y no debió estar exento de conflictos bélicos,
algunos de ellos entre jefes rivales por territorios, como se desprende de la
decoración de la Paleta de Narmer, así como de otras paletas de carácter votivo
o ceremonial, y otros objetos decorados con bajorrelieves.
Algunas de las batallas narradas en las paletas
podrían aludir a enfrentamientos con tribus procedentes del desierto, situadas
fuera de Egipto. La existencia de este tipo de conflictos se recoge en la
Paleta de las Ciudades o Paleta Líbia,
que se encuentra en el Museo de El Cairo.
En este documento fragmentado se documenta la
existencia de centros urbanos fortificados, estos parecen sitiados por fuerzas
de combate representadas por animales, que podrían ser distintas
manifestaciones del mismo rey atacando ciudades o pueblos, o bien representar a
una misma ciudad que podría tener distintas denominaciones. Las murallas de
estas poblaciones serían de adobe, el material de construcción a gran escala, y
están representadas de forma semejante en la Paleta del Toro del Museo de
Louvre.
En el recto de la Paleta Líbia la decoración está
diseñada en registros horizontales. En esta paleta tenemos la primera
referencia al territorio ocupado por los líbios, en la zona occidental.
En la parte inferior derecha hay unos signos que
podrían evocar a la zona árida occidental representada por un bastón curvo, arma
que se asociaba a los extranjeros. Estos símbolos aparecen junto a la
representación de árboles, que se han interpretado como olivos silvestres
típicos de las zonas áridas.
En otros registros se representan animales
ordenados, orientados hacia la derecha, con la excepción de uno en el 2º
registro que se vuelve hacia la izquierda rompiendo la monotonía del diseño. Se
representan en tres registros bóvidos, cérvidos y asnos.
La decoración de animales y plantas podría aludir
a producciones propias de las tierras de occidente que como botín de guerra
pudieron ser llevadas a Egipto en esa época. Es posible que los enfrentamientos
con los libios fueran frecuentes, lo que provocaría que el nómada occidental
asumiera el “papel de enemigo” de Egipto por antonomasia, y que su imagen
masacrada por el faraón quedara fijada como uno de los motivos comunes de la
iconografía egipcia, esta imagen se utilizaría con posterioridad a pesar de que
se representaran enfrentamientos con pueblos distintos al libio.
De estos momentos de la unificación de Egipto
procede también el Puñal de Gebel el
Arak que se conserva en el Museo del Louvre, París. Es un cuchillo de hoja
de sílex y mango de marfil con bajorrelieves que representan enfrentamientos,
se narra en varios registros la rivalidad entre dos grupos, distinguiéndose un
grupo con cabezas rapadas y el otro con coleta lateral. En la parte inferior se
representan barcos de forma de media luna en un grupo y de forma de “u” en el
otro, esto significaría un enfrentamiento entre distintos pueblos. En este caso
no hay figuras destacadas por su tamaño, no se hace uso de la “perspectiva
jerárquica”, recurso para destacar a los personajes importantes, para destacar
al líder.
Estas luchas van a ser característica común en las
decoraciones de las paletas de esquisto, como ejemplo tenemos la Paleta del
León, que en el centro presenta un motivo circular que sería una reminiscencia
de aquella superficie en la que se trituraban los cosméticos, aunque la rica
decoración de estas piezas sugiere que su uso sería más suntuario, ceremonial,
que funcional.
La Paleta
del León pertenece a la colección del British Museum.
En el lado izquierdo del relieve podemos ver
hombre hechos prisioneros, más abajo un hombre atacado por un león, y por
debajo de esta imagen unos hombres tirados en el suelo atacados por aves.
Hay dos animales que en la iconografía egipcia se
relacionan con el faraón, el león, que en ocasiones incluso sustituye al
monarca representado por la fuerza, y el otro animal es el toro, incluso en la
titulatura real aparece la fórmula “Toro Poderoso”.
Las figuras que aparecen como vencidos presentan
los mismos rasgos físicos, son negroides con el cabello rizado y labios
gruesos, van desnudos, alguno presenta estuche fálico. A pesar de adoptar diferentes
posturas, todos están de perfil con el ojo de frente. Los personajes
representados en esta paleta ya aparecen con los convencionalismos típicos del
arte egipcio.
Estos hombres portan las manos atadas a su
espalda, junto a ellos aparecen unos estandartes que suponemos que
identificarían a determinadas poblaciones.
Podemos ver también una figura con una
indumentaria distinta, porta una túnica, pero no aparece destacado por
perspectiva jerárquica.
Otra paleta
interesante es la de la Caza del León,
cuyos restos están divididos entre el Museo de Louvre y el British Museum.
Está decorada con un disco central, que como hemos
dicho sería una reminiscencia de su uso original.
En el grabado aparecen dos leones, con flechas
clavadas en sus cabezas. Los hombres aparecen en actitud de caza, y van
ataviados con el típico faldellín egipcio.
La obra muestra al rey
seguido de sus guerreros mientras que asaeta un león, si bien no se emplea la
perspectiva jerárquica para diferenciarle de sus súbditos. En la escena las
figuras humanas son jóvenes varones, siete de ellos (los protagonistas
principales) con arcos. Los cazadores están divididos en dos secciones y cada
una de estas realiza una función distinta en la caza. Los cazadores portan
mazas de cabeza de pera, arcos, hachas, lanzas, estandartes y palos
arrojadizos.
Esta paleta simboliza el
éxito del Alto Egipto sobre el Bajo Egipto, y en general, el orden
universal (La Maat, representada por
los egipcios) imponiéndose sobre el desorden (las bestias). El león que tira de
su cachorro ensartado en flechas probablemente representa un líder extranjero o
el caos.
Un documento muy interesante es la Paleta del Toro, del Museo del Louvre.
Presenta motivos iconográficos que trascendieron a época dinástica y que
estarán presentes a lo largo de la historia de Egipto.
Simboliza el triunfo del faraón, representado como toro, sobre un
enemigo al que somete entre sus cuernos, iniciándose en ella un motivo
iconográfico que trascenderá a la época faraónica al utilizar los monarcas el
título de “Toro del Gran Poder” que derrota a los enemigos. El vigoroso
modelado resulta particularmente evidente donde la pezuña del toro oprime la
carne del hombre postrado entre sus patas delanteras. Este pequeño monumento
representa un paso histórico en la guerra entre el Alto y el Bajo Egipto. El
león y el toro son manifestaciones diferentes del poder real según lo expresan
sus títulos en tiempos históricos. En este caso hace referencia al sur, los
estandartes con los emblemas de los dioses de la confederación de los estados
del sur tienen brazos y manos humanas con las que tiran de una cuerda que rodea
al enemigo.
El “toro poderoso” fue uno de los epítetos de la
titulatura real de los faraones.
En el recto la paleta (imagen izquierda) se representa
un toro atacando, pisoteando a un hombre que está en el suelo. Se representa
también una ciudad amurallada que podría representar un pueblo conquistado.
En el verso, aparece también un toro pisoteando a
un hombre, que podemos identificar como el enemigo. En la parte inferior se
representa una gran cuerda o cordel que sostiene una serie de estandartes, en
cuyos astiles hay una figura sobre un soporte. Los estandartes acompañan al
monarca a lo largo de toda la historia de Egipto a partir de la unificación del
Alto y Bajo Egipto.
La Maza del
Rey Escorpión pertenece a la colección del Ashmolean Museum de Oxford.
El rey Escorpión está presidiendo la apertura de un nuevo canal,
empuñando una azada, mientras que un funcionario inclinado sostiene una cesta para
la tierra. Portadores de abanicos y otros funcionarios asisten al rey. El
recurso que después se utiliza para sugerir el paisaje aparece aquí en el modo
en que la banda irregular de agua deja al descubierto pequeñas zonas en las que
se representan hombres trabajando, chozas de juncos trenzadas, una palma en un
cercado y la proa de una barca. Los portadores de estandartes están colocados
en un pequeño subregistro sobre las figuras principales. El rey aparece tocado
con la corona del Alto Egipto y su tamaño es notablemente mayor. En el registro
superior, ingeniosamente adaptada a la superficie de la maza, hay una serie de
estandartes con imágenes de dioses. De los postes cuelgan los cuerpos
fallecidos de pájaros con cresta que simbolizan los nomos o al pueblo llano en
sentido de rebeldes. Varias plantas de papiro indican que el acontecimiento
transcurría en el Bajo Egipto.
Las paletas más antiguas aparecían decoradas con figuras
desordenadas, significarían el “caos”. En
la Paleta Lírica podemos ver como se avanza en la decoración por registros, una
ordenación artificial que obedece a criterios estilísticos.
En la Paleta Líbica veíamos recintos amurallados, y sobre ellos
representados animales como el león, el toro, el escorpión, el halcón,…todos
ellos curiosamente portan un instrumento similar al que porta la figura
principal de la Maza del Rey Escorpión, podría ser un arado por su forma.
La paleta más famosa es la llamada PALETA de NARMER, encontrada por Quibell en 1898 en el Templo de Horus,
en Hieracómpolis, por lo que se piensa que fue una ofrenda de este monarca tras
su triunfo sobre el Norte. En la actualidad se encuentra en el Museo de El
Cairo.
La paleta está confeccionada en esquisto verde, según otros
investigadores el material es pizarra, tiene unas proporciones de 45 cm. de
ancho, 64 cm. de alto y en su parte más gruesa de 6.5 cm.
A la derecha se puede ver el recto de la paleta
votiva, en el registro superior se ve el nombre de Narmer dentro de un serej entre dos cabezas de vaca, símbolo del poder real.
El serej
contiene el nombre del monarca, es un rectángulo en el que se representa el
palacio o residencia real. Se divide horizontalmente en dos partes, la inferior
dividida con líneas que representan la fachada del palacio y donde se
representa la “maza blanca” símbolo asociado a la realeza. El rectángulo
superior representa el patio del palacio y dentro de él se escribe en
jeroglífico el nombre del rey, generalmente representado con ideograma,
generalmente una figura de animal, que como vemos en la imagen, en el caso de
Narmer su nombre se representa como un calamar.
En la parte superior del serej se representa un
Horus, un halcón, que en el caso de dos reyes de la Dinastía II, se acompaña
con la representación de Set. El cartucho como forma de escribir el nombre del
faraón no aparecerá hasta la Dinastía III, pero el serej seguirá utilizándose.
Como hemos dicho a ambos lados del serej hay
representados dos rostros con forma de vaca y cara de mujer que podrían
representar a la diosa Hator.
En el registro inmediatamente inferior podemos
observar a Narmer con la barba ceremonial, (una barba postiza recta que
simboliza un faraón vivo, pues cuando la barba está trenzada y con su final
curvo simboliza el faraón muerto, el faraón-dios, también algunos dioses portan
esta barba trenzada) y la cola de toro, golpeando a un enemigo arrodillado con
la “maza blanca” mientras lo sujeta por el cabello. El rey está representado en
mayor tamaño, se ha usado el recurso de perspectiva jerárquica. Esta imagen del
rey de la Dinastía I cargada de importantes símbolos iconográficos, va a
utilizarse a lo largo de toda la historia de Egipto hasta los Ptolomeos.
El rey está tocado con la Corona Blanca típica del
Alto Egipto. Sobre la cabeza del prisionero, que parece libio, está escrito un
nombre en jeroglífico, que bien podría ser su nombre o el de su pueblo. Frente
a la cara de Narmer se representa un halcón, símbolo de la ciudad de
Hieracómpolis, sobre unas plantas de papiro, símbolo del Bajo Egipto, este Horus
tiene un brazo humano que sostiene una cuerda atada a la nariz de la cabeza de
un enemigo. Probablemente se está representando una figura híbrida del halcón y
el hombre, reflejo de la imagen del rey sometiendo al enemigo.
Detrás del rey se halla un personaje de menor
tamaño que lleva las sandalias de Narmer, un cargo típico de la monarquía
egipcia que recibe el nombre de “Portador
de Sandalias”. El rey se
encuentra descalzo y ello quizá sea porque dedica a los dioses ese sacrificio.
Por último, en la parte inferior se representan dos enemigos caídos en la
tierra, lo que confirmaría el triunfo de Narmer sobre el Bajo Egipto.
En el tercer registro podemos ver dos figuras que
parecen huir, además hay dos indicaciones que se han explicado como un recinto
amurallado y un recinto para ganado típico del mundo cananeo. Esta
explicación de Yigael Yadín, sugiere que
Narmer pudo realizar durante su reinado incursiones en zonas del Próximo
Oriente.
A la izquierda podemos ver el verso de la paleta
de Narmer, donde se vuelve a repetir la misma representación del nombre del rey
en el serej entre las cabezas
de toro. El nombre de Narmer se traduce como calamar.
Bajo el serej, en el segundo registro, nos
encontramos una escena en la que Narmer está tocado con la Corona Roja del Bajo Egipto, no tiene actitud
combativa como en el recto, detrás de él se representa al portador de sandalias
y le precede una procesión de portaestandartes que se dirigen hacia un grupo de
prisioneros decapitados, cuya cabeza tienen entre sus piernas.
Debajo, en el tercer registro, se localiza la zona
funcional de la paleta, representado por la zona circular que forman los
cuellos de dos animales fantásticos, aunque parece que nunca se utilizó para
triturar cosméticos sino que más bien su carácter era ceremonial o votivo.
Dos personas sujetan los cuellos enlazados de los
dos animales, lo que podría interpretarse como la Unión entre el Alto y el Bajo
Egipto o la dominación de la Naturaleza.
En la escena inferior se ve a un toro pisoteando
al enemigo que está en el suelo. El toro es uno de los símbolos de los reyes, y
más adelante se usará el epíteto de Toro
Victorioso para designar al Faraón.
Otro detalle es el recinto amurallado que el toro estaría destruyendo
con sus cuernos.
Resulta sumamente importante esta paleta de Narmer
pues es la primera representación de un rey de los “Dos Tierras”, en el recto
Narmer se representa como rey del Alto Egipto con la Corona Blanca, en el verso
con la Corona Roja del Bajo Egipto.
Todos los elementos iconográficos que aparecen en
esta paleta tienen continuidad a lo largo de la Historia de Egipto.
El estado unificado tiene una base ideológica
perfectamente definida desde la Dinastía I. La capital de este estado unificado
se establece en Memphis, cuidad con el epíteto de “la Balanza del Doble País”,
punto de unión entre el Alto y el Bajo Egipto.
A pesar de la unificación, la dualidad permanecerá
siempre, el faraón será rey de las Dos Tierras, representadas por la Corona
Blanca del Alto Egipto y la Corona Roja del Bajo Egipto, o también el “Rey de
las Dos Damas”, la diosa Nejbet del Alto Egipto representada por un buitre, y
la diosa Wadjet del Bajo Egipto representada por una serpiente.
Otras titulaturas que también demuestran la
dualidad serán “la abeja y la caña”, o “el loto y el papiro”.
El rey de Egipto es la personificación del Estado
Faraónico.
Papiros del Bajo Egipto.
Lotos del Alto Egipto.
Las Dos Tierras geográficamente son muy distintas,
el delta es húmedo, en el abundan los papiros una importante materia prima, el
principal soporte para la escritura en la antigüedad, y sobre todo en Egipto,
que además se utilizaba para construir pequeñas embarcaciones. El paisaje del
Alto Egipto es diferente, árido, su planta representativa es la flor de loto.
Loto y Papiro representan iconográficamente al
Alto y Bajo Egipto respectivamente.
Representación del SEMA TAUY, o sea, unificación de Egipto, en el relieve
aparecen Horus y Set, dioses
antagónicos, atando las plantas heráldicas del Alto y Bajo Egipto, el Loto y el Papiro.
Set es el dios del “caos”, pero siempre está
asociado a la realeza, si el faraón mantiene contento a Set esta será su
protector.
Hay otro ejemplo en el que las diosas Wadjet, la serpiente asociada a la
Corona Roja del Bajo Egipto, y Nejbet, el buitre asociado a la Corona Blanca
del Alto Egipto, aparecen atando el loto y el papiro, representando el Sema
Tauy.
MEMPHIS, se considera la “Balanza del Doble País”,
durante el Reino Antiguo será la capital de Egipto, pero aunque en otras etapas
la capital cambie su localización, Memphis nunca perderá su importancia.
Dinastía I
EL PRIMITIVO ESTADO DE
LA DINASTÍA I
Hacia 3.000 A.C., el primitivo estado dinástico que había surgido
en Egipto controlaba ya la mayor parte del Valle de El Nilo desde el Delta
hasta la primera catarata en Aswan; una distancia de más de 1.000 kilómetros a
lo largo del río.
Mientras que la presencia de la cultura Naqada es más que evidente
en el Delta durante los tiempos de Naqada II y Naqada III, la extensión del
control político hacia el sur durante la Dinastía I se conoce por los restos de
una fortaleza situada en el punto más alto de la costa de la isla de
Elefantina, región que había estado ocupada por pueblos del A-Group en tiempos
predinásticos.
Con la Dinastía I, el foco de desarrollo se desplazó de sur a
norte, el primitivo estado egipcio estaba centralizado, y su control y gobierno
estaban en manos de un rey-dios procedente de la región de Menfis.
Lo que resulta único en este primitivo estado es el dominio integral
sobre tan extensa región geográfica, en comparación con otros estados
contemporáneos en Nubia, Mesopotamia y Siria-Palestina.
Aunque, sin duda, no falta evidencia de contactos foráneos durante
el cuarto milenio a.C., el primitivo estado dinástico que emerge en Egipto fue
único y autóctono en carácter. Es probable que una lengua común, o dialecto
derivado de ella, facilitase la unificación, pero la realidad es que nada se
sabe sobre el idioma hablado, y la primitiva escritura abriga una información
especializada y de naturaleza muy superficial sobre este momento de desarrollo
cultural.
Uno de los resultados de la expansión de la cultura Naqada por
todo el norte de Egipto habría sido el de la existencia de una avanzada
Administración estatal que para principios de la Dinastía I estaría, en parte,
gestionada por la escritura primitiva utilizada en sellos y etiquetas de
control adosadas a las mercancías estatales.
Encontramos pruebas arqueológicas del control estatal en los
nombres de reyes de la Dinastía I (serekhs)
que aparecen estampados en vasijas, sellos, etiquetas originalmente atadas a los recipientes y
otros artefactos, encontrados en la gran mayoría de los yacimientos de Egipto.
Tales evidencias también permiten sugerir la existencia, en las primeras
dinastías, de un sistema tributario estatal.
En Menfis, los estratos más antiguos hasta ahora excavados datan
del Primer Período Intermedio, mientras que los correspondientes a la ciudad
dinástica primitiva deben yacer enterrados bajo tanto aluvión.
Más al oeste, el Doctor David Jeffreys, del "Institute of
Archaeology", UCL, ha obtenido catas de perforación que han revelado la
existencia de restos de alfarería procedentes del Imperio Antiguo y de las
primeras dinastías.
Por otra parte, en esta región se han encontrado sepulturas y
tumbas de la Dinastía I en adelante, por lo que es probable que la ciudad se
fundase por esta época.
Se han descubierto tumbas de altos cargos en las proximidades del
norte de Saqqara, mientras que en otros yacimientos de la región de Menfis
aparecieron enterramientos de funcionarios de diverso rango. Esta evidencia
funeraria sugiere que la región de Menfis constituía el centro administrativo
del estado, y también que el primitivo estado egipcio estaba altamente
estratificado en su organización social.
En el sur, Abydos continuaba siendo el centro de culto más
importante, e incluso se ha llegado a sugerir que en la Dinastía I, los
asentamientos predinásticos más pequeños con evidencia arqueológica más
efímera, habrían sido reemplazados por una única ciudad construida de adobe en
Abydos.
Los reyes de la Dinastía I se enterraban en Abydos, otra
indicación del Alto Egipto como origen del incipiente estado.
Desde el mismo comienzo del Período Dinástico, la institución real
fue fuerte y poderosa, y así permanecería a lo largo de los principales
períodos históricos de Egipto. En ningún otro lugar del antiguo Oriente Próximo
hubo en tan tempranas fechas una realeza tan importante y tan centralizada,
capaz de ejercer tan amplio control de tan temprano estado.
A lo largo y ancho de Egipto tienen que haberse creado y
desarrollado centros administrativos estatales, pero la organización espacial
de comunidades no era como la de la contemporánea Mesopotamia del sur, donde
ciudades enormes se organizaban alrededor de grandes centros de culto.
Pero, por otra parte, tampoco el Antiguo Egipto fue una
“civilización sin ciudades”, como ha llegado a sugerirse. Puede que los pueblos
y ciudades egipcios hubiesen estado espacialmente organizados más libremente
que los de Mesopotamia; y también sabemos que la residencia real cambiaba de
ubicación. Así que, debido a una serie de factores, los pueblos y las ciudades
del Antiguo Egipto no se han conservado bien, o se encuentran enterradas bajo
el aluvión, o bajo modernos asentamientos que no pueden excavarse.
Sin embargo, algunas pruebas arqueológicas de las primitivas
ciudades han perdurado. En Hieraconpolis, una elaborada fachada de hornacina
hecha de adobe, dentro de la propia ciudad (Kom el-Ahmar), ha sido interpretada
como el pórtico de un “palacio”; posiblemente se trataba de un centro
administrativo del temprano estado.
En Buto, en el Delta, una construcción rectangular de adobe datada
a principios de la Dinastía I, levantada sobre edificios de adobe más tempranos
de Naqada II, Naqada III y Dinastía 0, podrían ser restos de un templo
construido dentro de la ciudad.
La mayoría de los antiguos egipcios de principios del Período Dinástico y
períodos posteriores, la formaban agricultores que vivían en pequeñas aldeas.
La base económica del antiguo estado egipcio era la agricultura del cereal.
Durante todo el cuarto milenio A.C., los pueblos dependían cada vez más del
cultivo de la espelta o trigo Emmer (Triticum
diccocum), y de la cebada, lo que redundaba en un impresionante
beneficio para el entorno de las llanuras susceptibles de inundación de El Nilo
en Egipto.
Para principios del Período Dinástico, ya se habría puesto en
práctica algún tipo sencillo de riego por superficie, extendiendo así la
superficie de tierra de cultivo e incrementando la cosecha. Contrariamente a lo
que ocurre con prácticamente cualquier otro sistema de riego en el mundo, la
salinización nunca fue un problema para Egipto, ya que las anuales crecidas de
El Nilo limpiaban la tierra de sales.
Dado que las precipitaciones en esta época eran insignificantes,
las inundaciones anuales se encargaban de proporcionar la humedad necesaria en
el momento adecuado del año – julio y agosto – de forma que el trigo se podía
sembrar en septiembre una vez que las inundaciones hubiesen remitido.
Las distintas especies de trigo traídos a Egipto maduraban durante
los meses de invierno y podían ser recolectadas antes de la primavera, cuando
la llegada de las altas temperaturas y de la sequía habrían aniquilado la cosecha.
El entorno favorecía así una enorme acumulación de excedentes que controlados
por el estado servían de sostén de la floreciente civilización egipcia que se
aprecia en el Dinastía I.
PERIODO TINITA
La llamada unificación, fue un proceso largo, con retrocesos, al
igual que ocurrió en procesos futuros. La ciudad de Thinis fue elegida como
capital de este Período Dinástico, y a las dos primeras dinastías se las conoce
con el nombre de “Thinitas” por tener la capital en la mencionada ciudad. Es
posible que en este Período no fuese un reino totalmente centralizado y es
posible que tampoco se alcanzara un poder absoluto del Valle, pero marcó
históricamente a los egipcios, ya que muchos siglos después seguían
considerando a Narmer o Nemes como fundador del Estado Egipcio Unificado, así
lo reconocen, Manetón, las Listas del Reino Nuevo y el libro II de Herodoto.
Significó la estabilidad, para la fundamentación de una realeza institucional
garante del proceso económico, en el que era cuestión previa, la previsión de
la inundación, como indica la Piedra de Palermo, puesto que anota la medida de
la inundación como un acontecimiento anual, y de carácter nacional, digno de
figurar en el reinado de cada rey.
Pero el nacimiento de un estado no es cosa fácil, por un lado las
reivindicaciones regionales, tanto económicas como políticas, toman un carácter
bélico que no pueden ser ajenas al estado conquistador y por otro los elementos
simbólicos o religiosos tampoco debieron facilitar las cosas. Así la monarquía
naciente supo resolver esas discrepancias creando títulos protocolarios como
“Las Dos Tierras”, “Señor del Alto y Bajo Egipto” “El Doble País”. Pero este
simbolismo no fue suficiente y la separación estuvo rondando sin cesar. Se ha
especulado que los reyes de estas dos primeras dinastías no tuvieran una
residencia fija, y que su carácter itinerante se debía a una situación de
inestabilidad.
Uno de los logros de este Período es la aparición de la escritura
jeroglífica, las marcas hechas con tinta sobre vasijas etiquetando el producto.
Pero el campo de aplicación más importante de la escritura y sus formas fue la
administración. Los nombres de las mercancías, los datos sobre calidades, los
nombres de los dirigentes, los títulos de los dignatarios, las denominaciones de
las instituciones etc., se podían reflejar por escrito y ello bastó para
documentar tanto relaciones económicas como estructuras institucionales.
El rollo de papiro más antiguo procede de la Dinastía I, lo que
indica que en aquel período nada impedía la redacción de actas de mayor
extensión. En el etiquetado de alimentos, aparte de indicar el tipo y origen de
la mercancía, debía indicarse el año de producción. De ahí que encontremos las
primeras referencias de los nombres dados a los años: al principio los años no
se numeraban, sino que recibían los nombres de acontecimientos específicos,
sobre todo de carácter ritual y festivo.
Entre estos acontecimientos se halla la llamada “procesión de
Horus”, que solía celebrarse cada dos años, que pronto se la vincularía con un
recuento. En ocasiones se especifica más hablando del “recuento del oro”, o el
“recuento de los campos de cultivo”, o del “recuento del ganado vacuno y
menor”. Esto nos indica que eran censos con el fin de recaudar impuestos. Estos
censos se vuelven a repetir para el reinado de cada monarca, empezando desde el
uno. De ello se derivaría en el Reino Antiguo la datación por años de reinado
de cada rey, costumbre que adoptaron todos los monarcas de la historia de
Egipto.
En cuanto a las relaciones exteriores en este período sabemos que
Egipto ya venía manteniendo contactos comerciales con lugares tan alejados como
Nubia y Palestina, pero durante la I Dinastía, se produce un cambio
fundamental. En los monumentos del período de unificación del reino se
documentan conflictos guerreros con los pueblos vecinos. También en los hechos
importantes de los reyes de la I Dinastía se refieren en repetidas ocasiones a
tales conflictos. Uno de los resultados más evidentes de estas fuerzas
centrífugas es la aparición de un protocolo o conjunto de epítetos y nombres
que se van gestando para uso de los reyes. En primer lugar aparece el nombre de
“Horus”, seguidamente “el Nebti” o de las “Dos Damas”, (hace referencia a las
diosas Buitre del Sur y Cobra del Norte) como protectoras del territorio. Más
tarde surgirá el nombre de “Horus de Oro” como posible victoria de Horus sobre
Seth. Y posteriormente el nombre de “Hijo de Ra” (nombre de coronación o del
trono).
En la primera Dinastía el protocolo real estaba formado solamente
por el nombre de Horus, por el título nsw-bit y el apelativo nebti.
Durante las dos primeras Dinastías no se utilizaron los cartuchos.
Los nombres reales se colocaban dentro del anillo shenu que viene a significar
“encerrado en un círculo”.
El título nsw-bit, precederá al nombre personal que el rey recibía
en su nacimiento, y que en algunos casos se utilizará con el nombre nebti, pero
en las listas del Reino Nuevo aparecerá encerrado dentro del shenu, o cartucho
real. El nombre como Hijo de Ra se otorgaba al rey en el momento de su
coronación, junto con el resto de su protocolo.
En cuanto a la administración del estado, el rey es la máxima
autoridad, empieza a aparecer distintos cargos que van especializándose en
distintas funciones: censo, organización de la irrigación, recaudación de
impuestos, redistribución de bienes, etc. y el número de escribas va
incrementándose de manera importante. Aparece el visir aunque todavía no tenga
todas las funciones propias de su cargo. Existía un “Consejo de los diez del
Alto Egipto” o el “Encargado de Nejen” que podría equiparársele al cargo de
virrey del Sur.
Las reinas, además de esposas del rey, son consideradas las
transmisoras del poder, denominándolas: “Aquella que une a los dos señores”,
“Aquella que ve a Horus y a Seth” y además, “La madre de los niños reales”. La
arquitectura civil, está representada por el palacio, construido en ladrillo y
que contiene además de los apartamentos privados del rey y su familia, los
edificios de la administración.
En cuanto a la arquitectura funeraria, en lugar del simple hoyo de
los tiempos prehistóricos, aparece una cámara rectangular mucho más grande
revestida de ladrillos y, en algunos casos un segundo revestimiento de madera.
Las ofrendas se reparten en varias cámaras construidas alrededor de la cámara
funeraria. La tumba está cubierta por un techo hecho con vigas y tapas de
madera, sobre el cual se elevaba una construcción, hacia finales de la II
Dinastía se encuentra una fosa cubierta totalmente de piedra caliza. Las tumbas
de estos reyes tenía su entrada por el este y dos estelas de piedra señalaban
la entrada. Las tumbas de los reyes fueron ubicadas todas en Abydos, pero, como
no ha sido hallado el cuerpo de ninguno de ellos, salvo un brazo en la tumba de
Djer, podría existir la posibilidad de que estas tumbas solo fueran simples
cenotafios, además, esta hipótesis está avalada al menos con el descubrimiento
que Emery hizo en Saqqara de una tumba perteneciente al rey Aha, pero al ser la
única que ha aparecido, no se puede asegurar que los demás reyes hicieran lo
mismo. Por lo que parece lógico pensar que sea Abydos el lugar del descanso
eterno de los reyes de la I Dinastía.
En cuanto a las estelas y las plaquetas de marfil es donde los
artistas del Período Tinita mejor se manifiestan. La obra maestra de este
género es la estela del rey Serpiente, siguiéndole de cerca las estelas de la
reina Meryetneith y la del rey Peribsen. Las innumerables estelas de enanos,
parecen demostrar la importancia que los egipcios tenían por estas personas.
Las paletas del Período Predinástico dejan paso a las tablillas de
marfil utilizadas, principalmente, como inventario de los objetos que formaban
el ajuar funerario, vasijas con aceites, alimentos, sales de baño etc.
Las artes menores alcanzaron gran perfección durante este período:
joyería, restos de muebles, amuletos, armas, vasijas de piedra, etc. Denotan
notable sentido de la decoración; las joyas halladas en la tumba de Djer forman
un conjunto de joyas donde se alternan las perlas, amuletos de diferentes
colores, turquesas y sobre todo el uso del oro. Es especialmente interesante un
brazalete con un friso de fachadas de palacios coronadas por dioses halcones
Horus.
REYES DE LA
PRIMERA DINASTIA (3.100-2.686 a.C.)
NARMER 3.100 a.C.
nˁr mr (Narmer)
Narmer: El magnífico siluro
Narmer: El magnífico siluro
mn ỉ (Meni)
Menes
(L R Abidos nº 1)
Menes
(L R Abidos nº 1)
NOMBRE DE HORUS:
Se han encontrado diversas variantes de su nombre de Horus: Horus
Nar ("Horus, el siluro"), Horus Nar-mer ("Horus, el magnífico
siluro"), Horus Mer(i)-Nar, ("Horus, amado del siluro"). Horus
Nar-meru ("Horus, el siluro magnifico") Tsha de Horus Nar-mer (?)
Tshaw de Horus Nar-mer (?), que podrían representar diversas etapas de su
reinado. En algunos casos, este nombre fue escrito sin el Serej.
Las Transcripciones y el significado de cada uno de los nombre
atribuidos a este rey son inciertos. Esta aceptado actualmente que se lea como
Narmer aunque esto no es más que una mera convención.
Listas Reales
La versión griega de Meni es Menes. El nombre Meni adjuntado en un
cartucho, corresponde al Menes de Maneton, pero se ha dado igualmente como
Menoete, Mnesis, Men y Mena(s); hoy día no tiene ningún sentido para hablar de
Menes porque este nombre es una denominación moderna. Además el cartucho no
existía en esa época (aparece en la mitad de la II dinastía Senedj,
Neferkaseker, Peribsen y en la III dinastía Nebka, Huni, aunque sólo fue
habitual después de IV dinastía.). La identificación de Narmer con Meni de las
listas reales, y con Menes de Maneton es especulativa.
NOMBRE
de NEBTY:
Menes? Menoete, Mnesis, Men y Mena(s)
Meni.
OTROS
NOMBRES:
Narmertjay, Meri Nari, Narbatjay, ¿Ny?, Mer-nar, Mena, Ména.
Aun siendo tema de debate
se puede considerar a Narmer como el primer rey del Egipto unificado. Manetón
nombró a Menes como el primer Faraón. Se han hecho muchas especulaciones e
hipótesis sobre el posible significado de "Menes", probablemente no
perteneciera a ningún nombre real, era quizás un epíteto de un antepasado
legendario a quien, siglos más tarde se le reconoció la unificación de Egipto.
'Menes', incluso se ha especulado que podría ser el resultado de una mal
interpretación de antiguos documentos.
Escorpión, Narmer y Aha pueden ser nombres de Horus de tres
monarcas diferentes, uno de los cuales sería el propio Menes. En tal caso,
Menes correspondería al nombre Nebty. Algunos autores han apuntado incluso que
Narmer-Menes habría tomado el nombre de Aha tras la unificación de los dos
reinos. El Canon de Turín repite el nombre dos veces "Meni" una como
humano y después con un determinativo divino
Por otro lado algunos sellos reales de Aha, como el de la Mastaba
de Neithotep en Naqada, parece asociar el nombre de Nebty “Menes” al nombre de Horus “Aha”.
Menes es mencionado también por el geógrafo Eratostenes (300-200 a.C.)
y Herodoto. En los fragmentos de la
Piedra de Palermo no consta el nombre de Narmer, sólo da información desde el
tiempo del Aha en Menfis (y en la necrópolis de Saqqara), ignorando el reino
tinita de Narmer. Dicha información probablemente estaba en alguno de los
extremos fragmentados que no se han encontrado.
SUCESOR
DEL REY KA?, ESCORPION?: El rey Ka pudo ser padre de Narmer y se considera que le pudo
preceder como rey de Tinis. Esta conclusión se basa en los análisis de las
cerámicas y otras ofrendas de su tumba y del tipo y posición de su tumba en el
cementerio de Abidos, cercana a la tumba atribuida a Narmer. En cualquier caso,
la opinión más generalizada es que el Rey Escorpión sería uno de los últimos
representantes de la lucha por la unidad del Egipto predinástico, que
Narmer-Menes sería el fundador del Imperio unificado y que Aha sería su primer
sucesor.
ANTECESOR DE AHA.- Los sellos de
las listas, de mitad y final de la Primera dinastía, encontradas en Abidos en
Umm el Qa'ab en las tumbas de Den y Qa'a
alternaba los nombres de los primeros faraones con el epíteto
Jentiamentyu, (designación primitiva de Osiris), indicando a Osiris el nombre de los reyes
muertos. En ella no aparece ningún Menes, y determina de una manera absoluta
que la sucesión dinástica Narmer, Aha, Djer, Djet, Merneith, Den, Adjib,
Semerhet, Qa’a es exacta. Hay que destacar, que Merneith madre del Rey Den está
ausente lista de Qa'a.
CASADO CON.- Neithotep que le
sobrevivió. Tiene una mastaba en Nagada con sello del Faraón Aha que muestra
que este ya era faraón de Egipto. Nithotep se liga así a dos reyes como esposa
de Narmer y probable madre de Aha. Su nombre Neith sugiere que probablemente era nativa del Bajo Egipto.
AÑOS DE REINADO.- Por cita de
Maneton, Menes "fue atacado por un hipopótamo y murió" tras 60-62 años de reinado. En
virtud de los hallazgos históricos, Narmer pudo probablemente haber reinado más
de 35 años.
ACTUACIONES POLÍTICAS Y
RELIGIOSAS
1.- Política.- La unificación de
Egipto en el final del período de Predinástico ocurrió en dos etapas: la
difusión de la cultura de Naqada,
centrada alrededor de la ciudad de Naqada, también llamada Nubt, y el
establecimiento del control político unificado. La tradición egipcia contiene
referencias a la existencia de reinos separados, norte y sur, cuyas capitales
eran quizás respectivamente Buto en el delta y Hierakómpolis en el Egipto
superior. Hierakómpolis era el centro urbanizado más importante de la cultura
de Naqada y la residencia de los reyes egipcios del Alto Egipto. No puede
establecerse con seguridad si Narmer y
sus antecesores realmente lucharon contra los gobernantes del Delta, ni tampoco
pueden conocerse las circunstancias en que finalmente la unificación se llevó a
cabo (guerras o por relaciones pacíficas consolidadas por matrimonios).
2.- Administración.- Narmer
no aparece representado nunca con la doble corona, sino alternativamente con
una u otra. Esto podría significar que la unificación territorial se produciría
después de la existencia de un solo monarca sobre dos reinos independientes,
hasta que un rey, Aha, lograra ceñir la doble corona de la definitiva unión.
3.- Concepciones religiosas.- Abidos era la capital
religiosa del predinástico y la necrópolis real. El dios reverenciado era
Jenti-amentiu “el que precede a los occidentales”. Un dios con apariencia de
cánido, que se asimiló a Osiris cuando
este pasó a ser el dios principal del octavo nomo del alto Egipto.
CONSTRUCCIONES
Herodoto se refiere a Meni como el rey que desecó mediante la
construcción de diques las áreas pantanosas de El Fayum y de Menfis, fundando
en ésta la nueva capital tras desviar el lecho de Nilo.
Algunos autores se inclinan
a pensar que el primer fundador de Menfis debe haber sido Narmer, y que Aha que
parece haber sido un soberano más pacífico consolidó las conquistas de Narmer,
dedicando sus mayores esfuerzos en la construcción, organización y crecimiento
de la capital. El tamaño mayor de las mastabas construidas bajo su reinado atestigua
una evidencia clara de prosperidad cultural y económica.
PRUEBAS ARQUEOLÓGICAS
La cabeza de maza de Narmer, descubierta en Hierakómpolis,
ha tenido tres interpretaciones. La teoría de Petrie, también secundada
por otros eruditos, era que representaba la unión política de Nithotep,
princesa del norte, con Narmer. Otra teoría apunta a que sea la
conmemoración de un festival Sed del rey. Los últimos estudios creen ver
una conmemoración del final de la conquista del bajo Egipto, en la que se
representa a Narmer como el nuevo rey victorioso del bajo Egipto. La
figura sentada frente a Narmer puede ser el jefe de Buto más que princesa del
delta. Debajo de estas figuras están los símbolos de números. Los números se ha
interpretado recientemente que indica a 400.000 cabezas de ganado, 1.422.000 animales pequeños, y a 120.000
hombres (solo adultos varones.) Esto daría un censo aproximado en población
humana del delta de unas 600.000 personas.
La paleta
votiva conocida como paleta de Narmer, de unos 63 cm de altura, hallada en
1898 en Templo de Horus de Nejen (Hierakómpolis) por Quibell y Green (hoy en el
Museo Egipcio de El Cairo), donde se representa la victoria de Narmer sobre los
habitantes del delta, súbditos de un rey llamado Uash y apareciendo
alternativamente en el anverso y reverso con la corona roja y la blanca,
probando así la unificación.
Al igual que la Maza del rey
Escorpión procede de las excavaciones de Hierakómpolis, aunque no se
encontraron juntas; ambas pertenecen a la época Protodinástica. La Paleta de
Narmer es una pieza de extraordinaria importancia. Aunque los datos que nos
proporciona son importantísimos, su función era muy sencilla: la concavidad
servía para machacar polvo cosmético posiblemente para los ojos. En sus dos
caras aparecen escenas que se repetirán en toda la iconografía faraónica
posterior. En la parte superior del anverso de la paleta aparecen representadas
dos cabezas de la diosa Bat; entre las dos cabezas aparece inscrito el nombre
del rey, el pez nar y el cincel meri (amado de Nar) en el motivo con forma de
fachada de palacio.
En el siguiente registro, el
rey descalzo, representado a mayor estatura que el resto de los personajes
representados, aparece con la “corona roja” (la desheret del Bajo Egipto),
aparentemente participando de una procesión o desfile de portaestandartes y
precedido de otro personaje, posiblemente un sacerdote, y seguido de su
portasandalias, que además lleva su sello de forma cilíndrica colgado del
cuello, y avanzan hacia unas cuantas hileras de prisioneros decapitados. En el
registro intermedio unos animales (posiblemente panteras) de largos cuellos
podrían significar la “Unificación de las dos Tierras”; en épocas posteriores
se unirían las dos plantas (el loto y el papiro) representativas del Alto y
Bajo Egipto de una manera similar. En el registro inferior un toro simboliza al
rey en el acto de destruir una fortaleza. El reverso de la paleta también está
dividido en varios registros. En el registro superior se repite la escena de
las dos cabezas de la diosa Bat y la inscripción del nombre del rey. En el
siguiente registro el rey porta la “corona blanca” (la hedyet del Alto Egipto),
mientras el Halcón Horus le presenta a un enemigo atado con una cuerda cuya
cabeza emerge de la planta del papiro, símbolo del Bajo Egipto. El rey descarga
un golpe sobre la cabeza de un prisionero del nomo del Arpón. La fecha de esta
extraordinaria fuente de información está alrededor del 3050 a.C. y la
interpretación hace de él un hito fundamental de la Unificación de las Dos
Tierras.
Otro documento del mismo rey
y también procedente de Hieracompolis, es una cabeza de maza, en la cual se
representa al rey Narmer bajo un baldaquino llevando la Corona Roja del Bajo
Egipto. Lleva el mismo acompañamiento que aparece en la paleta, pero delante
del rey está representada una figura sentada en una silla de manos, que
posiblemente sea una princesa del norte. Le siguen prisioneros y cabezas de
ganado que posiblemente representen un botín de guerra. La presencia de una
garza real, símbolo de la ciudad de Buto, en el Delta, no deja claro el
significado de esta escena, ya que para unos parece indicar una victoria del
rey sobre esa ciudad, y para otros es una representación de la fiesta del
heb-sed.
Tanto la paleta, como la maza
de Narmer presentan una información pictográfica y jeroglífica al mismo tiempo:
narran mientras representan. Los elementos de escritura están ya formados, su
desarrollo quedará completo durante las Dinastías I a III .Se establece la
iconografía del poder. Los altos cargos, con funciones sacerdotales y
administrativas que en un principio lleva el mismo individuo, empiezan a
separarse.
El nombre de Narmer, aparece
en otros documentos, sobre todo en el cementerio real de Abydos, y en la pared
rocosa de Wadi El-Kash, en el valle comercial que unía Koptos en el Valle, con
Kuseir, lo que demuestra que el rey no solo guerreaba, también tenía relaciones
comerciales. El hecho de que Narmer reinase sobre todo el territorio no quiere
decir que gobernase y controlase todo el territorio y a sus habitantes.
Parece ser que estuvo casado
con una dama de nombre Neithhotep. Encontramos su nombre en la tumba real de
Nagada, junto a sellos y etiquetas de Hor- Aha, el hijo y sucesor de Narmer,
aunque no hay unanimidad en ello pues un sello con el nombre de esta reina se
encontró en la tumba del rey Djer, por lo que pudiera ser la esposa de Hor-Aha
o que Aha y Narmer fueran la misma persona.
Paleta
Cabeza de maza
de Narmer. Dibujo. Ashmolean Museum de Oxford.
Un cilindro de marfil, muestra una victoria de Narmer sobre
los libios. El nombre de Narmer también aparece en algunos cilindros del área
de Nagada y en diversas vasijas halladas tanto en el delta oriental del Nilo,
como en el sur de Palestina. También su nombre fue grabado en las rocas del
Uadi el-Gash, entre Coptos y el Mar Rojo.
La estatua del mandril del Museo de Berlín con
inscripciones en la parte anterior de la base que se corresponden con el nombre
de Narmer y de 'Jnumhotep'.
Los tres colosos encontrados por Petrie en Coptos; parte de
una inscripción del coloso (casi totalmente borrado) podría ser la cola de un
halcón sobre el pez siluro “Nar”.
Serej y Sellos. En las excavaciones
de "Nhal Tillah" en 1994, se descubrieron en un trozo de cerámica
signos gravados que podría corresponder al Serej de Narmer. La vasija pertenece
a un fragmento de una jarra de vino exportado por el valle del Nilo a Israel
hará 5000 años. Los sellos de madera son unos de los rastros más importantes
encontrados en tumbas reales y privadas de la Dinastía I. Estos sellos daban
información sobre el contenido y año de envasado de los recipientes. Los signos
estaban gravados o pintados con tinta negra o roja.
El tamaño de los sellos era de 1 a 9 centímetros en anchura y 1.5
a 3 milímetros en grueso.
Es muy probable que la práctica de asociar acontecimientos a los
sellos, como indicación del año en el cual el objeto fue realizado, comenzara
en el reinado de Narmer.
Sellos de Narmer, se ha encontrado también en lugares del Alto y
Bajo Egipto, el valle de Nilo, así como en el Delta, en los desiertos
occidentales y orientales y en Palestina del sur (Rafiah, En Besor, Arad, Tel
Erani).
LOCALIZACIÓN DE SU
TUMBA
No se sabe si el origen de Narmer puede ser considerado Tinita o
de Hierakómpolis; las pruebas contemporáneas van a favor del origen Tinita, dado que su tumba se
construyó a Abidos. Sin embargo, las pruebas arqueológicas más importantes de
su reinado vienen de Nejen (Hierakómpolis). Abidos está considerado el
cementerio real tinita, y persistió como necrópolis real a través de toda la
primera dinastía. Es decir que los reyes que ya residían en Menfis se
continuaron enterrando en los cementerios U y B cercanos a la necrópolis de Umm
Qa’ab, lo que acredita su valor religioso y la legitimación del origen tinita
de la dinastía gobernante. Se ha atribuido como perteneciente a Narmer la tumba
B17-18 situada al norte de Abidos, cerca del complejo funerario de Aha. Tiene
doble cámara, se construyó en tres fases, y tiene entierros subsidiarios al
nordeste. Sin embargo no parece haber pruebas concluyentes sobre si fue una tumba
o un cenotafio. Además esta tumba parece demasiado insignificante para haber
pertenecido a este gran rey. Se cree también posible que fuera enterrado en
Saqqara, o posiblemente en la necrópolis de Tarkhan.
AHA hacia 3.100
a.C.
ˁḥȝ (Aha)
El luchador
El luchador
t t ỉ (Teti)
Teti
(L R Abidos nº 2)
Teti
(L R Abidos nº 2)
Aha,
sucesor y posiblemente hijo de Narmer, y de la reina Nithotep. Heredó un reino
unificado. Adoptó el nombre Nebti (de las dos damas) de men, que significa
establecido. Podemos considerar a Aha como el primer rey de la I Dinastía. El
nombre del rey, significa “Halcón Luchador”, y pone de manifiesto el origen y
dominio del Alto Egipto.
Según
algunas tablillas aparecidas, todo indica que no fue un período fácil. Se
realizaron campañas militares y hubo que someter a rebeldes nubios; otra
tablilla hace alusión a la fundación de un templo a la diosa Neit en Sais, y en
otra recibiendo tributo de los libios. Celebró las fiestas de los dioses Anubis
y Sokaris, el halcón momificado y su jubileo heb-sed.
La
fundación de un templo sólo puede entenderse como un gesto amistoso por la
consecución de una convivencia pacífica. Es en este sentido que se ha
considerado que la mujer de “Aha” adopta el nombre de Neithotep (Neith está
satisfecha) al ser coronada. La presencia de la diosa Neith formando parte de
su nombre, podría interpretarse como un acercamiento a las tradiciones
religiosas del norte. Pueden conjugarse todos estos factores para entender que
el Horus Aha fue un luchador por la Unificación y un hábil diplomático por la paz.
En Nagada, localidad situada
al sur de Abydos, se encontró una tumba atribuida en un principio a Menes y más
tarde a la reina Neithotep, esposa real de Aha, donde se encontraron varias
tablillas con el nombre de la reina y del propio rey. El esqueleto que se
encontró en la tumba estaba totalmente carbonizado lo que hizo imposible su
estudio y determinar el sexo del mismo y por consiguiente saber si pertenecía o
no a la reina. En aquella época era costumbre enterrar juntos a los esposos, lo
que indicaría que la tumba de Nagada no parece ser el lugar donde estuviera
enterrada la reina Niethotep, más bien parece ser el enterramiento de alguien
muy afín a la reina y que debió de ocupar cargos importantes en la
administración del soberano.
La tumba de
Hor-Aha está situada en la necrópolis de los reyes de la primera dinastía en
Abidos, conocida como Umm el-Qa'ab. Se compone de tres grandes cámaras B10 B15
y B19 que están justo al lado de la tumba de Narmer. Las cámaras son
rectangulares, excavadas directamente en el suelo del desierto, sus paredes
revestidas con ladrillos de barro. Las tumbas de Narmer y Ka sólo tenían dos
cámaras adyacentes, mientras que la tumba de Hor-Aha comprende tres cámaras
sustancialmente más grandes todavía separadas. La razón de esta arquitectura es
que era difícil en ese momento construir grandes techos por encima de las
cámaras. La Madera para estas estructuras a menudo tenía que ser importadas
desde Palestina.
Una innovación
notable de la tumba de Hor-Aha es que los miembros de la casa real fueron
enterrados con el Faraón. No está claro si fueron
asesinados o se suicidaron. Entre los
enterrados, eran siervos, enanos, mujeres e incluso perros. Un total de
36 entierros subsidiarios que se presenta en tres filas paralelas al este de
las principales cámaras de Hor-Aha. Como
un símbolo de la imagen de Hor-Aha fue incluso teniendo en cuenta un grupo de
cachorros de leones.
Los monumentos del rey Aha
fueron numerosos y estaban relacionados con acontecimientos históricos: derrota
de enemigos, fundación del templo a la diosa Neith en Sais, presentación de
ofrendas y tributos al rey. Muchas de las tablillas encontradas sobre este rey
representan las festividades de los dioses Anubis y Sokaris, la fiesta de la
unificación del país y la llamada “recibir al Sur y al Norte”.
La tableta de Naqada. Fila
superior a la derecha: Horus Nombre y Nebti Nombre del rey Aha con un signo
interpretado como hombres en una cabina como la estructura
FUNDACIÓN DE
MENFIS
El mayor logro de Aha fue la
fundación de la capital en Menfis, la ciudad sobrevivió durante toda la
historia egipcia y se convertiría en una de las mayores ciudades del mundo
antiguo. Es evidente que su ubicación fue elegida en función de su importancia
estratégica geográfica y política, en un país recién unificado. Herodoto afirma
que Menes construyó una presa en el Nilo al sur del futuro emplazamiento de la
ciudad con lo que desvió la corriente y pudo construir en el terreno ganado a
las aguas. Sobre la presa se ejercía una vigilancia constante, los persas la
reforzaban cada año, porque, de romperse habría anegado Menfis.
La elección de Menfis como
nueva capital del Egipto Unificado se debió al lugar estratégico que ocupaba.
Situada en la frontera entre el Alto y el Bajo Egipto, era el lugar idóneo para
tener controlados a los habitantes del Bajo Egipto cuya capital Buto estaba
situada en la zona del Delta.
Según Manetón, Aha reinó 62
años y murió al ser arrollado por un hipopótamo. La piedra de Palermo registra
una caza de hipopótamos en el reinado de Den, un rey posterior de la misma
Dinastía.
Tras la fundación de Menfis,
los primeros reyes egipcios empezaron a construir sus tumbas en el sagrado
lugar de Abydos, en el Egipto Medio, y los nobles en la meseta desértica en
Saqqara, sobre Menfis.
En el cementerio primitivo de
Saqqara, Emery localizó una gran tumba rectangular (3357), tenía 27 depósitos a
nivel del suelo para el equipo funerario y cinco salas subterráneas. Todo el
exterior de ladrillos de barro está realizado en un estilo denominado “fachada
de palacio”, estilo que más tarde sería copiado como elemento decorativo en
joyería. Más tarde durante la III Dinastía el rey Dyeser construiría el muro de
su complejo funerario en este estilo de fachada de palacio.
Neithhotep o Neith-hotep era una antigua consorte del faraón Aha que vivía
y gobernaba durante la Primera Dinastía temprana. Una vez se
pensó que era un gobernante masculino: su mastaba extraordinariamente
grande y el serekh real que rodeaba su nombre en varias
impresiones de sellos llevaron a
los egiptólogos e historiadores a la creencia errónea de
que ella podría haber sido un rey desconocido.
A medida
que se desarrollaba la comprensión de los primeros escritos egipcios, los
eruditos descubrieron que Neithhotep era en realidad una mujer de rango
extraordinario. Posteriormente se consideró que era la esposa del primer
faraón del Egipto unificado, Narmer, y la madre de Hor-Aha. Los
descubrimientos más recientes sugieren que Neithhotep podría haber sido, en
cambio, un cónyuge de Hor-Aha, y la madre y corregente del sucesor
gobernante Djer. La evidencia arqueológica también indica que
ella pudo haber gobernado como faraón por derecho propio, y como tal habría
sido la primera monarca femenina conocida en la historia.
El nombre
de Neithhotep está relacionado con Neith, la diosa de la guerra y la
caza. Esto siguió una tradición notablemente practicada durante la primera
dinastía: muchas reinas (como Merneith / Meritneith, otra posible
faraona y descendiente de Neithhotep) y princesas (como Aha-Neith,
Her-Neith, Nakht-Neith y Qa'-Neith) también tenían nombres que hacen
referencia a la deidad.
Como reina,
Neithhotep tuvo varios títulos de élite y piadosos:
·
La más importante de las
mujeres (Egipto. Khenty wat)
·
Consorte de las dos damas
(Egipto. Semat Nebty)
Es posible
que Neithhotep tenga más títulos reales, pero aún no se han
descubierto. En el momento en que Neithhotep gobernaba, todavía no se
habían introducido muchos títulos reales para reyes y reinas. En este
primer estado de desarrollo jeroglífico, es posible que los primeros
egipcios aún no hayan sabido cómo expresar ciertos
títulos. Alternativamente, la creencia en los roles dinásticos de las
reinas era diferente de lo que era en la época de Meritneith.
El nombre
de Neithhotep fue encontrado
en Helwan, Abydos y Naqada. Aparece en impresiones de
sellos de arcilla, en etiquetas de marfil y como inscripciones
en cuencos de piedra. La mayoría de los objetos fueron encontrados en su
complejo funerario y en las tumbas de Aha y Djer. En varios sellos de
arcilla, el nombre de Neithhotep estaba escrito dentro de un doble serekh, y
entre los serekhs unidos se alza la norma divina de Neith. Una impresión
de sello inusual da el nombre Hetepjw.
Un nuevo
sitio de descubrimiento del nombre de Neithhotep se encuentra en el Wadi
Ameyra en la Península del Sinaí. En el sitio, varias tallas de
rock datan de los reyes Iry-Hor, Narmer, Djer y Nebra. La
inscripción del rey Djer representa a su izquierda una procesión de barcos
festivos reales, a la derecha un serekh real con el nombre de Djer
dentro. El Horus-halcón en lo alto del serekh sostiene una maza de guerra,
golpeando a un enemigo arrodillado. El nombre de Neith-hotep aparece en el
lado izquierdo en diagonal sobre el serekh.
Después del
descubrimiento de su mastaba, se pensaba que Neithhotep era un gobernante
masculino: su tumba excepcionalmente grande y el serekh real que llevaba su
nombre en varias impresiones de sellos llevaron a
los egiptólogos e historiadores a la creencia errónea de
que podría haber sido un rey aún desconocido. Sin embargo, a medida que se
desarrollaba la comprensión de los primeros escritos egipcios, los estudiosos
descubrieron que Neithhotep era en realidad una mujer noble de rango
extraordinario. Junto con esta realización, los eruditos la vieron ahora
como la esposa del rey Narmer y madre de Hor-Aha. Este
punto de vista fue promovido por las impresiones de los sellos de arcilla
encontradas en su tumba, que muestran los serekhs de Narmer y
Aha.
Fragmento de alabastro con el nombre de
la reina Neith-hotep.
El nombre
de Neithhotep aparece en varias impresiones de sellos de arcilla dentro de un
serekh, una moda que comúnmente se reservaba solo para los gobernantes
masculinos. En segundo lugar, su tumba es de un tamaño extraordinario y
tiene su propio recinto de culto. Tal caso es de otro modo conocido solo
por la reina Meritneith. En tercer lugar, son las propias inscripciones
de Wadi Ameyra: estas revelan que Neithhotep organizó y ordenó una expedición a
través del Wadi para intentar extraer minerales y cosechar materias
primas. Pero tal acto comúnmente requería poderes reales que una mera
consorte de la reina no tenía, no a menos que fuera una gobernante
independiente y totalmente autorizada. El caso de la reina Neithhotep muestra
asombrosas similitudes con el de la reina Meritneith, quien había dirigido el
cargo real para su hijo aún menor, el rey Hor
Den. Este descubrimiento llevó a los egiptólogos a la teoría de que la
reina Neithhotep también podría haber ocupado el cargo real de un rey infantil
aún como un rey sustituto. Ahora se sabe que tal acto fue bastante común
en los primeros tiempos de Egipto. Las dinastías reales fueron fundadas en
los primeros tiempos por las madres reales, no por herencia de padre a hijo.
Algunos
eruditos incluso creen que Neithhotep puede ser idéntico a un ominoso
rey Teti que figura en las listas de reyes de Ramesside e mencionado
indirectamente en la famosa Piedra de Palermo. La Piedra de Palermo
proporciona un interregno entre el rey Aha y Djer al mencionar una "doble
fecha de muerte" en la columna I de los años del evento. La
discrepancia entre la fecha de la muerte de Hor-Aha y la segunda nota de muerte
abarca alrededor de 1 año, 1 mes y 15 días. Tal lapso de tiempo parece demasiado
corto para un gobernante "real" como Hor-Aha, Djer o
Wadj. Preferiría que alguien que gobernara como sustituto del faraón
original. Y esto, a su vez, ahora está probado para la reina
Neithhotep. Por lo tanto, la entrada siniestra en la Piedra de Palermo
puede ser una referencia al interregno de la Reina Neithhotep. Esto
también explicaría por qué ningún artefacto contemporáneo de la 1ª Dinastía
menciona el nombre real de Teti, sino los otros (Itetj e Ita).
La
equiparación de la reina Neithhotep con Teti I no es comúnmente
aceptada. Egiptólogos como Werner Kaiser y Walter B. Emery señalan varios
fragmentos de foca de arcilla con los nombres Horus de todos los reyes, desde
Narmer hasta Den. Tales sellos se descubrieron en las tumbas de Den y la
reina Meritneith y, en consecuencia, todos comienzan su lista con Narmer, quien
era el esposo de Neithhotep. Kaiser y Emery ven esto como evidencia de que
fue Narmer, no Hor-Aha, quien comenzó la Primera Dinastía. Además, Kaiser
apunta a sellar fragmentos que mencionan el nombre Menj junto al
serekh de Narmer. Por lo tanto, es al menos igualmente posible que Narmer
sea idéntico al rey Menes. Esto, a su vez, significaría que el nombre
del cartucho "Teti" pertenece a Hor-Aha, no a la Reina
Neithhotep.
La tumba de
Neithhotep fue descubierta en 1897
por el arqueólogo francés Jacques de Morgan en el
sitio de Naqada. Más tarde, fue investigado nuevamente
por el arqueólogo alemán Ludwig Borchardt en 1898. La
superestructura consistía en una enorme mastaba hecha de ladrillos de
adobe endurecidos, de los cuales las paredes exteriores estaban
nicheadas. Ahora está completamente destruido debido a la erosión
condicional del tiempo. Debido a su enorme tamaño, se creía que la tumba
era la del rey Menes. La elección del lugar para la tumba puede
indicar que la reina Neithhotep se originó en el norte del Bajo
Egipto. También se creyó una vez que Neithhotep se casó con Narmer en un
intento por facilitar la unificación de Egipto por parte de Narmer.
DJER hacia 3.000
a.C.
ḏr (Dyer)
El que socorre
El que socorre
ỉ t tỉ (Ateti)
Ateti
(L R Abidos nº 3)
Ateti
(L R Abidos nº 3)
Su nombre fue encontrado en una
inscripción en el Wadi Halfa, al sur de la primera catarata, la prueba de los
límites de su reinado. Jeroglíficos de Marfil y etiquetas de madera de Abidos y Saqqara dicen que
reinó durante 57 años. La
investigación moderna por Toby Wilkinson en Anales Reales del Antiguo Egipto
subraya que para ser más preciso la Piedra de Palermo le atribuye a Djer un
reinado de "41 años completos y parciales. Wilkinson señala que 10 años del reinado de Djer se
conservan en el registro II de la Piedra de Palermo, mientras que los años
centrales del reinado de este faraón se registran en el registro II de El Cairo
Fragmento Uno.
Familia:
Djer era un hijo del faraón Hor-Aha y su esposa Khenthap. Su abuelo
fue probablemente Narmer, y su abuela era Neithhotep. Las mujeres que llevan títulos más tarde asociados con
reinas fueron enterradas en tumbas subsidiarias cerca de la tumba de Djer en
Abydos o atestiguadas en Saqqara. Estas mujeres se cree que son las esposas de Djer e
incluyen:
· Nakhtneith (o Nekhetneith), enterrada en
Abydos y conocido de una estela.
· Herneith, posiblemente, una esposa de Dyer. Enterrada en Saqqara.
· Seshemetka, enterrada en Abidos junto al rey. Ella se dijo que era una
esposa de Den en Dodson y Hilton.
· Penebui, su nombre y el título se
encuentra en una etiqueta de marfil de Saqqara.
· bsu, conocido a partir de una etiqueta en
Saqqara y varias vasijas de piedra (lectura de nombre incierto; nombre se
compone de tres jeroglíficos de peces).
De este rey, posible hijo de
una concubina del harén, se conocen diversas piezas arqueológicas que llevan su
nombre. Las listas reales lo mencionan como “Iti”, su nombre nebti, lo que
Manetón traduce como Athothis. Una paleta encontrada en Saqqara lo muestra
machacando a un enemigo libio, su nombre aparece también en el Wadi Halfa en
Nubia y posiblemente en el Sinaí ya que entre las múltiples joyas encontradas
en su tumba había algunas de turquesa, piedra importada del Sinaí.
Estela de Dyer
Su tumba, descubierta por
Amelineau en Abydos, es más grande que la de Aha y en ella se encontraron
joyas, objetos de orfebrería, mobiliario y tablillas de madera y de marfil.
Alrededor de su tumba se encontraron trescientas treinta y ocho tumbas de
sirvientes, la mayoría mujeres que acompañaron a su señor a su última morada y
todo parece indicar que fue un sacrificio colectivo, lo que no quiere decir que
lo hicieran de una manera violenta. Esta tumba fue considerada un santuario del
dios Osiris desde la Dinastía XVIII a la XXVI.
Jarrón de piedra con el serekh de
Djer, Museo Arqueológico Nacional (Francia).
Entierro: Al igual que su
predecesor, Hor-Aha, fue enterrado en el lugar de Abydos. Cerca de
su tumba es otra, que probablemente pertenece a su esposa Herneith, madre del
rey Den más tarde, y, posiblemente, su regente durante su juventud.
La evidencia de
la vida y el reinado de Dyer:
· Tumba en Umm el-Qa'ab, Abydos
· Seal grabados de las tumbas 2185 y 3471
en Saqqara
· Las inscripciones en las tumbas 3503, 3506 y 3035 en Saqqara
· Impresión del sello y las inscripciones
de Helwan (Saad 1947: 165; Saad 1969:. 82, pl 94)
· Tarro de Turah con el nombre de Dyer
(Kaiser, 1964: 103, figura 3)
· UC 16182 marfil tableta de Abydos, tumba subsidiaria 612 de la
caja de Djer (Petrie 1925: Pl II.8; XII.1)
UC
azuela 16172 de cobre con el nombre de Dyer (tumba 461 en Abydos, Petrie
1925: Pl III.1, IV.8) La inscripción de su nombre (de autenticidad
en duda, sin embargo) en Wadi Halfa, Sudán
Las inscripciones, sobre marfil y madera,
son de forma jeroglífica muy temprana, lo que dificulta la traducción completa,
una etiqueta en Saqqara puede representar la temprana práctica en el Antiguo
Reino de los sacrificios humanos. Una tableta de
marfil de Abidos menciona que Dyer visitó Buto y Sais en el Delta del Nilo. Uno de sus años de
reinado en la Piedra del Cairo fue nombrado "Año de golpeando la tierra de
Setjet", que a menudo se especula que es el Sinaí.
Tumba: Al igual que su padre Hor-Aha, Dyer fue enterrado en Abydos. La tumba de Djer es estudiada por Petrie. Su tumba contiene los restos de 300 retenes que fueron enterrados con él. Se encontraron varios objetos dentro y alrededor de la tumba de Djer.
· Una estela de Djer, ahora en el Museo de
El Cairo, probablemente proviene de Abydos.
· Los
sellamientos de un rey llamado Khent.
· Las etiquetas que mencionan el nombre de
un palacio y el nombre de Meritneith.
· Fragmentos de dos jarrones inscritos con
el nombre de la reina Neithhotep.
· Pulseras de una reina se encontraron en la
pared de la tumba. In the subsidiary tombs excavators found:
En las tumbas subsidiarias excavadores encontraron:
· Estela de varias personas
·
Objetos de marfil con el nombre de Neithhotep.
·
Tablillas
de marfil.
A partir de la 18 ª dinastía en adelante, la tumba de Hor-Aha fue
venerada como la tumba de Osiris, y el complejo de la tumba de la Primera
Dinastía, que incluye tanto este como la tumba de Djer, fue muy importante en
la tradición religiosa egipcia.
Manetón indica que la primera dinastía gobernó desde Memphis y de hecho Herneith, una de las esposas de
Djer, fue enterrada cerca de Saqqara. Manetón
también afirmó que Athothes, que se identifica a veces como Dyer, había escrito
un tratado sobre anatomía que aún existía en su época, más de dos milenios
después.
La piedra de Palermo recoge
una campaña contra los asiáticos y parece desprenderse por otros documentos que
dominaba el valle del Nilo hasta Elefantina.
Una plaqueta de marfil del
reinado de Djer posiblemente representa la estrella Sirio, bajo la forma de una
vaca tumbada que lleva entre los cuernos el brote de una planta que sirva para
designar el año, lo que indica la posibilidad de que ya desde la primera
Dinastía los egipcios conocieran el calendario solar.
Cuchillo ceremonial con el nombre del
faraón Dyer inscrito en la empuñadura. Royal Ontario Museum, Toronto, Canadá.
UADJI o Deyer hacia 2.980
a.C.
ḏt (Dyet) (Uadye)
Serpiente[
Serpiente[
ỉ t ȝ (Ita)
Ita
(L R Abidos nº 4)
Ita
(L R Abidos nº 4)
Djet,
también conocido
como Wadj, Zet y Uadji (en griego posiblemente
el faraón conocido como Uenephes o posiblemente Atothis), fue el
cuarto faraón de la Primera Dinastía. El nombre Horus de
Djet significa "Horus Cobra" o "Serpiente de Horus".
La reina de
Djet fue su hermana Merneith, quien pudo haber gobernado como un faraón
por su cuenta justo después de su muerte. Existe la posibilidad de que una
dama llamada Ahaneith también fuera una de sus esposas. El hijo
de Djet y Merneith era Den, y su nieto era Anedjib.
Se
desconoce por cuánto tiempo gobernó Djet. Sólo un festival
de Sekar está atestiguado por las etiquetas de marfil que datan de su
reinado, cuya duración se estima entre seis y diez
años. Según Wolfgang Helck reinó 10 años. De una entrada
del calendario, se sabe que Djer murió en un
7 Peret III mientras que Djet comenzó su reinado en el 22 Peret
IV. La razón de los 45 días de interregno es desconocida.
Los
detalles del reinado de Djet se pierden en las lagunas de la Piedra de
Palermo. Sin embargo, los hallazgos de fragmentos de barcos y las
impresiones de sellos demuestran que en ese momento había intensas actividades
comerciales con Siria y Palestina. Graves
en Tarkhan y Saqqara que datan de su reinado produjeron
cerámica de Palestina. Se pueden inferir otras actividades a partir de
las dos únicas tabletas de años conocidas de la regla, una de las cuales se
conserva en dos copias. La lectura de los eventos descritos en las
tabletas es altamente problemática. Helck tradujo: "Año de la
planificación del subsuelo / sótano (?) De la planta dual, nacimiento de
capullos de loto, de pie en el santuario de la corona de las dos
Damas". La tableta del otro año menciona una victoria, la producción
(nacimiento) de una estatua y quizás la creación de una fortaleza.
Finalmente, en Masra Alam en Nubia, se descubrió la pequeña inscripción
"Hemka" debajo de "Djet".
Los sellos
de arcilla demuestran que el oficial Amka comenzó su carrera bajo el
rey Djer, como gerente de la finca "Hor-sekhenti-dju". Bajo
Djet, Amka se convirtió en mayordomo real. En los primeros años del
sucesor del rey, Amka murió después de ser nombrado para responsabilidades
regionales en el Delta occidental del Nilo. Otros oficiales superiores
bajo el Djet fueron Sekhemkasedj y Setka.
La tumba de
Djet se encuentra en Abydos, en la tumba Z de Petrie. Se encuentra al oeste de
su padre, la tumba del rey Djer. Alrededor de la tumba de Djet se
encuentran 174 entierros subsidiarios, la mayoría de los cuales son retenedores
que se sacrificaron a la muerte de Djet para servirle en el más
allá. Encontrado dentro de la tumba de Djet era una estela. Esta
estela era una serpiente coronada por un halcón (Horus) y podría interpretarse
como "Horus la serpiente". También se encontró dentro de la
tumba un peine de marfil con el nombre de Djetón, junto con una imagen de la
estela. Herramientas de cobre y cerámica también se encontraron en la
tumba, un hallazgo común en las tumbas egipcias. Hay evidencia de que la
tumba de Djet fue quemada intencionalmente, junto con otras tumbas en Abydos de
este período de tiempo. Las tumbas fueron renovadas más tarde debido a la
asociación con el culto de Osiris.
Djet debe
su fama a la supervivencia, en forma bien conservada, de una de
sus estelas de tumba artísticamente refinadas. Está tallado en
relieve con el nombre Horus de Djet, y muestra que el estilo
egipcio distintivo ya se había desarrollado completamente en ese
momento. Esta estela fue descubierta en 1904 por Émile
Amélineau y hoy está expuesta en el museo del Louvre. Otro hito
artístico que data del reinado de Djet es su peine de
marfil que ahora se encuentra en el Museo Egipcio. Es la
primera representación sobreviviente de los cielos simbolizada por las alas
extendidas de un halcón. Las alas llevan la corteza de Seker, debajo
de la corteza celeste. El serekh de Djet está rodeado por
dos Was. Cetros y un signo de Ankh.
Estela de Dyet
Tableta de Djet (Wadji)
MERYTNEITH hacia 2.950 a.C.
mrt-nit
Meryt-Neith
Meryt-Neith
mr-nit
Mer-Neith
Mer-Neith
Merneith (también
escrito Meritneith y Meryt-Neith) fue
un consorte y regente del antiguo Egipto durante
la Primera Dinastía. Ella puede haber sido gobernante de Egipto por
derecho propio, basándose en varios registros oficiales. Si este fue el
caso, ella pudo haber sido la primera mujer faraona y la
primera reina en la historia registrada. Su reinado se
produjo alrededor de 2950 a.C por un período indeterminado. El nombre
de Merneith significa "Amada por Neith" y
su estela contiene símbolos de esa antigua deidad
egipcia. Ella pudo haber sido la hija de Djer y
probablemente fue la esposa real de Djet. Lo primero significaba
que ella habría sido la bisnieta del primer faraón del Egipto
unificado, Narmer. Ella también fue la madre de Den, su
sucesora.
Merneith
está vinculada en una variedad de impresiones de sellos y tazones inscritos con
los reyes Djer, Djet y Den. Merneith puede haber sido la hija de Djer,
pero no hay evidencia concluyente. Como madre de Den, es probable que
Merneith fuera la esposa de Djet. No se ha encontrado información sobre la
identidad de su madre.
Un sello
de arcilla encontrado en la tumba de su hijo, Den, fue grabado con
"La madre del rey, Merneith". También se sabe que el padre de
Den era Djet, por lo que es probable que Merneith fuera la esposa real de Djet.
Se cree que
Merneith se convirtió en gobernante tras la muerte de Djet. El título
que ella tenía, sin embargo, se debate. Es posible que su hijo Den fuera
demasiado joven para gobernar cuando Djet murió, por lo que puede haber
gobernado como regente hasta que Den fuera lo suficientemente mayor como para
ser el rey por derecho propio. Antes de ella, se cree que Neithhotep gobernó
de la misma manera después de la muerte de su esposo, el rey
Narmer, ya que el hijo de Narmer era demasiado joven para gobernar. Su
nombre estaba escrito en un sello de Naqada dentro de un serekh, que era la
forma en que se escribían los nombres de los reyes. Esto significaría que
Merneith pudo haber sido la segunda mujer en la primera dinastía de Egipto que
gobernó como faraón.
Estela tumba de Merneith de Umm
el-Qa'ab.
La
evidencia más fuerte de que Merneith era un gobernante de Egipto es su
tumba. Esta tumba en Abydos (Tumba Y) es única entre las tumbas
de lo contrario exclusivamente masculinas. Merneith fue enterrado cerca de
Djet y Den. Su tumba es de la misma escala que las tumbas de los reyes de
ese período. Cerca de su tumba se descubrieron dos estelas graves que
llevan su nombre. El nombre de Merneith no está incluido en las listas de
reyes del Nuevo Reino. Se encontró un sello que contenía una lista de
faraones de la primera dinastía en la tumba de Qa'a, el tercer faraón
conocido después de Den, su hijo. Sin embargo, esta lista no menciona
el reinado de Merneith.
Algunas
otras piezas de evidencia existen en otro lugar sobre Merneith:
· El nombre de Merneith aparece
en un sello encontrado en la tumba de su hijo, Den. El sello incluye
a Merneith en una lista de los primeros reyes de la dinastía. El nombre de
Merneith era el único nombre de una mujer incluida en la lista. Todos los
nombres en la lista son los nombres de Horus de los
reyes. Sin embargo, el nombre de Merneith está acompañado por el título
"La madre del rey".
·
El nombre de Merneith puede
haber sido incluido en la Piedra de Palermo.
· Artículos de la
gran mastaba (Nr. 3503, 16 x 42 m) en Saqqara, donde se ha
encontrado su nombre en inscripciones en vasijas de piedra, frascos, así como
en impresiones de sellos. En particular, hay un sello de Saqqara, que
muestra el nombre de Merneith en un serekh.
· El llamado Recinto de
Merneith es un grupo de tumbas del cementerio de Shunet el-Zebib. Estas
tumbas están fechadas en la época de Merneith.
· El nombre de Merneith fue
encontrado en objetos en la tumba del rey Djer en Umm
el-Qa'ab.
El descubrimiento de
Merytneit
La identidad de la propietaria de la tumba de Abidos se reveló con
prontitud mediante dos magníficas estelas en granito rojo, que superaban el
metro y medio de altura, y tenían el cuerpo rectangular y el tope redondeado
(figura 1). Ambas lucían los logosílabos m(e)r(y)t
y el emblema de la diosa Neit de Sais del nomo VI del Bajo Egipto. Al
principio, Sir Petrie pensó que el nombre Meryt
+ Neit debía leerse, en realidad, como Mery + Neit, i.e., “Amado de Neit”, y lo
consideró, por mucho tiempo, como uno de los muchos reyes sin identificar,
hasta que, luego, el error de lectura fue subsanado por Emery, lo que planteó
un grave dilema; porque, si era una mujer, como se confirmaba entonces, ¿qué
hacía enterrada en un camposanto real en el cual su presencia era totalmente
excepcional, ya que, como ocupantes de las tumbas principales, sólo figuraban
reyes y ninguna otra reina?.
A esta desconcertante situación hubo de sumarse otra evidencia
insólita, pues las dimensiones, superficie cubierta y cantidad de sepulturas
subsidiarias de servidores de ultratumba que tenían los monumentos hasta
entonces atribuíbles a ella, tanto en Abidos como en Saqqara Norte, eran apenas
menores a la de sus inmediatos antecesores. ¿Quién era esta misteriosa reina,
que desplegaba semejante muestras de poder político? Con prontitud, los
investigadores concibieron, cada quien por su lado, varias teorías para explicar
el nuevo cuadro que presentaba la historia de la Primera Dinastía.
Estas hipótesis alcanzaron su cenit cuando Emery, a mediados de
1950, exhumó la tumba S 3504 de Saqqara Norte, que, sin duda alguna, perteneció
a Merytneit, o, al menos, a sus tiempos. Tal como ocurría en Abidos, su mastaba
igualaba tranquilamente a los de sus antepasados, tanto en tamaño como en
riqueza. Numerosas teorías tomaron forma, sin lograrse un consenso común entre
los egiptólogos. En el interior entre ambos hallazgos, la identificación de uno
de los llamados “recintos funerarios” en Abidos
antiguamente conocidos con el nombre de “tumbas de los cortesanos” como
propiedad de Merytneit, terminaba por confirmar irrebatiblemente la gran importancia
que había tenido esta mujer en el alba de la historia faraónica.
Los trabajos llevados a cabo por las misiones alemanas a cargo de
los Dres. W. Kaiser y G. Dreyer en Umm el Gaab, durante la década de 1980,
arrojaron datos insospechados, que cambiaron totalmente el panorama
reconstruído sobre Merytneit y su gobierno, desatando nuevamente la polémica
sobre su fantasmal figura. Sin embargo, la cuestión no ha sido enteramente
resuelta hasta la fecha, y, por lo tanto, una revisión del asunto no estará de
más, sino que, por el contrario, se impone ante la generalizada circulación de
afirmaciones taxativas que se dan por sentado sin mayor sustento argumental.
La primera noticia de su existencia vino a presentarse cuando, en
1900, en el cementerio de Abidos del Período Tinita, Sir Petrie excavó una fosa
(“Y”, según su notación), que tenía casi 45 metros cuadrados y cuya
superestructura debió cubrir unos 320 metros cuadrados, la cual estaba rodeada
por 41 enterramientos subsidiarios, y cuya locación estaba marcada por dos
estelas de granito rojo, originalmente emplazadas a la entrada de dicha
estructura. Era uno de los sepulcros más grandes que había exhumado en Umm el
Gaab, y, ochenta años después, el Dr. Kaiser diría que es la mejor diseñada y
construida de todo el camposanto.
La primera impresión de Sir Petrie de que se trataba de un monarca se
vio refutada recién cincuenta años después, cuando Emery desenterró la tumba de
Saqqara Norte, en el que halló vasos de piedra y cilindro-sellos que ostentaban
su nombre encerrado dentro de un diseño parecido al serej de los reyes,
pero que, en lugar del halcón de Horus encima, llevaba el emblema de la diosa
Neit. Ese era el modo arcaico de escribir los nombres de las reinas consortes,
tal como quedaba claro a partir de los descubrimientos efectuados por Jacques
De Morgan en la Tumba Real de Nagada, que era atribuible a la reina Neithotep,
esposa de Narmer, y que se conocían hacía tiempo. La presencia de numerosas
improntas de sello a nombre de Hor-Dyer en la mastaba S 3504, por otra parte,
condujo a Emery a concluir que Merytneit había sido una sucesora inmediata
de este monarca y, por ende, a desmentir a Sir Petrie y las anteriores
presunciones.
La tumba está construida por un simple foso sin entrada; las paredes
del pozo están revestidas con un doble muro de ladrillos, el cual, a su vez,
está separado del revestimiento de madera de la cámara funeraria por un
pasadizo estrecho de un y medio metros de ancho, en el cual, a intervalos
regulares, hay contrafuertes destinados a sostener las paredes ligneas del
recinto mortuorio. Entre el doble muro de ladrillos se distribuyen ocho
recintos elongados, que fungen de almacenes, dispuestos en pares; en ellos se
encontraron vasijas de cerámica taponadas con barro y selladas a nombre de
Merytneit y Hor-Udimu, lo que llevó a algunos a creer que ambos eran esposos.
El suelo de la cámara sepulcral está ligeramente sobre elevado con respecto al
piso del resto de los cuartos. Una de las estelas conmemorativas fue hallada en
este lugar, apoyada contra la pared este. Tanto el piso como el techo de este
recinto estaban hechos con planchas de madera, de las que sólo subsisten restos
ínfimos.
Por el contrario, cuando en 1954 Emery exhumó el mastaba S 3504 de
Saqqara Norte, sin dudas contemporáneo de la reina y atribuible a ella misma,
el mismo conservaba un buen tanto de su superestructura por sobre el nivel del
piso, cubriendo aproximadamente 675 metros cuadrados y superando ampliamente su
construcción abidiense. La fosa sepulcral, solamente, tiene 42,50 x 16 metros.
Al igual que el resto de los mastabas que lo rodean, presenta el diseño
exterior de “fachada de palacio” constituido por batientes entrantes y
salientes, que se piensa representan el acceso al palacio real o la tumba
soberana misma. El mismo utilizado en la sepultura de la reina Neithotep en
Nagada y en la tumba Giza V, también excavada por Sir Petrie y atribuida por él
a la época de la Primera Dinastía.
Como otros sepulcros del mismo cementerio, empezando con Hor-Aha,
cuenta sobre el lado norte con una “fosa de barca”, embarcación ceremonial que
debió haber tenido, por lo menos, 17,70 metros de eslora (largo). Sin embargo,
cuenta con sólo 20 entierros subsidiarios, contra más del doble en Abidos; y
eso, a pesar de que todo aquí está magnificado en comparación con la Tumba “Y”;
e.g., duplica la cantidad de cuartos destinados al almacenaje del ajuar
funerario. Eso sí, las tumbas subsidiarias son las primeras en aparecer compartimentadas,
iniciando una costumbre continuada por sus sucesores.
Al sumarle la existencia de un “recinto funerario” en Kom ez-Sultan
(Abidos), que con toda probabilidad también le perteneció, Emery no dudó que se
encontraba ante una verdadera reina reinante, y no meramente una
consorte de rey, y, a causa de las improntas de cilindro-sellos a nombre de
Hor-Dyer, la hizo su sucesora y la ubicó como cuarto soberano de la Primera
Dinastía, aunque hizo la salvedad de que pudiera también haber sido anterior a
él y haya sucedido directamente a Hor-Aha. Ya volveremos oportunamente sobre la
posición dinástica probable de la reina en la sucesión de monarcas. El “recinto
funerario” era un edificio originado en la realización de la apoteosis del
soberano difunto; una especie de “escenario” de los Misterios de la Muerte y
Renacimiento del rey, consustanciado con Jentyamentiu, “Quien Preside sobre los
Occidentales”, el dios cánido originario del lugar, quien posteriormente se
asimilaría con Osiris, el juez de los muertos. Esta idea, emitida por vez
primera por Sir Petrie, en 1925, y seguida a pies juntillas por G. A. Reisner,
fue desechada por Emery, en 1939, y, luego, terminada de rematar por H. Ricke.
Estos últimos pensaban que se trataba de cenotafios, i.e., monumentos
conmemorativos construidos para la residencia de las “almas” regias durante sus
visitas al lugar en determinadas ocasiones festivas. Sea como fuera, el
carácter áulico y funerario de las mismas están fuera de discusión.
Un detalle importante sobre el que J.-Ph. Lauer llamó la atención, en
1969, es que el edificio atribuible a Merytneit no presenta el diseño en
“fachada de palacio”, que sí existió en sus vecinos regios (Hor-Dyer, Hor-Dyet
y Hor-Udimu), más adopta una silueta similar al vasto espacio llamado “el
Mastaba Oeste”, perteneciente a Peribsen, un rey de la Segunda Dinastía. Por si
fuera poco, las tumbas subsidiarias que lo rodean alcanzan al enorme número de
ochenta, el doble que en Abidos y el cuádruple que en Saqqara Norte.
El nombre de la reina está consignado sobre una treintena de objetos y
más de sesenta improntas de cilindro-sellos, entre los testimonios recogidos en
Abidos y Saqqara. La ahora solitaria estela abidiense cuyo pendant se ha
perdido para siempre, se encuentra en el Museo Egipcio de El Cairo, y es el
monumento de mayor tamaño que se le adscribe. En la misma institución se encuentran
guardadas las pocas muestras artísticas de su época, que son genuinas exquisiteces,
la vajilla de piedra y los elementos de tocador, en donde se nota una
preferencia por el esquisto sobre otras piedras. Entre la cerámica
destacan dos vasijas de “estilo sirio”, que bien pudieran haber sido importadas
de esa región o confeccionadas por artesanos egipcios en dicho estilo.
Volveremos sobre estas vasijas, aparentemente anodinas.
Entre las piezas destacables notamos una estatua en granito de Asuán,
conservada en la Colección Michailidis, que tiene 19 centímetros de altura y
representa a un babuino en actitud de vigilia. Sobre su pecho, ostenta
esculpido el nombre de Merytneit. La pieza es interesante, ya que la otra única
escultura similar pertenece al rey Narmer, fundador de la Primera Dinastía,
confeccionada en alabastro y actualmente en el Museo Estatal de Berlín. Esta
excepcional muestra de arte sacro habla favorablemente de la posición de la
reina en una época tan compleja, como parece haber sido la que le habría tocado
vivir, tal como veremos inmediatamente.
DEN hacia 2.950
a.C.
d n (Den)
El que ataca (Clayton)
(P. Kaplony)
El que ataca (Clayton)
(P. Kaplony)
ḫȝst i (Jasti)
Los países extranjeros (Schneider)
El de los dos países del desierto (von Beckerath)
Los países extranjeros (Schneider)
El de los dos países del desierto (von Beckerath)
ḳn ty (Qenty)
Los países extranjeros
(Canon de Turín 2.15)
Los países extranjeros
(Canon de Turín 2.15)
spȝty (Sepaty)
Los países extranjeros
(L R Abidos nº 5)
Los países extranjeros
(L R Abidos nº 5)
Den,
también conocido como Hor-Den, Dewen y Udimu, es el nombre de Horus de un rey
egipcio que gobernó durante la primera dinastía. Él es el mejor gobernante
arqueológicamente estudiado de este período. Den se dice que ha traído
prosperidad a su reino y numerosas innovaciones se atribuyen a su reinado.
Él fue el
primero en utilizar el título de Rey del Bajo y el Alto Egipto, y el primero
que se muestra con el uso de la doble
corona (rojo y blanco). El suelo de su tumba en Umm el-Qa'ab cerca de Abydos es
de granito rojo y negro, la primera vez en Egipto que esta piedra dura se
utiliza como material de construcción. Durante su largo reinado, estableció
muchos de los patrones de ritual de la corte y de imagen utilizados por los
gobernantes posteriores y se le tenía en alta estima por sus sucesores
inmediatos.
El
historiador griego (sacerdote) Manetón lo llamó "Ousaphaidos" y le
atribuye un reinado de 20 años, mientras que el Canon Real de Turín está dañado
y por lo tanto no puede proporcionar información sobre la duración del reinado
de Den. Egiptólogos e historiadores generalmente consideran que Den tuvo un
reinado de 42 años. Su conclusión se basa en las inscripciones en la Piedra de
Palermo.
El nombre serekh de
Den está bien atestiguado en impresiones de sellos de barro, en las etiquetas
de marfil y en inscripciones sobre vasijas hechas de esquisto, diorita y
mármol. Los artefactos fueron encontrados en Abydos, Sakkara y Abu Rawash. El
nombre de Den también está atestiguado en los documentos posteriores. Por
ejemplo, el Papiro Médico de Berlín discute varios métodos de tratamiento y
terapias para un número de diferentes enfermedades. Algunos de estos métodos se
dice que se originan a partir del reinado de Den. Del mismo modo, Den se
menciona en el "libro de Ani de la muerte" (también con fecha de
Ramessida) en el capítulo 64.
La
familia de Den ha sido objeto de importantes investigaciones. Su madre era la reina Meritneith esta conclusión se basa en impresiones de sellos
contemporáneos y por la inscripción en la Piedra de Palermo. Esposas de Den eran las
reinas Semat, Nakht-Neith y eventualmente
Qua-Neith. También tuvo numerosos hijos e hijas, sus posibles sucesores
sus herederos podrían haber sido rey Anedjib
y rey Semerkhet.
La corte
real de Den también está bien investigada. Tumbas Subsidiarias y mastabas
palaciegas en Sakkara pertenecían a altos funcionarios como IPKA, Ankh-ka, Hemaka, Nebitka, Amka, Iny-ka y Ka-Za. En una
tumba subsidiaria en la necrópolis de Den, se encontró la rara estela de un
enano llamado Ser-Inpu.
El
nombre de nacimiento de Den se leyó mal a veces en época ramésida. La
Tabla Real de Abydos tiene 'Sepatju' escrito con dos símbolos de "distrito". Esto se deriva de los dos símbolos del
desierto que Den originalmente había utilizado. El Canon Real de
Turín se refiere a Qenentj, que es
bastante difícil de traducir. El origen de los jeroglíficos utilizado en el Canon Real de
Turín sigue siendo desconocido. La lista Real de The
Royal mysteriously omits Den
completely. Saqqara omite misteriosamente a
Den completamente.
De acuerdo a los registros arqueológicos, en el comienzo de su
reinado, Den tuvo que compartir el trono con su madre Meritneith durante varios
años. Parece
que él era demasiado joven para gobernar. Por lo tanto Meritneith reinó como regente o faraón de facto
desde hace algún tiempo. Tal curso de acción no era inusual en la antigua historia
egipcia. La
reina Neithhotep puede haber asumido un papel similar antes que Meritneith,
mientras que las reinas como Sobekneferu y Hatshepsut eran gobernantes egipcios
femeninos. La madre de Den fue recompensada con su propia tumba de
dimensiones reales con su propio culto funerario.
Una innovación importante durante el
reinado de Den fue la introducción de la numeración que utilizan los
jeroglíficos. Antes de esto, los eventos
importantes del año sólo representan en los signos y las miniaturas, a veces
guiados por el signo jeroglífico de una panícula palma calva (Renpet), que
significa 'año'. Desde el reinado de Den en adelante, los egipcios utilizaban
jeroglíficos de numeración para una variedad de propósitos, incluyendo el
cálculo de la recaudación de impuestos y para anotar sus eventos anuales.
La mayoría de acontecimientos religiosos y políticos del reinado
de Den se registran en las numerosas etiquetas de marfil y de la inscripción en
la Piedra de Palermo. Las etiquetas muestran avances importantes
en Tipografía y artes. La superficie se separó artísticamente en secciones, cada
una de ellas mostrando los eventos individuales. Por ejemplo, una de estas
etiquetas informa sobre una epidemia que afecta a, Egipto. La
inscripción muestra la figura de un chamán con un vaso indefinido o la urna a
sus pies. Una inscripción cercana comienza con Henu... pero no está claro, si eso
significa disposición o si es la primera sílaba del nombre Henu-Ka (un alto
funcionario).
Museo Británico.Tablilla de marfil h.3000
a.C.
Otra etiqueta, conocida como el Sello de Mac Gregor, muestra la
primera representación completa de un rey egipcio con el llamado tocado Nemes. La imagen muestra a Den
en un gesto conocido como golpeando al enemigo. En una mano Den
sostiene un cetro, en la otra mano agarra un enemigo por su cabello. Gracias a
los rastas y barba cónica del enemigo ha sido identificado como de origen
asiático. Los jeroglíficos
en la parte derecha dicen primera acción de golpear el este. En el lado izquierdo se inscribe el
nombre del alto funcionario Iny-Ka. Parece que Den envió tropas al Sinaí y el desierto del este
en varias ocasiones. Los
nómadas, conocidos por los antiguos egipcios como Iuntju ('pueblos con arcos de
caza'), eran enemigos regulares de Egipto, que a menudo causaban problemas. Ellos son mencionados de nuevo en una inscripción de roca en
el Sinaí bajo el rey Semerkhet, uno de los sucesores de Den.
Den fue enterrado en una tumba ("Tumba T") en la zona de
Umm el-Qa'ab de Abydos, que se asocia con otros reyes de la primera dinastía. La Tumba T es una
de las más grandes y finamente integrada de las tumbas en esta área, y es la
primera en incorporar una escalera y un piso de granito.
La suya fue la primera tumba de un tramo de escaleras que conducen
a ella, las de los reyes anteriores. Es posible que la tumba pudo haber sido utilizada como
almacén para los excedentes de producción durante la vida del rey, mientras que
también hace más fácil añadir ajuar para su uso posterior en la otra vida por
Den.
La Tumba T es también la primera tumba en incluir
elementos arquitectónicos de piedra en lugar de ladrillos de barro. En el diseño original de la tumba, una puerta de madera se
encuentra a mitad de camino por la escalera, y un rastrillo colocado delante de
la cámara funeraria, diseñado para mantener alejados a los ladrones de tumbas. El suelo de la tumba fue pavimentado en
granito rojo y negro de Asuán, el primer uso arquitectónico de piedra dura a
gran escala.
En la entrada de su tumba en
Abydos, construida con bloques de piedra se encontraron dos estelas monolíticas
en las que únicamente aparecía el nombre del rey escrito en un serej, los dos
signos jeroglíficos que componían el nombre eran una mano d (de) y un signo en
zig-zag n (n) que representa el agua.
En su tumba de Abydos se
encontraron múltiples tablillas, unas de madera y otras de marfil, que nos han
permitido conocer no solo acontecimientos del reinado de este rey, sino otros
como lo avanzado de la escritura jeroglífica. En una tablilla de madera de 8 x
5,4 cm. que se encuentra en el British Museum, el texto se lee de derecha a
izquierda y trata del año de un “Festival Sed” y posiblemente de la
construcción de un palacio real. En la parte derecha de la misma se representa
al rey sentado, llevando la “Corona Blanca” del Alto Egipto en el interior de
una capilla y a continuación el mismo rey llevando la doble corona, un mayal y
una vara entre las manos celebrando un jubileo Hed-Sed alrededor de dos
conjuntos de signos hemisféricos peher (correr). En la parte izquierda superior
del serej del rey aparecen los dos signos jeroglíficos con su nombre y a
continuación el nombre y título de Hemaka, “Portador del sello real y
canciller” el cual debió de ser uno de los funcionarios de más relevancia de
este reinado. En el extremo superior izquierdo un rectángulo con signos en su
interior, el último de ellos hace alusión a la palabra “construir”, y debajo
una palabra que significa “Residencia del Rey”. En la parte inferior hay una
serie de caracteres jeroglíficos que hacen alusión al “Trono de Horus”.
Otra tablilla, realizada en
marfil, encontrada en su tumba, registra el primer ataque a Oriente, mostrando
al rey Den con una maza alzada en la clásica postura de los reyes golpeando a
un enemigo extranjero posiblemente asiático, lo que indica que posiblemente el
rey hizo una expedición al Sinaí, encima del vencido el serej con el nombre del
rey.
El total de tablillas
conocidas es de treinta y una, que podríamos considerar anales del rey ya que
hacen referencia a hechos importantes de su vida: “Captura del Toro Salvaje
cerca de la ciudad de Buto”, el “Viaje del Reput por el lago”, el
“alanceamiento de un hipopótamo por parte del rey” etc.
Un objeto personal del rey
fue también encontrado en la tumba de Den, se trata de la tapa de una caja de
marfil que lleva una inscripción que refleja que en ella se guardaba el sello
utilizado por el monarca durante su reinado y del que Hemaka sería su portador.
Durante este reinado se
documenta el culto del Buey Apis.
La Tumba está rodeada de los lugares de
enterramiento de 136 hombres y mujeres que fueron enterrados al mismo tiempo
que el rey. Se le considera criados del rey, un examen de algunos de los
esqueletos sugiere que se estrangularon, haciendo de este un ejemplo de
sacrificio humano que se considera que es común con los faraones de esta
dinastía. Esta práctica, parece haberse
dejado en las posteriores dinastías y sustituidos los criados o servidores por shabtis
tomando el lugar de los cuerpos de las personas reales para ayudar a los
faraones con el trabajo que se espera de ellos en el más allá.
Hay muchas tablillas e
inscripciones en tablillas de piedra con el nombre de este rey y los
acontecimientos más importantes de su reinado. Según Manetón pudo reinar 20
años.
Aparece por primera vez el
título nsw-bit (literalmente: “El que pertenece a la caña y a la abeja”) aunque
sin nombre; su nombre nebti fue Jasety o quizás Semty.
ADJIB hacia 2.925
a.C.
ˁḏ ib (Adyib)
De corazón audaz
De corazón audaz
mr biȝ p
(Merbiap)
El deseado maravilloso
El deseado maravilloso
mr biȝ p n (Merbiapen)
El deseado maravilloso
(L R Saqqara nº 1)
El deseado maravilloso
(L R Saqqara nº 1)
r grg p n (Mergeregpen)
El fundador deseado
(Canon de Turín 2.16)
El fundador deseado
(Canon de Turín 2.16)
mr biȝ p (Merbiap)
El deseado maravilloso
(L R Abidos nº 6)
El deseado maravilloso
(L R Abidos nº 6)
Anedjib, más correctamente Adjib y también conocido como Hor-Anedjib,
Hor-Adjib y Enezib, es el nombre de Horus de un rey egipcio que gobernó durante
la primera dinastía. El antiguo historiador griego Manetón lo nombró
"Miebidos" y le atribuye
un reinado de 26 años, mientras que el Canon Real de Turín le atribuye un
reinado inverosímil de 74 años. Egiptólogos e historiadores
ahora consideran ambos registros exageraciones y, en general se acredita a Adjib
con un reinado de 8-10 años.
Adjib está bien
documentado en los registros arqueológicos. Su nombre aparece en inscripciones de
embarcaciones hechas de esquisto, alabastro, brechas y mármol. Su nombre también se conserva en las etiquetas de
marfil y sellos en vasija de barro. Objetos
que llevan el nombre y los títulos del Adjib provienen de Abidos y Saqqara.
La familia de Adjib sigue
siendo parciamente investigada. Sus padres son
desconocidos, pero se cree que su predecesor, el rey Den, puede haber sido su
padre. Adjib estaba posiblemente casado con una mujer
llamada Betrest. En
la Piedra de Palermo se la describe como la madre del sucesor de Adjib, el rey
Semerkhet. Aún no se ha encontrado una evidencia definitiva. Sería de esperar que Adjib
tuviera hijos e hijas, pero sus nombres no se han conservado en el registro
histórico. Un candidato para ser
un posible miembro de su línea familiar es Semerkhet.
De acuerdo a los registros
arqueológicos, Adjib introdujo un nuevo título real que pensaba utilizar,
escrito con el signo del doble halcón. Significa "Los dos señores" y se refiere a los
patrones estatales divinos Horus y Seth. También
señala simbólicamente al Bajo y el Alto Egipto. Adjib se cree que han legitimado su papel de
rey egipcio con el uso de este título.
Sello de impresión del rey Anedjib.
Impresiones de sellos de
arcilla registran la fundación de la nueva fortaleza real Hor nebw-khet
("Horus, el oro de la comunidad divina") y el real Hor residencia
seba-khet ("Horus, la estrella de la comunidad divina").
Inscripciones en los vasos muestran que durante el reinado de Adjib se hicieron
un número inusualmente grande de estatuas de culto para el rey. Al menos
seis objetos muestran la Representación de estatuas que representan al rey con
su insignia real de pie.
Las inscripciones en roca
muestran y registran que Adjib conmemoró
un primer e incluso una segundo Hebsed (un jubileo trono), una fiesta que se
celebraba la primera vez después de 30 años de reinado de un rey, después se
repite cada 10 años. Pero investigaciones
recientes sugieren que todo objeto que muestra la Hebsed y el nombre de Adjib
juntos fueron retirados de la tumba del rey Den.
Parecería
que Adjib simplemente había borrado y sustituido el nombre de Den con el suyo. Esto es visto por los egiptólogos e historiadores como
prueba de que Adjib nunca celebró un Hebsed y por lo tanto su reinado fue
relativamente corto. Egiptólogos como Nicolás Grimal-Christophe y Wolfgang
Helck asumen que Adjib, como el hijo de Den y heredero legítimo al trono, puede
haber sido bastante viejo cuando ascendió al trono de Egipto. Helck, además, apunta una característica inusual; Todas las imágenes Hebsed de Adjib muestran la notación Qesen
("calamidad") escrito en las escaleras del pabellón Hebsed. Posiblemente el final del reinado de Adjib era violento.
El lugar
de enterramiento de Adjib fue excavado en Abydos y es conocido como "Tumba
X". Mide 16,4 x 9,0
metros y es la más pequeña de todas las tumbas reales en esta área. La tumba de Adjib tiene su
entrada en el lado este y una escalera conduce dentro. La cámara funeraria
está rodeada por 64 tumbas subsidiarias y simplemente divididas por un muro de
corte en dos salas. Hasta el final de la primera dinastía,
parece haber sido una tradición que la familia y la corte del rey se suicidaba
(o murieron) y luego fueron enterrados junto a su necrópolis.
Mapa de la tumba de Anedjib.
La más
pequeña de las dos cámaras contenía varios sellos de cilindro y
probablemente era una cámara de almacenamiento. La cámara funeraria estaba
hecha de tablones de madera colocados en la arena del desierto sin ninguna otra
base. Algunos de estos tablones estaban bien conservados. El techo de
la cámara estaba sostenido por postes de madera, uno de los cuales fue
encontrado intacto por los excavadores.
SEMERKHET hacia 2.900
a.C.
s mr ẖt (Semerjet)
El amigo atentog
El amigo atentog
iri nbti (Iri nebti)
(British Museum)
(British Museum)
smsw (Semsu)
Semsu, El mayor
(L R Abidos nº 7)
Semsu, El mayor
(L R Abidos nº 7)
s m s m (Semsem)
Semsem
(Canon de Turín 2.17)
Semsem
(Canon de Turín 2.17)
Etiqueta de marfil de Semerkhet, en
exhibición en el Museo Británico. La sección de la derecha,
introducida por el signo "año" de Renpet (un tallo de palma
calva), informa, de arriba abajo, una fiesta de la corteza de Sokar, una visita
al templo de la deidad ancestral, Wer-Wadyt, y el viaje en un barco real. La
parte izquierda de la etiqueta muestra el nombre del
trono Iry-Nebty de Semerkhet con un deseo de bendición a
continuación. En la esquina superior izquierda se describe el contenido
del frasco, al que una vez se ajustó la etiqueta. También se conserva el nombre
del alto oficial Henuka, que obviamente fue el responsable de la entrega
del frasco mencionado.
Semerkhet es el nombre de Horus de un rey
egipcio que gobernó durante la primera dinastía.Esta regla se hizo conocida a través de una leyenda trágica
dictada por el antiguo historiador griego Manetón, que informó de que una
calamidad de algún tipo se produjo durante el reinado de Semerkhet. Los registros arqueológicos parecen apoyar la opinión de que
Semerkhet tuvo un momento difícil como rey y algunos arqueólogos tempranos
incluso pusieron en duda la legitimidad de la sucesión de Semerkhet al trono
egipcio.
Manetón
le atribuye un reinado de 18 años, mientras que el Canon Real de Turín le
atribuye un inverosímil largo reinado de 72 años. Egiptólogos e historiadores
consideran ahora ambas declaraciones como exageraciones y acreditan a Semerkhet
con un reinado de 8 1/2 años.Esta evaluación se
basa en la inscripción de Estela del Cairo, donde se ha registrado el reinado
completo de Semerkhet. Además, señalan
los registros arqueológicos, que refuerzan la opinión de que Semerkhet tenía un
relativamente corto reinado.
Jarrón de alabastro de Semerkhet, la
inscripción dice: El rey Iry-Nebty visita la casa del rey complacido, con
sus botes de aceite, Museo Arqueológico Nacional (Francia)
Semerkhet está bien documentado en los registros arqueológicos. Su nombre aparece en inscripciones de embarcaciones hechas
de esquisto, alabastro, brechas y mármol. Su nombre también se conserva en las etiquetas de marfil y
sellos vasija de barro. Objetos que llevan el nombre y los títulos del Semerkhet
provienen de Abidos y Saqqara.
El nombre
serekh de Semerkhet se traduce comúnmente como "compañero de la comunidad
divina" o "amigo reflexivo". La última traducción es cuestionada por muchos estudiosos,
ya que el jeroglífico khet (Gardiner-signo F32) normalmente era el símbolo de
"cuerpo" o "comunidad divina".
El nombre
de nacimiento de Semerkhet es más problemático. Cualquier objeto que muestra el
nombre de nacimiento carece curiosamente de ningún detalle artístico del signo
jeroglífico utilizado: un hombre que camina con la capa ondeando o falda, un
tocado Nemes y un palo largo, liso en sus manos. La lectura y el significado de este
signo especial es muy discutida.
Egiptólogos
como Toby Wilkinson, Bernhard Grdseloff y Jochem Kahl leen Iry-Netjer, que
significa "Él pertenece a los dioses". Esta palabra se escribe a menudo con las vocales individuales cercanas el
ideograma del hombre. Algunas etiquetas de marfil muestran el nombre Nebty escrito
con el inicio de sesión único de una boca (Gardiner-signo D21). Por lo tanto, leer el nombre del trono de Semerkhet como Iry
(que significa "uno de ellos / él que pertenece a...") y el nombre
Nebty como Iry-Nebty (que significa "El que es de las dos señoras").
Esta
reconstrucción se ve reforzada por la observación de que Semerkhet fue el
primer rey con el título Nebty en su forma final. Por
razones desconocidas Semerkhet no utilizó el Nebuytitle de su predecesor. Parece que se
sentía conectado con los 'Dos señoras, un título que se refiere a las diosas
Nekhbet y Wadjet, ambas son el equivalente femenino de Horus y Seth. El título Nebty fue
pensado para funcionar como una adición al título Nisut-Bity.
Escribas y sacerdotes de la era Ramessida también estaban confundidos,
porque el ideograma arcaico que se utilizó durante la vida de Semerkhet era muy
similar a la señal de un anciano con un bastón (Gardiner signo A19). Esto había
sido leído como Semsu o Sem y significa "el mayor". Fue utilizado como un título
identificar a alguien como el jefe de la casa.
Debido a
esta incertidumbre, parece que el compilador de la lista de reyes de Abidos
simplemente trataba de imitar la figura original, mientras que el autor del
Canon Real de Turín parece haber sido convencido acerca de la lectura como el
signo A19 Gardiner y escribió Semsem con vocales individuales. La Lista Real de Sakkara
omite el nombre del trono de Semerkhet. La razón de esto es
desconocida, pero todos los reyes desde Narmer hasta el rey Den también perdieron
sus nombres de trono.
Prácticamente
nada se sabe acerca de la familia de Semerkhet. Sus padres son desconocidos, pero se cree que uno de sus
predecesores, el rey Den, podría haber sido su padre. Semerkhet posiblemente nació de la reina Betrest. En la Piedra del Cairo se la describe como su madre. Aún no se ha encontrado evidencia definitiva para esto. Sería
de esperar que Semerkhet tuviera hijos e hijas, pero sus nombres no se han
conservado en el registro histórico. Un candidato para un posible miembro
de su línea familiar es su inmediato sucesor, el rey Qa'a.
Una vieja teoría, apoyada por los egiptólogos e historiadores como
Jean-Philippe Lauer, Walter Bryan Emery, Wolfgang Helck y Michael Rice, una vez
sostuvo que Semerkhet era un usurpador y no el heredero legítimo al trono. Su
hipótesis se basa en la observación de que una serie de vasijas de piedra con
el nombre del Semerkhet en ellas fueron inscritas originalmente con el nombre
del rey Adjib. Semerkhet simplemente borró el nombre de Adjib y la sustituyó por el suyo propio. Además, señalan que ningún alto funcionario y sacerdote
asociado con Semerkhet se encontró en Sakkara. Todos los otros reyes, como Den
y Adjib, son atestiguados en mastabas locales.
Hoy en día esta teoría tiene poco apoyo. Egiptólogos como Toby
Wilkinson, IES Edwards y Winifred Needler niegan la "teoría de usurpador ', porque el nombre de Semerkhet es
mencionado en las inscripciones de los vasos de piedra junto con los de Den,
Adjib y Qa'a. Se encontraron con los objetos en las
galerías subterráneas debajo de la pirámide escalonada del rey Zoser en
Sakkara.
Las inscripciones muestran que el rey Qa'a,
sucesor inmediato de Semerkhet, aceptó a Semerkhet como ancestro legítimo y
heredero al trono. FPor otra
parte, los egiptólogos señalan que casi todos los reyes de la primera dinastía
tenían el hábito de tomar vasos especiales (los llamados «barcos aniversario ')
de la tumba de su predecesor y luego volvían a colocar el nombre de su
predecesor con los suyos.
Semerkhet no sólo confiscó los barcos de Adjib, en su tumba se
encontraron también varios artefactos de la necrópolis de la reina Meritneith y
el rey Den. La falta de tumba de
cualquier alto funcionario de Sakkara se podría explicar bien por el corto
reinado de Semerkhet. Parece que el único funcionario conocido de Semerkhet, Henu-Ka, había
sobrevivido a su rey: Su nombre aparece en las etiquetas de marfil de Semerkhet
y la tumba de Qaa.
Las impresiones del sello de enterramiento de Semerkhet muestran el
nuevo dominio real Hor wep-khet (que significa "Horus, el juez de la
comunidad divina") y el nuevo hogar privado Hut-Ipty (que significa
"casa del harén"), que fue encabezada por el esposas de Semerkhet. Dos etiquetas de marfil muestran la anual “Acompañante de
Horus', una fiesta conectada a las recaudaciones de impuestos regulares. Otras etiquetas informan de la celebración del culto de la
deidad de los antepasados, Wer-Wadyt ("el gran blanco"). Y más etiquetas muestran la celebración
de un primer (y única) fiesta Sokar.
Mientras que la Piedra del Cairo informa la totalidad del reinado de
Semerkhet, por desgracia, la superficie de la losa de piedra está muy
desgastada y la mayoría de los eventos ahora son ilegibles.
Egiptólogos e historiadores prestan
especial atención a la entrada "Destrucción de Egipto" en la segunda
ventana de registros de años de Semerkhet. La inscripción no da más información
sobre el evento. Pero tiene un parecido
con el informe de la de Manetón. La versión de Eusebio dice: Su hijo, Sememspes, que reinó
durante 18 años en su reinado una gran
calamidad cayó sobre Egipto. La
versión armenia suena similar: Mempsis, annis XVIII. Debajo de él muchos portentos pasaron
y se produjo una gran pestilencia."). Misteriosamente ninguno de los documentos a partir de
después del reinado de Semerkhet es capaz de informar qué tipo de
"calamidad" tuvo lugar bajo Semerkhet.
La Tumba
El lugar de enterramiento de Semerkhet fue
excavado en 1899 por el arqueólogo y egiptólogo Sir William Matthew Flinders
Petrie en Abydos y es conocido como "la tumba U". Mientras excavaban, Petrie encontró escaleras como lo hizo
en la necrópolis de Den y Adjib. Encontró una rampa de cuatro metros de ancho y que conduce
directamente a la cámara principal. La rampa se inicia alrededor de diez metros al
este fuera de la tumba y tiene una inclinación de bajada de 12°.
Los eruditos ahora creen que la tumba de
Semerkhet fue reabierta y restaurada cuando sacerdotes y reyes ramésidas vieron
el sepulcro del rey Djer como el entierro ritual de la cabeza de Osiris. Los hallazgos en el interior de la
cámara principal incluyen objetos preciosos, como los embutidos y fragmentos de
muebles (especialmente los pedestales), armaduras de cobre a medida y las joyas
hechas de ébano, amatista y turquesa. También se encontraron algunos barcos procedentes de
Levante. Ellos
una vez contuvieron hidrocarburos Bescha, lo cual fue de gran valor para los
egipcios. Fuera de la tumba,
cerca de la entrada, se excavó una estela dañada hecha de granito negro que
muestra el nombre de serekh Semerkhet.
Fragmento
de cerámica que muestra el nombre de serekh Semerkhet
La cámara funeraria mide 29,2 x 20,8
metros y es de construcción simple. Petrie encontró
que la mastaba del rey una vez cubrió la totalidad de las tumbas subsidiarias. Ahora el entierro real forma
una unidad con las 67 tumbas subsidiarias. Egiptólogos como Walter Bryan Emery y Toby Wilkinson ven este desarrollo
arquitectónico como prueba de que la familia real y los servidores fueron
asesinados cuando había muerto su jefe de la familia real. Wilkinson va más allá y considera que Semerkhet, como el rey
divino, trató de demostrar su poder sobre la muerte y la vida de sus siervos y
miembros de la familia, incluso en su vida futura. La tradición de enterrar a la
familia y la corte del rey cuando moría fue abandonada por su sucesor el rey
Qaa, uno de los últimos gobernantes de la primera dinastía.
Mapa de la tumba de Semerkhet en Umm
el-Qa'ab
QAA hacia 2,890
a.C.
ḳȝ ˁ (Qaa)
Su brazo está alzado
(P. Kaplony)
Su brazo está alzado
(P. Kaplony)
nb.ti qA-a
Nebti Qa`a
Nebti Qa`a
ḳȝ ˁ (Qaa). s n (Sen). s n (Sen)
Su brazo está alzado. Hermano.
Su brazo está alzado. Hermano.
ḳ b ḥ (Qebeh)
Qebeh
(L R Abidos nº 8)
Qebeh
(L R Abidos nº 8)
ḳ b ḥ w (Qebehu)
Qebehu
(L R Saqqara nº 2)
Qebehu
(L R Saqqara nº 2)
Su nombre nbty Kebehu, fue el
último rey de la I Dinastía y su reinado se fija en treinta y tres años según
las listas del Reino Nuevo y de la Piedra de Palermo, según Manetón reinó
veintiséis años, celebró una fiesta Sed.
Los padres
de Qa'a son desconocidos, pero se cree que su
predecesor, Anedjib o Semerkhet, era su padre, ya que era
tradición dejar el trono al hijo mayor. Si Manetón sugirió correctamente
(recordando la tradición), Semerkhet era el padre.
No se sabe
mucho sobre el reinado de Qa'a, pero parece que reinó durante mucho tiempo
(alrededor de 33 años). Varias inscripciones de vasijas de piedra mencionan
un segundo festival de Sed para Qa'a, que apunta a al menos 33 años
de reinado. El primer festival generalmente no se celebraba antes de los
30 años de reinado, y los festivales posteriores se podían repetir cada tercer
año. La piedra de Palermo solo menciona el año de la
coronación y algunos de los eventos culticos habituales que se celebraban
bajo cada rey. Las numerosas etiquetas de marfil que datan
de su reinado también mencionan solo los arreglos típicos, como representar y
contar las ofrendas funerarias y las posesiones personales del
rey. Varias tumbas de altos funcionarios mastaba datan del
reinado de Qa'a:
Merka (S3505), Henuka (entierro
desconocido), Neferef (entierro también desconocido)
y Sabef (enterrado en la necrópolis real de Qa'a).
A pesar del
largo y próspero reinado de Qa'a, la evidencia muestra que después de su
muerte, una guerra dinástica entre diferentes casas reales comenzó sobre el
nuevo trono vacío. En la tumba del alto oficial Merka, se
encontró un recipiente de piedra con el nombre de un
rey Sneferka. No está claro si "Sneferka" era un nombre
alternativo de Qa'a o si era un gobernante separado y efímero. Egiptólogos
como Wolfgang Helck y Toby Wilkinson señalan a otro misterioso gobernante
llamado "Horus Pájaro", cuyo nombre se encontró en fragmentos de
buques que datan del final de la primera dinastía. Se postula que Sneferka
y Horus Bird lucharon por el poder y que Hotepsekhemwy terminó la
lucha y finalmente ascendió al trono de Egipto, iniciando así la Segunda
dinastía. Claves fuertes de esa teoría son rastros de graves robos e
incendios que se encuentran en las tumbas reales de Abydos. Los sellos de
arcilla de Hotepsekhemwy encontrados en la tumba de Qa'a sugieren que restauró
la tumba o enterró a Qa'a, tal vez en un intento de legitimar su
gobierno.
Bajo Qa'a los funcionarios Merka y Sabef
tenían altos cargos en la administración del palacio.
Qa'a tenía
una tumba bastante grande en Abydos, que mide 98.5 X 75.5 pies o 30 X
23 metros. El gran tamaño del sitio de entierro de este gobernante en
Abydos admite un reinado prolongado. Esta tumba fue excavada por
arqueólogos alemanes en 1993 y demostró contener 26 entierros satélites (es decir,
sacrificios). Una impresión del sello que llevaba el nombre
de Hotepsekhemwy fue encontrada cerca de la entrada de la tumba de
Qa'a (Tumba Q) por el Instituto Arqueológico Alemán a mediados de los años
noventa. El descubrimiento de la impresión del sello ha sido interpretado
como evidencia de que Qa'a fue enterrada, y por lo tanto tuvo éxito,
por Hotepsekhemwy, el fundador de la segunda dinastía de Egipto, como
afirma Manetón. La hermosa tumba de la estela de Qa'. Museo de Arqueología
y Antropología de la Universidad de Pensilvania.
La tumba de
uno de los funcionarios estatales de Qa'a en Saqqara, un cierto noble llamado
Merka, contenía una estela con muchos títulos. Hay un segundo
festival de sed certificado. Este hecho, más la alta calidad de varias estelas
reales que representan al rey, implica que el reinado de Qa'a fue un período de
tiempo bastante estable y próspero.
También se
han descubierto varios sellos que datan de su reinado en el sitio de entierro
de la Primera Dinastía de Umm el-Qa'ab en Abydos. Se cree que
Qa'a gobernó Egipto alrededor de 2916 a.C. Un plato inscrito con el nombre
y los títulos de Qa'a fue descubierto en la tumba
de Seth-Peribsen (Tumba P de Petrie).
Mapa de la tumba de Qa'a. Tenga en
cuenta el entierro subsidiario alrededor de la cámara principal.
Sneferka es
el nombre de un antiguo rey egipcio que pudo
haber gobernado al final de la primera dinastía. La duración exacta
de su reinado es desconocida, pero se cree que fue muy corta y su posición
cronológica no está clara.
El nombre
serekh de Sneferka es el objeto de las investigaciones actuales, debido al
inusual orden tipográfico de los signos jeroglíficos dentro del
serekh. Esto llevó a varias lecturas diferentes: su nombre se lee
como Seneferka, Sneferka, Neferseka y Sekanefer. El nombre
de serekh "Sneferka" aparece en varios barcos de esquisto y alabastro. Uno
fue encontrado en la mastaba del alto oficial Merka que sirvió bajo
el rey Qa'a; una segunda en las galerías subterráneas de la pirámide
escalonada del rey Djoser (tercera dinastía) y el tercero fue
encontrado en una mastaba anónima, también en Sakkara. Un cuarto artefacto
con el nombre de Sneferka se encuentra en la colección privada de
Georges-Michailidis, pero su autenticidad es cuestionada por arqueólogos y egiptólogos,
ya que su origen es desconocido. Además, la inscripción en el objeto
Michailidis es un serekh sin Horus-halcón, que es altamente inusual para
cualquier artefacto egipcio de ese período de tiempo.
Junto al
serekh de Sneferka, las inscripciones mencionan varias instituciones y lugares
ya conocidos gracias a los hallazgos que datan del reinado de Qa'a. Se
llaman Qau-Netjeru ("Elevaciones de los dioses")
y Ah-Netjer ("Palacio divino") y aparecen en varias
inscripciones de vasijas de piedra de la tumba de Qa'a en Abydos. Egiptólogos
como Peter Kaplony concluyen que las inscripciones demuestran una
adyacencia cronológica al rey Qa'a o que el nombre "Sneferka" era un
nombre alternativo que Qa'a llevaba por un corto tiempo.
Dos artefactos de
diferentes orígenes muestran el serekh de un rey, cuyo nombre está muy
disputado, porque el signo jeroglífico que se usa para escribir
el nombre del rey es casi ilegible. Como al menos se reconoció la
representación de un ave, el rey en cuestión se llama "Horus Pájaro". Egiptólogos
como Wolfgang Helck y Peter Kaplony creen que Sneferka y "Horus
Pájaro" lucharon entre sí para ganar el trono de Egipto. Las luchas
alcanzaron su punto máximo en el saqueo del cementerio real de Abydos, que por
lo tanto fue abandonado. La lucha por el trono posiblemente fue terminada
por el fundador de la segunda dinastía, el rey Hotepsekhemwy. Una
evidencia que apoya esta teoría es el nombre Horus de Hotepsekhemwy que
significa "Las dos potencias están reconciliadas", y podría
estar relacionada con una reunificación del reino egipcio después de un período
de discordia.
Fragmento de pizarra con el serekh de
Sneferka de Saqqara
En
contraste, el egiptólogo Kim Ryholt cree que Sneferka gobernó durante
la segunda dinastía y se identificó con Neferkara I, como lo demuestran
las fuentes de Ramesside. Señala la circunstancia de que los
escribas de Ramesside a menudo agregaron el símbolo del sol a los nombres de
los primeros reyes dinásticos, ignorando el hecho de que el sol aún no era un
objeto de adoración divina en ese momento temprano. Para apoyar su punto
de vista, Ryholt apunta a nombres de cartela como Neferkara II y Nebkara
I, que representan a los primeros reyes y contradictoriamente tienen un símbolo
solar en sus nombres. Egiptólogo Aidan Dodson piensa por igual y
señala el hecho, que casi todos los serekhs de Sneferka están hechos "en
borrados", lo que lleva a la conclusión de que Sneferka usurpó los vasos
de Qa'a. Este comportamiento fue típico de los reyes que gobernaron un poco
más tarde que el propietario original de los artefactos reutilizados y que
gobernaron solo por un tiempo muy breve.
Horus Pájaro, también
conocido como Horus-Ba, es el nombre de un faraón que
pudo haber tenido un reinado muy corto entre la primera dinastía y
la segunda dinastía de Egipto.
Hay muy
pocas fuentes de nombres confiables para Horus-Bird. La primera
declaración conocida de este rey puede ser un serekh con un ave sin detalles
encontrada por F. Petrie en la tumba de Qa'a en Abydos. Otra
inscripción más legible que muestra un serekh con un ave se encontró más tarde
en un fragmento de la embarcación PD IV n.108 en el complejo piramidal
de Djoser en Saqqara. Una inscripción en el jarrón shist PD
IV n97 del complejo piramidal de Djoser también podría referirse
a Horus-Bird.
Dado que el
signo jeroglífico está escrito de manera tan errática, la lectura posiblemente
correcta sigue siendo incierta. Mientras egiptólogos como Wolfgang Helck y
Peter Kaplony ven una representación de un ganso, leen el nombre como Sa (que
lo convertiría en un "Hijo de Horus") o como Geb (eb) (que lo
convertiría en un "Heredero de Horus"). ”). El egiptólogo
Nabil Swelim en cambio ve una representación de una cigüeña de pico sastre y
lee a Ba (convirtiéndola en un "Alma de Horus").
Se sabe muy
poco sobre el rey Horus-Bird. Las pocas evidencias arqueológicas apuntan
a la existencia de uno o más gobernantes efímeros después de la muerte
de Qa'a y antes de Hotepsekhemwy, de los cuales Horus-Bird
pudo haber sido uno.
Egiptólogos
como Černý y Peter Kaplony piensan que Horus-Bird podría
ser idéntico al igualmente atestiguado Rey Horus-Ba. De hecho, este
gobernante escribió su nombre con el signo de la pierna o los signos de la
pierna y el carnero, que decían "Ba". Černý y Kaplony piensan
que el pájaro en el serekh de Horus-Bird es el signo del ganso con la misma
transcripción, "Ba". En este caso, Horus-Ba y Horus
"Pájaro" podrían ser la misma figura histórica. La teoría de Černý
y Kaplony no es comúnmente aceptada, la presencia de Serekh de Horus-Bird en la
tumba de Qa'a apuntando más bien a un interregno con Horus-Bird entre
la primera y la segunda dinastía.
El sitio de
entierro de Horus-Bird es desconocido.
El nombre de Horus de
"Horus-Bird" inscrito en el fragmento PDIV n.108 encontrado
en el complejo piramidal de Djoser en Saqqara.
EL CEMENTERIO REAL DE ABYDOS
La naturaleza de la
primitiva civilización egipcia se ve expresada, principalmente, a través de la
arquitectura monumental; en especial, en las tumbas reales y en los recintos funerarios
de Abydos, así como en las grandes tumbas de altos cargos en el norte de
Saqqara.
Los estilos formales
característicos del arte egipcio ya surgieron en los períodos Naqada
III/Dinastía 0 y a principios del Período Dinástico. Lo que es auténticamente
egipcio de la arquitectura monumental y del arte conmemorativo - como es el
caso de la Paleta de Narmer – es su reflejo del incondicional apoyo de la
Corona a artífices y artesanos de plena dedicación.
Los objetos encontrados en
tumbas reales y en las de élite nos hacen pensar en una artesanía de altísima
calidad. Como ejemplos, podemos citar un disco de esteatita con una escena
incrustada de alabastro, que representa a dos perros sabuesos cazando gacelas,
procedente de la tumba 3035, en Saqqara, y brazaletes hechos con cuentas de
oro, turquesa, amatista y lapislázuli, procedentes de la tumba del Rey Djer en
Abydos.
De forma similar se
observa un alto nivel de artesanía en los objetos de marfil y ébano, así como
en los útiles de cobre y recipientes encontrados en tumbas de élite, reflejo
todo ello del mecenazgo de la Corte. La presencia de artefactos de cobre en
tumbas quizás pudo haber sido el resultado de incursiones reales a minas de
cobre en el Desierto Oriental, junto a un incremento del comercio con regiones
mineras de ese mineral en el Negev/Sinaí, aparte de la expansión del trabajo en
cobre por todo Egipto.
Aunque en un principio se
pensó que los gobernantes de la Dinastía I habían sido enterrados en Saqqara
Norte, donde el antropólogo británico Bryan Emery había excavado grandes
superestructuras de ladrillos de barro crudo con elaboradas fachadas de
hornacina, ahora la mayoría de eruditos cree que dichas tumbas pertenecían a
altos funcionarios de la Dinastía I y Dinastía II, y que el cementerio real de
la zona de Umm el-Qa’ab es el verdadero lugar de enterramiento de sus reyes.
Solamente en Abydos existe
un reducido grupo de tumbas grandes que corresponden a reyes y a una reina de
esta dinastía, y sólo en Abydos se encuentran restos de recintos funerarios de
todos los gobernantes de esta dinastía, menos uno, lo que quedó demostrado por
el Egiptólogo australiano Doctor David O’Connor, Profesor en la Universidad de
Nueva York homenajeado en 2007 por el Consejo Superior de Antigüedades de
Egipto con sus excavaciones durante los años 80 y 90.
Lo que es de una evidencia
cristalina en el Cementerio Real de Abydos es cómo se encuentra simbolizada la
ideología de la realeza en el culto funerario. El desarrollo de la arquitectura
monumental simboliza un ordenamiento político de otras dimensiones, con una
religión estatal encabezada por un dios-rey que legitima el nuevo orden
político.
A través de la ideología,
y su material forma simbólica presente en las tumbas, las creencias
relacionadas con la Muerte nos reflejan una organización social jerarquizada de
las personas, y un estado controlado por el rey; una transformación motivada políticamente de un sistema basado
en la creencia de consecuencias directas en el sistema socio-económico.
Al rey se le dispensaba el
enterramiento más ostentoso y refinado, como correspondía a su rol simbólico de
mediador entre los poderes del Más Allá y sus súbditos fallecidos que, junto a
la creencia en un orden terrenal y cósmico, habrían dotado al primitivo estado
dinástico de una cierta cohesión social.
Durante los años 90, Émile
Amélineau excavó siete complejos de tumbas que más adelante serían re-excavadas
por Petrie que correspondían a otros
tantos monarcas: Djer, Djet, Den, Anedjib, Semerkhet, Qa’a, y a la reina Merneith
que podría haber sido madre de Den, e incluso ejercer como regente a principios
del reinado. Estas tumbas no sólo fueron saqueadas sino también destruidas por
el fuego de forma intencionada. Durante el Imperio Medio, las tumbas se
re-excavaron y reconstruyeron para el culto de Osiris, y la tumba de Djer fue
reconvertida en un cenotafio del dios.
Con esta historia como
marco, impresiona que sólo el trabajo de Petrie de 1899-1901, y las posteriores
excavaciones llevadas a cabo por el Instituto Arqueológico Alemán a partir de
1970, hayan hecho posible la reconstrucción de estas primitivas tumbas.
Aunque de estas tumbas
sólo quedan cámaras subterráneas hechas de ladrillo de barro crudo, las tumbas
estuvieron originalmente techadas, y probablemente cubiertas con un montículo
de arena frente al que habrían sido colocadas estelas de piedra con el nombre
real esculpido, de las que quedan algunas muestras. Cada tumba real estaba
rodeada de filas de tumbas subsidiarias.
En la zona nordeste del
Cementerio Real, conocida como Cementerio B, se encuentra el complejo del rey
Aha, convencionalmente considerado en la actualidad como el primer rey de esta
Dinastía I.
En el Cementerio B,
también hay tumbas que han sido identificadas por Werner Kaiser como las de los
tres últimos reyes de la Dinastía 0: Iri-Hor,
Ka y Narmer. Estas tumbas están formadas por cámaras dobles, mientras
que las del complejo de Aha están formadas por varias cámaras separadas,
construidas en tres fases, con un cierto número de enterramientos subsidiarios
al nordeste.
Aunque saqueada, en la
tumba de Aha se puede apreciar una nueva dimensión en los enterramientos. Hay
restos de grandes capillas de madera en tres cámaras, y treinta y tres
enterramientos subsidiarios, con restos de varones jóvenes de entre 20 y 25 años
que, muy probablemente, habrían sido sacrificados cuando su rey fue enterrado.
Cerca de estas tumbas subsidiarias, se han encontrado restos de enterramientos
de, al menos, siete leones de corta edad.
Todos los demás
enterramientos reales de la Dinastía I de Abydos tienen tumbas subsidiarias con
ataúdes de madera, si bien este período es el único del Antiguo Egipto en que
se sacrificaron seres humanos para los enterramientos reales.
La afirmación de la autora
de este ensayo, la Profesora Kathryn A.Bard, de que el período que nos
concierne, es decir la Dinastía I, “es el único del Antiguo Egipto en que se
sacrificaron seres humanos para los enterramientos reales” parece implicar que
estos hechos sólo ocurrieron durante la Dinastía I, y nunca antes.
Esto, dicho así, no parece
encajar con lo que la Profesora Béatrix Midant-Reynes, nos comenta:
“Ya Petrie apuntó la posibilidad de la existencia de sacrificios
humanos, y tenemos dos casos identificados en Adaïma con clara evidencia de
gargantas seccionadas y decapitación. Aunque escasa y dispersa, esta posible
evidencia de sacrificio auto-infringido podría representar el preludio de los
sacrificios humanos masivos alrededor de las tumbas reales de principios del
Período Dinástico, en Abydos, que marcaron el punto de inflexión en el
nacimiento de la realeza egipcia en el Período Dinástico”.
A menos que, en efecto,
los sacrificios humanos masivos alrededor de las tumbas reales sólo se
practicasen en la Dinastía I. Este es el punto que, en mi humilde opinión,
queda algo impreciso.
Y, terminado el inciso, la
Doctora Nancy Lovell, antropóloga biológica norteamericana, Catedrática de
Antropología de la Universidad de Alberta, que ha examinado los esqueletos de
algunas de estas tumbas subsidiarias, sugiere que sus dientes muestran señales
de muerte por estrangulamiento. Es posible que altos cargos, sacerdotes,
criados y domésticas fuesen todos sacrificados para servir al rey en la otra
vida.
Toscas estelas grabadas
con los nombres de los difuntos, acompañaban a muchos de estos enterramientos
en los que se encuentran cacharros, vasijas de piedra, útiles de cobre y
objetos de marfil.
También se han encontrado
en estas tumbas, enanos probablemente contratados para divertir al rey y perros
de caza o animales de compañía.
La tumba de Djer es la que
contiene el mayor número de tumbas subsidiarias (unas 338) mientras que, en
general, en las tumbas posteriores, sólo aparecen unas cuantas, por lo que al
parecer, por razones que se desconocen, esta práctica se extinguió después de la
Dinastía I. Más adelante se aceptaron como substitutos válidos a pequeñas
estatuas de sirvientes a las que siguieron los shabtis, figurillas
funerarias que acompañaban al difunto en su viaje.
Todas las tumbas de la
Dinastía I tenían una capilla de madera en el lugar del enterramiento. La mayor
es la de Djer, con una superficie de unos 70 x 40 metros, incluyendo los
enterramientos subsidiarios dispuestos en filas.
La sepultura real estaba
colocada en el centro de una cámara revestida de ladrillo de barro crudo de 18
x 17 metros (306 m² de superficie de suelo) y 2’6 m de profundidad, con muretes
bajos perpendiculares a sus tres lados, formando cámaras de almacenamiento
separadas.
Aunque esta tumba acabó
convirtiéndose en una capilla para el dios Osiris, Petrie aún pudo encontrar un
brazo envuelto en lino con brazaletes que, aparentemente, procedían del
entierro original. El brazo acabó desapareciendo, pero los brazaletes se
conservan en el Museo de El Cairo.
Para el reinado del rey
Den, a mediados de la Dinastía I, ya se observa una innovación importante en el
diseño de tumbas reales: El acoplamiento de una escalera de acceso, lo que
hacía posible su construcción, incluyendo el techado, mientras el monarca
permanecía vivo, facilitando, además, su ejecución dentro de hoyos de gran
profundidad.
A mitad de camino de la
escalera, había una puerta de madera y, tras ella, justo a la entrada de la
cámara sepulcral, una compuerta bloqueaba la entrada a los posibles saqueadores
de tumbas.
La tumba y los 136
enterramientos subsidiarios ocupaban una superficie de 53 x 40 m, y la propia
cámara sepulcral cubría unos 15 x 9 metros de superficie de suelo y tenía una
profundidad de 6 m.
El diseño y la decoración
de la tumba son los más exquisitos de Abydos; los suelos estaban pavimentados
con planchas de granito rojo y negro de Aswan, siendo éste el primer caso
conocido del uso de esta durísima piedra a gran escala.
Un pequeño habitáculo al
sureste, con su propia escalera de acceso, pudo haber sido un antiguo serdab;
cámara donde se colocaban estatuas del finado.
Las excavaciones llevadas
a cabo por el Instituto Arqueológico Alemán en zonas de escombros de anteriores
excavaciones, indican que entre los objetos funerarios encontrados se halla una
multitud de recipientes con impresiones de sellos, vasijas de piedra, etiquetas
con inscripciones y otros artefactos tallados de marfil y ébano, así como
incrustaciones procedentes de cajas o muebles.
Al sur de la cámara
funeraria, las cámaras subsidiarias, inusualmente largas, contenían jarras que,
probablemente, en su día, habrían contenido vino.
En un enterramiento
posterior, perteneciente al rey Semerkhet, Petrie descubrió la rampa de acceso
no una escalera como en el caso de la tumba de Den completamente saturada de un aceite aromático
hasta una altura de tres pies. Casi 5.000 años después del enterramiento, el
perfume era tan intenso que impregnaba toda la tumba.
En la tumba perteneciente
al último rey de la Dinastía I, Qa’a, y durante la re-excavación realizada por
el mencionado Instituto alemán, se encontraron treinta etiquetas cuyas
inscripciones describían la entrega del aceite. Lo más probable es que este
aceite fuese importado de Siria o Palestina, y que hubiese sido obtenido de
frutos o resinas de árboles locales.
La presencia de tan enorme
cantidad de aceite en la tumba de Semerkhet quizás durante la ceremonia
funeraria ciertamente parece sugerir la existencia de un comercio exterior a
gran escala, totalmente controlado por la Corona, así como la enorme
importancia que tan lujosa mercancía tenía en los entierros reales.
Las tumbas reales de
Abydos están ubicadas en el bajo desierto (Umm el-Qa’ab). Al nordeste, junto al
borde del cultivo, se encuentran unos recintos funerarios, llamados
“fortalezas” por los antiguos excavadores, donde el culto de cada rey podría
haber sido perpetuado por sacerdotes u otro personal después de su
enterramiento en la tumba real, como se acostumbraba a hacer en posteriores
complejos mortuorios reales.
El recinto funerario mejor
conservado, conocido actualmente como Shunet el-Zebib, perteneció al rey
Khasekhemwy, de la Dinastía II. Sus muros de hornacina interiores se siguen
conservando hasta una altura de entre 10 y 11 metros, cubriendo una superficie
de alrededor de 124 m x 56 m.
En 1988, O’Connor descubrió
un gran túmulo de arena y grava cubierto con adobe, de planta más o menos
cuadrada, dentro del recinto. Este túmulo se encontraba situado cerca de la
misma zona donde se alzaba la Pirámide Escalonada del complejo funerario del
Rey Djoser, en Saqqara, de la Dinastía III, que empezó como una mastaba de
estructura baja y no fue hasta la cuarta etapa cuando se convirtió en una
estructura escalonada. Los dos complejos de Khasekhemwy y Djoser estaban
rodeados de enormes muros de cerramiento de hornacina con sólo una entrada en
el sureste.
El complejo del Rey Djoser
se construyó unos 40 o 50 años después del de Khasekhemwy, y el túmulo de
Shunet el-Zebib podría evidenciar una estructura o túmulo “proto-pirámide”.
No se sabe si los túmulos
de Abydos se construyeron en los recintos funerarios de principios de la
Dinastía I, pero es muy posible que ocurriese así. En consecuencia, la
evolución del culto mortuorio real y su aspecto monumental se pueden claramente
apreciar en Abydos.
Para la Dinastía III, el
culto funerario real ya daba muestras de la existencia de un nuevo ordenamiento
del poder real, con un despliegue de recursos y mano de obra para su
utilización en la construcción de los primeros monumentos del mundo construidos
con piedra.
A principio de los años
90, el Profesor O’Connor descubrió, al sureste del recinto funerario de Djer y
justo fuera del muro exterior nordeste del de Khasekhemwy, doce enterramientos
de barcos que consistían en profundas zanjas que contenían cascos de barco de
madera de entre 18 y 21 metros de largo pero sólo unos 50 cm de alto.
Dentro y alrededor de los
cascos, se habían colocado ladrillos formando una estructura de hasta 27’4
metros de longitud. La cerámica asociada con las embarcaciones toda ella data
de principios del Período Dinástico, pero al día de hoy no se sabe si los
barcos son de la Dinastía I, o de la II. Todos parecen ser de la misma época, y
es posible que vayan apareciendo más conforme se amplía la excavación en la
zona.
Se han encontrado
enterramientos de embarcaciones más pequeños asociados con las tumbas de altos
cargos, en Saqqara y Helwan, de principios del Período Dinástico. Los ejemplos
más conocidos del Imperio Antiguo los tenemos en dos barcos, en condiciones de
conservación óptimas, relacionados con la pirámide Khufu en Giza.
El significado de estos
enterramientos de barcos se desconoce; es posible que estas embarcaciones se
utilizasen en ceremonias funerarias, o que fuesen enterradas simbólicamente
para el viaje final al Más Allá. Los de Abydos constituyen la evidencia más
temprana de una asociación entre los barcos y el culto mortuorio real.
La evidencia de Abydos nos
descubre el enorme gasto del Estado en los complejos mortuorios de los reyes de
la Dinastía I, tanto en tumbas como en recintos funerarios.
Estos gobernantes ejercían
un control absoluto sobre enormes activos que incluían la producción artesanal
desde tiendas reales, productos exóticos y materias primas importadas de forma
masiva del extranjero; e incluso sobre el reclutamiento de mano de obra, así
como el de los individuos que podían ser sacrificados para los entierros
reales.
El rol supremo del rey
ciertamente se ve expresado en estos monumentos, y los símbolos del culto
mortuorio real - tan evidentes en Abydos - acabarían evolucionando hacia los
exquisitos complejos piramidales de los imperios Antiguo y Medio.
LAS TUMBAS DE LOS ALTOS CARGOS EN SAQQARA NORTE Y EN
OTROS LUGARES
En Saqqara Norte existen
unas impresionantes tumbas de altos cargos de la Administración de la Dinastía
I, aunque no a una escala comparable con los monumentos combinados tumba y
recinto funerario que los reyes de la Dinastía I edificaron en Abydos.
Algunas de estas tumbas
eran importantes, pero lo que realmente impresiona son las superestructuras de
hornacina hechas de adobe de las que carecen los enterramientos reales de
Abydos.
Las tumbas de Saqqara
Norte están en mucho mejor estado de conservación que las tumbas reales de
Abydos. Cuando se excavaron, algunas de las fachadas de hornacina todavía
conservaban restos de diseños geométricos pintados, y las cámaras funerarias
todavía conservaban su suelo tarimado.
Algunas de ellas también
iban acompañadas de hileras de enterramientos subsidiarios; pero de éstos hay
menos que en el Cementerio Real de Abydos.
Es posible que las tumbas
del Saqqara Norte combinasen, en una única estructura, los dos símbolos
monumentales de estatus en Abydos: Una tumba subterránea, y un recinto de
hornacina en la superficie. Por ejemplo, la Tumba 3357, que data del reinado de
Aha, a principios de la Dinastía I, consiste en una muy elaborada
superestructura de hornacina, rodeada de dos muros de adobe de 48’2 x 22’00
metros de superficie de suelo.
La subestructura se
encuentra dividida por muros en cinco grandes cámaras, con techo de madera,
mientras que la superestructura dispone de veintisiete cámaras adicionales para
más objetos funerarios. En su lado norte, hay lo que se conoce como “estado
modelo” con habitáculos de menor tamaño, tres estructuras de tipo granero, un
enterramiento de barco en adobe, y restos de un jardín.
Los cientos de recipientes
encontrados en esta tumba vienen inscritos con el nombre del rey e información
sobre su contenido. Aunque se desconoce el nombre del propietario de la tumba,
tiene que haberse tratado de uno de los personajes más destacados del reino,
como se puede apreciar no sólo por el tamaño de la superestructura y su
contenido, sino también por las estructuras adicionales y el enterramiento del
barco.
Con el paso del tiempo, el
diseño de estas tumbas en Saqqara fue cada vez más elaborado, con una
distribución de las cámaras más compleja, tanto en la subestructura como en la
superestructura, o en los muros de cerramiento. Al igual que en Abydos, se
incorporaron escaleras de acceso a la tumba en Saqqara Norte.
Más adelante, a finales de
las Dinastía I, se construyeron dos tumbas diseñadas con superestructuras
escalonadas rectangulares bajas, hechas de adobe, que posteriormente serían
rodeadas por muros de hornacina.
Emery creyó que la
Pirámide Escalonada de Djoser habría evolucionado a partir de estas dos
estructuras escalonadas, pero es más probable que los elementos del primer
complejo piramidal derivasen de los recintos funerarios y las tumbas reales de
Abydos.
Aunque se han registrado
grandes tumbas con fachadas de hornacina en otros yacimientos, tales como
Tarkhan, Giza y Naqada, el mayor número, y también las de mayor tamaño, se
concentran en Saqqara Norte.
Lo que se ha encontrado en
Saqqara Norte de la Dinastía I prueba la existencia de una clase oficial dentro
un estado grande. Estas tumbas habrían sido también los monumentos más
importantes del estado en el norte y, por lo tanto, serían el símbolo de un
estado centralizado, gobernado muy eficazmente por el rey y sus
administradores.
Esas enormes cantidades de mercancía artesanal que se desviaban de la economía hacia las tumbas, es indicativo de la enorme riqueza de este primitivo estado que se repartían un puñado de altos cargos.
Esas enormes cantidades de mercancía artesanal que se desviaban de la economía hacia las tumbas, es indicativo de la enorme riqueza de este primitivo estado que se repartían un puñado de altos cargos.
Evidentemente, el culto
mortuorio era también de gran importancia para los plebeyos, por lo que se
tendía a emular la parafernalia que rodeaba los enterramientos reales, con
matices de modestia, en el exclusivo cementerio de Saqqara Norte.
Quitando los
enterramientos subsidiarios de quienes podrían ser criados, sirvientes o
simples seguidores del rey, no hay evidencia de la existencia de enterramientos
más pequeños de funcionarios de rango medio o bajo de la Dinastía I en Saqqara
Norte; a éstos se les enterraba en otros lugares, como es el caso del
cementerio cercano al pueblo de Abusir.
El cementerio de Saqqara
Norte está situado en una prominente cresta de caliza que domina el valle, y la
presencia de unas superestructuras de hornacina tan elaboradas, deberían de
haber sido vistas por otra clase de funcionarios como impresionantes símbolos de
un estatus.
Por todo Egipto se han
encontrado tumbas más pequeñas y sencillas sepulturas en fosas que apuntan, no
sólo a una estratificación social, sino a la importancia que tenía el culto
mortuorio para cualquier clase social.
Los enterramientos más sencillos
de este período se reducen a simples hoyos excavados en la arena del bajo
desierto, como el de “Fort Cemetery”, en Hieraconpolis. Estas sepulturas
carecían de ataúdes y el ajuar funerario consistía mayoritariamente en unas
cuantas vasijas.
Los de un estatus superior
eran más amplios e iban provistos de una gran cantidad y variedad de objetos
funerarios. A veces, estaban guarnecidos de madera o ladrillo de barro, y
provistos de techo, como es el caso de las tumbas excavadas por Petrie en
Tarkhan.
En Abu Omar, en el Delta,
se descubrió un enterramiento de este tipo, muy elaborado, en el que la fosa
estaba dividida en dos o tres habitáculos que contenían un conjunto funerario
de hasta 125 elementos, y en el que la sepultura mayor medía 4’9 x 3’25 metros.
Tumbas con
superestructuras de adobe, como las que el arqueólogo norteamericano George
Andrew Reisner (1867-1942) excavó en el Cementerio 1500 en Nag el-Deir, se han
encontrado en el Alto y el Bajo Egipto.
Este tipo de
superestructuras, a veces de hornacina, solían cubrir una sencilla fosa o
subestructuras más elaboradas de entre uno y cinco habitáculos. En estas
tumbas, el cuerpo contraído se encontraba dentro de un ataúd de madera, o de
cerámica, acompañado de un respetable ajuar compuesto de una gran variedad de
objetos funerarios.
Dado que la mayoría de la
evidencia arqueológica de que disponemos es mortuoria, las conclusiones sobre
la organización socio-política y económica provienen, en su gran mayoría, de
los datos aquí aportados. Puesto que en el Delta se continúan excavando
montañas de escombros, es posible que, eventualmente, se pueda disponer de más
datos sobre asentamientos de este período.
Con las pruebas de que se
dispone, se puede discernir un patrón que apunta al establecimiento de muchos
asentamientos nuevos, con sus cementerios asociados, en ambas orillas de El
Nilo, en la región de Menfis, como centro socio-económico desplazado hacia el
norte por la Dinastía I. Nuevos yacimientos vieron la luz en el Delta oriental,
sin duda relacionados con el incremento del comercio y otras incursiones de
ultramar.
EXPANSIÓN DEL PRIMITIVO
ESTADO EN EL SUR DE PALESTINA Y EN NUBIA
Existen pruebas de la expansión egipcia en la Baja Nubia durante la Dinastía 0 y principios de la Dinastía II, así como de una presencia continuada en el norte del Sinaí y el sur de Palestina. Su presencia en este último país no se alargó hasta el final del Período Protodinástico, pero con la penetración de Egipto en Nubia, la cultura autóctona Grupo-A acabó desapareciendo en tiempos de la Dinastía I. Con la unificación de Egipto y su constitución en un gran estado territorial, la Corona estaría deseosa de hacerse con el control directo de este mercado, lo que dio lugar a incursiones militares en la Baja Nubia.
Existen pruebas de la expansión egipcia en la Baja Nubia durante la Dinastía 0 y principios de la Dinastía II, así como de una presencia continuada en el norte del Sinaí y el sur de Palestina. Su presencia en este último país no se alargó hasta el final del Período Protodinástico, pero con la penetración de Egipto en Nubia, la cultura autóctona Grupo-A acabó desapareciendo en tiempos de la Dinastía I. Con la unificación de Egipto y su constitución en un gran estado territorial, la Corona estaría deseosa de hacerse con el control directo de este mercado, lo que dio lugar a incursiones militares en la Baja Nubia.
Una escena, esculpida en la roca, en Gebel Sheikh Suliman, cerca
de Wadi Halfa, sugiere algún tipo de victoria militar egipcia y, posiblemente,
también represente una campaña Nubia lo que aparece en una etiqueta de ébano
encontrada en Abydos.
Es más que posible que, ante el despliegue de fuerza de los
egipcios, pueblos del A-Group simplemente abandonasen la Baja Nubia y marchasen
a cualquier otra parte al sur o a las
regiones más desérticas ya que no se tiene evidencia de pueblos autóctonos que
viviesen en la Baja Nubia hasta la cultura C-Group que comenzó hacia finales
del Imperio Antiguo.
Cómo pudo Egipto materializar su control sobre la Baja Nubia, es
una incógnita. Se ha encontrado evidencia de asentamientos egipcios en Buhen
Norte, con estratos tan antiguos como de la Dinastía II. Sin embargo,
dataciones más fiables en Buhen, procedentes de sellos reales de la Dinastía IV
y de la V, nos hacen dudar si se trataban de fortalezas egipcias permanentes, o
de centros administrativo-comerciales en Nubia durante el Período Protodinástico.
Las ciudades fortificadas encontradas en el norte y sur de
Palestina han sido datadas en el período EBA II (Era del Bronce Antigua II) que
corresponde a la Dinastía 0, conexión basada en evidencias excavadas por Petrie
en dos tumbas reales de Abydos; las de Den y Semerkhet.
Petrie encontró trozos de vasijas importadas con diseños pintados que
interpretó como egeos. Esta cerámica ha recibido el nombre de “Cerámica de
Abydos” y ahora se sabe que procede de la cultura EBA II, del sur de Palestina.
En el estrato III del yacimiento de Ain Besor, también al sur de
Palestina, se han encontrado noventa fragmentos con impresiones de sellos
reales egipcios asociados a un pequeño edificio de adobe, y cerámicas en su
mayoría egipcias, incluyendo innumerables fragmentos de moldes de pan. Las
impresiones de sellos están hechas de arcilla local y evidentemente pertenecen
a altos cargos reales de la Dinastía I.
Aparecen testificados los nombres de cuatro reyes Djer, Den, Anedjib y,
probablemente, Semerhet, y la cerámica
y las impresiones de sello sugieren la existencia de un comercio de
organización estatal, dirigido y controlado por funcionarios egipcios
residentes en este asentamiento durante la mayor parte de la Dinastía I.
El Profesor Alan Shulman, Catedrático de Historia Antigua en el
Queen’s College de Nueva York, ya fallecido, que identificó las impresiones de
sellos, era de la opinión de que el lugar funcionaba como un puesto de control
fronterizo, precedente o prototipo de los descritos en dos papiros datados en
el Período Ramésida.
Evidencias de este tipo no han aparecido en el sur de Palestina
durante la Dinastía I y II, por lo que podría ser que para entonces se hubiese
roto el contacto terrestre activo mientras se intensificaba el comercio por mar
con el Líbano.
Puesto que las materias primas de esta región, tales como madera,
aceites, resinas y coníferas se importaban desde allí en grandes cantidades que
probablemente sólo se podrían transportar por mar es posible que la ruta
terrestre a Palestina se fue evitando de forma gradual.
Parece significativo que la prueba inscrita más antigua de un rey
en el yacimiento libanés de Biblos pertenezca al reino de Khasekhemwy, el
último rey egipcio de la Dinastía II.
De su propia escritura se
deduce que no había en Egipto mejor trabajo ni más importante que el de
escriba.
Esto no debería
sorprendernos de una cultura cuya estructura administrativa parece haber sido
más bien compleja. Ya en los comienzos de su historia, Egipto disponía de una
serie de departamentos gubernamentales cuyo cometido consistía en gestionar y
proporcionar alimento, mano de obra, crear y ejecutar proyectos de
construcción, finanzas, asuntos legales, así como un departamento separado,
exclusivamente dedicado a la administración del trabajo generado por el
escriba.
Cualquier ciudadano con
capacidad económica suficiente se construía su propio monumento funerario
amplio y lujoso. Y de la documentación recuperada en el pueblo ocupado por los
trabajadores responsables de las tumbas del Valle de los Reyes, se puede
apreciar la enorme importancia que se daba al escriba en estos proyectos.
Por otra parte, hacen
justicia los arqueólogos en estar agradecidos a los escribas. En muchos casos,
y gracias a su trabajo, se ha podido disponer de una visión de la vida del
pueblo con la que sólo habríamos podido especular con lo que se desprende de
algunos informes arqueológicos.
Es por ello por lo que a
la hora de interpretar el contenido de un escrito hay que actuar con una
exquisita prudencia, ya que podríamos estar intentado utilizar algo para lo que
quizás no habría sido creado.
Por ejemplo, las
inscripciones de los templos y monumentos no tenían como objetivo proporcionar
información, sino lograr un objetivo, como pudo haber sido asegurarse de que
los rituales funerarios continuarían; incluso si no había nadie presente para
realizarlos; o bien para dejar constancia del responsable del proyecto de
construcción de una parte específica de un templo.
Prácticamente, desde el
momento en que empezaron a descifrar los jeroglíficos, el hierático y el
demótico, la Egiptología se convirtió en una continua lucha por reconciliar la
evidencia socio-económica procedente de los informes arqueológicos, con la
información histórica más específica contenida en los antiguos textos.
Mientras que el nuevo
conocimiento proporcionado por los textos aportaba el potencial para revivir
los propios pensamientos y emociones de los antiguos egipcios, también abría
una puerta a la tentación de dar por hecho que las respuestas a las incógnitas
de la civilización egipcia deberían encontrarse en la palabra escrita, más que
en el propio terreno del arqueólogo.
La visión puramente
arqueológica de la cultura egipcia, al haber permanecido conservada en forma de
muros soterrados, artefactos y material orgánico, siempre había sido
considerada en el contexto de un corpus de textos escritos, ricamente
realizados sobre piedra o papiro.
La ausencia de textos
escritos de la Prehistoria puede ser bastante frustrante pero, sin duda alguna,
ha proporcionado a los prehistoriadores una mayor libertad para plantear nuevas
teorías e hipótesis basadas puramente en la cultura del material que ha
sobrevivido.
En la arqueología egipcia,
como en otras disciplinas históricas, la palabra escrita, con todo su potencial
de subjetividad y persuasión, está dotada de una paradójica tendencia a
oscurecer, y a veces eclipsar, la evidencia arqueológica.
La exposición hecha por
Barry Kemp sobre la administración de Nubia durante el Imperio Medio, indica
que las fuentes textuales, normalmente sólo pueden revelar fragmentos de
sistemas, mientras que la Arqueología pude sugerir, de forma amplia, las líneas
estructurales de una sociedad.
La evidencia textual, por
otra parte, con frecuencia nos puede proporcionar los detalles individuales que
ayudan a transformar los procesos socio-económicos abstractos en algo más
cercano a la Historia convencional.
El presente análisis
esclarece de forma contundente la actual situación de la Egiptología en cuanto
al papel que desempeñan en ella los pilares profesionales sobre los que se
sustenta.
Es en base a este enfoque
que la Egiptología ha avanzado de forma vertiginosa durante las últimas
décadas, de lo que son responsables, de forma meritoria y por igual,
egiptólogos, arqueólogos, antropólogos y filólogos.
Estas reflexiones, ya
expresadas por el Profesor Shaw en una de sus referencias bibliográficas que se
reseñan al pie de esta “Hoja Suelta”, me hacen, de nuevo, retrotraerme en el
tiempo ante la constante y reiterada mención del "personaje" en todos
estos ensayos.
Se trata, claro está del
omnipresente Petrie, cuyo corto nombre no consigue ocultar la grandeza de su
figura.
Me refiero, entre otras
importantísimas ya mencionadas, a su extraordinaria aportación, en su mayoría
aún vigente, al conocimiento o aproximación a la vida cotidiana del pueblo
llano egipcio, producto de sus, a veces consideradas, “minucias arqueológicas”.
Y muy en especial, a su merecido apelativo, entre otros, de “Padre de la
Prehistoria Egipcia”.
INVENCIÓN Y UTILIZACIÓN DE LA ESCRITURA
Dependiendo de cuándo
emerge el primitivo estado egipcio, la primera utilización conocida de la
escritura que sugieren los hallazgos de la Tumba U-j de Abydos podría adelantar
la fecha de la unificación política del norte y sur de Egipto.
Es un hecho, que durante la Dinastía 0 la escritura la practicaban los escribas y artesanos del estado egipcio, y aunque muchos especialistas consideran que el sistema de escritura se inventó en el cuarto milenio A.C., quizás estimulado por Mesopotamia, donde aparece la escritura más antigua conocida, los sistemas son tan dispares que es más que probable que ambos fuesen el resultado de invenciones independientes.
Es un hecho, que durante la Dinastía 0 la escritura la practicaban los escribas y artesanos del estado egipcio, y aunque muchos especialistas consideran que el sistema de escritura se inventó en el cuarto milenio A.C., quizás estimulado por Mesopotamia, donde aparece la escritura más antigua conocida, los sistemas son tan dispares que es más que probable que ambos fuesen el resultado de invenciones independientes.
Es probable que la
codificación de signos más temprana tuviese lugar en Naqada II/Dinastía 0.
Estos primitivos jeroglíficos, como ocurre con la escritura egipcia del Período
Dinástico, representan ideogramas y fonogramas, aunque hay aún muchas
primitivas inscripciones dinásticas cuyo correcto desciframiento es incierto.
El uso de la escritura por el primitivo estado egipcio tiene un contexto real, y una innovación trascendental para el estado. Al igual que la unificación fue seguida del desarrolló de un estilo real de arte como institución centrada en la Corte, lo mismo ocurrió con la escritura.
El uso de la escritura por el primitivo estado egipcio tiene un contexto real, y una innovación trascendental para el estado. Al igual que la unificación fue seguida del desarrolló de un estilo real de arte como institución centrada en la Corte, lo mismo ocurrió con la escritura.
El primitivo estado utilizó
la escritura en dos contextos: Para fines económicos y administrativos, y para
el arte real.
La función económica de la
escritura se iría desarrollando conforme aumentaban los recursos estatales bajo
control real. Los jeroglíficos aparecen en impresiones de sellos reales,
etiquetas y marcas que identificaban la mercancía para su almacenamiento por y
para el estado, así como en los sellos de los funcionarios.
También servían para
identificar al propietario de los productos y, a veces, su procedencia.
A principios de la
Dinastía 0 aparecen por vez primera los sereks. El serek
representa el formato más antiguo del nombre del rey en jeroglífico, y está
compuesto de signos fonéticos que aparecen dentro de una “fachada de palacio”,
diseño que va coronado de la imagen de un halcón. Los sereks aparecen
grabados o pintados en jarras y etiquetas, e impresos en los sellos de las
vasijas.
Tales recipientes eran
tinajas u orzas de almacenamiento para productos agrícolas recolectados por el
estado, quizás en concepto de impuesto, y algunas para su eventual
comercialización o exportación al sur de Palestina a través del Sinaí.
De la utilización de la
escritura para fines económicos se puede inferir que ya existía un sistema
administrativo en funcionamiento durante la Dinastía 0.
A principios de la
Dinastía I surge un nuevo método de identificación más complejo mediante una
combinación de jeroglífico y arte gráfico que aparece en las etiquetas. Ante la
inexistencia de textos compuestos de signos ordenados en formato gramatical,
que no aparecerían hasta más adelante, la información reflejada en las
etiquetas, especialmente las dispuestas en registros, probablemente podría
leerse como un texto con el nombre del año que contiene información histórica.
El Profesor y egiptólogo
canadiense Donald Redford sugiere que el contexto de la información de estas
etiquetas reales supone un registro anual. La aparición del signo del año para
mediados de la Dinastía I representa un sistema más específico para registrar
los años de reinado que el de las etiquetas más tempranas.
Y el segundo uso de la
primitiva escritura era en el arte conmemorativo real, como es el caso de la
Paleta de Narmer. Los jeroglíficos reflejan personas específicas y posiblemente
lugares mediante escenas representativas que simbolizan la legitimidad del rey
para gobernar. En estas escenas, al rey se le representa en un doble rol, real
y simbólico, basado en una nueva ideología: El establecimiento de la realeza
egipcia.
Los signos numéricos, como los que aparecen en la maza de Narmer, representan
el botín y los prisioneros capturados; con toda probabilidad, sensiblemente
exagerados, como suele ocurrir con los textos egipcios posteriores.
La iconografía del poder
se puede apreciar dentro del contexto de dicho arte real, que incluye el uso de
varias convenciones importantes. Al rey y a sus gobernantes se les muestra con
su atuendo oficial, mientras que el enemigo apenas lleva ropa.
Se hace obvia la
existencia de una jerarquía social a partir de la figura engrandecida del rey,
seguido de un cortejo de seguidores calzados con sandalias, de sus cargos
oficiales aún más pequeños, y de las aún más pequeñas figuras de enemigos
capturados, campesinos y sirvientes. Al rey se le suele representar abatiendo a
golpes a su enemigo.
Los primitivos signos no
reproducían exactamente la información que trasmitían las escenas, pero en
cambio servían como etiquetas nominativas de lugares y personas.
Parte del problema de saber cómo se desarrolló la escritura a principios del período dinástico en Egipto radica, por una parte en los tipos de artefactos en los que la primitiva escritura aparece, y por otra, en sus contextos arqueológicos.
Parte del problema de saber cómo se desarrolló la escritura a principios del período dinástico en Egipto radica, por una parte en los tipos de artefactos en los que la primitiva escritura aparece, y por otra, en sus contextos arqueológicos.
La mayoría de los ejemplos
de escritura primitiva van asociados al culto funerario, y no a registros de actividades
económicas procedentes de asentamientos. Es así que aquellas primitivas
etiquetas inscritas con jeroglíficos se han encontrado en tumbas reales y de
élite.
En el Cementerio Real de
Abydos hay estelas con nombres de reyes en sereks junto a otras más
pequeñas, también inscritas, asociadas con enterramientos subsidiarios.
La estela funeraria con el texto más largo, procedente de la tumba de Merka, Dinastía I, en Saqqara, es sólo una lista de sus títulos.
La estela funeraria con el texto más largo, procedente de la tumba de Merka, Dinastía I, en Saqqara, es sólo una lista de sus títulos.
Es probable que el
primitivo estado guardase algún tipo de registro para facilitar el control
económico y administrativo, pero de ello sólo existe evidencia indirecta en
forma de etiquetas inscritas.
La Profesora Katryn A.
Bard manifesta que: “El primitivo estado
utilizó la escritura en dos contextos: Para fines económicos y administrativos,
y para el arte real”.
Sin ánimo de crítica, que no procede, yo diría que se debería haber incluido un tercer contexto que es el funerario, por su enorme importancia y el extenso campo que abarca. Sólo se hace una somera mención, muy a mediados del último párrafo de su versión original en inglés.
Sin ánimo de crítica, que no procede, yo diría que se debería haber incluido un tercer contexto que es el funerario, por su enorme importancia y el extenso campo que abarca. Sólo se hace una somera mención, muy a mediados del último párrafo de su versión original en inglés.
Esta omisión me hace
recordar “Los Textos de las Pirámides”, “Los Textos de los Sarcófagos”, “El
Libro de los Muertos”, “La Letanía de Re”, “El Libro de las Puertas”, “El Libro
de las Cavernas”, y todo un largo etcétera de Libros, Himnos, Poemas y Cantos
funerarios en escritura egipcia, sobre muros, piedras, papiros y madera.
Y con ellos, a Sethe,
Lepsius, Budge, Breasted, Gardiner, Mariette, Erman y tantos otros tan directamente
relacionados con la escritura egipcia, en cualquiera de sus facetas, incluida,
como no podría ser de otra forma, la funeraria.
Capítulo aparte merecería
la inclusión de un cuarto contexto, como sería el de la utilización de la
escritura egipcia para la propaganda real, tan evidente en sus monumentos, y
tan raras veces considerada.
Sólo ya casi finalizando
el tema, y de forma escueta pero, hay que admitir, rotunda, afirma: “La mayoría de los ejemplos de escritura
primitiva van asociados al culto funerario, y no a registros de actividades
económicas procedentes de asentamientos”.
La falta de énfasis en la utilización de la primitiva escritura egipcia en el culto funerario puede estar perfectamente justificada por el enfoque preferentemente socio-económico de los ensayos que componen el corpus de la obra base de Ian Shaw, ya referenciada, objeto de lo que he dado en llamar "Mi Proyecto".
La falta de énfasis en la utilización de la primitiva escritura egipcia en el culto funerario puede estar perfectamente justificada por el enfoque preferentemente socio-económico de los ensayos que componen el corpus de la obra base de Ian Shaw, ya referenciada, objeto de lo que he dado en llamar "Mi Proyecto".
II DINASTÍA (2.890- 2.686 a.C.
Una nueva familia
posiblemente originaria de Menfis toma el poder en Egipto, rompiendo con
algunas costumbres de sus antecesores. El cementerio de Abydos deja de ser el
lugar elegido como última morada, lo cual constituye un indicio importante del
grado en que los reyes están integrados en la aristocracia, y de cómo fueron
perdiendo importancia las referencias a los orígenes de la monarquía en el Alto
Egipto, que se iba sumiendo cada vez más en el provincianismo. Los tres
primeros reyes de la Dinastía eligen la necrópolis de Saqqara como nuevo
cementerio real, en cambio los dos últimos monarcas vuelven a elegir Abydos.
La duración de esta Dinastía
está alrededor de los 175 años; en este período se produjo la profunda
transformación del estado, desde su forma más arcaica hasta alcanzar las
estructuras que trajeron consigo el primer período de florecimiento del reino
faraónico.
Algunos de los reyes de este
período solo son conocidos por las inscripciones con sus nombres grabados sobre
recipientes de piedra o bien gracias a las posteriores listas de reyes. Esto
conlleva al penoso problema de asignar correctamente a cada monarca, las
diferentes formas de los nombres que componían la titulatura real del antiguo
Egipto.
Se dispone de menos información de los reyes de la Dinastía II
hasta los dos últimos reinados el de
Peribsen y el de Khasekhemwy que de los
de la Dinastía I. Conociendo lo que se conoce del Imperio Antiguo, se podría
decir que la Dinastía II tiene que haber sido un período en el que se
consolidan los cimientos de un estado altamente centralizado, edificado sobre
enormes recursos. Sin embargo, tan trascendental transición no puede
demostrarse en base a la evidencia arqueológica de que se dispone.
Durante el período 1991-1992, se procedió a re-excavar la tumba
del último rey de la Dinastía I, Qa’a, en Abydos tarea que estuvo a cargo del
Instituto Arqueológico Alemán donde aparecieron impresiones del sello real de Hetepsekemwy, primer rey de la Dinastía
II. Los arqueólogos alemanes interpretaron este hallazgo como prueba de que
Hetepsekemwy habría acabado la tumba de su predecesor y que, por lo tanto, no
habría habido ruptura dinástica alguna en su sucesión.
Existen dudas sobre el lugar en el que fueron enterrados los reyes
de la Dinastía II, y no hay evidencia de su enterramiento en Abydos. Los únicos
monumentos de la Dinastía II en Abydos son las dos tumbas y los dos recintos
funerarios que pertenecieron a Peribsen
y a Khasekhemwy.
Hay también, en Hieraconpolis, un amplio recinto de hornacina
conocido como “El Fuerte”, a la entrada del Gran Wadi, que se le sitúa en el
reinado de Khasekhemwy por la inscripción que aparece en una jamba de piedra.
La existencia de esta única estructura en Hieraconpolis no parece tener una
explicación, y no está claro si se trata de un segundo recinto funerario de
Khasekhemwy.
En Saqqara, al sur del complejo de la Pirámide Escalonada de
Djoser, se han encontrado dos enormes grupos de galerías subterráneas de más de
100 metros cada una. Asociadas a ellas, aparece una serie de impresiones de
sellos de los tres primeros reyes de la Dinastía II, Hetepsekhemwy, Raneb y Nynetjer, cuyos nombres también
aparecen reseñados en el hombro de una estatua de granito de un sacerdote de la
Dinastía II llamado Hetepdief,
encontrada cerca de Mitrahina y actualmente en el Museo de El Cairo.
Las superestructuras de estas dos tumbas de Saqqara han
desaparecido por completo, pero es posible que dos reyes de esta dinastía
fuesen enterrados en ellas.
También han aparecido dos grupos de galerías subterráneas bajo el patio norte del complejo de la Pirámide Escalonada que podrían haberse construido para dos enterramientos reales de la Dinastía II. Es posible que durante la construcción del monumento de Djoser de la Dinastía III, hubiesen tenido que prescindir de las dos primitivas superestructuras.
También han aparecido dos grupos de galerías subterráneas bajo el patio norte del complejo de la Pirámide Escalonada que podrían haberse construido para dos enterramientos reales de la Dinastía II. Es posible que durante la construcción del monumento de Djoser de la Dinastía III, hubiesen tenido que prescindir de las dos primitivas superestructuras.
No es tan difícil reconstruir los hechos dada la enorme cantidad
de vasijas de piedra procedentes de las Dinastías I y II que se encontraron
bajo el complejo de Djoser sustraídas de complejos mortuorios anteriores y/o de
otros centros de culto.
La tumba de Peribsen,
quizás también conocida como Horus-Sekhemib, en el Cementerio Real de Abydos,
es bastante pequeña (16’1m x 12’8m). La cámara funeraria central está hecha de
adobe; diferente a las cámaras funerarias reales de la Dinastía I que iban
forradas de madera.
El nombre de Peribsen que aparece en el serekh, no
va coronado con el usual halcón de Horus como ocurre cuando su nombre aparece
como Sekhemib sino con el animal que representa a Seth, una criatura entre
perro de presa y chacal, con un rabo ancho y tieso. Este dramático cambio en el
formato del nombre real ha sido interpretado como representativo de algún tipo
de rebelión que sería aplastada, o reconciliada, por el último rey de la
dinastía, Khasekhemwy, cuyo nombre aparece en un serekh coronado con el halcón
de Horus, y el animal de Seth.
Este conflicto puede estar simbolizado en la mitología egipcia,
como ocurre con el cuento literario titulado “Las Contiendas de Horus y Seth”.
No es seguro, pues, que los mitos, que se conocen por textos muy posteriores, y
los símbolos de los serekhs de los dos últimos reyes de la Dinastía II,
representen una auténtica realidad histórica.
Sin embargo, un epíteto de Khasekhemwy, procedente de
inscripciones de sellos que dice: “Los Dos Señores están en paz dentro de Él”,
parece apoyar la teoría de que cualquier conflicto habría sido resuelto por él
mismo; siempre que “Los Dos Señores” se tome como una referencia a Horus y
Seth, y a sus seguidores.
El último enterramiento construido en el Cementerio Real de Abydos
es el de Khasekhemwy, al que se le conocía como Khasekhem a principios de su reinado. Es mayor que el de Peribsen y
su diseño es diferente, con una larga galería de 68m de largo, y 39’4m en su
parte más ancha, y va dividido en cincuenta y cinco habitáculos con una cámara
funeraria central hecha de caliza.
La cámara, que mide 8’6m x 3m, y se conserva hasta una altura de
1’8m, constituye la más antigua construcción de piedra a gran escala que se
conoce. Aunque la mayor parte de su contenido fue retirado por Amélineau, se
elaboró un buen registro, y Petrie lo analiza en su publicación de 1901.
El ajuar funerario incluye enormes cantidades de útiles y vasijas
de cobre, vasijas de piedra algunas con tapas de oro y vasijas de cerámica, con
grano y fruta. Petrie también nos describe unos objetos pequeños vidriados,
cuentas de cornalina, herramientas, cestería y gran cantidad de productos para
sellado. Dado el gran número de cámaras de almacenamiento en la tumba, bien
podría haber contenido más objetos funerarios que todas las tumbas juntas de la
Dinastía I de este cementerio.
Durante la Dinastía II, se continuaron enterrando a los altos
cargos en el norte de Saqqara. Cerca de la pirámide del Rey Unas, de la
Dinastía V, Quibell excavó cinco grandes galerías subterráneas cavadas en un
lecho de roca caliza, de las que sugirió que representaban algún tipo de morada
para la Otra Vida, con alojamiento para hombres y mujeres, un “dormitorio
principal”, e incluso cuartos de aseo con letrinas incluidas. La mayor de las
cinco, la Tumba 2302, estaba formada por veintisiete habitaciones bajo una
superestructura de adobe, y cubría una superficie de 58’0m x 32’6m.
Las superestructuras de estas cinco tumbas de la Dinastía II no
eran ya de hornacina cuidadosamente elaborada, como en la Dinastía I, sino que
habían sido diseñadas con dos nichos en el lado este - quizás para indicar el
lugar donde se podían depositar las ofrendas de los sacerdote y familiares
después del entierro -diseño que más adelante aparecería en las tumbas privadas
durante todo el Imperio Antiguo.
Está claro que los planos de las tumbas de élite de la Dinastía II
eran el resultado de la evolución de las de los altos cargos de Saqqara Norte.
Debido a que la planicie de Saqqara estaba formada por caliza de buena calidad,
estas tumbas de la Dinastía II se diseñaron con habitáculos para ajuares
funerarios profundamente excavados en un lecho de roca, done las salas de
almacenaje estarían mejor protegidas de los saqueadores de tumba que cuando se
situaban en la superestructura.
Las posteriores tumbas de la Dinastía II de Saqqara, que
posiblemente pertenecían a cargos de nivel medio, eran similares en diseño a
las tumbas-mastaba corrientes del Imperio Antiguo, que consistían en un pozo de
acceso vertical, excavado en el lecho de roca, que conducía a una cámara
funeraria. Encima de este conducto vertical y de la cámara, había una
superestructura pequeña de adobe con dos hornacinas en el flanco este.
En Helwan, en la orilla este de El Nilo, las excavaciones han
sacado a la luz más de 10.000 sepulturas datadas desde Naqada III a las
Dinastías I y II, y probablemente incluso de principios del Imperio Antiguo.
Estas tumbas son más bien modestas de tamaño y pertenecen a cargos de nivel
medio. Un distintivo característico de algunas tumbas de la Dinastía II en
Helwan resultó ser la presencia de un grupo de estelas esculpidas en el techo
de la tumba que representaban a su propietario sentado, junto a su nombre,
títulos y la llamada “Fórmula de Ofrenda”.
Los sarcófagos cortos para enterramientos reducidos, ya
encontrados en las tumbas de élite de la Dinastía I, llegaron a ser más
utilizados en las tumbas de la Dinastía II, como ocurre con las de Helwan.
En Saqqara, Emery y Quibell encontraron cadáveres envueltos en
vendas de lino impregnadas de resina, evidencia de primitivos intentos de
conservación de un cuerpo antes de llegar a adquirir las técnicas de
momificación. Estas medidas eran necesarias en los enterramientos en ataudes,
contrariamente a lo que se hacía en los predinásticos, en los que el cuerpo,
depositado dentro un hoyo en el desierto, se deshidrataba de forma natural al
contacto con la arena caliente.
El aumento del uso de la madera y de la resina en los
enterramientos de estatus medio, también parece apuntar a un incremento del
contacto y del comercio con la región libanesa en esta época.
Hacia mediados de la Dinastía
se desprende una posible división del reino en las dos partes conocidas: es
decir en el Alto y Bajo Egipto, los motivos de esta supuesta ruptura no se
conocen. Los tres primeros reyes construyeron sus tumbas en Saqqara y los dos
últimos, Peribsen y Khasekhemui, construyeron de nuevo sus instalaciones
funerarias en Abydos, reconociendo la vieja tradición del lugar, pero con una
influencia, en cuanto al estilo de construcción, de la de sus antecesores en
Saqqara. En cuanto a Peribsen tuvo una tumba en Saqqara y Khasekhemui es
posible que también la tuviera. Esto evidencia que estos dos reyes procedían de
la clase alta de Menfis y que nunca representaron una interrupción en la
tradición local Tinita.
Las Artes
La arquitectura, el arte y las ideas asociadas de principios del
Imperio Antiguo habían sido el resultado evidente de la evolución de sus
homólogos de principios del Período Dinástico. Lo que vemos en el complejo de
la Pirámide Escalonada de Djoser es la transformación de las tumbas del
Temprano Período Dinástico, en el primer monumento del mundo hecho totalmente
de piedra, a escala gigantesca. Mientras que el monumento simboliza también el
enorme control ejercido por la Corona, éste tiene que haber ido en aumento
durante las Dinastías I y II a raíz de la unificación del gran estado
territorial en Naqada III/Dinastía 0.
El emergente Período Dinástico supuso un tiempo de consolidación
de las enormes ganancias obtenidas de la unificación que bien podría haber fracasado
cuando se organizó, con éxito, una burocracia estatal que puso a todo un país
bajo control real. Y esto se consiguió a través de la aparición de los
impuestos, que afianzaron la Corona y sus proyectos a gran escala, sin olvidar
las expediciones al Sinaí, Palestina, Líbano, la Baja Nubia y el Desierto
Oriental, orientadas a la obtención de productos y materiales locales.
Es de suponer que se practicaba el reclutamiento, encaminado a la
construcción de monumentos funerarios reales de grandes dimensiones, así como
para proporcionar soldados que engrosarían las expediciones militares. El uso
de una escritura primitiva sin duda facilitó la correspondiente organización
estatal.
Las recompensas para los burócratas estatales eran bien obvias, de
las que dan fe los primitivos cementerios a ambas orillas del río en la región
de Menfis.
La creencia en los beneficios del culto mortuorio donde
constantemente se ponían en circulación en la economía del país enormes
cantidades de productos, supuso un factor aglutinante para la integración de
esta sociedad, tanto en el norte como en el sur.
Durante las primeras dinastías, cuando la Corona comenzó a ejercer
tan enorme control sobre la tierra, los recursos y la mano de obra, la
ideología de un dios-rey legitimó tal control, y gozó de un poder cada vez
mayor como factor unificador del sistema de creencias existente.
El florecimiento de una temprana civilización en Egipto fue el
resultado de importantes transformaciones, tanto en la organización
socio-política y económica, como en la propia ideología.
Que dichas transformaciones tuvieran éxito en los albores del
Período Dinástico, es francamente sorprendente, dado que las sociedades
políticamente organizadas contemporáneas de cualquier otra parte de Oriente
Próximo eran mucho más pequeñas, tanto en territorio como en población.
Que tan primitivo estado hubiese tenido éxito durante tantísimo
tiempo 800 años hasta el final del Imperio Antiguo se debe, en parte, al enorme
potencial económico procedente de la agricultura del cereal practicada en las
regularmente inundadas llanuras de El Nilo, pero también fue el resultado de la
especial habilidad de organización del pueblo egipcio, y de una institución
real tan sólidamente desarrollada.
REYES DE LA II DINASTÍA
NOMBRE
|
ESPOSA
|
HECHOS IMPORTANTES
|
NECROPOLIS
|
Hetepsejemuy
|
Culto solar
|
Saqqara
|
|
Nebra o
Ra-Neb
|
Culto al carnero de Mendes, del toro de Mnevis y del toro Apis
|
Saqqara ( Sin encontrar)
|
|
Nynecher
|
Comienzo del censo
|
Saqqara
|
|
Uneg
|
Saqqara
|
||
Seth-Peribsen
|
Abydos
|
||
Jasejemuy
|
Hepenmaat
Nimaatapis
|
Reunificación de Las Dos Tierras
|
Abydos
|
Hetepsejemuy
o HOTEPSEKHEMWI hacia 2.890 a.C.
ḥtp sḫm.wy (Hetepsejemuy)
Los dos poderes están en paz
Los dos poderes están en paz
ḥtp nbty (Hetep Nebty)
Las dos Señoras están en paz
Las dos Señoras están en paz
b ḏ ȝ w (Bedyau)
Bedyau
(L R Abidos nº 9)
Bedyau
(L R Abidos nº 9)
bȝ.w nṯr (Baunecher)
Las energías del dios
(L R Saqqara nº 3)
Las energías del dios
(L R Saqqara nº 3)
bȝ.w ... (Bau ...)
(Canon de Turín 2.20)
(Canon de Turín 2.20)
Hotepsekhemwy es
el nombre de Horus de un rey egipcio
primitivo que fue el fundador de la segunda dinastía.
Su nombre significa "Los dos poderes está en paz",
lo que parece aludir a la terminación de las luchas entre el Bajo Egipto y el Alto
Egipto.
La duración
exacta de su reinado no se conoce; El canon de Turín sugiere unos
improbables 95 años, mientras que el historiador egipcio
antiguo Manetón informa que el reinado de "Boëthôs" duró 38
años. Los egiptólogos consideran que ambas afirmaciones son malas
interpretaciones o exageraciones. Acreditan a Hotepsekhemwy con una regla
de 25 o 29 años.
Su tumba estaba en Saqqara
pero poco se sabe de ella. No hay evidencias de una tumba suya en Abydos.
Diversos objetos del rey han aparecido en zonas próximas a Saqqara, uno de
ellos es una copa de granito con la representación de la diosa Bastet. Debió de
tener buena relación con la ciudad de Bubastis en el Delta ya que hay
constancia de su devoción por la diosa Bastet y el dios Soled.
Es posible que durante su
reinado comenzara el culto solar, pues el nombre de su sucesor lleva el término
Ra en su nombre. Su nombre de Horus es “Agradable en Poderes”.
El nombre de Hetepsejemuy
ha sido identificado por los arqueólogos en Sakkara, Giza, Badari y Abydos de impresiones
de sellos de arcilla, vasijas de piedra y cilindros de hueso. Varias
inscripciones en los vasos de piedra mencionan a Hetepsejemuy junto con el nombre
de su sucesor Raneb.
El
nombre de Horus de Hetepsejemuy es objeto de especial interés para los
egiptólogos e historiadores, ya que puede hacer alusión a la turbulenta
política de la época. La palabra egipcia "Hotep" significa
"paz" y "estar satisfecho", aunque también puede significar
"conciliación" o "reconciliarse", también. Así que el nombre
completo de Hetepsejemuy puede leerse como "los dos poderes se
reconcilian" o "agradable a los poderes", lo que sugiere un
significado político importante. En este
sentido, "los dos poderes" podría ser una referencia al Alto Egipto y
el Bajo Egipto, así como a las principales deidades Horus y Seth.
Desde el reinado de Hetepsejemuy en adelante se
convierte en la tradición de escribir el nombre de Horus y nebtynombre (Nombre
de coronación) de la misma manera. Se cree que algún tipo de fondo filosófico efectúa esa
elección, ya que el nombre de Horus revela un significado simbólico claramente
definido en su traducción (véase más arriba). Para escribir
horus y nebtyname de la misma manera también podría señalar, que se adoptó el nombre
de Horus después de la ascensión del trono.
Hetepsejemuy se identifica
comúnmente con los nombres en la cartela ramésidas Bedjau de la lista de reyes de Abidos, Bedjatau de Giza, Netjer-Bau de la lista rey Sakkara y
el nombre de Bau-hetepju del canon
real de Turín. El egiptólogo Wolfgang Helck apunta un nombre similar Bedjatau, que aparece en una lista de
reyes corta encontrada en un tablero de escritura de la mastaba G1001 del alto
funcionario Mesdjeru. "Bedjatau" significa
"el fundidor" y se piensa que es una mala interpretación del nombre
"Hetepsejemuy", ya que los signos jeroglíficos utilizados para
escribir "Hotep" en su forma completa son muy similares a los signos
de un horno de cerámica y un polluelo en escritos hieráticos. Los signos de dos cetros-Sekhem se malinterpretan
como una pierna y un taladro.
Un fenómeno similar podría haber ocurrido en el caso del rey Khasekhemwy, donde
los dos cetros en el nombre de Horus se malinterpretan como dos piernas
símbolos o dos signos de perforación.
La lista de reyes de Abidos imita esta forma de nombre Antiguo Reino de
"Bedjatau". Los nombres "Netjerbau" y
"Bau-hetepju" son problemáticos, ya que los egiptólogos no pueden
encontrar ninguna fuente de nombre desde la época de Hetepsejemuy que podría
haber sido utilizado para formarlos.
Jarrón de piedra con el serekh de
Hotepsekhemwy, Museo Arqueológico Nacional (Francia).
Poco se sabe sobre el reinado de Hetepsejemuy. Las fuentes
contemporáneas indican que pudo haber ganado el trono después de un período de
luchas políticas, incluyendo gobernantes efímeros como Horus "Pájaro"
y Sneferka (este último también se piensa que es un nombre alternativo
utilizado por el rey Qaa por un corto tiempo).
Como prueba de ello, los egiptólogos Wolfgang Helck, Dietrich Wildung y George
Reisner apuntan a la tumba del rey Qaa, que fue saqueada al final de la primera
dinastía y fue restaurada durante el reinado de Hetepsejemuy. El saqueo del cementerio y el significado
inusualmente coincidiría con el nombre de Hetepsejemuy que puede ser pistas de
una lucha dinástica. Además, Helck supone que
los reyes Sneferka y Horus "Pájaro" se omitieron en las listas
posteriores de reyes porque sus luchas por el trono de Egipto fueron factores
en el colapso de la primera dinastía.
Cilindro de hueso inscrito con el serekh
de Hotepsekhemwy.
Impresiones de sellos
proporcionan una evidencia de una nueva residencia real llamada "Horus la
estrella brillante" que fue construida por Hetepsejemuy. También construyó un templo cerca de Buto para la poca
conocida deidad Netjer-Achty y fundó
la "Capilla de la Corona Blanca". La corona
blanca es un símbolo del Alto Egipto.
Este se piensa que es otra
pista sobre el origen de la dinastía de Hetepsejemuy, lo que indica una
probable fuente de poder político. Egiptólogos como Nabil Swelim
señalan que no hay inscripción de reinado de Hetepsejemuy que mencionen un
festival Sed, indicando el gobernante no puede haber gobernado durante más de
30 años (el festival Sed se celebraba como el aniversario de un reinado de 30
años).
El antiguo griego Manetón llamó Hetepsejemuy
Boethos (aparentemente alterado por el nombre Bedjau) e informó que durante el
reinado de este gobernante "un abismo se abrió cerca de Bubastis y muchos perecieron".
algunos
egiptólogos creen que es posible que esta anécdota puede haberse basado en
hechos reales, ya que la región cerca de Bubastis se sabe que es sísmicamente
activa. Aunque
Manetón escribió en el siglo tercero antes de Cristo más de dos milenios
después del reinado real del rey
La ubicación de la tumba
de Hetepsejemuy es desconocida. Egiptólogos como Flinders Petrie,
Alessandre Barsanti y Toby Wilkinson creen que podría ser el la gigante Galería
de la Tumba B debajo del pasaje funeral de la necrópolis de Unas de Saqqara. Muchas impresiones de sellos de rey Hetepsejemuy
se han encontrado en estas galerías. Egiptólogos como Wolfgang Helck y Peter
Munro no están convencidos y creen que Galería de la Tumba B es el lugar de
enterramiento del rey Raneb, como también se encontraron varias impresiones de
sellos de este gobernante allí.
Se cree que Hetepsejemuy fue apartado del trono mediante un
complot organizado por su propio hermano.
Nebra o RA-NEB hacia 2.865
a.C.
nb rˁ (Nebra)
Ra es mi señor
Ra es mi señor
kȝw (... kau)
(Canon de Turín 2.21)
(Canon de Turín 2.21)
kȝ kȝ w (Kakau)
(L R Abidos nº 10) (L R Saqqara nº 4)
(L R Abidos nº 10) (L R Saqqara nº 4)
Nebra o Raneb es
el nombre de Horus del
segundo rey egipcio de la segunda dinastía. La
duración exacta de su reinado es desconocida ya que el canon de
Turín está dañado y las cuentas del año se pierden.
El historiador griego antiguo Manetón sugiere que el
reinado de Nebra duró 39 años, pero los egiptólogos cuestionan
la opinión de Manetón como una interpretación errónea o
una exageración de la información que estaba disponible para
él. Acreditan a Nebra con una regla de 10 o 14 años. Según
diferentes autores, Nebra gobernó Egipto c. 2850 a.C, desde 2820 a.C
a 2790 a.C (Donald B. Redford), 2800 a.C a 2785 a.C (Jürgen von Beckerath) o
2765 a.C a 2750 a.C (J. Málek).
Estela de la tumba de Nebra, Museo
Metropolitano de Arte, Nueva York
Casi todos los egiptólogos creen
firmemente que un rey con el nombre de Raneb (o Nebra) logró ser rey después de
Hotepsekhemwy de la segunda dinastía de Egipto. Hay poca información sobre Raneb, su reinado es importante para nosotros debido
a su posición cronológica durante los años de formación del imperio egipcio. Presumiblemente, Raneb era hijo de Hotepsekhemwy, o tal vez
su hermano, pero hay poca evidencia para probar tal cosa. Raneb, que era probablemente el nombre de nacimiento de este
rey, significa "Re es el Señor", pero muchos creen, porque no parece
haber habido ninguna mención específica del dios Ra antes de este tiempo, que
más apropiadamente se debe leer como Nebra, que significa "Señor del
Sol". Hay pruebas de que más tarde el rey enumera su nombre de
nacimiento era probablemente Kakaw (o Kakau).
El nombre serekh de
Nebra es de gran interés para los egiptólogos, ya que está escrito
con el signo jeroglífico del sol, que aún no se había
convertido en el objeto de la adoración divina durante su vida. En la época
del rey Nebra, los cultos religiosos más importantes se concentraban en la
preservación del estatus dual dualista de los patrones estatales Horus y
Seth. Nada era más importante que mantener ese equilibrio divino. Los
reyes mismos fueron vistos como la representación viva de esa pareja divina. El
sol era visto como un objeto celeste controlado por Horus o, como en el caso
del rey Seth-Peribsen., por Seth. Por lo tanto, el sol no era una
deidad independiente todavía. La primera prueba definitiva de la
existencia de la deidad solar Ra se produce al comienzo de
la tercera dinastía durante el reinado del rey Djoser en
nombre de altos funcionarios como Hesyre. Y la primera prueba
detectable definitiva de un culto al sol real plenamente establecido se produce
bajo el rey Radjedef, el tercer gobernante de la 4ta
dinastía. Fue el primer rey que conectó su nombre de nacimiento con el
nombre de Ra, comenzando la gran creencia religiosa de que los reyes egipcios
eran la representación viva del sol junto a Horus y Seth.
Por lo
tanto, el nombre Horus de Nebra es problemático en cuanto a su traducción y
significado. La traducción típica del nombre de Nebra como "Ra es mi
señor", que se leería "Raneb", es cuestionable, ya que esto
supondría que el Sol ya estaba siendo adorado como una deidad
independiente. En consecuencia, los egiptólogos han propuesto la
traducción "Señor del sol (de Horus)" que se lee "Nebra" e
implica el gobierno del faraón sobre el Sol (como un cuerpo celeste), que de
hecho también estaba bajo el control de Horus o Seth. Cualquier religión
solar o simbolismo solar aún no se establecieron de ninguna forma útil y ahora
se piensa que el rey Nebra podría haber sido el primer rey que adoptó el
pensamiento religioso extendido sobre el sol y el cielo.
La esposa
de Nebra es desconocida. Un "hijo del rey" y un "sacerdote
de Sopdu" llamado Perneb podrían haber sido su hijo, pero dado
que los sellos de arcilla que proporcionan su nombre y títulos se encontraron
en una tumba de la galería que se atribuye a dos reyes por igual (Nebra y su
predecesor, Hotepsekhemwy), no está claro de quién era realmente
el hijo de Perneb.
El rey
Nebra se identifica comúnmente con el nombre
de Ramesside -a cartouche Kakau, que puede traducirse como
"El toro de Apis". Esto enlaza con
la anécdota escrita por Manetón, quien dijo que bajo el
rey Kêchoós (la versión griega del nombre Kakau)
las deidades Apies, la cabra de
Mendes y Menevus fueron "presentadas y adoradas como
dioses". Esta visión es cuestionada por los egiptólogos modernos, ya
que ya existía un culto a los apis durante la 1ª dinastía., si
no antes. El nombre "Kakau" en sí mismo es problemático para
este faraón temprano, ya que no hubo una fuente de nombre de la época de Nebra
que pudiera haberse utilizado para formar la palabra.
El nombre de nacimiento de
Nebra tampoco está claro. Una teoría del egiptólogo Jochem
Kahl dice que Nebra era la misma persona que el misterioso
rey Weneg-Nebti. Señala un fragmento de un recipiente hecho
de ceniza volcánica, que se encontró en la tumba del
rey Peribsen (un gobernante posterior durante la segunda dinastía)
en Abydos. En la maceta, él cree que hay rastros de la flor weneg
debajo del nombre inciso del rey Ninetjer. A la derecha del nombre de
Ninetjer, la representación del Ka.-La casa del rey Nebra está parcialmente
conservada. Este acuerdo llevó a Kahl a concluir que la flor weneg y el
nombre de Nebra estaban conectados entre sí y el rey Ninetjer reemplazó
la inscripción. Kahl también señala que el rey Ninetjer escribió su
nombre reflejado, de modo que su nombre corre deliberadamente en dirección
opuesta al nombre de Nebra. La teoría de Kahl es el tema de una discusión
continua ya que la inscripción del recipiente está dañada, lo que deja mucho
espacio para diferentes interpretaciones.
Egiptólogos
como Jürgen von Beckerath y Battiscombe Gunn identifican a
Nebra con otro misterioso faraón: Nubnefer. Este enlace es
cuestionado por otros eruditos, ya que los gobernantes de la Segunda Dinastía a
menudo escribían sus nombres de nacimiento y Horus de la
misma manera (por ejemplo: Hor-Nebra → Nisut-Bity-Nebty-Nebra). Por lo
tanto, el nombre "Nubnefer" puede ser el nombre de nacimiento de un
rey diferente.
Poco se
sabe sobre el reinado de Nebra. El descubrimiento de los sellos que llevan
el nombre de Nebra junto con los sellos de Hotepsekhemwy en Saqqara sugiere que
Nebra llevó a cabo el entierro de Hotepsekhemwy y fue su sucesor
directo. La confirmación adicional de esta sucesión es proporcionada
por una estatua y un cuenco de piedra con Hotepsekhemwy y serekhs
de Nebra en yuxtaposición. Otras inscripciones de vasijas y las
impresiones de sellos que sobrevivieron de su época solo
nombran eventos administrativos y relacionados con el culto,
como el "Levantamiento de los pilares de Horus". Bajo
Nebra, ocurre la primera representación de la diosa Bastet. La
duración exacta del reinado de Nebra es el tema de investigaciones. Reconstrucciones de
la famosa piedra de Palermo, una mesa de basalto negro
que presenta los eventos anuales de los reyes desde el comienzo de la 1ª
dinastía hasta el rey Neferirkare en forma de tablas claramente
divididas, llega a la conclusión de que Nebra y su predecesor, el
rey Hotepsekhemwy, gobernó en conjunto durante 39 años. Dado que
Nebra tiene menos registros de su regla que Hotepsekhemwy, se piensa que Nebra
ha gobernado por un tiempo más corto. Los cálculos difieren de 29 y 10
años a 25 y 14 años.
Estatua de Hotepdief, sacerdote de los
cultos mortuorios de los 3 primeros gobernantes de la
dinastía, Hotepsekhemwy, Nebra y Nynetjer. El serekh de Nebra es
el del medio en el hombro del sacerdote.
Hay
referencias a Nebra en una estela de Menfis ahora se encuentra en el Museo
Metropolitano, una estatuilla y un graffiti roca cerca de Armant en el desierto
occidental (y, posiblemente, otra en el lugar 40 en el desierto del este),
cerca de una antigua ruta comercial que unía el Nilo con el oasis occidental.
Manetón
también nos dice que Raneb introdujo el culto no sólo de la cabra sagrada de
Mendes, sino también de que el toro sagrado de Mnevis en el antiguo centro de
culto solar de Heliópolis, y el toro Apis en Menfis. Sin embargo, los estudiosos ahora parecen creer que el culto
del toro Apis fue fundada por un antiguo rey, que está atestiguada en una
estela que data del imperio de Den (Udimu). Independientemente, parece que su nombre, ya sea declarado
como Raneb o Nebra, indica un cambio significativo de la adoración al dios del
sol, lo que tendría un impacto muy importante en gran parte de la historia que
queda de Egipto.
Al parecer, a finales de la dinastía primera, hubo una
considerable rebelión, presumiblemente problemas aplazados en los imperios de
unificación inicial. Se
nos dice que Hotepsekhemwy reunió las dos tierras del norte (Bajo) y del Sur
(Alto) Egipto, por lo que si se deduce que Raneb tal vez gobernó durante un
período de una tentativa de paz. No estamos seguros
de su lugar de entierro. Los Reyes
de la primera dinastía parecen en su mayoría que hayan sido enterrados en
Abidos, pero sus impresiones de sellos en Saqqara sugieren que podría haber
sido enterrado allí, aunque no hay absolutamente ninguna certeza al respecto.
Raneb fue sucedido por Ninetjer
(Nynetjer), aunque una vez más, no tenemos ninguna información real sobre la
relación de este último rey de Raneb.
Reinó aproximadamente treinta
y nueve años según Manetón. Su estela funeraria con el nombre de Horus se
encuentra en el Museo Metropolitano de Nueva York. Según Manetón, Raneb
introdujo el culto del carnero sagrado de Mendes y la del toro sagrado de Mnevis
en Heliópolis y del toro Apis en Menfis. Es el primer rey en usar un nombre
compuesto con el del dios Ra. Su nombre de Horus es “Ra es el señor”.
Nynecher o NINETER
n nṯr (Nynecher)
Divino
(Piedra de Palermo)
Divino
(Piedra de Palermo)
nb.ti n
(i)-ntr
Nebti Ninetjer (la del Dios [divina])
Nebti Ninetjer (la del Dios [divina])
bȝ n nṯr (Banecheren)
El divino Ba
(Lista Real de Abidos nº 11)
El divino Ba
(Lista Real de Abidos nº 11)
bȝ nṯr w (Banecheru)
El divino Ba
(Lista Real de Saqqara nº 5)
El divino Ba
(Lista Real de Saqqara nº 5)
... n nṯr (... n necher)
... n necher
(Canon Real de Turín 2.22)
... n necher
(Canon Real de Turín 2.22)
Ninetjer fue el tercer rey de la segunda
dinastía. Memphis era su capital. Ninetjer en realidad es,
con mucho, el mejor rey compulsado de la temprana segunda dinastía. Dada la posición de su título
en la Piedra de Palermo, él debe haber gobernado Egipto durante al menos
treinta y cinco años, aunque Manetón le da cuarenta y siete. De hecho, la mayor parte de lo que
sabemos de este rey se deriva de los anales grabados en la Piedra de Palermo. Sin embargo, el rey también se evidencia en tres tumbas en
el cementerio de elite en Saqqara Norte junto a la de Ninetjer, así como otra
en la necrópolis protodinástica en Helwan. Hubo, además, cinco
diferentes tumbas juntas de este rey en una gran mastaba cerca de Giza. Sin embargo, la
tumba más cerca de Ninetjer finalmente condujo a la identificación de la propia
tumba del rey en Saqqara (aunque algunos estudiosos dudan de que se trata
claramente de su tumba).
Jarrón de Diorita de Nynetjer que lleva
el nombre del rey y que menciona un "palacio de la Corona Blanca".
Descubierto en la galería B debajo de la Pirámide de Djoser.
De la
Piedra de Palermo, nos enteramos de la fundación de una capilla o finca
denominada Hr-rn durante el séptimo año del rey en el trono. Por otra parte, la mayoría
de los eventos evidenciados en ese disco son apariencias rituales regulares del
rey y varios festivales religiosos. Un festival de Sokar al parecer se
llevó a cabo cada seis años, durante su reinado, y el funcionamiento del toro
Apis se registró dos veces durante los años nueve y quince de su reinado.
La mayoría de los festivales registrados
durante su reinado se llevaron a cabo en la región de Memphis, con la excepción
de una ceremonia asociada con la diosa Nekhbet de Elkab durante el año mil. El hecho de que la mayor actividad asociada a este rey se
produjo en la región de Memphis puede ser importante. Hay poca evidencia de
que el rey se encontrara fuera de esta región y puede ser que sus actividades
eran en gran parte, si no completamente confinada al Bajo Egipto. Hacia el final de su reinado, había una buena cantidad de
tensión interna en Egipto, tal vez incluso la guerra civil.
La Piedra de Palermo nos seduce con la
posibilidad de este principio en el año decimotercero de Ninetjer. Se
registra el ataque de varios pueblos entre ellos uno cuyo nombre significa
"tierra del norte" (la otra ciudad era Shem-Re). Algunos han interpretado esta entrada en la Piedra de
Palermo en el sentido de que Ninetjer tuvo que reprimir una rebelión en la Bajo,
o el norte de Egipto.
Por desgracia, la Piedra de Palermo termina con el año
decimonoveno de su reinado. Sin embargo, las inscripciones en los vasos de piedra, que
probablemente datan de la última parte de su reinado, parecen registrar varios
otros eventos, como el Festival Sokar, que probablemente tuvo lugar en el año
veinticuatro de su reinado, y el censo [bienal]", lo que puede haber
ocurrido en su trigésimo cuarto año en el trono.
Aparte de los diversos vasos de piedra con
inscripciones, sólo otros dos objetos han sido desenterrados los que dan el
nombre del rey. Uno de ellos es un
pequeño recipiente de marfil de la zona de Saqqara, pero el otro es una pequeña
estatua de considerable importancia, tanto para la historia del rey y el arte,
especialmente de Egipto. La estatuilla está hecha de alabastro, representa al rey en su trono y
vistiendo la túnica ajustada al cuerpo asociado con el festival Sed. Sobre su cabeza descansa la corona blanca del Bajo Egipto. Esta estatuilla de piedra de procedencia desconocida, ahora
en la Colección Georges Michailides, representa el ejemplo más antiguo y
completo de identificación de tres dimensiones estatuaria real de Egipto.
También proporciona evidencia de que el rey celebra al menos un Festival-Sed,
que habría sido probable dado el largo reinado aparente de Ninetjer. Si bien no hay inscripciones contemporáneas que evidencien
esta celebración, también hubo un almacenamiento de vasijas de piedra
descubiertas en las galerías de la pirámide escalonada que pueden haber sido
preparadas para este evento. Algunos eruditos teorizan que esto
evidencia de las dificultades a finales del reinado del rey, lo que sugiere que
estas nunca fueron distribuidas debido a disturbios internos que interrumpió
las comunicaciones y debilitó la autoridad de la administración central. Por lo tanto, las vasijas de piedra fueron posteriormente
aprovechadas por los reyes posteriores de finales de los años segundo y tercero
de las primeras dinastías.
El nombre del sucesor de Ninetjer al
trono, Peribsen (Seth-Peribsen), inusualmente referencia al dios Seth, es otra
pieza de evidencia que indica disturbios.Sin embargo, es probable que
Peribsen no reemplazó directamente a Ninetjer. Es probable que por lo menos dos o más
gobernantes oscuros (Weneg, Sened y Nubnefer) tomaron el trono de un Egipto
dividido tal vez en este intervalo de tiempo. Sin
embargo, la mayoría de las listas de reyes "no hacen referencia a todos
ellos, y algunas listas sólo uno o dos.
Reinó unos cuarenta y siete
años, sin que haya conocimiento de que ocurrieran acontecimientos importantes
en su reinado salvo festivales a los dioses Horus y Sokar, un festival del Toro
Apis y el saqueo de la ciudad de Shem-Re en el año trece de reinado. En su
reinado comienza el censo, acontecimiento que ocurriría cada dos años.
La estatua de un sacerdote
Hotep-dip “Grande de incienso en la Casa Roja”, lleva el nombre de los tres
reyes en su hombro derecho. Posiblemente fuera sacerdote del culto mortuorio de
los tres reyes en Saqqara. Según Manetón, en este reinado se decidió que las
mujeres podían ocupar el trono, aunque ese hecho ya se había producido con la
reina Meryetneith. Su nombre de Horus significa “El que procede del dios”. Es
posible que a la muerte de Nineter se produjera una escisión entre el norte y
el sur y que en cada región gobernase un rey. El conflicto de naturaleza
político- religiosa, pudiera estar legitimado por las luchas entre Horus y Set.
“El festival del Buey Apis”, aparece registrada por primera vez, aunque ya
había aparecido en una tablilla encontrada en la tumba de Hemaka.
La tumba mastaba inusualmente
grande del alto oficial Ruaben (o Ni-Ruab),
mastaba S2302, una vez se pensó que era la tumba de Nynetjer, hasta que se
encontró el verdadero sitio de entierro del rey. Las malas
interpretaciones anteriores fueron causadas por la gran cantidad de sellos de
arcilla con el nombre del serekh de Nynetjer que se encontraron en la mastaba
de Ruaben. Por lo tanto, Mastaba S2302 pertenece a Ruaben y Ruaben ocupó su
cargo durante el reinado de Nynetjer.
La tumba de
la galería de Nynetjer se encuentra debajo del pasaje de corte de
la Unas: necrópolis en Sakkara y mide 94x106
metros. La rampa de entrada conduce a 25 metros de profundidad en tres
galerías en dirección este-oeste, que se extienden en un sistema de puertas,
vestíbulos y pasillos a modo de laberinto. El Deutsches
Archäologisches Institut (DAI) realizó cinco excavaciones y
descubrió que la tumba de Nynetjer muestra grandes similitudes arquitectónicas
con la Galería Tumba B, que se cree que es el sitio de entierro
de Raneb o Hotepsekhemwy. Esto llevó al DAI a la conclusión
de que Nynetjer se inspiró en las tumbas de su antecesor. Se encontraron
cuchillos, 44 maquinillas de afeitar, 44 cuchillas más y jarras de vino y cerveza. Sorprendentemente,
la galería del sur estaba casi intacta y contenía muchos objetos reales que
sobrevivieron a la vida de Nynetjer, como más de 50 frascos de vino sellados,
redes de transporte, cajas de almacenamiento de madera y botellas de alabastro
decoradas. Algunos de los tarros de vino se originaron en las tumbas de la
última dinastía. En otra galería se encontraron las máscaras de
momia y el ataúd de una mujer de la era Ramesside. La tumba de
Nynetjer fue, por lo tanto, reutilizada parcialmente en tiempos
posteriores. La cámara funeraria principal estaba ubicada en el extremo
sur-oeste de la tumba, pero todo el sitio de enterramiento es altamente
inestable y está en peligro de colapsar.
La Piedra de
Palermo
Piedra de Palermo. Fragmento correspondiente
al reinado de Nynecher.
Uneg o Uadynas WENEG
Wng Hr
Hor Weneg
Hor Weneg
xt nb.ti
Nebti Khet (Nebti Árbol)
Nebti Khet (Nebti Árbol)
wȝḏ ns (Uadynes)
Uadynas
(Lista Real de Abidos nº 12)
Uadynas
(Lista Real de Abidos nº 12)
wȝḏ ns (Uadynes)
Uadynes
(Lista Real de Saqqara nº 6)
Uadynes
(Lista Real de Saqqara nº 6)
Weneg (o UNEG), también
escrito como Weneg-Nebti, es el nombre Nebti de un rey egipcio temprano, que
gobernó durante la segunda dinastía. Aunque su posición cronológica está muy clara
para los egiptólogos, no está claro por cuánto tiempo el rey Weneg gobernó. Tampoco
está claro cuál de los Horus-reyes arqueológicamente identificados corresponde
a Weneg.
El nombre Weneg general se
acepta que es un nombre-nebti, introducido por la cresta de las "Dos
Damas", las diosas Nekhbet y Wadjet. El nombre de Weneg aparece en las
inscripciones de tinta negra sobre fragmentos de alabastro y en inscripciones
en vasos de esquisto. Diecisiete buques que llevan su nombre
se han conservado; once de ellos fueron encontrados en las galerías subterráneas
debajo de la pirámide escalonada del rey Zoser en Sakkara. Egiptólogos como Wolfgang
Helck y Francesco Raffaele señalan que todas las inscripciones se realizan en
el lugar de las inscripciones existentes, lo que significa que los nombres que
se colocaron originalmente en los vasos eran completamente diferentes.
El símbolo que se utiliza para escribir el nombre
de Weneg es el objeto de la controversia significativa entre egiptólogos hasta
nuestros días. La llamada
"flor Weneg" rara vez se utiliza en la escritura egipcia. Misteriosamente, la flor Weneg suele responder a seis
"golpes" verticales, tres de ellos a cada lado de la yema floral.
El significado de estos trazos se desconoce. Tras la muerte de Weneg, su flor heráldica no se
utilizó de nuevo hasta que el rey Teti (sexta dinastía), cuando fue utilizado
en sus textos de las pirámides para nombrar una deidad que fue descrito como
"amado de Ra" y como el "diputado del rey difunto". Así que parece que la flor Weneg
estaba conectado de alguna manera con el sol culto egipcio. Pero el verdadero significado de la flor
como el nombre de un rey sigue siendo desconocido.
Desde que el nombre de
Weneg se hizo conocido para los egiptólogos, los estudiosos han estado tratando
de coincidir con el nombre de nebti Weneg a Horus-reyes contemporáneos.
El Egiptólogo
Jochem Kahl sostiene que Weneg era la misma persona que el rey Raneb, el
segundo gobernante de la segunda dinastía. Él señala a un fragmento de vasija hecha de un material ígneo,
que fue encontrado en la tumba del rey Peribsen (un gobernante posterior de
segunda dinastía) en Abydos. Él creía que
había encontrado en el tiesto de olla rastros débiles, pero claras, de la
Weneg-flor bajo el nombre inscrito de rey Ninetjer.
Egiptólogos como Nicolas Grimal[1], Wolfgang Helck[2] y Walter Bryan Emery[3] identifican a Weneg con el
rey Sekhemib-Perenmaat y con el cartucho real-nombre Ramesside Wadjenes. Su
teoría se basa en la suposición de que Sekhemib y Seth-Peribsen eran diferentes
gobernantes y que ambos eran los sucesores inmediatos del rey Ninetjer. Pero
esta teoría no es comúnmente aceptada, porque se encontraron sellos de arcilla
de Sekhemib en la tumba del rey Khasekhemwy, el último gobernante de la segunda
dinastía. Los sellos de arcilla establecen el reinado de Sekhemib cerca de
Khasekhemwy, mientras que el nombre Ramesside "Wadjenes" se coloca
cerca del comienzo de la segunda dinastía.
Egiptólogos como Peter
Kaplony[4] y Richard Weill sostienen
que Weneg era un rey independiente de otros reyes de la época. Sugieren que el
nombre de Weneg se conserva en las listas de reyes ramésidas bajo el nombre de
"Wadjenes". Su hipótesis se basa en primer lugar en la teoría
ampliamente aceptada de que escribas ramésidas intercambiasen la Weneg-flor con
las matas de papiro, transformándola en el nombre "Wadjenes".
En segundo lugar, la
teoría Kaplony y de Weill se basa en la inscripción en la piedra del Cairo.
Ellos creen que el nombre "Wenegsekhemwy" se conserva en la tercera
línea de los acontecimientos del año. Esta teoría tampoco está ampliamente
aceptada, como la piedra de El Cairo está muy dañada y los rastros son muy
débiles de los jeroglíficos dejan demasiado margen para diferentes
interpretaciones.
Poco se sabe sobre el
reinado de Weneg. Las inscripciones de los buques que mencionan su nombre sólo
muestran los informes sobre los eventos ceremoniales, como el "aumento de
los pilares de Horus". Esta fiesta se encuentra con frecuencia en los
buques de reinado de Ninetjer, que trae posición cronológica de Weneg muy
cercana a la de Ninetjer.
La duración del gobierno de Weneg es desconocida. Si era la
misma persona que el rey Wadjenes, gobernó (de acuerdo con el Canon Real de
Turín) por 54 años. Si Weneg era una misma persona como rey "Tlas",
mencionado por el historiador Manetón, gobernó durante 17 años. Pero los
egiptólogos modernos tienen dudas acerca de ambas declaraciones y los evalúan
como malas interpretaciones o exageraciones. Si Weneg era en realidad un
gobernante independiente, como Richard y Peter Weill Kaplony creen, él pudo
haber gobernado durante 12 años, en función de sus reconstrucciones de las
inscripciones en piedra Cairo.
Una teoría sugiere que el
reino una vez unificado de Egipto se dividió después de la muerte de Ninetjer
en dos partes. En consecuencia, por un período después de la muerte del rey
Weneg, dos reyes gobernaron al mismo tiempo sobre Egipto lo que sugiere que
Weneg fue un gobernante independiente. Esta suposición se basa en la
observación de que tanto en las listas
de reyes Tinitas y menfitas de la época Ramesside mencionan los nombres
"Wadjenes" y "Sened" como los sucesores inmediatos del rey
Ninetjer. Las listas de los reyes de Abidos, por ejemplo, mencionan sólo seis
reyes de la segunda dinastía, mientras que todas las otras listas de reyes
mencionan nueve reyes. Así Weneg puede haber sido el último rey que había
gobernado sobre todo Egipto, antes de compartir su trono (y el control de
Egipto) con otro rey. Aún no está claro quién es el otro rey pudo haber sido.
Su tumba no se ha encontrado pero se
supone que pudiera estar a Saqqara. A la mastaba S3014
se ha encontrado su nombre pero no se ha establecido que fuera su tumba puesto
que el nombre del propietario a las inscripciones de la mastaba no se ha
conservado.
Sethenes
- Sened - Senedj
s n d ỉ (Senedi)
Senedi
(L R Abidos nº 13)
Senedi
(L R Abidos nº 13)
snḏ (Senedy)
Senedy
(L R Saqqara nº 7) (Canon de Turín 2.24)
Senedy
(L R Saqqara nº 7) (Canon de Turín 2.24)
snd (Sened)
Sened
(Auguste Mariette, Les mastabas de l'Ancien Empire)
Sened
(Auguste Mariette, Les mastabas de l'Ancien Empire)
Nsw snd (Nesu Sened)
Nesu Sened
(Papiro de Berlín nº 8433)
Nesu Sened
(Papiro de Berlín nº 8433)
Senedi, Senedy o Sened,
fue el quinto faraón de la dinastía II de Egipto. Reinó ca.
2735-2724 a. C.
La Lista Real de Abidos le denomina Senedi. En la Lista
Real de Saqqara figura como Senedy.
El Canon de Turín asigna a Senedy 54 años de reinado. Si es
el Setenes que cita Manetón, indicaba que su gobierno fue de 41 años.
El Papiro Médico de Berlín cita a Sened como sucesor
de Den.
Senedj es el nombre de un temprano rey egipcio
(faraón) que pueden haber gobernado durante la segunda dinastía. Su posición histórica sigue siendo incierto, ya que no
existen registros contemporáneos sobre Senedj. La primera mención de su nombre aparece
durante la cuarta dinastía. The exact
duration of Senedj's reign is unknown. La
duración exacta del reinado de Senedj es desconocido. El Canon de Turín le acredita con un reinado de 70 años, el
historiador griego Manetón sugiere un reinado de 41 años. Los Egiptólogos
cuestionan ambas declaraciones y las consideran malas interpretaciones o
exageraciones.
La fuente más antigua que hace referencia al rey Senedj se remonta a
principios o mediados de la cuarta dinastía. El nombre, escrito en un
cartucho, aparece en la inscripción de una puerta falsa perteneciente a la
tumba mastaba del sumo sacerdote Shery en Sakkara. Shery celebra el supervisor título de todos WAB-sacerdotes
del rey Peribsen en la necrópolis del rey Senedj, " uno de los diez del
Alto Egipto" y "siervo de dios de Senedj". El
nombre de Senedj está escrito en forma arcaica y situado en un cartucho, que es
un anacronismo, ya que el propio cartucho no se utilizó hasta el final de
tercera dinastía bajo el rey Huni.
El ataúd real de una mujer desconocida,
que data del comienzo de la 18 ª dinastía, es una fuente del nombre aún. La inscripción del ataúd enumera los nombres de varios reyes,
comenzando por el rey Senedj, seguido de un nombre destruido. A continuación la lista continúa con Antef, Mentuhotep II,
Senusret II, Senusret III, Sekhaenre y Ahmose I. El ataúd fue encontrado por
Luigi Vassalli en T100.2 tumba en Dra Abu el-Naga'.
El nombre de Senedj está incluido en las
listas de reyes de la época ramesside, aunque está escrito en diferentes
maneras. Mientras que la lista de reyes de Abidos
imita la forma arcaica, el canon real de Turín y la lista de reyes de Sakkara
forman el nombre con el signo jeroglífico de un ganso desplumado.
La última mención del nombre de Senedj
aparece en una pequeña estatuilla de bronce en forma de un rey arrodillado
lleva la corona blanca del Alto Egipto y la celebración de quemadores de
incienso en sus manos. Additionally the figurine wears a belt which has
Senedj's name carved at the back. Además la
estatuilla lleva un cinturón que tiene el nombre de Senedj tallada en la parte
posterior.
El Egiptólogo Peter Munro[5] ha escrito un informe sobre la existencia
de una inscripción sello de barro que muestra el nombre cartela
Nefer-senedj-Ra, que él cree ser una versión de Senedj, pero ni el sello ni su
inscripción se publicó nunca. Therefore the authenticity of this finding is
questionable. Por lo tanto la autenticidad de
este hallazgo es cuestionable.
El nombre de Horus de Senedj sigue siendo
desconocido. La inscripción de la puerta falsa de Shery podría indicar
que Senedj es idéntico con el rey Seth-Peribsen y que el nombre
"Senedj" fue llevado a las listas de reyes, porque un seth-nombre no
fue permitido ser mencionado. Otros egiptólogos, como Wolfgang Helck y Dietrich Wildung[6], no están tan seguros y creen que Senedj y Peribsen eran
diferentes gobernantes. Señalan que la inscripción de la puerta
falsa tiene los nombres de ambos estrictamente separados entre sí. Además Wildung piensa que Senedj donó una capilla de ofrenda a Peribsen en su
necrópolis. Esta teoría es
cuestionada por otros especialistas como Helck y Hermann A. Schlogl, que
señalan a los sellos de arcilla del rey Sekhemib que se encuentran en la zona
de entrada de la tumba de Peribsen, lo que podría demostrar que Sekhemib
enterrado Peribsen, no Senedj.
Egiptólogos
como Wolfgang Helck, Nicolas Grimal, Hermann Alexander Schlogl[7] y Francesco Tiradritti[8] creen que el rey Ninetjer, el tercer
gobernante de la segunda dinastía, dejó un reino que sufría de una
administración estatal excesivamente compleja y que Ninetjer decidió dividir
Egipto en manos de sus dos hijos (o, al menos, dos sucesores elegidos) que
gobernaría dos reinos separados, con la esperanza de que los dos gobernantes
podrían administrar mejor los estados.
En contraste, otros egiptólogos creen que
una catástrofe económica, como una hambruna o una sequía prolongada afectó a
Egipto. Por lo tanto,
para abordar mejor el problema de alimentar a la población egipcia, Ninetjer
dividió el reino en dos y sus sucesores fundaron dos reinos independientes,
hasta que el hambre llegó a su fin. Campana apunta a las inscripciones de la
piedra de Palermo, donde, en su opinión, los registros de las inundaciones
anuales del Nilo muestran niveles constantemente bajos durante este periodo.
La teoría de Bell es refutada hoy por los egiptólogos como Stephan
Seidlmayer[9], quien corrigió los cálculos de Bell. Seidlmayer ha demostrado que las
inundaciones anuales del Nilo se encontraban en niveles habituales a la hora de
Ninetjer hasta el período del Imperio Antiguo. Bell había pasado por alto que las alturas de las
inundaciones del Nilo en la inscripción de piedra Palermo sólo tiene en cuenta
las medidas de los nilómetros alrededor de Memphis, pero no en otros lugares a
lo largo del río. Por tanto, cualquier
sequía de larga duración se puede excluir.
Tampoco
está claro, si Senedj ya compartió su trono con otro gobernante, o si el Estado
egipcio se dividió en el momento de su muerte. Todas las listas de reyes conocidos, tales como la lista de
Sakkara, el Canon de Turín y la lista de tabla Abydos un rey Wadjenes como
predecesor de Senedj.
Después de Senedj, las listas de reyes
difieren entre sí respecto de los sucesores. Mientras que la lista de Sakkara y
el Canon de Turín mencionan a los reyes Neferka (ra), Neferkasokar y Hudjefa I
sucesores inmediatos, la lista de Abydos los salta y enumera un rey Djadjay
(idéntico rey Khasekhemwy). Si
Egipto ya se dividió cuando Senedj ganó el trono, reyes como Sekhemib y
Peribsen habrían gobernado el Alto Egipto, mientras Senedj y sus sucesores,
Neferka (ra) y Hudjefa I, habría gobernado el Bajo Egipto. La división de Egipto fue llevado a
su fin por el rey Khasekhemwy.
Se desconoce
dónde fue enterrado Senedj. Toby A. Wilkinson asume que
el rey podría haber sido enterrado en Sakkara. Para apoyar este punto de vista, Wilkinson hace la
observación de que las tumbas de los sacerdotes en épocas anteriores nunca
fueron enterrados demasiado lejos del rey de los que habían practicado el culto
funerario. Wilkinson cree que
una de las grandes galerías del Sur dentro de la necrópolis del rey Zoser
(tercera dinastía) fue originalmente la tumba de Senedj.
Neferkara
nfr kȝ rˁ (Neferkara)
Hermoso es el espíritu (Ka) de Ra
(Lista Real de Saqqara nº 8)
Hermoso es el espíritu (Ka) de Ra
(Lista Real de Saqqara nº 8)
nfr kȝ (Neferka)
Hermoso es el espíritu (Ka)
(Canon de Turín 2.25)
Hermoso es el espíritu (Ka)
(Canon de Turín 2.25)
Neferkara, o Seneferka (?),
fue un faraón de la dinastía II de Egipto, c. 2724-2719 a. C.
Su nombre de Horus pudiera ser Seneferka. Sólo se conoce
por sus referencias en las Listas Reales de Egipto y las inscripciones, con el
nombre Seneferka, encontradas en recipientes de la tumba 3505, en Saqqara,
perteneciente al alto oficial Merka, fechado en el reinado de rey Qaa,
que gobernó al final de la primera dinastía (Emery)
En la Lista Real de Saqqara Neferkara es el octavo nombre y
está situado entre Sened y Neferkaseker, en la segunda dinastía. En el Canon
Real de Turín Neferkara, o Aaka, está en el registro 2.25, entre Sened
y Neferkasocar.
Durante el periodo tardío de Egipto, este faraón, gozó de gran
popularidad.
Neferkasocar
nfr kȝ skr (Neferkasocar)
Maravilloso es el espíritu (Ka) de Socar
(Lista Real de Saqqara nº 9)
Maravilloso es el espíritu (Ka) de Socar
(Lista Real de Saqqara nº 9)
nfr kȝ skr (Neferkasocar)
Maravilloso es el espíritu (Ka) de Socar
(Canon Real de Turín 3.1)
Maravilloso es el espíritu (Ka) de Socar
(Canon Real de Turín 3.1)
Neferkasocar soberano de la dinastía
II de Egipto. Gobernó ca. 2719-2711 a. C.
Su nombre figura entre Neferkara y Hudyefa en la Lista Real de
Saqqara y el Canon Real de Turín donde le asignan un mandato de 8 años. Aunque
no está en la Lista Real de Abidos.
Puede tratarse del Sesocris de Manetón, según Sexto Julio
Africano y Eusebio de Cesarea.
Posiblemente se tratara de un mandatario que solo gobernaba en la
región del delta del Nilo.
Von Beckerath asigna como sucesor de Neferkasocar a Hudyefa.
Testimonios arqueológicos de su época
- Un fragmento de papiro (del siglo II a. C.) que parece mostrar su nombre, y describe el edificio de un templo en la zona de El-Fayum.Una inscripción, con el nombre Neferkasocar en la pirámide inacabada de Zawyet el-Aryan.Un sello cilíndrico con el nombre del monarca, que podría no ser contemporáneo.
Seth-Peribsen o SET-PERIBSEN Sejemib hacia 2.700 a.C.
stḥ - pr ỉb s n (Seth Peribsen)
Seth, esperanza de los todos los corazones
Seth, esperanza de los todos los corazones
sḫm ỉb (Sejemib)
De corazón poderoso
De corazón poderoso
sḫm ỉb pr n mȝˁt (Sejemib perenmaat)
De corazón poderoso, Quién vino delante de Maat
De corazón poderoso, Quién vino delante de Maat
sḫm ỉb pr n mȝˁt (Sejemib perenmaat)
De corazón poderoso, Quién vino delante de Maat
De corazón poderoso, Quién vino delante de Maat
Peribsen (también conocido
como Seth-Peribsen y Ash-Peribsen) es el nombre serekh de un rey egipcio
temprano que gobernó durante la segunda dinastía. A diferencia de muchos otros
faraones de esta dinastía, Peribsen está bien atestiguado en los registros
arqueológicos. El nombre real de
Peribsen es un tema de interés para los egiptólogos e historiadores por igual,
ya que se diferencia de la práctica tradicional con su conexión con la deidad
Seth en lugar de Horus. Esto es aún objeto de debate y las investigaciones
sobre por qué Peribsen eligió este nombre. Los detalles de la vida de Peribsen
siguen siendo oscuros y la duración de su reinado es desconocida.
El
nombre serekh de Peribsen se encontró presionado en los sellos tinaja de barro
y lodo y en las inscripciones en los vasos de alabastro, piedra arenisca,
pórfido y esquisto negro. Los sellos y
los barcos fueron encontrados en la tumba de Peribsen y en Elefantina.
También en dos grandes estelas de granito gris
oscuro se encuentra en su lugar de enterramiento. Su forma es inusual, ya que hace que se vean sin terminar y
ásperas. Los
egiptólogos sospechan que esto fue hecho deliberadamente, pero el significado
detrás de esto es desconocido. Un sello
cilíndrico de procedencia desconocida muestra el nombre de Peribsen dentro de
un cartucho y le da el epíteto Merj-Netjeru (amado de los dioses).
Esta disposición conduce a egiptólogos y arqueólogos a la conclusión de que el
sello debe ser de una fecha muy posterior, debido a que el cartucho real aún no
estaba en uso durante la vida de Peribsen. Otro sello del mismo material muestra el nombre de
Peribsen sin un cartucho y con el título real Nisut-Bity ("rey de bajos y
el Alto Egipto").
El
nombre de Peribsen es inusual porque era una tradición egipcia que un rey tenía
que elegir la forma de halcón-deidad Horus como su patrón real. Esto se expresa claramente en uno de los
nombres del rey, el nombre de Horus. El halcón del
dios Horus se colocó en la parte superior de la imagen de la fachada del
Palacio Real (serekh) para mostrar lealtad religiosa del rey. El nombre real del rey fue
escrito en la parte superior de la fachada del palacio.
Sin
embargo, Peribsen no eligió el protector real tradicional Horus, pero en su
lugar optó por la deidad Seth, quien también era popular en las primeras
dinastías, pero se convirtió en impopular durante el Primer Período Intermedio.
Muchos gobernantes posteriores,
especialmente durante el Imperio Nuevo y Baja Época, condenaron Seth y
cualquier antepasado real que había conectado su nombre con esa deidad. En cambio, algunos
faraones hicieron lo mismo que Peribsen y conectan sus nombres de nacimiento de
Seth. Los ejemplos incluyen el (13 de dinastía) faraón Sutekh,
el (19a dinastía) gobernante Seti I y el (20a dinastía) rey Setnakhte.
Estela con el nombre del Peribsen
encontrado en Abydos
Peribsen es conocido por su nombre poco común, los
egiptólogos e historiadores han tratado de entender las posibles motivaciones
que hicieron a Peribsen cambiar su nombre. Las
siguientes secciones tratan algunas de estas teorías.
Una vieja teoría,
apoyada por los egiptólogos como Percy Newberry[10] y Jaroslav Cerny[11] sostenían que Peribsen
era un hereje que trató de introducir una nueva forma de religión de Estado en
Egipto, similar a las acciones del faraón Akenatón de la (18ª dinastía).
La teoría de un
"hereje Peribsen" se basó en la observación de que el nombre Peribsen
fue excluido de las listas posteriores rey y que la tumba del rey fue destruida
y saqueada. Además las estelas de
la tumba de Peribsen, muestran con claridad el animal Seth, que fue muy rayado
con el fin de eliminar cualquier rastro del animal. Esto fue visto como las acciones de los opositores
religiosos al sacerdote de casta Sethian.
Hoy en día esta
teoría tiene poco apoyo. La evidencia
arqueológica de Peribsen sólo se ha encontrado en el Alto Egipto. Su nombre no aparece en los registros
del Bajo Egipto que sobreviven de esa época. Por lo tanto, se argumenta que Peribsen no
puede haber gobernado sobre todo de Egipto, por lo que no estaba en condiciones
de exigir a todos los egipcios apoyar una nueva forma de religión de Estado.
Otra pieza de evidencia que va en contra de la
teoría de la herejía es la puerta falsa del sacerdote Shery en Sakkara, quien
ocupó el cargo durante la cuarta dinastía temprana. impresiones encontradas en la tumba de
Peribsen en Abydos, muestran varias deidades como Ash, Min y Bastet, que se
veneraban en la época de Peribsen como rey. Esta es una prueba más en
contra de la teoría de que Peribsen trató de introducir una nueva religión de
Estado. La inscripción en la puerta
falsa conecta el nombre de Peribsen en una frase con otro rey, Senedj.
Shery celebra el título de "supervisor de todas WAB-sacerdotes del rey
Peribsen en la necrópolis del rey Senedj". Esto implica que un culto
funerario en torno rey Peribsen estaba en su lugar por lo menos hasta la cuarta
dinastía, que es incompatible con la idea de que Peribsen fue considerado un
hereje. Sellos e
En contraste, las teorías más modernas ahora
sostienen que el reino egipcio se dividió pacíficamente. Egiptólogos como
Michael Rice, Francesco Tiradritti y Wolfgang Helck así lo sostienen. No está
claro cuándo exactamente se produjo la división del estado egipcio. Podría
haber sucedido al comienzo del reinado de Peribsen o poco antes. Debido a que Peribsen
eligió la deidad Seth como su nuevo patrón trono, los egiptólogos son de la
opinión de que Peribsen era un cacique de Thinis o un príncipe de la casa real
Tinita. Esta teoría se basa en que Seth siendo una deidad de origen Tinita, lo
que explicaría la elección de Peribsen: su cambio de nombre puede haber sido
nada más que propaganda política (y religiosa) inteligente.
Sello de impresión de Peribsen.
La identidad de Peribsen es también objeto de debate por los
egiptólogos e historiadores. Creen que Peribsen era idéntico al rey
Sekhemib-Perenmaat, un gobernante que había conectado su nombre con el dios
halcón Horus y que definitivamente descartado durante la segunda dinastía.
Algunos egiptólogos como Hermann Alexander Schlogl, Wolfgang
Helck, Peter Kaplony y Jochem Kahl lugar creen que Peribsen fue un gobernante
diferente a Sekhemib. Señalan que los sellos de arcilla sólo se encontraron en
la zona de entrada de la tumba de Peribsen y que ninguno de ellos muestra los
nombres Peribsen y de Sekhemib juntos en una inscripción. Ellos comparan los
resultados con las tablillas de marfil del rey Hotepsekhemwy que se encontraron
en la entrada de la tumba del rey Qaa.
Otros egiptólogos como Toby Wilkinson y Helck creen que Peribsen y
Sekhemib podrían haber estado relacionados. Su teoría se basa en las
inscripciones de los vasos de piedra e impresiones de sellos que muestran
fuertes similitudes en sus estilos de escritura tipográficos y gramaticales.
No está claro si las listas de los reyes ramésidas verdaderamente
omiten Peribsen. La inscripción de la puerta falsa de Shery podría indicar que
Peribsen es idéntico con el rey Senedj ("Senedj" significa "la
aterradora") y que este nombre fue utilizado en las listas de reyes, para
que no se le permitió el nombre seth ser mencionado.
Dado que los registros arqueológicos parecen apoyar la opinión de
que el Estado egipcio se dividió durante el reinado del rey Peribsen, es objeto
de debate por los egiptólogos e historiadores de por qué su predecesor Nynetjer
decidió dividir el estado.
Egiptólogos como Wolfgang Helck, Nicolas Grimal, Hermann Alexander
Schlogl y Francesco Tiradritti creen que el rey Ninetjer, el tercer gobernante
de segunda dinastía y un predecesor de Peribsen, dejó un reino que sufría de
una administración estatal excesivamente complejo y que Ninetjer decidió
dividir Egipto a dejar a sus dos hijos (o, al menos, dos sucesores elegidos)
que gobernaría dos reinos separados, con la esperanza de que los dos
gobernantes podrían administrar mejor los estados.
En contraste, los egiptólogos como Barbara Campana creen que una
catástrofe económica, como una hambruna o una sequía prolongada afectó a
Egipto. Por lo tanto, para abordar mejor el problema de alimentar a la
población egipcia, Ninetjer dividió el reino en dos y sus sucesores fundaron
dos reinos independientes, hasta que el hambre llegó a su fin. Campana apunta a
las inscripciones de la piedra de Palermo, donde, en su opinión, los registros
de las inundaciones anuales del Nilo muestran niveles constantemente bajos
durante este periodo.
Teoría de Bell es refutada hoy por los egiptólogos como Stephan
Seidlmayer, quien corrigió los cálculos de Bell. Seidlmayer ha demostrado que
las inundaciones anuales del Nilo se encontraban en niveles habituales a la
hora de Ninetjer hasta el período del Imperio Antiguo. Bell había pasado por
alto que las alturas de las inundaciones del Nilo en la inscripción de piedra
Palermo sólo tiene en cuenta las medidas de los nilómetros alrededor de
Memphis, pero no en otros lugares a lo largo del río. Por tanto, cualquier
sequía de larga duración se puede excluir.
Los
eruditos como Herman TeVelde, IES Edwards y Toby
Wilkinson creen que la inscripción de la famosa piedra
de Annal de la quinta dinastía, una losa de olivino-basalto negro que
muestra una lista de reyes muy detallada, discute la división del
Reino. En la piedra, los reyes de la 1ª a la 7ª dinastía están listados
por su nombre de Horus, su nombre de oro y su nombre de cartucho, su nombre de
banderolas termina con el nombre de su madre real. Las listas también
contienen ventanas rectangulares que presentan eventos anuales desde el día de
la coronación del rey hasta su muerte. Los fragmentos más famosos de la
piedra de Annal se llaman piedra de Palermo y piedra de El
Cairo. En la piedra de El Cairo, en la línea IV, se conservan los últimos
nueve años del rey Nynetjer (pero la mayoría de las ventanas del año ahora son
ilegibles). La fecha de la muerte de Nynetjer es seguida por un nuevo
rey. Investigaciones recientes revelan que el serekh de ese nuevo rey está
coronado por un animal de cuatro patas, no por el halcón de Horus. Desde
el único heráldico de cuatro patas, serekh animal a principios de
Egipto era la quimera del dios Seth, a pesar de un desacuerdo apasionado, el
gobernante indicado es probable que sea Peribsen. Egiptólogos como
TeVelde, Barta y Edwards no están de acuerdo; Peribsen podría no haber
sido el único rey con un nombre Seth. Los eventos del año bajo Nynetjer
muestran referencias crecientes a Seth, lo que sugiere que la tradición de un
nombre de Horus como el único nombre de reyes ya podría haber
evolucionado. El ascenso de un rey aliado con Seth fue, por lo tanto,
sorprendente. TeVelde, Barta y Edwards piensan que, además de Peribsen,
los gobernantes Wadjenes, Nubnefer o Sened. Podrían haber
sido también reyes Seth; Uno de ellos seguramente fue el verdadero sucesor
directo de Nynetjer. La cantidad comparativamente grande de hallazgos
arqueológicos del reinado de Peribsen contradice la breve duración estimada del
gobierno, solo de 10 a 12 años, como se presenta en la piedra de Annal.
La piedra
de Annal no da absolutamente ninguna indicación de una división del reino
egipcio. Barta, TeVelde, Wilkinson y Edwards argumentan que la teoría de
la división de estado es insostenible. Una reorganización administrativa o
división en las sectas del sacerdocio es más probable.
Cualquiera que sea la razón exacta de la división de Egipto puede
haber sido, existe una fuerte evidencia arqueológica que Peribsen gobernó sólo
en el Alto Egipto. Su reino se extendió a la isla de Elefantina, donde fundó un
nuevo centro administrativo llamado "La casa blanca de tesorería". Su
nueva residencia real, llamada la "protección de Nubty", fue fundada
cerca de Kom Ombo ("nubty" era el nombre del antiguo Egipto de
Naqada).
Logros políticos
Durante su
tiempo en el trono, Peribsen fundó un centro administrativo llamado "La
casa blanca de la tesorería" y una nueva residencia real, llamada
"Protección de Nubt", ubicada cerca
de Ombos ("Nubt" es el antiguo nombre egipcio
de Naqada). Los títulos administrativos de los escribas,
portadores de focas y supervisores se ajustaron para corresponder a la
administración estatal burocrática dividida. Por ejemplo, títulos como
"sellador del rey" se cambiaron a "sellador del rey del Alto
Egipto". Esta reforma burocrática puede indicar un intento por parte de
Peribsen de limitar el poder de estos funcionarios, evidencia adicional de una
administración estatal inflada y poco manejable bajo Nynetjer.
El sistema
de administración bajo Peribsen y Sekhemib tenía una jerarquía clara y bien
definida; como ejemplo, del rango más alto al más bajo: Casa del Tesoro
(real y por lo tanto más alto en el ranking) → oficina de pensiones → propiedad
→ viñedos → viñedo privado (propiedad de los ciudadanos y, por lo tanto, más
bajo en el ranking). El rey Khasekhemwy, el último gobernante de la
segunda dinastía, pudo reunificar a la administración estatal de Egipto y, por
lo tanto, unir a todo el Antiguo Egipto. Puso a las dos casas del tesoro
de Egipto bajo el control de la "Casa del Rey", llevándolos a un
nuevo centro de administración único.
Peribsen
también fundó edificios reales como Per-nubt ("casa de
Ombos") y Per-Medjed ("casa de reuniones") y creó
varias ciudades de importancia económica. Sus
nombres, Afnut ("ciudad de los fabricantes de tocados"), Nebj ("ciudad
del protector"), Abet-desheret ("ciudad de los tarros de
granito rojo") y Huj-setjet ("ciudad de los
asiáticos") son mencionado en numerosos sellos de arcilla junto al serekh
de Peribsen, a menudo precedido por la frase "visita del rey
a...". Las inscripciones en vasijas de piedra también mencionan
un "ini-setjet" ("tributo de la gente Sethroë"), Delta del
Nilo. Esto puede sugerir que Peribsen gobernó todo Egipto, o, al menos,
que fue aceptado como rey en todo Egipto.
Un
funcionario del reinado de Peribsen, Nefer-Setekh ("Seth es bella"),
el "wab-sacerdote del rey", es conocido por los egiptólogos por su
estela. Su nombre puede resaltar la apariencia y popularidad de Seth como
una deidad real.
En la tumba
de Peribsen en Abydos, se encontraron sellos de arcilla que demuestran la
primera oración completa escrita en la historia egipcia registrada. La
inscripción dice:
"El de oro / El de Ombos ha unificado /
entregado los dos reinos para / a su hijo, el rey del Bajo y Alto Egipto,
Peribsen".
El
título "El de oro", también leído como "El de Ombos",
es considerado por los egiptólogos como una forma religiosa de dirección a la
deidad Seth.
Cambios religiosos
A pesar de
su alineación con Seth, numerosas deidades fueron adoradas por la población
bajo Peribsen. Numerosas impresiones de sellos de arcilla e inscripciones
en frascos mencionan a los dioses Ash, Horus, Nekhbet, Min, Bastet
y Kherty. Las representaciones de las deidades son seguidas por el
nombre del lugar o pueblo donde tenían su centro de culto principal. En la
piedra de El Cairo, una estatua de Ash y un fetiche de Seth se acreditan a
Peribsen, complementando las impresiones del sello de
arcilla. Curiosamente, varias impresiones de sellos muestran un disco
solar sobre la quimera Seth sobre el serekh real: el antiguo símbolo del dios Ra. No
hay pruebas arqueológicas de que el dios sol Ra fuera parte del panteón egipcio
en esta fecha tan temprana; La aparición del disco puede ser la primera
evidencia de la evolución del culto al sol y
del cambio teísta. El disco solar aparece en conexión con uno de
los patrocinadores del estado (por ejemplo, bajo el predecesor de
Peribsen, Raneb, el sol estaba conectado a Horus); bajo Peribsen
estaba conectado a Seth. Bajo el rey Khasekhemwy, el sol finalmente
recibió su propio nombre (ra) y, en el momento del cambio de trono entre
Khasekhemwy y su seguidor Djoser, varios sacerdotes y funcionarios también
conectaron su nombre con Ra.
Gobernantes del Bajo y Alto Egipto
Los
historiadores egipcios como Helck, Tiradritti, Schlögl, Emery y Grimal están
convencidos de que Peribsen era un co-gobernante. La investigación sobre
los gobernantes del Bajo Egipto está en curso. Las listas de reyes de
Rammesside difieren en su orden de nombres reales del rey Senedj en
adelante. La mesa real de Sakkara y el canon real de Turín reflejan las
tradiciones menfitas, que solo permitían mencionar a los gobernantes
menfitas. La lista del rey Abydos refleja en cambio las tradiciones
Thinitas y, por lo tanto, solo los gobernantes Thinitas aparecen en esa
lista. Hasta el rey Senedj, todas las listas del rey están de
acuerdo. Después de él, la lista de Sakkara y la lista de Turín mencionan
a tres reyes como sucesores: Neferkara
I, Neferkasokar y Hudjefa I. La lista del rey Abydos salta
a Khasekhemwy, llamándolo "Djadjay". Los egiptólogos consideran
que las discrepancias son el resultado de la división de Egipto durante la
segunda dinastía.
Otros
hallazgos contradictorios son los nombres de los reyes de Horus y Nebty
descubiertos en la Gran Galería del Sur en la necrópolis del rey Djoser (tercera
dinastía) en Sakkara. Las inscripciones de los vasos de piedra
mencionan a los reyes Nubnefer, Weneg-Nebty, Horus
Ba, Horus "Pájaro" y Za; Cada uno de estos se
menciona solo unas pocas veces, lo que sugiere que sus reinados fueron
cortos. El rey Sneferka podría ser idéntico al rey Qa'a o un
sucesor efímero suyo. El rey Weneg-Nebty podría ser idéntico al nombre del
cartucho de Ramesside Wadjenes. Pero los reyes como
"Nubnefer", "Bird" y "Za" siguen siendo un
misterio. Nunca aparecen en ningún otro lugar y el número de objetos que
sobreviven de sus vidas es muy limitado. Schlögl, Helck y Peter Kaplony
postularon que Nubnefer, Za y Bird eran contemporáneos de Peribsen y Sekhemib y
gobernaron sobre el Bajo Egipto, mientras que los dos últimos gobernaron el
Alto Egipto.
La tumba de Peribsen
Peribsen
fue enterrado en la tumba P del cementerio real en Umm
el-Qa'ab cerca de Abydos. La primera excavación de la tumba
comenzó en 1898 bajo la supervisión del arqueólogo y egiptólogo
francés Émile Amélineau. Esta primera incursión fue seguida por
excavaciones en 1901 y 1902 bajo la supervisión del arqueólogo
británico Sir William Matthew Flinders Petrie.
El egiptólogo suizo Edouard Naville realizó una exploración
adicional de la tumba en 1928.
La construcción
de la tumba es sencilla y, comparada con el tamaño de otras tumbas reales en la
misma área, es sorprendentemente pequeña. El modelo de diseño fue la tumba
del rey Djer (tercer faraón de la Primera dinastía), que se cree
que es la "tumba de Osiris" del Reino Medio. La arquitectura de
la tumba de Peribsen es similar al palacio residencial. La tumba mide 16
metros (52 pies) x 13 metros (43 pies) y comprende tres estructuras
independientes anidadas una en la otra: en el centro se encuentra la cámara
funeraria principal, que mide 7,3 metros (24 pies) x 2,9 metros (9,5 pies), y
que está hecho de ladrillos de barro, cañas y madera. En los lados norte,
este y oeste, la cámara funeraria está rodeada por nueve pequeñas salas de
almacenamiento que llevan una a la otra; En la cara sur hay una larga
antecámara. Un pasaje corre entre las estructuras internas y la pared
exterior.
Las
excavaciones bajo la supervisión del Deutsches Archäologisches Institut
Kairo (DAIK) en 2001 y 2004 revelaron que la tumba se había erigido y
completado con mucha prisa. Los trabajos de construcción se realizaron en
una sola fase; las paredes estaban enlucidas a grandes rasgos; y el
monumento se había derrumbado varias veces a lo largo de los
siglos. Durante el Reino Medio, la tumba de Peribsen fue restaurada al
menos dos veces junto con la tumba de Djer, que se creía que era la de
Osiris.
Hallazgos
La tumba
había sido ampliamente saqueada por ladrones de tumbas durante la
antigüedad, pero aún quedaban numerosos recipientes de piedra y tarros de
barro. Algunas de las vasijas de piedra tenían bordes recubiertos de cobre
y son similares a los hallazgos más conocidos de la tumba
de Khasekhemwy. También se encontraron naves de los gobernantes
anteriores, como Nynetjer y Raneb. Se excavaron cuentas y
brazaletes de madera y cornalina y herramientas de cobre. Los
hallazgos especiales incluyen una aguja de plata grabada con el nombre del
rey Hor Aha y fragmentos de sello de arcilla con el nombre del rey
Sekhemib. Las dos estelas de piedra de la entrada, comunes a las cámaras
funerarias de la Primera y Segunda dinastías, ahora se exhiben en dos museos
diferentes.
Recinto funerario real
Cerca de la
tumba de Peribsen se encontró un recinto funerario real hecho de ladrillos de
barro. Sellos de arcilla con el nombre del serekh de Peribsen en ellos
estaban ubicados cerca de la entrada este y dentro de un santuario de ofrendas
destruido. Los hallazgos respaldan la opinión de que el edificio era parte
del sitio de entierro de Peribsen. El recinto funerario se conoce
comúnmente como "Fortaleza media". Esto fue descubierto por
primera vez en 1904 bajo la supervisión
del arqueólogo canadiense Charles Trick
Currelly y el egiptólogo británico Edward Russell
Ayrton. El muro del recinto estaba ubicado en el lado noroeste del recinto
funerario de Khasekhemwy "Shunet ez Zebib" ("granero
de pasas"). Peribsen mide 108 metros (354 pies) x 55 metros (180 pies) y
alberga solo algunos edificios de culto. El recinto tiene tres entradas: una al
este, una al sur y otra al norte. Se ubicó un pequeño santuario, que mide 12,3
metros (40 pies) x 9,75 metros (32,0 pies) en la esquina sureste del recinto
funerario. En un tiempo comprendió tres capillas pequeñas. No se
encontraron tumbas secundarias.
La
tradición de enterrar a la familia y la corte del rey cuando murió fue
abandonada en el momento de Qa'a, uno de los últimos gobernantes de
la Primera Dinastía.
Tablero de juego Mehen de la
tumba de Peribsen en Abydos, en exhibición en el Louvre.
En la tumba de Peribsen en sellos de arcilla Abydos fueron
encontrados que muestran la primera oración completa en la historia de Egipto.
La inscripción dice: "El oro / He de Ombos tiene unificado / entregado los
dos reinos de / a su hijo, el rey del Bajo y el Alto Egipto, Peribsen". El
título de "El dorado", también leer como "El de Ombos", es
considerado por los egiptólogos como una forma religiosa de la dirección a la
deidad Seth.
Egiptólogos e historiadores como Helck, Tiradritti, Schlogl, Emery
y Grimal están convencidos de que Peribsen tuvo que compartir su trono con
otros reyes. Desde los artefactos que sobreviven de su vida muestran que él y
su sucesor Sekhemib-Perenmaat gobernó sólo en el Alto Egipto, que es objeto de
investigación en cuanto a quien gobernó en el Bajo Egipto como los reyes
correspondientes.
Las listas de reyes Rammesside difieren en su orden de los nombres
reales de rey Senedj adelante. Una razón puede ser que la mesa real de Saqqara
y el canon real de Turín reflejan las tradiciones de Menfis, que sólo permitían
gobernantes menfitas a ser mencionados. La lista de reyes de Abidos en vez
refleja las tradiciones Tinitas y por lo tanto sólo Tinitas gobernantes
aparecen en esa lista. Hasta el rey Senedj, todas las listas de reyes conceden
entre sí. Después de él, la lista de Saqqara y el Canon de Turín mencionan tres
reyes como sucesores: Neferkara I, Neferkasokar y Hudjefa I. La lista de reyes
de Abidos se salta estos reyes y salta hacia adelante para Khasekhemwy,
llamándolo "Djadjay". Las discrepancias son considerados por los
egiptólogos como el resultado de la división de Egipto durante la segunda
dinastía.
Otro problema son los nombres de Horus y los nombres de los reyes
Nebty utilizadas en las inscripciones que se encuentran en la Gran Galería del
Sur en la necrópolis de la (tercera dinastía) rey Zoser en Sakkara. Stone
inscripciones de buques mencionan reyes como Nubnefer, Weneg-Nebty, Horus Ba,
Horus "Bird" y Za, pero cada uno de estos reyes se menciona sólo un
par de veces, lo que hace que los egiptólogos piensan que no reinó por mucho
tiempo.
King Sneferka podría ser idéntica a rey Qa'a o un sucesor efímero
de su. King Weneg-Nebty podría ser idéntica al nombre del cartucho Ramesside
Wadjenes. Pero los reyes como Nubnefer, Bird y Za siguen siendo un misterio. Ellos
nunca aparecen en ningún otro lugar pero en Sakkara y el número de objetos que
sobrevive de su vida es muy limitada. Schlogl, Helck y Peter Kaplony postulan,
que Nubnefer, Za y Bird eran los gobernantes correspondientes de Peribsen y
Sekhemib y gobernaron en el Bajo Egipto, mientras que los dos últimos
dictaminado el Alto Egipto.
Jasejemuy
o KHASEKHEMUY hacia 2.686 a.C.
ḥr
ḫˁ sḫm (Horus Jasejem)
El poderoso aparece
El poderoso aparece
ḫˁ sḫmwy (Jasejemuy)
Los dos poderosos resplandecen
Los dos poderosos resplandecen
ḫˁ sḫm w nwb ẖt s n (Jasejemuy Nubjetsen)
Los dos poderosos resplandecen, sus cuerpos son de oro
Los dos poderosos resplandecen, sus cuerpos son de oro
ḏȝ ḏȝ y (Dyadyay)
(L R de Abidos nº 14)
(L R de Abidos nº 14)
ḥr stḥ sḫmwy nbwy ḥtp ỉm.f (Hor Seth Jasejemuy Nebuyhotepimef)
Hor y Seth, Los Dos Poderosos resplandecen y los Dos Señores están satisfechos con él
Hor y Seth, Los Dos Poderosos resplandecen y los Dos Señores están satisfechos con él
nb.ty ḫˁ sḫmwy nbwy ḥtp ỉm f (Nebty Jasejemuy Nebuyhotepimef)
Las Dos Poderosas aparecen y los Dos Señoras están satisfechas
con él
b b y (Beby)
(L R de Saqqara nº 11) Khasekhemwy
... b t y (... bty)
(Canon de Turín 3.3)
(Canon de Turín 3.3)
Khasekhemwy es quizás el mejor atestiguados gobernante de la
dinastía segundo, un periodo que sabemos muy poco acerca de en general.
Khasekhemwy (d 2686 a.C. Veces escrito Jasejemuy) fue el quinto y
último faraón de la segunda dinastía de Egipto, en el poder desde hace 30 años.
Poco se sabe de Khasekhemwy, aparte de eso dirigió varias campañas militares
significativas y construyó varios monumentos, todavía existentes, mencionando
la guerra contra los norteños.
Egiptólogos normalmente lo han colocado como el sucesor de
Seth-Peribsen, aunque Manetón enumera tres reyes entre ellos, que consiste en
Sethenes (Sendji), Chaires (Neterka) y Nebhercheres (Neferkara). Sin embargo,
no hay evidencia arqueológica de estos reyes y casi ninguna otra información
para verificar su existencia.
Sin embargo, algunos egiptólogos creen que él tenía otro
antecedente inmediato llamado Jasejem, con un nombre, obviamente, similar,
aunque otros estudiosos creen Jasejem y Khasekhemwy eran en realidad la misma
persona. Argumentan que Jasejem cambió su nombre por el de Khasekhemwy después
de que aplastó una rebelión, reuniendo así el Alto y el Bajo Egipto. Su nuevo
nombre Horus significa "aparecen los dos más potentes".
Posteriormente, la prestación de su nombre en su serekh fue coronada por tanto
el halcón Horus y Seth jackel, marcándolo como único en la historia de Egipto.
"Los dos más potentes aparecen"
Tal vez el uso de Khasekhemwy tanto de Horus y representaciones
del dios Seth en su nombre era un acto de reconciliación. Incluso podríamos
suponer una unificación de inspiración política del país, si no fuera por la
evidencia de lo contrario. Él, de hecho, se cree que se casó con una princesa
del norte, pero al parecer sólo para cimentar el control que él ganó con la
batalla.
En un jarrón de piedra, encontramos grabada, "El año de la
lucha contra el enemigo del norte dentro de la ciudad de Nekhet." Nekhet,
ahora conocido como el-Kab, se encuentra en la orilla oriental del Nilo a
través de la antigua capital, Nekhen, conocido por los griegos como
Hieracómpolis. Por lo tanto, se trataba de una batalla importante y dramático
entre el Alto y el Bajo Egipto. Sobre la base de dos estatuas sedentes de
Khasekhemwy, se nos dice que algunos 47,209 norteños fueron asesinados, un
número enorme teniendo en cuenta la relativamente pequeña población de Egipto
durante el período dinástico temprano.
La princesa del Norte que Khasekhemwy casada, una mujer llamada
Nemathap (Nimaatapis), que juntas revelan como "La Madre del Rey". Probablemente ella crió a los primeros gobernantes de tercera
dinastía de Egipto, incluyendo Zoser.
También es importante señalar que la evidencia más temprana de
inscripciones de un rey egipcio en el lugar libanesa de Biblos perteneció al
reinado de Khasekhemwy.
Khasekhemwy parecer emprendió proyectos importantes de
construcción de la reunificación de Egipto. Él construyó en piedra en el-Kab,
Hieracómpolis y Abydos. Al parecer, construyó un único, así como enorme tumba
en Abydos, la última tal tumba real construida en esa necrópolis (Tumba V). Las
medidas de tumbas trapezoidal de unos 70 metros (230 pies) de largo y es de 17
metros (56 pies) de ancho en su extremo norte, y 10 metros (33 pies) de ancho
en su extremo sur. Esta área fue dividida en 58 habitaciones.
Antes de algunos descubrimientos recientes de la Primera Dinastía,
su cámara funeraria central fue considerada la estructura de mampostería más antigua
del mundo, está construida de piedra caliza de cantera. Aquí, los excavadores
descubrieron el cetro del rey de oro y sard, así como varias pequeñas macetas
de piedra bellamente hechas con hojas de oro cubiertas de tapa, aparentemente
perdidas por los ladrones de tumbas anteriores. De hecho, Petrie se detalla una
serie de artículos retirados durante las excavaciones de Amelineau. Otros
elementos que se incluyen herramientas de sílex, así como una variedad de
herramientas de cobre y vasos, vasijas de piedra y vasijas de cerámica llenas
de granos y frutas. Había también, pequeños objetos esmaltados, cuentas de
cornalina, herramientas modelo, cestería y una gran cantidad de focas.
Sin embargo, probablemente más impresionante es una estructura
situada en el desierto, a unos 1.000 metros de la tumba. Conocido como el
Shunet el-Zebib (almacén de las fechas), que era una enorme estructura
rectangular de 123 x 64 metros (404 x 210 pies). Las paredes de adobe de la
estructura, con su articulado fachada del palacio, fueron hasta 5 metros (16
pies) de espesor y de hasta 20 metros (66 pies). Increíblemente, los fragmentos
de estas paredes de adobe han sobrevivido durante casi 5.000 años.
Algunos egiptólogos creen que el complejo de edificios dentro de
este recinto puede haber funcionado en una capacidad similar a un templo
funerario. De hecho, tenía mucho en común con el recinto de la pirámide
escalonada de Zoser en Saqqara. Además de las paredes internas nichos del
parámetro, un gran montículo de arena y grava cubierto con ladrillos de barro,
aproximadamente de planta cuadrada, fue descubierto dentro del recinto. Situado
en una posición similar dentro del recinto como la pirámide escalonada en el
complejo de Zoser, este montículo puede haber sido un precursor de las pirámides
escalonadas.
Estructuras de Khasekhemwy son vistas como una importante etapa
evolutiva del antiguo complejo funerario egipcio. Khasekhemwy murió
aproximadamente en 2686 a.C.
Originario de Hieracómpolis,
Khasekhemui fue el último rey de la II Dinastía, su reinado se estima que duró
treinta años. Su nombre indica “Aparecen los dos Poderosos” lo que indica que
debió unir las Dos Tierras nuevamente ya que en su serej aparecen Horus y Set.
Antes de esta unión parece ser que los soldados del norte atacaron el sur.
Debió de ser una lucha encarnizada pues el avance de los norteños hasta la
misma capital del Alto Egipto así lo atestigua. En una vasija de piedra de la
época aparece una inscripción: “el año de la lucha contra el enemigo del norte
en la ciudad de Nekhbet” mostrando la diosa buitre Nekhbet patrona de la ciudad
del mismo nombre (El Kab) antigua capital de los reyes del sur y el símbolo que
representa la unión de las Dos Tierras. Los frisos de los pedestales de las
estatuas de este rey documentan la victoria del Alto Egipto.
Dos estatuas sedentes de este
rey una de esquisto y otra de caliza, procedentes del templo de Hieracómpolis,
muestran al rey con la corona blanca del Alto Egipto y la túnica del Heb Sed,
una se encuentra en el museo de El Cairo y la otra en el Ahsmolean Museum de
Oxford; alrededor de las bases llevan la inscripción jeroglífica registrando
los éxitos del rey del Alto Egipto y una escena de enemigos, y en la estela de
este mismo rey aparece una cabeza de rasgos similares a los encontrados en la
Paleta de Narmer.
En el mismo templo de
Hierakómpolis se encontraron exvotos valiosos que revelaron la importancia que
este templo tuvo para este rey. Su tumba de Abydos es de grandes dimensiones y
como la mayoría de las tumbas reales fue saqueada, pero los ladrones olvidaron
algunos objetos de suma importancia: el cetro real de oro y varios recipientes
de piedra. A pocos metros de su tumba se encuentra Shunet el Zebib, una vasta estructura hecha de ladrillos de forma
rectangular y grandes dimensiones, rodeado de una gran muralla de cinco metros
de grosor y veinte metros de altura con forma de fachada de palacio y decorada
con relieves en forma de nichos, al que se accedía atravesando una gran puerta.
En su interior había edificios que no han sido excavados del todo. El estilo
del edificio es claramente el estilo de Abydos, pudiera ser que el edificio
hubiera sido construido para el Ka del rey. Otras construcciones de este rey se
han encontrado en Guebelein, en el templo dedicado a la diosa Hathor de
Guebelein.
Todos los monumentos mandados
construir por Khasekhemui, sentaron las líneas directrices en las que se basó
el arte del Reino Antiguo. Khasekhemui casó con una princesa del norte llamada
Hepenmaat y el sello encontrado en una vasija le otorga el título de “Madre
engendradora de Reyes”. Las épocas posteriores la consideran como la figura
ancestral de la III Dinastía, de forma parecida a como la reina Ahotep fue
considerada antepasada del Reino Nuevo.
Enterramientos
A finales del siglo
XIX, Petrie encontró unas tumbas en una
zona llamada la “Madre de los tiestos” en Abidos, un lugar donde se apilaban
montones de restos de cerámica que se mezclaban con arena.
Petrie encontró tumbas con forma de MÁSTABA, la palabra deriva de una voz árabe que significa “banco de
adobe”.
Una mástaba es una
superestructura construida en adobe para albergar tumbas, pero estas se
localizaban en el subsuelo y no en su interior. El SERDAB era la capilla principal, donde se localizaba una estatua
del difunto.
Muchas veces en las
paredes interiores de la Capilla de culto las paredes estaban decoradas, del
periodo Arcaico se conservan pocas, son más abundantes las del Reino Antiguo.
Petrie encontró pocos
objetos en estas tumbas de Abidos porque habían sido saqueadas, pero entre los
restos halló un brazo momificado de las primeras dinastías que portaba unos
brazaletes interesantes por su valor iconográfico, que hoy en día se exhiben en
el Museo de El Cairo.
Uno de estos
brazaletes está realizado con cuentas con forma de serej, (aparece en la
fotografía de abajo en cuarto lugar).
Otro documento muy
interesante es la Estela del Rey
Serpiente (Djet) que pertenece a la colección del Museo de Louvre.
Este relieve es considerado
como la mejor obra escultórica del periodo Tinita. En ella se muestra a Djet
como representante de Horus, el dios del cielo, bajo la forma de halcón posado
sobre un rectángulo. En su interior se alberga una serpiente y la fachada de un
palacio fortificado, constituyendo el conjunto el serej o manera de representar
el nombre del monarca a escala monumental en época Tinita. La visión conceptual
del escultor, el magistral dominio del espacio a través del dibujo, la
precisión de los detalles y la suavidad plástica del acabado, logrado mediante
el refinado pulido, constituyen caracteres que transmiten a la perfección el
poder de estos monarcas que unificaron Egipto en los primeros momentos de su
historia.
Walter Emery excavó
en Saqqara, al oeste de Memphis, allí encontró una serie de tumbas con una
configuración semejante a las que Petrie había hallado en Abidos.
¿Qué sentido podía
tener esto?, ¿dos necrópolis reales de la misma época? Parece que en Memphis
construyeron Cenotafios, tumbas que no contenían ningún cadáver.
Esto podría explicarse
por la dualidad existente en la monarquía egipcia, los reyes serían enterrados
en el Alto Egipto en Abidos, pero también de forma ritual se les enterraría en
Memphis en el Bajo Egipto.
Un documento
interesante es esta impronta de cilindro-sello
encontrada por Gunter DREYER en la necrópolis de Abidos. Contiene los nombres
de los cinco reyes de la Dinastía I.
Sello
hallado en Umm el-Qaab (Abidos)
En el aparecen (en color): Narmer, Aha, Dyer, Uadye, Den y Merneith
En el aparecen (en color): Narmer, Aha, Dyer, Uadye, Den y Merneith
En este gráfico se puede ver el serej de Jasejemuy, último rey de la
Dinastía II. Este serej está coronado por las imágenes de los animales de Horus
y Set, ambas tocadas con la Doble corona.
Como ya hemos dicho habitualmente solo aparece
Horus, pero en reyes de la Dinastía II de modo excepcional encontramos serejs
con los dos dioses antagónicos.
Autores, como H. Müller, se basan en tabletas de
madera y marfil encontradas en Abidos, lugar donde se enterraron los soberanos
de la I Dinastía, que contenían el nombre de Menes junto al del Horus
Aha para conjeturar que se trataba de la misma personas. Pero hay
quién defiende que estos objetos se datarían en época del rey Djer, tercer rey de la I Dinastía,
por lo que éste y Aha
habrían tenido el mismo título Nesut
Biti.
Neville dice que el nombre de “Men”
que aparece en la tableta de marfil no hablaría de Menes, sino que haría alusión al nombre de un pabellón real,
es decir, el lugar donde se desarrollaban las ceremonias de la fiesta Sed,
describiendo al doble trono de la fiesta.
Basándose también en los títulos, Driotón y Vandier
opinan que no es descabellado pensar que bien pudo existir una sucesión Narmer-Menes-Aha-Djer, mientras
que Hall especula con la
idea de que Menes fuera
una figura compuesta y legendaria del primer y tercer monarca.
Otros autores defienden la hipótesis de que se trataría de una
misma persona que tras haberse impuesto sobre el Norte, tomó el título de Horus Aha (El Combatiente), aunque esta teoría tiene algunos
inconvenientes, pues Aha
tuvo que enfrentarse en diversas ocasiones con nubios, libios y pueblos del
Norte, lo que hace suponer que Egipto no se habría unificado totalmente.
Sea como fuere, la idea más extendida defiende que la figura
unificadora del país no fue otro que Menes,
pudiéndose identificar con Narmer.
Con los reyes de las primeras se aprecia ya un
Estado asentado con su administración, en esta placa aparece el rey con actitud
de sometimiento enarbolando la maza blanca y con la otra mano sostiene por los
cabellos al enemigo, el rey viste un faldellín y está tocado con el nemes y el
ureus, cobra protectora que fulmina a quien osa mirarlo, se observa el serej
del rey Den delante del rey se aprecia un estandarte.
Particular mención en ésta cuestión merecen dos importantes sellos
encontrados por Dreyer entre 1985 y 1995 en el cementerio real de Umm el-Qaab y
en dónde se leen las secuencias cronológicas de ésta primera dinastía. Así
aparecen mencionados y en éste orden, Narmer,
Aha, Dyer, Uadye y Den en el primero y Narmer, Aha, Dyer, Uadye, Den, Adyib, Semerjet y Qaa en el segundo. Así pues y dado que Narmer aparece en ambos
ejemplos en un primer lugar, ¿ pudo ser el legendario rey “Menes” ?. Es
posible. Sea como fuere, lo que sí parece acertado pensar es que la unidad del
Doble País sólo se consiguió a partir del reinado del Horus Aha, ya que es a
partir de él cuando las pruebas documentales se suceden en ésa dirección.
Del Horus Aha, “El
Luchador”, nos han llegado diversas inscripciones y de entre ellas caben
destacar las tablillas de marfil en dónde se le observa celebrando fiestas
conmemorativas por la unificación del país. Así mismo y según señala la Piedra
de Palermo, durante su mandato se mantuvieron contactos comerciales con pueblos
tales como Fenicia, así como también una campaña en Nubia, además de recibir
tributos libios.
A su muerte le sucede su hijo el Horus Dyer, un rey que gobernó durante unos 50 años. Este es
especialmente conocido por su tumba en Abidos. Una gran tumba con una única
sala que se halla rodeada de otras pequeñas en número de 382 en dónde fueron
colocados los restos de sus cortesanos quienes posiblemente fueron previamente
sacrificados.
Del Horus Uadye nos ha
llegado una conocida estela funeraria en la que es representado con el símbolo
totémico que le representa, la serpiente. Realizó diversas expediciones al Mar
Rojo y Desierto Oriental, y a su muerte actuó de corregente al lado de su hijo
el Horus Den, la reina Meritneith, una mujer de la que nos ha llegado al igual
que los reyes de ése periodo histórico una importante tumba funeraria en Umm
el-Qaab (Abidos).
De su sucesor el Horus Den
se conocen diversas tablillas en dónde se le representa, bien en actitudes
guerreras, bien ceremoniales en honor a diversos dioses (Anubis, Ptah, Uadyet,
etc.). Se le conocen varias campañas militares en el Desierto Oriental, así
como alguna reforma en la administración, y según nos narra la Piedra de
Palermo, parece mostró especial interés por la Anatomía, de hecho a él se le
atribuye un primer tratado sobre ésta ciencia. Su tumba de Abidos adquiere algunas
innovaciones sobre las de sus antecesores al construirse en ella y por primera
vez, una rampa de acceso en piedra que luego era cerrada por una trampilla. A
su vez, una escalera daba paso a una sala en dónde era colocada una estatua
hacia la cual dirigían las plegarias sus fieles y en lo que resultaría ser el
primer ejemplo de una práctica egipcia luego habitual: el "serdab".
Tras el reinado del Horus
Adyib le sucede Semerjet (quizás
hijo o familiar) tras una disputa dinástica no aclarada. Un personaje que bien
pudo ocupar algún cargo de tipo religioso y que tras su victoria, se dedicó a
destruir todo vestigio de su antecesor. Sin embargo, el nombre de Adyib figura
en inscripciones posteriores así como en las “Listas Reales”.
Le sucede en el trono el Horus
Qaa, quien continuando con las mismas prácticas que utilizara su antecesor,
se dedicó a borrar su memoria y con ella, lo que parecen circunstancias
relacionadas con conflictos por el control del gobierno y que ya se sucederían
durante toda la II dinastía. Qaa fue el último rey egipcio en seguir la
habitual práctica funeraria hasta entonces utilizada y según la cual,
posiblemente eran sacrificados y enterrados junto él, algunos de sus cortesanos
más próximos para acompañarle en su destino. Esta exclusión hace pensar en los
importantes cambios religiosos e ideológicos que durante su gobierno (o
inmediatamente después) debieron acontecer y quizás ellos sean el motivo por el
cual Manetón tras su reinado pone fin a la dinastía.
Las
Dinastías I y II.
Nomos del Alto Egipto. En el número 8 se
puede identificar claramente Abidos. El otro punto que aparece sin rotular en
dicho nomo se corresponde con la ciudad de Thinis
(actual Girga). Imagen obtenida de Wikipedia.
(actual Girga). Imagen obtenida de Wikipedia.
La organización social.
La Dinastía I tuvo su capital en Thinis próxima a la actual Girga.
Se corresponde con el Nomo número 8 del alto Egipto, en el que también se
encuentra el cementerio real de Abidos.
Los faraones correspondientes a esta dinastía se enterraron en el
cementerio de Abidos. Sus tumbas eran cámaras subterráneas de ladrillo,
cubiertas por un túmulo de gravilla y arena, rodeado por un muro de contención.
Alrededor de la cámara central se situaban cámaras de
almacenamiento, conteniendo elementos que se estimaban de utilidad en la otra
vida. En otro al conjunto, se ubicaban una serie de tumbas menores que
contenían los cuerpos de personas del círculo del faraón. Muchos de ellos son
mujeres, probablemente miembros del harem real.
El acompañamiento funerario presenta interesantes paralelos con
los cuerpos encontrados en el dolmen de Montelírio.
Mientras se publican los datos, recomendamos consultar la página "Los Dólmenes de Valencina" donde se
efectúa un seguimiento muy detallado y puntual a la excavación que se está
realizando.
Los faraones erigieron un palacio funerario próximo a la zona de
cultivo, consistente en un edificio rectangular de ladrillo.
Cerca del conjunto, se encontraban los enterramientos de otras
figuras próximas a la corte, como funcionarios secundarios, artesanos, enanos
de la corte, perros favoritos...
Parece que algunos de ellos murieron justo antes de cerrar la
tumba. Posiblemente eran sacrificados (¿asesinato ritual?) para que acompañasen
y sirvieran al faraón en su otra vida. El punto culminante de esta práctica se
alcanzó en las exequias del faraón Dyer, a quién acompañaron 580 servidores.
Sin embargo, los altos funcionarios y el resto de los miembros de
la familia real tenían sus propios enterramientos en otros cementerios
provinciales que no formaban parte de este complejo. Hacia finales de la
Dinastía I se abandona la costumbre del sacrificio de cortesanos.
Queremos dedicar unas líneas a la figura de Merneit. Parece ser
una reina que gobernó como un faraón. Esta figura se repite varias veces en la
historia del antiguo Egipto, donde algunas mujeres acceden a la máxima dignidad
y ejercicio del poder, siendo representadas con elementos indicadores dicha
autoridad, incluyendo a veces atributos masculinos (barba). Para ubicarlas en
el contexto de la historia antigua, ninguna otra organización social de la
antigüedad, incluidas Roma y Grecia permitió el acceso de la mujer a la más
alta jerarquía del poder. Esto es una singularidad de la cultura egipcia.
Tumba de Qa'a, faraón de la Dinastía I.
Obtenida de la WEB de la Dra. Ana María Vázquez Hoyos, en su artículo "Abidos: el santuario de Osiris". Dicha
fotografía está rotulada como "Tumba del Cementerio U de Abidos", sin
embargo, entrando en al "Tumba de Qa'a" (Qa'a Tomb) de esta misma
página, podemos encontrar otra foto, tomada desde atrás, que aparece rotulada
como "Tumba de Qa'a (tumba Q)".
Los primeros faraones de la Dinastía I tomaron conciencia de la
importancia de fundar un centro administrativo cerca del Delta. Probablemente
el motivo fue doble: una ciudad en el nacimiento del Delta controla las rutas
comerciales que remontan el Nilo, pero también está próxima a las zonas que se
conquistaron más recientemente. Es posible que su fundación tuviera que ver con
las batallas representadas en la Paleta de Narmer. Este lugar fue la ciudad de Menfis,
donde se adoraba al dios Ptah, cuyo templo alcanzó gran importancia.
Al norte de Memfis, en la meseta de Saqqara se creó un cementerio.
Durante la Dinastía I albergó las tumbas de altos funcionarios. Estas tumbas
tenían sobre ellas estructuras de ladrillo rellenas de gravilla. Son las
llamadas Mastabas. En otros cementerios como Nagada, Tarjan, Guiza y Abú Roas
se han encontrado también tumbas de gran tamaño, correspondientes a altos
funcionarios.
Sin embargo, durante la Dinastía II la importancia de Menfis y del
cementerio de Saqqara crecieron hasta el punto de que los faraones de esta
dinastía se enterraron allí, postergando a Thinis, su ciudad de origen. El
proceso debió presentar algunas complicaciones, pues dos de los faraones
volvieron a ser enterrados en Abidos.
Las tumbas de los faraones de la Dinastía II estaban con
frecuencia excavadas en roca y cubiertas
por una superestructura de ladrillo relleno de grava.
En el caso de la tumba de Hotepsejemuy estaba excavada a una profundidad de 7 m. a la que se accedía por medio de una escalera de más de 25 m.
La planta era un auténtico laberinto excavado en la roca madre.
Los espacios de la tumba se organizan como si se tratase de la residencia real, contando con diversas zonas de amplias cámaras de almacenamiento y despensas.
El pasillo principal presenta numerosas ramificaciones. Entre otras habitaciones a las que se accedía había una letrina y un depósito de jarras.
En el caso de la tumba de Hotepsejemuy estaba excavada a una profundidad de 7 m. a la que se accedía por medio de una escalera de más de 25 m.
La planta era un auténtico laberinto excavado en la roca madre.
Los espacios de la tumba se organizan como si se tratase de la residencia real, contando con diversas zonas de amplias cámaras de almacenamiento y despensas.
El pasillo principal presenta numerosas ramificaciones. Entre otras habitaciones a las que se accedía había una letrina y un depósito de jarras.
Desgraciadamente no conocemos demasiado sobre la estructura
política de Egipto en esta época. La escritura corresponde a una versión muy
arcaica del idioma y no se ha podido descifrar todavía. Sin embargo podemos
sacar las siguientes conclusiones sobre la organización social egipcia:
·
La pirámide social estaba
coronada por el Faraón, que acumulaba poder progresivamente. Bajo él estaban
los aristócratas y altos funcionarios, incluidos los miembros de la familia
real. A continuación estaban los funcionarios menores, luego los artesanos y
sirvientes y finalmente los campesinos.
·
Las diferencias entre las
tumbas del faraón y las de los altos dignatarios no eran tan grandes como en el
Imperio Antiguo, lo que hace pensar que mantenían cuotas de poder e
independencia elevadas.
·
El Faraón empieza a utilizar
nombres de Horus lo que se interpreta como los primeros pasos para reclamar el
estatus divino (excepto Peribsen que utilizaba su nombre de Set). A través de
su estatus divino el faraón comenzaba a presentarse como la fuente del Orden
(que en Egipto constituyó un pilar ideológico y de organización) y única fuente
capaz de mantener unido el país.
·
Si bien la residencia del
faraón debía ser la capital, el poder de esta ciudad no era monolítico y éste
se veía obligado a cuidar su relación con otras ciudades. Por ejemplo, utiliza
un nombre de Nebty que une a Nejbet la Diosa Buitre del Alto Egipto cuyo templo
estaba en El-Kab y Uto, la Diosa Cobra con templo en Buto. También hemos
mencionado las tensiones entre Thinis y Menfis. Todo ello sugiere que la unidad
no se había alcanzado todavía.
·
Se empieza a utilizar
profusamente la simbología del Alto y Bajo Egipto, que se mantiene hasta la
invasión por Roma, aunque hacía ya varios miles de años de la unificación.
·
No se conoce con certeza el
método de sucesión, pero las duraciones de los reinados parecen indicar que el
título pasaba de padres a hijos, como ocurriría en periodos posteriores.
·
Aunque nominalmente el faraón
era el propietario de toda la tierra, parece que la aparición de esta figura no
modificó realmente las estructuras de propiedad anteriores a la Dinastía I. Sin
embargo es evidente la centralización de muchas decisiones económicas
importantes. Hay una progresiva centralización en el faraón de las decisiones.
Esto hace pensar que la clase funcionarial tendría pocos derechos hereditarios
y su carrera dependería en gran medida de las decisiones reales.
·
Existía una numerosa clase
funcionarial que se ocupaba de recaudar los impuestos. Estos se calculaban en
función de la crecida del Nilo, que se registraba metódicamente. Había unos
viajes periódicos para censar a la población y sus bienes que emprendía el
faraón con un numeroso séquito.
·
La escritura cobra fuerza y,
a finales de la Dinastía II, aparecen escritos con frases completas, ya que con
anterioridad sólo se han recogido sellos de faraones y funcionarios.
·
La capacidad de almacenar
excedentes y el control de la redistribución de los mismos en manos del faraón
devino una importante fuente de poder. Especialmente importante debió ser el
control y la redistribución por parte de la corte del comercio a larga
distancia y la entrada de productos de prestigio. Particularmente con Siria,
Líbano y Palestina. Este comercio se desarrolló tanto en tierra como por mar.
·
La corte egipcia tenía
numerosos artesanos. Estos debieron vivir en las proximidades de Menfis.
·
Conocían la metalurgia del
cobre y mantenían contactos con el Bronce Antiguo II Palestino.
Hoja de azada de cobre de la Dinastía I.
Fuente: "British Museum".
Cuchillo ceremonial con el nombre del
faraón Dyer inscrito en la empuñadura. Royal Ontario Museum, Toronto, Canadá.
Imagen obtenida de Wikipedia.
Las relaciones
exteriores.
La guerra debió ser un instrumento usado frecuentemente por los
faraones de las Dinastías I y II en sus relaciones exteriores. Hay referencia a
la eliminación de los "Enemigos del Norte" aunque no está aclarado si
se trata de sofocar una rebelión de Señores del bajo Egipto o bien de guerras
contra los libios. Los faraones Dyer y Udimu dicen haber combatido contra
"Enemigos del Este" aunque tampoco está clara su identidad.
Conocemos mejor las relaciones con Nubia. Durante el reinado de Aha se
consolida la frontera del sur en la primera catarata (Dyebel Silsila). En los
primeros momentos de la Dinastía I continúa el florecimiento de las comunidades
nubias del Grupo A. Algunas tumbas monumentales de esta zona nos han legado
objetos muy valiosos de procedencia egipcia (grandes hachas de cobre, cinceles,
un mirlo de pizarra, vasos de piedra, dos grandes paletas con forma de ave y
dos mazas con mango de oro). Los autores lo interpretan como donaciones de
faraones egipcios por servicios prestados.
Sin embargo, conforme transcurre la Dinastía I, la cultura del
Grupo A comienza a eclipsarse, aunque el comercio con el interior de áfrica no
experimenta ningún menoscabo, al contrario, parece que el estado egipcio tomó
militarmente el control de las rutas comerciales. Las repetidas invasiones del
territorio nubio provocaron que una población que estaba intensificando su
proceso de sedentarización, abandonase el territorio a finales de la Dinastía
I.
A comienzos de la Dinastía II el Estado Egipcio avanza hacia el
sur, construyendo el asentamiento de Buhen, cerca de la segunda Catarata. Los
autores estiman que su creación es debida, probablemente, a la necesidad de
disponer de un lugar seguro que permitiese rodear la Segunda Catarata y fuese
cabecera de la ruta comercial que avanzaba hacia el sur, hasta Dóngola.
Foto de las ruinas de las fortificaciones de Buhen, antes de
desaparecer bajo las aguas de la presa de Aswan. La estructura de la fortaleza
de Buhen era rectangular. Tenía una muralla exterior que medía 700 metros y su
grosos era de 4 metros. Alrededor de esta muralla había una zanja. En la parte
de la muralla occidental construyeron una torre de 47 metros de altura. Se
fortificaron también con otras torres de menor altura en diferentes partes,
sobre todo en las esquinas, y con bastiones que estaban separados 5 metros. En
la entrada tenía un doble portón construido en madera y poseía un puente
levadizo. El antiguo establecimiento se remontaba a la época tinita (dinastías
I y II) pero incrementa su importancia a partir del Imperio Antiguo, en
particular con Jafra (Khefren) durante la dinastía IV. Alcanzó su apogeo en la
dinastía XII con Sesostris I y Sesostris III. Imagen obtenida de la WEB: "Egiptomaníacos".
Artes y oficios.
La pujanza de una clase social alta, interesada en destacar las
diferencias de estatus y una religión creyente en una vida material después de
la muerte, similar a esta, se reflejan en los hallazgos encontrados en las tumbas
de este periodo.
Aparece una artesanía productora de bienes de lujo a gran escala que incrementó la demanda de materias primas.
Aparece una artesanía productora de bienes de lujo a gran escala que incrementó la demanda de materias primas.
La cerámica se produce masivamente, fabricada en pocos talleres
que daban servicio a todo el país. Sin embargo su papel queda reducido a objeto
utilitario, como envases de almacenamiento. Las piezas de borde ennegrecido no
perduraron.
Aunque los artesanos de la corte disponían ya de objetos de cobre, el sílex era ampliamente utilizado, destacando los cuchillos en forma de cimitarra que continuaron fabricándose durante la Dinastía I.
Aunque los artesanos de la corte disponían ya de objetos de cobre, el sílex era ampliamente utilizado, destacando los cuchillos en forma de cimitarra que continuaron fabricándose durante la Dinastía I.
Cuchillo de Silex. Imagen obtenida de la
WEB: "Museo egipcio global"
La carpintería alcanza un gran desarrollo, favorecida por la
proliferación de herramientas de cobre. Aparecen nuevas técnicas, como el
ensamblaje, el tallado y la incrustación, fabricándose numerosos muebles
(taburetes, camas, sillas, mesas, arcones...) con incrustaciones de marfil y
cobre y bellamente tallados. Los artistas egipcios tallan estatuas de tamaño
casi natural.
Utilizan las técnicas del batido y el vaciado en el trabajo del
cobre. Fabricaron palanganas, cuencos, platos y espejos, entre otros. Sabían
añadir pitorros por la técnica del remachado. Aunque no se ha conservado, hay
referencias de una estatua de cobre de Jasejemuy.
Fabricaban joyas con oro, lapislázuli y turquesa. También utilizaban láminas de
oro talladas y estampadas para adornar las empuñaduras y otros objetos.
Emplearon las incrustaciones de marfil para adornar diversos tipos
de elementos, trabajándolas con gran perfección. Fabricaron cuentas de collar,
colgantes y amuletos utilizando la fayenza.
Vaso de
diorita. Dinastía I. Imagen obtenida
de la WEB: "Museo egipcio global"
de la WEB: "Museo egipcio global"
Continuaron la tradición del Alto Egipto de fabricación de vasos
de piedra, alcanzando unos niveles técnicos y estéticos muy elevados. Aunque
las mazas votivas y las paletas Guerzeenses dejaron de fabricarse, sí continuó
la tradición de esculturas en bajorrelieve, un ejemplo son las estelas
funerarias. La escultura nos ofrece representaciones de animales y seres
humanos, adelantando los rasgos generales del arte del Imperio Antiguo.
Respecto a la escritura, podrían datarse en este periodo la
Teología Menfita, que describe la creación del mundo por el dios Ptah y un
tratado de medicina. La existencia de la Piedra de Palermo hace suponer que
existían ya archivos reales de donde se obtuvo la información.
A final del periodo Potodinástico habían quedado ya establecidos
los fundamentos de la cultura cortesana del Imperio Antiguo.
Algunos han explicado esta proliferación de artes y oficios como
pruebas de una incursión desde Mesopotamia. Los autores encuentran que la
influencia mesopotámica no fue tan profunda y que hay más elementos de
continuidad con la cultura anterior que de ruptura. En cambio ven más lógica
una evolución interna. A diferencia de las ciudades-estado mesopotámicas,
Egipto concentró un gran poder de movilización de mano de obra, en un estado
unificado. Los artesanos trabajaban para una clase alta mucho más numerosa con
una gran demanda de calidad en los bienes de estatus. Esto hizo que alcanzasen
un altísimo nivel artístico. Sin embargo, las innovaciones tecnológicas
tardaron bastante en ser incorporadas. Como ejemplo está la tardía introducción
del bronce.
Objetos de cobre del Protodinástico.
Imagen obtenida de la WEB: "Museo egipcio Global"
CONCLUSIONES
Vamos a tratar de explicar, a continuación, el porqué de haber
dedicado este post al Egipto Protodinástico (o Arcaico como lo denominan
algunos autores). Las razones son varias:
·
La primera y más importante
es el proceso de formación de un Estado con unos condicionantes geográficos muy
similares a los que encontramos en la vega del Guadalquivir: el territorio
estaba organizado en torno a un río y restringido a ambas riberas de este, en
Egipto por desiertos, en el Guadalquivir por montañas.
·
La segunda es la vertebración
de este estado de una forma unitaria, a lo largo de todo el río. Esto viene
inducido sobre todo por dos razones: las limitaciones geográficas mencionadas
en el punto anterior y un comercio a larga distancia cuyo control actúa como
catalizador de esta unidad. Se trata de un modelo muy diferente del que nos
encontramos en Mesopotamia o en el área Sirio-Palestina, basado en un
territorio abierto, que produjo la aparición de ciudades estado que no llegaron
a unificarse hasta una época mucho más avanzada. Algo así sucedió
posteriormente en el mundo fenicio y griego que con frecuencia se han tratado
de utilizar para interpretar la evolución cultural y social de la Península.
·
Esta unificación política
(autoridad central) trajo consigo la pervivencia de un modelo de ocupación
disperso, basado en aldeas, pues la autoridad que gobernaba garantizaba el
orden, a diferencia del modelo de ciudades-estado que provocó que la población
se concentrase en ciudades amuralladas.
·
El control de las rutas
comerciales lleva al Faraón a construir su capital en el delta del Nilo,
encrucijada vital para el control del comercio.
·
No hay en el Egipto de esta
época abundancia de hallazgos de construcciones de funcionalidad civil
(palacios, murallas, templos...) y lo que conocemos principalmente se debe a
tumbas monumentales, que nos dan una clara idea de las jerarquías sociales. en
estas tumbas se enterraban junto al Faraón sus sirvientes y funcionarios de
bajo nivel. Esto presenta claras similitudes con los hallazgos encontrados en
el Dolmen de Montelirio, excavación que acaba de finalizar, de la que algunos
resultados han sido anticipada por el Profesor Escacena en una conferencia cuyo
resumen se puede encontrar en la WEB "Asociación
Los dólmenes de Valencina" que ha efectuado una fantástica labor
de seguimiento de estos hallazgos.
·
La necesidad de controlar las
rutas comerciales lleva a las autoridades egipcias a continuar su expansión,
fundando construcciones amuralladas que permitían el control y entrando en
guerra con sus vecinos.
Estatua del Faraón Jasejemuy Dinastía II.
Imagen obtenida de la WEB: "Cuadernos digitales.net"
¿Quiere esto decir que defendemos una relación o dependencia entre
ambas culturas?
¡No! no hemos investigado la existencia de pruebas que las pongan en relación.
¡No! no hemos investigado la existencia de pruebas que las pongan en relación.
Queremos decir que, a la hora de interpretar el modelo social de
la cuenca del Guadalquivir es más acertado utilizar lo sucedido en Egipto
durante el periodo Protodinástico que buscar otro tipo de modelos.
¿Quiere decir que hay que despreciar la influencia exterior?
¡No! también en Egipto se produce una influencia exterior,
cultural y comercial, desde Mesopotamia. De hecho, la vamos a buscar en
próximos post.
¿Sirve lel modelo egipcio para analizar la evolución posterior del
estado del Guadalquivir?
Otra vez la respuesta es no. Egipto sigue a partir de ese momento una evolución singular que no tiene reflejo en lo sucedido en el sur de la Península Ibérica. De hecho nosotros no defendemos que ambos modelos sean idénticos. La complejidad social del mundo egipcio, su producción artística, su monumentalidad, la escritura no tuvieron un paralelo en las riveras del Guadalquivir. Sin embargo, Valencina de la Concepción y su barrio metalurgico tampoco tienen su equivalente exacto en la Menfis del Protodinástico.
Otra vez la respuesta es no. Egipto sigue a partir de ese momento una evolución singular que no tiene reflejo en lo sucedido en el sur de la Península Ibérica. De hecho nosotros no defendemos que ambos modelos sean idénticos. La complejidad social del mundo egipcio, su producción artística, su monumentalidad, la escritura no tuvieron un paralelo en las riveras del Guadalquivir. Sin embargo, Valencina de la Concepción y su barrio metalurgico tampoco tienen su equivalente exacto en la Menfis del Protodinástico.
Parte de mueble de la Dinastía II. Imagen
obtenida de la WEB: "Cuadernos digitales.net"
De momento vamos a dejar aquí el análisis del Antiguo Egipto,
justo a las puertas de la III dinastía, los primeros constructores de
pirámides. Las semillas de la cultura egipcia están sembradas y han empezado a
germinar. A partir de ahora el proceso es muy conocido y hay buena
documentación sobre él. En los próximos post vamos a tratar de analizar cómo
estaba evolucionando la cultura en el Egeo, con especial atención al mundo Minoico.
Figurillas
de marfil periodo Protodinástico.
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