sábado, 25 de enero de 2020

Capítulo 49 - Enseñanzas de Khety a su hijo Merikara


Máxima I. Comienzo de las Enseñanzas.
(1) El comienzo de la enseñanza que ha sido hecha por el rey del alto y bajo Egipto Khety para su hijo Merykara, (2) […] No seas clemente con una acción (maliciosa). Deberías atrapar(lo) y castigar(lo). (3) […] en todas las palabras. Es el cabecilla de (4) la rebelión.

Máxima II. 
[…] ocurrido. Se multiplicaron los descontentos. (5) […] y sus buenos consejos para ti. (6) […]
En relación con quien dice un cargo […] (7) […]  Y después que se manifieste tu palabra contra (8) […] es parcial (9) […] hace su lado en […] y entonces (10) […]  señor […] repartiendo junto con mis servidores […] (11) […] se dice lo mismo […] abundantemente en tu cara. Irás despistado por el camino (12) […] estándole agradecido. Matarás […] (13) […] de otros por ello, habiendo conocido que sus servidores que lo aman.

Máxima III
Si encontrases […] de/para los ciudadanos, es el señor (14) de una tribu, contrólalo y entonces no […] (15) tus numerosos renacuajos. No lastimes a un hombre mediante una instrucción, pues no […] (16) […] las grandes mansiones […] panes […] (17) […] de la tribu. Cuídate de no […].

Máxima IV
(18) […] los compañeros, no estamos vivos después de haber pasado un mes […] (19) […] su cuerpo. Dice que pensará y recordará: “Fui un hombre fuerte, ciertamente, sobre la tierra en (cada) miembro de (mi) carne. […] (20) la gente que cayó en rebelión después de estar pacificado tu corazón con la venganza. […] Todos dicen: “Resulta que fue dado a luz de nuevo y fueron educados como (21) hombres pacíficos […]

Máxima V. Del agitador en la ciudad.
[…] como un dios. Si lo encontrases como alguien que no tiene muchos familiares suyos (22) a quien no han reconocido los ciudadanos, (con) servidores extremadamente numerosos, quienes lo aman por sus bienes con la intención de ser conocido, quien penetra en los corazones, (23) que es agradable delante de sus siervos a pesar de ser un tal chismoso y un charlatán, elimínalo, mata a sus hijos, (24) borra su nombre destruye a sus allegados, elimina su recuerdo y el de los servidores que lo aman. Es alguien que crea la agitación (25) de los ciudadanos, un hombre violento. Hace que se creen dos facciones entre los jóvenes.

Máxima VI. De la adhesión al agitador.
Si, además, encontrases que los ciudadanos (26) se adhieren a él […] y su acción te sobrepasa, denúncialo en presencia de los magistrados, expúlsalo, pues es un rebelde (27) también. Es un chismoso para la ciudad, un charlatán que inclina a la multitud. Elimina su acaloramiento sin que provoque un levantamiento expulsar a un rebelde (28) de (su) iniquidad, quien ha hecho que su padre se rebelara.

Máxima VII. De la obnubilación del hombre de baja condición
Es el hombre de baja condición quien está confundido cuando el ejército […] y se permite que sea provocado (29) su final por una acusación que se le ha ordenado. Se muestra muy furioso cuando es colocado en la casa de labor y agradecido […] tu castigo. (30) Ruegas […] con júbilo.

Máxima VIII. De la buena disposición hacia dios.
Debes justificarte cerca de dios y entonces dirá la gente en tu ausencia (31) que castigas en respuesta a su infracción. Una buena disposición es el cielo de un hombre, pues es miserable quien vilipendia a afligido.

Máxima IX. De la bondad de la sabiduría.
(32) Hazte experto en las palabras y serás fuerte. En cuanto al brazo poderoso del rey es su lengua. Las palabras son más válidas que cualquier combate. Nadie esquiva habitualmente (33) al ingenioso. Cuando te sientas en una estera, el sabio es el baluarte de los grandes y no lo atacan normalmente (34) quienes conocen su sabiduría. No ocurren jamás crímenes en su proximidad porque la justicia viene a él filtrada como los consejos de las máximas de los ancestros (35).

Máxima X. De la imitación de los antepasados.
Imita a tus padres y a tus ancestros, pues uno se sirve exitosamente de (sus) conocimientos. Mira, sus palabras permanecieron en los libros. (36) Ábre(los), debes leer e imitar sus conocimientos, pues se llega a ser un experto gracias al maestro.

Máxima XI. De la amabilidad.
No actúes mal, es buena la amabilidad. (37) Haz permanente tu memorial por medio de tu amor, multiplica los grupos de trabajadores que se asocien a la ciudad, así se dará gracias a dios por las recompensas que se alcanzarán en tu nombre, (38) se dará gracias por tu bondad y se pedirá tu salud [a los dioses].

Máxima XII. Del previsor y la protección de las fronteras.
Respeta a los grandes, preserva a tus gentes, haz seguras tus fronteras (39) y tus patrullas fronterizas, (pues) es bueno actuar para el futuro y se respeta la vida del previsor, (mientras) que aquel que se confía será un fracasado. Haz que se vaya contigo (40) por tu buen carácter.

Máxima XIII. Del avaricioso.
Es un miserable aquel que de desea para sí la tierra que es (de otro). Es un ignorante quien codicia lo que es para otros. La vida pasa (41) sobre la tierra y no es larga. Es alguien afortunado quien es recordado (porque no) está la injusticia en él. Un millón de hombres no pueden rectificar al señor de las Dos Tierras. ¿Existe un hombre (42) que viva eternamente? Es que pasa aquel que viene con Osiris del mismo modo que es liberado aquel para quien es agradable.

Máxima XIV. Del enriquecimiento de los grandes.
Enriquece a tus grandes para que apliquen (43) tus leyes, (pues) no es parcial aquel cuya casa es rica; quien posee cosas es quien no tiene carencia. Los hombres pobres no pueden expresarse (44) con su verdad, ni ser recto aquel que dice “ojalá fuera para mí”, (pues) tomará partido por aquel a quien desee y se inclinará por aquel que posea sus medios de pago.

Máxima XV. De rodearse de hombres de valía.
Es grande el grande cuyos grandes son grandes. (45) Es bravo el rey que posee magistrados, es un hombre insigne aquel que es rico en grandes.
Debes decir la verdad en tu casa. Que te respeten (46) los grandes que están sobre la tierra, (pues) la rectitud de un señor es la sinceridad. Es quien está delante de la casa quien coloca al miedoso detrás de la casa.

Máxima XVI. De la práctica de la justicia.
Practica (47) la justicia para que pervivas sobre la tierra. Calma a quien llora y no oprimas a la viuda. No despojes a un hombre de los bienes de su padre. No desplaces (48) a los grandes de sus tronos. Guárdate de castigar erróneamente. No golpees, (pues) no será beneficioso para ti.

Máxima XVII. Del castigo a los verdugos.
Debes castigar con verdugos (49) y con guardianes y (así) esta tierra estará en orden por ello con excepción del rebelde cuyos planes fueron descubiertos, (pues) dios conoció a los descontentos (50) y dios golpea a sus culpables con sangre. Es el piadoso quien alargará su tiempo de vida.

Máxima XVIII. Del repudio del asesinato.
No mates a un hombre del que conozcas su valía (51) con quien hayas cantado con anterioridad los escritos, quien leía con detenimiento […] en dios, quien tenía libre acceso en el lugar de los secretos.
(52) El alma marcha hacia el lugar que ha reconocido, no se desvía de sus caminos de antaño, ninguna magia se le opone y llega a aquellos que le son (53) fieles.

Máxima XIX. De la corte de justicia.
La corte de magistrados del sur juzga al opresor y has conocido que no son compasivos. Ese día del juicio del miserable (54) es la hora de cumplir con su deber habitual. Es incómodo un acusador (cuando es) un sabio.
No confíes en la duración de los años, (55) ellos ven el tiempo de vida como una hora.

Máxima XX. De la compensación tras la muerte.
Cuando permanecen después de la muerte, se colocan sus acciones a su lado como un tesoro (56) y, además, es eterno lo que está en ellas.
Fue un tonto quien hizo aquello que las altera. En cuanto a aquel que las alcanza sin hacer el mal, existirá allí como un dios, (57) viajando libremente como los señores en la eternidad.

Máxima XXI. De ensalzar a los jóvenes.
Ensalza a tus jóvenes y la corte te amará. Incrementa tus partidarios con milicias. (58) Mira, tus conciudadanos quedarán complacidos teniendo nuevas adquisiciones. A los 20 años estos jóvenes se habrán sentido bien siguiendo su deseo y los hombres justos (59) saldrán de nuevo. El padre de familia se presentará para ti del mismo modo que los muchachos quienes fueron reclutados en las levas. Fueron los antiguos quienes pudieron combatir por nosotros después de haberlos reclutado (60) en mi coronación.

Máxima XXII. De compensar a los súbditos.
Magnifica a tus grandes y promueve a tus combatientes. Da en abundancia a los jóvenes de (61) tus seguidores, suministra(los) con grandes cantidades, dóta(los) con campos y recompénsa(los) con rebaños.
No distingas más al hijo de un hombre (bien-nacido) que al (62) de un plebeyo. Recurre a un hombre por sus acciones para que se realicen todos los trabajos artesanales […] para un señor de brazo poderoso.

Máxima XXIII. De la protección de las fronteras y de los deberes ante el dios.
Coloca protección en tu frontera y (63) asegura tus fortalezas. Que sean útiles las tropas para su señor. Construye abundantes monumentos para la divinidad, pues es lo que hace pervivir el nombre de quien lo hace. Un hombre debe hacer (64) lo que es útil para sus almas. El mes del servicio sacerdotal recibe las dos sandalias blancas, visita el templo, sé discreto sobre los misterios, entra (65) en el santuario y come el pan en el templo.

Máxima XXIV. De las ofrendas divinas.
Suministra en abundancia el vaso de ofrendas del dios, incrementa las provisiones, coloca la abundancia en las ofrendas diarias, (66) pues son cosas beneficiosas para quien las hace. Haz prosperar tus monumentos de acuerdo a tu poder. Un único día habitualmente da para la eternidad y una hora (67) ennoblece para el futuro después que la divinidad ha conocido como se actúa para ella. Que marchen tus estatuas hacia un país extranjero lejano cuya descripción ellos no hayan dado (68).

Máxima XXV. De la profecía de los enemigos.
Es peligroso que se minimicen las cosas del enemigo, (pues) el enemigo no pude estar calmado dentro de Egipto. Unas tropas de jóvenes (69) oprimirán a (otras) tropas de jóvenes como lo que predijeron los antepasados en relación con ello. Se combatirá contra Egipto (70) en la necrópolis destruyendo los monumentos antiguos como un desastre vengativo. He hecho lo mismo cuando ocurría igual, como se hace a aquel (71) que transgrede del mismo modo por la mano del dios.

Máxima XXVI. De la profecía del territorio meridional.
No seas malvado con la noble región meridional, (pues) conociste la profecía de la corte en relación con ello. (72) Así como ha sucedido, esto puede (volver) a ocurrir. No están confundidas si ellas lo dicen.
(Después de) marchar a Thinis en relación con (73) su frontera sur hacia el valle, la he capturado como un aguacero – cosa que no había conseguido (74) Meribra, justificado-.

Máxima XXVII. De la compasión con los invadidos.
Se compasivo por ello para quien está siendo gobernado; haz que persista por ello renovando los tratados. (75) No existe ninguna corriente que se deje ocultar. Es bueno actuar para el futuro.

Máxima XXVIII. De no oprimir al débil.
Lo que es bueno para ti y el sur es que se venga a ti portando (76) tributos y portando regalos. He actuado del mismo modo para los antepasados. (Si) no hay cebada que él pueda dar, (77) se agradable porque son débiles para ti. Estate satisfecho con tu pan y tu cerveza.

Máxima XXIX. De no demoler los monumentos de otros.
Vienen a ti los bloques de granito (78) sin restricciones. No destruyas los monumentos de otro. Debes tallar la piedra en Erau (Turah). No construyas (79) tu tumba mediante demoliciones, (pues) las cosas que fueron hechas son para lo que se hicieron.

Máxima XXX. 
Mira, el rey es el señor de la alegría. Puedes dejarte ir (80) mientras hagas tu sueño con tu brazo poderoso y siga tu corazón con lo que he hecho, (así) no existirá un enemigo en medio de (81) tu frontera.

Máxima XXXI. De la conquista. 
Entonces me alcé (como) un señor en la ciudad cuyo espíritu estaba afligido por el bajo Egipto y Hutshenu fue para ella como Baq; (82) su frontera sur (estaba) en el canal de los Dos peces. Después de pacificar el occidente al completo tan lejos como las tierras de dunas de la costa, (83) ellas le pagan tasas y dan su madera meru. Se ve la madera de enebro que ellos nos dan. El oriente es como la riqueza de un extranjero.
(84) Sus tributos están en […] Se retornará a las islas que están en medio y todo estarán en medio de ellas. Los distritos administrativos dicen que es importante (85) que se me muestre respeto.

Máxima XXXII. De la organización de la tierra.
Mira, la tierra que habían destruido quedó organizada en nomos y todos los grandes ciudadanos están [en ella]. El gobierno de uno solo (86) está en la mano de 10 hombres. Se nombra un grande quien te suministra con ingresos en cantidad y con toda clase de tasas. Un hombre independiente, suministrado con campos te sirve como (si fuera) una única (87) cuadrilla. Lo que significa que no existirán descontentos entre ellos.

Máxima XXXIII. 
No te hará sufrir el Nilo cuando no venga (pues) las tasas (88) están en tu mano procedentes del bajo Egipto. Mira, es golpeado el poste de amarras en mi propiedad que he creado en el este, con límites en Hebenu hasta (89) el camino de Horus, siendo suministrado con ciudadanos y lleno con hombres de los más escogidos de la tierra entera para oponerse a las dos manos (90) de ellos. Que pueda ver a un hombre valiente imitarlo en ello después de haber excedido lo que he realizado. Una maldición está en mano de un heredero (91) débil.

Máxima XXXIV. Del peligro del asiático.
Pero se debe decir esto al extranjero: “Ciertamente, es que un vil asiático es peligroso a causa del lugar en donde está, quien contamina (92) el agua y pone obstáculos con abundantes maderas. Sus caminos son peligrosos por las montañas. No se quiere asentar en un solo lugar (93) desistiendo a causa de la escasez y deambulando los países con sus pies. Combate desde el tiempo de Horus. No es valiente ni, además, es conquistado. (94) No anuncia el día del combate como un ladrón que ha sido repelido por sus camaradas.

Máxima XXXV. Del aniquilamiento del enemigo.
Pero, (así como) vivo (95) que estaré y que (cuando) estos extranjeros estuvieron en ella como contra un muro, con su fortaleza abierta, estuvo aprisionada mi casa contra él. (96) Hice que los golpeara el bajo Egipto, capturado a sus familiares, adueñado de sus rebaños (97) y matado a las gentes en ellas hasta que aborrecieron los asiáticos a Egipto. No coloques tu corazón detrás de él, (pues) los asiáticos son un cocodrilo en (98) su orilla. Roba en el camino solitario y no captura en la ciudad de una multitud.

Máxima XXXVI. Del sometimiento de Medenit.
Fue socavada (99) Medenit a lo largo de su dominio y su lado fue inundado hasta Kemur. Mira, era el cordón umbilical del país de los asiáticos. (100) Sus muros (eran sólidos) y sus combatientes, numerosos. Los sirvientes en ella conocían cómo tomar las armas además de (101) los hombres libres de la corte. El distrito de Djedjsut, completa 10.000 hombres con plebeyos y hombres libres quienes no (aportan) tasas. (102) Los grandes estaban en ella desde el tiempo de la corte. Sus fronteras eran firmes y valientes sus guarniciones. Abundantes norteños (103) la irrigan para mí hasta el bajo Egipto y se paga con grano a la manera del hombre libre.

Máxima XXXVII. De ser precavido frente al enemigo.
Será sobrepasarme (104) para quien lo haga. Mira, es la entrada del bajo Egipto y es que han construido un dique hasta (105) Neninesu (Heracleópolis Magna). Sus numerosos ciudadanos son un seguro. Cuídate de rodearte de los partidarios del enemigo. (106) Los precavidos prolongan los años.

Máxima XXXVIII. 
Si muestra hostilidad tu frontera en el sur, son los extranjeros (107) quienes tomaron el hábito de combatir. Construye fortificaciones en el bajo Egipto. No será disminuido el nombre de (108) un hombre por lo que ha hecho. Es que no se puede destruir a los habitantes asentados. Edifica una mansión para tu estatua. El enemigo (109) desea que se haga daño y su corazón es vil.

Máxima XXXIX. 
Es lo que ha ordenado Khety en la enseñanza: (110) Quien es permisivo con la violencia es quien destruye los altares. El dios atacará al rebelde en las ciudades de los templos. Se vendrá sobre él del mismo modo (111) que él lo hace. Estará un hombre satisfecho con aquello que ha ordenado conseguir de él. Quien es leal a él no puede ser llevado ese día de (112) la venida (al tribunal). Haz prósperos los altares y honra al dios.

Máxima XL. 
No digas que la voluntad es débil. No aflojes las manos. (113) Además, aquel que hizo una rebelión contra ti es quien destruyó el cielo, pero durante 100 años aquello que pervive son los monumentos. En cuanto a aquel que conoce al enemigo (114), no lo destruirá en orden a que sea magnificado aquello que ha hecho por otro que venga tras él. No existe nadie que carezca de (115) enemigo.

Máxima XLI. De la perdurabilidad de las obras.
El señor de las dos orillas es un sabio. No actuará estúpidamente un rey que posee cortesanos, (pues) estuvo su sabiduría desde que salió (116) del vientre. Es a quien escogió dios al frente de la tierra y millones de hombres. Un buen oficio es la realeza. (117) No hay un hijo ni un hermano que perpetúe tus monumentos. Es un hombre quien hace distinguido a otro. Un hombre debe actuar hacia aquel que está (118) delante de él en orden a que sea magnificado aquello que ha hecho por otro que venga tras él.

Máxima XLII. Del principio de acción-reacción.
(119) Mira, una acción vil ocurrió en mi época. Fueron devastados (120) los distritos de Thinis. Ocurrió ciertamente por lo que yo había llevado a cabo. Lo conocí (121) después de que fue hecho. Mira, mis necesidades estuvieron al frente de lo que hice, (pero) destruir es una vileza. No será beneficioso para un hombre (122) reconstruir lo que ha dañado, demoler lo que construyó, restaurar lo que él había embellecido. Cuídate de ello. (123) Se debe devolver el daño del mismo modo. Todas las cosas que se hacen son respondidas.

Máxima XLIII. De la veneración al dios oculto.
Se pasa de generación en generación entre los hombres (124) después que se ocultó el dios quien conoce los caracteres. No existe el opositor al señor de la mano, (pues) es quien ataca lo que ven (125) los dos ojos. Se debe respetar al dios en su camino pues se le hizo con piedras preciosas y se le modeló de cobre del mismo modo que una corriente de agua quedó reemplazada (126) por (otra) corriente de agua. No existe un río que se dejó ocultar. Será bueno lo que he hecho en el futuro. Esto significa que se libera el dique después que él estuvo oculto (127) por él.

Máxima XLIV. Del camino del alma bondadosa.
Marcha el alma hacia el lugar que ya ha conocido y no confunde su camino de ayer. Haz digno tu lugar del occidente y espléndida tu capilla (128) de la necrópolis siendo preciso y haciendo justicia. Esto significa que es aquello en lo que confían los corazones. Es (bien) recibido (129) el carácter de aquel que es sincero más que los bueyes del que cometió faltas.

Máxima XLV. Del reconocimiento de las acciones.
Haz para el dios y te hará del mismo modo con provisiones (130) de las que hacen prosperar las piedras de ofrendas y con grabados. Es lo que proclamará tu nombre. Reconoce el dios según lo que se le hace.

Máxima XLVI. De los bienes divinos.
Están suministradas (131) las gentes y los pequeños rebaños del dios después que ha creado el cielo y la tierra para sus corazones, eliminado la codicia del agua, creado el aliento para el corazón y la vida (132) de sus narices. Son imágenes que salieron de su cuerpo cuando se elevó en el cielo para sus corazones. Ha creado (133) para ellos las plantas, los pequeños rebaños, las aves y los peces que los nutren. Mató a sus enemigos y destruyó a sus hijos (134) porque planeaban hacer una rebelión.

Máxima XLVII. Del conocimiento del dios.
Creó la luz del día para sus corazones y navega para verlos después de haber erigido para sí (135) una capilla alrededor de ellos. Cuando lloran, escucha. Ha creado para ellos gobernadores desde el huevo, y un comandante (136) para levantarse en la espalda del débil de brazo después de haberles creado palabras mágicas como flechas para oponerse (137) a las cosas que ocurrieron. Vela por ello tanto de noche como de día después de haber aniquilado a los descontentos entre ellos como golpea (138) un hombre a su hijo a causa de su hermano, (pues) conoce dios todos los nombres.

Máxima XLVIII. De no alterar el contenido de las máximas.
No debes hacer ninguna distorsión a mi lenguaje, (pues) es que da todas las leyes (139) relativas al rey que te instruyen para que te eleves como hombre. Entonces me alcanzarás sin que exista un acusador contra ti.

Máxima XLIX. De no matar al allegado.
No mates (140) a uno que esté cercano a ti, a quien hayas favorecido porque dios lo conoce. Es uno de ellos, quien es próspero sobre la tierra. Son divinos (141) aquellos que siguen al rey. Haz que tu amor sea para la totalidad de la gente. Esto significara que se recordará tu buen carácter cuando los años hayan pasado. (142) Que seas llamado “quien destruyó el tiempo del apesadumbrado” por aquellos que estén en la posterioridad en la casa (143) de Khety, justificado. No ruegues que él venga hoy.

Máxima L. 
Mira, te he dicho (144) aquello que es útil para mi cuerpo. Debes actuar poniéndolo en orden ante ti.

Máxima LI. Colofón
Resulta que vino a ser agradable como fue encontrado (145) por escrito (dos veces) en los libros del escriba Khaemuaset, pertenecientes a él mismo, alguien discreto, de buen (146) carácter, paciente, a quien ama la gente, quien no permanece en el ojo de otro, (147) quien no es hostil, un sirviente para su señor, un escriba que recita las máximas, (148) de experta visión en los trabajos de Djehuty (Thot), el escriba Khaemuaset, para su hermano, (149) su amado de su afecto, alguien discreto, de buen carácter, de experta (150) visión en los trabajos de Djehuty (Thot), el escriba Mahu, hijo de…

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