Amenhotep II
Dos años
antes de su fallecimiento Tutmosis III, llamado “el Napoleón egipcio” por los historiadores debido a haber sido el
más esplendoroso conquistador faraónico, designó como corregente a su hijo
Aajeperura Amenhotep (o Amenofis) II, nacido de la reina Hatshepsut II Meritra
- una hija de Huy, quien era divina adoratriz de Amón y de Atum, y corista en
jefe de Ra - quien gobernó la tierra de Egipto desde el 1438 hasta el 1412 a.
de C. Famoso por ser un arquero de fuerza excepcional, no dudó en mostrarse
cruel para asegurar el imperio que le legó su padre.
Al morir,
Tutmosis III era considerado un “héroe
nacional” en todo Egipto, y era, allende sus fronteras, tenido como el más
grande guerrero de todos los tiempos y lugares. También se le veía como el más
industrioso constructor de monumentos conocido hasta ese entonces en el país.
Sus campañas asiáticas le habían llevado al otro lado del Éufrates, en donde
había plantado una losa pétrea que recordaba su gesta, y su espada había
sojuzgado a casi todo el Medio Oriente, así como las zonas de Nubia y Libia, a
las órdenes del trono faraónico.
La fama de
Tutmosis III corría de boca en boca de los narradores del Cuento de la captura
de Joppa – actual Jafa -, que relataba las valientes acciones del general
Dyehuti y su astucia en la toma de dicho puerto mediante métodos que nos traen
a la memoria al Caballo de Troya de La Ilíada de Homero, y las tinajas de Alí
Baba en Las Mil y Una Noches, pues introdujo a doscientos de sus soldados en la
ciudad escondiéndolos en canastos.
La grandeza
del faraón no radicaba únicamente en sus gloriosas conquistas militares, sino
también en su naturaleza piadosa y su mecenazgo de las artes y las ciencias. La
cámara denominada “Sala del Jardín
Botánico” en el Gran Templo de Amón-Ra en Karnak, es testimonio de ima de
sus inclinaciones – hacia la Botánica y la Zoología -, a la que se le sumaba su
interés por leer escritos ancestrales y la Literatura en general.
Los
magníficos monumentos que dejó tras de sí continúan hablando, miles de años más
tarde, sobre su personalidad y carácter de verdadero líder. Una luminaria del
pasado difícil de superar en brillo y logros. El legado de Tutmosis III fue,
por ello, un tanto complicada para su hijo. Algunos estudiosos creen que
Amenhotep II no se destacó, precisamente, por ser un intelectual, sino más bien
todo lo opuesto. Sin embargo, no se puede ser categórico al respecto, ya que
los restos arqueológicos de su gobierno son bastante escasos, y, a pesar de
dichas especulaciones, parece que el joven monarca pudo conservar los
estándares de la época.
Es muy
posible que los vasallos asiáticos pensaran como aquellos investigadores y,
creyendo que estaban enfrentando a un rey debilucho, se levantaron en rebeldía;
craso error, Amenofis II era un vigoroso muchacho con fama de atleta, quien no
le escapaba al peligro. La revuelta fue sofocada sin compasión. Esta primera
campaña asiática está registrada en la Estela de Amada, erigida en el templo de
esa localidad de Nubia, y data del Año III de su reinado. Una copia parcial se
encuentra en la Estela de Elefantina, tal como lo demostrara, hace ya tiempo,
Elmar Edel (1953; contra S. Säve-Söderberg, 1941). Según se adopte la opinión
de Edel o de Säve-Söderberg – la cual parece prevalecer en la bibliografía
disponible -, los acontecimientos atribuidos al Año III son los mismos que
luego, en las estelas de Karnak y Menfis, estarán fechados en el Año VII. Así,
la famosa anécdota de la ejecución sumaria y la consecuente exhibición en
público de los cadáveres de varios príncipes asiáticos, llevadas a cabo en el Gran
Templo de Amón-Ra, en Karnak, y en el recinto sacro de Nápata, es referida ya a
la primera, ya a la segunda de las fechas citadas. Para conocer mejor los
hechos acaecidos durante esa campaña hemos de basarnos, por un lado, en la
Estela de Karnak, que no está datada y su texto es muy fragmentario, y en la
Estela de Menfis, que se encuentra en perfectas condiciones y menciona dos
expediciones militares. La primera, que es la misma registrada en Karnak, está
fechada en el Año VII, en tanto la otra lo está en el Año IX, teniendo ambas
lugar en el frente asiático.
Estela de Amada
relatando la campaña del Año III. Según K. R. Lepsius
Si bien la
del Año VII está mencionada allí como “la
primera campaña”, esto no quita que haya existido la expedición del Año III
mencionada en Amada y Elefantina, así como tampoco que estos últimos documentos
fechen en antelación a la del Año VII. Después de todo, lo de “la primera campaña” no deja de ser
verdad para la del Año VII respecto de la del Año IX, volviendo inútil toda
discusión sobre el asunto.
De este
modo, serían tres las empresas guerreras acometidas por Amenhotep II en los
primeros años de su gobierno como soberano independiente. Edel pensaba que
había existido una cuarta campaña, no mencionada en esos testimonios, a causa
de un texto que aparece en la tumba TT 93 de Qenamón, en Tebas Oeste, el cual
habla de uno de los carros del rey llamado “Carro de(l país de) Amor”, que
supuso fue capturado durante tal refriega. Pero esto es tan sólo una
especulación, pues nada impide que tal carruaje le fuera obsequiado como un
presente diplomático amorrita al faraón, lo que explicaría la inexplicable
ausencia de referencias a aquella hipotética lucha.
Estela, originalmente de Elefantina y
ahora en exhibición en el Museo Kunsthistorisches, Viena, grabando la exitosa
campaña de Amenhotep II en contra de Siria, y dedicando botín de guerra y
presos al Templo de Khnum
La
revolución anti-egipcia del Año VII tuvo su origen en el territorio de la
moderna Siria. Como el texto nos sitúa directamente en el terreno, ignoramos si
el ejército egipcio llegó allí por tierra o por mar, pero se nos dice que lo
hizo apresuradamente. La acción no se hizo esperar: la tropa de Amenhotep II
asedió la ciudad de Shemesh-Edom y la arrasaron por completo, capturando gran
cantidad de gente, para luego continuar un enfrentamiento cruzando las aguas
del Orontes. Habiendo vadeado el curso acuático, los egipcios de a pie
rechazaron a la caballería asiática, e hicieron retroceder a los agresores.
Después, Amenhotep II se hizo presente ante las puertas de la localidad de Niy,
desde cuyas murallas fue recibido con aclamaciones por sus habitantes. Allí se
le informó que la guarnición de Ugarit (Ras Shamra) estaba viviendo graves
dificultades, y de inmediato se dirigió a la ciudad para defenderla,
estableciendo con rapidez el orden gracias a su pronta maniobra. Algunos
altercados con sublevados que ocupaban zonas reducidas del desierto circundante
ocuparon, entonces, su atención, pero fueron sofocados en breve: la Estela de
Karnak está perdida en esta última parte del relato, pero se conserva en la
versión menfita.
Luego de
dichos actos, el faraón marchó desde Ugarit por el camino del Orentes,
sometiendo a “las ciudades de Mindyatu”
al saqueo, y llegando hasta Hetera, cuyo líder le acogió amablemente y le
rindió tributo. Este ejemplo fue secundado, prontamente, por los gobernantes de
Yenek y Qadesh, reconociéndole como sus vasallos. Los hijos de esos
jefes, al igual que sus progenitores, no dudaron en jurar fidelidad al soberano
egipcio. La alianza debe haberle parecido lo suficientemente sólida y confiable
a Amenhotep II como para entregarse al solaz de la cacería en la zona, la cual
era su deporte favorito: bajo sus flechas y lanzas cayeron gacelas, zorros,
liebres, asnos salvajes, etc. Y como si todo esto no hubiera sido suficiente
para calmar su hiperactividad, de retorno a Egipto se tomó el tiempo para
destruir la ciudad de Jashebu, a la vez que tomó prisionero a un mensajero
mitannio que llevaba un recado secreto y sellado por el monarca de ese país. El
contenido de la misiva es un misterio que se desconoce, pero algunos
investigadores especulan que tendría que ver con el azuzamiento de rebeliones
contra los egipcios, pues el reino de Mitanni ambicionaba tomar posesión de
regiones bajo el dominio de aquellos.
Sea como
fuere, Amenhotep II regresó a Menfis con un botín de quinientos cincuenta
nobles sirios y doscientos cuarenta de sus esposas; seiscientos cuarenta
cananeos, doscientos treinta y dos príncipes y trescientos veintidós
princesas, y doscientos setenta de sus esposas y concubinas. No era un mal
resultado para una campaña en la cual su ejército no había perdido ni una sola
batalla.
Cámara funeraria de la tumba de Amenhotep
II, en el Valle de los Reyes. En primer plano, el monumental sarcófago de
granito del rey.
No sabemos
si el mensaje mitannio surtió algún efecto en el ánimo de Amenhotep II. Durante
los siguientes dos años todo se mantuvo tranquilo en el “frente oriental”, hasta que, en el Año IX, se produjo otra revuelta
en el Medio Oriente. Pero parece que el faraón se encontraba preparado para
enfrentar cualquier contingencia, ya que marchó de inmediato con su ejército
hacia el país de Retenu, en donde asedió a la ciudad de Ipek, que cayó casi sin
resistencia alguna. Desde allí su avance se volvió imparable, cayendo, por el
camino, las urbes de Ihem, Mapasin y Jatitana, junto con dos poblados al
occidente de Sauk (Sokho). Determinado a terminar con la actitud levantisca que
invadía el área, el rey tuvo un sueño, según la Estela de Menfis, en el cual
Amón-Ra le da fuerza, vigor y protección para seguir adelante con la campaña,
luego del cual se dedicó a supervisar en persona las condiciones de seguridad
de los prisioneros obtenidos en aquellas luchas. Luego, sitió y tomó la villa
de Anajeret, el mismo día que conmemoró su ascensión al trono, como para que no
cupiera duda alguna de su poderío y gloria: un efecto de propaganda que hasta
su propio padre, Tutmosis III, hubiera admirado. Después de esta exitosa
celebración, considerada como un “don de
Amón-Ra”, regresó a Egipto coronado de victoria y siendo exaltado como el
digno sucesor de su progenitor. Pero antes, se tomó el trabajo de derrotar al
príncipe de Kebasumin, poniendo a otro funcionario leal en su lugar. Fue la
cereza del postre, cerrando su misión del Año IX.
Hathor da vida
a Amenhotep II. Escena en un muro de su tumba VR 35, Valle de los Reyes
Dice la
Estela de Karnak que el soberano llevó consigo a siete príncipes sirios y que
los ejecutó en el Gran Templo de Amón-Ra, en Karnak: seis quedaron pendiendo
cabeza abajo y el séptimo fue colgado en el templo de Nápata, en el Sudán, como
muestra de lo que le aguardaba a cualquier otro que pensara en levantarse en su
contra. Realmente, ignoramos si es el mismo hecho ya relatado durante su
campaña del Año III, o un nuevo acto de castigo, habitual en él; para nosotros,
esto último es muy posible y nada impensable, en un gobernante tan severo como
lo delatan sus acciones. La Estela de Menfis menciona que el botín humano, en
esta ocasión, alcanzó a los setenta y un mil hombres; entre ellos destacan tres
mil seiscientos apiru, pueblo identificado con los hebreos, que, si así fuera,
tal sería la mención más antigua al mismo en Egipto. Es más, algunos creen que
Amenhotep II ha sido uno y el mismo faraón del Éxodo bíblico, aunque tal
postura es muy debatible, empezando que, en esa época, la ciudad de Pi-Ramsés
mencionada en La Biblia ni siquiera era un proyecto y el monarca así llamado ni
había nacido.
Datos
corroborativos de los hechos relatados en las estelas mencionadas se encuentran
en dos cartas de los archivos del príncipe de Taanaj, que concuerdan en sus
aseveraciones. Esto nos confirma que los eventos narrados allí son verídicos y
no una mera imagen fabulosa y propagandística del soberano, como será el caso,
siglos después, con las distorsionadas proezas de Ramsés II según El Poema de
Pentaur o el registro de la batalla de Qadesh en Abu Simbel. Es indudable que
la política de mano dura de Amenhotep II dio resultados, ya que, a partir de su
último acto de guerra del Año IX, las sublevaciones no volvieron a darse, y
Egipto y Mitanni guardaron, por los siguientes setenta y cinco años, una
especie de “entendimiento cordial”,
que, sin llegar a haber quedado consignado por escrito, mantuvo a las dos
“potencias” en un estado de paz forzada.
Egipto
necesitaba que la región siguiera supliéndole de las materias primas necesarias
para sustentar su cultura técnica, ahora basada en el bronce; de Siria se
procuraba el estaño, de Chipre, el cobre, y de Cilicia, la plata. Ver peligrar
sus fuentes de tales riquezas no debe haberle resultado una idea muy halagüeña
al rey egipcio, quien había crecido rodeado del lujo fastuoso de la corte de
Tutmosis III. Amenhotep II no dejaría que tal cosa pasara, y, muy
probablemente, por tal motivo se impuso la cruel política de las ejecuciones
sumarias de los rebeldes. Sin duda, fue un hombre de temple y convicciones
firmes en lo que hace al tratamiento de sus enemigos. Las razones del rey de
Mitanni parecen haber sido muy diferentes; su propio reino se veía amenazado
por el surgente poderío militar de los hititas, quienes, por entonces, estaban
gobernados por Tudhaliya III. Los temores de los mitannios se encontraban bien
fundados: el soberano hitita, posteriormente a aquellos eventos, conquistó
Mittani y la ciudad de Aleppo fue capturada.
Con tales
vecinos belicosos no es de extrañar que los mitannios y los egipcios acordaran
una paz tácita, y, por qué no, una verdadera alianza; después de todo, a
Amenhotep II le convenía estratégicamente, pues los hititas primero se
lanzarían sobre Mitanni antes que sus propias posesiones coloniales. Así,
ganaría tiempo para poder contrarrestar cualquier amenaza al tener a Mitanni
como un “estado tapón”. El estado de
las cuestiones en el exterior, entretanto, le permitió abocarse a los asuntos
internos. Si bien no es mucho lo que ha quedado de sus construcciones, más que nada
a causa de la actividad constructora de sus sucesores, y, en especial, de
grandes usurpadores como Ramsés II. Las obras edilicias a su nombre que se
conocen se concentran principalmente en la zona de Tebas, empezando con su
Templo Funerario, sito en la llanura prealuvional de la orilla oeste del Nilo,
del cual sólo conocemos la localización, ya que de él han quedado apenas unas
ruinas.
El Gran
Templo de Amón-Ra en Karnak guarda los restos de una capilla en alabastro,
conocida desde hace mucho tiempo, pero sólo estudiada y reconstruída en la
última década del sigo XX por Christian Leblanc y Charles Van Sieclen III, bajo
los auspicios del Centro Franco-Egipcio. La misma se encontraba localizada en
el lado oriental del patio abierto que existe entre los Pílonos IX y X.
Aparentemente fue erigida en ocasión del Segundo Jubileo Real (o festival Sed)
delante del Pílono VIII, de donde habría sido desmontada y reutilizada en
tiempos posteriores al Período Amarniano.
Un
fragmento arquitectónico en el Kimbell Art Museum de Fort Worth, en Tejas
(EE.UU.), hallado por Benson y Gourlay en e siglo XIX en el Templo de Mut en
Karnak, preserva parte del protocolo soberano del faraón, señalando que,
igualmente, debió levantar monumentos para esta diosa en ese sitio. Con seguridad,
el monarca contribuyó al Templo de Luxor con una capilla, de la que únicamente
se conocen algunos fragmentos de la jamba de una tal estructura, exhumada
durante las excavaciones del Campamento Romano, publicada por Mohammed
el-Saggir hacia mediados de 1980. Se conocen restos de construcciones a nombre
de Amenhotep II en otras áreas de la región tebana, como ser en Armant, el-Tod
y Medamud, pero sus actividades piadosas no se circunscriban a ella. Hay buenas
evidencias de que erigió un templo dedicado a la diosa Hathor en Dendera,
gracias a un par de toscas jarras empleadas en “depósitos de fundación”, que portan el siguiente texto:
Plano de planta
del Templo Funerario de Amenhotep II
“El Buen Dios, Aajeperura, amado de Hathor,
Señora de Iunet (Dendera)”. Una de las jarras se encuentra, hoy en día, en
el Museo Petrie del University College London, en tanto la otra fue vista en un
comercio de antigüedades de Luxor por Charles Van Sieclen III en 1980, que
publicó en 1985. Dos objetos votivos en fayenza, papiriformes e inscriptos a
nombre del rey fueron exhumados por Sir Flinders Petrie en 1898, en las
galerías del cementerio de animales de Dendera, al sudoeste del Templo de
Hathor. Se sabe que, bajo los reinados de Tutmosis III y su hijo, los objetos
votivos en fayenza que se depositaban en los templos, ya en ritos de fundación,
ya en ceremonias de culto cotidiano, elevaron su cantidad y variedad. En la
tumba del monarca se encontraron numerosos objetos de fayenza en forma de
flores o frutos del granado, así como en otras.
No es de
extrañar, entonces, el descomunal cetro-uas que llega a los dos metros de
altura, hallado en 1895, durante las excavaciones de J. Quibell y Sir Flinders
Petrie, en la localidad de Ombos (antigua Nubet), centro de culto del dios Set,
que lleva el nombre de Amenhotep II, el cual se encuentra en la actualidad en
el Victoria and Albert Museum de Oxford (inventario n° 437-1895).
Ya hemos
visto que la zona meridional no estaba fuera de sus intereses, cuando hizo
colgar a uno de los príncipes rebeldes de los muros de Nápata. Conocemos,
también, su actividad en Elefantina a través de un bloque decorado en ambos
lados, hoy en el Museo Egipcio de Berlín (inventario n° 20736), que registra el
protocolo del rey y parte de su Doble Corona sobre una cara, y de una
invocación y ofrendas alimenticias, sobre la otra. El texto es una invocación a
Gueb como “heredero de [la Pequeña
Enéada] y de la Gran Enéada en [Elefantina]”. Y, en este mismo lugar, se
encuentra la losa con su recuento histórico de sus campañas asiáticas, teniendo
su duplicado en Amada, en donde continuó construyendo un templo iniciado por su
padre. Otro templete en territorio nubio lo erigió en Kalabsha.
Plano de planta
de la tumba VR 35
En el
norte, Amenhotep II se aseguró de figurar extensamente; aparte de la Estela de
Menfis, ya mencionada, que colocó en el Gran Templo de Ptah, debemos agregar la
esfinge de alabastro que se yergue solitaria en la zona, y que se ha vuelto
famosa con el apelativo de “Esfinge de
Menfis”: tiene ocho metros de largo, cuatro y un cuarto metros de ancho y
pesa unas ochenta toneladas. Aunque no tiene textos que aseguren su identidad,
se piensa con bastante certidumbre que le pertenece. Por otro lado, tenemos el
templete dedicado a la Esfinge, en Guiza, que le erigió en sus cercanías y que
fue continuado, a su muerte, por su hijo Tutmosis IV. Fue exhumado por Selim
Hassan a mediados de 1950, y produjo una buena cantidad de documenos a nombre
del rey y varios príncipes de su corte, además de incontables losas votivas
dedicadas por devotos y peregrinos. En época romana, la capilla todavía servía
a su propósito original de honrar al dios Horajty (Harmachis), con quien la
Esfinge de Guiza fue asociada en los tiempos del Reino Nuevo. La zona de Guiza,
que dependía administrativamente de Heliópolis, fue una de las favoritas de
Amenhotep II y su hijo Tutmosis IV. El último hizo levantar, entre las patas
delanteras de la Esfinge, la “Estela del
Sueño”, que relata el sueño por el que se le auguraba obtendría el trono
faraónico si libraba al monumento de su prisión de arena que le cubría. Tenemos
que pensar que esta área y sus adyacencias hacia el sur, hacia el-Fayum,
fueron, desde el Reino Antiguo en adelante, los cotos de caza favoritos de los
monarcas egipcios. La fama de atleta de Amenhotep II – de quien se decía lo
mismo que cantaría Homero sobre Ulises en La Odisea: que no había hombre alguno
que fuera capaz de tensar su arco -, debe haberle venido de crianza: sabemos
que su flecha podía atravesar cinco escudos de bronce juntos. ¡Una verdadera
hazaña olímpica! Los documentos hablan de que este soberano era un conocedor de
“las tareas de Montu (dios guerrero)”,
con lo que se quería significar que era un experto en las artes de la guerra y,
entre otras destrezas físicas, se le atribuye haber sido uno de los corredores
más rápidos y un infatigable remero al que no se le podia alcanzar. La momia,
descubierta por Víctor Loret en 1898, en su tumba (VR 35) del Valle de los
Reyes, no asemeja la de un titánico hombre, pero ¿quién podría decirlo después
del tratamiento de embalsamamiento, que reduce a cualquiera a piel y huesos? No
podemos dudar, sin embargo, de que su fortaleza física debe haber sido
considerable: las narraciones de sus campañas en Asia y sus actividades de
cacería son evidencias suficientes al respecto. Notemos, también, que es a
partir de su gobierno que empieza a aparecer el programa decorativo de
propaganda regia del motivo del “faraón deportivo”, que sería muy utilizado por
sus sucesores y más allá.
El viaje del sol aparece representado en
la cámara funeraria de Amenhotep II. En la imagen, detalle del Libro del Amduat
con la hora décima del recorrido nocturno de Re.
La tumba de
Amenhotep II se encuentra decorada de modo parcial con unas pocas escenas de
deidades vivificándolo o recibiéndolo en el Más Allá, pero contiene una versión
íntegra del Libro de lo que Hay en el Inframundo, una de las más tempranas
redacciones funerarias de la monarquía del Reino Nuevo. El texto y las imágenes
han sido pintadas sobre un fondo color papiro imitando, precisamente, a dicho
material. El estilo de la escritura y las imágenes es muy similar al de la
tumba (VR 34) de su padre, siendo él mismo quien terminaría la última al
fallecer aquel, sin duda recurriendo a la misma mano de obra. Ambas sepulturas
tienen un plano de planta muy parecido: tienen un corredor y una sala con
pilares cuadrangulares que, cambiando de dirección, en ángulo recto, conduce a
la cámara sepulcral. La última, sin embargo, difiere en cada una: la de
Tutmosis III adopta la planta ovalada, en tanto la de Amenhotep II es
rectangular. En esta última, el diseño ovalado es adoptado por el sarcófago
pétreo.
Su momia
fue la primera en hallarse intacta y yaciendo tal cual fuera depositada en el
sarcófago, pese a que su tumba fue violada varias veces, y ha haber sido
utilizada como escondrijo para otras nueve momias regias, que fueron
trasladadas a El Cairo por Loret; algunas de ellas todavía siguen sin ser
identificadas con certidumbre. Increíble como pueda parecer, junto a sus restos
mortales, que aún conservaban un collar de flores resecas alrededor de su
cuello, Loret halló el mítico arco del soberano, aquel que nadie podía tensar sino
él. Quizá los ladrones de tumbas eran concientes de la fama del rey. Y, por eso
mismo, dejaron su arma predilecta junto a él, más no por su fama de arquero,
sino por la de su legendaria crueldad para con sus enemigos. Y, probablemente,
ese arco debió ser una de sus posesiones favoritas, como para arriesgarse a
acarrear su venganza implacable.
Cuando
murió, en 1412 a. de C., Amenhotep II había cumplido con un reinado que supo
mantener la supremacía egipcia en el Medio Oriente y el mundo mediterráneo
oriental, y que dio impulso a las artes, las ciencias y la sociedad egipcias de
su época. Aunque sea poco lo que conocemos sobre él, su fama como rey atleta
queda reafirmada, y sus dotes como hombre piadoso e intelectual, también.
En Karnak, el gran templo de Amón junto a
la capital egipcia, Tebas, Amenhotep II hizo erigir una capilla y grabar
inscripciones y estelas.
Documentos:
1. La Estela de Amada
Año III, Tercer mes de la Tercera Estación, día 15,
bajo la Presencia de…Amenhotep (II), amado de Harajte y Amón, señor de Tebas,
el Buen Dios, creación de Ra, el monarca que devino del cuerpo, el Poderoso,
semejanza de Horus sobre el trono de su padre, grande en fuerza, cuyo par no
existe, de quien no se encuentra un segundo. Él es un rey muy fuerte de brazo,
no hay quien tienda su arco en el ejército, entre los jefes (de tribus) o entre
los príncipes del Retenu, porque su fuerza es mucho más grande que la de
cualquier rey que haya existido nunca; iracundo como una pantera cuando va a
través de una batalla, no hay ningún luchador enfrente de él, un arquero
grandioso en la masacre, un muro protector de Egipto, firme de corazón [///] a
la hora del conflicto (?)[///], aplastando a quienes se rebelan contra él,
prevaleciendo [instantáneamente] contra todos los bárbaro con gente y caballos,
(aún) cuando vienen con miríadas de hombres, no saben que Amón-Ra es su aliado,
(ni) que él será visto al aproximarse inmediatamente, fuerte en sus miembros;
semejante a Min en el año del terror, no hay nadie que se salve de él, cuando
hace la masacre entre sus enemigos, al igual que los Nueve Arcos todas las
tierras y todos los países rebeldes le pagan tributo, porque él es un rey [///]
No hay quien ponga un límite ante él, sino que viven por su aliento, rey de
reyes y gobernador de gobernantes, quien captura las fronteras de [///]; el
único poderoso, cuya fama es exaltada hasta que Ra en el cielo la conoce, y
[quien le enfrenta] el día de la masacre. No hay frontera para él respecto de
todos los países unidos o todas las tierras unidas, sino que caen
instantáneamente a causa de su llama como [///] No hay entre ellos quien escape
de la derrota, como los enemigo de Bastet en la ruta de Ir-Amón. Es una suerte
feliz para aquellos que saben que él es su hijo del rey, quien salió de sus
miembros, uno con él, a fin de gobernar lo que el sol circumbala, todas las
tierras y países que él son establecidas por vez primera, panes y jarras de
cerveza son servidos en abundancia, y volatería en cantidades son realizadas
como ofrenda diaria, cada día, por siempre; ganado mayor y menor en sus
estaciones es sacrificado, sin [///] Él dio la mansión a Su Señor, supliendo
toda cosa: con bueyes, terneros, ganado joven, volatería [sin] límite, este
templo estuvo suplido completamente con panes y vinos; Él estableció
provisiones por vez primera [desde] el tiemp de sus ancestros, para ser visto
por el pueblo, para ser conocido por todos. Mirad, Su Presencia embelleció el
templo que su padre, el rey del Alto y Bajo Egipto, Menjeperra (Tutmosis III),
hizo para sus ancestros, todos los dioses, construido en piedra como un trabajo
de eternidad. Los muros alrededor son de ladrillo, las puertas de [cedro de
primera calidad] de las Terrazas (del Líbano), los portales son de piedra arenisca,
a fin de que el gran nombre de su padre, el Hijo de Ra, Tutmosis (III),
permanezca en este templo por siempre jamás. La Presencia de este Buen Dios, el
rey del Alto y Bajo Egipto, el señor de las Dos Tierras, Aajeperura (Amenhotep
II), extendió la soga y liberó [///] para todos los ancestros, los dioses,
haciendo un gran pílono de piedra arenisca, enfrente a la Sala de la [¿Cámara
Sagrada?] en la augusta habitación rodeada de columnas de piedra arenisca como
un trabajo de eternidad, muchas mesas con contenedores de plata y bronce,
estandartes oblatorios, altares, hornacinas, [¿vasijas de oblación?], mesas de
oblación [///]. Entonces, Su Presencia hizo que esta losa fuera hecha y erigida
en el sitio de la Parada del Rey, grabada con el gran nombre del señor de las
Dos Tierras, el Hijo de Ra, Amenhotep (II), divino gobernante en Heliópolis en
la Casa de los ancestros, los dioses, después del regreso de Su Presencia del
Retenu Superior, habiendo derrotado a todos sus enemigos, extendiendo las
fronteras de Egipto, en la primer campaña victoriosa. Cuando Su Presencio
regresó con alegría en el corazón a su padre, Amón, sacrificó con su propia
arma a los siete príncipes que estaban en la región de Tikhsi, y fueron
colgados cabeza debajo de la proa del barco de Su Presencia, cuyo nombre es “Aajeperura es quien establece
a las Dos Tierras”. Se colgaron seis de estos caídos del muro de Tebas;
entonces, otro de los caídos fue llevado río arriba, a Nubia, y colgado del
muro de Nápata, a fin de hacer manifiestas las victorias de Su Presencia, por siempre
jamás en todas las tierras y países de la tierra del negro, ya que él había
tomado a los Sureños y maniatado a los Norteños, todas las tierras de la Tierra
entera, sobre las que Ra brilla; a fin de hacer su límite hasta donde él
quisiera, sin nadie que se oponga a sus manos, de acuerdo a la orden de su
padre Ra, Amón-Ra, señor de Tebas; a fin de que el Hijo de Ra, de su cuerpo, su
bienamado, Amenhotep (II), divino gobernante de Heliópolis , pudiera dar vida,
estabilidad, satisfacción y alegría del corazón , a través de él, como Ra,
eternamente y por siempre.
Tomado (con
arreglos) de J. H. Breasted, Ancient Record of Egypt II §§ 792ss.
2. La Estela de Elefantina
Año IV. Su
Presencia, ordenó tener las barcas hechas para los viajes de estos dioses que
habitan en Elefantina, largas barcas, cada una de 10 codos, que antes habían
sido pequeños navíos de (apenas) 3 codos. Su Presencia ordenó agregar un día
para su madre, Anuqet, a su día de fiesta en Nubia, en su viaje del Comienzo-del-Río.
Las provisiones son: panes, jarras de cerveza, bueyes, gansos, vino, incienso,
frutas, toda cosa buena y pura, como tributos cada año, como un aumento a sus
tres días de su acostumbrada festividad, a fin de hacer una gran fiesta del
primer (mes) de la Tercera Estación, de cuatro días de duración, para perdurar;
que él de vida eternamente y por siempre.
3. De la Capilla de Karnak
Lista de
estos países que Su Presencia masacró en sus valles, arrojó sobre su sangre
[///]que él de vida eternamente y por siempre.
Retenu
[Superior]
Retenu
[Inferior]
Jaru [///]
Qadesh
Aleppo
Niy
Sezar
Theneu
Ketne
Tomado de
Id., íbidem II § 798A.
4. La Estela de Karnak
[Año…] /// bajo la Presencia del Horus: Toro
Poderoso, Grande en Fuerza ///Parte de Atum, favorito de las Dos Diosas (o
Coronas), poderoso en opulencia, quien es coronado en Tebas, el Horus Dorado:
Quien Toma por su Poder a Todas las Tierras, [rey del Alto y Bajo Egipto] ///
Opet, Aajeperura, señor /// de la espada, quien ata a los Nueve Arcos, Hijo de Ra,
de su cuerpo, señor de todas las tierras, Amenhotep (II), divino gobernante de
Heliópolis, quien da vida eternamente y por siempre como Ra.
[Su Presencia estaba] en Shemesh-Edom, (y) Su
Presencia hizo un acto de bravura allí, Su Presencia peleó mano a mano,
¡Mirad! Él era como un león de mirada furiosa, masacrando a las ciudades del
Líbano /// -s-ju era su nombre. Lista de lo que Su Presencia capturó en este
día: asiáticos, 18 personas vivas, caballos, 16.
Primer mes de la Tercera Estación, día 26: Su
Presencia vadeó el cruce de Orontes en este día, haciendo cruzar /// como la
potencia de Montu en Tebas. Su Presencia levantó su mano, a fin de ver el final
de la tierra; Su Presencia eliminó a unos asiáticos que venían a caballo ///
viniendo en un [¿galope?]. ¡Mirad! Su Presencia estaba armado con armas de
combate, (y) Su Presencia conquistó con el poder [¿de Set?] en su hora; ellos
(= los asiáticos) retrocedieron cuando Su Presencia vio a uno de ellos;
entonces, Su Presencia misma les derrotó /// con su lanza /// ¡Mirad! Él llevó
al asiático /// sus caballos, su carro, y todas sus armas de combate. Su
Presencia retornó con el corazón contento [a] su padre Amón, (y) le dio una
fiesta /// Lista de lo que Su Presencia capturó en este día: sus caballos, 2;
su carro, 1; una cota de malla; arcos, 2; un carcaj lleno de flechas; un corsé;
///
Segundo mes de la Tercera Estación, día 10: pasando
hacia el sur, hacia Egipto, Su Presencia cabalgó hasta Niy. ¡Mirad! Los
asiáticos de esta ciudad, hombres y mujeres, estaban sobre sus muros aclamando
a Su Presencia /// al Buen Dios. ¡Mirad! Su Presencia escuchó decir a algunos
de estos asiáticos que estaban en Ikathi, que habían [¿complotado?] y hecho un
plan para echar a la infantería de Su Presencia [que estaba en la ciudad, a fin
de tirar ///] que eran leales a Su Presencia; entonces, Su Presencia les puso
en /// en esta ciudad /// él /// ellos enseguida, y pacificó [esta] ciudad ///
contra el país entero ///.
Segundo mes de la Tercera Estación, día 20 (+ x) ///
hizo en Ikathi /// de sus hijos. Descripción de lo que Su Presencia capturó [en
este día]: /// su carro /// lista de cautivos /// [armas] de combate sin número
/// Su Presencia estaba adornado con [su] regalía /// Su Presencia /// la tribu
de Jatithana unida /// ¡Mirad! El jefe /// la ciudad, por temor a Su Presencia.
Sus jefes, sus esposas, sus hijos, fueron tomados como prisioneros, e
igualmente toda su gente. Descripción de lo que Su Presencia misma capturó [en
este día]: /// sus caballos.
/// día 27: Su Presencia salió de la Mansión de
Hermoso-de-Rostro (= Ptah) y procedió [¿a ir a?] Menfis llevando el botín que
capturó en Retenu. Lista de lo que fue tomado: nobles vivos, 550 (+ x), sus
[espo]sas, 240; [vasijas de] oro, 6.800 deben; cobre, 500.000 deben; caballos,
210; carros, 300; la tierra entera contempló los triunfos de Su Presencia.
(Hecho por) el Buen Dios, señor de las Dos Tierras,
señor de las ofrendas /// amado de Amón, protector de quien está en Tebas,
celebrante de festividades en la Mansión de Amón, señor de Tebas, /// Hijo de
Ra, Tutmosis (¿IV?), quien da vida [eternamente] y por siempre.
Tomado (con
arreglos) de Id., íbidem II § 782ss.
5. De la Estela de Menfis
Total del
botín capturado por Su Presencia:
Señores de
Retenu, 127
Hermanos de
los señores, 179
Apiru,
3.600Y. Aharoni
Shasu
vivos, 15.200
Hurritas,
36.600
Tomado de
Y. Aharoni, Carta’s Atlas of the Bible (Nueva York, 1964).
6. Inscripción de Turra
Él (le) hizo (como) su monumento para los dioses y
las diosas, para cuyos templos de [millones de años] fue abierta la cantera, a
fin de extraer piedra caliza fina de Ayan. Año IV, bajo la Presencia del rey
del Alto y Bajo Egipto, Aajeperura, Hijo de Ra, [Amenhotep (II)], quien da
vida. Su Presencia ordenó [abrir] una cantera nueva, a fin de extraer piedra
caliza fina de Ayan, a fin de construir sus templos de millones de años. Luego
de que Su Presencia hallara que (las canteras de Troja) estaban en ruinas desde
los tiempos de antes, fue Su Presencia el que las renovó. Fue Su Presencia
quien las hizo de nuevo, para que él pudiera dar vida satisfactoriamente, como
Ra, eternamente y por siempre. Hecho por la mano del príncipe heredero y
alcalde, satisfaciendo a Su Presencia al mantener sus grandes monumentos,
vigilando los templos; quien erigió tablas en Naharina y en Karoy, el
supervisor de trabajos en los templos de los dioses del sur y del norte, el escriba
del rey, Min[hotep].
Relieves y estatuas
Estatua de Amenhotep II en el Museo
Egipcio (Turín)
Amenhotep II. Brooklyn Museum.
Amenhotep II con el tocado Nemes y la
barba ceremonial. Museo Egipcio, El Cairo.
EL PROGRAMA DE CONSTRUCCIÓN DE AMENHOTEP II
Amenhotep
II dejó tras de sí edificios o ampliaciones en casi todos los principales
lugares donde su padre había trabajado. En los tres primeros años de su
reinado, se levantaron construcciones en nombre de los dos soberanos; muy
especialmente en Amada, en la Baja Nubia, donde se construyó un templo a la
memoria de ambos, en honor a Amun and Ra-Horakhty, y en Karnak, donde ambos
soberanos participaron en la eliminación de vestigios de los monumentos de
Hatshepsut ocultándolos con los suyos propios.
En el
patio, entre los pilonos Tercero y Cuarto, en las columnas que se añadieron y
en la mampostería alrededor de los obeliscos de la reina, unas veces aparece el
nombre de un soberano y otras el del otro. Pero sigue siendo imposible
distinguir si los cambios se hicieron de forma simultánea, durante la
corregencia, o consecutivamente.
Dejó
monumentos en la Isla de Pnubs on Argo, en Sai, Uronarti, Kumma, Buhen, Qasr
Ibrim, Amada, Sehel, Elefantina, Gebel Tingar (una capilla cerca de la cantera
de cuarcita en la ribera oeste de Aswan), Gebel el-Silsila, Elkab, Tod (una
capilla para la barca funeraria de la corregencia), Armant, Karnak, Tebas
(incluyendo su tumba, KV35, en el Valle de Los Reyes, y un templo funerario
destruido en la actualidad), Medanud, Dendera, Giza, y Heliópolis. La
construcción de un templo de caliza fue el objeto de la reapertura de las
canteras de Tura en el año 4 del reinado, si bien la ubicación del templo es
incierta; no se trataba del templo funerario real de Tebas, ya que aquella
estructura se construyó con arenisca y ladrillo.
Los
yacimientos donde los esfuerzos de construcción de Amenhotep II dejaron su
impronta más profunda fueron Giza y Karnak, a pesar del hecho de que el trabajo
del faraón en Giza no fuese particularmente ambicioso. Aún así, mandó construir
un templo al dios Horemkahet, el dios-sol identificado con la Gran Esfinge. Se
ha podido apreciar que la zona alrededor de la Esfinge era frecuentada por
príncipes y peregrinos que visitaban los complejos de las grandes pirámides de
Khufu y Khafra. La Esfinge y el anfiteatro se convirtieron en el lugar de culto
a los ancestros reales, incluyendo al propio Amenhotep II y a su hijo, Tutmosis
IV, que levantó la Estela de la Esfinge entre las garras del gran león.
El culto a
Horemakhet y la veneración real continuaron hasta los tiempos romanos, de forma
que los peregrinos dejaban ofrendas votivas en el muro del recinto del
anfiteatro cuando era posible, o en la capilla. La dedicación de Amenhotep II
de un pequeño templo a Horemakhet (descrito también como Hauron en el
"depósito de cimentación" real del lugar) supuso, pues, un suceso
importante en la historia de la Esfinge como foco de adoración.
Sus propios
hijos dejaron estelas en su templo, algunas con representaciones que indican
que una estatua de Amenhotep II, en un tiempo se alzaba apoyada contra el pecho
de la Esfinge. El Profesor Mark Lehner, Arqueólogo y Egiptólogo norteamericano,
ha reconstruido el aspecto de la Esfinge con esta estatua de la Dinastía XVIII
en la posición descrita.
Una vez que
Amenhotep II acabó su programa de borrado en los monumentos de Hatshepsut en
Karnak, pudo concentrarse en los preparativos para el jubileo real en este
templo. Al igual que Tutmosis III había construido un templo para el festival,
conocido como “Effective of Monuments”,
en el recinto de Amun, en Karnak, de igual forma Amenhotep II construyó un
edificio para su festival-sed. Su pabellón, según la reconstrucción de Charles
Van Siclen, consistía en un patio con pilares cuadrados esculpidos con
relieves, y muros decorados a los lados. Datado hacia finales de su reinado,
tanto por sus inscripciones como por su estilo artístico, encabezaba la entrada
sur del templo en el Octavo Pilono, creando de forma efectiva una nueva entrada
principal al complejo, tal y como habría hecho Hatshepsut antes que él.
Frente a
este patio del festival-sed, habría parcelas de Amun, o huertos donde se
criarían verduras y otras plantas comestibles. Los pilares mostraban de forma
inusual la primera conmemoración de un festival-sed, o su repetición, lo que
implicaría que el faraón podría haber celebrado ya un jubileo antes de
construir el patio. Todo esto es difícil de interpretar y bien pudo tratarse de
deseos expresados por el faraón para posteriores jubileos.
Siguiendo
una vieja tradición, la decoración a base de relieves del pabellón del
festival, incluía insignias reales para el faraón que claramente hacían
resaltar sus condiciones solares; por ejemplo, aparecían múltiples discos
solares sobre coronas, y pequeños halcones posando sobre los discos, creando
así una identidad con el Ra-Horakhty de cabeza de halcón.
El pequeño
templo de Tutmosis III en Deir el-Bahri, había ya usado, de forma parecida, un
extravagante simbolismo solar, datado en un período posterior a cuando se
hicieron los preparativos para el jubileo real. El edificio del festival de
Amenhotep II incluía escenas de su madre, Merytra, que ejerció como reina y, lo
que es más importante, como “esposa del dios Amun”. El edificio sería
desmantelado a finales de la Dinastía XVIII para acomodar ciertas
modificaciones del cuadrante, por Horemheb (1.323-1.295 a.C.), y reconstruido
más tarde, en un estilo arquitectónico diferente, por Sety I (1.294-1.279 a.C.)
a principios de la Dinastía XIX.
Amenhotep
II también construyó un templo a Amun al norte de Karnak; un recinto que más
adelante se dedicaría a Montu, de Tebas. No obstante, los bloques del edificio
forman parte de las cimentaciones de un templo construido bajo el mandato de
Amenhotep II y posteriormente adaptado en el Período Tolemaico. Su función
original se desconoce. Otros pórticos y bloques en Karnak Norte, no obstante,
indican que el faraón estaba interesado en desarrollar el sector, quizás por su
situación a fin de extender el eje norte-sur de la zona central de Karnak.
Se han
encontrado elementos de una puerta de piedra de un palacio del faraón, al norte
del propio templo, quizás indicando la situación de una residencia ceremonial
para Amenhotep II. El interés del faraón en el templo de Montu en Medamud, a
unos 8 km al norte, es también notable, ya que más adelante, en efecto existía
un camino procesional entre el norte de Karnak y Medamud.
LAS ESPOSAS REALES A MEDIADOS DE LA DINASTÍA XVIII
El número
de príncipes que pueden ser documentados durante el reinado de Amenhotep II es
como sigue: Amenhotep, Tutmosis, Khaemwast (?), Amenemopet, Ahmose, Webensenu,
y Nedjem, así como los príncipes A y B, sin nombre, que se conocen por las
estelas de Giza. Quizás, otro llamado Aakheperura, también nacería hacia
finales del reinado de Amenhotep II, o a principios del de Tutmosis IV.
Contrastando
de forma llamativa con los anteriores reinados, las princesas son difíciles de
documentar. La pluralidad de jóvenes varones reales contrasta con la primera
fase de la dinastía cuando los príncipes adultos escaseaban; quizás porque
pereciesen en campañas militares, o por enfermedades infantiles. La escasez de
príncipes, debida en parte a la preferencia dinástica por princesas hermanas
como reinas, pudo haber inspirado a los soberanos a tener reinas menores,
además de sus grandes esposas reales.
Estas “grandes esposas reales”, tales como
Nebetta, y las tres reinas levantinas de Tutmosis III, todas mencionadas
anteriormente, eran probablemente diferentes a las damas de la Corte de rango
desconocido con las que los soberanos tenían relaciones sexuales. Estas
últimas, tales como Mutnofret, Isis, Tias, y Mutemwiya, trajeron hijos que llegaron
a ser faraón que promocionarían a sus madres como reinas. No obstante, se
desconoce qué mujeres, aparte de Tiaa, madre de Tutmosis IV, fueron las madres
de los numerosos críos de Amenhotep II.
Y no fue
sólo sus más que capacitados poderes de procreación lo que distinguía a
Amenhotep II de sus predecesores. Contrariamente a los anteriores a él, este
faraón nunca reconoció públicamente una esposa que no fuese su madre, Merytra,
que serviría como “gran esposa real”
durante la mayoría del reinado de Amenhotep II. La ausencia de esposas podría
considerarse como un rechazo consciente del papel jugado por las princesas como
“esposas del dios Amun”, desde el
establecimiento de la dinastía hasta el reinado de Hatshepsut.
Quizás
fuese ahora cuando Tutmosis III y Amenhotep se percatasen que las reinas como
Hatshepsut, que representaba la dinastía familiar, podían ser peligrosas si
eran demasiado ricas y poderosas. Aún más, la usurpación del trono por parte de
la reina-convertida-en-faraón, pudo haber servido de incentivo a Tutmosis III y
al Amenhotep II para tener varones. Esta conclusión les motivaría, además, a
escoger como “gran esposa real” a
mujeres fuera de la principal línea real, como fue el caso con Tutmosis III al
escoger a Sitiah y Merytra.
Igualmente
sorprendente es el hecho de que Amenhotep II ocupó las partes más importantes
de la administración estatal en su mayor parte con jóvenes que fueron educados
con él en la escuela del palacio o que pertenecían a sus hermanos de leche.
Aquí, el principio de apego personal al rey se colocó por encima de la
competencia del candidato para el cargo.
Usersatet: - Virrey de Kush
El virrey
de Kush, Usersatet/Wsr -S Tt / Wsr - S AT.t era un "hermano de la leche" del Rey
Amenophis
II. El predecesor de Usersatet en el cargo fue el virrey Nehi, que al menos
desde el año 23 al 52 de Thutmosis III, celebró esta publicación.
Usersatet
es conocido por sus numerosas inscripciones, como un santuario en Qasar Ibrim,
una estela en Sehel y una estela de Buhen. Se conocen más inscripciones suyas
de Amara West, Wadi Halfa y Deir el-Medina. El santuario construido por
Usersatet en Qasar Ibrim fue trasladado debido a la amenaza de destrucción por
la presa Nasser y reconstruido en el Nuevo Museo Nubio en Asuán. Sin embargo,
estas inscripciones de estelas dicen poco sobre la vida de Usersatet. Su tumba
aún no ha sido encontrada.
El padre de
Usersatet era Sa-Amun, pero no se conoce un título. Su madre, llamada "Nenun-her-merites", era una dama
del harén real. En el santuario de la capilla n° 11 en Gebel Silsilah se
encuentran en la pared posterior occidental de la capilla 5 estatuas sentadas.
Sin embargo, estos son solo fragmentarios obtenidos de las piernas hacia abajo.
Desde la derecha, los propietarios del santuario, Senynefer y, presumiblemente,
la representación de su esposa Hatshepsut, y en tercer lugar, la "dama de la casa" Nenunhermeritas,
que se puede encontrar en la inscripción de una estatua del virrey de Kusch, se
puede ver en las piernas. , User-satet, es nombrada como su madre, así como la
del propio virrey user-satet y probablemente su esposa Henuttawy.
Parece
posible que estas 5 personas estuvieran relacionadas entre sí.
La esposa
de Usersatet se llamaba "Henuttawy"
y parece haber sido enfermera del rey. La única fuente documental para ella es
la capilla 11 mencionada anteriormente en Gebel Silsilah, a la que llama "la enfermera que alimentó al Dios alabó [al]
dios, la señora de la casa Henuttawy, justificada".
El rey Amenhotep II escribió en su 23º año de gobierno una carta a Usersatet "que Su Majestad mismo escribió con ambas manos". Aunque esto contenía una reprimenda, pero Usersatet (ya que era una carta personal escrita por el rey y, por lo tanto, un gran honor para él) lo dejó perpetuar en una estela, que había instalado en la fortaleza Semna. Esta estela ha sobrevivido hasta nuestros días.
La ocasión
para la carta fue una reprimenda del rey en la administración Usersatets. Al
mismo tiempo, le recuerda ciertos eventos de la juventud compartida para
asegurar a Usersatet sus sentimientos aún amigables. La referencia fue otorgada
a Usersatet, porque había enviado a un nubio que parecía inapropiado para el
rey a la corte real. Desafortunadamente, el texto del texto a veces es confuso
y difícil de leer, hasta donde el Rey entiende en el texto el desprecio por sus
enemigos, al llamar a los del Norte, incluida "la vieja esposa de Arpach" y al pueblo de Tachsi, un clan
inútil. Usersatet pero instruyó a tener cuidado con las personas en Nubia y sus
magos. También lo instó a eliminar a cualquier jefe no tan confiable y
reemplazarlo por otro.
Causa de la
carta y la reprimenda fue la sugerencia de Usersatets de ocupar cierta oficina
con un nubio, lo que no era aceptable para el rey:
"" ......... .. Otro mensaje para el
virrey: ¡No confíes en el nubio por derecho propio! ¡Cuidado con su gente y sus
hechicerías! Busca a este sirviente de menor origen, a quien has traído para
hacerlo incluso un oficial. Pero ese no es un magistrado que pueda sugerirle a
Su Majestad, o simplemente desea que escuchen que si no tiene un hacha de oro
cargada de bronce, ¡tal vez un gran palo del pozo de agua o uno de la fuente de
acacia! "
Kenamun/Qn-Imn; TT 93 - mayordomo del rey
El alto
funcionario Kenamon fue uno de los "hermanos
de la leche" del rey Amenhotep II y fue uno de los nobles del país con
muchos títulos. Amenhotep II lo nombró mayordomo principal y mayordomo del
palacio de Memphis cerca de Memphis, así como del puerto principal y la base
militar de Perú-Nefer. Otros títulos importantes lo designan como comandante
del ejército y supervisor de todos los edificios del rey, así como supervisor
de los países extranjeros del norte, jefe de los establos, tesorero y
supervisor del ganado de los Amuns. Durante su carrera, Kenamun tuvo más de 80
títulos y epítetos, aunque pocos de ellos designaron una oficina real. La
mayoría de estos títulos subrayaron sus éxitos y conexiones en la corte y
describieron su posición como:
·
Miembro de la clase superior
y alto funcionario,
·
Portador del sello real,
·
Compañero familiar,
·
Seres queridos
·
Chambelán real,
·
Fan carrier del Señor de los
dos países,
·
Escriba real,
·
Consejero del rey,
·
Jefe de Hacienda
·
Capitán de los arqueros,
·
Jefe del almacén d es Amun
·
Jefe de todo tipo de
trabajos.
·
Y muchos otros.
(Lista
después de Toby Wilkinson: "Quién es
quién en el antiguo Egipto")
El nombre de su padre es desconocido. Su madre, llamada Amenemopet, era "Enfermera Suprema del Señor de las Dos Tierras" (Enfermera del Rey)
En las inscripciones de su tumba TT 93 se pueden ver varios miembros de su familia. El nombre de su esposa era Tadiditas. Su hermano ocupó el cargo de "3er Profeta de Amón" en Karnak y fue nombrado Kaimheribsen. Su tumba ahora inaccesible en Sheik Abd el-Korna lleva el número TT 98.
El nombre de su padre es desconocido. Su madre, llamada Amenemopet, era "Enfermera Suprema del Señor de las Dos Tierras" (Enfermera del Rey)
En las inscripciones de su tumba TT 93 se pueden ver varios miembros de su familia. El nombre de su esposa era Tadiditas. Su hermano ocupó el cargo de "3er Profeta de Amón" en Karnak y fue nombrado Kaimheribsen. Su tumba ahora inaccesible en Sheik Abd el-Korna lleva el número TT 98.
Como leal
oficial real del rey y su compañero de infancia, Kenamun siempre parecía haber
estado del lado de Amenhotep II. Afirmó haber acompañado a Amenhotep II en su
viaje "a través de la vergonzosa
Siria", en la hora en que las hordas fueron expulsadas. "Se alabó a sí mismo" los ojos del
Rey del Alto Egipto, los oídos del Rey del Bajo Egipto". Su tarea era
percibir todo lo que estaba sucediendo en el reino e informarlo al rey.
Para la
creación de su tumba en la necrópolis de Tebas, empleó a los mejores artistas
de la época y dejó en las inscripciones de la tumba sus éxitos inmortalizados
durante su permanencia en las paredes y preservados para la posteridad.
Tumba TT 93 en Sheik Abd el-Korna:
También se
encuentra la tumba TT 93 de Kenamun, como la de su hermano en Sheik Abd
el-Korna. La planta conocida desde hace mucho tiempo obtuvo de Lepsius el Nº.
68 - La tumba de Champollion Nº. 8 y Wilkinson nº 33.
La tumba de
Kenamon es una de las tumbas no reales más impresionantes y se encuentra en la
mitad occidental del jeque Abd el-Korna. La tumba tiene un crucero y un pasaje
que conduce a una sala interior. La sala transversal está sostenida por 10
pilares que, como las paredes, están ricamente decorados.
El dintel afuera muestra al adorador dueño de la tumba y a su esposa. La pareja también se muestra en el marco y en el pasillo. En la sala transversal, los bailarines y bailarines, cantantes y sacerdotisas están representados con sistrum, así como con la corteza real, que lleva la estatua del maestro de tumbas.
En la pared interior, a la derecha del pasaje, informa sobre su nombramiento como administrador del rey. En los pilares, el dueño de la tumba está representado en varias actividades: junto con su esposa pescando, sacrificando cintas, ungüentos e incienso, un hombre unge al maestro de la tumba y a su esposa y varios actos de sacrificio. El techo y el arquitrabe están decorados con textos.
El pasaje contiene representaciones del Señor de la Tumba y escenas de sacrificio antes de Osiris. La sala interior, que se acortó debido a un colapso del techo y solo cuenta con el apoyo de 8 en lugar de 10 a 12 pilares como se planeó originalmente, muestra una escena doble con Anubis y dos hijos sacrificados de Kenamon. En el nicho posterior del pasaje se muestra el maestro de tumbas con sacrificio y en el lado izquierdo textos y ofrendas de sacrificio. La pared posterior del nicho está decorada con una representación del Señor de la Tumba sacrificándose ante los dioses Osiris y Anubis.
El dintel afuera muestra al adorador dueño de la tumba y a su esposa. La pareja también se muestra en el marco y en el pasillo. En la sala transversal, los bailarines y bailarines, cantantes y sacerdotisas están representados con sistrum, así como con la corteza real, que lleva la estatua del maestro de tumbas.
En la pared interior, a la derecha del pasaje, informa sobre su nombramiento como administrador del rey. En los pilares, el dueño de la tumba está representado en varias actividades: junto con su esposa pescando, sacrificando cintas, ungüentos e incienso, un hombre unge al maestro de la tumba y a su esposa y varios actos de sacrificio. El techo y el arquitrabe están decorados con textos.
El pasaje contiene representaciones del Señor de la Tumba y escenas de sacrificio antes de Osiris. La sala interior, que se acortó debido a un colapso del techo y solo cuenta con el apoyo de 8 en lugar de 10 a 12 pilares como se planeó originalmente, muestra una escena doble con Anubis y dos hijos sacrificados de Kenamon. En el nicho posterior del pasaje se muestra el maestro de tumbas con sacrificio y en el lado izquierdo textos y ofrendas de sacrificio. La pared posterior del nicho está decorada con una representación del Señor de la Tumba sacrificándose ante los dioses Osiris y Anubis.
Min / Mn.w:- Tesorero
·
El alto oficial que Min tenía
en tiempos de Tutmosis III, varias oficinas,
·
Alcalde de Tjeny (Thinis)
·
Supervisor de los profetas de
Onuris
·
Supervisor de los sacerdotes
de Osiris,
·
Tesorero
El nombre
de su esposa es Sai (Say). El padre de Min es desconocido. En la tumba nos
encontramos con el hijo de Min llamado Sobek-mose.
Min también
fue uno de los tutores del príncipe Amenhotep. Una ilustración en su tumba, TT
109, muestra a Min enseñando tiro con arco al joven príncipe Amenophis, quien
es retratado como un niño desnudo.
El texto
sobre la escena lee:
"Él (Min) da instrucciones para una lección de
tiro. Él dice: "Estira el tuyo ¡Inclínate ante ambas orejas! ¿Eres
[fuerte] tus dos [brazos?]! Genial....... Pfei [le]........ tu.......... [Rey]
hijo [Amén] ophis. Actúas en / as............. todos".
El texto a
la izquierda entre el alumno y el objetivo es:
"Disfrutando de lecciones de tiro en el salón
del palacio - en vivo, a salvo y sano - de This [por el hijo del rey
Amenhotep]".
Representación grave TT 109 sin
inscripción
- El Príncipe Minero instruye al Príncipe Amenhotep en tiro con arco.
- El Príncipe Minero instruye al Príncipe Amenhotep en tiro con arco.
Estado actual de la imagen en TT 109
con inscripción.
con inscripción.
El
monumento funerario de Min se encuentra en el-Chocha y tiene el número de la
tumba TT 109 (Champollion Nº. 34)
El
egiptólogo francés P. Virey encontró en TT 109 Uschebtis, pero probablemente
del período tardío. También puede haber destrucción del período de Amarna.
Según F.
Kampp, la tumba TT 109 tiene un patio frente a ella, un pasaje decorado a la
izquierda con textos y a la derecha una representación del propietario de la
tumba que emerge de la tumba. En la pared del fondo está el Señor de la Tumba
con tres filas de parientes y una representación sacrificial para Thutmosis
III. Para ver Pinturas de tumbas con músicos del templo, niñas con frisales y
cantantes decoran las paredes del salón. La sala también presenta la
representación de Min y el príncipe de tiro con arco, así como otra
representación que muestra a Amenophis sentada en el regazo del príncipe
educador.
La pared
frontal del patio se extiende en la esquina occidental y oriental por una
capilla. En el medio de la pared frontal hay un nicho. En la esquina posterior
occidental de la capilla se encuentran los restos de varias estatuas, frente a
ella en los restos del dintel de la representación del maestro de la tumba ante
los dioses y con una tableta de sacrificio. También en la capilla oriental hay
restos de representaciones que muestran a Min en la caza del desierto.
Senynefer: - Jefe del harén real –
Senynefer
era el jefe del harén real bajo Amenhotep II y posiblemente era hijo del virrey
de Kush Usersatet y su esposa Henettawy.
Senynefer y su esposa Hatshepsut
Doble
estatua fragmentada del Senynefer (a veces Sennefer) y su esposa Hatshepsut -
hoy en el Louvre E 17161 (altura 62 cm, longitud 82 cm)
Los títulos
del Senynefer están de acuerdo con el reverso de la doble estatua Louvre E
17161:
·
Jefe del harén real
·
Wab Sacerdote de Amón
·
Wab Priest of Amun 1st Phyle
(n-sector)
Jefe de la
"Cámara" del Palacio de la
Ciudad del Sur (= Tebas) (Hannig p. 123)
Senynefer y
Hatshepsut aparecen en el santuario de la capilla número 11 en Gebel Silsilah.
Estos monumentos de roca se encuentran río abajo, a unos 150 km al sur de
Luxor. El antiguo nombre egipcio de Gebel Silsilah era:
"Lugar de remo" ($ nw, $ nj). Los altos funcionarios de la dinastía 18 fueron principalmente los dueños de estas "capillas". Del Nuevo Reino se han conservado 28 capillas de roca, de las cuales solo 18 se clasificarán como sus propietarios. El santuario No. 11 tenía varios propietarios, pero probablemente fue construido originalmente para cierto Senynefer y su esposa.
"Lugar de remo" ($ nw, $ nj). Los altos funcionarios de la dinastía 18 fueron principalmente los dueños de estas "capillas". Del Nuevo Reino se han conservado 28 capillas de roca, de las cuales solo 18 se clasificarán como sus propietarios. El santuario No. 11 tenía varios propietarios, pero probablemente fue construido originalmente para cierto Senynefer y su esposa.
De
Senynefer y su esposa, solo se conservan los fragmentos de una doble estatua,
que ahora se encuentra en el Louvre, París (E 17161). - altura 62 cm, longitud
82 cm.
Rechmire: TT 100- Visir y alcalde de Tebas
Rechmire (Rx-muj-Ra)
era visir del sur y alcalde de la ciudad de Tebas y debe haber sido una persona
muy importante en el estado, justo después del rey. Ocupó el cargo de visir en
los últimos años bajo Thutmosis III y al comienzo del reinado de Amenhotep II.
Su nombre significa algo así como "saber
como Re". Tuvo más de 100 títulos importantes. La Tumba de Rechmire se
encuentra en la parte superior de la colina sureste de Sheikh Abd el-Qurna, cerca
de la tumba de Sennefer (Nº. 96)
Rechmire
provenía de una antigua familia de funcionarios públicos. También su bisabuelo
y su abuelo.
Aametschus/Aametju
y su tío Useramun ocuparon este cargo del visir, probablemente también su padre
Neferweben. (Anders Kent Weeks: "Luxor
- Valle de los Reyes" / Nat. Geogr. - después de eso, el padre de
Rechmir nunca había superado el rango de Sacerdote Wab). Como su esposa es un
mérito ocupado.
El noble descenso ayudó a Rechmire a un rápido aumento de la burocracia. Su madre Bet vino del Harim del palacio, una ascendencia que también tuvo un efecto positivo en la conexión con la familia real.
El noble descenso ayudó a Rechmire a un rápido aumento de la burocracia. Su madre Bet vino del Harim del palacio, una ascendencia que también tuvo un efecto positivo en la conexión con la familia real.
Rechmire se
jactó de que había algo en el cielo, en la tierra o en algún rincón del
inframundo que no conocía. Ciertamente fue una exageración contundente, pero
seguramente fue uno de los hombres mejor informados y más poderosos del
Imperio. Sus deberes incluían informar al visir de los entresijos de las
posesiones reales. También era su deber escuchar los informes policiales y
pronunciar la ley. Sobre todo esto, el visir tuvo que informar diariamente al
rey e intercambiar puntos de vista con el tesorero. Estuvo a cargo de todo tipo
de áreas en el imperio, incluida la supervisión económica y financiera y la
representación del rey durante su ausencia. En todos estos deberes, Rechmire
informa en su tumba TT 100 en la necrópolis de Abd el-Qurna. Como símbolo de su
poder, el visir llevaba una figura de la diosa Maat alrededor del cuello,
reconocible por la pluma en la cabeza de la diosa.
Rechmire
estaba muy orgulloso de su posición al frente del aparato administrativo de
Egipto, y reproducía con orgullo en las inscripciones en las paredes de su
tumba cómo el rey describía los deberes de su visir. Sus inscripciones
detalladas proporcionan el testimonio más completo e importante del visirato y,
de hecho, del funcionamiento del gobierno egipcio en su conjunto, en el apogeo
del poder imperial del país.
Sin
embargo, bajo el rey Amenophis II, Rechmire parece haber sido destituido de su
cargo porque su nombre ha sido tachado de su tumba. Es probable que la caída de
Rechmire esté vinculada a la nueva política interna del Rey, en la que
Amenhotep II promovió su familiaridad con los días de la infancia.
No hay evidencia de que Rechmire haya sido enterrado en TT 100 al final de su vida. Incluso hay indicios de que parte de la decoración de la tumba se ha alterado cuidadosamente y se ha eliminado su nombre.
No hay evidencia de que Rechmire haya sido enterrado en TT 100 al final de su vida. Incluso hay indicios de que parte de la decoración de la tumba se ha alterado cuidadosamente y se ha eliminado su nombre.
La tumba TT
100 ya era conocida por los primeros visitantes de Tebas. Robert Hayes hizo las
primeras copias de las pinturas TT 100 en 1932, pero más tarde, también,
siempre estuvo en el campo del interés científico. Fue correctamente accesible
y cerrado con una puerta en 1889. Hasta entonces, la tumba no había sido
limpiada. No se publicó por completo hasta 1943.
TT 100
difiere de todas las otras tumbas de la XVIII Dinastía en sus impresionantes
dimensiones, la calidad de las decoraciones y la variedad del programa de
imágenes. La capilla está tallada en la roca y tiene un plano de planta en
forma de T con un patio abierto. El techo del hall de entrada tiene tres metros
de altura. El cementerio conduce 25 metros hacia la roca y tiene, detrás de un
corredor transversal estándar (vestíbulo) en una sala o capilla longitudinal,
que se extiende no solo a lo largo del eje principal hacia el sur, sino
especialmente en la altura. El techo se eleva abruptamente en el interior y
alcanza una altura de más de 9 (8?) Metros en el extremo occidental.
Escenas de la tumba de Rechmire
(TT 100)
(TT 100)
La capilla
está mayormente pintada y las pinturas están muy bien conservadas y son de alta
calidad, lo que puede competir fácilmente con las imágenes de las tumbas
reales. En la pared sur, a la izquierda de la entrada, está escrito uno de los
textos más famosos de esta tumba: los deberes de un visir. En el muro norte, el
visir supervisa un desfile de naciones vecinas que hacen estragos en el rey,
incluidas representaciones de los habitantes de la misteriosa tierra de Punt,
árboles de incienso, babuinos, monos y pieles de animales. Los nubios también
se representan con diferentes animales (jirafas, leopardos, babuinos, monos y
perros). En el muro oeste adyacente hay un texto autobiográfico más largo.
Gran Procesión - Alivio en la capilla
funeraria del Visir Rechmire
- los sirvientes de los muertos traen los regalos para el equipo de la tumba
- los sirvientes de los muertos traen los regalos para el equipo de la tumba
Escena homenaje de la sala longitudinal
Los transportistas traen tributos de otros países, aquí jirafas, monos, panteras y caballos.
Las escenas
de la sala longitudinal (también llamada sala B) son, sin duda, las más
interesantes y mejor conservadas de toda la tumba. La decoración de la pared
izquierda muestra la preparación de ofrendas de alimentos como pan, miel y
vino. También puede ver a los habitantes de Delta que traen grandes ánforas que
contienen vinos, aceites y papiros. El visir supervisa todas estas actividades.
En los siguientes diez registros hay procesiones funerarias a la necrópolis, la
construcción de obeliscos, el catafalco llevado por nueve amigos y la peregrinación
a Abydos. En esta sección, el corredor alcanza una altura muy considerable, lo
que dificulta la visualización del registro superior.
Un nicho se
encuentra en la estrecha pared posterior de la sala longitudinal, debajo de la
cual se reconoce una puerta falsa, un elemento decorativo del Reino Antiguo.
Aquí se descubrió una estela, que se encuentra hoy en el Louvre de París. En la
pared este de la sala longitudinal se puede ver la representación de los hijos
de Rechmire con su esposa y su madre. Esto es seguido por una escena de diez
partes que representa los ritos realizados frente a la estatua del difunto.
También se muestran escenas de la matanza ritual de animales salvajes, su
purificación y la preparación de alimentos antes de la muerte. Rechmire está
sentado en un sillón alto. Los hijos e hijas del difunto le ofrecen flores a él
y a su esposa, mientras que los músicos con suntuosos vestidos tocan varios
instrumentos.
La fiesta
es seguida a la derecha por la representación de dos barcos que representan el
barco de viaje magníficamente equipado del maestro de tumbas. Los supervisores
con látigos conducen a los remeros. A su llegada, el visir y su séquito son
recibidos por un hijo y un pariente. El boletín informa que Rechmire está
regresando de "Sechem-hut" (un lugar entre Dendera y Abydos) donde el
rey lo recibió. Él ha confirmado al Señor de la Tumba en el cargo y hay alegría
en todas partes. El rey ya no es Thutmosis III, pero sí Amenhotep II. Esta
escena muestra que la tumba no se había completado cuando el gobierno cambió.
Esto deja en claro que Rechmire debe haber caído más tarde en
"desgracia", lo que hace comprensible la entusiasta recepción al
regreso. Afortunadamente, la suerte no duró demasiado. Con el juicio político
de Rechmires, la larga historia de esta familia Wesirs llegó a su fin. (ver
Helck, Administración, págs. 293 y sigs.)
Poco
después de la muerte del Rechmire, se destruyeron algunas representaciones en
la tumba.
Amenemheb (llamado mahu): TT 85 - General
El soldado
Amenemhet, bajo Thutmosis III. y sirvió bajo Amenhotep II, fue enterrado en una
tumba muy grande en Sheik Abd el-Korna con el No. TT 85 (Champollion No. 12).
En su biografía grave se mencionan ambos gobernantes. Amenemhet se había
convertido en rey en las campañas.
Tutmosis
III por el valor y la audacia del simple soldado al comandante de la tropa
altamente servido. Recibió varias recompensas del rey y, como premio especial,
llamó a su esposa Baki en la oficina de la enfermera real del Príncipe
Heredero, el futuro Rey Amenofis II.
En la tumba
TT 85 aparece su esposa, mientras sostiene al Príncipe Heredero en su regazo.
El
subtítulo lee:
"Una flor de loto en tu nariz, Amenophis,
vivirás para nosotros una eternidad de años.
"
La madre de "Mahu" se llamaba Tetire.
La madre de "Mahu" se llamaba Tetire.
La gran
tumba yacía sobre una fosa vertical de épocas anteriores. Esta circunstancia
obligó a los arquitectos de la instalación a reubicar las cámaras profundas de
la tumba. Durante la excavación a principios de 1990 se encontró un piramidión
de Amenemhab en el patio. Proviene de la superestructura o quizás también se
colocó sobre el eje.
La tumba en
sí consiste en un patio aguas arriba, una sala horizontal con 4 pilares que
muestran al maestro de tumbas sentado, niñas frente al dueño de la tumba con un
palo y una mujer que visita la tumba y varias representaciones del dueño de la
tumba con su esposa y en actos de sacrificio.
La sala está decorada con el maestro de la tumba, que supervisa el registro de sus tropas frente al campamento de Amenhotep II. También hay escenas con bailarines y músicos tocando a los invitados. Uno de los invitados tiene un mono debajo de la silla.
La sala está decorada con el maestro de la tumba, que supervisa el registro de sus tropas frente al campamento de Amenhotep II. También hay escenas con bailarines y músicos tocando a los invitados. Uno de los invitados tiene un mono debajo de la silla.
Un pasaje
en el que las imágenes del señor de la tumba, su esposa y su hijo, que revisan
el equipo de la tumba, conducen a un espacio transversal interno con varios
actos de sacrificio de la familia, así como escenas de trampas para pájaros,
escenas de peces y escenas con músicos e invitados a un banquete.
En un
espacio similar a un santuario contiguo a las canteras, uno ve a un sacerdote
frente a una momia parada en un quiosco, así como una procesión fúnebre con el
sarcófago tirado por bueyes y hombres. La conexión del espacio similar a un
santuario forma un escenario tipo mastaba y un nicho de culto, en cuyos cuatro
registros aparecen los dioses Anubis y Osiris.
Como en
muchas tumbas, el nombre de Amón y algunas representaciones también fueron
parcialmente destruidos en TT 85.
Userhat era
un escriba real en el siglo XV a. C. Bajo el rey Amenophis II y probablemente
bajo Thutmosis III. Su nombre significa "cabeza fuerte". Por cierto, también es el nombre de la corteza
procesional del dios Amón. La única información que tenemos de Userhat proviene
de su tumba.
Tuvo varios
títulos a lo largo de su vida:
·
Escriba quién calcula los
panes en el Alto y Bajo Egipto,
·
Gran confidente del Señor de
los dos países, su amado escriba real,
el diputado del heraldo, jefe del ganado pequeño (el Amun)... ".
el diputado del heraldo, jefe del ganado pequeño (el Amun)... ".
·
Jefe y escriba del ganado de
Amun
·
Diputado Heraldo
Una de sus
tareas era controlar la cantidad de granos recibidos y, como resultado,
controlar la cantidad de panes horneados y mantener su peso correcto. También
fue responsable de minimizar el robo y el desperdicio.
Userhat era
un hijo del "Cabo", la
Royal Children's Institution, lo que sugiere que fue educado en la corte real
como uno de los compañeros de los niños reales y amigo íntimo del rey en la
edad adulta. Su esposa era una mujer llamada Mutneferet. Sus títulos eran
"solo joyas reales" y "dama
noble".
En su tumba
TT 56 se mencionan dos hijas y un hijo. Las hijas eran Henut-neferet y
Nebet-tauj. Henut-neferet aparentemente tenía un alto estatus social, ya que
tienen diferentes títulos como "Dama de la corte, amada de su Señor"
y "Prometida del Dios bueno" (= Rey). Al momento de la finalización
de la tumba, Henut-neferet parece no haberse casado, porque falta el término
típico "propietario". Parece haber crecido con las princesas en la
corte y haber disfrutado del favor especial del rey.
Userhat y
Mut-neferet también tuvieron un hijo que figuraba en la tumba como el Sacerdote
Web de Ptah, pero cuyo nombre fue borrado en la columna en la que se suponía
que debía aparecer. Quizás había muerto antes.
La tumba de
Userhat no se mencionó hasta principios de la primera mitad del siglo XIX, pero
debe haber sido accesible en general, ya que Wilkinson ya había copiado algunas
inscripciones en 1827/28. Lepsius visitó la tumba en 1843 y observó que el
acceso a través de una abertura en la pared de la tumba
TT 57 se fabricó mientras hoy se puede acceder cómodamente. Es una de las pocas tumbas que casi se han completado y está bastante bien conservada.
TT 57 se fabricó mientras hoy se puede acceder cómodamente. Es una de las pocas tumbas que casi se han completado y está bastante bien conservada.
Amenemope/gen. Pairi/Imn-m-ip.t TT 29 + KV 48: -
Visir
El sucesor
de Rechmire al comienzo del gobierno Amenophis II era un funcionario llamado
Amenemopet, llamado Pairi. Otro visir además de esto bajo Amenophis II es
desconocido.
También se
tituló "Alcalde de la ciudad (Tebas)". Su padre era el supervisor del
granero de la diosa Ahmose Humay (TT 224). La madre Pairis se llamaba Nub y se
llama "concubina real". El hermano de Pairi fue otro famoso
contemporáneo de Amenofis II, el alcalde de Tebas, Sennefer de TT 96. Como esposa de Pairi se
llama Weret-Maatef. Amenemope tenía dos tumbas, una en el Valle de los Reyes y
la otra en Sheik Abd el-Kurna.
Pairi se
fue mientras trabajaba como visir con la construcción de una tumba en Sheik Abd
el-Kurna (TT 29). Esta tumba funeraria se iba a crear con el diseño habitual en
forma de T, con pilares provistos en la sala transversal. Sin embargo, esta
tumba no se completó.
Consiste en
una sala transversal contigua a una sala longitudinal. El pasaje izquierdo del
crucero está decorado con una representación sacrificial del Señor de la Tumba
y su esposa ante Re, el Señor de la Tumba frente a una mesa de sacrificios y
representaciones de Pairi con escribas, músicos, un tribunal y los deberes del
día a día como Visir. La sala longitudinal muestra en dos registros invitados y
arpistas, víctimas del sepulturero, nombrando a sus padres y a su hermano Sennefer
con su esposa y su hijo Paser. A continuación se presentan las representaciones
habituales de la procesión fúnebre con sacerdotes y lanzadores, ganado y
prisioneros, así como el padre del maestro de tumbas, la escena de limpieza
antes de Osiris.
El rey
Amenhotep II le dio a su visir el gran honor de poner su tumba en el Valle de
los Reyes, donde más tarde fue enterrado. Esta tumba tenía la numeración KV 48.
La tumba
fue descubierta en 1906 por Edward R. Ayrton para Th. M. Davis.
"El pozo tenía unos 20 pies de profundidad y
6 pies de ancho y tenía una cámara relativamente grande al suroeste, que medía
16-17 pies en 10-11 pies y tenía 6 pies de altura. La tumba había sido robada
en la antigüedad, pero la puerta de la cámara se había cerrado nuevamente con
una pared rugosa. El suelo estaba cubierto de escombros de aproximadamente seis
pulgadas de alto, y sobre él yacían los escombros del entierro".
Esta tumba
en el Valle de los Reyes es mucho más modesta que la tumba en Sheik Abd
el-Korna. La cámara funeraria tenía 3 metros de ancho y 5 metros de largo.
Conduce directamente a un pozo de aproximadamente 2 metros de ancho, que
conduce aproximadamente 6 metros hacia la profundidad. La cámara funeraria en
sí no estaba decorada y ni siquiera tenía capas de estuco para nivelar las
irregularidades de la roca. Durante mucho tiempo, la posición de KV 48 había
sido olvidada hasta que Kent Weeks la redescubrió utilizando equipos geofísicos
en 1985. Esta tumba está cerrada hoy.
El dueño de
la tumba era un "hombre alto y bien
formado" cuya momia había sido "arrojada y arrojada a un lado". En los "escombros"
se encontraron fragmentos del ataúd negro pintado con resina decorado con hojas
amarillas, así como piezas de una silla de madera y jarras de arcilla
encaladas. Estos restos de entierro fueron esparcidos por toda la tumba,
incluidas cuatro baldosas mágicas, que provenían del llenado de los frascos de
almacenamiento y el sello de arcilla de un papiro (con la inscripción: "Amun escucha oraciones sinceras") y
algunos pintados de amarillo en shabtis de madera de Pechgrund con el Títulos
de Amenemopet, Visir y Gobernador.
El oficial
Men-techenu ejerció el cargo de "jefe de guardia en la puerta del palacio
real" y dirigió al mismo tiempo el Hofrangtitel de un "Wedelträgers a la derecha del rey".
Lleva dos gruesos collares de discos lenticulares en una estatua sentada que se
encuentra en Karnak: el llamado "Oro
del Coraje" alrededor de su cuello y una doble banda para la parte
superior del brazo. Men-techenu recibió estas joyas del rey, quien lo
distinguió por sus servicios.
Meri (Sumo Sacerdote de Amón)
La oficina
del Sumo Sacerdote de Amón bajo el rey Amenhotep II fue ejercida por un oficial
llamado Meri (también Mery). Era hijo de Min-Priest Nebpehtire y su esposa
Hunay. La esposa de Meri se llamaba Dy.
No sabemos
mucho sobre Meri: se lo conoce principalmente por sus dos tumbas, donde TT 95
parece haber sido la funeraria original. TT 84 fue usurpado por él y
originalmente pertenecía a la cabeza del portero Imunedjeh.
Benia: "Supervisor / supervisor de la (construcción) de Obras", "Estudiante de la Escuela Real", "Supervisor de los Artesanos del Señor de las
Dos Tierras". "Supervisor
de la junta de deberes". En esta función tuvo que informar al visir,
una vez al mes sobre los ingresos y los gastos de la pr-aA, "faraón", en presencia de sus
subordinados.
Ejército y Policía
LA LEGITIMACIÓN DE TUTMOSIS IV
La petición dirigida a Tutmosis de excavar y librar La Esfinge de la arena tuvo respuesta, y el muro de contención del faraón alrededor del anfiteatro, así con un juego de estelas colocadas en la arena, documenta su tarea en la región. Posiblemente, sus esfuerzos en la construcción iban dirigidos a distraer la atención de los problemas relacionados con la sucesión. La sugerencia de una lucha por el trono puede apreciarse en varios monumentos dedicados por los hermanos de Tutmosis en el templo de la Esfinge de su padre Amenhotep II en Giza. Aparecieron rotas y mutiladas, y su desfiguración sugiere alguna forma de damnatio memoriae o “condena de la memoria”, si bien en la actualidad no hay forma de demostrar qué lo provocó.
LOS MONUMENTOS DE TUTMOSIS IV
NOTA EXPLICATIVA ex profeso
TUMOSIS IV EN SIRIA-PALESTNA Y NUBIA
REALEZA Y MUJERES REALES EN EL REINO DE TUTMOSIS IV
Proyectos de
Construcción
El final del reinado
AMENHOTEP III
El grado en que Amenhotep III estaba asociado con el dios-sol en los monumentos puede haber fomentado la idea de que, habiendo emergido con el Sol, como se esperaba que le ocurriese a un faraón después de su muerte, él tendría que estar presente en la deidad de Akenatón, el disco solar Aten. Pretender que esta fuese la intención real de Akenatón, sigue siendo una especulación con base psicológica.
Tiya. Relaciones Internacionales. Administración
Estela de
Amenhotep III y la Reina Tiya procedente de la casa de Panehsy, Tell el-Amarna,
Dinastía XVIII, hacia 1.340 a.C.
RELACIONES INTERNACIONALES EN EL REINADO DE AMENHOTEP III
Tutmosis
IV
mn-xprw-ra Menkheperure mn-xprw-ra Menkheperure (Established Of Forms Is Re) Estables son las manifestaciones de Ra (Lista Real de Abidos nº 72) y (Lista Real de Saqqara nº 53) |
||
DHwti-msi(w) Djehutymose (Born Of Djehuty [Thoth]) DHwti-msi (w) Djehutymose Engendrado por Dyehuty (Karnak) |
Menjeperura
Thutmose, Thutmose IV, o Tutmosis IV, es el octavo faraón de la dinastía XVIII
de Egipto. Su reinado fue en torno a los años 1400/1 a 1390/1 a. C.
También es
conocido como Thutmose IV, Thutmosis IV o Tutmés IV, y otros nombres
helenizados. La transcripción de los jeroglíficos de sus títulos es
Men-Jeperu-Ra Dyehuty-Mose, su nombre de Trono y el de nacimiento.
Thutmose
(Tutmosis) era uno de los muchos hijos del faraón Amenhotep II, y sus
esperanzas para obtener el trono de Egipto eran prácticamente nulas, por haber
otros hijos reales por delante de él y además haber nacido de una esposa
secundaria, de nombre Tiaa. Sin embargo, por azares del destino, a la muerte de
su padre ya habían fallecido los posibles candidatos al trono y pudo ser
coronado rey….
En su corto
reinado comienzan a atisbarse los cambios que acabarían por desembocar en la
crisis de Amarna bajo el reinado del que sería su nieto, Ajenatón (Akenatón).
El poder del clero de Amón era demasiado grande y ya empezaban a competir con
el del faraón, debido a las inmensas riquezas que había recibido tiempo atrás.
Por ello, en vez de hacer como sus antecesores, que legitimaban su acceso al
trono gracias a la intercesión de Amón, Thutmose IV optó por declarar que era
el dios Ra, quien le aseguró que sería rey si desenterraba de la arena la Gran
Esfinge, que yacía semienterrada desde hacía varios siglos, y olvidada por
todos.
Anubis y Thutmose IV. KV43.
Intentar
equilibrar el poder religioso convirtiendo a Ra en un competidor de Amón fue
una estratagema que a corto plazo funcionó muy bien, y Thutmose IV disfrutó de
un reinado tranquilo en el que se dedicó principalmente a dejar las cosas como
estaban y a mantener el esplendor internacional del país, si bien no mediante
conquistas, sino con las primeras alianzas matrimoniales.
Sin
embargo, debido a no ser el hijo de una Gran Esposa Real, Thutmose IV tuvo que
casarse con sus dos medio-hermanas, las princesas Iaret y Nefertari, con las
que tuvo infinidad de hijas. Su primogénito y futuro sucesor nació de su
primera esposa, Mutemuia, de origen humilde, cuando apenas era un príncipe.
Murió
joven, y le sucedió su hijo mayor, Amenhotep III, un niño de doce años por
entonces. Su cuerpo fue enterrado en el Valle de los Reyes. Su momia fue
encontrada en la tumba de Amenhotep II en un excelente estado de conservación.
El faraón
Tutmosis IV, que gobernó Egipto durante la famosa dinastía 18, es probablemente
el más famoso por su "Estela del Sueño”, que todavía se pueden
encontrar hoy en día entre las patas de la gran Esfinge en Giza. Los sueños
fueron importantes en el antiguo Egipto y fueron considerados predicciones
divinas del futuro.
"LA ESTELA DEL
SUEÑO"
Entre las
patas delanteras de la Gran Esfinge de Giza se encuentra una estela de granito
de 3,6 metros de altura y 15 toneladas de peso conocida como "La Estela
del Sueño". Fue erigida por el faraón Tutmosis IV en su primer año de
reinado, tal y como refleja el texto de la estela, es decir, después de más de
1100 años desde que la Gran Esfinge fuera tallada en la roca de la meseta de
Giza probablemente bajo el reinado de Khafra (Kefrén), de la IV Dinastía. Esta
estela en realidad es un dintel procedente de una puerta del templo funerario
de Khafra.
La parte superior de "La Estela del Sueño" nos muestra a Tutmosis IV realizando ofrendas y haciendo libaciones a la Esfinge, donde los jeroglíficos la identifican con Horemakhet (Horus del Horizonte, el dios con el que los egipcios del Imperio Nuevo identificaban a la misma). Después, comienza un texto (desgraciadamente no íntegro).
La parte superior de "La Estela del Sueño" nos muestra a Tutmosis IV realizando ofrendas y haciendo libaciones a la Esfinge, donde los jeroglíficos la identifican con Horemakhet (Horus del Horizonte, el dios con el que los egipcios del Imperio Nuevo identificaban a la misma). Después, comienza un texto (desgraciadamente no íntegro).
Nos cuenta
como un día de cacería, el aún príncipe Tutmosis IV, se quedó dormido al lado
de la Esfinge, que por entonces estaba medio cubierta por la arena del
desierto, y tuvo un sueño. En el mismo, la Esfinge se presentaba ante él como
una fusión de dioses solares y le pedía que le retirase la arena que la cubría.
A cambio, la Esfinge le prometió que algún día sería faraón. Dicho y hecho, el
príncipe Tutmosis hizo caso a lo que la Esfinge le había pedido y finalmente
ésta cumplió su palabra y aquel joven príncipe se convirtió en el faraón
Tutmosis IV.
Las escenas ofrecen
Lado izquierdo
El Rey del
Alto y Bajo Egipto, el Señor de las Dos Tierras, Tutmosis Menkheperure, la
aparición de las apariencias, otorgados con la vida.
Felicitación
(el dios) con un jarrón Nemset (Dicho por la Esfinge) "Le doy fuerza para el Señor de las Dos Tierras,
Tutmosis, la aparición de las apariencias".
Centro
(Dicho por
la Esfinge) "Hago (así) que
Menkheperure aparece en el trono de Geb, y Tutmosis, el aspecto de las
apariencias, en la posición de Atum".
Lado derecho
El Rey del
Alto y Bajo Egipto, el Señor de las Dos Tierras, Tutmosis Menkheperure, la
aparición de las apariencias, otorgados con la vida.
Cómo hacer
una ofrenda de incienso y una libación.
Horemakhet
(dice) "Le doy fuerza para el Señor
de las Dos Tierras, Tutmosis, la aparición de las apariencias".
Texto Principal
Año uno, el
tercer mes de Akhet, a los diecinueve días de la Majestad de Horus, el toro
victorioso, perfecta de las apariencias. Las dos damas, establo de la realeza
como Atum; el Horus de Oro, fuerte de la espada, el que sujeta los Nueve Arcos;
el Rey del Alto y Bajo Egipto, Menkheperure, hijo de Re, Tutmosis, la aparición
de las apariencias, amados de Horemakhet, otorgado con la vida, la estabilidad
y la autoridad como Re, eternamente.
Que el buen
dios vivo, hijo de Atum, que protege Horakhty, la estatua viviente del
Señor-de-All, el soberano, creado por Re, el excelente heredero de Khepri, con
un rostro tan hermoso como (el de) su padre, que salió perfecto y preparado con
su forma de Horus sobre él, el Rey del Alto y Bajo Egipto, amado de los dioses,
el poseedor de encanto con la Enéada, que ha purificado Iunu (Heliópolis), que
apacigua Re, quien ha decorado el templo de Ptah, quien presenta Ma'at a Atum y
que ella se levanta antes de la Uno-que-es-al sur de su Muro, que hace que
monumentos como ofrenda diaria a Horus, que hace todas las cosas, que busca lo
que es beneficioso para los dioses del Sur y del Norte, que construye sus
templos en piedra blanca, que decora todas sus ofertas, el hijo corporal de
Atum, Tutmosis, el aspecto de las apariencias, como Re, el heredero de Horus en
su trono , Menkheperure, otorgado con la vida.
He aquí,
cuando Su Majestad era un joven, como Horus en Khemnis, su belleza como (el de)
el que protege a su padre y que es visto como el mismo dios, el ejército se
regocijó en su amor, los hijos del rey ya todos los jefes estaban en su poder,
haciéndolo florecer, y repitió la vuelta (en el ritual Heb Sed), su fuerza como
(el de) el hijo de Nut.
He aquí, se
involucró en un pasatiempo, divirtiéndose en el desierto de Ineb-Hedj (Memphis)
en su camino del norte y el sur, disparando a un blanco de bronce, la caza de
lobos y bandadas y montando en su carro, los caballos más rápidos que el
viento, junto con sólo dos de sus seguidores, mientras que nadie lo sabía.
Entonces
llegó la hora de dar descanso a sus seguidores, a los miembros de Horemakhet,
junto Sokar en Ra-Setjaw, Renutet en el norte de Djeme, Mut la amante del Muro
del Norte y la dueña de la Pared Sur, Sekhmet que preside su Kha, Set, hijo de Heka,
el Lugar Santo de la primera vez (de la creación), cerca de los Lores o
Kheraha, el camino divino de los dioses hacia el Oeste de Iunu (Heliópolis).
Ahora bien,
la gran estatua de Khepri mentía en este lugar, gran de poder y de gran alcance
de la majestad, la sombra de Re descansando sobre ella. Las fincas de
hwt-Ka-Ptah (el templo de Ptah - Memphis) y todas las ciudades vecinas vienen a
ella, sus brazos levantados en adoración ante él, llevando muchas ofertas para
su Ka.
Uno de esos
días, sucedió que el príncipe Tutmosis vino, que pasa cerca en el momento de la
hora del almuerzo y se sentó a la sombra de este gran dios. El sueño se apoderó
de él, un sueño en el momento cuando el sol estaba en el cenit, y se encontró
con la Majestad de este noble dios habla con su propia boca, como las palabras
de un padre por su hijo, diciendo: "Mírame,
ver. mí, mi hijo Tutmosis Yo soy tu padre, Horemakhet - Khepri - Atum, y yo te
daré el reinado en la tierra, delante de todos los que viven Usted deberá
llevar el blanco y las coronas rojas sobre el trono de. Geb, el príncipe
heredero. La tierra será tuya en su longitud y anchura, (todos) que el de los
ojos de la. La comida Señor-de-Todos se ilumina de las Dos Tierras será tuyo, y
los grandes tributos de cada país extranjero, (su) vida será un tiempo, grande
en años. Mi cara es tuyo, es tuyo mi corazón como usted es un protector para
mí, para mi presente) condición (es como el que está en necesidad, todos mis
miembros (son) desmembrados como las arenas del desierto sobre el que me
mentira me han llegado. Así que corre a mí, tener que hacer lo que yo quiero,
saber que eres mi hijo y mi protector. Acércate ya, y yo estaré contigo, seré
su líder".
Cuando
terminó estas palabras, este príncipe se quedó mirando despertó a lo que había
oído [] entendió las palabras de este dios y él puso un silencio en su corazón.
Luego dijo: "[] Apresurémonos regreso a nuestro hogar en la ciudad! Vamos
a dejar de lado una oferta para este dios y le traeremos bueyes, todas las
verduras y nuestras armas serán resucitados en la adoración a los que estaban
(no) antes (nos) [] noble [] Kefrén, la estatua hecha de Atum-Re-Horemakhet []
días de festividades [] muchos [] de Mi Majestad para ella, viviendo [] para
Khepri en el horizonte del Oeste de Iunu (Heliópolis) en [].
Primer plano de una escena del sueño
Stele que representa Tutmosis IV dando ofrendas a la Gran Esfinge de Giza.
Desde una reproducción de tamaño completo en exhibición en el Museo Egipcio
Rosacruz, San José
Arriba: Tutmosis IV y su Madre, Tiaa
Sabemos que
Tutmosis IV se casó probablemente a Mutemwiya, quien produjo su heredero al
trono, Amenhotep III, aunque él nunca la reconoció, ya sea como una reina mayor
o menor. Es posible, aunque ahora en duda por algunos, de que ella era la hija
de él rey de Mitanni, Artatama, que envió a su hija a la corte egipcia, como
parte de un intercambio diplomático. Otra de sus esposas incluidas Merytra, que
creemos que más tarde cambió su nombre a Tiaa (igual que el nombre de su madre)
y una esposa no real, Nefertiry. Probablemente también se casó con una de sus
hermanas llamadas Iaret.
Tutmosis IV
no es el mejor documentado de los faraones egipcios. En realidad sabemos muy
poco de él en comparación con otros de esta dinastía. Las acciones militares
pocas parecen haber ocurrido durante su reinado, aunque nuestro conocimiento
puede ser empañado por la falta de textos. Sabemos que hubo una campaña de
Nubia, en el año 8 de su gobierno, y que al parecer también se realizaron
campañas en Siria. Sin embargo, a pesar de que el rey se hace referencia a dos
veces como el "conquistador de Siria", estos pueden haber sido en realidad
poco más que las acciones policiales, en lugar de las batallas a gran escala.
Poco se conoce también de su obra. Tutmosis IV hizo terminar un obelisco
gigante que fue extraído originalmente en Asuán bajo Tutmosis III, su abuelo. A
los 32 metros (105 pies) que era el obelisco egipcio más alto que nosotros
sepamos, y estaba destinado únicamente a presentarse como un único obelisco en
el templo de Karnak. La mayoría de los obeliscos fueron erigidos generalmente
en pares. Sin embargo, Tutmosis III pensado originalmente para que haya un par
de estos Obeliscos. Su contraparte desarrolló una falla durante el proceso de
cantera, y sigue siendo hoy en día se unió a la cama-rock en Aswan. Hoy en día,
el obelisco acabado se encuentra fuera de St. John Leteran en Roma, en lugar de
en Egipto.
Él también
comenzó el trabajo el trabajo en la mayoría de los principales sitios del
templo de Egipto y cuatro sitios en Nubia, pero casi todo esto fue simplemente
agregando a los monumentos existentes. La mayor parte de su trabajo fue
agregando a los templos de su padre y abuelo, y tal vez sugerir nuevos sitios y
monumentos a su hijo.
Los
primeros años aparecen pacífica, y hay pruebas de proyectos de construcción en
Karnak y otros sitios. Existe alguna evidencia de guerras asiáticas en el
comienzo de su reinado. Hay una referencia al tributo de Naharin y Retenu.
El hijo de Tutmosis
más viejo había muerto y Amenhotep se declara heredero a pesar de que su madre
Mutemwia es sólo una esposa de menor importancia. En el mismo año Iaret es
ascendido a Gran Esposa Real. Durante el mismo período de Tutmosis va en una
campaña militar contra Nubia. Mientras que participaba en las ceremonias del
templo de Tebas, en el segundo de Phamenoth, en el año 8, Tutmosis recibe un
mensaje que indica una revuelta en Uauat. A la mañana siguiente va al templo
para consultar a los dioses y recibe un éxito oráculo predecir. Luego procede
del Sur y gana la batalla.
Inscripciones
en Konosso muestran que la gran esposa real Iaret llegó en la campaña Iaret se
muestra al lado del rey cuando hiere los nubios.
En su
décimo año Thutmosis IV muere, y es seguido en el trono por su hijo Amenhotep
III.
Peristilo de Karnak
Karnak capilla de Tutmosis IV
Antecedentes familiares:
Tutmosis
era un hijo de Amenhotep II y Akheperure Tiaa. Tiaa no se muestra como una
esposa de Amenhotep II, durante el reinado de este rey. Varios monumentos
fueron creados para Tiaa en Giza, Tebas y el Fayum, durante el reinado de su
hijo Tutmosis IV. Algunos monumentos pertenecientes antes a su madre-en-ley
Merytre-Hatshepsut fueron usurpados y utilizados para Tiaa.
Esposas:
Esposas:
Nefertari: Wife of Tuthmosis IV.Nefertari:
La esposa de Tutmosis IV. Compulsada de Giza y Luxor.
Títulos: Gran Esposa del Rey (HMT-niswt-WRT)
La esposa de Tutmosis IV. Compulsada de Giza y Luxor.
Títulos: Gran Esposa del Rey (HMT-niswt-WRT)
Iaret (Wadjet?):
Hermana y esposa del rey Tutmosis IV.
Títulos:
Hija (s3t-niswt) del rey, del rey Hermana (SNT-niswt), la esposa del Gran Rey
(HMT-niswt-WRT), la hija del Gran Rey (s3t-niswt-WRT)
Tenettepihu: Esta
reina es conocida a partir de un shabti y funerario estatua. Pensado hasta la
fecha para el tiempo de Tutmosis IV?
Títulos:
Princesa Hereditaria (iryt-p`t), Grande de alabanzas (wrt-hzwt), dulce de amor
(BNRt-MRWT), la esposa del rey, su amada (meryt.f-hmt nisw), la esposa del Gran
Rey (hmt- niswt-WRT)
Mutemwiya: Menor
esposa de Tutmosis IV. Ella era también la madre del heredero de Tutmosis',
Amenhotep III. Se convirtió más prominente durante el reinado de su hijo. Fue
enterrada en Thebes.
Títulos: Esposa
de Dios (HMT-ntr), la esposa del Gran Rey (HMT-niswt-WRT), Señora de las Dos
Tierras (NBT-t3wy), la esposa del gran rey, su amada (HMT-niswt-WRT meryt.f),
princesa hereditaria (iryt-p`t), Grande de alabanzas (wrt-hzwt), dulce de amor
(BNRt-MRWT), Señora del Alto y el Bajo Egipto (hnwt-Shm'w-MSB), de Dios Madre
(mwt-ntr). Se ha sugerido que Mutemwia estaba relacionado con la familia
Akhmin, y, posiblemente, una hermana del padre del Dios y Maestro de la Yuya
Caballo que vemos en la corte de Amenhotep III. But there is no proof for this
hypothesis. Pero no hay ninguna prueba de esta hipótesis.
[Mitanni
Princesa] Henutempet?: hija sin
nombre de Artatama, rey de Mitanni. Ter Velde y Van Dijk sugieren que esta
princesa se pudo haber dado el nombre de Henutempet. Este nombre aparece en el
cono funerario del Steward Bengay. (Ensayos sobre el Antiguo Egipto en honor de
Herman Te Velde. Por Herman te Velde, Jacobus van Dijk) Otros han especulado
que esta princesa Mitani es realmente la reina Mutemwia. No hay pruebas concluyentes
de cualquier manera.
Dos representaciones de Tutmosis IV de Karnak.
Tutmosis IV
fue enterrado en el Valle de los Reyes, y su tumba se ha asignado la etiqueta KV43.
La momia de
Tutmosis IV se encuentra realmente en 1898 en la caché de la momia en KV35, la
tumba de su padre Amenhotep II. La momia muestra los restos de un hombre de
complexión delgada, que murió en la treintena. El cuerpo sufrió varias lesiones
post-mortem, incluyendo el tener las piernas rotas en ambos tobillos y en la
rodilla derecha.
La tumba de
Tutmosis IV fue descubierto en 1904 por Theodore Davies. La tumba había sido
saqueada en la antigüedad y la momia de Tutmosis IV había sido retirada por los
sacerdotes durante la época de la dinastía 21. Habían salido de la momia de un
joven apoyado contra una pared en una cámara lateral. Esta puede ser la momia
de un hijo de Tutmosis. A pesar de que fue robado de la tumba de Tutmosis IV,
que todavía contenía una extensa gama de equipos de entierro cuando fue
descubierto. Estos hallazgos fueron documentados por Howard Carter y Percy
Newbury.
Algunos
de los vasos canopos pertenecían al príncipe y la princesa Amenemhat Tentamen,
respectivamente, el hijo y la hija del rey.
Cuatro
figuras mágicas se encontraron también. Estas figuras mágicas se asociaron con
la pared norte, el sur, el este y el oeste y representan una figura momificada,
una llama mágica, un chacal mágico y una figura Ded mágico.
Varias figuras
de madera fueron recuperadas. Algunas sobre el rey, mientras que otras muestran
formas de animales y son una reminiscencia de las figuras de animales que
decoraban las camas en la tumba de Tutankamón. Las figuras son todas signos
desnudos y muestran que el oro posiblemente se ha adzed de la superficie.
Un puñado
de fragmentos de muebles todavía estaban presentes en la tumba. Un panel de un
lado de un trono que se recuperó. Por un lado Tutmosis se muestra como un león
con cabeza humana, mientras que por otro lado se muestra al rey en compañía de
la diosa Uret-hekau con cabeza de león y los Ibis dios dirigido Tahuti.
Fragmentos
de un carro se encontraron en una sala de columnas a las afueras de la cámara
funeraria. Las ruedas y varias otras partes de la carroza se pierden, pero no
se encontró el cuerpo del carro. El cuerpo de la carroza estaba decorado en el
interior, así como en el exterior. En el lado derecho del carro (fuera) vemos
Tutmosis en su carro apuntando con su arco y flecha mientras apoyado por el
dios de la guerra Montu. El rey cobra un grupo de conductores de carros
enemigos, y se le muestra derrocando y matar al enemigo. Su protector, la diosa
Nekhbet, se muestra en forma de un buitre se cierne sobre la escena. En el lado
izquierdo del carro (exterior) vemos de nuevo Tutmosis en un carro, pero en
este caso él está sosteniendo un hacha de batalla. Él se muestra de nuevo la
carga en la batalla y matando al enemigo. En ambos casos, el enemigo se muestra
con rasgos asiáticos. En lugar de Nekhbet, vemos el dios con cabeza de halcón
Horus volando por encima de la escena. En los paneles interiores Tutmosis es
mostrado pisoteando a sus enemigos. En el lado izquierdo se encuentran los
enemigos del Norte. Se enumeran específicamente como (1) Naharaina (2) Sangana
(3) Tounipa (4) Shasu (5) Kadshi y (6) Tikhisa. En el lado derecho se
encuentran los enemigos del Sur, que figuran como (1) [...] aa (2) Kalai (3)
Mieou (4) Ilima (5) Gourases y (6) Diouraik.
La tumba todavía contenía unas 34 figuras shawabti (algunos con
ataúdes modelo), 29 azules jarrones de loza de libación (unos 4-5 centímetros
de altura), aproximadamente 89 vasos, 10 tazas de libación, 50 pequeños azules
signos ankh loza y 19 azules palos tiro de loza, 20 azules rollos de papiro
modelo loza y 21 pulseras azules de loza, 6 azules modelo loza ollas kohl, 6
azules cabezales de los modelos de loza de serpientes, amuletos, y una variedad
de otros objetos diversos.
El culto funerario del rey
El culto funerario del rey
El templo
funerario de Tutmosis IV se construyó en Tebas, al suroeste del (posterior)
sitio del Ramesseum.
El templo
funerario más tarde sirvió como modelo para los templos construidos por su hijo
Amenhotep III.
Es
interesante notar que el culto del rey seguía activo, más de cien años después,
bajo Ramsés II. En la tumba de Khonsu en Tebas se menciona que Khonsu fue
director de la obra de Menkheperure (Tutmosis IV).
Los funcionarios de la Corte
Djaba Meryre,
mayordomo jefe del rey [mismo que Meryre abajo?] (Topográfico Bibliografía -
Estatuas)
Heqaerneheh, enfermera
del hijo del rey Amenhotep (el faraón más adelante), TT64 Padre: Hekreshu
(Tutor del Hijo del Rey). En la tumba vemos Amenemhat (Hijo de Tutmosis IV) y
la Reina Mutemwia (madre de Amenhotep III).
Meryre, mayordomo jefe
del Rey, Supervisor de las dos casas de oro y plata, etc conocidos de una
estatua. (Topográfico Bibliografía - Estatuas)
Nefertwah, Enfermera
del hijo del rey Menkheperure. Esposa de Ay, Escribano de la cuenta del pan.
TT 350 TT 350
Ra, primer heraldo del
rey, TT201
Sebekhotep, Supervisor
de la junta, etc (TT63) conocido de una estatua que sostiene el pequeño
príncipe [Amén] hotep-merkhepesh (futuro Amenofis III) Mayor de Fayum; Padre:
Min (? Supervisor del Sello - es decir, tesorero) Esposa: Meryt (Enfermera de
del Rey hija Tia, Jefe del Harem de Sobek de Shedty) Hijo: Paser
(Topográfico Bibliografía - Estatuas)
Tjenuna, Supervisor de
la antecámara, Supervisor de obras, portador del abanico a la derecha del rey,
TT76 esposa: Nebettaui (Topográfico Bibliografía - Estatuas).
Funcionarios de Gobierno
Visires:
Amenemipet llamado Pairy (TT29) (Southern Visir) Viene de la época de Amenhotep II. Véase más arriba.
Amenemipet llamado Pairy (TT29) (Southern Visir) Viene de la época de Amenhotep II. Véase más arriba.
Hepu (Southern Visir)
Se representa en un cono funerario de Tebas. Su esposa se llamaba Rennai.
Seny? (Southern
Visir?) Publicación en el sitio web en Digitalegypt (London College)
Tutmosis (Norte Visir)
Posiblemente mismo que el visir que sirvió bajo Amenhotep III.
Amenemopet, Supervisor
del tesoro de oro y plata, el juez, Supervisor del gabinete, Tiempo de Tutmosis
IV (?)Padres: Nekhu y Ahhotep; (?) Esposa: Henutyunu. TT276 TT276.
Sacerdocio
Amenhotep Sise,
segundo sacerdote de Amón TT75 Madre: Pa'a. Esposa: Roy
Djehutimosi, Grande
del consejo de Thoth señor de Hermópolis Magna, etc) y su esposa (?) Ia J3.
Djeserkaraseneb, Amun
oficial granero. Su esposa era Wadjrenpet y tuvieron un hijo llamado TT38
Iri-nakht.
Hety, Steward de la
esposa del dios Amón, Scribe, de venta libre del ganado de la esposa de Amón de
Dios, Padres: Nebnufer (contador de ganado de la Esposa del Dios) y Hombres.
Esposa: Nefertary.
Huy (I), Supervisor de
ganado de Thoth señor de Hermópolis Magna, hijo de Bawy B3wjj, probablemente
temp. Tuthmosis IV to Amenophis III, Tutmosis IV de Amenofis III,
Huy (II), Amón templo
escultor, probablemente Thutmes IV Amenhotep III (?) TT54.
Ipy, supervisor de los barcos en el templo del rey Tutmosis IV TT C6 Hijo de Lady Tuy. Casado con Mertseger Dos hijos son conocidos: Denreg (Sumo sacerdote de Montu) y Piay (Sumo Sacerdote de Tutmosis IV)
Ipy, supervisor de los barcos en el templo del rey Tutmosis IV TT C6 Hijo de Lady Tuy. Casado con Mertseger Dos hijos son conocidos: Denreg (Sumo sacerdote de Montu) y Piay (Sumo Sacerdote de Tutmosis IV)
Kaemweset, Supervisor
del ganado de Amón, Steward de Amón, etc, (Topográfico Bibliografía - Estatuas)
Nebseny, sumo
sacerdote de Inheret (Onuris), probablemente de época de Tutmosis IV TT108
esposa: Sensonb.
Ptahmose: Canciller,
Sumo Sacerdote de Ptah en Memphis. También se escribe como Ptahmes. Él era un
hermano de Meryptah, el profeta y el tesorero del templo de Nebmaatre. Eran los
hijos del alcalde y el visir Djehutymes (Tutmosis) y su esposa Tawy. Conocido
desde estatua en Museo de El Cairo CG 584 (topográfico Bibliografía - Estatuas)
Ptahemhat, supervisor
de obras en el dominio de Amón, Niño del kap. Standard bearer for the Lord of
the Two Lands, TT77. Abanderado por el Señor de las Dos Tierras, TT77.
Neferrenpet, proveedor
de fechas / cakesin el templo de Amenhotep III, posiblemente de época de
Thutmes IV, TT249.
Tutmosis llamado
Paroy, Jefe de los secretos en el pecho de Amubis, sem-sacerdote en la Buena
House, embalsamador. Hijo de Sennuter (sem-sacerdote en la Buena Casa) y
Senemioh (apuesta). Esposas: Nefertary y Rennutet. Son: Huy. TT295 Hijo:. Huy
TT295.
Tury Siervo (SDM) de
Hathor cacica de ganado, con cartuchos de Tutmosis III y IV.
Ejército y Policía
Nebamun, capitán de
las tropas de la policía en el oeste de Tebas, abanderado de la Real Barca bajo
Tutmosis IV y Amenhotep III Sus esposas fueron nombradas Sensenbut y Tiy TT90.
Tjenuny, general bajo
Thutmosis III - IV, Su esposa se llama Mutiry, TT74.
[Amenho] tep
(borrado), Jefe de la cuadra de Su Majestad, primer profeta de Onuris, etc, el
hijo de la mujer riy.
Una estela
muestra hijos Hat y Kenna, guerreros carroza de Su Majestad, antes de Amenhotep
y mujer Henut, Songstress de Onuris.
LA LEGITIMACIÓN DE TUTMOSIS IV
La sucesión
de Tutmosis IV no parece que hubiese sido reconocida por Amenhotep II, ni
mediante una corregencia, ni por una anunciada intención por su parte. En una
estatua dedicada al reinado de Amenhotep II por el Príncipe Tutmosis - en su
día Tutmosis IV – en el Templo de Mut, en Karnak, el tutor que acompaña al
príncipe, de nombre Hekareshu, fue designado simplemente como niñero de los
niños reales; no obstante, después de la ascensión de Tutmosis, a Hekareshu se
le daría de forma retrospectiva el apelativo de “padrino” y “niñero del hijo
mayor del faraón”.
Aunque
Merytra pudo haber aparecido en los últimos monumentos de Tutmosis III, a la
madre de Tutmosis IV, Tiaa, no se le puede documentar en ningún monumento de
Amenhotep II que no sea como un añadido posterior a cargo del propio Tutmosis.
No hay evidencia anterior al reinado de su hijo de que la posición de Tiaa
hubiese influido en la sucesión.
Los niñeros
reales, hombres o mujeres, junto con los tutores de las filas de cortesanos
retirados, criaron y educaron a los vástagos reales durante la Dinastía XVIII.
La incipiente documentación para los príncipes de esta época es probable que no
sea en absoluto un mero accidente. Después del cese de campañas militares en
Asia, pasada la primera década del reinado de Amenhotep II, no es difícil
imaginar la competencia entre las listas que engrosaban capacitados jóvenes
príncipes. Y la competencia puede entrar en erupción de forma inesperada y
tornarse en lucha entre juventudes ambiciosas.
La historia
de la elevación de Tutmosis IV a la dignidad real que nos cuenta la inscripción
de la Estela de la Esfinge de Giza, ha sido interpretada en el pasado como
sugerente de que él no era el heredero legítimo, pero, en realidad, lo más que
nos debe decir es que esa ideología real con frecuencia estuvo inspirada,
durante todo el Imperio Nuevo, en la propia legitimación divina. El puro
romance de la “Estela de la Esfinge” es quizás, suficiente razón para citar
aquí una parte de ella:
“Ahora, la estatua del grandísimo Khepri (La
Gran Esfinge) descansa en este lugar, de enorme gloria, de sagrado respeto, la
sombra de Ra reposando sobre él. Menfis y todas las ciudades a ambos lados
vinieron a él, sus brazos en alto en adoración de su rostro, portando grandes
ofrendas para su ”ka”. Hace escasos días ocurrió que el príncipe Tutmosis llegó
aquí en su viaje al tiempo del mediodía. Descansaba a la sombra del gran dios
cuando el sueño y los sueños se apoderaron de él en el momento en que el Sol alcanzaba
su zénit. Entonces se dio cuenta que el noble dios, en su majestad, le hablaba
con su propia boca como lo haría un padre a su hijo y le dijo: Mírame,
escúchame, Tutmosis, hijo mío. Soy yo, tu padre Horemakhet-Khepri-Ra-Atum. Te
daré la dignidad real sobre la tierra frente a los vivos….Pero te advierto que
mi condición es como la de en una enfermedad que me tiene las extremidades
mutiladas. La arena del desierto sobre la que solía estar ahora me hace frente;
por cuya causa procede que hagas lo que mi corazón me pide, y lo que llevo
esperando”.
La petición dirigida a Tutmosis de excavar y librar La Esfinge de la arena tuvo respuesta, y el muro de contención del faraón alrededor del anfiteatro, así con un juego de estelas colocadas en la arena, documenta su tarea en la región. Posiblemente, sus esfuerzos en la construcción iban dirigidos a distraer la atención de los problemas relacionados con la sucesión. La sugerencia de una lucha por el trono puede apreciarse en varios monumentos dedicados por los hermanos de Tutmosis en el templo de la Esfinge de su padre Amenhotep II en Giza. Aparecieron rotas y mutiladas, y su desfiguración sugiere alguna forma de damnatio memoriae o “condena de la memoria”, si bien en la actualidad no hay forma de demostrar qué lo provocó.
El príncipe
Webensenu es el hijo de Amenhotep II que con más probabilidad era el dueño de
las estelas desfiguradas A y B. Los tarros canopes de Webensenu y shabtis se
encontraron en la tumba de Amenhotep II (KV35) en el Valle de los Reyes, pero es
difícil saber cuándo fueron colocadas allí. Se puede suponer que este príncipe
tuviese cierta relevancia pero más que esto no es posible. Las estelas
desfiguradas de Giza no deben, pues, ignorarse como evidencia de una lucha, si
bien no se puede afirmar o negar que Tutmosis IV fuese un usurpador.
LOS MONUMENTOS DE TUTMOSIS IV
El reinado
de Tutmosis IV de al menos ocho años fue breve pero activo. Es una observación
frecuente la de que los soberanos egipcios construían numerosos monumentos en
proporción directa con el grado de paz y de abundancia que disfrutaban. Como
faraón, Tutmosis IV tenía riqueza y paz, pero aparentemente el tiempo se le
quedó corto. Empezó a construir en la mayoría de los emplazamientos más
importantes de Egipto y en cuatro de Nubia. El tamaño original de los
monumentos y sus restos varían considerablemente pero, en general, agregó
templos nuevos a los preexistentes.
La
distribución de los monumentos de Tutmosis IV en el contexto de mediados de la
Dinastía XVIII, es notable. Respetó los centros de culto establecidos y poco
tuvo de iconoclasta. Por otra parte, en ciertos lugares fue precursor de cosas
aún por venir. En efecto, se podría afirmar que deliberadamente siguió los
pasos de su padre y de su abuelo llevando a cabo ampliaciones de sus templos, y
que de forma similar sugeriría a su hijo nuevos emplazamientos y monumentos.
Se han
encontrado monumentos de su reinado en los siguientes lugares: en el Delta,
Alejandría, Seriakus, y Heliópolis (?); en la región menfita, Giza, Abusir, Saqqara,
y la propia Menfis; en el-Faiyum, Crocodilopolis; en el Medio Egipto,
Hermópolis y Amarna; en el Alto Egipto, Abydos (donde dejó una capilla de
ladrillo con revestimiento de caliza), Dendera, Medamud, Karnak, Luxor, Tebas
occidental (donde construyó un templo mortuorio y una tumba, KV43, en el Valle
de los Reyes), Armant, Tod, Elkab, Edfu, Elefantina, y Konosso. En Nubia, dejó
bloques en Faras (?) y Buhen. Decoró el patio peristilo en Amada, y empezó una
construcción en Tabo (que sería terminado más adelante por Amenhotep III), y
dejó un “depósito de cimentación” en Gebel Barkal. Además, se llevaron a cabo
ciertas decoraciones en el templo de Hathor en las minas de turquesa de Serabit
el-Kadim, en el Sinaí.
NOTA EXPLICATIVA ex profeso
La mayoría
de los mejores monumentos de Egipto, los que aún podemos ver hoy, estaban de
alguna forma relacionados con la religión, y toda construcción de edificios
religiosos en el Antiguo Egipto se iniciaba con ceremonias de orígenes
ancestrales. Este ritual, que hoy se le conoce como “ritual de cimentación”, se
iniciaba habiendo dejado previamente un “depósito de cimentación” enterrado en
las cimentaciones, no sólo en las esquinas de, por ejemplo, un templo, sino
incluso, a veces, en su vértice, en las esquinas de salas individuales, patios,
capillas, columnas y obeliscos, así como en pilotes subterráneos. Estos
depósitos han supuesto valiosas fuentes de información para egiptólogos durante
años.
Los
“depósitos de cimentación” son unos hoyos forrados en su interior de ladrillos
de barro, de carácter ritual, excavados en puntos específicos de los cimientos
bajo los templos del Antiguo Egipto, que se llenan de objetos ceremoniales,
normalmente amuletos, escarabeos, alimento, o instrumentos para el ritual en
miniatura, que supuestamente prevenían que el edificio acabase en ruinas.
Los
depósitos más conocidos son probablemente, los encontrados en el templo de
Hatshepsut, en Deir el-Bahri. El templo tenía catorce de estos hoyos, forrados
con ladrillos, de aproximadamente un metro de diámetro y entre 1’5 y 1’8 metros
de profundidad. Cada uno de ellos estaba situado en un entronque crucial de la
planta del templo. El contenido incluía ofrendas de alimentos y materiales
utilizados en la construcción del templo. También albergaban escarabeos,
amuletos, jarras de travertino y modelos de instrumentos, tales como crisoles,
mineral de cobre y de plomo, y carbón vegetal para fundición. La introducción
de modelos de instrumentos y materiales de construcción dentro de los depósitos
se suponía que serviría para mantener mágicamente el edificio por toda una
eternidad.
El interés
del faraón Tutmosis IV en los dioses solares se puede documentar a través de
sus iniciativas de construcción así como en sus inscripciones. En Giza, se
dedicó no a hacer una demostración de arte ecuestre y tiro al arco sino a
mostrar su devoción al dios Horemakhet y al culto heliopolitano. No hizo
referencia alguna a Amun-Ra en la Estela de la Esfinge permitiendo así que la
deidad del norte, Horemakhet-Khepri, dominase como dios solar a la vez que como
legitimador real. Dado que Amun, ya en la Estela de la Esfinge, era el creador
primigenio y el dios que determinó la realeza, la omisión de Amun en su estela
tuvo que ser deliberada, quizás reflejando tanto la creciente importancia de
los dioses heliopolitanos y la influencia política del propio norte como centro
administrativo de Egipto.
En Karnak,
el faraón desplazó el eje principal de vuelta al este-oeste, disminuyendo con
ello la importancia de la entrada norte-sur de Amenhotep II. Al colocar un
porche y una puerta delante del 4º Pilono, Tutmosis IV probablemente evitó
tocar el patio original y sólo cambió la monumental puerta de entrada. Levantó
un porche para la entrada del 4º Pilono con columnas de madera – ébano y meru
según una inscripción – probablemente dorada con electrum. Este porche habría
representado un espacio protegido durante los rituales del patio, habiéndose
conservado dos de dichas representaciones contemporáneas.
Unos años
mas tardes, dio una nueva apariencia al patio de caliza del 4º Pilono
construido por Tutmosis II. Sobre los primitivos muros de caliza, Tutmosis IV
construyó un peristilo de caliza elaboradamente decorado con relieves que
muestran tesoros donados por el faraón al dios Amun. Con esto se conmemoraba la
celebración de un primer jubileo programado ya sin esperar que hubiesen pasado
los treinta años de reinado, como en efecto también había sido el caso con
Amenhotep II. El estilo de la escultura de Tutmosis en Karnak cambió en los
últimos años de reinado, volviéndose más elaborado y expresivo.
El faraón
también levantó un obelisco en el extremo oriental del recinto de Karnak. Se
trataba de un producto de Tutmosis III pero permaneció en el taller de la
piedra durante treinta y cinco años hasta que Tutmosis IV ordenó que se
levantase. Se convirtió así en una referencia de lugar culto solar diseñado por
Tutmosis III, y se colocó directamente en el eje del templo.
TUMOSIS IV EN SIRIA-PALESTNA Y NUBIA
Con
relación a la política exterior con el Este, los contactos de Tutmosis IV con
Mitanni hay que considerarlos en el contexto de la preexistente paz con esa
potencia. Esta situación habría restringido la actividad militar a campañas o
bien contra vasallos egipcios que se habrían levantado, o contra reyezuelos que
ejerciesen presión sobre ciudades-estado egipcias. Tutmosis IV tomó por esposa
a una hija del soberano de Mitanni, Artatama, con objeto de sellar así una
relación diplomática entre ambos países.
La más
conocida inscripción que hace referencia a la actividad militar de Tutmosis IV
es un lacónico texto dedicatorio en una estatua en Karnak que consiste en una
sola línea: “… del pillaje de Su Majestad de la derrotada […]na, en su primera
campaña victoriosa”. El referido topónimo de esta dedicatoria de Karnak, y otra
en la peana de una estatua del templo de Luxor, es probable que fuese en Siria,
dada las varias referencias en las Cartas de Amarna al soberano de la región.
Las dos
ciudades que más probablemente podrían completar la defectuosa dedicatoria de
Karnak, serían Sidón (Zi-du-na), a donde se sabe que Tutmosis IV habría
viajado, y donde Egipto careció de soporte en el período Amarna; o, Qatna,
cerca de Tunip, en Nukhashshe (región amorfa al Este de Orontes). Fuese el
correcto topónimo Qatna o Sidón, o cualquier otra ciudad, la zona norte del
Levante Oriental sigue siendo el área más probable de la principal campaña. Eso
es aún más evidente puesto que el rey de Mitanni, Artatama, habría quedado muy
impresionado por el despliegue de fuerza ante sus puertas; más aún si estaba en
pleno progreso la renovación del pacto diplomático.
Una escena
en la tumba del portaestandarte Nebamun (TT90), registra la promoción del
hombre en el año 6 y muestra a los jefes de Nahrin ante el faraón en su
quiosco. Los prisioneros también aparecen en esta escena y son bastante raros
después del reinado de Amenhotep II como para tomarlos en serio. No obstante,
como cautivos tomados en una campaña contra vasallos de Mitanni y egipcios
ciudades estado egipcias rebeldes, estos extranjeros declararon la obvia
superioridad egipcia de Egipto sobre Mitanni. Tal afirmación de dominio habría
sido apropiada en el momento d la renovación del tratado con Egipto con
Washshukanni. Podría ser que más que ayudarnos en la datación de una guerra
contra el soberano Mitanni, la escena nos informe de la fecha del matrimonio
diplomático con la princesa siria.
En la
región sur de Palestina, de Tutmosis sólo se puede decir que tomó acción
punitiva contra Gezer; los temas bélicos reales no se pueden probar, pero parte
de la población de esta ciudad fue transportada a Tebas. Es prácticamente
imposible probar que las posesiones levantinas en Egipto a finales del reinado
de Tutmosis no se parecían a los de Amenhotep II. E igual es imposible
demostrar que Artatama I podía estar jugando desde una posición de fuerza
cuando decidió formar una hermandad con Tutmosis IV. Tutmosis nunca luchó
contra el soberano de Mitanni directamente, pero su poder en las más lejanas
provincias del norte permanecía intacto.
Es así que
Artatama pudo haber estado renovando una relación diplomática establecida ya
bajo Amenhotep II, o pudo estar llegando a un acuerdo con para lograr
estabilidad para toda la región; particularmente cuando la amenaza de una
Asiria y Babilonia unidas ya parecía vislumbrarse. Los egipcios raramente
aparentaban vergüenza o deshonra con esta paz. No parecía, haber renunciado a
nada.
Volviendo a
las zonas al sur de Egipto, no existe testimonio alguno de la actividad militar
de Tutmosis IV en la propia Nubia.
La Estela
Konosso tallada en roca al sur de Aswan, detalla un viaje de Tutmosis IV en las
rutas de las minas de oro al este de Edfu, es muy probable que los nubios
estuviesen interfiriendo con los transportes de oro, atacando desde escondrijos
en el alto desierto donde las propias minas estaban ubicadas. Puesto que la
expedición terminaba en Konosso, es posible que el faraón usase el Wadi el-Hudi
para regresar habiendo tomado una ruta elíptica hacia el este a través del Wadi
Mia, después al este, luego hacia el oeste regresando al Valle del Nilo. No
obstante, hay poco en el texto que implique una confrontación mayor entre estos
nubios. Mas bien, esto fue mas una acción policial que exigía atención ante la
posible amenaza al transporte por el desierto.
REALEZA Y MUJERES REALES EN EL REINO DE TUTMOSIS IV
Tutmosis IV
pudo haber iniciado un curso que Amenhotep III completaría; especialmente, en
identificarse a sí mismo, de forma deliberada, con el Dios-Sol. En Giza, en una
estela se mostraba llevando un collar-shebiu de oro. Estas joyas con frecuencia
se muestran en representaciones del faraón en contextos funerarios, pero en
esta estela – así como en un brazalete de marfil de Amarna, y en el carro de
combate real – Tutmosis IV se muestra llevándolos como un soberano en vida.
Tutmosis IV
dejó una estatua suya como rey-halcón en Karnak – actualmente en el Museo de El
Cairo – y en un relieve de su patio de arenisca, en Karnak, aparece pintada una
estatua suya, como un halcón, entre otras estatuas reales. En estas imágenes
los aspectos divinos y solares de la realeza se entienden supremos.
La
tendencia de elevar las asociaciones reales a la altura de los dioses mayores
de Egipto – como se ha visto en la veneración de Tutmosis III de su propio
reinado, y de otros que le precedieron, en su templo de jubileo, dentro del
recinto de Amun – llegó a ser incluso más destacado durante el reinado de
Tutmosis IV.
Si bien
nunca se abandonó la noción de que la mejor manera de reforzar la línea
dinástica era mediante el matrimonio del faraón con una hija suya, por razones
tanto políticas como económicas, Tutmosis IV, como Amenhotep II, enfatizó de
forma reiterativa las asociaciones divinas de mujeres de la realeza. Puso a su
madre en el rol de “esposa del dios Amun”, como si ella fuese la propia diosa
Mut. Este era su rol principal, aunque Tiaa también ostentó los títulos de “madre del faraón” y ”gran esposa real” durante la mayor parte
del reinado de Tutmosis IV. Se encuentran monumentos con el nombre de ella en
Gaza, el Faiyum, Luxor, Karnak y el Valle de los Reyes. La intencionada
asociación con la Diosa Madre Mut estaba suplementada con inscripciones y
conexiones iconográficas entre Tiaa y la diosas Isis y Hathor.
Parece que
el faraón habría repartido los roles de sacerdotisa y reina entre Tiaa y otras
dos esposas reales. Tiaa aparece en el patio de jubileo de Karnak de su hijo,
sujetando una maza mientras presencia el “ritual de cimentación” del monumento.
En el pabellón del jubileo de Amenhotep II, Merytra – nombre que más tarde se
cambiaría por el de Tiaa – aparecía de la misma manera sosteniendo una maza, y
un sistro en la otra mano. Las imágenes, en este caso, podrían dotar a estas
reinas el estatus de “esposas del dios Amun”. La maza se convertiría, más
adelante, en elemento iconográfico de “esposas del dios”.
Una esposa,
no real, Nefertiry, de la que hay testimonio en Gaza y Luxor, fue “gran esposa
real” junto a Tiaa durante los primeros años de reinado, y Tutmosis capitalizó
esta triada madre-hijo-esposa – como ya lo haría más adelante Amenhotep II –
para representar roles; por ejemplo, en el templo de Luxor, donde él, como dios
y faraón acompañaba a su madre y a su esposa, diosas que representaban los
roles de diosas madre, esposa y hermana. Años después, tras la aparente muerte
o caída en desgracia de Nefertiry, seguiría la trayectoria familiar y se
desposaría con una hermana, cuyo nombre podría leerse como Iaret. Es posible
que tuviese que esperar a que Iaret alcanzase la edad casadera.
Tutmosis IV
nunca reconocería a la madre de Amenhotep III, Mutemwiya; ni como esposa mayor
ni como esposa menor, pero una estatua del canciller de la Corte de Amenhotep,
el Tesorero Sobekhotep, enterrado en TT63, nos muestra al príncipe Amenhotep en
una posición favorable ante la real de Amenhotep, Hekarnehhe, (TT64), también
aparece el joven heredero pero, como la tumba se terminó durante el reinado de
Tutmosis IV, Mutemwiya no aparece. En los textos de la tumba de Hekarnehhe
también se mencionan a otros príncipes así como en grafitis rupestres, en
Konosso, pero no se sabe si se trata de hijos de Amenhotep II o de Tutmosis IV.
Con el
final de esta “Hoja Suelta”, estamos ya en las postrimerías del Capítulo 9º de
este proyecto, que dará paso al esperado Período Amarniense. Pero antes, vamos
a cubrir el reinado del faraón Amenhotep III, personaje de extraordinaria
importancia y significado para entender, e incluso justificar, algunos aspectos
del controvertido reinado de su hijo, Amenhotep IV, alias Amenofis IV, alias
Akenatón.
El reinado
de Amenhotep III representa, en mi modesto y personal criterio, el período de
mayor esplendor del Antiguo Egipto; de mayor riqueza, estabilidad política y
económica, paz social, respeto de países colindantes, sometidos o no al
vasallaje, mediante la aplicación de una hábil e inteligente política
diplomática basada en el diálogo, la negociación, la mediación y el pacto, con
el aderezo de programados y útiles enlaces matrimoniales.
Amenhotep
III
Nebmaatra
Amenhotep, Amenhotep III, o Amenofis
III, fue un importante faraón de la dinastía XVIII de Egipto que gobernó de c. 1390/1 a
1353/2 a. C. También es conocido como Imenhotep III, Amenophis
III, Memnon, y otros nombres helenizados. La transcripción de los jeroglíficos de sus títulos es Neb-Maat-Ra
Amen-Hotep, su nombre de Trono y el de nacimiento.
Amenofis
III fue el noveno faraón de la Dinastía XVIII de Egipto. Sucedió a su padre,
Thutmose IV. Junto con la reina Tiy tuvo a su hijo, Ajenatón (Akenatón), que le
sucedió en el trono. Parece ser que Amenhotep fue coronado siendo todavía un
niño, probablemente a una edad entre los seis y los doce años. Fue debidamente
regido en su infancia por su madre, la reina Mutemuia, y por un consejo de
regencia.
En esta
época cobraron suma importancia sus suegros, Yuya y Tuyu, quienes posiblemente
podían haber sido sus tíos. Era tan grande el poder y la influencia que ejercía
aquel matrimonio que incluso gozaron del honor de poder ser enterrados en el
Valle de los Reyes.
Creemos que
Amenhotep III gobernó durante casi 40 años, durante la 18ª dinastía de la
historia de Egipto, que representa uno de sus períodos más prósperos y
estables. Debemos conceder al abuelo de Amenhotep III, Tutmosis III, que nos
referimos a él en ocasiones como el Napoleón del antiguo Egipto, la base de
este éxito al dominar a través de la acción militar de Siria, de Egipto vecinos
de Nubia y libios. Debido a eso, poco o nada de las acciones militares se
desarrollaron durante el reinado de su nieto. Las pequeñas acciones de la
policía en Nubia que se produjeron ciertamente fueron dirigidas por su hijo y
virrey de Kush, Merymose (o tal vez un virrey anterior).
Tuya, madre de la esposa de Amenhotep
III, Tiy
Amenhotep
(o heqawaset) era el nombre de nacimiento del rey, lo que significa "Amón está complacido, Gobernante de Tebas”.
Su nombre de trono era Nub-maat-re, que significa "Señor de la Verdad es Re”. El nacimiento de Amenhotep III se
representa espléndidamente en una serie de relieves dentro de una habitación en
el lado este del templo de Luxor. Construido por Amenhotep III, la habitación
estaba dedicada a Amón. Sin embargo, retrata el dios creador, Khnum de Elefantina
(al moderno Asuán) con la cabeza de carnero, la configuración del niño y su ka
en un torno de alfarero, bajo la supervisión de la diosa Isis. El dios Amón se
llevó luego a la madre de Amenhotep III por Thoth, dios de la sabiduría,
después de que Amón se muestra en la presencia de las diosas Hathor y Mut
mientras cuidan el futuro rey.
Su padre era Tutmosis IV por una de las reinas principales de ese
rey, Mutemwiya. Ella puede haber sido la hija del rey de Mitanni, Artatama. Esa
reina fue enviada de hecho probablemente a Egipto a los efectos de un
matrimonio diplomático.
Es más que
probable que Amenhotep III subiera al trono de Egipto como un niño, en algún
momento entre las edades de dos y doce años de edad. Hay una estatua del
tesorero Sobekhotep en la celebración de un príncipe Amenhotep-mer-khepseh que
fue muy probablemente ejecutado poco antes de la muerte de Tutmosis IV, así
como una pintura en la tumba de la enfermera real, Hekarnehhe (TT64) retratando
al príncipe como un joven muchacho, aunque no es un niño pequeño. Esto, y el
hecho de que su madre no es tan prominente visible, junto con otros factores,
sugiere que tuviese entre los seis y los doce años de edad en el momento de la
muerte de su padre.
Es poco
probable que su madre, Mutemwiya, sirviera como regente del joven rey, y el que
pudo haber sido el encargado en el comienzo de su reinado parece haber
permanecido en un segundo plano.
Monumental estatua de Amenhotep III y de
la reina Tiy, junto con las hijas
La esposa de Amenhotep III, que se casó en el segundo año de su reinado,
no era de sangre real, pero provenía de una familia muy importante. Ella era
Tiy, hija de Yuya o Tuja y su esposa, Tuya, que era dueña de vastas propiedades
en el Delta. Los padres de la reina TIY o Teje ya se encuentran en las primeras
etapas del gobierno de Amenhotep III. Juja y Tuja eran personas distinguidas de
Achmin, la capital del noveno Gaus del Alto Egipto. No llevan títulos de los
que se pueda abrir la relación con la casa real. Sin embargo, sería muy posible
que la familia del Teje y el clan, al que pertenecía, estuviera relacionada con
la madre del rey Amenhotep III, la reina Mutemwia, que posiblemente también
provenía de este "clan Achmin".
En el llamado "clan Achmin" hay
una línea lateral de la familia real, que incluso puede ser devuelta a
Hatshepsut.
Debido a
las "noticias Scarab", que
circularon después de la boda, anteriormente se debió a las formulaciones sobre
los suegros de Amenhotep III. (Solo los nombres, sin título) de la suposición
de que Teje era de origen "burgués".
La
ortografía del nombre de Jujas varía en su izquierda detrás de los monumentos
entre Juja, Yuja, Jau o Iay, por nombrar algunas variantes. El padre de la
esposa del gran rey Teje llevaba varios títulos importantes, como:
1.
Dios padre
2.
Sacerdote de Min de Achmin
3.
Supervisor de los caballos
4.
Jefe del ganado de Min, el
Señor de Achmin
5.
Conde imperial y Príncipe,
miembro de la élite ( Irj-pat HAtj-a)
6.
Confidente del rey en todo el
país
7.
Diputado Su Majestad en el
grupo de carro y otros
La madre de
la Gran Esposa Real Tejes, la dama Tuja, llevaba los títulos:
1.
Rey madre de la gran esposa
real
2.
solo decoración real
"(Chekeret-nesut)
3.
Cantante de Amón "( Hst
Xnw n Imn)
4.
Grande de los Harim de Amón
"
5.
Grande de los Harim de Min
6.
Alabado sea el Dios bueno
"
7.
Anfitriona y otros
Como
suegros del rey Amenophis III tuvieron el gran honor de ser enterrados en una
tumba en el Valle de los Reyes. La tumba de Juja y Tuja KV 46 fue descubierta el 5. 2. 1905 por James Edward
Quibell, el inspector jefe de antigüedades, que trabajaba para Theodore M.
Davis. Se encuentra cerca de la boca de un afluente en la parte oriental del
valle.
Juja y Tuja
murieron en diferentes momentos, lo que se concluye de las diferentes formas de
embalsamamiento. Según Thebes Mapping (Kent Weeks) se espera de un robo de la
tumba tres veces. Es probable que el primer robo (¿o incluso la apertura del
estado?) Tenga lugar justo después del cierre oficial de la tumba, ya que los
productos perecederos, como los ungüentos y los sellos de los contenedores, se
retiraron para examinar su contenido. Después de Kent Weeks (Theben Mapping),
las segundas y terceras privaciones tuvieron lugar en los tiempos modernos,
durante la excavación de KV 3 y KV 4, según los sellos que se encontraron. La
entrada de la tumba estaba llena de escombros de estas dos tumbas. A partir de
entonces, KV 46 ya no era accesible hasta que fue encontrado el 5 de febrero de
1905 por Janes Edward Quibell, quien cavó en nombre de Theodore M. Davis.
Aunque la tumba fue robada, todavía contenía una notable colección de artículos
funerarios.
La
funeraria, que se divide en dos secciones, es del tipo "corredor de tumba". Las paredes de
la tumba quedaron ásperas y sin yeso y sin decoraciones. El complejo tiene una
escalera de entrada empinada (A), un pasillo corto ligeramente más plano (B) y
otra escalera empinada (C). En una especie de bodega de almacenamiento en el
norte, que se cava más profundo, sigue el área de entierro real de
aproximadamente 3.19 / 3.53 x 9m en el sur, en la que se encuentran los
sarcófagos y las copas de los árboles de Juja y Tuja y los objetos más grandes
del equipo de la tumba de los padres de Tejes fueron depositados Ambos tenían
varios conjuntos de ataúd de anidación. A pesar del robo en la antigüedad, han
sobrevivido más de 280 piezas de equipo grave.
Yuya era
también un poderoso jefe militar. Su tumba, numerada KV46 en el Valle de los
Reyes, es bien conocida. Su hermano-en-ley por este matrimonio, Anen,
ostentaría durante su reinado un gran poder como canciller del Bajo Egipto,
Segundo Profeta de Amón, sem-sacerdote de Heliópoli, y el Padre Divino. Es posible
que la regencia temprana del rey se llevara a cabo por la familia de su esposa.
Sin
embargo, parece que Amenhotep tubo un gran harén de mujeres en los últimos
años, incluyendo varios de los matrimonios diplomáticos, incluyendo Gilukhepa,
una princesa de Naharin, así como dos de sus hijas (Isis y en el año 30 de su
reinado, Sitamon o Satamun, que llevaba el título "gran esposa real" simultáneamente con su madre). Podemos
documentar por lo menos seis de sus hijos que constan de dos hijos y cuatro
hijas (otras hijas incluyendo Henuttaneb y Nebetiah), murió dejando temprano el
futuro rey hereje, Amenhotep IV, también conocido como Akenatón, como el
príncipe heredero.
Los primeros años del
Rey
En esencia,
podemos dividir el reinado de Amenhotep III en dos partes, con sus primeros
años dado mucho a la deportividad con algunas actividades militares menores. Si
bien, como de costumbre, una expedición en Nubia en el quinto año de su reinado
se prestó atención grandiosa en algunos relieves, probablemente asciende a nada
más que una acción de la policía bajo llave. Sin embargo, puede haber empujado
como para como sur de la quinta catarata. Fue grabado en inscripciones cerca de
Asuán y en Konosso en Nubia. También hay una estela en el Museo Británico de
grabar una campaña de Nubia, pero no está claro si se hace referencia a esta
primera acción, o una tarde en su reinado.
También
hubo una rebelión de Nubian informó en Ibhet, aplastado por su hijo. Aunque
Amenhotep III casi seguro que no estuvo directamente involucrado en este
conflicto, que los registros que masacró a muchos en el espacio de una sola
hora. Aprendemos de inscripciones que esta campaña dio como resultado la
captura de 150 hombres, 250 mujeres de Nubia, 175 niños, 110 arqueros y 55
sirvientes, añadido a las 312 manos derechas de los muertos. Quizá para
subrayar el sometimiento Kushite a Egipto, que había construido en Soleb, casi
directamente a través del Nilo desde la capital de Nubia en Kerma, una
fortaleza conocida como Khaemmaat, junto con un templo.
La prosperidad y Relaciones Internacionales
Sin
embargo, por el año 25 del reinado de Amenhotep III, problemas militares
parecen haber sido resueltas, y nos encontramos con un largo período de grandes
obras de construcción y las bellas artes. También fue un periodo de lujo
pródigo en la corte real. La riqueza necesaria para lograr todo esto no vino de
conquistas, sino más bien de comercio exterior y una abundante oferta de oro,
en su mayoría de las minas en el Wadi Hammamat y más al sur, en Nubia.
Amenhotep
III estaba involucrado, sin duda con los esfuerzos diplomáticos
internacionales, lo que llevó a un aumento del comercio exterior. Durante su
reinado, encontramos un marcado aumento en los materiales egipcios encontrados
en el continente griego. También encontramos muchos topónimos egipcios,
incluyendo Micenas, Phaistos y Knossos apareciendo por primera vez en las
inscripciones egipcias también encontramos cartas escritas entre Amenhotep III
y sus compañeros en Babilonia, Mitani y Arzawa conservan en escritura
cuneiforme en tabla. De arcilla una estela funeraria en su templo, aprendemos
además que envió al menos una expedición a despejar.
Es bastante
claro que la nobleza prosperó durante el reinado de Amenhotep III. Sin embargo,
la difícil situación de los egipcios comunes es menos seguro, y tenemos poca
evidencia para sugerir que compartían en la prosperidad de Egipto. Sin embargo,
Amenhotep III y su oficial granero Khaemhet jactaban de los grandes cultivos de
grano cosechado en el año 30 de reyes (jubileo). Y si bien tales pruebas es
difícilmente imparcial, el rey fue recordado incluso 1.000 años más tarde como
un dios de la fertilidad, asociado con el éxito agrícola.
Aunque ya no existe un
número de proyectos de construcción de Amenhotep III, encontramos en Karnak
casi un completo cambio de imagen del templo, incluyendo sus esfuerzos para
embellecer el ya monumental templo de Amón, así como su Templo Oriental para el
dios del sol y de su propio edificio festival. Su impacto en el templo de
Karnak era temática, dando la impresión de un rey guerrero por cuyas victorias es
honrado a sí mismo y al Dios Amón, y que cambió la faz de este templo casi por
completo. Sus trabajadores desmantelaron la corte peristilo frente al cuarto
pilón, así como los santuarios asociados a ella, usándolos como relleno para un
nuevo pilón, el tercer lugar, en el eje este-oeste. Esto creó una nueva entrada
al templo, y tenía dos filas de columnas con capiteles de papiros abiertos
erigidas por el centro de la explanada recién formado. En el extremo sur de
Karnak, se comenzó la construcción del Décimo Pilón, con una orientación
ligeramente diferente al Séptimo y Octavo, a fin de que conduzca a una nueva
entrada del templo de la diosa Mut. Para equilibrar el complejo del templo al
sur, se construyó un nuevo santuario a la diosa Maat, hija del dios del Sol, al
norte del centro de Karnak.
At he built a new
temple to the same god, including the still standing colonnaded court.En Luxor, construyó un nuevo templo en el mismo dios, incluido el
tribunal de columnas aún en pie. Ese esfuerzo se considera una obra maestra de
elegancia y diseño y en particular el crédito se debe dar a su arquitecto
mater, Amenhotep hijo de Hapu.
Los Colosos de Memnon
También construyó un monumental templo funerario en la Ribera
Occidental en Tebas (actual Luxor), que es el mayor templo real conocido por
nosotros desde el antiguo Egipto. Por desgracia, fue construido demasiado cerca
de la llanura de inundación y estaba en ruinas por la dinastía 19, cuando el
material se extraía de ella para nuevos proyectos de construcción. Aunque parte
de la planta del templo se podrá extender, los únicos restos materiales son los
Colosos de Memnon.
Las dos
estatuas gemelas muestran a Amenhotep III en posición sedente; sus manos
reposan en las rodillas y su mirada se dirige hacia el Este, en dirección al
río Nilo y al Sol naciente. Dos figuras de menor tamaño, situadas junto al trono,
representan a su esposa Tiy y a su madre Mutemuia; los paneles laterales
muestran una alegoría en bajorrelieve del dios de la inundación anual, Hapy.
Las
estatuas están esculpidas en grandes bloques de cuarcita, traídos especialmente
desde Guiza y de la cantera de Gebel el-Silsila, al norte de Asuán. Incluyendo
las bases de piedra sobre las que se sustentan, las estatuas tienen una altura
total de dieciocho metros.
La función
original de los colosos fue la de presidir la primera entrada de los tres pilonos
existentes en el complejo funerario de Amenhotep III. Existen otros cuatro
colosos caídos que flanquean otros dos pilonos desaparecidos que una misión
internacional intenta recuperar. Un arqueólogo español ha conseguido dirigir la
restauración y reconstrucción del tercer coloso de Memnon, de unas trescientas
toneladas de peso. El templo es un inmenso centro de culto, construido en vida
del faraón, en el que se le adoraba como al dios en la tierra. En esos días, el
complejo del templo era el mayor y más espectacular de todo Egipto. Ocupaba un
total de 35 hectáreas. Incluso el Templo de Karnak era menor que el conjunto
funerario de Amenhotep. Hoy en día, sin embargo, quedan pocos vestigios del
templo.
Detalle del trono.
El
historiador y geógrafo griego Estrabón explica que un terremoto, en el año 27 a. C.,
dañó a los colosos. Desde entonces se decía que las estatuas "cantaban" cada mañana al amanecer,
concretamente, la estatua situada más al sur. La explicación es que el cambio
de temperatura, al comienzo del día, provocaba la evaporación del agua, que al
salir por las fisuras del coloso producía el peculiar sonido. El emperador
romano Septimio Severo nos privó de este fenómeno al restaurar la estatua en el
siglo III d. C.
El nombre
"Colosos de Memnón"
proviene del período helenístico. Los colosos fueron bautizados por los
primeros viajeros griegos con tal nombre porque la pronunciación de «Phamenoth» (Amenofis), que escuchaban a
los lugareños, les recordaba a la de Memnón un héroe griego de la guerra de
Troya, rey de Etiopía, que llevó a sus ejércitos desde África hasta Asia para
ayudar a defender la sitiada ciudad y que fue finalmente derrotado por Aquiles.
Plano de los colosos
El sur de
las estatuas también representa a las dos mujeres más importantes en la vida
del rey, su madre Mutemwiya y su esposa, la reina Tiy. Sin embargo, cabe
señalar que dentro de los terrenos del templo, más fragmentos de estatuas
colosales se han encontrado que en cualquier otro recinto sagrado conocido. En
los campos detrás de las estatuas, también se encuentra una gran estela,
reparado que estaba una vez en el santuario de su templo, alrededor de los
cuales se encuentran fragmentos de esculturas.
La Ribera Occidental era también el sitio del enorme palacio de
Amenhotep III, llamado Malkata. Fragmentos de este edificio se mantienen, a
diferencia de la mayoría de las otras residencias reales. A partir de esta
evidencia escasa, parece que las paredes estaban enlucidas y pintadas con
escenas animadas de la naturaleza. Al lado del complejo del palacio también
construyó un gran puerto.
Más al sur,
en la orilla oeste de Kom el-Samak, Amenhotep III también construyó un pabellón
jubileo de pintado de ladrillo de barro y en Sumenu, a unos veinte kilómetros
al sur de Tebas el rey construyó un templo dedicado al culto del dios
cocodrilo, Sobek.
Estatua de Amenhotep III y Sobek
Junto con estos
proyectos de construcción, también sabemos que él desarrolló y amplió cultos en
un número de otros lugares, entre ellos Amada (por Amón y Ra-Horakhty), Hebenu
y Hermópolis, donde encontramos dos estatuas colosos de babuinos y un altar.
Hubo otros proyectos de construcción en Egipto adecuadas en Memphis, donde los
bloques de cuarcita marrón siguen siendo de gran templo del rey llamado "Nebmaatra Unidas con Ptah", Elefantina
(hoy destruido) y una capilla completado al Elkab. Elementos del edificio en Bubastis,
Atribis, Letópolis y Heliopolis también atestiguan el interés del rey en el
Delta oriental. Él también construyó templos son santuarios de Nubia en crema
de belleza, Wadi es-Sebua, Sedinga, Soleb y Tabo Island. También estaban
construyendo elementos o estela en su nombre en Aniba, Buhen, Mirgissa, Kawa y
Gebel Barkal.
Arte del Período
Artísticamente,
muchos de los retratos reales del rey en escultor son verdaderas obras maestras
de cualquier edad histórica. Después de los Colosos de Memnon, el mayor de
ellos es la estatua de piedra caliza del rey y la reina con tres pequeñas
princesas permanentes descubiertos en Medinet Habu. Sin embargo, muchas otras
estatuas dan al rey una mirada de reflexión, y trayendo a la vida emocional
énfasis. Encontramos grandes estatuas de granito negro que representa a un
Amenhotep sentado vistiendo el tocado Nemes, desenterrado por Belzoni desde
atrás los Colosos de Memnon y de Tanis en el Delta. Otras estatuas y algunos
relieves y pinturas representan el rey llevaba el casco más como khepresh, a
veces referido como el azul, o corona Guerra.
Amenhotep III con la corona azul
Incluso en los
últimos años, algunas estatuas de Amenhotep III sigue siendo descubierto, como
una increíble seis pies (1,83 metros) de alto rosa cuarcita estatua del rey de
pie sobre un trineo y el uso de la doble corona de Egipto. Fue descubierto en
el patio de Amenhotep III columnata del templo de Luxor en 1989 Esta estatua en
particular fue desenterrado completamente intacta, con el único daño que
resulta de una cuidadosa eliminación del nombre de Amón durante el reinado de
su hijo. Esta estatua fue probablemente ejecutada al final de su reinado, sin
tener en cuenta el hecho de que es muestra de un rey joven.
Así que
bueno eran muchas de sus estatuas que fueron posteriormente usurpados por los
reyes, a veces por ellos simplemente sobrescribir su cartela con su propia
cuenta. En otras ocasiones, como en el caso de la enorme cabeza de granito rojo
que se encuentra por Belzoni e inicialmente identificado como la representación
de Tutmosis III, sus estatuas fueron más ampliamente reelaborado (este ejemplo
por Ramsés II).
También encontramos muchas otras bellas estatuas, pinturas y
relieves ejecutados durante la vida de Amenhotep III. Dos retratos conocidos de
su principio de la reina incluyen una pequeña cabeza de ébano ahora en Berlín,
y una pequeña cara y cabeza coronada encontrado por Petrie en el templo de Serabit
el-Khadim en el Sinaí. Un cartucho en el frente de la corona permite la
identificación precisa que la de Tiy. También encontramos Tiy aparece con el
rey en las paredes del templo en Soleb y Tebas oeste. Sin embargo, también hay
finos relieves de ella en algunas de las tumbas cortesanas, como TT47
perteneciente a Userhet y TT192de Khereuf.
Recientemente descubierto y la estatua
casi completamente intacto de Amenhotep III en un trineo
También hubo una
proliferación de estatuas privadas, así como muchas de las tumbas privadas
finas con una excelente obra de arte (como TT55, la tumba de Ramose) durante el
reinado de Amenhotep III, incluyendo un número que representa Amenhotep hijo de
Hapu, el conocido arquitecto, sino también de otros nobles y dignatarios. Otros
elementos destacables son el conjunto de los leones de granito rosa
originalmente colocada delante del templo en Soleb en Nubia, pero más tarde se
trasladó al templo de Gebel Barkal.
Uno de los muchos escarabajos
conmemorativos de Amenhotep III. Este escarabajo pertenece a una clase llamada
los "escarabajos de matrimonio", que afirman el poder divino del rey
y de la legitimidad de su esposa, Tiye. Walters Art Museum, Baltimore.
La religión y la deificación del Rey
Es probable
que Amenhotep III fue deificado en vida, y que la adoración del dios del sol, Atón,
por su hijo puede tener, directa o indirectamente, también implicó la adoración
de su padre. Amenhotep III fue un tanto insistente que él se identifica con
este dios sol durante su vida. Desde el momento de su primer jubileo en sus 30
años de reinado, encontramos escenas en las que se representa tomando el papel
de Ra montar en su barca solar. Por supuesto, se esperaba que el rey de
fusionarse con el sol después de su muerte, pero en el caso de Amenhotep III,
encontramos que nombró a su complejo palaciego "Atón brillante", y utiliza sellos de cupones para los
productos que puedan ser leídos, "Nebmaatra
(uno de sus nombres) es la Aten reluciente". Identificó constantemente
a sí mismo con las deidades nacionales en lugar de sus predecesores reales,
incluso representando a sí mismo como el sustituto de los principales dioses en
unos pocos casos. Incluso nos encontramos durante su reinado la solorization de
muchos dioses bien conocidos, incluyendo Nekhbet, Amón, Thoth y
Horus-khenty-Khety.
Yet, no stele or statues we know for certain
were dedicated to Amenhotep III as a major deity during his lifetime.Sin embargo, ninguna estela o estatuas que sabemos con certeza se
dedicaron a Amenhotep III como una deidad importante en vida.
It is notable that the deification of Ramesses
II only 100 years later carried with it a significant number of monuments
identifying him as a deity during his lifetime.Es notable que la deificación de Ramsés II a sólo 100 años más
tarde llevó consigo un importante número de monumentos que lo identificaban
como una deidad durante su vida. Sin embargo, se ha argumentado que su hijo,
más conocido como Akenatón, puede haber adorado a su padre como Atón. Hay
muchos argumentos en contra de esto, pero es evidente que, al menos hasta
cierto punto, es cierto. Después de todo, el rey fallecido fue identificado con
el Atón después de su muerte. Pero si él era adorado como tal durante su vida
puede depender en última instancia de si Akenatón gobernado como un co-regente
antes de la muerte de su padre. Si lo hicieran gobernar juntos, que los objetos
venerar Amenhotep III durante el reinado de Ajenatón se podía ver como la
adoración de una deidad viviente, aunque no necesariamente como Atón. En
cualquier caso, todo esto es un asunto de debate caliente dentro de los
círculos Egiptología, pensaba que las respuestas actuales parecen no más claro.
Desde
expedientes de arcilla en su palacio Malkata, creemos Amenhotep III pudo haber
muerto hacia el año 39 de su reinado, tal vez cuando tenía sólo 45 años de
edad. Su esposa, Tiy, al parecer, le sobrevivió hasta doce años. Ella se
muestra, junto con su hija menor, Beket-Atón, en un relieve en una Amarna tumba
que pueden fecharse a entre nueve y doce años del reinado de Ajenatón. De un
grupo de documentos conocidos llamados las Cartas de Amarna, encontramos
consultas sobre su salud que nos llevan a creer que ella pudo haber vivido en
la capital de su hijo durante un tiempo antes de su muerte. En cualquier caso,
después de su muerte, ella pudo haber sido enterrada primero en Amarna, pero
luego se volvió a Tebas, donde fue enterrada junto con su marido en WV22 tumba en el Valle de los Reyes.
Sin embargo, también es posible que ella pudo haber sido enterrado en la tumba KV55,
donde también se han descubierto objetos que llevan su nombre. Ni el rey o la
reina fueron descubiertos en la tumba, pero es muy posible reina Tiy puede ser
la "Mujer Elder") de la memoria caché de las momias encontradas por Loret
en KV35, la tumba de Amenhotep II. Durante muchos años, también era aunque el
cuerpo de que Amenhotep III era también una parte de esa caché, pero el
análisis bastante reciente indica que el cuerpo piensa que es su mayo no por la
de su hijo, o posiblemente incluso Ay, uno de los últimos reyes de la 18
Dinastía.
Tiye
Hijos nacidos de Tiy.
·
Sitamón. La primogénita, que
más tarde se casaría con su propio padre a finales del año 30º con motivo de su
jubileo.
·
Ajenatón. Llamado
originalmente Amenhotep, acabaría por sucederle en el trono y romper totalmente
con todos sus antecesores, rechazando a Amón y estableciendo un culto casi
monoteísta al disco solar, Atón.
·
Henuttaneb e Isis. Otras
princesas, que también se casarían con su padre en el segundo y tercer jubileo,
respectivamente, con el rango de esposas secundarias.
·
Nebetta y Baketatón. Quizás
planease casarse con ellas en siguientes jubileos; sea como fuere, sus huellas
desaparecen, y lo único que sabemos es que Baketatón permaneció en Tebas con
Tiy hasta su muerte.
Hijos nacidos de Giluhepa.
·
¿Thutmose? El hijo varón
mayor del rey no era hijo de Tiy, pues de haber sido así no habría tomado el
nombre de Thutmose. Aun así, no se sabe con exactitud que hubiese nacido de la
primera princesa mitania.
Hijos nacidos de Sitamón.
·
¿Semenejkara? No sabemos nada
de este personaje, ni siquiera si llegó a existir o era Nefertiti con un nombre
masculino. Si fue un varón emparentado con Ajenatón, es posible que fuera
sobrino suyo.
·
¿TutanKamón? Hay dos serias
parejas candidatas a ser los padres del famoso rey-niño: Amenhotep III y
Sitamón o bien Ajenatón y Kiya, su esposa secundaria. En el caso de que la
corregencia de Amenhotep III y Ajenatón sólo fuese de dos años (tendencia que
se suele seguir ahora), es materialmente imposible que TutanKamón (Tutankamón)
fuese hijo de Amenhotep III.
Jarrón en el Louvre con los nombres
Amenohotep III y Tiye escritos en los cartuchos de la izquierda, (y Tiye de la
derecha).
Personajes
Había
muchas personas importantes de la corte de Amenhotep III.
Visires
fueron Ramose, Amenhotep, Aperel y Ptahmose. Ellos se conocen de una
notable serie de monumentos, entre ellos la conocida tumba de Ramose en Tebas.
Tesoreros
eran otra Ptahmose y Merire.
Altos
comisarios eran Amenemhat Más seguro
y Amenhotep (Huy).
Virrey de
Kush fue Merimose. Él era una figura
prominente en las campañas militares del rey en Nubia. Quizás el más famoso
oficial del rey era Amenhotep, hijo de Hapu. Nunca tuvo títulos altos, pero más
tarde fue adorado como dios y arquitecto principal de algunos de los templos
del rey.
Los
sacerdotes de Amón bajo el rey incluido el hermano-en-ley del rey Anen y Simut. Ambos eran segundo profeta de Amón.
AMENHOTEP III
El conjunto
de treinta y ocho años de reinado de Amenhotep III representa un período de paz
y abundancia. La construcción de monumentos reales durante su reinado fue a una
escala casi sin paralelismos, y la Corte del faraón dejó tumbas, estatuas y
capillas que rivalizaron con las de sus predecesores. Por desgracia, como en la
mayoría de estos períodos, es imposible evaluar en términos comparativos la
riqueza del rico con la del pobre. Se ignora, pues, si la vida del campesino
mejoró económicamente como lo hizo la riqueza global de todo Egipto.
La
documentación oficial podría sugerir que la población en general disfrutó, en
algún momento, de prosperidad, como Amenhotep III y su Jefe de Graneros,
Khemhet, lo hacían ver cuando alardeaban del “cosechón” recolectado durante el
año crucial de su jubileo, año 30 de su reinado. Más de 1000 años después, el
faraón sería recordado como un Dios de la Fertilidad asociado a un regalo de la
Agricultura. De cualquier forma, este tipo de evidencia difícilmente va estar
exenta de parcialidad, por lo que habrá que admitir nuestra humilde ignorancia.
Es probable
que Amenhotep fuese sólo un niño cuando ascendió al Trono. Una estatua del
Tesorero Sobekhotep sosteniendo a un príncipe Amenhotep niño, probablemente nos
muestra al faraón poco antes de la muerte de su padre; y un mural en la tumba
del niñero real Hekarnehhe (TT64) que describe al dueño de la tumba como el
niñero real del Príncipe Amenhotep, representa al príncipe como un jovencito
más que como un niño desnudo. La edad del faraón cuando ascendió al trono pudo
haber sido entre los 2 y los 12 años, con preferencia hacia una tardía edad,
dado que la madre de Amenhotep, Mutemwiya, apenas estuvo en escena más que Tiaa
y Merytra, las madres de los dos faraones anteriores.
Parece poco
probable una regencia de Mutemwiya, y si el faraón era sólo un niño cuando
ascendió al Trono, su mandato se llevó en su nombre sin obstrucción alguna.
Otra alternativa podría ser que los miembros de la familia de la reina Tiya
asesorasen al faraón al principio de su reinado. Un escarabeo del año 2 de su
reinado establece la temprana fecha de su matrimonio con Tiya, y la
identificación en otro escarabeo de los padres de ésta, Yuya y Tuya, subraya la
prominencia de estos. Al día de hoy, no hay evidencia avalada documentalmente
de que la familia de Tiya actuase como un poder detrás del Trono.
No
obstante, esta presunción ha llegado a ser tan insistente, que se ha dado por
hecho que otros “creadores de reyes”,
como es el caso de Ay – cuyo nombre en egipcio se parece al de Yuya – procedían
de una misma familia de Akhmim. El descubrimiento de estatuas colosales de
finales de la Dinastía XVIII en Akhmim, junto a otras de Amenhotep III, parece
dar consistencia a esta idea, en cuanto a que aquella región se vio visiblemente
beneficiada durante los reinados de Amenhotep III y Tutankhamun/Ay.
LA DIVINIDAD DE AMENHOTEP III
Recientes
debates sobre el reinado de Amenhotep III han sugerido que habría sido
deificado en vida no sólo en Nubia, donde se construyó un templo de culto para
sí mismo, sino también en el propio Egipto. El egiptólogo norteamericano, W. E.
Raymond Johnson, del Instituto Oriental de la Universidad de Chicago, ha
argumentado que la insistente identificación de Amenhotep III con el dios-sol
en su iconografía monumental, y en las inscripciones, debe entenderse como su
deificación, e incluso defiende que Amenhotep IV/Akenatón (1.352-1.336 A.C.)
transformase a su padre en el incorpóreo disco solar, Aten, a través de la
adoración de un Amenhotep III vivo como el único dios del mundo. La perspectiva
de que Amenhotep IV adorase a su padre como el dios Atun – aunque fuese después
de su muerte – había sido ya contemplada con anterioridad por el egiptólogo
canadiense Donald Redford.
Conviene
señalar que tal transmogrificación habría privado al padre no sólo de su propia
existencia física, sino también de su nombre, y le habría obligado a participar
en la aniquilación del dios al que en su propio nombre adora: Amun. Si bien la
interpretación de Amenhotep III como el dios de su hijo lleva consigo la
inequívoca influencia de la moderna psicología freudiana, la noción que tenían
los egipcios de la relación entre su faraón y los dioses bien podría constituir
la base de esta hipótesis.
Aunque
hasta el momento no se dispone de texto o iconografía en el propio Egipto que
identifique a Amenhotep III como deidad de culto durante su vida, a todos los
faraones a los que el Doctor Jaromir Malek describe en el Capítulo 5 como
netjeru neferu (dioses junior), se les consideraba dioses mayores a su muerte,
y se les solía invocar as intercesores por sus sucesores, e incluso por
personas privadas. Aún más, se argumenta que ya era la intención de Amenhotep
III de que se le identificase con el dios-sol desde los tiempos de su primer jubileo
en los años 30-31, dado que las escenas que representan dicho festival lo
muestran en el rol específico de Ra cabalgando en su barca solar.
El grado en que Amenhotep III estaba asociado con el dios-sol en los monumentos puede haber fomentado la idea de que, habiendo emergido con el Sol, como se esperaba que le ocurriese a un faraón después de su muerte, él tendría que estar presente en la deidad de Akenatón, el disco solar Aten. Pretender que esta fuese la intención real de Akenatón, sigue siendo una especulación con base psicológica.
También es
digno de mención que Amenhotep III llamase a su propio complejo palaciego “El Radiante Atun” y usase sellos de
estampar para artículos en los que se puede leer “Nebmaatra (su prenomen) es el
Radiante Atun”. Está claro que los sellos son básicamente documentos
comerciales y podrían referirse al propio complejo palaciego; por lo que bien
podrían leerse como “El Radiante Atun de
Nebmaatra”. Lo cierto es que la asociación del Aten con Amenhotep III
aparece ya claramente establecida en su propia documentación, anterior al
reinado de Amenhotep IV/Akenatón.
En este
punto es imposible demostrar o refutar el argumento de Johnson. No hay ningunas
estelas o estatuas en Egipto que con certeza estuviesen dedicadas a Amenhotep
como un dios mayor durante su vida; y mucho menos como Aten. La deificación,
unos 100 años más tarde, de Rameses II, estuvo acompañada de innumerables
monumentos y templos, tanto reales como privados, que identificaban al dios
Rameses en un cierto número de lugares de culto dentro del propio Egipto. Estos
documentos datan del propio reinado de Rameses y no se refieren al faraón como
“amado del dios X”, como ocurre en
numerosos monumentos de Amenhotep III. Se refieren a Rameses como el dios, y lo
muestran recibiendo ofrendas, normalmente como estatua.
Nada de
esto existe para Amenhotep III en todo Egipto, y los ejemplos que más se
asemejan a monumentos dedicados a dioses, no pueden asignarse al tiempo en que
vivió el faraón. Una estela de Amarna muestra a Amenhotep y Tiya recibiendo
ofrendas de alimento bajo la lluvia de rayos de Aten. Aunque esto podría
parecer que contradice la tesis de Johnson de que Amenhotep III era Aten,
quizás sea significativo que proceda de los últimos años de reinado de
Akenatón. Surge, pues, la cuestión de si el faraón y su esposa aún vivían, o si
la estela, procedente de la capilla de una casa privada, veneraba a la pareja
real fallecida como invitación a su intercesión. Dichas estelas votivas eran
normales en los hogares de Deir el-Medina, antes y después del Período Amarna.
Un
obstáculo mayor lo tenemos en nuestra incapacidad de asegurar si Amenhotep III
y su hijo Amenhotep IV/Akenatón gobernaron como corregentes durante algún
período de tiempo apreciable. Si esta propuesta, que apoya el Profesor Johnson,
fuese demostrable, entonces los objetos votivos que veneraban a Amenhotep III,
y fueron hechos en el reinado de Akenatón, podrían considerarse como adoración
al faraón en vida, pero no necesariamente como Aten. La corregencia en Egipto
era tan inusual que los estudiosos aún dudan de que gozasen de características
consistentes. (Ver Capítulos 1, 7 y 10).
A pesar de
tantos años de debate, no estamos más cerca de una resolución sobre la
corregencia, o acerca de la deificación de Amenhotep III como Aten. No sería
injusto sugerir, sin embargo, que Amenhotep III habría estado muy contento
sabiendo que 3.350 años después de su muerte, aún no se sabría si efectivamente
llegó a reinar en vida como un dios, o simplemente se esforzó en dar esa
impresión.
EL PROGRAMA DE CONSTRUCCIÓN DE AMENHOTEP III
Sería justo
describir las numerosas construcciones de Tutmosis III como un programa de
construcción, en cuanto que desarrolló y extendió cultos en un número de
lugares, incluidos Amada (para Amun y Ra-Horakhty), Karnak (el Templo Este para
el dios-sol, y su propio edificio para el festival), y Hermópolis. Más
importante fue, sin embargo, el impacto en Karnak, que tuvo carácter temático y
dejó la dramática impresión del faraón guerrero cuyas victorias honraban
simultáneamente al propio faraón y al dios Amun.
Las
regiones geográficas que conquistó aparecen allí en eterna cautividad para el
dios, y el faraón reclamó con orgullo el favor de Amun cuando construyó el
templo del festival conocido como “Effective
of Monuments”, un lugar de culto que eclipsó los de sus predecesores reales
en Karnak. La divinidad de Tutmosis III, como fue diseñada para la eternidad,
lo describe como “el mejor entre pares”,
refiriéndose a los antiguos faraones de Egipto. Con esta divinidad se ganó la
entrada al consejo supremo de dioses, de forma que compartió la barca solar con
Ra y fue presentado a Amun.
El programa
de construcción de Amenhotep III le proporcionó un espacio idóneo para diseñar
una divinidad eterna propia, más allá de la visión de Tutmosis III. Él se
identificó consistentemente con los dioses nacionales - no su predecesor real -
y se representó a sí mismo, en diversas ocasiones, como el sustituto de los
dioses mayores. Además, sus edificios entrañan un énfasis sin parangón en
teología sola tal, que los cultos a Nekhbet, Amun, Thoth, y Horus-Khenty-Khety,
por ejemplo, fueron profundamente solarizados durante el reinado de Amenhotep
III. Claras tendencias en la literatura funeraria de la Dinastía XVIII, revelan
que el ciclo solar y su potencial para la fertilidad, o la hambruna, estaban ya
de manifiesto en el mundo y en el soberano, pero los monumentos y objetos
hechos en tiempos de Amenhotep III pudieron haber diseminado estas nociones de
una forma más amplia. Es imposible afirmar si los intelectuales de la época
influyeron en la iconografía, o se les pidió que la formulasen.
Amenhotep
III construyó templos y capillas en Sedeinga, Soleb, y la isla de Tabo. Hay
elementos de construcción, o estelas, en su nombre en Amada, Aniba, Buhen,
Mirgissa, y Gebel Barkal; quizás, esta última, reusada. Hay estatuas o
escarabeos en su nombre en una variedad de lugares, incluyendo Gebel Barkal y
Kawa, y en la mayoría de las estatuas de otros emplazamientos, en especial en
Soleb. En el propio Egipto, el faraón construyó una capilla en Elkab, con toda
probabilidad levantada por su padre. A unos 20 Km al sur de Tebas, Amenhotep
III construyó un templo en Sumenu, lugar de culto del cocodrilo Sobek. Aunque
el templo en sí sea difícil de localizar, numerosos objetos, y el cementerio
asociado al lugar, han ido saliendo a la luz desde 1.960.
Es en Tebas
donde la predilección de Amenhotep III por lo colosal es hoy más patente. Los
Colosos de Memnon eran las descollantes imágenes de cuarcita de Amenhotep III
que protegían el primer pilono del faraón de su templo funerario; el templo
individual real mayor que se conoce del Antiguo Egipto. Dentro de su templo
mortuorio se han encontrado más fragmentos de esculturas gigantes que en ningún
otro recinto sagrado conocido. Los edificios del margen oriental de El Nilo, en
Tebas, incluían una serie de construcciones en Karnak, así como en el templo
del Luxor, que fueron totalmente reconstruidas.
La tumba de Amenhotep III, KV 22, se
excavó en un wadi del Valle Occidental, lejos de otras ubicaciones de tumbas
reales antiguas. Las excavaciones realizadas durante los años 90 por un equipo
japonés, han hecho posible el cuidadoso trazado de esta sorprendentemente
amplia y bellamente acabada tumba. El cuerpo del propio Amenhotep III - o de
una momia así etiquetada – fue encontrado en la tumba de Amenhotep II (KV 35).
En el
margen oeste de Tebas, al sur del enorme templo funerario real, se situaba su
enorme palacio, “El Radiante Atun”, ahora llamado Malkata, de acuerdo con la
designación árabe del cercano Valle de la Reina. Aún más al sur, en Kom
el-Samak, el faraón construyó un pabellón del jubileo de adobe pintado. Una
expedición japonesa excavó y cuidadosamente registró el edificio, hoy en
ruinas. Junto al complejo Malkata está el gran puerto que Amenhotep creó para
su utilización durante las obras y su estancia en el palacio. A principio de
los 70, el puerto de Birket Habu fue objeto de una investigación por parte de
los egiptólogos David O’Connor (australiano) y Barry Kemp (británico) quienes
también estudiaron el palacio de Malkata. En el palacio también trabajó un
equipo japonés en los años 80.
Amenhotep
estuvo particularmente activo en el Medio Egipto, aunque poco queda de los
trabajos en su templo de Hebenu y Hermópolis. En el norte, aún quedan bloques
de cuarcita marrón con trabajos de decoración en relieve, en el gran templo
real de Menfis, “Nebmaatra y Ptah Unidos”.
Colosales estatuas de cuarcita de Ptah, vueltas a trabajar por Rameses II, se
alzan ahora en el foyer del Museo Egipcio de El Cairo, con toda probabilidad
procedentes del templo menfita de Amenhotep III. En los años 90, The Egypt
Exploration Society, con W. Raymond Johnson a la cabeza, investigó los bloques
de caliza de un pequeño templo de Amenhotep vuelto a usar por Rameses II. El
interés del faraón por Menfis se muestra de nuevo por su asociación con el
primer enterramiento conocido del Apis-Bull en el Serapeum, que conocemos por
mediación de su hijo Tutmosis, el Gran Sacerdote de Ptah. Los elementos de
construcción de Bubastis, Athribis, Letópolis, y Heliópolis, dan prueba del
interés del faraón en el Delta Oriental. En Athribis, se construyó un templo
bajo la supervisión de Amenhotep, Hijo de Hapu, persona de confianza del
faraón.
El trabajo
de Amenhotep III en Karnak, Luxor y su templo funerario, revelan su interés en
acentuar la identificación real con el Dios-Sol. Una vez terminados los
monumentos de su padre, Tutmosis IV, cambió el aspecto del templo de Karnak. En
algún momento indeterminado de su reinado los trabajadores de Amenhotep III
desmantelaron el patio del peristilo frente al Cuarto Pilono y las capillas
asociadas con él, utilizándolos como relleno para un nuevo pilono, el Tercero,
en el eje Este-Oeste.
Con esto se
creó una nueva entrada al templo, y se levantaron dos filas de columnas con
capiteles de papiro abierto hacia el centro del recién formado antepatio.
Empezó también la construcción del Décimo Pilono, en el extremo sur de Karnak,
cambiando ligeramente su orientación de la del Séptimo y Octavo de forma que
condujese a una nueva entrada al recinto de la diosa Mut, para la que pudo
haber construido, o empezado, un templo. Para equilibrar el complejo del templo
sur, había un nuevo edificio al norte del centro de Karnak, que consistía en
una capilla para la diosa Maat, hija del Dios-Sol. Mut y Maat podrían
representar el Ojo Solar de Ra, su representante en la Tierra.
David
O’Connor ha observado que lo opuesto a Norte-Sur corresponde a los escenarios
celestes o terrestres, un hecho que encaja con los roles divinos de Maat y Mut,
respectivamente. Los rituales y ofrendas que proporcionaba Amenhotep III puede
que estuviesen pensados para demostrar, mediante la arquitectura y las
inscripciones, su habilidad, como Dos-Sol, para crear estabilidad en el cosmos.
Unos relieves profundamente esculpidos procedentes de un granero de Karnak,
muestran al faraón, con elaboradas insignias reales, coronado con múltiples
discos solares, con el faldellín y el cuerpo enjoyados con imágenes solares. Además,
la cara del faraón es la de un niño, y su cuerpo más grueso con menos cintura
que en la mayoría de los relieves del templo. Se trata de un Amenhotep III
rejuvenecido, que además exhibe la iconografía del jubileo con elaborados
elementos divinos y, en particular, solares.
La
construcción del templo de Luxor por Amenhotep III pudo haberse llevado a cabo
en varias etapas. Reemplazó un antiguo edificio tutmósida por un templo de
arenisca que celebraba la renovación de la realeza divina durante la fiesta Opet,
le añadió una habitación para nacimiento en la que nació de la unión de Amun-Ra
y su verdadera madre, Mutemwiya, y completó el templo con un nuevo lugar de
culto para Amun de Ipet resy, o Luxor.
La
preferencia real para el drama ritual fue además monumentalizada en el templo
funerario de Amenhotep III. El templo contenía un gran número de estatuas de
tamaño real, algunas, y otras colosales, con la figura de conocidas u oscuras
deidades, con frecuencia de cuerpos humanos, coronados con cabezas de animales.
Estas estatuas representaban, a la vez, los dioses del jubileo, y un calendario
astronómico tridimensional para asegurar un propicio año festivo. Los rituales
de Tebas comenzaban con una letanía para satisfacer a Sekhmet, el Ojo Solar de
Ra, seguida en el templo del faraón en el Sudán, en Soleb, con el ritual de
propiciación del deificado Nebmaatra, el Ojo Lunar de Ra. Terminada esta
secuencia, empezaba, fervorosamente, el jubileo.
LA REINA TIYA
Tiya fue la
mujer de mayor influencia en el reinado del faraón y sobrevivió a su marido por
lo menos en unos cuantos años. Fue de tal importancia para él que no sólo
aparecían juntos en las paredes de los templos en Soleb y el Oeste de Tebas
acompañándole en las fiestas del jubileo, sino que fue deificada en su propio
templo de Sodeinga, en la Alta Nubia, y se convirtió en parte integrante del
programa de construcción real. Como Ojo Solar de Ra en Sudan, se habría unido a
la deidad Nebmaatra para regresar a Egipto y restaurar el orden en el mundo
(Maat). El rol que no representó fue el de “Esposa del Dios Amun”, de ahí su
escasa representación en los monumentos de Karnak y Luxor.
Fallecido
su esposo, el rey de Mitania, Tushratta, le escribió pidiéndole que recordase a
su hijo Amenhotep IV/Akenatón las estrechas relaciones que habían existido
entre él y Amenhotep III. Es posible que a su muerte se le enterrase primero en
Amarna y que fuese trasladada más tarde a la KV 22, o a la KV 55, o a ambas.
Ella había dado a luz a Satamun, Henuttaneb, Nebetiah, e Isis, todas ellas
representadas en estatuas y pequeños objetos asociados con la pareja real.
Satamun fue la hija más encumbrada por Tiya, y se encontraron sillas hechas
para ella en la tumba de Yuya y Tuya (KV 46). Ostentó el título de “Gran Esposa
Real” simultáneamente con su madre, Tiya, mientras que a las otras hijas se les
conocía como “Esposas del Faraón” o
“Consortes del Faraón”.
El
significado económico, y en particular el religioso, bajo Amenhotep III, del
matrimonio con sus propias hijas, ha sido ya comentado varias veces en este
capítulo y se remonta al inicio de la dinastía. Al emparejar a su esposa y a
sus hijas con él en los monumentos, Amenhotep III fomentaba la imagen del
Dios-Sol acompañado de las diosas madres (Nekhbet, Nut, Isis) y de las hijas de
Ra (Hathor, Maat, Tefnut). Y en un sentido más práctico, el faraón ampliaba sus
posesiones; no mediante el matrimonio con personajes no reales, sino casándose
él mismo con la propia riqueza. Solicitó y le fue concedida la mano de la
princesa de Babilonia como esposa, y se desposó igualmente con dos princesas de
Mitania; una de ellas, Taduhepa, llegaría a Egipto justo a tiempo para
convertirse en viuda, y más tarde, en esposa de Amenhotep IV.
Entre los
hijos varones de Amenhotep III y Tiya estaba Amenhotep IV. Se desconoce quién
fue la madre de un hijo del faraón y sacerdote-sem, Tutmosis, que pudo haber
sido mayor que Amenhotep. Se desconoce también si el faraón tuvo más hijos de
sus matrimonios con esposas extranjeras, pero hay un número de cortesanas,
príncipes y princesas, conocidos de nombre por los objetos funerarios
desenterrados cerca de Malkata. Algunos de ellos pueden haber sido miembros de
la familia real; otras, esposas menores.
RELACIONES INTERNACIONALES EN EL REINADO DE AMENHOTEP III
En el año 5
del reinado de Amenhotep III, hubo una campaña en Nubia que se conmemoró en la
Isla de Sai, así como en Cnosos, y a lo largo de la carretera al sur de Aswan.
El virrey de Kush pudo haber supervisado la acción militar, pero si esto lo
hizo Merymose, o el anterior titular, Amenhotep, se desconoce. Merymose dejó su
propia inscripción en Semna en la que se describe una acción contra Ibhet;
probablemente en la Baja Nubia. La campaña del año 5 fue en Kush; probablemente
al sur de la 5ª Catarata. La intención de construir la fortaleza de Khaemmaat,
en Soleb, donde el faraón también construyó un templo, pudo haber sido prevenir
nuevas interferencias por parte de la Alta Nubia. La antigua capital de la Alta
Nubia, en Kerma, estaba casi directamente al otro lado del río de Soleb, así
que el emplazamiento pudo haber sido escogido para subrayar el sometimiento
kushita a Egipto.
Las
relaciones internacionales con el resto de países del Antiguo Egipto se
llevaron a cabo mediante misiones diplomáticas. La cantidad de material egipcio
en suelo griego aumentó dramáticamente durante el reino de Amenhotep III, y los
nombres de ciudades egeas incluyendo Micenas, Festos, y Cnosos, aparecen por
vez primera en escrituras jeroglíficas inscritas en las bases de estatuas del
templo funerario real. La correspondencia entre Amenhotep III, y varios de sus
pares en Babilonia, Mitania y Arzawa, se ha conservado en forma de escritura
cuneiforme sobre tabletas de barro.
Estas
cartas, muchas de ellas procedentes del archivo de la capital de Akenatón,
Amarna, demuestran la posición de poder de que disfrutaba Amenhotep III cuando
negociaba el casamiento de sus hijas con otros soberanos. De las cartas se
desprende la existencia de una fuerte relación entre Amenhotep III y el rey de
Mitania, Tushratta, mientras que el rey de Babilonia, Burnaburiash, que llegó
al poder en época más tardía del reinado de Amenhotep, parece que dudaba más
del poderío egipcio. A mediados del siglo catorce B.C. se alcanza, ciertamente,
uno de los niveles más altos de influencia de Egipto en el mundo antiguo, y
supuso la culminación de actividades de casi todos los faraones de la Dinastía
XVIII.
LA ADMINISTRACIÓN EN LA DINASTÍA XVIII
LA ADMINISTRACIÓN EN LA DINASTÍA XVIII
Las
estructuras administrativas globales en uso durante la Dinastía XVIII se
caracterizan por sus tendencias claras, y por algunas situaciones inconclusas.
Muy pocos han sido los funcionarios de Ahmose y de Amenhotep I que hayan sido
identificados con absoluta certeza para poder señalar las familias y regiones
que habrían estado representadas en la corte real de principios de la Dinastía
XVIII. Para mediados, sin embargo, a los amigos más cercanos del faraón se les
enterraban, bien en Tebas, o en Saqqara, siendo de la primera de donde la mayoría
de nuestra documentación procede.
Desde el
reinado de Hatshepsut en adelante, los funcionarios de élite de los que
podíamos esperar una capilla decorada en su tumba y un pozo funerario, en Tebas
o Saqqara, eran el visir; el tesorero, literalmente, inspector del Sello; los
inspectores de las casas del oro y de la plata; los administradores reales; los
inspectores de graneros de Egipto, o de Amun; el hijo del faraón, e inspector
de los países del sur; los heraldos reales, o mayordomos, con frecuencia involucrados
en la diplomacia; niñeros reales, hombres y mujeres; alcaldes regionales, a
veces enterrados en sus propios distritos locales; el Gran Sacerdote de Amun
(Tebas); el Gran Sacerdote de Ptah (Saqqara); el segundo, tercero y cuarto
sacerdotes de Amun; y los inspectores del ejército, así como ciertos niveles de
escribas reales.
Es obvio
que a los faraones de la Dinastía XVIII les interesaba acumular apoyos de las
poderosas familias de élite, como ya se comentó a la vista de escenas del
entronizado soberano en tumbas privadas del reinado de Hatshepsut y Tutmosis
III, por lo que familias poderosas ejercieron cargos de Visir y Gran Sacerdote
de Amun en las cortes de Hatshepsut y Tutmosis III, durante sus reinados.
Importantes miembros de la Corte de Tutmosis III, incluidos el visir User (TT 61 y TT 131), su administrador
y contador del grano para Amón, Amenemhat (TT 82), y el inspector de graneros de Amón, Minnakht (TT 87), tenían cámaras funerarias con parecidas versiones
de la Letanía a Ra, y del Amduat.
El reciente
estudio de los textos de User llevado a cabo por el egiptólogo Erik Hornung
subraya las prerrogativas reales asumidas por individuos de la élite en tiempos
de Hatshepsut y Tutmosis III. Una de las dos tumbas de Senenmut (TT 71 y TT 373) fue diseñada para emular un enterramiento
real, e incluía un techo astronómico como los que se usarían más adelante en el
Valle de los Reyes. Otras formas de acceso privilegiado a los monarcas también
surgieron como, por ejemplo, mediante la concesión de enterramientos en el
Valle de los Reyes. Esta práctica se mantuvo durante los reinados de Tutmosis
III y Amenhotep II.
En
contraste con las familias de élite conocidas en tiempos de su tía y de su
padre, muchos de los cercanos asociados de Amenhotep II habrían ya servido en
el ejército bajo Tutmosis III y bajo el propio Amenhotep. Estas estrechas
relaciones que un servicio militar puede fomentar, se afianzarían aún más si
sus orígenes se remontaban a la juventud, cuando el faraón y sus amigos en la
Corte aprendían a cazar y a conducir carros de combate. Usersatet, el “virrey de los países del sur”, pudo
haber sido unos de esos amigos de la niñez que serviría como heraldo real en
ultramar bajo Tutmosis III. La inscripción en una estela que dejó en una
fortaleza en Semna, en la región de la 2ª Catarata, contiene el texto de una
sorprendente carta enviada por Amenhotep II a su viejo amigo destacado fuera
del país: “Te sientas….un soldado de
carro de combate que lucha por su Majestad…. el [poseedor de una mu]jer de
Babilonia, y de un sirviente de Byblos, de una joven de Alalakh, y de una
anciana de Arapkha”.
Otro hombre
que había servido a Tutmosis III, Amenemheb (TT 85), debió morir más bien a
principios del reinado de Amenhotep II. En una inscripción de su tumba, Amenemheb
nos describe la designación de Amenhotep como faraón, y luego nos cuenta lo que
éste le dijo: “Conocía tu carácter cuando
yo aún estaba en el nido; cuando pertenecías al séquito de mi padre. Así que,
tu podrás velar por las tropas de élite del faraón”.
Un
cortesano, que quizás tipifique mejor todo el reinado de Amenhotep II, fue un
amigo de campañas militares y de juegos de niños. El gran administrador
Kenanmun luchó junto a Amenhotep en Retenu. En reconocimiento a sus servicios,
Kenanmun fue nombrado administrador de Peru-nefer, sede de un gran astillero y
arsenal naval. Allí había también una residencia real activa a mediados de la
Dinastía XVIII. En las postrimerías de su vida, su prebenda consistió en la
administración de la propia Casa Real, y, según parece, permaneció activo
durante la mayor parte del reinado de Amenhotep II. Su tumba (TT 93) muestra
elementos estilísticos elegantes, conocidos sólo en tumbas pintadas más tarde,
dentro de este período de tres décadas, si bien no hay indicación de que
Kenanmun estuviese vivo durante el reinado de Tutmosis IV. Los temas, de
carácter decididamente no militar, escogidos por él para las pinturas de las
tumbas, unidos a imágenes del estilo de vida de la próspera élite, están en
total harmonía con el tono utilizado en las pinturas de tumbas contemporáneas
con Tutmosis IV y Amenhotep III.
Otros dos
hombres fueron altamente promocionados en tiempos de Amenhotep II,
probablemente por una relación personal en la temprana Corte. El visir
Amenemotep y su hermano, el alcalde de Tebas, Sennefer, destacaron en gran
manera debido a las atenciones del faraón. Estos dos personajes fueron tan
influyentes en la región tebana que ambos pudieron costearse su enterramiento
en el Valle de los Reyes, y la esposa de Sennefer, una niñera real, fue
enterrada también allí. Ambos tenían además grandes capillas de tumbas en
Sheikh Abd-el-Qurna, en la ribera occidental tebana: TT 29 en el caso de
Amenemotep, y por supuesto Sennefer tenía dos tumbas (TT 96 en la parte alta, y
en la baja) a fin de acoger a diferentes mujeres contemporáneas que
probablemente incluían tanto a esposas como a hermanas. La hija mayor de
Sennefer, Muttuy, representada en estatuas y en la parte baja de la tumba TT
96, parece que se casó con un individuo llamado Kenamun, que sucedería a
Sennefer como alcalde de Tebas. Esta pareja, Muttuy y Kenamun, era
contemporánea de Amenhotep III, y fue enterrada en la tumba TT 162.
La manera
en que Tutmosis IV abordó la administración consistió en reducir el número de
puestos militares y sustituirlos por burócratas, con frecuencia escogidos de
las familias de élite bien establecidas. Claro que cada faraón tenía sus
favoritos, y el de Tutmosis IV era el administrador Tjenuna (TT 76). Su
biografía en la fragmentada tumba sugiere que había una relación personal con
el faraón similar a la de un hijo con un padre, pues se llama a sí mismo: “verdadero hijo adoptivo del faraón, amado
por él”. Aunque no se tiene documentación que apoye la idea de que Tjenuna
tuviese tanto poder como Senenmut o Kenamun, Tutmosis IV pudo haber confiado en
su fiel administrador, que también lo era para Amun, tanto como a cualquier
otro.
Un oficial
llamado Horemheb tuvo que haber sido también un poderoso y cercano aliado, a
juzgar por el tamaño de su enterramiento (TT 78), y por el hecho de que
contiene una representación que lo relaciona con una hija de Tutmosis IV,
Amenemotep.
Los funcionarios civiles con frecuencia solían representar a familias tradicionales de influencia. Hepu fue visir en el sur durante el reinado de Tutmosis IV, mientras un tal Ptahhotep administraba el norte. La existencia simultánea de estos dos visires se ve confirmada en el Papiro de Múnich, que data del reinado de Tutmosis, en el que los llamados “visires” aparecen como “jueces”. La tumba de Hepu (TT 66) está situada en el prestigioso cementerio de Sheikh Abd el-Qurna, ubicación que corresponde a la de los visires bajo Tutmosis III y Amenhotep II. Aunque se trata de la tumba más profunda del reinado, es más bien pequeña, y comparativamente poco llamativa vista junto a otras del mismo período; como pueden ser las TT 76 y TT &•.
Los funcionarios civiles con frecuencia solían representar a familias tradicionales de influencia. Hepu fue visir en el sur durante el reinado de Tutmosis IV, mientras un tal Ptahhotep administraba el norte. La existencia simultánea de estos dos visires se ve confirmada en el Papiro de Múnich, que data del reinado de Tutmosis, en el que los llamados “visires” aparecen como “jueces”. La tumba de Hepu (TT 66) está situada en el prestigioso cementerio de Sheikh Abd el-Qurna, ubicación que corresponde a la de los visires bajo Tutmosis III y Amenhotep II. Aunque se trata de la tumba más profunda del reinado, es más bien pequeña, y comparativamente poco llamativa vista junto a otras del mismo período; como pueden ser las TT 76 y TT &•.
Es cierto
que la administración real prosperó durante el mandato de Tutmosis IV, con
cortesanos y burócratas suplantando a los militares casi por completo. El rango
de “general” o el de “oficial del ejército” son prácticamente desconocidos
durante este período, mientras el de “escriba real” abunda, de forma que
incluso el virrey de Nubia, Amenhotep, tenía antecedentes de “burócrata”. La “Oficina de Reclutamiento de Escribas” nunca había estado tan bien
testimoniada, pero el hecho de que los titulares con frecuencia fuesen
claramente compañeros en la Corte, sugiere que el puesto no requería un duro
militar sino un fiel funcionario civil. Con la excepción de la “acción
policial” de Konosso (Véase más arriba la sección encabezada por “Tutmosis IV en Siria-Palestina y Nubia”),
incluso el puesto en el que se ponía a los “reclutas” en este período sigue
siendo un misterio. No nos sorprendería que su presencia hubiese sido común
tanto en expediciones a canteras y empresas de construcción como en maniobras
militares.
La Corte de Amenhotep III es inusual en cuanto que la conocemos casi tanto por sus monumentos fuera de Tebas como por los de dentro. Loa tesoreros reales, Sobeknose y su hijo Sobekhotep (Panejsy), no tienen tumbas tebanas, si bien el primero fue enterrado en Rizelcat. Tumbas de este reinado, incluyendo una del visir Aper-el, fueron descubiertas en Saqqara Norte por el arqueólogo francés, Doctor Alain Zivie, y otras numerosas estelas encontradas en el Siglo XIX en el mismo yacimiento mencionan a personas del reinado. Los asociados más conocidos del faraón, sin embargo, vivían en Tebas, o dejaron allí sus tumbas. Sus visires, Ramose (TT 55) y Amenhotep, construyeron en Tebas capillas muy lujosas de caliza tallada, si bien la de este último está en ruinas.
La Corte de Amenhotep III es inusual en cuanto que la conocemos casi tanto por sus monumentos fuera de Tebas como por los de dentro. Loa tesoreros reales, Sobeknose y su hijo Sobekhotep (Panejsy), no tienen tumbas tebanas, si bien el primero fue enterrado en Rizelcat. Tumbas de este reinado, incluyendo una del visir Aper-el, fueron descubiertas en Saqqara Norte por el arqueólogo francés, Doctor Alain Zivie, y otras numerosas estelas encontradas en el Siglo XIX en el mismo yacimiento mencionan a personas del reinado. Los asociados más conocidos del faraón, sin embargo, vivían en Tebas, o dejaron allí sus tumbas. Sus visires, Ramose (TT 55) y Amenhotep, construyeron en Tebas capillas muy lujosas de caliza tallada, si bien la de este último está en ruinas.
Esta
familia, aunque claramente asociada mediante títulos con la región menfita, de
hecho, bien pudo, como indicó en su día el difunto egiptólogo, Profesor William
Joseph Murnane (Nueva York, 1945-Memphis, 2000), haber sido tebana. El jefe de
los graneros reales, Khaemhet, así mismo dejó una tumba con relieves tallados
en Tebas (TT 47), como lo hiciera el administrador de la Reina Tiya, Kheruef
(TT 192).
El cortesano
más querido de todos fue Amenhotep, Hijo de Hapu, a quien el faraón le concedió
el privilegio de su propio templo funerario, que daba al templo funerario del
propio faraón Amenhotep III. Amenhotep, Hijo de Hapu, un escriba militar de una
familia del Delta, supervisó la mayoría de los monumentos más destacados de
Amenhotep III; el reconocimiento del faraón por sus servicios le valió su
eventual deificación en el primer milenio a.C.
La victoria
de Ahmosis en el campo de batalla introdujo el concepto del rey como héroe
nacional. Se convirtió en la personificación misma de Egipto. Jefe de una
organización militar y de un nuevo sistema social. El rey pasa a ser Seth y
Montu, dioses de la guerra, a la cabeza de una nueva casta de jefes militares
diestros en este arte y basados en su movilidad.
El
ingrediente asiático y nubio en la civilización del Imperio Nuevo es
considerable, llegando incluso a influir en el tipo étnico de la clase
dirigente. El egipcio del Imperio Nuevo pierde la solemnidad de sus
antepasados. Los rostros de los hombres ahora son de aspecto más suave, con
frecuencia sonrientes. Las mujeres más pequeñas, de rasgos dulces y ojos
almendrados. El exotismo penetra de una forma imparable en toda la sociedad de
la XVIII Dinastía. El lujo y el esplendor transforma a toda la clase dirigente.
En Egipto
siempre hubo una tendencia al colosalísimo y a lo opulento desde el Imperio
Antiguo, tenemos los ejemplos de la IV Dinastía en Saqqara y Gizeh, o el
complejo funerario de Amenemhat III en Hawara durante la XII Dinastía... Pero
en el Imperio Nuevo, la monumentalidad se lleva a las cotas más altas. Hay, al
menos, dos razones que explican este fenómeno:
1.- Además
del aumento de riqueza como resultado de la gran expansión territorial que se
produce en este periodo y el próspero comercio con todo el Mediterráneo, hay
que añadir, la reorganización del gobierno de Egipto, convertido en una
autocracia militar, con un fuerte aparato administrativo reformado para hacer
frente a las necesidades logísticas de un estado militar. Este gran ejército
disciplinado, se utilizó como mano de obra, siempre que sus servicios no fuesen
necesarios en alguna campaña. Además se reforzó con prisioneros. Este
contingente explotó las minas de oro halladas en el desierto oriental. La
utilización del ejército garantizaba la existencia de una provisión constante y
organizada, tanto de materiales como de mano de obra, sin afectar a la
agricultura, verdadero motor de todo el estado faraónico.
2.- El
segundo factor, fue la explotación de las canteras de Gebel es-Silsileh. Su
proximidad a Tebas, permitió levantar enormes edificios en relativamente poco
tiempo.
Los
edificios de la XVIII Dinastía, que han llegado hasta nosotros, nos indican una
fiel vuelta a las tradiciones pasadas. Ejemplo de esta monumentalidad
incipiente, es la gran estela que Ahmosis dedica a su madre Teti-Sheri (Museo
de El Cairo), que se localizó en Abydos y que copia sistemáticamente el estilo
y las proporciones de las estelas de Mentuhotep. Otro ejemplo lo encontramos en
los bellos relieves de la capilla de Amen-Hotep I en Karnak, que sigue el
modelo de la de Sesostris III, donde se comienza a vislumbrar ya, el nuevo
estilo que caracterizará a toda esta Dinastía.
La
agresividad y el aspecto fiero de los relieves del Imperio Medio, se tornará,
al menos durante la primera parte de la Dinastía, por un rostro de facciones
suaves, de mejillas carnosas y mentón redondeado. Las cejas estarán
elegantemente curvadas y todo ello marcado por unos finos labios que esbozan
una ligera sonrisa. Los tocados, tanto en el hombre como en la mujer, se
complican. Para el soberano, comienza a ponerse de moda el casco azul que era
en cuero trabajado. Los peinados también se complican, las pelucas están más
trabajadas, trenzadas con tocado hat-horico, muy adornados con joyería, siendo
peluca corta para él y larga en el caso de ellas. Otra característica es, que
en los relieves de las reinas, se vuelve a la postura de las manos planas sobre
el muslo, en la otra mano, y esta es la novedad, lleva un cetro terminado en
flor de loto, como indicándonos la importancia que ciertas esposas reales
ejercieron.
La llegada
de los thutmósidas al trono de las dos tierras, marcó el comienzo de Egipto
como potencia mundial. Thutmosis I, llevó las fronteras del sur hasta la Cuarta
Catarata y por el este, llegó hasta el Eúfrates.
La arquitectura de los thutmósidas, permaneció delicadamente
estructurada y nunca perdió el contacto con la escala humana. En el gran templo
de Amón en Karnak (realizado en piedra caliza por Sesostris I, fue el punto de
partida de la evolución de todos los edificios posteriores), Thutmosis I
construyó dos enormes pilonos (el IV y el V), y por medio de un muro
circundante, incorporó el antiguo templo del Imperio Medio a su complejo. Entre
los dos pilonos existía una sala hipóstila con columnas y techo de madera. El
pilono exterior, el IV, grande y sólido, hasta el periodo de Amen-Hotep III,
formó la entrada al templo de Karnak. Delante de las dos torres de este pilono
Thutmosis levantó dos obeliscos de granito.
Pero la primera gran construcción de la nueva actividad artística
de Tebas, fue la construcción del majestuoso templo funerario de Hatshepsut en
Deir-el-Bahari. En la zona se encontraba el templo funerario e Mentuhotep II,
el primer rey tebano de Egipto, que supuso, no sólo un reto, sino una
inspiración para Sennemut, el arquitecto de la reina. «Su plano
fue el modelo lógico, y el espacio que había junto a él, el lugar idóneo. Sus
ambiciones, al principio, no llegaban hasta el punto de intentar algo tan
grandioso como el templo de Mentuhotep. Pero llegado al fin, Sennemut, había
edificado un templo cuya estructura, sin contar con el patio, abarcaba más de
tres veces el área prevista en el plano original y había alterado casi todo el
aspecto, excepto el esquema general de las terrazas con pórticos de columnas».
Winlock, 1942, pág. 135. El antiguo esquema fue conservado: templo del valle,
calzada ascendente, templo funerario y santuario, excavado en la misma montaña.
Pero nació una forma arquitectónica totalmente diferente. Aquí todo resulta más
libre, más delicado, más abierto que en cualquier otro conjunto arquitectónico
egipcio, de antes y de después.
Aunque existían capillas dedicadas a varias deidades, Hatshepsut,
dedicó todo el templo a su padre divino Amón-Re. La calzada del valle conectaba
directamente, al otro lado del río, con el templo de Amón en Karnak.
Posiblemente la intención de la reina al dar esta orientación al templo fuese,
una vez más, legitimar su ascendencia divina. Cuando en la «Bella fiesta del
Valle», la estatua de Amón salía de su santuario de Karnak y visitaba el templo
de Hatshepsut, se instalaba en su propia capilla situada en la tercera terraza.
Tres terrazas se extendían desde el límite de la tierra fértil
hasta la montaña. Partes de dichas terrazas estaban excavadas en roca. Rampas
anchas y suavemente inclinadas dividen al templo a lo largo de un eje central,
de este a oeste y de norte a sur. Pero posiblemente la idea que subyace en todo
el conjunto sea su sentido ascendente. La primera terraza estaba amurallada y
se penetraba en ella por medio de una puerta. La calzada estaba custodiada por
esfinges de la propia reina, dispuestas en paralelo. De la parte de la izquierda,
partía una rampa que conectaba directamente con la capilla de la diosa Hat-hor,
situada en la segunda terraza. Esta diosa tenía ya un santuario consagrado
situado en el extremo norte, cercano al templo de Mentuhotep.
A la segunda terraza se accedía por otra rampa custodiada por
esfinges del mismo modo que la primera. Hasta esta segunda terraza estaba
permitido el acceso al pueblo. A la derecha de esta segunda terraza, en la
pared rocosa, fue introducido un elemento formal: un peristilo inacabado de 15
columnas protodóricas.
Volviendo al eje central, a derecha e izquierda se abre una sala
con columnas. La sala de la derecha está decorada con finos relieves pintados.
En esta misma sala, en un intento más de posicionar su derecho a llevar la
doble corona, inventaron para ella el nacimiento divino, nada menos que la
emparentaron con el propio dios Amón. Y para que todo Egipto no albergara
dudas, lo mandó grabar Senenmut, precisamente en esta segunda terraza, a la que
tenía acceso el pueblo, y a la vista de todos, quedó la concepción por la reina
Ahmosis, el nacimiento y educación de Hatshepsut. Termina esta terraza, con una
capilla dedicada al dios Anubis que consta de una pequeña sala hipóstila y tres
pequeñas capillas. Cruzando de nuevo la rampa que da acceso a la tercera
terraza, se encuentra la otra sala columnada que contiene los más conocidos
relieves pintados de todo el templo: la expedición al país de Punt con sus
magníficos barcos, los curiosos indígenas que encontraron, la gran variedad de
árboles que trajeron para adornar no sólo este templo, sino también el templo
de Karnak.
A la izquierda de esta sala se encuentra la capilla dedicada a la
diosa Hat-hor, que se encuentra integrada en este conjunto, pero como ya he
dicho anteriormente, se tenía acceso directo desde el valle por una rampa que
partía de la primera terraza. Consta esta capilla de dos salas hipóstilas, de
20 y 12 columnas. La primera contiene dos columnas con capiteles hat-horicos
dobles, orientados a oriente y occidente. El resto de la capilla está decorada
con pinturas y relieves de la diosa Hat-hor amamantando a la reina con
apariencia masculina, mientras que en otros presenta ofrendas de vino y otros
alimentos. La figura de la reina, como ocurre en otras partes del templo, ha sido
mutilada. En la parte más oculta de la capilla se encuentra la única
representación que se conserva intacta de la reina y Thutmosis, arrodillados,
haciendo una ofrenda de leche y vino. Dentro de este mismo recinto se abre una
cámara excavada en la roca de donde parten otras más pequeñas, que terminan en
un nicho con bóveda de cañón.
Una segunda rampa conduce hasta la tercera y última terraza.
Veintiséis estatuas colosales de pie de la reina en forma osiriaca, esculpidas
en hileras, junto con las paredes y columnas donde se encontraban adheridas,
representan el estilo de escultura más antiguo de todo el recinto. Tras éstas,
se accede a una sala hipóstila y a la parte más sagrada del templo. A derecha e
izquierda se abren de nuevo capillas. En la derecha, una capilla dedicada a
Ra-Hor-ajty. Ésta comprendía un pequeño vestíbulo rodeado por una serie de
nichos donde debieron estar depositadas sendas estatuas de la reina. También
parte de aquí, una pequeña capilla que la reina dedicó al culto de sus
antepasados: Thutmosis I, la reina Senseneb (abuela de Hatshepsut). Volviendo a
la capilla principal, en su centro de levanta un altar solar de 5 x 4 x 1,60 m.
de altura.
Atravesamos de nuevo la sala hipóstila y en el lado de la
izquierda, se abren de nuevo varias capillas: la de la propia Hatsepsut
(izquierda), donde encontramos los más finos relieves pintados de todo el
templo, con sacrificio de animales, largas procesiones llevando ofrendas,
etc... También dedicó la reina dos capillas a sus dos padres: al terrenal Thutmosis
I y al divino, al dios Amón de Tebas.
Pasamos ya al santa-santorum (su fachada fue restaurada
posteriormente por lo tolomeos). Éste está compuesto por tres cámaras:
Primera: esta era la sala principal, el reposadero de la barca.
Contiene cuatro nichos, dos a cada lado. Está decorada con pinturas donde se ve
a la reina, a Thutmosis III y a la princesa Neferura (es en el único lugar
donde los podemos encontrar juntos), haciendo ofrendas a los reyes divinizados:
Thutmosis I, Thutmosis II y la reina Ahmes. En la otra pared se hacen ofrendas
a Amón-Re. También encontramos una personificación de Hatshepsut como rey del
Alto y Bajo Egipto.
Segunda: esta capilla es muy pequeña, la decoración está muy
deteriorada y tan solo le salen dos nichos a cada lado.
Tercera: esta última capilla fue realizada por Tolomeo VIII
Evergete II y está dedicada a grandes personajes divinizados: Injotep y
Amen-Hotep, hijo de Hapu.
Pero volviendo a Karnak, en la estrecha sala hipóstila construida
por su padre, Hatshepsut levantó dos obeliscos en granito rosa de Asuán,
posiblemente para dar realce a la entrada al nuevo santuario que había
levantado detrás. Este último se levantaba entre el Pilono V y el antiguo
templo del Imperio Medio, y estaba dedicado a alojar la barca de Amón. A
derecha e izquierda se hallaba flanqueado por dos capillas más pequeñas
decoradas en relieves. De este santuario tan solo han quedado algunos bloques
con relieves que fueron descubiertos en los cimientos del pilono de Amenofis
III (Pilono III).
Los dos grandes obeliscos de aproximadamente 30 m., fueron el
resultado de unos siete meses de trabajo, y la reina se sentía particularmente
orgullosa de ellos. El piramidion estaba revestido de electrón (oro y plata) y
fueron hechos «para elevarse hasta el cielo y ser vistos desde
lo largo y ancho de ambas orillas del Nilo y para iluminar a Egipto como el
sol».
Con su Pilono VIII, la reina Hatshepsut, inauguró el eje
norte-sur. Como en otros edificios, exteriormente siguió la tradición
establecida, pero en su interior se permitió algunos cambios. La forma del
pilono es la tradicional: trapezoidal, de paredes inclinadas más estrechas en
la zona de arriba, con filetes redondos en sus ángulos y con cornisa
agargantada que se había establecido desde Zoser. La composición escénica es
inusual; Hatshepsut, rinde homenaje a sus antepasados: Thutmosis I, Thutmosis
II, Amen-Hotep I y a ella misma. De este modo, en el centro religioso de
Egipto, Hatshepsut reiteró a escala monumental, su legitimidad a llevar la
doble corona de país. Seis estatuas colosales sedentes de la reina guardaban el
recinto (una de estas estatuas fue usurpada posteriormente por Thutmosis III).
De este pilono partía un camino sagrado hacía el templo de la
diosa Mut, que, aunque el constructor principal del mismo fuera Amenofis III,
ya en esta época debía existir un santuario del Imperio Medio. Todo el camino
procesional fue bordeado por esfinges de la reina. También mandó construir una
capilla-almacén con un deambulatorio y un pequeño templo dedicado a Amon-Min-Kamutef;
se accedía a ellos por un corto camino que se bifurcaba, en ángulo recto, desde
la avenida de esfinges delante del templo de Mut. Borchardt, trató de
relacionar este lugar al jubileo de Hatshepsut.
Tradicionalmente se ha culpado a Thutmosis III del damnatio
memoriae que se realizó contra Hatshepsut. Considero que al culpable tendríamos
que buscarle más bien en la dinastía siguiente, más concretamente en Ramsés II.
Entre el reposadero de la barca de Amón de Hatshepsut y el Pilono
V, Thutmosis III edificó su sala de los anales donde relacionó sus grandes
campañas militares. Estaba decorado con bellos pilares heráldicos en
altorrelieve con los símbolos del Alto y Bajo Egipto. En el extremo oriental
del gran templo, levantó la sala de festivales, es decir el Aj-Menou (monumento
brillante). Su utilización es de difícil interpretación, pues se utilizó como
escenario del festival Sed, y al mismo tiempo como una especie de «templo a la
fama», para glorificar las hazañas como gran conquistador. Pero si pensamos que
este lugar no era de acceso libre, este sentido no tiene mucho peso. El
Aj-Menou, era al mismo tiempo, la sala donde Thutmosis III agradecía la los
dioses principales sus triunfos. En la «sala de los antepasados» encontramos a
Thutmosis haciendo ofrendas en la llamada Tabla de los Reyes de Karnak (hoy se
encuentra en el Museo del Louvre), a quienes consideraba como antepasados
suyos. Una de estas salas hipóstilas está decorada con el llamado «Jardín
Botánico», donde nos introduce en un mundo exótico de fauna y flora, traídos a
Egipto en sus diferentes campañas, de igual modo que lo hiciera Hatshepsut en
su expedición al país de Punt. Del Aj-Menou hay constancia de su utilización
hasta en época de Alejandro, que restauró algunas de las salas e incluso
sustituyó la imagen de Thutmosis III por la suya propia.
Dentro del recinto del templo de Karnak, el eje sur fue remarcado
por cuatro pilonos (VII-X), a los que Mariette denominó «eje sur». De algún
modo nos dan la expresión de arcos triunfales. Entre ellos se abren tres patios
con pequeñas capillas, destinadas a jubileos. El camino procesional conducía a
través de estos pilonos, atravesaban la avenida de esfinges, hasta llegar al
templo de Mut. Dentro del gran patio interior del Pilono VIII (ahora pilono
VII), Thutmosis III erigió uno de sus cuatro obeliscos, que actualmente se
encuentra en Roma (en la Pza. de Santa María de Letrán, fue trasladado por el
Emperador Constantino en el siglo IV, d. C.). La iconografía habitual del
faraón golpeando a sus enemigos, se repite de forma monumental en este pilono.
Con motivo del trigésimo aniversario de coronación, Thutmosis III, mandó
construir en la pared oriental una capilla-almacén con salida al lago sagrado.
Tan sólo mencionar que Thutmosis III, también construyó su templo
funerario en Deir-el-Bahari, entre el de Mentuhotep I y el de Hatshepsut. Era
de pequeñas dimensiones, posiblemente porque el emplazamiento no daba para más.
Estaba decorado con hermosos relieves pintados de vivos colores de los que
alguno podemos admirar en el Museo de Luxor.
La escultura de este periodo sigue los modelos del Imperio Medio.
Ya que el objetivo final era lograr un efecto monumental, de bloque, debido a
que las mismas fueron diseñadas para ser colocadas en los patios de los templos,
y expuestas a los rayos del sol. La «estatua cubo», que aparece en este
momento, resulta ser innovadora, pues soluciona el problema de representar
juntos a un niño y a un adulto, que como en un cálido abrazo enseña, cuida y
protege. Senenmut y la princesa Neferura, es el ejemplo más patente. Han
llegado unas veinte estatuas de los dos. En la estatuaria privada comienza a
dejarse patente la creciente influencia de la religión solar. Esta estatuaria
de menor tamaño muestra al dueño de la misma arrodillado, levantando las manos
para recitar un himno al sol. Este modelo pasó por varias fases hasta llegar a
la versión final, en la que el dueño mira por encima de una estela, donde está
inscrita una oración y él se encuentra arrodillado detrás de la misma. Este
tipo de estatuaria se depositaba en las hornacinas del piramidion situado sobre
la tumba o incluso en la propia tumba. También encontramos en este momento,
estatuas de parejas de esposos sentados, generalmente del mismo tamaño, y
entrelazados por la cintura, y se destinaban a los santuarios interiores de sus
tumbas. Este tipo de representaciones fueron características del Imperio
Antiguo.
Como un fruto más de este periodo de grandes cambios y vuelta a
las tradiciones pasadas, tenemos que comenzar deteniéndonos en las necrópolis
del Imperio Nuevo. Del mismo modo que los Antef y los Mentuhotep (de la XI
Dinastía), los reyes y nobleza de la XVIII Dinastía escogen Tebas oeste como
sede de sus necrópolis. Ahmosis tuvo su tumba en Tebas, aunque nos es desconocida,
pero sí conocemos de él su cenotafio en Abydos, que es un largo subterráneo en
forma de «S», con una sala hipóstila en su centro, terminando en una sala
inacabada con paredes redondeadas. De su sucesor Amen-Hotep I, se ha querido
localizar su tumba, en un hipogeo en la zona denominada actualmente como
Dra'Abu'l Naga, pero hay serias dudas y actualmente se apunta más que pueda
pertenecer a su madre, la Gran Esposa Real Ahmosis Nefertari.
La primera tumba real identificada con seguridad, es la de Thutmosis
I. Parece que inauguró una zona totalmente aislada, al noroeste de Dra'Abu'l
Naga y detrás de Deir-el-Bahari. Esta zona será durante casi cinco siglos la
sede de la necrópolis real. Se trataba de un ancho valle, dividido en dos
partes (este y oeste), dominado por una montaña en forma piramidal que los
egipcios denominaron y que identificaron con la diosa Meret-Segert, la que ama
el silencio. Aquí fueron enterrados todos los soberanos de la XVIII, XIX y XX
Dinastía, a excepción de Ajenaton que mandó construir su tumba en
Tell-el-Amarna. También fueron enterrados en esta zona la gran nobleza o
personajes emparentados con los reyes como fue el caso de Tuya y Yuya, padres
de la Gran Esposa Real Tiyi. Las esposas reales e hijos comenzaron a ser
enterrados en otro valle cercano a este, el que hoy denominamos Valle de la
Reinas, a partir de la XIX Dinastía.
La gran innovación de las tumbas de este periodo, nació
principalmente de la necesidad de proteger las momias y los grandes ajuares
funerarios. Para ello, se separó el lugar de culto del lugar de enterramiento.
El primero se colocó en el valle, en un lugar perfectamente accesible para el
culto, mientras que la sepultura se escondió en el interior de la montaña.
Aunque puede que existiesen otras series de connotaciones mágicas para ello.
Las tumbas estaban compuestas por una puerta de entrada, una
escalera, un pasillo descendente, una antecámara y la cámara del sarcófago, que
podía estar sujeta por cuatro pilares y era el lugar donde se depositaba el
sarcófago de piedra. Existieron variaciones en el plano, relacionadas más con
las exigencias de culto que con la duración del reinado de cada soberano, como
también se ha apuntado. Las tumbas del principio de la XVIII Dinastía,
presentan un cambio de dirección del pasillo, en ángulo recto (en algunos casos
estos cambios de dirección son incluso dos como ocurre en el caso de Thutmosis
IV y Amenofis II). Ajenaton, en su tumba de Tell-el-Amarna, quiso que el
pasillo fuese perfectamente recto (del que se bifurcaba un pasillo lateral que
conducía a una tumba secundaria), en el que algunos han querido ver un
artificio para permitir la llegada de los rayos del sol a la cámara del
sarcófago (aunque no está claro cómo se podía hacer tal cosa, si la tumba se
cerraba y sellaba).
La decoración de las tumbas reales, de este primer periodo de la
Dinastía, son algo rígidas y tenuemente arcaicas. La temática tiene un carácter
exclusivamente religioso. Por el contrario, la tumba privada, contrasta
vivamente, pues reproducen escenas de la vida cotidiana: la pesca, la caza en
los pantanos... La falsa puerta es aún centro de composición, pero adopta
detalles nuevos. La comida funeraria, se vuelve cada vez más complicada, y el
tema de los parientes y amigos que se lamentan a la puerta de la tumba,
adquiere importancia. Otra innovación en las tumbas privadas, es la
representación de dioses, sobre todo de Osiris, a los que el difunto y su
esposa hacen ofrendas.
Pero un estilo ya maduro de estas composiciones, comenzamos a
encontrarlo en la pintura de los cortesanos de Thutmosis III. En Rejmiré (visir
de Thutmosis III), se intenta hacer una crónica general de la época, con el
difunto como protagonista: la recepción de las embajadas extrajeras,
funcionamiento de los tribunales, el cobro de impuestos, los trabajos
realizados para el templo de Amón en Tebas. Las escenas están dibujadas y
posteriormente coloreadas. Otras tumbas de este periodo dignas de mención son
las de Ineni (n.º 81), Menkheperresoub (n.º 86), con pago de tributos
extranjeros al faraón.
A Thutmosis III le sucede Amen-Hotep II. Su reinado sigue siendo
expansionista, la actividad creadora en Karnak se cifra en dos obeliscos y en
una sala de festivales. A la muerte de rey, Egipto ha llegado a la cima de su
expansión, cuyos frutos serán recogidos por sus sucesores inmediatos Thutmosis
IV y Amenofis III. En este periodo de aproximadamente cincuenta años se
producirán una serie de acontecimientos, que culminarán en el periodo
amarniense, cuyo desarrollo produce la sensación de que es en este momento,
cuando la historia de Egipto hace una inflexión que marca el indicio de la
decadencia de su civilización.
A la muerte de Amen-Hotep II, le sucede su hijo Thutmosis IV, pero
existen indicios que parecen apuntar hacia la posibilidad de que existiese otro
príncipe heredero. Selim Hassan, excavó en diversas campañas durante los años
cuarenta, en las inmediaciones de Gizeh. Allí encontró una serie de estelas que
denominó A, B y C, pertenecientes a tres príncipes o quizás a uno solo, que en
cualquier caso eran hijos de Amenofis II. Estos personajes se nos muestran
haciendo ofrendas a la Esfinge o al propio Rey, su padre, divinizado. Pero sus
nombres han sido destruidos, salvo en una de ellas en la que se puede leer el
nombre de un príncipe llamado Amenemipet, donde se le denomina «hijo real de su
propia carne» (del rey), y figura con las titulaturas que podrían avalarle como
futuro heredero del trono.
No existiendo otro personaje principesco conocido con los mismos
títulos, se piensa que Amenemipet falleció antes que pudiera ocupar el trono,
lo que benefició a su hermanastro Thutmosis. Los daños producidos en las
inscripciones citadas, hacen pensar en una «persecución de memoria», llevada a
cabo contra Amenemipet, que sólo podría verse justificada por la autoría de
Thutmosis IV, en tanto pudiera no haber sido el legítimo heredero al trono.
Pero él, Thutmosis IV, atribuyó su buena fortuna a la protección del dios del
Bajo Egipto Ra-Hor-ajty, que en un sueño le prometió la corona si él era capaz
de limpiar las arenas que ocultaban su imagen en forma de esfinge en Gizeh.
Esta leyenda se recoge en la llamada Estela del Sueño, grabado entre las patas
de la Esfinge de Gizeh, por cuya interpretación se puede llegar a la conclusión
de la falta de legitimidad inmediata para ocupar el trono de Egipto.
El texto dice lo siguiente: «Mírame, contémplame,
oh, mi hijo, Thutmosis, yo soy tu padre Ho-Ajty, Jepri, Ra, Atum, yo te daré la
realeza sobre la tierra de la cabeza de los vivientes, tú llevarás la Corona
blanca y la Corona roja sobre el trono de Geb, príncipe (de los dioses)... He aquí, que ahora, la arena del desierto me atormenta, la arena
por encima de la cual yo estaba en otro tiempo. Ocúpate de mí a fin de que
puedas cumplir todo lo que yo deseo. Yo sé que tú eres mi hijo y mi protector.
Aproxímate a mí ¡mira!, yo estoy contigo y seré tu guía...».
Thutmosis IV, a partir de este texto, parece confirmar la tesis de
su acercamiento a las tradiciones solares de Heliópolis, buscando el apoyo de
este centro religioso como contrapeso al cada vez más poderoso clero de Amón en
Tebas. El texto también nos indica, que el dios Jepri-Re-Atum, es el que le
otorga el derecho a ocupar el trono de Egipto, es decir la divinidad solar en
sus tres manifestaciones: nacimiento, cenit y ocaso. Tampoco podemos olvidar el
peso que debió ejercer su madre, la reina Tia. Sus monumentos en la zona tebana
son escasos aunque erigió el gran obelisco, que actualmente se encuentra en San
Juan de Letrán en Roma, que fue planeado por Thutmosis III y abandonado en
Karnak. Pero el obelisco, era un símbolo que honraba al dios sol de Heliópolis
más que a Amón de Tebas. Otra indicación más de la creciente influencia del
culto solar, se puede ver en la emisión de un gran escarabeo durante su reinado
en el que se habla de Atón como un dios de las batallas que hace el faraón
poderoso en sus dominios y protege a todos sus súbditos bajo el imperio del
disco solar. Esta es la primera mención de un aspecto nuevo y universal del sol
que acabará de asumir Ajenaton.
La actividad constructora del rey en su corto reinado, pues no se
da para él más de 8 ó 10 años, tenemos que concentrarla en Karnak, aunque
debemos mencionar los templos solares que construyó alrededor de la Esfinge. En
el templo de Karnak, como decía, construye delante del IV Pilono un pequeño
quiosco con patio peristilo columnado. Su tumba es la KV 43 del Valle de los
Reyes. La decoración de la misma, sigue el estilo de la de su padre. Se observa
una ruptura más acusada del eje en la sala superior y en la cámara del
sarcófago.
Hay que hacer una mención especial a la pintura privada que
comienza a vivir su primer momento evolutivo perdiendo la relamida seriedad que
ha caracterizado el periodo de los Thutmosis. Ejemplo de esto son las tumbas de
Nebamón (n.º 90), Najt (n.º 52) o Menna (n.º 69).
El momento expansionista que vivía Egipto y los contactos
comerciales con los mundos egeo y asiático, fueron la causa de una utilización
más opulenta de materiales como el cristal y el bronce negro con engastes de
plata y oro. Había llegado la hora del lujo. La pintura sufre una nueva
evolución, tiende a ser más naturalista. En los pocos restos que nos han
llegado de los palacios se puede observar la influencia minoica. En cuanto a la
pintura sepulcral, sigue perdiendo serenidad apareciendo una línea más fluida,
audaz, y una utilización más suntuosa del color. Un elemento erótico entra en
la vida de la sofisticada clase dirigente. Este periodo de riqueza y
ostentación es visible en la moda que observamos tanto en las pinturas como en
los relieves. El vestido femenino se vuelve más amplio, plisado y transparente
dejando vislumbrar el contorno de la silueta. Se pone también de moda las
pelucas trenzadas. Los hombres llevan camisolas. El faldellín es más largo y
para las grandes ocasiones se utiliza una túnica blanca que cubre sus hombros y
que se ciñe a la cintura por medio de una ancha banda. El peinado tiende a ser
largo cayendo sobre los hombros en ondas. Cobra también mucha importancia,
tanto para el hombre como para la mujer, la utilización de joyería: brazaletes,
pectorales, collarines, que en muchos casos son obsequios de los reyes a
quienes sirven.
A Thutmosis IV le sucede su hijo Amen-Hotep III. No entraremos
aquí si hubo o no corregencia entre ambos. Pero por el aspecto infantil, de
Amen-Hotep, en sus primeras representaciones, debemos suponer que era un niño,
de 8 ó 10 años, cuando accede al trono de Egipto. Pero la gran actividad
constructora de Amenofis comenzará a partir del año 8 de su reinado.
La importancia de un hombre viene medida por la calidad de sus
amigos o en la intensidad de sus enemigos. Bien, Amenofis III, supo rodearse no
solo de buenos consejeros, que le demostraron su fidelidad sino también, y lo
más importante, su amistad. Pero de entre todos, uno, que destacó no solo por
capacidad constructiva, sino también porque bajo su mano, pero con toda lealtad
hacia su señor, mandó, dirigió y gobernó, el país de las Dos Tierras. Estamos
hablando de Amenofis, hijo de Hapu.
Según se describe en la estela que Amen-Hotep III, mandó levantar
en su Templo del Valle, el pilono que construyó en el Templo de Amón en Karnak,
que era el más hermoso de los hasta entonces construidos. Estaba chapado en
electrón y piedras semipreciosas, las puertas eran de madera del Líbano cubiertas
también de oro sobresaliendo la imagen del dios Amón en lapizlázuli. Un
auténtico derroche de lujo y esplendor. Amenofis llamó a este III Pilono «Amón
ha recibido su barca», porque con motivo del levantamiento de este pilono,
Amenofis también manda construir una nueva barca «Userhat» procesional para
Amón. Esta barca está descrita y reflejada con todo lujo de detalles en la
misma estela que hacía referencia anteriormente. Nos cuenta la cantidad de oro
que llevaba el casco en la proa, en la popa, de cómo los dioses de las
tinieblas desaparecían al ver la barca «Userhat». En este III Pilono se
encuentra el relieve donde se representa a Amón cuadrifronte, mirando al
norte-sur-este y oeste, protegiendo a todo Egipto.
También manda construir un pasillo techado procesional, con
columnas de 37 m. de altura, terminando en capiteles papiriformes abiertos.
Esta vía procesional estaba precedida por una avenida de esfinges que conducían
al embarcadero. Pero quizás lo más audaz que se permitió Amenofis III, fue colocar
en el propio corazón del templo de Amón, un símbolo de culto solar: una columna
que en altorrelieve tenía al dios Jepri, en la parte de arriba y el fuste, en
relieve, una representación del dios Atum sentado frente Amenofis III. La
lectura del conjunto, son dos manifestaciones solares, del principio y final
del ciclo solar, con la ausencia total de Amón. Según las últimas
investigaciones dicen que este símbolo se encontraba en el templo funerario de
Amenofis y que fue emplazado en este lugar en tiempos de Ramsés III. Esto
solamente es una hipótesis, porque no hay documento que así lo atestigüe. Yo,
personalmente, me quedo con que esta representación fue colocada in situ por
Amenofis, pues hay que pensar también en el pulso de fuerza que ya comenzaba a
darse entre el poder político y el poder religioso, y que estaba dividiendo, no
solo a la casa real, sino a todo Egipto.
Adosadas a la parte exterior del X Pilono, fueron colocadas dos
enormes estatuas de cuarcita roja de Amen-Hotep III. El pilono actual es de
Horemheb, pero bien pudiera ser que ya hubiera uno anterior, en adobe, estucado
y pintado.
Una avenida de esfinges criocéfalas, de unos 300 m., unía el
Templo de Karnak, con el Templo de la diosa Mut, esposa de Amón. Esta diosa
tenía un doble aspecto: como diosa de la guerra, y también diosa de la paz y de
la alegría, con ciertas vinculaciones a la diosa Hat-hor.
El recinto estuvo custodiado por 730 estatuas de la diosa, 365
para el día y otras tantas para la noche, que protegían los acontecimientos del
año. El recinto contaba con un lago sagrado en forma de creciente lunar, que
nos indica también la vinculación del culto lunar de esta diosa.
De Amen-Hotep III es también el Templo a Montú. Este dios estaba
vinculado al dios Amón, pero no llegó a sincretizarse con él. Es un dios
básicamente de la guerra. El Instituto francés de Arqueología Oriental, ha sido
quien ha excavado en este recinto, que al igual que el de Mut, se encuentra muy
deteriorado. Básicamente se compone de:
·
Templo central, que el actual
es de época tolemaica.
·
Mammisi, dedicado a Hat-Re
(una forma de dios Horus).
·
Un pequeño templete dedicado
a la diosa Maat. Este templete es interesante, porque en él ubican ciertos
autores, las fases instructoras de los procesos por los saqueos de tumbas que
se produjeron durante la XX Dinastía, y que son relatados en el Papiro Abbott.
El conocido hoy como Templo de Luxor, recibió el nombre de
Ipet-Resit (el harén meridional) y era el recinto donde el dios Amón celebraba
la llegada de la crecida anual, que regeneraba el ciclo de vida. La
construcción de este magnífico conjunto se debe principalmente a Amenofis III y
a Ramsés II.
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