jueves, 23 de enero de 2020

Capítulo 28 - Período Ptolemaico (332-30 a.C.)


Período Ptolemaico (332-30 a.C.) 

Prólogo
El Egipto Ptolemaico es la historia de dos culturas. Aunque difieran en su etos, o carácter distintivo, su enfoque y sus aspiraciones, ambas culturas en un principio mantuvieron una cautelosa coexistencia en la que el interés y el equilibrio del poder generaron un grado de cooperación viable y, en general, suficientemente efectiva, que enmascaraba un desagrado mutuo. Desde finales del siglo tercero a.C., incluso esta colaboración se fue poco a poco erosionando a causa de las divisivas presiones a las que se veía sometida por parte del cisma dinástico, la administración, la crisis económica, y los resentimientos egipcios. Y un aspecto no menos fascinante de esta compleja relación es el hecho de que, a pesar de todas sus tensiones internas, el Egipto de los Ptolomeos tuvo en muchos aspectos éxitos espectaculares; tanto si nos centramos en los logros de la élite  greco-macedonia, como en los del medio cultural egipcio.

Preludio
Parece lo más apropiado comenzar el estudio del Egipto Ptolemaico con la llegada de Alejandro Magno en 332 a.C. que nos llevaría al final del Segundo Período Persa cuyo paso nadie lamentó. Antes de que Alejandro reanudase sus conquistas en 331 a.C., se vio obligado a tratar el problema de cómo administrar su nueva provincia.
La fundación de la ciudad de Alejandría fue, claramente, una innovación encaminada a establecer una nueva base para gobernar el país, si bien en otros aspectos aún prevalecían los viejos métodos egipcios. Si nos fiamos del "Romance de Alejandro", (una biografía semi-mitificante escrita de forma anónima bajo el seudónimo de Calisthenes hacia el siglo segundo d.C., e incluso antes), Alejandro se habría coronado a sí mismo en el templo a Ptah, en Menfis, haciendo valer con esta acción que asumía la responsabilidad de un faraón egipcio, pero no hay duda alguna de que ya estaba conceptuado como tal por los propios egipcios quienes le concedieron la estándar titulatura real y que mostraría gran respeto por las susceptibilidades religiosas egipcias.
Perspicazmente consciente de los estratégicos peligros intrínsecos en la riqueza y posición geográfica de Egipto, eludió la concentración de poder: la administración del país se encomendó a un egipcio llamado Doloaspis; la recaudación de impuestos se confió a Kleomenes, de Naukratis; el ejército se puso bajo el mando de dos oficiales, Peukestas y Bañakros; y a la armada se le asignó un comandante independiente como Polemon. Kleomenes sería más adelante nombrado gobernador de toda la provincia que administraría con un alto grado de  corrupción. 
A la muerte de Alejandro en Babilonia en junio de 323 a. C., su mentalmente imprevisible medio hermano Arrhidaeus (323-317 a.C.) fue nombrado rey, con Perdiccas como regente, con  el acuerdo de que si el hijo aún por nacer de la bactriana esposa de Alejandro, Roxana, fuese varón, ese niño sería rey mancomunadamente. Perdiccas asignó a los mariscales de Alejandro importantes secciones del Imperio, y en esta división, Ptolomeo, hijo de Lagos, adquirió Egipto, Libia, y “aquellos territorios de Arabia que lindan con Egipto” con Kleomenes como su segundo en el mando.
El arreglo de Perdiccas no podía funcionar. Meramente sirvió para situar el escenario de las “Guerras de los Sucesores”, que inevitablemente estallaron, y servirían para comprobar si el imperio de Alejandro sobreviviría intacto. En esta compleja serie de operaciones se aprecian dos fases: en la primera, que se extendió desde 321 a 301 a.C., la lucha fue entre “unitaristas”, entre los que se encontraba el propio Perdiccas, Antígono (el Tuerto), y su hijo Demetrio (el Sitiador), quien intentó preservar la unidad del imperio,  y  "separatistas“ (encabezados por Ptolomeo, Seleucos, y Lysimachos), quienes estaban dispuestos a forjarse sus propios reinos. 
La ambición de Ptolomeo le hizo salir a la palestra como el mayor quebradero de cabeza de los “unitaristas” quienes lo cumplimentaron con dos invasiones de Egipto; la primera llevada a cabo por Perdiccas, en 321 a.C., y la segunda por Antígono, en 306 a.C.; ambos serían derrotados por la geografía de Egipto más que por el propio Ptolomeo. El problema de la unidad se vio resulto con la derrota y muerte de Antígono, en Ipsus, en 301 a.C., que decidió esta fase del conflicto a favor de los “separatistas”. Para entonces, todos los principales protagonistas, incluyendo a Ptolomeo, se habrían ya anticipado a este desenlace nombrándose reyes. 

El Alto Verano de un Reino
Esta segunda fase de las Guerras de los Sucesores se extiende desde 301 a 380 a.C., y se caracteriza por los forcejeos entre separatistas por establecer, mantener, o incrementar sus reinos. Y acabaría con la muerte de Lysimachos, en Corupedium, en 281 a.C., y el correspondiente asesinato de su conquistador, Seleuco, a finales del mismo año. La consecuencia de estos eventos sería crítica para la correspondiente historia del mundo helenístico en cuanto que originó tres grandes reinos: Macedonia, con pretensiones de regir estados colindantes, cosa que en ocasiones consiguieron, y en otras no; el Imperio seléucida, basado en Siria y Mesopotamia; y el imperio de los Ptolomeos, cuyo núcleo eran Egipto y Cirenaica. En estos reinos, nos confrontamos con los protagonistas de un juego de poder que dominaría el Mediterráneo Oriental y el Levante hasta que Egipto cayó bajo el control romano en 30 a.C. 
Es importante entender que la rivalidad entre estos reinos no se limitaba a asuntos de control político o militar, por importante que estos fueran. La motivación psicológica subyacente radicaba donde deberíamos sospechar que estaría en cualquier contexto greco-macedonio; es decir, en un invencible impulso de actividad que, a su vez, generaría prestigio. Tallar una bella estatúa en el anfiteatro de la actividad greco-macedonia – e incluso más lejos – y colocar con firmeza a la oposición en la sombra, eran finalmente los asuntos más importantes. De hecho, la conquista militar fue un medio importante de conseguirlo, pero la creación de un reino con un esplendor sin parangón era igualmente importante y absorbería un enorme esfuerzo y recursos. En esta batalla por el poder y el prestigio, los Ptolomeos fueron, sin lugar a duda, los verdaderos vencedores, al menos en el siglo tercero. 
Para los tres reinos, el asunto clave de la alta política y de la gran estrategia consistía en extender sus imperios a expensas de sus rivales con los medios que pudiesen, pero la historia de sus conflictos está lejos de ser sencilla. Está claro que las ambiciones de los primeros Ptolomeos eran tales que planteaban una seria amenaza para las aspiraciones de los otros destacados jugadores, quienes consideraron conveniente aunar sus recursos contra el enemigo común. No sorprende, pues, que a principios de 270 a.C. encontremos que se alcanzase una paz entre macedonios y seléucidas que se convertiría en una de las pocas constantes de la historia del siglo tercero. 
Para los Ptolomeos había dos importantes zonas propicias para la actividad expansionista: (1) los antiguos centros culturales griegos del Mediterráneo Oriental, y (2) Siria-Palestina. En cuanto a la primera, es importante captar que los gobernantes de todos estos reinos helenísticos se sentían macedonios, con tradiciones macedonias, y con una estrecha y profunda afinidad cultural griega. Siendo así, el centro donde ellos deseaban dejar su huella era la Grecia peninsular, el Egeo, y las ciudades costeras del Asia Menor. Para los Ptolomeos del siglo tercero a.C., esto significaba, en términos políticos y militares, una larga lucha por la hegemonía de Grecia sobre Macedonia que habría conseguido el control de una gran parte de la zona en tiempos de Philip II y la consideraba de forma inequívoca macedonia, por derecho de conquista. 
Esta lucha, a su vez, enredó a los Ptolomeos a ayudar a las destacadas fuerzas políticas del mundo griego, sobre todo la región de Epiro, las ligas etolias y aqueas, Atenas, y Esparta que inevitablemente pidieron ayuda a Egipto contra el enemigo común, pero a la vez supuso grandes esfuerzos para mantener bases en el Egeo y a lo largo de la costa sur de Asia Menor, el control de Chipre, y el requisito para mantener una alianza con la estratégica y económicamente importante isla  de Rodas. Inevitablemente, las ambiciones ptolemaicas en Asia Menor les llevaría a un serio conflicto con los intereses seléucidas de la zona. 
A pesar del reto que dos grandes reinos suponían, los tres primeros Ptolomeos tendrían, en un principio, un enorme éxito en satisfacer sus ambiciones en el Egeo. Revisando sus logros en aquel trimestre, el historiador Polibio escribe como sigue: 
"…su esfera de control incluía las dinastías en Asia y también en las islas, ya que eran dueños de las ciudades más importantes, los baluartes y los puertos a lo largo de toda la costa, desde Panfilia (antigua región geográfica, convertida en provincia romana en el año 133 a.C., ubicada en la costa sur de la península de Anatolia o Asia Menor), hasta el Helesponto, y la región de Lysimachia”. 

(N.B. La ciudad que lleva su nombre fue construida en 309 a.C. por Lisimaco de Tracia (360-281 a.C.), oficial macedonio y diádoco, esto es “sucesor” de Alejandro Magno - tratamiento dado a sus antiguos generales que a su muerte se repartirían su imperio - quien se convertiría en Basileo (rey) en 306 a.C., gobernando Asia Menor, Tracia y Macedonia durante 20 años). 
“Solían seguir de cerca los acontecimientos en Tracia y Macedonia a través de su control de Aenus y Maronea, e incluso de otras ciudades más lejanas, y, habiendo extendido su brazo a tales distancias, y viéndose protegidos así mismos por la lejanía de estos reyes clientes, nunca se preocuparon de la seguridad de Egipto. Es por eso por lo que, con toda lógica, dedicaron mucha parte del tiempo a asuntos externo…”. (Polibio, 5.34). 
No obstante, deberíamos leer estas palabras con cuidado. Polibio no dice que estos reyes estuvieran en posesión de un imperio con fronteras claramente definidas y una administración imperial coherente. El pasaje revela, eso sí – y esto lo confirma otra evidencia – que este llamado “imperio” es en verdad una cuestión de matices; se trata de una amalgama de bases, alianzas, protectorados, y facciones amistosas o individuos, con frecuencia comprados con dinero egipcio, que formaban una red de nudos a través de los cuales los Ptolomeos podían ejercer sus poderes políticos y militares. Ni, por supuesto, la esfera era estática, incluso en estos primeros años. 
En las luchas generadas por dichas ambiciones, los primeros Ptolomeos gozaron de una suerte mixta, pero finalmente los macedonios y los seléucidas prevalecieron. Para finales del siglo tercero a.C., la influencia ptolemaica en Grecia desapareció como fuerza importante, aunque se mantuvo una guarnición en There y al sur del Egeo hasta 145 a.C. En cuanto a Asia Menor, los triunfos de Antíoco III el Grande en aquella zona durante la 5ª Guerra Siria, precipitó el final de la hegemonía Ptolemaica en la costa oeste y sur hacia 195 a.C. 
El patrón de una expansión inicial que da paso a una severa recesión a principios del siglo segundo a.C., se repetiría en Siria-Palestina. La determinación de integrar Coele-Siria y las ciudades fenicias en el reino Ptolemaico, surgió pronto. La zona había sido, por supuesto, un foco tradicional de preocupación en tiempos faraónicos, pero había mejores razones que precedentes para que los Ptolomeos deseasen conseguirla; estratégicamente, su ocupación facilitaba la defensa de Egipto, así como la de la provincia Ptolemaica de Chipre; el control de Fenicia daba a los Ptolomeos acceso a los recursos navales fenicios; y finalmente, la ocupación también deparaba mayores beneficios económicos en términos fiscales, tanto en relación con el acceso a rutas de comercio importantes (incluyendo el gran centro comercial de Petra), como, en particular, la posibilidad de explotar los recursos madereros del Líbano, sustanciosa fuente de madera para la construcción de navíos para la armada Ptolemaica. 
No sorprende, pues, que Ptolomeo I (305-285 a.C.) hiciera repetidos esfuerzos para conseguir el control de la zona: y lo hizo en el período 320-315 a.C., poco después de la Batalla de Gaza en 312, pero en 301 a.C. ocuparía Siria-Palestina, probablemente hasta el rio Eleutherus, a pesar del hecho de que este territorio había sido asignado a Seleuco después de Ipso. La determinación de los seléucidas de mantener sus pretensiones dio lugar a no menos de seis Guerras Sirias que comenzaron en el reinado de Ptolomeo II (285-246 a.C.) y terminaron con la de Ptolomeo VI, si bien el tema se decidió a todos los efectos y propósitos con la derrota egipcia en Panion en 200 a.C., como resultado de la cual Ptolomeo V (205-180 a.C. concedió las reivindicaciones de los seléucidas en Siria y Fenicia hacia 195 a.C. 
Estos éxitos militares ptolemaicos y el fracaso final, estaban ligados a un número de condicionantes previos: un ejército y una armada efectivos, un sistema administrativo en casa que proporcionaba la base y, sobre todo, una infraestructura con que financiar la expansión; condiciones dentro del reino que hacían posible la concentración de tales esfuerzos en campañas exteriores; y gobernantes con visión y capacidad para llevarlas adelante.
Fragmento de una estatúa de basalto, de estilo egipcio, de Ptolomeo I, Fundador de la Dinastía Ptolemaica, 305-283 a.C.

El Poderío Militar  
El ejército Ptolemaico, como toda su contrapartida helénica, era el ejército de Alejandro, modificado a la vista de la experiencia y la necesidad. Las fuerzas de Alejandro consistían en una diversidad de unidades complementarias que reflejaban un concepto táctico basado en inmovilizar al enemigo mediante presión de la infantería a lo largo de la mayor parte de la línea y lanzando el asalto crucial en un punto determinado mediante la caballería pesada. Esto significaba que los elementos tácticos principales consistían en una falange de infantería pesada armada con picas de una longitud considerable (5’5m que más adelante se alargarían) y una fuerza de choque de caballería pesada formada por escuadrones de macedonios, tesalónicos y aliados. Las diferencias que inevitablemente surgían durante la acción eran subsanadas por la infantería ligera de élite conocida como hypaspists, de 3000 hombres. Estas fuerzas del campo de batalla de las la victoria dependía en acciones generales, se suplementaban con un amplio abanico de tropas ligeras, de a pié y a caballo, en su mayoría mercenarios, y se complementaban con un altamente sofisticado siege-train.

(N.B. Un “siege-engine” o “ingenio de asedio” es un artefacto diseñado para derribar o salvar los muros de una ciudad u otras fortificaciones en guerras de asedio. Algunos operan cerca de las fortificaciones mientras que otros lo hacen para atacar desde la distancia. Desde la Antigüedad, estos ingenios de asedio se construían en su mayoría de madera y tendían a aprovechar la ventaja mecánica para lanzar piedras u otros misiles similares. Con el desarrollo de la pólvora y el avance de las técnicas metalúrgicas, los ingenios de asedio se convertirían en lo que hoy conocemos por "artillería". Colectivamente, estos ingenios de asedio o artillería, junto con las tropas y los vehículos de transporte necesarios para llevar a cabo un asedio, se conocen como un “siege-train” o “tren de asedio”). 

Cuando volvemos a los ejércitos de los Ptolomeos, nos encontramos con que muchas de sus cosas las habría inmediatamente reconocido Alejandro como suyas. En Gaza, en 312 a.C., el asalto Ptolemaico fue llevado a cabo por una fuerza de caballería de 3.000 hombres armados con sables y la tradicional pica de la caballería macedonia, o xiston. Esto hizo girar el flanco a la fuerza de caballería enemiga que se quebró y huyeron del campo de batalla, exponiendo así a la falange enemiga a un asalto por su flanco izquierdo. Frente a esta amenaza, rápidamente salieron por piernas en total confusión. Casi un siglo después, el razonamiento táctico en Raphia (217 d.C.) fue muy parecido: el ala izquierda de la caballería de Ptolomeo IV fue barrida del campo de batalla por sus homólogos seléucidas mientras que la caballería Ptolemaica en el ala derecha reciprocó derrotando a los jinetes seléucidas que tenían en frente.
En esta batalla, no obstante, la victoria la decidió la falange de Ptolomeo que, con el aliento personal de su rey, niveló picas y cargó contra la falange oponente que, inmediatamente, se desplomó. En 2000 a.C., Panion nos ofrece otro ejemplo de caballería como ala percutora, en este caso para desventaja del ejército Ptolemaico, ya que la caballería seléucida pudo demoler su ala izquierda, barrerla del campo de batalla, y luego regresar para amenazar la retaguardia de la falange Ptolemaica, que no tuvo otra alternativa que retirarse.
A pesar de la reseñada similitud táctica con los ejércitos de Philip II y Alejandro, hubo una innovación crucial que aparece en estas tres acciones: el uso de elefantes de guerra, que fue una táctica copiada de los indios. Los elefantes se empleaban como antiguo equivalente al tanque con la función de asaltar y reventar la línea enemiga. Una solución para el asalto consistía en prevenir que alcanzasen la línea, en primer lugar, y esto lo consiguió brillantemente Ptolomeo I en Gaza colocando al frente de su ejército un enjambre de hombres armados con estacas recubiertas de hierro que se fijaban en el terreno para bloquear así el avance de los elefantes de Demetrio.
Otro remedio, que resulta claro que generalmente adoptaron, consistía en atacar a los elefantes y a sus conductores con tropas ligeras altamente móviles armadas con jabalinas  o arcos. Esto quería decir que, a su vez, cualquier ejército que utilizase elefantes no podría avanzar sin sus ligeras tropas armadas con objeto de neutralizar las del enemigo. El mayor problema que suponía para los Ptolomeos utilizar elefantes era el suministro adecuado de animales de buena calidad; es decir, elefantes indios. No sabemos de ninguno en el ejército de Ptolomeo I en Gaza, pero después de la derrota de la fuerza de elefantes de Demetrio, capturó a los supervivientes. El intento Ptolemaico de resolver el problema finalmente sería la utilización de elefantes africanos, y la caza de estos animales se mencionan en varias ocasiones en nuestras fuentes.
Desgraciadamente, la única variedad de elefante africano que puede amaestrarse proviene de la selva y es más pequeño que el indio, así que no sorprende el saber que los elefantes de  Ptolomeo IV en Raphia saliesen por patas, se replegasen a sus líneas, con las consiguientes consecuencias para el ejército en su conjunto, no serias pero sí desastrosas. No sabemos de elefantes Ptolemaicos en Panion, si bien nuestra única evidencia de esta acción que ha sobrevivido es altamente defectuosa pero interesa señalar que a los elefantes seléucidas se les atribuye el haber provocado el pánico entre la caballería etoliana en la crucial ala izquierda egipcia, y también se mencionan elefantes como participantes en el movimiento de cerco final a la falange Ptolemaica que selló la derrota completa del ejército.
Uno de los cambios más notables en el ejército Ptolemaico en los siglos cuarto y tercero (a.C.) es la progresiva dilución de sus elementos macedonios, al principio a favor de mercenarios pero al final tendiendo a la incorporación del machimoi egipcio, o clase guerrera. Ya en Gaza, en 312 a.C., el historiador griego Diodoro describe el ejército compuesto de una infantería y una caballería de 18.000 y 4.000 hombres respectivamente, parte macedonios, parte mercenarios, pero también tenemos noticias de que había además un gran número de egipcios, algunos empleados como portadores, presumiblemente auxiliares. Para cuando llegamos a Raphia, estas tendencias han ido aún más lejos. Aquí Ptolomeo IV dispone de una fuerza de caballería de élite de 3.000 hombres de los que más de 2.000 eran libios o egipcios. De forma similar en una falange de probablemente 45.000 hombres, no menos de 20.000 eran egipcios. Ptolomeo puso en el campo, además, una caballería de 2.000 mercenarios, griegos y no griegos, 3.000 cretenses, 3.000 libios, y 4.000 tracianos  y gálatas (N.B.  Los gálatas eran los habitantes de origen  galo que, provenientes de la Galia, se asentaron en una región del Asia Menor). Por supuesto que es altamente improbable que los macedonios y sus descendientes representasen más de una pequeña proporción del total de este ejército. 
El coste de la financiación de una fuerza mercenaria de tales dimensiones suponía ciertamente un continuo y pesado drenaje de las reservas de la Corona que sólo se podía soportar si la economía del país funcionase de forma adecuada pero la desorganización interna que creció de forma profunda y rápida después de la muerte de Ptolomeo IV bastó para debilitar la capacidad de los gobernantes de Egipto de mantener esas tropas. El problema de garantizar el suministro adecuado de soldados procedentes de grupos étnicos tradicionalmente explotados por Macedonia fue tratado en una etapa anterior por los Ptolomeos mediante la creación de una amplia reserva militar destacadas en asentamientos por todo el país. En estos lugares se les proporcionaba parcelas de tierra cuyas dimensiones dependían del rango y tipo de cada unidad.
Era frecuente que no fueran ellos mismo quienes cultivaran las tierras sino que simplemente las utilizaran como fuente de ingresos, pero las recibían con el compromiso de que, si en ocasiones se les necesitaba, se requerirían sus servicios, como fue el mencionado caso de 4.000 tracianos y gálatas  en la concentración previa a la campaña de Raphia. De cualquier forma, es curioso que sea éste el único contingente de esta categoría que menciona Polibio en esta coyuntura. Y el hecho de que constituyese sólo una parte relativamente pequeña del ejército dispuesto para esta operación, parece indicar que a los cleruchs (militares asentados a los que el faraón les concedía parcelas de tierra llamadas kleroi) no se les consideraba como la fuente ideal para abastecer parte del grueso del ejército. 
Otra solución obvia al problema de la mano de obra militar era la milicia egipcia o machimoi, un remedio aparentemente puesto a prueba anteriormente según parece en Gaza que calló en desuso durante años, probablemente producto de un perspicaz conocimiento de sus posibles desventajas políticas. Y finalmente, la necesidad a corto plazo barrió a las consideraciones a largo plazo imperiosamente lejanas, y encontramos que este grupo estaba siendo explotado con espectacular éxito en Raphia donde el grueso de la falange que dio la victoria Ptolomeo estaba formado por soldados egipcios. La creciente dependencia de esta clase creada ante la creciente dificultad en adquirir tropas  de fuentes tradicionalmente Ptolemaicas llevó a un desplazamiento crítico del equilibrio de poder en el país que Polibio destaca de forma mordaz:
“En cuanto a Ptolomeo, su guerra contra los egipcios continuó en estos términos. Ya que el mencionado rey, al armar a los egipcios para su guerra contra Antíoco, decidió seguir una línea de acción que si bien era apropiada para las circunstancias inmediatas, ignoró las consecuencias futuras. Ya que los soldados, exaltados por su victoria en Raphia, dejaron de sentirse obligados a obedecer y andaban buscando un líder y figura decorativa creyéndose capaces de cuidar de sí mismos. Y poco después, finalmente lo consiguieron”. (Polibio 5.107).

El ejército no era el único requisito. La satisfacción de las ambiciones Ptolemaicas en el Egeo y el Mediterráneo Oriental también dependía del mantenimiento d una poderosa armada de guerra. Esta fuerza no sólo era un medio de establecer y mantener una presencia Ptolemaica en la zona, sino también servía como arma en la batalla propagandística por prestigio y estatus. Como en tiempos más modernos, las grandes y poderosas unidades navales podían usarse para generar una sensación de poder, incluso cuando no existiese una confrontación armada directa.  La importancia crítica de una armada se entendió desde el mismo inicio del Período Ptolemaico, y su auge y caída son el indefectible barómetro de las andanzas imperiales y políticas Lagidas en el mundo griego. 
Tácticamente, la guerra  naval se convirtió en un grado marcado en el pasado siglo cuarto a.C. Las tendencias emergen claramente en los mejores reseñados enfrentamientos marítimos Ptolemaicos, la Batalla de Salamis, que se libró frente a la costa este de Chipre en 306 a.C., y llegó a su fin con la catastrófica derrota de la armada egipcia. La acción surgió por un intento de Ptolomeo de socorrer a su hermano Menelaos que se veía asediado en Salamis por tierra y mar por Demetrio, hijo de Antígono. Ptolomeo tenía unas 140 buques de guerra, frente quizás a 180 de su enemigo. 
Diodoro, nuestra fuente más completa, desgraciadamente para nuestras miras, da más información sobre la armada de Demetrio que la de Ptolomeo, pero puede haber pocas dudas de que estos detalles son igualmente aplicables a la oposición. Surge un número de puntos: en primer lugar, sabemos de soldados que fueron embarcados y de mucha acción relacionada con ellos; en segundo, Demetrio equipaba sus naves de ballestas y catapultas  capaces de disparar piezas de tres vanos de largo (unos 0’5 m), que se utilizaban con buenos resultados; en tercer lugar, participaban barcos de diferentes proporciones. Por ejemplo, la poderosa ala izquierda de Demetrio comprendía 30 “cuatros”, 10 (cincos), 10 (seises), y 7 (sietes), mientras que el grueso de su armada se componía de “cincos”, aunque el grueso de su armada consistía en “cincos”. 
La armada Ptolemaica, por otra parte, estaba formada por totalmente por “cincos” y “cuatros”; más aún, ambas armadas parece que se prepararon para la batalla como tres bloques de barcos – un centro con un ala en cada lado – pero Demetrio hizo su ala del lado del mar especialmente poderosa mientras Ptolomeo hizo lo mismo en su lado de tierra; finalmente, debemos considerar que las armadas empleaban un sistema de señalización primitivo. 
Este resumen revela algunos aspectos importantes. En primer lugar, la guerra marítima ha estado siempre influenciada por la guerra terrestre de forma clara y contundente. Mientras las maniobras de choque aún se practicaban, ahora el énfasis se desplaza de las batallas de maniobras a las batallas en el mar, lo que prima el desarrollo de unidades cada vez mayores capaces de transportar grande contingentes de marines que obliga a una decisión  de luchar hasta el final a la altura de tu enemigo. La descripción de Athenaeus de la armada de Philadelphus demuestra este punto perfectamente: no sólo manifiesta que constaba de 2 “treintas”, 1 “veinte”, 4 “treces”, 2 “doces”, 14 “onces”, 30 “nueves”, 37 “sietes”, 5 “seises”, 17 “cincos” (además de una flota de barcos catalogada como “cuatros” a “uno-y-medios” que era numéricamente el doble del resto), pero también describe un monstruoso “cuarenta” de Ptolomeo IV que él destaca diciendo que tenía capacidad para transportar no menos de 2.850 marines.
La estructura de estos pesados buques ha sido muy mal entendida al interpretar la antigua literatura los términos utilizados para designarlos como si se tratasen de unidades de remos. Esto es totalmente imposible. Estas embarcaciones eran propulsadas en su mayoría, si no totalmente, a golpe de remeros múltiples y nunca han tenido más de tres unidades de remos, y en cuanto a su clasificación deben referirse al número de remeros en una unidad de remo. Las naves de mayor tamaño, se sabe ahora que tenían una estructura tipo catamarán que obviamente aumentaba en gran medida el espacio disponible en cubierta para los marines, lo que haría de estas embarcaciones un proyecto particularmente colosal para una batalla-terrestre-en-el-mar. 
La militarización de la guerra naval se ve también ilustrada por la incorporación de artillería a bordo del buque, una práctica que obviamente refleja la extremadamente realzada importancia de la artillería, tanto para la guerra de acoso como para la abierta llevada a cabo por Filipo II y Alejandro. El uso de un ala pesada como fuerza de ataque por ambos protagonistas es otro caso de adaptación de la guerra terrestre al mar, ya que el empleo de ese principio fue un recurso táctico fundamental en el ejército macedonio. El uso de señales también emanará de esta misma fuente.
Si bien la armada Ptolemaica fue poderosa y efectiva en la primera mitad del siglo de la monarquía, sus esfuerzos en la construcción de buque por sí solos no podían garantizar un éxito consistente, y a mediados del tercer siglo a.C. sus flotas sufrieron tres duros golpes que  presagiaban el gradual desenredo del poderío marítimo Ptolemaico en la zona: en Éfeso (probablemente hacia 258 a.C.) una armada Ptolemaica sufriría un revés a manos del almirante rodio Agathostratus, en este caso siendo superado en la táctica por una marinería superior, más que derrotado por una contienda entre marines; al parecer, por la misma época, los Ptolomeos sufrieron un segundo e importante revés frente a Cosa, a manos de Antígono Gonatas, rey de Macedonia, en el que un barco de tres unidades tuvo un importante rol en que Macedonia alcanzase la victoria; con posterioridad, al parecer hacia 245 a.C., Antígono, aunque superado numéricamente, infligió otra derrota a la armada Ptolemaica en Andros, esta vez, probablemente, derrotando a los marines Ptolemaicos.

El Período Ptolemaico (332-30 a.C.) La Tierra de Egipto. Una Penosa Decadencia 
La Tierra de Egipto 
El intenso espíritu competitivo de asertividad de los Ptolomeos no se limitaba al conflicto militar. Había otras armas en la lucha del mundo helenístico, que incluía a su capital Alejandría. Fundada por Alejandro en 331 a.C., esta ciudad se convirtió en la capital Ptolemaica y fue vigorosamente explotada desde el inicio del período como el mejor escaparate de la riqueza y esplendor y, del mismo modo como el medio más significativo no militar mediante el cual los Ptolomeos podían competir y superar a sus rivales. Rápidamente se convertiría en la ciudad más espectacular del mundo helenístico. Estrabón, que visitó la ciudad justo después de la caída de la dinastía Ptolemaica, no pone en duda la importancia de la impresionante exhibición en el edificio Ptolemaico del lugar:  él describe las instalaciones del palacio en la zona norte de la ciudad como sigue: 
“La ciudad dispone de los recintos públicos más bellos, y palacios que cubren un cuarto e incluso un tercio de su superficie total. Y al igual que cada rey por amor al esplendor añadía algún nuevo ornamento a los monumentos públicos, también invertía, a título personal, en una nueva residencia que se sumaba a las ya existentes, de forma que, en la actualidad, citando a El Poeta (Homero), ‘se ve edificio tras edificio’. Además, todos están conectados entre sí, y con el puerto; incluso los ubicados fuera de él.” (Estrabón, Geografía 17.1.8).
Pero hubo mucho más que todo esto. Muy cercanamente asociado con estas instalaciones estaba asociado el Sema, el lugar de enterramiento de los reyes Ptolemaicos, que contenía también el cuerpo de propio Alejandro Magno, que originalmente habrías sido depositado en un sarcófago de oro, si bien sería eventualmente sustituido por uno de cristal. La posesión de este cuerpo era uno de los activos más preciados objeto de propaganda del que los Ptolomeos disfrutaban, y fue el resultado de una astuta operación de pura piratería llevada a cabo por Ptolomeo, hijo de Lagus, en el momento en que estaba siendo transferido a Macedonia para su entierro en la necrópolis real en el Egeo. 
El edificio más espectacular de Alejandría era, por descontado, el faro en el extremo este de la Isla de Faros. Aunque otro renombrado elemento de la ciudad era el Mouseion, del que formaba parte la mundialmente famosa biblioteca. Esta instalación fundada por Ptolomeo I como parte de su política de hacer de Alejandría el centro de la cultura griega. El Mouseion siguió los modelos de las escuelas de Platón y Aristóteles en Atenas y, como ellas, constituía un centro de investigación y de instrucción. Se hicieron tremendos esfuerzos para conseguir volúmenes para esta biblioteca, y l agente de Ptolomeo I, Demetrio de Phalerum envió buscadores especializados a todos los rincones del mundo griego con la misión específica de obtener los textos que se requerían. 
Tal fue el éxito de tales esfuerzos de los Ptolomeos al respecto para finales del período la biblioteca contaba con no menos de 700.000 volúmenes y la totalidad de la instalación ofrecía un soberbio contexto para obtención de becas y la investigación científica, de forma que Alejandría rápidamente se convirtió en el más destacado centro para tales actividades, alardeado de personajes tales como Eratóstenes de Cirene (c.285-194 a.C.), en Ciencias, Herophilus de Chalcedon (c.130-260 a.C.), en Medicina, Zenodotus de Éfeso (nacido en c.325 a.C.) y Aristarchus de Samothrace (c.257-145 a.C.) en erudición literarias, y Apolonio de Rodas y Callimachus de Cirene (ambos del siglo tercero a.C.) en escritos creativos.  
Alejandría también ofrecía un gran potencial como lugar de encuentro para grandes eventos panhelénicos que atraía a participantes desde todo el mundo griego, que quedarían maravillados de la ciudad que se había convertido en la obra maestra de los Ptolomeos. Ptolomeo II hasta llegó a establecer un festival cada cuatro años llamado el Ptolomaieia (probablemente en 279/8 a.C.), en honor a su padre y, a la vez, a la dinastía que él había fundado. Nuestras fuentes son bien claras que la idea del festival fue igualar en estatus los propios Juegos Olímpicos. En particular, estamos bien informados de una espectacular pieza de gran teatro organizada en honor a Ptolomeo II que ilustra hasta qué límites y desembolsos llegaban estos gobernantes para impresionar a su audiencia greco-macedonia.
Callixeinus de Rodas, escritor del siglo tercero a.C., describe en gran detalle una prompe, ‘procesión’, que tuvo lugar en el estadio de la ciudad y, a modo de preámbulo, habla de un impresionante pabellón construido en la zona de palacio para que albergase un gran symposion, ‘fiesta de bebidas’, para los invitados más distinguidos. Su estructura era notable por su tamaño y esplendor, y estaba dotada de características muy singulares: equipamiento y accesorios extremadamente caros y lujosos; una impresionante variedad de pieles de animales de inusual tamaño; rico embellecimiento floral que no habría sido posible en ninguna otra parte del mundo; y esculturas y pinturas de la más alta calidad y valor.
Y se puede añadir que esta estructura fue diseñada para propagar la realeza Ptolemaica: combinaba una serie de  motivos griegos con egipcios; daba prominencia al águila heráldica Ptolemaica vinculando la familia con Zeus; insistía en los aspectos militares de la realeza Ptolemaica; y hacía valer sus lazos con Dionisio y Apolo. La procesión de Dionisio para la que esta impresionante estructura había sido concebida, seguía la misma línea propagandística: el programa dinámico se inicia asociando a Ptolomeo I, Berenice, con el propio Alejandro Magno; la desproporcionada dimensión de la procesión dionisíaca reafirma las afinidades con el dios; la riqueza del reino se ve continuamente enfatizada por las copiosas referencias a los valiosos productos a los que podía tener acceso, tales como incienso, mirra, azafrán, y oro, así como a la producción agrícola egipcia.
El acceso a animales exóticos en gran número representaba también un factor importante; disponemos de una referencia a su política exterior en el símbolo representativo de la estratégicamente crítica ciudad de Corinto en la procesión; y en cuanto al poderío militar de Egipto se impresiona contundentemente al espectador con la participación en el acto de no menos de 57.600 soldados de infantería y 23.200 de caballería. En toda esta actividad de Alejandría, tanto cultural como de cualquier otro tipo, el abrumador énfasis cultural está puesto en cosas greco-macedonias, pero los Ptolomeos eran totalmente conscientes de la fascinación que la civilización faraónica había siempre albergado por el mundo griego y estaban lejos de oponerse a añadir una pizca de especia exótica procedente de aquella región. No sorprende, pues, encontrar evidencias del traslado de monumentos egipcios a Alejandría, o identificar ejemplos en la ciudad de estatúas colosales de los reyes y reinas Ptolemaicos representados en el estilo tradicional egipcio.  
El coste de mantener estas operaciones militares y de las pretensiones dinásticas era enorme y presuponía una estructura altamente efectiva capaz de maximizar el potencial de la economía egipcia tanto en el interior como en el exterior. Los métodos más eficaces para gestionar la tierra de Egipto habían sido ideados por los propios antiguos egipcios. Esto lo sabían muy bien los Ptolomeos y se contentaban con esencialmente con refinar este antiguo sistema en interés de la máxima rentabilidad económica.
El principio clave de gobierno era la realeza, pero una realeza algo más compleja que la de los predecesores egipcios de los Ptolomeos: los Ptolomeos no eran simplemente faraones, sino también reyes macedonios que regían una élite greco-macedonia dentro del país además de una serie de pueblos vasallos población de súbditos fuera del mismo. A los ojos de los macedonios, la reivindicación del rey sobre Egipto y sus provincias dependientes se basaba en el hecho de que se trataba de un territorio “ganado a fuerza de lanza”: esto es, su derecho a gobernar era el derecho de conquista, y como tal derecho, el reino se convertía en su estado para administrarlo de la forma que considerase adecuado. En un principio, la realeza la ejerció Alejandro Magno, después Arrhidaeus, su hermano, y Alejandro IV (317-310 a.C.), hijo de Alejandro, mientras que Ptolomeo, hijo de Lagus, técnicamente sólo era gobernador de provincia, pero en 305 a.C., el propio Ptolomeo usurpó la corona, una corona que habría de permanecer por completo dentro de la tradición macedonia.

En Macedonia, para que una pretensión a la Corona prosperase, eran necesarias tradicionalmente dos condiciones: que sangre Argead (N.B. dinastía reinante en Macedonia desde 700 a 310 a.C.)  corriese por las venas del aspirante, y que el ejército formalmente aprobase la ascensión. El problema de satisfacer la primera condición fue pulcramente resuelto mediante el argumento de que Ptolomeo I no era en absoluto hijo del histórico Lagus sino del propio Filipo II, quien habría dejado preñada a la madre de Ptolomeo antes de ser entregada a Lagus. En cuanto a la aclamación del ejército en Alejandría no es evidente en nuestras fuentes pero era un principio durante mucho tiempo claramente reconocido. 
El proceso de validación de la realeza Ptolemaica en contextos no egipcios no acabó con dichos principios macedonios tradicionales - como ciertamente no podía ser - ya que muy rápidamente los macedonios perderían su importancia en el reino para los muy numerosos griegos que ofrecían sus servicios a Egipto, o sencillamente figuraban como súbditos en remotos dominios extranjeros que inicialmente cayeron bajo la autoridad Ptolemaica. Desde los tiempos de Ptolomeo II nos encontramos con la pretensión de que el rey y la reina eran ellos mismos dioses, una noción que rápidamente se convirtió en el concepto de que el rey pertenecía a una hiera o ‘sagrada familia’ compuesta por el rey y todos los soberanos fallecidos de la dinastía, incluyendo a Alejandro, a través del que los Ptolomeos podían derivar su ascendencia a partir del propio Zeus (si la alegación de ascendencia directa de Filipo no se aceptase).
Estos conceptos trajeron también consigo una pretensión de descendencia de Heracles y Dionisio que tenían un  lugar prominente en la propaganda Ptolemaica de la realeza.

(N.B. Heracles o Héracles, en griego antiguo Hēraklēs, del nombre de la diosa Hēra y kleos: ‘gloria’, es decir ‘gloria de Hēra’, es un héroe de la mitología griega. En Roma, así como en Europa Occidental, es conocido como Hércules y algunos emperadores romanos – entre ellos Cómodo y Maximiano - se identificaron con él).

Este cuerpo de conceptos estaba asociado con un culto de ofrendas en honor del rey y su consorte que era, en esencia, un culto al gobernante que ofrecía la oportunidad a los súbditos egipcios de reconocer y reafirmar la posición política de los Ptolomeos; es decir, nos encontramos ante un caso claro de la utilización de la actividad cultual como soporte de un sistema político, mecanismo cuyas virtudes no se perderían con los emperadores romanos.
Este desarrollo ha sido con frecuencia considerado como inspirado en conceptos egipcios, pero cualquiera que esté familiarizado con la evolución del pensamiento en el siglo cuarto griego sobre la relación entre lo humano y lo divino, y la claramente difuminada línea que divide al Hombre y al Dios, no tendrá dificultad en identificar los antecedentes helénicos de esta noción.
Un desarrollo muy notable dentro de la Casa Real fue el establecimiento como práctica recurrente, si bien no consistente, del matrimonio entre hermanos por parte de los mismos padres. Esta tradición, iniciada por Ptolomeo II al casarse con su hermana Arsínoe II (316 a270 a.C.), reina de Tracia primero y corregente de Egipto después, ha sido con frecuencia considerada como una evolución de un precedente histórico egipcio, noción que ha persistido en la literatura reciente, a pesar de la total falta de evidencia faraónica fiable de que este tipo de unión matrimonial se hubiese practicado alguna vez entre los faraones egipcios. Es posible que el casamiento mitológico hermano-hermana entre Isis y Osiris tuviese alguna influencia en que los Ptolomeos se moviesen en esta dirección, y ciertamente se estableció un paralelismo, pero el matrimonio hermano-hermana tiene un prototipo obvio en la mitología griega en el casamiento de Zeus con Hera, fácil de evocar por una familia que reclamaba a Zeus como su ancestro. 
Fuese como fuese, la razón fundamental subyacente para introducir esta práctica es probable que hubiese tenido una dimensión rigurosamente práctica. Arsinoe II era una mujer de una formidable habilidad y fortaleza de carácter, como tantas otras mujeres greco-macedonias de rango – no es coincidencia que el más popular Ptolomeo sea Cleopatra VII (51-30 a.C. – y su matrimonio garantizaba, o ayudaba a garantizar, que ella trabajaría para, y no en contra de él. Además, aseguraba que ella no se casaría con un posible rival cuya posición por ello se habría engrandecido. Más que nada, la unión aseguraba el control Ptolemaico de los mayores activos a disposición de ella de su anterior matrimonio. 
El precedente, una vez establecido, lo seguirían muchos gobernantes Ptolemaicos y distaba mucho de ser una baza pura. Muy obviamente, al establecer una base institucional para que mujeres de la realeza del más alto nivel ejerciesen el poder real, los Ptolomeos debilitaban la posición de la propia monarquía y contribuían de forma significativa a la larga e histórica inestabilidad dinástica que habrían convertido a su familia en una institución lisiada. Los peligros inherentes de esta práctica se agravaban aún más por el gusto Ptolemaico por la poligamia, que no podía sino crear rivalidades desastrosas para la sucesión.
En cuanto a los egipcios, asignaban a los Ptolomeos el role de faraón, la única forma de legitimación del poder político supremo que conocían. El primer Ptolomeo conocido que había sido coronado faraón de la forma tradicional fue Ptolomeo V, si bien hay una tradición de que Alejandro se sometió a esta ceremonia, y el balance de probabilidades tiene que inclinarse pesadamente a favor de la presunción de que se trataba de una práctica rutinaria. Es cierto que todos fueron tratados como faraones en los monumentos egipcios desde la propia conquista macedonia.
Por debajo del faraón, encontramos una estructura administrativa que posee todos los distintivos del sistema Ptolemaico hecho más severo. La predominante preocupación del sistema Ptolemaico a todos los niveles era fiscal, un hecho que se refleja en las actividades del dioketes, ‘mánager’, el funcionario mayor del Estado cuyo principal cometido era la administración financiera del reino. Estaba asistido por un verdadero ejército de subordinados que incluían a ecologistas, ‘contable’, y, en una época posterior, a ideos logos, ‘erario privado’, que era responsable de los recursos privados del faraón. Este foco económico queda también en evidencia cuando nos volvemos al gobierno local  que estaba basado en el sistema tradicional de ‘nonio’ (término griego para el antiguo sepa tu egipcio), que comprendía cuarenta distritos administrativos comparable con los modernos condados británicos.
Dentro de estas provincias la producción agrícola era el foco clave. La tierra, toda ella, pertenecía técnicamente a la Corona, pero por razones prácticas estaba dividida en dos categorías: basilike ge, tierra real’, trabajada por ‘agricultores reales’ que trabajaban la tierra bajo contrato de arrendamiento de renta anual, y ge en aphesei, ‘tierras condonadas’, que caían dentro de varias categorías: hiera ge, ‘tierra del templo’, asignada a los templos como base económica; klerouchike ge, ‘tierra de cleruches’ parcelas que podían encontrarse por todo el país y consistía en kleroi, ‘lotes’, asignados a soldados en compensación por su servicio militar, si se le requiriese; ge en dorrai ‘tierra en posesión como obsequio’, asignada a sirvientes de la Corona como estipendio por ocupar un cargo público y dedicación al mismo; idiokletos ge, ‘tierra privada’; esto es, tierra que de facto, si no de iure, perteneciente a individuos privados; y finalmente, politike ge’, ‘suelo urbano’, asignado a un número muy restringido de ciudades de estilo griego en Egipto. No obstante, cualquiera que fuese el tipo de terreno, la actividad agrícola estaba meticulosamente controlada por el gobierno central hasta el mínimo detalle con el mero propósito de maximizar los ingresos del tesoro real. El extracto que sigue es de un papiro de un texto administrativo típico del inflexible y dominante rigor de este sistema:
"Auditar las cuentas de pérdidas y ganancias, si es posible, pueblo por pueblo, y pensamos que esto no es imposible si se consagra celosamente  a la tarea. Si esto no es posible, [hágalo] por toparquías, aprobando en la auditoría nada que no sean pagos al banco en el caso de dinero procedente de impuestos, y en el caso de cuotas de maíz o productos oleíferos sólo entregas al recolector de maíz. Si hay algún déficit en estos, forzar al toparca y a los servicios fiscales de los granjeros a depositar en los bancos los atrasos del maíz, los valores asignados en las ordenanzas para productos oleíferos, productos líquidos, según el tipo.” Papyri Tebtunis 703-117-34).

(N.B. Toparca, señor de una “toparquía”, pequeño estado compuesto de uno o pocos lugares).

El mismo nivel de control estatal es igualmente visible en cualquier otra forma de actividad económica: la explotación de minas y canteras, la producción papiros, la operación del novel sistema bancario, control monetario, y también el comercio exterior, en el que Filadelfo estuvo visiblemente activo, no sólo abriendo o manteniendo lucrativas conexiones comerciales extranjeras sino facilitándolo con iniciativas de ingeniería a gran escala tales como la terminación del faro de Faros, las mejoras de la carretera Koptos  que uní el Valle del Nilo con el Mar Rojo, y la reapertura del viejo canal persa que unía el ramal pelusíaco del Nilo con el Golfo de Suez. 
La relación entre la élite greco-macedonia y sus súbditos egipcios en una primera fase del gobierno Ptolemaico no es siempre clara y, cuando lo es, muestra cierta inconsistencia. Una inscripción en Akhmim parece referirse a una princesa Ptolemaica que se habría casado con un príncipe de la Dinastía XXX, y la vieja aristocracia egipcia no fue relegada a la inoperancia: parece que miembros de la línea real de la Dinastía XXX retuvieron altos cargos militares dentro del Período Macedonio; en el reinado de Ptolomeo II encontramos a un sujeto llamado Sennushepes como supervisor del harem y con un alto cargo en el nome koptita (de Koptos); evidencia del mismo reinado también sitúa a los egipcios en puestos administrativos y militares en el nome mendesiano (de Mendes). Estos y otros casos justifican la fuerte sospecha de que el Dionysius Petosarapis egipcio, que aparece con rango de miembro de un Alto Tribunal en Alejandría en los años 160 a.C., tendría más precedentes en el temprano Período Ptolemaico de lo que actualmente solemos estar inclinados a admitir.  
La evidencia es mucho más completa de la amplia clase de sacerdotes y escribas del templo, aunque no debemos caer en la trampa de considerarlos como un grupo cerrado. El cargo sacerdotal era compatible con el cargo secular, de forma que no podemos mantener una distinción firme entre una aristocracia secular de rango y cargo, por un lado, y un estatus eclesiástico, por otro. Los sacerdotes tenían su base en numerosos templos que se reconstruían o  embellecían frecuentemente en tiempos Ptolemaicos y aún constituyen algunos de los restos más espectaculares y completos de la cultura faraónica.
Uno de los mejores ejemplos es el templo a Horus el Behdedite, en Edfu, que es virtualmente Ptolemaico y constituye un foco de actividad de edificación desde 237 hasta 57 a.C., aunque es altamente significativo que los Ptolomeos decidiesen retener para el santo de los santos la capilla de Nectanebo II, de esta forma afirmando su continuidad con el pasado egipcio. Otro importante foco de construcción de actividad Ptolemaica en la construcción de templos era Philae, donde, de nuevo, se aprecian estrechos lazos ratificados con la última dinastía egipcia autóctona.
Éstos, y todos los otros templos del país continuaron ejerciendo su antigua función como recintos de poder de Egipto, la interface entre lo humano y lo divino en la que su faraón, si bien por poderes, el Sumo Sacerdote local, conducía los rituales críticos de mantenimiento para los dioses, y los dioses, a cambio, canalizaban su poder de dar la vida a través del faraón hacia Egipto.
Una de las distintivas características de los templos estatales mayores en los períodos Ptolemaico y Romano, era la provisión  de un pequeño ‘templo períptero’, invariablemente colocado en ángulo recto con el templo principal, al que Champollion acuñó el término mammisi (palabra inventada por el mundo copto que significa ‘casa de nacimiento’).

(N.B. Templo períptero (del griego περίπτερος) es el edificio que está rodeado de columnas alineadas en cada uno de sus lados, conformando un peristilo exterior. Esta composición arquitectónica fue muy usual en la arquitectura griega clásica, al menos desde la época de la arquitectura en madera del siglo VIII a. C.)

Los mammisis Ptolemaicos estaban normalmente rodeados por columnatas con muros de pantallas intercolumnios, y se usaban para celebrar los rituales del enlace matrimonial de la diosa (Isis o Hathor), y el nacimiento del Niño-Dios. 
Parece que en un principio habría habido contrapartidas de los mammisi en forma de relieves de la Dinastía XVIII describiendo el nacimiento divino del rey en Deir el-Bahri y Luxor. El templo de Hathor en Dendera incluye dos mammisis, uno datado en el Período Romano y el otro en los tiempos de Nectanebo (380-362 a.C.), éste último evidentemente usado para la representación de “obras de misterios” de trece actos relacionados con el nacimiento del dios Ihy y del faraón.
Por otra parte, los templos estaban lejos de ser simples centros de culto. También eran importantes focos de actividad económica cuyos recursos procedían del producto de la tierra cedida a ellos por la Corona, si bien esta tierra nunca llegaba a ser de su absoluta propiedad, y además se beneficiaban de cuotas tales como diezmos y subvenciones estatales. 
Ellos producían mercancía manufacturada para fines seculares, en particular ropa, y eran importantes patrocinadores de obras de arte tales como esculturas, que se creaban en sus hut-nebu o ‘casa de oro’, o mediante sus programas de construcción, que generaban un enorme mercado para las habilidades creativas de escultores y pintores. El trabajo de estos artistas es de un gran interés ya que proporciona la evidencia Ptolemaica más clara de un intento de acomodo cultural entre el griego y el egipcio en cuanto que su trabajo les estaba llevando de forma patente en dos direcciones diferentes.
En primer lugar, su determinación de continuar con las tradiciones del Egipto del Período Tardío es evidente en la escultura de relieve que sobrevive en gran número en los templos Ptolemaicos, pero también lo es a través de los numerosos ejemplos de esculturas en redondo; algunas de ellas sin par en todo el canon de escultura egipcia. Hay, sin embargo, una tendencia in crescendo para que la escultura clásica provocase un impacto, de forma que las obras, en un estilo mixto más bien incongruente, van siendo más y más corrientes, una tendencia que finalmente estaba destinada a tener serias consecuencias para el arte tradicional egipcio.
Los sacerdotes gozaban de un poder político considerable, en particular porque su buena disposición la veían los Ptolomeos como la llave de la aquiescencia de la población egipcia, y algunos de ellos, como Maneto de Sebennytus, jugaron un papel importante en la política cultural Ptolemaica. Los sumos sacerdotes de Menfis eran particularmente importantes desde este punto de vista; primero, porque eran las figuras más significativas de la segunda ciudad del reino, y segundo, porque eran los pontífices supremos de Egipto del momento, con amplios contactos e influencia en el conjunto del país.
Los Ptolomeos hicieron todo lo que pudieron para asegurarse este apoyo, pero extendieron sus lisonjas aún más allá, como se deja ver en expresiones tan conocidas de gratitud sacerdotal como los decretos Canopus y Rosetta. En efecto, una lectura sensible de dichos textos revela un cuidado mayor que nunca por parte de los Ptolomeos de mantener a los sacerdotes en el lado del gobierno, mientras el poder político y militar se enfrentaba a su ocaso.
Los sacerdotes y los escribas eran los preeminentes depositarios y exponentes de la cultura tradicional egipcia, un role en el que solían tener éxitos espectaculares en tiempos Ptolemaicos. Si consideramos el material textual producido para su uso en el culto del templo, tales como ‘La Leyenda de Horus de Bejdet y el disco alado’ tallado en la parte interior del muro de cerramiento oeste en Edfu, descubrimos un conocimiento profundo de la vieja tradición, combinada con una impresionante capacidad para la narrativa, y una habilidad para escribir Egipto clásico de sorprendente calidad, aparte de alguna que otra contaminación del Tardío Egipto, y niveles demóticos de la lengua, y el exuberante desarrollo del potencial de la escritura jeroglífica, que habrían hecho el texto con frecuencia ininteligible para cualquier lector del tardío Imperio Medio, o del Imperio Nuevo. En otros contextos, encontramos que los viejos géneros continuaban floreciendo; por ejemplo, biógrafos de tumbas y textos mortuorios afines, seudo-epígrafes, textos rituales, narrativas, y textos de sabiduría. Los viejos principios de composición mantenían su vigencia, y el mundo conceptual era, inequívocamente, el de la última cultura faraónica.
En el concepto Ptolemaico de Vida Futura, el juicio del fallecido aún era central, como lo era la convicción de que el veredicto del tribunal (antes del cual todos tenían que bajar al submundo) dependía de una vida virtuosa. Las actitudes negativas ante la muerte de hecho podían surgir en cuanto que había una tendencia a quejarse de la injusticia del atemporal final de una vida, y la indefensión del Hombre de cara a la Muerte, y esto podría llevar, a su vez, a la convicción de que el Hombre, mientras fuese posible, debería disfrutar lo máximo posible de la vida.
No obstante, en relación con la Muerte y la Vida, había la predominante convicción de que los dioses mantenían un orden moral, y determinar su voluntad y acatarla tenía una importancia crítica. Esta orden se veía claramente como un marco definitivo de larga data que no podía cambiarse, cuya estructura y obras se podrían determinar mirando al pasado, y, en particular, en un pasaje descrito en los antiguos textos como ‘Las Almas de Re’.
Había un fuerte sentido de dependencia en la voluntad de los dioses y una convicción de que impondrían un justo castigo de tener una conducta inaceptable. Se hablaba mucho de algo que traducimos como ‘El Destino’, pero resulta evidente que esto podría equipararse con esa voluntad de los dioses de que hablamos. Sin embargo, a los egipcios no se les dejaba en la completa oscuridad en cuanto a lo que aquella voluntad podría representar, ya que estaban convencidos que los dioses con frecuencia se comunicaban con el Hombre, en particular median los sueños.
También hubo en tiempos Ptolemaicos un incremento del interés por la literatura apocalíptica que se creía que ofrecía una directa revelación interna del funcionamiento del orden divino. Seguía existiendo una fuerte convicción de que había expertos capaces de alterar el alcance normal de la capacidad humana a través del conocimiento de palabras y actos de poder (heka) que podían crear cambios, a veces espectaculares, en el mundo físico. En cuanto al concepto del carácter del ser humano, éste no habría cambiado, y la visión de sus relaciones sociales no contiene nada sorprendente.
De esta forma, los egipcios continuaron viéndose a sí mismos dentro de un contexto social que trascendía el presente para abrazar tanto a ancestros como a descendientes cuyo bondadoso recuerdo era una parte significativa de la inmortalidad que los egipcios ansiaban. También existía un claro sentido de jerarquía social y un reconocimiento de que la posición de una persona dentro de esa estructura determinaba su autoridad. En el día a día de la vida, la solidaridad familiar y los intereses de la localidad se enfatizaban, como lo era el siempre honrado principio paternalista y preocupación activa por los económicamente menos favorecidos que uno. Por otra parte, la literatura del saber podía expresar un obstinado sentido práctico y una circunspección tales, que dejaba poco espacio para confiar en nuestro prójimo; también podría traicionar una misoginia que tendría mucho que ver con el reconocimiento del poder sexual de la Mujer.
Desde siempre, se hacía mucho hincapié en el auto control y en la moderación como virtudes cardinales, y en las relaciones políticas, aún se podía ver al faraón como un benefactor divino cuyo soporte era esencial para tener éxito, aunque había una mayor complacencia en admitir incluso su dependencia de los dioses y en la posibilidad de que se pudiese actuar de una manera inaceptable para ellos, lo que redundaría en un justo castigo para él y para el reino. Finalmente, no deberíamos olvidar un factor importante, parte de esta cultura  vital, que causó una profunda y duradera impresión en los maestros helénicos de Egipto: la Religión, donde el éxito, en particular, de Isis y el culto egiptizante de Serapis constituye un sorprendente ejemplo de sincretismo cultural. 
Por debajo del gran colectivo de escribas egipcios ocupados en las tareas del templo había un significativo grupo de escribas que funcionaban como funcionarios públicos  y secretarios. Por su puesto, había amplias oportunidades en los gobiernos locales y provinciales si estaban dispuestos a aprender suficiente griego para actuar como intermediarios entre egipcios y la élite greco-macedonios. Por debajo de ellos de nuevo nos encontramos con los machimoi o milicia que eran en su mayoría egipcios y funcionaban como soldados o policías (Ver Capítulo 13). Teniendo sus orígenes en los tiempos faraónicos, los machimoi continuaron dentro del Período Ptolemaico, y, después de su éxito e Raphia en 217 a.C., su importancia en la institución militar aumentó. Su estatus económico y social no era, sin embargo, alto, ya que la asignación de tierras habrían recibido era significativamente menor que las de sus homólogos no egipcios, típicamente 5 o 7 arourai (1 aroura = 0’7 acre) contra a los 20, 30, 70, e incluso más asignados a los cleruchs griegos. La productividad de estas parcelas era tal que no había margen para contratar mano de obra auxiliar, así que, si a los machimoi se les enviaba para realizar un servicio militar, podrían tener serias dificultades económicas.
No muy por debajo de los machimoi había una gran masa de campesinado egipcio dedicado a la producción agrícola que formaba la base de la economía. Esto implicaba la agotadora tarea de crear y mantener el sistema de irrigación además de las actividades agrícolas normales para la producción de cereal y forraje, arboricultura, cría de ganado. El campesinado podía llevar a cabo estas tareas como obreros o inquilinos en las tierras de la Corona y de los templos o en grandes fincas, y los más lanzados y afortunados podían arrendar acres adicionales de terratenientes tales como cleruchs que ellos mismos carecían de interés por la vida agrícola.
Algunos de ellos eran también perfectamente capaces de conseguir lo mejor de cualquier oportunidad de suplementar sus ingresos; por ejemplo, actuando como agentes de transporte según lo requiriesen los centros de producción gubernamentales o locales. Ciertamente, está claro que algunos arrendatarios de la las tierras de la Corona estaban en una buena línea de negocio, pero en la mayoría de los casos el campesinado estaba operando obviamente a un nivel de subsistencia marginal, y su lote podría fácilmente llegar a ser insostenible, particularmente en tiempos de perturbación política interna, lo que era ya un hecho ocurrente que iba en aumento a finales del tercer siglo a.C.

Una Penosa Decadencia
La erosión de las posesiones Ptolemaicas en el Egeo y Siria a finales del tercer siglo y principios del segundo a.C. iba a dejarles con sólo dos provincias fuera del reino: Cirenaica y Chipre. Polibio culpa directamente la decadencia a las deficiencias de carácter del propio Ptolomeo IV, pero el declive del poder Ptolemaico es algo más complejo que las iniquidades de un solo gobernante. En primer lugar, el cisma dinástico, que tenía sus raíces en el mismo carácter constitucional de la propia monarquía, llegó a ser una característica recurrente de la historia     Ptolemaica, que generaba sangrientas contiendas de conflictos mutuamente destructivos que en el mejor de los casos enervaban, y en el peor causaban inestabilidad en el reino a un desastroso nivel. 
Estos problemas solían agravarse por la furia de la muchedumbre alejandrina que primero surgió a la muerte  de Ptolomeo IV, en el linchamiento de su ministro Agathocles; ciertamente, nada ofrece mejor imagen de su desenfrenado y perverso temperamento que la descripción de Polibio del asesinato de los familiares y compañeros de Agathocles:
"Todos ellos juntos fueron entregados a las masas, y algunos empezaron a apalearlos, otros a acuchillarlos, otros les sacaban los ojos con los propios dedos o con instrumentos improvisados. En cuanto uno caía, el cuerpo era descuartizado miembro a miembro hasta que todos quedaban mutilados; pues el salvajismo de los egipcios es ciertamente aterrador cuando sus pasiones se desatan”. (Polibio, 15-33).
Sus predilecciones como artífices de reyes lo demuestran más adelante en numerosos episodios. Así, el largo conflicto entre Ptolomeo VI y VIII frecuentemente procedía de acciones de la multitud, y en 80 a.C. se excedieron asesinando al propio Ptolomeo X. Finalmente en 48/47 a.C., sus inclinaciones anárquicas alcanzaron un crescendo que culminará con la destrucción sumaria de su poder por no otro que Julio César. Los efectos de estas inherentes debilidades en el corazón del reino estaban, a veces, combinadas con una ambición egotista de griegos de alto rango, militares y civiles, que estaba dispuestos a hacer lo que fuese para fomentar sus intereses personales.
En Egipto, fuera de Alejandría la situación política rápidamente se deterioró desde finales del siglo tercero a.C., en adelante, conforme el país bullía de discordia interna. Estas circunstancias ciertamente facilitaba la ascensión de algunos de los egipcios más capaces y con más iniciativa, y existe evidencia clara que estaban teniendo éxito en cerrar o incluso eliminar ese espacio que había y separaba a griegos y egipcios, ganando estados de considerable tamaño e incluso alcanzando el rango de gobernador provincial (strategos) o gobernador general (epistrategos).
El constante malestar civil se había visto a veces como una reacción nacionalista motivada étnicamente por los egipcios contra el odiado griego, pero la situación era claramente mucho más compleja que eso, y es probablemente mejor hacer una lectura como la consecuencia natural del debilitamiento de la autoridad real que creó un contexto donde las antiguas rivalidades y aspiraciones de varios tipos no podían ser controladas por más tiempo por la autoridad central. Estas podían ser hostilidades entre ciudades egipcias, como cuando Hermonthis (Armant) y la Crocodilopolis tebana entraron en guerra en tiempos de Ptolomeo VIII (170-116 a.C.).
De nuevo, cuando, entre 205 y 186 a.C. un estado independiente se estableció en el Thebald, gobernado en sucesión por dos reyes nativos llamados Haronnophris y Chaonnophris, muy bien podríamos estar viendo un resurgir de las antiguas ambiciones políticas del sacerdocio de Amón, y vale la pena constatar que, en la batalla final en 186 a.C., las tropas nubias lucharon en el ejército de Chaonnophris; así que, puede que también tengamos evidencia de un resurgimiento del viejo interés en Tebas de los devotos nubios del dios. Sin embargo, puesto que la determinada xenofobia religiosa constituye un fenómeno sólidamente documentado en el Período Tardío, resultaría en extremo sorprendente que no se encontrase entre los motivos egipcios para este paso hacia la independencia.
Hay muchos otros signos, a gran escala o de otra forma, de descontento entre la población egipcia: huelgas, luchas (a veces hasta el punto de que se abandonasen asentamientos enteros), bandidaje, ataques de forajidos a pueblos, expoliación de templos, y frecuentes recursos al derecho de asilo de los templos. Estas son, indisputablemente, las reacciones de un pueblo empujado más allá de los límites del sufrimiento por la hambruna, la desenfrenada inflación, y por un opresor y viciado sistema operado por funcionarios, en su mayoría corruptos, y muy lejos del control efectivo del gobierno central. 
Frente a estos hombres, el estrato más bajo de la sociedad - que en su mayoría eran egipcios - se sentía realmente indefenso, por lo que era un objetivo fácil. Las insurrecciones de estos pueblos podrían muy fácilmente interpretarse como nacionalistas, dada la cercana congruencia entre un estatus económico y un origen étnico, y tenemos la certeza de que adquirían tal dimensión de forma explícita y puntual, pero en su nivel más fundamental, la insurrección era la del oprimido contra el sistema, considerado éste como el responsable de aquella opresión; y el sistema, por su parte, igualmente podría percibirse como el sacerdocio egipcio, y sus templos como la burocracia greco-macedonia. Sea cual fuere su motivación, no obstante, los efectos corrosivos económicos de esta desorganización supuso un golpe mortal a la infraestructura económica justo cuando los recursos de riqueza alternativos se habían agotado casi en su totalidad. 
Todos estos eventos internos se desarrollaban con el creciente intervencionismo de Roma en el Mediterráneo Oriental como telón de fondo. Algunas veces solicitado, otras no, este proceso de intervención llevaría, de forma progresiva, a la eliminación del reino de Macedonia (167 a.C.); la obtención del reino de Pergamon, en 133 a.C.; la gradual erosión del poder seléucida, que culminaría con la anexión de la parte que quedaba del reino en 64 a.C.; y, eventualmente, a la caída del propio reino de los Ptolomeos.
Este último acontecimiento tardaría aún en llegar y fue el último episodio en las relaciones con Roma que se remontaba a los primeros años de la dinastía y fue evolucionando a través de diversas fases. Empezando sobre una base de igualdad en el reinado de Ptolomeo II, con cortesías diplomáticas entre pares, expresadas mediante la apertura de una embajada en Roma en 273 a.C., nos vamos a principios del siglo segundo a.C., a una situación donde Roma se convertiría en el garante de la independencia egipcia.
La descripción que hace Polibio de la expulsión del territorio egipcio del rey Antíoco IV por el cónsul romano C. Popilio Laenas, en 168 a.C., ilustra perfectamente el consiguiente cambio de poder:
“Popilio hizo algo que resultó insolente y arrogante en grado sumo. Con una vara de parra que tenía en su mano, dibujó un círculo alrededor de Antíoco y le dijo que diese una respuesta al mensaje antes de salir del círculo. El rey se quedó asombrado de la arrogancia de este gesto y, después de titubear por un instante, dijo que haría todo lo que Roma le pidiese”. (Polibio, 29.27).
A partir de esto,  convertirse en mediador de disputas dinásticas sería una proceso natural: durante el interminable conflicto entre los hermanos Ptolomeo VI y VIII, Roma se convirtió  en el árbitro; Ptolomeo XI (80 a.C.), debía su reino a Roma, y se alegó que lo dejó a su benefactor en testamento; en la disputa entre alejandrinos y Ptolomeo XII (80-51 a.C.) Roma asumió un rol decisivo; y la implicación de Roma en los asesinos conflictos entre Cleopatra VII y sus hermanos Ptolomeo XIII y XIV, tuvo lugar en la última fase de la monarquía Ptolemaica.
Dentro de este maelstrom, esta “corriente trituradora”, Cleopatra, hacia 36 a.C., de forma inverosímil, fue capaz, si bien brevemente, de resucitar glorias pasadas cuando, gracias a la esplendidez de Marco Antonio, presenciamos el fugaz resurgir del control Ptolemaico en el sur de Asia Menor y en Siria-Palestina. Pero esto acaecía en contra de la corriente general cuya tendencia identificaba a Roma como el único beneficiario del largo declive de la dinastía: Cirenaica fue tomada en 96 a.C., Chipre en 58. Finalmente, le tocó el turno a Egipto. En 30 a.C., y tras una lucha tan espectacular y dramática como cualquier página de la antigüedad nos pueda deparar, este brillante y antiguo reino cayó ante Roma, iniciándose de este modo el último e interminable capítulo de la historia de la cultura faraónica.

Dinastía ptolemaica
El Ptolemaico Unido era un reino helenístico  basado en el antiguo Egipto. Fue gobernado por la dinastía Ptolemaica, que comenzó con la adhesión de Ptolomeo I Soter después de la muerte de Alejandro Magno en el 323 a. C. y que terminó con la muerte de Cleopatra y la conquista romana en el 30 a. C.
El Ptolemaico fue fundado en 305 a.C por Ptolomeo I Soter, un diadoco originario de Macedonia en el norte de Grecia que se declaró faraón de Egipto y creó una poderosa dinastía griega macedonia que gobernó un área que se extiende desde el sur de Siria hasta Cirene y hacia el sur hasta Nubia. Los eruditos también sostienen que el reino fue fundado en 304 a. C. debido al uso diferente de calendarios: Ptolomeo se coronó a sí mismo en 304 a. C. en el antiguo calendario egipcio,  pero en 305 a. C. en el antiguo calendario macedonio. Para resolver el problema, el año 305/4 se contó como el primer año del Reino Ptolemaico en papiros demóticos.  
Alejandría, una polis griega fundada por Alejandro Magno, se convirtió en la capital y un importante centro de la cultura y el comercio griego. Para obtener el reconocimiento de la población nativa egipcia, los Ptolomeos se llamaron a sí mismos faraones. Los últimos Tolomeos asumieron las tradiciones egipcias al casarse con sus hermanos según el mito de Osiris, se retrataron en monumentos públicos con estilo y vestimenta egipcios, y participaron en la vida religiosa egipcia. Los Ptolomeos estuvieron involucrados en guerras extranjeras y civiles que llevaron a la decadencia del reino y su conquista final por parte de Roma. Su rivalidad con el vecino Imperio seléucida de Asia occidental condujo a una serie de guerras sirias en las que ambas potencias competían por el control del Levante. La cultura helenística continuó prosperando en Egipto durante los períodos romano y bizantino hasta la conquista musulmana.
La era del reinado ptolemaico en Egipto es uno de los períodos de tiempo mejor documentados del período helenístico. Una gran cantidad de papiros escritos en koine griego y egipcio han sido descubiertos en Egipto. 

Establecimiento 
Después de la muerte de Alejandro en Babilonia en el 323 a.C,  estalló una crisis de sucesión entre sus generales. Inicialmente, Perdiccas gobernó el imperio como regente para el medio hermano de Alejandro Arrhidaeus, quien se convirtió en Filipo III de Macedonia, y luego como regente tanto para Felipe III como para el pequeño hijo de Alejandro, Alejandro IV de Macedonia, que no había nacido en el momento de la muerte de su padre. Perdiccas nombró a Ptolomeo, uno de los compañeros más cercanos de Alejandro, para ser sátrapa de Egipto Ptolomeo gobernó Egipto desde el 323 a. C., nominalmente en nombre de los reyes conjuntos Felipe III y Alejandro IV. Sin embargo, cuando el imperio de Alejandro Magno se desintegró, Ptolomeo pronto se estableció como gobernante por derecho propio. Ptolomeo defendió con éxito Egipto contra una invasión de Perdiccas en el año 321 a. C., y consolidó su posición en Egipto y las áreas circundantes durante las Guerras de Diadochi (322–301 a. C.). En 305 a. C., Ptolomeo tomó el título de Rey. Como Ptolomeo I Soter ("Salvador"), fundó la dinastía ptolemaica que gobernaría Egipto durante casi 300 años.
Todos los gobernantes masculinos de la dinastía tomaron el nombre de Ptolomeo, mientras que las princesas y reinas preferían los nombres de Cleopatra, Arsinoë y Berenice. Debido a que los reyes ptolemaicos adoptaron la costumbre egipcia de casarse con sus hermanas, muchos de los reyes gobernaron conjuntamente con sus cónyuges, que también eran de la casa real. Esta costumbre de la política ptolemaica era confusamente incestuosa, y los últimos Ptolomeos eran cada vez más débiles. Las únicas reinas ptolemaicas que gobernaron oficialmente por su cuenta fueron Berenice III y Berenice IV. Cleopatra V co-gobernó, pero fue con otra mujer, Berenice IV. Cleopatra VII co-gobernó oficialmente con Ptolomeo XIII Theos Philopator, Ptolomeo XIV y Ptolomeo XV, pero efectivamente, ella gobernó Egipto sola.
Los primeros Ptolomeos no perturbaron la religión o las costumbres de los egipcios. Construyeron magníficos templos nuevos para los dioses egipcios y pronto adoptaron la exhibición externa de los faraones de antaño. Durante el reinado de Ptolomeos II y III, miles de veteranos macedonios fueron recompensados ​​con subvenciones de tierras agrícolas, y los macedonios se plantaron en colonias y guarniciones o se establecieron en aldeas en todo el país. El Alto Egipto, más alejado del centro de gobierno, se vio menos afectado de inmediato, aunque Ptolomeo I estableció la colonia griega de Ptolomeo Hermiou como su capital. La influencia se había extendido por todo el país y los matrimonios mixtos habían producido una gran clase educada greco-egipcia. Sin embargo, los griegos siempre fueron una minoría privilegiada en el Egipto ptolemaico. Vivieron bajo la ley griega, recibieron educación griega, fueron juzgados en tribunales griegos y eran ciudadanos de ciudades griegas.




Ptolomeo I Soter
Ptolomeo I ("Tolomeo el Salvador"; C 367 a.C - Enero 282 a.C) fue un compañero e historiador de Alejandro el Grande del Reino de Macedonia en norte de Grecia que se convirtió en gobernante de Egipto, parte del antiguo imperio de Alejandro. Ptolomeo fue el primer faraón del Egipto ptolemaico desde 305/304 a. C.  hasta su muerte. Fue el fundador de la Dinastía ptolemaica que gobernó Egipto hasta la muerte de Cleopatra en 30 a. C., convirtiendo el país en un reino helenístico y Alejandría en un centro de la cultura griega.
Ptolomeo I era hijo de Arsinoe de Macedonia por su esposo Lagus o Felipe II de Macedonia, el padre de Alejandro. Ptolomeo fue uno de los compañeros y oficiales militares más confiables de Alejandro. Después de la muerte de Alejandro en el 323 a. C., Ptolomeo recuperó su cuerpo cuando estaba en camino para ser enterrado en Macedonia, colocándolo en Memphis, donde luego fue trasladado a Alejandría en una nueva tumba. Luego se unió a una coalición contra Perdiccas, el regente real sobre Filipo III de Macedonia. Este último invadió Egipto, pero fue asesinado por sus propios oficiales en 320 a. C., lo que permitió a Ptolomeo I consolidar su control sobre el país. Después de una serie de guerras entre los sucesores de Alejandro, Ptolomeo ganó un reclamo sobre Judea en el sur de Siria, que fue disputado con el rey sirio Seleuco I Nicator, su antiguo aliado. También tomó el control de Chipre y Cirenaica, el último de los cuales fue puesto bajo el control del hijastro de Ptolomeo Magas.
Busto de Ptolomeo I en el Louvre

Ptolomeo Puede que me haya casado con Thaïs, su amante durante la vida de Alejandro; Se sabe que se casó con la noble persa Artakama por orden de Alejandro. Más tarde se casó con Eurídice, hija del regente macedonio Antipater; sus hijos Ptolomeo Keraunos y Meleagro gobernaron a su vez como reyes de Macedonia. El último matrimonio de Ptolomeo fue con Berenice I, la prima y dama de Eurídice. Ptolomeo I murió en 282 a. C. y fue sucedido por su hijo con Berenice, Ptolomeo II.

Vida temprana
Un macedonio,  Ptolomeo nació en 367 a. C.  La madre de Ptolomeo era Arsinoe. Según Sátiro el peripatético, Arsinoe era un descendiente de Alejandro I de Macedonia y, por lo tanto, un miembro de la dinastía Argead, que afirmaba descender definitivamente de Heracles. Aparentemente, el padre de Ptolomeo era Lagus, un noble macedonio de Eordaea, pero muchas fuentes antiguas afirman que en realidad era un hijo ilegítimo de Filipo II de Macedonia. De ser cierto, esto habría convertido a Ptolomeo en el medio hermano de Alejandro. Es probable que este sea un mito posterior fabricado para glorificar la dinastía ptolemaica.  
Ptolomeo sirvió con Alexander desde sus primeras campañas, y estuvo entre los siete somatophylakes (guardaespaldas) de Alexander. Jugó un papel principal en las campañas posteriores en Afganistán e India.  Participó en la Batalla de Issus, al mando de las tropas en el ala izquierda bajo la autoridad de Parmenion. Más tarde, acompañó a Alejandro durante su viaje al Oráculo en el Oasis de Siwa, donde fue proclamado hijo de Zeus.  Ptolomeo tuvo su primer comando independiente durante la campaña contra el rebelde Bessus, a quien Ptolomeo capturó y entregó a Alejandro para su ejecución. 

Sucesor de Alejandro 
Cuando Alejandro murió en 323 a. C., se dice que Ptolomeo instigó el asentamiento del imperio hecho en Babilonia. A través de la Partición de Babilonia, fue nombrado sátrapa de Egipto, bajo los reyes nominales Filipo III Arrhidaeus y el infante Alejandro IV; el antiguo sátrapa, el griego Cleomenes, se quedó como su adjunto. Ptolomeo rápidamente se movió, sin autorización, para subyugar a Cirenaica.  
Por costumbre, los reyes en Macedonia afirmaron su derecho al trono enterrando a su predecesor. Probablemente porque quería adelantarse a Perdiccas, el regente imperial, de hacer su reclamo de esta manera, Ptolomeo hizo grandes esfuerzos para adquirir el cuerpo de Alejandro Magno. En su lecho de muerte, Alejandro Magno deseaba ser enterrado en el Templo de Zeus Ammon en el Oasis de Siwa de la antigua Libia en lugar de las tumbas reales de Aigai en Macedonia.  Sin embargo, sus sucesores, incluido Perdiccas, intentaron enterrar su cuerpo en Macedonia. A finales del 322 o principios del 321 a. C., el cuerpo de Alejandro Magno estaba en Siria, camino a Macedonia, cuando fue capturado por Ptolomeo I Soter. Trajo los restos de Alejandro a Egipto, enterrándolos en Memphis, pero luego fueron trasladados a Alejandría, donde se construyó una tumba de Alejandro Magno.  Poco después de este evento, Ptolomeo se unió abiertamente a la coalición contra Perdiccas. Perdiccas parece haber sospechado que Ptolomeo apuntaba al trono él mismo, y puede haber decidido que Ptolomeo era su rival más peligroso. Ptolomeo ejecutó a Cleomenes por espiar en nombre de Perdiccas; Esto eliminó el control principal sobre su autoridad y permitió a Ptolomeo obtener la enorme suma que Cleomenes había acumulado.

Ptolomeo I como Faraón de Egipto, Museo Británico, Londres

Rivalidad y guerras 
En 321 a. C., Perdiccas intentó invadir Egipto, solo para caer en manos de sus propios hombres.  La decisión de Ptolomeo de defender el Nilo contra Perdiccas terminó en un fiasco para Perdiccas, con la pérdida de 2.000 hombres. Este fracaso fue un golpe fatal para la reputación de Perdiccas, y dos de sus subordinados lo asesinaron en su tienda. Ptolomeo cruzó inmediatamente el Nilo, para proporcionar suministros a lo que el día anterior había sido un ejército enemigo. Ptolomeo se le ofreció la regencia en lugar de Perdiccas; pero él lo rechazó.  Ptolomeo fue consistente en su política de asegurar una base de poder, mientras que nunca sucumbió a la tentación de arriesgar todo para suceder a Alejandro.  
Reino de Ptolomeo I Soter   Reino de Casandro    Reino de Lisímaco    Reino de Seleuco I Nicator Epirus Otro: Cartago Roma Colonias griegas

En las largas guerras que siguieron entre los diferentes Diadochi, el primer objetivo de Ptolomeo era mantener a Egipto de manera segura, y su segundo objetivo era asegurar el control en las áreas periféricas: Cirenaica y Chipre, así como Siria, incluida la provincia de Judea. Su primera ocupación de Siria fue en 318, y estableció al mismo tiempo un protectorado sobre los pequeños reyes de Chipre. Cuando Antigonus One-Eye, maestro de Asia en 315, mostró ambiciones expansionistas, Ptolomeo se unió a la coalición contra él y, al estallar la guerra, evacuó Siria. En Chipre, luchó contra los partidarios de Antígono y volvió a conquistar la isla (313). Una revuelta en Cirene fue aplastada el mismo año.  
En 312, Ptolomeo y Seleuco, el sátrapa fugitivo de Babilonia, ambos invadieron Siria y derrotaron a Demetrio Poliorcetes ("sitiador de ciudades"), el hijo de Antígono, en la Batalla de Gaza. Una vez más ocupó Siria, y nuevamente, después de solo unos pocos meses, cuando Demetrius había ganado una batalla sobre su general y Antígono entró en Siria con fuerza, lo evacuó. En 311, se concluyó una paz entre los combatientes. Poco después de esto, el rey sobreviviente de 13 años, Alejandro IV, fue asesinado en Macedonia por orden de Casandro, dejando al sátrapa de Egipto absolutamente su propio maestro.  
La paz no duró mucho, y en 309 Ptolomeo comandó personalmente una flota que separó las ciudades costeras de Licia y Caria de Antígono, luego cruzó a Grecia, donde tomó posesión de Corinto, Sicyon y Megara (308 a. C.). En 306, una gran flota bajo Demetrio atacó Chipre, y el hermano de Ptolomeo, Menelao, fue derrotado y capturado en otra batalla decisiva de Salamina. La pérdida completa de Ptolomeo de Chipre siguió.  
Los sátrapas Antígono y Demetrio ahora asumían el título de rey; Ptolomeo, así como Casandro, Lisímaco y Seleuco I Nicator, respondieron haciendo lo mismo. En el invierno de 306 a. C., Antígono intentó seguir su victoria en Chipre invadiendo Egipto; pero Ptolomeo era más fuerte allí y con éxito mantuvo la frontera contra él. Ptolomeo no dirigió más expediciones al extranjero contra Antígono.  Sin embargo, envió una gran ayuda a Rodas cuando fue asediada por Demetrio (305/304). Los rodios otorgaron honores divinos a Ptolomeo como resultado del levantamiento del asedio.  
Cuando la coalición contra Antígono se renovó en 302, Ptolomeo se unió a ella e invadió Siria por tercera vez, mientras que Antígono se comprometió con Lisímaco en Asia Menor. Al escuchar un informe de que Antígono había obtenido una victoria decisiva allí, una vez más evacuó Siria. Pero cuando llegó la noticia de que Antígono había sido derrotado y asesinado por Lisímaco y Seleuco en la Batalla de Ipsus en 301, ocupó Siria por cuarta vez.  
Los otros miembros de la coalición habían asignado toda Siria a Seleuco, después de lo que consideraban la deserción de Ptolomeo, y durante los siguientes cien años, la cuestión de la propiedad del sur de Siria (es decir, Judea) produjo una guerra recurrente entre las dinastías seléucida y ptolemaica. . En adelante, Ptolomeo parece haberse involucrado lo menos posible en las rivalidades entre Asia Menor y Grecia; perdió lo que tenía en Grecia, pero reconquistó Chipre en 295/294. Cirenaica, después de una serie de rebeliones, fue finalmente subyugada en unos 300 y colocada bajo su hijastro Magas.  

Matrimonios, hijos y sucesión 
Mientras Alejandro estaba vivo, Ptolomeo tuvo tres hijos con su amante Thaïs, que también pudo haber sido su esposa: Lagus; Leontisco; y Eirene, quien fue dada en matrimonio con Eunostos de Soloi en Chipre. Durante las bodas de Susa, Ptolomeo se casó con la noble persa Artakama, según lo ordenado por Alejandro Magno.  Alrededor del 322 a. C., se casó con Eurídice, hija de Antipater, regente de Macedonia. Tuvieron cinco hijos antes de que la repudiaran: tres hijos: Ptolomeo Keraunos, rey de Macedonia desde el 281 a. C. hasta el 279 a. su hermano y sucesor Meleager, quien gobernó durante dos meses en 279 a. y un 'rebelde en Chipre' que fue asesinado por su medio hermano Ptolomeo II Filadelfo, así como las hijas Ptolomeo, que se casó con Demetrio I de Macedonia, y Lisandra, primero casada con Alejandro V de Macedonia y luego con Lisimaco' hijo Agathocles.  Ptolomeo se casó una vez más con Berenice, la prima de Eurídice, que había venido a Egipto como la dama de compañía de Eurídice con los hijos de su primer matrimonio con Filipo. Sus hijos fueron Arsinoe II, Philotera y Ptolomeo II. Su hijo mayor, Arsinoe, se casó con Lisímaco, luego con su medio hermano Ptolomeo Keraunos, y finalmente con su hermano completo Ptolomeo II.  
En 285, Ptolomeo hizo a su hijo con Berenice, Ptolomeo II Filadelfo, su corregente. Su hijo mayor legítimo, Ptolomeo Keraunos, huyó a la corte de Lisímaco. Ptolomeo I murió en enero de 282 a los 84 u 85 años.  Astuto y cauteloso, tenía un reino compacto y bien ordenado para mostrar al final de los cuarenta años de guerra. Su reputación de buena naturaleza y liberalidad unía a la clase de soldados flotantes de macedonios y otros griegos a su servicio, y no era insignificante; ni descuidó por completo la conciliación de los nativos. Fue un mecenas listo de las letras y fundó la Gran Biblioteca de Alejandría.  La dinastía ptolemaica que fundó gobernó Egipto durante casi trescientos años. Fue un helenístico reino conocido por su capital Alejandría, que se convirtió en un centro de la cultura griega. El dominio ptolemaico terminó con la muerte de Cleopatra VII en el 30 a. C. 

Historia perdida de las campañas de Alejandro 
Ptolomeo mismo escribió una historia de testigos oculares de las campañas de Alejandro (ahora perdidas).  En el siglo II d.C, la historia de Ptolomeo fue utilizada por Arrian de Nicomedia como una de sus dos fuentes principales (junto con la historia de Aristóbulo de Cassandreia) para su propia Anabasis de Alejandro, y por lo tanto, gran parte de la historia de Ptolomeo puede se supone que sobrevive en paráfrasis o precisión en el trabajo de Arrian.  Arrian cita a Ptolomeo por su nombre solo en unas pocas ocasiones, pero es probable que grandes extensiones de Anabasis de Arrian reflejen la versión de los acontecimientos de Ptolomeo. Arrian una vez nombra a Ptolomeo como el autor "a quien principalmente sigo", y en su Prefacio escribe que Ptolomeo le parecía una fuente particularmente confiable, "no solo porque estaba presente con Alejandro en campaña, sino también porque él mismo era un rey, y por lo tanto mentir sería más deshonroso para él que para cualquiera más". 
La historia perdida de Ptolomeo se consideró durante mucho tiempo un trabajo objetivo, distinguido por su honestidad y sobriedad directas,  pero el trabajo más reciente ha cuestionado esta evaluación. RM Errington argumentó que la historia de Ptolomeo se caracterizó por prejuicios persistentes y autograndecimiento, y por el ennegrecimiento sistemático de la reputación de Perdiccas, uno de los principales rivales dinásticos de Ptolomeo después de la muerte de Alejandro.  Por ejemplo, el relato de Arrian de la caída de Tebas en 335 a. C. (Anabasis 1.8.1–1.8.8, una rara sección de narrativa atribuida explícitamente a Ptolomeo por Arrian) muestra varias variaciones significativas del relato paralelo preservado en Diodorus Siculus (17.11–12), más notablemente en atribuir a Perdiccas un papel claramente no heroico. Más recientemente, J. Roisman ha argumentado que el caso del ennegrecimiento de Perdiccas y otros por parte de Ptolomeo ha sido muy exagerado.  

Euclides 
Ptolomeo patrocinó personalmente al gran matemático Euclides. Encontró el trabajo seminal de Euclides, los Elementos, demasiado difícil de estudiar, por lo que preguntó si había una manera más fácil de dominarlo. Según Proclusamente, Euclides bromeó: "Señor, no hay camino real a la geometría". 


Ptolomeo II Filadelfo
Ptolomeo II Filadelfo (Ptolomeo Filadelfos "Ptolomeo, amante de su hermana"; 308/9 - 28 de enero de 246 a. C.) fue el segundo faraón del Egipto ptolemaico del 283 al 246 a. C. Era hijo de Ptolomeo I Soter, el general griego macedonio de Alejandro Magno que fundó el Reino Ptolemaico después de la muerte de Alejandro, y la reina Berenice I, originaria de Macedonia en el norte de Grecia.
Durante el reinado de Ptolomeo II, el esplendor material y literario de la corte alejandrina estaba en su apogeo. Promovió el Museo y la Biblioteca de Alejandría. La magnífica y disoluta atmósfera intelectual y artificial de la corte ha sido comparada con el Palacio de Versalles de Luis XIV de Francia.
Además de Egipto, el imperio de Ptolomeo abarcaba gran parte del Egeo y el Levante. Persiguió una política exterior agresiva y expansionista con éxito mixto. Desde 275-271 a.C, dirigió el Reino Ptolemaico contra el Imperio seléucida rival en la Primera Guerra Siria y extendió el poder ptolemaico a Cilicia y Caria, pero perdió el control de Cirenaica después de la deserción de su medio hermano Magas. En la guerra de Chremonidean (c. 267-261 a. C.), Ptolomeo se enfrentó a Macedonia antigonida por el control del Egeo y sufrió graves contratiempos. Esto fue seguido por una Segunda Guerra Siria (260-253 a. C.) contra el imperio seléucida, en el que se perdieron muchas de las ganancias de la primera guerra.
Busto de Ptolomeo II, Museo Arqueológico Nacional, Nápoles

Vida temprana 
Ptolomeo II fue el hijo de Ptolomeo I y su tercera esposa Berenice I. Nació en la isla de Kos en 309/308 a. C., durante la invasión de su padre al Egeo en la Cuarta Guerra de Diadoch. Tenía dos hermanas completas, Arsinoe II y Philotera.  Ptolomeo fue educado por varios de los intelectuales más distinguidos de la época, incluidos Philitas de Cos y Strato de Lampsacus. 
Ptolomeo II tenía numerosos medios hermanos.  Dos de los hijos de su padre por su matrimonio anterior con Eurídice, Ptolomeo Keraunos y Meleagro, se convirtieron en reyes de Macedonia.  Los hijos del primer matrimonio de su madre Berenice con Filipo incluyeron a Magas de Cirene y Antígona, la esposa de Pirro de Epiro. 
En el nacimiento de Ptolomeo II, su medio hermano mayor Ptolomeo Keraunos era el presunto heredero. A medida que Ptolomeo II creció, se desarrolló una lucha por la sucesión entre ellos, que culminó con la salida de Ptolomeo Keraunos de Egipto alrededor del 287 a. C. El 28 de marzo de 284 a. C., Ptolomeo I hizo que Ptolomeo II fuera declarado rey, elevándolo formalmente al estado de corregente.  En los documentos contemporáneos, a Ptolomeo se le conoce generalmente como 'Rey Ptolomeo hijo de Ptolomeo' para distinguirlo de su padre. La corregencia entre Ptolomeo II y su padre continuó hasta la muerte de este último en abril-junio de 282 a. C. Una cuenta antigua afirma que Ptolomeo II asesinó a su padre, pero otras fuentes dicen que murió de vejez, lo que es más probable dado que tenía alrededor de ochenta años. 

Reinado 
Arsinoe I y Arsinoe II 
Las consecuencias del conflicto de sucesión entre Ptolomeo II y Ptolomeo Keraunos continuó incluso después de la adhesión de Ptolomeo II. El conflicto fue probablemente la razón por la cual Ptolomeo ejecutó a dos de sus hermanos, probablemente hermanos completos de Keraunos, en el 281 a. C.  Keraunos mismo había acudido a la corte de Lisímaco, quien gobernó Tracia y el oeste de Asia Menor tras su expulsión de Egipto. La corte de Lisímaco estaba dividida sobre la cuestión de apoyar a Keraunos. Por un lado, Lisímaco se había casado con la hermana de Ptolomeo II, Arsinoe II, desde el 300 a. C. Por otro lado, el heredero de Lisímaco, Agathocles, estaba casado con la hermana completa de Keraunos, Lysandra. Lisímaco eligió apoyar a Ptolomeo II y selló esa decisión en algún momento entre 284 y 281 a.C. al casar a su hija Arsinoe I con Ptolomeo II. 
El conflicto continuo sobre el tema dentro de su reino condujo a la ejecución de Agathocles y al colapso del reino de Lisímaco en el 281 a. C. Alrededor del 279 a. C., Arsinoe II regresó a Egipto, donde se enfrentó con su cuñada Arsinoe I. Algún tiempo después del 275 a. C., Arsinoe I fue acusada de conspiración y exiliada a Coptos. Probablemente en 273/2 a.C, Ptolomeo se casó con su hermana mayor, Arsinoe II. Si bien el matrimonio entre hermanos confirmó la práctica tradicional de los faraones egipcios, fue impactante para los griegos que lo consideraron incestuoso. Un poeta, Sotades, que se burló del matrimonio fue exiliado y asesinado.  El matrimonio puede no haberse consumado, ya que no produjo hijos. Otro poeta, Teócrito, defendió el matrimonio comparándolo con el matrimonio de los dioses Zeus y su hermana mayor, Hera.  El matrimonio proporcionó un modelo que fue seguido por la mayoría de los monarcas ptolemaicos posteriores. 
Los tres hijos de Arsinoe I, que incluyeron al futuro Ptolomeo III, parecen haber sido retirados de la sucesión después de la caída de su madre.  Ptolomeo II parece haber adoptado al hijo de Arsinoe II por Lisímaco, también nombrado Ptolomeo, como su heredero, y finalmente lo promovió como corregente en 267 a. C., un año después de la muerte de Arsinoe II. Conservó esa posición hasta su rebelión en el 259 a. C.  Alrededor de la época de la rebelión, Ptolomeo II legitimó a los hijos de Arsinoe I al hacer que Arsinoe II los adoptara póstumamente. 
Ptolomeo II y Arsinoe II representados en el Gonzaga Cameo en el Museo del Hermitage, San Petersburgo.

Conflicto con seléucidas y Cirene (281-275 a.C) 
Moneda de Antioco I

Ptolomeo I había apoyado originalmente el establecimiento de su amigo Seleuco I como gobernante de Mesopotamia, pero las relaciones se habían enfriado después de la Batalla de Ipsos en 301 a. C., cuando ambos reyes reclamaron Siria. En ese momento, Ptolomeo I había ocupado la parte sur de la región, Coele Siria, hasta el río Eleutherus, mientras que Seleuco estableció el control sobre el territorio al norte de ese punto. Mientras vivieron los dos reyes, esta disputa no condujo a la guerra, pero con la muerte de Ptolomeo I en 282 y de Seleuco I en 281 a. C., eso cambió.
El hijo de Seleuco, Antíoco I, pasó varios años luchando para restablecer el control sobre el imperio de su padre. Ptolomeo II aprovechó esto para expandir su reino a expensas de Seleucid. Las adquisiciones del reino ptolemaico en este momento pueden rastrearse en fuentes epigráficas y parecen incluir a Samos, Mileto, Caria, Licia, Panfilia y tal vez Cilicia. Antíoco I aceptó estas pérdidas en el 279 a. C., pero comenzó a aumentar sus fuerzas para una revancha. 
Antíoco hizo esto al buscar lazos con el medio hermano materno de Ptolomeo II, Magas, quien había sido gobernador de Cirenaica desde alrededor del 300 a. C., se había declarado rey de Cirene en algún momento después de la muerte de Ptolomeo I. Alrededor del año 275 a. C., Antíoco se alió con Magas casándose con su hija Apama.  Poco después, Magas invadió Egipto, marchando hacia Alejandría, pero se vio obligado a retroceder cuando los nómadas libios lanzaron un ataque contra Cirene. En este mismo momento, las propias fuerzas de Ptolomeo se vieron perjudicadas. Había contratado a 4.000 mercenarios gales, pero poco después de su llegada, los galos se amotinaron y Ptolomeo los abandonó en una isla desierta en el Nilo donde "perecieron a manos del otro o por hambre". Esta victoria se celebró a gran escala. Varios de los reyes contemporáneos de Ptolomeo habían librado serias guerras contra las invasiones galas en Grecia y Asia Menor, y Ptolomeo presentó su propia victoria como equivalente a la de ellos. 

Invasión de Nubia (c. 275 a.C) 
Ptolomeo se enfrentó con el reino de Nubia, ubicado al sur de Egipto, sobre el territorio conocido como Triakontaschoinos ('tierra de treinta millas'). Este fue el tramo del río Nilo entre la Primera Catarata en Syene y la Segunda Catarata en Wadi Halfa (toda el área ahora está sumergida bajo el lago Nasser). La región pudo haber sido utilizada por los nubios como base para incursiones en el sur de Egipto.  Alrededor del 275 a. C., las fuerzas ptolemaicas invadieron Nubia y anexionaron las doce millas al norte de este territorio, posteriormente conocidas como los Dodekaschoinos ("tierra de doce millas"). La conquista se celebró públicamente en la poesía panegírica de la corte de Teócrito y mediante la construcción de una larga lista de distritos nubios en el Templo de Isis en Philae, cerca de Syene.  El territorio conquistado incluía las ricas minas de oro en Wadi Allaqi  donde Ptolomeo fundó una ciudad llamada Berenice Panchrysus e instituyó un programa de minería a gran escala. La producción de oro de la región fue un contribuyente clave para la prosperidad y el poder del imperio ptolemaico en el siglo III a. C. 

Primera guerra siria (274-271 a.C) 
Probablemente en respuesta a la alianza con Magas, Ptolomeo declaró la guerra a Antíoco I en 274 a. C. al invadir Siria seléucida. Después de un éxito inicial, las fuerzas de Ptolomeo fueron derrotadas en la batalla por Antíoco y obligadas a retirarse a Egipto. La invasión era inminente y Ptolomeo y Arsinoe pasaron el invierno de 274/3 a. C. reforzando las defensas en el este del Delta del Nilo. Sin embargo, la esperada invasión seléucida nunca tuvo lugar. Las fuerzas seléucidas se vieron afectadas por problemas económicos y un brote de peste. En 271 a. C., Antíoco abandonó la guerra y aceptó la paz, con un retorno al status quo ante bellum. Esto se celebró en Egipto como una gran victoria, tanto en la poesía griega, como en el Idilio 17 de Teócrito como por el sacerdocio egipcio en la Estela de médula. 

Colonización del Mar Rojo 
Ptolomeo revivió programas egipcios anteriores para acceder al Mar Rojo. Darío I había excavado un canal desde el Nilo cerca de Bubastis hasta el Golfo de Suez, a través de Pithom, el lago Timsah y los lagos amargos, en el siglo VI a. C. Sin embargo, para el tiempo de Ptolomeo se había bloqueado. Lo hizo despejar y restaurar a la operación en 270/269 a.C, un acto que se conmemora en la Estela de Pithom. La ciudad de Arsinoe se estableció en la desembocadura del canal en el Golfo de Suez. Desde allí, se enviaron dos misiones exploratorias por las costas este y oeste del Mar Rojo hasta Bab-el-Mandeb. Los líderes de estas misiones establecieron una cadena de 270 bases portuarias a lo largo de las costas, algunas de las cuales se convirtieron en importantes centros comerciales.
A lo largo de la costa egipcia, Philotera, Myos Hormos y Berenice Troglodytica se convertirían en importantes terminales de rutas de caravanas que atraviesan el desierto egipcio y puertos clave para el comercio del Océano Índico que comenzó a desarrollarse durante los próximos tres siglos. Incluso más al sur estaba Ptolemais Theron (posiblemente ubicado cerca del moderno Puerto Sudán), que se utilizó como base para capturar elefantes. Los adultos fueron asesinados por su marfil, los niños fueron capturados para ser entrenados como elefantes de guerra. 
En la costa este del mar, los asentamientos clave fueron Berenice (moderna Aqaba/Eilat)  y Ampelone (cerca de la moderna Jeddah). Estos asentamientos permitieron a los Ptolomeos acceder al extremo occidental de las rutas de caravanas del comercio de incienso, dirigido por los nabateos, que se convirtieron en aliados cercanos del imperio ptolemaico. 

Guerra de Chremonidean (267-261 a.C) 
A lo largo del período temprano del reinado de Ptolomeo II, Egipto fue el poder naval preeminente en el Mediterráneo oriental. La esfera de poder ptolemaica se extendió sobre las Cícladas hasta Samotracia en el norte del Egeo. Las fuerzas navales ptolemaicas incluso entraron en el Mar Negro, emprendiendo una campaña en apoyo de la ciudad libre de Bizancio.  Ptolomeo pudo seguir esta política intervencionista sin ningún desafío porque una guerra civil de larga duración en Macedonia había dejado un vacío de poder en el norte del Egeo. Este vacío fue amenazado después de Antigonus II Gonatas se estableció firmemente como rey de Macedonia en el 272 a. C. Cuando Antígono expandió su poder a través de Grecia continental, Ptolomeo II y Arsinoe II se posicionaron como defensores de la "libertad griega" de la agresión macedonia. Ptolomeo forjó alianzas con las dos ciudades griegas más poderosas, Atenas y Esparta. 
El político ateniense Chremonides forjó una nueva alianza con Esparta en 269 a. C.  A finales del 268 a. C., Chremonides declaró la guerra a Antígono II. El almirante ptolemaico Patroclus navegó hacia el Egeo en 267 a. C. y estableció una base en la isla de Keos. Desde allí, navegó a Ática en 266 a. El plan parece haber sido que él se reuniera con el ejército espartano y luego usara sus fuerzas combinadas para aislar y expulsar a las guarniciones antigónidas de Sounion y Pireo que mantenían a raya a los atenienses. Sin embargo, el ejército espartano no pudo abrirse paso hasta Ática y el plan falló.  En 265/4 a. C., Areus una vez más trató de cruzar el istmo de Corinto y ayudar a los atenienses asediados, pero Antígono II concentró sus fuerzas contra él y derrotó a los espartanos, con el propio Areus entre los muertos.  Después de un asedio prolongado, los atenienses se vieron obligados a rendirse a Antígono a principios del 261 a. C. Chremonides y su hermano Glaucón, responsables de la participación ateniense en la guerra, huyeron a Alejandría, donde Ptolomeo los recibió en su corte. 
A pesar de la presencia de Patroclus y su flota, parece que Ptolomeo II dudó en comprometerse completamente con el conflicto en Grecia continental. Las razones de esta reticencia no están claras, pero parece que, especialmente en los últimos años de la guerra, la participación ptolemaica se limitó al apoyo financiero para las ciudades-estado griegas y la asistencia naval.  Gunther Hölb sostiene que el foco ptolemaico estaba en el Egeo oriental, donde las fuerzas navales bajo el mando del corregente Ptolomeo el Hijo, tomaron el control de Éfeso y quizás de Lesbos en 262 a. C.  El final de la participación ptolemaica puede estar relacionado con la Batalla de Kos, cuya cronología es muy discutida por los estudiosos modernos. Casi nada se sabe sobre los eventos de la batalla, excepto que Antigonus II Gonatas, aunque superado en número, llevó a su flota a derrotar a los comandantes no nombrados de Ptolomeo. Algunos eruditos, como Hans Hauben, argumentan que Kos pertenece a la Guerra de Chremonidean y se peleó alrededor del 262/1 a. C., con Patroclus al mando de la flota ptolemaica. Otros, sin embargo, ubican la batalla alrededor del 255 a. C., en el momento de la Segunda Guerra Siria. 
La guerra de Chremonidean y la batalla de Kos marcaron el final de la talasocracia ptolemaica absoluta en el Egeo.  La Liga de los isleños, que había sido controlada por los Ptolomeos y utilizada por ellos para gestionar las islas Cícladas, parece haberse disuelto tras la guerra. Sin embargo, el conflicto no significó el final completo de la presencia ptolemaica en el Egeo. Por el contrario, las bases navales establecidas durante la guerra en Keos y Methana perduraron hasta el final del siglo III a. C., mientras que las de Thera e Itanos en Creta siguieron siendo baluartes del poder marítimo ptolemaico hasta el 145 a. C.

Segunda guerra siria (260-253 a. C.) 
Alrededor del 260 a. C., la guerra estalló una vez más entre Ptolomeo II y el reino seléucida, ahora gobernado por Antíoco II Theos. La causa de esta guerra parece haber sido los reclamos competitivos de los dos reyes sobre las ciudades de Asia occidental Menor, particularmente Mileto y Éfeso. Su estallido parece estar relacionado con la revuelta del corregente Ptolomeo 'el hijo' que había dirigido las fuerzas navales ptolemaicas contra Antígono II. Ptolomeo "el hijo" y un asociado tomaron el control de los territorios ptolemaicos en el oeste de Asia Menor y el Egeo. Antíoco II aprovechó este malestar para declarar la guerra a Ptolomeo II y los rodios se unieron a él. 
El curso de esta guerra es muy poco claro, con la relación cronológica y causal de eventos atestiguados en diferentes momentos y en diferentes teatros abiertos al debate. 
·         Entre 259 y 255 a. C., la armada ptolemaica, comandada por Chremonides, fue derrotada en una batalla naval en Éfeso. Antíoco II tomó el control de las ciudades ptolemaicas en Jonia: Éfeso, Mileto y Samos. La evidencia epigráfica muestra que esto se completó en 254/3 a. C. 
·         Ptolomeo II mismo invadió Siria en el 257 a. C. No sabemos cuál fue el resultado de esta invasión. Al final de la guerra, Ptolomeo había perdido secciones de Panfilia y Cilicia, pero ninguno del territorio sirio al sur del río Eleutheros. 
·         Es posible, pero no seguro, que Antígono todavía estuviera en guerra con Ptolomeo II durante este período y que su gran victoria naval sobre Ptolomeo en la Batalla de Kos (mencionada anteriormente) tuvo lugar en 255 a. C. en el contexto de la Segunda Guerra Siria.
En 253 a. C., Ptolomeo negoció un tratado de paz, en el que concedió grandes cantidades de territorio en Asia Menor a Antíoco. La paz fue sellada por el matrimonio de Antíoco con la hija de Ptolomeo, Berenice Phernopherus, que tuvo lugar en el 252 a. C. Ptolomeo II presentó grandes pagos de indemnización a los seléucidas como la dote relacionada con esta boda. 
Después de que terminó la guerra, en julio de 253 a. C. Ptolomeo viajó a Memphis. Allí recompensó a sus soldados distribuyendo grandes extensiones de tierra que habían sido reclamadas del lago Moeris en el Fayyum como fincas (kleroi). El área se estableció como un nuevo nomo, llamado el nomo Arsinoita, en honor del fallecido Arsinoe II. 

Reinado posterior y muerte (252-246 a. C.) 
Después de la Segunda Guerra Siria, Ptolomeo volvió a centrar su atención en el Egeo y Grecia continental. En algún momento alrededor del año 250 aC, sus fuerzas derrotaron a Antígono en una batalla naval en un lugar incierto.  En Delos, Ptolomeo estableció un festival, llamado Ptolemaia en 249 a. C., que anunciaba una inversión y una participación ptolemaicas continuas en las Cícladas, a pesar de que el control político parece haberse perdido en este momento. Al mismo tiempo, Ptolomeo estaba convencido de pagar grandes subsidios a la Liga de los aqueos por su enviado Aratus de Sicyon. La Liga Achaean era una colección relativamente pequeña de ciudades-estado menores en el noroeste del Peloponeso. En esta fecha, pero con la ayuda del dinero de Ptolomeo, durante los siguientes cuarenta años, Aratus expandiría la Liga para abarcar casi todo el Peloponeso y la transformaría en una seria amenaza para el poder antigonida en Grecia continental. 
También a finales de los años 250 a. C., Ptolomeo renovó sus esfuerzos para llegar a un acuerdo con Magas de Cirene. Se acordó que el heredero de Ptolomeo Ptolomeo III se casaría con Berenice, la única hija de Magas.  Sin embargo, a la muerte de Magas en el año 250 a. C., la madre de Berenice, Apame, se negó a cumplir el acuerdo e invitó a un príncipe antigonida, Demetrius de Fair, a Cirene para casarse con Berenice. Con la ayuda de Apame, Demetrius tomó el control de la ciudad, pero fue asesinado por Berenice.  Un gobierno republicano, liderado por dos cirenaicos llamados Ecdelus y Demophanes controlaron Cirene hasta la boda real de Berenice con Ptolomeo III en 246 a. C. después de su acceso al trono.  Ptolomeo murió el 28 de enero de 246 a. C. y fue sucedido por Ptolomeo III sin incidentes. 

Culto a Alejandro 
Ptolomeo II fue responsable de la transformación del culto a Alejandro Magno, que Ptolomeo I había establecido en un culto estatal de la dinastía ptolemaica. Al comienzo de su único reinado, Ptolomeo II deificó a su padre y también a su madre Berenice I después de su muerte en los 270. La pareja fue adorada como una pareja, Theoi Soteres (Dioses salvadores). Alrededor del 272 a. C., Ptolomeo II se promovió a sí mismo y a su hermana-esposa Arsinoe II al estatus divino como Theoi Adelphoi (Dioses Hermanos). El sacerdote epónimo del deificado Alejandro, que sirvió anualmente y cuyo nombre se usó para fechar todos los documentos oficiales, se convirtió en el 'Sacerdote de Alexander y Theoi Adelphoi'. Cada pareja real posterior se agregaría al título del sacerdote hasta finales del siglo II a. C. En las representaciones artísticas, Ptolomeo II a menudo se representaba con atributos divinos, a saber, el club de Heracles y el tocado de cuero cabelludo de elefante asociado con Alejandro Magno, mientras que Arsinoe se mostraba llevando un par de cuernos de la abundancia con un cuerno de carnero pequeño detrás de la oreja.  Ptolomeo también instituyó cultos para varios parientes. Después de su muerte alrededor del 269 a. C., Arsinoe II fue honrada con un culto por derecho propio, y cada templo en Egipto debía incluir una estatua de ella como una 'deidad para compartir el templo' junto al dios principal del santuario. Su culto demostraría ser extremadamente popular en Egipto durante todo el período ptolemaico. La otra hermana de Ptolomeo, Philotera, también recibió un culto. Incluso la amante de Ptolomeo Bilistiche recibió santuarios en los que fue identificada con la diosa Afrodita. 
Un festival, llamado Ptolemaia, se celebró en honor de Ptolomeo I en Alejandría cada cuatro años desde el 279/278 a. C. El festival proporcionó una oportunidad para Ptolomeo II de mostrar el esplendor, la riqueza y el alcance del imperio ptolemaico. El historiador Callixenus de Rodas describió uno de los festivales de Ptolemaia de los años 270 a.C. y parte de su relato sobrevive, dando una idea de la enorme escala del evento. El festival incluyó una fiesta para 130 personas en un vasto pabellón real y competencias deportivas. Lo más destacado fue una Gran Procesión, compuesta por una serie de procesiones individuales en honor de cada uno de los dioses, comenzando con la Estrella de la Mañana, seguida por Theoi Soteres. La procesión por Dioniso solo contenía docenas de carrozas festivas, cada una de las cuales fue arrastrada por cientos de personas, incluida una estatua del mismo Dioniso de cuatro metros de altura, varios enormes sacos de vino y crateras de vino, una gama de cuadros de escenas mitológicas o alegóricas, muchas con autómatas, y cientos de personas vestidas con disfraces de sátiros, sileni y ménades. A veinticuatro carros tirados por elefantes les siguió una procesión de leones, leopardos, panteras, camellos, antílopes, asnos salvajes, avestruces, un oso, una jirafa y un rinoceronte. La mayoría de los animales estaban en pares, hasta ocho pares de avestruces, y aunque los carros ordinarios probablemente estaban dirigidos por un solo elefante, otros que llevaban una estatua de oro de 7 pies de altura (2.1 m) pueden haber sido liderados por cuatro.  Al final de toda la procesión marcharon una fuerza militar de 57.600 infantería y 23.200 caballería. Más de 2.000 talentos fueron distribuidos a los asistentes como generosidad.
Aunque este culto a los gobernantes se centró en Alejandría, se propagó por todo el imperio ptolemaico. La Liga Nesiótica, que contenía las islas del Egeo bajo control ptolemaico, celebró su propio festival de Ptolemaia en Delos desde principios de los años 270 a.C. Los sacerdotes y festivales también están atestiguados en Chipre en Lapethos, en Methymna en Lesbos, en Thera y posiblemente en Limyra en Lycia.

Ideología faraónica y religión egipcia 
Ptolomeo II siguió el ejemplo de su padre al hacer un esfuerzo por presentarse bajo el disfraz de un faraón egipcio tradicional y apoyar a la élite sacerdotal egipcia. Dos estelas jeroglíficas conmemoran las actividades de Ptolomeo en este contexto. La estela de Mendes celebra la realización de los rituales de Ptolomeo en honor del dios carnero Banebdjedet en Mendes, poco después de su adhesión. La estela de Pithom registra la inauguración de un templo en Pithom por Ptolomeo, en 279 a. C. en su jubileo real. Ambas estelas registran sus logros en términos de virtudes faraónicas tradicionales. Particularmente destacó es la recuperación de la estatuaria religiosa de los seléucidas a través de la acción militar en el año 274 antes de Cristo - una afirmación retórica que arrojan los seléucidas en el papel de los anteriores enemigos nacionales como los hicsos, asirios y persas. 
Esta estatua de granito representa a Ptolomeo II en el canon tradicional del arte egipcio antiguo. Museo de Arte Walters, Baltimore.

Como parte de su patrocinio de la religión egipcia y la élite sacerdotal, Ptolomeo II financió obras de construcción a gran escala en templos de todo Egipto. Ptolomeo ordenó que se erigiera la construcción del núcleo del Templo de Isis en Filae durante su reinado y asignó al templo los ingresos fiscales de la recién conquistada región de Dodekaschoinos. Aunque el templo había existido desde el siglo VI a.C, fue el patrocinio de Ptolomeo lo que lo convirtió en uno de los más importantes de Egipto.
Además, Ptolomeo inició el trabajo en varios otros sitios, incluidos (de norte a sur):
·         Obras decorativas en el Templo de Anhur - Shu en Sebennytos y el cercano Templo de Isis en Behbeit El Hagar; 
·         Templo de Horus en Tanis; 
·         Templo de Arsinoe en Pithom; 
·         Anubeion en el Serapeum en Saqqara; 
·         Restauración del Templo de Min en Akhmin; 
·         Templo de Min e Isis en Koptos; 
·         Ampliación de la casa natal del complejo del Templo de Dendera; 
·         Trabajo decorativo en el Templo de Opet en Karnak y el pilón norte del Recinto de Mut en Karnak, Tebas. 
Bajorrelieve en el templo de File, mostrando a Ptolomeo II oferente ante Isis.

El templo septentrional no decorado de Min e Isis data del período ptolemaico.  Las estructuras anteriores en el sitio se remontan al Reino Medio, con un trabajo significativo durante el reinado del Nuevo Reino de Tutmosis III. El templo fue reconstruido durante el período ptolemaico.  El trabajo posterior se ha atribuido a un funcionario llamado Sennuu-shepsi en nombre de Ptolomeo II Filadelfo (fallo desde 281 a. C. hasta 246 a. C.). Este templo del norte tiene algunas adiciones posteriores por Ptolomeo IV Filopator gobernando desde 221 hasta 205 a. C.  Era el hijo de Ptolomeo III y Berenice II de Egipto y el cuarto faraón del Egipto ptolemaico, cuando comenzó la decadencia del reino ptolemaico. Se agregaron más adiciones por parte de los emperadores Julio-Claudianos de Roma, Calígula y Nerón.  El segundo pilón todavía lleva el texto de dedicación de Nerón, y el cartucho de Calígula aparece en el extremo norte de esta estructura.  En la corte del templo se encontró un tocado de una estatua de Arsinoe II, la esposa de Ptolomeo II Filadelfo. Una capilla del período Saite se encuentra en la corte. Los restos de esta capilla de Osiris, erigida por Amasis II de la 26a dinastía,  también se encontraron cerca del templo del norte.  Fue construido por Ahmose-si-Neith.  Las escenas en la fachada del templo muestran al rey deificado Ptolomeo I Soter saliendo de un palacio, mientras que otros elementos, como una tríada y una estela, datan de la época de Ramsés II. 
Este templo se encuentra en el sitio de las estructuras anteriores del antiguo templo egipcio. Los depósitos de la fundación apuntan a un templo de Thutmosis III de la XVIII Dinastía.  Otro templo pertenecía a Amenemhat I y su hijo, Senusret I, ambos de la XII Dinastía. Se muestra a Senusret I recibiendo vida de Bubastis y Nekhbet.  Dentro de este templo se encontró un decreto del gobernante de la dinastía 17 Nubkheperre Intef por la puerta este. El decreto describe cómo Nubkheperre Intef depuso a un hombre llamado Teti. 

Administración 
El Egipto ptolemaico fue administrado por una complicada estructura burocrática. Es posible que gran parte de la estructura ya se haya desarrollado en el reinado de Ptolomeo I, pero la evidencia de ello, principalmente en forma de papiros documentales, solo existe a partir del reinado de Ptolomeo II. En la cima de la jerarquía, en Alejandría, había un pequeño grupo de funcionarios, extraídos de los filoi (amigos) del rey. Estos incluían el epistolographos ('redactor de cartas', responsable de la diplomacia), el hypomnematographos ('escritor de memorandos' o el secretario jefe), el prostagmaton epi ton ('a cargo de los comandos', que produjo los borradores de los edictos reales), los generales clave y los dioiketes ('administrador del hogar', que estaba a cargo de los impuestos y la administración provincial). Los dioiketes durante la mayor parte del reinado de Ptolomeo II fueron Apolonio (262-245 a. C.). El enorme archivo de su secretario personal, Zenón de Kaunos, ha sobrevivido. Como resultado, es la administración del campo la más conocida por la erudición moderna. 
Todo Egipto estaba dividido en treinta y nueve distritos, llamados nomes (porciones), cuyos nombres y fronteras habían permanecido prácticamente iguales desde los primeros tiempos faraónicos. Dentro de cada nombre, había tres funcionarios: el nomarca (líder del nombre) que estaba a cargo de la producción agrícola, los oikonomos (administrador del hogar) que estaban a cargo de las finanzas y el basilikos grammateus (secretario real), quien estaba a cargo de agrimensura y mantenimiento de registros. Los tres funcionarios respondieron a los dioiketes y tuvieron el mismo rango, la idea es que cada uno actuaría como un control sobre los demás y evitaría que los funcionarios desarrollaran bases de poder regionales que pudieran amenazar el poder del rey. Cada pueblo tenía un komarch (líder del pueblo) y un komogrammateus (secretario del pueblo), que informaron al nomarch y al basilikos grammateus respectivamente. A través de este sistema, se creó una cadena de mando que iba desde el rey hasta cada una de las tres mil aldeas de Egipto. Cada nomo también tenía sus propios estrategas (general), que estaba a cargo de las tropas asentadas en el nome y respondía directamente al rey. 
Un objetivo clave de este sistema administrativo era extraer la mayor cantidad de riqueza posible de la tierra, para que pudiera desplegarse con fines reales, particularmente la guerra. Logró este objetivo con la mayor eficiencia bajo Ptolomeo II. Las medidas particulares para aumentar la eficiencia y los ingresos están atestiguadas desde el comienzo de la Segunda Guerra Siria. Un decreto, conocido como el Papiro de las leyes de ingresos se emitió en 259 a. C. para aumentar los rendimientos fiscales. Es una de nuestras pruebas clave para la operación prevista del sistema tributario ptolemaico. El papiro establece un régimen de agricultura fiscal (telonia) para el vino, la fruta y el aceite de ricino.. Los particulares le pagaron al rey una suma global por adelantado por el derecho de supervisar la recaudación de los impuestos (aunque la recaudación real fue realizada por funcionarios reales). Los agricultores tributarios recibieron cualquier exceso de los impuestos recaudados como ganancia.  Este decreto fue seguido en el 258 a. C. por un 'Inventario general' en el que se encuestó a todo Egipto para determinar la cantidad de diferentes tipos de tierra, riego, canales y bosques dentro del reino y la cantidad de ingresos eso podría ser recaudado de ella.  Se hicieron esfuerzos para aumentar la cantidad de tierra cultivable en Egipto, particularmente mediante la recuperación de grandes cantidades de tierra del lago Moeris en el Fayyum. Ptolomeo distribuyó esta tierra a los soldados ptolemaicos como fincas agrícolas en el 253 a. C.  Los papiros Zenon también registran experimentos de los dioiketes Apollonius para establecer regímenes de cultivos comerciales, particularmente el cultivo de aceite de ricino, con éxito mixto. Además de estas medidas centradas en la agricultura, Ptolomeo II también estableció amplias operaciones de extracción de oro, en Nubia en Wadi Allaqi y en el desierto oriental de Abu Zawal.

Becas y cultura 
Ptolomeo II fue un entusiasta patrocinador de la beca, financió la expansión de la Biblioteca de Alejandría y patrocinó la investigación científica. Poetas como Calímaco, Teócrito, Apolonio de Rodas, Posidipo recibieron estipendios y produjeron obras maestras de poesía helenística, incluidos panegíricos en honor de la familia ptolemaica. Otros eruditos que operan bajo los auspicios de Ptolomeo incluyen al matemático Euclides y al astrónomo Aristarco. Se cree que Ptolomeo encargó a Manetón que compusiera su Aegyptiaca, un relato de la historia egipcia, quizás con la intención de hacer que la cultura egipcia sea inteligible para sus nuevos gobernantes.  Una tradición preservada en la Carta pseudoepigráfica de Aristeas presenta a Ptolomeo como la fuerza impulsora detrás de la traducción de la Biblia hebrea al griego como la Septuaginta. Esta cuenta contiene varios anacronismos y es poco probable que sea cierta. Es probable que la traducción griega de la Biblia hebrea haya tenido lugar entre los judíos de Alejandría, pero probablemente fue un proceso prolongado en lugar de un solo momento de traducción.

Relaciones con el Mediterráneo occidental 
Ptolomeo II y el Rey Hiero II de Siracusa se conocen regularmente como haber disfrutado de relaciones particularmente estrechas. Existe evidencia sustancial para el intercambio de bienes e ideas entre Siracusa y Alejandría. Hiero parece haber modelado varios aspectos de su autor representación real y quizás su sistema tributario, el Lex Hieronica en modelos ptolemaicos. Dos de las luminarias de la corte de Ptolomeo II, el poeta Theocritus y el matemático e ingeniero Arquímedes, vinieron y finalmente regresaron a Siracusa. La evidencia numismática parece indicar que Ptolomeo II financió el ascenso original de Hiero II al poder: se ha demostrado que una serie de monedas de bronce ptolemaicas conocidas como el 'Escudo de Galacia sin Sigma' acuñadas entre el 271 y el 265 a. C. se acuñaron en la propia Sicilia, en La base de su estilo, forma de flan, ejes de matriz, peso y puntos de búsqueda. El primer grupo parece haber sido acuñado por una menta ptolemaica, quizás abandonada allí en 276 a. C. después de la retirada de Pirro de Epiro de Sicilia. Les sucede una serie que parece haber sido acuñada por la menta Syracusana regular, tal vez en el estallido de la Primera Guerra Púnica en 265 a. C. 
Ptolomeo II cultivó buenas relaciones con Cartago, en contraste con su padre, que parece haber ido a la guerra con ellos al menos una vez. Una razón para esto puede haber sido el deseo de flanquear a Magas de Cirene, que compartió una frontera con el imperio cartaginés en los Altares de Philaeni.  Ptolomeo también fue el primer gobernante egipcio en entablar relaciones formales con la República romana. Una embajada de Ptolomeo visitó la ciudad de Roma en el 273 a. C. y estableció una relación de amistad (latín: amicitia).  Estas dos amistades se pusieron a prueba en 264 a. C., cuando la Primera Guerra Púnica estalló entre Cartago y Roma, pero Ptolomeo II permaneció estudiosamente neutral en el conflicto, rechazando una solicitud cartaginesa directa de asistencia financiera. 

Relaciones con la India 
Ptolomeo es registrado por Plinio el Viejo como haber enviado un embajador llamado Dionisio a la corte de Mauryan en Pataliputra en India,  probablemente al Emperador Ashoka:
"Pero [la India] ha sido tratada por varios otros escritores griegos que residían en los tribunales de los reyes indios, como, por ejemplo, Megasthenes, y por Dionisio, que fue enviado allí por Filadelfo, expresamente con el propósito: todos los cuales han ampliado el poder y los vastos recursos de estas naciones ". Plinio el Viejo, "La historia natural", cap. 21 

También se lo menciona en los Edictos de Ashoka como receptor del proselitismo budista de Ashoka:
Ahora es la conquista por Dhamma que el Amado Siervo de los Dioses considera la mejor conquista. Y su [conquista por Dhamma] se ha ganado aquí, en las fronteras, incluso a seiscientas yojanas de distancia, donde el rey griego Antiochos gobierna, más allá de allí donde los cuatro reyes llamados Ptolomeo, Antigonos, Magas y Alejandro gobiernan, igualmente en el sur entre los Cholas, los Pandyas y hasta Tamraparni. Rock Edicto Nb13 (S. Dhammika).

Familia
Ptolomeo se casó con su primera esposa, Arsinoe I, hija de Lisímaco, entre 284 y 281 a. C. Ella era la madre de sus hijos legítimos: 
Nombre Nacimiento Muerte Notas
Ptolomeo III Euergetes C. 285-275 a.C Octubre / diciembre 222 a.C Sucedió a su padre como rey en 246 a. C.
Lisimaco 221 a.C
Berenice Phernopherus C. 275 a.C? Septiembre / octubre de 246 a. C. Se casó con el rey seléucida Antíoco II Theos.
Después de que Ptolomeo II repudió a Arsinoe en el año 270 a. C., se casó con su hermana mayor, Arsinoe II, de pura sangre, viuda de Lisímaco, probablemente en el 273 a. C. No tenían descendencia, pero en los años 260 a. C., los hijos de Arsinoe I fueron declarados legalmente como sus hijos.
Ptolomeo II también tenía varias concubinas. Se dice que con una mujer llamada Bilistiche tuvo un hijo (ilegítimo) llamado Ptolomeo Andromachou. Tenía muchas amantes, incluidas Agathoclea (?), Aglais (?) Hija de Megacles, el copero Cleino, Didyme, el arpista Chian Glauce, el flautista Mnesis, la actriz Myrtion, la flautista Pothine y Stratonice. 

Arsínoe II Filadelfo (316-270 a. C.) fue reina de Tracia, primero, y corregente de Egipto, después. Era hija del rey Ptolomeo I Sóter de Egipto y de Berenice.
En 300 a. C. se casó con Lisímaco, rey de Tracia, mucho mayor que ella. Para casarse con ella Lisímaco repudió a Amastris, su primera mujer, y cuando ésta murió concedió a Arsínoe las ciudades de Heraclea Síntica, Amastris y Díon como regalo.
Deseando asegurar la sucesión en sus propios hijos, intrigó contra su hijastro Agatocles, que era hijo del primer matrimonio de Lisímaco y que además estaba casado con Lisandra, hermanastra de la propia Arsínoe. Y no cesó en su empeño hasta que, en 284 a. C., Agatocles fue condenado a muerte gracias a los ardides de Arsínoe. Pero esta muerte sería fatal para sus planes, pues Lisandra buscó protección en la corte de Seleuco, que estaba encantado de tener un pretexto para marchar contra Lisímaco.
En la guerra que siguió, Seleuco logró vencer y matar a Lisímaco, por lo que Arsínoe tuvo que huir con sus hijos a Éfeso (que entonces se llamaba Arsínoe en su honor) y de ahí a Casandreia (Macedonia). Seleuco sólo reinó en Macedonia unos pocos meses, pues fue asesinado por Ptolomeo Cerauno, el hermanastro de Arsínoe que se acababa de proclamar rey del país.
Deseando librarse de los hijos de Arsínoe, que podrían convertirse en pretendientes al trono, Ptolomeo Cerauno propuso matrimonio a Arsínoe, disimulando sus verdaderas intenciones con promesas solemnes y juramentos de lealtad. Una vez que la ingenua aceptó y le abrió las puertas de Casandreia, Ptolomeo asesinó a los dos hijos menores de Arsínoe en presencia de su propia madre, que huyó de nuevo, esta vez a Samotracia y, poco después, a Alejandría de Egipto, donde se casó con su propio hermano, Ptolomeo II Filadelfo, después de intrigar para que se expulsara a la primera mujer de su hermano, Arsínoe I.
Aunque no tuvieron descendencia, Ptolomeo demostró una gran pasión por su hermana y esposa, dándole su nombre a numerosas ciudades y distritos del país, entre otros honores, y parece ser que su amor fue correspondido. Arsínoe colaboró con su marido en el gobierno del país, influyendo favorablemente en el éxito de la Primera Guerra Siria, entre Egipto y el Imperio seléucida.
Cuando Arsínoe murió, el ingenioso arquitecto Dinócrates proyectó por orden de Ptolomeo un fastuoso templo en su honor, cuya cúpula iba a construirse con piedra imán. De esta forma colocarían una estatua metálica de la homenajeada que quedaría suspendida en el aire por efecto del magnetismo. Pero la muerte del arquitecto y del mismo Ptolomeo dio al traste con la construcción.
El epíteto de Filadelfo (que ama a su hermano), que compartió con su marido, le fue dado por sus paisanos macedonios, escandalizados por el incesto, que era una antigua costumbre practicada por los reyes de la monarquía egipcia.
Ptolomeo III Euergetes
Ptolomeo III Euergetes ("Ptolomeo el Benefactor"; c. 280 - noviembre/diciembre de 222 a. C.) fue el tercer rey de la dinastía ptolemaica en Egipto del 246 al 222 a. C. El Reino Ptolemaico alcanzó el apogeo de su poder durante su reinado.
Busto de Ptolomeo III

Ptolomeo III era el hijo mayor de Ptolomeo II y su primera esposa Arsínoe I. Cuando Ptolomeo III era joven, su madre fue deshonrada y lo sacaron de la sucesión. Fue restaurado como heredero al trono a finales de los años 250 a. C. y sucedió a su padre como rey sin problemas en el 246 a. C. En su sucesión, Ptolomeo se casó con Berenice II, reina reinante de Cirenaica, trayendo así su territorio al reino ptolemaico. En la Tercera Guerra Siria (246-241 a. C.), Ptolomeo III invadió el imperio seléucida y ganó una victoria casi total, pero se vio obligado a abandonar la campaña como resultado de un levantamiento en Egipto. Después de esta rebelión, Ptolomeo forjó un vínculo más estrecho con la élite sacerdotal egipcia, que se codificó en el decreto Canopus de 238 a. C. y estableció una tendencia para el poder ptolemaico en Egipto para el resto de la dinastía. En el Egeo, Ptolomeo sufrió un gran revés cuando su flota fue derrotada por los Antígonos en la Batalla de Andros alrededor del 245 a. C., pero continuó ofreciendo apoyo financiero a sus oponentes en Grecia continental durante el resto de su reinado. A su muerte, Ptolomeo fue sucedido por su hijo mayor, Ptolomeo IV Filopator.

Antecedentes y vida temprana 
Ptolomeo III nació alrededor del año 280 a. C., como el hijo mayor de Ptolomeo II de Egipto y su primera esposa, Arsinoe I, hija del rey Lisímaco de Tracia. Su padre se había convertido en corregente de Egipto en 284 a. C. y único gobernante en 282 a. C. Alrededor del año 279 a. C., el colapso del reino de Lisímaco llevó al regreso a Egipto de la hermana de Ptolomeo II, Arsinoe II, que se había casado con Lisímaco. Un conflicto estalló rápidamente entre Arsinoe I y Arsinoe II. Algún tiempo después del 275 a. C., Arsinoe I fue acusado de conspiración y exiliado a Coptos.  Cuando Tolomeo se casó con Arsinoe II (probablemente en 273/2 a. C.), su victoria en este conflicto fue completa. Como hijos de Arsinoe I, Ptolomeo III y sus dos hermanos parecen haber sido retirados de la sucesión después de la caída de su madre.  Este trasfondo político puede explicar por qué Ptolomeo III parece haberse criado en Thera en el Egeo, en lugar de en Egipto.  Los tutores de Ptolomeo incluyeron al poeta y polímato Apolonio de Rodas, más tarde jefe de la Biblioteca de Alejandría. 
Desde 267 a. C., una figura conocida como Ptolomeo "el Hijo" fue corregente con Ptolomeo II. Dirigió las fuerzas navales en la guerra de Chremonidean (267-261 a. C.), pero se rebeló en el 259 a. C. al comienzo de la Segunda Guerra Siria y fue retirado de la corregencia. Algunos estudiosos han identificado a este individuo con Ptolomeo III. Esto parece poco probable, ya que Ptolomeo III probablemente era demasiado joven para liderar fuerzas en la década de 260 y no parece haber sufrido ninguna de las consecuencias negativas que se esperarían si se hubiera rebelado de su padre en el 259 a. C. Chris Bennett ha argumentado que Ptolomeo "el Hijo" era un hijo de Arsinoe II de Lisímaco.  Alrededor de la época de la rebelión, Ptolomeo II legitimó a los hijos de Arsinoe I al hacer que Arsinoe II los adoptara póstumamente. 
A finales de los años 250 a. C., Ptolomeo II arregló el compromiso de Ptolomeo III con Berenice, la única hija del rey Magas de Cirene.  La decisión de soltar a Ptolomeo III para este matrimonio indica que, en este momento, él era el presunto heredero. A la muerte de su padre, Ptolomeo III lo sucedió sin problemas, tomando el trono el 28 de enero de 246 a. C. 

Reinado 
Cirenaica (246 a. C.) 
Moneda de oro octodrachm que representa a Berenice II.

Cirene había sido el primer territorio ptolemaico fuera de Egipto, pero Magas se había rebelado contra Ptolomeo II y se declaró rey de Cirenaica en el 276 a. C. El compromiso antes mencionado de Ptolomeo III con Berenice tenía la intención de conducir a la reunificación de Egipto y Cirene después de la muerte de Magas. Sin embargo, cuando Magas murió en el año 250 a. C., la madre de Berenice, Apame, se negó a cumplir el acuerdo e invitó a un príncipe antigonida, Demetrius de Fair, a Cirene para casarse con Berenice. Con la ayuda de Apame, Demetrius tomó el control de la ciudad, pero fue asesinado por Berenice.  Un gobierno republicano, liderado por dos cirenaicos llamados Ecdelus y Demophanes controlaron Cirene durante cuatro años.
Fue solo con la adhesión de Ptolomeo III en 246 a. C., que la boda de Ptolomeo III y Berenice parece haber tenido lugar. La autoridad ptolemaica sobre Cirene fue reafirmada con fuerza. Se establecieron dos nuevas ciudades portuarias, llamadas Ptolemais y Berenice (modernos Tolmeita y Benghazi) en honor a la pareja dinástica. Las ciudades de Cirenaica se unificaron en una Liga supervisada por el rey, como una forma de equilibrar el deseo de autonomía política de las ciudades con el deseo de control de los ptolemaicos.

Tercera guerra siria (246-241 a.C) 
En julio de 246 a. C., Antíoco II Theos, rey del imperio seléucida murió repentinamente. Con su primera esposa, Laodice I, Antíoco tuvo un hijo, Seleuco II, que tenía unos 19 años en 246 a. C. Sin embargo, en 253 a. C., acordó repudiar a Laodice y casarse con la hermana mayor de Ptolomeo III, Berenice Phernophorus. Por ella, tuvo otro hijo, llamado Antíoco, que todavía era un bebé en 246 a. C. Una disputa de sucesión estalló inmediatamente después de la muerte de Antíoco II. Ptolomeo III invadió rápidamente Siria en apoyo de su hermana y su hijo, marcando el comienzo de la Tercera Guerra Siria (también conocida como la Guerra de Laodicea). 
Un relato de la fase inicial de esta guerra, escrito por el propio Ptolomeo III, se conserva en el papiro de Gurob. Al estallar la guerra, Laodice y Seleuco tenían su base en el oeste de Asia Menor, mientras que Berenice Phernophorus estaba en Antioquía. Este último rápidamente tomó el control de Cilicia para evitar que Laodice ingrese a Siria. Mientras tanto, Ptolomeo III marchó a lo largo de la costa levantina encontrando resistencia mínima. Las ciudades de Seleucia y Antioch se rindieron a él sin luchar a finales de otoño.  En Antioquía, Ptolomeo III fue al palacio real para planificar sus próximos movimientos con Berenice en persona, solo para descubrir que ella y su pequeño hijo habían sido asesinados. 
En lugar de aceptar la derrota frente a este revés, Ptolomeo III continuó su campaña a través de Siria y hacia Mesopotamia, donde conquistó Babilonia a fines del 246 o principios del 245 a. C.  A la luz de este éxito, Ptolomeo III pudo haber sido coronado como "Gran Rey" de Asia.  A principios de 245 a. C., Ptolomeo estableció un gobernador de la tierra "al otro lado" del Éufrates, lo que indica la intención de incorporar permanentemente la región en el reino ptolemaico. 

Revuelta egipcia (245 a. C.)
En este punto, sin embargo, Ptolomeo recibió un aviso de que había estallado una revuelta en Egipto y se vio obligado a regresar a su hogar para reprimirla.  En julio de 245 a. C., los seléucidas habían recapturado Mesopotamia.  La revuelta egipcia es significativa como la primera de una serie de levantamientos egipcios nativos que afectarían a Egipto durante el próximo siglo. Una de las razones de esta revuelta fueron las pesadas cargas impositivas impuestas al pueblo de Egipto por la guerra de Ptolomeo III en Siria. Además, los registros de papiros indican que la inundación del río Nilo falló en 245 a. C., lo que provocó una hambruna.  Los estudios de cambio climático sugieren que esto resultó de los cambios del monzón patrón en ese momento, resultante de una erupción volcánica que tuvo lugar en 247 a. C. 
Después de su regreso a Egipto y la supresión de la revuelta, Ptolomeo III hizo un esfuerzo por presentarse como un rey victorioso en contextos culturales egipcios y griegos. La propaganda oficial, como OGIS 54, una inscripción establecida en Adulis, exageró enormemente las conquistas de Ptolomeo, reclamando incluso a Bactria entre sus conquistas. En el año nuevo en 243 a. C., Ptolomeo se incorporó a sí mismo y a su esposa en el culto estatal ptolemaico, para ser adorado como Theoi Euergetai (Dioses benefactores), en honor a su restauración en Egipto de estatuas encontradas en los territorios seléucidas, que habían sido capturado por los persas.   
Una estatua que puede representar Ptolomeo III Euergetes en forma faraónica

Fin de la guerra
También puede haber habido un segundo teatro para esta guerra en el Egeo. Un general Ptolomeo hijo de Andromachus (posiblemente un hijo ilegítimo de Ptolomeo II) capturó a Éfeso de los seléucidas en 246 a. C. En una fecha incierta alrededor del 245 a. C., libró una batalla naval en Andros contra Antigonus II Gonatas, rey de Macedonia, en el que las fuerzas ptolemaicas fueron derrotadas. Parece que luego dirigió una invasión de Tracia, donde Maroneia y Aenus estaban bajo control ptolemaico a partir del 243 a. C. Posteriormente fue asesinado en Éfeso por soldados tracios bajo su control. 
La única acción adicional conocida de la guerra son algunos combates cerca de Damasco en 242 a. C.  Poco después de esto, en 241 a. C., Ptolomeo hizo las paces con los seléucidas, reteniendo todo el territorio conquistado en Asia Menor y el norte de Siria. Casi toda la costa mediterránea desde Maroneia en Tracia hasta Syrtis en Libia estaba ahora bajo control ptolemaico. Una de las adquisiciones más significativas fue Seleucia Pieria, el puerto de Antioquía, cuya pérdida fue un importante revés económico y logístico para los seléucidas. 

Reinado posterior (241-222 a. C.) 
Asia menor y los seléucidas
La conclusión de la Tercera Guerra Siria marcó el final de la intervención militar en los territorios seléucidas, pero Ptolomeo III continuó ofreciendo asistencia financiera encubierta a los opositores de Seleuco II. Desde 241 a. C., esto incluía a Antíoco Hierax, el hermano menor de Seleuco II, quien se rebeló contra su hermano y estableció su propio reino separado en Asia Menor. Ptolomeo III envió fuerzas militares para apoyarlo solo cuando un grupo de mercenarios de Galacia se rebeló contra él,  pero es probable que lo haya apoyado más tácitamente durante su conflicto con Seleuco. Ofreció un apoyo similar a Atalo I, la dinastía de Pérgamo, que aprovechó este conflicto civil para expandir sus territorios en el noroeste de Asia Menor. Cuando el general seléucida Aqueo fue enviado en 223 a. C. para reconquistar los territorios de Asia Menor que habían perdido ante Atalo, Ptolomeo III envió a su hijo Magas con una fuerza militar para ayudar a Atalo, pero no pudo evitar la derrota de Atalo. 

Grecia continental y la guerra de Cleomenean
Ptolomeo III mantuvo la política hostil de su padre hacia Macedonia. Esto probablemente involucró un conflicto directo con Antigonus II durante la Tercera Guerra Siria, pero después de la derrota en Andros en c. 245 a. C., Ptolomeo III parece haber regresado a la política de oposición indirecta, financiando a los enemigos de los Antígonos en Grecia continental. El más destacado de ellos fue la Liga Acaya, una federación de ciudades-estado griegas en el Peloponeso que se unieron por su oposición a Macedonia. Desde 243 a. C., Ptolomeo III era el líder nominal (hegemón) y el comandante militar de la Liga y les proporcionaba un pago anual.  Después de 240 AC, Ptolomeo también forjó una alianza con la Liga etolia en el noroeste de Grecia.  Del 238 al 234 a. C., las dos ligas emprendieron la Guerra Demetria contra Macedonia con el apoyo financiero ptolemaico. 
Sin embargo, en 229 a. C., estalló la Guerra de Cleomenean (229-222 a. C.) entre la Liga Acaya y Cleomenes III de Esparta. Como resultado, en 226 a. C., Aratos de Sicyon, el líder de la Liga de Achaian, forjó una alianza con el rey macedonio Antigonus III Doson. Ptolomeo III respondió rompiendo inmediatamente las relaciones con la Liga Acaya y redirigiendo su apoyo financiero a Esparta. La mayoría del resto de los estados griegos fueron puestos bajo el paraguas de Macedonia en 224 a.C. cuando Antígono estableció la "Liga Helénica". Sin embargo, Etolia y Atenas permanecieron hostiles a Macedonia y redoblaron su lealtad a Ptolomeo III. En Atenas, en 224 a. C., se otorgaron grandes honores a Ptolomeo III para afianzar su alianza con él, incluida la creación de una nueva tribu llamada Ptolemais en su honor y un nuevo deme llamado Berenicidae en honor de la reina.  Los atenienses instituyeron un culto religioso estatal en el que Ptolomeo III y Berenice fueron adorados como dioses, incluido un festival, el Ptolemaia. El centro del culto fue el Ptolemaion, que también sirvió como el gimnasio donde se educó a la juventud ateniense. 
Grecia en la época de la guerra de Cleomenes

Cleomenes sufrió serias derrotas en 223 a. C. y Ptolomeo III abandonó su apoyo para él en el próximo año, probablemente como resultado de un acuerdo con Antigonus. Ptolomeo III parece no haber estado dispuesto a enviar tropas reales a Grecia, particularmente cuando se avecinaba la amenaza de una guerra renovada con los seléucidas. Cleomenes fue derrotado y obligado a huir a Alejandría, donde Ptolomeo III le ofreció hospitalidad y prometió ayudarlo a recuperarlo al poder.  Sin embargo, estas promesas no se cumplieron, y la Guerra de Cleomenia sería, de hecho, la última vez que los Ptolomeos intervinieron en Grecia continental.

Muerte
En noviembre o diciembre de 222 a. C., poco después de la llegada de Cleomenes a Egipto y el fracaso de Magas en Asia Menor, Ptolomeo III murió por causas naturales.  Fue sucedido por su hijo Ptolomeo IV Filopator sin incidentes.

Régimen 
Ideología faraónica y religión egipcia 
Patio delantero del Templo de Horus en Edfu, construido bajo Ptolomeo III.

Ptolomeo III se basó en los esfuerzos de sus predecesores para ajustarse al modelo tradicional del faraón egipcio. Fue responsable del primer ejemplo conocido de una serie de decretos publicados como inscripciones trilingües en bloques de piedra masivos en griego antiguo, jeroglíficos egipcios y demóticos. Decretos anteriores, como la estela Satrap y la estela Mendes, habían estado en jeroglíficos solos y habían sido dirigidos a santuarios individuales. Por el contrario, el decreto Canopus de Ptolomeo III fue producto de un sínodo especial de todos los sacerdotes de Egipto, que se celebró en 238 a. El decreto instituyó una serie de reformas y representa el establecimiento de una asociación plena entre Ptolomeo III como Faraón y la élite sacerdotal egipcia. Esta asociación perduraría hasta el final de la dinastía ptolemaica. En el decreto, el sacerdocio egipcio alaba a Ptolomeo como un faraón perfecto. Destacan el apoyo de Ptolomeo al sacerdocio, su éxito militar en la defensa de Egipto y en la restauración de los artefactos religiosos supuestamente en poder de los seléucidas, y su buen gobierno, especialmente un incidente cuando Ptolomeo importó, a su costa, una gran cantidad de grano para compensar Una inundación débil. El resto del decreto consiste en reformas a las órdenes sacerdotales (phylai). El decreto también agregó un día bisiesto al calendario egipcio de 365 días, e instituyó cambios relacionados en los festivales. La hija pequeña de Ptolomeo, Berenice, murió durante el sínodo y la estela organiza su deificación y adoración continua. Los sínodos sacerdotales emitirían más decretos bajo los sucesores de Ptolomeo. Los ejemplos más conocidos son el Decreto de Memphis, alrededor del 218 a. C., aprobado por su hijo, Ptolomeo IV, así como la famosa Piedra de Rosetta erigida por Ptolomeo Epifanés, su nieto, en 196 a. C.
Los primeros Ptolomeos habían seguido el ejemplo de Alejandro Magno al priorizar el culto de Amón, adorado en Karnak en Tebas entre las deidades egipcias. Con Ptolomeo III, el enfoque cambió fuertemente a Ptah, adorado en Memphis. Avatar terrenal de Ptah, el toro Apis llegó a desempeñar un papel crucial en los festivales reales de año nuevo y los festivales de coronación. Este nuevo enfoque está referenciado por dos elementos del título faraónico de Ptolomeo III: su nomen que incluía la frase Mery-Ptah (amada de Ptah), y su nombre dorado de Horus, Nab khab usó mi ptah-tatenen (festivales del Señor del Jubileo y Ptah Tatjenen). 
Ptolomeo III financió proyectos de construcción en templos en todo Egipto. El más significativo de estos fue el Templo de Horus en Edfu, una de las obras maestras de la arquitectura del antiguo templo egipcio y ahora el mejor conservado de todos los templos egipcios. Ptolomeo III inició su construcción el 23 de agosto de 237 a. C.  El trabajo continuó durante la mayor parte de la dinastía ptolemaica; el templo principal se terminó en el reinado de su hijo, Ptolomeo IV, en 231 a. C., y el complejo completo solo se completó en 142 a. C., durante el reinado de Ptolomeo VIII, mientras que los relieves en el gran pilón se terminaron en el reinado de Ptolomeo XII. Otros trabajos de construcción se llevaron a cabo en una variedad de sitios, incluidos (de norte a sur):
·         Serapeum en Alejandría
·         Templo de Osiris en Canopus; 
·         Obras decorativas en el Templo de Isis en Behbeit El Hagar, cerca de Sebennytos;
·         Un lago sagrado en el Templo de Montu en Medamud; 
·         La puerta de entrada de Ptolomeo III en el Templo de Khonsu y trabajos decorativos en el Templo de Opet en Karnak Tebas. 
·         Templo de Khnum en Esna
·         Una casa natal en el Templo de Isis en Filae.  

Bajorrelieve de la puerta de acceso al templo de Mut, en Karnak representando a Ptolomeo III acompañado de músicos, ante las diosas Mut y Sejmet.

Becas y cultura 
Ptolomeo III continuó el patrocinio de su predecesor de erudición y literatura. La Gran Biblioteca en el Musaeum se complementó con una segunda biblioteca construida en el Serapeum. Se decía que había incautado y copiado todos los libros descargados en los muelles de Alejandría, devolviendo las copias a sus propietarios y conservando los originales para la Biblioteca.  Se dice que tomó prestados los manuscritos oficiales de Esquilo, Sófocles y Eurípides de Atenas y perdió el depósito considerable que pagó por ellos para conservarlos en la Biblioteca en lugar de devolverlos. El erudito más distinguido en la corte de Ptolomeo III fue el polímato y geógrafo Eratóstenes, más conocido por su cálculo notablemente preciso de la circunferencia del mundo. Otros eruditos destacados incluyen a los matemáticos Conon de Samos y Apolonio de Perge. 

Comercio del Mar Rojo 
El reinado de Ptolomeo III también estuvo marcado por el comercio con otras políticas contemporáneas. En la década de 1930, las excavaciones de Mattingly en una fortaleza cercana a Port Dunford (la probable Nikon de la antigüedad) en el actual sur de Somalia arrojaron varias monedas ptolemaicas. Entre estas piezas había 17 monedas de cobre de los reinados de Ptolomeo III a Ptolomeo V, así como las monedas de la última Roma imperial y el sultanato mameluco. 

Familia. Matrimonio
Ptolomeo III se casó con su prima Berenice de Cirene en 244/243 a. C. Sus hijos fueron: 
Ptolomeo III Evergetes, a diferencia de su padre, fue un buen general, que guió personalmente sus ejércitos en la gran campaña que le proporcionó gloria y el apodo de Evergetes, Benefactor. En breve veremos por qué, lo que nos dará una idea de qué era importante para los pueblos antiguos.
Ya vimos al analizar la vida de su padre, Ptolomeo II, que éste el año 253 a.C. Casó a su hija Berenice Sira con Antíoco II, como medio de terminar la Segunda Guerra Siria, que no le estaba yendo nada favorablemente. También hemos sabido que la condición para recuperar Siria la dote de Berenice, media Celesiria, era que el heredero del Imperio Seléúcida fuese el varón que naciera de este matrimonio, debiendo repudiar previamente Antíoco II a su primera esposa, Laódice, madre de dos hijos, Seleúco y Antíoco. Repudiola Antíoco, de modo que madre e hijos se fueron a vivir a Éfeso, suficientemente lejos de la corte.  Y engendró Antíoco II un precioso varón de su joven y nueva esposa Berenice.
Pero poco antes de la muerte de Ptolomeo II, el año 246, Antíoco II cometió el tremendo error de volver a llamar a su repudiada esposa, Laódice, para que retornara de Éfeso y volver a convivir con ella. Laódice podía pasar porque el rey la repudiara a ella. Pero no consentía, ni al monarca reinante ni a nadie en el mundo, que desheredara a sus hijos, con más derecho al trono Seleúcida que el pequeño infante de la advenediza egipcia. Fingió aceptar sumisamente la voluntad del rey, pero conspiró con algunos nobles leales, quienes se ganaron al maestresala real y, con su complicidad, el mismo año 246 consiguió Laódice envenenar a Antíoco II. Éste moría el mismo año que su suegro, Ptolomeo II. Pero Ptolomeo lo hacía cargado a años y Antíoco, por imprudencia.
Al ver morir a su esposo y padre de su pequeño hijo, de nombre Antíoco B, Berenice Sira, apodada Fernófero por otros historiadores, como el autor del cuadro, no vio claro su futuro y llamó en su auxilio a su hermano, Ptolomeo III, recién ascendido al trono de Egipto. Éste reclutó un amplio ejército, envió una flota hacia el Norte, camino del corazón de Siria, e invadió las tierras Seleúcidas por vía terrestre en apoyo de su hermana. Pero llegó tarde. Para cuando Ptolomeo III llegó a Antioquía sobre el Orontes, la capital occidental del Imperio Seleúcida, la intrigante Laódice también había hecho asesinar a su rival, Berenice Sira, a su pequeño y a todo el personal egipcio que había en la corte como acompañantes de Berenice Sira. Realmente, Berenice era su enemiga y el objeto de su odio. Hecho esto, se retiró al Norte, hacia la capital de Asia Menor, ya que en Sardes tenía un punto de apoyo en la figura del gobernador general Alejandro, que apoyó a su sobrino Seleuco II y a su madre. En cambio Éfeso se decantó por el difunto hijo de Berenice Sira, respetando la voluntad del finado Antíoco II, al que su mujer había liquidado de mala manera.
Si algunos nobles de la corte apoyaron a Laódice y a su hijo Seleúco II, numerosas ciudades de Siria, además de Éfeso, acogieron a los egipcios y les abrieron sus puertas. De modo que a Ptolomeo III le fue fácil hacerse con el control de la costa de Asia Menor, y prosiguió su marcha militar hacia el Este. Antes ordenó incendiar la capital, Antioquía sobre el Orontes, como muestra de su ira por el asesinato de su hermana y sobrino. Pasó el Eúfrates y tomó también Seleucia sobre el Tigris, la otra capital, Babilonia, toda Mesopotamia, la Susiana, la Media y se llegó hasta la Bactriana, imitando al lejano Alejandro. Con la autoridad real lejos, en el Norte de Asia Menor, el Imperio no ofreció una resistencia apreciable.
Anteriormente vimos cómo Ptolomeo III partió para auxiliar a su hermana, Berenice Sira, casada con Antíoco  II, recién fallecido, y se adentró con sus ejércitos en tierras seleúcidas, pero llegó tarde y su hermana, junto con su hijo, habían caído ya víctimas de la inquina y del amor maternal combinados de la primera esposa de Antíoco II, Laódice. Puestos ya a conquistar, Ptolomeo III se dedicó a emular al que fuera jefe de su abuelo, Ptolomeo I, Alejandro el Grande, y se llegó hasta la Bactria. Reproducimos el mapa del día pasado para que el lector normal recuerde dónde andaba la Bactria, satrapía persa un poco a trasmano. Hay que decir que Ptolomeo III, recién subido al trono, inició su periplo como Ptolomeo III, pero en cuanto volvió pasó a ser apodado Evergetes, que significa en griego Benefactor.

Zonas del mundo helenístico donde guerreó Ptolomeo III Evergetes.
Y no sólo la Bactria y cuantas al paso están, más hubiera conquistado el enfurecido Ptolomeo de no haberle llegado noticias de que en Egipto algo pasaba, y no bueno. Se lee en unas fuentes que se trataba de una mala cosecha, consecuencia de una crecida irregular del Nilo, y la hambruna originada. Según otras, era un complot palaciego, y no tenía nada que ver con el Nilo y la agricultura. En cualquier caso, era algo que podía causarle problemas domésticos. Decidido a volver sobre sus pasos, dio orden de saquear el Imperio Seleúcida, del que se llevó la enorme cifra de 40.000 talentos de plata y 2.500 estandartes, insignias y efigies de los dioses egipcios, que habían sido fruto del botín que un rey persa anterior, Cambises, hijo de Ciro el Grande, en el 525 a.C., es decir casi 300 años antes, se había llevado de Egipto. Este botín, las imágenes de los dioses egipcios, rescatados de la pérfida Persia, fue lo que le valió el apodo de Evergetes, [de eu = buen y ergon = acto], o Benefactor.  

Aunque dejó guarniciones en las regiones conquistadas, estas conquistas no fueron duraderas, ya que Seleúco II, al que apodarían Calínico sus súbditos, reaccionó prontamente y, cuando Ptolomeo volvió grupas hacia su reino, fue tomando poco a poco las partes más alejadas, conquistadas por el egipcio. Esto es lo que se llama la "Tercera Guerra Siria", que volvió a enfrentar a los dos reinos principales en que quedó dividido el Imperio de Alejandro. De modo que puede decirse que la disposición de Ptolomeo II con Berenice Sira, que iba a asegurar la paz entre los dos reinos vecinos fue de hecho el comienzo de una nueva guerra.
Una lápida descubierta en Adulis dice así:
El rey Ptolomeo III el Grande, hijo del rey Ptolomeo y de la reina Arsínoe, dioses hermano y hermana, hijos del rey Ptolomeo y de la reina Berenice, dioses Salvadores, descendientes por parte de padre de Hércules, hijo de Zeus, y por parte de madre de Diónisos, hijo de Zeus, tras recibir de su padre el reino de Egipto, Libia, Siria, Fenicia, Chipre, Licia, Caria y las islas Cícladas, marchó contra Asia con tropa de infantería y caballería, una flota, elefantes de la tierra de los trogloditas y de Etiopía, a los que su padre y él mismo fueron los primeros en cazar en esos lugares y en equiparlos para la guerra.
Tras asegurarse el dominio de los territorios más occidentales del Eúfrates y Cilicia, Panfilia, Jonia, el Helesponto, Tracia y de todas las fuerzas de esos lugares y de los elefantes indios y tras reducir a la obediencia a todos los gobernantes de esas provincias, cruzó el río Eúfrates y tras haber subyugado a Mesopotamia, Babilonia, Susiana, Pérside, Media y todo el resto de territorio hasta Bactria y, tras haber buscado todos los objetos sagrados que habían siso sacados de Egipto por los persas y haberlos devuelto al país junto con el resto del tesoro de la provincia, envió sus fuerzas con la misión de construir canales ...  *       (el resto de la inscripción se ha perdido.)
* posiblemente, alusión a la retirada de tropas para sanear los canales del Nilo, allá en Egipto.       

Y ya que hablamos del Nilo, veamos una ilustración moderna que puede darnos una idea de cómo era la vida en el Egipto profundo en tiempo de los Ptolomeos.

Parte Izquierda
Parte Derecha

Dominios egipcios bajo Ptolomeo II.

La política de Ptolomeo III, igual que su padre y su abuelo, fue mantener el equilibrio de poder entre el Imperio Seleúcida y los reinos que habían surgido en la parte Norte del mismo, Pérgamo, Bitinia, Capadocia y el Ponto, como medio de favorecer la seguridad de Egipto. Si pasó a la Historia como un gran rey que llevó a Egipto a la cima de su poder puede deberse en parte a que su vecino Seleúcida tuvo problemas por todas partes, ya que fue a Antíoco II a quien se le rebelaron los reinos del Norte ya citados y las satrapías del Este, tales como Batria, Partia, Gedrosia, Sogdiana y Aracosia. Eso quiere decir que no podía ocuparse de su vecino del Oeste, ya que tenía problemas en todos los demás frentes. De modo que una vez más se cumple la regla de que el éxito de un monarca depende de que su contrincante principal tenga problemas serios. 
Ptolomeo III ayudó, si bien muy suavemente, a la Liga Aquea, extensa confederación de ciudades-estado que abarcaba casi todo el Peloponeso, y a los espartanos en su lucha contra el dominio macedonio, aunque procuró evitar mezclarse en las continuas guerras entre seleúcidas y macedonios, siguiendo los consejos de su padre. Dio asilo político al rey espartano Cleómenes III en el 222 cuando fue vencido por Antígono Dosón de Macedonia. Poco después moriría, a los 60 ó 61 años de edad, se dice que envenenado, aunque es un extremo en el que no hay acuerdo entre los historiadores. 

Ptolomeo III prosiguió la política de buenas relaciones con el clero egipcio, dando lo menos posible a cambio del apoyo de los sacerdotes al culto a las difuntas reinas, Arsinoe II, la segunda esposa y hermana de su padre, y Berenice II, su propia esposa, que le precedió en unos meses como candidata a la deidad, muriéndose.
Inició la construcción de una gran Templo, el de Edfu, del que ya hemos tratado con amplitud aquí. No tenía la grandiosidad de Luxor o Karnak, pero era todo un señor Templo. Veamos su pilono de entrada.
Ptolomeo III Evergetes comenzó la construcción del Templo de Edfu a mitad de su reinado, el año 237 a.C. El Templo se terminó de construir 180 años más tarde, el año 56 a.C.
Además de la construcción del Templo ya citado, añadió capillas, altares y estatuas a otros Templos a lo largo de Egipto.
Prosiguió las obras de desecación de la zona pantanos de Al Fayyum, que su abuelo había comenzado, a fin de aumentar la superficie cultivable del país, de donde le llegarían nuevos impuestos. En época ptolemaica, que duraría casi hasta el cambio de era, se formaron diversos cementerios en Al Fayyum y modernamente se han recuperado tumbas con féretros de gentes del pueblo, con unos retratos de los difuntos ciertamente notables. Veremos un ejemplo acto seguido.
Igual que ahora, en la Antigüedad se daban terremotos. Hubo uno en Rodas, antiguo aliado de egipcio. Los efectos eran superiores a los actuales, ya que las estructuras de las construcciones eran mucho más precarias. Ptolomeo III envió auxilio material a Rodas, para ayudar a los habitantes de la isla a superar los efectos del terremoto.
En la línea de proteger la Cultura y de cualificar la población de su capital, concedió la ciudadanía alejandrina a muchos judíos que habían venido a vivir la Ciudad y permitió el culto de la religión judía, financiando en parte la construcción de la sinagoga. Se inició la creación de un barrio judío en la misma.
Potenció la construcción naval, de modo que Egipto volvió a ser una potencia de primer orden en el Egeo. Todo lo anterior contribuyó a elevar la economía del reino, que alcanzó el cénit en su época. Tras él llegó al decadencia, como hemos de ver pronto.
Al final de su reinado, la escasez de plata del Tesoro egipcio le obligó a rebajar la proporción de plata de la acuñación de moneda. Ello era un preludio de lo que iba a pasar en breve.
Después de 25 años de reinado, cuando contaba 61- los mismos que reinara su padre - falleció. Se cree que fue envenenado, aun cuando no se sabe con certeza. Lo que ocurrió al principio del reinado siguiente, que conoceremos en detalle el día próximo, da pie tal vez a esta presunción por parte de algunos historiadores. 
Ya lo hemos dicho, pero Ptolomeo III tuvo de Berenice II de Cirene 7 hijos, tres hembras y cuatro varones. Éstos últimos fueron Ptolomeo IV, que le sucedió, Lisímaco D, Alejandro A y Magas C. Hemos de ver que su sucesor no estuvo a la altura de la dinastía. Cabe preguntarse en la razón por la que su padre, Ptolomeo III, le nombró sucesor, como dice la Historia, conociéndole como debía conocerle y sabiendo de su carácter, débil para ser un monarca absoluto como en aquellos tiempos. Su abuelo, Ptolomeo I, había postergado a su primogénito, Ptolomeo Keraunios, en favor de su segundo hijo, que le sucedió, el padre de Ptolomeo III. Este hecho tenía que ser conocido por Ptolomeo III. A la vista de los hechos que van a suceder a la muerte de Ptolomeo III Evergetes, nos plantearemos algunas dudas sobre su sucesor.
Y como estamos en Egipto, veamos una ilustración moderna que puede darnos una idea de cómo era la vida en el Egipto profundo en tiempo de los Ptolomeos. Hemos hablado del comercio, que los Ptolomeos promovieron, viendo en ello un sumando más de sus necesarias recaudaciones para mantener sus gastos como potencia de primer rango. La agricultura era otra de sus fuentes de ingresos, posiblemente la principal. El Nilo era el canal principal de distribución de productos comerciales. Y al Sur del Nilo la isla de Elefantina era el punto navegable más cercano a las regiones africanas, con las que se comerciaba intensamente. Como de costumbre, ofrecemos la imagen partida en dos, dado el tamaño de la misma

Berenice II Euergetis (267 o 266 a. C. - 221 a. C.) fue reina gobernante de Cirenaica desde aproximadamente 250 a. C. y reina y corregente del Egipto ptolemaico desde 246 a. C. hasta 222 a. C. como esposa de Ptolomeo III Euergetes.
Ella heredó el gobierno de Cirene de su padre, Magas, en 249 a. C. Después de una breve lucha de poder con su madre, Berenice se casó con su primo Ptolomeo III, el tercer gobernante del reino ptolemaico. Este matrimonio condujo a la reincorporación de Cirenaica al imperio ptolemaico. Como reina de Egipto, Berenice participó activamente en el gobierno, se incorporó al culto estatal ptolemaico junto a su esposo y fue adorada como una diosa por derecho propio. Ella es mejor conocida por un episodio de propaganda judicial, que llevó a la constelación de Coma Berenices a su nombre. Berenice fue asesinada por el regente Sosibius poco después de la adhesión de su hijo Ptolomeo IV Filopator en 221 a. C.

La vida
Cirenaica había sido incorporada al reino ptolemaico en 323 a. C., por Ptolomeo I Soter, poco después de la muerte de Alejandro Magno. La región resultó difícil de controlar y alrededor de 300 a. C., Ptolomeo confié la región a Magas, hijo de su esposa Berenice I por un matrimonio anterior. Después de la muerte de Ptolomeo I, Magas afirmó su independencia y participó en la guerra con su sucesor Ptolomeo II Filadelfio. Alrededor del 275 a. C., Magas se casó con Apama, que provenía de la dinastía seléucida, que se había convertido en enemiga de los Ptolomeos.  Berenice II fue su única hija. Cuando Ptolomeo II renovó sus esfuerzos para llegar a un acuerdo con Magas de Cirene a finales de los años 250 a. C., se acordó que Berenice se casaría con su primo, el futuro Ptolomeo III, quien era el heredero de Ptolomeo II. 
El astrónomo Gaius Julius Hyginus afirma que cuando el padre de Berenice, Magas, y sus tropas fueron derrotados en la batalla, Berenice montó un caballo, reunió a las fuerzas restantes, mató a muchos enemigos y llevó al resto a retirarse.  La veracidad de esta historia no está clara y la batalla en cuestión no está atestiguada de otra manera, pero "no es imposible". 
Busto de Berenice II en la Glyptothek de Munich

Reina de Cirene 
Alrededor del 250 a. C., Magas murió, convirtiendo a Berenice en la reina de Cirene. En este punto, la madre de Berenice, Apame, se negó a honrar el acuerdo de matrimonio con los Ptolomeos e invitó a un príncipe antigonida, Demetrius de Fair a Cyrene, para casarse con Berenice. Con la ayuda de Apame, Demetrius tomó el control de la ciudad. Supuestamente, Demetrius y Apame se convirtieron en amantes. Se dice que Berenice los descubrió juntos en la cama y lo asesinó. Apame se salvó. El control de Cirene fue confiado a un gobierno republicano, liderado por dos cirenaicos llamados Ecdelus y Demophanes, hasta la boda real de Berenice con Ptolomeo III en 246 a. C. después de su acceso al trono. 

Reina de Egipto 
Berenice se casó con Ptolomeo III en 246 a. C. después de su ascenso al trono.  Esto trajo a Cirenaica de vuelta al reino ptolemaico, donde permanecería hasta que su tataranieto Ptolomeo Apión lo dejó a la República romana en su testamento en el 96 a. C.

Culto
En 244 o 243 a. C., Berenice y su esposo fueron incorporados a los cultos del estado ptolemaico y fueron adorados como Theoi Euergetai (Dioses benefactores), junto a Alejandro Magno y los primeros Ptolomeos.  Berenice también fue adorada como una diosa por su cuenta, Thea Euergetis (Diosa Benefactora). A menudo se la equiparó con Afrodita e Isis y se la asoció particularmente con la protección contra los naufragios. La mayor parte de la evidencia de este culto deriva del reinado de Ptolomeo IV o posterior, pero un culto en su honor está atestiguado en el Fayyum en el reinado de Ptolomeo III.  Este culto es muy similar al que ofreció a su suegra, Arsinoe II, quien también fue equiparada con Afrodita e Isis, y asociada con la protección contra los naufragios. El paralelismo también se presenta en la moneda de oro acuñada póstumamente en honor de las dos reinas. La moneda de Arsinoe II tiene un par de cuernos de la abundancia en el reverso, mientras que la de Berenice tiene una sola cornucopia.
La divinidad de Berenice está estrechamente relacionada con la historia de "Berenice's Lock". Según esta historia, Berenice prometió sacrificar su cabello largo como una ofrenda votiva si Ptolomeo III regresaba sano y salvo de la batalla durante la Tercera Guerra Siria. Dedicó sus trenzas y las colocó en el templo en Cabo Zephyrium en Alejandría, donde Arsinoe II fue adorado como Afrodita, pero a la mañana siguiente las trenzas habían desaparecido. Conon de Samos, el astrónomo de la corte identificó una constelación como el cabello perdido, alegando que Afrodita lo había colocado en el cielo como un reconocimiento del sacrificio de Berenice. La constelación se conoce hoy en día como Coma Berenices. (Latín para 'Berenice's Lock').  No está claro si este evento tuvo lugar antes o después del regreso de Ptolomeo; Branko Van Oppen de Ruiter sugiere que sucedió después del regreso de Ptolomeo (alrededor de marzo-junio o mayo de 245 a. C.).  Este episodio sirvió para vincular a Berenice con la diosa Isis en su papel de diosa del renacimiento, ya que estaba destinada a dedicar un mechón de su propio cabello a Koptos en luto por su esposo Osiris. 
La historia fue ampliamente propagada por la corte ptolemaica. Se produjeron sellos que representaban a Berenice con la cabeza afeitada y los atributos de Isis/Demeter.  El poeta Callimachus, que vivía en la corte ptolemaica, celebró el evento en un poema, El bloqueo de Berenice, del cual solo quedan unas pocas líneas.  El poeta romano del siglo I a. C. Catulo produjo una traducción o adaptación del poema en latín,  y un resumen en prosa aparece en Hyginus ' De Astronómica.  La historia fue popular en el período moderno temprano, cuando fue ilustrada por muchos pintores neoclásicos.

Juegos Panhelénicos
Berenice ingresó a un equipo de carro en los Juegos Nemean de 243 o 241 a. C. y salió victorioso. El éxito se celebra en otro poema de la Victoria de Berenice de Callimachus. Este poema conecta a Berenice con Io, un amante de Zeus en la mitología griega, que también estuvo relacionado con Isis por los griegos contemporáneos.  Según Hyginus, ella también ingresó a un equipo en los Juegos Olímpicos en una fecha desconocida. 
Una mujer sentada en un fresco de la Villa romana Boscoreale, fechada a mediados del siglo I a. C., que probablemente representa a Berenice II del Egipto ptolemaico con un stephane (es decir, diadema real) en la cabeza 

Muerte
Ptolomeo III murió a fines del 222 a. C. y fue sucedido por su hijo por Berenice, Filopator Ptolomeo IV. Berenice murió poco después, a principios del 221 a. C. Polibio afirma que fue envenenada, como parte de una purga general de la familia real por el regente Sosibio del nuevo rey.  Ella continuó siendo venerada en el culto del gobernante estatal. Para el año 211 a. C., tenía su propia sacerdotisa, el athlophorus ('portador del premio'), que marchaba en procesiones en Alejandría detrás del sacerdote de Alejandro Magno y los Ptolomeos, y el canephorus del deificado Arsinoe II.
Con Ptolomeo III tuvo los siguientes hijos: 

Legado 
La ciudad de Euesperides (ahora la ciudad libia de Benghazi) pasó a llamarse Berenice en su honor, un nombre que conservó hasta la Edad Media.
El asteroide 653 Berenike, descubierto en 1907, también lleva el nombre de la Reina Berenice. 


Ptolomeo IV Philopator
Ptolomeo IV Filopator  ("Ptolomeo, amante de su Padre"; mayo/junio 244 - julio/agosto 204 a. C.), hijo de Ptolomeo III y Berenice II, fue el cuarto faraón dinastía ptolemaica en Egipto  del 221 al 204 a. C.
La sucesión de Ptolomeo al trono fue acompañada por una amplia purga de la familia real ptolemaica, que dejó el control del gobierno del reino en gran parte en manos de sus cortesanos Sosibius y Agathocles. Su reinado estuvo marcado por la Cuarta Guerra Siria (219-217 a. C.) con el imperio seléucida, que culminó en una decisiva victoria ptolemaica en la Batalla de Raphia, una de las batallas más grandes de toda la era helenística. En los últimos años de su gobierno, el control sobre la parte sur del país se perdió para el rebelde faraón Hugronaphor. Ptolomeo IV murió en circunstancias misteriosas en 204 a. C. y fue sucedido por su joven hijo Ptolomeo V Epífanes bajo la regencia de Sosibio y Agatocles.
En fuentes antiguas, Ptolomeo fue criticado por estar más interesado en el lujo y la ceremonia judicial que el gobierno, la política y las relaciones exteriores. El declive de la dinastía ptolemaica generalmente se remonta a su reinado.

Antecedentes y vida temprana 
Ptolomeo IV fue el segundo hijo e hijo mayor de Ptolomeo III y su esposa Berenice II, nacido unos dos años después de la ascensión de su padre al trono de Egipto. Ptolomeo IV tenía una hermana mayor, Arsinoe III, y tres hermanos menores, Lysimachus (nombre incierto), Alexander y Magas, todos nacidos en los años 240 antes de Cristo. Toda la familia es conmemorada por un grupo estatuario establecido en Thermos y Delphi por la Liga Etolia.  Bajo Ptolomeo III, el reino ptolemaico había alcanzado su apogeo, derrotando decisivamente al reino seléucida rival en la Tercera Guerra Siria (246-241 a. C.), financiando la oposición griega continental a Macedonia Antigónida y manteniendo el control de casi toda la costa este del Mediterráneo. Sin embargo, el reinado también estuvo marcado por la primera revuelta nativa egipcia contra el dominio ptolemaico, en 245 a. C. En los últimos años del reinado de Ptolomeo III, la Guerra de Cleomenean (229-222 a. C.) estalló en Grecia y, a pesar de recibir un apoyo ptolemaico sustancial, Cleomenes III de Esparta fue completamente derrotado por una coalición liderada por Antigonid y obligado a huir a Egipto. 
Octadrachm de oro emitido por Ptolemy IV Philopator, Museo Británico

Reinado 
En algún momento entre octubre y diciembre de 222 a. C., Ptolomeo III murió y Ptolomeo IV fue coronado rey. El nuevo rey tenía unos veinte años y estaba bajo la fuerte influencia de dos aristócratas prominentes: Sosibius y Agathocles, el hermano de la amante de Ptolomeo, Agathoclea. Al acceder Ptolomeo, Sosibius diseñó una purga a gran escala de la familia real para eliminar a cualquiera que pudiera oponerse a él. El tío de Ptolomeo IV, Lisimaco, probablemente fue asesinado en este momento.  Se creía que la madre de Ptolomeo, Berenice II, apoyaba a su hermano menor Magas, que había tenido importantes comandos militares y era popular entre el ejército, por lo que Magas murió escaldado en el baño.  Berenice murió poco después y se dice que fue envenenada.  Por el contrario, la hermana de Ptolomeo, Arsinoe III, se asoció estrechamente con el rey. A finales de 220 a. C., Ptolomeo se había casado con ella, reviviendo la tradición del matrimonio entre hermanos que había comenzado el abuelo de Ptolomeo Ptolomeo II Filadelfo y que seguiría siendo la norma para el resto de la dinastía. 

Cuarta Guerra Siria (219-217) 
En 222 a. C., Antíoco III había asumido el trono seléucida e inmediatamente demostró ser un líder dinámico, decidido a restaurar el poder seléucida y revertir las pérdidas que los seléucidas habían sufrido en la Tercera Guerra Siria. En 221 a. C., un año después de su adhesión, Antíoco III invadió los territorios ptolemaicos en Coele-Siria. Fue rechazado por el gobernador ptolemaico de la región, Theodotus, y obligado a girar hacia el este como resultado de la revuelta de su sátrapa de Media, Molon. 
En la primavera de 219 a. C., Antíoco III intentó de nuevo, atacando y capturando la ciudad portuaria clave y el "hogar de la dinastía seléucida" Seleucia Pieria, que había estado bajo el control ptolemaico desde 246 a. Inmediatamente después de esto, Teodoto, que se había vuelto impopular en la corte ptolemaica, cambió al lado seléucida, trayendo a Coele Siria y una gran parte de la flota ptolemaica con él.  Antíoco recibió la rendición de Tiro y Ptolomeo Ake, pero se atascó en asedios prolongados de Sidón y Dora. 
En medio de esto, hubo una revuelta en Alejandría, dirigida por Cleomenes III de Esparta, que Polibio presenta como una seria amenaza para el régimen de Ptolomeo IV. Ptolomeo III había prometido restaurar Cleomenes, que ahora vive en Alejandría con una fuerza de 3.000 mercenarios, al trono espartano, pero su muerte había puesto fin a estos planes. Inicialmente, Ptolomeo IV y Sosibius habían consentido a Cleomenes, viéndolo como un contador para Magas. Pero después de la muerte de Magas, el interés de Ptolomeo disminuyó y Sosibius hizo que el espartano fuera puesto bajo arresto domiciliario. En 219 a. C., mientras Ptolomeo IV estaba en Canopus, Cleomenes se liberó e intentó liderar un levantamiento armado contra Sosibius. Él y sus seguidores lanzaron un ataque contra la ciudadela principal de Alejandría, con la esperanza de liberar a los hombres encarcelados, pero este ataque no tuvo éxito y la gente de Alejandría no respondió a su llamado a levantarse. Cleomenes y sus seguidores se suicidaron. 
Los esfuerzos de Antíoco para consolidar su control sobre Coele Siria duraron el resto del 219 a. C. Al comienzo del invierno, tuvo que negociar un alto el fuego con Ptolomeo IV. Las negociaciones formales de paz siguieron en Seleucia Pieria, pero no parecen haberse llevado a cabo de buena fe por ninguna de las partes. Antíoco se negó a considerar regresar a Seleucia Pieria a los Ptolomeos, mientras que Ptolomeo exigió que Antíoco reconociera a Aqueo, el gobernante de facto de Asia Menor, considerado como rebelde por la corte seléucida, como parte de la pieza. 
Louvre busto de Antioco III

Sosibius y Agathocles utilizaron el cese del fuego para poner en forma al ejército ptolemaico, mientras que Antíoco III lo utilizó para prepararse para una nueva ofensiva. A principios de 218 a. C., Antíoco destruyó a las fuerzas ptolemaicas en Berytus en tierra y mar, abriendo el camino para la invasión de Coele Siria. Allí capturó Filadelfia, pero no pudo ganar el sur del valle de Beqa'a, Damasco o Sidón. 
Mediterráneo en 218 a. C.

En 217 a. C., Ptolomeo IV y Arsinoe III llevaron al ejército egipcio al Levante, donde se encontró con el ejército de Antíoco en la batalla de Rafia el 22 de junio de 217 a. C. Esta fue una de las batallas más grandes de la era helenística con más de 150,000 soldados participando en el combate cuerpo a cuerpo. Al comienzo de la batalla, las fuerzas del elefante ptolemaico fueron enrutadas y Antioco lo siguió cargando a caballo y rompiendo el ala izquierda ptolemaica. Polibio (generalmente hostil a Ptolomeo) representa la repentina aparición de Ptolomeo en el frente como el punto decisivo en la batalla, inspirando a sus tropas a luchar y derrotar al resto del ejército seléucida que se giró y huyó mientras Antíoco aún perseguía a los soldados ptolemaicos que huían en el ala izquierda Cuando descubrió lo que había sucedido, Antíoco no tuvo más remedio que retirarse a Antioquía. 
Después de la batalla, Ptolomeo se puso a trabajar reorganizando la situación en Coele Siria y envió a Sosibio a negociar con Antíoco. A finales del verano, invadió a Siria seléucida, obligando a Antíoco a aceptar un tratado de paz. Ptolomeo IV retuvo los territorios que habían tenido al comienzo de la guerra, excepto, aparentemente, Seleucia Pieria, y recibió una enorme suma de oro. El 12 de octubre, Ptolomeo había regresado a Egipto, donde la victoria fue celebrada por un sínodo sacerdotal en Memphis que emitió el decreto de Rafia. Los términos relativamente suaves de la paz y el fracaso de Ptolomeo para capitalizar su victoria al ir a la ofensiva han causado cierta sorpresa entre los eruditos modernos; el decreto de Raphia se refiere de manera bastante clara a "la traición que perpetraron los comandantes de las tropas", que puede ser relevante para la decisión de Ptolomeo de hacer las paces. 

Asuntos exteriores en el reinado posterior (217-205 a.C) 
Después de la Tercera Guerra Siria, Antíoco III recuperó rápidamente su fuerza y ​​dirigió expediciones exitosas contra otros enemigos. Probablemente como resultado, las interacciones de Ptolomeo con otros estados se centraron en mantener relaciones pacíficas y prevenir la guerra.
En Grecia continental, Ptolomeo IV intentó reconstruir la influencia ptolemaica que había sufrido un serio revés bajo Ptolomeo III como resultado de la Guerra de Cleomenean. En 217 a. C., los diplomáticos de Ptolomeo ayudaron a negociar la Paz de Naupactus, que puso fin a la Guerra Social entre Macedonia Antigonida y la Liga Etolia.  Tuvo mucho menos éxito en sus intentos de negociar una paz entre Macedonia y la República Romana en la Primera Guerra de Macedonia (215-205 a. C.).  Ptolomeo hizo grandes contribuciones financieras a varias ciudades griegas para ganar su favor. Fue responsable de las murallas de la ciudad en Gortyn en Creta. Ptolomeo fue honrado por sus benefacciones con monumentos y cultos en su honor en varias ciudades, incluidas Rodas y Oropus. 
En el oeste, Ptolomeo mantuvo una neutralidad amistosa con la República romana y Cartago, que luchaban entre sí en la Segunda Guerra Púnica (218-201 a. C.). Recibió una embajada amistosa de los romanos en 210 a. C., solicitando un regalo de grano para ayudar a alimentar al populus hambriento. Se desconoce cómo Ptolomeo respondió a esta solicitud. Al igual que sus predecesores, Ptolomeo mantuvo relaciones particularmente estrechas con el reino de Siracusa bajo el rey Hiero II, pero la adhesión de su nieto Jerónimo en el año 215 a. C. amenazó con alterar el cuidadoso equilibrio que había mantenido Ptolomeo, ya que trató repetidamente de Ptolomeos en la Segunda Guerra Púnica en el lado cartaginés. La situación se resolvió con su asesinato en 214 a. C. 

Revuelta egipcia y muerte (206-204 a. C.) 
Algún tiempo después del final de la Cuarta Guerra Siria, estallaron revueltas en el propio Egipto. Los combates tuvieron lugar en el norte del país en el Delta y por separado en el Alto Egipto, donde los combates llevaron a la interrupción de los trabajos de construcción en el Templo de Horus en Edfu en 207/206 a. C.  Las razones de estas revueltas no están claras. El historiador helenístico Polibio argumentó que eran un resultado natural de la decisión de Ptolomeo de armar a los egipcios durante la Cuarta Guerra Siria.  Günther Hölbl sostiene que el hecho de que los rebeldes atacaron los templos egipcios sugiere que fue "una rebelión de las clases bajas inspirada por la injusticia social", lo que se vio exacerbado por los fuertes impuestos necesarios para financiar esa guerra.  En octubre o noviembre de 205 a. C., el líder de la revuelta del sur capturó la ciudad de Tebas y coronó a Faraón, tomando el nombre de Horwennefer, traducido en fuentes griegas como Hugronaphor. A pesar de los esfuerzos ptolemaicos para suprimir su régimen, Horwennefer conservaría su independencia durante casi veinte años, hasta que finalmente fue capturado en agosto de 186 a. C. 
La revuelta significó que las fuerzas ptolemaicas no pudieron defender el sur de Egipto de las incursiones nubias. Probablemente en 207/06 a. C., el rey Arqamani de Meroe tomó el control del Dodecaschoenus. Arqameni o su sucesor Adikhalamani completaron varios de los proyectos de construcción de templos que se habían llevado a cabo en esta región. En muchos casos, el trabajo de Ptolomeo IV simplemente se apropió borrando su nombre de las inscripciones y reemplazándolo por el de Arqameni. 
En medio de este conflicto, en julio o agosto de 204 a. C., Ptolomeo IV murió en circunstancias poco claras. Una fuente tardía, Juan de Antioquía menciona un incendio en el palacio. Arsinoe III también murió en este momento. Según Justin, Ptolomeo IV se había divorciado y asesinado bajo la influencia de su amante Agathoclea, poco antes de su propia muerte. Según Polibio, fue asesinada por Sosibio. Después de unos días durante los cuales la muerte de Ptolomeo IV se mantuvo en secreto, su hijo de seis años, Ptolomeo V Epífanes, quien había sido corregente desde el 210 a.C, fue proclamado formalmente rey, con Sosibio y el hermano de Agathoclea, Agathocles como sus regentes. 

Régimen 
Culto dinástico ptolemaico 
Al igual que los primeros monarcas ptolemaicos, Ptolomeo IV fue proclamado como una deidad en su ascenso al trono, como Theos Philopator (Dios amante del padre). Particularmente después de la Cuarta Guerra de Siria, Ptolomeo IV sistematizó el culto dinástico, reforzando los vínculos entre la adoración del rey reinante y los cultos de Alejandro Magno y Dioniso. 
En 216/215 a. C., después de las celebraciones de la victoria de la Cuarta Guerra Siria, Ptolomeo IV y su esposa como Theoi Philopatores (dioses amantes del padre) se incorporaron formalmente al culto dinástico. Esto significaba que se agregaron al título del Sacerdote de Alejandro Magno en Alejandría, quien dirigió el festival de Ptolemaia y cuyo nombre y título se usó para nombrar el año en todos los documentos oficiales y privados. Esto siguió el patrón establecido por los predecesores de Ptolomeo, particularmente Ptolomeo III, cuya incorporación al culto dinástico parece haber formado parte de las celebraciones de la victoria de la Tercera Guerra Siria.
Para afirmar la unidad de este culto dinástico, Ptolomeo derribó la tumba existente de Alejandro Magno y las tumbas de los reyes ptolemaicos individuales en Alejandría. Se construyó una nueva estructura piramidal dentro del distrito del palacio de Alejandría para albergar juntos los cuerpos de Alejandro y los Ptolomeos. Esta estructura parece haber sido consagrada en el festival de Ptolemaia del 215/14 a. C.  Al mismo tiempo, Ptolomeo IV incorporó el culto de los fundadores dinásticos Ptolomeo I y Berenice I como Theoi Soteres (dioses salvadores) en el culto dinástico principal supervisado por el sacerdote de Alejandría. Probablemente también en 215/4 a. C., Ptolomeo IV instituyó un nuevo culto en la ciudad griega de Ptolomeo está en el sur de Egipto, dedicado a Ptolomeo I y el monarca reinante. 
En 211 a. C., Ptolomeo IV parece haber comenzado a propagar otro culto para su difunta madre Berenice II, sobre el modelo del culto anterior para la abuela de Ptolomeo, Arsinoe II. Un templo para Berenice sozousa (Berenice que salva) se estableció en Alejandría, en la orilla, y parece haber estado asociado con la protección de los marineros, muy similar al culto de Arsinoe II. Berenice también recibió una sacerdotisa especial, el athlophorus (portador del premio), que marchó en la procesión de Ptolemaia y apareció en los registros oficiales de la fecha anterior al canephorus (portador de la canasta) de Arsinoe II. Sacerdotisas similares se establecerían para reinas posteriores en los siguientes reinados.
Ptolomeo también enfatizó fuertemente el culto a Dioniso y lo vinculó estrechamente al culto dinástico. Dioniso era el dios griego del vino y estaba estrechamente asociado con el ideal real de opulencia y lujo, conocido en griego como tryphe, que Ptolomeo deseaba cultivar. Se inauguraron varios festivales nuevos de Dionisio, en los cuales el propio Ptolomeo dirigió las procesiones, golpeando un tímpano.  Cambió el nombre de varias áreas de Alejandría en honor del dios y sus atributos. Algún tiempo antes de 217 a. C., Ptolomeo ordenó a todos los sacerdotes de Dioniso que vinieran a Alejandría para registrarse y presentar sus libros sagrados y sus ritos misteriosos para inspección del gobierno. Esto demuestra un deseo de afirmar su control total de la adoración de Dioniso dentro de su reino. Ptolomeo mismo fue referido como el Neos Dionysos (Nuevo Dioniso) y representado con atributos del dios en imágenes.  Las ecuaciones con otras deidades también se hicieron en imágenes reales: un notable conjunto de dracmas de oro octo lo representa con la corona rayada de Apolo o Helios, el tridente de Poseidón y la égida de Atenea, Zeus y Alejandro Magno.
Muchas ciudades griegas que estaban bajo el control de Ptolomeo o alineadas con él también establecieron cultos oficiales en su honor durante su reinado. Las ciudades griegas en este período regularmente otorgaron tales cultos a los monarcas y otros individuos poderosos, generalmente en agradecimiento por una benefacción específica. Ejemplos notables se encuentran en Jaffa y otras ciudades del Levante después de la victoria en Raphia. 

Ideología faraónica y religión egipcia 
Al igual que sus predecesores, Ptolomeo IV se presentó como un faraón egipcio típico y apoyó activamente a la élite sacerdotal egipcia a través de donaciones y la construcción de templos. Ptolomeo III había introducido una innovación importante en 238 a. C. al celebrar un sínodo de todos los sacerdotes de Egipto en Canopus. Ptolomeo IV continuó esta tradición al celebrar su propio sínodo en Memphis en 217 a. C., después de las celebraciones de la victoria de la Cuarta Guerra Siria. El resultado de este sínodo fue el Decreto Raphia, emitido el 15 de noviembre de 217 a. C. y conservado en tres copias. Al igual que otros decretos ptolemaicos, el decreto estaba inscrito en jeroglíficos, demótico y griego koiné. El decreto registra el éxito militar de Ptolomeo IV y Arsinoe III y sus beneficios para la élite sacerdotal egipcia. En todo momento, Ptolomeo IV se presenta como el papel de Horus que venga a su padre al derrotar a las fuerzas del desorden lideradas por el dios Set. A cambio, los sacerdotes se comprometieron a erigir un grupo de estatuas en cada uno de sus templos, representando al dios del templo presentando una espada de victoria a Ptolomeo IV y Arsinoe III. Se inauguró un festival de cinco días en honor de Theoi Philopatores y su victoria. Así, el decreto parece representar un matrimonio exitoso de la ideología y religión faraónicas egipcias con la ideología griega helenística del rey victorioso y su culto a los gobernantes.
Ptolomeo IV también mantuvo una relación cercana y amistosa con la élite sacerdotal al apoyar y financiar trabajos de construcción en santuarios en todo Egipto, en su mayoría proyectos continuos que se iniciaron antes en la dinastía. El ejemplo más notable de esto es el Templo de Horus en Edfu, donde la construcción comenzó en 237 a. C. bajo Ptolomeo III, pero continuó durante la mayor parte del reinado de Ptolomeo IV hasta que la revuelta de Hugronaphor obligó al final de las obras en 207/06 a. C. Para entonces, la mayor parte de la estructura ya había sido construida y la mayor parte de la decoración interior había sido tallada. Estas inscripciones presentan a Ptolomeo IV como un faraón ideal, enfatizando sus victorias militares en Siria y su actitud piadosa hacia los dioses. Los rituales anuales de coronación tenían lugar en el santuario, en el que el dios Horus recibió simbólicamente la realeza de Ra y Osiris y el faraón reinante recibió su realeza de Ra y Horus. Ptolomeo nunca participó en este ritual personalmente; Su papel fue interpretado por un sacerdote. El apoyo al santuario representaba así el compromiso ptolemaico con una teología egipcia tradicional de la realeza. 
Relieve que representa a Ptolomeo IV haciendo una ofrenda a Montu en Deir el-Medina.

Otros trabajos de construcción realizados bajo los auspicios de Ptolomeo IV incluyeron (de norte a sur):
·         Un santuario de Harpócrates en el Serapeum de Alejandría; 
·         Reconstrucción de los Naos del Templo
·         de Mut, Khonsu y Astarte en Tanis;
·         La puerta este del Templo de Ptah en Memphis;
·         Un nuevo templo para Hathor en Cusae; 
·         Un nuevo templo de Nemty en Tjebu; 
·         Extensiones al Templo de Min e Isis en Koptos; 
·         Obras decorativas en la gran puerta de entrada del Recinto de Montu y una capilla de Khonsu-Neferhotep en Karnak, Tebas; 
·         Santuario para Hathor y Maat en Deir el-Medina, al oeste de Tebas; 
·         Obra decorativa en el templo de la tríada tebana del Kharga Oasis; 
·         Terminación del Templo de Montu en Medamud; 
·         Obra decorativa y un santuario de Arensnuphis en Filae; 
·         Terminación del templo de Isis en la isla de Sehel, Aswan; 
·         Reconstrucción del templo de Thoth en Dakka.
Bajorrelieve de Uadyet y Horus (hieracoesfinge) flanqueando la titulatura de Ptolomeo IV en una capilla del templo de Edfu, Egipto.


El Templo de Montu (también Templo de Monthu, Montju o Menthu) es un templo egipcio dedicado a la adoración de Monthu. El sitio está ubicado a 5 kilómetros (3.1 millas) al noreste de Karnak, que se encuentra dentro de Luxor. Medamud fue excavado por el arqueólogo francés Fernand Bisson de la Roque desde 1925 hasta la posguerra, y reveló muchos edificios, incluido un templo dedicado a Montu. Este templo reemplazó un antiguo santuario y consiste en un foro abierto con una torre y encerrando dos montículos que albergaban las capillas de adoración. Se cree que el santuario original data del Antiguo Reino. Las ruinas de la última estructura datan de Ptolomeo VIII período del siglo II a. C., aunque los romanos continuaron agregando decoraciones y adiciones siglos después. Debido a la fuerte asociación de Montu con los toros furiosos, el templo era un importante centro de culto para los toros, que contenía muchas estatuas de toros para el culto y los relieves. La mayoría de estas estatuas ahora se encuentran en varios museos de todo el mundo.
Montu era un dios halcón con cabeza de halcón. Era la deidad tutelar de Tebas.  Sus consorte fueron Tjenenyet (o Tanen-t) y rˁỉ.t-tꜣ.wỉ ("Ra femenina de las dos tierras"); Su hijo era Harpora.  También está asociado con un toro sagrado llamado Buchis. 
Además del templo en Medamud, se construyeron templos dedicados a Montu en Karnak, Armant y Tod.  De 1925 a 1932, el templo de Montu Medamud fue excavado por el arqueólogo francés, Fernand Bisson de la Roque, del Instituto Francés de Arqueología Oriental,  junto con el Louvre. 
Medamud (o Madu) era un puesto avanzado de Tebas, ubicado a 3 millas (4,8 km) de distancia.  Poco se sabe sobre la ciudad de Medamud o sus otras estructuras. Antes de la construcción del templo del Reino Medio, el sitio había sido quemado y los montículos anteriores fueron arrasados. El templo del Reino Medio está situado en un montículo circular. Su orientación lleva este-oeste. 
Muy cerca se encuentran los complejos de templos egipcios en Luxor y Karnak. El complejo del templo de Karnak contiene tres recintos, incluido el recinto de Montu, que contiene otro templo de Montu.
Sitio del Reino Antiguo 
El sitio del templo del Reino Antiguo, dedicado a Montu, estaba amurallado y tenía un bosque sagrado. Tenía un sistema de túneles, montículos y cámaras.  

Templo del Reino Medio 
El edificio de la XII dinastía del Reino Medio es un raro ejemplo de la fundación de la religión en la era del Reino Medio de Egipto. Otros de este período son el templo de Sesostris III en Abydos, el Templo de Medinet Madi y Qasr el-Sagha en Fayoum que data aproximadamente de la misma época, y el templo funerario de Mentuhotep II de la undécima dinastía en Deir el-Bahari. El santuario fue remodelado en períodos posteriores.
Las características del templo incluían una plataforma de tribuna, un canal, un dromos, puerta principal, pórtico, sala y santuario. También había un patio para el toro sagrado vivo.  Consistía en una primera cámara, 200 por 180 metros. El acceso principal era por el este y el norte. Un lago sagrado probablemente estaba en el lado oeste del templo. El templo constaba de dos secciones contiguas distintas que se han interpretado como un templo al norte y uno al sur, donde los sacerdotes habrían tenido sus habitaciones. Típico de la época, el templo fue construido de ladrillo; incluía elementos en bruto para las puertas y marcos, y columnas o piedra tallada, cuyas bases estaban decoradas. La piedra tallada habría estado presente en las partes más íntimas del santuario, pero no se ha descubierto ningún rastro de ella. Sin duda, estas partes fueron consideradas sagradas y reutilizadas en edificios posteriores. El plan del santuario del Reino Medio todavía está sujeto a discusión. Pero era tener al menos una antecámara hipóstila, que da acceso a capillas de adoración o santuario. Un gran patio rodeado de columnas de pórtico donde habría vivido un toro sagrado habría sido venerado como la hipóstasis de los Montu vivos.
Este templo ha proporcionado muchos ejemplos de estatuas reales y elementos líticos de la arquitectura del antiguo Egipto. Una de las puertas extravagantes, fechada en Sesostris III, está en el Louvre.  El templo continuó siendo decorado en la 13a dinastía de Egipto, incluido Sobekhotep II, e incluyó algunos relieves de sus predecesores y de su antepasado Sesostris III,  vestidos a la moda de los Sed Festival.

Templo del nuevo reino 
El templo fue revisado más tarde por los reyes de la XVIII dinastía de Egipto y fue reconstruido por Thutmosis III,  quien reconstruyó el santuario de piedra y lo adornó con estatuas a su semejanza.

Templo grecorromano 
El sitio está actualmente cerrado al público ya que un equipo de arqueólogos y restauradores trabajan para proteger contra la invasión de la ciudad moderna sobre los restos antiguos de la antigua ciudad.
Compuesto por doce columnas, la estructura fue construida bajo Ptolomeo VIII, quien entonces era uno de los grandes reconstructores de Medamud. Cuatro de las seis columnas de la fachada todavía están conectadas por paredes. Los elementos del templo interior están fechados desde el comienzo del período ptolemaico. El recinto del templo incluía un lago sagrado y un pozo profundo, pero estaba bloqueado porque representaba un peligro para los niños que jugaban en el área. El templo continuó siendo ampliado y decorado durante siglos bajo los emperadores romanos, incluido Tiberio (14-37),  hasta el reinado de Antonino Pío. Un muelle, al que se llegaba por un canal, conectaba el templo con una línea de esfinges; Está en un estado de ruina. Aunque la hierba crece en todo el sitio, todavía se encuentran evidencias de antiguos peregrinos en forma de graffiti o huellas grabadas. Siguiendo el pasillo procesional, fue posible acceder a una gran puerta cuya decoración data del reinado de Tiberio. Esta entrada monumental era una gran abertura dentro de las paredes del eje del templo. Fue Ptolomeo VIII, sin embargo, quien construyó el pórtico con torres alrededor de la puerta, su decoración no se completó hasta el reinado de Ptolomeo XII. Otra puerta data de Ptolomeo II.
Plano del Templo de Montu en Medamud

Algunos de los artefactos encontrados en el templo datan de Ptolomeo III y Ptolomeo IV. Muchos de estos artefactos son estatuas de toros que se utilizaron para el culto y los relieves. El interior de este monumento es interesante porque él y sus puertas describen las escenas tradicionales del festival Sed cuando el rey en traje tradicional recibe ofrendas o durante un paso importante en la ceremonia de inauguración del poder real.  El Templo de Montu también es una visión importante de cuán populares eran los cultos de toros en el antiguo Egipto, ya que Montu estaba fuertemente asociado con los toros furiosos. Un largo corredor conservaba las escenas del culto al toro Bukhis, que datan principalmente del emperador Domiciano (81-96). También hay un relieve en la pared de una procesión de músicos que vinieron a visitar Trajano.
Nada queda de los templos anteriores o posteriores, y los restos datan principalmente del período grecorromano. El templo en Medamud probablemente se fundó como el lugar de culto para el dios viviente Montu, mientras que el templo Bouchéum (o Bucheum) en Ermant incluía una necrópolis de toros sagrados, y probablemente se dedicó a su muerte.  Hay restos coptos en el sitio del templo. 

Montu representado con una cabeza de toro, del período ptolemaico (332-30 a. C.). En exhibición en el Louvre, la estatua fue encontrada en Medamud en la celda de la diosa Rattaui.

Templo grecorromano de Dakka, dedicado a Thoth,  el dios de la sabiduría en el antiguo panteón egipcio. Inicialmente, el templo era un pequeño santuario o capilla de una habitación, iniciado por primera vez en el siglo III a. C. por un rey meroítico llamado Arqamani (o Ergamenes II) en colaboración con Ptolomeo IV, quien agregó una antecámara y una estructura de puerta.  Ptolomeo IX "posteriormente amplió el templo al agregar un pronaos con dos filas de probablemente tres columnas". Durante el período romano, los emperadores Augusto y Tiberio ampliaron aún más la estructura con  la adición, en la parte trasera, de un segundo santuario, así como paredes interiores y exteriores con un gran muro pilón. El santuario contenía un naos de granito. El templo de Dakka fue transformado en una fortaleza del templo por los romanos y rodeado por un muro de piedra, 270 por 444 metros de largo, con una entrada a lo largo del Nilo.
Un gran dromos conduce al pilón, que formó la entrada al templo. Cada una de las torres del pilón está decorada en alto relieve y tiene numerosos grafitis de los visitantes, principalmente en griego, pero algunos en escritura demótica y meroítica.  Hay relieves de vacas que se ofrecen como obsequios al dios Thoth tallado en la naos del Templo de Dakka.  Mientras que el templo de Dakka era similar arquitectónicamente al templo de Wadi es-Sebua, carecía de un patio delantero de esfinges; Sin embargo, su pilón de 12 metros de altura está en perfecto estado.  Un enfoque procesional de 55 metros de largo corrió desde el pilón del templo hasta una terraza de culto en el Nilo.  Durante el período cristiano de Egipto, la fachada de los pronaos se convirtió para su uso en una iglesia, y las pinturas cristianas todavía eran visibles aquí en el siglo XX antes de que el templo fuera envuelto por las inundaciones del Nilo. 
El templo de Dakka se derrumbó en 1908-1909 y posteriormente fue reconstruido por Alessandro Barsanti. 

Reubicación del Templo 
Durante la construcción de la presa de Asuán en la década de 1960, el templo fue desmantelado y trasladado al sitio de Wadi es-Sebua.  En el momento de su eliminación, se descubrieron algunos bloques de piedra reutilizados de Thutmosis III, Seti I y Merneptah que se originaron en una estructura anterior del Nuevo Reino en o cerca de Kubban.  El pilón del templo ahora está separado del resto del templo debido a las paredes del recinto faltante del patio abierto.
El Templo de Maharraqa también fue trasladado y reconstruido en el área del complejo del templo de New Wadi es-Sebua.
El templo de Dakka en Nubia
Relieve que representa al rey kushita Arkamani presentando una ofrenda a los dioses

Literatura 
Philopator se dedicó a las formas orgiásticas de religión y al diletantismo literario.  Él construyó un templo a Homero en Alejandría y financió festivales para las Musas, tanto en Alejandría como en el valle de las Musas en Thespiae en Beocia. También compuso una tragedia en Adonis, sobre la cual su cortesano Agathocles escribió un comentario. 

Lujo 

Ilustración especulativa de los Tessarakonteres con cascos de catamarán, según lo propuesto por Lionel Casson.

Se dice que Ptolomeo construyó un barco gigante conocido como los tessarakonteres ("cuarenta"), una enorme galera y posiblemente el mayor buque de propulsión humana jamás construido. Callixenus de Rodas describió esta obra maestra de galera, que escribió en el siglo III a. C., y fue citada por Ateneo en el siglo II d. C.  Plutarco también menciona que Ptolomeo Filopator poseía este inmenso recipiente en su Vida de Demetrios.  Según estas fuentes, el barco tenía 128 m de largo y requería 4.000 remeros. La apariencia y la estructura de este barco han sido muy discutidas en los estudios modernos. Lionel Casson propone que era un catamarán. En general, se acepta que los tessarakonteres sirvieron como un barco de recreo, no como un buque militar. 

Legado y recepción 
El principal relato sobreviviente de la vida y el carácter de Ptolomeo IV lo proporciona el historiador Polibio. Él presenta a Ptolomeo como el arquetipo del mal rey, completamente enfocado en el lujo y la ceremonia de la corte y descuidando completamente la política, los asuntos exteriores y las actividades militares, que dejó completamente a Sosibius. Según Polibio, esta negligencia fue la causa de los desastres de su reinado, incluida su muerte.  Polibio no era contemporáneo de Ptolomeo; Probablemente sacó su cuenta de dos trabajos anteriores que ahora están perdidos: las Historias de Filarco y Las Historias sobre Filopator de Ptolomeo de Megalópolis. Ambos también parecen haber criticado a Ptolomeo por su lujo. Sin embargo, para los contemporáneos, el lujo (tryphe) a menudo se presentaba como una virtud, lo que demostraba la capacidad y la disposición de un rey para hacer benefacciones. Es posible que la tradición fuente sobreviviente se haya esforzado por anunciar esta virtud y la haya torcido en una cuenta negativa.
Ptolomeo IV es un personaje principal en el libro bíblico deuterocanónico 3 Macabeos, que probablemente fue escrito en el siglo I d. C. En este trabajo, ambientado después de la Batalla de Rafia, Ptolomeo se presenta como un tirano opresivo que transgrede la ley divina al intentar ingresar al templo en Jerusalén y luego lanza un intento de acabar con los judíos reuniéndolos a todos en el hipódromo de Alejandría y tenerlos pisoteados por elefantes borrachos. Estos planes son frustrados repetidamente por la intervención divina de Yahweh. Al final, Tolomeo se retracta y otorga amplios privilegios a los Judíos. No está claro que este trabajo indique la existencia de una tradición judía negativa sobre Ptolomeo. Simplemente puede estar usándolo para hacer un punto moral general sobre la fuerza relativa de las autoridades seculares y divinas. Algunos estudiosos sostienen que el carácter de Ptolomeo en este trabajo se basó en realidad en el emperador romano Calígula y sus violaciones de la sensibilidad judía.

Familia y Matrimonio
Ptolomeo IV Filopator se casó con su hermana Arsinoe III de Egipto. Su único hijo fue Ptolomeo V Epífanes. Ptolomeo IV también pudo haber tenido un hijo de su amante Agathoclea a fines de c. 210 a. Este niño puede haber muerto poco después de su nacimiento. Sin embargo, se ha sugerido que este niño en realidad podría haber sido Ptolomeo V, sobre la base de un pasaje en el geógrafo Strabo. 

Arsinoe III Philopator ("Arsinoe el padre amoroso", 246 o 245 a. C. - 204 a. C.) fue reina de Egipto en 220 - 204 a. C. Ella era una hija de Ptolomeo III y Berenice II.  Ella fue la primera reina ptolemaica en tener un hijo de su hermano. Arsinoe y su esposa Ptolomeo IV fueron amados y respetados por el público egipcio.
Entre finales de octubre y principios de noviembre de 220 a. C. estuvo casada con su hermano, Ptolomeo IV. Ella tomó parte activa en el gobierno del país, al menos en la medida en que fue tolerado por el todopoderoso ministro Sosibius.
En 217 a. C., acompañó a Ptolomeo IV junto con 55.000 tropas en la Batalla de Rafia en Palestina contra Antíoco el Grande con 68.000 tropas.  Arsinoe pudo haber comandado una sección de la falange de infantería.  Ambas partes emplearon caballería, elefantes y tropas especializadas como arqueros, así como la falange macedonia tradicional.  Cuando la batalla fue pobre, ella apareció ante las tropas y las exhortó a luchar para defender a sus familias. También les prometió dos minas de oro a cada uno de ellos si ganaban la batalla, lo cual hicieron. 
En verano, 204 a. C., Ptolomeo IV murió. Sus dos principales favoritos, Agathocles y Sosibius, temiendo que Arsinoe asegurara la regencia, la asesinaron en un golpe de palacio antes de enterarse de la muerte de su esposo, asegurando así la regencia para ellos.

Ptolomeo V Epífanes
Ptolomeo V  ("Ptolomeo el manifiesto, el Compasivo"; 9 de octubre de 210-septiembre 180 a.C), hijo de los hermanos Ptolomeo IV y Arsinoe III de Egipto, fue el quinto gobernante de la dinastía ptolemaica desde julio/agosto de 204 hasta septiembre de 180 a.C.
Ptolomeo heredó el trono a la edad de cinco años, cuando sus padres murieron en circunstancias sospechosas. El nuevo regente, Agathocles fue ampliamente vilipendiado y fue derrocado por una revolución en 202 a. C., pero la serie de regentes que siguieron resultó incompetente y el reino quedó paralizado. El rey seléucida Antíoco III y el rey antigonida Filipo V aprovecharon la debilidad del reino para comenzar la Quinta Guerra Siria (202-196 a. C.), en la que los Ptolomeos perdieron todos sus territorios en Asia Menor y el Levante, así como la mayor parte de su influencia en el mar Egeo. Simultáneamente, Ptolomeo V enfrentó una revuelta egipcia generalizada (206-185 a. C.) dirigida por autoproclamados faraones, que resultó en la pérdida de la mayor parte del Alto Egipto y partes del Bajo Egipto también.
Ptolomeo V alcanzó la mayoría de edad en 196 a. C. y fue coronado como Faraón en Memphis, una ocasión conmemorada por la creación de la Piedra Rosetta. Después de esto, hizo las paces con Antíoco III y se casó con su hija Cleopatra I en 194/3 a. Esto disgustó a los romanos que habían entrado en hostilidades con Antíoco parcialmente en nombre de Ptolomeo: después de su victoria, distribuyeron los antiguos territorios ptolemaicos en Asia Menor a Pérgamo y Rodas en lugar de devolverlos a Egipto. Sin embargo, las fuerzas ptolemaicas reconquistaron constantemente el sur del país, trayendo todo el Alto Egipto nuevamente bajo control ptolemaico en 186 a. C. En sus últimos años, Ptolomeo comenzó a maniobrar para una guerra renovada con el imperio seléucida, pero estos planes se vieron truncados por su repentina muerte en septiembre de 180 a. C., presuntamente envenenada por cortesanos preocupados por el costo de la guerra.
El reinado de Ptolomeo vio un gran aumento de la importancia de los cortesanos y la élite sacerdotal egipcia en la vida política ptolemaica, un patrón que continuaría durante la mayor parte del resto de la existencia del reino. También marcó el colapso del poder ptolemaico en la región mediterránea más amplia. Arthur Eckstein ha argumentado que este colapso provocó la "crisis de transición de poder" que condujo a la conquista romana del Mediterráneo oriental.

Antecedentes y vida temprana 
Ptolomeo V era el único hijo de Ptolomeo IV y su hermana-esposa Arsinoe III. La pareja había llegado al poder relativamente joven y la historiografía antigua recordaba a Ptolomeo IV como entregado al lujo y la ceremonia, mientras dejaba el gobierno de Egipto en gran parte a dos cortesanos, Sosibius y Agathocles (este último era el hermano de su concubina Agathocleia). En su reinado temprano, Ptolomeo IV derrotó con éxito al imperio seléucida rival en la Cuarta Guerra Siria (219-217 a. C.), evitando con éxito que el rey seléucida Antíoco III tomara Coele Siria para el mismo. Su reinado posterior, sin embargo, estuvo preocupado por las revueltas egipcias nativas. Entre 206 y 205 a. C., Ptolomeo perdió el control del Alto Egipto por completo, ante el autodenominado faraón Hugronaphor. 
Ptolomeo V nació en el año 210 a. C., posiblemente el 9 de octubre y se convirtió en corregente con su padre poco después, probablemente el 30 de noviembre.  En julio o agosto de 204 a. C., cuando Ptolomeo V tenía cinco años, su padre y su madre murieron en circunstancias misteriosas. Parece que hubo un incendio en el palacio que mató a Ptolomeo IV, pero no está claro si Arsinoe III también pereció en este incendio o fue asesinada después para evitar que se convirtiera en regente.

Regencias 
Regencia de Agathocles (204-203 a. C.)
Transcurrió un tiempo incierto después de la muerte de Ptolomeo IV y Arsinoe III (quizás una semana), durante el cual Sosibius y Agathocles mantuvieron en secreto sus muertes. Algún tiempo antes de septiembre de 204 a. C.,  el guardaespaldas real y los oficiales del ejército se reunieron en el palacio real y Sosibius anunció la muerte de la pareja gobernante y presentó al joven Ptolomeo V para ser aclamado como rey, envolviendo la diadema alrededor de su cabeza. Sosibius leyó el testamento de Ptolomeo IV, que convirtió a Sosibius y Agathocles en regentes y puso a Ptolomeo V al cuidado personal de su amante Agathoclea y su madre Oenanthe. Polibio pensó que esta voluntad era una falsificación producida por Sosibius y Agathocles y los eruditos modernos tienden a estar de acuerdo con él. No se vuelve a saber de Sosibius después de este evento y, por lo general, se supone que murió. Hölbl sugiere que la pérdida de su perspicacia fue fatal para la regencia.
Agathocles tomó una serie de medidas para solidificar el nuevo régimen. Se otorgaron dos meses de pago a los soldados en Alejandría. Se enviaron a aristócratas prominentes al extranjero para asegurar el reconocimiento de la sucesión de potencias extranjeras y evitar que los aristócratas desafíen la supremacía de Agathocles en casa. Philammon, que se dice que llevó a cabo el asesinato de Arsinoe III, fue enviado a Cirene como gobernador, con el fin de hacer valer el régimen ptolemaico allí. Pelops, gobernador de Chipre, fue enviado a Antíoco III para pedirle que continuara respetando el tratado de paz hecho con Ptolomeo IV al final de la Cuarta Guerra Siria. Ptolomeo, el hijo de Sosibio, fue enviado a Filipo V de Macedonia para tratar de organizar una alianza contra Antíoco III y un matrimonio entre Ptolomeo V y una de sus hijas. Ptolomeo de Megalópolis fue enviado a Roma, probablemente buscando apoyo contra Anioco III.  Estas misiones fueron fracasos. Durante el año siguiente, Antíoco se apoderó del territorio ptolemaico en Caria, incluida la ciudad de Amyzon y, a fines del 203 a. C., él y Felipe V habían llegado a un acuerdo secreto para dividir los territorios ptolemaicos entre ellos.  Se esperaba la guerra con Antíoco III: Agathocles también había enviado una embajada bajo Scopas, el etolio, para contratar mercenarios en Grecia en preparación para un conflicto, aunque Polibio afirma que su verdadero propósito era reemplazar a las tropas ptolemaicas con mercenarios leales a él. 

Revolución alejandrina (203-202 a. C.) 
Agathocles y Agathoclea ya habían sido impopulares antes de la muerte de Ptolomeo IV. Esta impopularidad se vio exacerbada por la creencia generalizada de que habían sido responsables de la muerte de Arsinoe III y una serie de asesinatos extrajudiciales de cortesanos prominentes. La oposición cristalizó en torno a la figura de Tlepolemus, el general a cargo de Pelusium, cuya suegra había sido arrestada y avergonzada públicamente por Agathocles. En octubre de 203 a. C.,  cuando Agathocles reunió a la guardia del palacio y al ejército para escuchar una proclamación antes de la coronación real, las tropas reunidas comenzaron a insultarlo y apenas escapó con vida.  Poco después de esto, Agathocles hizo arrestar a Moeragenes, uno de los guardaespaldas reales, bajo sospecha de tener vínculos con Tlepolemus y lo despojó y torturó. Escapó y convenció al ejército para que entrara en una revuelta activa. Después de un altercado con Oenanthe en el templo de Deméter, las mujeres alejandrinas también se unieron a la revuelta. Durante la noche, el populus asedió el palacio pidiendo que trajeran al rey. El ejército entró al amanecer y Agathocles se ofreció a rendirse. Ptolomeo V, que ahora tiene unos siete años, fue tomado de él y presentado a la gente a caballo en el estadio. En respuesta a las demandas de la multitud, Sosibio, hijo de Sosibio, convenció a Tolomeo para que aceptara la ejecución de los asesinos de su madre. Agathocles y su familia fueron arrastrados al estadio y asesinados por la mafia. 
Tlepolemus llegó a Alejandría inmediatamente después de estos eventos y fue nombrado regente. Él y Sosibio, hijo de Sosibio, también se convirtieron en guardianes legales de Ptolomeo V. La opinión popular pronto se volvió contra Tlepolemus, que se consideraba que pasaba demasiado tiempo entrenando y bebiendo con los soldados y que había dado demasiado dinero a las embajadas de las ciudades de Grecia continental. Ptolomeo, hijo de Sosibius, intentó establecer a su hermano Sosibius en oposición a Tlepolemus, pero el plan fue descubierto y Sosibius fue despedido como guardián. 

Quinta Guerra Siria (202-196 a. C.)               
Desde su derrota por Ptolomeo IV en la Cuarta Guerra Siria en 217 a. C., Antíoco III había estado esperando la oportunidad de vengarse. Como se mencionó anteriormente, había comenzado a apoderarse del territorio ptolemaico en el oeste de Asia Menor en 203 a. C. e hizo un pacto con Felipe V de Macedonia para dividir las posesiones ptolemaicas entre ellos a fines de ese año.  En 202 a. C., Antíoco invadió Coele-Siria y se apoderó de Damasco. Tlepolemus respondió enviando una embajada a Roma pidiendo ayuda.  En algún momento durante el invierno, Tlepolemus fue reemplazado como regente por Aristomenes, un miembro del guardaespaldas que había sido instrumental en la captura del joven Ptolomeo V de Agathocles.
En 201 a. C., Antíoco invadió Palestina y finalmente capturó Gaza. El gobernador ptolemaico de Coele-Siria, Ptolomeo, hijo de Thraseas, desertó a Antioco, trayendo su territorio con él y siendo su gobernador. Mientras tanto, Philip agarró a Samos e invadió a Caria. Esto llevó a un conflicto con Rodas y los atálidos que también enviaron embajadas a Roma. En el verano de 200 a. C., Felipe V conquistó las posesiones ptolemaicas y ciudades independientes en Tracia y Helesponto y los romanos intervinieron, comenzando la Segunda Guerra de Macedonia (200-197 a. C.). 
El general ptolemaico, Scopas dirigió una exitosa reconquista de Palestina durante el invierno de 201/200,  pero Antíoco invadió nuevamente en el 200 a. C. y lo derrotó decisivamente en la Batalla de Panium.  Una embajada romana hizo un intento ineficaz de negociar una paz entre Ptolomeo V y Antíoco III, pero abandonó en gran medida a los egipcios a su suerte.  Scopas fue asediado en Sidón durante el invierno, pero tuvo que rendirse a principios del verano de 199 a. C. Fue enviado a su tierra natal, Etolia, para reclutar tropas en caso de que Antíoco siguiera atacando el propio Egipto.  En cambio, Antíoco pasó 198 a. C. solidificando su conquista de Coele-Siria y Judea, que nunca más volvería al control ptolemaico. En 197 a. C., Antíoco se volvió contra los territorios ptolemaicos que quedaban en Asia Menor, conquistando sus ciudades en Cilicia,  así como varias de sus ciudades en Licia e Ionia, especialmente Xanthos, Telmessus y Éfeso. 
Moneda de Antíoco III.

La revuelta egipcia (204-196 a. C.) 
Una revuelta había estallado en el Alto Egipto bajo el faraón nativo Hugronaphor (Horwennefer) en los últimos años del reinado de Ptolomeo IV y Tebas se había perdido en noviembre de 205 a. C., poco antes de su muerte. El conflicto continuó durante las luchas internas del reinado temprano de Ptolomeo V y durante la Quinta Guerra Siria. Hugronaphor fue sucedido o cambió su nombre a Ankhmakis (Ankhwennefer) a fines de 199 a. C. 
Poco después de esto, Ptolomeo V lanzó una campaña masiva en el sur, asediando Abydos en agosto de 199 a. C. y recuperando Tebas desde fines de 199 a. C. hasta principios de 198 a. C. Al año siguiente, sin embargo, un segundo grupo de rebeldes en el Delta del Nilo, que estaban vinculados a Ankhmakis de una manera que no está del todo clara, capturaron la ciudad de Lycopolis cerca de Busiris e invirtieron allí. Después de un asedio, las fuerzas de Ptolomeo recuperaron el control de la ciudad. Los líderes rebeldes fueron llevados a Memphis y ejecutados públicamente el 26 de marzo de 196 a. C., durante la fiesta que celebraba la coronación de Ptolomeo V como faraón. 

Hugronaphor (también conocido como Hurganophor, Haronnophris, Harmachis
Hyrgonaphor, Herwennefer u Horwennefer)  fue un  egipcio  superior  de origen
aparentemente nubio que lideró el Alto Egipto en la secesión del gobierno de Ptolomeo IV Filopator en el año 205 a. C. No se atestigua ningún monumento a este rey, pero junto con su sucesor Ankhmakis (también conocido como Chaonnophris o Ankhwennefer) mantuvo una gran parte de Egipto hasta el 186 a. C. Un graffito data de aproximadamente 201 a.C en una pared del templo mortuorio de Seti I en Abydos, en el que se le llama con el nombre griego Hyrgonaphor, es un testimonio de su influencia.  Parece haber muerto antes de 197 a. C.
El graffito de Abydene, uno de los pocos documentos que quedan de su reinado, está escrito en egipcio usando letras griegas, el testimonio más antiguo de un desarrollo que terminaría en la escritura copta que reemplaza al demótico egipcio nativo.

Anjunnefer (también conocido como Chaonnophris o Ankhwennefer) fue el sucesor de Horunnefer, una regla rebelde que controla gran parte de Egipto superior durante los reinos de Ptolomeos IV y V. Su gobierno duró aproximadamente de 199 a 185 a. C.
Ankhmakis sucedió a Hugronaphor como rey del Alto Egipto en 199, o alrededor, y recuperó hasta el 80% del país. Ocupó Lykopolis (Asyut moderno) en 197 a. C., pero luego se vio obligado a retirarse a Tebas. La guerra entre el Norte y el Sur continuó hasta el 185 a. C., cuando Ankhmakis fue arrestado por el general ptolemaico Conanus.  La piedra de Rosetta fue tallada en un gesto de agradecimiento a los sacerdotes por ayudar a derrotarlo. Poco se sabe sobre los detalles de su reinado ya que la mayoría de los registros del mismo fueron destruidos.

Reinado personal 
Coronación 
En 197 a. C., el ptolemaico pésimo desempeño en la guerra contra Antíoco había erosionado completamente la autoridad de Aristómenes como regente. Alrededor de octubre o noviembre de 197 a. C., el gobernador ptolemaico de Chipre, Polícrates de Argos, llegó a Alejandría y organizó que Ptolomeo V fuera declarado adulto, con una ceremonia conocida como anacleteria, a pesar de que solo tenía trece años. Polibio escribe que los cortesanos de Ptolomeo "pensaron que el reino ganaría un cierto grado de firmeza y un nuevo impulso hacia la prosperidad, si se supiera que el rey había asumido la dirección independiente del gobierno".  Fue coronado como faraón en Memphis por el Sumo Sacerdote de Ptah el 26 de marzo de 196. Polícrates se convirtió en el primer ministro en Alejandría y Aristomenes se vio obligado a suicidarse en los años siguientes.  
El decreto de Memphis, inscrito en la piedra de Rosetta

El día después de la coronación de Ptolomeo como Faraón, un sínodo de sacerdotes de todo Egipto que se habían reunido para el evento aprobó el decreto de Memphis. Estelas inscritas con el decreto. Sobreviven dos de estas estelas: la Estela de Nubayrah y la famosa Piedra de Rosetta. Este decreto elogia los beneficios de Ptolomeo V para el pueblo de Egipto, relata su victoria sobre los rebeldes en Lycopolis y remite una serie de impuestos sobre los templos de Egipto. El decreto ha sido interpretado como una recompensa por el apoyo de los sacerdotes a Ptolomeo contra los rebeldes.  Günther Hölbl, en cambio, interpreta el decreto como una señal del aumento del poder de los sacerdotes. En su opinión, los sacerdotes afirmaron su derecho a la remisión de los impuestos, conscientes de que Ptolomeo confiaba más en su apoyo que sus predecesores, y no tuvo más remedio que ceder. 

Paz con Antíoco III 
Imagen desfigurada de Cleopatra I como reina, de El Kab.

Después de que los romanos derrotaron decisivamente a Felipe V en la batalla de Cynoscephalae en 197 a. C., volvieron su atención a Antíoco III, cuyas tropas habían cruzado el Helesponto y habían entrado en Tracia. A fines de 196 o principios de 195 a. C., Lucius Cornelius Lentulus se reunió con el rey y, entre otras cosas, exigió que Antíoco le devolviera todo lo que había conquistado a Ptolomeo V. Sin embargo, Antíoco anunció que ya había comenzado las negociaciones de paz con Egipto y los romanos partieron sin logrando cualquier cosa.  Antíoco luego concluyó la paz con Ptolomeo, comprometiéndolo con su propia hija Cleopatra I. En el invierno de 194/193 a. C., Ptolomeo V, de dieciséis años, se casó con Cleopatra, que tenía entre 14 y 23 años. Simbólicamente, Antíoco celebró la boda que selló su conquista de Coele-Siria en Raphia, el lugar de su gran derrota a manos de Ptolomeo IV. 

Fin de la revuelta egipcia (196-185 a. C.) 
A mediados de la década de 190 a. C., Ankhmakis hizo algún tipo de acuerdo con el rey Adikhalamani de Meroe. A cambio de la ciudad de Syene, en el sur de Egipto, Adikhalamani proporcionó algún tipo de ayuda que permitió a Ankhmakis recuperar Tebas para el otoño de 195 a. C. Violentas batallas entre las fuerzas de Ptolomeo V y Ankhmakis tuvieron lugar alrededor de Asyut. A fines de 191 o principios de 190 a. C., los registros de papiro indican que Tebas estaba nuevamente bajo el control de Ptolomeo V. El general ptolemaico, Comanus lideró esta reconquista. En 187 a. C., Adikhalamani de Meroe se retiró de Syene y abandonó su apoyo a Ankhmakis. Los sacerdotes que habían apoyado a Ankhmakis acompañaron a sus tropas de regreso a Meroe. El 27 de agosto de 186 a. C., Ankhmakis y su hijo lideraron un último ataque contra Tebas, pero fueron derrotados por Comanus. Esta victoria restableció el dominio ptolemaico en el Alto Egipto, así como los triakontaschoinos. En los templos de la región, se borraron las inscripciones con los nombres de los reyes meroíticos que habían gobernado la región desde el 206 a. C. 
Ankhmakis fue llevado a Alejandría y ejecutado el 6 de septiembre de 186 a. C. Poco después, un sínodo oficial de sacerdotes se reunió en la ciudad y aprobó un decreto, conocido hoy como el decreto Philensis II, en el que Ankhmakis fue denunciado por rebelión y otros crímenes contra la humanidad y los dioses. Un mes después, el 9 de octubre de 186 a. C., Ptolomeo V emitió el "Decreto de Amnistía", que exigía que todos los fugitivos y refugiados regresaran a sus hogares y los perdonó por cualquier delito cometido antes de septiembre de 186 a. C. (excepto el robo en el templo). Esto tenía la intención de restaurar la tierra al cultivo que había sido abandonado durante el prolongado período de guerra. Para evitar nuevas revueltas en el sur, una nueva gobernación militar del Alto Egipto, los epistrategos, fue creado, con Comanus sirviendo en el papel desde 187 a.C. Los soldados griegos se establecieron en pueblos y ciudades del sur, para actuar como una fuerza de guarnición en caso de nuevos disturbios. 
Los rebeldes en el Bajo Egipto seguían luchando. En 185 a. C., el general Polícrates de Argos logró suprimir la rebelión. Prometió a los líderes de la rebelión que serían tratados generosamente si se rendían. Confiando en esto, fueron voluntariamente a Sais en octubre de 185 a. C., donde los desnudaron, los obligaron a arrastrar carros por la ciudad y luego los torturaron hasta la muerte.  Se discute si Polícrates o Ptolomeo fueron los responsables de esta crueldad duplicada. 

Política exterior después de la Quinta Guerra Siria (194 / 3-180 a.C) 
Después del final de la Quinta Guerra Siria, Ptolomeo V hizo un esfuerzo por reafirmar el poder ptolemaico en el escenario mundial y recuperar algunos de los territorios perdidos por los seléucidas, con muy poco éxito. Cuando estalló la guerra romano-seléucida en 192 a. C., Ptolomeo V envió una embajada a Roma ofreciendo apoyo financiero y militar, pero el Senado lo rechazó, aparentemente molesto por la paz separada que Ptolomeo había hecho con Antíoco en 194/3 a. C.  Otra embajada en Roma en 191 a. C., felicitando al Senado por la victoria romana en la Batalla de las Termópilas, fue completamente ignorada.  Al final de la guerra en 188 a. C., cuando los romanos impusieron el Tratado de Apamea a Antíoco, que lo obligó a renunciar a todo su territorio en Asia Menor, no devolvieron las antiguas propiedades ptolemaicas de la región a Ptolomeo V, sino que se las otorgaron a Pérgamo y Rodas. 
Cuando Antíoco III murió en 187 a. C. y fue sucedido por su hermano Seleuco IV, Ptolomeo V comenzó los preparativos para una guerra renovada para recuperar Coele-Siria. El eunuco Aristonicus, amigo de la infancia de Ptolomeo, fue enviado a Grecia para reclutar mercenarios en 185 a. C.  Al mismo tiempo, Ptolomeo revivió las alianzas que su abuelo había mantenido con la Liga aquea, presentando regalos monetarios a la Liga y prometiéndoles también barcos.  Para elevar su perfil en Grecia, Ptolomeo también ingresó a un equipo de carro en los Juegos Panatenaicos de 182 a. C.  En el mismo año, Aristonicus dirigió una incursión naval en Siria, atacando la isla de Aradus. 
Ptolomeo V murió repentinamente en septiembre de 180 a. C., aún no tenía treinta años. Los historiadores antiguos alegan que fue envenenado por sus cortesanos, que creían que tenía la intención de confiscar sus propiedades para financiar su nueva guerra siria. 

Régimen 
Culto dinástico ptolemaico 
Octodrachm de Ptolomeo V, con la diadema y los clamidias de un rey helenístico, así como una corona de trigo.

El Egipto ptolemaico tenía un culto dinástico, que se centraba en el festival de Ptolemaia y el Sacerdote anual de Alejandro Magno, cuyo título completo incluía los nombres de todos los monarcas ptolemaicos y aparecía en documentos oficiales como parte de la fórmula de la fecha. Probablemente en el festival de Ptolemaia en 199 a. C., Ptolomeo V fue proclamado como Theos Epiphanes Eucharistos (Manifiesto, Dios Benefactor) y su nombre fue agregado al título del Sacerdote de Alejandro. Cuando se casó con Cleopatra I en 194/3 a. C., la pareja real fue deificada como Theoi Epiphaneis y el título completo del Sacerdote de Alejandro se modificó en consecuencia. 
Desde la muerte de Arsinoe II, las reinas ptolemaicas fallecidas habían sido honradas con un culto dinástico propio, incluida una sacerdotisa separada que marchaba en procesiones religiosas en Alejandría detrás del sacerdote de Alejandro Magno y cuyos nombres también aparecían en las fórmulas de citas. Esa tendencia continuó bajo Ptolomeo V con el establecimiento de un culto para su madre, Arsinoe III en 199 a. C. A diferencia de la canephore de Arsinoe II y la athlophore de Berenice II, la sacerdotisa de Arsinoe no tenía título especial y sirvió de por vida en lugar de un solo año. 
Con la pérdida de la mayoría de las posesiones ptolemaicas fuera de Egipto en la Quinta Guerra Siria, Chipre asumió un papel mucho más importante dentro del imperio ptolemaico y esto fue afirmado por el establecimiento de una estructura religiosa centralizada en la isla. El gobernador (Strategos) de Chipre fue en adelante también el sumo sacerdote (archiereus) de la isla, responsable de mantener una versión del culto dinástico en la isla. 

Ideología faraónica y religión egipcia 
Al igual que sus predecesores, Ptolomeo V asumió el papel tradicional egipcio del faraón y el apoyo concomitante para la élite sacerdotal egipcia. Al igual que en Ptolomeo III y IV, la relación simbiótica entre el rey y la élite sacerdotal fue afirmada y articulada por los decretos de los sínodos sacerdotales. Bajo Ptolomeo V había tres de estos, todos los cuales se publicaron en estelas en jeroglíficos, demótico y griego se publicaron en todo Egipto. 
El primero de estos decretos fue el decreto de Memphis, aprobado el 27 de marzo de 196 a. C., el día después de la coronación de Ptolomeo como Faraón, en el que Ptolomeo V se presenta como la "imagen de Horus, hijo de Isis y Osiris". La descripción del decreto de la victoria de Ptolomeo sobre los rebeldes de Lycopolis y de su coronación se basa en gran medida en las imágenes tradicionales que presentaban al Faraón como un nuevo Horus, recibiendo la realeza de su padre muerto, a quien vengó golpeando a los enemigos de Egipto y restaurando el orden. En honor a sus benefacciones, los sacerdotes le otorgaron honores religiosos basados ​​en los otorgados por los sínodos sacerdotales a su padre y su abuelo: acordaron erigir una estatua de Ptolomeo V en el santuario de cada templo en Egipto y celebrar un festival anual en el cumpleaños de Ptolomeo.
Estos honores se incrementaron en el decreto Philensis II, aprobado en septiembre de 186 a. C. sobre la represión de la revuelta de Ankhmakis. Los sacerdotes se comprometieron a erigir otra estatua de Ptolomeo V disfrazado de 'Señor de la Victoria' en el santuario de cada templo en Egipto junto a una estatua de la deidad principal del templo, y celebrar un festival en honor de Ptolomeo V y Cleopatra. Yo todos los años el día de la derrota de Ankhmakis.  Este decreto fue revisado en el decreto Philensis I, aprobado en otoño de 185 a. C. sobre la entronización de un Toro Apis . Este decreto restableció los honores para Arsinoe Philadelphus y Theoi Philopatores (Ptolomeo IV y Arsinoe III) en los templos del Alto Egipto, que habían sido abolidos durante la revuelta de Ankhmakis. También le otorgó a Cleopatra I todos los diversos honores que se le habían otorgado a Ptolomeo V en los decretos anteriores. 
Los predecesores de Ptolomeo, desde la época de Alejandro Magno, habían seguido una política amplia de construcción de templos, diseñada para garantizar el apoyo de la élite sacerdotal. Ptolomeo no pudo hacer esto en la misma escala que sus predecesores. Una razón para esto fueron las circunstancias financieras más difíciles de Egipto durante el reinado de Ptolomeo. Otra fue la pérdida de grandes secciones del país a los rebeldes: en el templo de Horus en Edfu, por ejemplo, se había planeado que se instalaran un gran conjunto de puertas en el 206 a.C, pero la rebelión significaba que esto no en realidad tienen lugar hasta finales de los años 180. La construcción que se llevó a cabo bajo Ptolomeo V se centró en la parte norte del país, particularmente el santuario del toro Apis y el templo de Anubis en Memphis. Hölbl interpreta este trabajo como parte de un esfuerzo por construir Memphis como el centro de la autoridad religiosa egipcia, a expensas de Tebas, que había sido un bastión de la revuelta egipcia.

Familia y Matrimonio
Ptolomeo V se casó con Cleopatra, la siria, hija del rey seléucida Antíoco III en 194 a. C. y tuvieron tres hijos, que gobernarían Egipto en varias combinaciones y con una gran cantidad de conflictos durante la mayor parte del resto del siglo II a. C. 
Cleopatra I Syra
Cleopatra I Syra (204-176 a. C.) fue una princesa del Imperio seléucida, reina del ptolemaico de Egipto por matrimonio con Ptolomeo V de Egipto, y regente de Egipto durante la minoría de su hijo, Ptolomeo VI, desde la muerte de su esposo en 180 a. C. hasta su propia muerte en 176 a.C.

Cleopatra I era hija de Antíoco III el Grande, rey del imperio seléucida y reina Laodice III.

Reina 
En 197 a. C., Antíoco III había capturado una serie de ciudades de Asia Menor que anteriormente estaban bajo el control del reino ptolemaico de Egipto. Los romanos apoyaron los intereses egipcios, cuando negociaron con el rey seléucida en Lisimaquia en 196 a. C. En respuesta, Antíoco III indicó su voluntad de hacer las paces con Ptolomeo V y que su hija Cleopatra I se casara con Ptolomeo V. Se comprometieron en el 195 a. C. y su matrimonio tuvo lugar en el 193 a. C. en Raphia.  En ese momento, Ptolomeo V tenía unos 16 años y Cleopatra I unos 10 años. Más tarde, los reyes ptolemaicos de Egipto debían argumentar que Cleopatra había recibido Coele-Siria como su dote y, por lo tanto, este territorio nuevamente perteneció a Egipto. No está claro si este fue el caso. Sin embargo, en la práctica, Coele-Siria siguió siendo una posesión seléucida después de la Batalla de Panium en 198 a.C. 
En Alejandría, Cleopatra, me llamaron sirio.  Como parte del culto ptolemaico, fue honrada con su esposo como Theoi Epiphaneis. En línea con la antigua tradición egipcia, también fue nombrada adelphe (= hermana) de Ptolomeo V. Un sínodo de sacerdotes celebrado en Memphis en 185 a. C. transfirió todos los honores que Ptolomeo V había recibido en 196 a. C. (escrito en la piedra de Rosetta) a su esposa. En 187 a. C., Cleopatra I fue nombrada visir.

Reina regente 
Tras la muerte de su esposo en 180 a. C., ella gobernó en nombre de su pequeño hijo, Ptolomeo VI. Ella fue la primera reina ptolemaica en gobernar sin su esposo. Esto se puede concluir de las fórmulas de fechas en los papiros escritos en los años 179 a. C. a 176 a. C., donde Cleopatra I se llama Thea Epiphanes y su nombre se escribe antes que el de su hijo. También acuñó sus propias monedas, que también llevan su nombre antes que el de su hijo.
Justo antes de su muerte, Ptolomeo V había planeado llevar a cabo una guerra contra el reino seléucida, pero cuando Cleopatra I se convirtió en la única gobernante, inmediatamente terminó los preparativos de guerra dirigidos contra su hermano Seleucus IV Philopator.
Cleopatra morí alrededor del año 176 a. C. El año después de su muerte, su hijo Ptolomeo VI y su hija Cleopatra II se casaron.

Egipto perdió la batalla de Panion y, a consecuencia de ello, se quedó sin todas sus posesiones en la Fenicia, la Cele-Siria, en Asia Menor y en las islas del Egeo.
Lo que no se quedó Antíoco III, del Imperio Seleúcida, se lo quedó Filipo V, de Macedonia. Si Egipto seguía como nación independiente era porque Roma velaba para que nadie le pusiera dificultades al suministro de grano desde Egipto, tan importante para los políticos en la Antigüedad, pues podían perder batallas en el exterior, pero no podían mantenerse si el pueblo pasaba hambre. Y muchos reinos eran deficitarios en cereal, como Grecia o Italia. De ahí que defendieran su recurso a la importación desde países suministradores, como Sicilia, los reinos del Mar Negro o, por antonomasia, Egipto. Los tributos en especie que los Ptolomeos obtenían de los campesinos egipcios era una de las fuentes de riqueza del faraón ptolemaico.
Ya hemos visto que la batalla de Panion fue el único gesto de Egipto para evitar el expolio de que estaba siendo objeto por parte de sus vecinos, el Imperio Seleúcida y Macedonia, las dos potencias importantes de la zona. Pero, así como su padre, Ptolomeo IV, parrandero y jugador, dirigió a sus tropas y , sorprendentemente, ganó la batalla de Rafia a Antíoco III Megas, su hijo no lideró nada y Scopas, su general griego, perdió la batalla que le cupo en suerte. Y no porque fuera un mal estratega, sino porque no tenía ninguna posibilidad enfrentado a los catafractos de su contrario.
Pero como estamos tratando de resumir el reinado de Ptolomeo V Epífanes, la Manifestación - no sabemos de qué - veamos lo poco que ha pasado a la Historia de este Faraón anodino, que se pasó la vida cobijado bajo las faldas de su camarilla de cortesanos. Nacido el año 210, ascendió al trono a los cinco años., el 205 a.C., por envenenamiento de su padre, Ptolomeo IV Filopator, al que posiblemente envenenaron sus ministros principales. Lo que sí se sabe con certeza es que su madre, Arsínoe III, hermana de su padre, pereció envenenada por dichos ministros, a los que resultaba más cómodo manejar a un niño que a una mujer hecha y derecha. 
Así pues, los hechos que sucedan hasta la mayoría de edad del Faraón hay que adjudicárselos no a éste, como hemos de ver, sino a la camarilla palaciega. Camarilla que ya ha demostrado que opera en beneficio propio y no de Egipto.
La debilidad que supone que un niño de 5 años rija los destinos de Egipto fue percibida por sus vecinos, el Imperio Seleúcida y Macedonia, que se aliaron para despojar a Egipto de todas las posesiones de ultramar que los primeros Ptolomeos habían logrado incorporar a su reino.
Antes de Ptolomeo V tuviera 8 años, Filipo V de Macedonia ya había conquistado a Egipto Cirene, Jonia y las Cícladas. Contaba con la resistencia que le ofrecían los gobernadores egipcios de las ciudades conquistadas, respaldados sólo por una reducida guarnición, suficiente para mantener la paz en la pequeña región que dominaban, pero insuficiente para enfrentarse ni siquiera al sitio por una potencia militar como eran Macedonia o el Imperio Seleúcida. 
Mientras tanto, Antíoco III hacía sus campañas por la Cele-Siria y se apoderaba de las zonas más cercanas a sus posesiones.
Con Ptolomeo V de 8 años, el año 202, Filipo V decidió hacerse con las posesiones que en la Tracia tenía Egipto. Para ello mandó construir una flota y con ella se lanzó en dirección Este el año 202.  Tomó Lisimaqueia, Calcedonia  y Ciu. En esta última ciudad Filipo V desató su forma de entender la guerra, tal vez copiando lo que sabía qué hacía Roma, no tener piedad de los vencidos. Mandó quemar la ciudad y vender a sus habitantes como esclavos. Ello le supuso la desaprobación de muchos helenos, que habían visto en él una esperanza para no caer en las manos de Roma.
Con Ptolomeo V de 8 años, el año 202, y en el otro frente, tuvo lugar la batalla de Panion, que hemos visto recientemente.
A partir del año 200, con Ptolomeo  V de 10 años, los emisarios de Roma, empiezan a interesarse por lo que sucede en Oriente, en concreto en Egipto, su proveedor cada vez más importante de trigo. Ya hemos dicho que Roma advirtió a Antíoco III de que Egipto era un reino amigo e intocable. Por eso Antíoco se dedicó a quitar a Egipto todas sus posesiones, pero sin entrar en el país del Nilo. Su hijo no hará caso de las advertencias romanas y sufrirá un desplante antológico.

Descendencia de Ptolomeo IV.
Antíoco III no podía conquistar Egipto, pero se despachó con todas las plazas fuertes que Egipto tenía mirando al mar. El año 198 AEC., con Ptolomeo V de 12 años,  Antíoco III se había apoderado de todo cuanto antes fuera de Egipto, incluida Fenicia.
El año 197, cuando Ptolomeo V contaba 13 años, la camarilla palaciega se vio con fuerza suficiente como para atajar las veleidades independentistas de algunas ciudades del Delta del Nilo, a las que vencieron. Dicen los historiadores que el Faraón se mostró muy severo con los vencidos. Diríamos más bien que fue la camarilla en el poder. Era lógico, se trataba de advertir a las demás ciudades de lo que les sucedería si desafiaban su autoridad.  Acto seguido y para levantar la moral del pueblo egipcio ante los desastres militares sufridos, los ministros de Ptolomeo V mantuvieron un antiguo rito, la Anacleteria, (del griego anaklesis = invocación al llegar a la edad) y el mismo año 197, cuando el Faraón tenía 13 años y para contentar al clero, se le coronó en Menfis, la antigua capital, cercana a El Cairo.
Al año siguiente, con el Faraón de 14 años, le dieron a firmar el edicto contenido en la piedra Rossetta. La piedra en la que se grabó este decreto se encontró el año 1.799, en la expedición que Napoleón realizó a Egipto. Con ella se pudo descifrar la escritura jeroglífica del antiguo Egipto. El decreto refleja una influencia creciente de los nativos egipcios, perdonaba deudas e impuestos, liberaba prisioneros, perdonaba a los rebeldes que se habían rendido y concedía beneficios crecientes a los Templos.
El año 193 cuando Ptolomeo V cuenta 17 años,  Roma,  liberada y vencedora ya de su larga disputa con Cartago, interviene y pone fin a la guerra que mantenía el Imperio Seleúcida con Egipto. Obligaron a Antíoco III a firmar un tratado de paz por el que, como árbitros tácitos de la zona, aceptaban las conquistas realizadas por el sirio. Una manera de formalizar la paz fue casar a la hija de Antíoco III, de nombre Cleopatra I, con el Faraón Ptolomeo V. En los 13 años siguientes, Cleopatra I dará a luz dos niños; Ptolomeo VI y Ptolomeo VIII, y una niña, Cleopatra II.

Descendencia de Ptolomeo V. La hermana, Cleopatra II, será esposa de sus dos hermanos.
Liberados de presiones por parte del vecino oriental, los esfuerzos de palacio se pueden centrar en la larga disidencia tebana. Tres años más tarde, el 190, se conquista Tebas, capital de la rebelión en el Alto Egipto. No obstante, otros nomos vecinos siguen sin reconocer la autoridad del Faraón, que sólo impondrá la suya en todo Egipto cuatro años más tarde, el año 186, cuando Ptolomeo V cuenta 24 años.
Hemos visto cómo transcurrieron los primeros 24 años de la vida de Ptolomeo V Epífanes, siempre sometido a la tutela de sus ministros palaciegos. Algo heredado de tiempos de su padre.
Desde hace ya varios años el Faraón es un adulto, pero no logra liberarse del sometimiento a sus asesores y ministros, que deciden por él, aun manteniendo las formas respecto a la autoridad del Faraón. Pasan los años y los indicios apuntan a que Ptolomeo se cansó de ser una figura decorativa. A un cortesano que sabía fiel le encargó la misión de partir para Grecia y reclutar un grupo de mercenarios. Posiblemente un reducido grupo, una guardia personal, con la que podría imponer su autoridad en palacio y, por extensión en su reino.
Pero la camarilla tuvo conocimiento de que el Faraón planeaba rebelarse y prescindir de su apoyo y tutela. Y eso no iba a consentirlo... Recurrieron al método tradicional, el veneno. Hacia el mes de Mayo del año 180, cuando Ptolomeo V tenía 30 años de edad, falleció. De repente. La recluta de mercenarios no tenía ya sentido. Y quedaron una reina viuda, Cleopatra I, y dos niños de corta edad para regir nominalmente Egipto. Hemos de ver qué hizo la camarilla con ellos.
Una vez más, se comprueba que los ministros corruptos sólo trabajan en su favor. Lo que convenga al país queda muy por detrás de lo que les convenga a ellos mismos. Ellos son el país, según su caletre. Y como están en el poder, ordenan y mandan, procurando guardar las apariencias. De modo que, estimado lector, esto viene de muuuuyyy... atrás.
No es que sea una característica de la Humanidad. Es una característica de algunos de sus miembros. Lo suicida es dejarles gobernar precisamente a los que adolecen de esa característica, como hizo Ptolomeo IV Filopátor. Porque, una vez que los no honrados se han hecho con los resortes del poder, la marcha atrás es mucho más laboriosa. 
Y, como epitafio gráfico de cada monarca Ptolomeo, veamos una reproducción moderna de cómo debía ser el Egipto Antiguo.

Cleopatra II (185 a. C. - 116/115 a. C.) fue una reina del Egipto ptolemaico que gobernó del 175 al 116 a. C. con dos hermanos y maridos sucesivos, a menudo en rivalidad con su hermano Ptolomeo VIII.
Busto de una reina ptolemaica egipcia probablemente representan a Cleopatra II o su hija Cleopatra III. Museo del Louvre, París)

Ella gobernó durante su primer reinado, hasta 164 a. C., con Ptolomeo VI Philometor, su primer esposo y el mayor de sus hermanos, y Ptolomeo VIII Euergetes II, su hermano menor. Durante su segundo reinado, volvió a gobernar con Ptolomeo VI desde 163 a. C. hasta su muerte en 145 a. C. Luego gobernó con su hermano menor, Ptolomeo VIII, con quien se casó, y su hija Cleopatra III. Ella fue la única gobernante de Egipto desde el 131 a. C. hasta el 127 a. C. Su reinado final del 124 a. C. al 116 a. C. también se gastó en la corregencia con Ptolomeo VIII y Cleopatra III.

Vida temprana (antes del 175 a.C) 
Cleopatra II era la hija de Ptolomeo V y es probable que Cleopatra I. Si ella era la hija de Cleopatra I, ella era una hermana completa de Ptolomeo VI Philometor y Ptolomeo VIII Euergetes II Trifón; de lo contrario ella era su media hermana. Eventualmente se casaría con sus dos hermanos.

Primera corregencia (175–131 a. C.) 
Tras la muerte de su presunta madre, Cleopatra I, en 176 a. C., Cleopatra II se casó con su hermano Ptolomeo VI Philometor en c. 175 a. Cleopatra II, Ptolomeo VI y su hermano, Ptolomeo VIII, fueron co-gobernantes de Egipto desde c. 170 a. C. a 164 a. C. 
Cía. 169 a. C., Antíoco IV de Siria invadió Egipto. Ptolomeo VI Philometor se unió a Antíoco IV fuera de Alejandría. Ptolomeo VI fue coronado en Memphis y gobernó con Cleopatra II. En 164 a. C. Cleopatra II y su esposo fueron depuestos temporalmente por Ptolomeo VIII, pero fueron restaurados al poder en 163 a. C. 
Ptolomeo VI murió en 145 a. C. Cleopatra II acordó casarse con su hermano menor, Ptolomeo VIII Euergetes II. Ptolomeo VIII asesinó a Ptolomeo VII Neos Philopator, el hijo de Ptolomeo VI y Cleopatra II,  y tomó el trono él mismo. 
Entre 142 a. C. y 139 a. C. Ptolomeo VIII se casó con la hija menor de Cleopatra, su sobrina Cleopatra III. 

Única regencia (131–127 a. C.) 
Cleopatra II lideró una rebelión contra Ptolomeo VIII en 131 a. C., y lo expulsó a él y a Cleopatra III de Egipto.  En este momento, se dice que Ptolomeo VIII tuvo miembros de Ptolomeo Menfitas, su hijo de su hermana mayor, Cleopatra II, desmembrado y su cabeza, manos y pies enviados a Cleopatra II en Alejandría como regalo de cumpleaños. 
Cleopatra II gobernó Egipto como único gobernante hasta 127 a. C. Se vio obligada a huir a Siria, donde se unió a su hija Cleopatra Thea y su yerno Demetrio II Nicator.

Tercer reinado (124–116 a. C.) 
Una reconciliación pública de Cleopatra II y Ptolomeo VIII fue declarada en el 124 a. C. Después de esto, gobernó conjuntamente con su hermano y su hija hasta junio 116 a. C., cuando murió Ptolomeo. 
Ptolomeo VIII dejó el reino para ser gobernado por Cleopatra III y uno de sus hijos. A voluntad de los alejandrinos, Cleopatra III eligió a Ptolomeo Lathyros, su hijo mayor, como su co-gobernante. 
Cleopatra II desapareció de los registros históricos en algún momento alrededor de octubre 116 a. C.  Se cree que murió alrededor del 116 o 115 a. C. 
Relieve
de la pared de Cleopatra III, Cleopatra II y Ptolomeo VIII antes de Horus



Con Ptolomeo VI tuvo al menos cuatro hijos,  y posiblemente una hija adicional, Berenice:
·         Ptolomeo Eupator, nacido en 166 a. C. Se convirtió en corregente con su padre por un corto tiempo, pero murió a una edad temprana en c. 152 a.C.
·         Cleopatra Thea, nacida en c. 164 a. Se casó con Alejandro Balas, Demetrio II Nicator y Antíoco VII Sidetes. Asesinado por su hijo en c. 120 a. C.
·         Quizás Berenice, nacida entre 163 y 160 a. C. Murió joven en c. 150 a.
·         Cleopatra III, nacida entre 160 y 155 a. C. Casado con su tío Ptolomeo VIII.
·         Ptolomeo VII Neos Philopator, nacido c. 152 a. Asesinado en 145 a. C. por Ptolomeo VIII.
Se cree que Ptolomeo VIII y su hermana mayor, Cleopatra II, tuvieron al menos un hijo,  Ptolomeo Menfitas, nacido entre 144 y 142 a. C. Ptolemy Memphites puede ser idéntico a Ptolomeo VII Neos Philopator, pero esta identificación no se acepta universalmente.

Ptolomeo VI Philometor
Ptolomeo VI Philometor ("Ptolomeo, amante de su Madre"; mayo/junio 186–145 a.C) fue el sexto faraón en el período ptolemaico de Egipto. Reinó del 180 al 164 a. C. y del 163 al 145 a. C.  El hijo mayor de Ptolomeo V Epífanes y Cleopatra I de Egipto, llegó al trono cuando era un niño muy pequeño en 180 a. C. y el reino estuvo gobernado por regentes: su madre hasta su muerte en 178 o 177 a. C. y luego dos de sus asociados, Eulaeus y Lenaeus hasta el 169 a. C. Desde 170 a.C, su hermana-esposa Cleopatra II y su hermano menor Ptolomeo VIII Euergetes eran co-gobernantes junto a él.
El reinado de Ptolomeo VI se caracterizó por un conflicto externo con el imperio seléucida sobre Siria y por un conflicto interno con su hermano menor por el control de la monarquía ptolemaica. En la Sexta Guerra Siria (170-168 a. C.), las fuerzas ptolemaicas fueron completamente derrotadas y Egipto fue invadido dos veces por los ejércitos seléucidas. Sus intentos de negociar el fin de este conflicto lo exacerbaron con su hermano. Aunque logró colaborar con su hermano durante el tiempo suficiente para asegurar la paz y restablecer el orden dentro de Egipto, Ptolomeo VIII logró expulsar a Ptolomeo VI de Egipto en 164 a. C.
La gente de Alejandría se volvió contra Ptolomeo VIII e invitó a Ptolomeo VI a regresar al trono en 163 a. C. En este segundo reinado tuvo mucho más éxito en ambos conflictos. Desterró a su hermano a Cirenaica y le impidió en repetidas ocasiones usarlo como trampolín para tomar Chipre, a pesar de una intervención romana sustancial a favor de su hermano. Al apoyar a una serie de reclamantes rivales para el trono seléucida, Ptolomeo VI ayudó a instigar una guerra civil en el reino seléucida, que continuaría por generaciones y eventualmente consumiría la dinastía seléucida. En 145 a. C., Ptolomeo invadió Seleucid Siria y obtuvo una victoria total en la Batalla del Oenoparus, lo que lo dejó a cargo de los reinos seléucida y ptolemaico. Sin embargo, las heridas que sufrió en la batalla lo llevaron a la muerte tres días después. Las ganancias de la guerra se perdieron casi de inmediato y su hermano Ptolomeo VIII volvió al poder.

Antecedentes y vida temprana 
Ptolomeo era el hijo mayor de Ptolomeo V Epífanes, que reinó entre 204 y 180 a. C. El reinado de Ptolomeo V había estado dominado por la Quinta Guerra Siria (204-198 a. C.), en la que el reino ptolemaico luchó contra el rey seléucida Antíoco III, que gobernó el Cercano Oriente y Asia Menor. En esa guerra, Antíoco III había derrotado por completo a las fuerzas ptolemaicas, anexó Coele-Siria y Judea a su imperio, y redujo a Egipto a una posición subordinada. 
La nueva situación se solidificó con un tratado de paz, en virtud del cual Tolomeo V se casó con la hija de Antíoco, Cleopatra I, en 194 a. C.  Ptolomeo VI era el hijo mayor de la pareja, nacido en 186 a. C., probablemente en mayo o junio. Ptolomeo VI tenía dos hermanos: una hermana, Cleopatra II, que probablemente nació entre 186 y 184 a. C., y un hermano menor, el futuro Ptolomeo VIII. Su padre anunció su posición como heredero dentro de Egipto y en todo el mundo, por ejemplo al ingresar a un equipo de carros bajo su nombre en los Juegos Panatenaicos de 182 a. C. 
La derrota en la Quinta Guerra siria arrojó una sombra sobre el resto del reinado de Ptolomeo V. Una facción prominente dentro de la corte ptolemaica agitó por un regreso a la guerra para restaurar el prestigio egipcio, mientras que otra facción resistió los gastos involucrados en la reconstrucción y remilitarización del reino.  Ptolomeo V murió inesperadamente en septiembre de 180 a. C., a la edad de solo 30 años. Es posible que fue asesinado como resultado de esta lucha interna entre facciones, una fuente tardía afirma que había sido envenenado.

Primer reinado (180-164 a.C) 
Regencias 
Ptolomeo VI, que solo tenía seis años, fue coronado inmediatamente rey, con su madre Cleopatra I como corregente. En documentos de este período, Cleopatra lleva el nombre de Ptolomeo y las monedas fueron acuñadas bajo la autoridad conjunta de ella y su hijo.  Ante la continua agitación de la guerra con los seléucidas, Cleopatra siguió una política pacífica, debido a sus propias raíces seléucidas y porque una guerra habría amenazado su control del poder.  Cleopatra probablemente murió a fines de 178 o principios de 177 a. C., aunque algunos estudiosos ubican su muerte a fines de 176 a. C. 
Ptolomeo todavía era demasiado joven para gobernar solo. En su lecho de muerte, Cleopatra nombró a Eulaeus y Lenaeus, dos de sus asociados cercanos como regentes. Eulaeus, un eunuco, que había sido tutor de Ptolomeo, era el mayor de los dos, e incluso acuñaba monedas en su propio nombre. Lenaeus era un esclavo sirio que probablemente había venido a Egipto como parte del séquito de Cleopatra cuando se casó. Parece haber estado específicamente a cargo de administrar las finanzas del reino. 
Eulaeus y Lenaeus buscaron reforzar su autoridad aumentando la dignidad de Ptolomeo. A principios del 175 a. C., organizaron la boda de Ptolomeo VI con su hermana Cleopatra II. El matrimonio hermano-hermana era tradicional en la dinastía ptolemaica y probablemente fue adoptado en imitación de los faraones egipcios anteriores.  Ptolomeo y Cleopatra todavía eran niños pequeños, por lo que el matrimonio no se consuma durante muchos años; eventualmente tendrían al menos cuatro hijos juntos. En este momento, la pareja se incorporó al culto dinástico ptolemaico como Theoi Philometores ('los dioses amantes de la madre'), nombrados en honor de la difunta Cleopatra I.  En contextos religiosos egipcios, el título recordaba la relación del faraón como Horus con su madre Isis. 

Sexta Guerra Siria (170 a. C.-168 a. C.) 
El rey seléucida Seleuco IV, que había seguido una política generalmente pacífica, fue asesinado en 175 a. C. y después de dos meses de conflicto, su hermano Antíoco IV Epífanes aseguró el trono.  La situación inestable empoderó a los halcones de guerra en la corte ptolemaica, y Eulaeus y Lenaeus no pudieron o no quisieron resistirlos, con Cleopatra I ya no estaba viva. En 172 a. C., los preparativos para la guerra estaban en marcha.  Desde 171 a. C., tanto Roma como Macedonia se ocuparon de la Tercera Guerra de Macedonia y el gobierno egipcio consideró que había llegado el momento de la guerra. 
En octubre de 170 a. C., Ptolomeo VIII fue ascendido al estado de corregente junto a su hermano y hermana. El año actual fue declarado el primer año de una nueva era.  John Grainger argumenta que los dos hermanos se habían convertido en figuras de facciones separadas en la corte y que estas ceremonias estaban destinadas a promover la unidad dentro de la corte en el período previo a la guerra.  Poco después, Ptolomeo VI, que ahora tenía alrededor de dieciséis años, fue declarado adulto y celebró su ceremonia de mayoría de edad (la anakleteria).  Aunque Ptolomeo VI ahora gobernaba ostensiblemente por derecho propio, en la práctica, Eulaeus y Lenaeus permanecieron a cargo del gobierno.
La Sexta Guerra de Siria estalló poco después de esto, probablemente a principios del 169 a. C.  El ejército ptolemaico partió del fuerte fronterizo de Pelusium para invadir Palestina, pero fue interceptado por el ejército de Antíoco IV en el Sinaí.  El ejército derrotado se retiró al Delta del Nilo. Antíoco se apoderó de Pelusium y luego se trasladó al Delta. 
Esta derrota condujo al colapso del gobierno ptolemaico en Alejandría. Eulaeus intentó enviar a Ptolomeo VI a la isla egea de Samotracia con el tesoro ptolemaico.  Sin embargo, antes de que esto pudiera suceder, dos prominentes generales ptolemaicos, Comanus y Cineas, lanzaron un golpe militar y tomaron el control del gobierno de Ptolomeo.
Antíoco IV Epífanes

Cuando Antíoco avanzó hacia Alejandría, Ptolomeo VI salió a su encuentro. Negociaron un acuerdo de amistad, que en efecto redujo a Ptolomeo a un cliente seléucida.  Cuando las noticias del acuerdo llegaron a Alejandría, la gente de la ciudad se amotinó. Comanus y Cineas rechazaron el acuerdo, rechazaron la autoridad de Ptolomeo VI y declararon a Ptolomeo VIII como el único rey (la posición de Cleopatra II permaneció sin cambios).  Antíoco respondió colocando a Alejandría bajo asedio, pero no pudo tomar la ciudad y se retiró de Egipto en septiembre de 169 a. C., cuando se acercaba el invierno, dejando a Ptolomeo VI como su rey títere en Memphis y reteniendo una guarnición en Pelusium. 
En dos meses, Ptolomeo VI se reconcilió con Ptolomeo VIII y Cleopatra II y regresó a Alejandría. El gobierno restaurado repudió el acuerdo que Ptolomeo VI había hecho con Antíoco y comenzó a reclutar nuevas tropas de Grecia.  En respuesta, en la primavera de 168 a. C., Antíoco invadió Egipto por segunda vez. Oficialmente, esta invasión se presentó como un esfuerzo por restaurar la posición de Ptolomeo VI contra su hermano menor.  Antíoco rápidamente ocupó Memphis donde fue coronado rey de Egipto y avanzó hacia Alejandría. Sin embargo, los Ptolomeos habían pedido ayuda a Roma durante el invierno y una embajada romana dirigida por Cayo Popilio Laenas se enfrentó a Antíoco en la ciudad de Eleusis y lo obligó a aceptar un acuerdo, poniendo fin a la guerra. 

Rebeliones y expulsión (168-164 a. C.) 
Inicialmente, la regla conjunta de los dos hermanos y Cleopatra II, que se había establecido durante la guerra, continuó. Sin embargo, el completo fracaso de las fuerzas egipcias en la Sexta Guerra de Siria dejó el prestigio de la monarquía ptolemaica disminuido seriamente y causó una ruptura permanente entre Ptolomeo VI y Ptolomeo VIII. 
En 165 a. C., Dionisio Petosarapis, un destacado cortesano que parece haber sido de origen egipcio nativo, intentó aprovechar su conflicto para tomar el control del gobierno. Anunció a la gente de Alejandría que Ptolomeo VI había intentado lograr que asesinara a su hermano menor y trató de azotar a una multitud para expulsarlo. Ptolomeo VI logró convencer a Ptolomeo VIII de que los cargos eran falsos y los dos hermanos aparecieron públicamente juntos en el estadio, desactivando la crisis. Dionisio huyó de la ciudad y convenció a algunos contingentes militares para que se amotinaran.  Se produjeron intensos combates en Fayyum durante el año siguiente.  Aparentemente completamente por separado, otra rebelión estalló simultáneamente en Thebaid, la última de una serie de rebeliones que habían tentado a derrocar a los Ptolomeos y restablecer el dominio egipcio nativo. Ptolomeo VI reprimió con éxito la rebelión después de un asedio amargo en Panópolis. 
Debido a los años anteriores de conflicto, muchas granjas habían sido abandonadas, amenazando los ingresos agrícolas del gobierno. En el otoño de 165 a. C., los Ptolomeos emitieron un real decreto sobre agricultura para hacer frente a este problema. Este decreto intentó obligar a la tierra a volver al cultivo, pero fue muy impopular y provocó protestas generalizadas.  Una nueva rama del gobierno, el Idios Logos (Cuenta Especial) se estableció para administrar propiedades que se habían convertido en propiedad real como resultado de la confiscación o el abandono.
A fines del 164 a.C,  probablemente no mucho después de que Ptolomeo VI había regresado del sur, Ptolomeo VIII, que ahora tenía unos veinte años, expulsó de alguna manera a Ptolomeo VI y Cleopatra II del poder: se desconoce el curso exacto de los acontecimientos. Ptolomeo VI huyó a Roma en busca de ayuda, viajando con solo un eunuco y tres sirvientes. En Roma, parece no haber recibido nada.  Desde allí se trasladó a Chipre, que permaneció bajo su control. 

Segundo reinado (163-145 a. C.) 
En el verano de 163 a. C., la gente de Alejandría se amotinó contra Ptolomeo VIII, expulsándolo a su vez y recordando a Ptolomeo VI. Ptolomeo VI decidió llegar a un acuerdo con su hermano menor y le otorgó el control de Cirenaica. Esto puede haberse hecho a instancias de un par de agentes romanos presentes en Alejandría en ese momento. Egipto cayó bajo el gobierno conjunto de Ptolomeo VI y Cleopatra II, quienes gobernaron como un par igual y fueron mencionados juntos en todos los documentos oficiales. Este sistema de co-regla sería la norma para la mayoría del resto de la dinastía ptolemaica. La co-regla fue inaugurada por un decreto de amnistía y una visita real a Memphis para celebrar el festival del año nuevo egipcio.

Conflictos con Ptolomeo VIII y los seléucidas 
Ptolomeo VIII no estaba satisfecho con Cirenaica y fue a Roma a fines del 163 o principios del 162 a. C. para pedir ayuda. El Senado acordó que la división era injusta, declarando que Ptolomeo VIII también debería recibir a Chipre. Titus Manlius Torquatus y Gnaeus Cornelius Merula fueron enviados como enviados para obligar a Ptolomeo VI a conceder esto, pero lo postergó y lo ofuscó. A su regreso a Roma a fines del 162 a. C., convencieron al Senado romano de abandonar su alianza con Ptolomeo VI y de otorgarle a Ptolomeo VIII permiso para usar la fuerza para tomar el control de Chipre.  El Senado no le ofreció ningún apoyo real en este esfuerzo y Chipre permaneció en manos de Ptolomeo VI. 
En 162 a. C., Ptolomeo VI también participó en un plan para desestabilizar el reino seléucida. Sus agentes en Roma ayudaron al príncipe seléucida, Demetrio I Soter, a escapar del cautiverio y regresar a Siria para tomar el control del imperio seléucida del rey menor Antíoco V Eupator. Una vez que Demetrius estuvo en el poder, sin embargo, sus intereses comenzaron a divergir y la perspectiva de la guerra entre los dos reinos regresó.  En 158 o 154 a. C., el gobernador de Ptolomeo VI de Chipre, Archias, intentó vender la isla a Demetrio por 500 talentos, pero fue atrapado y ahorcado antes de que este complot se hiciera realidad. 
En 154 a. C., después de sobrevivir a un intento de asesinato que culpó a su hermano, Ptolomeo VIII volvió a pedir ayuda contra su hermano ante el Senado romano, que acordó enviar una segunda embajada, dirigida por Cneo Cornelio Mérula y Lucio Minucio Termo, equipado con tropas. , para hacer cumplir la transferencia de Chipre a su control.  En respuesta, Ptolomeo VI asedió a su hermano menor en Lapethus y lo capturó, con la ayuda de la Liga de Creta.  Persuadió a Ptolomeo VIII para que se retirara de Chipre, a cambio de la posesión continua de Cirenaica, un pago anual de grano y una promesa de matrimonio con una de sus hijas (probablemente Cleopatra Thea) una vez que llegó a la mayoría de edad. 
Como resultado del conflicto con su hermano, Ptolomeo VI hizo esfuerzos particulares para avanzar a su hijo mayor Ptolomeo Eupator como heredero. El joven príncipe fue hecho sacerdote de Alejandro y del culto real en 158 a. C., cuando tenía solo ocho años. A los catorce años, en la primavera de 152 a. C., Ptolomeo Eupator fue ascendido a corregente junto a sus padres, pero murió en otoño del mismo año. Esto dejó la sucesión muy incierta, ya que el hijo restante de Ptolomeo era muy joven. Comenzó a avanzar a su hija, Cleopatra III, que antes la deificaba en 146 a. C.
Anillo de Ptolomeo VI Philometer como faraón egipcio (Louvre)

Intervención en Siria (152-145 a. C.) 
Un nuevo reclamante al trono seléucida, Alejandro I Balas, apareció en 153 a. C. John Grainger propone que Ptolomeo VI proporcionó a Alejandro respaldo financiero, transporte naval y aseguró a Ptolomeo Akko como base de aterrizaje para él. Argumenta que el canciller de Alejandro, Amonio, debe ser visto como un agente ptolemaico.  Sin embargo, no hay evidencia explícita de esto, y Boris Chrubasik presenta los éxitos iniciales de Alexander como logrados sin ninguna participación ptolemaica, y desafía la identificación de Ammonius como egipcio en particular. En cualquier caso, un acuerdo entre los reyes se selló en 150 a. C., cuando Ptolomeo VI se casó con su hija adolescente Cleopatra Thea con Alejandro en una ceremonia en Ptolemais Akko. 
Sin embargo, en mayo de 146 a. C., Ptolomeo estaba reuniendo tropas y en 145 a. C., Ptolomeo VI invadió Siria, mientras Alejandro aplastaba una rebelión en Cilicia. Ptolomeo pasó por Judea desde el vasallo de Alejandro, Jonathan Maccabee. Ostensiblemente, Ptolomeo actuó en apoyo de Alejandro contra el último reclamante del trono seléucida, Demetrio II. En la práctica, la intervención de Ptolomeo tuvo un alto costo; tomó el control de todas las ciudades seléucidas a lo largo de la costa, incluida Seleucia Pieria.  También puede haber comenzado a acuñar su propia moneda en las ciudades sirias. 
Mientras estaba en Ptolemais Akko, sin embargo, Ptolomeo cambió de bando. Según Josephus, Ptolomeo descubrió que el canciller de Alexander, Ammonius, había estado planeando asesinarlo, pero cuando exigió que Ammonius fuera castigado, Alexander se negó.  Tolomeo volvió a casar a su hija con Demetrio II y continuó su marcha hacia el norte. Los comandantes de Antioquía, Diodoto y Hierax, entregó la ciudad a Ptolomeo y lo coronó rey de Asia. Por un corto período, los documentos se referían a él como el Rey de Egipto y Asia. Sin embargo, temiendo que una unificación de los reinos ptolemaico y seléucida condujera a la intervención romana, Ptolomeo decidió abandonar el título. En cambio, se limitó a anexionarse a Coele Siria y se comprometió a servir como "tutor de bondad y guía" de Demetrio II. 
Alejandro regresó de Cilicia con su ejército, pero Ptolomeo VI y Demetrio II derrotaron a sus fuerzas en el río Oenoparas.  Alejandro huyó a Arabia, donde fue asesinado. Su cabeza decapitada fue llevada a Ptolomeo. Por primera vez desde la muerte de Alejandro Magno, Egipto y Siria se unieron. Sin embargo, Ptolomeo había resultado herido en la batalla y murió tres días después.  A fines de 145, Demetrio II había expulsado a todas las tropas ptolemaicas de Siria y reafirmó el control seléucida al dirigir sus propias fuerzas hasta la frontera egipcia.  Ptolomeo VI parece haber tenido la intención de que su hijo de siete años, también llamado Ptolomeo, lo sucediera, pero los alejandrinos decidieron invitar a Ptolomeo VIII a asumir el trono.

Régimen 
Ideología faraónica y religión egipcia 
Al igual que sus predecesores, Ptolomeo VI adoptó plenamente su papel de faraón egipcio y mantuvo una relación mutuamente beneficiosa con el sacerdocio egipcio tradicional. En particular, mantuvo estrechos vínculos con el culto a Ptah y Apis en Memphis. Ptolomeo y Cleopatra parecen haber visitado Memphis y se quedaron en el Serapeum allí para el festival del Año Nuevo egipcio todos los años. Durante estas visitas, Ptolomeo personalmente hizo las ofrendas rituales del templo que se esperaban del faraón. 
En el verano de 161 a. C., Ptolomeo VI y Cleopatra II reunieron un sínodo de todos los sacerdotes de Egipto para aprobar un decreto que otorga desgravaciones fiscales y otras ventajas a los sacerdotes a cambio de honores de culto en los templos egipcios, parte de una serie de decretos que había sido emitido bajo cada uno de sus predecesores, volviendo a Ptolomeo III. El decreto sobrevive solo en una estela fragmentaria conocida como CG 22184.  Otras inscripciones registran beneficios específicos hechos en varios puntos durante el reinado. En septiembre de 157 a. C., Ptolomeo confirmó la concesión de todos los ingresos fiscales de la región de Dodecaschoenus al Templo de Isis en Filae, realizada por primera vez por su predecesor. La subvención se registra en el Decreto de Dodecaschoenus. Alrededor del 145 a. C., otorgó el homenaje de un líder nubio a los sacerdotes de Mandulis en Filae. 

Relaciones con los judíos 
El historiador judío Josefo enfatiza el interés personal de Ptolomeo VI en los judíos y su bienestar.  Había habido una comunidad judía en Egipto desde al menos el siglo V a. C. y había crecido significativamente desde el establecimiento del control ptolemaico sobre Jerusalén en el 311 a. Durante el reinado de Ptolomeo VI, los judíos habían sido incorporados durante mucho tiempo al ejército ptolemaico, y disfrutaban de varios privilegios comparables a los que poseían los griegos y macedonios en Egipto. Un gran grupo de nuevos inmigrantes judíos llegó a Egipto en la década de 160 a. C., huyendo del conflicto civil con los macabeos. Este grupo fue dirigido por Onias IV, hijo de un ex sumo sacerdote quien había sido depuesto por los seléucidas. Ptolomeo VI les permitió establecerse en Leontopolis, conocida como la Tierra de Onias, y establecer un templo con Onias como Sumo Sacerdote.  El lugar todavía se conoce hoy como Tell al-Jahudija (Cerro de los judíos). A Onias también se le otorgó una importante posición militar y su familia se convirtió en miembros prominentes de la corte real. En Alejandría, los judíos tenían su propio barrio de la ciudad con su propio politeuma, una especie de comunidad autónoma dentro de la ciudad, dirigida por su propio etnarca. Es probable que este politeuma se haya establecido bajo Ptolomeo VI. 

Relaciones con Nubia 
Hasta el reinado de Ptolomeo IV, los Ptolomeos habían controlado la región al sur de Asuán hasta la segunda catarata, conocida como Triacontaschoenus o Baja Nubia e incluía ricas minas de oro. A lo largo de los años 160 y 150 antes de Cristo, Ptolomeo VI reafirmó el control ptolemaico sobre la parte norte de Nubia. Este logro es muy publicitado en el Templo de Isis en Filae, que recibió los ingresos fiscales del Dodecaschoenus región en 157 a. Las decoraciones en el primer pilón del Templo de Isis en Philae enfatizan la afirmación ptolemaica de gobernar toda Nubia. La inscripción mencionada con respecto a los sacerdotes de Mandulis muestra que algunos líderes nubios al menos estaban rindiendo homenaje al tesoro ptolemaico en este período. Para asegurar la región, el Strategos del Alto Egipto, Boethus, fundó dos nuevas ciudades, llamadas Philometris y Cleopatra en honor de la pareja real. 
Estela de Ptolomeo VI en Filae, registrando la concesión de ingresos fiscales al Templo de Isis

Familia y Matrimonio
Ptolomeo VI Philometor se casó con su hermana Cleopatra II en 173 a. C. y tuvieron el siguiente problema:
Testimonios de su época
Puerta del templo de Mut, en Karnak, con el nombre grabado de Ptolomeo VI.

·         Templo doble en Kom Ombo (Arnold 1999:187 - 189)
·         Templo para Horus de Mesen en Tanis (Arnold 1999:183)
·         Templo Israelita en Tell el-Yahudiya (Arnold 1999:183)
·         Pronaos para el templo de Nemty en Qau El-Kebir (Antaeópolis) (Arnold 1999:184)
·         Capilla pequeña en Dióspolis Parva (Hu) (Arnold 1999:184)
·         Casa del nacimiento, mammisi, del Isis en Dendera (Arnold 1999:187)
·         Trabajos de restauración en la puerta del segundo pilono (Arnold 1999:187)
·         Bloques de Armant (Arnold 1999:187)
·         Templo de Jnum y Satet en Elefantina (Arnold 1999:189)
·         Trabajos constructivos en File (Arnold 1999:190)
·         Trabajos en el templo de Debod (Arnold 1999:193)
·         Templo doble en Kom Ombo (Arnold 1999:187 - 189)
·         Templo para Horus de Mesen en Tanis (Arnold 1999:183)
·         Templo Israelita en Tell el-Yahudiya (Arnold 1999:183)
·         Pronaos para el templo de Nemty en Qau El-Kebir (Antaeópolis) (Arnold 1999:184)
·         Capilla pequeña en Dióspolis Parva (Hu) (Arnold 1999:184)
·         Casa del nacimiento, mammisi, del Isis en Dendera (Arnold 1999:187)
·         Trabajos de restauración en la puerta del segundo pilono (Arnold 1999:187)
·         Bloques de Armant (Arnold 1999:187)
·         Templo de Jnum y Satet en Elefantina (Arnold 1999:189)
·         Trabajos constructivos en File (Arnold 1999:190)
·         Trabajos en el templo de Debod (Arnold 1999:193)

Anteriormente hemos visto cómo fueron los años finales de la vida de Ptolomeo V Epífanes, posiblemente liquidado por sus ministros cuando sospecharon que el Faraón se empezaba a rebelar, a sus 30 años. Dejaba dos hijos, el mayor de 7 años, una niña y una viuda, Cleopatra I. Pero Cleopatra I era mucha Cleopatra. No en vano era hija de Antíoco III Megas, el Grande, (222-186). Y no se dejó dominar por nadie, llevando la corregencia de Egipto junto con su hijo primogénito, Ptolomeo VI Filométor. "El que ama a su madre". No obstante, Cleopatra I tenía una debilidad, su hijo segundo, Ptolomeo el Gordito, en griego., (pronunciar Fiscón, panza). Ya sabemos, por lo sucedido en el Imperio Seleúcida, que estas duplicidades con vistas a un trono suelen traer malas consecuencias para el país. Y así va a ser, también en Egipto.
No obstante lo que dicen los historiadores, que Cleopatra I llevó la regencia hasta su muerte, sucedida en septiembre/octubre del año 177, es decir, tres años después de quedar viuda, resulta curioso que la madre muriera a una edad en torno a los 30 años y con el hijo mayor de 10 años. Máxime si nada más morir la madre, dos ambiciosos servidores de palacio - el eunuco Euleo, y un sirio ya mayor, Leneo - empezaron a ejercer una influencia total sobre el pequeño Faraón, de sólo 10 años. Sea como fuere - con la madre felizmente difunta, por méritos propios o ajenos - la pareja de nuevos ministros llevaron, mientras se lo permitieron, la política del reino.
Cuatro años más tarde, el año 173, al cumplir los 15 años, la mayoría de edad legal, el Faraón fue coronado en Menfis con toda solemnidad. Y el mismo año, la pareja de ministros lo casaron con su hermana, Cleopatra II (185-115), hija de Ptolomeo V y Cleopatra I, que a la sazón tenía 12 años. Y, aprovechando que el monarca Seleúcida tenía problemas en su reino, los dos ministros prepararon la invasión de la Cele Siria, la región fronteriza que Egipto había perdido por obra y gracia del padre del actual rey Seleúcida, según vimos recientemente.
Pero a Antíoco III Megas le había sucedido ya en el trono su segundo hijo, Antíoco IV Epífanes, (174-164) que, educado en Roma y ganado por el Helenismo, iba a mostrar sus buenas cualidades militares desde un principio.
El año 170 los dos ministros asociaron al trono al hermano gordito, a Ptolomeo VIII Evergetes, junto con el Faraón Ptolomeo VI Filométor y su esposa-hermana Cleopatra II.

Mapa del Delta del Nilo con Menfis y Alejandría.

Antíoco IV Epífanes, además de un hombre de Estado, era tío de Ptolomeo. La madre de Ptolomeo, la difunta Cleopatra I, había sido su hermana, hija de Antíoco III Megas. De modo que Antíoco le dijo a su sobrino que le perdonaba la vida y le reconocía como Faraón de Egipto, pero quedaba bajo su tutela y nunca se opondría a los intereses de Antíoco. Ptolomeo VI aceptó.
Los dos ministros alejandrinos vieron que su puesto había sido ocupado por el tío del Faraón y decidieron no aceptar el acuerdo entre su Faraón principal y el extranjero. De modo que proclamaron Faraón de Egipto al  hermano del Faraón, a Ptolomeo, alias Fiscón, Gordito. Pero, para su desgracia, la conquista de la zona Norte de Egipto, el delta del Nilo, por las tropas sirias no fue un paseo de recreo y algunos Templos egipcios sufrieron el saqueo de los soldados de Antíoco III. Llegada la noticia a oídos de la población de Alejandría, se organizó una rebelión contra Euleus y Leneus, los promotores de la guerra contra Siria, que pasaron a mejor vida de manera violenta, con esa justicia expeditiva y dura que era la propia del pueblo en aquel entonces. De modo que, una vez más, fue el pueblo el que terminó con la dictadura de las camarillas en Egipto.

Ptolomeo VI Filométor (187-180-145)
Anteriormente hemos visto cómo la camarilla palaciega ha empujado al joven Ptolomeo VI Filométor a hacer la guerra al Imperio Seleúcida, con nulo éxito, pues Antíoco III Megas es ahora quien amenaza la independencia de Egipto. La campaña siria se dio con el buen tiempo, y en invierno Antíoco y su hueste se habían vuelto a su Siria natal. En ausencia del sirio, los dos hermanos se pusieron de acuerdo para reconocerse mutuamente y gobernar conjuntamente, como antes. A Antíoco, que se enteró de esto, no le gustó el acuerdo fraterno y decidió que volvería a Egipto, a ajustarle las cuentas al sobrino. Pero debía esperar a la primavera, al buen tiempo.
Así pues, al año siguiente, el 168, Antíoco volvió con sus tropas. Los dos hermanos se habían refugiado en Alejandría. Y Antíoco IV, sin resistencia, se presentó ante las murallas que rodeaban Alejandría., poniendo sitio a la ciudad con sus torres de asalto, arietes, catapultas y onagros  dispuestos. Una vez más tuvo que ser Roma, aliada de Egipto, la que les sacara las castañas del fuego a los dos hermanos. Y el encargado por Roma de ordenar la retirada del sirio fue un emisario, Popilio Lenas. Popilio llevaba escrito un rescripto del Senado de Roma por el que se ordenaba a Antíoco IV, antiguo huésped de los romanos, retirarse de inmediato de Egipto.

Murallas de Alejandría.
Aquí viene esa escena tan conocida por todo amante de la Historia, la escena de la playa. El emisario romano, con dos ayudantes, se va a hablar con el poderoso monarca Seleúcida, rodeado de sus generales y de sus tropas, y le entrega el escrito del Senado de Roma. El rey pide tiempo para consultarlo con sus generales y el embajador romano traza un círculo en la arena a su alrededor, según unos con su espada, según otros con una ramita de olivo; tanto da. Y le dice que piense todo lo que quiera, pero sin salirse del círculo.
Para entender la clave de la escena hay que recordar que Antíoco había pasado 14 años de su juventud en Roma. Sabía del poder de Roma. Y el  emisario Popilio sabía que Antíoco sabía. Eso le permitió ser, no ya osado, sino incluso impertinente. El órdago a pares le salió bien al Popilio. Antíoco se quedó pensando unos minutos y decidió, con buen criterio, que más le valía conformarse con la herencia de su padre. Egipto no compensaba un enfrentamiento con Roma. Así que tendió la mano al Popilio de los oeufs, aceptando el mandato romano. 
Hacia Octubre del 163 Ptolomeo VI Filométor, el Faraón original, fue expulsado de Alejandría por su hermano, que manipuló a los principales de la ciudad en contra de su hermano. Éste se fue a Roma, con su mujer, Cleopatra. Y pidió al Senado justicia. Los senadores romanos no podían desear otra cosa mejor, que todo un monarca sometiera a su arbitrio sus trifulcas domésticas. Decidieron hacer dos partes con Egipto: La mayor para el hermano mayor, y la otra, para el segundo, el Fiscón. Éste gobernaría la Cirenaica,  mientras que Ptolomeo VI Filométor reinaría en Egipto y en Chipre.
Ahora le tocaba el turno a Ptolomeo Fiscón acudir a Roma para pedir más pedazo de la tarta, por ejemplo, la isla de Chipre. La razón es que Chipre tenía abundantes bosques, de los que el continente carecía, y la madera era vital en la época, para hacer naves de guerra y comerciales. Tuvo que repetir el viaje en otra ocasión, pero finalmente el Senado decidió que estaría bien que Chipre la gobernara el segundón. Con ello, como harán más tarde con otro monarca aliado, Eumenes II de Pérgamo, Roma trataba de ver hasta dónde llegaba su autoridad. Filométor, diplomático él, dejó pasar el tiempo sin negarse a devolver Chipre a su hermano, pero sin devolvérsela tampoco.

Ptolomeo Fiscón se cansó de esperar que su hermano cumpliera lo acordado por Roma y organizó la invasión de Chipre por su cuenta. Pero su hermano se opuso y lo derrotó. Corría el año 154. Sin embargo, Ptolomeo Filométor imitó a su ya difunto tío, Antíoco IV Epífanes, le perdonó la vida a su hermano y lo instauró de nuevo en la Cirenaica, encareciéndole que no volviera a desmandarse. Pare asegurarse de ello, le garantizó suministro de cereal egipcio a cambio de su compostura. Con estas medidas, de todo un estadista, Ptolomeo VI se ganó el prestigio de sus contemporáneos. 

Próximo Capítulo: Capítulo 29 - Período Ptolemaico (332-30 a.C.) Continuación
Bibliografía
Bevan, Edwyn Robert (1927). Una historia de Egipto bajo la dinastía ptolemaica. Methuen OCLC  876137911.
Clayton, Peter A. (2006). Crónicas de los faraones: el registro de reinado por reinado de los gobernantes y dinastías del antiguo Egipto. Támesis y Hudson. ISBN 0-500-28628-0.
Christian A. Caroli: Ptolemaios I. Soter - Herrscher zweier Kulturen, Konstanz: Badawi. 2007. ISBN 9783938828052 
Chrubasik, Boris (2016). Reyes y usurpadores en el imperio seléucida: los hombres que serían rey. Oxford: Oxford University Press. pp. 131-5. ISBN 9780198786924. 
McKechnie, Paul y Jennifer A. Cromwell (eds). Ptolomeo I y la transformación de Egipto, 404–282 a. C. Leiden, NL; Boston, MA: Brill, 2018. ISBN 978-90-04-36696-1. 
Grainger, John D. (2010). Las guerras sirias. pp. 281–328. ISBN 9789004180505.
Hauben, Hans (2013). "Callicrates de Samos y Patroclus de Macedonia, campeones de la talasocracia ptolemaica". En Buraselis, Kostas; Stefanou, Mary; Thompson, Dorothy J. (eds.). Los Ptolomeos, el mar y el Nilo: estudios sobre el poder del agua. Prensa de la Universidad de Cambridge. pp. 39-65. ISBN 9781107033351.
Hazzard, RA (2000). Imaginación de una monarquía: estudios en propaganda ptolemaica. Toronto Londres: University of Toronto Press.
Hölbl, Günther (2001). Una historia del imperio ptolemaico. Londres y Nueva York: Routledge. pp. 143-152 y 181-194. ISBN 0415201454.
Marquaille, Céline (2008). "La política exterior de Ptolomeo II". En McKechnie, Paul R.; Guillaume, Philippe (eds.). Ptolomeo II Filadelfo y su mundo. Leiden y Boston: Brill. pp. 39-64. ISBN 9789004170896.
McKechnie, Paul R.; Guillaume, Philippe (eds.). Ptolomeo II Filadelfo y su mundo. Leiden y Boston: Brill. pp. 65-90. ISBN 9789004170896.
Morkholm, Otto (1961). "Eulaios y Lenaios". Classica et Medievalia. 22: 32-43.
Walter M. Ellis: Ptolomeo de Egipto, Londres: Routledge. 1993. ISBN 9780415100205 
O'Neil, James L. (2008). "Un nuevo examen de la guerra de Chremonidean". En
Waterfield, Robin (2011). Dividiendo el botín - La guerra por el imperio de Alejandro Magno (tapa dura). Nueva York: Oxford University Press. ISBN 978-0-19-957392-9.


No hay comentarios:

Publicar un comentario