sábado, 25 de enero de 2020

Capítulo 8 - Dinastía 6



DINASTIA VI (2345-2181 a. C.)
Según Manetón, con el reinado de Unas se cerró la Dinastía V y el faraón siguiente, Teti, Horus Seheteptawy, (2.345-2.323 a.C.) dio entrada a la Dinastía VI. No disponemos de una información fiable sobre la relación entre Teti y sus predecesores, pero es probable que su primera esposa Iput fuese hija de Unas. El visir de Teti, Kagemni, comenzó su carrera bajo el reinado de Djedkara y de Unas. No obstante, el Canon de Turín también muestra una ruptura en este punto seguida de una cifra total de reyes entre Menes, primer faraón de la Dinastía I, y Unas, cifra que ahora se ha perdido. Esto nos da que pensar, ya que el criterio en el que el Canon de Turín se basó para dicha división era, ciertamente, el cambio de lugar de la capital y de la residencia real.
Es probable que la primitiva capital de White Wall (Muro Blanco), fundada a principios de la Dinastía I, se fuese reemplazando en importancia de forma gradual por suburbios más poblados, más hacia el sur; aproximadamente al este de la pirámide de Teti. Djed-isut, el nombre de esta parte de la ciudad, se deriva del nombre de la pirámide de Teti y de su ciudad piramidal. Es probable que los palacios reales de los faraones Djedkara y Pepy I, y probablemente también el de Unas, hubiesen sido ya trasladados más al sur, lejos de la miseria, el ruido y el olor de una ciudad atestada de gente, a otros lugares en el valle este de la actual Saqqara Sur y separada de Djed-isut por un lago. Al menos esto explicaría la elección de Saqqara Sur como lugar para la construcción de las pirámides de Djedkara y Pepy I.
En un desarrollo que iba creciendo en paralelo con el de la cercana pirámide de Teti, el asentamiento anejo tomó el nombre de Mennefer (Menphis, en griego) del nombre de la pirámide de Pepy I y de su ciudad piramidal. Más adelante, durante el segundo milenio, acabó físicamente unido a otros asentamientos alrededor del Templo del Dios Ptah, más hacia el este, y la ciudad fue conocida en su totalidad como Mennefer.
Así que, hasta cierto punto, el lugar de la residencia real puede que cambiase a finales de la Dinastía V, o principios de la Dinastía VI, lo que explicaría la división del Canon de Turín, más adelante reflejada en la cuenta de Manetón, en la que el padre de Pepy I, Teti, se incluyó en la nueva línea de soberanos. Pero aquí entramos en un mundo de especulación, y sólo futuros trabajos de campo en la región menfita nos podrán justificar su alcance.
A Teti puede que le sucediera el Faraón Userkara (2.323-2.321 a.C.), aunque su existencia parece estar cuestionada. La confusión puede que venga del hecho de que a Pepy I, Horus Merytawi (2.321-2.287 a.C.), hijo del faraón Teti y de su esposa Iput, se le conociese como Nefersahor durante la primera parte de su reinado. Éste era su prenomen o “nombre del trono”, recibido durante su coronación, que iba precedido del título de nesu-bit (“el del junco y la abeja”), y encerrado en un cartucho oval. Más adelante, lo cambiaría por el de Meryra. El nomen o “nombre de nacimiento”, Pepy, - cuyo número romano convencional que le sigue es de aplicación moderna - precedió al de su ascensión al trono, y se adoptó a raíz del título de sa Ra (“Hijo del Dios Ra”), y también se escribía dentro de un cartucho.
La situación de Egipto por entonces comenzó a cambiar. La posición del faraón permanecía teóricamente inalterada, pero no hay dudas de que surgieron dificultades. Esta impresión sólo puede explicarse parcialmente gracias al incremento y fiabilidad de una información que nos ha permitido ahondar aún más profundamente en la sociedad egipcia de lo que permitiría la fachada de un edificio, formal y monolíticamente monumental, de los períodos anteriores. La persona del faraón dejó de ser intocable. En un texto biográfico de Weni, un alto cargo de la Corte, se habla de un fracasado complot para derrocar al faraón Pepy I inspirado por una de sus esposas hacia finales de su reinado. Su nombre se desconoce, pero no así sus andanzas matrimoniales: En sus años de declive, el faraón se casó con dos hermanas, ambas llamadas Ankhnes-meryra (“El Faraón Meryra [Pepy I] vive para ella”). El padre era un alto cargo con influencia en Abydos.
Estos eventos eran sin duda dramáticos, pero el hecho real es que, el aumento de poder e influencia de los administradores locales, muy especialmente en el Alto Egipto, lejos de la capital, y el progresivo debilitamiento de la autoridad real, con ser menos dramático, eran potencialmente de consecuencias más graves. A finales de la dinastía se crearía así un nuevo cargo en la Administración: "Inspector del Alto Egipto”.
Los faraones de la Dinastía VI construyeron de forma extensa, edificando capillas para deidades locales por todo Egipto, pero muchas acabarían siendo víctimas de reconstrucciones posteriores, y otras aún no han sido excavadas.
Los templos del Alto Egipto, como los de Khenti-amentiu, en Abydos, Min, en Koptos, Hathor, en Dendera, Horus, en Hierakonpolis y Satet, en Elefantina, fueron especialmente favorecidos. Las donaciones hechas a estos templos, y las exenciones fiscales y de servicios forzosos, se multiplicaron.
Los templos piramidales de las Dinastías V y VI muestran escenas tan convincentes que uno se siente tentado a tomarlas por lo que aparentan ser. Es así que, por ejemplo, una escena que muestra la sumisión de jefes libios durante el reinado de Pepy II, es una copia casi exacta de la misma representación que aparece en los templos de Sahura, Nyuserra y Pepy I; y que se repetiría unos 1500 años más tarde en el templo del faraón Taharqo, en Kawa, Sudán. Estas escenas constituyen expresiones estándar de triunfos de un faraón idealizado que poco tendrían que ver con la realidad. Su inclusión en templos garantizaría su continuidad en el tiempo.
La misma explicación podría darse a las escenas de barcos a su regreso de una expedición a Asia, o a alguna correría contra nómadas en Palestina, reproducidas en la calzada elevada del complejo de Unas. Por otra parte, otras fuentes muestran que acontecimientos parecidos habían realmente acaecidos.
El ya mencionado testimonio de Weni describe acciones militares repetidas a gran escala contra los Aamu de la región sirio-palestina. A pesar de la forma que se presentaban, en realidad consistían en ataques preventivos o punitivos más que en auténticas campañas defensivas.
La explotación de recursos minerales en los desiertos fuera de Egipto, continuó. La turquesa y el cobre se seguían obteniendo de las minas de Wadi Maghara, en el Sinaí, en la época de los faraones Djedkara, Pepy I y II; el alabastro, en Hatnub, en los reinados de Teti, Merenra, Pepy I y II; el greywacke y la arenisca fina, en el Wadi Hammamat, durante los mandatos de Pepy I y Merenra, en el Desierto Oriental; el gneiss, en las canteras del nordeste de Abu Simbel, durante el reinado de Djedkara.
Se enviaron expediciones al Punt, bajo el reinado de Djedkara, y se mantuvieron los contactos comerciales y diplomáticos con Byblos, durante los reinados de Djedkara, Unas, Teti, Pepy I y II, y Merenra, y también con Ebla, en tiempos de Pepy I.
Nubia llegó a crecer en importancia durante la reciente Dinastía VI, y se hicieron intentos para mejorar la navegación en la región de la 1ª Catarata bajo el reinado de Merenra. La zona empezó a recibir un flujo de nuevos colonos que procedían de más al sur, entre la 3ª y 4ª Cataratas, conocidos como Grupo C Nubio, con centro en Kerma.
Eran frecuentes los ocasionales incidentes con estas gentes, ya que Egipto intentaba prevenir cualquier amenaza potencial a sus intereses económicos y a su seguridad. Las caravanas a través de territorio nubio – en tierras de Wawat, Irtjet, Satju y Iam – las organizaban administradores del nome egipcio más al sur de Elefantina, tales como Harkhuf, Pepynakht Heqaib y Sabni.
Las mercancías de lujo africanas que llegaban a Egipto por este medio, incluían incienso, ébano, pieles de animales y marfil, pero también enanos danzarines y animales exóticos. El empleo de nubios, especialmente para las unidades de policía de frontera, y como mercenarios en las expediciones militares, data de este período en adelante.
El Desierto Occidental era un entrelazado de rutas de caravanas. Una de ellas dejaba El Nilo en la región de Abydos con dirección al Oasis Kharga, y luego proseguía hacia el sur a lo largo de un camino conocido hoy como Darb el-Arbain, o “ruta de los cuarenta días” en árabe, hasta el Oasis Selima. Otra partía de Kharga hacia el oeste hasta el Oasis Dakhla, donde un importante asentamiento prosperaba en Ayn Asil, cerca de la moderna Balat, especialmente durante el reinado del faraón Pepy II.

DECADENCIA Y CAÍDA DEL IMPERIO ANTIGUO
A Pepy I le sucedieron dos de sus hijos; primero Merenra, Merenra-nemtyemsaf, Horus Ankh-Khau (2.287-2.278 a.C.), y después Pepy II, Horus Netjerkhau (2.278-2.184 a.C.). Ambos ascendieron al trono muy joven, y ambos construyeron sus pirámides en Saqqara Sur. Pepy II reinó durante unos noventa y cuatro años, habiendo heredado el trono a los seis, lo que le convierte en el faraón más longevo de la Historia de Egipto. Sin embargo, es probable que la segunda parte de su mandado fuese de alguna manera poco efectivo, ya que las fuerzas que habían ido insidiosamente erosionando los teóricos cimientos del estado egipcio se hicieron patente.
La crisis que se implantó era inevitable, pues la semilla germinaba ya dentro del propio sistema. Primero, era ideológica, ya que el faraón, cuyo poder económico se encontraba sensiblemente debilitado, era incapaz de representar el rol que le había sido asignado por la propia doctrina de la Realeza. Las consecuencias para la totalidad de la sociedad egipcia fueron tremendas; el sistema de remuneración ex officio hacía tiempo que había dejado de funcionar satisfactoriamente, y el sistema fiscal estaría por entonces al borde del colapso.
Algunos puestos de la Administración se habían convertido en hereditarios y permanecían dentro de la misma familia durante generaciones. En el Medio y Alto Egipto, las tumbas cavadas en roca de yacimientos como, Sedment, Dishasha, Kom el-Ahmar Sawaris, Sheikh Said, Meir, Deir el-Grebrawi, Akhmim (el-Hawawish), el-Hagarsa, el-Qasr wa ‘l-Saiyad, Elkab y Aswan (Qubbet el-Hawa), dan testimonio de las aspiraciones de los gobernantes locales, para entonces semiindependientes soberanos.
Menos conocemos de los correspondientes cementerios del Delta, aunque sabemos que los yacimientos de Heliópolis y Mendes existían. La proximidad de la capital puede que hiciese más difícil cualquier intento de autonomía, pero la razón principal de la falta de evidencia radica en su propia geografía y geología. Los niveles del Imperio Antiguo están hoy cerca o por debajo de la capa freática, lo que dificulta las excavaciones. Mucho más se sabe de los administradores del Oasis Dakhla, que vivían en el asentamiento de Ayn Asil y fueron enterrados en grandes tumbas-mastabas en el cementerio local de Qilat el-Dabba.
El gobierno central prácticamente dejó de existir, y las ventajas de un estado unificado se perdieron. La situación se vio agravada aún más debido a factores climáticos; muy especialmente a una sensible disminución del caudal del río regulador de las crecidas, unida a un declive en las precipitaciones, que afectaron a zonas colindantes del Valle del Nilo, con la consiguiente presión en las zonas fronterizas por parte de tribus nómadas. El hecho de que muchos sucesores en potencia esperasen bajo las protectoras alas del faraón Pepy II que terminase el excepcionalmente largo reinado del faraón, probablemente propició la caótica situación que acabó instalándose.
A Pepy II le sucedió Merenra II (Nemtyemsaf), la Reina Nitiqret (2.184-2.181), y unos diecisiete o más faraones efímeros que representan a las Dinastías VII y VIII de Manetón. Sus separaciones dinásticas, de nuevo, son difíciles de explicar; excepto como meras divisiones accidentales de las listas. La mayoría de los gobernantes son poco más que nombres para nosotros, aunque a algunos de ellos se les conoce por los decretos proteccionistas expedidos para el templo de Min en Koptos.
Qakara Iby es el único faraón cuya pirámide de 31’59 m de lado se ha encontrado en Saqqara Sur. Por lo que, lo único que asemejaba a estos pequeños reyezuelos con los faraones gigantes del primitivo Imperio Antiguo, eran la propia ubicación de la residencia real en Menfis, y la teórica reclamación de dominio sobre todo Egipto.
El Gran Total que nos da el “Canon de Turín” de 955 años que separan al faraón Menes, al principio de la Dinastía I, del último de estos efímeros gobernantes, pone fin a la línea de faraones menfitas y al período que se ha denominado Imperio Antiguo.

El preludio de la crisis
Se desconoce en qué condiciones se produjo el paso de la V a la VI dinastía, aunque se ha considerado la posibilidad de que el primero de sus reyes, Teti, pasase a ocupar tal cargo al tomar en matrimonio a la princesa Iput (I), una de las hijas de Unis. Otros autores, han querido ver en el “Nombre de Horus” de éste rey, Sehoteptauy, “El que pacifica el Doble País”, razón de una posible usurpación tras algunos incidentes que hubieron podido producirse desde algunos gobiernos provinciales de la etapa anterior. 
En cualquier caso, no hay registrado altercado social alguno como así queda demostrado por el hecho de que varios funcionarios de Unis, a su vez también lo fueron de Teti.
Durante el gobierno de Teti, pasó a consolidarse definitivamente la transmisión del título de nomarca de padres a hijos, pasando de ser unos gobiernos dirigidos por un funcionariado más o menos capaz, a otros en dónde el único mérito residía en ser hijo del anterior. Tal circunstancia permitió que se crearan pequeños principados oligárquicos a lo largo del Valle y que con el paso del tiempo acabasen suplantando otras funciones estatales como la recaudación de impuestos, ejército, etc., lo que es obvio decir significó un desmantelamiento paulatino del poder central y con ello del declive de la monarquía. Un ejemplo de la importancia que adquirieron, reside en el hecho de que uno de sus reyes, Meryra-Pepy (I), casó con las hijas de uno de éstos gobernantes.
Tras el gobierno de un breve y desconocido rey Userkara (I), en quien se ha visto a un usurpador e incluso a un corregente durante la minoría de edad de Meryra-Pepy (I) tras ser asesinado su padre el rey Teti, Pepy (I) emprendió diversas reformas en la administración pública, así como regularizó unos censos que a partir de entonces se iban a realizar con carácter bianual. 
Fue un excelente constructor y emprendió diversas expediciones al Wadi Hammamat, Sinaí y Nubia, así como también facilitó el desarrollo de contactos comerciales con diferentes puntos del Oriente Próximo. 
Gracias a cierto bloque monolítico actualmente en el Museo de El Cairo y en dónde aparece la “autobiografía” de un gobernador del Alto Egipto por nombre Uni, es conocido cierto proceso en el harén real en el que a una de las esposas de Pepy (I) se le acusó de conspiración junto a un visir de nombre Raur, por lo que éstos excepcionales hechos hablan de la decadencia a la que se vió sometida la monarquía en un proceso irreversible de degradación y de consecuencias políticas tan fatales como las vividas al final de éste periodo histórico.

Le sucedió su hijo Merenra-Antyemsaf (I) tras varios años de haberlo tenido asociado al trono. Éste continuó con la política de su padre tanto en el interior (control de los nomarcas), como en el exterior (campañas asiáticas y nubias), y en el ámbito comercial, envió a su “Amigo Único”, Herjuf, para que estableciera contactos con el “País de Yam” en la 2ª catarata del Nilo.
Como consecuencia de su temprana desaparición, a su muerte se produjo una corregencia entre una de sus esposas, la reina Anjnesmeryra (II) y el nomarca de This, Djau hasta la mayoría de edad de su hermanastro; por aquél entonces un niño de 6 años de edad, Neferkara-Pepy (II).
Con Neferkara-Pepy (II) ya en el gobierno, se produjeron importantes expediciones a Hatnub en busca de alabastro, así como continuaron las expediciones al “País de Yam” por Herjuf. De allí se trajeron, incienso, ébano, aceite y diversos y exóticos productos. En cuanto a sus actuaciones militares, podríamos decir que se vieron casi exclusivamente centradas en Nubia, hacia dónde hubo de mandar en diversas ocasiones a su ejército.
Como consecuencia de su largo reinado (murió cuando contaba con más de 90 años por lo que es considerado el monarca de más largo reinado de la Historia Universal), Egipto se ve abocado a uno de los periodos más decadentes de su larga historia, pues unido a la debilidad de su gobierno, lo que parecen unas pésimas condiciones climáticas que condujeron al abandono de su agricultura y la otra inercial que vino madurándose desde sus antecesores en las que se devaluó la verdadera función del poder real en beneficio de las locales, no se produjo durante su reinado sino el detonante de unos graves acontecimientos que estallaron a su muerte y que no fueron capaces de superar los efímeros reyes que le sucedieron; entre ellos la desconocida reina Neitikerty, último representante de la dinastía de cuyo gobierno apenas quedan informaciones muy tardías que se mueven entre la tradición y la leyenda.

Faraones de la dinastía VI

Nombre común
Nombre de Nesut-Bity
Nombre de Sa-Ra
Comentarios
Reinado
Teti (Otoes)
-
Teti
12 años
Userkara
Userkara
-
1 año
Pepy I
Meryra
Pepy
49 años
Merenra I
Merenra
Nemtyemsaf
5 años
Pepy II
Neferkara
Pepy
El rey que más tiempo permaneció en el trono de toda la historia
90 años
Merenra II
Merenra
Nemtyemsaf
1 año
Nitocris
Neithiqerty (?)
-
Manetón la describe como la más bella y noble de la época y comenta que erigió la tercera pirámide de Guiza
2 años


Teti

s ḥtp tȝ.wy (Sehoteptauy)
El que pacifica las Dos Tierras (Egipto)



s ḥtp (Sehotep nebty)
Las Dos Señoras, [están] satisfechas



t t ỉ (Teti)
Teti
(L R Abidos nº 34) (L R Saqqara nº 33)


Teti, menos conocido como Othoes, a veces también Tata, Atat o Athath en fuentes obsoletas, fue el primer faraón de la Sexta dinastía de Egipto. Está enterrado en Saqqara. La duración exacta de su reinado ha sido destruida en la Lista del Rey de Turín, pero se cree que fue de unos 12 años.
En la Lista Real de Abidos y la Lista Real de Saqqara se le denomina Teti (tti). Manetón asigna a Othoes treinta años de reinado (Julio Africano), Eratóstenes 33 años. El Canon de Turín cita 21 años de reinado aunque su nombre es ilegible. El último año que se le puede atribuir es del sexto censo de ganado, unos once años (si eran bianuales). La mayoría de los egiptólogos estiman que reinó entre diez y doce años.
Después de la muerte de Unis, el último rey de la dinastía V, que no dejó heredero conocido, hubo un corto período de confusión, así que Teti tomó el trono. Se casó con la hija de Unis, Iput, para legitimar su reinado (los faraones tenían que casarse con una mujer de linaje real para ser considerados legítimos). Su hija Sesheshet (Uatetjether) se casó con el chaty[i] Mereruka. Teti trató de instaurar un gobierno centralizado, pues desde el reinado de Dyedkara los nomarcas habían adquirido cada vez más poder. 

Teti tuvo varias esposas:
·         Iput, la hija de Unas, el último rey de la quinta dinastía. Iput era la madre de Pepi I.
·         Khuit, que puede haber sido la madre de Userkare (según Jonosi y Callender)  
·         Khentkaus IV 
·         Weret-Imtes? Esta reina se menciona en la autobiografía de Wenis. Puede ser una referencia al título de la reina en lugar de su nombre personal. Ella estuvo involucrada en un complot de harén para derrocar a Pepi, pero aparentemente fue atrapada antes de que tuviera éxito. En la tumba del oficial Wenis se menciona "un cargo secreto en el harén real contra el Grande de Cetro".
Se sabe que Teti tuvo varios hijos. Él era el padre de al menos tres hijos y probablemente diez hijas.  De los hijos, dos están bien atestiguados, un tercero es probable:
·         Pepi yo
·         Tetiankhkem 
·         Nebkauhor, con el hermoso nombre de Idu, "el hijo mayor de su cuerpo como rey", enterrado en la mastaba de Vizier Akhethetep / Hemi, enterrado en una tumba de Vizier caído, dentro del complejo funerario de su abuelo materno 
Según N. Kanawati, Teti tenía al menos nueve hijas, por parte de varias esposas, y el hecho de que llevaran el nombre de su madre, Sesheshet, permite a los investigadores rastrear a su familia. Al menos tres princesas que llevan el nombre de Seshseshet están designadas como "la hija mayor del rey", lo que significa que había al menos tres reinas diferentes. Parece que hubo una décima, nacida de una cuarta reina, ya que también fue designada como "la hija mayor del rey".
·         Seshseshet, cuyo hermoso nombre era Waatetkhéthor, se casó con Vizier Mereruka, en cuya mastaba tiene una capilla. Ella es designada como "la hija mayor del rey de su cuerpo". Ella pudo haber sido la hija mayor de Iput.  
·         Seshseshet con el hermoso nombre de Idut, "la hija del rey de su cuerpo", que murió muy joven al comienzo del reinado de su padre y fue enterrada en la mastaba de Vizier Ihy. 
·         Seshseshet Nubkhetnebty, "la hija del rey de su cuerpo", esposa de Vizier Kagemni, representada en la mastaba de su marido. Ella tal vez también nació de Iput. 
·         Seshseshet, también llamado Sathor, casado con Isi, gobernador residente en Edfu y también titulado visir. Ella también habría nacido de Iput I. 
·         Seshseshet, con el hermoso nombre de Sheshit, la hija mayor de su cuerpo, del rey, y esposa del supervisor de la gran corte Neferseshemptah, y está representada en la mastaba de su esposo. Como es la hija mayor del rey, no puede nacer de la misma madre que Waatkhetethor y, por lo tanto, puede haber sido hija de la reina Khuit.  
·         Seshseshet también llamó a Sheshti, "la hija del rey de su cuerpo", se casó con el guardián de los adornos para la cabeza Shepsipuptah, y aparece en la mastaba de su marido.  
·         Seshseshet con el hermoso nombre de Merout, titulado "la hija mayor del rey", pero sin la adición de "su cuerpo" y, por lo tanto, nació de una tercera, tal vez una reina menor, y se casó con Ptahemhat. 
·         Seshseshet, esposa de Remni, "única compañera" y supervisora ​​del departamento de guardias de palacio. 
·         Seshseshet, casado con Pepyankh Senior de Meir.
·         La llamada "Reina de la Pirámide del Oeste" en el cementerio del Rey Pepy I. La llaman "la hija mayor de su cuerpo del rey" y la esposa de rey de Meryre (el nombre de Pepy I). Por lo tanto, ella es la esposa de Pepi y sin duda su media hermana.  Como ella también es la hija mayor del rey, su madre debe ser la cuarta reina de Teti.

Otra posible hija es la princesa Inti. 

Durante el reinado de Teti, los altos funcionarios empezaron a construir monumentos funerarios que rivalizaban con los del faraón. Su visir, Mereruka, construyó una tumba mastaba en Saqqara que consistía en 33 habitaciones ricamente talladas, la tumba más grande conocida por un noble egipcio.  Esto se considera una señal de que la riqueza de Egipto se estaba transfiriendo del tribunal central a los funcionarios, un proceso lento que culminó al final del Antiguo Reino. 
Manetón afirma que Teti fue asesinado por sus guardaespaldas de palacio en un complot de harén, pero pudo haber sido asesinado por el usurpador Userkare. Fue enterrado en la necrópolis real en Saqqara. Su complejo piramidal está asociado con las mastabas de los oficiales de su reinado.  
Durante el reinado de Teti siguieron en su cargo muchos funcionarios y administradores del periodo de Unis. Teti otorgó por decreto tierras en Abidos
Varias inscripciones muestran que eximió a la región de impuestos, probablemente a causa de las malas cosechas. Es el primer faraón conocido con vínculos al culto de Hathor en Dendera. Durante el Imperio Medio y en la dinastía XIX, fue venerado con el epíteto de «Teti, amado de Ptah». Nada se conoce de campañas militares o posibles alianzas, aunque se estima que siguieron los contactos diplomáticos con los territorios del norte y el sur. Ordenó realizar extracciones en las minas sureñas e importar madera de Siria. Según Manetón, fue asesinado por su guardia personal y enterrado en la necrópolis real de Saqqara. Tal vez fue una conspiración urdida por Userkara, el posible usurpador.
Teti y una de sus esposas

PIRAMIDE DE TETI 
La pirámide de Teti, de 52 m de altura, está en ruinas. La erigió a un centenar de metros del Complejo de Dyeser. Fue descubierta por Perry en 1839, y excavada posteriormente por Auguste Mariette. En la cámara están inscritos los Textos de las Pirámides, y se encontró un sarcófago sin decoración que contenía el brazo de una momia, posiblemente del faraón.

Situada en la zona septentrional de Saqqara, la pirámide de Teti domina toda la zona, a su alrededor se encuentran algunas de las más grandes e importantes mastabas de Saqqara, como las de Mereruka y la de Kagemni. 
Teti construyó su pirámide al noroeste de la pirámide de Dyeser, su interior guarda un gran parecido con las pirámides de Pepi I y Merenre y estas a su vez guardaban un gran parecido con la pirámide de Unas. Sus dimensiones son de 79 m. de lado y 52,3 m. de altura. Al igual que las otras dos pirámides su estado era semi ruinoso, muchas de las piedras del revestimiento fueron reutilizadas para la construcción de edificios de El Cairo. Solamente, los ladrones de piedra dejaron alguna muestra en el revestimiento del lado este de la pirámide. 

El primer egiptólogo que entró en la pirámide fue Auguste Mariette, pero el quién la excavó fue James Quibell en 1907 y más tarde  Philippe Lauer y Pierre Leclant. 
La entrada se encuentra situada en el lado norte de la pirámide, de donde parte un corredor que desemboca en un vestíbulo o antecámara que como en la mayoría de las pirámides va directamente al centro de la pirámide, hasta la cámara del sarcófago. Al este y al oeste del vestíbulo hay unas puertas que comunican con unas cámaras.  En la cámara del lado este se encontraron tres nichos que quizás guardasen estatuas del rey. La puerta del oeste es la entrada a la cámara del sarcófago.  


Las paredes de esta cámara están repletas de columnas verticales de textos jeroglíficos, estos textos son conocidos como “Textos de lasPirámides”. 
La cámara del sarcófago esta revestida de piedra procedente del Wadi-Hammamat, en el desierto oriental, el sarcófago de basalto gris fue destrozada por los ladrones, aunque la parte inferior está bien conservada, y se encuentra decorada con inscripciones doradas (una banda de textos de las pirámides). 
La momia del rey no ha sido encontrada. Al pie del sarcófago, en un foso de un metro de profundidad estaban los vasos canopos que guardaban los órganos internos del rey. 
En el lado norte de la entrada, había una pequeña capilla, cuyas paredes estaban esculpidas en relieve y a la que se entraba por una puerta de doble hoja.
El templo funerario estaba situado en el lado este de la pirámide, aunque su estado es lastimoso, se puede ver que constaba de un gran patio rodeado por columnas, con los restos de un altar de alabastro. Los ladrones de piedras no solo se llevaron la piedra de la pirámide también se llevaron las del templo, pero, entre sus ruinas se encontró una máscara de la momia, no hay certeza si sería una máscara del rey (esta máscara se encuentra en el Museo del Cairo). 
El templo funerario estaba situado en el lado este de la pirámide, aunque su estado es lastimoso, se puede ver que constaba de un gran patio rodeado por columnas, con los restos de un altar de alabastro. Los ladrones de piedras no solo se llevaron la piedra de la pirámide también se llevaron las del templo, pero, entre sus ruinas se encontró una máscara de la momia, no hay certeza si sería una máscara del rey (esta máscara se encuentra en el Museo del Cairo). 
Respecto al templo del valle y a la calzada que lo unía con el templo funerario no se han encontrado pruebas de su ubicación.  


En la arquitectura de este templo se abandona el estilo de columnas de piedra en forma de palmeras y plantas. En su lugar se utilizan columnas cuadradas, octogonales y poligonales. 
En el noroeste del complejo se observan dos pirámides satélites pertenecientes a las reinas Iput y Kuit, ambas esposas de Teti. Las pirámides tenían sus propios recintos y se encontraban situadas: una al lado norte de la pirámide del rey; la otra detrás de las mastabas de los funcionarios más destacados del monarca. La pirámide de Iput fue en un principio una mastaba, su hijo, Pepi I, la transformó en pirámide. 
Los restos de la reina fueron encontrados en un ataúd de madera de cedro en el interior de un sarcófago de piedra. A pesar de que los ladrones habían entrado en la tumba y abierto el sarcófago,  el esqueleto de la reina estaba intacto y conservaba un brazalete de oro y fragmentos de un collar. Junto al sarcófago fueron encontrados los vasos canopos.  
Inscripción del sarcófago del faraón Teti (de la VI Dinastía, 2.323-2.291 a.C.), donde se aprecia perfectamente la identificación de la diosa Nut con el ataúd, en el que puede leerse:
Has sido dado a tu madre Nut en su nombre de sepultura;
Te ha envuelto y abrazado en su nombre de ataúd;
Has sido llevado a ella, en su nombre de tumba”.
* El Templo del valle y la Calzada no se han excavado.
* La pirámide de la madre del faraón Teti, hallada en el desierto de Saqqara y excavada en 2008 por el arqueólogo Zahi Hawass, midió en su momento catorce metros de altura y tenía una base de veintidós metros. Una estatua del faraón fue encontrada cerca de la pirámide; actualmente se expone en el Museo Egipcio de El Cairo. Son de esta época las mastabas de Kagemni y Mereruka, la más grande de Saqqara y profusamente decorada.

Userkara

wsr kȝ rˁ (Userkara)
Fuerte es el espíritu (Ka) de Ra
(Lista Real de Abidos nº 35)


Userkara (también Woserkare, que significa "Poderoso es el alma de Ra") fue el segundo faraón de la Sexta Dinastía, que reinó brevemente, de 1 a 5 años, desde fines del siglo 24 hasta principios del siglo 23 a. La relación de Userkare con su predecesor Teti y su sucesor Pepi I es desconocida y su reinado sigue siendo enigmático. Aunque está atestiguado en fuentes históricas, Userkare está completamente ausente de la tumba de los funcionarios egipcios que vivieron durante su reinado. Además, el sacerdote egipcio Manetón. Informes de que el antecesor de Userkare, Teti, fue asesinado. Userkare es a menudo considerado como un usurpador de corta duración. Alternativamente, puede haber sido un regente que gobernó durante la infancia del hijo de Teti que más tarde ascendió al trono como Pepi I.
Userkare está presente en la Lista de Abydos King, una lista de reyes escrita durante el reinado de Seti I (1290–1279 a.C) más de 1000 años después de la temprana Dinastía Sexta. El cartucho de Userkare ocupa la 35ª entrada de la lista, entre las de Teti y Pepi I,  lo que lo convierte en el segundo faraón de la dinastía.  Userkare posiblemente también se incluyó en el canon de Turín, una lista de reyes compuesta durante el reinado de Ramsés II (1279-1213 a.C). Desafortunadamente, una gran laguna afecta a la segunda línea de la cuarta columna del papiro en la que se escribió la lista, el lugar donde se pudo encontrar el nombre de Userkare. 
Pocos objetos que datan de la vida de Userkare han sobrevivido hasta el día de hoy, las únicas declaraciones seguras contemporáneas con su reinado son sellos de dos cilindros inscritos con su nombre y títulos y un mazo de cobre de la colección Michaelides.  El mazo lleva una pequeña inscripción que da el nombre de un grupo de trabajadores "Amados de Userkare" que provienen de Wadjet, el décimo nome del Alto Egipto, ubicado alrededor de Tjebu, al sur de Asyut. 

Posibles atestaciones
Los egiptólogos franceses Michel Baud y Vassil Dobrev también han propuesto que una cabeza de hacha de cobre descubierta en Siria podría pertenecer a Userkare.  El hacha lleva el nombre de otra cuadrilla de trabajadores llamados "Amados de los Dos Halcones Dorados", donde "Dos Halcones Dorados" es el nombre dorado de Horus de un faraón. Aunque tanto Khufu como Sahure llevaban este nombre y cualquiera de ellos puede ser el dueño del hacha,  Baud y Dobrev notan que los nombres del horus dorado de Teti y Pepi son "Halcón dorado que se une" y "Tres halcones dorados", respectivamente. Por lo tanto, es tentador concluir que Userkare era "Dos halcones dorados".
El egiptólogo inglés Flinders Petrie identificó tentativamente Userkare con un rey llamado Ity atestiguado por una sola inscripción de roca encontrada en el Wadi Hammamat. La inscripción, que data del primer año de reinado de Ity, menciona una banda de 200 marineros y 200 albañiles bajo la dirección de los supervisores Ihyemsaf e Irenakhet  enviados al Wadi Hammamat para recoger piedras para la construcción de la pirámide de Ity llamada "Bau Ity", que significa "Gloria de Ity". La identificación de Petrie de Userkare con Ity se basa únicamente en su estimación de la inscripción a la Sexta Dinastía y en el hecho de que Userkare es el único rey de este período cuyo título completo no se conoce.  Actualmente, esta identificación se considera conjetural y se han propuesto varias fechas para el Primer Período Intermedio para Ity. 

Al sur de Saqqara Piedra 
Además de las fuentes históricas y contemporáneas, los detalles sobre el reinado de Userkare se dieron una vez en la casi contemporánea Piedra Saqqara del Sur, un aniversario real de la Sexta Dinastía que data del reinado de Merenre Nemtyemsaf I o Pepi II.  Desafortunadamente, aproximadamente el 92% del texto original se perdió cuando la piedra se pulió aproximadamente para reutilizarla como una tapa de sarcófago, posiblemente en el primer Intermedio tardío (c. 2160–2055 a.C) hasta el Reino Medio temprano período (c. 2055-1650 a.C).  No obstante, la presencia de Userkare en el anal puede inferirse de un gran espacio entre las secciones relativas a los reinados de Teti y Pepi I, así como de las huellas de una titularidad real en este espacio.  Aunque el texto que informa las actividades de Userkare se ha perdido, su extensión sugiere que Userkare gobernó Egipto durante cuatro o menos dos años. 
Dada la escasez de documentos relacionados con Userkare, sus relaciones con su predecesor y sucesor son en gran medida inciertas y los egiptólogos han propuesto varias hipótesis sobre su identidad y su reinado. Estos caen en dos escenarios contradictorios: uno que ve a Userkare como un gobernante o regente legítimo,  mientras que el otro percibe a Userkare como un usurpador, posiblemente responsable del asesinato de su antecesor Teti. 

El Egiptologista William Stevenson Smith,  William C. Hayes y Nicolas Grimal creen que Userkara brevemente gobernó Egipto ya sea como una regla provisional legítima o como Regente con la reina Iput I. De hecho, el hijo de Teti, Pepi I, reinó durante unos 50 años, lo que indica que probablemente era muy joven en la muerte de su padre, probablemente demasiado joven para asumir el trono de inmediato.  La teoría de que Userkare era simplemente un regente es rechazada por muchos egiptólogos, incluido Naguib Kanawati, sobre la base de que Userkare se menciona en las listas de los reyes de Turín y Abydos y tiene plena titularidad real, algo reservado exclusivamente a los faraones reinantes.  
En apoyo de la hipótesis de que Userkare fue un legítimo gobernante provisional, Grimal destaca que está bien documentado por fuentes históricas y contemporáneas, en particular la Piedra Saqqara. Esto parece contradecir la idea de que, siendo ilegítimo, fue víctima de un Damnatio memoriae por su sucesor Pepi.  Además, no hay evidencia directa de dificultades asociadas con el ascenso de Pepi I al trono en el registro arqueológico, lo que uno podría esperar si Userkare fuera un usurpador. 

Como usurpador del trono 
El sacerdote egipcio Manetón, quien escribió una historia de Egipto, la Aegyptiaca, en el siglo III a.C durante el reinado de Ptolomeo II (283–246 a.C), menciona que Othoes, el nombre helenizado de Teti, fue asesinado por sus guardaespaldas o sus ayudantes.  Sobre la base de esta declaración, los egiptólogos encontraron plausible que Userkare participara o al menos se beneficiara del asesinato de Teti, a pesar de la ausencia de Userkare de la Aegyptiaca.  El nombre de Userkare es teofórico e incorpora el nombre del dios sol Ra, una moda de denominación común durante la Quinta Dinastía precedente. Como Teti no era hijo del último rey de la Quinta Dinastía Unas, algunos egiptólogos han propuesto que Userkare podría haber sido descendiente de una rama lateral de la familia real de la Quinta Dinastía que tomó el poder brevemente en un golpe de estado. 
El egiptólogo egipcio-australiano Naguib Kanawati también encuentra la hipótesis de que Userkare fue un gobernante legítimo de corta duración o "no convincente". De hecho, la evidencia arqueológica da crédito a la idea de que Userkare era ilegítimo a los ojos de su sucesor Pepi I. En particular, no se menciona a Userkare en las tumbas y biografías de los muchos oficiales egipcios que sirvieron bajo Teti y Pepi I.  Los visires Inumin y Khentika, que sirvieron tanto a Teti como a Pepi I, guardan silencio sobre Userkare y ninguna de sus actividades durante el tiempo de Userkare en el trono se reporta en su tumba. Además, la tumba de Mehi, un guardia que vivía bajo Teti, Userkare y Pepi, produjo una inscripción que mostraba que el nombre de Teti primero fue borrado para ser reemplazado por el de otro rey, cuyo nombre fue borrado y reemplazado de nuevo por el de Teti.  Kanawati argumenta que el nombre que intervino fue el de Userkare a quien Mehi puede haber transferido su lealtad.  El intento de Mehi de volver a Teti fue aparentemente infructuoso, ya que hay evidencia de que el trabajo en su tumba se detuvo abruptamente y que nunca fue enterrado allí. 

Tumba La ubicación de la tumba de Userkare aún no se ha identificado. La brevedad de su reinado implica que la tumba probablemente no estaba terminada en su muerte, lo que dificulta la identificación moderna.  Dado que Userkare era un faraón de la Sexta Dinastía, su tumba fue probablemente planeada como una pirámide. Una posible vindicación de esta hipótesis es el mazo de cobre que menciona a un equipo de trabajadores remunerados del nome de Wadjet. Es probable que estos trabajadores estuvieran involucrados en un importante proyecto de construcción, que probablemente sea la pirámide de Userkare.  
Se han expuesto dos hipótesis para la ubicación de la pirámide de Userkare. El egiptólogo Vassil Dobrev propuso que la pirámide de Userkara se encuentra en el área de Saqqara sur conocida hoy en día como Tabbet al-Guesh, al noroeste del complejo funerario de Pepi I. De hecho, allí se encuentra una gran necrópolis de funcionarios de la administración de la Sexta Dinastía, que, según Dobrev, alude a la presencia cercana de una pirámide real.  El astrofísico Giulio Magli cree que la pirámide de Userkare se encuentra a medio camino entre las de Pepi I y Merenre Nemtyemsaf I, en un lugar que haría que las tres pirámides formen una línea paralela a la formada por las pirámides de Sekhemkhet, Unas, Djoser, Userkaf y Teti al Norte.  

Pepy I - 2343-2297 a.C.

mr y tȝ.wy (Merytauy)
Al que aman las Dos Tierras (Egipto)


mr y ḫ t (Meryjet)
De cuerpo amado


bỉkw nb (biku nub)
Horus de Oro



mr y rˁ (Merira)
Amado de Ra
(L R Abidos nº 36)




p p y (Pepy)
Pepy, hijo de Ra
(L R Saqqara nº 34)


(Ppy) Tercer rey de la VI dinastía egipcia, hijo de Teti y de Ipuet. Su primer nombre de trono fue Neferdjahor que el rey más tarde alterado para Meryre que significa "amado de Rê".
Tras el posible asesinato de su padre y siendo Pepy I menor de edad se ignora cómo pudo acceder al trono. 
Se ha supuesto que pudo haberlo compartido con Userkare -a quien había sucedido- o que durante su minoría de edad habría sido regente la reina Ipuet, contando incluso -según algunos- con la ayuda de Userkare. Pepy I, cuyos nombres Horus y Sa Ra fueron respectivamente los de Merytauy y Pepy, había adoptado primeramente como nombre neswt bity el de Nefersahor, para después cambiarlo por el de Meryre (coincidiendo con una de sus Fiestas Sed). 
Aunque el Papiro real de Turín asigna a Pepy I veinte años de reinado -cifra, sin lugar a dudas, errónea-, tal rey hubo de gobernar al menos casi 50 años, cifra coincidente con la facilitada por Manetón, que le atribuye 53 años de reinado y le llama Phiops. De los primeros años del gobierno de Pepy I nada se conoce. Hechos perfectamente datados se sitúan en sus años de reinado 18, 21, 25, 36 y 42. 
Entre ellos caben destacarse los censos bianuales, la celebración de una Fiesta Sed, el proceso que se siguió contra su primera esposa -de nombre Imates, según algunos-, culpable de conspiración, y sus posteriores matrimonios con dos hermanas -llamadas ambas Ankhnesmeryre.
(Ankh-n.s-mry-Ra) Reina de Egipto y Segunda esposa de Pepy I, tercer rey de la VI dinastía, con quien casó tras repudiar aquel a su primera esposa, de nombre desconocido. Ankhnesmeryre I fue hija de un influyente personaje provinciano, originario de Abidos, llamado Khui y que no era de sangre real, y de su esposa Nebet, sacerdotisa y creída por algunos egiptólogos de origen principesco. A fin de no registrar el nombre de la esposa repudiada, a Ankhnesmeryre I se le atribuyó la maternidad de Merenre I, que luego sería rey y que casaría con la princesa Neit, hija también de Pepy I y de Ankhnesmeryre II, hermana de ella misma. La estela de su hermano Djau, más tarde Visir, localizada en Abidos y hoy en el Museo de El Cairo, en la que Ankhnesmeryre I aparece junto a su hermana, de igual nombre, permite conocer algunos datos sobre tal reina. Otras referencias de Ankhnesmeryre I son conocidas gracias a un Decreto de Abidos, en favor de la estatua de Pepy II, y a una inscripción fragmentada, hoy perdida. Con toda probabilidad, su tumba ha de ser una de las tres tumbas de reinas (pirámides satélites) halladas en 1989 en el complejo funerario de Pepy I en Saqqara.
(Ankh-n.s-mry-Ra) Hermana de Ankhnesmeryre I y tercera esposa de Pepy I. Del matrimonio de Pepy I y Ankhnesmeryre II nació Pepy II (llamado Phiops por Manetón), que más tarde sería rey y que casaría con su hermana Neit, tras enviudar ésta de su hermanastro Merenre I. Una estela, localizada en la tumba de su hermano Djau, en Abidos, y hoy conservada en el Museo de El Cairo, informa de algunos particulares de las dos Ankhnesmeryre. Tenemos también referencia de esta reina en una estela rupestre del Sinaí; su nombre figura asimismo en un Edicto, grabado sobre un bloque de caliza de Saqqara, alusivo a su propio culto al lado de Neit. De Ankhnesmeryre II poseemos una estatua que la representa teniendo en sus rodillas al joven Pepy II, hoy en el Museo de Brooklyn. Su tumba sería una de las tres tumbas de reinas (pirámides satélites) del complejo funerario de Pepy I, existente en Saqqara, halladas en 1989.

La política interna de Pepy I, que reformó bastantes aspectos de la administración, se caracterizó por un deseo pacificador, reflejado en su propio nombre Horus, Merytauy ("El amado de las Dos Tierras"); su matrimonio con dos mujeres que no eran de sangre real directa era señal de la importancia que las provincias habían alcanzado frente a una monarquía que se debilitaba. Pepy I construyó numerosos templos y santuarios en distintos lugares del país, entre ellos, Tanis, Bubastis, Heliópolis, Abidos, Dendera, Hieracónpolis, Edfú y Elefantina; asimismo, efectuó algunos decretos de exención de impuestos a determinados templos (casos de un Decreto de Coptos en relación con la capilla de la reina Ipuet y de otro de Dashur conectado con la pirámide de Esnefru) y ordenó expediciones militares y comerciales (de las que hay diferentes pruebas arqueológicas y documentales) al Uadi Hamma- mat, Sinaí y Nubia. 
Con la franja costera de Fenicia continuó los tradicionales contactos comerciales (materiales egipcios de Biblos) y estableció nuevas relaciones con la lejana Ebla (tapa de alabastro con el nombre de Pepy I) y con otros puntos del Próximo Oriente, si bien la penetración de nómadas en Palestina dificultaron las mismas. Sin embargo, pudo efectuar un avance por tierras asiáticas gracias a las cinco campañas dirigidas por el gobernador del Alto Egipto y Amigo Único, llamado Uni, según se sabe por la autobiografía que este importante personaje mandó grabar en su mastaba de Abidos. 
Su pirámide se encuentra en Saqqara Sur, en la cámara sepulcral se grabaron los Textos de las Pirámides.
Capillas (Hut-ka) en Bubastis, Tanis, Abidos, Dendera y Coptos.

Complejo funerario (Mennefer-Pepy)
Pepi I, se encontró, cuando fue a construir su pirámide, que el espacio en Saqqara Norte, tras la construcción del recinto de su padre Teti estaba muy limitado, por lo que trasladó la construcción a una zona cercana al poblado de Saqqara, al norte de la pirámide de Izezi. La pirámide conocida como "La pirámide asentada y bella" (Mennefer-Pepi) dio origen al nombre Menfis.
Actualmente la pirámide está reducida a un montón de escombros. La pirámide era una copia de la de Teti, en distribución y dimensiones (L = 78.5 m  h = 52.5 m  a = 53º 7' 48''). Contiene gran cantidad de textos en todas las paredes excepto en el serdab, grabados con jeroglíficos verdes sobre calcárea blanca. En la cámara funeraria se encontró uno de los vasos canopos destinados a guardar las vísceras del rey, que actualmente ha desaparecido.
Una capilla del norte estuvo una vez sobre el corredor de entrada en la cara norte de la pirámide. La entrada conduce a un corredor descendente construido de piedra caliza. Este corredor descendente termina en un vestíbulo que conduce al paso horizontal. A medio camino a lo largo del pasaje horizontal se encuentra la barrera principal de tres portcullises de granito rosa. El corredor se refuerza aún más con granito en tres lugares.  La disposición de las cámaras en la pirámide de Pepi I es la misma que las de las pirámides de su predecesor: la antecámara se asienta sobre el eje vertical de la pirámide, con una habitación que contiene tres huecos, llamada serdab, a su al este, y la cámara funeraria a su oeste. Las cámaras de ante y entierro tenían a dos aguas, los techos hechos de bloques de piedra caliza establecen tres capas de profundidad con dieciséis bloques para cada capa. Se estima que los techos tienen un peso de alrededor de cinco mil toneladas. 
El techo estaba pintado con estrellas blancas, orientadas hacia el oeste, sobre un fondo negro. Se encontró un sarcófago en la pared oeste de la cámara funeraria; aunque el examen indica que este fue un sarcófago sustituto, no el original. El arqueólogo Audran Labrousse  sugiere que el original se dañó durante el transporte o contenía fallas que se revelaron en la piedra utilizada.  La "Misión Saqqara Arqueológica Francesa" (MAFS, por sus siglas en inglés) hizo un descubrimiento extraño al realizar un trabajo de restauración en la cámara: un cofre canópico de granito rosa, hundido en un nicho al pie del sarcófago, junto con un manojo de vísceras, una vez dentro de un frasco de alabastro y que conserva su forma, se presume que pertenece al rey.  La procedencia de un fragmento de momia y envolturas de lino fino encontradas en la cámara de entierro son desconocidas, pero se cree que pertenecen a Pepi I. Otros componentes del equipo de entierro encontrado en la cámara son: fragmentos de vasos canópicos hechos de alabastro amarillento; una sandalia hecha de madera rojiza, posiblemente sicómoro; un pequeño cuchillo de pedernal; un poco de ropa de cama y un fragmento de lino con la inscripción "Lino para el rey del Alto y Bajo Egipto, que viva para siempre". 
Las paredes de la antecámara, la cámara funeraria y el pasillo de Pepi I estaban inscritas con columnas verticales de texto jeroglífico pintado de verde.  Los textos del corredor en la pirámide de Pepi I son los más extensos, cubriendo todo el pasaje horizontal, el vestíbulo e incluso una sección del corredor descendente.  El serdab se dejó sin inscribir, como lo había estado en la pirámide de Unas y Teti. 

Textos de la pirámide de Pepi I 
Los Textos de las Pirámides aparecieron originalmente en la Pirámide de Unas al final de la Quinta Dinastía,  y luego la tradición continuó en las pirámides de los reyes y reinas de la Dinastía Sexta a Octava,  hasta el final del Reino Antiguo.  Los textos en la pirámide de Pepi I, que comprenden 2.263 columnas y líneas de texto, son el más extenso de los textos del Antiguo Reino.  Aunque la tradición de escribir textos en pirámide había comenzado en la pirámide de Unas,  se descubrieron originalmente en la pirámide de Pepi I en 1880.  
La antigua creencia egipcia sostenía que el individuo constaba de tres partes básicas; El cuerpo, el ka y el ba.  Cuando la persona moría, el ka se separaba del cuerpo y regresaba a los dioses de donde había venido, mientras el ba permanecía con el cuerpo.  El cuerpo del individuo, enterrado en la cámara funeraria, nunca fue abandonado físicamente;  pero el ba, despertado, se soltó del cuerpo y comenzó su viaje hacia una nueva vida.  Significativo para este viaje fue el Akhet: el horizonte, una unión entre la tierra, el cielo y el Duat.  Para los antiguos egipcios, el Akhet era el lugar desde donde salía el sol, y así simbolizaba un lugar de nacimiento o resurrección.  En los textos, el rey está llamado a transformarse en un akh en el Akhet.  El akh, literalmente "ser efectivo", fue la forma resucitada del fallecido,  se logró a través de la acción individual y el desempeño ritual.  Si el fallecido no pudo completar la transformación, se convirtió en mutu, que es "el muerto". La función de los textos, en congruencia con toda la literatura funeraria, era permitir la reunión de los ba y ka de los gobernantes que llevan a la transformación en un akh,  y asegurar la vida eterna entre los dioses en el cielo.   
El complejo funerario estaba rodeado de un muro de 6.7 metros de altura decorado con jeroglíficos. El recinto incluye  pirámides pertenecientes a las reinas Anjenesmerira (La mayor y la Joven). Todas son una copia reducida de la pirámide de Pepi I.  La primera medía unos 21 metros de lado y de altura y está situada al sur del recinto. Pertenecía a la reina Nubunet y su sarcófago se encontró totalmente destruido en la cámara funeraria. La pirámide no tiene nada excepcional y sigue una distribución clásica. La segunda, descubierta en 1989 parece ser idéntica a la anterior en dimensiones y distribución. La tercera pirámide, con la misma distribución y dimensiones que las otras 2 (excepto la cámara funeraria que es de menor tamaño), fue construida de manera menos cuidadosa. La parte interior del templo funerario se realizó en ladrillo. En el serdab de esta tercera pirámide se encontraron restos de un collar de bronce, un vaso también de bronce y una sandalia de madera. Existen restos de una cuarta pirámide atribuida a la reina Meritites II.
En el interior fue encontrado uno de los vasos canopes, con las vísceras del rey. Desgraciadamente hoy día ha desaparecido.
Ha sido una de las pirámides que más daño ha sufrido por los saqueadores de piedras. 

Templo funerario 
El templo funerario ha sido severamente dañado por ladrones de piedra que cosecharon la piedra caliza utilizada en la construcción para la producción de cal.  Un ladrón de cal había sido instalado incluso por los ladrones en los terrenos del templo.  A pesar del estado del templo, el trabajo arqueológico de MAFS ha permitido comprender mejor el plan y las características del templo.  El templo fue diseñado de acuerdo con un plan estándar que es casi exactamente igual a los templos de Djedkare Isesi, Unas y Teti.  
El templo tenía un vestíbulo de entrada que daba a un patio de columnas abiertas. Estos estaban flanqueados por revistas de almacenamiento. El templo interior contenía una capilla con cinco nichos de estatua. También contenía una sala de ofrendas y otras cámaras centrales.  Se descubrieron estatuas de piedra caliza de cautivos arrodillados con las manos atadas a la espalda  en la sección suroeste del templo interior, donde se planeaba arrojarlas al horno de cal.  Las estatuas se rompieron en el cuello y la cintura.  El egiptólogo Miroslav Verner afirma que estas estatuas una vez se alinearon en un patio abierto de columnas, y posiblemente también en el vestíbulo, donde sirvieron para protegerse de cualquiera que amenazara la tumba. El arquitecto Jean-Phillipe Lauer postula que las estatuas una vez se alinearon en la calzada que representa a las personas subyugadas del norte y del sur.  El egiptólogo Richard Wilkinson señala que la ubicación original de estas estatuas es desconocida. 
El antichambre carée en el templo de Pepi I ha sido destruido casi totalmente, aunque una puerta de entrada en su lado este se ha identificado sobre la base de restos de granito. La sala originalmente tenía un techo de 6.29 m (20.6 pies; 12.00 pies) de altura. Los descubrimientos dentro de la sala incluyen secciones de pavimento junto con la base de la columna central que permanece in situ en el centro de la cámara. La columna de granito típica había sido reemplazada por un pilar octagonal. Labrousse recolectó fragmentos del relieve, que están pendientes de publicación pero que Jean Leclant describe con motivos como los que se encuentran en la cámara de Pepi II.  

Templo del valle, calzada, pirámide de culto y pueblo de pirámide 
El templo del valle, la ciudad piramidal y la calzada, a excepción de unos pocos metros cerca del templo funerario, aún no han sido excavados. La pirámide de culto está en un mejor estado de conservación que el templo funerario. Fragmentos de estatuas, estelas y tablas de ofrendas indican la continuación del culto funerario en el Reino Medio. A pesar de esto, la pirámide se estaba arruinando por el Nuevo Reino. 
El recinto sagrado del complejo de Faraón tradicionalmente abarca las tumbas de las esposas y niños que de este modo gozan de la protección real. Lógicamente entonces, se han hallado, datadas de la época de Pepi I, las tumbas de la reina Inenek/Inti, primera esposa real que haya ostentado el título de visir, de la reina Nubunet y del príncipe Horneterirkhet, hijos de una tercera esposa, la reina Mehaa cuya tumba sigue siendo desconocida. Quizá también una pirámide anónima que podría pertenecer a otro príncipe.

Pirámides de la reina 
Los hallazgos más significativos en el complejo de Pepi I son las pirámides de las reinas.  A partir de 2017, se han descubierto un total de nueve pirámides en un área al suroeste de la pirámide de Pepi I. Estas pirámides pertenecen a: Nebuunet, Inenek-Inti, Meritites IV, Ankhesenpepi II y Ankhesenpepi III, Mehaa con una tumba de su hijo Hornetjerikhet al norte, Behenu, Reherichefnakht y una anónima.

Pirámide de Nebuunet 
Nebuunet fue una de las esposas de Pepi I, enterrada en una pirámide adyacente a la suya.  El complejo es el más oriental descubierto hasta ahora, con una pirámide en ruinas y un pequeño templo funerario.  Su pirámide, construida a partir de piedra caliza,  tenía una longitud de base de unos 20 m (66 pies; 38 cu).  La entrada de la pirámide se colocó en el pavimento de la capilla del norte. La entrada conducía a un corredor descendente que pasaba a un pasaje horizontal a través de un vestíbulo falso. Un único portcullis de granito custodiaba la cámara funeraria, que estaba ubicada al sur del eje vertical de la pirámide. La subestructura tenía la misma disposición que la pirámide de Inenek-Inti, con la distinción de que su sarcófago estaba hecho de granito rosa, en lugar de greywacke.  Al este de la cámara funeraria estaba el serdab que contenía fragmentos de equipo funerario que incluía un peso de madera cilíndrico y madera modelada en plumas de avestruz, potencialmente las plumas de Maat.  
Una vez se ingresó al complejo por una puerta de piedra caliza que daba a la pirámide de Pepi I. La puerta estaba casi totalmente ensamblada a partir de componentes que se habían redescubierto. Cada jamba de la puerta tiene una imagen completa de la reina que la representa como una mujer esbelta, con una peluca que enmarca su rostro, equipada con una vaina y un collar grande que cuelga alrededor de su cuello.  En una mano sostiene una flor de loto que respira su aroma, mientras que la otra se queda atrás.  Su nombre y título están inscritos en las jambas de la puerta: "la esposa del rey, su amada, Nebuunet" (traducido del francés: l'épouse du roi, son aimée, Noubounet). En la parte superior de la jamba, debajo del jeroglífico por el cielo, un halcón real con alas extendidas agarra un ankh que lo apunta a un cartucho que lleva el nombre de Pepi, que es parte de una unidad de tres columnas de texto.  
La puerta de piedra caliza del complejo conduce a una antecámara desde donde se puede acceder al patio que rodea la pirámide y a un pequeño templo funerario de la cara este de la pirámide.  El templo está en ruinas completas, a excepción de la sala de ofrendas y una sección de pared de aproximadamente 1 m de espesor, que se han conservado mejor.  Había una capilla con tres nichos al norte de la sala de ofrendas.  Dentro de la sala, fragmentos de esculturas que representaban a la reina en un podio con leones frente a una diosa con un cetro era el signo ankh.  Se ha conservado muy poco de la decoración en relieve del templo. 

Pirámide de Inenek-Inti 
Inenek-Inti fue una de las esposas de Pepi I, enterrada en una pirámide adyacente a la suya.  La pirámide tenía una longitud de base de 21 m, convergiendo hacia el vértice en una proporción de 1/2. El área base de la pirámide de Inenek-Inti es, por lo tanto, 1/14 de la pirámide de Pepi, y su volumen 1/10.  En contraste, tanto su pirámide como su templo funerario son más grandes que los que pertenecen a Nebuunet al este.  La pirámide de Inenek-Inti está encerrada en un muro perimetral de 1,5 m de espesor.  
La entrada a la pirámide se obtiene más allá de una pequeña capilla de entrada en su cara norte. La entrada conduce a un corto pasaje descendente que termina en un vestíbulo que se abre hacia el corredor principal.  El corredor, custodiado por un único portcullis de granito, conduce hacia la cámara funeraria bajo el eje vertical de la pirámide.  Al este de la cámara funeraria hay un pequeño almacén, y en el lado oeste de la cámara hay un sarcófago de Greywacke.  La cámara está en ruinas, y solo se han conservado fragmentos de equipo funerario: piezas de herrajes de piedra en varios colores, recipientes con cubiertas de piedra caliza para proteger las disposiciones funerarias.  
Complejo funenario de Inenet-Inti

El templo funerario del complejo es estrecho y se extiende a lo largo de los lados norte, este y sur de la pirámide.  Dos pilares de granito que miran hacia el norte hacia la pirámide del rey sirven de puerta al templo. Los pilares están grabados con el nombre de Inenek-Inti, y se representa a la reina sentada respirando el aroma de una flor de loto. Dos obeliscos de piedra caliza gris están presentes aquí, que representan a la reina en pie. Estos también están grabados con su nombre, uno con Inenek y otro con Inti, pero también llevan sus títulos.  El templo exterior consiste en una sala y un patio con columnas en el noreste.  Al sur del patio,  en la cara este, estaban la sala de ofrendas y una sala que contenía tres nichos por tener estatuas.  Un grupo de almacenes flanqueaba estos en el norte y el sur.  En la esquina sureste, había una pequeña pirámide de culto.  Esta pirámide de satélite tenía una longitud de base de 6 m.  

Pirámide occidental 
La identidad del propietario de esta pirámide se conserva en un obelisco frente a su pirámide solo como "la hija mayor del rey". Esta fue la primera pirámide desenterrada por MAFS en 1988.  La pirámide tenía una longitud de base de alrededor de 20 m,  la misma que la de Nebuunet, y las ruinas son una miseria 3 m de altura.  La entrada a la subestructura se gana en la cara norte.  La cámara funeraria está ubicada debajo del eje vertical de la pirámide.  La ubicación del serdab es inusual, ya que se encuentra al sur de la cámara funeraria en lugar de al este.  Se encontraron restos sustanciales de equipo funerario en el interior, pero ningún nombre: pesas de madera y plumas de avestruz, anzuelos de cobre y recipientes de arcilla cocida. Tiene un templo funerario construido apresuradamente, con una sala de ofrendas y una sala con dos nichos de estatuas. Los fragmentos de relieves descubiertos son escenas de procesiones y propiedades, junto con un cartucho incompleto con el nombre de Pepi I. 

Por fin, más asombroso, al final del Primer Período Intermedio un simple particular, Reherichefnakht, jefe de los selladores, quien probablemente vivía en los últimos días de la 11ª dinastía (o a comienzos de la 12ª), viene a insertar su propio monumento funerario con forma de pirámide dentro de la necrópolis real.
Poco a poco, pudo ponerse en evidencia una verdadera preocupación de urbanismo: delimitada por un recinto amurallado general, la necrópolis real consta de una cuadrícula de calles que delimitan concesiones, con una primera hilera directamente al Sur y al Oeste del monumento del rey Pepi I. Una segunda serie de concesiones se extiende más allá de la primera, hasta el recinto amurallado general. Todo se hace para y por Faraón: orientadas hacia la pirámide de Pepi I, las puertas de entrada de los monumentos afirman un vínculo simbólico con el rey difunto.
La historia de la familia real se ha visto considerablemente enriquecida: hasta estos últimos descubrimientos, ¿a quién se conocía como esposa de Pepi I? Una reina escandalosa, comprometida en una conspiración de harem y cuyo nombre ha desaparecido; dos hermanas o hermanastras, hijas de un notable de la región de Abidos, llevando ambas el mismo nombre «Ânkhnes Pepi» formado sobre el del rey con quien iban a contraer enlace. A ellas vinieron a añadirse las reinas Inenek/Inti, Nubunet, Sebutet, Méehaa, una reina todavía anónima «hija mayor del rey» así como el primogénito del rey Horneterikhet y un príncipe todavía anónimo. A las esposas antes conocidas de Pepi II, Neit, Iput II y Udjebten, hoy pueden añadirse las reinas Ânkhnes Pepi III y quizá Meretites II.
Más tarde, dará testimonio del saqueo de la necrópolis el incendio del templo de Pepi I. Por último, la rehabilitación de la necrópolis, al final del Primer Período Intermedio, se traduce en la construcción de la pirámide de Reherichefnakht, que no dudará en reutilizar en su pirámide monumentos consagrados al culto de las reinas, ya abandonado. Sólo el culto real retomará vigencia: con la reorganización del país, será instituido el culto de los reyes antepasados bajo el impulso de los faraones del Imperio Medio, como lo atestigua el material de culto dejado por los sacerdotes en el templo de Pepi I.
De Pepy I se conservan una figura de bronce, de tamaño natural, encontrada en Hieracónpolis, una figura sedente, de alabastro, y otra que lo figura como oferente, de rodillas, labrada en esquisto, así como una cabeza, también del mismo material. 

Estatua de cobre del Faraón Pepy I, es una escultura que fue elaborada en época del Imperio Antiguo de Egipto, durante la Dinastía VI de Egipto y está considerada la mas antigua de las escultura realizadas en metal en toda la historia.
La estatua fue hallada en un santuario de Hieracómpolis, desde el periodo Predinástico capital del Alto Egipto y de ella partió Narmer para lograr la unificación de las Dos Tierras (Egipto). Durante el Imperio Nuevo la capital pasó a Eileithyaspolis (El Kab).

Estatuilla del faraón Pepi I arrodillado
Presenta al faraón arrodillado portando una vasija de libación en cada mano. En esta escultura, perfectamente conservada, las extremidades superiores se encuentran totalmente liberadas de sus rellenos de piedra y la postura que adopta el monarca constituye un nuevo modelo que pervivirá con éxito dentro de la estatuaria faraónica. 

Es de gran interés histórico una inscripción rupestre del Uadi Maghara (Sinaí) en la que el rey se halla representado por dos veces: en una matando a un asiático y en la otra, tocado con la corona roja, ejecutando un ritual de la Fiesta Sed.

Merenra I - Nemtyemsaf I
ˁnḫ ḫˁ w (Anjjau)
Aparición vivente

ˁnḫ ḫˁ w (Anjjau)
Aparición vivente

bỉk.wy nb (bikuy nub)
Dos Horus de Oro

mr n rˁ (Merenra)
Predilecto de Ra
(L R Abidos nº 37) (L R Saqqara nº 35)

nmty m sȝ f (Nemtyemsaf)
Nemty es su protección

Él fue el cuarto rey de la dinastía VI.  (2283 - 2278 aC) - "Amado de Re".
Merenre era un hijo de Pepi I y Ankhesenpepi I, y nieto de la mujer y su visir Nebet Khui cónyuge.
Mientras Merenre Nemtyemsaf se creía haber servido como un breve co-regente a su padre que Pepi Meryre antes de pronunciarse por derecho propio, la publicación del documento sur de Saqqara Stone anales en 1995 por Vassil Dobrev y Michel Baud muestra que Merenre directamente logrado su padre en el poder sin interregno o corregencia. El documento dañado conserva el récord del último año de Pepi I - 25 y su conde procede inmediatamente a la cuenta el primer año de Merenre.
Merenre compartida fascinación de su padre con Nubia y continuó explorando profundamente en la región. También comenzó un proceso de consolidación real, designando Weni como el primer gobernador de todo el Alto Egipto y ampliar el poder de varios otros gobernadores. Aunque se suponía que había muerto a una edad temprana, los recientes descubrimientos arqueológicos descartar esta teoría.
Inició un proceso de consolidación de la monarquía designando a Ueni como primer gobernador del Alto Egipto y ampliando el poder de varios gobernadores. Compartió con su padre la fascinación por Kush y continuó explorando la región con gran interés.
Se pensaba que habría muerto joven pero recientes descubrimientos arqueológicos desmienten esta teoría. Dos objetos de su época muestran que su reinado duró más de una década. Su décimo año, después del quinto censo (si son bianuales), está refrendado en una inscripción de la cantera de Hatnub (Inscripción nº 6, según Anthony Spalinger). El documento recientemente publicado de la Piedra del sur de Saqqara, con anales del reinado de Pepy II, ratifica un reinado mínimo de once a trece años.
Esta estatua de cobre, que se encuentra con una estatua de cobre más grande de Pepi I, desde hace mucho tiempo se ha supuesto que era de Merenre joven. Se cree que son las más antiguas, estatuas de cobre grandes jamás encontradas, pero algunos cuestionan ahora si la estatua del niño es en realidad la de Merenre, o más bien un joven Pepi II.
La estatua de cobre más pequeña de Merenre o Pepi I

Los sellos reales y los bloques de piedra que se encuentran en Saqqara demuestran que la tía de Merenre, la reina Ankhesenpepi II, era la esposa de Pepi I. Los bloques de piedra que se encuentran en el sur de Saqqara muestran el  reinado de Merenre entre Pepi I y II y se prolongó durante un mínimo de poco más de una década, de manera indirecta indica que Merenre que era en realidad el padre de Pepi II, en lugar de Pepi I, como se suponía tradicionalmente. La hija de Merenre era Ankhesenpepi III, la futura esposa de Pepi II.
Su madre era Ankhnesmerire I (Ankhesenpepi I), quien, junto con su hermana menor con el mismo nombre, se casó con Pepi I en la última parte de su reinado. Labrousse, que está excavando en el sur de Saqqara con un equipo, donde se encuentra la pirámide Merenre, ahora cree que Ankhnesmerire II (Ankhesenpepi II), se casó con Merenre. Ella era una difunta esposa de Pepi I, padre de Merenre.
Merenre puede haber servido como corregente de su padre durante unos años antes de la muerte de Pepi I. Uni (Weni?), Que había trabajado bajo Pepi I, continuó haciendo con su hijo en expediciones, y egobernando Asuán, también dirigió expediciones a África. Alrededor, su noveno año de reinado, Merenre visitó Asuán y recibió a un grupo de caciques del sur.
Los gobernantes de Nubia se dice que han contribuido mediante el suministro de la madera necesaria para la construcción de las barcazas. (Puesto que no había madera en la Baja Nubia, habrían tenido que obtener de fuentes mucho más al sur). Al mismo tiempo, los gobernantes de la Baja Nubia parece que  también se han beneficiado en gran medida por enviar a sus combatientes alquilados a Egipto. A finales del Imperio Antiguo (ca. 2150 a.C), los ejércitos egipcios estaban compuestos principalmente de mercenarios nubios, muchos de los cuales finalmente se asientan en Egipto, se casan con mujeres egipcias, y se asimila a la población egipcia.
Durante el Imperio Antiguo, los textos egipcios hablan de una tierra en la Alta Nubia llamado "Yam". Además de las tropas de "Wawat, Irtjet y Setju" (Baja Nubia), tropas del Yam, también, fueron contratadas para servir en el ejército egipcio. La única fuente que proporciona la información real acerca de Yam es una biografía del gobernador de Asuán, Harkhuf, conservada en su tumba en Asuán. Harkhuf nos dice que, en nombre de los faraones  Merenre y Pepi II, dirigió cuatro expediciones a Yam, cada uno de las cuales duró ocho meses.
Merenre fue enterrado probablemente en su pirámide en Saqqara Del sur, aunque al parecer debido a su inesperada muerte, esta pirámide no se completo.
Con base en el lugar donde fue descubierto, en el sarcófago de granito negro en el interior de la pirámide, se ha identificado como perteneciente a Merenre I. Si esta identificación es correcta, esta momia sería la más antigua momia real completa que conocemos hoy en día.
Una parte importante del problema es el hecho de que el actual paradero de la momia es desconocido, por lo que es imposible examinarla con más herramientas y equipos modernos que la que existía a fines del 19 y principios del siglo 20.
La pirámide funeraria del faraón Merenra I fue construida durante la Dinastía VI de Egipto en Saqqara, a cuatrocientos cincuenta metros al sudoeste de la pìrámide de Pepi I y una distancia similar de la pirámide de Dyedkara-Isesi. Su nombre antiguo era La belleza de Merenra resplandece o tal vez La perfección de Merenra aparece.
En la actualidad, la pirámide está reducida casi completamente a ruinas; es difícil acceder a ella y no está abierta al público. 

Al momento de su construcción, la pirámide tenía 52,5 metros de alto, 78,75 metros de longitud de base y una inclinación de 53°07'48". La calzada tiene 250 metros de largo y el complejo estaba rodeado por un muro de ladrillos de barro y arcilla.


Se han encontrado pocos restos del templo funerario y las evidencias indican que la construcción se detuvo de manera abrupta en algún momento y jamás se reinició, probablemente debido a la muerte del faraón.
La entrada a las cámaras funerarias se encuentra en la cara norte y desciende hacia un vestíbulo, donde otro pasillo lleva a la antecámara. Hacia la derecha de la antecámara se encuentra la cámara propiamente dicha; hacia la izquierda hay otra habitación pequeña, un Serdab. En la cámara funeraria se erige contra la pared un sarcófago decorado con relieves policromáticos; cuando fue encontrado, estaba en buenas condiciones, pero desde entonces ha sido saqueado.
El techo de la cámara estaba decorado con una temática astrológica y estaba cubierto de estrellas.
El primer egiptólogo que examinó la pirámide fue el británico John Perring, en la década de 1830. Años más tarde, en la década de 1880, Gaston Maspero exploró las cámaras subterráneas en su búsqueda de unos textos piramidales (inscripciones en las paredes que describían el reinado del faraón); su expedición descubrió una momia dentro de la pirámide, que se creyó que sería de algún entierro posterior. Sin embargo, algunos historiadores modernos creen que podría haberse tratado de la momia de Merenra, lo que la convertiría en la momia más antigua conocida. Desde finales del siglo XX, un equipo francés liderado por Jean Leclant investiga el sitio. 

Ankhesenpepi II o Ankhesenmeryre II fue una reina consorte durante la sexta dinastía de Egipto. Era la esposa de los reyes Pepi I y Merenre Nemtyemsaf I,  y la madre de Pepi II. Fue enterrada en una pirámide en Saqqara.
Ankhesenpepi II era la hija de Khui y la visir Nebet. Su hermana Ankhesenpepi también estaba casada con el rey Pepi I y su hermano Djau sirvió como visir. 
Estatuilla de la reina Ankhnes-meryre II y su hijo, Pepy II, ca. 2288-2224 o 2194 aC Egipto alabastro, Museo de Brooklyn

Tanto Ankhesenpepi II como su hermana Ankhesenpepi I estaban casadas con el faraón Pepi I, cuyo nombre en el trono era Meryre ; su nombre fue tomado cuando se llevó a cabo el matrimonio, ya que significa "Su vida pertenece a Pepi / Meryre". Ambas reinas dieron a luz a los reyes: el hijo de Ankhesenpepi Yo era Merenre Nemtyemsaf I, que gobernó solo por unos pocos años; El hijo de Ankhesenpepi II fue Pepi II, quien tuvo éxito después de la muerte de Nemtyemsaf.  Pepi II era un niño cuando sucedió en el trono. Hay indicios de que Ankhesenpepi II sirvió como regente para su hijo en los primeros años de su reinado.  Una estatua que la muestra con su hijo en su regazo (ahora en Brooklyn) muestra a la reina mucho más grande en tamaño que su hijo. Algunos han interpretado esta estatua como Ankhesenpepi II y su hijo Pepi II asumiendo los papeles de la diosa Isis y su hijo Horus. 
También se la menciona junto a su hermana en la estela de su hermano en Abydos, en su pirámide y en la de su nuera Neith. Ella además aparece en un decreto en Abydos.  Ella está representada en el Sinaí, donde se le muestra igual en tamaño a su hijo. 

Títulos reales de Ankhesenpepi II 
Sus títulos como reina fueron: Gran de los hetes-cetro (wrt-hetes), Ella que ve a Horus y Seth (m33t-hrw-stsh), Great of Praises(wrt-hzwt), King's Wife of Mennefer-Meryre (hmt -niswt-mn-nfr-mry-r`, la Esposa del Rey, su amada (hmt-nisw meryt.f), la Hija de Dios (s3t-ntr), Esta Hija de un Dios (s3t-ntr-wt), Asistente de el Grande (khtt-wr), Compañero de Horus (tist-hrw), Compañero de Horus(smrt-hrw). Sin embargo, ahora se sabe que ella también fue la reina principal de Merenre después de la muerte de Pepi I, su primer marido. En 1999/2000, el trabajo de excavación en su templo funerario de Saqqara descubrió varios bloques de piedra inscritos con un título real previamente desconocido para ella:
"[La] Esposa del Rey de la Pirámide de Pepy I, Esposa del Rey de la Pirámide de Merenre, Madre del Rey de la Pirámide de Pepy II".
Dado que el templo fue construido bajo Pepi II porque hace referencia al rey Pepi II, esto demuestra que Merenre se casó con la reina Ankhesenpepi II después de que Pepi I muriera. Merenre era el sobrino de Ankhesenpepi II. Como el documento South Saqqara Stone, un documento anual creado bajo Pepi II, muestra que no existió ningún período de corregencia bajo Pepi I y Merenre, esto sugiere que Merenre y Ankhesenpepi II fueron los padres de Pepi II (en lugar de Pepi I), particularmente desde este documento también asigna a Merenre un reinado independiente de aproximadamente una década a Merenre.
Después de que su hijo Pepi llegó al trono, Ankhesenpepi añadió los títulos Madre del Rey Dual Men-ankh-Neferkare (mwt-niswt-biti-mn-kh`-nfr-k3-r`), Madre de los Hombres del Rey-ankh- Neferkare (mwt-niswt-mn-kh`-nfr-k3-r`), y la Madre del Rey (mwt-niswt). 
La pirámide de Ankhesenpepi II en Saqqara fue encontrada y excavada en 1998. Los hallazgos muestran que la pirámide de Ankhesenpepi contenía los primeros ejemplos conocidos de los textos de pirámide en la pirámide de la Reina. Los textos se refieren a ella como una reina madre, de ahí que la construcción de su pirámide data del reinado de su hijo.
En 1963, se descubrió la cámara funeraria y se encontraron restos que podrían ser de la reina. El entierro se perturbó y la momia encontrada en el sarcófago y cerca de él estaba incompleta. Los huesos pertenecen a una mujer de mediana edad.  A continuación, en su pirámide, también se encontraron los restos de un obelisco. Es uno de los más grandes del Reino Antiguo. 

Perfil de Ankhnespepy II de su templo funerario.


Pepy II
nṯr ḫˁ w (Necherjau)
Divina aparición

nṯr ḫˁ w (Necherjau)
Divina aparición

sḫm (Sejem)
Poderoso

nfr kȝ rˁ (Neferkara)
El espíritu (Ka) de Ra es maravilloso
(L R Abidos nº 38) (L R Saqqara nº 36)

p p y (Pepy)
Pepy

Neferkara Pepy o Pepy II, fue el último faraón destacable de la VI dinastía y del Imperio Antiguo de Egipto, aproximadamente entre el 2281 y el 2194 a. C. (según Von Beckerath).
Su nombre del trono, Neferkare (Nefer-ka-Re), significa "Hermoso es el Ka de Re". Él tuvo éxito al trono a los seis años, después de la muerte de Merenre I.
Tradicionalmente se pensaba que era el hijo de Pepi I y la reina Ankhesenpepi II, pero los anales de South Saqqara Stone registran que Merenre tenía un reinado mínimo de 11 años. Varios sellos reales de la 6ta dinastía y bloques de piedra, el último de los cuales se encontraron en el templo funerario de la reina Ankhesenpepi II, la conocida madre de Pepi II, se descubrieron en la temporada de excavación de 1999/2000 en Saqqara, lo que demuestra que ella también se casó con Merenre después de La muerte de Pepi I y se convirtió en la esposa principal de este rey.  Las inscripciones en estos bloques de piedra le dan a Ankhesenpepi II los títulos reales de: "Esposa del Rey de la Pirámide de Pepy I, Esposa del Rey de la Pirámide de Merenre, Madre de la Pirámide del Rey de Pepy II". 
Por lo tanto, hoy en día, muchos egiptólogos creen que Pepi II era probablemente el propio hijo de Merenre.  Pepi II sería, por lo tanto, el nieto de Pepi I, mientras que Merenre fue, probablemente, el padre de Pepi II, ya que se sabe que se casó con la conocida madre de Pepi II, la reina Ankhesenpepi II. Esto también estaría de acuerdo con la evidencia de la Piedra Saqqara del Sur, que no muestra coregia entre los reinados de Pepi I y Merenre, por lo que es mucho más probable que Pepi II fuera el propio hijo de Merenre.
El reinado de Pepi II marcó un marcado declive del Reino Antiguo. A medida que el poder de los nomarcas creció, el poder del faraón disminuyó. Sin poder central dominante, los nobles locales comenzaron a asaltar los territorios de cada uno y el Reino Antiguo llegó a su fin en las meras décadas después del cierre del reinado de Pepi II.
Estatua de alabastro de Ankhesenmeryre II y su hijo Pepi II.

Los primeros años del reinado de Pepi II
Su madre, Ankhesenpepi II (Ankhesenmeryre II) muy probablemente gobernó como regente en los primeros años de su reinado. Ella pudo haber sido ayudada a su vez por su hermano Djau, quien era un visir bajo el faraón anterior. Una estatuilla de alabastro en el Museo de Brooklyn muestra a un joven Pepi II, con sus atuendos reales, sentado en el regazo de su madre. A pesar de su largo reinado, esta pieza es una de las tres representaciones escultóricas conocidas en existencia de este rey en particular. Algunos estudiosos han tomado la relativa escasez de estatuas reales para sugerir que la corte real estaba perdiendo la capacidad de retener a los artesanos expertos.
En una carta que escribió a Harkhuf, un gobernador de Aswan y jefe de una de las expediciones que envió a Nubia, se puede ver la personalidad del faraón cuando aún era un niño. Enviado para comerciar y recolectar marfil, ébano y otros objetos preciosos, capturó un pigmeo. Las noticias de esto llegaron a la corte real, y un joven rey entusiasmado le envió un mensaje a Harkhuf de que sería recompensado en gran medida si el pigmeo volviera con vida, donde probablemente habría servido como animador de la corte. Esta carta se conservó  como una larga inscripción en la tumba de Harkhuf, y se llamó el primer cuaderno de viaje. 

Familia 
Un plato que menciona el primer jubileo heb sed de Pepi II.

Durante su larga vida, Pepi II tuvo varias esposas, incluyendo:
·         Neith - Ella fue la madre del sucesor de Pepi, Merenre Nemtyemsaf II.  Puede que sea hija de Ankhesenpepi I y, por lo tanto, también prima y media hermana de Pepi II.
·         Iput II - Una media hermana de Pepi II. 
·         Ankhesenpepi III Era hija de Merenre Nemtyemsaf I y, por tanto, nieta de Pepi I. 
·         Ankhesenpepi IV - La madre del rey Neferkare según los textos en su tumba. No se sabe qué Neferkare ya que hay varios reyes con ese nombre durante el Primer Período Intermedio.  Su nombre puede ser Neferkare Nebi. 
·         Udjebten También fue hija de Pepi I. 
De estas reinas, Neith, Iput y Udjebten tenían cada una sus propias pirámides menores y templos funerarios como parte del propio complejo piramidal del rey en Saqqara. La reina Ankhesenpepi III fue enterrada en una pirámide cerca de la pirámide de Pepi I Meryre, y Ankhesenpepi IV fue enterrada en una capilla en el complejo de la reina Udjebten.
Se conocen dos hijos más de Pepi II: Nebkauhor-Idu y Ptashepses (D). 

Política exterior 
Pepi II parece haber llevado a cabo la política exterior de manera similar a la de sus predecesores. El cobre y la turquesa se extrajeron en Wadi Maghareh en el Sinaí, y el alabastro se extrajo de Hatnub. Es mencionado en las inscripciones encontradas en la ciudad fenicia de Byblos. 
En el sur, las relaciones comerciales consisten en caravanas que comercian con los nubios. Harkhuf era un gobernador del Alto Egipto que dirigió varias expediciones bajo Merenre y Pepi II. Su última expedición fue un viaje a un lugar llamado Iam.  Harkhuf trajo consigo lo que su correspondencia con el joven faraón se refiere como un enano, aparentemente pigmeo.  Egipto recibió bienes como incienso, ébano, pieles de animales y marfil de Nubia.  Se sabía que el desierto occidental tenía extensas rutas de caravanas. Algunas de estas rutas permitían el comercio con el Oasis de Kharga, el Selima Oasis, y el Oasis Dakhla.

"El rey Neferkare y el general Sasenet" 
Solo un pequeño número de faraones fueron inmortalizados en la ficción antigua, entre ellos Pepi II. En el cuento del rey Neferkare y el general Sasenet, tres fragmentos de un papiro que datan del último Reino Nuevo (aunque la historia puede haber sido compuesta anteriormente),  informan sobre reuniones nocturnas clandestinas con un comandante militar, un general Sasenet o Sisene. Algunos han sugerido que esto refleja una relación homosexual; Aunque se discute que el texto se relaciona con Pepi II en absoluto. Algunos, como R. S. Bianchi, piensan que es una obra de literatura arcaizante y se remonta a la 25ª dinastía que se refiere a Shabaka Neferkare, un faraón kushita.

La decadencia del antiguo reino 
El declive del Reino Antiguo podría decirse que comenzó antes de la época de Pepi II, y los nomarcas (representantes regionales del rey) se hicieron cada vez más poderosos y ejercieron una mayor influencia. Pepi I, por ejemplo, se casó con dos hermanas que eran hijas de un nomarca y luego hizo que su hermano se viera. Su influencia fue amplia, ambas hermanas tuvieron hijos que fueron elegidos como parte de la sucesión real: Merenre Nemtyemsaf I y Pepi II.
El aumento de la riqueza y el poder parece haber sido entregado a altos funcionarios durante el reinado de Pepi II. Grandes y costosas tumbas aparecen en muchos de los principales nomos de Egipto, construidos para los nomarcas reinantes, la clase sacerdotal y otros administradores. Los nomarcas tradicionalmente estaban libres de impuestos y sus posiciones se volvieron hereditarias. Su creciente riqueza e independencia llevaron a un cambio correspondiente en el poder de la corte real central a los nomarcas regionales.
Un decreto de Pepi II, que otorga inmunidad fiscal al templo de Min, en exhibición en el Metropolitan Museum of Art, Nueva York.

Más tarde, durante su reinado, se sabe que Pepi dividió el papel de visir de modo que hubiera dos visires: uno para el Alto Egipto y otro para el Bajo, una mayor descentralización del poder lejos de la capital real de Memphis. Además, el asiento de visir del Alto Egipto fue movido varias veces. El visir del sur se basó en Tebas.
Se ha sugerido que el largo reinado de Pepi II fue un factor que contribuyó a la ruptura general del gobierno real centralizado que llevó al Antiguo Reino a su fin.

Duración de su reinado 
Pepi II se menciona a menudo como el monarca reinante más largo de la historia, debido a un relato del Antiguo Egipto de Manetón en el siglo III a. C, que otorga al rey un reinado de 94 años; sin embargo, esto ha sido discutido por algunos egiptólogos debido a la ausencia de fechas confirmadas conocidas por Pepi I después de su 31° conteo (Año 62 si bienal) como Hans Goedicke y Michel Baud. Las fuentes antiguas en las que se basa la estimación de Manetho se han perdido durante mucho tiempo, y podrían haber resultado de una mala lectura en nombre de Manetho (ver von Beckerath).  El canon de Turín atribuye 90+ [X] años de reinado a Pepi II, pero este documento se remonta a la época de Ramsés II, 1.000 años después, y su precisión para la duración del reinado del rey del Reino Antiguo, Pepi II, es incierto.
En la actualidad, la fuente escrita más antigua contemporánea con Pepi II data del "Año después del 31 ° Conde, 1er mes de Shemu, día 20" de Hatnub graffito No.7 (Spalinger, 1994),  lo que implica, suponiendo un sistema de recuento de ganado bienal, que este rey tuvo un reinado de al menos 62 años completos o parciales. Por lo tanto, algunos egiptólogos sugieren que Pepi II reinó no más de 64 años.  Estos egiptólogos disputan un reinado de 94 años para Pepi II y abogan por un reinado más corto de no mucho más de 64 años para este rey.  Esto se basa en la ausencia total de fechas confirmadas más altas para Pepi más allá de su Año posterior al 31º Recuento (Año 62 en un recuento bianual de ganado). Una sugerencia anterior de Hans Goedicke de que el Año del 33º Condeo aparece para Pepi II en un decreto real para el culto mortuorio de la reina Udjebten fue retirado por el propio Goedicke en 1988 a favor de una lectura del "Año del 24º Conde". , señala Spalinger.  Goedicke escribe que Pepi II está atestiguado por numerosas fechas de año hasta el Año de su 31° conteo, lo que implica fuertemente que este rey murió poco después de un reinado de aproximadamente 64 años.  Otros estudiosos señalan que la falta de fuentes contemporáneas con fecha después de su 62º año en el trono no impide un reinado mucho más largo, en particular desde que el final del reinado de Pepi II estuvo marcado por un marcado descenso en la suerte de los faraones del Reino Antiguo que tuvieron éxito.
El egiptólogo David Henige afirma que, aunque ha habido ejemplos de listas magistrales en las que los gobernantes se atribuyeron reinan mientras que la asignada a Pepi II, "a menudo más de 100 años, pero estos son invariablemente rechazados como míticos", los problemas inherentes a la fecha del reinado de Pepi II son muchos desde
... una duración hiperextendida [para el reinado de Pepi II] no es realmente necesaria para llevar la cronología del Antiguo Reino a algún equilibrio con otras cronologías. Para Mesopotamia desde al menos esta temprana hasta prácticamente la conquista persa, numerosos sincronismos localizados juegan un papel vital en la datación absoluta, pero rara vez afectan la duración de las dinastías individuales. No solo el Antiguo Reino de Egipto está fuera de cualquier "zona de sincronismo" sino que, como sucede, ya que Pepy [II] fue el último gobernante sustantivo de Egipto antes de un período de caos político y cronológico... no hay efectos de ramificación torpes al reducir Su reinado por veinte o treinta años, un período que puede simplemente agregarse al Primer Período Intermedio. 
El propio Henige es algo escéptico con respecto a la cifra de 94 años asignada a Pepi II  y sigue la sugerencia de Naguib Kanawati en 2003 de que el reinado de este rey probablemente fue mucho más corto que 94 años. 
Esta situación podría haber producido una crisis de sucesión y conducir a un estancamiento de la administración, centrado en un gobernante absoluto pero que no fue reemplazado debido a su estado divino percibido. Un ejemplo posterior, pero mejor documentado, de este tipo de problema es el caso del faraón reinante de la dinastía XIX Ramesses II y sus sucesores. 
Se ha propuesto que el evento de 4,2 kilómetros por año esté vinculado al colapso del Reino Antiguo en Egipto, aunque la resolución actual de pruebas no es suficiente para hacer una afirmación. 

El papiro de Ipuwer
En el pasado se había sugerido que Ipuwer el sabio sirvió como funcionario de la tesorería durante los últimos años del reinado de Pepi II Neferkare.  El Ipuwer papiro fue considerado por algunos para describir el colapso del Imperio Antiguo y el comienzo de la edad oscura conocida como el Primer Período Intermedio.  Se había afirmado que la evidencia arqueológica de los sellos de botón sirios apoyaba esta interpretación. Sin embargo, las advertencias pueden no ser una discusión con un rey. Otto fue el primero en sugerir que la discusión no fue entre Ipuwer y su rey, sino que fue una discusión entre Ipuwer y una deidad. Fecht demostró a través de la interpretación filológica y la revisión de los pasajes relevantes que esto es de hecho una discusión con una deidad.  La investigación moderna sugiere que el papiro se remonta a la dinastía XIII, mucho más tarde, con parte del papiro que ahora se piensa que data de la época del Faraón Khety, y las advertencias de Ipuwer en realidad se dirigen al dios Atum, no un rey mortal.  Se piensa que las admoniciones se remontan al Primer Período Intermedio y registran un declive en las relaciones internacionales y un empobrecimiento general en Egipto.

Pirámide de Pepi II

Esta pirámide se encuentra situada al sur de la pirámide de Dyekare-Izezi.  El reinado de Pepi II fue el más largo de la historia de Egipto, pero su pirámide fue similar en tamaño a la de sus predecesores.
El nombre que se le dio a este monumento es “Pepi es estable de por vida” y es la pirámide mejor conservada del sector meridional. Su construcción se realizó en un momento de pleno declive del poder real y al mismo tiempo, en un período de retroceso económico, estos dos factores, fueron determinantes en las medidas de la pirámide pues su altura original era de 52,5 m. y 78,5 m. de lado; si la comparamos con las grandes pirámides de la Dinastía IV podemos comprobar que el momento de esplendor artístico en que ambas se construyeron no era el mismo.
La pirámide fue excavada y estudiada por el arqueólogo francés G.Jequier entre 1926 y 1936, quién consiguió recuperar la totalidad de su planta y una parte importante de su estructura.
El arqueólogo quedó sorprendido cuando descubrió las cámaras internas de la pirámide, catalogando el monumento  como el mejor conservado de la segunda mitad del Reino Antiguo. 
La mayor sorpresa que guardaba el interior de la pirámide, fue el hallazgo en la antecámara de 580 fragmentos calcáreos con inscripciones de texto y más de mil en la cámara del sarcófago que una vez recolocados permitieron reconstruir muchos capítulos de los Textos de las Pirámides; en esta cámara se encontró intacta la caja de los vasos canopos. En 1965, tras un largo período sin excavar,  Jean Leclant puso de nuevo el proyecto de restauración de los Textos de las Pirámides.

La pirámide está construida con pequeñas piedras unidas con barro y revestidas de piedra caliza de Tura, este tipo de construcción tenía el inconveniente de que el edificio se desintegraba cuando desaparecía el revestimiento externo de sus lados y así ocurrió cuando ese revestimiento fue utilizado en la construcción de muchos edificios de El Cairo. Alrededor de toda la base se había construido una faja cuadrada de mampostería de 6 m. de ancho, que se elevaba hasta la segunda o tercera hilera de la pirámide, posiblemente esta faja fue construida al finalizar la construcción de la misma.
Vaso real

El templo funerario situado en la cara este de la pirámide, se encuentra en buen estado de conservación, en cambio, el  templo del valle no ha tenido la misma suerte y se encuentra en bastante mal estado, ambos templos estaban unidos por una calzada de la que quedan solamente restos dispersos.   
Del estudio de estos restos se desprende que los temas incluidos en la decoración, son parecidos a los encontrados en los relieves de la calzada de la pirámide de Sahure; el rey, bajo la forma de esfinge masacrando a sus enemigos, con la diosa Seshat recopilando una lista con las victimas y el botín confiscado a los enemigos. En este templo se encontraron algunos objetos que llevaban el nombre del rey.
Frente al templo del valle, y proyectándose a una distancia considerable, se encontraba una ancha terraza rodeada por sus lados norte, sur y oeste por un muro ancho construido de piedra caliza. Unos escalones estrechos construidos en mampostería en cada extremo del muro, conducían hasta un parapeto que se extendía a lo largo de todo el muro.                         
 La sala transversal del templo funerario estaba decorada con relieves, que muestran al rey cazando hipopótamos desde una barca hecha de juncos. El patio que se encuentra a continuación, estaba formado por dieciocho pilares rectangulares de cuarcita roja sin decoración alguna, salvo en la cara exterior donde se representaba al rey y a algunos dioses. Pasado el patio se encontraban unos almacenes y a continuación el santuario, el lugar más sagrado del templo, con techo abovedado y cubierto de estrellas de oro sobre fondo azul, de la estela de falsa puerta, no quedan restos.
En las dos paredes más grandes del santuario, puede distinguirse al rey sentado ante una mesa de ofrendas y una procesión de porteadores de ofrendas formada por sacerdotes y dignatarios de la corte, llevando distintos alimentos para el ka real. En ningún otro templo funerario se ha podido reconstruir una parte tan importante de la decoración de un santuario.         
Fuera de la pirámide real, se encontraron tres pirámides subsidiarias para las reinas: Udyebten, Iput y Neit, eran una copia de la pirámide y del templo funerario del rey pero a una escala reducida. Pepi II quiso honrar a sus esposas, vinculándolas a su propio destino, mediante la inclusión en las paredes de las cámaras funerarias de las tres pirámides de “Los Textos de las Pirámides”.   
Piramide subsidiaria

Pirámide satélite


Merenre ll
mr n rˁ dfȝ m sȝ f (Merenra dyefamesaf)
Amado de Ra, amplia es su protección
(L R Abidos nº 39)

nmty m sȝ f (Nemtyemsaf)
Nemty es su protección

Merenra Nemtyemsaf (II), o Merenra II, fue el sexto faraón de la dinastía VI de Egipto, de c. 2161 a 2160 a. C. (Nicolás Viurra).
Merenre Nemtyemsaf II fue faraón de Egipto brevemente, probable sucesor de su longevo padre Pepi II Neferkara.
Es mencionado en algunas listas reales, pero no hay evidencias arqueológicas de acontecimientos de su reinado.
En la lista Real de Abidos figura como Merenra Dyefamesaf. La lista Real de Saqqara no lo menciona. Manetón le denomina Mentesufis, según Julio Africano, comentando que reinó un año.
El Canon de Turín, muy deteriorado en la zona correspondiente a este periodo; después de una línea con el dato de noventa años, correspondiente a Pepy II, sólo se conserva un trozo con los signos de un año, posible duración del reinado del faraón Nemtyemsaf II. El fragmento conteniendo el siguiente nombre se ha perdido, probablemente era el de su hermana y esposa, la denominada Nitocris por Manetón, última gobernante de esta dinastía.
Su nombre se leía anteriormente como Antyemsaf, lectura reconocida como inexacta.

Neitiqerty Siptah -> Reina Nitocris
n t ỉ ḳ r t y (?)
Neitikerty (?)
(Canon de Turín n° 4.8) (?)

Netjerkare Siptah (también Neitiqerty Siptah y posiblemente en el origen de la legendaria figura Nitocris) fue un antiguo faraón egipcio, el séptimo y último gobernante de la Sexta Dinastía. Alternativamente, algunos eruditos lo clasifican como el primer rey de la Séptima u Octava Dinastía.  Como el último rey de la sexta dinastía, algunos egiptólogos consideran que Netjerkare Siptah es el último rey del período del Antiguo Reino. Netjerkare Siptah disfrutó de un breve reinado a principios del siglo 22 a.C, en un momento en que el poder del faraón se estaba desmoronando y el de los nomarcas locales estaban en aumento aunque era hombre, Netjerkare Siptah es probablemente la misma persona que la gobernante femenina Nitocris mencionada por Heródoto y Manetón.
El prenombre Netjerkare está inscrito en la entrada 40a de la Lista Real de Abidos, una lista de reyes redactado durante el reinado de Seti I. Netjerkare sigue inmediatamente a Merenre Nemtyemsaf II en la lista.  El prenomen Netjerkare también está atestiguado en una única herramienta de cobre de origen desconocido y ahora en el Museo Británico.  El nomen Neitiqerty Siptah está inscrito en el canon de Turín, en la 5ª columna, 7ª fila (4ª columna, 7ª fila en la reconstrucción del canon por Gardiner).

Identificación con Nitocris
En sus Historias, el historiador griego Heródoto registra una leyenda según la cual una reina egipcia, Nitocris, se vengó del asesinato de su hermano y esposo por una turba alborotadora. Desvió al Nilo para ahogar a todos los asesinos durante un banquete donde los había reunido.  Esta historia también es reportada por el sacerdote egipcio Manetón, quien escribió una historia de Egipto llamada Aegyptiaca en el siglo III antes de Cristo. Manetón describe a Nitocris que ella era "... más valiente que todos los hombres de su tiempo, la más bella de todas las mujeres, de piel clara y mejillas rojas". Maneón va más allá y le atribuye la construcción de la Pirámide de Menkaure."Por ella, se dice, la tercera pirámide fue levantada, con el aspecto de una montaña". Aunque el rey asesinado no es nombrado por Heródoto, Nitocris sigue inmediatamente a Merenre Nemtyemsaf II en la Aegyptiaca de Manetón, por lo que a menudo se lo identifica como este rey. Como el rey que sigue a Merenre Nemtyemsaf II en la lista de reyes de Abydos es "Netjerkare", el egiptólogo alemán Ludwig Stern propuso en 1883 que Netjerkare y Nitocris son la misma persona. 
El egiptólogo danés Kim Ryholt confirmó la hipótesis de Stern en un estudio reciente sobre el tema. Ryholt argumenta que el nombre "Nitocris" es el resultado de la confusión y distorsión del nombre "Netjerkare". Confirmando este análisis, el canon de Turín, otra lista de reyes redactada durante el período Ramesside temprano, enumera un Neitiqerti Siptahen una posición incierta. Los análisis microscópicos de Ryholt de las fibras del papiro sugieren que el fragmento donde aparece este nombre pertenece al final de la sexta dinastía, inmediatamente después de Merenre Nemtyemsaf II. Dado que en la lista del rey Abydos, Netjerkare se coloca en el lugar equivalente que Neitiqerti Siptah tiene en el canon de Turín, los dos deben ser identificados. Además, el nomen "Siptah" es masculino, lo que indica que Nitocris era en realidad un faraón masculino. El nombre "Nitocris" probablemente proviene del prenomen "Neitiqerti", que a su vez proviene de una corrupción de "Netjerkare", o bien "Neitiqerti Siptah" era el nomen del rey y "Netjerkare" su prenomen.  



Las mastabas VI Dinastía.
Las mayores, las más bellas y las más variadas en escenas murales son las tumbas de las Dinastías V y VI (2400-2300 a. C.) que pertenecieron a importantes funcionarios de la administración egipcia, como Ti, Ptahhotep, Mereruka y Kagemni, entre otros. Los generosos ingresos que les proporcionaban sus cargos les permitieron promover la construcción de monumentales tumbas representativas y de contratar a los mejores artistas de los talleres reales. Llegaron a levantar mastabas con hasta veinte o más estancias, con múltiples puertas falsas, cámaras destinadas a los miembros de la familia del fallecido, doble escultóricos, así como miles de inscripciones jeroglíficas y representaciones.

Es precisamente esta decoración lo que mejor se ha conservado y nos permete hacernos una perfecta idea de la vida de esta clase social y de la calidad de las artes del relieve y de la pintura de hace más de 4400 años. Veamos algunas de las imágenes/temáticas más repetidas.
Las paredes de estas tumbas se hallan presididas por imágenes en grandes dimensiones del fallecido, alusión a su importancia en vida. Le acompañaban sus familiares, esposas, madres e hijos, en clara jerarquización de tamaño. En estas figuras se dan plenamente las características idealizadoras del arte egipcio. Mereruka en altorrelieve dando el paso ritual en una capilla (izquierda) y el mismo en un relieve pintado (centro). En pequeño tamaño, a sus pies, se encuentran representadas su mujer, Watetkhethor, y su madre, Nedjetempet.

Para los antiguos egipcios no había distinción alguna entre los objetos del mundo material, tales como las personas o las ofrendas, y las pinturas o representaciones de los mismos. Por ello, cada una de las escenas de ofrendas tenía un carácter mágico que las convertía en algo real en el más allá. La tumba debía llenarse de provisiones y de objetos que pudiera utilizar en el otro mundo su propietario.
Sirvientes-portadores de ofrendas, de animales y de provisiones en la tumba de Kagemni.

Otros motivos presentes son escenas en las que puede verse gente desarrollando diversas actividades, como campesinos en sus tareas agrícolas y ganaderas, artesanos en pleno trabajo, carreras de botes en las marismas, cacerías en el Nilo, viajes en grandes barcos por el mar, bailes o peregrinajes a lugares sagrados como Abidos.
MrrukaIhy, hermano del visir Mereruka, en un barco de juncos de papiro por el río. Nótese que sobre él no se da la idealización corporal. La obesidad en este caso es un síntoma de éxito social.

Destacan algunas representaciones de gran vitalidad y originalidad como las escenas de pastores. Son imágenes idealizadas de la realidad que estuvieran a disposición del funcionario para toda la eternidad. Me gusta especialmente la escena de la Tumba de Ti, que podemos ver debajo, que representa la conducción de un rebaño de vacas a través de un vado al regreso de los pastos. El primer campesino lleva un ternero sobre los hombros para asegurarse de que llegue a la orilla sano y salvo. El animal, asustado, se vuelve para mirar a su madre, mientras ésta levanta la cabeza y muge. El agua se representa con líneas en zigzag que desdibujan las piernas de los hombres y las patas de los animales. El "portador del becerro" como motivo aislado forma parte del repertorio escénico de otras tumbas.
También voy a destacar la magnífica escena de Mereruka cazando entre los papiros del Nilo, en especial el detalle secundario que recrea el momento en que se han acorralado a tres hipopótamos que tratan de intimidar a los cazadores con las fauces abiertas y sus poderosos colmillos a la vista. Algunos arpones los han alcanzado. La fiereza del momento contrasta con la imagen idílica de las plantas acuáticas pobladas de ranas y saltamontes.

Meryteti, como su padre, era "el visir del rey (Teti) de Alto y Bajo Egipto", un cargo que le hizo la segunda persona más poderosa en el estado, ya que los cargos Primer Ministro y Presidente del Tribunal Supremo recaían sobre su persona.
La mastaba / capilla de Meryteti consta de cinco salas, un eje de sepultura y la cámara funeraria. La  cámara C2 es casi seguro que un almacén, mientras que la cámara C5 es el serdab. Las cámaras C1, C3 y C4 están decoradas las paredes de los restantes están en blanco. Todas las paredes decoradas, con la excepción de la puerta falsa en C3 (que se realiza una incisión), son en relieve alzado, cuya calidad no fue la más alta y, de hecho disminuye con el progreso a través de las cámaras (C4 es la peor). Los espesores de los pasillos, la entrada de la cámara a Mereruka la A13, los de C1 a C3, C4 y C3, están decoradas también.
Pared sur cámara A3

Dibujo de la pared oeste de la mastaba de la cámara A3

La tumba mastaba de Mereruka también conocido como Meri

Lamastaba de Watetkhethor, Su "bella" nombre Seshseshet.

Seneb
Seneb era un enano que se desempeñó como funcionario judicial de alto rango en el Imperio Antiguo de Egipto antiguo, alrededor del año 2520 antes de Cristo. Se le representa con su esposa e hijos en una escultura pintada de la tumba que es un famoso ejemplo del arte Imperio Antiguo. A pesar de su diminuto tamaño, Seneb era una persona de gran importancia y la riqueza que poseía miles de cabezas de ganado, que se celebró veinte palacio y títulos religiosos y estaba casado con una sacerdotisa de alto rango de tamaño normal con la que tuvo tres hijos. Su exitosa carrera y el lujo de sus arreglos funerarios son indicativos del alto estatus concedido a los enanos en la sociedad egipcia antigua.
La mastaba tumba de Seneb se encuentra en el Campo Oeste de la Necrópolis de Giza cerca de la actual El Cairo, donde se construyó un complejo de antiguas tumbas egipcias reales y estructuras mortuorias, incluyendo la Gran Pirámide. Fue redescubierta por el arqueólogo alemán Hermann Junker en 1926. La tumba se encuentra cerca de la de otro enano, Perniankhu, un alto cortesano real que pudo haber sido el padre de Seneb. Su fecha pasó mucho tiempo incierta, pero ahora está firmemente atribuida a la V o VI dinastía. El nombre de su esposa, también aparece en la tumba cercana de un funcionario, Ankh-ib, lo que sugiere que las familias de Seneb, Perniankhu y Ankh ib-pueden haber estado relacionadas. Seneb fue enterrado al parecer con su esposa, pero no queda rastro de los cuerpos, y la tumba fue saqueada hace mucho tiempo, como la mayoría de los otros en Giza. Fue uno de los primeros intentos conocidos en la construcción de una cúpula de techo sobre una cámara cuadrada, con cúpula que descansa sobre sobresalía ladrillos en las esquinas de la habitación. Tres estatuas se encuentran contenidos en cajas de piedra en la tumba - una escultura de piedra caliza de Seneb y su familia y otras dos estatuas en madera y granito. La madera se había desintegrado pero Junker grabado que había sido de unos 30 cm (12 pulgadas) de alto y se representa de pie Seneb con walking-bastón en una mano y un cetro en la otra.
El grupo escultórico que muestra a Seneb acompañado de su familia se encontró en la tumba de este personaje en la meseta de Guiza, colocado en el interior de una especie de urna bastante burda realizada con piedra caliza. Tanto la escultura como la urna se exponen en una vitrina del museo de El Cairo, compartiendo sala con algunas de las obras de arte más carismáticas del Imperio Antiguo. De hecho, esta escultura forma parte de las creaciones más célebres y singulares de este período, siendo una de las más admiradas por los visitantes del museo cairota. Posiblemente llama especialmente la atención por no mostrar la idealización y estandarización que tantas veces se presenta en el arte egipcio, y plasmar a Seneb como a un enano, con su cabeza grande y desproporcionada respecto al tronco, así como unas extremidades cortas y algo deformes. La escultura, por tanto, plasma a Seneb sin eludir sus singularidades físicas, haciendo perdurar los rasgos que le hicieron inconfundible y le dotaron de personalidad.
Seneb y su familia. Vista frontal. Foto en A. Eggebrecht, El antiguo Egipto. 3000 años de historia y cultura del imperio faraónico, Barcelona, 1990, p. 427.

La escultura tiene como base un podio sobre en que se sientan Seneb y su esposa. Sobre este elemento se encuentran inscritos los nombres de los personajes representados, sus títulos y el cartucho del faraón Didufri. Lo cierto es que Seneb, como Jefe del Guardarropa Real, debió disfrutar de una posición bastante elevada, ya que su cargo lo situaba en proximidad a la monarquía y en el ámbito de la corte. Además, Seneb ostentó cargos sacerdotales como responsable del culto a los faraones Quéops y a Didufri. La esposa, Senetefes, también se vinculó al mundo religioso como sacerdotisa de Neit, un tipo de titulatura recurrente entre las grandes damas del Imperio Antiguo.
En el grupo escultórico Seneb aparece con las piernas cruzadas, en una postura que en la estatuaria egipcia caracteriza a los escribas. Sin embargo, él aparece en una actitud relajada e incluso tiene las manos sobre el pecho, en una postura de reposo. La actitud relajada todavía se hace evidente ante la presencia de los niños y, más todavía, ante el abrazo que le extiende su esposa: apoya su brazo izquierdo en el codo de su esposo y lo rodea afectuosamente con el otro. Ciertamente, este tipo de expresiones de afecto son muy comunes en el arte egipcio y son la demostración del deseo de la pareja de perpetuar su unión gracias a la poderosa magia del arte.
Seneb se muestra en el grupo escultórico con el pelo muy corto y luciendo tan solo un sencillo faldellín, un aspecto muy común entre los personajes masculinos mostrados en el arte egipcio de todos los tiempos pero especialmente presente en el Imperio Antiguo. Su esposa luce un vestido blanco que se ajusta al cuerpo y se extiende hasta los tobillos, sin mostrar más ornamentación que una sencilla pulsera en una de las muñecas. También lleva una peluca corta que oculta el pelo natural, que solo se hace visible levemente en la zona de la frente. Su atuendo y este tipo de peluca es muy común en la moda de las féminas del Imperio Antiguo.
Los rostros de Seneb y su esposa se muestran solemnes y serenos, pero con una leve sonrisa dibujándose en sus labios. Son rostros de facciones bastante pormenorizadas y personalizadas, lo que quizá se haga más evidente observando el perfil de ambos y especialmente atendiendo a la nariz: la de ella es corta y redondeada, la de él es mucho más alargada y con una curva que la hace suavemente aguileña. Ella tiene también unas mejillas carnosas y redondeadas, con algunos hoyuelos en el entorno de la boca. Seneb tiene unos pómulos más huesudos y con algún surco que parecer aludir a alguna arruga marcándose entre la zona de la nariz y la boca. Los ojos y las cejas solamente aparecen perfilados en bajorrelieve, sin conservar un perfil de policromía que los realce. El acabado pictórico y detalles como ciertas zonas de textura irregular podrían hacer pensar que la escultura fue colocada en la tumba de Seneb estando aún inacabada, como si hubiera habido una cierta precipitación, idea que se posiblemente se agudiza al observar el aspecto de la urna en la que la imagen fue localizada.
En lo que respecta a la policromía, el grupo escultórico de Seneb muestra un convencionalismo recurrente en el arte egipcio de todos los tiempos: él se muestra con la piel morena, mientras que ella aparece muy pálida. Esta dicotomía alude a un ideal de belleza que se mantuvo vivo durante milenios y en el que se priorizada la piel oscurecida por el sol en los hombres y la tez clara y diáfana en la mujeres. En la escultura esta tradición también se hace patente en la figura de los hijos de la pareja, de ahí que la niña se muestre con la piel tan blanca como la de su madre; el niño, sin embargo, se pintó del mismo tono suavemente anaranjado del podio.
Los niños, mostrados en altorrelieve sobre el podio, se muestran desnudos y algo rollizos, correspondiéndose con la imaginería tradicional en el tratamiento de los personajes de corta edad. También era un tópico mostrarlos chupándose uno de los dedos de las manos, gesto que es, de hecho, identificador de las figuras infantiles en la iconografía egipcia. También era muy tradicional mostrarlos con cabello rapado o con un mechón recogido en una trenza a un lado de la cabeza.
Seneb y su familia. Vista semilateral. Foto en M. Damiano, Antiguo Egipto. El esplendor del arte de los faraones, Madrid, 2001, p. 78.

Uno de los aspectos más interesantes del grupo escultórico de Seneb es que muchas de sus características siguen los parámetros de los convencionalismos tradicionales y se responde a la tipología tradicional de retrato familiar tridimensional de Imperio Antiguo. Pero en otros aspectos es una obra audaz y excepcional, tanto a nivel técnico como en lo que respecta a los recursos utilizados para generar una composición general armónica y equilibrada.
Lo cierto es que la postura de las piernas de Seneb es excepcional en un grupo escultórico que muestra a un personaje sentado junto a su esposa. Lo habitual es que las piernas de ambos se muestren juntas y que se extiendan hasta la base. Pero, evidentemente, el enanismo hacía imposible este tipo de representación. De modo que para generar un diseño compensado, en la zona que debía estar ocupada por las piernas de Seneb se colocó la figura de dos hijos de la pareja. Ciertamente tienen un protagonismo eclipsado por el de sus padres, pero a nivel compositivo su presencia es relevante pues elimina el vacío que quedaría bajo la figura de su padre. De este modo se genera una volumetría que busca el equilibrio y la armonización con las piernas de la mujer, lo que no habría sido posible si Seneb hubiera sido mostrado con las piernas en otra posición. Cruzar sus piernas, como dejar las manos reposadas sobre el pecho, suaviza la descompensación de las medidas de sus extremidades en relación con la figura de la esposa. Ciertamente la escultura deja patente que Seneb era más bajo que su esposa, sin embargo, la composición y la manera de situar a los personajes, permite que la cabeza de ambos se muestre a la misma altura. Incluso las dimensiones algo más grandes de la cabeza de Seneb, insinúan una especie de perspectiva jerárquica. Así que aunque a Seneb se le muestra de un modo naturalista, en su representación se buscaron recursos que compensaran desequilibrios de carácter compositivo. Lo cierto es que el tratamiento iconográfico de Seneb implicaba conflictos difíciles de resolver dentro de las pautas de las convenciones plásticas egipcias, y, sin embargo, la obra consigue ser armónica y sorprendentemente canónica.
El artista que creo la escultura de Seneb con su familia fue bastante audaz y resolvió airosamente problemas compositivos de difícil factura. También fue audaz generando zonas liberadas, consiguiendo una especial vivacidad al no integrar las figuras en una pilastra dorsal y al generar espacios calados en puntos complicados, como, por ejemplo, entre los personajes, o en el brazo que Senetefes reposa sobre el codo de su esposo; incluso es excepcional el volado con el que se trató el otro codo de la dama, lo que, sin embargo, parece que terminó con una fisura que fracturó la piedra.
El grupo escultórico de Seneb es una pieza sin parangón en el arte egipcio. Su singularidad radica, sobre todo, en la voluntad de mostrar a Seneb de un modo naturalista y sin eludir sus deformaciones. Unas deformaciones que no le impidieron llegar a las capas más elevadas de la sociedad egipcia y ocupar cargos próximos a la figura del monarca. Un hombre privilegiado que buscó la eternidad en una tumba en la meseta de Guiza y que se inmortalizó disfrutando del gesto afectuoso extendido por su esposa.

La escultura
Quiero hacer referencia a la existencia de dos escuelas escultóricas durante la IV Dinastía desarrolladas en los talleres reales asociados a los cementerios reales de Dashur, Giza y Meidum. Ambas gozan de igual perfección en la técnica y se esfuerzan en conseguir un aspecto más natularista pero se diferencian en que el acabado de la primera resulta de una apariencia más severa y con un estilo más simplificado que la segunda. Modelado más suave y detallado caracterizan a la segunda escuela que empieza a perfeccionar estas características ya con Dyedefra.
Los ejemplos mostrados son una clara evidencia del incipiente uso de temas más familiares o privados dentro del apartado real, motivos que habían sido desarrollados con anterioridad en la escultura civil.
Esta estatuaria civil, como veníamos diciendo, no resulta tan acusadamente rígida como la real, aunque copie de ella las actitudes y la tomen como modelo a seguir. De hecho, algunas de ellas se alejan bastante de estos cánones llegando a ser precursoras de los llamados “modelos”, representaciones en bulto redondo, extremadamente realistas, de lo que posteriormente serán los relieves que se tallen en las tumbas y que empiezan a verse en el Primer Período Intermedio.
Muestras de este tipo de esculturas son bastante abundantes. En cuanto al gran realismo que desprenden pueden destacarse la antes mencionada de Kaaper, llamado también el alcalde del pueblo “Sheik el-Balad”, nombre que le dieron los operarios de Mariette en el momento de su descubrimiento debido a su gran parecido con el jefe de su pueblo y, fundamentalmente, las estatuas representando a escribas (como el conocido escriba sentado del Museo de El Cairo). La vivacidad de estas figuras se consigue en gran parte por los apliques de cristal usados para los ojos.
Durante la V Dinastía en las estatuas, incluidas las reales, se comienza a prescindir del colosalismo de la anterior e incluso se reduce la calidad aunque no perfección de las mismas. Aunque tenemos ejemplos como la de Kaaper, lo normal es que disminuyan en tamaño.

Figura de Kaitep y Hetepheres
Sacerdote Kaitep y su esposa Hetepheres, de la Dinastía V o VI, de 47,5 cm de altura, en piedra caliza, también se encontraba en un serdab (Estatua en el Museo Británico).
Se cree que esta estatua proviene de Giza.
Pertenecería a la Dinastía V o Dinastía VI.
Dentro de la clasificación del arte egipcio se puede decir que es una estatua par, o en grupo.
Es un excelente ejemplo de las convenciones del antiguo Egipto en la representación de hombres y mujeres.
Aunque es muy estrecha en la apariencia, los dos se dintinguen por el color de la piel y la amplitud de los hombros del hombre.
Seguramente esta estatua fue colocada en el serdab.
El hecho de ser colocada allí fue una característica común en las tumbas de la época, especialmente, en los cementerios de Memphis (Giza, Sakkara y Dahshur).
Actuaron como un medio adicional de mantener en la tumba la memoria y la personalidad del propietario en la existencia, si su cuerpo se destruye, su " casa de la eternidad " sería fácilmente reconocida por sus espíritus.
Katep, esposo de Hetepheres, era un sacerdote relativamente de menor importancia, pero sí tiene la denominación de "sacerdote de Kheops», el rey de la Dinastía IV, y el constructor de la Gran Pirámide de Giza.
Así Katep era un sacerdote que sirvió en los templos relacionados con la pirámide real.
Una serie de fragmentos de los relieves de la tumba también han sobrevivido, algunos de los cuales se encuentran en el Museo Británico, mientras que otros están en el Museo Field de Chicago.
Medidas: altura de 47,500 cm.

Estatua de Nenkheftka (EA1239)
Esta estatua procede de la tumba de Nenkheftka en Deshasha.
Estas estatuas eran características del Imperio Antiguo.
Las tumbas a menudo tenían una cámara llamada serdab donde era colocada una estatua del difunto que servía para mantener viva la memoria de a persona fallecida
https://blogger.googleusercontent.com/tracker/2861244398240671680-8977727556571795492?l=hontecillas.blogspot.comNo era muy usual econtra estatuas como ésta, de la Dinastía V fuera de los cementerios cercanos a Memphis.
Los rasgos faciales son magníficos y el detalle de la peluca la hace especial.
En la cámara de a tumba de este personaje fueron encntradas varias estatuas que hoy día se exponen en el Museo del Cairo y en el Museo de Bellas Artes de Boston.
Nenkheftka era un funcionario provincial.
La pieza está realizada en piedra caliza y fue una donación de la Egyptian Exploration Society al British Museum donde se expone actualmente.

El Artesanal Inti-Shedu, ca. 2470 aC
Esta pieza procede de una tumba ubicada en el cementerio de los trabajadores en Giza. La estatua constituía una de las varias que muestra Inti-Shedu en diferentes momentos de su vida. El mayor del grupo, esta estatua probablemente lo representa en el momento de su muerte. La inscripción en el lado derecho del asiento describe Inti-Shedu como "Supervisor de la Barca de la diosa Neith, Conocimiento Real." Una de las más antiguas deidades egipcias, Neith era la diosa de la caza y, posiblemente, una diosa de la guerra. Su progenie incluida Horus, Osiris e Isis. A pesar de Sais se convirtió en su centro de culto, Neith también tenía un templo en Giza. Con toda probabilidad, Inti-Shedu era un carpintero que construyó barcos de este templo. Esta pieza es casi 30 centímetros de altura.
Escultura del escriba Rahotep en granito rosa procedente de su tumba en Saqqara. Imperio Antiguo.
  
Escriba del Louvre
Dimensiones: Altura: 53'7 cm.  Ancho máximo: 35 cm.
Material: Piedra caliza policromada. Detalles en cristal de roca, cobre, madera…
Lugar de conservación: Colección Egipcia del Museo del Louvre, París.
Lugar de localización: Posiblemente la pieza se localizó en las proximidades del Serapeum de Saqqara durante las excavaciones de Auguste Mariette en noviembre de 1850.
El Escriba del Louvre (E 3023) es una de las esculturas más célebres legadas por el arte egipcio y es visita obligada para todos aquellos que recorren el museo parisino. La obra, que recientemente ha sido restaurada y ha cobrado nuevo esplendor, se encuentra en bastante buen estado y conserva buena parte de su delicada policromía original. Dicha policromía muestra a un hombre de cabello negro, de piel terrosa y portador de un faldellín  sencillo e intensamente blanco. Además, la escultura se conserva prácticamente de forma íntegra, únicamente existe una fractura importante en la mano izquierda y en el extremo del pie izquierdo, apreciándose también otra fractura en la base próxima a esa zona.
El hecho de que se trate de una pieza sin inscripciones, así como la problemática sobre la concreción de su origen, ha dificultado la identificación del individuo que el artista plasmó realizando su trabajo como escriba. No obstante, sea quien sea dicho personaje, de lo que no hay duda es que debía ser alguien orgulloso de su oficio y, precisamente cumpliendo con su labor, deseó ser inmortalizado.
El Escriba del Louvre muestra un rostro detallado en el que se realzan unas facciones algo huesudas, así como una barbilla y pómulos bastante marcados. Los labios resultan finos y la comisura algo tensa. Además, el pelo corto y la carencia de peluca o tocado, permite la representación de orejas bien definidas y magníficamente esculpidas. Sin embargo, todos los elementos de la cara quedan eclipsados por los espectaculares ojos de cristal de roca y destacados con un perfil en cobre.  La compleja técnica utilizada en su realización otorga a esta obra una gran vivacidad y expresividad, e incluso el brillo y la posición de las pupilas pueden hacer pensar que la escultura nos observa con su azulada mirada. Unas negras pupilas que se encuentran algo descentradas y bajas,  de modo que la sensación de que la escultura responde a la mirada se consigue de forma realmente efectiva desde una posición un tanto elevada.
Detalle de los ojos.

Pero el rostro anguloso y de facciones marcadas contrasta con el torso relleno y fláccido del personaje. El escriba se muestra entrado en carnes, luciendo incluso unos pechos hipertróficos cuyo realismo viene subrayado por el uso de unas pequeñas incrustaciones talladas en madera que dan forma a los pezones. Un aspecto fondón que queda aún más subrayado por la llamativa la línea curva que dibuja la bastante prominente barriga.
Los brazos tampoco muestran una musculatura marcada, pero han sido esculpidos de forma completamente liberada del torso, lo que denota una gran habilidad técnica y atrevimiento por parte del escultor de la obra, ya que este no es un recurso demasiado frecuente en este tipo de obras y, de hecho, es poco habitual en la creación escultórica egipcia. Esta liberación permite plasmar una postura natural y relajada, favoreciendo la sensación de verosimilitud y armonía.
El escriba se sitúa sobre un zócalo semicircular (en forma de D) con las piernas cruzadas (quedando la derecha por delante). Esta postura genera una superficie plana sobre las rodillas, que sirve como espacio de apoyo para realizar el trabajo propio de escriba. El personaje extiende sobre esa superficie un rollo de papiro que sujeta con la mano izquierda, mientras que con la diestra sostiene el cálamo para escribir. Esta herramienta fundamental en el trabajo del escriba debió ser  también un elemento añadido en la escultura, como otros de sus detalles, lo que puede apreciarse en la pequeña hendidura conservada entre los dedos que debió servir como encaje.
Vista del Escriba del Louvre desde arriba, donde se puede observar perfectamente la posición de las manos y del papiro desplegado.

La genialidad del creador del Escriba del Louvre no sólo se hace evidente en la maestría de su forma de esculpir y en la habilidad para conseguir dar vida a la piedra, considero que también resulta asombrosa su capacidad para forzar ciertos elementos con el objetivo de conseguir una mayor intensidad expresiva. Ello se hace evidente en el recurso utilizado para generar y ensalzar la zona plana sobre las rodillas, lo que se consigue creando una suave desproporción tanto en la zona de las caderas como de las piernas del personaje, dando así amplitud y énfasis al espacio en el que se condensa la acción. Dicha desproporción, por tanto, permite generar una sensación de profundidad y de espacio despejado que, a su vez, dirige la atención hacia unos elementos esenciales y que son la más auténtica herramienta de cualquier escriba: las manos. Estas extremidades, también realizadas con cuidada dedicación y consiguiendo una vivacidad especial, condensan en su cotidiano gesto buena parte del componente narrativo de la obra.
Pero en el Escriba del Louvre, para conseguir ensalzar las manos, se consideró adecuado trastocar la representación de los pies. De hecho, si se observan las esculturas de escribas conservadas, es fácil comprobar que los creadores egipcios utilizaron diversos recursos con mayor o menor éxito: pueden no representarlos y dejarlos únicamente sugeridos, pueden dejarlos ocultos o casi ocultos bajo las piernas o hacerlos desaparecer bajo el faldellín, y hasta pueden mostrarlos aplastados o con la planta completamente hacia arriba dando una sensación un tanto desarticulada. Este "conflicto compositivo" parece que podría deberse al hecho de que mostrar estas extremidades de forma completa o anatómicamente natural, implica generar una superficie en declive sobre las rodillas, limitando o dificultando la creación del espacio en el que se centra la acción de estas obras.
En el caso del Escriba del Louvre el conflicto fue resuelto, en parte, cambiando la proporción de la parte inferior del cuerpo del personaje. Pero, además, el creador de esta sensacional obra consiguió incrementar el efecto forzando de manera efectista la representación de las extremidades: se eliminó la representación de dos dedos de los pies, es decir, únicamente se esculpieron tres dedos.
De haberse realizado la representación de los cinco dedos en cada pie, se habría cambiado la postura de las piernas y, por tanto, se habría ladeado la superficie entre las rodillas. Es decir, mostrar los cinco dedos de los pies de forma proporcionada habría dado una configuración distinta a la posición completa del escriba, lo que habría dificultado el objetivo de realzar las manos y el acto mismo de escribir.
Además, lo cierto es que la representación únicamente de tres dedos no resulta del todo chocante ni siquiera desde una perspectiva anatómica, ya que en la postura adoptada por el escriba difícilmente se hacen visibles los dedos meñique y anular. A ello sumar que el escriba parece haber sido diseñado para ser observado desde una perspectiva un tanto elevada y desde ese punto de vista la forma singular de resolver la realización de los pies queda casi completamente disimulada.
Pero aunque el escriba efectivamente sostiene el cálamo en una mano y con la otra sostiene el papiro desenroscado, lo cierto es que su mirada no se concentra en sus manos ni en lo que podría estar escribiendo.
Tampoco nos encontramos ante una obra en la que simplemente se exhiben los objetos propios de una profesión, como también es habitual en la representación de escribas. En este caso, su  espalda está recta y la espectacularidad de sus ojos dirige la atención hacia el frente, aunque con una cierta desviación hacía arriba. Más que en pleno acto de escribir parece detenido en un momento de reflexión, o quizá en el momento de levantar la mirada para concentrarse en quien podría estar dictando las palabras que debía escribir, o quizá mirando sutilmente hacia arriba meditando sobre cómo elevarse del pozo próximo al Serapeum en el que parece haber sido depositado como Estatua de Sustitución.
No hay respuesta unívoca a la pregunta de cuál podría ser la razón de ese momento de quietud. De hecho, ante el Escriba del Louvre parece inevitable preguntarse ¿qué debe estar pensando?.
En cualquier caso, ese momento el escriba lo afronta con sencillez y en solitario, luciendo un sencillo faldellín y teniendo como únicos accesorios su cálamo y un papiro. Pero a estas herramientas básicas hay que sumar otras dos aún más trascendentales y que el creador de la obra supo realzar magistralmente: los ojos y  las manos. Los ojos, de tan compleja realización y de realismo tan sugestivo, son la expresión de la perspicacia y la inteligencia.
Sus manos, también llenas de vida, son el vehículo para plasmar todo lo que esos ojos contemplan, todo lo que han aprendido, todo lo que con su mirada parecen penetrar.
El Escriba del Louvre es una obra escultórica magistral, que aparentemente resulta sencilla e incluso sobria. El escriba se sienta sobre el suelo, no luce joyas, ni siquiera peluca, ni se representó con ningún otro personaje, ni se muestra idealizadamente atlético y joven.
El Escriba del Louvre es un hombre concentrado en su trabajo, en sus manos y en su mente. Una escultura que atrae todos los días miles de miradas de miles de visitantes y cuya presencia parece resultar en ocasiones casi hipnótica. El Escriba del Louvre para el espectador moderno resulta intensamente atrayente, tal vez por el hecho de que su mirada milenaria interactúa con quien le observa. Los vivos ojos del escriba parecen proyectase más allá de la piedra en la que fue esculpido hace miles de años, como si aún escribiera o meditara, como si desde el pasado pudiera vernos. Pero nosotros al observarlo miramos hacia adentro, nos sumergimos en el fondo de sus ojos, tal vez como queriendo ver lo que esos ojos pudieron ver, como queriendo desvelar un misterio, como si quisiéramos leer en ellos, como si en el brillo de su iris pudiéramos ver reflejado un mundo remoto y perdido en la distancia de los tiempos.

El alcalde de pueblo o el Sheikh el-Balad

Época: Dinastía IV-V [1] (c. 2500 a.C.)
Dimensiones: Altura: 112 cm.
Material: Madera. El detalle de los ojos realizado con cobre, cristal de roca, alabastro y obsidiana.
Lugar de conservación: Museo de El Cairo
Lugar de localización: mastaba de Kaaper (nº 36 o C8 de Saqqara), localizada durante las excavaciones de Auguste Mariette en 1860.

Esta magnífica obra de arte comúnmente es conocida como "el alcalde de pueblo", o, en árabe, el Sheikh el-Balad. Así fue como le llamaron, de manera espontánea, los obreros que en 1860 trabajaban bajo órdenes de Auguste Mariette en las excavaciones arqueológicas de Saqqara, ya que la imagen les recordaba enormemente a las del alcalde de su localidad. En realidad, el personaje retratado era un Jefe de Sacerdotes Lectores, nacido en Egipto durante el Imperio Antiguo y cuyo auténtico nombre fue Kaaper.
Vista lateral.

La imagen de Kaaper se talló en un gran tronco, aunque el resultado final se consiguió mediante el ensamblado de varios fragmentos de madera. Ello es fácilmente perceptible, por ejemplo, en el anclaje y unión de los brazos. También el brazo izquierdo está realizado con varias piezas, para conseguir componer su gesto. Todas estas junturas y pivotes se disimulaban completamente bajo la capa de estuco y pintura que recubría la pieza. De este acabado, en la actualidad, apenas queda ningún rastro.
En el momento de su localización la escultura tenía múltiples desperfectos, por lo que fue restaurada para su exhibición al público. La zona inferior y el soporte era lo que se encontraba en peores condiciones, aunque continuaba siendo legible el nombre y la titulación del personaje. En la actualidad, la escultura se expone con parte de las piernas y los pies reconstruidos, y se sostiene sobre una peana moderna. La vara que "el alcalde de pueblo" luce en una mano también es actual. Pero a pesar de los avatares del tiempo, de las grietas y de las fisuras, el trabajo que en la antigüedad se realizó es tan magnífico que la obra sigue mostrando un esplendor y una viveza sorprendentes.
El "alcalde de pueblo", para ser una talla en madera, tiene unas dimensiones inusualmente grandes. Sin embargo, esta no fue la única escultura en madera de gran formato localizada en la tumba de Sheik el-Balad, ya que allí también se encontraron dos piezas de dimensiones similares: una parece representar al propio Kaaper, aunque mostrado en plena juventud (Fig. 4); la otra ha sido identificada como una representación de su esposa (Fig. 5). Sin embargo, la estatua del "alcalde de pueblo" no destaca únicamente por sus dimensiones, se trata de una obra singular en muchos otros aspectos.
De esta magnífica escultura, ciertamente, lo que más llama la atención es el realismo con el que Kaaper fue representado. Se le muestra como un hombre de cierta edad y con tendencia obesa, además de lucir unos músculos fláccidos y un vientre pronunciado. La imagen impresiona por lo magníficamente captados que se encuentran los detalles más pormenorizados y por la sensacional verosimilitud del conjunto.
El rostro, que tiene un protagonismo especial, muestra a un hombre de formas redondeadas y llenas, con la mandíbula amplia y la papada desarrollada (Fig. 6). Los labios son gruesos y de expresión amable, siendo realmente magistral la forma otorgada a las mejillas, así como la suave curva que modela unos pómulos que se hunden suavemente para dar forma a unas leves y naturalistas ojeras. La nariz es más bien corta y el perfil desvela una cierta curvatura en su extremo (Fig. 7), aunque todos los rasgos quedan bastante eclipsados por el brillo conseguido en los ojos, realizados con incrustaciones, lo que les proporciona una gran profundidad. Y aunque apenas pueden adivinarse las cejas, éstas consiguen subrayar aún más la expresión de la mirada [6].
Foto. 4. El joven Kaaper. 

Foto. 5. La esposa de Kaaper. 



 En la estatua del Sheikh el-Balad resulta excepcional el perfilado del límite de las entradas, aludiendo a una incipiente calvicie. Ello amplifica la frente y redondea aún más el conjunto de la cabeza. El detalle en la zona de los cabellos es realmente minucioso, incluso se capta la sinuosa textura del cabello, muy corto, pero con unas ondulaciones que lo delatan como rizado. También hay que hacer mención especial al tratamiento de las orejas, aunque la izquierda se encuentra muy deteriorada.
La actitud de Kaaper es la propia de un hombre de posición, mostrado con pose altanera y ademán solemne. Y aunque no se han conservado, en la antigüedad el personaje debía sostener en sus manos los cetros y emblemas que lo distinguían como un individuo de rango y con un cargo sacerdotal de cierta relevancia. Además de esos elementos, Kaaper no parece haber lucido ninguna joya ni nada que resultara especialmente ostentoso. De hecho, su única vestimenta es una faldellín anudado a la cintura y que se extiende hasta las rodillas. Este sencillo atuendo, no obstante, contiene un detalle a sumar a los muchos otros que hacen de esta escultura una pieza especial: sorprende que la tela se curve y que caiga ampliamente, generando un elegante y profundo pliegue (Fig. 8). Un pliegue que sólo puede ser observado en su auténtica dimensión mirando a la pieza desde un perfil, de modo que es como si la escultura nos invitara a girar a su alrededor para poder percibirla desde múltiples puntos de vista y poder apreciar así la riqueza de su singularidad.
Foto. 6 Detalle del rostro de Kaaper. 

Foto 7. Perfil de la cara de Kaaper. 



Como es tradicional en la estatuaria egipcia, la talla de Kaaper también avanza la pierna izquierda. Pero incluso en este gesto el "alcalde de pueblo" resulta singular, ya que, a diferencia de lo más corriente, la carga no se muestra descansando en el pie derecho (Fig. 9 y 10). Aunque la parte de las piernas y de los pies han sido muy restauradas, lo cierto es que el conjunto de la composición tiene la peculiaridad de conseguir la sensación de que el peso recae en la extremidad que se adelanta.
De manera sorprendente ello otorga a la escultura de Kaaper una cierta sensación de desequilibrio y, a la vez, un suave movimiento. La presencia del pliegue en la ropa, la manera en que cae el faldellín, la forma de la cadera y la postura del brazo izquierdo, agudizan este insólito efecto de difícil parangón en la escultura egipcia. Dada la intensa capacidad retratística de la que hace gala la obra, quizá podemos llegar a pensar que el artista quería captar algún rasgo particular en el caminar del personaje. Tal vez la orondez y el exceso de peso le confirieran a los pasos de Kaaper, al desplazar su cuerpo, unas características que el artista quiso evocar en una imagen que debía recordarle para siempre.
Foto. 8. Detalle del faldellín de Kaaper.

La verosimilitud captada por el artista y la calidad de la ejecución hacen de Kaaper un hombre reconocible y afín, con el que nos sentimos en singular comunicación. El hecho de realizarse en madera proporcionó, además, la capacidad de intensificar el naturalismo, al permitir liberar los brazos y las piernas, e incluso alzar la mano izquierda para sostener algo con ella. Pero la magia conseguida en el rostro, a lo que se suma la realista y cristalina mirada, alimenta aún más esa sensación de proximidad y hasta de mutua observación. Incluso las insólitas dimensiones para una talla, prácticamente a tamaño natural, hacen de Kaaper un individuo aún más cercano.
En esta escultura el arte egipcio está lejos de la soberbia idealización y del sublime distanciamiento. El atractivo de Kaaper es que resulta atemporal por lo mundano y cotidiano, y ante su retrato podemos perdernos en el tiempo e imaginar a este hombre deambulando por las calles de Menfis, comprando en un mercado, releyendo un papiro algo arrugado, durmiendo la siesta y, quizá, hasta disfrutando de su familia ante una buena mesa. No parece que se tengan que hacer grandes esfuerzos para que la imagen de Kaaper consiga evocar un mundo y un tiempo que ante su presencia hasta se antoja cercano.
Foto. 9. Detalle del faldellín de Kaaper. Foto en D. RAGAI, L' art pour l'art dan l'Égypte antique, París, 1940. PL.4.
10. Kaaper. Vista semiperfilFoto en D. WIL-SON, L' art pharaonique, París, 1999, p. 23.


En el "alcalde de pueblo" la desnuda madera cobra una vivacidad palpitante, capaz de aproximarnos a un hombre que caminó por Egipto hace milenios pero con unos rasgos y complexión que fácilmente podemos encontrar rememoradas entre los transeúntes de alguna calle de nuestras ciudades, quizá viviendo en nuestro vecindario o siendo el alcalde de nuestro propio pueblo. Esa capacidad de proximidad, de presencia real, es lo que hacen de esta obra una de la creaciones artísticas más fascinantes legadas por el Egipto de los faraones.

De este periodo son también muchas esculturas populares, grupos escultóricos como La Nodriza, representada por una mujer amamantando a un niño, en la parte posterior otro niño jugando.         
Otro ejemplo lo tenemos  en la figura de El Arpista, o del Hombre cortando la pata de una vaca, relacionado con el ritual de la Apertura de la Boca.




DECADENCIA Y CAÍDA DEL IMPERIO ANTIGUO
A Pepy I le sucedieron dos de sus hijos; primero Merenra, Merenra-nemtyemsaf, Horus Ankh-Khau (2.287-2.278 a.C.), y después Pepy II, Horus Netjerkhau (2.278-2.184 a.C.). Ambos ascendieron al trono muy joven, y ambos construyeron sus pirámides en Saqqara Sur. Pepy II reinó durante unos noventa y cuatro años, habiendo heredado el trono a los seis, lo que le convierte en el faraón más longevo de la Historia de Egipto. Sin embargo, es probable que la segunda parte de su mandado fuese de alguna manera poco efectivo, ya que las fuerzas que habían ido insidiosamente erosionando los teóricos cimientos del estado egipcio se hicieron patente.
La crisis que se implantó era inevitable, pues la semilla germinaba ya dentro del propio sistema. Primero, era ideológica, ya que el faraón, cuyo poder económico se encontraba sensiblemente debilitado, era incapaz de representar el rol que le había sido asignado por la propia doctrina de la Realeza. Las consecuencias para la totalidad de la sociedad egipcia fueron tremendas; el sistema de remuneración ex officio hacía tiempo que había dejado de funcionar satisfactoriamente, y el sistema fiscal estaría por entonces al borde del colapso.
Algunos puestos de la Administración se habían convertido en hereditarios y permanecían dentro de la misma familia durante generaciones. En el Medio y Alto Egipto, las tumbas cavadas en roca de yacimientos como, Sedment, Dishasha, Kom el-Ahmar Sawaris, Sheikh Said, Meir, Deir el-Grebrawi, Akhmim (el-Hawawish), el-Hagarsa, el-Qasr wa ‘l-Saiyad, Elkab y Aswan (Qubbet el-Hawa), dan testimonio de las aspiraciones de los gobernantes locales, para entonces semiindependientes soberanos.
Menos conocemos de los correspondientes cementerios del Delta, aunque sabemos que los yacimientos de Heliópolis y Mendes existían. La proximidad de la capital puede que hiciese más difícil cualquier intento de autonomía, pero la razón principal de la falta de evidencia radica en su propia geografía y geología. Los niveles del Imperio Antiguo están hoy cerca o por debajo de la capa freática, lo que dificulta las excavaciones. Mucho más se sabe de los administradores del Oasis Dakhla, que vivían en el asentamiento de Ayn Asil y fueron enterrados en grandes tumbas-mastabas en el cementerio local de Qilat el-Dabba.
El gobierno central prácticamente dejó de existir, y las ventajas de un estado unificado se perdieron. La situación se vio agravada aún más debido a factores climáticos; muy especialmente a una sensible disminución del caudal del río regulador de las crecidas, unida a un declive en las precipitaciones, que afectaron a zonas colindantes del Valle del Nilo, con la consiguiente presión en las zonas fronterizas por parte de tribus nómadas. El hecho de que muchos sucesores en potencia esperasen bajo las protectoras alas del faraón Pepy II que terminase el excepcionalmente largo reinado del faraón, probablemente propició la caótica situación que acabó instalándose.
A Pepy II le sucedió Merenra II (Nemtyemsaf), la Reina Nitiqret (2.184-2.181), y unos diecisiete o más faraones efímeros que representan a las Dinastías VII y VIII de Manetón. Sus separaciones dinásticas, de nuevo, son difíciles de explicar; excepto como meras divisiones accidentales de las listas. La mayoría de los gobernantes son poco más que nombres para nosotros, aunque a algunos de ellos se les conoce por los decretos proteccionistas expedidos para el templo de Min en Koptos.
Qakara Iby es el único faraón cuya pirámide de 31’59 m de lado se ha encontrado en Saqqara Sur. Por lo que, lo único que asemejaba a estos pequeños reyezuelos con los faraones gigantes del primitivo Imperio Antiguo, eran la propia ubicación de la residencia real en Menfis, y la teórica reclamación de dominio sobre todo Egipto.
El Gran Total que nos da el “Canon de Turín” de 955 años que separan al faraón Menes, al principio de la Dinastía I, del último de estos efímeros gobernantes, pone fin a la línea de faraones menfitas y al período que se ha denominado Imperio Antiguo.

Mastabas de este periodo en Guiza
La mastaba (tumba) del Idu
La mastaba de Idu (UDIt) se encuentra en el cementerio del Este en Guiza cerca de El Cairo, Egipto. En la vida, él era el escriba de los documentos reales de la presencia del rey. También ocupó el título, "El inquilino de la pirámide de Pepi I", así como "Inspector de las WAB-sacerdotes de las pirámides de Keops y Kefrén durante el reinado de Pepi I. Él vivió en Egipto 6ta dinastía. Su mastaba numerada G 7102, se encuentra cerca de la tumba de Qar, que se cree que fue su padre o hijo. También tiene claras similitudes estilísticas con esa tumba.
Ambas mastabas se encuentran entre las más interesantes de las tumbas privadas en Guiza, cada uno con estatuas inusuales, así como escenas muy detalladas del séquito funerario Imperio Antiguo.
La mastaba de Idu consiste en una escalera descendente seguida por un gran vestíbulo que no es exactamente cuadrado, con un pasillo de entrada seguido de una sola habitación rectangular con su eje mayor en dirección norte-sur.
La pared oeste de esta última sala está adornada con una serie de cinco nichos que contienen una serie de estatuas en alto relieve pensado para representar al difunto, o los familiares, además de una más pequeña a la izquierda (la más cercana a la puerta de entrada) de su posible hijo Qar, con sus nombres y títulos de los jeroglíficos bellamente tallados.
Las estatuas de los cinco nichos más grandes a veces se dice que son miembros de distintos de la familia, pero muchos eruditos creen que representan sólo el difunto en diferentes edades, aunque no como un niño en el sexto nicho.


Plano Tumba de Idu – G7102 


En la pared este, una estela de puerta falsa, pintada para simular el granito. En la mitad inferior de la puerta falsa una estatua de Idu misteriosamente levanta de la tierra para recibir sus ofrendas. Se trata de una puerta falsa muy inusual. Sus brazos se extienden hacia adelante con las palmas vueltas hacia arriba, abierto a recibir ofrendas.

En un panel anterior, el difunto, con el rostro esculpido elegantemente y llevaba la peluca usual y un cuello ancho, y su esposa, Meretites, aparecen sentados uno frente al otro en una mesa de ofrendas. En la mesa de los panes son altos y estilizados que ofrecen. Cerca del suelo, y el banco ofrenda se coloca delante de este muro, que representa a las ofrendas que ha de darse al propietario de la tumba y su esposa.  



El plan decorativo de la tumba gira en torno a temas funerarios. En la pared sur, a la izquierda y a la derecha de la puerta, es una representación de dolientes en la casa del difunto, la tienda purificación y la procesión funeraria. Esta es una de esas tumbas que proporcionan mucha información sobre las prácticas funerarias privadas, a partir de su casa y termina con su entierro.  


Pared sur de la mastaba de Idu. Se observan en los diferentes registros, escenas de juegos y musica en honor a Hathor. De la misma fuente citada en ocasiones anteriores. 

Juego de mesa




Meryrenefer era un oficial de Egipto durante la dinastía quinta-sexta, probablemente durante el reinado de Pepi II. Él era el "Obispo de los Pueblos de las Pirámides de Keops y Micerinos", el "Inspector de WAB-sacerdotes de la Pirámide de Kefrén" y "El inquilino de la Pirámide de Pepi I. Sin embargo, es más conocido por nosotros como Qar (o Kar). Estaba casado con Gefi, que era una "profetisa de Hathor".
La mastaba tumba de Qar (G 7101) se encuentra en el cementerio del Este en Guiza. Se encuentra al este de la pirámide perteneciente a la reina Hetepheres y al lado de la tumba mastaba de Idu. Puede haber habido una relación entre estos dos hombres, pero si es así, la relación no está clara.  


Qar sentado en un nicho en la pared este de la sala principal

Esta tumba se compone de una escalera que conduce a un pasillo pequeña entrada seguido de la sala principal o primera, que es a su vez flanqueado al oeste por un hall de oferta y por el este con una sala anexa o almacenamiento. Muchas referencias se refieren a la sala principal como en realidad son dos canchas separadas por los pilares, con corte C es la más septentrional seguido de corte D.
En la sala principal hay un pilar autónomo individual y dos pilares comprometidos. Estos pilares soportan un arquitrabe que está ricamente trabajado en jeroglíficos incisos.
En la cara de los pilares Qar se representa en las diversas etapas de su vida. Sólo dentro de la habitación principal en el muro norte encontramos dos procesiones de hombres remolcando el barco funerario con el sarcófago de Qar hacia su tumba.

La pared a la derecha de la entrada representa los ritos funerarios, con Qar sentado en una mesa para recibir ofrendas. El texto en el registro superior se puede traducir como "escribano real del documento del dios, Idu". En el registro inferior, el "obispo de ka-sacerdotes, Nakhti" se muestra verter una libación. 
Él se muestra de una manera similar con su esposa en la pared occidental, con las listas de ofrendas y las ilustraciones de la procesión fúnebre. La casa de purificación y embalsamamiento están en el centro de las ceremonias. En la parte posterior de la primera cámara hay una serie de estatuas hermosas que representa al difunto y su familia, incluyendo a su hijo pequeño, esculpida en alto relieve. Otra estatua de Qar sentado en un nicho adorna la pared oriental, donde hay más ofrendas representadas.
Cerca de la esquina suroeste de la primera sala es la entrada a una segunda habitación que se ha denominado cámara de las ofrendas. En la puerta de esta habitación son más bajos relieves policromados de los fallecidos, y dentro, la puerta falsa de Qar se fija en la pared occidental con escenas de los portadores de ofrendas a cada lado. Esta tumba contiene excelentes ejemplos de obras de arte que distinguen a este último viejo reino del Imperio Antiguo temprano. Aquí, al igual que en la tumba de Idu y otros, la figura humana se representa con los ojos bien apretados, torsos y musculatura mínima, lo que es diferente, a veces, de manera espectacular a partir de representaciones tempranas. Tales diferencias son muy a menudo esencial para los egiptólogos para datar nuevos descubrimientos. 
Estatuas dedicadas en la parte trasera (sur) de la pared de la sala principal en la Sala D 


Inusual escena, los personajes tienen la mano sobre la boca

Más información en:




CONCLUSIÓN
Terminamos uno de los períodos más significativos de la Historia del Antiguo Egipto, si no el que más, ya que muestra los cimientos consolidados de un imperio en cierne que duraría milenios.
Este período, de más de quinientos años (2.680-2.160 a.C.), fue el más rico y creativo de su historia. Se mantuvo así durante cuatro dinastías – de la III a la VI - y fue durante esta última que se inició y confirmó su evidente declive y caída final.
Las periódicas crecidas del rio Nilo que regaban los campos y hacía brotar su rico limo, se interrumpieron de forma precipitada; las altas capas sociales alcanzaron las cotas más altas de influencia y poder, y se convirtieron en un pesado lastre para el país; los gastos sociales y la rémora de un largo reinado superaban a los cada vez más disminuidos ingresos; las incursiones en ultramar para obtener recursos no eran suficientes para inclinar favorablemente la balanza económica; el comercio exterior era aún una actividad incipiente; la descentralización fue nefasta, resquebrajando la unidad del imperio al igual que lo haría dos milenios más tarde con el de Roma; el creciente poder de ciertos núcleos religiosos desgastaba la autoridad real; y el reinado casi centenario de su último soberano, tuvo que haber sumido al país en un estado letárgico, falto de liderazgo, carente de proyectos, y muy probablemente, corrompido, sin una mano fuerte, joven y dispuesta a mantener la ilusión de un pueblo, por otra parte, totalmente entregado.


Mastabas de los gobernantes y visires de la V y VI dinastía

La mastaba emplea tres tipos de piedra en su construcción: las piezas visibles, tales como las paredes exteriores y la parte superior de todas las paredes interiores (sin duda las que contienen la decoración), fueron construidas principalmente con piedra caliza blanca Tura. El resto, con la excepción de las losas para techos (que eran de una piedra amarilla de calidad pobre), utiliza una piedra de color púrpura. La entrada a la mastaba se encuentra hacia el extremo oriental de la fachada norte. Una estrecha entrada lleva a una habitación larga y decorada que parece haber servido sólo como un corredor, con orientación norte-sur, que mide aproximadamente 7 metros de largo por 2 metros de ancho. El detalle de las paredes no se habían completado, y todas las etapas de producción se encuentran, a partir de diseños de tinta casi borrada de relieves exquisitamente terminados.  

Fue decorada por Akhethotep, y aparece nombrado Ptahhotep como su hijo. Parte de la decoración (al este de la pared) contiene un desfile de 17 mujeres, cada una actuando como un símbolo de una de las fincas de Akhethotep. Otras representaciones reflejan esencialmente las actividades agrícolas y ganaderas.

Frente a la entrada, el extremo sur termina en un nicho relativamente profundo. Su base se eleva un metro sobre el suelo del pasillo, y posiblemente se tenía la intención, de colocar una estatua sedente de la persona fallecida.
Este pasillo de entrada tiene tres salidas, una en el lado oriental, dos en el oeste. Antes del nicho, el paso hacia el este lleva a un anexo muy dañado. La salida más al norte-oeste, da acceso, por un pasaje, a dos habitaciones subsidiarias.
La sala es el centro principal estratégico del complejo funerario, y mide aproximadamente 6.3 m de ancho (este-oeste) y 8.4 m de longitud (de norte a sur). La cubierta de pesada piedra se realizó en bruto con arquitrabes tallados, de más de 3 metros de longitud, que cruza la habitación en tres tramos con la ayuda de los cuatro pilares.
Los pilares son de sección rectangular. La sala fue construida con piedra blanca, a excepción de la elaboración de las puertas sur y oeste, pero la superficie de las paredes y los pilares se mantuvo en bruto, por lo que su estado sin inscripciones parece intencionado.
Una puerta en el centro de la pared norte de la sala otra vez también lleva a las dos habitaciones que se accede desde el norte de corredor de entrada.
En la pared occidental de la sala, frente a la entrada principal del corredor, es la vía que conduce a la capilla totalmente decorada de Akhethotep. Esta es la forma de una  "T" girada. Frente a la entrada del pasillo, en el extremo occidental de la "T" girada, está la puerta falsa de Akhethotep, a los pies de los cuales es un altar de piedra. 

Finalmente, una puerta en la esquina sureste de la sala de columnas conduce, a través de una pequeña cámara, a la capilla decorada de Ptahhotep. Esta pequeña colección de habitaciones se encuentra en un nivel inferior al de la propia sala y está orientada básicamente hacia el norte a sur.
Para una información más detallada ver


Mastaba de Ty
Ty o Ti, era el supervisor de de las pirámides de Neferirkare y de Niuserre (entre otros títulos) a finales de la V dinastía.
La mastaba, tumba de Ty, En Saqqara, es una de las más famosas del Reino Antiguo, notable por la diversidad y pertinencia de los temas, así como por la calidad de la ejecución de sus relieves y su estado de conservación. 

La mastaba, identificada como N ° 60 (de acuerdo con Jacques de Morgan) o D22 (de acuerdo con Mariette), está situada a unos cientos de metros al noroeste de la pirámide escalonada de Zoser y unos 150 metros de la puerta de entrada que conduce al Serapeum. El Serapeum es el conjunto de galerías subterráneas (catacumbas), donde los bueyes Apis fueron enterrados, que se considera sagrado como la imagen viva del dios Ptah de Menfis. A la mastaba se accede desde el exterior por un pórtico de entrada, con dos columnas de sección cuadrada ambas inscritas con los títulos y la figura del difunto. En el pórtico pasadas las columnas, en su muro izquierdo, se observa al difunto sentado junto a demás personas, sobre unos registros con la lista de los estados. El dintel de la puerta de entrada presenta inscripciones muy deterioradas del difunto y su título.

La lista de los títulos dados a Ty numerosos. Esta lista ha sido establecida de acuerdo con el trabajo de P. Piacentini, pero no da la escritura jeroglífica. Para superar este problema (que es un problema básico tipográfico: el texto mezcla y jeroglíficos) pilares de la capilla se han utilizado como medio de ilustración: la cara este de pilares, la cara oeste de los postes, pilares de la cara norte y cara sur de los postes. En la parte inferior de cada columna es el nombre de Ty con su figura sentada debajo de ella.
La "tumba de Ty", fue un monumento de la familia, que fue utilizado no sólo por Ty, sino también por su esposa y sus hijos.

Su esposa Neferhetepes, era una sacerdotisa de Neith y Hathor.
Hasta hace poco, sólo dos hijos eran conocidos: Demedj, que parece haber tenido un significado especial, y Ty (''junior "). 

Al igual que con muchos de los enterramientos en Saqqara, el efecto de la arena durante varios milenios ha cambiado la cara del lugar y la tumba se encuentra por debajo del nivel del desierto.
El dibujo de la derecha, que utiliza una de las figuras dibujadas por Mariette, muestra el aspecto externo de la probable tumba, como un reflejo de "L".
Desde su aparición, a comienzos de la civilización faraónica, la superestructura funeral se conoce como una mastaba (derivado del árabe "banco") es característico del Imperio Antiguo (aunque algunos se encuentran en una fecha posterior). Presentan un aspecto exterior casi sin cambios, un recordatorio de una pirámide (muy) truncada. El cuerpo del edificio está construido a partir de piezas de piedra y barro, y se divide por ladrillos de barro. En el mejor de los casos, se ve reforzada por un revestimiento de losas de piedra caliza.
La colina primordial evoca una estructura simbólica, el montículo inicial que surgió de la monja, el mar de los abismos, en el primer día del mundo. Por los difuntos, que era el lugar mágico permite la comunicación entre los dos mundos, donde el culto se podría hacer, y presentaron ofrendas, de modo que la parte inmortal de la persona podría beneficiarse, de manera que su Ka podría mantenerse por toda la eternidad.
Aun cuando la forma exterior era casi inalterable durante el Imperio Antiguo, esto no fue el caso de la distribución interior. En esta parte central de la 5 ª dinastía, la mayor parte de la mastaba está formada por el núcleo central sólido, pasillos y habitaciones que ocupan una porción restringida de la masa. Con el tiempo, esta parte del espacio en el interior estaba cada vez más a expensas de la parte sólida. La 6 ª dinastía marca el apogeo de este proceso, que culminó con el poder de las grandes familias, como en la mastaba de Mereruka.
El plan de la tumba de Ty es simple: un pórtico de entrada se abre a un patio con columnas, por lo tanto, dos corredores sucesivos conducen a la primera sala (una bodega), y luego otro conduce a la capilla principal para recibir las ofrendas y culto.
La mastaba de Ty es una de las primeras tumbas privadas que consiste en un patio con columnas grandes. Este patio es externo a la estructura principal, al este del principal macizo rectangular, y no en el interior, lo que significa que tal vez había sido añadido en una segunda fase.
La orientación del monumento es casi perfectamente norte-sur, la capilla, serdabs y trastero, orientados de este a oeste.
Los relieves del Pórtico
Cada registro incluye doce mujeres, y se refieren a los doce dominios. Había por lo tanto (en teoría, porque algunos de ellos podrían ser ficticios) por lo menos treinta y seis, y si los dos registros que faltan contenían el mismo que los demás, su número habría aumentado a sesenta.
Todas las mujeres llevan en su cabeza una canasta (el diseño de rayas que invoca que es de mimbre), que apoyan con su mano izquierda, el brazo está ligeramente doblado. Algunos productos alimenticios son reconocibles: panes de diferentes formas y tamaños, verduras, etc. El brazo derecho hacia abajo, la mano sostiene un ave, un florero o la correa de un ternero o una gacela pequeña. Más raramente, el brazo se flexiona y la mano, entonces tiene dos largos tallos de papiro, mientras que tallos de loto pasan a través del pliegue del codo.
Estas mujeres están vestidas con un largo vestido transparente con dos correas para los hombros. El estilo de cabello se divide, con los filamentos colgando en la espalda y la frente. Al examinar con cuidado, se puede observar que el artesano tenía trabajo notable: no hay dos idénticas.


Para una información más detallada ver la siguiente dirección:

Nyankh Khnom y Khom Hotep eran los peluqueros y encargados de la manicura del faraón Nyuserra (2500-2350 a.C.), y fue la tumba común lo que hizo pensar en un principio que eran hermanos, hasta que se demostró que lo que les unía era una profunda amistad, explica el arqueólogo Ahsraf Mohiedin, uno de los responsables del conjunto de Saqara.
El mausoleo adquirió relativa fama en los últimos años, después de que en una conferencia celebrada en la Universidad de Gales los peritos afirmasen que las escenas esculpidas en sus muros confirman que la homosexualidad era una conducta tolerada en el antiguo Egipto.
Una tumba sencilla
La tumba, pequeña y sencilla en comparación con la majestuosidad de las erigidas para los faraones y la nobleza, esta compuesta de dos partes: la delantera, construida con bloques de roca, y la posterior excavada en la montaña.
En la parte trasera están sepultados los dos peluqueros en sendas cámaras funerarias, uno al lado del otro, a una profundidad de seis metros.
El interior de la cripta esta ornamentado además con imágenes esculpidas y pintadas que representan a los peluqueros haciendo la manicura al faraón, presentando ofrendas a los dioses y pescando cada uno en su barca, además de escenas de la vida cotidiana y de las polémicas en las que aparecen abrazados o besándose.

El mausoleo fue descubierto en 1964 por el arqueólogo egipcio Ahmed Musa, y está situado en las proximidades de la pirámide escalonada de Zóser, la principal atracción turística de Saqara, que fue la necrópolis de Menfis, la antigua capital de Egipto.
Nianjjnum y Jnumhotep fueron dos funcionarios del Antiguo Egipto, que sirvieron al faraón de la quinta dinastía Nyuserra. Ambos llevaban el mismo título de Supervisor de la manicura real, y se definen en su tumba como Confidente Real y Sacerdote de Ra en el Templo Solar Nyuserra.
Son conocidos por su tumba común, una tumba que muestra a dos colegas en una posición extraña íntima, pero no debe confundirse como una pareja de un mismo sexo.
Ambos hombres estaban casados y tenían hijos, varios de ellos se muestran en la tumba. Recientes investigaciones apuntan la idea de que fuesen gemelos o incluso siamenes, pero la mayoría de expertos se inclinan a considerarlos como una pareja homosexual. Sin lugar a dudas las representaciones muestran un profundo afecto, especialmente teniendo en cuenta el simbolismo de unir las narices.
Puede arrojar luz el hecho de que los nombres de ambos indiquen proximidad por medio de una referencia lingüística:
Nianjjnum significa "unido a la vida" y Jnumhotep "unido al estado bendito de la muerte". Ambos juntos pueden traducirse como "unidos en la vida y en la muerte".

Ambos nombres tienen una relación lingüística:
Nianjjnum significa la vida pertenece (a) Jnum y Jnumhotep Jnum está satisfecho. Además de la importancia que tiene Jnum, dios creador de los hombres llamado Padre de los padres y Madre de las madres, los nombres se han interpretado como "unido a la vida" y "unido al estado bendito de la muerte".
En una puerta del interior de la mastaba los dos nombres están combinados en lo que se lee conjuntamente como "unidos en la vida y en la muerte":
No hay manera de saber si estos eran sus nombres de nacimiento, que sugerirían un par de gemelos, o si los adoptaron posteriormente.
Ambos, Nianjjnum y Jnumhotep tienen los mismos títulos, tanto civiles como religiosos:
·         Supervisor de la Real manicura,
·         Confidente Real,
·         Siervo del Dios Ra en el Templo del Sol de Nyuserra.
El primer título es oficial, el que describe la actividad profesional. El segundo es un título de honor y una indicación del alto nivel social de quien lo recibe, y el tercero hace referencia a un lugar de trabajo, además de a una profesión que se ha ejercido.
La tumba es una mastaba que fue descubierta en 1964 por el egiptólogo Ahmed Moussa en la necrópolis de Saqqara, durante los trabajos de excavación de la calzada de la pirámide del rey Unis. Es la única tumba de la necrópolis donde dos hombres se muestran abrazados y con las manos unidas. Fue examinada y restaurada por una misión alemana a finales de la década de 1970, y abierta al público en 1990.

La mastaba parece haberse construido en distintas fases, siendo la más antigua una sala tallada en piedra, a la que se añadió posteriormente una patio y otras tres cámaras. En la entrada, cuyo techo sujetan dos pilares, se encuentran descritos los títulos de sus dos propietarios. En otras cámaras se nombran a sus esposas, la de Jnumhotep se llama Jenut y la de Nianjjnum es Jentjaus, ambas sacerdotisas del Templo de Hathor. También se menciona el nombre de uno de los hijos de Jnumhotep, Ptahshepses.

El mausoleo adquirió relativa fama en los últimos años, después de que en una conferencia celebrada en la Universidad de Gales los peritos afirmasen que las escenas esculpidas en sus muros confirman que la homosexualidad era una conducta tolerada en el antiguo Egipto.
Una tumba sencilla.
La tumba, pequeña y sencilla en comparación con la majestuosidad de las erigidas para los faraones y la nobleza, esta compuesta de dos partes: la delantera, construida con bloques de roca, y la posterior excavada en la montaña.
En la parte trasera están sepultados los dos peluqueros en sendas cámaras funerarias, uno al lado del otro, a una profundidad de seis metros.
El interior de la cripta esta ornamentado además con imágenes esculpidas y pintadas que representan a los peluqueros haciendo la manicura al faraón, presentando ofrendas a los dioses y pescando cada uno en su barca, además de escenas de la vida cotidiana y de las polémicas en las que aparecen abrazados o besándose.

El mausoleo fue descubierto en 1964 por el arqueólogo egipcio Ahmed Musa, y está situado en las proximidades de la pirámide escalonada de Zóser, la principal atracción turística de Saqara, que fue la necrópolis de Menfis, la antigua capital de Egipto.
En una escena que representa un banquete, Nianjjnum y Jnumhotep están entretenidos por bailarines, músicos y cantantes; en otras se les ve cazando, pescando y supervisando sus preparativos fúnebres. En la imagen más llamativa los dos se abrazan, las narices se tocan en la actitud más íntima permitida por el arte canónico egipcio, y están rodeados por los que parecen ser sus hijos.


La tumba es un tipo de mastaba con 32 partes. Dentro de esta estructura sólida, las diversas salas, toman la forma de "L", ubicadas principalmente hacia la esquina sur-este, por lo tanto, una gran parte de su estructura es sólida. El brazo sur de la L (largo del eje de entrada) está orientado de este a oeste, el otro brazo es de sur a norte.
El plano  da una buena idea de la complejidad de este enorme edificio, de los cuales algunos de ellos son todavía inéditos. También muestra la falta de aprovechamiento del valioso espacio tal.
La mastaba fue creada en piedra caliza, piedra caliza local para el cuerpo principal y la puerta y sus marcos de las puertas, blanco Tura piedra caliza para el resto y en particular el frente externo. La cara exterior del edificio debe haber presentado un brillo blanco de la piedra caliza cuando aún no había sido dañado por el tiempo. En cualquier caso, era arrancado el edificio hace mucho tiempo.
Los bloques utilizados de dos metros de longitud con un ancho y espesor no superior a unos cincuenta centímetros. Los bloques se cortan con cuidado, de modo que las juntas de mortero a veces son casi invisibles.

Descripción general:

La entrada es a través conduce, en su parte posterior, a una escalera que daba acceso de una puerta  en el lado izquierdo de la fachada principal, en una primera sala de tamaño pequeño (I). A la derecha se encuentra un cuarto largo (II), que a la azotea.
• Desde la I habitación, una pequeña abertura da acceso a la sala III, que tiene tres pilares centrales a lo largo de su eje longitudinal. En su extremo occidental de una abertura creada para un conjunto de cinco almacenes. Una nueva puerta de entrada escalonada, a la derecha (norte) en entrar en la sala III, lleva a la sala IV y más allá.
• Al oeste de la sala IV, y enterrado en la obra de fábrica sin aberturas, es el serdab. En esta sala se suele encuentra una estatua del difunto, que sale a comer de las ofrendas. En algunas mastabas, una apertura se conserva en la pared para que los muertos pueden "ver" lo que ocurre en su tumba, pero no aquí. En el momento de la excavación inicial, la habitación estaba vacía.
• Sala V tiene la particularidad curiosa de incluir un banco, destinados a la gente que vino a participar en el culto funerario.
• Sala VI incluye un eje funeral de un período posterior.
• Sala VII fue la destinada a la oferta, ya que incluye en su extremo occidental de la puerta falsa estela, lo que asegura el punto de contacto entre el mundo en la tierra y el más allá. También incluye una mesa de ofrendas en el suelo.
• Sala VIII parece que no tiene otra función que se extienden más hacia el monumento, probablemente para acercarse de la vivienda terrestre del visir. De hecho, representa sólo una extensión de compensación a la cámara de las ofrendas. Aquí se conservan los colores más vivos.
• En la sólida estructura de la obra de fábrica situada en la esquina noroeste de la mastaba, y por lo tanto cerca de la sala de oferta, a través de una abertura en el techo y hacia abajo en el suelo, es el eje funerario. Esto conduce a una estructura funeraria subterránea, estrictamente destinado a los difuntos, a la que nadie tuvo acceso después de la ceremonia fúnebre. Esta construcción tiene la forma de una gira "T" e incluye el sarcófago de Kagemni.
• Al oeste de la serdab y sala VI (pero en realidad se encuentra en el techo) se conservan dos pozos en forma de barco, que habría sido destinado a las barcas, pero que quedó vacía. Tenga en cuenta que estas barcas se suponía que vienen exclusivamente con pirámides reales, como la recuperada a los pies de la pirámide de Kheops, o los dos pozos de barco perteneciente a la pirámide de Unas, aquí en Saqqara.

Estado actual de la tumba
Además de saqueo, que data de tiempos faraónicos, el monumento sufrió mucho cuando se transformó en una cantera de piedra. La forma de las losas originales del techo desapareció por completo. De la misma manera la parte superior de las paredes, sobre todo en las primeras salas, desapareció. Las escenas restantes, llevadas a cabo en relieve alzado, son de una gran calidad, las cuales están situadas entre la zona superior de vacío y el zócalo en la parte inferior de la pared, que mide aproximadamente 1 metro de altura. Esto es superado aquí por dos amarillas y una banda roja, cada delineados en negro.

La decoración interior
• Recordar que - al contrario de lo que a veces suponen - las representaciones de la pared de una tumba egipcia sólo tiene afinidades superficiales con la historieta moderna, debido a que su organización sintáctica es mucho más compleja y de ninguna manera pretende crear una narrativa: la persona fallecida, el sólo espectador real de las imágenes, se encuentra la totalidad de un mundo real idealizado en el que, en sentido figurado que reflejan ráfagas de la realidad, estos se organizan de manera colectiva (en la antítesis, quiasmo, etc) que involucran el espacio de una o varias salas, incluso el de toda la capilla.
• El conjunto de las escenas, talladas en relieve alzado, se han logrado en un fondo azul-gris, que está bien conservado sólo en la Sala VIII. En otro lugar la desaparición temprana de las losas de la cubierta han expuesto pinturas al aire y el sol, lo que les hace desaparecer más o menos completamente. Espacios vacíos, como los que se salvaron de detrás de las puertas, fueron pintados en rojo sobre negro con el fin de imitar el granito, la piedra dura y noble por excelencia.
Tengamos en cuenta que ciertas escenas, parecen haber sido olvidadas, con esculturas torpes y apresuradas. De hecho, hay zonas sin terminar, que se encuentran en las partes más cerca de la entrada, normalmente el último en decoración. 

• En el Reino Antiguo no era costumbre representar escenas divinas, ni aún los de un Dios, como se puede ver en los últimos tiempos.
Los temas que eligió Kagemni son estereotipados de las veces, sobre todo a sus actividades terrestres y su culto, la intención de mostrar la abundancia de los bienes que le gustaba, la fertilidad de su ganado, la riqueza de sus campos... Esta es la razón por las escenas agrícolas, de caza y pesca, así como los de transporte de diversas riquezas constituyen la parte principal del itinerario artístico de la tumba.
Por casualidad, el diseño muy preciso de las escenas nos permite capturar muchos detalles. A veces son los detalles científicos, al igual que las técnicas de caza y pesca, o la identificación de especies de aves o peces. En otras partes, son los detalles del movimiento, como el becerro pequeño que un pastor lleva en su espalda mientras cruzaba el agua, y que gira su cabeza como si fuera a llamar a su madre. Algunas escenas de fiesta muy animada también se encuentran.
• Las escenas al aire libre ocupan las primeras salas, mientras que las escenas relacionadas con la comida funeral se concentran en la parte más remota de la tumba. Las inscripciones contienen el título de las escenas, la descripción de la oferta y su fuente, así como los títulos de Kagemni.
Son visualmente marcados por las conversaciones o interjecciones intercambiados por los siervos del amo. Por lo tanto, hay que imaginar la capilla como por arte de magia viva, ocupado con las actividades de la vida cotidiana, en la que participa Kagemni como si estuviera vivo. Es importante saber escuchar, en el silencio de las habitaciones, los hombres que cuestionan y responden el uno al otro, es necesario "ver" no como figuras en la piedra, pero realmente lo que está representado. Todo un mundo se abrió ante nuestros ojos.

La fachada 
La entrada está situada en el extremo sur de la fachada con orientación este. A cada lado de ella, la fachada lleva los nombres, cargos y representaciones de los difuntos. Dos figuras de Kagemni están presentes en las jambas de la puerta de entrada para recibir al visitante. Se le representa de pie, Sekhem cetro de poder en su mano derecha, y la caña larga de la oficina en su mano izquierda.
Los textos que acompañan repasan las etapas de la carrera de Kagemni y las buenas obras que él logró. 

Esta se extiende a través de parte de la fachada, a ambos lados de la puerta de entrada. El texto en sí se divide así en dos partes simétricas y complementarias, que también muestran una naturaleza compleja. En la narración es imposible de encontrar, como en cualquier otro lugar, una distinción entre el ideal buenas obras, las oficinas de la práctica realizada por los faraones, y los atractivos para los visitantes. Los tres tipos se mezclan en un estilo narrativo típicamente que tiene en cuenta las etapas cronológicas de la vida. El espíritu del discurso parece que supera el concepto tradicional de un hombre justo y piadoso, para describir a su cargo los últimos de la autoridad: la nomarca.

Otros nobles de su reinado, cuyas tumbas se encontraron en Saqqara es Nyankhnefertem, sacerdote funerario Nyankhnefertem, también conocido como Temi (su nombre descriptivo). Fue descubierto en 1997 en Saqqara, por debajo de la parte oeste de la muralla de la pirámide escalonada de Zoser, al este del "foso", por la misión polaca de Saqqara, controlado por el profesor Karol Mysliwiec. Este descubrimiento se produjo poco después de la una de la Merefnebef visir (también conocido como Fefi), su vecino, justo al sur.
Entre todos estos títulos, los correspondientes a los templos funerarios de Unas y Teti son los más significativos, mientras que el epíteto de "única compañía", muy importante en tiempos anteriores, pero ya no en la 6 ª dinastía, era un título honorífico que sirve para indicar la cita a la nobleza

La tumba de Nyankhnefertem también conocido como Temi

Las representaciones de los complejos de Temi y Fefi son difíciles de considerar uno sin el otro.
La capilla de Nyankhnefertem es - y seguirá estando - cerrada al público debido a su fragilidad, al igual que la de Merefnebef. 

Complejo de tumbas
Los niveles arqueológicos del Imperio Antiguo se oculta bajo un espesor de varios metros de arena, tierra y escombros, en las que fueron las puntuaciones de los nuevos enterramientos, esencialmente data del período tolemaico, que sumados a los cientos descubiertos con anterioridad. El estudio de las capas superficiales de la necrópolis ha demostrado ser muy fructífera, y dio lugar a una publicación especial: Saqqara III, Necrópolis Alta, Volumen 2.

Algunos de los entierros descubiertos últimamente material revelado funerario interesante, como una muchacha de unos veinte años de edad, cuya momia fue acompañado por una caja de madera, pintura magníficamente canopos, coronada por un halcón con dos plumas altas en la cabeza (ver el pecho canopos ). Hubo también una estatuilla, también en madera policromada, que representa una imagen de momia de Ptah-Sokar-Osiris. Otra niña, de entre 15 y 18 años de edad, llevado a su mamá un hermoso cartonaje dos partes: una máscara dorada en la cara y un gran collar de usekh en el pecho.  
 
 
En los niveles que se remonta al Imperio Antiguo, tres capillas que datan del final de la 6 ª dinastía se han descubierto, en torno a un patio común, situada al norte de la una de Merefnebef, con la que se une. Algunos ejes de funerarias están conectados a ellos, pero su relación con las capillas no es evidente, porque ninguno de ellos se terminó y todos se han reutilizado durante el tiempo hacia el final de la 6 ª dinastía, y \ o en el período greco-romano.
Las tres capillas que comparten el mismo patio (ver XXXVa) es N º 15 (el de Nyankhnefertem, que es el tema de estas páginas), N º 16 (anónimo, pero bastante avanzado) y N º 17 (sin inscripciones, y en la etapa de desbaste en bruto). Presentan una consistencia arquitectónica y estructural, por lo que es posible considerarlos como pertenecientes al complejo de Nyankhnefertem, sin saber si los ocupantes eran miembros de su familia (el hijo mayor? Mujer?). Obviamente No.15 precedido a los otros dos.
Los diluvios de lluvia que marcó el final de la 6 ª dinastía inundaron todas las capillas, obligando al abandono de la adoración del culto que se llevó a cabo allí. Es también durante este período que la superficie de la mastaba se derrumbó y cuando el eje funerario N º 89 fue excavado. 

Además de la muy importante labor de restauración, los arqueólogos protegidos de las capillas de Merefnebef y Nyankhnefertem, así como la capilla de 16, por las construcciones hechas de ladrillos. 

Capilla 15 - En general
Esto representa uno de los Nyankhnefertem, también conocido como Temi, que es el tema de las páginas siguientes.
El complejo funerario total se compone de cuatro elementos: la capilla 15 excavadas en el acantilado, originalmente coronado por una mastaba, a través de la cual se anexaron dos ejes funerarios.
• La mastaba de ladrillos de barro se construyó sobre una gruesa capa ya existente de arena y grava, etc Este tipo de mastaba no se debe confundir con los de Mereruka, Kagemni, Nikauisesi y muchos otros, que incluía en su interior las cámaras de la capilla real, a menudo con el acceso a los ejes de entierro se encuentra con una de las cámaras. Hoy en día, la de Nyankhnefertem es casi completamente destruida, pero los restos demuestran que era la misma que la tumba al lado de Merefnebef, especialmente con respecto a la orientación, la dirección y el tamaño (10.60m por 8.00m, o 20 por 15 codos). Prácticamente no se conocen otros detalles, excepto que su pared oeste, la más cercana a la moldura de la roca, en la que se excavó la entrada y la cámara de la capilla, había sido apoyada por un lecho de piedras, que no fue el caso de la de su vecino. El área por encima de la entrada a las cámaras de Merefnebef en realidad se derrumbó totalmente cerrado y la parte de entrada y frente al patio.

Además de estás mastabas existen otras como:



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[1]   Agradecimiento al Prof. Karol ir Mysliwiec, porque él, personalmente, hizo posible la visita all complejo Temi.









[i] Chaty (ȝty) o Tyaty era el más alto funcionario del Antiguo Egipto, el primer magistrado después del faraón.Este puesto, cuyo nombre se creó probablemente en la época del faraón Seneferu para Nefermaat, se definía como «el que es la voluntad del amo, los oídos y los ojos del rey». Durante la dinastía VI el título del chaty era tayty-sab-chaty, B. Gunn, A Sixth Dynasty Letter from Saqqara, in ''Annales du Service des Antiquités de l'Égypte, Le Caire, 1925, p.242-255 literalmente «Envuelto», «El dignatario de la sala».Chaty se ha traducido erróneamente como Visir, por analogía con el ministro que aconsejaba a los dirigentes musulmanes.
Los primeros en ejercer las responsabilidades que luego asumieron los chaty fueron los herederos de los faraones, siendo el primero cuya existencia se conoce Menka, durante la segunda dinastía.P.Lacau/J. Ph. Lauer: La pyramide à degrees V, Cairo 1965, 1-3, pl. 1; Peter Kaplony: Die Inschriften der ägyptischen Frühzeit Bd 1, Wiesbaden 1963, 488-89 Más tarde fueron miembros de la familia real, pero no necesariamente el heredero: Nefermaat, chaty de Seneferu, era un hijo del anterior faraón y una esposa secundaria.